EL PRESENTE MATERIAL DE UTILIZA CON
FINES EXCLUSIVAMENTE DIDÁCTICOS
HIPERDOCUMENTOS
REFERENCIALES
UNA HERRAMIENTA PARA DISEMINAR
RECURSOS DE INFORMACION INTERNET
ENTRE LOS USUARIOS
DEL SERVICIO DE REFERENCIA
Víctor Federico Herrero Solana
p. 9-33 - p. 65-98
NUEVO PARHADIGMA
1998
INTRODUCCIÓN
Los avances en la tecnología informática han modificado
sustancialmente, y siguen modificando, el desarrollo de la tarea bibliotécaria.
La disponibilidad de recursos de información en medios electrónicos es un
campo dentro de la profesión que todavía no ha sido ampliamente explotado.
Además, estas nuevas tecnologías son importantes no solo en sí mismas, sino
también en la medida que causan un profundo debate dentro de la profesión.
.
De hecho, el ámbito profesional esta sumido en una discusión sobre los pro y
contras de la tecnología de la información. En muchos casos se habla incluso
de un nuevo profesional "post-tecnológico" por oposición a aquel que se
encuentra en una fase "pre-informática".
No estamos de acuerdo con esta cuestión, creemos que existe una
suerte de "esnobismo" en todo lo relativo al uso y aplicación de la técnología
informática, y que suele "marear" a gran cantidad de profesionales de nuestro
medio, quienes piensan que si no manejan alguna de las tecnologías de moda
no están cumpliendo correctamente con su tarea. Esto es completamente
9

falso, la tecnología es sin lugar a duda un medio para el mejoramiento y supe-
ración del trabajo bibliotecario, sin embargo, es un medio, una herramienta
para lograr un objetivo (la superación del servicio al usuario), y no un objeti-
vo en sí misma. Caer en un excesivo instrumentalismo es tan pernicioso como
negar la utilidad de los propios instrumentos. De tal forma, podemos afirihar
que el bibliotecario del futuro, al menos del futuro inmediato, no será un pro-
fesional que deberá adoptar un nuevo y revolucionario rol ante este incesante
cambio, sino que tendrá que ser capaz de adaptar estas nuevas herramientas
de trabajo a la solución de los problemas tradicionales que le competen en su
papel de intermediario de información.
Pensamos que el mejor modo de afianzar esta línea de acción, es
diseñar y construir herramientas de trabajo, basadas en las modernas tecno-
logías, fácilmente comprensibles y aplicables en un amplio abanico de situa-
ciones. El objetivo del presente trabajo es proponer una metodología para el
diseño y desarrollo de una herramienta denominada por nosotros
"hiperdocumento referencial", instrumento destinado al servicio de consulta y
que encarna las características de la bibliografia clásica, combinadas con los
beneficios del acceso en línea de información electrónica. Su importancia
radica en que es un esfuerzo por dotar al bibliotecario de una herramienta
tecnológica, y cuya principal virtud es mantener intactas muchas de las fun-
ciones tradicionales de la profesión. Esto es de gran ayuda para divulgar el
uso de modernas tecnologías sin ocasionar un fenómeno de resistencia en la
labor bibliotecaria cotidiana.
Para brindar un marco referencial que nos guíe en esta tarea nos
planteamos como objetivo primario el análisis de aquellas capacidades y ap-
titudes que posee el profesional bibliotecario en el manejo de la información
electrónica, yen qué medida las puede utilizar a la hora de brindar un servicio
de información basado en una tecnología de Internet. En la primer parte se
10
presentará una periodización del proceso de integración entre la biblioteca y
la tecnología, y se analizará también cuales serán las tareas a desarrollar por
el profesional bibliotecario en cada uno de los diferentes contextos. Estas
cuestiones tienen como finalidad situar a la biblioteca y al bibliotecario en un
escenario más o menos concreto para un futuro inmediato. Se pondrá énfa-
sis en la dispersión y confusión terminológica existente en la bibliografia sobre
el tema. ■
En la segunda parte se avanzará sobre el concepto de red como
espacio documental, y se analizarán los antecedentes del hipertexto como la
tecnología óptima para plasmar la intertextualidad que trasciende a todo tra-
bajo científico. Se considerará en qué medida el World Tficle Web (WWW)
sirve de soporte a este modelo hipertextual y se lo comparará con las
características del sistema ideal Xanadu. Hacia el final del capítulo se desta-
carán los puntos flojos del WWW y cómo podrían ser subsanados por el
bibliotecario. A lo largo de todo el capítulo se trabajará sobre los conceptos
de construcción social del significado y de hipertexto, con el fin de brindar un
acercamiento intuitivo a la forma en que la red, una manifestación humana,
crece día a día.
En la última parte se presentará una detallada metodología para plani-
ficar, diseñar, construir, aplicar y evaluar, un servicio de hiperdocumentos
referenciales dirigidos al usuario. También se destacará el alcance del término
bibliografia, se propondrá una tipificación de usuarios de herramientas tecno-
lógicas y se analizarán las capacidades que deberán poseer los profesionales
bibliotecarios para poder implementar esta aplicación. Tanto la metodología
como la tipificación de usuarios son los aportes originales del presente trabajo.
Hasta este momento hemos intentado delinear un esbozo de lo que
es este trabajo, pero además, creemos importante señalar claramente aque-
11

llo que no es. En primer lugar no es un estudio comprensivo ni minucioso
sobre Internet, y aunque ésta tenga un papel preponderante a lo largo de
todo el trabajo, no es nuestro objeto primario de estudio, como tampoco lo
es el WWW. Tampoco estamos ante un curso tutorial sobre el lenguaje de
programación del WWW, el "Lenguaje de Marcado de Hipertexto" (HTML),
ni ante una guía de estilo para la creación de páginas en el mismo lenguaje,
aunque éste será utilizado en el diseño de nuestra herramienta. Es importante
tener en cuenta que estas cuestiones son eminentemente técnicas y que cada
día representan un problema cada vez menor. A principios de los años 90,
diseñar y mantener una página HTML era poco menos que un trabajo de
iniciados. Hoy en día podemos crear una página HTML con la misma facili-
dad con que escribimos una página de texto en un procesador de textos
común y corriente. Sin ir más lejos, la última versión del paquete integrado de
la firma Microsoft, el Office 97, posee la capacidad de convertir, con solo
pulsar un botón, cualquier archivo al formato HTML. De esta forma, páginas
de texto, hojas de cálculo, bases de datos, gráficas, presentaciones, etc.,
pueden ser puestas en Internet con una facilidad que no existía hace un par de
arios, cuando comencé mis investigaciones. Por ello es que hemos tratado de
prescindir lo máximo posible de este tipo de información, la cual se volvería
rápidamente obsoleta, y nos hemos concentrado en aquellas cuestiones de
fondo que van un poco más allá \del propio instrumento. No obstante, en la
última parte se podrá observar algo de código HTML, pero su inclusión
debe tornarse corno un modesto ejemplo del proceso que allí se describe.
Por último, podemos señalar que tampoco es una guía de recursos de infor-
mación para bibliotecarios, ni un intento de divulgación de las tecnologías en
él involucradas.
A lo largo de todo el trabajo, y debido a la naturaleza del mismo, se
encontrarán gran cantidad de términos en inglés. En los casos en que ha sido
posible se ha presentado el término equivalente en español, sin embargo, en
12
muchos casos no existe correspondencia o la traducción ha corrido por parte
del autor sin posibilidad de cotejarla con otros autores ya que la mayoría de
los textos en español mantienen los vocablos en su lengua original. Solamente
se ha optado por usar el término en español en aquellos casos en que es muy
conocido.
Este libro se basa en un trabajo tesis realizado para aspirar al grado
de Maestro en Bibliotecología por la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM . ) y ha sido llevado a cabo entre el mes de enero de 1995 y
enero de 1997 en el ámbito de la Biblioteca Daniel Cosío Villegas de El
Colegio de México. El mismo ha sido beneficiado por los aportes de su
asesor Mtro. Alvaro Quijano Solis, la revisora Mtra. Rosalba Cruz Ramos, y
los sinodales: Dra. Elsa Barberena Blázquez, Mtro. Ramiro Lafuente y Dr.
Heshmatallah Khorramzadeh. También debo destacar a todos aquellos que
me han ayudado con sus conocimientos de forma desinteresada durante mi
estancia en El Colegio de México, especialmente a Shirley Ainswoith y a
Patrick Vielle. Mi agradecimiento más profundo a Montserrat Rabadán sin
cuyo apoyo y cariño, este trabajo, y muchas otras cosas más, nunca se hu-
bieran realizado. Y por último ami familia, sin ellos, yo no hubiera existido.
13

