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Pero para que los comportamientos humanos sean fuente de situaciones jurídicas,
tienen que manifestarse exteriormente, esto es, deben contar con una forma que
permitan reconocerlos en la vida de relació n. Es lo que se llama perceptibilidad (con
los sentidos) de los fenó menos y comportamientos y sus resultados materiales, frente
a la imperceptibilidad de la situació n jurídica que se genera, ya que esta ú ltima no
puede ser percibida a través de los sentidos.
Art. 260 NCC: “Acto voluntario. El acto voluntario es el ejecutado con discernimiento,
intención y libertad, que se manifiesta por un hecho exterior.” Similar al art. 913 de
Vélez Sarsfield, en cuanto exige la manifestació n de un hecho exterior.
Art. 296 NCC (ex 993): “Eficacia probatoria. El instrumento público hace plena fe: a)
en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial
público enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio
civil o criminal; b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones,
disposiciones, pagos, reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente
relacionados con el objeto principal del acto instrumentado, hasta que se produzca
prueba en contrario.”
Dación de fe: narració n del notario que es emitida a requerimiento de parte, está
referida a sus propios actos y a comportamientos ajenos, acontecimientos de la
naturaleza o sus resultados materiales, es instrumentada por el notario en el acto de
percibirlos y está destinada a dotarlos de fe pú blica.
Ahora bien, el esquema del comportamiento humano se aplica tanto al acto de dació n
de fe del escribano como a los actos de las partes de los cuales el escribano está dando
fe.
Art. 292 NCC: “Presupuestos. Es presupuesto para la validez del instrumento que el
oficial público se encuentre efectivamente en funciones. Sin embargo, son válidos los
actos instrumentados y autorizados por él antes de la notificación de la suspensión o
cesación de sus funciones hechos conforme a la ley o reglamento que regula la función
de que se trata.
Dentro de los límites de la buena fe, la falta de los requisitos necesarios para su
nombramiento e investidura no afecta al acto ni al instrumento si la persona
interviniente ejerce efectivamente un cargo existente y actúa bajo la apariencia de
legitimidad del título.”
Art. 1º. LP 6898: “Para ejercer el notariado se requiere: a) Ser argentino nativo, por
opción o naturalizado; en este último caso con una antigüedad no menor de 10 años. b)
Mayoría de edad. c) Título de notario o escribano expedido por universidades
nacionales, provinciales o privadas, autorizadas para funcionar por el Poder Ejecutivo
Nacional y por Universidades extranjeras, siempre que el título haya sido reconocido o
revalidado ante una Universidad Nacional (Ley 10.965). d) Ser de conducta,
antecedentes y moralidad intachables. e) Hallarse inscripto en la matrícula
profesional. f) Estar colegiado. g) Tener domicilio inmediato en la Provincia con un
plazo no menor de cinco años. h) No estar matriculado en ningún otro Colegio
profesional de país.”
Art. 4º LP 6898: “No pueden ejercer funciones notariales: a) Los ciegos, los sordos, los
mudos y todas aquellas personas que adolezcan de defectos físicos o mentales que les
inhabiliten para el ejercicio profesional; b) Los incapaces; (el NCC no habla má s de
incapacidad, es necesario determinar si existe una restricció n a la capacidad al
respecto) c) Los encausados por cualquier delito de acción pública desde que se hubiera
decretado la prisión preventiva mientras ésta dure, siempre que no fuera motivado por
hechos involuntarios o culposos o por los casos del artículo 89º del Código Penal; d) Los
condenados dentro y fuera del país por delitos que den lugar a la acción pública o por
contraversión a leyes nacionales de carácter penal con excepción de las sentencias por
actos culposos o involuntarios y por casos del Art. 89º del Código Penal; e) Los fallidos y
concursados no rehabilitados; f) Los que por inconducta o graves motivos de orden
personal, o profesional fueran descalificados para el ejercicio del notariado; g) Los
escribanos suspendidos en el ejercicio de su cargo, en cualquier jurisdicción de la
República, por el término de la suspensión.”
