Está en la página 1de 128

Ly"" V.

Andrews vive en el
sur de California, donde se
ha dedicado al cine y a colec-
cionar obras de arte . Ahora
consagra su tiempo a escri-
bir, dar conferencias y a se-
guir la instrucción de la mujer
chamán de "trasmitir el mlln-
do del espíritu a tu gente y
dar a los demás lo que has
aprendido". Ha escrito tres
libros más sobre el tema . .
LYNN V. 'ANDREWS

MUJER cHAMÁN

I . EMECÉ EDITORES
Este libro está dedicado a David Carson.
el verdadero invisible

Diseño de tapa: Eduardo Ruiz


Titulo original: Medicine Woman
Copyright © 1981 by Lynn V. Andrews
© Emecé Editores, S.A, 1990
Alsina 2062 - Buenos Aires, Argentina
Primera edición en offset: 3.000 ejemplares.
Impreso en Compañia Impresora Argentina S.A., Alsina 2041149,
Buenos Aires, abril de 1990.

IMPRESO EN LA ARGENTINA - PRINTED IN ARGENTINA


Queda hecho el depósito que previene la ley 11.723.

I.S.B.N.: 950-04-0954-2
23.391

I1
Agradeci~ientos

Estoy profundamente agradecida a D. H. Latimcr, el lobo-guía


de muchos escritores. Mj gratitud y respeto h<ida mi editor,
Clayton Carlson, habla por sí mismo. Y para Rosalyn Bruyere,
una verdadera hennana que conoce su sombra, mj agra-
decimiento.
Mis gracias más efusivas para mis amables maestras de
medicina, sin las cuales este libro no podría haber sido escrito
jamás.

j'. . .
'.
,.
No hay hechiceros sin hechiceras. Un hechicero recibe su
poder de una mujer, y siempre ha sido asl. Un hechicero
ocupa e/lugar de un perro. Es meramente un instrumento de
la mujer. Ya no parece ser así, pero lo es.

Agnes Alce Veloz

Una luna amarilla se había elevado sobre las colinas a la


distancia. El cielo era inmenso y hermoso y en alguna parte
aullaban los coyotes.
Yo estaba sentada frente a un fuego al aire libre con una
india anciana. Su rostro estaba arrugado como el de una pasa.
Tenía pómulos altos y largas trenzas que le llegaban abajo de
los hombros. Llevaba un collar de cuentas curativas sobre una
camisa de cuadros verdes.
-Tu vida es una senda -dijo con un fuerte acento
difícil de comprender al principio-o Consciente o inconscien-
temente, has ido en busca de una visión. Es bueno tener una
visión, un sueño.
. Había algo apremiante en ella. Su personalidad parecía
cambiar de un momento a otro. Aunque tenía dificultad para
expresar en inglés los pensanlientos más simples, era tan eru-
dita como cualquiera que yo hubiera conocido. Y poseía una
gran dignidad.
"La mujer es la esencia -continuó-. La madre tierra

11
pcttencce a la lllujer. no al hombre. Ella lleva el vacío.
Esas fueron las palabras de una curandera hevoka antcs
dc que yo me conVit1iera en su aprendiz. Yo estaba destinada a
acompañarla en su senda durante siete ai'los. Este libro es la
historia de mi viaje a su extraño y hermoso reino ... una cele-
bración del podcr de la mujer... tal como ella me lo reveló.

ESTOy caminando en alguna parre de lo lejO/IO. l.a pradera


eSTá cubierra de nWTorrales de anemisa ralos y cedros dispersos.
Pienso en un \'al/e solitario en un cráter de la IlIlla. Encuelllro una
l'islOsa I'itrina en medio de este silencio \'asto y extraM. Su anesanía
es notable. Puedo \'er a través de las puerros traslúcidas. A la
izquierda, detrás del vidrio, el rostro de una mujer está mirándome. ..
el rostro de una anciana india americana. A la derecha I'eo 1411
cuen:o azul y negro. lA escena me recuerda un cuadro de Magrille.
La cabeza de la mujer comienza a \'Olverse COIl brusquedad
de Ul! lado a otro. .. ríllnicamellle, como el péndulo de UI! me-
Trónomo.
-Cuálllas I'eces debo decirte -me regO/Ja sin dejar de girar
la cabez(}- que el cesIO del matrimonio no se I'cnde. /Jebes ganánelo.
Debes ganánelo.
Mielllras escucho la reprimenda, el ojo brillallle del cuervo
distrae mi atención. El cuerpo {Iel cuer\'(} empieza a girar hacia
adelllro [reme a la cabeza de la mujer, 1/l00'iéndose con el mismo
ritmo metronómico.
Me sobresalto. El cuervo comienza a imitar las palabras (le la
anciana. Las dos voces nítidas son tan amonestadoras que me
estremezco.

12
SóLo he visto un cesto del matrimonio en mi vida. Sé que el
cesto aún existe. Dónde, lo ignoro.

Hyemeyohsts Stonn

-¿Estás lista? -preguntó Ivan, ansioso por marcharse.


-Todavía no --contesté-o Aunque no lo creas, me
parece que he encontrado algo interesante.
Había ido a la Galería Grover a la inauguración de la
muestra Stieglitz con el doctor Ivan Dcmetriev, un psiquiatra
amigo mío La galería estaba atestada con los usuales patroci-
nadores de arte y la gente que aparentaba ser culta, pero ya lo
había previsto. No era eso lo que me molestaba sino la exposi-
ción. Era estática, insípida.
Eso fue antes de ver la fotografía ..
"Espera un minuto, Ivan, esa no puede ser una Stieglitz
-dije, tironeándolo de la manga. Estábamos de pie frente a
una fotografía de un antiguo cesto indio americano. Ivan la ob-
servó de mala gana, aburrido y deseoso de marchaI"Se.
"Qué diseño fascinante --comenté, mirando con más a-
tención-, pero no es el estilo de Stieglitz. -Continué con-
templando el cautivante cesto. Tenía un dibujo intrincado que
semejaba un delfín con una víbora, o un rayo. Aunque soy
coleccionista de arte americano, jamás había visto algo que se
le comparara. El tejido también era insólito. No podía distin-

15
guir si enl enrollado, trenzado o qué. Estaba hipnotizada por un sonido zumbante enloquecedor. Desperté sobresaltada y
su pertección. No sabía de dónde provenía, pero ya estaba en me senté en la .cama, con los ojos desorbitados, asustada.
exhibición en mi subconsciente. Ivan seguía frunciendo el Luego hice a un lado las sábanas con enojo y me dirigí al
entrecejo y buscando la salida. La copia, de ocho por diez, baño. Encendí la luz y hurgué ruidosamente dentro del boti-
tenía una mística calidad sepia que nunca habría asociado con quin, ojeando los espejos con recelo en busca de .sombras
Stieglitz. Me pregunté cuándo la habría hecho. Mis ojos se revoloteantes. Un frasco de aspirinas se deslizó al pis() y se
detuvieron en la inscripción cuidadosamente mecanografiada rompió en una docena de pedazos. Cuando me agaché para
debajo de la fotografía, y busqué la techa. Allí estaba, junto recoger las pastillas y los fragmentos de vidrio, me golpeé la
con el título: El cesIO del matrimonio, pero me aguardaba otra cabeza.
sorpresa. El nombre del fotógrafo era McKinnley. Una isla -¡Maldición!
solitaria en un mar de Stieglitz. Tomé un Alka-Seltzer y volví a la cama. El cuano estaba
Ivan me miraba con impaciencia. oscuro excepto por algunos rayos de luna que jugaban en mi
"¿Conoces a un fotógrafo llamado McKinnley? -le pre- rostro. Recordé una historia de Ana'is Nin en que la heroína, a
gunté. la luz de la luna, giraba y temblaba bajo el imponente resplan-
-No, no lo conozco -contestó, tiroíndome del brazo-o dory, poco a poco, perdía su alma. Al adonnecenne, el búho
Pero sí reconozco a un grupo de farsantes y seudointelec- ululó y el cesto del mau"Í111onio reapareció ante mí, esta vez
tuales cuando los veo, así que salgamos de aquí y tomemos un sostenido con un gesto agorero por una vieja india con ojos
trago. como espejos lustrados. La visión persistió hasta que me dor-
-Pero quiero esa fotografía -atinné. mí de agotamiento.
.-Entonces regresa mañana y dem>eha tu propio tiempo Lo próximo que supe fue que sonaba el teléfono. Era de
-respondió Ivan, encaminándose bruscamente hacia la puer- mañana.
ta. -Hola -dije, no del todo despierta.
_.Al menos déjame anotar el nombre -dije. buscando -Con la señorita Lynn Andrews, por favor. La Galería
sin 61to una lapicera dentro de mi canera. Levanté la cabeza, Grover devolviendo su llamada -anunció una voz femenina
vi a Ivan haciéndome señas desde afuera y; con un suspiro, enloquccedoramente alegre.
decidí que podía recordar El cesto del matrimonio y "Mc- -Sí, soy yo, ella. Anoche dejé un mensaje en su contes-
Kinnley". Me apresuré a alcanzar a lvan. tador automático relacionado con una fotografía de un cesto
Esa noche comenzaron los extraños sueños. No podía del matrimonio que vi durante la exposición Stieglitz. ¿Podría
dormir. Un búho ululaba ominosamente en el nogal fuera de reservánnela, por favor'?
mi donnitorio. Me tapé la cara con las sábanas y pemlanecí -¿Un cesto del matrimonio, señorita?
quieta y callada. Cuando empezaba a quedannc donnida, imá- -Sí, un cesto del matrimonio indoame·ricano totogratiado
gencs del cesto del matrimonio, oscuras y misteriosas, se apo- por McKinnley, creo. Ni siquiera estoy segura. Me parece que
deraron de mi mente. El sueño irrumpió en mi consciencia con se llamaba McKinnley.

16 17

i
r.J
-¿McKinnley? La vi aquí anoche; Era de McKinnley. -Mi voz sonaba tensa
-Sí, no. Una fotografía vieja de algún fotógrafo. y desconoclda.
-Lo averiguaré, señorita Andrews. -Me dejó esperando -PemlÍtame interrumpirla, señorita. Antes que nada. por
y la comunicación se cortó. El tono empezó a zumbar. . favor, tome asiento y acepte una taza de té. ¿Con crema o
Colgué y me tomé la dolorida cabeza. Unos minutos azúcar? Estupendo. -Dejó la habitación sin esperar mi res-
después, el teléfono volvió a sonar. puesta.
-¿Señorita Andrews? Me senté en el único mueble de la galería, un sofá re-
-Sí. dondo, henchido, con forma de buñuelo y un pedestal tapizado
-No tenemos ninguna fotografía de ese tipo bajo el sobresaliente en el medio. Estaba tapizado con imitación piel
nombre de McKinnley ni de ningún otro fotógrafo. color naranja y diseñado de forma que siempre resultarcl incó-
-¿Qué quiere decir con que no tienen la fotografía? modo. El hombre volvió con dos tazas de té, me entregó una '1
-Me senté de golpe, súbitamente alerta. tomó asiento. Permanecimos sentados espalda con espalda ea
-No tenemos ningún registro de un cesto del matrimo- medio de un silencio exasperante, bebiendo té. Decidí dejarlo
nio indio americano, señorita Andrews. -La voz era impa- hablar primero. Con parmoia creciente, me estaba conven·
ciente. . ciendo de que el hombre me estaba ocultando la fotografía
-Pero es· imposible. Quiero decir, debe de haber un para hacerme pagar más por ella.
error. Iré para allí de inmediato, gracias. -Debe de haber un error, señorita Andrews. Hemos
Estaba extrañamente obsesionada, casi frenética. Con- examinado los archivos y tenemos una única fotogmfía de
duje zigzagueando a través del tránsito hacia la galería en McKinnfey. -Se interrumpió y se volvió para mirclnne,esti-
el bulevar La Ciénaga, físicamente exhausta por la noche rando el cuello ceremoniosamente, conteniéndose a tiempo
anterior, confundida por la conversación telefónica de esa ma- para no caer del buñuelo naranja.
ñana y molesta por la falta de eficiencia en un simple -Bien, permítame ver esa fotografía, por favor.
mantenimiento de registros. Estacioné frente a la puerta prin- Se encogió de hombros. alzó la mirada al cielo raso, y
cipal y entré en la galería. La vasta extensión de paredes volvió a abandonar la habitación. Estuvo ausente durante un
blancas, el encuentro con fotografías colgando en todas di- tiempo interminable y yo estaba segura de que se preparaba
recciones de la altura de los ojos, me repugnó ... del mismo para fijar un precio astronómico a la fotografía. Me quedé
modo en que me repelió, en ese momento, toda la escena sentada retorciendo la falsa piel naranja en bolitas con mis
de arte "in". El marchand "in" se acercó, tomando nota de mi dedos nerviosos y la vista fija en las fotografías de las .paredes.
Jaguar sedán afuera y mi vieja cartera Gucci. El hombre M4scaras ominosas me observaban. ecos blancos "y negros de
era de facciones angulosas, delgado pero fuerte, y preten- mis pesadillas recientes. Me puse de:pie.y,~omencé apasear-
sioso. me. El hombre reapareció con un ~ portafolio. me miró
-¿Señorita Andrews?
-Sí. Llamé por la fotografía del cesto del matrimonio. -.
con l\Iria y dijo en un tono incon~n~ dulce:
-Aquí la tiene, señorita ~"$. Abrió el portafolio

18 19
sobre el asientoanélfanja,do. En su interior había una vieja -No recuerdo ninguna 'fotografía de ningún cesto'
fotografía de sepia de. tipis'" en Little Big Hom, de .alrededor .-...;afinnó con determinación-o Y era una exposición de Stieg"
de 1850. La recogí, buscando debajo la fotografía del cesto del, ,litz. No me gustan estas interrupciones.
matrimonio. El portafolio estaba vado. -Pero te la mostré cuando estábamos por irnos.
-,.Está rnintiendo~ije. -Lynn, creo que deberías pedirle un turno' a mi secre-
El hombrecito retrocedió y se apresuró a exclamar: taria -brom~. No me mostraste ninguna fotografía de
-Le dije que no tenemos la fotografí~, y que yo sepa, ningún cesto, te 10 garantizo.
nunca la tuvimos.·Realmente señorita Andrews, creo que está -¿Estás cómpletamente seguro, Ivan? Esto esimpor-
yendo demasiapo lejos. tanteo Era una vieja foto en sepia, de hace por lo menos setenta
Comprendiendo mi imprudencia, mi m~l genio y total años ... de McKinnley, creo.
falta de control, me disculpé y me marché .de la galería. Con- -Estoy segurísimo de que no me mostraste nada pare-
duje haciendo eses por La Ciénaga de regreso a;Bcvcrly Hills. cido. Te llamaré más tarde. -Colgó.
Cuando llegué a casa, me pre~¡u-é otra taza de té y me dejé caer La cabeza me daba vueltas. Sabía que había visto esa
en el s~nón, apoyando mis pies fríos sobre una mesita. Lue~o maldita. fotografía. La había visto y tocado con mis manos en
tomé el teléfono y marqué clnÚlnero de Ivan. mi sueño. ¿Qué estaba pasando? De repente, me sentí ~uy
-Oficina del doctor Demetriev -respondió la secre- cansada.
taria-. ¿Puedo ayudarlo? , Miré alrededor de mi living. Era como estar sentada en el
-,-Por favor, quisiera hablar con Ivan. Soy Lynn An- centro de una combinación de aldea africana y museo indígena
drews. americano. Durante años, había reunido implacablemente una
-El doctor está con un paciente. Déjeme su número y le colecCión inestimable de figuras ancestrales congoleñas, feti-
diré que la llame. ches mágicos y deidades de guerra, mantas de navajo y cestos
-Es urgente. Por favor, avísele que estoy en Unea. de todas partes de Norteamérica y Guatemala; La habitación
Me pidió que esperara. Muzak insultó mis oídos. era mágica, cargada de poesía y poder de antiguas tradiciones
-Hola -dijo Ivan con brusquedad. primitivas. Los cestos, simétricos y perfectos, alineados contra
-¿Recuerdas el cesto del matrimonio de anoche, Ivan? las paredes, eran mis favoritos. Yaquel'ccsto'detmatriJnonio.,'
¿Cómo se llamaba el fotógrafo? imbuido de magia... jamás había sentido tanta urgencia por
-¿Qué cesto del matrimonio? ¿Qué fotografía? Estoy en conseguir un objeto.
mc.dio de un colapso suicida, Lynn, así que sé breve. Me recliné en el sillón, tratando de ponerme cómoda, y
-,Lamento interrumpirtc,'pero necesito saber acerca de estudié a través de la habitación una obsesión anterior, una
esapar;tirulat fotografía que vimos anoche en la galería. ¿No banda de la fertilidad de Guatemala, blanca y negra. tejida a
la, reeuerdas?, mano. Colgaba de la pared junto a una fotografía del
Templo Maya del Gran Jaguar que había tomado en Tikal,
• Tiendas de indios. Guatemala, hacía un par de meses. Recordé las difirulta-

20 21
des de aquel mes de larga búsqueda en pos de la banda. Enanos defonlles con cadenas oxidadas en las espaldas,
Había ido en un jeep alquilado desde la ciudad de Guate- mujeres gordas y hombres calvos tatuados con palancas y
mala hasta Chichicastenango ... donde existía un antiguo mer- poleas bajaron del autobús. Caminantes de la cuerda floja,
cado indio en el que me habían dicho que podría encontrar la acróbatas y bailarinas de danzas orientales, todos guatemalte-
banda que tanto ansiaba poseer. La campiña era soberbia... cos, bajos y morenos, gritaron a los turistas para que des-
retazos de tierra cultivada y una red sotisticada de zanjas de pejaran el lugar.
irrigación escalonaban las laderas de las colinas... los mayas Los elefantes barritaron aterrados, el camión se inclinó
guatemaltecos habían practicado la irrigación durante siglos. amenazante próximo al abismo y a una muerte segura para los
El suelo era fértil y verde. Podía oler la tierra fecunda y el animales. Los enanos se arrastraron debajo del camión v~ife­
humo de fuegos ardientes dentro de las casas de ¡techos de rando obscenidades. Alrededor de cincuenta personas contem-
paja. Llegué a la pendiente que llevaba a Chi Chi con el sol plaban el espectáculo... turistas en bermudas, guatemaltecos,
bien alto sobre mi cabeza. La antigua aldea estaba situada indios con sus tú~icas y huipiles tradicionales balanceando
sobre una elevada meseta y el camino era traicionero, inclu- canastas de mercado sobre sus cabezas. Nadie respiraba.
sive con tracción en las cuatro ru~das del jeep. Uno de los enanQs colocó una cadena. alrededor del eje
A mitad del camino estrecho y zigzagueante, el tránsito del camión y alguien ató la cadena al paragolpes del ómnibus.
en ambas direcciones estaba .interrumpido, así que tuve que El conductor del camión puso punto muerto y el otro prendió
detenerme. Al tomar una curva, un enorme camión de circo el motor del órpnibus. Resultaba difíéil creer que el paragolpes
que transportaba una elefanta y su cría ~e había abierto dema- aguantara, menos aún la vieja cadena oxidada. Cuando el camión
siado para doblar y casi había desbarrancado. Era evidente que empezó a retroceder, la mujer gorda y el hombre tatuado qui-
el camino estaba bloqueado desde hacía horas. taron las piedras detrás de las ruedas y las arrojaron a un
Apagué el motor y me bajé en la banquina. Un sinnúmero costado como si fueran canicas. Entonces, con el nuevo movi-
de pájaros excitados parloteaban en los altos árboles. La marcha miento, los elefantes dejaron de ladearse. Los enanos saltaron
atrás del camión de circo se había roto, y con cada movimiento y dieron volteretas en el' aire y nuestros vítores resonaron en
de los dos elefantes, el vehículo crujía y gruñía. Los autos se todo el bosque. El circo prosiguió su camino.
iban deteniendo uno tras otro. Guatemaltecos furiosos insulta- Continué hasta Chi Chi sólo para que me dijeran que
ban y daban consejos al aturdido conductor. debía volar a una provincia remota de Guatemala, a las anti-
La conmoción aumentaba. La elefanta y su cría continua- guas ruinas mayas de Tikal-Peten, para encontrar a un comer-
b~ ladeando el camión de un lado a otro, y los viejos tablones ciante que podría vendenne la banda. Regresé al jeep y a la
de madera laterales empezaron a resquebrajarse. El vehículo se ciudad de Guatemala, después de medio día de viaje.
mecía precariamente, a sesenta centímetros, del borde de un j y el viaje a Tikal-Peten! Había diez asientos y yo era la
precipicio de trescientos metros. La batahola era absoluta. En única pasajera. El avión era un viejo transporte del ejército de
ese instante, se detuvo un gran ómnibus con los integrantes del la Segunda Guerra Mundial. Podí~ ver las junglas de Guate-
circo. mala a través de las tablas del piso. Debíamos llegar al pequeño

22 23
, .
aeropuerto a las seis de la mañana; pero aun a esa hora tem- -Debe regresar a la ,ciudad, pero el de~tino de su viaje
prana el calor era opresivo y húmedo. El piloto circunvoló los es el norte distante.
ciento treinta kilómetros cuadrados de ruinas parcialmente -¿Cómo hago para volver al aeropuerto? -pregunté
expuestas que sobresalían imponentes entre la vasta extensión .nerviosa, deseando concluir la conversación.
de jungla tupida, esperando que un granjero local hiciera a un -Siéntese -dijo.
lado una vaca para poder aterrizar en la pista de tierra. Alisó el suelo entre nosotros y, utilizando un palo, dibujó
El museo situado en el pequeño aeropuerto para bene- con cuidado un mapa en la tierra y señaló la dirección que yo
ficio de los turistas estaba casi desierto. La mujer que lo debía tomar. Se esforzó por que lo comprendiera y mientras
atendía me dijo que el comerciante que yo buscaba había hablaba, reparé en su gracia y elegancia notables. Cuando
regresado a la ciudad de Guatemala, me dio una dirección y terminó, sentí que debía darle algo p~ agradecer la molestia
añadió que el próximo avión partía en cuatro, horas. Me sentí y revolví dentro de mi bolso, pero 10 único que encorttréfue
desilusionada. . dinero... un billete de veinte dólares. Al tomarlo, sus ojos
Compré una lata de jugo frío y un mapa, y un guía me brillaron con una luz misteriosa y me miró con intensidad.
explicó por d,6nde tomar para ir al patio principal del Templo "Est~ dinero que me ha dado la compromete -anun- .
del Gran Jaguar. Puse un rollo en mi máquina antes de em- ció-. Le enviaré dos ayudantes antes de cuarenta y cuatro
prender el camino por el estrecho sendero. El estrépito de los días. El primer ayudante será una mujer. Usted no la recono-
pájaros silvestres parecía mofarse de mí y el aire de la mañana cerá como su aliada. Deberá conquistar a esta: aliada .. También
temprana tenía un fuerte perfume a pimienta. El sendero es- le enviaré un ayudante masculino, quien marcará su sendero.
taba flanqueado con palmeras gigantes y árboles semejantes a -Partió el billete de veinte dólares en dos pedazos y me
arbustos florecían brillantes. con enredaderas de orquídeas que entregó Una mitad diciendo: -Guárdelo.
colgaban de ellos. Traspirando por el calor creciente, me até la Estaba asustada y molesta.
camisa blanca sobre la cintura. Estaba completamente sola en "Volveremos a encontrarnos -añadió-. Guarde este
medio de los impresionantes acueductos de piedra, platafor- billete roto en su morral.
mas y estelas, y me sentía tan fascinada por los jeroglíficos y -¿Se refiere a mi bolso?
las piedras esculpidas, tan embriagada por el narcótico per" Pero nuestra conversación había acabado y el hombre se
fume del.aire, que no me di cuenta de que me había perdido. limitó a apuntar enérgicamente con el palo mientras agregaba:
Doblé por una esquina que llevaba a un pequeño patio -Jamás regrese a este lugar. Apresúrese.
abierto y choqué con un indio alto. Grité sorprendida. No tenía ninguna intención de ofenderlo, ya que era
-¿Qué está haciendo aquí? -preguntó. Estaba iiunóvil obvio' que estaba loco. Podía volver a: Guatemala' y a los
y su cara era joven y hermosa. -Debería estar en el norte. templos cuando me diera la gana. Le indique que había en-
-¿Se refiere a la ciudad? -pregunté. . tendido. '
Me miró con severidad y siguió hablando como SI me "Apresúrese a salir' de aquí o nunca encontrará su
conociera. camino.

24 25
Se puso de pie y se marchó, desapareciendo casi al ins- cama, frotando los dedos de mis pies recién arreglados contra
tante dentro de la jungla. Mi primer impulso fue deshacerme la suave alfombra de gamuza. Luego, puse la alanna del reloj
del pedazo de billete sin valor, pero lo puse detrás de una para dos. horas después, hundí la cabeza en la almohada y me
tarjeta de crédito en mi billetera. Me encaminé hacia el aero- quedé dormida. ,
puerto, la ciudad de G.uatemala y la codiciada banda de la -¡No, no, no! -Oí mi voz gritando en la distancia. De
fertilidad. pronto me desperté. Me sacudía de un lado a otro, empapada
en sudor, con las almohadas desparramadas como si las hu-
biera sacudido. Me senté, aún viendo el sueño, y agité el aire
Ahora la banda colgaba en mi pared. Era hermosa, sin frente a mí, como si tuviera un peso agobiante en el pecho. La
duda digna de todo el esfuerzo realizado para encontrarla. visión no podía haber sido un simple sueño. La había visto
Bebí otro sorbo de té, tomando conciencia con un respingo de con tanta claridad, una niña con ojos brillantes y misteriosos,
que había pasado más de un mes desde aquella experiencia alargando el cesto del matrimonio hacia mí. Me había hecho
con el joven indio. Allá él, pensé. Por cierto no había ninguna señas para que me acercara, más y más cerca, y de pronto
ayudanta en vista, ni nada parecido. comenzó a crecer y el cesto se volvió enorme. La, niña corrió
-Si me quedo aquí esta noche me voy a volver lo- hacia mí, amenazándome con el cesto extendido.
ca -dije en voz alta. Me incliné hacia adelante y tomé una "¡Oh, mi Dios, otra vez no! -dije. Prendí la luz, en-
caja de plata que estaba sobre la mesita de café. La abrí y volviéndome en la colcha de raso y miré el reloj. En ese
extraje un pedazo de papel con un nombre garabateado y una momento, sonó la alarma. Apreté el botón "off' y me recosté
fecha. Mi viejo amigo Arthur Desser daría una comida el 18 temblando en las pOC39 almohadas que quedaban. Quería le-
de febrero a las ocho. . . esa misma noche. Devolví la invi- vantanne y encender todas las luces de la casa.
tación a la caja. Estaba muy nerviosa por el incidente en la Dejé la cama temblando y me vestí para la fiesta de
galería y la falta de sueño. Empecé a preguntarme si la foto- Arthur. Coriduje hacia Bel Air, a menos de diez minutos de
grafía del cesto del matrimonio no habría sido producto de mi distancia, por Carolwood Orive, pasando por la casa de Walt
imaginación. Inclusive tomé el Times y me fijé si la exposi- Disney. En la fmca contigua vivía León Craig, urbanizador de
ción Stieglitz figuraba en la sección "Eventos" de la semana Bel Air, en una fmea rodeada de un jardín tipo Versalles con
pasada. Allí estaba. largos senderos, setos esmeradamente cuidados e interminables
Luego volví a perder el control. Hice varias llamadas canteros de rosas extendiéndose serenos y perfectos alrededor
telefónicas inútiles a galerías en Nueva York. Ninguna poseía de la casa de construcción irregular. Papá, como 10 llamaba su
una fotografía de McKinnley de un cesto del matrimonio, familia, un hombre encantador y atractivo que vivía solo en
aunque una había... tal vez... oído hablar de ella. Necesitaba esa gigantesca propiedad excepto por visitas ocásionales de su
una dosis de realidad. Decidí visitar la pedicura de Elizabeth familia, era un alcohólico, un hombre que poseía todo en el
Arden. mundo pero que se emborrachaba para no pensar. Solía des-
Cuando volví a casa, me senté un rato en el borde de la pertar mi curiosidad. Papá, como muchos amigos de mis padres,

26 27
'!:.,

había dedicado la primera mitad de su vida a amasar una "Comment fa va? -pregunté.
fortuna, y pasaba los últimos años sumergido en la amargura y . -.Tres bien.• merci. Mademoiselle Andrews. C'est ma-
la· autodestruccwn. Yana deseaba que mi vida tenninara de gnifiquel........,..exc1amó, contemplando mi kimono de seda negro
ese modo. y palmeándome el brazo con afecto. De pronto, dando la vuelta
Los símbolos de opulencia se extendían a ambos lados por la pileta de azulejos verdes, apareció, gruñendo y ladrando,
del camino serpenteante. Reduje la velocidad para contemplar la "jauría de Baskerville", como llamo a los Yorkshire terriers
los exquisitos jardines y los árboles fonnando corredores lar- de Arthur, unos pequeños bultQS peludos de mal carácter.
gos y majestuosos, con las hojas brillando a la luz de la hma. -Oh, tenga cuidado con ése, señorita AnQrews -dijo
Esos arbustos y canteros cuidados, desmalezados y alineados Fran90ise alarmada-o No olvide que muerde.
como con un compás, me confortaban; el ordenado y opulento -Merlín no me morderá. Me conoce.
universo de Bel Air me era familiar. Habitualmente disfruto Merlín me gruñó, olfateó mis pies y hundió sus filosos
del aire y la quietud y me pregunto por qué una persona dientitos en mi pierna cubierta con medias de seda.
querría vivir en otro sitio. Sin embargo, esa noche me sentía . "¡Auch, pequeño demonio ... ! -grité, apartándolo de
como una batería descargada. Apreté el acelerador y volví a una patada. No me había lastimado, pero sí. agujereado la
tijar la vista en el camino. media.
Cinco kilómetros más adelante llegué a la casa de Arthur. -¡Perro malvado! -lo regañó Fran90ise.
Vi luces en· las ventanas y oí música. Había alrededor de diez Se inclinó y espantó a los tres perros, que todavía aulla-
autos estacionados en la calle... Rolls Royces, Mercedes, una ban y gruñían hacia su cucha.
pickup enonne con tracción en las cuatro ruedas y un re- Comencé a subir la escalera de ladrillo que conducía al
molque para acampar. Me pregunté a quiénes habría reunido living. Había velas votivas en cada escalón, brillantes flores
Arthur esta vez. Arthur se deleita con las veladas intelectuales, rosadas colgando del balcón superior. Arthur estaba de pie
enfrentando a científicos y empresarios con artistas y gurúes. sonriendo en lo alto de la escalera, con sus tradicionales chaqueta
Arthur, quien hizo su cuantiosa fortuna con refinerías de petróleo, azul de Yale y pantalones de franela gris y un vaso en la mano.
es divorciado cuatro veces, tiene dos hijos, y se ha embarcado -Llegas tarde, querida -dijo.
en casi todas las aventuras psíquicas y psicológicas existentes. -¡Tu perro acaba de mordenne, es un monstruito!
No le sirvieron de nada, y aunque quiero a Arthur, soy muy .-Tiene esa tendencia. Pasa, querida. Me encanta tu pei-
precavida con él. Nunca se sabe lo que hará... en especial en nado. Quiero presentarte a unas personas muy importantes.
este tipo de cenas. Tomó mi kimono y lo guardó en el annario.
Una voz metálica, con acento, contestó el portero eléctrico.' -¿Qué has preparado para esta noche, Arthur?
Era la mucama francesa. ~, -Bueno, tengo una sorpresa especial para ti, Wl hechi-
-Soy Lynn Andrews, Fran90ise. cero indígena americano que escribió ese best seller Siete Flechas.
Luego de un "cHc", Fran9Qise abrió las enonnes puertas ¿Has oído hablar de él?
chinas laqueadas. -Sí. Estoy encantada.

28 29
-Eso supuse --comentó Arthur con sarcasmo. Entra- vodka con agua tónica y casi no me di cuenta de haber tomado
mos en el living blanco rectangular. El fuego crepitaba en la el vaso. StOffil y yo empezamos a hablar de su libro y de
chimenea. Una artística lámpara de Ray Howlett arrojaba pris- Ratón Saltarín, mi parte favorita. Mientras conversábamos,
mas color pastel sobre el cielo raso abovedado. Un cuadro de supe que algo se estaba apoderando de mí. Mucha gente sueña
Fritz Scholder cubría toda la pared detrás del largo sofá de con encontrar dentro de sí misma el reflejo de una persona, no
cuero, y un Buda sereno, de casi dos metros de alto que se importa cuán común sea, que de algún modo embellecerá su
desmoronaba de viejo, nos presidía. vida. Senú algo parecido, pero no por nada que Storm
Arthur presentó a sus invitados. dijera o hiciera. Tal vez fue sólo su presencia, o su amistad.
"Lynn, quiero presentarte a mis más viejos y queridos Hasta el día de hoy, lo ignoro. Pero tenía conciencia de estar
amigos de Connecticut, George Helmstead y su esposa Pamela. inmovilizada, de haber entrado con Storm en un círculo má-
George es banquero. gico. . . de modo que me encontraba simultáneamente
"":"'Hola -dije. detrás y alrededor de él. Cosas externas que habían sido
-Ya conoces a Ivan Demetriev. reconfortantes y momentos antes familiares ahora se convir-
Nos abrazamos. . tieron en fuente de inquietud y restricción, y me s~ntí intran-
- y mi novia, Helen, quien esta noche celebra un gran quila.
negocio de seguro. La mucama irrumpió en nuestro momento de ensueño
-Qué bueno -manifesté, mirándola con curiosidad. para anunciar que la cena estaba lista. Todos se pusieron de
-¿Conoces al doctor Friedlander y a Lorraine? pie, tragos en mano. Cruzamos sinuosamente el jardín del
-Creo que no. balcón en el frío aire nocturno y bajamos la escalera de caracol
-El doctor Friedlander es un estudioso del antienveje- de cromo hacia el Valle de los Tankas.. . como llamo al
cimiento. Acaba de regresar de la India. comedor de Arthur abarrotado de arte tibetano. Noté que Arthur
-Es un placer conocerlo. -Estreché la mano del doc- y Helen zigzagueaban un poco. Eso significaba que el resto de
tor. Su cabeza afeitada se volvía rosa y azul bajo el resplandor la velada se pondría pesado.
de la lámpara de Howlett. Su bigote a lo Fu Manchu era -¿Qué te parece? -susurro Arthur, indicando a Storm.
apropiado, y pestañeaba constantemente. Lorraine era alta, de -Muy interesante -me limité a responder. Arthur nos
una belleza tipo pantera. Me sonrió. invitó a sentamos a una larga mesa de madera con un bonito
Luego Arthur me presentó a una actriz que había sido mi arreglo en el centro. La cristalería y la vajilla de plata reful-
favorita durante años. Llevaba pantalones babuchas y una boa gían. Arthur ocupó la cabecera y ubicó a Stonn en la otra
de plumas. punta, en la "silla eléctrica". Yo me senté a la derecha de
- y ahora, el último en orden pero no .en importan- Storm. Fran~oise y otra mucama francesa comenzaron a servir
cia, te presento a Hyemeyohsts Storm, autor de Siete Flechas. ensalada de espinaca y vino. Todos comentaban el estudio del
-Tendí mi mano. Mi primera impresión de él fue la de una antienvejecimiento que estaba llevando a cabo el doctor Fried-
quietud tan vasta como el Polo Norte. Arthur me trajo una lander.

30 31
-Francamente, creo que me haré poner un cierre de la única forma en que hablaré con usted, señQr Desser, es de
relámpago en la espalda-dijo la actriz. igual a igual.
El tono de la conversación era relajado y agradable mien- Se hizo silencio.
tras terminábamos la ensalada. -¿Qué quiere decir? -preguntó Arthur.
-.Espero que esta noche se sientan libres para decir o -Se lo demostraré -contestó Storm. Su presencia esta-
hacer lo que deseen -intercaló Arthur. ba afectando a todos los que lo rodeaban-o Diga "Ivan no im~
-De acuerdo, Arthur, pero esta noche digámoslo con porta". -Ese hombre parecía misterioso y profundo como un
humor y no con ironía -bromeó Ivan con su atractivo acento cañón. Sin duda provenía de Dakota o Montana. Se percibía.
ruso. -Ivan no importa -repitió Arthur.
-Sin limitaciones, sin limitaciones -dijo Helen, levan- -Diga "Lynn no importa".
tando la copa para brindar por sus propias palabras. Fran~oise -Lynn no importa.
empezó a servir pollitos con arroz, el plato principal. -":'Oiga "Helen no importa". -Cuando terminó con to-
'- -Nunca asuman las limitaciones. Son perjudiciales dos los invitados y le llegó el turno, Storm explicó: -Si no
-comentó la actriz, cortando la pechuga ,del pollito para dejar está dispuesto a hacerlo, entonces no hablaré con usted.
expuesto el relleno-o ¿No te parece, Ivan? -Usted no importa y todavía pienso que es un perdedor
-Sí. Uno se siente muerto en vida, perdido. -La miró -afirmó Arthur con vehemencia. Volvió a llenar su vaso,
de reojo. -De acuerdo, no me molesta que quiera jugar conmigo.
-Creo que la única respuesta a la búsqueda en este Yo jugaré con usted -dijo Storm en un tono decididamente
mundo es el análisis freudiano -expresó Arthur, después de ominoso.
servirse más vino. Cambié el giro de la conversación preguntando al doctor
-La única respuesta es hacer lo que uno quiere, y si no Friedlander qué había estado haciendo en la India.
se puede, encontrar a alguien que lo haga por uno -manifestó -Conduciendo una investigación, aunque mi método
el banquero de Connecticut. pueda parecer extraño y poco científico. Estoy interesado en la
Arthur se volvió hacia DÚ. capacidad de algunas personas para disminuir a voluntad la
-Lynn, creo que cualquier partidario del indio ameri- temperatura corporal. Hemos descubierto que si un cuerpo se
cano es un perdedor. -Fran~oise estaba retirando los mantiene a una temperatura más baja, el proceso d~ cm'cje-
platos mientras que la otra mucama servía crema de ca- cimiento se retarda. He practicado la meditación durante años
ramelo. y conocí yogis que podían permanecer en estado de trance du-
-¿Piensas que soy una perdedora? -pregunté, acos- rante días. provocando una consiguiente. disminución de la
tumbrada a sus ataques furiosos. temperatura corporal. Fui a la India en busca de yogis para
-En lo que se retiere a indios, sí. ¿Usted qué opina, verificarlo.
señor Stonn? -¿Y cómo les controlaba la temperatura? -preguntó la
-No mucho -replicó Storm en voz baja-. A propósito, actriz.