PRIMERA PARTE
BIBLIOTECAS Y BIBLIOTECARIOS EN EL
CONTEXTO ELECTRÓNICO
I.I. El problema terminológico
El tratamiento automatizado de la información ha impactado a la
sociedad en todos sus ámbitos durante la segunda mitad del siglo XX, y
las bibliotecas no han sido ajenas a este fenómeno. La introducción de la
computadora ha ido modificando paulatinamente el esquema de la biblio-
teca clásica, llegando incluso a cambiar su propia denominación. Mucha
es la bibliografía que aborda este tema, sin embargo, no hay un acuerdo
en torno a los conceptos propuestos.
Existe unanimidad con respecto a un punto: la incorporación pau-
15
latina de las nuevas tecnologías de la información están cambiando o des-
plazando el paradigma tradicional de la biblioteca. De la biblioteca defi-
nida por la posesión de información se esta pasando a un nuevo tipo de
biblioteca definida por el acceso a la información' La informática ha
transformado muchas de las tareas de bibliotecarios y bibliotecas, aun-
que estos cambios no son tan profundos como para pensar que tanto el
profesional como su institución dejarán de ser lo que hoy son para con-
vertirse en algo que aún no se ha definido.
Encontramos una gran cantidad de autores que se esmeran por
acuñar la denominación de esta "biblioteca futura". No existe ningún acuer-
do sobre cómo debe denominarse y se utilizan comúnmente los términos
biblioteca electrónica (electronic library), biblioteca digital (digital
librare), biblioteca virtual (virtual library) y biblioteca sin paredes
(hbrary witllout miaus). En menor medida, pueden hallarse denomina-
ciones tales como: biblioteca del futuro (librarv of the future)2 , bibliote-
ca lógica (logrcal library)3 , biblioteca biónicá (bionic library)4 o biblio-
teca de escritorio (desktop libraty)5 Todos estos términos son utiliza-
lregner: Lucy Siefen "The research bb•ary and emeigung informaban technology" New Directlons
lar Teachme and Learnmg. 001:83-90, Fall 1992, p 86. Esta afirmación es sostenida por un
gran número de autores tales colitis Richard De Genaro, Frederick Laneaster; Richard Dougherly
Barbota von Irahlde, Brum Hawkrns, Anne Woodsworth, entre otros. Citado en: Drabenstott,
15:
19u97, ;*.-1311ralytical Review of the Library of the Future " •Washington : Courier! on Library Resources,
Ecigle. rllark. "The librarla!, of the fiture: unge storage and eran:mis:ion." En: Confe•ente on
lateirt~ajuielkracrasrou, 99-103. 'di de. Aledford : Learned Information. 1992, p,99.
Citado en: Drabenstott, Karen. "ilnalyncal Review of the Library of the Future." Washington :
Colmad on Library Resalares. 1994, p 11.
' 11 idrkle, Barbara van: "Clearing die virtual library: strategrc issues." pp.15-46. En: Satindent, Caverna
The Libran,: visions and reclines. London : kfecklen 1993. La autora no lo indica, pero
por oposición parece ser que la biblioteca tradicional pasarla a ser la "biblioteca ilógica• .
Harold. "The bionic library" Library Animal. 116(17):38-42. October15 1991, p 38.
3 Cloyes. Kat: "The journey •om vision to reality of a virtual library." Special. Librarles .
8501:233-25 -, Fall 1994, p 153.
16 •
dos para designar un nuevo modelo de biblioteca donde el acceso a la
información automatizada, tanto local como remota, tiene un papel
preponderante. En algunos casos se establecen diferencias entre biblio-
teca electrónica y biblioteca virtual, mientras que en otros no. El caso
extremo es, sin lugar a duda, el de Kay Cloves quién da como sinónimo
de biblioteca virtual (virtual library) los términos biblioteca de escritorio
(desktop library), biblioteca en-línea (online librar))) y supercarretera
de información (information superhighWay). En este caso no se esta-
blece ninguna diferencia entre el servicio (biblioteca) y el supuesto medio
de acceso a ella (supercarretera de infonnación)6
No es el objeto del presente trabajo ahondar en el análisis de
todos los conceptos propuestos. Solo se intenta mostrar lo confusa,
y muchas veces superflua, que resulta la discusión meramente
terminológica. La creación de términos que identifiquen una nueva
institución cuyo modelo o paradigma es aún difuso y poco claro, pa-
rece tarea estéril influenciada por las modas del momento. No obs-
tante, creemos que es importante analizar el asunto desde una pers-
pectiva histórica, que establezca los cambios y puntos de inflexión
de esta relación bibliotecas-tecnología.
1.2. Estadios o fases tecnológicas de la biblioteca
Varios son los autores que han intentado establecer y delimi-
tar distintas fases en la aplicación de la tecnología informática en las
bibliotecas. Algunos afirman, por ejemplo, que existe una primer fase
• Ihed, p 254.
17
(paper library) donde se cuenta solamente con material impreso,
una segunda donde se automatizan los procedimientos y se mantiene
este acervo impreso (automated library), y una tercera donde se
almacena el acervo en formato electrónico' . Esta periodización es adop-
tada por otros autores, denominándolas también como: biblioteca tradicio-
nal, biblioteca moderna y biblioteca futura' .
Aquí propondremos cuatro etapas, fases o estadios de integra-
ción de la tecnología informática a las bibliotecas. La cuarta fase nace
de la división de la tercera en dos subfases bien diferenciadas, con el
objeto de establecer una diferencia clara entre la biblioteca electrónica y
la.virtual. Las etapas en cuestión son las siguientes:
1)Biblioteca típica
2) Biblioteca automatizada
3) Biblioteca electrónica
4) Biblioteca de realidad virtual
1.2.1. Biblioteca típica
Es la biblioteca pre-informática, corresponde al esquema clásico
de biblioteca que toma su forma definitiva en la primera mitad del siglo XX,
aunque algunos autores se remontan hasta la época de Aristóteles' . Inde-
Backland, Michael. "Redesigning library services: a manifesto." Chicago 1 American Library
Association. 1992, pp 18, 42. Citado en: Drabenstott, Ka•en. "Analytical Review of the Library of
the Fletare." Washington : Council on Library Resources, 1994, p 40.
'Latido« Montea; Catena=i, Nadia; Gibb, Forbes. "Hyper-books and visuals-books in an electronic
library.• Zlectronic Library. 11(3):175-186, June 1993, p 175. Citado en: Drabenstott,
Karen."Analytical .Review of the Library of the' Future." Washington : Council on Library Resources,
1994, p 40.
9 Drabenstott, Karen. Op. üt. , p 40.
18
pendientemente del tipo de usuario al que estén dirigidas, las bibliotecas típi-
cas poseen características comunes: un grupo de usuarios que están fisica-
mente presentes y son destinatarios de los servicios de referencia y présta-
mo, procesamiento técnico del material, catálogos de descripción del mismo,
etc. Este tipo de biblioteca posee un acervo de material impreso y los proce-
dimientos son llevados a cabo manualmente.
Al margen de las consideraciones del funcionamiento interno de la
biblioteca típica, es importante destacar su rasgo más importante: este mo-
delo ha generado en el imaginario social la idea de biblioteca y bibliotecario
clásicos. Esta imagen subyace como un estigma sobre los profesionales
bibliotecarios quienes, en muchos casos, buscan con la informatización de
la institución bibliotecaria un medio para el cambio de estética y figura so-
cial, y no la optimización de las tareas tradicionales para el beneficio de sus
usuarios.
Este modelo, lejos de estar superado, es el que se encuentra vigente
en la mayoría de la instituciones, especialmente de América Latina, y no debe
ser rechazado por "antiguo" o "superado". Muchas de los conceptos y fun-
ciones que aquí existen, servirán para crear y adaptar distintos servicios en
los modelos más "modernos". Esto se podrá apreciar con más detenimiento
en la parte final de este trabajo.
1.2.2. Biblioteca automatizada
El advenimiento de las primeras grandes computadoras (mainframes)
a fines de los años 40 no causó ningún impacto en el mundo bibliotecario,
debido a que fueron concebidas para y estuvieron restringidas al ámbito cien-
tífico-militar. Posteriormente, ya en los arios 60, irrumpieron los mini-compu-
tadores dirigidos hacia tareas administrativas, que comenzaron a ser in-
corporados a las grandes bibliotecas, con fines administrativos y de control
19
bibliográfico. La institución líder en esta línea fue la Biblioteca del Congreso
de los Estados Unidos, donde se desarrolló a finales de esa década, el for-
mato de descripción bibliográfica automatizada (MARC), siendo pos-
teriormente adoptado en casi todo el mundo. Otro hito importante fue la
creación en 1967 del Ohio College Libraty Center (OCLC), una red a
nivel nacional que posibilitó la catalogación cooperativa y que impulsó la in-
troducción de la computadora en una gran cantidad de bibliotecas de los
Estados Unidos. Durante la década de 1970 hacen su aparición los primeros
índices en línea, tales como Index Medicms y Chemical Abstracts, con lo
que comienza la oferta de contenido de información en-línea.
El costo de los mini-computadores y del software para
automatización de bibliotecas, permitió que solo ciertas instituciones, prin-
cipalmente de los Estados Unidos, tuviesen acceso a ellos. Hacia comien-
zos de los años 80, tuvo lugar una nueva revolución en el campo de la
informática: la aparición de la computadora personal (PC). Si bien al prin-
cipio su polencia era limitada, con el paso del tiempo ésta fue aumentando
paulatinamente, llegando a presentar incluso una mejor relación costo/ren-
dimiento que algunos mini-computadores.
Bajo la arquitectura PC comenzaron a desarrollarse una serie de pa-
quetes para la automatización de bibliotecas asequibles al mercado medio.
Algunos de ellos sin costo alguno, como es el caso de el MicroIsis de la
UNESCO'° o el SIABUC de la Universidad de Colima. Estos paquetes han
desempeñado un papel sumamente importante en el proceso de automatización
de una gran cantidad de instituciones latinoamericanas de bajos recursos.
" En un sentido estricto el Alicroisis no es un paquete de automatización de bibliotecas, sino tan solo
un maneador de bases de datos. No obstante, creemos necesario nombrarlo aqui debido a su
amplia utilización en la automatización de las bibliotecas latinoamericanas.
20
 La utilización del PC tomó aún más auge cnn la aparición de las redes
de área local (LAN). Una LAN permite interconectar fácilmente un determi-
nado número de terminales tipo PC ubicadas en un mismo edificio. Las ter-
minales pueden compartir distintos recursos: discos, impresoras, etc., e inter-
cambiar información. De esta forma se pudo montar una suerte de "línea de
producción" donde el procesamiento del material de la biblioteca se realiza-
ba por completo de forma automatizada, desde el registro bibliográfico hasta
el préstamo al usuario.
Es posible delinear entonces el perfil de la biblioteca automatizada
como aquella que utiliza la computadora, mayoritariamente tipo PC
interconectadas en red, para el control bibliográfico (adquisiciones, inventa-
rio, catalogación y clasificación), para soporte del catálogo al público, y para
el control de usuarios y préstamo. Es común encontrar bibliotecas que po-
sean automatizadas solo algunas de estas tareas.
La computadora en esta fase se utiliza como soporte auxiliar de infor-
mación, conservándose en muchos casos su equivalente manual, como es el
caso del catálogo de fichas. Dentro de las tareas bibliotecarias, la computa-
dora no es la fuente de información más importante, sin embargo, esta última
comienza a aparecer en el medio y se convierte poco a poco en un compo-
nente habitual. Esta fase de "aclimatación" es sumamente útil para que tanto
los profesionales bibliotecarios como los propios usuarios vean en la infor-
mación automatizada un valioso complemento del acervo impreso.
21
L2.3 Biblioteca electrónica
El papel desempeñado por la computadora en esta fase es mucho
más importante que en la anterior. En la fase de biblioteca automatizada
encontrábamos que la computadora funcionaba como elemento de apo-
yo, facilitando el registro y localización de la información; en esta fase, es
la herramienta necesaria e imprescindible para "ver" y tener acceso a
información primaria. Esta transformación se debe principalmente a dos
razones.
La primera es la aparición de fuentes en formato electrónico, al prin-
cipio índices y resúmenes y posteriormente de texto completo, especialmente
publicaciones periódicas. En un comienzo se utilizó la conexión en línea, ge-
neralmente telefónica y de larga distancia, pero luego predominó un soporte
más revolucionario: el disco óptico o CD-ROM, que generó una explosión en el
crecimiento de los volúmenes de almacenamiento de información electrónica
disponibles en las bibliotecas y una mejora sustancial al problema de espacio y al
de las costosas telecomunicaciones..
La segunda, es la evolución de Internet que ha pennitido a las biblio-
tecas ampliar el horizonte de thentes electrónicas de información. Esta evolu-
ción se produce gracias al mejoramiento global de las comunicaciones y a la
optimización de las herramientas disponibles para interactuar con la red, es-
pecialmente del WWW.
La biblioteca electrónica es aquella que brinda al usuario una amplia
gama de fuentes de información en formato electrónico y que cuenta con al
menos un enlace Internet. Este enlace debe brindar el acceso a los usuarios
internos hacia recursos informativos externos y a los usuarios externos per-
mitir al menos la consulta del catálogo automatizado de la institución. Según
22
Birdsall, el concepto de biblioteca electrónica esta unido a la noción e un
usuario capacitado, con un gran manejo inforinático y acostumbrado al tra-
bajo en red" . En este contexto, una de las tareas del bibliotecario será la de
guiar al usuario en su "aclimatación" a la red y capacitarlo hasta que se con-
vierta en autosuficiente dentro de dicho medio. Los usuarios autosuficientes
no solamente liberan de trabajo al profesional, sino que también pueden for-
mar parte de un grupo de trabajo informan}, cooperativo cuyo fin sea la
socialización del conocimiento hallado y el intercambio de información para
el mejoramiento del servicio brindado por la biblioteca.
En la actualidad, el porcentaje de los recursos electrónicos, tanto
locales como remotos, es muy inferior al de los recursos impresos. La oferta
de recursos de la biblioteca al usuario externo se limita, en la gran mayoría de
los casos, a permitir el acceso al catálogo público en línea (OPAC) de la
institución. Por otra parte, no se cuenta con un gran número de usuarios
capacitados para la utilización de entornos telemáticos, sin embargo, esta
situación se esta revirtiendo rápidamente.
1.2.4. Biblioteca de realidad virtual
En la biblioteca de realidad virtual la computadora es el principal compo-
nente. Este tipo de biblioteca no tiene existencia fisica más allá del computador y
las conexiones con la red. La totalidad de la información se encuentra en formato
electrónico y se prescinde totalmente del acervo aunque éste pueda existir en la
realidad. El usuario tiene la ilusión de estar fisicamente dentro de la biblioteca,
ilusión que se obtiene mediante una simulación de la realidad denominada reali-
dad virtual. Esta simulación permite que el usuario se sumerja en una creación
Birdsall, N'aliar,. "The myth of the electronic libraiy: librarianship and social change in America."
Wesport : Greenwood Press. 1994. p 37.
23
tridimensional, un medio electrónico" con el que se interactúa mediante acceso-
rios especiales tales como gafas y guantes con sensoresu
Este tipo de desarrollo se encuentra aún lejos de ser alcanzado y
es meramente especulativo. La única experiencia que se conoce es la de
Alan Poulter, que desarrolló un modelo de OPAC visualizable
(browsable) mediante un paquete de realidad virtual. En un esfuerzo por
diferenciar este modelo de la confusión terminológica lo denomina "bi-
blioteca de realidad virtual" (virtual reality library) y lo define como
una colección bibliográfica de una biblioteca típica accesible a través de
un interface el cual muestra, en pantalla, un cuarto lleno de estantes, y
que permite al usuario navegar y controlar usando un dispositivo tipo
ratón tridimensional (3D mouse)14
La interacción con este modelo se realiza mediante una compu-
tadora que almacena el programa de simulación y la base de datos. No
obstante, implementar su acceso desde la red global es un tanto dificil.
Podría establecerse una conexión con la máquina que lo alberga me-
diante una sesión telnet, sin embargo, la lentitud de este tipo de enlace
torna inviable este solución, puesto que el entorno de realidad virtual
necesita una gran cantidad de datos para ser construido y presentado.
Recientemente se ha desarrollado un protocolo de comunicación similar al
HTML y bajo la arquitectura cliente-servidor, denominado "Lenguaje de Mo-
" Este ,,redro también se denomina ciberespacio (cyberspace); sin embargo, no se utilizará este
termino debido o que también es confundido con la propia red Internet (en tanto que espacio
virtual). Aclarar el uso correcto de este concepto enterita un estudio tanto o más extenso que el
presente.
" Existe una posibilidad más asequible de trabajar en entornas de realidad virtual, sin contar con