Es decir que el presupuesto “capacidad” se analiza en el momento de acceder a la
funció n conforme la mencionada legislació n, y se presume iure et de iure en cada acto
de dació n de fe, hasta el momento indicado en el art. 292 NCC.
Legitimación positiva: para que dé lugar a la fe pú blica (situació n final) que la dació n
de fe provoca, es necesario que el escribano esté colocado en situació n de (situació n
inicial):
Para completar el tema de la legitimació n del escribano, resta decir que el tema de las
incompatibilidades no debe ser tratado en este punto, ya que los actos considerados
incompatibles con la dació n de fe no afectará n al acto en sí sino al escribano, quien
puede ser pasible de una sanció n disciplinaria. Art. 7 LP 6898: “El ejercicio del
notariado es incompatible: a) Con todo cargo o empleo público retribuido a sueldo por
el Estado Nacional, Provincial, Municipal, o particulares; b) Con todo cargo o empleo
judicial cualquiera sea su categoría y los del Ministerio Público; c) Con todo cargo o
empleo o eclesiástico; d) Con el ejercicio del comercio, sea por cuenta propia o como
gerente, apoderado o factor de terceros; e) Con todo cargo o empleo no incompatible
que le obligue a residir fuera de la jurisdicción de su domicilio legal; f) Con el ejercicio de
la abogacía, de la procuración, de otra toda profesión liberal y del notariado en otra
jurisdicción; g) Con la condición de jubilado de la Caja Notarial o con la condición de
jubilado o retirado por invalidez de otra Caja (texto Ley 11.222). La infracción a lo
dispuesto por el inciso f) en forma ostensible o encubierta, por si o por interpósita
persona, mediante la tramitación, gestión, contratación o corretaje de causas judiciales,
será penada con la destitución del cargo.” Art. 8 LP 6898: “Exceptúanse de las
disposiciones del artículo anterior los cargos o empleos que impliquen el desempeño de
funciones notariales, los de carácter electivos; los docentes, los de índole puramente
artística o científica; los cargos de directores o síndicos de sociedades anónimas o el
carácter de accionistas de las mismas; los socios no gerentes de las sociedades de
responsabilidad limitada; directores de organismos estatales o paraestatales,
temporarios o con término fijo de mandatos. Los escribanos de registro que ejerzan los
cargos de ministros, secretarios, subsecretarios de estado, y secretarios de intendencia,
deberán solicitar licencia al Colegio de Escribanos por el término que dure su función.”
Art 9 LP 6898: “Las incompatibilidades que determina el artículo 7º, entrarán a regir
de inmediato para todo escribano que se halle en el ejercicio del notariado a partir de la
promulgación de la Ley 6898 a los que sean designados escribanos de Registro en el
futuro.”
IDONEIDAD DEL OBJETO: se trata aquí de la narració n que hace el escribano acerca
de lo que ve y oye (comportamiento humano, fenó menos naturales y resultados de
ambos). En este punto, tratamos la competencia material del escribano, la cual se
define por exclusió n: se excluye todo lo que la ley asigna a otros funcionarios pú blicos.
A su vez, hay también comportamientos, acontecimientos o resultados inidó neos
como objeto: a) comportamientos o acontecimientos jurídicamente irrelevantes, que
en tanto no producen efecto jurídico alguno no necesitan de la fe pú blica; b) actos
pú blicos, en cuantos ellos gozan de fe pú blica por sí mismos; c) cosas o
comportamientos que no pueden ser percibidos por la vista o el oído; d)
comportamientos, acontecimientos o resultados cuya complejidad y consiguientes
dificultades para narrarlos o describirlos los tornan incompatibles con el reducido
margen de error que la fe pú blica exige.
La forma está presente en todos los actos jurídicos, ya que si no hay exteriorizació n de
la voluntad no hay relevancia jurídica. Es decir que todos los actos son formales. Pero
la forma puede exigirse para distintos efectos:
o De forma solemne:
Forma solemne absoluta: le ley una forma determinada para que
el acto exista. Ej: donació n de inmuebles.