32 33
-Bueno, puede sonar gracioso, pero utilizaba un ban en el mejor estilo de una fiesta. Igual que Arthur, que ya
tennómetro rectal. Recorrí la India metiendo termómetros en no parecía borracho. Daban la impresión de estar hipnoti-
traseros de yogis. zados, y cuando Storm y yo comenzamos a hablar, nadie daba
Todos rieron con ganas excepto Arthur, que había estado señales de oímos. Pero no comentamos lo recién ocurrido. . .
susurrando furioso al oído de Helen. De pronto le ordenó que me daba miedo. Por fm, le pregunté con voz temblorosa si
dejara el comedor y ella se levantó llorando de la mesa. alguna vez había oído hablar de un cesto del matrimonio.
Ignorando la pelea, pregunté: -He visto un cesto de matrimonio en mi vida -dijo,
-¿Constató que los yogis mantenían una temperatura ignorando a los invitados en trance a su alrededor.
más baja? -¿De veras? -pregunté con excitación, casi olvidando
-Sólo detecté una diferencia notable en un par de casos. lo que acababa de suceder.
-¿Conoció a algún gurú en sus viajes? -inquirió Ivan. -Sé que el cesto aún existe. Dónde, lo ignoro.
-Unos pocos. Eran poderosos. Uno me desnudó y me -Pero debes de saber dónde puedo encontrarlo -insis-
obligó a acarrear piedras para construirle un templo. En el tí.
medio de la selva. Hubo meses en que hice todo el trabajo por Me estudió con calma, luego respondió con cautela:
él y sus estudiantes. Al final me dejó tomarle la temperatura y -Si quisiera encontrar al guardián del cesto iría a la
después me ordenó destruir todo lo que había construido. Reservación Cri al norte de Crowley, Manitoba. -Vaciló, dio
Arthur interrumpió. una larga pitada a su cigarrillo y sin quitarme la vista de
-¿Señor Stonn, en su mundo se lo considera una espe- "encima, continuó: -Trataría de encontrar a una anciana lla-
cie de yogi'? mada Agnes Alce Veloz. Es una heyoka, así llaman a algunas
-Sí, así es. hechiceras... una mujer que "enseña como". Nadie sabe con
-¿Entonces por qué el doctor Friedlander no le mete un exactitud dónde vive Agnes. Va y viene bastante, parece que
termómetro en el trasero? -Arthur estaba rabioso. lo prefiere así.
Todos se quedaron boquiabiertos. -¿Cómo puedo encontrarla si no tengo su dirección?
Storm se puso de pie en silencio y caminó alrededor de la -Es muy difícil dar con Agnes. Por suerte, hay otra
mesa, sus ojos fijos en los de Arthur, el espacio entre ambos mujer que puede ayudarte si lo desea, Ruby Jefe Próspero.
hombres cargado de tensión. Storm extendió una mano hacia Estoy seguro de que Ruby sabrá dónde localizar a Agnes, pero
el estómago de Arthur. La mano pareció desaparecer dentro no puedo prometerte que te ayudará. Ruby también es muy
del plexo solar, luego girar y retorcerse como si estuviera reservada... muy apegada a sus hábitos. Tal vez vayas hasta
extrayendo los intestinos. Arthur se sacudió. Manitoba sólo para que Ruby te dé la espalda y te diga que
-Lo hice por ti, Lynn -dijo Storm, mirándome ajos regreses a casa. Nada es capaz de persuadirla cuando no desea
ojos-o Le quité la voluntad. Ahora podemos hablar. hacer algo.
Storm regresó a su silla. Los otros invitados parecían no -¿Existe alguna forma segura de abordar a esta Ruby
haberse dado cuenta de lo que acababa de suceder y conversa- Jefe Próspero?

34 35
-Sí, llevarle tabaco. un cartón de cigarrillos y una manta al grupo y se marchó. No fue hasta ese momento que me di
de artesanía india. Esa ~s la costumbre. Recuerda que el cesto cuenta de que, además del papel, me había entregado un pedazo
del matrimonio es sagrado. No te engañes suponiendo que de piel gris. Todos seguían comportándose de una manera
puedes conseguirlo sólo porque lo deseas. Tendrás el cesto eXtraña y, poco después, nos retiramos a nuestras respectivas
únicamente si te lo ganas. casas.
-¿Crowleyen Manitoba'?-pregunté no muy convencida, A la mañana siguiente, me despertó el teléfono. Era Arthur.
pensando, "Empezamos de vuelta"'. -¿Estuve muy mal anoche, Lynn?
-¿Por qué quieres ese cesto en particular'? Hay infmidad -Tienes que dejar de beber, Arthur.
de cestos indios hennosos mucho menos peligrosos. -De -Lo siento. Estoy avergonzado.
pronto, supe que estaba jugando conmigo. -La comida estaba fabulosa.
-La otra noche, vi una fotografía de un cesto del matri- -No sé qué hice anoche pero tengo una magulladura
monio en una exposición de Stieglitz. Desde entonces, he terrible alrededor del estómago y el plexo solar. Me duele
soñado con él. Ese cesto me obsesiona. Tengo que encon- muchísimo.
trarlo, o al menos una fotografía de él. La fotografía que vi no -Gracias otra vez por l~ cena, Arthur. Te llamaré más
estaba en la galería al día siguiente y no figuraba en los tarde, después de levantarme. Tal vez tropezaste.
registros. En realidad, esto ha sido una pesadilla.
~¿Eres coleccionista de objetos? -preguntó.
-Soy coleccionista y comerciante de arte indígena ameri-
cano y, en particular, de cestos.
-Encontrar el cesto del matrimonio te ocasionará muchos
problemas. Es un símbolo muy sagrado e importante en el
mundo de los soñadores.
-¿Los soñadores'?
-Sí, los soñadores.
-¿Qué es un soñador'?
-Los soñadores son aquellos que ven el sueño de sí
mismos y de otros, pero éste no es momento para discutirlo. Si
tus intenciones son serias, te dibujaré un mapa del camino que
debes tomar para llegar a la reservación Cri desde el aero-
puerto de Winnipeg. Aquí tienes mi número de teléfono.
Escribió el número en un pedazo de papel, dibujó con
rapidez un mapa escueto en la parte de atrás y colocó el papel
en mi mano. Luego me sonrió con afecto, dijo buenas noches

36 37
¿Qué es la \'Oz de la mujer sino la voz del katchina?

Agnes Alce Veloz

El 727 de Air Canada aterrizó en el aeropuerto de Winnipeg y


allí alquilé un auto~ Treinta minutos después, siguiendo el
mapa de Storm, conducía velozmente por la autopista en di-
rección a Crowley. Bajé la ventanilla y respiré por primera
vez el vigorizante aire de Canadá. ¿Qué diablos estaba ha-
ciendo, en medio de la tundra canadiense, buscando a una
anciana a causa de un cesto?
Mientnls manejaba, una visión del cesto cruzó mi mente
y por un momento hubo un contraste de luz y oscuridad y un
vasto espacio extendiéndose frente a mí. Luego el camino
quedó en foco otra vez, tedioso y desierto, y parpadeé para
despejar mi cabeza. Aferré el volante con más fIrmeza.
Me pregunté si me habría vestido adecuadamente. Lle-
vaba vaqueros, botas y una cazadora color caqui. Mi valija
estaba llena de suéteres, medias de lana y piyamas de franela;
además, traía mi neceser con cosméticos. Sentí un poco de
frío y prendí la calefacción. La radio funcionaba pero la re-
cepción no era buena, así que la apagué.
El cielo era enorme y por todas partes se veía el paisaje
ventoso de Manitoba. En las amplias praderas ondulantes, el
pasto verde se doblaba y ondeaba con el viento.

39
De pronto, el capó del auto se inclinó hacia la izquierda. El de la chamarra se encogió de hombros. Ninguno de
La goma delantera izquierda había reventado. los dos se movió para ayudarme.
-¡Maldición! -grité, sujetando furiosa el volante mien- "Muy amables.
tras el auto coleaba a través de la ruta hacia la suave banquina .Volví a arrodillarme para seguir luchando con el gato.
del otro lado. Dejé que se deslizara hasta detenerse, olvidando Treinta minutos después estaba cubierta de grasa y malhu-
por completo la belleza pastoral de Canadá. Me quedé sentada morada, traspirada y exhausta, pero la goma había sido cam-
un momento conteniendo la respiración y luego abrí la puer- biada. Esperaba que no se saliera mientras andaba.
ta.- Vaya suerte. No podía creer que los indios se hubieran quedado para-
Me bajé indignada, pateé el neumático estropeado y me dos mirando. Arrojé el gato y el tacón de engarce de llave
volví buscando alguna señal de vida, ayuda, un teléfono. No dentro del baúl y los miré. Estaban de pie a tres metros de
había nada similar a la vista. Tomé conciencia de que no distancia, todavía observando.
había visto ni un auto desde las afueras de Winnipeg. Bueno, "Lindo par de tontos.
ya que no existía ningún Automóvil Club cerca, tendría que Estaba a punto de entrar en el auto para marcharme
ingeniánn~las para cambiar la goma sola. Arrastré las herra- cuando el hombre de la campera de combate gastada empezó
mientas hasta el frente del auto, rompiéndome una uña en el a estrujarse las manos como si se las estuviera lavando. Me
proceso, y me senté en la tierra para deducir cómo usar el pareció raro pero no le di importancia. El hombre se encogió
gato. Al menos 10 tenía, pero me llevó media hora resolver de hombros, echó la cabeza hacia atrás y comenzó a gesticular
cómo colocar la cosa debajo del auto. en una especie de lenguaje de gestos. Sentí una fuerte presión
Estaba arrodillada inclinándome para insertar la palanca debajo del mentón y en la garganta y me pregunté si habría
cuando vislumbré dos siluetas altas, delgadas, caminando por una conexión entre lo que él estaba haciendo con sus manos y
la autopista hacia mí. Me puse de pie de un salto para hacer lo que me estaba sucediendo. Los ojos se me nublaron un par
señas y gritar, pero me contuve. Eran dos jóvenes indios, y de segundos y cuando volvieron a enfocar, el hombre estaba
me asusté un poco. Al acercarse, los oí conversar en un idio- parado muy enhiesto, las manos a ambos lados. Los dos me
ma que supuse era cri. Uno de ellos llevaba una chamarra de miraban con intensidad.
lana a cuadros, el otro una raída campera- militar de combate. "¿Quieren dar un paseo? -pregunté de pronto, sorpren~
Se aproximaron al auto y el de la chamarra se agachó para diéndome a mí misma.
mirar el neumático. Luego se incorporó y él Y su acompañante El joven de la campera gastada sonrió.
empezaron a reír. Me sonreían mostrando los dientes sin dejar -Claro, nos encantaría. Gracias, señora. --:-Me asombró
de hablar en cri. Me enfurecí. oírlo hablar en perfecto inglés. Subieron a la parte trasera del
-¿Hay algún teléfono por aquí? auto y nos alejamos. El neumático parecía haber quedado
Las sonrisas se ensancharon. bien.
"¿Hablan inglés? (Muchísimos indios de las reservacio- Enojadísima, decidí ignorar a los dos hombres. La ruta
nes no lo hacen.) de asfalto se extendía hacia adelante por k> que parecían kil6-

40 41
metros intenninables. Estaba famélica. Anduvimos en silen- sombras me ocultaban las cosas ... burlándose de mí. Divisé
cio, los árboles eran como estatuas en la distancia. Empecé a un grupo de álamos a la distancia; desapareció y reapareció a
congeniar más con la solitaria expansión de ondulantes prade- medida que las colinas se desplegaban. No había señales de
ras. vida humana y estaba ansiosa por llegar a Crowley, pero con-
El indio de la campera de combate comenzó a cantu- duje durante lo que parecieron horas antes de arribar allí. Las
rrear. líneas del mapa indicaban un callejón sin salida.
-1 a i a ei ei ooh... Había cinco o seis edificios. Uno tenía un cartel sobre la
El amigo se le unió. puerta: ALMACÉN RURAL Y RAMOS GENERALES CROWLEY. Una
Los miré por el espejo retrovisor. Cantaban con los ojos india y dos niños salieron del interior, cerrando una puerta de
cerrados, moviendo las cabezas con cada nota. Volví a fijarme alambre a sus espaldas. Estacioné entre una destartalada pick-
en el camino y reduje la velocidad a causa de un conejo. up con un trailer para caballos cargado y otra más nueva llena
-1 a i a ooh... soy un cowboy solitario i a i a ooh... de chicos morenos de cara redonda que comían pastelitos. Los
La interpolación me sorprendió. En el espejo retrovisor, niños me miraron, rieron y se llenaron las bocas con chocolate
el indio de la chamarra seguía cantando. Sus ojos se cruz~on y migas. Me bajé del auto en el momento en <}\le llegaba, en
con los míos y me ruboricé. medio de una nube de polvo, otra pickup con un trailer para
De repente, un pájaro con unas alas inmensas apareció caballos. Un indio vestido de cowboy se bajó de ella. Era
justo delante del auto. Giré el volante con brusquedad; pero el corpulento... noventa kilos o más.
pájaro se elevó sobre nosotros y se perdió de vista. Los indios -¿Eh, señorita, vino a ver el rodeo? -preguntó.
cantaron muy fuerte al instante, luego se callaron de pronto. -No, no sabía que hubiera uno.
"Nos bajaremos aquí. -Bueno, ahora 10 sabe -dijo sonriendo--. Estaremos
Miré en derredor buscando una casa o un sendero. Nada enlazando calle abajo hasta el anochecer.
excepto la pradera salvaje. Salí del camino y detuve el auto. -Gracias, pero estoy buscando a una amiga. -No que-
-¿Están seguros de que quieren bajarse aquí? ría involucramle en nada que no fuera el asunto que me había
-Sí -respondió el indio de la chamarra sin mirarme llevado allí.
mientras abría la puerta y dejaba entrar una súbita ráfaga de -¿Sí, a quién? -pregunt6 el hombre, bebiendo un tra-
aire frío. No recordaba que hubiera viento. go de una lata de cerveza.
-Disfrute el paseo -dijo el hombre de la campera de -Estoy buscando auna mujer llamada Ruby Jefe Prós-
combate. Miró hacia atrás y se alejó con su amigo. Pronto pero. -La tierra que se levantaba en la calle me entró en los
desaparecieron detrás de una loma baja. ojos, estornudé y me los limpié.
De vuelta en la ruta, advertí que las nubes fornlaban -Nunca la oí nombrar. ¿Está segura de que no se equi-
sombras gigantescas que se deslizaban como fantasmas a través vocó de reservación? -Me miró con extrañeza. -Nos vemos
de la pradera. Las contemplé estirarse, avanzar, rehacerse y -concluy6, quitándose el sombrero Stetson, y entró en el
avanzar de nuevo, con sus bordes angulosos y eléctricos. Las almacén. Lo seguí.

42 43
El local estaba abarrotado de comestibles enlatados, . .~e encogió de hombros de nuevo y se marchó, gol-
neumáticos de repuesto, aceite motor, pastelitos, correas de ~o la puerta de alambre y alzando un remolino de tielTa.
ventilador y revistas. Un revoltijo de papeles pinchados en .. ~Por favor -dije-, Hyemeyohsts Stonn me dijo que
una pizarra se agitaba ruidosamente cada vez que se abría o cualquiera en Crowley podría decirme dónde vive Ruby Jefe
cerraba la puerta. En el fondo, había una heladera repleta de Próspero.
leche y diversos refrescos. Paquetes de papas fritas y saladitos El hombre sonrió y escupió jugo de tabaco al piso.
colgaban de unas estanterías enormes. En el centro de ese -Puede tomar por el gomoso... así llamamos aquí al
caos, un par de ojos castaños me estudiaba con frialdad. camino alquitranado. . . unos nueve kilómetros. Doble a la
-¿Necesita ayuda? -preguntó el dueño con voz esten- izquierda en el camino de tierra después del puente y siga
tórea. Di un salto. unos seis kilómetros más. Verá la cabaña. A la derecha. Oiga,
-No. ¿no piensa pagar lo que se lleva?
Escudriñé la tienda con rapidez y, resignada, tomé tres Pagué y me fui enseguida. La puerta de alambre se cerró
paquetes de saladitos de la estantería. tras de mí con un golpe de viento. Me subí al auto, sintiendo
-Esta señora busca a alguien llamada Ruby Jefe I;T6s- la tierra en las ~llanos al tomar el volante. Después de verificar
pero -dijo el indio vestido de cowboy. la nafta y tomar nota mental del kilometraje, avancé por el ca-
El dueño de la tienda no dio señales de reconocer el rnino hacia la cabaña de Ruby Jefe Próspero, comiendo un
nombre. Los pocos indios presentes que habían seguido cada saladito.
uno de mis movimientos desviaron la mirada. Hurgué dentro Anduve exactamente nueve kilómetros y divisé un ca-
de mi bolso en busca de dinero mientras el dueño atendía en mino de tierra curvándose hacia la izquierda sobre una colina.
silencio a tres niños. y al cowboy indio. De pronto, me miró Su superficie estaba llena de surcos y me deslicé entre saltos
fijamente. a veinticinco kilómetros por hora. El viento había cesado
-Vivía calle abajo pasando el Museo Indio, o supongo, y el parabrisas juntaba tanta tierra que tuve que parar dos
que en Black Mesa. -Siguió contando el vuelto delcowbóy veces para limpiarlo. Luego vi una cabaña entre rocas y árboles
indio. . a ochocientos metros de distancia, pero ninguna señal de vida
-¿No sabe dónde está ahora? -pregunté. excepto un halcón de cola roja revoloteando sobre ella.
El dueño se volvió hacia un hombre en el fondo del Cuando estuve más cerca de la sencilla vivienda de
local. troncos, reduje la velocidad al mínimo. Creí ver un inmenso
-¿Ey, Ernmet, sabes dónde vive Ruby? animal marrón inmóvil en el porche; sin embargo, al aproxi-
. :-Sí -gritÓ'---'. Vivía calle abajo pero se mudó hace un marme, advertí Que en realidad se trataba de dos ciervos .
año. Detuve el coche. En tanto abría la puerta y me bajaba, una
El cowboy indio se encogió de hombros. anciana india con un enorme cuchillo de carnicero salió de la
-¿Por qué en cambio no viene al rodeo? cabaña y pennaneció de pie junto a la puerta, mirándome con
-En otra ocasión -mascullé. furia. Me quedé helada de miedo.

44 45
La mujer vestía una falda de lana larga y una chamarra acomodó en una posición mejor y se volvió hacia mí, hun-
de lana a cuadros... roja y negra. Su largo cabello gris estaba diendo su cuchillo para indicar que yo debía comenzar. Esa
atado en una única trenza, su rostro moreno surcado de líneas. mujer era la clave para encontrar el cesto, así que me arro-
Se arremangó, aún sosteniendo el cuchillo arnenazadorarnente dillé y empecé. Ruby cortaba alrededor de las pezuñas tra-
frente a ella. seras, de modo que levanté el cuchillo y deslicé la hoja a lo
-¿Es usted Ruby Jefe Próspero? -balbucí. largo del borde de la pezuña. Ante la visión de la sangre y el
-Sí -repuso, dando un paso hacia mí con el horrible sonido de la carne al abrirse, las lágrimas comen-
cuchillo ahora con la punta hacia mí, todavía furiosa por la zaron a rodar por mis mejillas. Continué, tratando de imitar a
intrusión. Ruby ,al principio cortando sin la profundidad suficiente, lue-
-Me envió Hyemeyohsts Storm. Me dijo que usted po- go perdiendo la paciencia y clavando el cuchillo con ira a
dría ayudanne a encontrar a Agnes Alce Veloz. -Había re- través del hueso. . . una cuchillada insensata y la pezuña se
trocedido hacia el auto en caso de tener que alejarme de prisa, parti6 sobre el porche. Tuve ganas de gritar.
y hablaba casi a los gritos. La anciana se tomaba su tiempo ahora, cortando debajo
-Sí -contestó-. Ya lo sé. de la piel en el interior de cada pata hasta llegar a la panza.
Me sentí absurda. Podía imaginar mi aspecto... una ru- Parecía di.sfrutar de un júbilo maníaco, y se aseguraba de
bia desaliñada y enloquecida cubierta de grasa, tierra y migas. que yo me mantuviera a la par. Hice lo mejor que pude,
-¿Puedo pasar y tomar una taza de té? -pregunté. Di hasta que la piel entera de cada pata se desprendió.
un paso hacia el porche. Cuando Ruby puso su ciervo de costado, me las ingenié
Ruby asintió, se volvió y entró en la cabaña. Asumí que para hacer lo mismo con el mío. Me salpiqué toda de
debía seguirla, pero me detuve en el porche a observar los sangre, las manos y el cuchillo estaban pegajosos. De pronto,
ciervos muertos. En ese instante, Ruby salió y se qued6 de pie Ruby destripó su animal con tanta rapidez que la masa de
frente a mí, esta vez con otro cuchillo de carnicero en la otra entrañas y la rlngre coagulada se desparramaron sobre el
mano. Sus extraños ojos antiguos tenían la mirada de una porche antes de que pudiera prepararme para su visión.
niña. . . de una niña impaciente. Me tendió el cuchillo y me Hundí mi cuchillo, tanteé, con los ojos cerrados. Luego
orden6 ayudarla a carnear los ciervos. miré los intestinos. Había un feto, y leche deslizándose
-Más tarde hablaremos de tu viaje -dijo-. Y del de las ubres de la madre. Sentí ola tras ola de náuseas.
cesto del matrimonio. -Tomó mi brazo con el vigor de un Retrocedí y cerré los ojos, ajena a la cabaña y el silencioso
hombre y añadió: -Rápido, a trabajar. progreso del tiempo, sintiendo mi confusión incrementada por
Yo estaba horrorizada. Me entregó el cuchillo y explicó la súbita oscuridad.
con severidad. No sé cuánto tiempo pasó, pero cuando abrí los ojos,
''Haz lo que yo haga, rápido, antes de que se pongan estaba de pie junto a los cadáveres mutilados y fragmentados,
tiesos. y Ruby no se veía por ninguna parte.
Los dos ciervos yacían de costado. Ruby se arrodilló, los Salió de la choza, extendió un periódico en el piso del
46
47
porche entre los animales y prosiguió trabajando con 'su cier- '. Siguiendo el ejemplo de Ruby, separé la cabeza. Corté el
vo, esta vez cortando hígado, riñón y corazón. Arrojó el' hlga- costado y el lomo, arrojando cada pedazo dentro de Una caja
do y el riñón, uno por vez, sobre el periódico, y sostuvo el co- de crutón. Llenarnos cuatro cajas con carne empapada de san-
razón aún tibio en las manos. gre y Ruby tiró las tripas a varios perros que se habían acer-
-Bien ~ijo, la sangre corriendo entre sus dedos-o cado a husmear. Se abalanzaron sobre ellas gruñendo y des-
Hazlo tú. '. ' pedazándolas y se alejaron corriendo, arrastrando largas titas
Abrí la boca con espanto. de intestinos.
"Hazlo. Sentí alivio cuando la carneada terminó, y estaba tan
Me las arreglé para extraer cada uno de los órganos. Mi exhausta y atontada que lo único que quería era dormir. Ruby
campera y mi vaquero estaban impregnados de sangre. Mien- llevó una caja de carne fresca al interior de -la cabaña, luego
tras cortaba el corazón, Ruby se volvió hacia el este y elevó el volvió para buscar otra. Me pregunté cuándo me invitaría a
de su ciervo hacia el cielo ya oscuro. Comenzó a cantar en cri. pasar, -pero entró todas las cajas y no regresó. Con timidez;
Su canción colmó mi corazón, y levanté los ojos hacia la golpeé a la puerta con mi puño encostrado con sangre.
ahora brillante luna y el desnudo cielo primaveral. Ruby se La abrió.
volvió hacia mí lentainente, sin dejar de cantar, con un brillo -¿Qué?
en su mirada. -Tengo que lavarme las manos. ¿Puedo entrar? Nece-
"Hey iiih hey iiih. sito un lugar donde dormir.
La canción se detuvo, se hizo un silencio deliberado, y -Lávate a la mañana. -Me cerró la puerta en la cara.
luego Ruby dijo: -Espere un minuto -grité-o ¿Dónde voy a dormir?
"Eso se llama la canción del rayo. Se canta para consolar -Duerme en tu auto, wasichu -contestó con sequedad.
al espíritu del ciervo. Mi Dios, no hablaba en serio. No podía. Miré alrededor
Cortó un pedazo del corazón de su presa y empezó a co- en busca de una manguera.
mérselo, indicándome con su cuchillo que yo debía hacer lo Me quedé mirando la puerta varios minutos mientras
mismo. caía en la cuenta de que tendría que dormir en el auto; des-
-Oh, no -gemí. pués me alejé pesadamente y traté de acomodarme lo mejor
Hundí la hoja en el corazón y me llevé a la boca un posible en el asiento trasero. Oí el aullido de algún animal
peOazo de la carne tibia y dura. Mastiqué haciendo arcadas; salvaje y trabé todas las puertas. No donní mucho.
tenía la boca llena de sangre. Desperté con Ruby golpeando en la ventanilla. La an-
-Ho -dijo Ruby, asintiendo con aprobación. ciana sostenía una lata y dos pedazos grandes de carne de
Proseguimos con nuestro trabajo y quitamos la piel, en- ciervo seca... "charqui". Abrí la puerta y tomé uno, dema-
rollándola en un bulto. Los ojos desorbitados del ciervo brilla- siado soñolienta para hacer algo más que asentir con aproba-
ban a la luz de la luna. Pero yo había perdido toda capacidad ción. La lata contenía un líquido amargo que olía a café.
de inquietud. Después de comer fui a la choza. Noté que parte de la

48 49
cabeza del ciervo estaba comida. Las pezuñas y otras partes detenerlos si hicieras un mal movimiento y te atacaran.
habían desaparecido y la sangre del piso del porche había sido -¿Puede pasanllc algo"?
lavada o lamida. Ruby apareció con una hachuela, fue hasta Ruby no contestó. En cambio silbó agudamente y treinta
una pila de madera seca a un costado de la cabaña y se puso a o más perros de todo tamaño, fonua y color aparecieron sal-
hachar, ignorándome. tando de todas direcciones y se arremolinaron alrededor de
Recordé la manta de artesanía y el tabaco en el baúl del nosotras. Vieron que no había comida y una criatura negra,
auto. Los busqué, me acerqué a Ruby y se los entregué. enonue y horrible, gruñó y ladró.· Entonces todos los perros
-He venido desde muy lejos, Ruby -dije-o Com- empezaron a ladrar y a gañir, gruñir y babear. Ruby entró en
prendo que soy una intrusa no muy bienvenida. la "choza con los brazos cargados de madera.
Ruby seguía cortando con el hacha. .JI. -Espera -traté de susurrar.
''Por favor, acepta esta manta y el tabaco. Necesito tu Sabía que si uno de los perros hacía estallar una reacción
ayuda. Te dije que estoy intentando encontrar el cesto del en cadena, me despedazarían. Tuve que empujar el temor
matrimonio. ¿Sabes dónde vive Agnes Alce Veloz? a lo más profundo de mi mente. Los animales se acerca-
-Sí, lo sé -replicó, partiendo una rama sobre su rodi- ron despacio, husmeando y jadeando, con más osadía. Con-
lla. Tomó la manta y el tabaco, los apoyó sobre la pila de tuve un impulso de gritar. Varias narices fría se metieron de-
madera y se volvió hacia mí con lentitud-o Vive a catorce bajo de los puños de mi campera y subieron por mis piernas,
kilómetros de aquí. Hacia el este. -Extrajo uno de los ciga- más de una nariz particularmente interesada en mis entrepier-
rrillos y lo encendió. -No hay fonna de llegar allí excepto nas. El perro grandote negro me saltó con sus patas
caminando. Pero si estuviera en tu lugar, no lo haría hasta delanteras y me lanlió la cara, otro amenazó mi espalda, y un
hah.:r establecido amistad con mis perros. tercero mordió mi bota. Reprimí la urgencia de salir corriendo.
-¿Tus perros? Ruby salió al porche y se quedó mirando, sin hacer
-Sí. Los animales de la reservación son muy feroces, nada.
casi salvajes. Han matado a más de un hombre e incluso a al- -¡Fuera de aquí! -gritó por fin. Los perros huyeron
gunos niños. La mayor parte del tiempo están de caza. Se asustados.
juntan en manadas y corren durante kilómetros. Sé que han "Ahora ya te conocen.
matado muchos ciervos, y a veces se vuelven contra los de su Mis ojos estaban llenos de lágrimas y me temblaban las
propia raza. Nada puede hacerles frente. Debes presentarte, y rodillas. Ahora que la prueba había tenllinado, mi cuerpo se
ellos deben conocerte antes de que andes caminando por estos estremecía de la cabeza a los pies.
lados. Los perros son más peligrosos de lo que puedes ima- "Esos perros no te molestarán... puedes alegrarte de eso
ginar. --comentó Ruby, y sus ojos rieron misteriosamente-o Pue-
-¿Qué tengo que hacer? ¿Acariciarlos o qué? des recorrer los alrededores con tranquilidad. Hacerlo sin cono-
-Los llamaré y tú debes pennanecer perfectamente quie- cer a los perros es un gran riesgo. Ahora tienes una probabili-
ta. No demuestres temor o será el tino No creo que pudiera dad de llegar a la casa de Agnes; antes no la tenías.

50 SI
Mis manos estaban entrelazadas con fuerza y comprendí hacia afuera. No tenía ni idea de por qué iba tras esta ob-
que estaba cortando la circulación. sesión. La vaga sensación. .. mezcla de temor y expectati-
-Sí-dije. va. . . todavía persistía, inalterable desde el primer momento
-Ahora sigue tu canlino, wasichu. Tal vez encuentres en que vi la fotografía. Sabía que me estaba adentrando en te-
lo que buscas. Toma. -Me alargó tres pedazos de carne seca rritorio desconocido. Observé el agua tibia y tentadora.
y los tomé. Se alejó riendo. -El cesto del matrimonio. Los -¿Por qué no? -Necesitaba un baño.
wasichu no saben nada. Me desvestí. entré en el agua transparente y me senté.
Pennanecí parada como una tonta, sosteniendo la carne, sumergida hasta el cuello, sobre un musgoso saliente sub-
luego caminé hasta el auto y tomé algunas cosas para el viaje terráneo. Casi entre sueños, admiré los diseños que la luz
a casa de Agnes. dibujaba sobre la superficie.
Comencé a andar por el sendero que partía de la casa de No sé cuánto tiempo estuve aJIí, pero una fría ráfaga de
Ruby. Catorce kilómetros no era demasiado, y llevaba mi viento me despertó con brusquedad. Nubes negras habían ta-
abrigo de piel alrededor de la cintura y un suéter extra dentro pado el sol. Cuando traté de paranne, mi pie resbaló ~n el
del bolso que colgaba de mi hombro. musgo. Me aferré a un saliente de roca a mis espaldas, ma-
El pasto aún estaba húmedo por el rocío. Caminé entre rcada y desorientada, y tropecé con torpeza en el agua que se
las piedras detrás de la choza de Ruby siguiendo el sendero había vuelto negra, reflejando el ciclo. Encontré un lugar frr-
mientras contemplaba un valle amplio y tranquilo que se ex- me donde pisar y comencé a avanzar paso a paso. pero resbalé
tendía, frente a mí.. El pasto era verde y los pocos. árboles L_ de nuevo y me tanlbaleé hacia adelante, golpeándome la cara
florCClan con la pnmavera. Un arroyo serpenteaba Junto al r i con una roca. La nariz me empezó a sangrar. Salí del agua con
sendero. Hice algunos ejercicios de elongación para aliviar mi dificultad. .. tan atontada que me costó encontrar la ropa.
dolor de espalda y traté de borrar los perros de mi mente. Sentí que mi cabeza comenzaba a despejarse y traté de limpiar
Después empecé a trotar, lentamente. y llegué casi al final del la sangre de mi suéter blanco. Quedó una mancha roja y larga.
valle, a unos tres o cuatro kilómetros. Caminé un rato. mien- Podía oír truenos a la distancia y estaba oscureciendo cada
tras unos cuervos me sobrevolaban, y me detuve cerca de un vez más. Empecé a correr no muy rápido. reservando mi fuer-
estanque donde se ensanchaba el arroyo. en una piedra grande za... lo que quedaba de ella. El sendero pasaba por una colina
y chata entibiada por el sol. Me acosté sobre ella, comí un baja y luego ascendía hacia una meseta. La marcha era pe-
pedazo de charqui. y me adonnecí contemplando las nubes nosa.
blancas en el ciclo. Unas ardillas jugaban en un árbol cercano El cielo tronaba. Podía ver rostros negros gigantescos en
y su parloteo acentuaba el imponente silencio. Respiré hondo. las nubes. Era muy consciente de mi respiración, como si
agradecida por el aire auténtico. Podía sentir su frescura en mi perteneciera a otra persona. Me sentía vigilada. Finalmente,
lengua. las vi. Las urracas que antes volaban se habían posado en un
Me puse boca abajo y hundí un dedo en el reflejo de mi árbol más adelante ... frente al sendero. Ojos negros y opacos
rostro en el agua. Olas pequeñas ondearon desde el centro siguieron mi paso. Eran pavorosos y agresivos. Pero continué

52 53
andando hacia un amplio cañón. La lluvia caía a 10 lejos india. Parecía ser un diseño Dos Colinas Grises, y me sorp~dí
fonnando una capa gris. Un viento frío soplaba de los peñas- preguntándome si podría comprarla y si ésa era la choza de
cos al norte; subí el cierre de mi abrigo hasta el cuello y Agnes.
proseguí trotando. Luego el sendero se angostaba y desapare- Había lámparas de querosén en el alféizar de la ventana.
cía. Abatida, me senté en la tierra y me agarré la cabeza con Una palangana esmaltada azul estaba apoyada sobre una tosca
las manos. tabla de madera junto a una cocina de leña. Manojos de hier-
El corazón me laúa con fuerza y tenía la boca seca. Un bas colgaban de clavos en las paredes de troncos. Había peda-
cuervo voló sobre mí graznando. Estaba aterrada pero algo me zos de cartón clavados aquí y allá para mitigar .la entrada del
impulsaba hacia mi sueño. Me puse de pie para orientanne. viento... hasta un cartel de Coca-Cola. Frente a los pies de la
Contemplé el cañón, peñascos a ambos lados y un final abier- cama, una ·cómoda ordinaria sobre la que colgaba un cuadro
to. Por el centro corría un arroyo y decidí que si yo fuera un mejicano de terciopelo que representaba una bailarina espa-
sendero, lo seguiría. Ahora estaba furiosa ... Ruby sabía que ñola. No muy lejos, pendían maracas de pezuñas de ciervo y
el sendero moría allí. Sin embargo, me había dicho que cmui- un ala de búho. Adverú dos manzanas sobre la mesa de ma-
nara hacia el este, y el cañón se extendía en esa dirección. dera gris en el centro de la habitación. Había tres sillas.
Continué la marcha por el pasto. Me senté y comí una manzana con voracidad. La lluvia
Recorrí toda la longitud del cañón, la lluvia aún mue- golpeaba en la chapa sobre mi cabeza. Jmnás en mi vida había
nazantc, las colinas solitarias y dcsoladas cn su manto gris. estado sola en un lugar salvaje. Cerré la puerta del frente ... el
De pronto, casi sin c.Ianne cuenta, mis pics sintieron un sende- cuarto estaba helado. Las sombras de la noche se alargaban,
ro borrado debajo. Gracias a Dios. Empezó a lloviznar y corrí, llevándose consigo mi coraje. Me moví ruidosamente para
al bordc dcl agotamiento, sin ninguna noción dcl tiempo. Te- oínne, hablándome mientras prendía la lámpara de querosén e
nía la imprcsión de no avanzar, pero sabía quc había rccorrido intentaba, sin éxito, encender la cocina de leña. Mi cuerpo no
más de doce kilómetros. daba más. Comí un pedazo de charqui de la pared y. de-
La lluvia cmpczó con violencia cuando mc acercaba a un sesperada y congelada, tomé la vieja bolsa de donnir que vi
bosque dc álmnos y rocas grandes. Me detuve en seco. Divisé en el rincón yOla extendí sobre la cama. Estaba manchada con
la fonna borrosa de una cabaña en la meseta. ¿Pcrtenecía a grasa y adornada con un Mickey Mouse azul y rosa de frane-
Agnes Alcc Vcloz? No me importaba, estaba dcmasiado can- la. Me había quitado la ropa empapada y me aprestaba a
sada, mojada y asustada. No había scñales de vida, ningún acostanne cuando me di cuenta de que tenía unas ganas tre-
animal ni persona. Tomé un palo largo en una mano y una menda de orinar.
piedra en la otra, en caso de que hubiera perros como había Gruñendo, me puse el abrigo y las botas y abrí vacilante
dicho Ruby, y me aproximé. Subí el destartalado porche y la puerta del frente. Un rayo iluminó el porche y vi que estaba
llamé a la puerta... no obtuve respuesta. Volví a golpear con vacío. Salí a la noche, bajé los escalones y me acluclillé sobre
desesperación, y esta vez la puerta se abrió. La cabaña estaba el pasto mojado bajo el torrente de lluvia, tomada del porche
vacía. Había una cama en un rincón, cubierta con una manta por seguridad. Luego me apresuré de regreso adentro y cerré

54 55
la puerta. Me desvestí de nuevo, me metí rápido en la cama, Llegamos a un claro en las rocas. A menos de dieciocho
temblando y estremeciéndome. y apagué la lámpara de que- metros de distancia se alzaba un tipi luminoso. El exterior
rosén. La lluvia había parado y ahora reinaba demasiado silen- brillaba con la luz del fuego en el interior y el humo ascendía
cio. Yací inmóvil en la cama. en espiral por la parte de arriba. Era irreal. Agnes me arrastró
No sé cuánto tiempo dormí pero de pronto desperté en hasta la entrada.
medio de sacudidas. Alguien me tiraba del pelo, me golpeaba -¡Desnúdate! -ordenó.
un hombro y me gritaba. -¿Qué?
-¡Levántate! Es hora. ¡Levántate rápido! . -Debes presentarte desnuda ante las ancianas.
Abrí los ojos y contuve el aliento. A la luz titilante de Con una rapidez increíble, se volvió y me arrancó la
una vela, vi un rostro que parecía de cera derretida. No estaba ropa. Traté de protestar, pero me abofeteó. Estaba aterrada y
segura de que fuera un rostro hunlano. Grité y una mano me me zumbaban los oídos. Atontada, dejé que Agnes me em-
tapó la boca. pujara dentro de la tienda, con ella detrás.
"'Es hora! Seis ancianas indias envueltas en frazadas se encontra-
~i vuelta la cabe~, incapaz de recobrar el equilibrio. ban sentadas alrededor de un fuego <;entral. Un humo denso y
-¿Qué pasa? -pregunté-. ¿Es usted Agnes Alce Veloz? penetrante flotaba en el aire. A la luz del resplandor teñido de
-Sí, estás en mi cabaña. ¡Levántate y sígueme... ahora rojo', noté que sus rostros eran de más edad que el de Agnes.
mismo! Detrás de ellas, de los palos de la tienda, colgaban cintas,
Me levanté confundida y me puse el vaquero, el abrigo y plumas, calabazas y cráneos de búfalo. Clavadas en los montí-
las botas. Agnes me empujó hacia la puerta con una fuerza culos de tierra frente a cuatro de las mujeres, había varas de
sorprendente. Estuve a punto de caer. oraciones.
-¿Qué diablos está haciendo? "Siéntate -dijo Agnes, empujándome al suelo.
Agnes me empujó con más vigor. Se movió hacia mi derecha y se sentó a mi lado. Me
-Tenemos que apuramos. estremecí, tomándome las rodillas para taparme los pechos.
Estaba dan rígida que apenas podía cantinar, pero sali- Ojos relucientes se fijaron en mí y las sombras arrojadas
mos de la cabaña y nos alejamos rápidamente a la luz de la por el fuego danzaron alrededor de las paredes del tipi.
luna; la anciana se movía como una joven. Tomamos por las Visiones de asambleas de brujas medievales cruzaron por mi
piedras detrás de la choza. No había sendero. Nos arrastramos mente. Imágenes atesoradas de hemlosac; mujeres indígenas
por encima de rocas enormes y alrededor de riscos sobresa- antiguas sacadas de fotografías de Curtís parecían haberse
lientes que arrojaban sombras gigantescas y fantasmales. Resbalé materializado frente a mis ojos. Pero ahora se burlaban... me
y caí, torciéndome el tobillo y magullándome la rodilla, pero observaban con malicia.
Agnes me tomó de la mano y me tironeó hacia adelante. -¿Por qué trajiste a esta caníbal, Agnes? -dijo una de
Mantuvimos ese paso enloquecedor durante más de quince las ancianas en inglés chapurreado. Su voz era mezquina.
minutos. Supongo que me sobresalté al oír la palabra "caníbal".

