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“HALABI, ERNESTO C/ P.E.N. - LEY 25.873 - DTO. 1563/04 S/ AMPARO LEY 16.986”
•Fecha: 24/02/2009
HECHOS:
Ernesto Halabi es el abogado que promovió amparo contra la ley 25.873, modificatoria de la
ley de telecomunicaciones 19.798. En virtud de ello, el Ejecutivo había dictado el decreto
1563/04, que incluyó en el concepto de "telecomunicaciones" al tráfico de datos por internet.
La ley 25.873 (a veces llamada "ley espía") decía tres cosas. Primero, que las telefónicas debían
disponer los medios para que las comunicaciones sean interceptadas a requerimiento del
Poder Judicial y del Ministerio Público. Segundo, que debían conservar por diez años los
registros de llamadas o conexiones. Tercero, que el Estado se hacía responsable por los
eventuales daños y perjuicios derivados de todo esto. El accionante planteó sus agravios
alegando "violación de sus derechos a la privacidad y a la intimidad, en su condición de
usuario, a la par que menoscaba el privilegio de confidencialidad que, como abogado, ostenta
en las comunicaciones con sus clientes".
CRITERIO DE LA CORTE:
“FERNÁNDEZ PRIETO”
1999
Se hizo lugar a la queja, se declaró procedente el recurso extraordinario y se dejó sin efecto el
pronunciamiento apelado.
La CSJN confirmó la sentencia fundamentando principalmente que si bien no hay dudas de que
el fiscal puede solicitar la absolución esto no implica reconocerle un poder de disposición pues
si el fiscal vincula también decidiría, vulnerándose de esa manera el principio de separación de
poderes y, de ese modo, el sistema republicano de gobierno.
Resolución:
La asistencia técnica de Marcilese interpuso recurso de casación que fue concedido por el
tribunal de mérito y declarado parcialmente admisible desde el punto de vista formal, pero
mereció el rechazo en cuanto al fondo del asunto por parte de la Suprema Corte de esa
provincia.
Para arribar a esa resolución, el tribunal entendió que el pedido absolutorio del Ministerio
Público no se encontraba debidamente fundado; que se apoyó en la sola voluntad de quien
DERECHO CONSTITUCIONAL I - FALLOS
ejerció el cargo; que no hubo afectación del derecho de defensa y que los precedentes
existentes no resultaban de aplicación al caso.
El recurrente atribuyó arbitrariedad al fallo apelado pues consideró que el a quo había
efectuado una interpretación errónea de la doctrina de la CSJN sentada en “Tarifeño”, vicio
que apareja la afectación de las garantías del debido proceso y de defensa en juicio (art.18
CN). Para ello señala que la ampliación del requerimiento de elevación a juicio no es suficiente
a los fines del cumplimiento de las formas sustanciales del juicio relativas a la acusación,
defensa, prueba y sentencia, pues la acusación solo puede considerarse integrada luego de
sustanciado el debate.
Hechos.
El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 6 de la Cap. Fed. condenó a H. D. Giroldi a la pena de un mes
de prisión en suspenso, como autor penalmente responsable del delito de robo simple
en grado de tentativa.
Fundamentos.
El a quo sostuvo que “por virtud de los límites objetivos fijados en los Arts. 458 a 462 del
Código Procesal Penal no hay posibilidad de recurso de casación ni inconstitucionalidad… y la
causa ha fenecido en instancia única, por lo que su sentencia es final y contra ella cabe el
recurso extraordinario de apelación”
La Cámara de Casación Penal ha sido creada, precisamente, para conocer, por vía de los
recursos de casación e inconstitucionalidad – y aun de revisión – de las sentencias que
dicten, sobre los puntos que hacen a su competencia, tanto los tribunales orales en lo criminal
como los juzgados en lo correccional.