Forma solemne relativa: la forma se exige para la producció n de
los efectos propios del acto, pero si la forma no se cumple se
producen otros efectos. Ej: el boleto de compra venta de
inmueble no transfiere el dominio pero da a las partes, en ciertos
casos, la acció n de escrituració n.
Art. 285 NCC: “Forma impuesta. El acto que no se otorga en la
forma exigida por la ley no queda concluido como tal mientras no
se haya otorgado el instrumento previsto, pero vale como acto en
el que las partes se han obligado a cumplir con la expresada
formalidad, excepto que ella se exija bajo sanció n de nulidad.”
o Para la prueba: la forma no se exige sino a los fines probatorios. La
prueba es el modo en que se da publicidad u oponibilidad a un acto y no
siempre es concomitante con el mismo sino que puede producirse en
otro momento, a diferencia de la forma.
o Instrumentos pú blicos
o Instrumentos particulares:
Firmados (INSTRUMENTOS PRIVADOS)
No firmados (ej. Filmaciones, grabaciones, etc.)
Art 287 NCC: “Instrumentos privados y particulares no firmados.
Los instrumentos particulares pueden estar firmados o no. Si lo
están, se llaman instrumentos privados. Si no lo están, se los
denomina instrumentos particulares no firmados; esta categoría
comprende todo escrito no firmado, entre otros, los impresos, los
registros visuales o auditivos de cosas o hechos y, cualquiera que
sea el medio empleado, los registros de la palabra y de
información.”
El Có digo Civil vigente establece como principio la libertad de formas en su art. 284:
“Libertad de formas. Si la ley no designa una forma determinada para la exteriorización
de la voluntad, las partes pueden utilizar la que estimen conveniente. Las partes pueden
convenir una forma más exigente que la impuesta por la ley.”
Art. 286 NCC: “Expresión escrita. La expresión escrita puede tener lugar por
instrumentos públicos, o por instrumentos particulares firmados o no firmados, excepto
en los casos en que determinada instrumentación sea impuesta.
Puede hacerse constar en cualquier soporte, siempre que su contenido sea representado
con texto inteligible, aunque su lectura exija medios técnicos.”
Este artículo hace referencia a lo que en el Có digo anterior se llamaba “forma escrita”.
hay aquí una actualizació n de criterios para considerar a la expresió n escrita para
poder incluir toda clase de soporte, aunque su lectura exija medios técnicos, con
especial énfasis para poder recibir el impacto de nuevas tecnologías. Así, se amplía la
noció n de escrito, considerá ndose de esta forma inclusive la que conste o se visualice
a través de medios electró nicos. Es interesante advertir que la propia noció n de
soporte, dentro del elemento corporalidad del documento o instrumento, ubica en la
historia tanto a los primeros instrumentos -papiros, piedra, má rmol, cuero, etc. hasta
los actuales, como los que ofrece el mercado electró nico. Por ello se aclara que el
soporte tiene que ser representado con texto inteligible, muy a pesar que para su
lectura puedan ser necesarios diversos medios técnicos -en materia de firma digital,
por ejemplo, la lectura tanto de la clave pú blica como la clave privada-.
Firma: es el trazo habitual que una persona acostumbra a escribir para manifestar su
voluntad en determinada circunstancia. Es el modo en que se escribe un nombre o un
signo. Implica presencia, conformidad con el contenido y autoría. En el caso de las
actas notariales, la firma acredita presencia y acuerdo con lo narrado por el escribano,
mientras que en las escrituras pú blicas acredita acuerdo con el negocio jurídico.
Cabe tratar en este punto la problemá tica del art. 313 del Có digo Civil vigente, en
cuanto permite que los instrumentos privados sean firmados con huella digital o 2
testigos cuando la persona está imposibilitada de hacerlo. Art. 313 NCC: “Firma de los
instrumentos privados. Si alguno-de los firmantes de un instrumento privado no sabe o
no puede firmar, puede dejarse constancia de la impresión digital o mediante la
presencia de dos testigos que deben suscribir también el instrumento.” En el Có digo de
Vélez só lo se admitía la firma a ruego en los instrumentos pú blicos, y en el caso que se
quisiera firmar un documento privado pero la persona estuviera imposibilitada de
hacerlo, podía otorgar poder especial ante escribano pú blico firmando a ruego. El
Có digo Civil vigente trae la novedad de que los documentos privados pueden ser
firmados con huella dactilar o 2 testigos, lo cual es muy criticado por la doctrina por el
riesgo que esto conlleva. El interrogante que plantea la redacció n del artículo es si
basta con la impresió n digital para que el instrumento valga como principio de prueba
por escrito o si resulta necesario que los dos testigos suscriban el instrumento.