este tipo de dispositivos. Se utiliza solo el IllOnitor y el teclado del computador y se denomina
-desktop mina! reatan" o "Windonr on a %vid"
(Ithtf).
"
Posare!: Alan. "Building a browsable virtual realny libraly" 4slib Proceedings. 464:151 155,
Jure 1994, p 151.
24
delado de Realidad Virtual" (VRivIL), que p,.rtritP navegar por modelos
tridimensionales a una velocidad razonable. Su aplicación actualmente es un tanto
restringida y se maneja a nivel experimental, aunque se cree que en poco tiempo
podrá normalizarse de la misma manera que lo ha hecho el HTML. De ser así, el
modelo de biblioteca de realidad virtual planteado por Poulter podrá ser fácil-
mente utilizado en Internet.
L3. Tareas a desarrollar por el bibliotecario en cada contexto
Las distintas bibliotecas existentes en la actualidad se encuentran en algu-
na de las tres primeras fases de evolución. Si nos circunscribimos a aquellas
bibliotecas con un mayor desarrollo, éstas apenas se encuentran en una lenta
transición hacia la biblioteca electrónica. Esta transición marca también un cierto
cambio en las tareas que debe ser capaz de desempeñar el profesional biblio-
tecario. En la fase de biblioteca típica, debe solucionar las necesidades informativas
de un usuario local, contando, como herramientas principales, con una colección
bibliográfica y un catálogo manual que facilite la recuperación.
Durante la segunda fase (biblioteca automatizada), el bibliotecario delega
Ciertos procedimientos rutinarios a la computadora y mejora el acceso a la colec-
ción, gracias al catálogo en línea. La colección sigue siendo básicamente la misma
que en la fase anterior. Podemos afirmar que, en esta etapa, la computadora
mejora considerablemente la tarea del profesional, aunque el fin último sigue sien-
do facilitar al usuario el acceso a la información relevante contenida en el acervo
impreso. El bibliotecario comienza a interiorizarse en la informática como herra-
mienta de apoyo, pero sigue trabajando bajo el concepto de posesión de la
información.
El paso al modelo de biblioteca electrónica no es repentino, sino paula-
tino y muchas veces imperceptible. En esta fase, las tareas del bibliotecario
25
comienzan poco a poco a ser más complejas. Por un lado debe atender a los
usuarios locales, pero también pueden requerir de atención los usuarios re-
motos. Por otro, el acervo impreso se complementa con formas relativa-
mente nuevas de información electrónica. El paradigma de la posesión de
información comienza a trasladarse lentamente hacia el de acceso a la misma.
Este paradigma parece cobrar fuerzas rápidamente gracias al creci-
miento de los recursos informativos existentes en formato electrónico, A pe-
sar de ello, este fenómeno acarrea dos tendencias contradictorias aunque
asociadas: la explosión de la información y la fragmentación del conocimien-
to. La explosión de la información es un problema sobre el que se ha debati-
do ampliamente en la comunidad bibliotecaria. Desde hace ya varios años se
habla de un crecimiento exponencial de los volúmenes de información gene-
rada en el ámbito científico-académico's . El crecimiento de los volúmenes de
información no significan un crecimiento en términos absolutos del conoci-
miento contenido, existe por lo tanto un alto porcentaje de repetición de
datos, de trabajos irrelevantes y ruido en general. A esto se denomina
fragmentación del conocimiento'''. La aparición de las fuentes electrónicas
ha acelerado este proceso. El bibliotecario deberá ser capaz no solo de brin-
dar acceso a una gran masa de información, sino que también tendrá que ser
capaz de filtrar la información electrónica de tal manera que pueda ser sinte-
tizada en saber. A este nuevo perfil del referencista algunos autores lo deno-
minan como "ingeniero de acceso" (access engineers) .
" Incluso alguno: se remontan al siglo XVII con la fundación de la Royal Society y la aparición de
la primer publicación periódica científica: el Journal des Scavans (1665).
" Silva. Marcos; Cartwright, Glenn. "The Internet and reference librarían:: a quesóon of leaderslup. ;'
pp. 159-172. En: Kinder, Robín (ett.). Librarian: on Me Internet...Impact: o referente services,-
The Ilaworth Press, 1994, p. 161.
1' Ibrd.
26
 Realizar esta tarea con información electrónica local no es demasia-
do complicado. El soporte por excelencia en este caso es el CD-ROM, y a
pesar de que brinda un gran volumen de información, ésta se halla limitada a
una rama del conocimiento. Además, está provista de indización y potentes
herramientas de recuperación. Estas consideraciones varían dependiendo del
software utilizado en la producción de cada disco.
En el entorno telemático, el problema se complica un poco. Internet
se caracteriza por una marcada anarquía en la organización de sus recursos
informativos. Se han establecido normas y estándares, pero éstos se dirigen
más hacia lOs protocolos de transferencia de datos, que a brindar una estruc-
tura de organización del conocimiento. Apesar de ello, la red sigue siendo el
recurso electrónico de información más importante con que se cuenta. El
segmento de información mejor estructurado es el de los catálogos públicos
de bibliotecas, ya que la mayoría trabaja con el formato MARC y paulatina-
mente están iniciando la utilización de la norma para intercambio dé datos
bibliográficos z39.50"
En cuanto a los recursos informativos en general, éstos son
indizados automáticamente por varios servicios disponibles en la red, y
en un primer momento su utilización puede resultar un tanto ardua para el
usuario medio. Estas herramientas denominadas motores de búsqueda
(search engines) generan sus índices a partir de los datos que encuentran
en cada ítem de información contenido en los distintos servidores públi-
cos conectados a la red. Para tener una idea de cómo funcionan se puede
" Esta es una norma estadounidense (ANSI) y que posteriormente ha adquirido carácter interna-
cional (convertida en norma ISO), que establece un entorno cliente-servidor para la consulta de
OPACs. Además de la racionalización de las transferencias de datos, libera tiempo de máquina
en el hast servidor del catálogo,' y permite realizar• búsquedas globales e independientes del
software utilizado para automatizar la biblioteca. Generalmente se utiliza sobre WWW.
27
hacer la siguiente analogía: es como tener una biblioteca muy completa y
contar con un catálogo automatizado que solo permite recuperar por al-
gunas palabras del título y del autor, además, no poseen un formato de
descripción uniforme ni un control de autoridades. Encontrar lo necesario
en estas condiciones puede resultar dificil. Como contraparte y con el fin
de facilitar la visualización de búsquedas amplias, se emplean técnicas de
ponderación de registros bajo lógica difusa que mejora su rendimiento.
El bibliotecario, gracias a su capacitación y experiencia, debería conver-
tirse en el más apropiado intermediario para el acceso, localización y utilización
de recursos dela red' . Este papel ha sido incluso denominado con un término
propio: "cybrarian"2°
(,ciberbibliotecario?). Independientemente de como se lo
llame, las tareas que deberá afrontar este profesional no serán fáciles, ya que
deberá manejar ciertos conocimientos, técnicas y herramientas para la recuperación
y presentación de información electrónica.
Por último, y como ya se ha indicado, el estadio de la biblioteca de
realidad virtual, es un poco menos que incipiente y es dificil señalar las tareas
que deberá desempeñar el profesional bibliotecario en este entorno. El desa-
rrollo de universos virtuales tiene una complejidad tecnológica marcada, no
obstante, el principal problema que deberá resolver el bibliotecario será cómo
representar esquemáticamente los servicios y la colección de su biblioteca,
en este caso, la representación de la biblioteca no debería ser fotográfica sino
conceptual.
" Kovaes, Mane: Seholman, Barbare,. MeDanzel, Julie.
Illerel7Ce .remares model for planning and providrng
usmg Internet resalares."ibrar
kxIyits. 42(4):638-647, Spnng 1994, p 638.
Banwens, Alichael. "The
1993. http... www.nle-hac.cacybrarrans manifesta." Posting sometido a la lista P.4CS-L, April 23,
..docrunentsrlibrariesineticybrarns.txt.
28
 Según ya hemos afirmado Alan Poulter de la Universidad de
Loughborough (Reino Unido), ha desarrollado algunas experiencias en torno
a la biblioteca de realidad virtual. El principal problema que encontró fue el
de cómo representar el acervo bibliográfico mediante un esquema visual abs-
tracto' . Para ello se basó en la descripción de una red infinita de bibliotecas
hexagonales que realiza Jorge Luis Borges en su cuento fantástico "La Bi-
blioteca de Babel"" . El hecho de que Poulter apele a la literatura fantástica
para esta tarea demuestra que en el ambiente bibliotecario no se han conce-
bido representaciones abstractas, y visualmente navegables, de las coleccio-
nes bibliográficas. Esta será quizá una de las principales tareas a desarrollar en
un futuro cercano.
1.4. Reacciones ante el cambio
La introducción de nuevas tecnologías de la información ha generado
una gran reacción en el ámbito bibliotecario. Esta reacción ha llevado incluso
a cambiar los nombres tradicionales de biblioteca y bibliotecario. Se propo-
nen gran cantidad de términos y conceptos pero no se profundiza, de manera
crítica, en la naturaleza de estas nuevas entidades, más aún, no se proponen
acciones concretas para permitir una transición clara hacia modelos futuros
partiendo de la biblioteca actual.
En la mayoría de los casos se habla indistintamente de la "biblioteca
electrónica" y la "biblioteca virtual" como la panacea del futuro, no como
problema concreto e inmediato. Este fenómeno es parte de lo que William
31 Poulte • Alan. Op. cit., p 155.
" Borges. Jorge Luis. "La Biblioteca de Babel." En: Ficciones. Obras Completas.
Buenos Aires:Emecé, 1956.
29
Birdsall denomina "el mito de la biblioteca electrónica"23 Walt Crawford
afirma que el tema de la biblioteca virtual goza de grandes esperanzas y ex-
pectativas y que se concibe como la solución mágica para el "grandioso sue-
ño del futuro digita. El propone como alternativa a esta opción utópica,
generar "pequeñas soluciones" de tal manera que el bibliotecario pueda ex-
perimentarlas y que el camino hacia la biblioteca del futuro sea dialéctico
pero concreto. Los bibliotecarios en general depositan todas sus esperanzas
en la tecnología como solución que supere los problemas que actualmente
atañen a la profesión, cuando en realidad cualquier posible solución que hubiere,
debería nacer de los propios profesionales.
Ahora bien, siguiendo la línea de la "solución tecnológica" sería bue-
no preguntarse qué es Internet y en qué puede convertirse.. En un rápido
resumen histórico se puede afirmar que Internet es un proyecto nacido en el
ámbito militar y que ha terminado en manos del mundo comercial, con una
fase intermedia en donde ha prevalecido el mundo académico. La historia de
Internet es la historia de los distintos protocolos de comunicación utilizados y
no la historia de como se utilizaron estos protocolos para solucionar proble-
mas en el almacenamiento, racionalización, evaluación y distribución de re-
cursos informativos. El formato MARC y el protocolo z39.50 están dirigidos
específicamente al mundo bibliotecario, el HTIvIL es sumamente útil y hasta
el VRML resulta aplicable a este ámbito. Sin embargo, estas herramientas
por sí solas no solucionan nada, por lo que es necesario tener bien claras las
pautas a seguir para sacarles el mayor provecho. Esta limitación no es tecno-
lógica, sino conceptual.
Birdsall, Op. crt. p 31 y ss.
Cravfo•d. Walt. "(for) Getting it: toward srnall solutions." The Public Access Compute• Systems
Rev i ew. 6(3):16-19, 1995• p 16. http://info.ltb.uh.edu/pr/v6/n3/craw6n3.htmL
30
 Por ejemplo, a diario aparecen OPACs en la red, pero la mayoría de
ellos no responden aun servicio planificado por la respectiva institución. El
poseer un catálogo accesible por Internet mejora sustancialmente la imagen
de la biblioteca y la sitúa mejor ante la vista del 'entorno profesional. Sin
embargo, muchas son las instituciones que solo se quedan en este efimero
cambio de imagen y no presentan tras esta acción una sustancial mejora en
sus servicios, por ejemplo: envío de copias ospréstamo interbibliotecario vía
correo electrónico, etc.
La organización de las publicaciones y revistas electrónicas existen-
tes en la red es todavía un problema no resuelto debido a que: a) no existen
estadísticas detalladas del volumen de información de la red que correspon-
de a revistas del ámbito académico, en cada una de sus grandes áreas, b) no
hay un repositorio único para su almacenamiento y recuperación, y c) no se
han establecido estándares para su formato, aunque varias firmas comercia-
les han lanzado al mercado productos con estándares propios.
Se sabe que Internet crece en grandes magnitudes, pero no es posi-
ble saber en qué medida ese crecimiento es útil para el ámbito académico. Para
ello, deben de realizarse estudios exhaustivos y periódicos que permitan hablar
con propiedad sobre este particular. En medio de esta situación, y teniendo a la
red como una gran incógnita sin resolver, existe un esfuerzo por inventar nuevas
denominaciones para el profesional y la institución fruto de los cambios de estas
prometedoras tecnologías. Se está colocando el carro delante del caballo, y lo
que es más grave aún, se proponen algunos nuevos modelos con el afan inútil de
desplazar y suplantar a la biblioteca y al bibliotecario tradicional y no como una
evolución natural, superadora y complementaria de las formas tradicionales. Con
un cambio de nombre y una serie de terminales no se puede hacer tabula rasa
olvidando la biblioteca, el bibliotecario y las prácticas y habilidades que les
son propias.
31
En medio de todas estas discusiones aparece el trillado tema del rol
del bibliotecario ante las nuevas tecnologías, en especial ante Internet. Es
importante destacar que la red no se desarrolló, ni se desarrollará, según un
plan preestablecido, ni respondiendo a las necesidades de información de los
usuarios en general. Como ya hemos mencionado, la red ha crecido de ma-
nera anárquica y compulsiva. Si obviamos casos puntuales como el del z3 9.50,
las herramientas desarrolladas no apuntan aun control y racionalización de la
información, sino por el contrario, generan medios sencillos para la expan-
sión, y consiguiente fragmentación del conocimiento, gracias al voluntarismo
de diferentes personas e instituciones que trabajan sin mucha coordinación
entre sí. No debe formularse la pregunta de cual será el rol del bibliotecario
en este contexto, sino si realmente tendrá algún tipo de rol diferente al tradi-
cional. Quizás en un futuro toda la información universal se encuentre alma-
cenada en la red, por lo pronto eso es solo un sueño, Internet no suplanta a la
biblioteca, en el mejor de los casos tan solo la complementa.
Por otra parte, existen profesionales bibliotecarios que afirman que la
red es anárquica por el simple hecho de que ellos no han participado en su
construcción. Incluso en algunas listas de correo electrónico de la especiali-
dad se pueden leer afirmaciones tales como que "los bibliotecarios debemos
controlar la red". Esto sin lugar a dudas es un disparate de grandes dimensio-
nes. Por un lado la expansiói4 de la red ha sido posible gracias a su "no-
control" de ningún tipo, mientras que por el otro resulta impensable estable-
cer el control bibliográfico de una masa de información que excede los límites
de la imaginación. En este asunto es necesario asumir una prudente posición
intermedia, se puede hacer un uso realmente profundo de la red si necesidad
de "controlarla".
Actualmente, el bibliotecario no posee una posición preponderante
en el desarrollo de la red, no por ser una profesión ajena a este campo, sino
32
por no haber sabido hacerse un lugar en dicho proceso. Por ello no resulta
disparatado afirmar que los profesionales bibliotecarios deberían introducirse
masivamente al mundo de la red, antes de poder opinar más en firme sobre
los pro y los contra de su presencia en este medio. Ante esta perspectiva, es
vital el problema de la formación, Wittig y Wolfram afirman que las escuelas
estadounidenses de bibliotecología han aplicado medidas con el fin de ade-
cuar sus planes de estudio al problema tecnológico25 . El panorama ibero-
americano no es tan alentador. Si bien no se ¿tientan con datos actualizados,
durante una reunión de educadores de la especialidadu , pudo constatarse
que las carencias en este aspecto son grandes, tanto en lo relativo al equipa-
miento, como también a los recursos humanos y a la flexibilización de las
curriculas. En dicha reunión se llegó al acuerdo sobre la necesidad de capa-
citar a los bibliotecarios y dotarlos de métodos y herramientas que les permi-
tan formar un juicio crítico del contexto telemático. La necesidad más inme-
diata es la de contar con sencillas herramientas que potencien el uso de la
información de-la red por parte de los bibliotecarios. Sobre esta línea es que
se inscribe 'el presente trabajo.

