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UNIVERSIDAD DE NARIÑO

FACULTAD DE CIENCIAS PECUARIAS


PROGRAMA DE ZOOTECNIA
Ayda Paulina Dávila Solarte
ETICA PROFESIONAL

VIRTUDES CARDINALES
La Virtud en su etimología latina, virtus (de vir, varón y vis, fuerza), la idea de fuerza y vigor, y según la griega, areté, expresa la idea de
perfección, mérito o cualidad que hacen al hombre digno de gloria. La virtud puede designar la fuerza, el vigor o el valor que una persona
presenta ante determinadas situaciones: De allí que también pueda hablarse de virtud para referirse a la entereza de carácter de alguien.

Virtud se denomina a la cualidad humana de quien se caracteriza por obrar bien y correctamente. Como tal, es una cualidad moral
considerada buena. Asimismo, puede referirse a la eficacia de ciertas cosas para producir determinados efectos. Una virtud es la
disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza. La
virtud se opone al vicio, y tiene una gran importancia para la vida ética.

Una virtud es una cualidad positiva, es opuesta al vicio; la virtud entonces se identifica con actuar de acuerdo a la razón, evitando dejarse
llevar por los afectos o las pasiones, permitiéndonos así tomar las decisiones correctas y por tanto las mejores acciones.

Fueron los griegos los que consideraban que, a través de cultivar estas cuatro virtudes, se podría alcanzar la calificación del buen
ciudadano, bueno y útil y perfecto.

Los griegos daban gran importancia a la virtud, y la veían como la excelencia o la plenitud que puede alcanzar una realidad y, de modo
especial, el hombre. El término usado, que puede traducirse de diversas maneras, es areté. Con esta palabra, que va más allá de lo que
hoy se conoce como virtud, se alude a "la perfección y plenitud de las potencias constitutivas de una naturaleza".

 Sócrates opinaba que la virtud es aquello que nos ayuda a conseguir el bien mediante razonamientos y la filosofía.

 Platón asegura que el alma humana tiene tres partes, que se unen y que se manifiestan en el ser como herramientas: el intelecto,
la voluntad y la emoción y a cada uno de estos componentes del alma corresponde una virtud: la sabiduría, el valor y el
autocontrol.

La sabiduría permite identificar las acciones correctas, saber cuándo realizarlas y cómo realizarlas. El valor permite tomar estas acciones
a pesar de las amenazas, y defender los ideales propios. El auto-control permite interactuar con las demás personas y ante las situaciones
más adversas cuando se está realizando lo que se debe hacer para lograr los fines propios. A estas tres virtudes se añade una cuarta, la
justicia, que permite convivir en derecho responsablemente y con seguridad ya que sin seguridad podrías salir de tu casa y ser asaltado
(por falta de justicia).

Platón va mas allá y describe cómo se pueden lograr un acercamiento a estas virtudes, a fin de lograr llamarnos virtuosos, que a su vez
es sinónimo de sabio: la prudencia viene del ejercicio de la razón, la fortaleza de ejercer las emociones, la templanza de dejar que la
razón anule los deseos; formando así un estado en el que cada elemento del alma está de acuerdo con el otro, con lo que la justicia
viene, llamada también fundante o preservante, porque es la comprensión de esta, lo que conlleva a las otras tres y a su vez es la justicia
la que mantiene al resto en cohesión y por tanto en coherencia. Siendo la justicia una consecuencia y causa directa de las otras tres, se
define como “dar a cada quien lo que le corresponde, según sus necesidades”, lo cual nos induce a una de las tres virtudes llamadas
teologales, que completan la serie de siete virtudes que manejamos en la actualidad y que exponen por completo el prohombre idealizado.

 Aristóteles elabora, en sus éticas (por ejemplo en la Ética nicomáquea) amplias reflexiones sobre la virtud, que divide en dos
grandes grupos: Éticas y diaforéticas.

 Los estoicos consideraban que la virtud, como facultad activa, era el bien supremo.
Los estoicos sostenían que la virtud consistía en actuar siempre de acuerdo con la naturaleza, que, para el caso del ser humano,
concebido como ser racional, se identifica con actuar siempre de acuerdo con la razón, evitando en todo momento dejarse llevar por los
afectos o pasiones, esto es, todo lo irracional que hay en nosotros, que no puede controlarse y por tanto debe evitarse.

 Santo Tomás de Aquino ve la virtud como cierta perfección de una potencia o facultad.
 San Ambrosio y San Agustín trataron de codificar una norma de ley moral para los seres humanos sobre la base de la ley de
Dios revelada en la Biblia.
Con el tiempo, estas normas se convirtieron en las virtudes cardinales dentro de la doctrina católica romana, de los cuales cuatro son
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identificadas como cardinales, ya que todas las demás virtudes dependen de ellas para su ejecución y son: la prudencia, la justicia, la
templanza y la fortaleza.
Las virtudes cardinales, llamadas también virtudes morales, son aquellas virtudes que son esenciales para las relaciones humanas y el
orden social. Reciben su nombre de la palabra latina “cardo”, que quiere decir principal o fundamental. Así, se entiende que las virtudes
cardinales son aquellos valores principales y fundamentales. Estas virtudes, asociadas también a las virtudes teologales, son punto de
referencia para la orientación de la conducta de la persona hacia una plena humanización, así como hacia la construcción de una sociedad
más justa y sana.