Pareciera, en principio, que la persona impedida —por cualquier razó n— de firmar
tiene dos alternativas: signar el documento con su impresió n digital o acudir a la
presencia de dos testigos que suscriban el documento. Esta interpretació n se deriva
de la utilizació n por parte del legislador de la conjunció n “o” (puede dejarse
constancia de la impresió n digital o mediante la presencia de dos testigos que deben
suscribir también el instrumento). Sin embargo, las dudas se generan a propó sito de la
utilizació n del adverbio “también” en la ú ltima parte de la norma. Dicho adverbio de
afirmació n hace suponer, a priori, que se requieren ambos extremos: la impresió n
digital y que los dos testigos firmen el instrumento. Pero es una cuestió n
interpretativa que deberá ser zanjada por la jurisprudencia. Lorenzetti, por ejemplo,
entiende que el artículo requiere conjuntamente huella y testigos, mientras que
Crucellas entiende que de la redacció n se desprende que puede recurrirse a uno u
otro medio, lo cual es muy peligroso.
Respecto de la actividad notarial, cabe aclarar que dentro de los actos no protocolares,
tenemos las certificaciones de firmas y de huellas digitales. En este ú ltimo caso, só lo se
usaba para unos formularios específicos de ANSES. Ahora, con el nuevo art. 313,
podrían llegar a aparecer certificaciones de huellas digitales para instrumentos
privados.
Si el primer testimonio se pierde, se puede solicitar otro. Para ello, deberá recurrirse a
la matriz, en donde se dejará constancia marginalmente de esta situació n, haciendo
que el primer testimonio que se denunció como perdido pierda validez. En este nuevo
testimonio también se insertará n los sellos del Registro. La solicitud de nuevo
testimonio só lo la podrá efectuar el titular del derecho, y no se emitirá n nuevas copias
mientras existan obligaciones pendientes de cumplimiento.
El art. 290 NCC, que refiere a los requisitos de los instrumentos pú blicos, fue
comentado má s arriba. El art. 291 NCC, referido a prohibiciones, también ya fue
tratado, al igual que el art. 292 (presupuestos). Todos ellos en el tema “legitimació n
del escribano pú blico”.
Art. 293 NCC: “Competencia. Los instrumentos públicos extendidos de acuerdo con lo
que establece este Código gozan de entera fe y producen idénticos efectos en todo el
territorio de la República, cualquiera sea la jurisdicción donde se hayan otorgado.” Es
una aplicació n directa del principio constitucional del artículo séptimo de nuestra
Carta Magna, cuando allí se afirma que los actos pú blicos y procedimientos judiciales
en una provincia gozan de entera fe en las demá s, dejando librado al congreso la
posibilidad de sanció n de leyes generales que determinen los alcances y los efectos de
esa libre circulació n, a los efectos de alcanzar la eficacia legal y probatoria que los
mismos producirá n en otra jurisdicció n.
Art. 294 NCC: “Defectos de forma. Carece de validez el instrumento público que tenga
enmiendas, agregados, borraduras, entrelíneas y alteraciones en partes esenciales, si no
están salvadas antes de las firmas requeridas. El instrumento que no tenga la forma
debida vale como instrumento privado si está firmado por las partes”
El art. 294 hace referencia a los elementos enumerados por el 305 (ver má s arriba),
sin embargo, es de buena técnica salvar todos los errores que se detecten. Esto debe
hacerse de puñ o y letra por parte del escribano. Ademá s, la doctrina entiende que esta
exigencia alcanza también a los instrumentos no protocolares.