56 57
La mujer más próxima a mí sostenía un palo largo o ciervo estaba sentado en el lugar de la anciana más cercana, y
bastón del que colgaban plumas. Empezó a aguijonearme con había otrás bestias... un lobo, un lince, y otros animales que
la punta, primero en el hombro y luego en un costado. Otra no conocía. La tienda giró y se volvió borrosa y me desmayé.
mujer se inclinó y me pellizcó. A la mañana siguiente, desperté tarde con el olor de
-Esta niña desea transitar el camino del cesto del matri- leños ardiendo. ¿Sería parte del sueño? Por un momento, no
monio -explicó Agnes. supe dónde me encontraba. Agnes estaba preparando té.
No me atreví a movenne. . -Come -dijo Agnes-. El desayuno está listo.
-Ho -dijo la mujer con el bastón-o ¿Por qué has Me levanté, me vestí y fui hasta la mesa. Agnes trajo
tardado tanto en venir? -Cuando me volví hacia ella, sentí dos platos de lata y me entregó uno. Tomó asiento frente a
un escalofrío. mí. Yo temblaba y tenía mucha hambre. Al otro lado de la
-Sólo vine a comprar el cesto del matrimonio, si ventana de la cabaña, una luz pálida se reflejaba en los árbo-
es el mismo que vi en la fotografía ... si no cuesta demasiado les. llovía. Miré la comida... charqui de ciervo, moras, pan
-barbullé. frito y té de artemisa... y me lancé a comer. Todo era ex-
-Silencio, idiota -iptervino Agnes. quisito.
-Pero yo sólo quería el cesto para... -¿Qué pasó anoche? ¿Me desmayé'? ¿Cómo regresé aquí?
-¡Silencio! -insist6-. Habla sólo cuando te hablen. -pregunté, ahora más tranquila, a Agnes.
-No está preparada -dijo la mujer del bastón. Se in- -Limítate a comer -respondió señalando el plato. Dejó
clinó y susurró algo al oído de Agnes. la mesa y se sentó en la cama donde yo había donnido. Ad-
Las demás ancianas asintieron con la cabeza. Me sentí vertí que tomaba ".1i campera desgarrada.
víctima de una terrible conspiración. Dejé que el vapor del té de artemisa entibiara mi cara.
-Jamás podrás enseñarle -acotó alguien. La pequeña caja de cartón de charqui sobre la mesa tenía
Entonces oí un sonido que sólo podía describir como un sangre seca en los costados. No me importó, estaba rico. Se-
cacareo ... algo así como pájaros o locura total. Las ancianas guí comiendo con voracidad.
empezaron a regañarme simultáneamente... fue demasiado. Agnes estaba cosiendo un rasgón en mi campera. Junté
Supe que estaba.ápunto de enloquecer. toda mi voluntad y coraje y pregunté:
-Por favor, lo único que quiero es ver el cesto del -¿Me venderás el cesto del matrimonio?
matrimonio .......No reconocí el sonido de mi propia voz. -No lo sabes, Lynn, pero te encuentras en una cir~
La mujer del bastón me miró con frialdad. cunstancia muy peligrosa. -Sin dejar de coser, alzó la vista y
-Rezaremos por ti. Soñaremos por ti -afinnó. No en- me sonrió. Era la primera vez que me llamaba por mi nombre.
tendí. -¿Qué significa el cesto y por qué estoy tan obsesiona-
Sentí vértigo, el suelo cedió debajo de mí y caí de espal- da por encontrarlo?
das. Los rostros de las ancianas parecían más jóvenes, sus La actitud de Agnes era dulce y afable.
ojos eran como espejos. Vi a la niña de mi pesadilla. Un -No comprendes. -Cortó el hilo con los dientes y le

58 59
hiw un nudo, luego apartó la campera ya remendada. --Si no Agnes sirvió más té de artemisa Pennanecimos en silen-
escuchas a la mujer que hay dentro de ti, perecerás. Quizás cio durante varios minutos, mis pensamientos seguían confun-
algún día poseas el cesto del matrimonio, quizá no. Pero es tu didos.
elección. Tendrás que tomar la decisión. Nadie puede hacerlo "El cesto es el camino antiguo de la mujer -susurró.
por ti, ni siquiera las ancianas. Por alguna razón, empecé a Jlorar, luego a balbucear.
Sus palabras no tenían ningún sentido, pero su tono era -Esas viejas malvadas... en especial Ruby Jefe Prós-
cautivante. Agnes era tan distinta del ogro que había conocido pero. Me obligó a descuartizar ese ciervo. Y por la forma en
la noche anterior que me pregunté si sería la misma persona. que se me acercó con ese cuchillo, creí que iba a apuñalarme
Todavía me dolía la mejilla de la bofetada. Sabía que debía o cortanne en pedazos. Fue horrible. Nunca me pasó algo
odiarla por haberme humillado, pero no podía. La comida era igual. Es injusto. Odio a esa vieja bruja.
reconfortante y el ruido de la lluvia sobre el techo de chapa -No hay necesidad de odiarla -me interrumpió Ag-
me resultaba sedante. nes-. No intentaba lastimarte. Ruby es ciega.
-¿Qué quieres decir con que es mi decisión? ¿De qué .-¡Ciega! -exclamé, todavía Jlorando-. No. No puede
demonios estás hablando? Soy coleccionista de arte. ser cIega. No puedo creerlo. Oh, lo siento tanto.
-No sabes qué eres -contestó-. No se puede explicar -Nunca te disculpes -expresó Agnes con severidad-o
por qué naciste o por qué te tocó ser una determinada parte Si lo deseas te hablaré de Ruby, pero debes escuchar con
animada de la tierra. Crees que no te conozco y que no sé atención. Su historia tiene signiticado para ti.
nada de ti. Sin embargo, puedo contarte una experiencia que -Nunca me imaginé que fuera ciega... cuéntame.
viviste. Janlás he visto los grandes lagos de este mundo, el -Me enjugué los ojos.
océano. Pero sé que un día, el agua te cubrió. De modo que --Cuando Ruby tenía dieciséis años, iba a casarse con
las entrañas de este mundo te han elegido y otorgado su pro- Stuart Corre Hacia Atrás. Era un buen hombre pero eso fue
tección. Esa fue una señal de poder, un regalo de las entrañas hace mucho tiempo. Ahora está muerto. Ella vivía con su
de tu madre, la tierra, y es por eso que los soñadores se han abuelo. Un día, cuando él estaba afuera cazando con trampas
comunicado contigo. No se puede explicar por qué has sido y Ruby se encontraba sola en la casa oyó un gran alboroto.
elegida. Pero es así. Eran los días antes de la aparición de los autos, cuando todo
Enseguida supe a qué se refería. Una tarde en Venice, el m.undo tenía carretas o montaba a caballo. El griterío se
California, caminé por la playa, trepé las rocas y me quedé volVIÓ muy fuerte, Ruby se acercó a la ventana y vio un
contemplando el verde aturquesado del mar. Sin ningún mo- caballo de hierro con humo saliendo de la parte delantera.
tivo aparente, de pronto el agua se elevó por lo menos nueve Cuatro agrimensores del gobierno estaban de pie junto a él
metros en el aire y me cubrió, solamente a mí, a nadie más de discutiendo.
los que estaban cerca. Me aferré a las rocas, totalmente em- Uno se acercó a la cabaña y llamó a la puerta. Ruby
papada y riendo, hasta que los salvavidas aparecieron con estaba asustada. Había visto muy pocos hombres blancos en
los megáfonos pidiendo a todos que se retiraran del espigón. su vida. Vestían de modo extraño, y dos llevaban pistolas. El

60 61
hombre en la puerta empezó a gritar. Al final, golpeó t~n que había pasado, le dio un caldo y juntó hierbas para curarla.
fuerte que la bisagra de cuero se cortó y la puerta cayó hacIa Ruby recuperó su fuerza bastante rápido, pero se pasaba los
adentro. El hombre vio a Ruby de pie junto a la ventana y días sentada en la cabaña, sintiéndose deshonrada y rehusán-
supongo que se sorprendió al encontrar allí a ~s~ joven .t~ dose a aprender o a cuidar de sí misma. Incluso le pidió a su
hennosa. Tal vez pensó que en esa cabaña VIVla un vIeJo abuelo que la matara, pero él la golpeó y dijo que no toleraría
sordo. Se le acercó, la tomó del brazo y pronunció unas pala- su autoindulgencia. Dijo que se le había dado un único ene-
bras horribles. Ruby no las entendió, pero la avergonzaron. migo. ... su ceguera. Ruby contestó que no le importaba...
"'Los otros tres individuos se aproximaron para ver quién quería morir. Su belleza y la posibilidad de una vida feliz
estaba con el primer hombre y entraron en la choza. Ruby se habían sido arruinadas. Sin embargo, fue afortunada, ya que
dio cuenta de que se encontraba en peligro. Sabía que esos su abuelo era un hechicero y no muy viejo. Había estado
wasichus iban a violarla así que trató de romper la ventana aprendiendo durante mucho tiempo y tenía mucho poder.
para huir. Alguien la golpeó y la arrastró hasta un rincón. Uno "Él podía ver que la voluntad de Ruby estaba adorme-
de los hombres era muy corpulento. Se quitó el cinturón, lo cida y que debía despertar su estómago. Comenzó mostrándo-
puso alrededor del cuello de Ruby y tirando de él l~ llevó se muy amable, pero la engañó muchas veces. La hacía tropezar
hasta la cama. Le rasgaron la ropa. Ruby les imploró y caer, le entregaba utensilios hirvientes y le servía alimentos
pero no la escucharon. Empezó a gritar y a forcejear y logró imposibles de comer. Se burlaba de ella y la hacía enojar
deshacerse del cinturón y tomar un pedazo de leña. Se armó hasta ver que el estómago de su nieta despertaba. Ruby estaba
una gran batalla. . . imagino que los cuatro hombres se sor- herida. Creía que su abuelo ya no la amaba.
prendieron mucho. Se enfurecieron y la golpearon ~ro "Durante todo ese tiempo, él se sentaba afuera, a la luz
no se contentaron con ello, de modo que se turnaron para VIO- de la luna, cantando canciones pidiendo ayuda para que Ruby
larla. recuperara su integridad. Una noche, vio un mapache hembra
"Después se preguntaron si deberían matarla. Muchos con sus crías. Era una señal de que debía enviar a Ruby al
dijeron que hubiera sido preferible que Ruby muri~ra en ~ez norte, la señal que él había estado esperando. Ruby se mar-
de convertirse en 10 que fue después. Uno de los tipOS qUISO chó.
darle dinero para que eIla no contara que la habían violado. "Los satoux del norte no sabían nada de la gente blanca.
Sabían que no estarían en dificultades por 10 que habían he- Conservaban su poder. Su poder no estaba oculto. Eran
cho, puesto que ella era una india, pero avergonzarían a sus grandes hechiceros y sus danzas eran aún mágicas. Como
familias blancas. Entonces, como no se atrevían a matarla, dije, eso fue hace mucho tiempo.
tomaron un compás que usaban para hacer mapas. Tenía una "Había un hechicero llamado Cuatro Ciervos al que has-
punta mosa. Querían cerciorarse de que eIla no los identifi- ta los satoux temían. Cuatro Ciervos vivía en la alta montaña
caría. De manera que antes de marcharse, se aseguraron de desde cuyo cobertizo podía contemplar su aldea. Se decía que
que quedara ciega. Cuatro Ciervos tenía el poder de devolver la vida a los muer-
"Cuando el abuelo de Ruby regresó a la casa y vio lo tos, que tomaba su poder de mujeres que no lo veían. Ni

62 63
siquiera yo comprendo ese ensalmo. Todos esos satoux hi- ra. Sabe más que nadie sobre la medicina del ciervo. Cuatro
cieron subir la montaña a Ruby. pero nadie quiso acompañarla. Ciervos y esas mujeres satoux le enseñaron todo. Espero que
Temían demasiado a Cuatro Ciervos. Ruby se cayó muchas revele su medicina, pues muchos la necesitan.
veces, se lasúmó y rasguñó. Cuatro Ciervos la obsevaba, sin "No te estoy contando acerca de Ruby para entretenerte.
decir nada, pero en cierta fonna, ella sentía su presencia y la Lo estoy haciendo para instruirte --conúnuó Agnes-. Soy
necesidad de seguir avanzando. Cuando por tin lo alcanzó, una hechicera. Vivo en el más allá y regreso; anoche fuiste
Cuatro Ciervos estaba riendo. Ruby preguntó qué debía hacer. conmigo allí. Estás siendo iniciada en un conocimiento tan
Él contestó que había una sola manera de ayudarla. Siempre viejo como el tiempo. Los soñadores te han tocado. A veces
sería ciega, pero si la mataba y uúlizaba su medicina en la puedes mirar por sobre el hombro y no prestar atención. Pue-
muerte, él podía devolverle la integridad. Tomaría ese poder des elegir ser ciega, o puedes seguir tu destino.
de las mujeres que no lo veían y le restituiría la vida. Después El rostro de Agnes era paciente. Lentanlente, empecé a
de eso, ella debía aprender la medicina del ciervo de las muje- darme cuenta de que estaba siendo impelida por una fuerza
res satoux. A partir de ese momento, tendría que tomar caldo más allá de mi comprensión. Empecé a reconstruir los sucesos
de pezuñas de ciervo y comer únicamente carne de ciervo. De de los últimos meses. Me recliné en la silla, agobiada, parali-
lo contrario, moriría. zada. Presentí que ésta no era una situación de posesión sino
"Cuatro Ciervos construyó una platafonna y acostó a que, siendo elegida, yo también elegía. Con cada punzada de
Ruby sobre ella, tomó una pipa de caña y le sopló un poco de aversión, de terror, más me obsesionaba mi sueño del cesto.
veneno en los oídos. Ruby murió y su espíritu se alejó hacia No estaba segura de qué me retenía, si la investigadora en mi
el campo de los recién muertos. Cuatro Ciervos le aplicó su interior o la pesadilla, pero, ¿qué importaba?
medicina, remodeló algo en su cuerpo e invocó el poder Agnes debió de haber percibido mi capitulación, pues
de las mujeres que no podían verlo para que devolvieran el sonrió y asintió con la cabeza. Sin decir una palabra, comenzó
espíritu de Ruby. Esto llevó muchos días. Luego puso algo a levantar la mesa. Contemplé la madera ahumada y las migas
muy frío en la boca de Ruby y ella despertó, más en- de pan frito. Mi vida estaba en esas migas, lo sabía, pero me
fenna que nunca. Sufrió un ataque extraño y Cuatro Ciervos tenía sin cuidado.
la hizo utilizar la energía generada por el ataque para movi- Agnes me tocó el hombro y susurró:
lizar todos sus sentidos. Para ello, le enseñó a controlar esa "Vamos, debes regresar a California.
energía. -¿Cómo puedo regresar? -pregunté-o No tengo el
"Ahora Ruby es ciega pero ve más que nadie. Cuatro cesto. Todavía no puedo volver a casa.
Ciervos la guió al centro de este círculo exterionnente vio- Agnes se puso una pesada camisa de lana y me entregó
lento y le enseñó a serenarse. Ruby siempre verá porque siempre mi abrigo con expresión grave.
está en ese centro. Cuatro Ciervos le dijo que fuera primero -Iremos a la cabaña de Ruby --explicó-o Te enviaré a
con las mujeres satoux, luego que regresara con su abuelo y tu casa.
aprendiera de las canciones de él. Ruby es una hechice- Se acercó a la cómoda, tomó algo y 10 puso sobre la

64 65
mesa frente a mí. Era un aro hecho con la punta de un asta y Por fin, pregunté:
con incrustaciones de turquesas. -¿Anoche, Agnes, a qué se referían con "caníbal"?
"Ruby me dijo que si aparecías por aquí te entregara este Agnes sonrió. Sin detenerse, extrajo un pedazo delgado
pendiente. Tómalo ... es protección. de charqui del bolsillo de su camisa de lana y lo empujó hacia
-¿Protección? ¿Contra qué necesito protección? ¿Cómo mi boca, indicando que yo debía comer. Lo mordí, aunque no
puede protegerme un pendiente? tenía hambre y era duro para masticar. -
-Póntelo -me orden6-. No pennitas que ningún Llegamos al sitio donde terminaba el sendero. Las flores
hombre lo toque jamás, excepto un hombre heyoka en su en el cañón se abrían después de la lluvia. Los colores eran
tiempo de mujer. vibrantes, las flores se mecían con el suave viento.
Obedecí. Agnes se dirigía hacia la puerta, recogí mi bolso -Anoche visitamos a las ancianas ~xpres6-. Se reve-
y la seguí. lan ante mí porque has sido elegida por los soñadores. Las
"La mujer nace encinta -dijo Agnes mientras cami- ancianas me están ayudando a instruirte. Has entrado en lo
nábamos. El hombre debe ser fecundado por la mujer. Algu- que para ti es un mundo extraño. Hay mucho que no com-
nos hombres lo consiguen a través de plant~ u otras discipli- prendes. .
nas. Existen secretos que no te puedo develar. Se detuvo con brusquedad. Se acuclilló entre las flores y
Marchábamos por el sendero hacia el este mientras Ag- levantó la cara de una flor azul. Me incliné para mirarla.
nes hablaba. "Cuando puedes hablar a una planta ~xplic6-, cuando
"Hay diferentes tipos de fuerzas en el mundo. Estos poderes sabes que una planta está viva, q~e posee un espíritu, comes
pueden matarte con facilidad o hacerte desear la muerte. Cuando la planta y la planta se te revela. Tienes el poder del espíritu
decidas obtener el cesto del matrimonio enfrentándote a todas de la planta. -Arrancó la flor y se la comió. -Te miro y veo
las fuerzas que han existido siempre, necesitarás coraje y vo- que no comprendes lo que estoy diciendo.
luntad. El pendiente te ayudará en la travesía de tu mundo al Con nerviosismo, mordí un pedazo de charqui de ciervo.
mío. "La carne que estás comiendo ahora es tu hennana.
Me hizo señas para que me apurara. Me costaba seguirle Comemos a nuestros hermanos y hennanas. Eres una caníbal.
el paso sin tener que correr. Tu hermana ha caído para que tú puedas tener vida.
"Las cosas que en el pasado te han ayudado en tu mundo... Asentí para demostrar que comprendía y proseguimos
tus tarjetas de crédito, tu auto, la ropa que usas ... esas cosas caminando. El cañón estaba plagado de pájaros, marmotas de
no son prácticas aquí y no te ayudarán. las praderas y mariposas, todos activos con la primavera.
El aire era diáfano, el olor a tierra húnleda, agradable. -Sí -dije-o Creo que comprendo algo del motivo por
Anduvimos un kilómetro y medio o más en silencio. El el que consideras caníbales a las personas. Pero no entiendo
recuerdo del ti pi iluminado en medio de la noche continuaba por qué me humillaron tanto. Quiero decir, me desnudaste
inquietándome, y también la palabra "caníbal" que había utili- delante de todas esas viejas ... las ancianas -me corregí.
zado la anciana. -Para poder dar los primeros pasos torpes en el rojo

66 67
camino de la femineidad, debes estar desnuda en todo sentido rnos del cesto del rnatrimonio. Debes saber algo para com-
-atinnó Agnes. prender a qué te enfrentas.
Alcanzamos el borde del cañón y vimos el arroyo y el "En cierta ocasión, un hombre vino aquí. .. sólo un
estanque en la distancia. Observé el atloramiento de rocas y hombre. Su nornbre era Padre Pearson. Dijo que él sabía todo
una vez más admiré la hennosura del estanque. acerca de dos forrnas de rnirar. Podía mirar hacia ruTiba y ver
De pronto, el talante de Agnes pareció cambiar y pregun- y oír a los espíritus buenos. En algún lugar profundo de la
tó: rnadre tierra se encontraban los espíritus malos. Sostuvo en
"¿Eres una mujer? alto el símbolo de los senderos cruzados y dijo que estábamos
-Sí. desequilibrados. Dijo que si no ernpezábamos a mirar hacia
-¿Eres una mujer cuando estás desnuda? arriba, los espíritus buenos nos matarían. En ese entonces, a
-Sí -respondí. todos nos pareció bastante ridículo.
-¿Tienes una vagina? "El viejo Dos Coyotes sintió lástima de él y decidió
-Sí. enseñarle. Le mostró lo que había en los morrales de medi-
No entendía adónde quería llegar con esas ~xtrañas pre- cina, pero cada vez que Dos Coyotes c.omenzaba a enseñarle
guntas. sobre las mujeres, el cura se enfurecía mucho. Dos Coyotes le
-¿Menstrúas? dijo que si de veras quería aprender el uso del poder tendría
-Sí. que aprenderlo de rní. Eso no le gustó, pero el cura era inteli-
-No 10 sabíamos. En el mundo indígena se lo denomi- gente y lo escuchó. No hay hechiceros, sin hechiceras. Un
na luna. Es tu tiempo de máximo poder. Anoche teníamos que hechicero recibe su poder de una rnujer, y siempre ha sido así.
asegurarnos. Un hechicero ocupa el lugar de un perro. Es merrunente un
Me ruboricé. Caminamos en silencio el trecho que nos instrumento de la mujer. Ya no parece ser así, pero lo es.
separaba en la roca plana junto al agua. Me alegró descansar "Vino a venne y como Dos Coyotes era rni amigo, lo
un poco. Comimos más charqui y bebimos del arroyo. Me tomé como mi iniciado. Era astuto y aprendía rápido. A me-
recosté en la roca, satisfecha y soñolienta, cerré los ojos y dida que la instrucción progresaba, supe que se estaba
bostecé. enamorando de mí... siempre pasa lo mismo con los hornbres.
De repente, se produjo un fuerte sonido explosivo como Yo no amaba a ese hombre blanco, ni siquiera sentía aprecio
el disparo de un rifle. por él. Pero me daba cuenta de que se estaba volviendo po-
-¡Despierta! -me gritó Agnes. Me levanté de lID salto deroso.
y me volví. "Un día me confesó su runor y quiso poseenne. Quería
"¿Cómo sabes que no te mataré? -preguntó, dejando mi poder, pero yo no deseaba dárselo. Le dije que tendría que
caer dos piedras grandes al suelo, una de cada mano. Su buscarse otra mujer con habilidad. En esa época, la envidia
actitud era amenazante. Parecía más grande que antes. era prácticamente desconocida entre mi gente, pero vi cómo el
"Síentate -dijo, señalando el suelo-. Ahora hablare- odio empañaba su mirada. El odio es un poder que com-

68 69
prendo, y decidí hacer vivir al cura con el sabor a odio en la con facilidad, y siempre está alerta. Será difícil, pero si eres
boca. El odio tiene gusto a maíz quemado. Cuando se incre- valiente, tal vez lo logres. Yo no puedo robarlo, la ley de los
menta junto a la sabiduría, es casi imposible detener su poder. soñadores me lo impide. Espero que estés dispuesta.
"Lo hice usar una máscara desde ese día hasta el final de -¡Robar! No podría robar nada -repliqué vÍrtuosanlente.
la instrucción. Algunas máscaras pueden contener las emo- Agnes me miró con malicia.
ciones... todo heyoka lo sabe. Es sencillo clavarse una aguja "Nunca robé nada en mi vida -mentí.
de hueso en la cara para estar feliz y rebosante de amor... eso -Me interesa tu habilidad, no tu moral. Si quieres el
también es una máscara. Pero la máscara que este hombre cesto tendrás que aprender a robar.
utilizaba era para refrenar el odio.
"Aprendió todo lo que un hombre puede aprender. Co-
noce el mundo indígena como nadie, y puede hacer todo lo
que quiera. No lo entenderás, pero está hecho de poder. Le
hostré todo lo necesario para ser un hechicero, pero no le
interesaba. Tomó el conocim¡ento y, en cambio, se convirtió
en un hechicero poderoso. Poco a poco, aprendió todo y ahora
es tan fuerte como cualquier mago en la tierra. Ahandonó los
hábitos, adoptó un nombre y aprendió cómo ucultarse. Su
nombre es EI-Hombre-Que-Percibe-EI-Sendero, o Sendero
Oculto. Algunos dicen que su nombre es Perro de Fuego u
Soldado de Fuego. Los que lo conocemos lo llamamos Perro
Rojo.
"Yo era la guardiana del cesto del matrimonio. Estaba
tejido con los sueños de muchas mujeres, producido y reno-
vado por los esfuerzos de las tejedoras y los soñadures. Es
muy hermoso y sagrado para todas las mujeres. Un día, cuando
yo estaba reunida con Dos Coyotes, Perro Rojo encontró el
cesto. Nunca imaginé que lo robaría, pero lo hizo. Tenía que
conseguir algo que pudiera utilizar como su mujer reveladora
de poder, así que robó el cesto. Tenía más poder que cualquier
mujer.
"No puedo darte el cesto. Tienes que robárselo a Perro
Rojo, yeso es muy peligroso. Estoy dispuesta a enseñarte
cómo robarlo, pues él no puede dañarme. Pero puede matarte

70 71
Nadie es un hechicero cada hora del día. ¿Cómo podría
vil'ir?

Pablo Picasso

Holmby Park estaba desierto ~ las siete de la mañana excepto


por unas pocas personas que trotaban y un par de ancianos
paseando sus perros con correas. Me toqué la punta de ]os
pies, respiré hondo y empecé a correr despacio por el sendero
que conducía a ]as canchas de bochas. El césped estaba húme-
do y fragante, e] agua de los regadores como cristales. Alcé la
vista hacia los árboles y las opulentas mansiones que rodea-
ban el parque. La última vez que había corrido fue en Canadá.
Allí no había bulevares flanqueados por árboles ... sólo -la
vasta expansión de las estepas canadienses.
Agnes me había dicho que sopesara bien la posibilidad
de regresar a Canadá. Estaría allí varias semanas, quizá me-
ses, y tal vez nunca podría abandonar a Agnes. Quizá moriría
allí. Ella me enseñaría a robar el cesto del matrimonio si yo
decidía convertinue en una persona dispuesta a aprender. Pero
aquí, en Los Ángeles, estaba erigiendo todo obstáculo imagi-
nable ... el terror, la pereza, sobre todo mi c;:cma duda. Me
convencía de que no había prisa, de que el tiempo sobraba. Di
la vuelta al extremo sur del parque. Era bueno retomar la
rutina de trotar.

73
Cuando llegué a casa, traspiraba y estaba agotada. Des- gunté bromeando--. No es Río, pero podríamos vivir en una
pués de duchanne, me envolví en una bata de toalla ~ me exótica cabaña que conozco. No tiene personal de servicio,
desenredé el pelo, con la mente llena de cestos y anCIanas pero sí privacidad.
horribles. Caroline pidió otro trago.
Fui al donnitorio y me puse un vestido blanco y zapatos -¿Algún buen mozo por ahí?
de taco alto. Tenía que estar en continuo movimiento, para
-Oh, sí, miles de solteros codiciables -contesté pen-
evadir mis pensamientos. Conduje distraída hacia el Bistro sando en los dos indios que me habían observado cambiar la
Garden a encontrarme con mi amiga Caroline. goma.
-Bueno, se te ve muy bien -dijo Caroline. Nuestra -Creo que me quedaré con Hawaii, gracias. Canadá es
amistad siempre había sido despreocupada. Ver a Caroline era demasiado salvaje para mi gusto.
tranquilizador. -He vuelto a tener unos sueños terribles -dije, cam-
-Estoy bien -respondí. biando de tema.
-¿Qué más? -No me sorprende, tonta. ¿Qué otra cosa esperas, mez-
-Quizá me vaya a Canadá dentro de qno o dos días a clándote con salvajes?
vivir con esa hechicera que te conté. Veremos. Es todo lo que -No son salvajes. Son personas diferentes con maneras
puedo decirte. Me estoy volviendo loca, eso es todo. diferentes.
-Has hecho cosas raras, pero ir a vivir a Canadá con --:-¿Llamas diferente a que te despierten en mitad de la
cazadores de cabezas o lo que sean, es demasiado. noche y te maten de un susto? ¡Vamos! Y encima quieren que
Me quedé mirándola con los ojos en blanco y tomé un robes algo.
sorbo de mi martini. La bebida me quemó los labios, pero -Pero no hay otra fonna de conseguir el cesto -expliqué,
estaba rica... venenosa y rica. Me emborraché al instante. buscando ánimo--. Además, en realidad no es robar. Es un
El Bistro estaba abarrotado de gente elegante. Mamparas modo de enseñar. -Hice girar el pendiente de asta y turquesas.
de vidrio grabado y bronce lustrado dividían las hileras de -Enseñar o lo que sea, ¿acaso no tienes suficientes
mesas, cada una adornada con un hermoso ramo de flores. Las cestos? ¿Qué tal taparrabos antiguos para variar... algo nue-
paredes de espejo reflejaban líneas interminables de caras be- vo?
llas y sonrientes, todas nonnales pero totalmente absurdas. Del restaurante fuimos al Museo Country a ver la nueva
Me forcé a sentanne derecha y quieta en el banco tapizado de exposición africana. Llegamos una hora antes de que cerraran
rojo. y nos dirigimos a la Galería Ahmanson. Me sentí mejor en la
Nos trajeron el salmón y tomé una jarrita de plata para quietud de la habitación. rodeada de máscaras de la Costa de
cubrirlo con salsa, recordando la caja de cartón llena de san- Marfil.
gre. -Mira ésa -señaló Caroline.
-¿Qué te pasa? -preguntó Caroline. Contemplé la máscara tranquila de una mujer joven, una
-¿Te gustaría ir conmigo a Canadá, Caroline? -pre- de las utilizadas por la sociedad secreta gobernante... llamada
74 75
Mmwo ... de los ibos en Nigeria. El rostro era fuerte, el representada por los kachinas. La luz del fuego despertó
cabello de estilo casi egipcio. Los ojos parecían ciegos. ' momentáneamente a las muñecas, sus espíritus parecieron co-
Una talla de los ibos del delta del Níger mostraba a un brar. vida. Sus plumas y cuerpos pintados me trajeron a la
guenero montado en la espalda de lma criatura escamada y n~ente otro mundo misterioso. Las observé. Me acordé de que
con colmillos, sosteniendo una maraca y una copa de libación. P~~asso había ~ufri~o la intluencia de esculturas mágicas
El monstruo que montaba era una proyección de sus habilidades afrIcanas y tome un hbro para buscar un pasaje que recordaba:
asesinas y el hombre llevaba la maraca en la mano derecha.
Recordé que en el sudoeste de Nigeria, muchas tribus rendían
culto a la mano derecha de un hombre, la mano que representa Comprendí qué significaban esas esculturas para
su habilidad como guenero. Pero también recordé la maraca los negros. Por qué las tallaban de ese modo y no de
colgando de la pared de Agnes. otro. Después de todo no eran cubistas. .. ¡los cubistas
Me di cuenta de que estaba pensando en cómo sería todavía no existían! Por supuesto, ciertos hombres habían
Perro Rojo. Supongo que las primitivas figuras monstruosas inventado los modelos, y otros los habían imitado...
estimularon eS,e pensamiento. Esperaba no tener que verlo . ¿no ~s eso la tradición? Pero todos los fetiches cumplían
nunca en persona. el mIsmo papel. Eran armas ... para evitar que la') personas
Junto a la salida había una escultura que me gustó. Sentado fueran regidas por espíritus, para ayudarlas a liberarse.
en el mango de un abanico, había un dios representado como Herramientas. ¡Ese día tuve que pintar Les demoiselles
un ser doble compartiendo un único cuerpo. Deslicé mis dedos ll'Avignon. no por las formas, sino porque fue mi primer
con lentitud por la gastada madera. cuadro de exorcismo! Por eso más adelante pinté cuadros
-¿No te identiticas con eso? -pregunté a Caroline. como los anteriores, El Retrato de Oiga, los demás
-No, pero veo que tú sí. retratos. .. ¡nadie es un hechicero cada hora del día!
Reímos. ¿Cómo podría vivir?
-Vamos -dijimos al unísono.
Ya en casa, me senté acurrucada frente a la chimenea
con mi perro Kona y El Leopardo de Nieve de Peter Matthiessen. Más tarde, en la cama, me quedé acostada mirando la luz
La habitación estaba tibia y acogedora, y me sentía muy can- de la luna filtrándose a través de los vidrios de la ventana y
sada. escuchando el conocido ulular del búho. Un aire frío entró en
Permanecí mirando el fuego ardiendo en el hogar. Apoyé el dormitorio y caí en una especie de abstracción. Luego, una
la mano en el teléfono, deseando poder hablar con Agnes. extraña sensación me despertó, un ruido estrepitoso en mi
Pero si quería hablar con ella tendría que viajar a Manitoba. cabeza o junto al oído que se convirtió en un sonido zumbante.
Estudié las distintas muñecas kachinas acomodadas en la Comprendí que el cesto del matrimonio estaba atacándome...
penumbra sobre la repisa de la chimenea. Existe una dualidad no podía movenne. El cesto estaba lleno de cuervos batiendo
en el mundo ... todo lo material tiene una contraparte espiritual sus alas, mirándome fijo con ojos brillosos y graznando. El

76 77
cesto estaba siendo empujado hacia mí desde arriba. De pronto escribir, sabía qué había querido significar. Había una chispa
se detuvo, suficientemente cerca para poder tocarlo. y. de su humeando en mi interior, tratando de encenderse, pero aún era
interior oscuro, emergió el rostro fantasmal de un gigantesco demasiado débil para ello. Supe que mi voluntad estaba siendo
hombre kachina. Tenía ojos vidriosos, la boca abierta y el alimentada, que comenzaría a controlanne y a impulsanne
cuerpo salvajemente pintado. Grité y desperté aterrada mientras hacia un destino misterioso. Tenía la certeza de que me estaba
el teléfono sonaba. acercando a un abismo oscuro y que, de alguna forma, tendría
-Hola --contesté con voz ronca. que precipitamle a su profundidad inimaginable. Lloré hasta
-Hola, Lynn, soy Hyemeyohsts Stoml. que me dormí de nuevo.
--Oh, hola. Espera un minuto. Me alegra tanto que seas Desperté a la mañana con los ojos hinchados y guardé el
tú. He tenido otra pesadilla espantosa. pequeño pedazo de piel de lobo en una vieja bolsita medicinal
-Cuéntamela -dijo con animación. de cuero que había coleccionado. La apoyé sobre la mesita de
Me senté, prendí la luz y le conté. noche.
-¿Irás a Canadá? -preguntó. A las cuatro de la tarde, llegó Ivan con George y Pamela
Tenía un nudo en el estómago. Kona subió a la cama de Helmstel.ld, el matrimonio que había asistido a la fiesta de
un salto y se acurrucó nervioso contra mí. Temblaba. Arthur, para ver 10 que Ivan suele llamar "el wigwam* de
-Todavía no 10 sé. ¿Pero qué piensas de mi sueño? Beverly HilIs". Pasé un largo rato mostrándoles mi colección
-Estoy en Nueva México por negocios --contestó de arte. Mientras pasábamos de una pieza a otra, les relaté
Hyemeyohsts, ignorando mi pregunta-o Pero he estado pen- brevemente mis experiencias en Canadá... no podía parar de
sando en ti y ahora sé por qué. Debes comprender que los hablar. Los Helmsteads escuchaban con cortesía, pero Ivan
soñadores te han elegido. ¿Recuerdas la piel de lobo que \ parecía sonreír con afectación.
te di cuando te dibujé el mapa? Nunca duermas sin ella, Salimos al patio de ladrillos a tomar té con galletitas. La
pues los poderes ajenos a los soñadores intentarán dañar- buganvilla que trepaba sobre nuestras cabezas era como un
te. La piel de lobo te protegerá. Eres la cazadora, pero estallido carmesí contrastando con el cielo azul.
también la presa. Debes entender que la voluntad no es un -¿Por qué aprender a robar un cesto, Lynn? -preguntó
misterio. Es simple. La voluntad sueña el equilibrio y" """ Ivan. Mordió una galletita. -¿Por qué no robar recetas como
quiebra la mente. ¿Qué son tus visiones nocturna~ o tu dolor "'-. otras mujeres? Estas galletitas son deliciosas -se apresuró a
sino el fracaso de tu voluntad? Ahora debo inne. Te dejo añadir..
dentro del espejo de la creatividad y tocando e}i círculo del --Ojalá te atragantes con una -dije.
mundo. -Cortó. George y Pamela rieron.
Me quedé mirando el teléfono, molesta por la brusquedad -Jamás podrías robar el cesto de mi Banco --comentó
de la llamada. ¿Qué había dicho Hyemeyohsts ... voluntad?
¿El fracaso de mi voluntad? ¿Mi voluntad de qué? Tomé un
bloc de papel y anoté sus palabras. Para cuando terminé de * Tienda de pieles rojas.