“Que lo expuesto determina que la forma más adecuada para asegurar la garantía de la doble
instancia en materia penal prevista en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Art. 8, inc. 2, ap. h), es declarar la invalidez constitucional de la limitación
establecida en el Art. 459, inc. 2 del Código Procesal Penal de la Nación, en cuanto veda la
admisibilidad del recurso de casación contra las sentencias de los tribunales en lo criminal en
razón del monto de la pena”.
“Que, en consecuencia, a esta Corte, como órgano supremo de uno de los poderes del
Gobierno Federal, le corresponde – en la medida de su jurisdicción – aplicar los tratados
internacionales que el país está vinculado en los términos anteriormente expuestos, ya que de
lo contrario podría implicar responsabilidad de la Nación frente a la comunidad internacional.
DERECHO CONSTITUCIONAL I - FALLOS
Por todo esto se declara procedente la queja y el recurso extraordinario y se deja sin efecto el
pronunciamiento apelado.
“FALLO BALDIVIESO”
2010
El actor, F. Urteaga, interpuso recurso de Habeas Data para obtener los informes
correspondientes sobre su hermano quien había desaparecido en Julio de 1976 en un supuesto
enfrentamiento con las Fuerzas de Seguridad en la localidad de Villa Martelli, provincia de
Buenos Aires. La información solicitada debía provenir de varios sectores del Estado (del
Estado Nacional, del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, del Gobierno de la
Provincia de Buenos Aires, etc).
El juez de primera instancia rechaza la demanda interpuesta por considerar que la herramienta
procesal del art. 43 de la Constitución Nacional solo puede ser utilizada por la persona a quien
se refieren esos datos, y que además por ese procedimiento en particular solamente se puede
suprimir, rectificar, actualizar o asegurar la confidencialidad de los datos personales, lo que
difiere con el objeto de la petición. El juez afirma que la vía procesal correcta para el fin
solicitado por el actor es el Habeas Corpus.
Apelada la sentencia de primera instancia, la Cámara de Apelaciones (sala II) confirma la
sentencia argumentando falta de legitimación (activa y procesal) y la diferencia de objeto en el
instituto constitucional utilizado.
Ante dicha sentencia denegatoria el actor presenta recurso extraordinario, el cual es admitido
pues la cuestión a dirimir se basa sobre la aplicación de una norma constitucional.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación hace a lugar al pedido del accionante y revoca la
sentencia anterior, pero bajo dos recursos diferentes: recurso de amparo genérico y recurso
de Habeas Data.
Bajo el primer recurso los Dres. Bellucio, Lopez, Bassey y Fayt sostienen que el actor no tenía
legitimación para imponer recurso de Habeas Data el cual solo podía ser interpuesto por su
hermano por ser titular de dichos datos, pero admiten que el actor es damnificado en cuanto a
su derecho de conocer el paradero de su hermano o localizar sus restos.
Bajo el segundo recurso se pronunciaron los Dres. Petrachi, Boggiano y Vázquez, quienes
sostuvieron que el objeto del recurso de F. Urteaga era el conocimiento de datos personales,
por lo que corresponde la interposición del recurso de Habeas Data; lo que el accionante
primeramente desea es tomar conocimiento de los datos referidos al paradero de su hermano.
Hechos: El presidente de una compañía de seguros promovió acción de hábeas data contra
una organización proveedora de información crediticia, manifestando haber constatado, al
pretender garantizar un contrato de locación para su hija, que el demandado había
suministrado informes que lo vinculaban a los juicios seguidos contra su compañía. La
pretensión fue acogida en ambas instancias ordinarias. Denegado el recurso extraordinario, el
demandado ocurrió por queja ante la Corte Suprema, que por mayoría declaró procedente el
remedio federal y dejó sin efecto la sentencia de Cámara.
El a quo, para fundar su decisión, hizo hincapié en que los datos vertidos habían sido
recabados sin el consentimiento del actor y que el informe establecía una relación con otro
sujeto de derecho distinto, causándole, de tal manera, un desmedro a su derecho
personalísimo de "dominio" sobre sus datos personales.