Art. 295 NCC: “Testigos inhábiles. No pueden ser testigos en instrumentos públicos:
a) las personas incapaces de ejercicio y aquellas a quienes una sentencia les impide ser
testigo en instrumentos públicos; b) los que no saben firmar; c) los dependientes del
oficial público; d) el cónyuge, el conviviente y los parientes del oficial público, dentro del
cuarto grado y segundo de afinidad; El error común sobre la idoneidad de los testigos
salva la eficacia de los instrumentos en que han intervenido.”
En el caso de los testamentos, los testigos constituyen un requisito de validez del acto.
En los demá s actos los testigos son optativos, pero si se los menciona en la escritura
su firma no puede faltar.
Eficacia probatoria del instrumento pú blico: está tratada en el art. 296 NCC (ver má s
arriba). Cabe aclarar que en el caso del inciso a) só lo se puede recurrir a un juicio de
redargució n de falsedad, mientras que el inciso b) admite prueba en contrario.
Incolumidad formal: el art. 297 consagra este principio, que hace a la seguridad
jurídica y buena fe. Protege la fe pú blica y garantiza la eficacia probatoria del
instrumento pú blico.
Art. 297 NCC: “Incolumidad formal. Los testigos de un instrumento público y el oficial
público que lo autorizó no pueden contradecir, variar ni alterar su contenido, si no
alegan que testificaron u otorgaron el acto siendo víctimas de dolo o violencia.”
Contradocumento: se regula en el art. 298. Puede ser invocado por las partes pero no
es oponible a terceros de buena fe. Se trata de la constancia escrita del verdadero
negocio. Puede extenderse en instrumento pú blico o privado. Se establece como
requisitos que contenga la firma de las partes, que haga referencia al acto simulado y
puede extenderse antes, durante o después del negocio simulado, simpre que haya
vinculació n.
Cuestió n doctrinaria entre el art. 299 y el art. 310 NCC: “Actas. Se denominan actas
los documentos notariales que tienen por objeto la comprobación de hechos.” Estos dos
artículos han dado lugar a dos posiciones doctrinarias: una mayoritaria, que entiende
que dentro de las escrituras pú blicas se incluyen tanto a aquellas que plasman
negocios y actos jurídicos como a las que constatan hechos (es decir, todo instrumento
protocolar= 299 + 310); y una posició n minoritaria que entiende que só lo son
escrituras pú blicas las del art. 299, excluyendo de esta categoría a las actas de
constatació n.
Requisitos de las escrituras pú blicas: está n plasmados en al art. 301 NCC: “Requisitos.
El escribano debe recibir por sí mismo las declaraciones de los comparecientes, sean las
partes, sus representantes, testigos, cónyuges u otros Intervinientes. Debe calificar los
presupuestos y elementos del acto, y configurarlo técnicamente. Las escrituras públicas,
que deben extenderse en un único acto, pueden ser manuscritas o mecanografiadas,
pudiendo utilizarse mecanismos electrónicos de procesamiento de textos, siempre que en
definitiva la redacción resulte estampada en el soporte exigido por las
reglamentaciones, con caracteres fácilmente legibles. En los casos de pluralidad de
otorgantes en los que no haya entrega de dinero, valores o cosas en presencia del
notario, los interesados pueden suscribir la escritura en distintas horas del mismo día de
su otorgamiento. Este procedimiento puede utilizarse siempre que no se modifique el
texto definitivo al tiempo de la primera firma.” Este artículo plasma los principios de
inmediació n y de unidad del acto que debe regir la actividad notarial (excepció n al
principio de unidad del acto: cuando se realiza en un ú nico día y no hay entrega de
cantidades, sin modificació n del texto). A estos efectos, se entiende por unidad de acto
a la audiencia notarial durante la cual el escribano lee la escritura pú blica, los
comparecientes escuchan, al final se salvan los errores detectados, e inmediatamente
los comparecientes firman en presencia del escribano, quien autoriza con su firma y
sello en un ú nico acto. En cuanto a la excepció n, es necesario que existan pluralidad de
otorgantes, que no se entreguen ante el escribano dinero o cantidades, que la
suscripció n sea el mismo día, aunque en distintas horas, y que no se modifique el texto
al tiempo de la primera firma. Esta excepció n a la unidad del acto no es aplicable a
testamentos y otras escrituras que lleven testigos, ya que ellos deben presenciar el
acto. El escribano hará constar en la escritura que se recurre al art. 301 NCC.