78 79
George, presuntuoso-. No estás tratando con gente respetable. de que nos ubicamos-o ¿Estuviste fuera?
Lo perderás. Probablemente alguien te lo robará a ti después. Arnold sonrió.
+-Me oí decir: -En realidad acabo de regresar de las selvas de Perú.
-Quizá sea la búsqueda y el desafío lo que me atrae ... Quizá te parezca extraño, pero fui allí a buscar un alucinógeno
aunque Agnes dijo que podría morir tratando de hacerlo. llamado ayahuasca. Los indios lo llaman el vino de la muerte
-¿De veras podrían matarte? -inquirió Pamela con y William Burroughs lo denominó "la dosis tina!". Encontré
incredulidad. un guía indio y subí el Amazonas para buscar un hechicero de
-Eso dijo Agnes. quien había oído hablar, aunque me dijeron que era imposible
-En ese caso, olvídalo. Quiero decir, no es más que un encontrarlo, y, más aún, aprender de él. Nos abrimos camino
cesto. -Pamela sorbió su té. por la selva a machetazos; comidos por los mosquitos y
-Tal vez esté hechizada, pero 10 cierto es que el asunto empapados por la humedad. Finalmente hallamos su aldea...
me fascina. Además, no es sólo un cesto. seis o siete chozas de paja. Cuando llegamos allí, todos habían
-¿Por qué no vas a Canadá y averiguas qué es 10 que salido a cazar y estaba desierta... excepto por él. Allí estaba,
. esa mujer quiere que hagas? -preguntó Ivan-. ¿Qué te p~ce sentado en su platafonna de madera, con una gqrra de béisbol
si voy yo para indagar si es una charlatana? y una camisa hawaiana, sonriendo.
-Bueno, no sé qué hacer. Agnes fue muy explícita en -Te habrás sorprendido.
cuanto a que debo ir sola. -Claro que sí. Era muy viejo. FIaquísimo.
-Es una farsante, Lynn -asevero Ivan, con aire "Cuando la gente toma el ayahuasca, abandona su cuerpo.
definitivo. Mientras están fuera del cuerpo físico, el hechicero los examina
Conversamos de trivialidades, tenninamos el té y nos para ver qué tienen y los cura. Tenía la esperanza de poder
despedimos. Los observé alejarse en el auto y luego, sola, leí participar en esa ceremonia.
un libro con un final feliz. -¿Qué hiciste?'
Esa noche fui en coche a La Famiglia para cenar con -Hablé con el hombre por intennedio del guía y decidió
Arnold Schulman. El aire estaba fresco y cargado de pl!rfumc que yo tomaría el vino de la muerte sentado frente a él en la
a jazmín. platafonna. Era muy solemne. Para entonces, ya era de noche.
Por 10 general, La Famiglia está suficientemente Heno -¿Tenías miedo?
para resultar interesante y se puede conversar durante horas -Por supuesto. Pero no tanto como el que tuve cuando
mientras se cena. Quizá suene como si me 10 pasara sentada me enteré al regresar que el ayahuasca es cincuenta veces más
comiendo eternamente, pero, de hecho, esa es la mejor fonna fuerte que el ácido.
de establecer contacto con la gente en Los Angeles. En Roma -Eso· me contaron, pero la diferencia reside en sus
o en París, uno puede caminar por las calles y participar de la propiedades curativas, ¿verdad?
corriente de la vida. Pero no en Los Angeles. --O te mata o te cura, así dicen.
-Hace tiempo que no te veo -dije a Arnold después Reímos.

80 81
-Esta historia es asombrosa, Amold. ¿Qué pasó después? que había sucedido en Canadá parecía menos tangible que
-Bueno, primero le di una botella de Jack Daniels y haber tomado una droga y tenido alucinaciones durante un
otras cositas y nos acomodamos frente a un altar provisorio. tiempo prescripto.
Era difícil ver bien en la oscuridad. Había una única vela -Ahora que puedo hablar, no sé por dónde empezar. He
encendida. Reparé en una estatua de la Virgen María, feti- estado teniendo sueños recurrentes sobre un encuentro que
ches de madera tallada, plumas y bolsitas atadas con cintas. tuve con una hechicera llamada Agnes. Me siento un poco
Una calabaza ahuecada descansaba sobre unos palos y el an- desorientada.
ciano empezó a cantar sobre ella. Luego sumergió en su interior Le conté a Amold partes de la historia y cómo el cesto
la mitad de una cáscara de coco y me la entregó. El líquido del matrimonio se había convertido en una obsesión. Debió de
olía y tenía gusto a vómito. Me forcé a beberlo y devolví la haber sonado como una pesadilla.
copa. El anciano tomó un trago y me dijo que el efecto duraría "Hasta ahora lo (mico concreto que obtuve es mi pendiente.
sólo seis o siete horas, pero cuando amaneció el segundo día y Lo dejé en casa, pero te lo mostraré en otra ocasión. Espero
yo seguía volando, supe que estaba en problemas. que todo esto no te parezca totalmente absurdo, Amold.
Amold reía, pero yo no. . -Vamos, Lynn. ¿Qué. otra cosa existe sino la búsqueda?
-¿Qué aprendiste? -pregunté. -Supongo que tienes razón.
-Lo que aprendí fue por observación y difícil de explicar. -Pero hay cosas que todavía no entiendo. ¿Qué es el
Volé a una velocidad asombrosa a través de las vidas de cesto del matrimonio? ¿Qué significa?
personas ... personas que conozco. Las vi interactuar y realizar -Bueno, sólo puedo decirte lo que Agnes me dijo.
rutinas diarias. Sentía que las veía en una dimensión más -Miré los espejos detrás de Amold y vi el reflejo de
importante, como si nuestra realidad presente fuera artificial. mi propia frustración. - Agnes me dijo que el cesto fue
Nos quedamos callados durante varios minutos. tejido por soñadores y que representaba un vacío inexpresa-
-¿No hiciste todo eso nada más que por un guión, ble... el útero en la mujer. Es ley que todas las cosas deben
Amold, no es cierto? nacer de la mujer, incluso lo inventado por los hombres. To-
Amold dobló su servilleta y me sonrió con picardía. das las estrellas nacieron del vacío, y el vacío es la mujer.
-No. La creación inventó al hombre para equilibrar eso. Dijo, pondré
-¿Pero por qué arriesgar tu vida? Lo tienes todo. Debes un hombre dentro de ella. En todo hombre hay una musa
de ganar muchísimos millones por año. Hasta eres feliz. femenina. Agnes dijo que los hombres han tomado el vacío
Amold reflexionó un momento . adjudicándoselo y que, como resultado, nuestra madre tierra
.>t-Quizá sea por 10 que dijo Nietzche: "Lo que no me se encuentra en un estado de gran desequilibrio.
destruye, me fortalece." -Permaneció en silencio un rato y Amold me miraba tijo.
luego me miró con entusiasmo. -Bueno, hablemos de tu -¿El cesto es real o una metáfora?
experiencia. Se te están cerrando los ojos. -No, como te conté, lo vi en una fotografía. El cesto es
Comí un bocado de ternera y me quedé pensando. Lo una realidad. No se trata de una metáfora.

82 83
-¿Pucdo ir a Canadá contigo'? Me encantaría conocer a Arnold se inclinó y me tocó la mano.
tu hechicera. -Escucha, ¿no te das cuenta de lo increíble que esto es
-Ojalá pudieras ir. Tendría mucho menos miedo si para ti'? Te han hecho un regalo extraordinario. No 10 cuestiones.
estuvieras allí conmigo. Observa a esas personas alrededor... 10 mejor de Hollywood.
-¿Existe algún motivo que me lo impida'? Eché un vistazo a la gente circundante. En el favorecedor
-Me dijeron que las enseñanzas son sagradas, y que ambiente de La Famiglia, los comensales parecían serenos.
debo ir sola. -¿Qué diablos han logrado en sus vidas't-preguntó
Amold me observó con incertidumbre y tomó un trago Amold, apretándome la mano y sonriendo-. ¿Y qué has hecho·
de su café expreso. Bajó la taza. tú con la tuya? Pero ahora tienes una posibilidad ·única. Si
-Prefiero vérmelas con Agnes y con el vino de la muerte eres lo suficientemente afortunada para haber sido escogida
antes que con ciertos jefes de estudio que conozco. por el destino, maldita sea, no desperdicies tu suerte.
Reímos. La conversación se interrumpió un momento. -Creí que me querías viva, Amold.
Respiré hondo y comenté: -No viva. Sino viva de verdad. Tienes que descubrir
-¡Esos sueños me han asustado tanto, Amold! tengo q)..té significa realmente esta obsesión -dijo-. Y apuesto ~
que olvidarnle de todo este asunto espantoso ... de alguna que descubrirás que el cesto del matrimonio puede salvarte.
tornla, no sé cómo. Me perturba demasiado. Si vuelvo con -Eso espero.
Agnes temo que mi vida, tal como la conozco, se acabe. Aún -Tómate un avión mañana mismo -sugirió Amold
tengo muchas cosas que hacer aquí. Debo ir a una subasta más tarde, mientras nos marchábamos-o Estoy ansioso por
impurtante en Nueva York y, además, mucha gente cuenta enteramle de lo que sucederá. Llámanle en cuanto regreses ...
conmigo. No puedo abandonar todo por un capricho para ir en si es que regresas.
pus de una obsesiÓn. -Tomé mi vaso y bebí un sorbo. -Gracias, Amold ---<lije riendo y me despedí de él con
Amold parecía sorprendido. un beso.
-*-No puedes desperdiciar esta oportunidad, Lynn .. Tus Conduje mi auto resuelta a reservar un pasaje en cuanto
sueños son mensajes. Deja de actuar como una tonta y piensa llegara a casa. Pero mienu'as avanzaba por Beverly Orive,
en lo que estás diciendo. ¿Subastas, personas que cuentan empecé a recordar lo que había experimentado en manos de
contigo'? ¿Acaso el verdadero fantasma que te tortura no es tu Agnes y Ruby. Me pregunté si yo no sería más que otra tonta
propio temor'? dejándose llevar por una farsa. Una vez en casa, me senté en
Los ojos se me llenaron de lágrimas. el living a sopesar todo eso. Tenía puesto el pendiente de asta
-Podría morir, Amold. y turquesas. ¿En qué momento me lo había puesto? Me lo
-¿ Y qué? Debes enfrentarlo. Arriesgarte. Tienes que ir quité y lo estudié con atención. Era lo único tangible de todo
a Canadá. Lo sabes. ese sueño.
Me costaba muchísimo admitir que Amold tenía razón. Después de lma ducha rápida, me metí en la cama, dejando
-No. no lo sé. expresrunente el pendiente junto al lavatorio en el baño. No

R4 X5
apagué la luz del dOnllitorio y soñé con el cesto del matrimonio.
Caminaba hacia él, pero al alcanzarlo, Agnes se encontraba en
su lugar.
-Ahora debes venir. Es hora.
-Sí -respondí sin vacilar.
La tigura de Agnes se disolvió y donní plácidamente.
A la mañana, el pendiente estaba en mi oreja, pinchándome Es ley que tOlÚJS la cosas deben nacer de la mujer. inclu-
la mejilla cuando desperté. Esta vez supe con certeza que sive lo ¡m'entado por fos hombres.
estaban sucediendo cosas anonnales. Pensé en el sueño en
tanto contemplaba el pendiente en la palma de mi mano. Agnes Agnes Alce Veloz
había dicho que era un objeto de transición. " un puente
extendiéndose de mi mundo hacia el de ella.
Levanté el teléfono y reservé un pasaje para volar de
regreso a Canadá, y a Agnes, inmediatamente. Me alegró ver .la tienda Crowley. Estacioné frente a la
puerta, apagué el motor, me bajé del auto y cerré la
puerta con fuerza. Tres niños cris con pelo negro y caras
redondas me miraron tijo un momento y luego echaron a
correr hacia el río.
-¡Rápido! ¡Rápido! -gritaban.
Al otro lado de la calle, varios ancianos estaban sentados
en el banco de la oficina de correo local. Se comunica-
ban entre sí por medio de gestos... deduje que yo era blanco
de alguna broma privada. Pretendí no danne cuenta y empujé
la crujiente puerta de alambre. Los papeles en la pizarra se
movieron y pennanecí de pie frente a los estantes de comida
barata y herramientas de ferretería.
El dueño de la tienda se encontraba detrás del mostrador
delantero junto a la caja, los brazos cruzados sobre una camisa
vaquera bordada con rosas. Se movió nervioso y escupió jugo
de tabaco.
-¿Dónde está el atún? -pregunté.
-Allí atrás -indicó, señalando la parte posterior del
negocio.

87
Recorrí la tienda seleccionando comestibles ... manteca -No ... no fumo -balbucí.
de maní, pan, jalea, etcétera. -Oh, no importa. Llévelo igual. .. ¿quiere? -se obs-
.. ¿Encontró a la vieja Ruby la última vez que estuvo tinó y trató de sonreír.
aquí? -preguntó el hombre mientras yo estudiaba una lata de -Gracias -dije, molesta. No necesitaba tabaco en ab-
jugo de manzana. soluto.
-Sí, la encontré. Luego recordé 10 que había dicho Hyemeyohsts Storm en
El rostro del dueño era pasivo y volvió a escupir tabaco. cuanto a que el tabaco era sagrado para los indígenas ameri-
-:-Espero que sepa 10 que está haciendo. canos. Puse los cigarrillos con el resto de mis víveres y el
-Lo sé. dueño regresó detrás del mostrador.
-De veras lo espero. -Se inclinó hacia adelante, apo- Coloqué los comestibles en el baúl del auto, me subí y
yando los codos sobre el mostrador. -No quiero asustarla tomé por la autopista. Conduje con lentitud para contemplar
pero yo tendría mucho cuidado. Algunas muchachas que van las sencillas casas de madera, los autos viejos y los edificios
allí. .. no me retiero únicamente a muchachas blancas ... in- deteriorados.
dias también ... pierden la razón. Uno cree que saben 10 que Más adelante, vi dos hombres caminando al costado del
están haciendo y la próxima vez que las ve, parecen muertas carnino, los mismos dos que se habían quedado mirando mien-
por dentro. No sería la primera vez que pasa algo así. Es muy tras yo cambiaba mi goma. Me detuve junto a ellos y bajé la
peligroso bromear con una mujer como Ruby. ventanilla.
-No estoy bromeando con Ruby. La mujer que vine a -¿Quieren que los lleve? -pregunté-o ¿Me recuer-
ver esta vez se llama Agnes. dan?
El hombre palideció y casi se atragantó con el tabaco. -Por supuesto que la recordamos -respondió el más
-¿Agnes Alce Veloz? alto, riendo. Subieron y se acomodaron en el asiento trasero.
-Sí. Parecía que hubieran estado esperando que yo apareciera por
Parecía asustado. allí.
-¿La conoce? -¿Cómo se llaman? -pregunté.
-Sí. -Él eS'Ben y yo soy Drum ---contestó el más alto.
Se enderezó y adoptó una expresión de disculpa. -¿Ben y Drum, eh? Parece que siempre nos encontra-
-Tome esto -dijo, agitando un cartón de cigarrillos-o mos.
Sólo estaba bromeando con respecto a Ruby. Silencio.
El cambio de actitud me dejó atónita. La mera mención "Me enfurecieron la última vez cuando no quisieron ayu-
del nombre de Agnes aterró a ese indio de edad madura. Dio la danne a cambiar la goma ---comenté.
vuelta al mostrador, aún blandiendo el cartón de cigarrillos. Más silencio. Ben y Drum no eran muy conversadores.
"Vamos, tómelo -insistió gritando, depositando los ci- "¿Cómo han estado? -inquirí.
garrillos en mi mano. -Bien -dijo Drum.

88 89
Se hizo otro silencio incómodo, pero yo empezaba a choza de Ruby Jefe Próspero y después seguir a pie.
disfrutar del paisaje. Respiré hondo el aire fresco y comencé a Ben y Drum rieron burlonamente.
re 1ajanne. -No es necesario -dijo Ben-. Hay un camino vecinal
Drum se inclinó sobre el asiento de adelante y susurró: que lleva a lo de Alce Veloz.
-Detén el auto, Lynn. -¿Dónde queda? Agnes nunca me lo mencionó.
-¿Qué? -dije, apretando el freno-o ¿Eh? Drum se inclinó y apoyó los codos sobre el asiento de-
-Mírame -dijo él-o Véme. -Puso la mano plana lantero.-No me extraña. Agnes ni siquiera te daría la hora del
debajo de su boca, como si fuera a soplar polvo en mi día. Es una bruja. Todos lo saben.
cara. -Estoy mirando el rostro de un diosa. -El camino es allí -dijo Ben, señalando--. Dobla a la
-¿Qué demonios estás diciendo? izquierda, te dejará a cien metros de la cabaña.
-Nunca he contemplado tal celestial belleza -prosi- -Agnes Jamás me habló de un camino vecinal. •
guió. Sus ojos adquirieron un brillo extraño y parecía soplar -Esa vieja bruja -comentó Dnun, todavía apoyado en
las palabras hacia mí. No se trataba de un intento de seduc- el asiento delantero--. Una persona como tú no debería estar
ción... S\,l expresión era impersonal. Comenzó a hablar con un .aquí. ¿De dónde eres?
ritmo familiar-o No es cri, Lynn. Estoy hablando una lengua -Beverly Hills, California.
de hace mucho tiempo. Lleva tus ojos hacia el centro de mis Drum sonrió.
palabras. -¿Donde viven todos los artistas de cine?
En una ocasión, cuando tenía ocho años, en un negocio -Algunos. .
que vendía animalitos vi a un hombre alimentar una víbora -¿Eres una artista? -preguntó Berí.
con un ratón. Éste se paralizó justo antes de que la víbora lo -No.
mordiera, reconociendo su muerte y sometiéndose a ella. Las Drum se reclinó.
indescriptibles palabras de Drum eran la respuesta a ese enigma -Pensamos que deberías regresar a tu casa.
y ahora, yo también me rendía. -¿Porqué?
Recurrí a toda mi voluntad para salir de ese estado. Em- -Bueno, la última chica blanca que vino por aquí fue
pecé a gritar. encontrada estaqueada a un hormiguero.
-¡Por favor, para! ¡Para! -Muy gracioso -dije.
-¿Parar qué? -preguntó Drum. Sus ojos cambiaron. -Deténte. Nos bajaremos en esa bifurcación.
-Luz verde, señorita -dijo Ben. Me salí del canlino y detuve el auto. Ben y Drum em-
Temblando, continué manejando, a los sacudones y pezaron a bajarse. Drum se detuvo con un pie fuera del coche.
traqueteando. Drum se reclinó en su asiento y me ignoró. -Vivimos en ese sendero -explicó--. Si necesitas ayuda
"¿Adónde vas? -preguntó Ben. o lo que sea, ve a buscarnos. Nos encargaremos de la vieja
-A casa de Agnes Alce Veloz -respondí, todavía tra- Agnes.
tando de despejar mi mente-. Tengo que dejar el auto en la -Sí, claro que nos encargaremos de ella -rió Ben.

90 91
-¿Cómo te enteraste de que los recogí?
-Bueno, gracias -respondí-o Si resulta ser una bruja,
Sin contestar, Agnes se volvió y entró en la cabaña. La
vendré enseguida.
seguí, intentando disculparme. Apartó una silla y la señaló.
-Trabajamos para un tipo blanco -indicó Drum~. Es
-Siéntate.
bastante astuto. Deberías conocerlo. Le gustan las mUjeres
Me senté.
bonitas. -Cerró la puerta con fuerza. - y él a ellas también
La mesa estaba cubierta con varias hierbas que Agnes
-agregó. . , , empezó a atar en manojos.
-Nos vemos -gritó Ben-. No aceptes nmgun bufalo
"Habría sido lo mismo que hubieras ido a casa de Perro
de madera.
Rojo y anunciado tu llegada. Es una suerte que lleves puesto el
Juntos emprendieron el camino por el sendero que con-
pendiente, podrían haberte matado.
ducía a las distantes colinas verdes. Permanecí sentada varios
-¿Cómo? -pregunté, estupefacta.
minutos con el motor prendido y una sensación rara en el
-Los hechiceros nunca matan a nadie. Hacen que las
estómago. Traté de razonar lo que había s~cedido. Un i~dio
personas se maten a sí mismas.
con ojos fogosos de pronto empezó a decIr cosas extranas,
-¿Cómo? -pregunté.
estuve a punto de desmayarme y me sentí muy, c~rca de la
-Si un hechicero tomara un arma y te disparara, per-
muerte... demasiado cerca. El incidente era escalofnante.
dería poder. Te fuerzan a matarte a ti misma o buscan a otro
Suspiré y conduje despacio por el camino de tierra. El
.Jfpara que lo haga.
sol calentaba a través del parabrisas. La ruta serpenteaba entre
Le relaté la extraña experiencia con Drum en el coche.
colinas verdes y ondulantes y moría en un precipicio de roca.
-¿Puedes explicarme eso? -inquirí.
No vi ninguna cabaña, pero había un sendero estrecho que
-Drum te estaba recordando. Retrocedió a uno de tus
rodeaba un costado de una colina, y lo seguí. Tal vez después
círculos de vida previos, o encarnaciones.
de todo no me llevara a la cabaña de Agnes.
-¿De qué estás hablando, Agnes?
Justo debajo de mí, sin embargo, divisé su techo de
-Drunl trató de empujarte al otro lado antes de tu hora.
chapa y el humo ascendiendo por la chimenea. Comencé a
Jamás habrías regresado ... eres demasiado débil. Tu pendien-
correr colina abajo, casi saltando, di la vuelta a la cabaña y me
te impidió que cruzaras. Tuviste suerte esta vez.
topé con ella. Me miró furiosa, con su rostro oscuro... airado.
-¿Quieres decir que Drum podía matarme solamente
Me detuve en seco.
hablándome?
-Esos dos hombres que recogiste eran aprendices de
-Sí, y casi lo logró. Tienes que despertar y mantener los
Perro Rojo. Debiste haberme contado que los viste la última
ojos alertas. Los soñadores deben de creer que tienes poder,
vez.
pero no puedo imaginar cuál podría ser.
-¿Cómo diablos iba a imaginar quiénes eran?
Mi entusiasmo por esa aventura se estaba desvane-
-Ben y Drum te fumaron para tomar tu poder, pe~o
ciendo.
descubrieron que no tenías nada, al menos por ahora. Eres mas
Agnes se puso de pie y colgó los manojos de hierbas en
estúpida de lo que pensé. Has cometido tu primer error.
93
92
distintos clavos sobre la pileta, hundió un jarro de lata en un -¿No tienes un congelador o una heladera?
balde de agua y bebió un trago. Luego se volvió y me miró. -Tuve una grande este invierno.
"Cuéntame exactamente qué ha ocurrido entre los Intló mi colchón de aire y 10 colocó sobre el piso mi-
aprendices de Perro Rojo y tú, desde el principio. rando en la misma dirección que su cama. Después desenrolló
Le conté todo lo que recordaba del primer encuentro,
mi bolsa de donnir y la acomodó sobre el colchón de aire.
cuando Ben y Drum se acercaron mientras yo trataba de cam-
Vació las bolsas de comestibles y puso cuidadosamente las
biar la goma de mi auto. También le di detalles de nuestro latas de comida sobre el estante. Yo quería ayudar pero sabía
segundo encuentro. El rostro de Agnes permanecía it~pávido. que estorbaría. Cuando tem1Ínó, descolgó su chamarra de lana
-¿Por qué no me mencionaste el sendero vecmal hasta
de un clavo en la pared y se la puso.
tu cabaña? -quise saber. ' "Quiero que me lleves en auto a casa de Ruby a buscar
-¿Mencionártelo? ¿No lo sabías? Todavía te falta mucho
mi maraca. La traeremos aquí y trabajaré contigo. Mi maraca
por aprender -dijo sacudiendo la cabez.a. , tiene algo de poder medicinal. Veo un problema en ti y nece-
Cuando salimos para descargar mIS cosas, note que una sito la maraca para resolverlo.
de las puertas del auto estaba abierta., Pero el auto no andaba. El motor giraba pero se negaba a
-Nunca dejo una puerta abierta --comenté-o Es ex- arrancar.
traño. "Creo que tendrás que can1Ínar -acotó Agnes en tono
Fuimos hasta la parte posterior del coche y abrí el baúl. práctico. Todos los indios parecían fijar la vista hacia adelante
-¿Qué es eso? -preguntó Agnes con las manos en las cuando estaban en un auto-. Puedes ir mañana. Espero que
caderas. Estudió con frialdad mis dos valijas, el bolso de no sea demasiado tarde. Necesitas el poder de la maraca con
maquillaje, el colchón de aire, la bolsa de donnir y las ~es bastante rapidez. Deberías ir a buscarla ahora, pero es peli-
bolsas de víveres. Tomó dos de las bolsas, el cartón de cIga- groso andar de noche. Además, no estás acostunlbrada a la
rrillos asomando por arriba debajo de su mentón. Caminó de oscuridad, ¿verdad?
prisa hacia la cabaña y la seguí con mis dos maletas. Las -¿Yo'? ¿Canlinar por estos lugares de noche? Ni loca.
deposité en el interior y regresé por el resto de las ~osas. -La perspectiva era atemorizante.
Cuando volví, Agnes había puesto sobre la mesa el kIlo ,de -Bueno, vamos. Bajémonos.
helado de chocolate ahora convertido en un gran charco marran. Regresamos a la cabaña. Agnes no se quitó el abrigo .
Me miró con extrañeza. .. Tendrás que quedarte sola esta noche. Tengo que asistir
-No se me ocurrió que se derretiría tan rápido -aduje. a una reunión de hechiceros. Puedes partir para lo de Ruby a la
-Tenías que ser una wasichu -dijo ella. mañana, cuando yo vuelva.
Tomó una cuchara y comió un poco del helado líquido. -¿Sola... aquí'?
Cuando tenuinó, arrojó el envase por la puerta. -Sí, vete a dom1Ír. No olvides cerrar la puerta con
"Bastante bueno -manifestó-o A los perros les gus- llave ... aunque no sirve de mucho. De tanto en tanto, Perro
tará. Rojo merodea por aquí durante las noches.

94 95
Me estremecí. Siempre me encantó el estallido de luces, pero en ese
"Ojalá tuviéramos mi maraca -añadió Agnes con momento no.
seriedad-o Manténte alerta. Encendí la otra lámpara, caminé y actué alegremente, y
Me acerqué a la ventana y la observé desaparecer colina me volví a lavar la cara con agua fría.
arriba. Si llegara a suceder algo, no tenía forma de salir de allí -¿Qué demonios es eso? -<lije en voz alta.
excepto a pie. Prendí una lámpara de querosén, contenta de Había oído un gruñido preciso, seguido de un sonido
habernle acordado de traer conmigo unos libros y el dia- como el de un animal grande arrastrándose por la maleza. Me
rio. Me quité el maquillaje con agua, me desvestí y me metí desnudé en cuatro segundos exactos y salté dentro del seno
dentro de la bolsa de dormir. La lámpara estaba cerca de mi protector de mi bolsa de dormir. No satisfecha, me levanté con
cabeza, abrí mi diario y me dispuse a escribir el registro del rapidez y puse las dos lámparas una a cada lado de la
día. bolsa. Se estaban quedando sin querosén, pero estaba demasiado
Al cabo de un rato, sentí olor a humo. La cocina estaba asustada para ponernle a buscar más y pennanecer más tiempo
emitiendo un sonido sibilante. Bajé mi cuaderno y temblé fuera de la bolsa de dormir. un lobo, o un coyote, empezó a
dentro de la bolsa tibia. Otra ~ez me estaba dejando llevar por aullar en la distancia. .. su canción pavorosa parecía estar
mis pensamientos. aproximándose. El viento sacudía el techo de chapa ... creí
Me di cuenta de que si Perro Rojo irrumpía en la choza, que se volaría. La cabaña vibraba y gemía, y me pareció ver el
yo quedaría atrapada en la bolsa de dormir. Me levanté, me rostro de un hombre mirándome por la ventana. Oí un crujido
vestí y me senté a la mesa en una silla desvencijada. Las como el de huesos de un pájaro al ser comido por un perro.
ventanas oscuras reflejaban" el ala de búho y la maraca col- Ambas lámparas comenzaron a chisporrotear y a titilar.
gando en la pared opuesta. Ocasionalmente, las luces del -¡Agnes! -grité.
norte ondeaban a través del cielo, entonces, un gran res- Las lámparas se apagaron con un minuto de diferencia.
plandor se cernía sobre la cabaña, como las luces Las luces del norte se movieron velozmente a través de las
distantes de una ciudad sitiada y en llamas. Los árboles junto a paredes y dos ojos brillaron debajo de la cama de Agnes. Me
la cabaña eran contornos oscuros y aterrorizantes que se cubrí la cabeza con la bolsa y me dormí.
mecían y frotaban en una danza ominosa. Un búho, posado en -Sabía que necesitabas la maraca del poder. Levántate,
10 alto de una rama desnuda, ululaba. Podía ver su silueta idiota. La puerta estaba abierta de par en par. Esos diabólicos
plumosa. se llevaron tu ropa.
El viento adquiría velocidad afuera y un gruñido oca- Desperté sobresaltada.
sional hacía vibrar la cabañá. De vez en cuando, algo caía Agnes rió con perversidad.
sobre el techo de chapa... tal vez una piña. Cada ruido pene- "Se llevaron todo 10 que posees. Se llevaron tu ropa. Se
trante me sobresaltaba. Varias sombras oscuras en la habi- llevaron los comestibles. Se llevaron todo.
tación acechaban cada vez más cerca a medida que las luces Haces de luz se filtraban por las ventanas. Estaba ama-
del norte comenzaban a apagarse. neciendo. Me puse de pie de un salto, desnuda.

96 97
-¿Quiénes? -grité-o ¿Qué se llevaron? -Bueno, por lo menos no te cortó el cuello. Cualquier
Mis dos valijas habían desaparecido. Mi cartera Gucci otro lo habría hecho.
estaba abierta en el piso con el forro desgarrado. Había tarjetas -Esto es espantoso -lloré, considerando la horrorosa
de crédito y dinero desparramados por todas partes. Incluso situación-o Soy capaz de suicidanne.
faltaba mi bolsa de maquillaje. -¿Por qué no 10 haces? -preguntó con seriedad.
"Oh, no -gemí. -¿No te importaría si 10 hiciera, verdad? --(;ontesté
-Al menos no fueron tan tontos como para llevarse algo haciendo pucheros.
mío. -Me importaría porque les fallarías a los soñadores. De
Me senté a la mesa, me tomé la cabeza con las manos y 10 contrario ... -Se encogió de hombros. -Puedes matarte o
advertí que me habían cortado un mechón del flequillo. Corrí enfrentar la realidad. La realidad es que eres una estúpida.
hasta el pequeño espejo sobre la palangana. Ven, siéntate y bebe un poco de té.
Agnes se palmeó el muslo y rió. Yo estaba furiosa.
-Mira mi cabello, Agnes. Me lo arruinaron. -De acuerdo, Agnes, todos se lo pasan hablando de los
Agnes sonreía. . ~oñadores. Lo menos que puedes hacer es informarme.
"¿Quién lo cortó? ¿Qué pasó anoche? -Me sentía como ¿Qué o quién es un soñador? Creo merecer algunas res-
una niña desnuda de pie en una habitación llena de extraftos. puestas.
Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas. -Sí, no hay motivo para no empezar de una vez. Es-
Agnes me entregó una camiseta vieja, unos vaqueros cucha con atención, Lynn, pues estos son secretos. -Se puso
gastados enormes y un pedazo de soga para usar como cin- cómoda en la silla. Su actitud cambió sutibnente. -Un soñador
turón. Había puesto las zapatillas debajo de mi almohada y me es alguien que sabe cómo entrar y salir a voluntad del círculo
alegró ver que todavía estaban allí. sagrado.
"¿Por qué? -pregunté después de atanne la soga. -¿A qué te refieres con círculo sagrado?
-Fue un golpe de poder. Perro Rojo lo hizo para humi- -Los círculos sagrados, que son siete, están controlados
llarte. -Se acercó y recogió un mechón de pelo. -Si Perro por los poderes de los kachinas. El primer círculo es la vida
Rojo me lo hiciera a mí, ganaría honor. Pero contigo, quizá diaria normal, el mundo en el que vives y la forma en que 10
sólo lo hizo por diversión. -Dejó caer mi cabello. percibes comúnmente. El segundo círculo es el sueño. El ter-
-¿Perro Rojo? -pregunté mirando a Agnes con ojos cer círculo es donde van los soñadores. -Reflexionó un mo-
desorbitados. mento y añadió: -Debo traducir del indio. Se llanla caminar a
-Sí, el muy maldito perro. Un día de estos le pondré un través del paso entre los mundos. Comprende esto, tú sólo vas
poco de veneno. entre los mundos. Si estuvieras en ellos serías espíritu, y a eso
-¿Quieres decir que Perro Rojo entró aquí en mitad de 10 denominamos muerte.
la noche y robó todo? -Miré el candado de hierro sólido en la -En otras palabras, los soñadores ¿han venido a mí en
puerta. el segundo círculo y me han llevado entre los mundos?