Wittig. Constance y Wolfram, Dietmar. "A survey of networking education in north american
library schools.” Librar.' Trends. 42(4):626-637, Spring 1994. p 636.
"7I Reunión de Investigadores y Educadores de Iberoamérica y del Caribe en el Area de la
Bibhotecologia y Ciencia de la Información, organtado por el Centro Universitario de Investiga-
ciones Bibliotecológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México del 19 al 23 de junio
de 1995 en la Ciudad de México.

33

TERCERA PARTE
LOS HIPERDOCUMENTOS REFERENCIALES
Hacia el final del capítulo anterior hemos propuesto la crea-
ción de una herramienta denominada hiperdocumento referencial, una
suerte de compilación bibliográfica de recursos de información exis-
tentes en la red, y realizada por el bibliotecario según las necesida-
des de un tipo de usuario en particular. Antes de entrar de lleno al
estudio de esta herramienta es necesario abordar una cuestión pre-
via: el alcance de los conceptos bibliografía, usuario y bibliotecario,
vertidos en la definición anterior.
IILL Alcance del concepto bibliografía
La palabra bibliografia proviene del griego biblion=libro, y
graphein=escribir, y su significado original, hacia el siglo III de nues-
65
tra era, era "el arte y el oficio de los copistas"62 , no obstante, y con
posterioridad a la aparición de la imprenta, fuecambiando su significado.
Varias son las definiciones que se proponen para el concepto bibliografia, sin
embargo, todas ellas no difieren demasiado entre sí. Lewin Robinson cita en su
obra la definición de Lousie-Noelle Malclés, quien define a la bibliografia como:
"... la investigación, la identificación, la descripción y la clasifica-
ción de documentos, con miras a organizar los servicios o estructu-
rar los mecanismos-destinados a facilitar el trabajo intelectual.'
El mismo Robinson completa esta definición estableciendo su
propósito:
- El propósito de la bibliografía, tal y como aquí se define, es ayudar al
investigador a descubrir la existencia o determinar la identidad de los
libros o de otro material documental que pueda serle de interés.""
Por último, cabe citarla definición de la autoramexicanaGloriaEscamilla:
La bibliografia es la solución al problema al que se enfrenta todo inves-
tigador, maestro, estudiante, en cuanto necesita informarse, rápida y se-
guramente, sobre los recursos de toda especie que ofrece la enorme
colección acumulada por lob escritores de todos los tiempos y de todos
los paises, es decir, el patrimonio literario y cienrifico de la humanidad. Por
otra parte, ese patrimonio debe estar disponible para que todos los inte-
resados lo aprovechen tan completa y fácilmente como sea posible. La
‘2 Escamilla G. Gloria. "Manual de metodología y técnica bibliográficas." Sed. aum. México :
1.11■
1.11,1. 1988. (Instrumenta Bibliographica. 1), p 16.
"Maloler. Louise-Noelle. "Les sources du travail bibliograpkique." Géneve : Dros, 1950-58. 3 vols.
Citado en: Robonson, AM. Lewin. Introducción a la bibliografia: guía práctica para trabajos de
descripción y compilación." Madrid : Fundación Germán Sánchez Ruipére:, 1992. p. 15. En
itálicas en el original.
"Robrnson. Op. cit.. p 16.
66
 solución está en el uso de ciertos instrummtns particulares del trabajo
intelectual denominados bibliografias o repertorios bibliográficos.""
Es importante destacar que las definiciones no acotan el campo de la
bibliografía solamente ala descripción de libros y otros materiales impresos,
sino que se refieren a todo tipo de información publicada en diversos medios.
Presuponemos que toda información que se encuentre libremente en Internet
ha sido publicada de forma electrónica, de 'esta manera, el concepto de bi-
bliografía sería aplicable a nuestros fines. Según la definición de Malclés, el
trabajo bibliográfico consta básicamente de cuatro fases o tareas bien delimitadas:
1.Investigación: búsqueda de los recursos de información pertinentes para
un determinado caso.
2. Identificación: localización e individualización de cada recurso.
3. Descripción: asiento del recurso.
4. Clasificación: ordenamiento y categorización de los recursos para.su
presentación al usuario final.
Cada una de estas fases será considerada para la creación de los
hiperdocumentos referenciales. También es importante tener en cuenta que
toda labor bibliográfica no se justifica por sí misma, sino que responde a las
necesidades de un usuario final. Por ello plantearemos, en líneas generales, el
perfil del usuario final de nuestra compilación bibliográfica.
111.2. Perfil de los usuarios potenciales
El perfil de usuario potencial para el presente desarrollo no dista de-
masiado del que cada biblioteca posea de sus propios usuarios. Tratar de
Escamilla. Op. crt., p 9.
67
establecer claramente un perfil único y universal para el presente trabajo, es
una tarea tan dificil como infructuosa debido a que las capacidades y expec-
tativas de los usuarios varían de biblioteca en biblioteca. Sin embargo, es
necesario plantear un esquema mínimo, que no se construirá en base a cada
tipo de biblioteca, sino que se hará en función de la medida en que el usuario
se encuentra familiarizado con el manejo yutilización de los recursos de Internet.
Antes de la aparición de herramientas tales como gopher y WWW,
el acercamiento y utilización de Internet era una tarea ardua. El usuario medio
debía manejar de manera fluida varias herramientas distintas: conexión remo-
ta, correo electrónico y transferencia de archivos, que cuentan con una serie
de comandos dificiles y poco atractivos de manejar. Con el advenimiento del
protocolo gopher la cuestión mejoró, no era ya necesario memorizarse las
dirección de cientos de computadoras en la red y el manejo del sistema resul-
tó más intuitivo. La aparición del WWW se constituyó en toda una revolu-
ción y con el paso del tiempo se convirtió en la herramienta por antonomasia,
tan es así que en.muchos casos se la considera como sinónimo de Internet.
En la actualidad el usuario principiante no necesita comprender todas
las herramientas básicas de Internet. Es suficiente con que haga un manejo
inteligente del WWW para que pueda utilizar la mayoría de los recursos de la
red, por lo tanto, propondremosluna serie de perfiles de usuario en función
de las capacidades que posea éste para manejar el WWW, y que dividire-
mos en tres niveles diferentes: usuario principiante (nivel 1), usuario interme-
dio (nivel 2), y usuario experto (nivel 3). Estos niveles pueden apreciarse en
la pirámide de la figura 8. La práctica demuestra que la cantidad de usuarios
será inversamente proporcional a la magnitud de complejidad de los
conocimientos existentes en cada nivel. A continuación se detallan los
conocimientos y aptitudes inherentes a cada uno.
68