DERECHO CONSTITUCIONAL I - FALLOS
La defensa sostiene que: Por un lado, atribuye arbitrariedad al fallo sobre la base de que la
cámara no respetó el principio de congruencia y no interpretó razonablemente la prueba
producida y, por otro, sostiene su recurso federal en lo dispuesto en el inc. 3º del art. 14 de la
ley 48 al entender que ha mediado errónea interpretación del tercer párrafo del art. 43 de la
Constitución Nacional.
La corte sostiene que: La cámara no realizó un examen adecuado de las pruebas producidas en
la causa para dirimir el contenido real de los informes cuestionados, aún más teniendo en
cuenta que ello era menester en tanto la demandada se había agraviado en forma expresa de
la ponderación del material probatorio efectuada en la primera instancia que desconocía, en
su criterio, la verdad comprobada en cuanto a que la información correspondiente a ambos
sujetos se encontraba debidamente separada. Con referencia al segundo aspecto del recurso,
el planteo también resulta idóneo para habilitar la instancia extraordinaria, pues se ha puesto
en tela de juicio la inteligencia que cabe atribuir a una cláusula de la Constitución Nacional y la
decisión del superior tribunal de la causa ha sido contraria al derecho fundado en aquélla (art.
14, inc. 3º de la ley 48), dejando así sin fundamentos a la argumentación de la parte
demandante.
Además, agrega que el a quo, al sostener sin más averiguación de la verdad, que el mero
hecho de haberse vinculado en un informe al actor con una sociedad, de la cual,
efectivamente, era presidente, le causaba un desmedro al derecho sobre sus datos personales
y confirmar, en consecuencia, la resolución de la instancia anterior por la cual se condenaba
con costas a la demandada a suprimir de su registro personal la información correspondiente a
la sociedad, implicó una interpretación que como bien lo destaca el señor Procurador Fiscal
exorbita el texto constitucional (art. 43) que prevé una medida de tal naturaleza, ante actos de
ilegalidad o arbitrariedad manifiesta, sólo para los casos de falsedad o discriminación.
Entonces, corresponde declarar procedente el recurso extraordinario e invalidar lo decidido,
pues media relación directa e inmediata entre lo resuelto y las garantías constitucionales que
se dicen vulneradas (art. 15, ley 48).
Por ello y lo dictaminado concordemente por el señor Procurador Fiscal, se hace lugar a la
queja, se declara admisible el recurso extraordinario y se deja sin efecto la sentencia con el
alcance indicado.
HECHOS DEL CASO: Buenos Aires, septiembre 5 de 1958. ¬¬ La firma Samuel Kot (Soc. de Resp.
Ltda.), propietaria de un establecimiento textil situado en la calle Arias 228 de Villa Lynch,
partido de San Martín, Prov. de Buenos Aires, mantiene desde el 21 de marzo próximo pasado
un conflicto con su personal obrero. La huelga de este personal fue primeramente declarada
ilegal por la Delegación San Martín del Departamento Provincial del Trabajo con fecha 28 de
marzo, por lo cual la firma patronal dispuso la concurrencia de los obreros a su trabajo dentro
de las 24 horas, con excepción de los delegados Aarón Fistein y Aníbal Villamayor. Un mes y
DERECHO CONSTITUCIONAL I - FALLOS
medio más tarde, el presidente del Departamento Provincial del Trabajo declaró nula aquella
resolución de la Delegación San Martín e intimó a ambas partes a reanudar el trabajo. La
empresa se negó a reincorporar a los obreros que había despedido y entonces éstos y otros
compañeros ocuparon la fábrica el día 9 de junio y se mantienen en ella hasta ahora; los
patrones pueden entrar al establecimiento y sacar objetos dejando constancia escrita, más se
impide la entrada al personal de administración y a los capataces. Desde el día de la ocupación,
"el establecimiento no realiza labor alguna" de suerte que "la fábrica está totalmente
paralizada" (informe policial de fs. 36 del citado expediente).