Asimismo, el art. 301 trata el tema de la calificació n: se trata del deber del escribano
de encausar jurídicamente la voluntad de los requirentes para que tenga el efecto
jurídico deseado. Se incluye en este punto también el tema de la calificació n de los
presupuestos: el escribano debe controlar la capacidad, legitimació n y objeto.
Actualmente, con la reforma del Có digo Civil, el escribano deberá verificar en cuanto a
la capacidad si la persona tiene su capacidad restringida. La sentencia que establece
esta restricció n se anota marginalmente en la partida de nacimiento de la persona, ya
no se anota la inhibició n en el Registro de la Propiedad. Como no se consulta al
Registro Civil, se torna difícil saber si una persona tiene su capacidad restringida o no,
por lo que se está pidiendo volver al sistema de inhibiciones, al menos en cuanto a su
anotació n.
Este art. 301 también establece que las escrituras pueden ser escritas o
mecanografiadas, pero la LOPJ establece que comenzada la escritura con un
procedimiento, debe completarse con el mismo (aunque su incumplimiento no
produce nulidad).
En cuanto al idioma, deben ser redactadas en idioma nacional, segú n el art. 302 NCC:
“Idioma. La escritura pública debe hacerse en idioma nacional. Si alguno de los
otorgantes declara ignorarlo, la escritura debe redactarse conforme a una minuta
firmada, que debe ser expresada en idioma nacional por traductor público, y si no lo hay,
por intérprete que el escribano acepte. Ambos instrumentos deben quedar agregados al
protocolo. Los otorgantes pueden requerir al notario la protocolización de un
instrumento original en idioma extranjero, siempre que conste de traducción efectuada
por traductor púbico, o intérprete que aquél acepte. En tal caso, con el testimonio de la
escritura, el escribano debe entregar copia certificada de ese instrumento en el idioma
en que está redactado.” Se habla de idioma nacional y no españ ol ya que es má s
abarcativo de ciertos modismos locales. El artículo prevé dos supuestos: el caso de
que alguno de los otorgantes declare no conocer el idioma nacional y el caso de que se
le pida al escribano la protocolizació n de un documento en idioma extranjero. En el
primer caso, la minuta a la que refiere este artículo debe contener los elementos
esenciales del acto, redactada en el idioma de la persona que no comprende el idioma
nacional y traducida por traductor pú blico o intérprete que el escribano acepte (saca
del á mbito judicial la elecció n del intérprete). Ambos documentos, minuta y
traducció n, deben ser agregados al protocolo. No aclara el artículo que la minuta deba
ser firmada en presencia del escribano. El segundo caso, el de la protocolizació n, la
doctrina entiende que no es necesario hacer una transcripció n del acto sino que basta
con incorporar el documento y su traducció n al protocolo. Al otorgante le entregará
una copia certificada del documento en idioma original y primer testimonio de la
protocolizació n.
Testado: cuando se tacha una palabra y se escribe otra que la reemplaza entre líneas.
Antes de la firma de las partes debe salvarse de puñ o y letra de la siguiente manera:
TESTADO “…” NO VALE. ENTRE LÍNEAS “…” VALE.
Art. 316 NCC: “Enmiendas. Las raspaduras, enmiendas o entrelíneas que afectan partes
esenciales del acto instrumentado deben ser salvadas con la firma de las partes. De no
hacerse así, el juez debe determinar en qué medida el defecto excluye o reduce la fuerza
probatoria del instrumento.”