Figura 8 - Pirámide de usuarios
Usuario principiante o de primer nivel
Este usuario es el que recién comienza sus primeros pasos en WWW. Sin
embargo, para ser considerado usuario de primer nivel es necesario que po-
sea lo1 conocimientos necesarios para realizar las siguientes tareas:
Correr programas bajo MS-DOS y Windows.
Dar formato a un disco flexible
Guardar y recuperar información en un disco flexible o el
disco duro, desde varios tipos de programas (procesador de
texto visna(iznrIor WWW, etc.) y desde el sistema operativo.
• Usar las herramientas básicas de navegación de un visuali-
zador WWW.
• Imprimir información desde diferentes programas.
• Identificar el direccionarniento de recursos de la red (URL).
• Ser capaz de utilizar un hiperdocumento referencial.
69
En el caso que un usuario no posea estas capacidades, se le debe
considerar un pre-usuario del WWW. Para que un pre-usuario se convierta
en un usuario principiante solo es necesaria una rápida capacitación que por
lo general no excede las cuatro horas. Cuando todas estas tareas son desem-
peñadas con suma facilidad, el usuario está preparado para avanzar hacia un
nivel superior.
Usuario intermedio o de segundo nivel
El usuario de segundo nivel debe, por supuesto, realizar las tareas del primer
nivel más las que se citan a continuación:
• Poner y retirar marcas a recursos WWW (bookmarks).
• Conocer y utilizar uno o varios motores de búsqueda.
• Enviar páginas WWW vía correo electrónico.
• Comprender la estructura del direccionamiento de recur-
sos de la red (URL).
• Conocer los comandos básicos del HTML.
• Ser capaz de modificar un hiperdocumento referencial.
Estas tareas son bastantes más complejas que en el caso anterior,
su manejo insume mucho tiempo y mucha práctica y es probable que
muchos usuarios no pasen más allá de esta fase. En el caso de contar con
los conocimientos y el deseo de seguir adelante, podrán acceder al tercer nivel.
Usuario experto o de tercer nivel
Es el último de los niveles, a las tareas indicadas en los dos estadios
anteriores deben sumarse las siguientes:
 • Capacidad de programar en HTML avanzado.
• Capacidad de crear sus propios hiperdocumentos referenciales.
• Conocimientos de algún tipo de lenguaje complementario
(CGI, Java, etc.).
111.3. Perfil del bibliotecario
En el primer capítulo hemos visto cual es el rol del bibliotecario
ante la irrupción de las nuevas tecnologías, y que una de las facetas del
mismo es la compilación de recursos de información electrónicos. Collen
Thorburn realiza una síntesis de esta nueva incumbencia, con las siguien-
tes palabras:
" Los bibliotecarios hemos sido tradicionalmente proveedores de "
acceso bibliográfico a materiales impresos. Ahora, la información
está también disponible de forma electrónica. Crece la importancia
de las revistas electrónicas y las bases de datos remotas. Como
bibliotecarios, tenemos la responsabilidad de proveer esta infor-
mación a nuestros clientes, No podemos ignorar la importancia de
esta fuente de información."
El bibliotecario debe ser un facilitador de información, independiente-
mente del formato en que ésta se encuentre. Ahora bien, en la cita anterior se
reconoce las fluentes de informan electrónicas como aquellas que cobran prepon-
derancia día a día en nuestro medio, sin embargo, lo que no queda claro es en qué
medida el bibliotecario debe participar en el proceso de diseño y desarrollo de
los diferentes sistemas de información electrónica. Allen Veaner va un poco más
allá que Thorburn, y avanza sobre este punto, afirmando:
" Thorburn, Callen. "Cataloging remate electronic journals and databases". The Sena's Librarian.
23(1/2)111-23, 1992. p 11.
71
"Una larga experiencia nos ha enseñado que (a) el trabajo con
información demanda una educación especial de gran calidad, ta-
lento intelectual, dedicación profesional y una mentalidad de tra-
bajo muy desarrollada, (b) el mundo de la información es uno de
los de más grande y creciente complejidad — y, (c) los biblio-
tecarios con formación y experiencia continúan siendo los más
indicados para la búsqueda, transmisión y gestión de información.
Es más, los bibliotecarios están en la mejor posición para diseñar,
dirigir e implementar programas y sistemas de información tanto
en instituciones educativas (incluyendo bibliotecas públicas),
como en el área comercial y de gobierno... Para lograr esto los
bibliotecarios debeinos luchar en el ámbito político y tecnológico
con vigor y resolución, redefiniendo cuidadosamente nuestra pro-
fesión. Si fallamos, el bibliotecario del futuro será tan solo un
simple operador de computadoras."67
Entre todos estos autores, es opinión común que el futuro de la profesión
bibliotecaria radica en la medida en que ésta pueda adaptarse a los cambios
constantes generados por las nuevas tecnologías de la información Ahora bien, la
pregunta que deberíamos hacemos es si los bibliotecarios actuales aceptan esta
hipótesis y utilizan la tecnología como un medio de superación de su labor cotidia-
na. Un interesante estudio realizado en la Universidad de New Mexico (USA),
muesti a en qué medida y de qué fónna los bibliotecarios referencistas de Estados
Unidos utilizan Internet como medio de comunicación entre ellos" . El principal
recurso empleado son los foros de discusión mediante correo electrónico, de
esta forma los referencistas de todo el país reducen su aislamiento, aprenden
cómo se resuelven los mismos problemas en diferentes ámbitos, se mantienen al
réaner. Alíen "iVeni roles for librarians — orno roles?" The Olive Tree littp://tinton.sir.artorta.edu/
pubsi arts•veanerhtml. En itálicas en el onginal.
" Crome,: Donna y Johnson,11.1. "The impact of the Internet on communication among reference
librarians." pp I 39-157. En: Kinder, Robín (ed.) L„ibrarians on the Internet: impact on reference
services. New York : The Haworth Press, 1994.
72
día sobre los últimas novedades bibliográficas y sobre ofrecimientos laborales,
etc." . A pesar de que el estudio presenta gran cantidad de datos estadísticos, en
ningún momento estima cual es el porcentaje de quienes manejan estos recursos
sobre el total existente. Esta información es muy importante, los estudios hacen
mención a aquellos profesionales que se encuentran a gusto con las nuevas tecno-
logías, pero no de aquellos que la rechazan por completo. Edward Shreeves de la
Universidad de Iowa (USA) detecta esta dicotomía, plantea la existencia de pro-
fesionales visionarios (visionaries) que aceptan el advenimiento del cambio, y
otros que lo rechazan, los ludistas (luddites):
"Los visionarios, como algunos bibliotecarios que adoptan las
soluciones tecnológicas, creen que el advenimiento de las nuevas
tecnologías es un síntoma de un cambio radical en todos y cada
uno de los aspectos de la comunicación científica, y están impa-
cientes de llevar a cabo la transformación. En el otro extremo, los
ludistas están aferrados incondicionalmente al impreso, y no usan
los catálogos en línea de la misma manera que tampoco usarían los
textos de Shakespeare en formato electrónico."'0
Es muy dificil saber cuántos profesionales se encuentran en cada ex-
tremo y cuántos lo están en la gran zona gris intermedia. Independientemente
de los números, lo importante es brindar un marco coyuntural favorable para
que en el profesional bibliotecario tenga lugar una apertura hacia nuevas for-
mas de trabajo. El objetivo de la propuesta de este trabajo no es revolu-
cionar el concepto de servicio de referencia, sino por el contrario, proponer
la utilización de una herramienta bibliográfica con un concepto clásico pero
en un medio informativo novedoso.
" Ibid, p 134.
"Shreeves, Edward. "Between the visionaires and the luddites: collection development and electronic
resources in the Humanities." Libran, Trends. 40C4):579-595, Spring 1992.p 590.
73
La pregunta que debemos formularnos es cuál debería ser el perfil
del profesional capaz de desarrollar esta herramienta. Aquí nos ceñiremos a
la tipología propuesta para los usuarios, e identificaremos dos niveles pro-
fesionales: a) aquel profesional que tendría a cargo la creación de los
hiperdocumentos, (generalmente el referencista de consulta), y b) el resto de
los bibliotecarios de la institución. En el primer caso el profesional deberá
tener los conocimientos de tercer nivel (usuario avanzado), solamente así
estará en condiciones de crear satisfactoriamente un hiperdocumento. En el
segundo caso, creemos que el bibliotecario debe poseer los conocimientos
correspondientes al segundo nivel (usuario intermedio). Si el bibliotecario no
tiene un nivel aceptable de conocimientos y capacidades no puede ser el
intermediario de recursos informativos que plantea Diane Kovacs" , ni el
ingeniero de acceso que propone Marcos Silvan . No se encontraría entre el
usuario y la información, sino que se hallaría muy por detrás de éste y fuera
del circuito de transferencia informativa.
El proceso de creación de un hiperdocumento referencia!
Una vez tratadas estas cuestiones previas, estamos en condiciones
de presentar una definición más exacta de nuestra herramienta:
El hiperdocumento referencia) es un documento elec-
trónico en formato HTML que contiene una lista de re-
cursos de información de Internet, localizados, evalua-
dos, descritos y compilados por el bibliotecario referen-
Koracs. Mane; Schobnan, Barbara; Akbanie¿ fulie. "A modal for planning and providing reference
services using Internet resources." Library Peno& 42(4):638-647, Spring 1994, p 638.
"" Silva, Marcos; Cartwright, Glenn. "The Internet and referente iibrarians: a guardan of leadership."
pp. 159-172. En: Kindei; Robni (de.). Librarian: on the Internes impacts on r e
ferente cervices.
The Haworth Press, 1994, p 161.
74
 cisca para un usuario en particular o un grupo dé ellos
con intereses en común. El bibliotecario debe poseer
un perfil de conocimientos del tercer nivel, mientras Evaluación final •
y archivo
que los usuarios serán normalmente del primero. Se
pretende, además, que la utilización y eventual modifi- : Análisis de las nece- : ¿Los recursos no
cación de un hiperdocumento incentive a los usuarios sidades del usuario responden al perfil
del usuario?
en el uso de la red y genere el interés necesario para
que acrecienten sus conocimientos técnicos, para que Búsqueda de ¿Lps recursos son
finalmente se convierta en un autosuficiente. Jnforinación insuficientes?