PRIMERA INSTANCIA: después de avocar el conocimiento del sumario, resolvió 2 días después
el 18 de junio sobreseer definitivamente en la causa "en cuanto al hecho de la ocupación del
inmueble de la calle Arias 228 de la localidad de Villa Lynch, partido de San Martín y no hacer
lugar al pedido de desocupación de la misma".
SÍNTESIS DEL FALLO: por sus fundamentos, confirmó el sobreseimiento definitivo que había
sido objeto del recurso. Contra esta sentencia, el interesado dedujo recurso extraordinario el
que, concedido por el tribunal ha sido declarado improcedente por esta Corte en el día de la
fecha.El mismo día de la sentencia de la cámara, pero antes de dictarse, el apoderado de la
empresa se presentó ante la misma cámara deduciendo "recurso de amparo" a fin de obtener
la desocupación del inmueble: invocó la sentencia de esta Corte, de fecha 27 de diciembre de
1957, recaída en el "caso Siri", "las garantías a la libertad de trabajo (Art. 14); a la propiedad
(artículo 17); a la libre actividad (Art. 19); de la Constitución Nacional", que estarían afectadas
e hizo presente que la situación que planteaba era de "una gravedad extraordinaria.
Jacobo Timerman fue arrestado el 21 de abril de 1977, bajo un decreto ejecutivo especial, a
petición del comandante en jefe del Ejército. Fue detenido por estar asociado con David
Graiver, el editor de "La Opinión", el diario de Buenos Aires que Timerman publicaba.
Graiver era sospechoso de haber proporcionado cuantiosas sumas de dinero a los
Montoneros, una de las mayores agrupaciones políticas de izquierda que se habían
involucrado en actividades terroristas durante los años setenta. Graiver fue muerto en un
accidente aéreo mientras estaba fuera del país, a comienzos de abril de 1977.
El Decreto 1093/77 ordenó el arresto de Timerman argumentando que tenía una "vinculación
estrecha y directa con las causas que motivaron la declaración del estado de sitio". Cinco
meses más tarde, después de un período de interrogamiento y tortura bajo la custodia del
Ejército, fue juzgado y absuelto por un Consejo de Guerra especial, bajo el Código de Justicia
Militar. Luego, la Junta ordenó que sea puesto bajo arresto domiciliario y se le prive de sus
derechos políticos y laborales.
INDULTO
El fallo trata sobre la acción de amparo iniciada por Alberto Kattan y Juan Schroeder para que
se produzca la nulidad de autorizaciones de caza de toninas overas (un tipo de delfines),
otorgados por el Poder Ejecutivo a dos empresas japonesas.
El poder ejecutivo no había negado la legitimación de los primeros, sino que los había
reconocido como autorizados para accionar. El tribunal de 1era instancia los reconoció de
igual manera como legitimados actores, dado que la ley 22421 sobre protección a la fauna
silvestre declaraba que esta última era de interés público y que en virtud del artículo 33 de la
Constitución sobre derechos implícitos, deberá reconocerse el derechos de los actores a
accionar como uno de ellos, sobre todo dado que los japoneses son considerados
depredadores irracionales de los mares y que no había suficiente información y estudios
realizados sobre cetáceos como para determinar con certeza si la pesca y caza de 14 toninas
overas era decisiva para la extinción de la especie y del ecosistema.
Los jueces señalaron que los actores habían cumplido con su tarea de investigación como para
iniciar un amparo al respecto, ya que la conservación del ecosistema era parte de un dueño de
estos y de la sociedad entera, al formar parte de él y necesitarlo también para subsistir.
DERECHO CONSTITUCIONAL I - FALLOS
Se trataba, para los mismos, de un poder concedido por el ordenamiento jurídico que sirve
para la satisfacción de intereses humanos, por lo cual era idóneo aceptar una solicitud de dos
miembros.
Por otra parte, desestimaron el interés cultural de intercambio dejado por la demandada
hacienda, referencia a que se trataba de simples sociedades comerciantes que fomentaban la
caza por diversión, eliminando especies y cortando otras que requerían de las mismas, por la
cadena alimentaria.
