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Lunes 30 de agosto

EL PAJARITO

Un pajarito estaba encerrado en su


jaula de oro.

Llegó el otoño y vio a los niños


jugar a tirarse hojas.

Llegó el invierno y los niños jugaron con la nieve.

Llegó la primavera y los niños jugaron con las


flores.

Llegó el verano y el pajarito se escapó para jugar


con el mar.
Martes 31 de agosto

PABLO EL AVENTURERO

Hola:
Mi nombre es Pablo y soy un aventurero. Trabajo como periodista
para una revista de viajes. Ayer mi jefe me mandó en avión a África,
para que escribiera sobre la experiencia de vivir en la selva durante
una semana.
Aquí, en la selva, hace mucho calor y llueve mucho, pero por lo menos
no hace viento. Hoy me he encontrado con las personas que viven en
la selva. Para poder dormir con ellos me han obligado a afeitarme el
bigote y a cambiar el color rojo de mi pelo.
Mañana me llevarán a cazar cocodrilos, en una barca de remo, pero
antes me vestirán con una falda de paja y un collar de huesos. Espero
que también me dejen una lanza larga como la de ellos.
Ahora me marcho a dormir a mi cabaña de madera.
Prometo escribir pronto.
Pablo.
Miércoles 01 de septiembre

LAS FLORES MÁS HERMOSAS


Roberto recorría el jardín de su casa junto con sus
hermanas. Se detuvo ante un rosal y les dijo:
-¡La rosa es, ciertamente, la flor más hermosa de
nuestro jardín!
-La azucena no es menos bella que la rosa -opinó Sara.
-Tengo a las dos flores como las más admirables que
existen y creo que no tienen rivales.
-¿Y qué dicen de las violetas? -preguntó Inés-. ¡Tienen
exquisito perfume y su color es el del cielo!
La mamá de los niños, que escuchaba el diálogo, dijo:
-Estas tres flores que tanto les agradan, son emblemas
de tres hermosas virtudes: la humilde violeta, de tonos
azulados, es símbolo de la modestia; la blanca azucena, de
la inocencia; y esa rosa de encendido matiz, les da este
bello mensaje:

"Que los hombres amen a Dios y a todo lo


bueno que hay en el mundo".
Jueves 02 de septiembre

EL ORIGEN DE LOS VENADOS


Habitaban en una casa dos hermanos: uno rico y otro pobre, con sus
respectivas esposas e hijos.
Un día en que el hermano rico con muchos convidados festejaba el
bautizo de uno de sus hijos, se asomó el pobre. Uno de los invitados le
preguntó:
- ¿No es ese tu hermano? ¿Por qué no lo haces pasar?
El rico, al ver a su hermano sintió vergüenza de su pobreza y
respondió:
-Es un sirviente.
El hermano pobre lo oyó, y lleno de pena por el desprecio de su
hermano, decidió abandonarlo y se fue con toda su familia.
Se detuvo en la puna a descansar junto a una peña, lamentándose
de su mala fortuna. Esta le preguntó lo que le pasaba y, después de
escucharlo, le indicó que fuera a una gran cueva a descansar.
Estaba dormitando sin poder conciliar el sueño, cuando escuchó
este diálogo entre la peña, la puna y la pampa.
La puna le preguntaba a la peña por qué lloraba ese hombre.
-La pobre llora porque su hermano rico lo ha despreciado. -dijo la
peña.
-¿De qué se queja ese infeliz? -preguntó la pampa.
-De su hermano rico que lo tiene muerto de hambre -respondió la
peña.
-Pues entonces yo le daré mazamorra de maíz blanco.
-Y yo -dijo la cueva-, de maíz morado.
-Y yo -agregó la puna-, de maíz amarillo.
El hombre despertó sobresaltado
y encontró tres ollas con maíz cocido,
las que devoró, aunque dejando un
poco de cada una para su familia.
Nuevamente se durmió.
Al amanecer le fue imposible
levantar las ollas por su enorme
peso: ¡tenían oro, plata y cobre!
Viernes 03 de septiembre

LA FALTA DE UN CLAVO
Un caballero salió muy temprano con un
mensaje para el rey. Por la viveza de sus
movimientos, se notaba que tenía mucha
prisa.
La suerte de un reino dependía de la
rapidez con que corriera el caballo.
En el momento de partir oyó que un
muchacho le decía:
-¡Señor, tenga cuidado! A una
de las herraduras se le ha caído un
clavo.
El jinete contestó:
-¡Tengo mucha prisa!. No tengo tiempo de ocuparme en eso.
Al mediodía se detuvo para descansar un poco y alimentarse.
Cuando volvió a montar, un campesino que pasaba le gritó:
-¡Señor, a una de las patas de su caballo le falta una
herradura. Llévelo enseguida al herrador!
-¡Tengo mucha prisa! -contestó el jinete-, el lugar a donde
voy no está muy lejos.
Hablando así, el caballero hizo galopar a su caballo; pero éste
enseguida empezó a trotar, luego a caminar despacio y
últimamente a cojear.
Pero no cojeó mucho tiempo, el animal dio un resbalón y
cayó. Se levantó enseguida, pero volvió a caerse y ya le fue
imposible levantarse.
El caballero no pudo llegar a donde estaba el rey; el rey no
pudo recibir el mensaje y por falta del mensaje el reino se
perdió.
Por falta de un clavo cayó una herradura; por una herradura
se perdió un buen potro; por falta de un buen potro se atrasó un
jinete; y por un minuto de atraso, lo echó a perder todo.

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