El proceso de creación de esta herramienta puede apreciarse en la

figura 9, en ella se observan los ocho pasos o fases generales a seguir: 1) Evaluación y selec- ¿Los recursos no
ción de recursos son pertinentes?
análisis de las necesidades del usuario, 2) búsqueda de información, 3) eva-
luación y selección de los recursos relevantes, 4) construcción del ¿Existen problemas
Construcción del
hiperdocumento, y 5) diseminación y entrega al usuario. Posteriormente apa- hiperdocumento en la operación?
recen dos fases más: 6) utilización del hiperdocumento por el usuario, y 7)
recolección de las experiencias del usuario, de esta forma se puede medir el Diseminación y
grado de éxito que ha logrado el hiperdocumento, mediante la formulación entrega
de cuatro preguntas básicas, con el fin de detectar cual o cuales de las cuatro
primeras fases ha fallado, y en caso de encontrar al menos una respuesta : Utilización por parte: : Recolección de las ;
afirmativa, será necesario volver a realizar el proceso a partir de la fase en del usuario : : experiencias de uso ;
cuestión. Si todas la respuestas son negativas, se lleva a cabo el paso 8)
Figura 9 - Proceso de creación de un hiperdocumento referencial
evaluación final de la experiencia y archivo del hiperdocumento.

111.4.1. Análisis de las necesidades del usuario
El primer paso del proceso, y uno de los más importantes, es la de-
terminación del perfil de interés de nuestro usuario. Aquí debemos establecer
claramente quién o quienes van a ser los destinatarios finales del
hiperdocumento y cual es su campo temático de estudio. El mejor método
75
para lograr este objetivo es la entrevista personal, sobre la cual se ha escrito
mucho por lo que no vamos a ahondar en el proceso en sí" . Sin embargo, es
importante destacar que su finalidad no será contestar una pregunta en parti-
cular, sino delinear los temas de interés del usuario. Se debe tener en cuenta
Paro un análisis detallado del proceso de la entrevista de referencia ver: Jahoda,Gerald y
Braunagel, Judith. "The librarían and reference queries: a systematic approach." Newlerk
Academia Press, 1980. (L'eral), and Informatron Science).

76
que la entrevista no solo servirá para tener una idea clara de la temática de
interés, sino que también será un vehículo directo por el cual el bibliotecario
comunicará al usuario la naturaleza y los objetivos del servicio. Recordemos
que el objetivo final del mismo es generar un usuario auto suficiente y no de-
pendiente, cuestión que debemos transmitir desde el primer contacto. En
esta etapa, el usuario deberá comprender que el bibliotecario es el profesio-
nal más indicado y al que siempre podrá recurrir a la hora de recuperar la
información pertinente de la red.
111.4.2. Búsqueda de información
Una vez determinado el tema de interés, se procede a recuperar la
información pertinente existente en la red. Para ello es necesario determi-
nar lo que Kovacs llama "la estructura informativa de la disciplina"74 . De la
misma forma en que la literatura impresa de cada campo temático es dife-
rente, los recursos electrónicos poseen sus propias características en fun-
ción del área del conocimiento al que pertenecen. Es necesario detectar
aquellos lugares de la red que se erigen como referentes ineludibles en su
especialidad. •
La principal fuente de información en la red son los propios indivi-
duos, por lo que resulta muy útil apelar a las listas de interés con el fin de
establecer contacto con especialistas en un determinado tema. Existen listas
para todo tipo de temas, por lo que encontrar una sobre la disciplina del
usuario no resultará dificil. El bibliotecario debe inducir al usuario a utilizar
este recurso, y con ello a insertarse en una verdadera comunidad virtual es-
pecializada.
Kovacs, Diete. Op. cit., p 642.
77
Si bien las listas suelen ser fuentes de información sumamente útiles,
no dan frutos inmediatamente. Para obtener rápidamente una serie de poten-
ciales recursos, es necesario hacer un uso inteligente de las herramientas de
búsqueda. En primer lugar se encuentran los repertorios impresos, que están
estructurados de manera similar a las páginas amarillas del directorio tele-
fónico. En ellos se pueden encontrar todo tipo de recursos clasificados por
su campo temático. Aunque la obsolescencia de estos directorios es alta,
tienen la ventaja de haber sido ordenados e indizados de forma inteligente y
no automática, por lo tanto, son sumamente útiles para detectar puntos de
entrada a la red. Los servidores de grandes instituciones raramente cambian
de dirección, por lo que un buen directorio impreso resulta bastante útil en
este caso. Esta información debe complementarse con la de otros directorios de la
propia red, donde pueden encontrarse gran cantidad de recursos ordenados por área
de conocimiento. Con esta primera selección en la mano, se comenzará a explorar las
entradas una por una. En caso de encontrar un recurso potencialmente útil, se
agegarlal libro de marcas (boolanark) del visualizador WWW utilizado.
A lo largo de la navegación a través de estos recursos, el biblioteca-
rio comenzará a detectar ciertos términos específicos (nombres de institucio-
nes, de proyectos, de investigadores, etc.), relacionados con la disciplina.
Para profundizar todavía más en la información relacionada con cada con-
cepto, es necesario acceder a un buen motor de búsqueda, que nos brindará
de forma automática todos los recursos de la red relacionados con determi-
nado término. No resulta demasiado útil buscar en este tipo de herramienta
directamente por el nombre de la disciplina, pero sí lo será por un concepto
más específico (nombre de investigador, centro de investigación, etc.). De
esta forma, se podrá ir depurando cada búsqueda hasta lograr los recursos
pertinentes.
78
TU A Jur, aluaLauu y -elección de recursos

Una vez que se tienen una serie considerable de recursos candidatos, Collen Thorburn por su parte propone 11 pautas o criterios a seguir para
se realiza una tarea no menos dificil que la anterior: la evaluación de cada uno evaluar recursos de información que se encuentren en forma electrónica" :
de ellos. La evaluación de la información en general se realiza en base a una
serie de pautas que sirven como indicadores de calidad. En el campo de la 1 ¿Cómo se denomina?
literatura impresa la evaluación se realiza, generalmente, en base a dos pautas 2 ¿Qué es o de qué trata?
3 ¿Qué contiene?
principales: el prestigio de la casa editorial, y las reseñas publicadas en los
4 ¿Cuál es su costo?
directorios comerciales" . En el caso de los recursos informativos de la red, 5 ¿Desde cuándo se encuentra disponible?
no se cuenta con este tipo de pautas, por lo que es necesario seleccionar 6 ¿Cómo puede acceder el usuario a él?
otras. El Comité de Evaluación y Desarrollo de Colecciones de Referencia 7 ¿Cuál es su frecuencia de actualización?
de la Asociación Americana de Bibliotecas (American Libro)) Association, 8 ¿Hay alguna restricción de acceso?
Reference Collection Development and Evaluation Committee), esta- 9 ¿Cómo puede ser utilizado?
blece siete pautas básicas para evaluar cualquier tipo de fuente de informa- 10 ¿Es de texto completo?
ción, con el fin de determinar si puede ser candidata o no a formar parte de 11 ¿Cuál es su cobertura temporal?
una colección' :
Estas pautas están dirigidas a recursos electrónicos, sin embargo, su
1. Autoridad de la fuente principal objetivo es evaluar bases de datos comerciales. Para recursos de
2. Exactitud de la información Internet es necesario completar estos criterios con otros más específicos. En
3. Claridad de presentación esta línea, el Equipo de Humanidades y Bellas Artes de la Biblioteca de la
4. Integración con el resto de la colección Universidad de Arizona (Fine Arts/Humanities Team at The University of
5. Baja obsolescencia Arizona Library) diseñó una serie de ítems para evaluar sitios WWVIP8 :
6. Reseñas favorables
7. Necesidades de los usuarios
1. ¿Cuál es la fuente de información?
2. ¿En qué grado es confiable la información? .
3. ¿Es actual la información?¿Cada cuánto se actualiza?
" Thomas, Diana; Htnckley Ann y Einsebach, Elizabeth. "The effective reference hbra•ian. • New
York : Academie Press, 1981. (Library and Information Science Series). p 41.
AlIcKiernan, Gerry "Casting the Net: the development of a resource colecction for en Internet
database." Proceedings of the Conference "Untaneling the Web", Librar-lens Association of the
University of California Santa Barbara. Santa Barbara. April 26, 1996. http://www.libraiy.iicsb.edui
untagleimckternan.html. p 3. Thorburn, Callen. Op. ciL, p 14.
Hernández, ildcny y Tallinan, Karen. "Untangling the Web: using die World Wide Web for Art and
Humanities Reference Services." Proceedings of the Conference "UntanelMe the Web" Librarians
79 Associanon of the University of California Santa Barbera. Santa Barbara. April 26, 1996. hftp:/
:■
1.11,11dib•aryucsb.eduluntaglehernandez.html. p 3-4.

80
 4. ¿Cuánto tarda la información en ser transferida?
5. Con respecto a las imágenes de arte, ¿Cuál es su calidad?
6. ¿Cuáles son los restricciones de copyright para el uso de la 111.4.4. Construcción del hiperdocumento
infonnacióh?
7. ¿Posee buenos enlaces con otros recursos? •
Cuando ya se cuenta de manera definitiva con los recursos relevantes
8. ¿Cuál es su estructura?
seleccionados, es necesario confeccionar el documento electrónico que los
presente. Existen muchas guías, cursos, manuales para la utilización de este
Esta serie de pautas se acercan más a nuestras necesidades, aunque lenguaje, sin embargo, estas fuentes de información simplemente realizan un
algunas (p.ej. la número cinco) son específicas de la disciplina., En realidad,
análisis de cada una de las marcas o comandos existentes. En muchos casos
no existe una lista estricta de criterios para ser usados en la evaluación de
esto no es suficiente, por lo que se han creado varias guías de estilo para
recursos Internet. Es necesario que cada bibliotecario elabore su propia
desarrollar diferentes aplicaciones en HTML. Una guía sencilla pero muy
"criteria" en función de su tipo de biblioteca, sus usuarios, el campo temático,
interesante fue elaborada por Peter Müller de la Universidad de Berlín". En
etc. Los tres ejemplos presentados aquí sirven de guía para este fin. ella, Müller cita 15 reglas básicas que deben ser tenidas en cuenta a la hora
.de crear, codificado entITML, un libro o documento hipertextual (hypertext
Por último, es importante destacar un fenómeno que se da común-
book). En la figura 10 se observa el esquema del libro hipertextual de Müller.
mente: la tendencia a creer como verdadera toda la información que se en- Para nuestro desarrollo nos basaremos en este modelo, regido por las siguien-
cuentra en Internet. Recordemos que es muy sencillo para cualquier persona
tes quince reglas básicas:
publicar información en la red, por lo que la veracidad de la misma no debe
darse por descontado. Kovacs señala este fenómeno y establece tres princi-
pios básicos a respetar79 :
1. No utilizar enlaces que abandonen el documento: esta regla no
es demasiado útil para el presente desarrollo, debido a que la principal
1. No creer en todo lo que se lee.
función del hiperdocumento referencia) es dotar de una gran serie de
2. Averiguar la autoría de un recurso.
enlaces con recursos de la red.
3. Preguntarse siempre si la fuente es creíble.
2. Usar nombres descriptivos para los enlaces:. las palabras porta-
Cuando una fuente de información haya respondido bien ala mayoría
de las pautas de la criteria, tendremos un recurso candidato listo para ser doras de un enlace hipertextual (hyperlink), deben informar de forma
clara y concisa sobre la naturaleza del recurso al que permiten ac-
presentado a nuestro usuario.
ceder. Expresiones del tipo "presione aquí..." (click here), deben
ser evitadas.
"Kovacs. Op. cit.. p 644:

81
o Álüller. Peter "Ifliting hyperteW books." http://rou-gna.mttedu:80011un-gna/ text/IfTB/coverhonl.