Debido a todo lo hablado hicieron lugar al amparo y declararon nulas las autorizaciones de
caza de 14 toninas overas otorgadas por el P.E.
Hechos:
Los demandantes, Polino y Bravo (del Partido Socialista), invocando su condición de
ciudadanos y de diputados de la Nación solicitaron la nulidad del proceso constituyente, cuya
primera fase concluyó con la sanción de la ley 24.309, que declaró la necesidad de reforma de
la CN.
El juez del tribunal de primera instancia le negó legitimación a los actores, pues en cuanto
ciudadanos –consideró- no invocan la violación de un derecho o interés propio y en cuanto a
su condición de diputados, ella habilita para cumplir con sus funciones defendiendo los
intereses de los ciudadanos pero sólo en los límites de las facultades que les asigna la CN.
Contra la sentencia de la sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en
los Contencioso Administrativo Federal, que confirmó la de la primera instancia, la parte actora
interpuso el recurso extraordinario, por violación de garantías constitucionales, el cual fue
concedido.
La Corte concluyó por declarar improcedente el recurso extraordinario.
Opinión mayoritaria:
La condición de ciudadano que invocan los demandantes no es apta por carecer de un interés
concreto, inmediato y sustancial.
El sistema de control constitucional en la esfera federal excluye el control genérico o
abstracto, lo que impide que la actividad del tribunal se extienda adquiriendo
las características del poder legislativo.
El apelante solo invoca una preocupación muy general y es cargo que ocupa sólo lo habilita
para actuar como tal dentro del organismo que integra.
El art. 30 de la CN sólo exige que la necesidad de reforma sea declarada por el Congreso con el
voto de dos terceras partes, al menos de sus miembros, sin exigir que sea declarada
necesariamente en forma de ley. Por esto, el Congreso se mantuvo dentro del marco exigido
en la disposición
Opinión minoritaria:
Dr. Fayt
Sólo debe considerarse ley a aquella que lo es en sentido constitucional, por lo que debieron
seguirse las formalidades previstas en la CN.
Frente a violaciones como las que se alegaron no puede sostenerse que la cuestión sea ajena
al control judicial, pues se encuentra en juego la validez misma del proceso de reforma de la
CN.
Todos los ciudadanos están igualmente habilitados para defender la CN cuando ella es
colocada bajo la amenaza cierta de ser alterada por maneras diferentes de las que ella prevé.
La declaración formulada requiere una expresión de voluntad de dos tercios de ambas
cámaras, lo cual no ocurrió, pues las declaraciones de ambas cámaras difieren.
Esto sumado a los condicionamientos que impusieron la aceptación o el rechazo total de una
cantidad de disposiciones excede las facultades del Congreso.
Dr Boggiano
Las cuestiones concernientes a la validez de la limitación de las potestades de la Convención
Constituyente según el art. 5 de la ley 24.309, que exige la aprobación o rechazo del conjunto
de ciertos temas y las referentes a las facultades del Senado para declarar la necesidad de
reforma son escindibles y diferentes.
No puede considerarse satisfecho el requisito de mayorías del art. 30 de la Carta Magna pues
senadores y diputados aprobaron cosas distintas.
Respecto del condicionamiento de la Convención Constituyente, establecido en el art .5 de la
ley, el recurrente carece de legitimación para impugnarla, en su carácter de diputado
“CINE CALLAO”
22 de junio de 1960
Debido a la falta de suficientes salas de teatro, los artistas del espectáculo sufrieron una grave
crisis ocupacional. Circunstancia por la cual, el Poder Legislativo dictó la Ley Nº 14.226, la cual
declara obligatoria la inclusión de espectáculo de variedades en los programas de las salas
cinematográficas de todo el territorio de la Nación. La norma anteriormente mencionada
prohibió cobrar al público una suma extra por los números ofrecidos, por lo que las empresas
cinematográficas debían soportar los gastos adicionales. Esto último fue posteriormente
modificado por la Resolución Nº 1.446/57 que autorizó a cobrar por separado los ‘actos en
vivo’.