98 99
-Así es, pero aún no tienes el poder para recordar nada samientos. Tenía que mantener mi mente despejada y tratar de
excepto tus sueños. aprender algo. Corrí a lo largo del sendero cerca de la orilla
-¿Pero por qué vienen a mí? florida del an·oyo. Podía oír el ruido del agua revuelta y ver la
-Porque consciente o inconscientemente, has pedido el luz del sol filtrándose entre los álamos. Todavía estaba im-
poder. pregnada con olor a leña quemada. Lo llevaba como perfume.
-¿O sea que debería tener más cuidado con lo que Caminé y troté durante tres horas hasta que divisé la
pido? -Pensé en todos los años que había pasado estudiando choza de Ruby a la distancia. Me detuve con el estómago
misticismo sin propósito. revuelto.
-Escucha, chica -dijo Agnes, sirviendo el té y adop- Cuando comencé a caminar de nuevo, oí el débil trinar
tando una actitud más alegre-o Perro Rojo te conoce. Es de una flauta arrastrado por el viento. Al acercanne, el sonido
probable que te humille otra vez. Quiere que regreses al lugar se intensiticó.
del que viniste. Será mejor que vayas a buscar la maraca Una joven delicada estaba sentada en el porche de Ruby.
a casa de Ruby Jefe Próspero antes de que hagan algo peor que Soplando el instrumento. Su cabello era negro azabache y le
humillarte. llegaba hasta la cintura. Era hennosa. La, saludé con una mano
Tomamos el té y comimos algo. pero no reaccionó. Le grité, pero continuó tocando la flauta.
-¿Recuerdas el camino a lo de Ruby? -Suena muy bonito -dije al llegar al porche.
-Sí -contesté-o ¿Cómo podría olvidarlo? La niña prosiguió tocando.
-¿Ahora que sabes qué puede pasar, deseas regresar? "Dije que suena muy bonito.
-No -repliqué enojada. Sopló las mismas notas.
-Bueno, más vale que tengas cuidado. Perro Rojo quiere "¡Eh! -exclamé.
divertirse contigo. Lo de anoche no es nada comparado con lo Me arrodillé frente a ella y la miré a los ojos, pero no
que es capaz de hacerte. dejó de tocar las mismas notas enloquecedoras. Agité mis
Tragué saliva y me aclaré la garganta. manos frente a su hennoso rostro oval. Sus ojos oscuros eran
-¿Me acompañarás? inexpresivos y no registraban. Su cuerpo estaba rígido como
Agnes se cruzó de brazos. . una piedra. Recordé lo que había dicho el dueño de la tienda
-Ve de una vez. en Crowley acerca de las muchachas que visitaban a Ruby.
Dejé la cabaña y empecé a caminar rápido hacia lo de Ruby irrumpió fuera de la cabaña.
Ruby, sorprendida de cuánto había olvidado el terreno. Era -Deja de molestarla. ¡No servirá de nada!
consciente de 10 absurdo de mi vestimenta y reí de mí cuando Retrocedí sobresaltada.
una ráfaga de viento hinchó los gastados vaqueros alrededor "No le hables a July. No te entiende.
de mis tobilIos. La soga colgaba de mi cintura y golpeaba Me estremecí. La chica tenía la vista fija hacia adelante,
contra mis muslos. Pensé en mi vieja amiga Cirena y en cómo y tocaba una y otra vez la misma melodía.
reiría si pudiera venne, pero no podía pennitinne esos pe n- "¿A qué has venido, wasichu?

100 101
-Agnes me envió a buscar su maraca. "Parece que aquí te falta algo -rió-. ¿Quién diablos te
-¿Qué maraca? lo cortó?
-Dijo que la necesitaba para ayudarme. -Perro Rojo.
-No tengo su maldita maraca. ¿Por qué no vino ella? Rompió a reír histéricamente, se palmeó la pierna y se
-No lo sé. encogió.
Ruby me miró con disgusto. -Perro Rojo es un hombre rudo --dijo, enjugándose
-Debe ser la maraca de la lluvia. Querrá que se la los ojos-o Escucha, te estoy haciendo un gran favor al pres-
preste. No sé si debo dártela. Es muy peligrosa. tarle mi maraca a Agnes. Ahora quiero que tú me hagas un
-Agnes dijo que necesitaba su maraca -balbucí. pequeño favor. Lleva a July de regreso contigo y dile a Agnes
-¿Bueno, estás segura de que quieres arriesgarte? de mi parte que la cuide un par de días. -July seguía tocando
-¿Arriesgarme a qué? la flauta.
-A la muerte. ¿A qué otra cosa puede arriesgarse? Si la -Seguro, lo haré con gusto, Ruby ~ontesté-. ¿Al-
maraca de la lluvia toca la madre tierra en determinada forma, guna vez para de tocar?
morirás. Si no es consolada antes del anochecer por alguien- -Jamás. Y no se te ocurra quitarle la flauta. Eso sería su
que-sabe-cómo, invocará espíritus para matarte. Si te confío fin. Me está volviendo loca. Por eso quiero que Agnes la
mi maraca y cometes un error, nada en el mundo podrá impe- cuide.
dir tu muerte. ¿Estás segura de que deseas arriesgarte? La flauta seguía sonando.
-Agnes me dijo que la buscara. -¿Puedes hacer que venga conmigo?
Era evidente que a Ruby le desagradaba la situación. Ruby puso de pie a July y le habló en cri.
Tenía el entrecejo fruncido y advertí que no miraba direc- -Irá contigo -afirmó.
tanlente a nadie. Recordé que era ciega. Ahora había dos Ruby me trajo un sándwich de manteca de maní y un
personas que parecían no verme. vaso de jugo, y me explicó qué hacer. Pasara lo que pasare, la
July volvió a tocar su flauta y Ruby clavó la mirada a lo maraca de la lluvia debía estar en manos de Agnes antes del
lejos. anochecer. Me despedí y, con July detrás de mí tocando la
-Te traeré la maraca --dijo. Volvió a la cabaña y re- flauta, emprendimos el camino a la cabaña de Agnes.
gresó al cabo de un rato. Aferré la maraca contra mi pecho con las dos manos.
"Aquí la tienes --dijo y me la arrojó. Era marrón y Estaba cansada, pero temía detenenne a descansar. El cielo
de veinte centímetros de largo, con diseños tallados en el estaba azul plateado y ya no hacía frío. Caminaba con lentitud,
mango. El bulbo era del tamaño de una pelota de tenis y con cuidado, cada paso era importante. July avanzaba al mismo
se oía el ruido de semillas rodando en el interior. Resultaba ritmo deliberado ... ni más rápido ni más despacio ... siempre
ominosa. tocando las mismas notas.
Mientras la examinaba, la mano de Ruby se extendió y Era media tarde y tenía tiempo de sobra para llegar
palpó mi cabeza. a casa de Agnes. Empezaba a sospechar que Ruby y Agnes me

102 103
estaban tomando por idiota. ¿Cómo era posible que una ma- Se estaba haciendo tarde. Ruby había dicho que si no
raca tu'viera poder? ¿Si la maraca de la lluvia podía matarme entregaba la maraca a Agnes antes de que se pusiera el sol, el
en caso de tocar el suelo en la forma equivocada, entonces por espíritu de la maraca de la lluvia me destruiría. July era capaz
qué Ruby me la había arrojado cuando estábamos en el porche? de quedarse parada para siempre junto al árbol, y no podía
La música me estaba poniendo nerviosa y me dolían los abandonarla. Quizás el cuervo la atraía. Decidí espantar al
músculos. Yo no era tan crédula. Sabía bastante sobre objetos pájaro.
de poder. Había poseído, comprado y vendido muchos de Busqué alrededor y encontré varias piedras. Tuve espe-
ellos. Había magia en su belleza, como la había en toda belleza, cial cuidado de que la maraca no tocara el suelo. Eché el
y ese era su único poder. brazo hacia atrás y lancé la primera piedra, que pasó zum-
Al cabo de una hora, empecé a sentimle aturdida. July bando muy cerca del cuervo. Lo repetí una y otra vez, pero el
seguía tocando y me detuve un par de minutos para esperar a cuervo no se movía de su sitio. Cuando veía venir una piedra,
que me alcanzara. El viento soplaba con más fuerza, agitando se elevaba en el aire y luego volvía a posarse con un graznido
hojas y arena. July canlinaba como en un trance, tropezando furioso. Me di por vencida.
de vez en cuando pero sin Qajar la vista jamás, simplemente -Tenemos que apurarnos -dije tironeando a July de un
siguiéndome. Nunca se equivocaba una nota. No había forma brazo.
de aislarse de ella. Su cuerpo estaba rígido.
La flauta me estaba irritando y comencé a sacudir la "jJuly! -grité-o ¿No comprendes? jDebemos irnos!
maraca. Hice malabares con el mango, pasándomela de una Pero ella continuaba tocando la flauta, con sus ojos to-
mano a la otra y entonces, mientras July y yo nos abríanlos talmente inexpresivos.
paso por el escabroso terreno, empecé a arrojarla al aire y El cuervo graznó sobre nuestas cabezas.
atraparla. Esas viejas no iban a burlarse de mí. Existía la "¡Maldita seas! -exclamé-o ¡Muévete! -Tiré fuerte
posibilidad de que se me cayera, pero no lo creía probable. de su brazo y caí de espaldas. La maraca se soltó de mi mano y
Estuve tentada de dejarla caer a propósito. rodó sobre el suelo desnudo. Creí morirme.
Pero me detuve, asustada. Recordé el mechón de cabello Una gran oscuridad descendió. Un viento frío me azotó y
que me faltaba y concedí a Ruby el beneficio de la duda. el estampido de un trueno vibró sobre mi cabeza. Se desató
Un cuervo voló directamente sobre mi hombro izquierdo, una lluvia fuerte. Un rayo partió el cielo. Alcé la vista hacia
aterrizó en un árbol, plegó las alas y se posó en una rama. July las nubes oscuras que eclipsaban la luz del sol. El aguacero se
paró de caminar y se quedó de pie junto a la base del árbol, sin había desencadenado con tanta rapidez, que sospeché que mi
dejar de tocar la flauta. mente me estaba jugando una mala pasada. Las mejillas de
-Vamos, July -grité. July se hinchaban mientras tocaba. El cuervo se pavoneó sobre
La niña no respondió a mi llamado. la ranla y se alejó volando, y fue como si July hubiera sido
El cuervo erizó sus plumas. liberada. Logré volverla en dirección a la casa de Agnes. Me
"¡Oh, por favor, ven! sentía atomada, como embriagada, y temblaba. Mi corazón

104 105
latía a toda velocidad y me apuré a recoger la maraca. El vien- -¿Te refieres a que le hable a la maraca?
to soplaba con fuerza. Gotas de agua caían de los árboles, pero -Sí. La has ofendido.
la lluvia había cesado. Las nubes resoplaban, grises y enojadas. Estaba tan acobardaba por la súbita violencia de Agnes
A poco de alejamos del árbol, salimos de abajo de las que virtualmente grité.
nubes oscuras. El cielo estaba despejado excepto sobre la estre- -Lo siento. La respeto.
cha isla de terreno donde había dejado caer la maraca. Allí, -No lo sientes -dijo Agnes-. Simplemente la res-
una neblina negruzca y amenazante dividía el cielo. petas.
La t1auta de July seguía sonando interminablemente a -La respeto -atirmé.
mis espaldas. -Mañana regresarás a casa de Ruby y buscarás la ma-
Por fin llegamos a casa de Agnes. Los rayos rojos del sol raca correcta. Trajiste la maraca de la lluvia. Yo quería la
iluminaban el horizonte. maraca madre. La maraca madre es de caparazón de tortuga.
Agnes salió a recibirnos. -¿Quieres decir que tengo que andar todo el camino
-Dame la maraca de la lluvia, pronto -me ordenó-o otra vez?
Estuviste a punto de morir. -Mañana. Ahora será mejor que te vayas a la cama..
Mi corazón laúó con violencia. Le entregué la maraca y Me dormí escuchando las solitarias notas de la flauta.
Agnes corrió con ella hacia el interior de la choza. July
canlinó con cansancio hasta el porche y se sentó con la espalda
contra un poste. Continuaba tocando la flauta.
En cuanto entré en la cabaña, Agnes me dijo:
"Tráeme agua del arroyo. -Me dio un balde.
A los pocos minutos, regresé con el balde lleno de agua.
"Come -dijo Agnes.
Me senté a la mesa y empecé a comer. Agnes se sentó
frente a mí.
"Cuéntame exactamente qué te pasó hoy, sin omitir nada.
Cuando tenniné, Agnes se puso de pie. Con un movi-
miento hábil, me tomó del cuello y me empujó hacia adelante.
Su fuerza me sorprendió. Me dobló la cabeza de modo que
quedé mirando el cesto sobre la cómoda donde había puesto la
maraca de la lluvia.
"Mírala -expresó, aflojando un poco la presión de su
mano- No le apartes la vista. Dile que la respetas y dilo en
serio.

106 107
Esos son bebés muertos que aún no han nacido. Estón
dentro de ti, siempre llorando. Han estado llorando dur-
ante mil años, donde las ruedas de la oscuridad giran
eternamente.

Ruby Jefe Próspero

Empecé a despertar, pero me sentía tan tibia y cómoda que me


demoré en el acogedor mundo de mis sueños. Era demasiado
temprano para levantarse.
Tap tap tap tapo ..
Sentí un ruido como el de una teja floja momvida por el
viento. Creí que el ruido cesaría.
Tap tap tap tapo ..
Finalmente abrí los ojos y me senté con un gruñido. Me
dolían los músculos, en especial las piernas por la caminata
del día anterior, y tenía calambres. Miré alrededor buscando a
Agnes. No había nadie allí.
Tap tap tap tapo ..
El ruido de nuevo.
Miré por la ventana. Había un gran cuervo negro con alas
lustrosas y ojos brillantes golpeando la ventana con el
pico, ladeando la cabeza de un lado a otro y mirándome
fijo.

109
¿Acaso me estaba pidiendo que 10 dejara entrar? Se su- Agnes asintió con la cabeza y ambas reímos. July nos
ponía que los pájaros temían a las personas... y que les daba estaba poniendo nerviosas a ambas.
miedo entrar en una casa. Cuervo voló hasta el alféizar. Se pavoneó un momento y
Tap tap tap tapo .. graznó.
Ahora parecía impaciente. "'-Estoy llena -le dijo Agnes.
De pronto la puerta de la cabaña se abrió y Agnes entró Cuervo graznó otra vez y se alejó volando.
con dos troncos en los brazos. Uno por vez, los echó en el --'-¿Cómo puedes estar llena con un pedazo de pan frito y
fuego de la cocina. una tira de panceta? -pregunté-o Yo no lo estoy.
Tap tap tal' tapo .. -Es una expresión usada entre mi pueblo. Signitica "He
Agnes se volvió y se inclinó hacia adelante, haciendo un comido. Estoy llena". No tiene nada que ver con la comida.
extraño chasquido con la lengua. Después abrió la ventana y Nosotros no nos agradecemos las cosas. Al único a quien hay
rió del pájaro, quien se paseaba por el alféizar de la ventana que agradecer es al noble Gran Espíritu. Significa estoy llena
hinchando el pecho y pavoneándose. Hizo lo que pareció una en mi interior por 10 que hemos compartido. Me siento
reverencia en mi dirección, graznó de modo reprobatorio y bien. Se nos concede una sola merced: elegjr nuestra
voló hasta la mesa en el centro de la habitación. Reí. Estaba muerte. En tu mundo dicen gracias. Gracias es una mentira y
encantada con ese payaso. te aconsejo que nunca vuelvas a decir esa palabra. Pue-
-Él es Cuervo -dijo Agnes-. Lynn, te presento a des hacerlo como un ritual, pero janlás decir gracias en
Cuervo. serio a ningún hombre... te quita poder. Existe una excepción.
-Es un placer conocerte -dije-o Pero creo que está Cuando de veras ves el Gran Espíritu en otro. .. entonces
molesto comigo. puedes dirigirte a ese Espíritu en un acto de gratitud y
-Lo está. Quería entrar a tomar el desayuno -explicó celebración. De lo contrario, olvídalo.
Agnes volviéndose hacia Cuervo con un pedazo de charqui. -Pero me han enseñado...
Cuervo lo picoteó; ahora parecía más dócil. -No me importa lo que te hayan enseñado -me inte-
Salí de la bolsa de dormir, me puse mi ropa enorme y me rrunlpió-. Te han enseñado mal.
senté con Agnes y nuestro visitante a tomar el desayuno. Ret1exioné sobre sus palabras mientras daba un último
Mientras bebíamos café y comíamos, dábamos trocitos de pan mordisco al pan frito.
frito y panceta al pájaro a quien, como buen invitado, se 10 -¿Sabes andar a caballo? -preguntó de pronto.
veía contento y satisfecho. -Sí, a veces lo hago. ¿Por qué lo preguntas?
"Este viejo bandido ha estado desayunando aquí durante Agnes se movía alrededor de la cabaña, ordenando.
años --comentó Agnes-. Tiene un gran apetito. -Debes ir enseguida a casa de Ruby a buscar la maraca.
Me había olvidado de July, pero las notas quejosas y Hoy te acompañaré una corta distancia. Cabalgaremos juntas.
lastimeras de la t1auta quebraron la quietud de la mañana. Me entusiasmé y me apuré a levantar la mesa.
-Oh, no -gemí-o Allí vamos de nuevo. -No sabía que había caballos aquí --comenté cuando

110 111
salimos al. vigorizante aire noneño-; ¿Dónde están? No he uno de los zainos. El animal ensanchó sus ollares y escarbó el
visto ningún caballo. . suelo con una mano.
-Hay mucho que no has visto, Lynn. "Toma la yegua. Es mansa y de paso fimle. Puedes mon-
Agnes dejó un pedazo de charqui junto a July y le susu- tarla cuando quieras. Necesita hacer ejercicio.
rró algo al oído. July seguía tocando la at1auta: Sus ojos Colocamos los cabestros y guiamos los caballos hasta
estaban aún vidriosos, su cuerpo rígido y frío. Parecía tan ~una roca a la altura de la rodilla. Agnes acarició la frente de su
frágil y solitaria, y las notas sonaban como el· grito de un zaino, se tomó de las crines y montó del lado derecho. Su
pájaro pidiendo ayuda ... o como una advertencia. Esa mañana agilidad me sorprendió.
tocaba con una tristeza nueva. -Bueno, Agnes, si tú puedes hacerlo, yo también pue-
"Comerá más tarde-aseveró Agnes. do.
Me hizo señas para que la siguiera y tomamos por el Tomé las crines de la yegua del lado izquierdo y salté,
sendero que llevaba a la cabaña de Ruby. Al cabo de un rato, pero mis pies golpearon el vientre del animal y caí de espal-
nos desviamos hacia el sur y la marcha se hizo más difícil. das. El suelo era duro.
Caminábamos bordeando un tributario del arroyo, cuya agua Agnes me miraba desde arriba, montada en pelo, riendo.
reflejaba un color translúcido verde y azul. Manchones de Me levanté. La yegua me ojeaba soñolienta, obviamente
tréboles y pasto fragantes se extendían alrededor y junto a las preguntándose qué estaba haciendo esa "ojos blancos". Salté
orillas. otra vez, y me volví a caer. Después del tercer intento, me di
"El pasto es muy abundante esta primavera -acotó-o por vencida.
Es bueno para los caballos. -Hazlo de la manera más fácil-dijo Agnes.
Asentí con la cabeza. Llevé la yegua hasta la roca, me subí y por fin me monté.
Había conejos por todas partes, se volvían y nos esqui- Agnes me miró y rió de nuevo.
vaban al vernos cerca y chillaban mientras huían a esconderse -Muy gracioso -dije y pregunté: -¿Por qué montas
entre las rocas. Seguí a Agnes a través de un bajo entre los del lado derecho?
árboles y salimos a una meseta frondosa. -Porque, no hace mucho tiempo, los indios llevábamos
"Esta es la pastura sur -explicó. nuestros escudos medicinales del lado izquierdo.
Me entregó uno de los dos cabestros que había estado Cabalgamos de regreso hacia els endero, sin apuro. Mon-
llevando sobre el hombro izquierdo. Era hermoso. Parecía ser tada en el zaino, con los mocasines colgando, Agnes resultaba
pelo de caballo trenzado. . . negro y blanco. . . con astas de impresionante. Parecía poseer una vitalidad tremenda, y sus
alce. trenzas ondeaban al viento. Los caballos, que todavía conser-
Tres caballos bien alimentados, dos zainos y una yegua vaban el grueso pelo del invierno, eran dóciles y fáciles de
pinta, pastaban cerca del arroyo. Los tres levantaron la cabeza manejar. Estaban desherrados, pero sus cascos se mantenían
cuando nos aproximamos, luego siguieron comiendo. Nos per- en fonlla y sus cuerpos eran muy musculosos. Alguien debía
mitieron pararnos junto a ellos y Agnes palmeó el cuello de de montarlos con bastante frecuencia.

112 113
Mi cuerpo acompañaba el paso del animal y la quieta "¿Qué significa eso? -pregunté, señalando la pila.
mañana era apaciguante. Anduvimos al paso bajo el sol, luego -Estas piedras representan cada una de tus creencias.
a medio galope a través del cañón y hasta un amontonamiento Existe el círculo del mundo y el círculo del yo. Tus círculos
de rocas, siempre hacia el sur. Los caballos resollaron y para- son como nidos que te rodean. . . muy confortadores. Pero
ron las orejas al divisar una manada de animales pastando de- debes reconocer la existencia de esos nidos seguros. Debes
bajo de nosotros. comprender que estás sentada sobre esas piedras como si fu-
Los pájaros gorjeaban alrededor y, en lo alto, graznaban eran huevos y tú la madre empollándolos. Debes comprender
gansos salvajes camino al norte. Un remolino suave de viento que no eres libre puesto que nunca abandonarás tu nido de au-
se extendió por el terreno y descendimos hacia las vacas. toignorancia. -Señaló las piedras. -Allí está tu nido. Si lo
Fuimos hasta el extremo más apartado de la hondonada, des- deseas, puedes pasar el resto de tu vida empollándolo.· Esos
montamos en un área cubierta de trébol oloroso alto y dejamos huevos serán los límites de tu experiencia.
que los caballos pastaran. Tocó el borde de la pila de piedras con los mocasines.
Nos sentamos y sacamos el pescado ahumado y el pan. ''Existe un huevo que harías bien en empollar... uno en
EstábanlOs en medio de \,lna hermosa zona silvestre de armonía con el Gran Espíritu. Es la pi~dra sagrada en el centro
bosques y picos, bajo nubes brumosas que humedecían el del círculo. Empolla la piedra sagrada y empollarás al ave
aire suavemente. Corté un pedazo de pan y comencé a reina que rompe sus garras a través de todas las barreras hacia
comer. la percepción. Ya sea que me creas o no, empolla la idea que
Agnes se volvió. Su rostro se veía rojo amarronado en le círculo del yo es también el círculo del universo. Puesto que
contraste con el día verde y ventoso. eres el ave reina que se remonta eternamente, sin límites,
-¿En qué crees, Lynn? sin fronteras. Sólo el ave reina construye un nido verdadero,
La abrupta pregunta me desconcertó. sin separaciones.
-¿En qué creo? Recogió una de las piedras.
~Sí, cuéntame. -Me sonrió con un brillo especial en ''Esto es parte de ti que cree en la honestidad. Sin em-
los ojos. bargo, únicamente aquel que ha destrozado el huevo de la
-Bueno, creo que debo ser honesta. verdad y la mentira puede ser honesto. Cuidas ese huevo
Agnes rió bajito. Puso una piedra pequeña sobre el suelo maternalmente como si contuviera un niño precioso ... incu-
frente a mí. bas huevos falsos. ¿Puedes deshacerte de estos niños uno por
-Continúa -dijo-o ¿Qué más? uno?
-Creo que debo hacer bien lo mío. -No -respondí-o Mis creencias representan lo que
Riendo, Agnes colocó otra piedra junto a la primera. soy. Representan una especie de verdad para mí. ¿Cómo po-
Le describí todos mis valores políticos y éticos importan- dría desecharlas?
tes. Para cuando temliné, Agnes había formado un montículo -Harías bien. Debes darte cuenta de que no eres libre.
de piedras considerable. Camina por el sendero sagrado y empolla el huevo sin límites.

114 115
-Lo Hltentaré -repliqué. Les haré la pregunta más crucial de sus vidas. --Agnes se
-Dí: "mis creencias no son necesariamente ciertas, aun- interrumpió, se inclinó con dramatismo en el podio y metió el
.que yo crea que 1o son" . mentón hacia dentro para resaltar su estatura. Era una carica-
Repetí la frase y me sentí confundida. Miré la pila de tura: perfecta de un político fanfarrón. No podía parar de reínnc.
piedras y sentí su masa oscura dentro de mí. .. ¿Saben que los de dos pies se las comerán? Vacas del
"De acuerdo -dijo Agnes, poniéndose de pie de un mundo, escúchenme. -Hizo un gesto magnánimo.
salto-o Tus ideas políticas me interesan mucho. Soy una or- "No son conscientes de la conspiración en torno de
ganizadora. Ven. Organicemos. Hay ciertos temas importantes ustedes. ¿Dónde están sus grandes líderes vacunos'! -Levantó
que necesitan ser discutidos. Quiero hacer del mundo un mejor un puño en el aire y 10 agitó, con una expresión de gran
lugar donde vivir. intensidad en el rostro. -No habrá esperanza para ustedes si
La seguí a través del campo. Agnes caminó con agre- no me escuchan. Escuchen bien 10 que voy a decirles. ¿No
sividad hacia la manda de animales, se subió a una roca grande saben que ellos las comerán?
y carraspeó ... no se me ocurría qué pretendía. Abrió bien los Una vaca mugió, como apenas inspirada.
brazos y su voz se convirtió .en la voz imponente de un locutor "Vacas del mundo, podemos construir un imperio libre
de radio. o de un anunciante publicitario. de opresión, trabajando juntas, marchando juntas. -De
-¡Vacas del mundo, únanse! No tienen nada que perder pie sobre una piedra de granito en medio de una manada de
excepto sus cadenas. vacas y estiércol, Agnes alzó los brazos como respondiendo a
Las vacas mascaban el pasto y ni siquiera levantaron la una multitud enfervorizada. Yo lloraba de risa.
cabeza. "Existe un líder, un único líder -gritó Agnes a una
Agnes continuó: ovación imaginaria-o Los de dos pies les han dicho que son
"Escúchenme o morirán. ¿Acaso no saben que ellos las más inteligentes, ¿pero qué es un insignificante dos pies com-
comerán? Un complot siniestro se halla en vías de prepara- parado con vuestra gran fuerza? Es evidente que necesitan un
ción. nuevo jefe, y hoy les he traído uno. -Con estas palabras,
Me senté en el pasto con las piernas cruzadas. . . muy Agnes se volvió hacia mí y me ofreció el podio de roca. Se
atenta, a diferencia de las vacas. Mientras Agnes seguía ponti- sentó, sonriendo con picardía.
ficando, los animales parecían masticar en forma más notable. -Primero deben tomar consciencia de que están en pe-
Casi podía oír los vítores de un público invisible y los carteles ligro -dije con pomposidad. Luego me arrodillé... implo-
de un atestado acto político . rando-. Deben comprender la gravedad de la situación. Yo
"¡Hermanos y hermanas, nadie reconoce la deuda que soy su salvadora. -Me interrumpí unos segundos y continué.-
tenemos con ustedes! Si nos organizamos, podremos intentar un golpe de Estado. Si
Tuve que apartarme del camino de una vaca que pastaba reconocen su gran fuerza, como dijo Agnes, serán las amas del
diligentemente. . mundo.
"Ustedes comparten y dan, pidiendo muy poco a cambIO. Pcnnanecí arrodillada, los brazos extendidos. Por un

116 117
momento, deseé de verdad que me comprendieran. Sentí el cias. Las vi volar para todos lados mientras la manada se
abismo entre la verdad y la ignorancia. Una vaca curiosa se me precipitaba por el medio de ellas. Luego volví la yegua y pasé
acercó pesadamente y husmeó alrededor de mis piernas, luego por encima de la pila ahora deshecha. Las piedras estaban
me dio un topetazo en el trasero con su nariz. Perdí el equili- dispersas y sujeté las riendas para esperar a Agnes. La anciana
brio y caí de cabeza sobre el pasto y el estiércol seco. El movi6 la cabeza en señal de aprobaci6n y sus ojos brillaron
movimiento fue tan sorprendentemente agresivo e inesperado, con alegría.
que volví la cabeza con rapidez para asegurarme de que la -Bueno, Lynn, ¿te sientes extraña ahora?
vaca no me atacaría. Pero se volvió al ver que yo no tenía nada -Sí, me siento extraña.
de interesante para comer y siguió pastando. La escena toda Cabalgamos en silencio hasta el fmal de la pradera. El
era demasiado y me desplomé junto a Agnes. ganado, después de arremolinarse un rato, continuó pastando
Rodamos en el pasto alto, riendo. La actitud juguetona y lánguidamente.
ruda de la anciana me asustaba y fascinaba a la vez, y -Ahora regresaré con July -afmn6 Agnes. Señaló con
me dejé llevar por el intenso olor a tierra. Apoyé las manos la cabeza hacia la cabaña de Ruby, hizo girar el caballo en la
abienas en el suelo y me senté. El pasto estaba húmedo. Barro direcci6n contraria y se alej6 trotando-. Recuerda, la.maraca
y partículas de piedra se pegaron a mis dedos y tuve ganas de madre -grit6 por sobre el hombro.
cubrir mi cara con el barro húmedo y revolcarme en la tierra Había pasado la mayor parte del día con Agnes. Sabía
blanda. Agnes se puso de pie, me alargó una mano y me que no podría ir hasta 10 de Ruby y regresar antes de que
ayudó a incorporarme. Sacudi6 la cabneza y mirándome, ri6 oscureciera.
hasta que las lágrimas se deslizaron por sus mejillas. Del ''Espero que esta noche la luna brille bastante", pensé.
brazo, reímos y caminamos haciendo eses por la pradera sal- Troté hacia el este por el sendero y sobre una colina,
picada de piedras como un par de borrachos ... chocándonos dejando atrás las vacas. Decidí poner el nombre de "Pintada" a
los hombros y simulando perder el equilibrio. Me sentía em- mi yegua.
briagada. -Adelante, Pintada.
"f-Llegamos a donde estaban los caballos y los montamos. Por suerte tenía un andar suave y agradable, pero igual
Tuve que ayudarme con una roca. De improviso, Agnes volvi6 yo sabía que al día siguiente tendría el cuerpo dolorido. El
su zaino hacia las vacas. sendero se estaba volviendo familiar. Lo que ayer había sido
-Ayúdame a arriarlas hasta el otro extremo de la pas- una zona de terror salvaje, hoy parecía despejada y ordenada.
tura -grit6 y se alej6 galopando. Incluso las urracas que me habían asustado tanto ahora se
La seguí a toda velocidad. veían más retozonas. Pintara era capaz de y estaba dispuesta a
A los pocos minutos, las vacas gordas, protestando, avan- mantener un trote incesante... en realidad se asemejaba
zaban en la direcci6n correcta. más a un paso de carrera. Me dejé llevar por su rítmico andar,
-¡Las piedras! -grité a Agnes. formando con el animal una unidad coherente.
Las vacas iban a pisotear mi pila de piedras, mis creen- Llegué a la cabaña de Ruby antes de lo previsto. Deslicé

118 119
una pierna por el anca de Pintada y me bajé. Cuando alcé la parse y el sol reapareció. Observé a un halcón de cola roja
mirada, vi a Ruby en el vano de la puerta. describir un círculo en una corriente de aire. Nos detuvimos
-Bueno, ¿y ahora qué? -inquirió. junto al arroyo y Pintada bebió hasta que la obligué a seguir
-Esta vez he venido a buscar la maraca madre --ex- marchando. Seguía muy enojada por el asunto de la maraca
pliqué-. Ayer me diste la maraca equivocada. madre.
Ruby me miró con furia. La tarde estaba cayendo cuando llegamos a la pastura
-N~ te di la maraca equivocada. Agnes tiene la maraca sur. Desmonté, deseando tener una zanahoria para Pintada.
madre -contestó indignada-o ¿Para qué querría yo la maraca Rodeé su cuello con mis brazos, le rasqué detrás de las orejas
madre? -Tenía las manos sobre las caderas y el viento volaba y se echó y se revolcó en el pasto verde, rascándose el lomo,
su falda roja. en cierta forma tal corno yo hapía hecho antes con Agnes.
-No juegues conmigo, Ruby. He andado todo el camino -Nos vernos, Pintada -dije, agitando una mano.
de vuelta para buscar la maraca madre. Agnes la necesita. Me encaminé hacia la cabaña. Estaba famélica y quería
Debes tenerla. .. ¿no? -Supongo que nú tono sonó desesperado. una buena explicación de por qué había tenido que ir hasta lo
-No llores, bebé. No tengo la maraca lie Agnes. Dile de de Ruby a buscar una maraca que ella no tenía. O~ la flauta,
mi parte que se está volviendo senil. vislumbré por el porche y divisé a tres personas sentadas. Me
Asentí tartamudeando. Ruby giró sobre sus talones y quedé boquiabierta. Ruby estaba sentada con Agnes y con
entró en la cabaña, dando un portazo. Yo estaba furiosa. July. ¿Cómo había hecho Ruby para llegar antes que yo?
Agnes me había enviado en una búsqueda inútil. Me acerqué y dije balbuceando:
y Ruby ... esa loca de Ruby. Me senté en el porche, "Te me adelantaste, Ruby.
deseando con desesperación poder descansar y tomar una taza .:....Torné un atajo --explicó riendo al ver mi expresión
de té. Ruby podría haber sido más hospitalaria. atónita.
El cielo estaba tronando. El sol brillaba detrás de una Levanté la cabeza y miré la copa de los árboles, tratando
masa de nubes, sus rayos se filtraban como flechas de oro de serenarme. Luego me senté en el escalón del porche.
brillante. -No puedes haber llegado antes que yo -aventuré-o
-Adiós, Ruby -grité a la puerta cerrada. Cabalgué siempre hacia el este.
Pintada y yo emprendimos el canúno de regreso. Mar- -Como ves, estoy aquí. ¿Te perdiste?
chábamos a paso regular. La yegua ni siquiera estaba su- Agnes rió. La miré con ira.
dada, excepto en los pliegues de los cuartos delanteros ... su -Ruby dice que tú tienes la maraca madre.
estado era excelente. Había lluvia en el aire y se estaba for- Agnes chasqueó los dedos como si de pronto hubiera
mando una ligera bruma. El viento era fuerte, las crines de recordado algo.
Pintada se agitaban en la brisa y frente a mi cara. Estaba -Oh, tienes razón. Lo olvidé.
ansiosa por llegar. Miraba el cielo constantemente, temiendo -Me enviaste a propósito en una búsqueda inútil -la
que se desatara la tormenta, pero las nubes empezaron a disi- regañé, totalmente indignada.

120
121
-¿Te refieres así? -Ruby se sentó levantando la nariz y
-Una búsqueda inútil'" -repitió Ruby, moviendo l~s la cabeza con afectación. Agnes se sentó frente a ella con las
codos como alas y sacando el cuello como un ganso enoJa- manos entrelazadas en una pose propia de una dama. Los
do-. ¡Honk, honk! ¡Una búsqueda inútil! -Empezó a correr rostros de ambas adoptaron expresiones formales y sus labios
alrededor del porche, graznando y sacudiendo los brazos. Ag- se fruncieron.
nes la miró con desprecio. "De· acuerdo ~ijo Ruby-. Hablemos de mi maraca.
-Basta, Ruby -dijo. -Oh, oh, Ruby, querida. Estás equivocada. Es un tanto
-Entonces devuélveme mi maraca. La maraca madre es molesto que estés tan horrorosamente equivocada.
-A ver, señoras -intervine con seriedad-o ¿De dónde
mía. -Ruby -dijo Agnes, golpeando un pie contra el sue- provino originalmente la maraca en cuestión?
lo-. Sabes perfectamente que la maraca madre es mía. Me la Agnes y Ruby no pudieron continuar con la farsa. Se
regalaste hace cuatro años. . . abrazaron y rieron como dos niñas. Se tomaban el costado y
-No te la regalé. Te la presté. Hay una gran ~Iferencla. saltaban. Comprendí que me habían engañado de nuevo. Todo
-Me la regalaste -insistió Agnes con énfasIs. , había sido una broma.
-Debes de estar perdiendo el juicio, Jamás te regalarla Me alejé disgustada y entré en la cabaña para buscar algo
, mi maraca. Ahora devuélvemela. de comer. Luego salí· y me senté otra vez. Agnes y Ruby
-No lo haré. Es mía -sentenció Agnes. seguían haciéndose las payasas. Ruby estaba fumando un ci-
Permanecí sentada en el porche con ina:edulidad: July garrillo. Lo hizo girar en sus dedos, sopló el humo, lo tiró, lo
tocaba más bajo, con los ojos inexpresivos de SIempre fiJOS en . apagó con el pie y prendió otro.
la distancia. .. 1 Más tarde, al anochecer, los rostros de Agnes y Ruby se
-No, la maraca madre es mía -dIJO Ruby-. Se a pusieron serios de pronto.
troqué a Mujer Nube. . -Es casi hora del crepúsculo -dijo Agnes entregándo-
-Es mía -gritó Agnes-. ¿No es CIerto, Lynn? me un abrigo. T-onÍó su maraca de águila nocturna y Ruby su
-Bueno, sí. Eso me dijiste --contesté-o Pero no me maraca madre de caparazón de tortuga. Dejamos la cabaña;
metan en la discusión. _ afuera, el cielo era rosado, dorado y anaranjado ardiente.
-¿Lo ves? Ahí tienes la prueba -afirmó Agnes, sena- Dimos la vuelta por el lado derecho de la cabaña, a través
lándome. -d" R b de una enorme grieta en las rocas que yo desconocía, y
-¿Así que te pones de parte de ella, no? IJO u Y-o recorrimos un sendero estrecho y traicionero que moría en un
Eso es. Todós en contra de mí. . precipicio. Me aferré al frente de la roca y caminé con cui-
-No me pongo de parte de nadie, Ruby ~xpl1qué-. dado. Luego pasamos a través de un pliegue poco profundo en
¿Por qué no se sientan y 10 discuten ~omo dos adultos? .las rocas hacia una hondonada salpicada con piedras grandes
o', ,

semejantes a ágatas gigantes con franjas naranjas y carmesí.