82
 Hypertext Bank Chapter 1

leído por muchas personas y es muy común que algunas de ellas quie-
ran expresar algún tipo de crítica o comentario, o simplemente estable-
Chapter 2 cer contacto personal.

extemal
5. Fechar cada actualización: siempre debe asentarse la fecha de la
ertry
Patin references última modificación. Esta es una información valiosa para evaluar la
cavar Page TableofContents Reference Chapter actualidad de los datos.

6. Mención de responsabilidad en cada página: cuando un documento

Appe.ndith
Appe,ndixB
Figura 10 - Esquema de libro hipertextual de Müller
3. Usar referencias hipertextuales relativas: cuando se realiza un en-
lace entre dos documentos debe tenerse en cuenta que los mismos pue-
den estar en diferentes directorios de una misma computadora, por lo
que no se aconseja realizar referencias absolutas, sino que deben tener en
cuenta la ubicación relativa de cada archivo en la estructura.
4. Firmar cada documento: es importante brindar la información so-
bre el autor del documento, así como también la dirección electrónica
para establecer contacto. Un documento existente en la red puede ser
83
está compuesto por más de un archivo o página, es necesario repetir los
datos de responsabilidad y actualización en cada uno de ellos. Esto se
debe a que es factible acceder al documento por cualquiera de sus páginas
y no solo por la principal. Sea cual fuere la página accedida es necesario
contar con toda la información del documento.
7. Mención de responsabilidad impresa: la mención de responsabilidad
no debe limitarse a un simple enlace a la página base del autor o su correo
electrónico. Es necesario tener en cuenta que el documento puede ser
distribuido de forma impresa y que quien lo lee debe contar con la mención
de responsabilidad completa y sin necesidad de recurrir a la red.
8. Cuidar la estructura del áocumento: en caso de que el documento sea
un tanto grande y cuente con varios capítulos o partes, es recomendable
asignar un archivo o página a cada una de las partes. También es necesario
contar con una tabla de contenido (ToC) que permita visualizar fácilmente
la estructura intelectual del documento.
9. No enlazar con archivos inconclusos: en casos como el anterior es
muy común que ciertas partes se finalicen y se pongan en línea antes que
otras. No es conveniente presentar enlaces con páginas inconclusas. En

84
 todo caso, es suficiente colocar un mensaje del tipo "en construcción"
(under construction) en la tabla de contenidos.
14. Colocar las citas bibliográficas en el capítulo de referencias:
10. Longitud de capítulos: es importante tener en cuenta un tamaño razona- esta regla complementa a la número uno. En nuestro caso no tiene
ble para cada capítulo o parte. Los capítulos demasiado largos tardan mayor aplicación debido a que el hiperdocumento referencia) es en
mucho tiempo en ser transferidos por la red y el usuario puede desistir de él sí una larga lista de referencias bibliográficas.
en medio de su transferencia. Por otra parte, si se crean muchos capítulos
de muy pequeño tamaño, puede caerse en el otro extremo y presentar una 15. Presentar referencias lo más comnietas posibles: este punto es
estructura informativa demasido fragmentada y confusa. importante y complementa a la regla número dos. Para que el usuario
11. Plantear una estructura de capítulos de antemano: este punto está pueda decidir la validez de un enlace sin necesidad de ingresar a él, es
relacionado con el anterior, pero se refiere a aquellos documentos que necesario que la descripción del recurso sea lo más detallada posible.
son creados colectivamente por varios usuarios desde varios puntos Es importante también efectuar algún juicio de valor objetivo sobre
de la red. En estos casos debe existir un tipo de editor o coordinador cada recurso.
que marque claramente las pautas de trabajo cooperativo.
12. Designar un editor/coordinador en los documentos cooperati-
yo: Este ítem solo es útil si vamos a llevar adelante un proyecto co-
operativo para la construcción de nuestros documentos. En este caso,
lo más común será que uno de los referencistas coordine las acciones
de los demás bibliotecarios y/o usuarios.
13. Minimizar la utilización de imágenes: el uso de imágenes en los
documentos dotan a estos de mayor expresividad e impacto. Sin em- Figura 11 - Estructura superficial
bargo, es necesario tener en cuenta que no todos los usuarios están en El hiperdocumento tenürá una entrada principal (índice o tabla de
condiciones técnicas de recibir dichas imágenes. Por ello, se debe per- contenidos), que remitirán a cada una de las partes que constituyen la estruc-
mitir la recuperación de imágenes de forma separada, por lo que la tura general. Como hemos visto en la reglas número diez y once, es necesario
información textual no debe depender demasiado de las imágenes y sí establecer una estructura equilibrada. Patrick Lynch, de la Universidad de
debe describirlas con sumo detalle. De esta forma los usuarios pueden Yale (USA), plantea el problema en su propia guía de estilo" . En la figura 11
decidir si es conveniente recuperar las imágenes o no, También cabe
nos muestra el esquema de una estructura superficial.
destacar que la transferencia de un documento con demasiadas imáge-
nes es más lenta que la de aquel que carece de ellas.

85
" Lynch, Patrick. "Web style n'anual" http://info.med.yale.edukaim/StyleMantial _Top.HTML.

86
 colocan demasiados niveles de menúes, el tiempo de acceso a la información final
puede ser grande. Este es el caso del servidor de la revista Wired(HotWired)"

El punto medio entre estas dos tendencias es la estructura balanceada

(figura 13). El punto de equilibrio es dificil de encontrar, especialmente porque
cuando se diseña la estructura no se tiene una idea clara del tipo y cantidad de
información que contendrá. Por ello, no debe descartarse la posibilidad de esta-
blecer una estructura dinámica que vaya cambiando en función de como varía la
información a presentar. El medio electrónico es de por sí un medio vivo y como
tal hay que tratarlo. Un buen ejeriiplo de estructura balanceada es el servidor del
canal CNN (C1VN Interactie)84
Figura 12 -Estructura profunda

A partir del menú principal, se presenta una larga y tediosa lista de

menúes (M) y documentos (D). Este tipo de estructura suele ser confusa ya
que necesariamente se mezclan entradas sobre tópicos diferentes y no rela-
cionados, un ejemplo claro de este esquema es el apartado de novedades del
software Mosaic (NCSA Mosaic "What's New""Por otra parte, existen
estructuras que pecan de profundidad, como la que muestra la figura 12, donde la
información útil queda sepultada debajo de varias capas o niveles de acceso,
muchas veces innecesarios.

Los sitios gopher son un ejemplo clásico de este tipo de estructura, ya

que antes de encontrar algún dato útil el usuario debe abrir seis o siete niveles de
directorios. En el caso del WWW, debe tenerse en cuenta además, que si se

Figura 13 - Estructura balanceada

e http:t.www ncsa.usuc.edniSDGISolhearcAlosaidDacsAvhats-newhtml.

87 " http://wwwhonvtred.com.
" http://cnn.com.

88
 Hasta el momento hemos esbozado una idea de como será nuestro
hiperdocumento referencia(, el cual deberá tener un índice o tabla de conteni-
dos que marque claramente la estructura en capítulos y partes. Cada parte
agrupará una determinada clase de recursos, esta clasificación puede ser te- <HTML>
<HEAD>
mática o por tipo de recurso, o con arreglo de cualquaier otro sistema que el <TITLE> Ejemplo 1 <TTTLE>
<HEAD>
bibliotecario considere conveniente. Si el hiperdocumento está dirigido a un
grupo de personas con perfiles temáticos diferentes, se aconseja una primer <BODY> <H3><HR>
413> Ejemplo de un hiperdocumento sencillo
división temática y posteriormente por tipo dé recurso (catálogos, papers, <IJL>
foros de interés, etc.). En el caso de que el usuario final sea un solo investiga- <LI><AHREF=Vprimero-> Catblaacutelogos en 1 &iacutenea </A>
</A>
<LI><A IIREF="#segundd> Revistas electr&oacutenicas </A>
dor, simplemente se puede estructurar el documento en base a la tipología de <LI><A HRF_F="41terceni> Instituciones </A>
recursos. <LI><ABREF="11cuarto•> Otros
</UL>
Cada capítulo o apartado puede formar parte o no de un archivo por <p><HR> <p>
<H4><ANAIVIE=-primerci> Car/&aacutelogos en l&iac-utenea </A></H4>
separado. Cuando la cantidad de información es muy grande se aconseja webCATS </A>
<A HREF="http://library.usalk.ca/hywebcat >
fragmentaria en distintos archivos, mientras que si ésta no es mucha, conviene <BR>Nutrido directorio de catRraacutelogos de bibliotecas disponibles en World Wide Web.
incluirla por completo en uno solo. Independientemente del uso de uno o
<P><HR><P>
varios archivos, se seguirá manteniendo el concepto de estructura ya tratado. <H4><ANAME="segundo>Revistas electr&oacutenicas </A> </H4>
Cuando tenemos un solo archivo, podemos crear partes dentro del mismo
<A HREF=-Inistral .eremnontreal.ca/—beaudryg/cursust> Cursus </A>
gracias a las marcas del HTML. Este tipo de organización es la más indicada <BR>Publicaci&oacuten electr&oacutenica perteneciente a la Escuela de
en la mayoría de los casos. En la figura 14 puede apreciarse el código HTML Bibliotecolog&iacutea de la Universidad de Montreal.
de una estructura montada sobre un solo archivo, mientras que en la figura 15 <p><FIR> <P> <A> </I14>
se puede apreciar la apariencia final del documento. Las marcas <HTML> <H4><ANAME=tercerd> Instituciones
<A HREF,---http:/wwwaLa.org/pageindex.html> ALA Website </A>
</HTML> indican el comienzo y el fin del archivo, que a su vez está dividido
<BR>Servidor de informci&oaccuten de la American Library Association.
en dos partes principales: a) el encabezamiento (<HEAD></HEAD>), y b)
el cuerpo del archivo propiamente dicho (<BODY></BODY>). El encabe- <p>-<HR> <P> </A> </H4>
zamiento se'utiliza para darle un título al documento, que aparecerá en la <51><ANAME="Cuartd> Otros
parte superior de la ventana del visualizador. <AHREF=littp://www.ub2.1u.se/lisres.html> Library Science: fiding resources</A>
<BR>Recurses informativos sobre Bibliotecolog&iacutea y Ciencias de la
Informaci&oacuten compilados por Tomas Koch.
El primer elemento del cuerpo es un encabezamiento: "Ejemplo de
<p><HR><p> >V&Iacutector Herrero</A>
un hiperdocumento sencillo", destacado con un tamaño mayor al del texto Documento realizado por <AHREF="http://wwwugres/~victorhs

89
Figura 14 - Código HTML del hiperdocumento ejemplo

90
normal (<113></H3>). Luego, separado por una línea de cabello <1.1R>, aparece
el índice del archivo Cada opción se presaga como un ítem con viñeta gracias al
comando <UL> </UL>, que permite crear listas endentadas de los elementos que
comiencen con <U>. En el ejemplo, los elementos son los distintos tipos de
recursos- informativos utilizados como entrada al hiperdocumento. Ejemplo de un hiperdocumento sencillo

De esta forma si seleccionamos' el visuallzador saltará al sector Catálogos en línea

del archivo donde figura el enlace con la AL,A Para el caso de archivos cortos este Revistas electrónicas
Instituciones
método resulta poco útil, en cambio, para archivos que contienen gran cantidad de Otros
informaciónuna estructura de este tipo es sumamente importante, ya que permite al
usuario mantener el control sobre ella El programareconoce el lugar hacia donde tiene Catálogos en línea
que saltar, gracias a comandos <AHREF=> y <ANAME=>. En el caso de la ALA,
el enlace hace refiémicia a la palabra "tercero" (<AHREF'—'`Iktercero">), que se en- webCATS
Nutrido directorio de catálogos de bibliotecas dispo-
cuentra más adelante en el archivo (<ANAME="tercero">. El signo #1 indica que se nibles en World Wide Web. •
trata de una palabra marcada y cuyo destino se encuentra en el propio archivo. Si se
hubiera omitido este signo, el sistema intentaría recuperar un archivo llamado Revistas electrónicas
"tercero" en el mismo directorio que el archivo actual Observar que ambas marcas se
Cursos
cierran con </A>, esto permite indicar cuales son las palabras susceptibles a ser selec- Publicación electrónica perteneciente a la Escuela de
cionadas. Bibliotecología de la Universidad de Montreal.