La S.A. propietaria del Cine Callao se rehusó a cumplir la norma citada, por lo cual, la Dirección
Nacional de Servicio de Empleo la intimó para que iniciase la presentación de los ‘números en
vivo’.
A pesar de la intimación, la S.A continuó incumpliendo la norma, motivo por el cual la D.N.S.E.
inició un sumario administrativo. En dicho acto administrativo se le impuso a la sociedad una
multa y se la obligó a cumplir con la ley 14.226 bajo apercibimiento de clausura.
Contra esta sentencia, la interesada interpuso recurso extraordinario impugnando la
constitucionalidad de la ley 14.226 por contrariar la garantía de propiedad y el derecho de
ejercer libremente el comercio e industria, ambos consagrados en los artículos 14 y 17 de
la Constitución Nacional.
La Corte Suprema toma postura hacia la tesis amplia respecto del poder de policía. Los
derechos individuales podrán ser restringidos no sólo por motivos de seguridad, salubridad y
moralidad sino también para salvaguardar los intereses económicos de toda la comunidad.
“AVICO C/ DE LA PESA”
La Corte Suprema de la Nación confirmó, por mayoría, la sentencia apelada, sosteniendo que:
1. El derecho de usar y disponer de la propiedad ni ningún otro derecho reconocido por
la Constitución tiene carácter absoluto. Pues, La reglamentación o limitación del ejercicio de
los derechos individuales es una necesidad derivada de la convivencia social.
2. No es del resorte del Poder Judicial decidir del acierto de los otros poderes públicos en la
elección del medio empleado para conjurar una situación de crisis económica -en el caso, se
cuestiona la reglamentación del precio de los alquileres dispuesta por la ley 11.157, sino que
únicamente le incumbe pronunciarse acerca de los poderes del Congreso para establecer la
restricción al derecho de usar y disponer de la propiedad, teniendo para ello en cuenta la
naturaleza, las causas determinantes y la extensión de la medida restrictiva adoptada.
3. El poder para limitar el derecho del propietario en las circunstancias excepcionales que
justificaron el dictado de la ley 11.157, no importa admitir que ese poder sea omnímodo a los
efectos de reglamentar el precio de los alquileres, pues el Congreso no podría fijar un precio
arbitrario que no correspondiese al valor locativo de la habitación en condiciones normales,
porque ello importaría confiscatoriedad.
4. No habiéndose acreditado en autos que el alquiler devengado el 1 de enero de 1920 por la
habitación de que se trata, no fuese razonable en el momento de la promulgación de la ley
11.157 -que prohibe cobrar un precio de locación mayor al que se pagaba a esa fecha, y dado
el corto tiempo transcurrido entre esas dos fechas, cabe presumir que el límite fijado satisface
-en el caso- las condiciones necesarias de razonabilidad y que, por consiguiente, no ha sido
vulnerada la garantía del artículo 17 de la Constitución Nacional.
5. El hecho de que la sentencia apelada haya hecho aplicación retroactiva de la ley 11.157, que
prohibe cobrar durante dos años por el alquiler de casas, piezas y departamentos un precio
mayor al que se pagaba por los mismos el 1 de enero de 1920, no suscita cuestión de carácter
federal que pueda examinarse en el recurso extraordinario, pues la retroactividad de las leyes
en materia civil es un punto regido exclusivamente por el derecho común y ajeno, por lo tanto,
a la vía intentada.
6. Tratándose de una locación por simple convenio verbal y sin término, la aplicación de la ley
11.157 - que prohibe cobrar durante dos años por el alquiler de casas, piezas
y departamentos un precio mayor al que se pagaba por los mismos el 1 de enero de 1920- no
altera derechos adquiridos, pues no se trata de un contrato de cumplimiento exigible en el
futuro, sino de una relación de derecho precaria e inestable que no crea más obligaciones ni
más derechos que los derivados de cada período de alquiler que se fuere devengando por
reconducciones sucesivas.