"En espai'iol la expresión WiTd-goose chase se traduce como "bdsqueda o per- La hondonada nos llevó hasta un angosto reborde de. granito
secución indtil". Li~ralment.e, signifICa "persecUción del ganso silvestre". (N. di la T.)
123
122
con el sonido en el cráter abovedado. Comencé a marearme.
que colgaba del precipicio. Noté marcas de herramientas, una El humo de la artemisa del fuego se curvaba por el suelo y
talla de un animal y un rostro indistinguible. Finalmente, nos subía en remolinos alrededor de nosotras, Agnes y Ruby entra-
abrimos camino hacia abajo, hasta un área circular dentro de ban y salían de las bocanadas grises que olían a cedro. las
las rocas con una cueva en un extremo. Había restos de fuego maracas eran implacables; la oscuridad y el hWllO impene-
y leña fresca apilada en el fondo de la cueva. trables como mi piel. El sonido de las maracas era enorme y
-Prepara la leña para el fuego, Lynn -me ordenó tangible, y yo podía sentir el gusto de su música. Era fuerte y
Agnes. poderosa.
Agnes me mostró cómo colocar los leños y ambas me Agnes se alzó ante mí con su maraca de águila nocturna,
observaron desenvolverme con torpeza. Al fin, Ruby prendió sus ojos brillantes traspasándome. Yo temblaba. Tenía la im-
elfuego. presión de estar volando dentro de la maraca. El ruido era
-Miren el cielo -exclamé. La puesta del sol era ahora ensordecedor. Me latían los oídos y quería gritar. De pronto,
carmesí y rosado profundos en las c~atro direcci?nes. Los me convertí en el sonido y ya no pude contenerlo más. Fue
pináculos de roca y los cedros que CreCIaIl ~n las grIetas arro- como si una represa hubiera estallado, una represa de canción
jaban sombras rojas confundiéndose con s,Iluet.as ne~ras. Me y ritmo. Estallé en una nada roja reflejada en el brillo ardiente
dolían los oídos como si hubiéramos descendIdo CIentos de alrededor de las rocas. Fue como si mi cráneo se hubiera
metros. Agnes me tomó de los hombros y me señaló el partido. La maraca de Agnes me había empujado fuera de mí
crepúsculo ya agonizante. misma. Yo no tenía conciencia de mi ser físico. Miré a las dos
-Esta es la hora en que el mundo cambia --dijo--. El mujeres y me volví una con ellas.
tiempo en que uno puede ser transformado. -Las ancianas Me remonté un momento, luego el sonido de la maraca
empezaron a sacudir las maracas, cantando, ya moverse de un madre de Ruby me atrapó como una mano aferrando mis
lado a otro alrededor de mí. entrañas. Su ritmo incesante me regresó a otro tipo de concien-
'''Eres el fuego central -afirmó Agnes. Se me acercó, cia. El sonido era sibilante. Los cánticos de Agnes y Ruby
agitó la maraca en mi oído, la hizo girar varias veces en tomo ahora parecían muy extraños, remotos. Se me secó la boca.
de mi cabeza y luego se alejó. Una lluvia de chispas rosadas se elevó en el aire, me sentí
-Eres el árbol florido -dijo Ruby~ su rostro era gro- tibia, y mi conciencia se centró en mi estómago. Agnes y
tesco en la oscuridad reciente. Sacudió la maraca de tortuga Ruby desaparecieron e innumerables bebés rompieron a llorar.
junto a mi otro oído y la hizo girar alrededor de mi cabeza, Todos los bebés del mundo se hallaban alrededor y en mí, y yo
luego se apartó con el sonido de una víbora presta a atacar. era una enorme burbuja conteniéndolos. Estaba acostada en el
Ambas repitieron estos movimientos una y otra vez. El suelo.
cielo estaba negro ahora, el fuego amarillo y crepitante. Som- -Esos son bebés mueltos que aún no han nacido --dijo
bras grandes y oscilantes jugaban a lo largo de las rocas altas. Ruby, apoyando una mano en mi vientre-o Están dentro
Las ancianas se convirtieron en oscuras tempestades en la de ti, siempre llorando. Han estado llorando durante mil
noche, saltando y acercándose con sus maracas, rodeándome
125
124
años, donde las ruedas de la oscuridad giran eternamente.
Traté de sentanne. Agnes me envolvió con una manta.
-Hazte cargo de esos niños que lloran -dijo-. Siente
el poder de mujer, de madre, que hay en ti. Eres la ma-
dre tierra misma.
Las lágrimas corrían por mis mejillas. Me sentí purifi-
cada, llena de una fuerza nueva, profundamente feliz. Ruby
apagó el fuego. Agnes me ayudó a ponerme de pie y em- Los guerreros celestiales sonreían cuando un gran gue-
prendimos la marcha de regreso. rrero robaba poder.

Agnes Alce Veloz

Oí el cuervo golpeando en la ventana, luego Agnes la abrió


para dejarlo entrar. Era una forma agradable de despertar. Abrí
los ojos y vi las cimas de las sombrías colinas verdes y las
nubes colgantes flotando encima. Cuervo estaba plegando sus
alas sobre la mesa, parpadeando soñoliento y temblando. El
café tenía un olor estupendo.
-¿Dónde están Ruby y July? -pregunté, sentándome a
desayunar.
-Fueron a caminar ~ontestó Agnes-. Estarán fuera
la mayor parte del día. -Se encogió de hombros. -Al menos
no tendremos que escuchar la flauta de July. Me lastima los
oídos.
Sonreí y asentí con aprobación.
-Dime qué me sucedió, Agnes. No puedo creer lo que
recuerdo.
-Anoche fuiste atraída por las dos maracas, la maraca
madre y la maraca de águila nocturna, dos fuerzas irresistibles.
Tu vida fue hilada como una telaraña entre ellas. En un mo-
mento, pudieron haberte despedazado, pero fue de ellas de

126 127
ouienes obtuviste tu poder. No existe ni una sola parte de ti "Mira en esa dirección -indicó-o Y janlás le confíes a
que no pertenezca a este planeta madre. La osa madre baila nadie hacia qué dirección estás mirando. Es tan sagrada como
con las flechas de plumas blancas y, anoche, las puntas de las tu nombre verdadero. Hace mucho tiempo, las ancianas
tlechas se encontraron. La madre tierra fusionó su energía con decían que no existía el día ni el sol. El Gran Espíritu era lo
la tuya. único. El Gran Espíritu era el centro. El Gran Espíritu
-Me siento mucho m~s fuerte. era la fuente sin fin. Las ancianas ordenaron a las hijas viento
-Lo eres. La tíen"a es un depósito de energía. Te fun- que soplaran para dar vida al macrocosmo. El Gran Espíritu se
diste con esa fuerza elemental, y eres esa fuer/,a. -AITOjÓ una escondió y se dividió en sobrina y sobrino. Juntos entonaron la
miga de pan frito a Cuervo, que avanzó de un salto y se la canción de la creación. Todo vibra con esta voz. . . el uni-
comió con rapidez. verso, las galaxias, el Sol y la Tierra. La luz y la oscuridad y
-Me siento casi como embarazada. ¿Esos bebés ... to- todas las cosas no son sino una canción del Gran Espíritu. El
davía están dentro de mí? Gran Espíritu duemle en todas las cosas con nombre y sin
--Siempre han estado dentro de ti y dentro de todas las nombre.
mujeres. Recuet:da, todo debe nacer de la mujer. Es un poder '~Mucho y todo sucedió tal como lo predijeron las an-
que el mundo ha olvidado. Los hombres son intrusos. Muchas cianas. ¿Qué es la eternidad para el Gran Espíritu sino un
personas, inclusive alglmas de mi gente, no comprenden, y suspiro? El diseño del universo no es nada. El tiempo nOtes
mis palabras las enfurecerían. No obstante, es ley. La mujer es más que el chasquido de una flecha en el arco del Gran Espíri-
el árbol en flor. Tú eres el centro del universo, de la creación, tu. Se cantó la canción de las tribus de las plantas. Se cantó la
la madre tierra. Necesitabas volver a aprenderlo y desarrollar canción de los animales. Se cantó "la canción de las tribus del
tu fuerza. Ahora puedes comenzar tu aprendizaje. hombre. Cada mundo fue recordado en una canción y no se
-¿El aprendizaje para robar el cesto del matrimo- olvidó ningún mundo. El Gran Espíritu duenne en todas las
nio? -pregunté con alegría. cosas con nombre y sin nombre.
-Sí. Hasta el momento he fortalecido tu cuerpo y tu "El Gran Espíritu eligió este círculo. El Gran Espíritu
voluntad. Eres débil en muchos sentidos. Tienes muchos ape- alzó ambas palmas, cantó con dulzura y creó siete burbujas. La
gos tontos. Debo liberarte de ellos para poder guiarte hacia el burbuja en la que nos encontramos se halla en el medio. La
poder. Comenzaremos con una lección de historia... una que rueda ha girado muchas veces y ha habido muchas migra-
no tigura en los libros de texto. Quiero que tomes nota. ciones. Todo el suelo se ha desplazado, pero la espina dorsal
Sonaba tan parecida a una profesora que reí. de la madre tierra ha pennanecido. Si los de dos pies quiebran
"Hablo en serio, Lynn. Quiero que recuerdes lo que voy su espina dorsal, ella tambaleará y morirá. Ese es el límite, que
a contarte. Apúntalo todo. Tu diario y tus lápices están en el ni siquiera su cuerpo puede tolerar.
cajón superior de la cómoda. ''He hablado con el árbol chamán, el árbol del recuerdo.
Los busqué. Me sentía como lma colegiala, serena y lista Primero existió el Sol. En segundo lugar... la Tierra. En ter-
para escribir. Agnes levantó un palo largo y señaló. cero... las plantas. El árbol miró hacia arriba y se sintió solo.

128 129
"Quiero muchos niños", dijo el árbol. La morada lunar del a nadie. Cuando atrapaban a un ladrón, reían. Cuando los seres
árbol se lo dijo a la morada solar del árbol y la morada solar lo de la isla veían algo que querían, 10 tomaban ... Obedeciendo
hizo realidad. Los hwnanos, los de dos pies, recorrieron los la ley. Eso era ley. Se podía robar cualquier cosa a cualquiera
muchos caminos del lobo. Los hwnanos pintaron muchas le- en cualquier momento. .
yes. "De modo que estos seres desarrollaron la paciencia y la
"Fue en cualquier momento del círculo de eternidad. destreza. Sabían bien cómo esconderse y fundirse con 10 que
Algunos 10 llaman el comienzo, otros eLfin. -Agnes volvió a los rodeaba mientras esperaban la ocasión adecuada para robar
señalar con el palo.- Allí existía un país insular que los in- algo. Fueron los primeros invisibles y conocían la risa del
dios llamaban La Tierra de Seis Dedos. Yo 10 llamo el País de invisible. Hay invisibilidad en la risa. Podían olvidarse de sí
los Ladrones. Todos prosperaban, puesto que todos tenían mu- mismos y hacer olvidar a otros. Se confundían tan bien con los
chas mantas y provisiones. Nadie necesitaba nada, ya que todo alrededores que no se los veía. En este país de arbustos hay
estaba allí. Todos tenían todo en abundancia. Eran felices y muchas cosas que los ojos deben aprender a ver. Hay muchas'
estaban bendecidos por la madre mar. La temperatura allí aba- cosas invisibles. Muchas cosas no son lo que parecen. El
jo ~ra muy caliente... sofocante. El calor se extendía en olas . arbusto se transformaría por completo si supieras CÓJ;110 verlo.
sobre la isla. Es lógico suponer que viviendo en un país así las Pero ni siquiera con la mejor visión de arbusto podrías ver a
personas serían lentas y necias. Pero no. Eran muy nerviosas y un ser de la isla. Esos maestros del arte de robar no han sido
movedizas. Se 10 pasaban corriendo alrededor de la isla. vistos desde aquellos días lejanos.
''Todas las cosas tienen leyes. La ley de la isla era jugar y ''Hay formas de comunicarse con los de seis dedos. Come
divertirse. Por eso las personas eran inquietas, siempre estaban algo. Es marrón con un sombrero grande como un tipi ancho.
haciendo algo ... robando, hurtando 10 que pudieran. Recuerda, Los hombres han comido las piernas de la parte inferior,des-
si vivías en la isla, eras criado para ser un ladrón. Te entrena- cuajado el alimento sagrado, en vano. Sólo encuentran el gato
ban para ello desde el nacimiento. Los seres que no robaban de los ojos de jade. Sólo un hombre o una mujer alto con la
eran considerados locos, pero eso también estaba bien. cabeza por sobre la tierra puede comer la medicina del cono-
"Además de ladrones, los seres de la isla eran mentiro- cimiento. Sin embargo, no dejes que el hongo te engañe...
sos. Había que reconstruir la verdad a partir de mentiras. Si un ese fue el error de la isla. El hongo era demasiado alto para
ser de la isla alguna vez te decía la verdad, era por accidente o ellos. Tenían que escupirlo yeso hizo que la tierra retumbara y
simplemente 10 hacía para confundirte. Suena complicado, produjo el fm. Fue un error de ellos.
pero este país insular poseía formas muy avanzadas de hacer "Las delicias del País de los Ladrones continuaron durante
ciertas cosas. No se conocía el asesinato ni nada semejante. muchas estaciones, pero entonces la isla se partió por la mitad.
Quizás el país de los ladrones suene como un mal sitio, pero Torbellinos calientes se elevaron, indiferentes a todo. La isla
era bastante bueno. Nadie se aburría. Todo resultaba bien para entera giró, se. sacudió e hirvió y luego se hundió en el mar.
esos seres de corazones sencillos. Era maravilloso mentir, en- Todos murieron. Nunca volvió a salir a la superficie y la
gañar y robar, si se hacía de la manera apropiada y sin lastimar sabiduría de la raza casi se perdió.

130 131
"El tabaco les habría enseñado ... habrían visto los arcos Todos hacían lo mismo. Se devanaba hilo, se ensartaban cuen-
iris de agua. Sucederá otra vez. Los hombres no saben nada de tas y se curtían pieles. Algunos humanos hacían pipas. Otros
los peldaños hacia el altar, pero mi gente sabe perfectamente escudos. Había grandes cazadores y grandes guerreros. Eran
qué ocun'ió a pesar de que ahora algunos dicen que queríamos grandes hechiceros. Pero todos hacíamos prácticamente lo mis-
sangre. Nuestros altares podían hablar de todas las cosas que mo. ¿Comprendes?
vendrían. Asciende esa escalera sagrada, Lynn, y realiza ofren- -Sí -respondí escribiendo sin parar.
das de tabaco al gato. Tamborilea tus pasos hacia la montaña -La única diferencia en ese entonces residía en cómo lo
sagrada. Déjate caer sobre la tierra sangrante y llora. hacíamos. Algunos humanos sabían hacer las cosas mejor
"Si quieres saber cosas importantes, los seres de la isla que otros, pero a nadie le gustaba hacer lo mismo una y otra
no estaban preparados para morir, de modo que su espíritu vez. Cuando el espíritu de la acción era capturado, 10 dejába-
permaneció. Murieron con el nombre del Gran Espíritu en los mos así. Contábamos una buena historia y lo dejábamos así.
labios. Era demasiado tarde para compadecerse de ellos, pero Entonábamos un buen cántico y lo dejábamos así. Cantábamos
los seres fueron emergidos del lago espumoso. El espíritu de una buena canción y la dejábamos a cambio. Había una ex-
esos seres surgió como uno, un ser luminiscente cuyas manos cepción ... cuando una cosa tenía poder, la conservábamos.
tienen seis dedos. Ahora recorre la Tierra como el más grande Conservábamos el conocimiento.
de los ladrones. A veces, puedes soñar hacia él y hacer que "El campamento no estaba dividido. Las mujeres tenían
coloque poder en tu bolsa medicinal. Si llegas a él, puede tanto poder como los hombres. Como te dije, las mujeres
ayudarte a robar el cesto a Perro Rojo. Sí, serías muy afortuna- constituyen la fuente de todo poder. Había grandes jefes muje-
da si localizaras al espíritu del País de los Ladrones, te unieras res y las mujeres eran grandes guerreros como los hombres.
a él y permitieras que ese espíritu te guiara. Ese ladrón podría "Supongamos que eras un gran guerrero de ese tiempo,
ser tu mejor aliado. Si ves al espíritu de seis dedos en una Lynn. Todos reconocían a un gran guerrero. Todos hablaban
noche de luna, querrás cantar de alegría. Toca la tierra con de ti. Decían Lynn hizo esto y lo otro, Lynn robó esto y lo otro
ambas manos y palméate el estómago con su bendición. a tal fulano y a otro. Tus proezas y honor eran bien conocidos.
Agnes se interrumpió un momento y le pregunté si la Todos los grandes guerreros se conocían entre sí. Había mu-
historia era cierta. Con mucho énfasis, respondió que sí. Le chas leyes relacionadas con el hecho de ser un gran guerrero.
pregunté acerca del hongo y contestó que algún día me con- -Agnes sonrió con alegría. -Imagínatelo. Eres un gran gue-
taría más sobre él. rrero de aquellos días.
"Por ahora, Lynn -prosiguió-, debes tratar de recordar "Es mejor recordar ciertas cosas. Esto fue antes del ca-
al ser de los seis dedos en caso de que lo conozcas. Ese fue el ballo. Las distancias eran vastas... cientos y miles de kilómetros.
propósito de la historia pero ahora necesitas saber más acerca Para ir al campamento más próximo había que recorrer ciento
de mi gente -continuó-. Ese es otro motivo por el que te sesenta kilómetros. Era muy cansador. Hasta con un caballo
hablé de los de seis dedos. Como verás, ha habido muchos resulta un viaje muy largo.
mundos. Pero hace mucho tiempo, era totalmente diferente. "Imagínate entrando a pie en un campamento enemigo

132 133
para enfrentarte a Ben y a Drum. A ellos no les inte~saría jefes danzaban pidiendo poder, y el espíritu. de esos guerreros
pelear contigo si estuvieras cansada. ¿Qué clase de honor obten- muertos reside allí. S i logras encontrar uno de esos puntos y
drían de ello? Para obtener honor, querrían que estuvieras en conquistar el espíritu, puedes quedarte con su fuerza y así
óptimas condiciones, como un verdadero gran guerrero. Y re- honrar al espíritu. Para ello, debes ser una gran guerrera. En
cuerda que todo joven guerrero querría enfrentar a un algún lugar de la madre tierra se encuentran los lugares donde
gran guerrero. El caso era que la gente del campamento te alo- grandes hombres como Buda, Cristo y Caballo Loco hallaron
jaba en lo que se llamaba el tipi enemigo. Te alimentaba bien su poder. Si se te concede poder, tienes que saber cómo con-
y te daba lo mejor de todo. El entusiasmo se diseminaba por el servarlo. Si robas poder, probablemente no tendrás tantas difi-
campamento y todos salían a ver a Lynn, la gran guerrera. cultades para conservarlo. Si tropiezas con el poder y no 10
Creo que eso remplazaba la televisión y la radio actuales. tomas por falta de coraje, no mereces ser un hechicero. ¿En-
"Al día siguiente salías a pelear con Drum. Llevabas tiendes por qué antes de obtener poder necesitas tener un
puesta tu mejor ropa. Tu cuchillo y tu hacha estaban bien corazón valiente?
afilados. Todo el campamento se hallaba presente. La idea no "Lo primero que debía robar un gran guerrero era una
era matar a Dl'Ulll, lastimarlo o quitarle el cuero cabelludo, mujer o .un hombre. Daba 10 mismo uno u otro. Era un honor
sino humillarlo. Cortarle las trenzas o hacerlo aparecer como para una mujer o un hombre ser robado por un gran guerrero.
un cobarde. Comienzas a pelear con Drum. Todos se dan Muchos matrimonios sucedían de este modo. Recuerda que en
cuenta de que eres mejor guerrero que él. Saben que puedes esa época, estaba prohibido contraer matrimonio con alguien
cortarle las trenzas, pero no 10 haces. Le cortas los pantalones del mismo campamento.
y un mechón de vello púbico. TQdos ríen a carcajadas. Te ''Entre las siguientes cosas de importancia que debía ro-
vuelves y ofreces la espalda de modo que Drum puede ma- barse figuraban los escudos, garrotes, flechas o lanzas grandes,
tarte, pero sabes que no 10 hará. Jamás sería un gran guerrero etcétera. Si un gran guerrero podía robar eso, estaba muy bien.
si 10 hiciera. Ningún humano 10 volvería a respetar. Al día Pero ahora debo hablar de ganancias más significativas.
siguiente o al otro, te enfrentas a Ben o a cualquier guerrero "Como verás, había muchos caminos hacia el poder. El
que te desafíe. Mientras tanto; pennaneces alojada en el tipi poder se adquiere primariamente de visiones y sueños, pero
enemigo y eres tratada con honor y respeto. ahora espero que hayas comprendido que robar poder también
"Eso era guerrear. . era honorable. Para ello, se deseaba robar los grandes escudos
''Es importante que sepas acerca de robar. Robar es un ~icinales, objetos de poder y cosa medicinales, las cosas de
arte hennano de la brujería, y todos los hechiceros verdaderos poder. Pero no obstante, esos objetos resultaban inútiles si uno
saben cómo robar poder. El poder te puede ser confiado o no sabía cómo usarlos. Mal utilizados, podían matarte o he-
puedes robarlo, pero en ambos casos, debes saber cómo con- rirte. Era todo un riesgo. Robar poder constituía 10 más peli-
servarlo. Existen ciertos poderes que mueren con un hechi- groso, puesto que si robabas uno de esos objetos de poder, era
cero, que penetran de regreso en la madre tierra y vuelven a su deber del guardián matarte. Había cosas realmente riesgosas.
fuente. Hay puntos ocultos en el mundo donde los grandes Si lograbas escabullirte y robar una canción o ritual de poder,

134 135
entonces todo el campamento tenía el deber de matarte. ''En cualquier caso, se decidi6 que matarlo sería un acto
"A través del robo, un gran número de guerreros se misericordioso.
distinguía y se convertía en un hechicero. Los guerreros celes- "Para entonces, algunas mujeres que se habían acercado
tiales sonreían cuando un gran guerrero robaba poder. a observar al hombre blanco, dijeron: "¿No comprenden? Es
"Sup6n que debes enfrentanne para obtener poder. Su- un hombre como cualquiera. Morirá de hambre a menos que
p6n por un momento que eres más poderosa que yo y que coma algo. Démosle un cuchillo y dejemos que corte carne de
puedes recordamle en otras vidas tal como Drunl cuando in- esos ciervos muertos."
tent6 matarte. Puedes robar toda mi medicina con un soplido "En esos días, la grasa escaseaba. La grasa era la parte
de tu poder medicinal. ¿Qué hago yo? Soy una anciana, pero más apreciada e importante de cualquier animal. Si un humano
esa no es una excusa. Eres más fuerte que yo y 10 sé. Me no consumía suficiente grasa, moría con rapidez, y era difícil
siento honrada. Lloro e imploro al Gran Espíritu para que te conseguirla. La grasa era preciosa.
proteja y te dé más poder. Has venido de la tienda enemiga y "La mujer entregó un cuchillo al hombre blanco y le
eso me honra. Una hechicera siempre es honrada por el suce- señal6 los ciervos que colgaban allí cerca. El hombre corrió
sor. Los maestros desean que les roben su conocimiento. hacia ellos, cortó la grasa y se la comi6. Ese fue el primer
Así solía ser. Y así continúa siendo. Quienes poseen conoci- hombre blanco que conocimos yesos Dakota lo bautizaron
miento aún respetan la forma antigua. Pero hoy, nada es 10 que wasichu, que significa "toma-la-grasa".
parece. "Los curanderos contemplaron al hombre blanco con el
"La fonna antigua era buena, dulce. Pero entonces todo aceite de ciervo deslizándosele por el rostro e intercambiaron
en el mundo se alter6 con bnIsquedad. Dicen que un hombre miradas. Supieron que todo había terminado. y estaban en 10
vino a un poblado de Dak:ota, el primer hombre blanco en ser cierto. Los cuchillos largos vinieron y tomaron mucho más
visto. Todos senúan curiosidad. No estaban seguros de qué que grasa de ciervo. Todo tenninó después de eso, y hoy
era, un hombre o qué. Los hechiceros fueron a verlo. luego los tienes este círculo del mundo más amplio. . . el círculo de
jefes. Un hechicero sacudi6 la cabeza y coment6: "Quizás este muchas naciones.
hombre, si es un hombre y no 1m espíritu, comi6 demasiada ''La medicina permaneció, pero oculta. El verdadero co-
tiza." nocimiento, sin embargo, siempre ha estado oculto, con-
"El hombre intent6 decir que tenía el est6mago vacío ... cedido sólo a aquellos dignos de él. Tiene que ser de ese
que estaba hambriento. Pero como nadie entendía su lengua y modo. Existen muchos secretos, y gran cantidad de ellos
él no sabía expresarse con ge~tos, fue muy malo para él. están siendo revelados en tu tiempo. Perro Rojo es un
"Los jefes dijeron: "Si es un hombre. debe sufrir una maestro de esas artes perdidas. Sabe c6mo conservar el poder
enfermedad extraña que quizá se extienda. No quiero cambiar y cómo robarlo en primer lugar. ¿Acaso no tomó el cesto del
de color y ser como él. Va a morir ... deberíamos matarlo. Y matrimonio? Perro Rojo dice: "¿Quién se atreverá a enfren-
si no es un dos pies. y ha asumido esta forma por un motivo u tarme? ¿Quién me derrotará? ¿Quién tiene poder para robanne?"
otro, no haremos mal en matarlo." En tu mundo, los grandes robos se realizan en papel. Sí,

136 137
escríbelo todo. Quizá debas escribir un libro sobre Perro Rojo.
Eso 10 irritaría. Le desagradaría. . . le gusta permanecer en- y que no me sintiera separada de ~'lo que se ve". Caminé por el
cubierto. Aprende a verlo. Has dado muchas cosas por sen- lugar hasta entrada la tarde.
tado. Tu visión no es más que una vislumbre. Todo está encu- Era casi de noche cuando oí a Agnes llamándome para
bierto. cenar. En cuanto sentí su voz, corrí hacia la cabaña, donde el
"¿Qué es una hechicera? Somos viajeras de las dimen- aroma de la comida era tentador.
siones. No quedes atrapada en los prismas de la entemidad. ~gnes me sirvió un bol de sopa caliente con un gusto
Empieza a pensar con tu estómago. Hay dos perros que extrano y sabroso. El anochecer se cernía alrededor de no-
montan guardia en tu estómago. Sus nombres en inglés son sotras en sombras grises, invadiendo la pequeña luz titilante de
envidia y temor. Un perro guardián es envidiosamente teme- nu~stra vela. Un viento suave soplaba a través de la puerta
roso, el otro temerosamente envidioso. Son medicina para pro- abIerta. Agnes se sentó en la cama a coser una vieja chamarra
Sin mirarme, preguntó: .
tegerte.
"Continúa utilizando tu intuición. . . nunca puedes re- -¿Qué quieres realmente, Lynn?
solver un problema en el nivel en que nace. Para robar el cesto -¿Qué piensas que quiero? Quiero el cesto del matrimo-
nio.
del matrimonio debes ser inflexible en su búsqueda. Sé dueña
de tu destino, porque tienes necesidad de manifestarte. Agnes no respondió. Tomé la última gota de sopa y bajé
"Ahora estás entrando en las montañas sagradas donde el l~ cuchara. Agnes hizo a un lado la chamarra y me miró a los
oso baila con las flechas de plumas blancas. Has oído a los oJos.
soñadores. Las emociones nacen en el momento en que te -Para conseguirlo debes convertirte en el receptáculo
conectas con algo, y estás conectada a los soñadores. Sigue el adecuado --dijo-. El vacío en ti debe madurar para que la
sendero correcto y conviértete en una única cosa. Conviértete energía. de 10 que deseas, en este caso el cesto, fluya
en mujer. En tu mundo, la femineidad está perdida. magnéticamente hacia tu vientre. Debes transformarte en 10
Agnes paró de hablar. Terminé de escribir y bebí el resto que. ell~ desea p~ que nada pueda separarte. Cuando piensas
de mi té. No sabía qué decir. Agnes abandonó la cabaña, y los en ti mIsma como una entidad separada, obstruyes la corriente,
tibios rayos del sol se filtraron en el interior. Oí el canto de los yeso hará que el cesto te derrote.
pájaros. Los términos me confundieron.
Agnes abri6 la puerta. -¿Cómo sabré que el vacío en mí ha madurado?
"Guarda tus notas y sígueme --dijo. . -Simplemente tomarás conciencia de tu poder. Sentirás
Afuera, nos apresuramos por el sendero y doblamos ha- tu tiempo. No puedes evitarlo.
cia la izquierda donde se extendía una pradera cubierta de -No comprendo tu terminología, Agnes. ¿Cómo puedo
flores amarillas. Abejas y saltamontes brincaban sobre las plan- aprender todas estas cosas?
tas y el sol brillaba cálido y maravilloso. Antes de regresar a la -Para eso estás aquí... para aprender.
choza, Agnes me dijo que pasara el resto del día en la pradera Guardó la chamarra en el cajón de la cómoda, salió al
porche y se sentó. Me serví una taza de café y la seguí. Agnes
138
139
estaba observando las luces del norte. Doradas y rosadas, pare- así era." La medicina del lobo significa medida. Si lo desean,
cían proclamar un carnaval al otro lado del mundo. Me senté los lobos son buenos matemáticos. Si eres una con tu medicina,
en los escalones y admiré el juego de colores en la cara de esta nadie pódrá engañarte, ya que has recorrido todos los senderos.
misteriosa mujer. Sentí una ternura especial por ella. Su rostro Euma medicina hipnótica y muy poderosa.
era un mensajero de gran dolor para mí, puesto que me recor- "Te daré un ejemplo. El lobo baja al río a la mañana
daba que mi vida, tal como la había conocido, estaba mu- temprano. Ve su desayuno nadando allí y baila juguetona-
riendo. No podía explicarme ni siquiera a mí misma en qué mente en la orilla. Los gansos son atraídos e hipnotizados.
había cambiado, pero sabía que me estaba convirtiendo en una Nadan hacia el lobo danzante. Cuando están lo suficiente-
persona que no habría reconocido un par de meses atrás. Era mente cerca, el lobo salta al agua y mata todos los gansos que
como estar enamorada. necesita... su medicina puede ser muy peligrosa. Un cazador
"Esta noche, las ancianas tienen un obsequio vital para ti. sería muy afortunado si matara o atrapara a un solo lobo, y
Te daré tu medicina. -Agnes palmeó los tablones de madera esto es porque el lobo enseña a los demás lobos qué están
y me hizo señas para que me sentara más cerca de ella. -¿Si tramando los cazadores. Y si fueras el cazador, sería imposible.
fueras un animal, qué serías'! No puedes matar a tu propia medicina ..Si ]0 hicieras, te me-
La pregunta me desconcertó. terías en un gran problema.
-Siempre me haces preguntas difíciles de responder. "Los lobos fundaron la primera escuela. Fueron los
-Pensé un momento y luego contesté: -Siempre me gus- primeros maestros. El lobo vive de una manera que fortalece a
taron los caballos, ¿o quizás un ciervo? su manada. Siempre provee alimento a los ancianos y enfer-
Agnes me sonrió. mos, instruye a sus cachorros y defiende su territorio de otros
-Eres un lobo negro. lobos. Sabe rastrear como ningún otro animal. Posee una gran
Observó mi reacción y después estiró una mano y me resistencia, es capaz de sobrevivir sin comida durante largos
tocó la frente. períodos. El lobo es medicina mayor, y debes recordar que yo
"Despierta en tu interior. -Apartó el dedo. El contacto no elegí el lobo para ti. Tú eres lobo.
me produjo una sensación extraña en todo el cuerpo. -Eres el Agnes se reclinó.
lobo negro en vez del lobo blanco porque llevas puesto el -Empiezo a comprender. Has tocado algo en lo más
manto negro de la contemplación. Si fueras el lobo blanco, profundo de mi ser --dije-o En cierta forma, me siento como
serías más externa, más extravertida. Recorres los bosques un lobo. Me encanta descubrir nuevos senderos y en el centro
buscando lo que deseas y luego regresas con la manada, de mi ser percibo un nuevo tipo de conciencia. Hyemeyohsts
te acurrucas bajo el sol y piensas en ello. Eres un lobo solitario Storm debió de haber conocido mi medicina, puesto que me
que teme estar solo. Déjame contarte una historia. dio un pedazo de piel de lobo. ¿Cuál es el propósito de tener
"En los comienzos, cuando se formó el mundo, los jefes medicina?
enviaron a 10 cachorros de lobo a explorar y medir el mundo. Me apoyé contra el poste, asombrada de sentinne tan
Fueron por todos los senderos del mundo y dijeron: "Así es y semejante a un lobo.