1. PRUDENCIA
La prudencia es una virtud que tiene como propósito enmendar o sanar la ignorancia de entendimiento. La prudencia es la capacidad de
reflexionar antes de hablar o actuar, así como de evaluar el modo y los medios adecuados para intervenir en una situación. Implica, por
lo tanto, el sentido de la oportunidad, es decir, de juzgar cuál es el momento adecuado para actuar o hablar. La práctica de la prudencia
implica seguir al menos tres elementos esenciales, los cuales son: pensar con madurez, decidir con sabiduría y actuar para el bien. Todo
ello implica un proceso de reflexión continua.

Su vicio es la imprudencia: Es la ausencia de principios claros de bien y verdad, la ausencia de discernir en la situación concreta. Son
taras de la voluntad para llevar a cabo el acto requerido.

2. JUSTICIA
La justicia se comprende como la voluntad manifiesta de una persona de que cada quien reciba lo que merece y es justo, es decir, que
cada quien reciba lo que le corresponde. Es el arte del bien común, es saldar las deudas en las relaciones humanas, restituir lo dañado
o quitado injustamente. Es el arte del bien común. El justo respeta los derechos adquiridos del otro. El justo respeta el derecho de
propiedad tanto como el derecho de fama y la honra del prójimo. Asimismo, el justo respeta la autoridad que corresponde a cada quien
según el rol que cumpla.

Su vicio es la torpeza en el juicio sobre las situaciones, la dureza para comprender las situaciones humanas y el abandono de los principios
justos.

3. FORTALEZA
Se trata de la virtud de tener fuerza para luchar por el bien difícil, es decir, por aquellas metas constructivas o principios nobles que
requieren esfuerzo. Asimismo, la fortaleza ayuda a la persona a moderar su audacia cuando esta es excesiva.
La fortaleza implica actuar en dos sentidos: atacar y resistir. Atacar se refiere a actuar de inmediato para conquistar lo deseado. Junto a
esto es necesario resistir a la desesperanza y al temor. Para ello, es necesario que la persona tenga también un camino en el
autoconocimiento.

Su vicio es la temeridad, el afán de ser reconocido como fuerte o valiente realizando actos temerarios, es la violencia injusta o el abuso.

4. TEMPLANZA
Se trata de la virtud de moderar los apetitos desordenados, así como las tentaciones de los sentidos. Para ello, la persona antepone el
uso de la razón. Mediante el ejercicio racional, la persona logra el dominio de sus pasiones para preservar el bien común. Pudor cuando
se refiere a los impulsos sexuales, sobriedad cuando se refiere a la comida y la bebida y serenidad cuando se refiere a la ira, la tristeza
o el miedo. Los medios de la templanza son la abstinencia, la sobriedad, la castidad y la continencia. Otras virtudes que suelen acompañar
a la templanza son la humildad y la mansedumbre.

Los vicios de la templanza son la lujuria que es el apetito desordenado del placer sexual, la gula que es el apetito desordenado de comer
y beber, la acidia que es el aburrimiento de la vida, la tristeza mala, la ira que es la incapacidad de reflexionar y actual, es la dureza de
juicio, la cobardía que es el apetito desordenado de autoconservación que impide la justicia o el cumplimiento del deber.

Las virtudes morales, son hábitos operativos buenos, es decir el perfeccionamiento que inclina al hombre a actuar moralmente bien.
Aclarando el termino ``habito’’, aplicado a la virtud no significa costumbre o automatismo, sino cualidad que da al hombre la fuerza para
obrar moralmente bien y alcanzar su fin como persona. La educación de la libertad no consiste, por tanto en anular o suprimir las pasiones
y los sentimientos, sino en racionalizarlos y encauzarlos, por medio de las virtudes, para que contribuyan a conseguir el fin que la razón
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señala. Las pasiones así ordenadas son una ayuda para facilitarle el buen ejercicio de su libertad, contribuyen a la lucidez de la mente y
al buen comportamiento moral

CÚAL ES EL OBJETIVO DE SER PROFESIONAL?


Todo profesional, como una persona más, ocupa un rol determinado dentro de la sociedad, colaborando con ella. Todas las profesiones,
por distintas que puedan ser, hacen su aporte a la sociedad, brindando conocimientos científicos, tecnológicos, humanísticos, ayudando
en el ámbito de las ciencias naturales o las humanas, realizando investigaciones y avances científicos, entre otros. Todo profesional que
ejerce en su campo trabaja a cambio de un salario que, por lo general, será superior al que puedan tener otros empleados que trabajen
en esa área pero que no posean un título de grado que avale sus conocimientos.

Al principio todo profesional será inexperto pero con el transcurso del tiempo irá adquiriendo la experiencia y los conocimientos sobre el
trabajo que necesita para continuar escalando.