Fecha cierta: se trata de aquella que otorga certeza de que el instrumento privado ya
estaba firmado al momento de su producció n o no pudo ser firmado después de su
acaecimiento. La exigencia de que un instrumento privado tenga fecha cierta tiene por
objeto proteger a los terceros del fraude que las partes podrían cometer cambiando la
fecha del instrumento. El art. 317 NCC da una fó rmula general y deja a criterio del
juez la evaluació n de si existe o no fecha cierta, lo cual ha sido muy criticado ya que se
elimina la enumeració n de Vélez que era má s clara. Art. 317 NCC: Fecha cierta. La
eficacia probatoria de los instrumentos privados reconocidos se extiende a los
terceros desde su fecha cierta. Adquieren fecha cierta el día en que acontece un hecho
del que resulta como consecuencia ineludible que el documento ya estaba firmado o
no pudo ser firmado después. La prueba puede producirse por cualquier medio, y
debe ser apreciada rigurosamente por el juez.
Art. 319 NCC: “Valor probatorio. El valor probatorio de los instrumentos particulares
debe ser apreciado por el juez ponderando, entre otras pautas, la congruencia entre lo
sucedido y narrado, la precisión y claridad técnica del texto, los usos y prácticas del
tráfico, las relaciones precedentes y la confiabilidad de los soportes utilizados y de los
procedimientos técnicos que se apliquen.”
Entonces:
HIPOTECA
El Có digo Civil vigente es má s sistemá tico en este punto respecto del Có digo de Vélez.
Regula a los derechos reales de garantías con disposiciones comunes (art. 2184 y ss) y
luego en 7 artículos (2205 y ss) regula cuestiones específicas de las hipotecas.
Una aclaració n: la hipoteca que regula el Có digo Civil recae sobre bienes inmuebles.
En nuestro Derecho también tenemos una hipoteca que recae sobre aeronaves en el
Có digo Aeroná utico y una hipoteca que recae sobre buques en la ley de Navegació n
20.094.
Art. 2185 NCC: “Convencionalidad. Los derechos reales de garantía sólo pueden ser
constituidos por contrato, celebrado por los legitimados y con las formas que la ley
indica para cada tipo.”
Art. 2208 NCC: “Forma del contrato constitutivo. La hipoteca se constituye por
escritura pública excepto expresa disposición legal en contrario. La aceptación del
acreedor puede ser ulterior, siempre que se otorgue con la misma formalidad y
previamente a la registración.”
El art. 2208, que regula la forma de la hipoteca, dice “salvo expresa disposició n legal
en contrario”, lo cual genera confusió n, ya que no se comprende en qué casos podría
una hipoteca constituirse de forma administrativa o judicial. Una teoría afirma que la
redacció n obedece a una copia del Có digo de Vélez. Por otro lado, se admite que puede
existir una hipoteca judicial en el caso de saldo en una subasta, lo cual es altamente
improbable ya que ganará la subasta quien pueda pagar todo junto. Asimismo, puede
que la redacció n del artículo obedezca a motivos histó ricos referidos a las tierras
fiscales, lo cual no tiene razó n de ser hoy en día. Agregado de UniversoJus.com: “Esto
sucede cuando los gravá menes hipotecarios se constituyen ante los oficiales pú blicos
titulares y adscriptos de las Escribanías de Gobierno de las distintas jurisdicciones
(v.gr. garantías concedidas para la adquisició n de viviendas sociales, operatorias con
inmuebles del Estado, etc.). Estos funcionarios integran los estamentos de la
Administració n Pú blica, y por tanto, son oficiales pú blicos administrativos pero no
notarios. De aquí que el resultado de su actuació n sea un instrumento pú blico de esa
naturaleza (administrativo), pero no de corte notarial (escritura pú blica). Otro tanto
sucedería se la operatoria hipotecaria se celebrara ante los có nsules argentinos
destacados en el extranjero, respecto de inmuebles ubicados en la Repú blica
Argentina, dado que dichos funcionarios tienen una competencia material equivalente
a la de los notarios.”