Instituciones
Después de la lista de contenidos, aparecen los recursos propiamente dichos.
La marca <P> devuelve una línea en blanco y <HR> dibuja una línea delgada, para dar ALA Websiste
Servidor de información de la American Library Asso-
paso al nombre de la categoría de recurso resaltado con la tipografia <I-I4></H4>. El ciation.
nombre de cada recurso en particular aparecerá de color and" , debido a que está
encerrado por las marcas de enlace hipertextual. Este enlace no es interno, sino que Otros
apunta directamente al lugar exacto, dentro dela red, donde se encuentra dicho recur-
Library and Information Science: fiding resources
so, lo que permite ingresar a él con solo presionar sobre el título del recurso. La marca Recursos informativos sobre Bibliotecología y Ciencias de
la Información compilados por Toman Koch.

" Esta característica varía con cada vitualizyulor y su configuración. Documento realizado_por Víctor Herrero
91
Figura 15 - Apariencia final del hiperdocumento ejemplo
92
(BR> fuerza un retomo de carro y a continuación se presenta una breve descripción
lel recurso. Esta descripción es realizada por el bibliotecario, puede tener la extensión
Tírese considere nece,saria y debe de dar una idea clara del recurso sin necesidad de
icceder a él.
Esta estructura se repite tanta cantidad de veces como categorías y
-ecursos se deseen presentar, aunque en el ejemplo solo se muestran cuatro
;ategorías con un solo recurso cada una. Hacia el final del archivo aparece la
- con extensión HTM, en un disco flexible y se entrega en mano al usuario.
mención de autoría, que permite el envío hacia la página personal del respon-
sable. Por último, puede apreciarse que el uso de caracteres acentuados,
riñes, y todo tipo de carácter especial se realiza mediante un código de esca-
pe predeterminado" .
En caso de querer estructurar el hiperdocumento en base a varios
archivos, debemos proceder igual que en el caso del ejemplo, solo que se
fragmentará cada ítem en un archivo diferente relacionados por un archivo índice.
El archivo índice tendrá una apariencia similar a la primer parte del archivo ejem-
plo, lo único que cambiará es que los enlaces no serán del tipo #palabra,
sino que directamente se incluirá el nombre del archivo de destino. Para evi-
tar problemas se tratará siempre de colocar todos los archivos en el mismo
directorio, de esta forma los mismos pueden ser invocados con tan solo su
nombre completo y sin necesidad de indicar toda la ruta de acceso.
.‘ Las más comunes son: á=&aacute, é=-&eacute, l=cliacute, o=cloacute, li==ecuacute, .11=&Ntilde,
i=&ntilde, etc., en todas las gulas sobre HTML se incluye una lista completa con todos los
códigos para caracteres especiales.
93
111.4.5. Diseminación y entrega
Una vez construido el hiperdocumento su diseminación no presenta
demasiadas dificultades, ya que existen tres métodos básicos: 1) en soporte
magnético, 2) vía correo electrónico, y 3) vía un servidor WWW. El prither
caso es el más sencillo, el hiperdocumento se graba como un archivo normal,
Éste deberá cargarlo en su visualizador de la misma manera que carga cual-
quier archivo en un procesador de textos. También se cuenta con la opción
de guardar una copia del mismo en el disco duro de su máquina y configurar-
lo como página por defecto. De esta forma, toda vez que el usuario ejecute
el visualizador WWW aparecerá automáticamente ante él su hiperdocumento
referencial.
El segundo caso es un poco más complicado. Es similar al anterior
solo que aquí la transferencia se realiza mediante un mensaje codificado vía
correo electrónico. El usuario deberá saber como decodificar el mensaje
para recuperar el archivo. Este tipo de entrega deberá reservarse para aque-
llos casos en que sea muy dificil tener un contacto personal con el usuario y
donde éste a su vez maneje de forma fluida las diversas opciones de su soft-
ware de correo electrónico.
Por último, es posible colocar el hiperdocumento en el servidor WWW
de la institución, Este método tiene como ventaja que el usuario no necesita
manipular el archivo, sin embargo, presenta un problema: el directorio donde
se encuentre el archivo deberá estar protegido de las miradas de otras perso-
nas, tanto de dentro como de fuera de la institución, mediante algún tipo de
clave de acceso. Esto complica bastante el proceso y es muy probable que el
acceso del bibliotecario al servidor WWW sea un tanto restringida. Sin duda,
la primera de las soluciones es la más conveniente para la mayoría de los casos.
94
1114,6. Utilización asá h;porrinrImiente.
En esta fase, el usuario hace uso del hiperdocumento diseñado por el
bibliotecario. Es necesario que ambos tengan una fluida comunicación, gene-
ralmente vía correo electrónico, para poder solucionar cualquier duda
operativa. Resulta sumamente útil que el usuario lleve, en esta instancia, un
detallado registro de todos los problemas, sugerencias, recursos encontra-
dos, etc., con el fin de mejorar y consolidar el servicio. No es arriesgado
pensar que la utilización del hiperdocumento incentivará al usuario a utilizar
de manera activa no solamente los recursos Internet, sino todos los servicios
de cómputo que brinde la institución (servicios de rediocal, impresiones, etc.).
En caso de considerarse necesario, podrán implementarse breves cursos cuyo
principal objetivo sea resolver problemas puntuales en la operación del equi-
po de cómputo (gestión de archivos, sistema operativo, etc.).
111.4.7. Recolección de las experiencias del usuario
Una vez transcurrido cierto tiempo de utilización del hiperdocumento,
el bibliotecario debe tener al menos una entrevista con el usuario. En la
entrevista se tratará de detectar aquellos puntos donde el servicio ha fa-
llado y cuales pudieran ser las soluciones posibles. Existen al menos cua-
tro instancias de dificultades (figura 9), cada una de ellas responde a una
pregunta concreta relacionada con una fase específica del proceso: 1)
¿Existen problemas de operación?, 2) ¿Los recursos no son pertinen-
tes?, 3) ¿Los recursos son insuficientes?, y 4) ¿Los recursos no respon-
den al perfil del usuario? Con la primera pregunta se busca detectar cual-
quier problema operativo. Muchas veces para corregirlo será necesario
volver a revisar la cuarta fase (construcción del hiperdocumento), mien-
tras que en otras será necesaria una capacitación específica del usuario
95
sobre el problema puntual. Esta instancia no es demasiado. crítica y tiene
como objetivo limar las asperezas entre el usuario y la herramienta.
La segunda instancia es más delicada, ya que la pregunta pone en
duda la calidad o pertinencia de los recursos presentados. En calo de una
respuesta afirmativa no solo deben de ser analizados nuevamente los recur-
sos en cuestión, sino que deben de ser registradas las razones por las cuales
el usuario considera que no son pertinentes. Esta es una de las fases más
delicadas de todo el proceso. En base a las razones expuestas por el usuario,
el bibliotecario deberá reformular su criteria de evaluación. Una criteria para
evaluar recursos de información de una determinada institución y un determi-
nado tipo específico de usuario, es una herramienta muy valiosa que no se
compra ni se inventa de un día para el otro, sino que por el contrario se
construye paulatinamente gracias a la propia experiencia práctica. En caso
de que los recursos hayan resultado pertinentes, las pautas establecidas de
antemano cobran más fuerza ya que no han sido refutadas. Este principio
popperiano de la "falsación" nos dice que una pauta nunca es cierta, solo en
el mejor de los casos nos señala que nunca fue desechada (falseada), así, a
medida que resiste las sucesivas falsaciones llevadas a cabo por el usuario, se
considera como una buena candidata a ser verdadera.
■
La tercera pregunta no es en sí crítica, y de hecho es probable
que la mayoría de las veces se conteste de manera afirmativa, debido a
que los usuarios siempre consideran insuficientes las fuentes de informa-
ción con que cuentan. En realidad cuando la respuesta es afirmativa quie-
re decir que el sistema funciona y que el usuario desea ampliar los hori-
zontes del mismo. Solo en casos de una serie de recursos muy pobres
esta respuesta estará indicando una falla en el diseño del hiperdocumento.
En este punto puede realimentarse el proceso y volver a crear un docu-
96
mento más nutrido, sin embargo, no es bueno acostumbrar al usuario a
este modus operandi, sino que se le deben dar las herramientas y la
capacitación para que comience por sí solo a detectar y utilizar recursos
de la red.
Finalmente, la última pregunta es sumamente importante. En caso
de una respuesta afirmativa, nos encontramos \ante un gran error de dise-
ño y deberemos no solo realizar nuevamente el proceso por completo,
sino que también será necesario revisar las técnicas de entrevista y de-
tección de necesidades empleadas.
111.4.8. Evaluación final y archivo
Después de que las cuatro instancias hayan sido superadas satis-
factoriamente, es necesario asentar los resultados globales de la expe-
riencia y archivar el material para su posterior reutilización. Existe mucha
literatura que trata sobre la evaluación de servicios de información, estos
se agrupan en líneas generales en dos vertientes: las que se basan en el
usuario (user based) y las que se basan en el sistema (system based).
-
-
Para el presente servicio se propone una evaluación del primer tipo. Char-
les McClure presenta los beneficios de la evaluación de este tipo sobre
la que ignora por completo al usuario y establece tres cuestiones básicas que trata
de resolver" :
1. ¿Cómo puede el uso de las redes electrónicas facilitar las tareas y objetivos
de una determinada comunidad de usuarios?
" McClure, Charles. -User-based data collection techniques and shutegies for evaluating nehearked
Informaban services." Librarv Pends. 42(4):591-607, Spring 1994. p 593-94.
97
2. ¿Qué problemas tienen estos usuarios a la hora de intentar explotar las
redes con el fin de alcanzar esas tareas y objetivos?
3. ¿Qué estrategias de diseño y gestión pueden aliviar esos problemas y
maximizar el uso efectivo de la red?
Al igual que en el caso de la evaluación de los recursos correspondiente ala
tercera fase, es necesario que el bibliotecario diseñe su propios criterios de evaluación,
ya que no existe ninguna metodología que sea de aplicación universal. Sin embargo,
McClure citauna serie de claves para llevar adelante estatarea con éxito" :
1 Conocer a sus usuarios.
2. Decidir cuidadosamente qué es lo que va a ser exactamente evaluado.
3. Diseñar variables apropiadas.
4. Determinar costos y cronograma de tareas.
5. Identificar el estudio de usuarios correcto.
6. Diseñar, probar y refinar los instrumentos y las técnicas para la recolec-
ción de datos.
7. Administrar las técnicas e instrumentos de forma coherente.
8. Presentar los resultados y hallazgos del estudio.
Estas claves deben ser convenientemente combinadas con el medio objeto
de estudio, para que brinden resultados útiles al momento de su aplicación.
"Ihnd. p 601 y ss.
98