¿Qué implica ser profesional?


Tener una profesión implica:

Poseer conocimiento especializado


Una formación profesional
Un control sobre los temas que implican trabajar dentro de un área determinada
Una autorregulación por medio de organizaciones como colegios profesionales, sindicatos o gremios
Se debería poseer un espíritu de servicio a la comunidad
Normas éticas al momento de desempeñar su labor

¿Cómo llegar a ser profesional?


Un profesional necesita una formación universitaria que tendrá ciertos requisitos, una duración determinada y también una cierta
complejidad. Llegar a ser profesional es como una escalera, se comienza por lo básico, que es la escuela secundaria completa, para
luego comenzar la segunda etapa: la universidad.

Las empresas tienen como objetivo ganar dinero de una manera sostenible. Por lo tanto, vamos ver cómo puede contribuir cada una de
las cuatro virtudes a la gestión de empresas.

Desde la óptica de los griegos, sería que nuestra empresa alcance la consideración de buena empresa (rentable y solvente), útil (eficaz
en el cumplimiento de sus objetivos desde el punto de vista de su aportación a la sociedad) y perfecta (perfectamente alineada sus
intereses con los del resto de sus grupos de interés):

Empresa Justa:
Mirando hacia fuera, una empresa justa sería aquella que devuelve a la sociedad todo aquello que la sociedad nos aporta. La empresa
no está aislada, forma parte de un ecosistema. La empresa como parte de este conglomerado, se beneficia de las sinergias con el resto
de agentes. La consecuencia es que nos llegan las oportunidades en forma de oportunidad de negocio.

 Ser ético con los proveedores y respectar los compromisos adquiridos y ser justo con los clientes y corresponder con lo que le
estamos vendiendo. Ser equilibrado con los empleados y colaboradores. Respetar la igualdad de oportunidades y no tener varias
varas de medir.

 Calibrar las responsabilidades de nuestro equipo y ser objetivo con todos y cada uno. Obrar en consecuencia y de forma
proporcionada a la hora de apercibir o recompensar.

 También hay que ser justo con el accionista. El accionista está con nosotros porque quiere una rentabilidad, y debemos
corresponder.

Empresa Prudente:
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La sensatez y el buen juicio, se asemejo a saber en cada momento lo que hay que hacer. La imprudencia sería intentar abarcar mas de
la cuenta o atacar clientes y mercados que no son los nuestros, con la consiguiente pérdida de esfuerzos y recursos. Cada empresa tiene
unos recursos y unas capacidades que debe de saber explotar para triunfar en el mercado. Esos recursos y capacidades tienen que estar
orientados en función de nuestra estrategia (por ejemplo, hacia un segmento determinado, bien a unos procesos optimizados o bien hacia
la especialización si hablamos de las estrategias genéricas de Porter). Toda empresa tiene su hueco, su mercado. Simplemente hay que
ser bueno en lo que se es bueno y tener foco.

Empresa Fuerte:
La fuerza bien entendida nos daría la energía y el vigor para no desfallecer, para llevarnos a ese siguiente paso que muchas veces no
somos capaces de dar. Esa resiliencia que ahora está de moda, estaría alimentada por la fuerza, especialmente por la fuerza de voluntad.
La vida de la empresa está repleta de obstáculos, de situaciones difíciles donde la toma de decisiones se convierte en una auténtica
tortura.

Empresa Templada:
La empresa templada es aquella que sabe cuál es su objetivo, que lo tiene claro y no se deja manipular por oportunidades ficticias que
puedan aparecer en el día a día de la empresa. Que trabaja y opera sobre su visión y sobre sus valores. Que permanece atenta al entono
y es lo suficientemente flexible para adaptarse a él, pero sin perder su razón de ser.

Cómo crecer en la virtud?


Identificando los propios vicios y las virtudes fundamentales.
Erradicando los vicios y fortaleciendo las virtudes

BIBLIOGRAFÍA

Barba, Leticia y Alcántara, Armando (2003). “Los valores y la formación universitaria”, Reencuentro, núm. 38 (diciembre). Disponible en: http://www.xoc.uam.mx/~cuaree/
Cobo Suero, Juan Manuel (2003a). “Universidad y ética profesional”, Teoría de la Educación, núm. 15, pp. 259-276.
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Cortina, Adela (2000). “Educación moral a través del ejercicio de la profesión”, Diálogo Filosófico (España), vol. 16, núm. 47, pp. 253-258.
Hirsch Adler, Ana y Quezada, Margarita de Jesús (2001). “Educación y valores de los mexicanos. Las investigaciones realizadas en México de 1990 a 2001”, Reencuentro, núm.31
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Martínez, Miquel (2003). “Entrevista con el Dr. Miquel Martínez”. Monografías virtuales, núm. 3 (octubre-noviembre), monográfico “Universidad, profesorado y ciudadanía”. Organización de
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Simon, Robert (1994). Neutrality and the academic ethic, Lauham: Rowman & Littlefield. Toulmin, Stephen (2003). El regreso a la razón. El debate entre la racionalidad y la experiencia y la
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