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TIEMPO Y ESPACIO

Tiempo y espacio deben ser vistos como la columna vertebral que articulan,
respectivamente, a la Historia y a la Geografía. Sin embargo, poseen en común que
ambas son creaciones humanas en tanto es el hombre el que modela, modifica, clasifica,
diseña y le asigna un valor al tiempo y al espacio.

Tiempo y periodizaciones

Debemos tener muy en cuenta que el “tiempo” no existe de manera abstracta, es


en relación a la actividad humana que el hombre busco una manera de medir y organizar
su vida, en las sociedades ágrafas e incluso en los ámbitos rurales actuales, la forma de
medir el tiempo está relacionado con la agricultura, tiempos de barbecho, cosecha y
siembra, las estaciones marcan las horas de trabajo a partir de la duración más extensa o
más breve del día y la noche. Con la primera modernidad y con el surgimiento de los
bancos como entidades comerciales, surge la idea de interés y por ende comienza a
diferenciarse el precio del valor.
Las periodizaciones son una forma de dividir el tiempo histórico en etapas o
edades, la periodización más tradicional se concentra en mirar el desarrollo temporal
desde Europa, desconociendo la existencia de otras historias: americana, oceánica e
incluso asiática y africana (a estas dos últimas las tiene en cuenta en relación a Europa
para referenciarse con el Antiguo Cercano Oriente, y a África como el ámbito del
surgimiento de los primeros homínidos y por ende espacio prehistórico de la
humanidad).
Si nos concentramos en la periodización del continente americano, al menos
latinoamericano, nos encontraremos que ocurre en una escala menor, lo mismo: la
historia americana está dividida en etapas en relación al conquistador europeo español,
distinguiéndose tres grandes etapas: prehispánica, colonial y contemporánea o
independiente.

No obstante, para reforzar la idea de que el tiempo es una construcción humana


podemos tomar como caso testigo, la periodización cristiana aportada por San Agustín,
la principal fuente del cristianismo medieval. En el libro IX de la Ciudad de Dios (413-
427), San Agustín distingue seis periodos: el primero va de Adán a Noé, el segundo de
Noé a Abraham, el tercero de Abraham a David, el cuarto de David al cautiverio de
Babilonia, el quinto del cautiverio de Babilonia al nacimiento de Cristo, y el sexto es el
actual, que habrá de durar hasta el final de los tiempos.
Espacio y cartografías

La ecúmene (del griego οἰκουμένη, oikouménē, “[tierra] habitada”) es el


conjunto del mundo conocido por una cultura. Ciertamente ese mundo conocido fue
cambiando a lo largo del tiempo, el conocimiento geográfico de los griegos del siglo
VIII a. C. ciertamente no es el mismo que poseían los romanos en el siglo II d. C.
A continuación ofreceremos dos cartografías basadas en textos, la Odisea de
Homero y Geografía de Estrabón, respectivamente vinculado al mundo griego y
romano.

El mundo conocido basado en Homero


El mundo conocido basado en Estrabón

Como podrá notarse la ecúmene está directamente vinculada con la exploración


del territorio pero además registrando ese territorio por parte de quienes lo visitan y
recorren. Muchas veces la representación obtenida no se condice con la “forma” real,
sin embargo, precisamente eso, nos permite reforzar la idea de que el espacio es una
construcción humana. Valga explicitar que el territorio es la superficie de la tierra sin
intervención humana mientras el espacio la representación subjetiva, muchas veces, que
se hace mental, literaria o cartográficamente.
A continuación ilustraremos lo antes dicho con una representación del
continente americano realizada durante el siglo XVII. En la cual podrá apreciarse que
las formas de América del Norte y América del Sur no son exactas, sin embargo, la
representación de la parte insular y continental de América Central poseen una precisión
dada por el conocimiento real del territorio.
“El mundo americano, una nueva descripción”, representación cartográfica del siglo
XVII.

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