DERECHO CONSTITUCIONAL I - FALLOS
El Poder Ejecutivo dictó un decreto de necesidad y urgencia para enfrentar una crisis
económica, el cual ordenaba que la devolución de depósitos de más de $1000 se haría en
bonos. Peralta vio afectado su derecho de propiedad con la sanción del decreto. Interpone
acción de amparo contra el Estado Nacional y el Banco Central, pidiendo la
inconstitucionalidad del decreto y el pago de su plazo. En primera instancia se lo rechaza, en
Cámara se hace lugar al amparo, y por recurso extraordinario federal la Corte Suprema
manifiesta que los decretos son válidos siempre que se sigan ciertas pautas.
No hay violación al art. 17 CN sino una restricción al uso que puede hacerse de la propiedad,
ello para atenuar la crisis o superarla. Los derechos no son absolutos, y están subordinados a
las leyes que reglamenten su ejercicio. El fundamento de las leyes de emergencia es poner o
remediar las situaciones de gravedad que obligan a intervenir en el orden patrimonial.
Requisitos para que una ley de emergencia sea válida y su sanción esté justificada:
- Que exista situación de emergencia que imponga al estado el deber de amparar los
intereses vitales de la comunidad.
- Que la ley tenga como nacionalidad legitima, la de proteger los intereses generales de la
sociedad y no a determinados individuos.
- Que la moratoria sea razonable, acordando un alivio justificado por las circunstancias.
- Que su duración sea temporal y limitada al plazo indispensable para que desaparezcan
las causas que hicieron necesaria la moratoria.
Está en juego el poder de policía, y el límite a este es que la propiedad privada no puede ser
tomada sin declaración de utilidad pública y previamente indemnizada. En situaciones de
emergencia se reconoce que se pueden dictar leyes que suspendan los efectos de los contratos
libremente convenidos por las partes siempre que no se altere la sustancia o espíritu de las
leyes, a fin de proteger el interés público.
Hechos: El caso es que la empresa Plaza de Toros (representada por un tal Señor Bonorino)
inició una causa ante un juez de la provincia de Buenos Aires impugnando una ley local que
prohibía instalar Plazas de Toros en su territorio, se fundaba en el libre ejercicio de industria. El
artículo 14 que permite toda industria licita no es absoluto pues se encuentra sometido a las
leyes que reglamentan su ejercicio. Las cuestiones que tengan que ver con la salud y moralidad
de los vecinos están reservados a las provincias.
Resolución: Que es un hecho y también un principio de derecho constitucional, que la policía
de las Provincias está a cargo de sus gobiernos locales, entendiéndose incluido en los poderes
que se han reservado, el de proveer lo conveniente a la seguridad, salubridad y moralidad de
sus vecinos; y que, por consiguiente, pueden lícitamente dictar leyes y reglamentos con estos
fines, no habiéndose garantido por el artículo catorce de la Constitución Nacional a los
habitantes de la República el derecho absoluto de ejercer su industria o profesión, sino con
sujeción a las leyes que reglamentan
su ejercicio: que siendo esto así, la Justicia Nacional seria incompetente para obligar a una
Provincia, que ha prohibido las corridas de toros, a soportar la construcción de una plaza para
dar al pueblo ese espectáculo, aun cuando pudiera ella calificarse de establecimiento
industrial, como se pretende, y el ejercicio de esa industria, no ofendiera al decoro, la cultura y
la moralidad de las costumbres públicas; por estos fundamentos, se confirma, con costas, el
auto apelado de foja doce; y satisfechas aquellas y repuestos los sellos, devuélvanse
El marco normativo.
CONCLUSIÓN:
TARIFEÑO: Si el fiscal NO acusa en el plenario ------ NO se puede sentenciar.
SANTILLÁN: Si el fiscal NO acusa ------- El querellante conjunto “puede” acusar.
MARSILECE: Todo lo contrario, a Tarifeño.
MOSTACCIO: Vuelve a Tarifeño (voto Fayt sostiene Marsilece).