- Capacidad: COMPLETAR
- Legitimació n: art. 2206 NCC: “Legitimación. Pueden constituir hipoteca los
titulares de los derechos reales de dominio, condominio, propiedad horizontal,
conjuntos inmobiliarios y superficie”.
o Cabe aclarar respecto del condominio que el condó mino só lo puede
hipotecar su parte indivisa. Para hipotecar el total de la cosa o una parte
materialmente determinada necesita de la conformidad de todos los
condó minos. Caso en que opera la divisió n del condominio y la cosa no
es adjudicada al constituyente de la hipoteca.
o En el caso de la propiedad horizontal, por el cará cter de
inescindibilidad, la hipoteca recae sobre la cosa exclusiva y los espacios
comunes en el límite de su extensió n.
o Yendo al caso de los conjuntos inmobiliarios, queda la duda de si el
artículo refiere a los mismos como género abarcativo de los conjuntos
inmobiliarios propiamente dichos, cementerios privados, etc., o si só lo
refiere a los conjuntos inmobiliarios propiamente dichos. Al respecto
hay distintas posturas.
o Lo má s novedoso del artículo viene dado por el derecho real de
superficie, ya que estaríamos frente a la hipoteca sobre un derecho (el
derecho real de superficie consiste en el derecho a construir, plantar o
forestar sobre inmueble ajeno). Si ya se ha construido, plantado o
forestado, sí estamos frente a hipoteca de inmueble porque lo
construido, plantado o forestado es inmueble por accesió n. Pero si el
derecho aú n no se ha concretado, el Nuevo Có digo parece igualmente
permitir que se constituya hipoteca sobre el mismo.
Art. 2186 NCC: “Accesoriedad. Los derechos reales de garantía son accesorios del
crédito que aseguran, son intransmisibles sin el crédito y se extinguen con el principal,
excepto en los supuestos legalmente previstos.
Especialidad en cuanto al crédito: falta definició n que dio la Dra. Pujol. En este punto
ha habido una reforma, ya que en su redacció n original el Nuevo Có digo introducía el
concepto de gravamen (monto de la garantía en dinero, no aclaraba el tema de la
moneda extranjera), lo cual implicaba garantías techo tanto para obligaciones abierta
como cerradas. Esto se ha reformado en septiembre de 2016 estableciendo techo
ú nicamente para las garantías abiertas y eliminando el concepto de gravamen.
Entonces, para las garantías abiertas se establece que debe existir un límite
monetario, y el excedente es considerado quirografario, mientras que en el caso de las
garantías cerradas se establece el principio de extensió n en cuanto al crédito
(intereses y gastos quedan alcanzados), como lo estipulaba Vélez.
Art. 2188 NCC: “Especialidad en cuanto al objeto. Cosas y derechos pueden constituir el
objeto de los derechos reales de garantía. Ese objeto debe ser actual, y estar
individualizado adecuadamente en el contrato constitutivo.”
Art. 2191 NCC: “Indivisibilidad. Los derechos reales de garantía son indivisibles. La
indivisibilidad consiste en que cada uno de los bienes afectados a una deuda y cada
parte de ellos, están afectados al pago de toda la deuda y de cada una de sus partes.
El acreedor cuya garantía comprenda varios bienes puede perseguirlos a todos
conjuntamente, o sólo a uno o algunos de ellos, con prescindencia de a quién pertenezca
o de la existencia de otras garantías.
Caso del constituyente que no es deudor: es el caso de quien constituye una hipoteca
para garantizar una deuda ajena o quien adquiere un inmueble hipotecado. En este
ú ltimo caso, si el adquirente manifiesta que se constituye como deudor (responderá
con todo su patrimonio), podemos estar frente a una delegació n perfecta (el acreedor
acepta al nuevo deudor y libera al original, produciéndose una novació n en cuanto al
sujeto) o imperfecta (no se libera al deudor original y pasamos a tener 2 deudores, el
original y el adquirente del inmueble hipotecado, sin que haya intervenció n del
acreedor).
El propietario no deudor puede hacer valer las defensas personales del deudor sólo si se
dan los requisitos de la acción subrogatoria.
Las defensas inadmisibles en el trámite fijado para la ejecución pueden ser alegadas por
el propietario no deudor en juicio de conocimiento.”
Art. 2210 NCC: “Duración de la inscripción: Los efectos del registro de la hipoteca se
conservan por el término de treinta y cinco (35) años, si antes no se renueva.” (Artículo
sustituido por art. 24 de la Ley N° 27.271 B.O. 15/9/2016. Vigencia: desde su
publicación en el Boletín Oficial.)