140 141

L
-El propósito de la medicina es el poder. Consultas a un se atreva a robar el cesto a Perro Rojo. Esta noche, después de
psiquiatra y te dice que tu mente está confundida. Lo que es~ que tu espíritu haya sido purgado, pintaré tu cuerpo de un
haciendo es ayudarte a practicar la introspección y a descubnr modo determinado y bailaremos tu danza para el mundo del
tu propia personalidad. Pero como los indígenas han obser- espíritu. Te transformarás y serás una con tu medicina, y
vado a los de cuatro pies y a los alados y a todas las fuerzas de conocerás su poder. Bailarás en un sitio que se cargará con tu
la naturaleza durante miles de años, conocemos el parentesco energía de lobo. Será uno de tus lugares de poder. Piensa en
más cercano. Cuando te digo que eres. el lobo negro, miras . estas cosas y luego, si de veras deseas el poder,. sólo tendrás
dentro de ti y sabes que verdaderamente 10 eres. Cuando com- que someterte a él.
prendas los poderes del lobo negro, tú también tendrás esos Abandonamos la cabaña. Las luces del norte llameaban
poderes. Todas las medicinas son buenas y tienen poder. Los en un ventarrón ardiente, anaranjado, verde, azul y blanco. En
hombres blancos tienen la costumbre de decir: "No soy una la distancia, podía oír las notas de la flauta. Minutos después,
víbora. No soy una ardilla. Soy algo importánte." Separan, ésa vi aparecer en la oscuridad las sombras vagas de la anciana y
es su tragedia. la niña.
Por un momento, Agnes I1le miró fijo, sus ojos reteniendo . -Casi olvidé lo de la tienda de sudor -dijo Ruby-.
los colores en movimiento de las luces del norte. Mi mente Pero aquí estamos. -No parecía cansada de la larga caminata.
rebosaba con la nueva información. Extraje la piel de lobo de De pie junto a ella, sentí una punzante incomodidad.
mi bolsillo y palpé su suavidad. Agnes se puso de pie con Agnes nos juntó como una gallina madre y nos urgió por
brusquedad, y entramos en la cabaña sin decir más. el sendero hacia el Arroyo del Hombre Muerto. Yo llevaba mi
"Limpia la cabaña -dijo Agnes-. Ruby y July volverán toalla vieja que había sacado del auto. El aire estaba per-
pronto. Sudaremos juntas en la tienda de sudor junto al arroyo. fumado con el húmedo y denso clamor de la vegetación.
Hay mucho que aprender, y muchos significados en esta ex- Ruby y Agnes iban adelante riendo. July, con paso tan
periencia inevitable. firme como el de Pintada, marchaba detrás tocando la flauta.
-¿euál es el objetivo de la tienda de sudor? --pregunté Vislumbré un montículo en la distancia que nunca había visto.
con nerViosismo. Cuando July y yo llegamos allí, Agnes me dijo que me sentara
-Te 10 explicaré después .. , es muy complicado. El y permaneciera callada.
propO,sito de sudar es purificar el espíritu y el cuerpo para -Sólo observa cómo hacemos el fuego y calentamos las
facilitar la comunicación con el Gran Espíritu. Esta noche, rocas. Piensa en él como el fuego eterno. Se hace de un modo
quiero que estés atenta a tu medicina... tu ~o lobo negr? ':'- sagrado, y junto a ese fuego nos purificaremos y nos acercare-
través de esta purificación, hallarás una grua y una reVItalI- mos a la fuente de todo poder. Siéntate de una manera sagrada
zación. y sueña. -Agnes me dejó sentada en la tierra junto al arroyo.
Agnes me habló en detalle acerca del significado de la Vi que Ruby había puesto la flauta de July junto a la
tienda del sudor. bolsa que contenía la pipa de Agnes. Para mi asombro, July se
"Debemos movemos de prisa -dijo- si tú serás quien mostraba dócil y quieta. Nos sentamos codo a codo en un

142 143
claro del bosque. Las luces del norte eran más suaves y las para la tierra, una para el cielo. Agnes me dijo que ofreciera la
estrellas, miles de puntos brillantes azules y glaciales en la pipa al cielo, a la tierra y a las cuatro direcciones y que luego
negrura de la noche. Con el fuego crepitando, la oscuridad la encendiera. Después de un par de bocanadas y de pasar
parecía intensificarse. Enormes llamas amarillas y anaranjadas humo sobre mi cuerpo, entregué la pipa a July a mi izquierda.
se elevaban en la noche y el aire era pesado y sofocante. Agnes La tom6 y aspir6. Agnes inhal6 una vez y me la devolvi6, di-
se sentó cerca del fuego, con su rostro teñido de color naranja, ciéndome que la purificara y que vaciara las cenizas con cui-
y empezó a tocar su tambor suavemente y a cantar. Cantó dado sobre el borde del altar sagrado. Luego me pidi6 que la
durante un largo tiempo, después se puso a rezar sobre el· pasara alrededor de nuevo, de regreso a ella. Sostuvo la pipa
fuego. sobre el altar, con la boquilla apuntando hacia el oeste, des-
Al cabo de unos minutos, Ruby dijo "Ho!" y Agnes se pués la movi6 por el sendero sagrado hacia el este donde
aproximó al montículo de tierra para apoyar su pipa llena de Ruby, de pie justo al otro lado de la entrada, la tomó.
tabaco. Siguiendo sus instrucciones, July y yo nos desvesti- Las piedras en el centro ardían con un rojo intenso. La
mos e ingresamos en la tienda, agachándonos ya que la en- tienda era pequeña, quizá de unos dos metros y medio de
trada tenía poco más de un metro de altura. Adentro, elevé una ancho, un reducto de. sauces entrelazados cubienos con varias
plegaria silenciosa al Gran Espíritu. Agnes rezaba en voz alta pieles. De pronto, Ruby cerr6 los colgajos y tapó la entrada
y nos volvimos en la direcci6n del sol. Luego me senté junto a con una manta artesanal. Nos vimos inmersas en una oscuri-
la puena, frente a Agnes. Permanecimos en silencio un rato. El dad que Agnes me había dicho que representaba la oscuridad
olor punzante de la artemisa impregnaba el aire. del alma, la ignorancia de la que debíamos purificamos para
Agnes me había dicho antes que no debía ser mezquina, poder ver la luz.
que tenía que pensar en lo más elevado y recordar la bondad Oí la voz de Agnes en la oscuridad.
de todas las cosas. Traté de hacerlo mientras estábamos sen- -Durante la ceremonia, los colgajos se abrirán cuatro
tadas en la oscuridad; la única luz provenía de la entrada. veces para recordamos que hemos recibido la luz durante cua-
Afuera, el fuego brincaba y crujía. . . Ruby estaba haciendo tro eras. -Se embarcó en una larga plegaria en cri a los
una verdadera fogata. Ruby alarg6 una mano dentro de la espíritus. -Relámpagos subterráneos, los topos, expresó. Luego
tienda y me entreg6 la pipa. La coloqué delante de mí, tal roció agua sobre las piedras con su abanico de águila, siempre
como Agnes me había enseñado, con la boquilla apuntando orando a las ancianas.
hacia el oeste. Después, con un palo largo y ahorquillado, El vapor fragante sise6 y se elev6 en espiral. Estaba
Ruby desliz6 una piedra ardiente hasta el centro de la tienda de haciendo mucho calor y la oscuridad me afectaba... el lugar
sudor, dentro del altar excavado. Mis rodillas casi la tocaban. era sofocante, oscuro y denso. Luego Agnes invoc6 al Grajo o
Ruby dijo algo en cri. Cielo Estrellado de Mañana Clara y roció agua cuatro veces
Agnes me orden6 tocar la piedra con la base de la pipa y más. Coloqué mi cabeza entre la rodillas para poder respirar
después dimos las gracias en cri. mejor. Después, Agnes invocó al arco iris, luego a las águilas
Ruby empuj6 más piedras, una para cada dirección, una y entonó una canción melódica y suplicante. Parecía muy

144 145
conmovida: Me puse a llorar. Pensé que el calor alcanzaría Mientras cantaba con los ojos cerrados, una rueda verde
cierto grado y se detendría, pero iba intensificándose y aumen- y azul apareció detrás de mis párpados, girando primero a la
tando hasta un punto casi imposible de tolerar. Las piedras d~r~ha, después a la izquierda, y me hipnotizó. Tuve una
ardientes eran como los ojos brillantes de la madre tierra. Ag- vIsIón. Estaba fuera de la tienda, y de pie frente a mí, había
nes invocó sus poderes transformantes ... al ciervo ... y roció una anciana con una niñita.
agua cuatro veces más. De repente, me sorprendí rezando en -¿Cómo llegaron aquí? -les pregunté-o ¿Quiénes son?
voz alta. Gotas de sudor bajaban de mi frente hacia mis ojos. -Todos los senderos llevan de regreso al centro ... todo
Me fundí con el agobiante calor. espíritu. -La visión desapareció y volví a la tienda de sudor.
Ruby echó hacia atrás los colgajos y la manta y una -¿Qué viste? -oí decir a Agnes-. ¿Dónde estabas?
ráfaga de aire frío nos envolvió. La luz del fuego arrojó som- Le conté.
bras espectrales alrededor de nuestro oscuro refugio de oración -Esa era Niña Lobo y su abuela -explicó Agnes-
¿Qué dijeron? .
sagrada Me sentí desorientada por la súbita luz, pero agrade-
cida de poder respirar. Agnes pasó de una a otra una taza de Se lo repetí.
agua y tod,as nos frotamos el cuerpo con ella. Me sentí hu- . "Sí, todos los caminos, todas las religiones conducen de
milde y agradecida. regreso al centro. Caminan dentro de la bondad. .
Los colgajos fueron cerrados de nuevo y advertí que July -Pero no comprendo quiénes eran la anciana y la niña.
comenzaba a mecerse de un lado a otro, gimiendo suavemente. -Son medicina de lobo.
Luego empezó a sollozar con desesperación. Pensé en el dolor -¿Qué significa eso?
en el mundo. No sabía si eran lágrimas o sudor lo que corría -Te lo contestaré de esta forma, hija. El amor es un
por mis mejillas... apenas podía respirar. Me encontraba in- buen guía. El conocimiento es un buen guía. Compartir es un
mersa en un oscuro pozo de tristeza y desamparo. Una bruma buen guía. La autoenseñanza es una buena guía. No necesito
débil se alzó y se diseminó por la tienda. creer para conocer el sufrimiento... lo conozco cuando sufro
-Lynn -dijo Agnes-, has venido a mí como una No necesito creer para conocer el amor... lo conozco cuand~
guerrera del arco iris. Eres un puente entre el mundo indio y el amo. No necesito creer para conocer la felicidad ... la conozco
mundo blanco, un puente en esta gran Isla de la Tortuga. cuando soy feliz. Para estar aquí estoy aquí. De modo que no
Cuando te conozcas a ti misma, conocerás tu camino. Cuando creas que sólo eres humana. Conócete a ti misma. Hay muchas
conozcas tu camino, conocerás la autoridad. Cuando conozcas medicinas.
la autoridad verás al espíritu. Cuando veas al espíritu, verás a -Tus palabras me hacen sentir bien, Agnes, pero no se
las personas. conectan del todo en mi mente.
Acto seguido me ordenó que invocara al lobo, mi medici- -Tuviste un niño una vez.
na. Luego agregó: -Sí.
"Te estoy enseñando tu canción. Escúchala y cántala -No era tu intención tener un niño. Tenías tu bebita
conmigo. dentro de todo tu ser... no sólo tu mente. Déjala nacer.

146 147
"Sentí una punzada de indefensión, como si me envol- soñadores tenían razón. Eres la perfecta cazadora para robar el
vieran sogas que impidieran el más mínimo de mis movimien- cesto del matrimonio.
tos. Quise gritar y correr, huir de ese calor y continamiento Reviví lentamente. Tenía el pelo mojado y pegado a la
torturantes. Me obligué a sometenne, pero entonces, milagro- cabeza y Agnes me tapó los hombros con un manto de
samente, la oscuridad empezó a respirar conmigo. El lana que olía a cedro. El ruido del arroyo se volvió más claro,
brillo de las piedras comenzó a pa,lpitaral mismo riuno que más fuerte. Me dispuse a ponerme de pie pero Agnes me
los violentos latidos de mi corazón. Mi cuerpo parecía detuvo.
estar derritiéndose y las manos se me cerraron en puños "Quédate aquí un rato.
extraños. Traté de estirar los dedos pero se me curvaban Agnes se unió a Ruby junto al fuego y empezó a tocar el
como garras y no podía moverlos. Me encorvé, con la tambor con ella. Podía divisar sus siluetas en la oscuridad.
cabeza hacia un lado, y cuando .parpadeé en la fragante pe- La luna llena brillaba ahora sobre las colinas y su luz se
nunlbra, tuve la sensación de que mi cara se inmovi- derrantaba con suavidad a través del cielo; July estaba sentada
lizaba. Mis labios se doblaron· hada. arrjpa y hacia afuera arroyo abajo, contemplando el plácido y plateado reflejo de la
exponiendo mis di~ntes. Estaba ,gruñendo.,. . todas las barre- luna flotan90 en el agua. Las flores nocturnas. perfumaban el
ras se habían esfumado. Sentí el suave pelo negro en la aire.
parte inferior de mi cuerpo. Me había convertido en la loba "Yen -dijo Agnes, volviéndose hacia mí-o Iremos a
primitiva, con la cabeza echada hacia atrás, aullando en silen- comer algo en la cabaña y luego te prepararemos para tu
cio. danza.
Agnes habló suavemente en cri. No entendí sus palabras Se encanlÍnó por el sendero. Me puse de pie y la seguí,
pero supe que se proponían reconfortarme. olvidando mi agotanlÍento.
Los colgajos se abrieron y se cerraron de nuevo. Estaba -¿Qué dijiste, Agnes? ¿Mi danza?
totalmente posesionada por el espíritu de la loba, sin ninguna Agnes me contestó con unredo "Sf'y me demoré para
sensación que no fuera lobuna. Me agazapé sobre mis lobeznos, esperar a July, que ya estaba tocando la flauta otra vez.
que gemían y lloriqueaban en el oscuro laberinto madriguera. Después. de comer algo en la choza, me acosté a des-
Perdí toda noción de lo que sucedió después, pero en algún cansar, apenas consciente de que Ruby y Agnes se marchaban,
momento, más tarde, oí el murmullo del agua del arroyo. con mi sueño acunado por el fuerte viento que soplaba entre
Agnes estaba sentada junto a mí. los árboles. Soñé que estaba atrapada en un cesto del matrimo-
-Esta noche has sido bendecida, Lynn -dijo-. Tu nio gigante y que no podía salir. Me resbalaba cada vez que
condición lobuna es muy poderosa. trataba de trepar por el costado del cesto.
Empecé a temblar de miedo. -Despierta, Lynn -dijo Agnes, sacudiéndome. Me ale-
-No podía estirar los dedos y de pronto era una loba de grólibrarme del sueño.
verdad. -¡El cesto! Soñé con él de vuelta.
--,.No te preocupes. Soy feliz -aseguró Agnes-. Los -Me di cuenta de que estabas soñando algo. Quedabas

148 149
Illuy graciosa -respondió Agnes, sonriendo. -Quítate la ropa, Lynn, y siéntate sobre la manta junto
Ruby también estaba inclinada sobre mí, observándome al fuego -dijo Agnes.
diveltida y sonriendo. Me perturbó ... Ruby jamás me había Se marchó mientras yo me desvestía, luego volvió con
sonreído. Era increíble ... ese rostro ajado y sonriente. dos mannitas de arcilla con palos en el interior. Ruby cantaba
Agnes me tOll1Ó de un brazo y me arrastró afuera. Debía a mis espaldas, Agnes rezaba y el tambor sonaba a un ritmo
de ser pasada la medianoche. profundo y continuo. Sus voces se elevaron en un idioma
"Esta es una noche sagrada para ti. Prepárate de la forma misterioso, entonando una bella canción que resonó en los
sagrada que te enseñé y pronto iremos al poder. Escucha can- bosques. Deseé conocer el significado de aquella lengua an-
tar a tus primos, y regresaré. tigua.
Me dejó parada allí y entró en la cabaña. Los coyotes Las brasas brillaban y las llamas chasqueaban con cada
aullaban en algún lugar de las colinas. July donnía con la es- cambio súbito del viento. Sentía el calor contra mi piel desnuda.
palda apoyada contra un poste. Advertí las siluetas de los La manta era áspera y de tejido apretado. Ruby y Agnes se
árboles meciéndose en el viento, me senté en los escalones del pusieron a bailar, una a cada lado de mí.. Agnes sacudía la
.porche y esperé. maraca en mi oído cuando se apfoximaba lo suficiente. Yo
Agnes y Ruby salieron a los pocos minutos. Caminamos estaba exaltada, pero aún desorientada. Ruby fue alIado opuesto
una corta distancia adentrándonos en un monte de cedros y del fuego sin dejar de tocar el tambor y cantar suavemente.
luego giranlOs bruscamente hacia la .derecha entre dos Agnes se sentó frente a mí. Al cabo de un instante de
rocas enonlles que se elevaban sobre nuestras cabezas. El vacilación, dijo:
ruido de la grava bajo nuestros pies quebraba la quietud -Te hemos traído a este lugar sagrado. Es un sitio ocul-
de la noche. El estrecho sendero serpenteaba entre varias to. Aquí experimentarás un nuevo nacimiento, puesto que serás
rocas más y empecé a sentinne mareada y desorientada. pintada y transformada para siempre. Al ser pintada, iniciarás
Agnes y Ruby iban tan cerca de mí que podía oírles res- una nueva relación con tu medicina de lobo y contraerás nuevas
pirar. responsabilidades.
Muy pronto, llegamos a un claro con un perfume diferen- Agnes hundió los dedos en una de las. marmitas de ar-
te en el aire. Noté que era sulfuro, o algo muy parecido, mez- ciUa. Tocó el centro de mi cabeza, donde estaba la raya del
clado con el rico aroma del cedro y la artemisa. Doblamos y pelo. . . tenía los dedos húmedos. . . y dibujó una línea a lo
nos encontranlOs con un fuego que obviamente había estado largo del centro.
humeando durante un tiempo. Ruby se ocupó de él y enseguida "Esta pintura es roja por la mujer -dijo-o Esa línea
comenzó a arder. roja te une a la tierra, donde todo mora y es fértil.
Al mirar alrededor, mi visión pareció parcialmente dis- Con movimientos finnes, Agnes pintó dos líneas rojas
minuida. Agnes me guió hacia el fuego, junto al que extendió debajo de mis ojos. La pintura estaba fría y tenía olor a flores;
una helillosa manta india roja y negra con el diseño de una por un momento, pensé que ardía.
tonllenta. Cerca, había un manantial que despedía vapor. "Gran Espíritu, es tu voluntad que esta joven esté aquí

150 151
para ser pintada. Haz que ella, aquí sentada sobre el antiguo dobladillo. Me quedaba perfectamente, igual que los mocasi-
suelo sagrado, nazca pura, como en tu tienda de sudor. Al nes con cuentas de cristaL
pintarla de esta manera sagrada, purifícala una vez más. Se- "Estás siendo instruida en las artes heyoka -explicó Ag-
para a esta joven de sus penurias pasadas. -Luego me dijo nes, apoyando una mano sobre mi hombro-. Estas prendas te
que me pusiera de pie. ayudarán en tu instrucción.
Me incorporé con rapidez. Agnes me pintó de rojo las "Las plumas serán señal de tu aprendizaje -.:..continuó.
piernas .hasta las rodillas. Yo estaba parada sin timidez, de cara Volví el rostro hacia la derecha y la izquierda para que
al fuego, ajena a todo excepto al accionar de Agnes. Pintó pudiera entrelazar dos plumas' de búho en mi cabello. Me
líneas onduladas a 10 largo de mi- brazo izquierdo, luego repi- sentía envuelta en una ternura femenina, complaciente y quie-
tió la operación en el derecho. Después, caminó alrededor de ta. Por dentro, era una burbuja palpitante flotando en el es-
mí cuatro veces. pacio. Había olvidado el mundo.
"Hemos atraído la muerte aquí esta noche -:"proclumó "Siéntate, Lynri; te hablaré de mi maestra. Hace mucho
Agnes, otra vez frente a mí-o Este poder está aquí con no- tiempo, yo estaba casada y tenía una hija. A veces los invier-
sotras. Hemos matado muchas cosas. Ahora marchas por el nos son muy d~ros en el norte. Un día de invierno, ella dejó la
sendero sagrado... has comenzado un nuevo camino. Doy la cabaña y se adentró en la nieve. Era muy pequeña mi hija,
bienvenida a quien nos vigila, el guardián de lo lejano. Estas tenía cuatro años. Nuestros perros estaban entrenados para ser
líneas en tus brazos son el símbolo del arco iris, el arco de los feroces. Alcanzaron a mi hija antes que yo y la mataron. La
soñadores. trajimos a la cabaña y la pusimos entre nosotros durante toda
Yo estaba perfectamente serena, observaba a Agnes con la noche. Había planeado dar a mi hija el vestido que tienes
mi corazón y tenía los ojos cerrados. Había sentido profunda- puesto. Ahora te lo doy a ti. Mí hija se llamaba Pequeño Lobo
mente su contacto con cada trazo de pintura. Abrí los ojos, y Negro Danzante. Después que murió, yo solía mirar hacia el
vi lágrimas que se deslizaban por sus mejillas. Se inclinó, este, donde nace el sol, tratando de devolver a mi hija a la
recogió un bulto de piel de ante doblada, 10 levantó con ambas madre tierra. Quizá siempre guardé el vestido porque no podía
manos y lo alargó hacia mí. El tambor de Ruby resonaba en mi dejarla· ir... mi hermosa Pequeño Lobo Negro Danzante. Y
pecho, empujándome como una mano abierta. luego he mirado hacia el oeste, donde muere el sol, pero jamás
"Ponte esto -dijo Agnes. Tomé la piel de ante do- he sido capaz de manifestar mi dolor, hasta este momento. Así
blada-. Es un vestido y unos mocasines. Yo los usé cuando como la tierra es mi madre, yo soy tu madre. Ahora tengo una
era niña. Esta noche tienes ropa nueva porque eres una mujer nueva hija. Mi familia, mi clan, te acogerá como uno de los
nueva. nuestros. Mi pequeño lobezno puede volver a vivir en ti.
Me los puse con cuidado. El vestido era resplandeciente, No pude contener las lágrimas. Agnes me palmeó el
con cuentas de cristal que refulgían a la luz del fuego como braw y prosiguió.
gotas de oro. Tenía varios símbolos y diseños trenzados con "Eso fue antes de que aprendiera, cuando creía que los
púas de puercoespín y flecos colgando de las mangas y el hechiceros no merecían mi atención. Mi esposo murió en un

152 153
accidente en el bosque poco después ... creo que su corazón se puesta. Poseía una calidad nostálgica y lejana, y el sonido no
había quebrado. Mi dolor fue terrible. Fue entonces que visité era humano.
a una heyoka y ella me enseñó todo. El poder vino a nú y De repente, algo crujió y se desgarró dentro de mi pecho.
obtuve mi nombre, que significa: "una que conoce secretos". Pudo haber sido el ruido del tambor que cesó. Oí un jadeo.
"Antes de eso, no me importaba mi vida ni lo que me -Respira profundamente cuatro veces por las cuatro di-
pasaba. No me daba cuenta, pero hay medicina mayor en ese recciones -me ordenó Agnes con una voz extraña y gruño-
abandono. Quería que alguien me explicara el motivo de mi na-o Echa la cabeza hacia atrás y apoya 10 puños contra tu
gran dolor. La anciana heyoka sagrada contestaba todo con mentón. Todavía no me mires.
una pregunta. Actuaba como si no comprendiera nada hasta Obedecí. Su voz era atemorizante.
que entendí que ella vivía en el centro del círculo sagrado y "Hazlo de nuevo y esta vez, encógete y tira los brazos
que tenía poder para cambiar todo de la manera que deseara. hacia atrás mientras expeles el aire. Extrae energía de la tierra
Me pasé horas hablándole de mi hija muerta. Cuando terminé, a medida que exhalas. Roba esa energía golpeando tu pie
le pregunté por qué Pequeña Lobo Negro Danzante estaba derecho contra el suelo. No te equivoques. Los lobos conocen
muerta y ella me preguntó a su vez: "¿Quién quiere saber este sitio y tú tanlbién puedes. Mueve tu ca,beza con rapidez
quién está muerta?" hacia la izquierda, la derecha y luego el centro. Bien. Ahora
''Esa mujer fue mi maestra. Después de muchos años me vuélvete hacia el oeste y gime como un lobo. Empieza a trotar.
dio su medicina y luego se marchó y murió feliz. Era una Seguí sus instrucciones lo mejor que pude. El ritmo del
mujer que estaba en todos lados y podía ver todo. Cuando tambor resonaba de nuevo y podía sentir la punta de mis pies
llegué a conocerla, aprendí a quererla, y mucho de ella vive en abriéndose bajo mi peso mientras trotaba y gimoteaba. Inverti-
nú. No sé qué habría sido de mí si ella no me hubiera enseñado mos la marcha hacia el este, y cuando me froté el brazo contra
el cainino. Gracias a ella, llevo una vida con propósito. la cara sentí pelos en mis mejillas. Mis orejas se atiesaron e
Los ojos de Agnes se clavaron en los núos y lloré hasta irguieron. Mis ojos tenían hambre de una presa imaginaria.
desahogar todo mi dolor. Me puse de pie y nos alejamos Trotamos con rapidez, luego lentamente ... sin detenernos ...
del fuego. Mis nuevos mocasines eran cómodos y casi hacia el norte y después hacia el sur. En la cresta de una
podía sentir la tierra bajo mis pies. Agnes llevaba las dos colina, nos detuvimos y aullamos, pero no era Agnes quien
maracas. Se detuvo, golpeó el suelo con el pie varias estaba conmigo. Sólo vi una loba... una extraña hermana allí
veces y de pronto brincó en el aire y giró. Empezó a en la oscuridad,
trotar en círculo alrededor de mí inclinada hacia adelante. Me El tanlbor se detuvo, y el hechizo se rompió. Mis colmi-
quedé hipnotizada. Caminaba con las piernas rígidas, igual llos se contrajeron, mis garras se retrajeron y Agnes pareció
que un lobo. . . exactamente como un lobo. Parecía presta a cambiar de forma; se empinó en sus patas traseras y volvió a
atacar... sus ojos destellaban con astucia como los de un ser ella misma. Mi cuerpo reemergió de algún modo. Apenas
animal. Restregó su cadera contra mí, luego se hizo a un lado pude seguir a Agnes hasta el manantial caliente, donde me
y aulÍó. Algo brotó de mi interior y emiú un aullido en res- quitó el vestido nuevo y me empujó dentro del agua caliente

154 155
sulfurosa. El agua estaba roja con pintura, como sangrando
con las fuerzas de la naturaleza.
-Lávate.
Me lavé, salí del agua y me acosté sobre la orilla, aton-
tada. Contemplé las estrellas. Agnes me arrojó la manta en-
cima.
"Vamos -dijo. El propósito de la medicina es el poder
Llevé mi vestido nuevo y los mocasines puestos de re-
Agnes Alce Veloz
greso a la cabaña. Cuando me deslicé dentro de la bolsa de
donnir, estaba casi anlaneciendo.

~uiero que hagas un muñeco lobo -dijo Agnes al día


siguiente.
Yo estaba sentada a la mesa, bebiendo té de artemisa.
-¿Un muñeco lobo? -pregunté-o ¿Te refieres a un
fetiche lobo?
-Puedes hacerlo como quieras, siempre que sea lobo y
muñeco. Puedes probar con arcilla, pasto seco, astillas de ma-
dera, pedazos de piel, o cualquier otra cosa. Inclusive puedes
tallarlo.
-¿Qué tamaño debe tener? -inquirí, bastante entusias-
mada con la idea de fabricar mi propio fetiche.
Agnes indicó grande y pequeño con las manos.
-Grande, chico, como quieras. Te ayudará mucho. De-
bes recordar constantemente la danza para tu medicina. Exis-
ten poderes matemos de los que has tomado conciencia, y
ciertos poderes ahora necesitan tu protección. La comprensión
vino a ti en fonna de sueños. .. los soñadores te soñaron
despierta. Ahora, modela en fonna tangible esos sueños y
poderes. Puedes usarlos y ellos te dirán mucho. Diseña un
muñeco lobo intérprete para tender un puente entre los mun-
dos. Cuando hayas tenninado, muéstrame tu trabajo.

157
156
Agnes se volvió y dio por tenninada la conversación. ción mientras trabajaba. . . la había estado entonando una y
Pensé en todas las muñecas indias que había colecciona- otra vez antes de danne cuenta. Era una canción de sueños
do y vendido y tomé un cuchillo y algo p~a e~ almuerzo y para mí.
emprendí la marcha por el sendero haCIa Pmtada. Pen- Tenniné mi muñeco lobo al ponerse el sol. Era aullador
saba en su larga cola negra. Era un día brumoso, nebuloso, y feroz pero también poseía una rara cualidad queJo ase-
un buen día para dar fonna a mis sueños. Ascendí con rapidez mejaba a un pájaro. Eso significaba que podía volar entre los
la ladera de una colina, las sombras indistintas de rocas y mundos ... que se sentía a gusto tanto en la tierra como en el
plantas se asomaban alrededor. El sendero hac~a el sur estaba cielo. No sé por qué detenniné que era "él", pero parecía
oscurecido por las siluetas brumosas y movedIzas de árboles masculino ... tal vez por su tiereza y su cuerpo anguloso. Lo
ahora desconocidos. Oí el susurrar y batir de alas en las ramas admiré un rato, lo acuné en mis brazos y regresé a la choza de
ilias. . Agnes.
Llegué a la pastura envuelta en niebla y encontré a PI~- -Veamos -<lijo Agnes antes de que yo pudiera decir
tada. Sus cascos desaparecían en el manto blanco que cubna nada-o Apóyala sobre la mesa.
el suelo. . Coloqu~ la tigura donde me indicó, y parecía dominar la
Le quité parte de la cola para el muñeco lobo, luego habitación.
deambulé en la niebla por el resto del día. Arañé la tierra y me Agnes caminó alrededor de ella con la cabeza ladeada y
trepé a los árboles, buscando plumas, pedazos de corteza, de los ojos brillando misteriosamente.
piel, cualquier cosa insólita y apropiada. Hallé un trozo de -¿Qué puedes decinne de la persona que la hizo'?
madera bastante blanda junto al Arroyo del Hombre Muerto -preguntó.
que sugería vagamente el cuerpo d~ un lo~ parado en sus -Yo la hice.
cuatro patas. Medía alrededor de qumce cenumetros, y en un -¿Qué podrías ver y saber si no la hubieras hecho'?
extremo tenía un rostro aullante... una vez que ternliné de Cuando contemplo algo como esto, sé quién lo hizo. En este
tallarlo. Tomé pedacitos de artemisa, piel y otras cos~~ que caso, tú lo hiciste, de modo que constituye un espejo perfecto
encontré e hice un bulto que até al vientre del lobo. UulIcé el de tu propia percepción.
pelo de caballo para la cola y tallé símbolos del águila noc- .-Es sólo un muñeco -repliqué.
turna y el oso en el lomo. Había traído pegamento y un peda- -No, no es sólo un muñeco. Veo quién lo hizo. Si
zo de espejo roto de la cabaña de Agnes y pegué trozos de nunca te hubiera visto en mi vida, sabría que la persona que
corteza en la boca para representar los dientes y dos pedazos hizo esto es una mujer. Es blanca y su conocimiento de los
de vidrio más arriba para los ojos. Trituré bayas rojas y froté lobos y la vida animal es muy limitado. Cuando hiciste esto,
el lobo con el jugo, que parecía sangre. Las uñas de pájaro estabas mostrándome tu verdadera naturaleza. Eres una mujer
resultaron útiles para las garras. Mientras tallaba y pegaba y con muchas máscaras. No tienes por qué tingir conmigo.
añadía poder al nuevo lobo, éste comenzó a adquirir una apa- -No estoy fmgiendo nada -objeté.
riencia atemorizan te. Me sorprendí cantando una extraña can- -Sí, lo estás. Finges respetarme, porqu.e deseas algo

158 159
que yo puedo darte. Pero en realidad piensas que yo no en- volver a donde puedes comprar cosas... confort, alimentos,
cajaría en tu mundo en California. servicios.
-Oh, vamos, Agnes. -¿Qué tiene de malo?
-Sí, eso es lo que verdaderamente piensas de mí. Te -Nada, pero aquí debes trabajar para conseguirlo.
preguntas cuánto te costará todo esto. Te .preguntas si algún -¿Qué más .ves en el lobo, Agnes?
día te telefonearé desde la estación de ómnibus y si tú tendrás -Aquí hay algo a tu favor. ¿Ves cómo está atado este
que pagar la llamada. Crees que eres demasiado buena para bulto?
nosotros aquí. -Sí -respondí, observando con atención.
-Si piensas eso de mí, ¿por qué me permites quedarme -¿Te sugiere algo?
contigo, Agnes? -No estoy segura.
-No pienso eso de ti. Sé eso de ti. Esperas que no me -Quien 10 hizo es diestro, porque lo ciñó en el sentido
aparezca en la puerta de tu casa porque no sabrías qué decir de del reloj. También es un perfeccionista... porque lo ató muchas
mí a tus amigos. Crees que no podría desenvolvenne correc- veces. A propósito, ¿por qué cortaste el pelo de caballo de la
tamente en tu mundQ pleno de excitación y personas glamo- coJa y no de las crines?
rosas, ¿verdad? Me maravilló que Agnes supiera eso.
-Bueno, supongo que me he preguntado alguna de esas -No sé. Simplemente me pareció el lugar adecuado.
cosas. . -Eso supuse -contestó Agnes riendo-o Tienes las fa-
-Temes que no me impresione como debiera, o que no cultades de una verdadera heyoka. '
sepa qué representa qué. Te avergüenzas de mi ropa, de mi Reí con ella, aunque no entendí muy bien por qué.
pobreza, mis modales, todo. "Este muñeco me dice algo de tus falsos conceptos
Di un respingo. -continuó Agnes-, de lo que consideras importante y signi-
-No me parece justo de tu parte que hables así de mí, ficativo y de aquello por 10 que estás dispuesta a morir. No
Agnes. sabes nada de la comida ni de 10 que significa matar a un buen
-El muñeco lobo me dice todo cuanto necesito saber. amigo con dignidad. Me revela tu posición en el mundo. Lo
¿Temes herir mis sentimientos si me lo revelas personalmente? que deseas y lo que no deseas. No ves tu muerte y no irás
¿Necesitas que esta figura lobo lo haga por ti? hacia tu muerte en una forma. completa. . . como una buena
-Sólo estás suponiendo. No puedes ver tanto en un hija del universo. La cazadora nunca busca excusas para la
simple muñeco. muerte.
-Te gusta la buena comida. Te gusta coleccionar por ''Existen nada más que dos opciones en la vida -pro-
motivos estéticos; .. eso es fácil de ver. Muy evidente. Posees siguió-. Puedes morir como una prostituta asustada, o vivir
sentido del humor. . . eso también es muy obvio. Te gusta como una cazadora digna y morir como tal. Cuando tus ojos
vivir en un medio que consideras hennoso. No ves la hora de conozcan los ojos de la cazadora máxima, podrás decir: "Estoy
regresar a lo que tienes por tierra conocida. No ves la hora de preparada. Cuando la cacería estaba en curso, fui valiente.

160 161
Aceché mi presa y la maté apropiadamente. Fui una buena pertenece, y todo es posible. Puede rastrear su visión y ma-
proveedora para mi campamento, comí mi presa muerta, y la tarla haciéndola realidad.
ofrecí con respeto. Actué en tu nombre y te representé bien. -¿Qué estás sugiriendo? ¿Me enseñarás acerca de la
Comprendo que he vivido a costa de ti y ahora soy tu came. muerte para que pueda robar el cesto del matrimonio?
Hemos alcanzado un acuerdo. Estoy preparada para acom- -Te enseñaré cómo cazar para que tu búsqueda tenga
pañarte a cazar en el mundo del espíritu." alguna posibilidad de éxito. No querrás deambular SiR rumbo,
-¿Me consideras una cobarde? -pregunté. sin saber qué estás haciendo. Cazas comida para nutrirte y
-No eres una mujer peligrosa. En cierta forma, eres compartir con otros. Si tengo éxito, serás terriblemente peli-
como un pájaro sin alas... aleteando sin propósito. Veo una grosa.
mujer que necesita mucha más voluntad y coraje... verdadero -¿Por qué quisiste que hiciera una muñeco lobo?
coraje. No eres tan simple como pareces. Lo más. triste es que --Quise demostrarte que todo tiene una razón. Las cosas
te gusta pensar que eres importante. Yo prefiero ser impor- hechas deliberadamente constituyen espejos exactos de quie-
tante a engañarme a mí misma. nes las hacen. Puedes desarrollar tu conocimiento examinando
-¿Cómo se vuelve uno importante? cualquier cosa con atención. Observando correctamente" un
-Aprendiendo de su muerte. objeto te hablará a los grÍtos. Cuando sepas lo suficiente,
-No comprendo. ¿Qué tiene que ver la muerte con ser conocerás mucho de una persona por la forma en que levante
importante? un vaso o un lápiz. Puedes ver miles de cosas en acción. Se
-Mucho. Acepta tu muerte y vuélvete peligrosa. Obtén puede saber todo de un cazador por la forma en que hace un
poder. fuego, del mismo modo en que se puede saber todo de un
-Espera· un minuto. Estoy totalmente confundida. pájaro por la forma en que construye su nido. Cuando miras
¿Quieres que yo muera? un objeto, puedes ver cuánto tiene de centro. Un objeto de
Agnes rió estrepitosamente. poder verdadero tiene un centro. Eres atraída hacia esas cosas,
~so es gracioso -se burló-o Yo no puedo evitar que y ni siquiera sabes por qué.
mueras. Haz a un lado tus ojos engañosos y ve qué es real. -¿Qué relación tiene todo esto con el cesto del matri-
Las personas pueden parecerte importantes por una cosa u monio?
otra. Les temes puesto que aparentan tener cierto tipo oc poder. -Hemos hablado mucho directa e indirectamente acerca
Pero si supieras de tu muerte, serías capaz de ver quién de de robar. Has aprendido que antes de poder robar con eficacia
entre esas personas posee realmente poder, y son pocas. Sólo debes ser una guerrera. ¿Entiendes eso?
puedes ser peligrosa cuando aceptas tu muerte. Entonces te -Sí. .. lo recuerdo.
vuelves peligrosa a pesar de todo. Debes aprender a ver a los -Antes de poder ser una guerrera eficaz debes conver-
seres despiertos. Una mujer peligrosa puede hacer cualquier tirte en una cazadora experta... la gran guerrera fue previa-
cosa porque hará cualquier cosa. Una mujer peligrosa hará lo mente una gran cazadora.
inconcebible porque lo inconcebible le pertenece. Todo le -¿Qué debo saber para ser una cazadora eficaz?

162 163
Agnes rió como una chica. su alrededor, y si los comes, tú también las tendrás. Se puede
-Muchas cosas, aunque nunca podrás saber todo. Como conocer un pueblo por lo que come. Una nación de esclavos
verás, ser cazadora es muy complicado. Escucha, existen mu- no sabe nada de sí misma ni de nadie. Existen tantos tipos de
chas criaturas para cazar. Si sabes cómo, puedes cazar y atra- alimentos ... alimento para el corazón, alimento para el cuer-
par un espíritu. Puedes hacer trampas para espíritus y trampas po y alimento para tu mente.
para atrapar bebés de agua pero, no obstante eso, debes saber -¿Hay que comer carne?
cómo hacerles comida. Por el momento, los espíritus están -No. Trata de comer comida medicinal, comida con
ocultos para ti. . . crees que son producto de tu imaginación. espíritu. Si tú también eres comida, los jefes del mundo ani-
Pero la imaginación puede volverse contra ti y matarte si no mal y vegetal te hablarán y te dirán tus dietas adecuadas.
sabes cómo mirarla correctamente. Si cazas un conejo. es una -¿Se puede comprar ese tipo de comida en un almacén?
cosa. Si cazas un oso gris, es otra cosa totalmente distinta. El -Sí, casi siempre; pero tendrás que saber mucho más
conejo y el oso gris son animales de caza diferentes. Jamás sobre comida del despertar... por ejemplo, qué comida sufrió
pienses que un conejo es inofensivo. He descubierto que los y qué comida se ofreció intacta.
conejos pueden matar a un hombre con facilida~l. Por suerte, -No comprendo.
es infrecuente que hasta los buenos cazadores vean un conejo -Ya lo sé. Tomemos un poco de sopa.
así. Si intentaras matar ese tipo de conejo, éste golpearía sus Agnes no dijo mucho después de que terminamos la
patas traseras contra el suelo, el mundo desaparecería para ti y sopa. Era obvio que estaba cansada de hablar. Decidí irnle a la
tú morirías. El oso gris tampoco es presa para el cazador cama.
estúpido. Nunca subestimes ni siquiera al caribú. Se dice que Mientras me desvestía, Agnes tomó el muñeco lobo por
algunos caribúes pueden dispersar ·la mente a tales distancias el pescuezo y lo sacudió varias veces. Le ladró y saltó alre-
que algún día enloquecerá al cazador. Estás cazando came, no dedor de él. No tenía ni idea de qué estaba haciendo, así que
debes desperdiciar nada de ella... ni siquiera los huesos. La decidí que estaba jugando.
came cazada posee un espíritu. Tiene un gran espíritu que te
fortalecerá. La carne dulce de los animales esclavos no posee
ninguna responsabilidad para contigo. Su sabor es dulce, pero
te vuelve gorda e indolente. Debe estar equilibrada en el mundo Al amanecer del día siguiente salí con Agnes de la ca-
físico y equilibrada en el mundo espiritual. Luego esos dos baña. Me señaló varios insectos y explicó qué pájaros y ani-
equilibrios deben ser equilibrados otra vez. males los comían. Luego me mostró las plantas, indicando
-¿ y ese doble equilibrio se consigue a través de lo que qué animales tenían preferencia por cada una de ellas. Me
comemos? -pregunté, tratando desesperadamente de seguir pidió que repitiera todo lo que había dicho. Evidentemente,
la línea de lógica de Agnes. yo iba a establecer una relación directa y pragmática con el
-En parte. Si comes cáme esclava, no crees que nadie conocimiento que ella deseaba impartirme.
pueda hacerte nada. Esos animales esclavos tenían trampas a Quiso saber si yo veía algún animal de caza.

164 165
-No, nada. fuera de lugar. Otras dejarán rastros evidentes que te llevarán
-¿No ves los urogallos allí? Ese árbol está lleno de de regreso a tus propias trampas. Cuanto más puedas ver, más
ardillas. Y hay ciervos pastando más allá de esas rocas. Allá sabrás acerca de qué harán otros seres ... y más posibilidades
hay codornices y pronto los patos echarán a volar. tendrás de ser una cazadora exitosa.
No había visto ninguno de los animales o pájaros que "Hay días buenos y malos para cazar. Por lo general, hay
mencionó, pero cuando observé con más atención, vi que es- algún tipo de presa en cualquier sitio, algunas buenas, otras
taban allí. que no vale la pena matar. Obviamente, tienes que ir a los
-Sí, los veo -contesté con excitación-o Jamás los lugares buenos para conseguir la presa que deseas. Como
habría advertido si no me los hubieras mostrado. ¿Cómo pue- cazadora, jamás debes vacilar. Tienes que analizar y luego
des ver de ese modo, Agnes? atacar, y para hacer eso con eficacia necesitas conocer tu pro-
-,--Sé dónde mirar. Desarrolla ojos hambrientos ... ojos pia fuerza y debilidad. No hagas nada estúpido. Sé la cazadora
que sientan hambre antes que tu estómago. Para ser una premeditada, furtiva. La buena cazadora no tiene una opinión
cazadora, debes tener conocimiento de lo que estás cazan- tonta de sí misma. La buena cazadora mata. ¿Qué significa
do. Allí comienza la caza. Se empieza aprendiendo cómo,actúa hincharse de orgullo y dejar escapar la presa? Es W1 insulto a
un animal. Tienes que ver la presa cuando otros no la lo cazado. La presa perdida· tiene derecho a ir a la casa del
ven. Un buen cazador siempre puede hacerlo. Lo he presen- espíritu y pedir que envíen un espíritu a cazarte. . . ya sea a
ciado a menudo. .. un cazador ve al animal y los demás matarte o a enloquecerte. Sabemos dentro de nosotros dónde
no. Si no puedes ver la presa, debes saber dónde está para está echada la" presa, y nuestra misión es matarla.
hacerla levantar vuelo. Lo que no debes olvidar es que la "Asegúrate siempre de ser la cazadora y no lo ca-
matanza debe ser limpia. ¿Cómo puedes lanzar una tlecha sin zado. El sendero del cazador es sagrado. Nunca mates nada
antes ver la presa? Se necesita mucho más tiempo para aprender precipitadamente ... ni siquiera a un insecto. hnagina si algo
a cazar un hombre. Para cazar un hombre, un hombre con inmenso te aplastara a ti irreflexivamente. Mata sólo los ani-
poder, tienes que utilizar todo tu ingenio y hacer todo lo males de caza que puedas matar y no invadas el territorio de
posible para que no te engañe. animales más astutos que tú. Acércate siempre con reverencia
-¿Estás hablando de Perro Rojo? -pregunté. a tu presa.
-Sí, pero en este momento no puedes pensar en -¿Eso se aplica a Perro Rojo?
cazar un ser tan poderoso. La mayoría de los seres sólo -Por supuesto. Él tiene lo que tú deseas y sabe todas
realiza acciones irreflexivas. . . primero aprende a cazarlos. estas cosas. Aproxímate a cualquier animal de caza con re-
Cuando puedas cazar un ser irretlexivo con facilidad, en- verencia, agradecida por ser la cazadora y no quien debe caer.
tonces podrás pasar a presas más peligrosas. Siempre debes Yo quería saber más sobre la caza, pero Agnes había
aprender de los poderes de lo cazado. Todas las criaturas terminado con el asunto.
hacen una cosa u otra. Algunas cubren sus huellas y otras no. "Tengo que darte poder para que seas eficaz --dijo-,
Algunas no dejan rastro, ni la más mínima brizna de pasto no ideas de tu voz interior que desconoces ni conocimiento

166 167
prestado. Quieres poseer habilidad, ¿no? No puedes matar a -Si fuera de caza con mis amigos, se sorprenderían de
un animal hablando. las presas que soy capaz de localizar.
Agnes empezó enseñándome a mirar, a ver "ver dentro -¡No quiero oír hablar de esos asesinos! -exclamó
de la maleza" como lo denominaba ella. Agnes.
Durante los días siguientes, lo único que hice fue cami- -¡Asesinos! -repetí bruscamente--. Son cazadores como
nar por los alrededores. Al final de cada,día debía informar a tú. A algunas personas les gusta la caza mayor.
Agnes los distintos animales que había visto. Se suponía que -Dije que eran asesinos. No existe ni un cazador entre
no debía pensar... dejarme llevar por otra cosa que no fueran ellos. Los he visto muchas veces. Vienen aquí y disparan a
mis ojos. Agnes me dijo que no tuviera un punto focal sino cualquier cosa. No respetan a los pájaros anidando. . . para
que estuviera alerta a "fuerzas" que me guiarían a donde debía ellos, cazar es asesinar. No respetan la vida. Rodean con he-
ir. Al cuarto día, ya podía encontrar faisanes de ese modo. licópteros a potros salvajes y coyotes y matan sin honor. De-
Agnes estaba contenta. berías explicar a esas personas que se creen mejores que las
-Eso es poder -afirmó. presas que cazan, que algún día ellas también morirán. El pri-
Yo también estaba contenta COI) mi nueva habilidad. mer sitio en lo lejano donde va ese tipo de asesino es a un
Comencé a cobrar conciencia de muchos tipos de ani- claro. Los espíritus de todos los animales que ha asesinado lo
males.Vi ciervos, alces, anu10pes, zorrinos y conejos. Avisté circundan. . . sean lo que fueren. Podrían ser patos o gatos y
pavos salvajes y otros pájaros de caza tales como chachalacas osos.
de las praderas y urogallos. Vi un castor y dos visones y en "Los espíritus preguntan: "¿Por qué nos mataste injus-
una oportunidad me sorprendió toparme con un lobo. Después tamente?" Es mejor que ese bastardo idiota tenga una buena
de mirarnos un par de minutos, corrí a la choza a contárselo a respuesta o esos animales lo harán pedazos hasta recuperar su
Agnes. dignidad.
"Dice mucho -manifestó-. Fue una señal medici- -Estás loca, Agnes --contesté-o Es un invento tuyo.
nal.. . una gran bendición para ti. De todos los animales en la --Comprobarás si es o no un invento mío cuando llegue
maleza, el lobo es el más difícil de ver y resulta casi im- tu hora. Te digo algo que sé con seguridad. Te he dicho
posible atraparlo. Debes cortarte un mechón de cabello, regre- muchas veces que todo tiene un motivo. Existe la justicia...
sar al lugar donde lo viste y dejarlo allí. Ese lobo no tenía que quizá' no inmediata, pero el Gran Espíritu tiene una
permitir que lo vieras. ¡Sabía que tú estabas adquiriendo poder eternidad para elaborarla. Nosotros los humanos apenas
y salió a ayudarte! contamos con este breve lapso antes de caer. Quiero
Durante ese período, Agnes se mostró reticente. Con pasar mis días como una guerrera y reconocer la belleza en
frecuencia me interrumpía para decir: todas las cosas. Un animal es un hijo del universo, igual
"Escúchate a ti misma. Yo ya estoy cansada. que tú y que yo. El matar a un animal libre y salvaje debe
Me sentía muy abandonada. hacerse con la comprensión de nuestra propia muerte. De lo
Una noche después de cenar, comenté: contrario, déjalo ser. Lo más increíble es que estos asesinos

168 169
ni siquiera saben lo suticiente para sentirse avergonzados. cidenle~ los sueños de las ancianas sagradas no había con-
-Bueno, ¿qué estoy tratando de aprender a hacer? fusión. Decir accidente es una fonna de ceder la propia res-
-pregunté con desesperación. ponsabilidad de una acción para que otro la tome. Si abofeteara
-Estás aprendiendo a cazar animales peligrosos,. a ha- tu rostro hasta que no pudieras oínne, no te gustaría. Bueno,
cerlo valiente y ferozmente, y con honor. Estás yendo más eso es exactamente lo que has hecho, y a mí tampoco me
allá de eso y aprendiendo cómo robar poder. Si viera ese gusta.
tipo de asesinato en tu corazón, te enviaría lejos de aquí Nunca había discutido con Agnes, pero ese día tuve ga-
con la esperanza de que te reunieras pronto con tus nas de hacerlo. El asunto era complicado, ya que cada vez que
ancestros. dudaba de las palabras de Agnes y miraba en lo más profundo
Ojalá pudiera relatar todo lo que Agnes me enseñó durante de mi ser, invariablemente descubría que ella tenía razón.
las siguientes semanas. Me llevaría muchos libros, y retle- Cuanto más me enseñaba Agnes, menos eficaz parecía
xionaré sobre ese tiempo el resto de mi vida. volvenne yo. . . me sorprendí actuando con vacilación. Mis
Un día me mostró huellas de cuervos en el campo. intentos de poner trampas, por ejemplo, fueron muy torpes.
-Es posiblerastr~ar pájaros en el cielo. Los grandes La mitad de las veces, las trampas se cerraban solas. La otra
rastreadores sabían hacerlo. Hasta el cielo deja una imagen. mitad, ni un tanque habría logrado activarlas.
Mientras ella hablaba, me paré sobre las huellas de cuer- -Quiero que pongas una trampa en el abrevadero del
vo y las borré. Agnes me miró con frialdad. Arroyo del Hombre Muerto -dijo Agnes.
-Lo siento -me disculpé-o Fue un accidente. Mientras nos aproximábanlos al abrevadero, Agnes me
-En el mundo medicinal, no existen los accidentes empujó hacia atrás con el brazo.
-replicó furiosa-o Cada acto tiene un significado. ¿No lo "¿Qué estás haciendo mal? -preguntó.
comprendes? Eso es el rastreo. Accidente es una palabra nacida Pensé un momento.
de la confusión. Significa que no nos comprendimos lo sufi- -No lo sé.
ciente para saber por qué hicimos algo. Si resbalas y te cortas -¿De dónde sopla el viento? Debes acercarte al abre-
un dedo, hay un motivo por el cual lo hiciste. Alguien en tu vadero de modo que tu olor no flote a través del sendero, a
morada lunar quiso que lo hicieras. Si supieras escuchar a los favor del viento. Estamos yendo por el lado equivocado.
jefes dentro de tu morada lunar, jamás harías una cosa tan -¿Los animales tienen tan buen olfato, Agnes?
tonta. Un hechicero jamás comete un error. Una hechicera -Las personas apestan. Los animales de aquí conocen
sabe cómo enviar a sus exploradores fuera de su morada lunar el olor de los hwnanos perfectamente.
para que exanünen las cosas. Cuando ella llega a destino sabe Agnes y yo vadeamos el arroyo contra la corriente. Colo-
qué esperar, puesto que sus exploradores ya han estado allí y qué la trampa en el borde del agua y Agnes me hizo frotar
le han contado todo. hojas muy perfumadas en el cuero crudo.
-No fue mi intención pisar las huellas ---expliqué. ''Esto sirve para encubrir ---explicó-. Esas hojas disimu-
-Sí lo fue. Siempre río cuando escucho la palabra ac- lan tu olor. ¿Cuál es el cebo?

170 171
-¿El agua? órdenes concisas. Nunca le discutía ... me convertí en URa es-
':""'Sí, para esta trampa, el cebo es el agua. ¿Capturará tudiante cabal. Trataba de asimilar todo el conocimiento posible.
algo esta trampa? Una tarde, durante ese período, irrumpí en la cabaña y
-No lo sé. me llevé por delante a Hyemeyohsts Stonn. Me sorprendió
-No, no lo hará -afinnó Agnes señalando--. La abraza- verlo allí.
dera es demasiado ancha. Si estuviera bien construida, ten- . La mesa estaba cubierta con una manta de cacique y
drías una oportunidad. Nunca atraparías con una trampa a· un sobre ella había un gran escudo, el más hennoso que jamás
viejo coyote de por aquí. Los viejos astutos conocen el sacrifi- había visto. Una cola de plumas de halcón increíblemente
cio. Estos animales fingirán correr hada el abrevadero. El parejas colgaba de un costado, casi tocando el piso. Agnes
animal joven, al ver al viejo, se le adelanta en su avidez y estaba sentada de piernas cruzadas cerca de la mesa, exami-
queda atrapado. nando las plwnas pegadas a la cola del escudo.
"Lo más importante en una tranlpa es el cebo. Cuando -¿Qué estás haciendo aquí, Hyemeyohsts?
utilizas el agua como cebo; tecuerdaque será la sed lo que -Le estaba mostrando a Agnes un escudo de hechicero.
atraerá a la presa. Si conoces el cebo correcto, podrás atrapar Quería su consejo sopre un asunto. Agnes es como una abuela
cualquier ser que desees, pero :sólo si también sabes cómo para mí,. ¿acaso no tengo derecho a visitar a. mi propia fa-
hacer la trampa correcta. Antes de cazar un animal o una cosa, mi~ .
aprende su verdadero temperamento. Balbucí algo inarticulado en respuesta.
Aprender a cazar y todo lo que se relacionaba con ello... "¿Qué te parece el escudo? -preguntó Hyemeyohsts.
como .clasificar y distinguir las diferentes calidades de los -No sabía que los escudos eran así. Nunca he visto
animales de caza... era un trabajo constante. Agnes poseía un nada tan grandioso.
conocimiento inagotable de la fauna salvaje y la caza y sus -En un tiempo había muchos escudos como éste ---ex-
métodos para comunicarlo eran arduos. Me hizo atravesar el plicó Agnes,-, pero fueron escondidos o destruidos; Muy
porche en puntas de pie hasta que pudiera hacerlo sin el más pocas personas tienen el privilegio de ver un auténtico escudo
mínimo ruido. La tarea me tomó tres días de esfuerzo con- de hechicero.
cienzudo y para cuando tenniné, conocía cada centímetro de El hechicero tenía una gran águila azul pintada en el
la superficie del porche. Podía cruzarlo en varias direcciones centro. El cuerpo estaba bien estirado, posiblemente fuera de
sm hacer un solo ruido. anu10pe, y plumas de águila bordeaban el contorno. La cola
Agnes dijo que yo era demasiado contemplativa. Tenía de plumas de halcón medía poco más de un metro de largo,
que aprender a ser más agresiva. Pasaba todo el tiempo al aire con plumas en ambos lados. El poder parecía emanar de él.
libre, excepto las noches. Agnes parecía estar experimentando Hyemeyohsts puso el escudo con cuidado sobre la cama
conmigo más que instruyéndome. Algunos días no me daba y tomamos café. Conversamos un rato mientras Hyemeyohsts
comida ni agua y me hacía trabajar... cortar leña o acarrear mostraba a Agnes varias ruedas medicinales con abalorios de
rocas. . . sin ningún motivo aparente. El diálogo se redujo a distintos colores y diseños. Agnes las movía sobre la manta

172 173

L
en diferentes posiciones. En apariencia, los movimientos poseían enseñanne. Pensaba que quizá tendría que pasanne años en
un significado oculto. calidad de iniciada. Sentía que necesitaba más tiempo. Traté
Hyemeyohsts señaló: , .. de decir algo, pero no pude.
~Si miras dentro de los círculos, comenzaras a percIbIr "No, no estás lista --continuó Agnes-, pero no sé qué
el gran círculo del hechicero. Los círculos más pequeños son otra cosa hacer. No puedo pasarme la vida enseñándote cosas.
tus enseñanzas. Estas ruedas medicinales son como escudos. Los soñadores creen que tienes poder, y es hora de ver si
Agnes levantó una de la ruedas con cuentas y la sostuvo tienen razón.
contra su corazón, luego la devolvió a la mesa con las demás. -Agnes -dije con angustia-o Estoy más confundida
"Estas ruedas medicinales son anillos de significado si ahora que cuando empecé. ¿Cómo podré hacerlo sin saber
encuentras tus ojos -prosiguió Hyemeyohsts-. Tomadas más? Todavía no sé absolutamente nada de 10 que me estás
juntas, son piezas de un rompecabezas .. Al igual que _la gran enseñando.
víbora medicinal comiéndose su propIa cola, te sonarán a -Sabes más de lo que crees. Estoy enseñándote a ser un
través del sueño. Son segmentos en el mandala de tu vida y la ser subrepticio.
mía. Si alguna vez acomodas los círculos de modo que re- -Pero ¿qué es eso?
flejen el gran círculo del hechicero, te liberarás de la il~sión. -Un ser subrepticio es un ser creíble. No reconocerías a
Habrás realizado tu acto de poder, tu verdadero propÓSIto en un ser subrepticio si lo vieras. Pero bueno. . . así es com?
la vida. En ese acto está tu muerte y en tu muerte encontrarás queremos que sea.
tu verdadero círculo. Pero no estás lista para estas enseñanzas. -Tal vez mi pregunta te parezca estúpida, pero ¿eres un
Agnes me pidió que hiciera algunas cosas en la cabaña y ser subrepticio, Agnes?
después me sentí tan cansada que me acurruqué en la cama -No es una pregunta estúpida, ya que no puedes ver
junto al hermoso escudo y dormí hasta la mañana. Cuando que lo soy. Una criatura subrepticia puede entrar en una habi-
desperté, Hyerneyohsts me había cubierto con su manta, pero tación y hacer lo que desee. Puede abandonar la habitación
el escudo ya no estaba y él tampoco. cuando lo desee. La mayoría de los seres que entran en una
Pasaron tantos días que perdí la cuenta. Sospechaba que habitación son guiados y confundidos, pero un ser subrepticio
Agnes no estaba satisfecha con mi progreso. Un atardecer, puede entrar y salir de cualquier habitación que desee. Un ser
después de un largo día de rastrear un ciervo, estábamos sen- subrepticio cortó tu pelo y se llevó lo que quería. Un ser
tadas contemplando la puesta del sol, ambas calladas ante el subrepticio es peligroso y no teme atacar. Este ser te desorien-
grandioso espectáculo. tará, a menos que tú también seas una criatura subrepticia. Un
-Mañana por la mañana -dijo Agnes de pronto-, ser subrepticio sabe de su muerte.
comprobarás si posees la cautela para robar el cesto. Irás a -Bueno, ¿estoy cerca de convertirme en un ser subrep-
casa de Perro Rojo y lo intentarás. ticio?
Me sorprendí, en particular porque sentía que sólo había Nunca había visto a Agnes reír tan fuerte. Su rostro se
aprendido muy poco de lo que Agnes había estado intentando llenó de lágrimas y me palmeó la espalda.

174 175

-
~Hice lo que pude -<:oncluyó-. Por eso estás aquí. Si recae sobre él. El polvo se arremolina alrededor y oye voces
logras robar el cesto, eso será un acto de subrepción, el acto provenientes de lo lejano. No es un cazador completo. Parece
de una gran guerrera. Cuanto mejor es la cazadora, más humilde, pero está obsesionado con su propia importancia.
peligrosa es su presa. Un hombre como Perro Rojo es más pe- Otros seres ven al ser incapaz que ha hecho un descubri-
ligroso que casi cualquier espíritu. Perseguir a un hombre miento centelleante y están fascinadas. En la mayoría de los
como Perro Rojo y robar de su guarida •. yo diría que si eres casos, el ser incapaz provoca la devastación y la ruina. Va de
capaz de hacerlo estás muy cerca de convertirte en un ser un lado a otro, abriéndose camino hacia donde desea ir, pero
subrepticio. sin cautela. Posee el poder de un toro joven, y quizá se con-
-¿Pero todavía no? vierta én un rey o gobernante, o en un líder religioso, pero
-No. Aún no. Este país de malezas todavía es nuevo nunca es un cazador completo. Sólo puede guiarte hasta donde
para ti. La cautela significa poder, y todavía eres torpe. Es él ha llegado, ¿y por qué no habría de hacerlo? Cree que el
difícil que un torpe atrape algo con sus trampas. Los torpes descubrimiento centelleante es todo lo que existe. Lo sostiene
atrapan a otros torpes. Los seres estúpidos viven a expensas contra. su pecho y corre con estruendo por toda la tierra, y la
uno del Qtro, pero no dejes que esto te engañe. Los seres gente sale a mirar y se mancha COl) su falsa pintura. Se coloca
subrepticios pueden estar donde quieran cuando quieran y puedes su ornamento de abalorios y 'va tras él camino a su destruc-
esperar a un ser subrepticio toda tu vida y no verlo jamás. ción.
Sólo un ser subrepticio puede ver a otro ser subrepticio. Un ''Probablemente pienses que tú no seguirías a un· ser in-
ser subrepticio tiene sueños reales. capaz, pero no rías. Podría enviarte de vuelta a tu.casa con un
"Ningún obstáculo detendrá a un ser subrepticio. Donde descubrimiento centelleante en este preciso momento. Podrías
desaparecen las pisadas del ser subrepticio, verás un cuervo o tener todos los grandes cestos que han existido, excepto uno.
un globo o un águila, pero lo que estarás viendo realmente es O podría engañarte y decirte que te estoy dando el cesto del
a un ser subrepticio practicando la levitación. El problema con matrimonio y te marcharías feliz, pero no lo tendrías ... ten-
los seres incapaces es que nunca observan las múltiples partes drías el encubridor. Pero no renunciaré a enseñarte. No ·te
de los senderos enmarañados. Carecen de conocimiento, yeso engañaría con 'respecto a eso. Quiero que consigas lo que
es bueno... no sabrían qué hacer con él si lo tuvieran. viniste a buscar. Deseo con todas mis fuerzas que tengas el
"De tanto en tanto, los seres incapaces encuentran piezas cesto del matrimonio. De hecho, probablemente signifique
importantes. Ten cuidado cuando lo hagan. Dicen, "¡Ajá! Es más para mí de lo que imaginas.
muy simple." Esto sucede cuando persigues el poder y reco-
ges la primera cosa brillante que ves. Cuando vas tras la
subrepción y ves objetos brillantes, debes levantar la mirada y
pasar de largo.
"Cuando un ser incapaz hace un descubrimiento cen-
telleante y recoge la cosa brillante, es su fin. La maldición

176 177
Primero debes darte cuenta de que estás en peligro.

Autora

Había comenzado.
Mientras observaba, un neblina de luz gris perla se asen-
tó en tomo de la cabaña de Perro Rojo. Estaba acostada boca
abajo al abrigo de un arbusto de moras, cubierta con hojas. y
tenía la cara ennegrecida con barro del río. Los olores de la
tierra penetraban profundamente en mi nariz. Aguardaba con
ansiedad. Las hormigas caminaban alrededor y sobre mí, tan-
teando mi piel en busca de comida. Era insoportable, pero no
me atrevía a moverme. Había estado allí durante dos días.
El palacio mágico de Perro Rojo, pensé. ¿Cómo alguien
con poder suficiente para matarme y albergar el cesto del
matrimonio podía vivir de ese modo? La cabaña era rectangu-
lar y baja, y parecía abandonada. Montones de barro y diarios
viejos rellenaban espacios entre los troncos. El techo de chapa
estaba oxidado y lleno de agujeros remendados con papel
alquitranado verde y rojo. Las pequeñas ventanas estaban tan
sucias que no se podía ver el interior. Un gallo y gallinas
cloqueaban detrás de la choza alrededor del cobertizo que
parecía parcialmente enterrado en el suelo sólido y oblicuo.
Ben y Drum iban todo el tiempo al cobertizo de herra-
mientas, donde abrían la pesada puerta con esfuerzo y se per-

179
dían durante varios minutos. Los oía haciendo resonar me- Cuando Ben y Drum abrían de un golpe la puerta del
tales, golpear y rasquetear. Ben solía apoyarse en el vano de frente de la cabaña, yo me sobresaltaba. Salían para ir a la
la puerta y hacer comentarios sarcásticos. letrina u orinar desde el porche, pero Perro Rojo parecía no
-¿Estás seguro de que sabes cómo usar un clavo, Drum? . sentir la misma necesidad. Jamás lo vi y ni siquiera estaba
-preguntaba, arrojando un cigarrillo prendido al suelo y apa- segura de que estuviera allí. Durante dos días, los únicos
gándolo con el pie-. ¿No es demasiado para ti, verdad? ruidos que oí fueron los cencerrros de las vacas, el cloquear
Drum salía con herramientas o trozos de soga y re- de las gallinas y l<>s golpes de las puertas de la cabaña y la
corría el terreno hallando cosas, mientras Ben lo seguía letrina.
detrás como supervisándolo. Limpiaba pi~zas de maquinaria Al atardecer del segundo día, de pronto, un alarido de-
oxidada, cavaban hoyos y ponían algo como basura en mente brotó del interior de la ;cabaña. Se me pararon los pe-
ellos, a veces se pellizcaban de manera juguetona y se hacían los. .. con hojas y todo. Primero se sintió un grito agudo
bromas a los gritos. En ocasiones se limitaban a permanecer como el de una lechuza blanca, se repitió una y otra vez y fi-
de pie uno al lado del otre.· Ambos parecían trabajar lo menos nalmente fue seguido por algo parecido .al lamento de una
posible. criatura prehistórica. UnQs minutos después, un gemido
La letrina tenía una puerta oxi~ada con resortes que cru- estridente se sucedió varias veces y un gruñido bajo contestó.
jían con irritante persistencia cada vez que el viento la abría y Estos sonidos continuaron durante un largo tiempo, pero nunca
la cerraba. La cabaña de Perro Rojo bien podía llamarse El vi qué o quiénes los emitían.
Basural, puesto que todo tipo de objetos oxidados, desvencija- El silencio retomó con igual brusquedad. Sólo se <>ía el
dos y putrefactos estaban abandonados alazar, encajados en el susurrar de las hojas y el viento soplando sobre la mesa.
suelo como si los hubieran plantado. hacía cuarenta años. Un Estaba a punto de cerrar los ojos y dormitar cuando sentí un
viejo arado que debió de haber sido de bronce dormitaba al ruido fuerte y luego pasos apresurados. Un ratón gris salió de
sol. Había varias pilas de neumáticos viejos cubiertos de hier- la cabaña por debajo de la puerta, atravesó el porche y corrió
ba a las que el gallo se trepaba para cantar a sus anchas. Era ·hasta una roca. La puerta se abrió y primero Drum y después
dueño del Basural y así 10 proclamaba. Ben se apuraron hacia afuera y observaron los alrededores.
Hacia la derecha, detrás de una cerca derrumbada, había -¿Dónde diablos está? -preguntó Drum.
dos vacas flacas, los huesos de la cadera les sobresalían bajo -Allí.
la piel. Les faltaba el pelo en varios lugares, sus ubres pare- Ben y Drum persiguieron al ratón por todo el frente de la
cían secas y los cencerros que colgaban de 'sus cuellos sona- casa, tratando de acorralarlo. El ratón se subió a un árbol,
ban mientras las lastimosas bestias comían su.magro alimento. saltó el techo de chapa y bajó por un poste. Era veloz y hábil
Un viejo Ford T se encontraba a un costado, totalmente Y Ben y Drum no se le podían acercar lo suficiente para
desvalijado, le habían sacado hasta el eje. Entre el paragolpes atraparlo. Cuando parecía que ya lo·tenían,·el roedor realizaba
trasero del auto y un costado de la letrina colgaba una hamaca una maniobra inesperada, asomaba en el lugar menos pensado
andrajosa que se mecía en el viento. y chillaba con deleite.

180 181
'1
"
1,1 :>

"Allá está -gritó Ben. Corrieron lo más rápido que pudieron hacia el cobertizo
Ben y Drurn corrieron hacia donde el ratón había re- y entraron.
aparecido, esperaron hasta estar casi sobre él y luego echaron "Cierra bien la puerta -oí decir aBen.
a correr de nuevo. La diminuta criatura los engañaba a cada Entonces se oyó un ruido que jamás en mi vida había
paso. sentido... como el rugir de una fiera. Ben y Drurn abandona-:-
Luego pareció que el ratón había cometido una equivo- ron el cobertizo y se alejaron corriendo.por el camino como si
cación fatal. .. se metió dentro de una lata oxidada. Drum se hubieran visto al mismo demonio. El ratón salió poco después
zambulló sobre la lata y tapó la boca con una mano. y volvió a la cabaña, pero Ben y Drurn no regresaron hasta
-¡Lo agarré! ¡Lo agarré! media hora más tarde.
-Déjame ver. Déjame ver, Drum. Al rato, aunque no se· produjeron sonidos desde el inte-
Drum abrió los dedos lo suficiente para poder ver el rior de la cabaña, vi una luz pálida y anaranjada ardiendo a
interior de la lata y la sacudió. Volvió a mirar. través de la ventana. Los últimos rayos de sol se reflejaban
"¿Está adentro? sobre los troncos. Aún no había señales de Perro Rojo, pero
-Tiene que estar adentro -contestó Drum-. Lo vi. no pensaba moverme hasta asegurarme de que se hubiera ¡par-
Miró otra vez y agitó la lata. chado.
"Demonios, tendría que estar allí, pero no lo veo. La luz dentro de la cabaña se apagó, la puerta se abrió y
-Se escapó -dijo Ben-. Jamás lo atraparemos. Ben y Drum permanecieron en las profundas sombras del
Drum sacudió la lata nuevamente, cada vez más fuerte, y porche susurrándose al oído. Luego se fueron por el camino.
la dio vuelta como para vaciarla. cantando. Observé sus siluetas desaparecer detrás de una coli-
-No está aquí -afirmó. na y la canción fue sofocándose gradualmente. Tenía frío y
En este preciso instante, el ratón cayó de la lata al suelo. estaba nerviosa. Deduje que si la vela se había apagado era
Drum y Ben gritaron y la persecución se reanudó. El ratón porque no había nadie dentro de la choza. .. el momento que
corrió a lo largo del costado de la cabaña y hacia la letrina, se había estado aguardando había llegado. Ahora podía entrar en
volvió y pasó entre las piernas de Ben. Ben dio un salto la cabaña y robar el cesto. ¡O sea que durante los dos días de
fmgiendo horror. Luego el ratón fue hasta el borde de los observación, Perro Rojo ni siquiera había estado allí! Qué
árboles y esperó. tonta había sido.
"Hijo de puta -dijo Drum. Reinaba un silencio absoluto, excepto por el chirrido de
-Sí, hijo de puta -convino Ben. la puerta de la letrina. Hasta las gallinas estaban calladas. Me
El ratón giró la cabeza y los miró con sus ojos como froté los muslos y moví los pies para reanimar la circulación.
botones negros. Con toda tranquilidad, se dirigió al cobertizo Estaba rígida. Con el viento soplando en mi cara, me arrastré
y se deslizó por debajo de la puerta. con lentitud hacia adelante sin hacer ruido. Empecé a temblar.
"No hay forma de salir de allí, Drurn -comentó Ben-. Crucé los noventa metros hasta la cabaña y me agazapé contra
Lo tenemos. la pared de troncos. Había olor a querosén. Estaba oscure-

182 183
dendo con rapidez y las sombras se proyectaban en formas -Ven, Hueso de Sopa -dijo Ben llamando al perro.
irregulares. Escuché durante un par de minutos, avancé y es- Ambos silbaron y el perro, que se disponía a morderme,
peré de nuevo ... escuchando y mirando. Me invadió una gran se volvió de mala gana y trotó de regreso a la cabaña ladrando
ansiedad. Tenía la sensación de que me hallaba a punto de ser ocasionalmente. I
I
asesinada. -¡IDIOTAS! ¡ATEN A ESE PERRO SI NO QUIEREN QUE YO
La espalda contra la pared, palpé con las manos el áspe- LOS MATE! ¡ESTOY TRATANDO DE DORMIR!
ro exterior de los troncos y me acerqué a la ventana. Coloqué Era la voz de Perro Rojo. Había estado todo el tiempo
las manos en el alféizar, tentándolo, tratando de percibir qué dentro de la cabaña .
. había dentro de la cabaña. Nada. Espié por un borde. Los A partir de entonces, la noche se volvió silenciosa y, al
vidrios estaban cubiertos de mugre y reflejaban el cielo. Froté día siguiente, nada se movió alrededor de la cabaña. Ni si-
un círculo con la manga de mi camiseta. ahuequé las manos quiera cantó el gallo.
sobre mis ojos y las apoyé contra el vidrio frío. Intenté enfo- Al atardecer comenzó el ruido del tambor. El ritmo era
car mis ojos pero no pude ver nada. Si Perro Rojo estuviera irritante... en nada parecido a cómo tocaban Agnes y Ruby.
allí dentro, sabría que yo estaba por entrar. JUJl.té todas mis El sonido parecía rozar la tierra y. embolsarse. Como si no
fuerzas y caminé hasta la puerta, sin pensar en otra cosa que tuviera motivo alguno, excepto turbar el aire. Continuó
no fuera el cesto del matrimonio. Giré la perilla despacio y sonando varios minutos y creí oír rebuznos. Luego el suelo en
entreabrí la puerta. tomo de la cabaña se sacudió, sentí pisadas de cascos sobre
. Estaba aterrorizada. tablones de madera y fmalmente un estruendo muy fuerte.
Desde el camino, sentí el furioso ladrido de un perro... Acto seguido, los rebuznos y el tamborileo cesaron, la puerta
sonaba salvaje. Cerré la puerta con el mismo cuidado con que de la cabaña se abrió con lentitud y Perro Rojo apareció en el
un
la había abierto y. presa de súbito pánico, me volví y corrí vano.
sin hacer ruido a través del frente· de la casa. y hacia mi Se asemejaba a un hombre de montaña desaliñado. Lle-
matorral de árboles y arbustos, donde me zambullí debajo de vaba unos viejos pantalones color caqui y una campera militar
hojas y tierra. color amarillo verdoso, el pelo rojo le llegaba hasta los hom-
El perro se encontraba en el porche, gruñendo y mos- bros y tenía una larga barba. Sus ojos poseían el mismo deste-
trando los dientes. Luego sentí suaves pisadas caninas. Podía llo penetrante de la mirada de un águila. Me estremecí. ¿Era
ver sus ojos mientras olfateaba directamente hacia mí, gruñen- mi imaginación o realmente podía sentir su fuerza a la distan-
do. Permanecí inmóvil. cia?
-¡Cállate, Hueso de Sopa! -bramó la voz de Drum. • Sostenía un objeto plateado que brillaba como un cuchi-
-Probablemente tenga algún zorrino acorralado en un llo en el sol poniente. Cerró la puerta, caminó hasta el borde
árbol -aventuró Ben. del porche y se sentó. A pesar de las pesadas botas, se movía
-No me importa, me molesta ese maldito ruido. Des- en silencio. Mis ojos se fijaron en láS botas enormes, luego en
pertará a Perro Rojo y nosotros sufriremos las consecuencias. el cuchillo que estaba llevándose a la boca, como para lamer

]84 185
algo de la hoja. Advertí que no era un cuchillo sino una flauta. extendido. Me estaba hechizando. Se inclinó hacia adelante y
La mantuvo junto a sus labios un momento y luego una músi- pude sentir su aliento caliente. Lo adoré. Él encamaba los
ca suave y delicada brotó del instrumento. Empecé a relajarme. espíritus de todos los kachinas. Me llamaba. Me seducía, gi-
Perro Rojo echó hacia atrás la cabeza, cerró los ojos y tocó rando su cuerpo sensual con lentitud de tal forma que me
con desenfreno. Mientras escuchaba, el mundo normal co- acometió un gran deseo de alcanzarlo y tocarlo. La música me '1
menzó a desaparecer alrededor. incitaba y podíá oírme mascullando débiles sonidos suspiran-
Cerré los ojos, después los abrí con rapidez para ver con tes. De pronto sentí un calor opresivo. Estábanlos rodeados de
mayor claridad. Una vez más, reparé en las llamativas botas. luz y sombras.
Eran de un color extraño semejante al trigo, su textura casi -Iré contigo -murmuré y me dispuse a paramle.
plumosa. Parecían estar partiéndose. Noté que, debajo de las Di un paso. Entonces una mano poderosa aferró mi brazo y
rodillas, las piernas se estaban cubriendo de plumas. me volví con terror. Me encontré frente a los furiosos ojos de
Perro Rojo se puso de pie, las piernas bien separadas. Agnes.
Las notas de la flauta eran ahora más fuertes, incluso más -Ven conmigo -exigió ella, siseando las palabras en
melódicas. Con un derroc)le repentino de energía, Perro Rojo mi oído.
saltó en el aire. Era como si estuviera liberándose de la tierra. -¡No! -grité.
Ladeó la cabeza, dobló la cintura, giró y se convirtió en la Estaba loca de pasión. Luché un momento, tratando de
imagen de Kokopelli, el feroz espíritu kachina. Su gigantesca patear a Agnes y soltarme. Miré alrededor con desesperación
cabeza, como enmascarada, tenía una raya blanca pintada a 10 buscando al Kokopelli, pero solamente vi a Perro Rojo sen-
largo del centro. El resto de su rostro, excepto por círculos tado en el porche con su ropa color caqui, exactamente como
blancos sobre los ojos, era negro. Plumas rojas y blancas co- había estado antes. Me puse histérica. Lancé puntapiés e in-
ronaban su frente y una nariz fálica se proyectó en forma de tenté arañar el rostro de Agnes. Ella me golpeó y me des-
pico hacia mí. Un collar parecido a una gruesa víbora blanca y mayé.
negra se enrolló en su cuello. Vislumbré una bolsa colgando Desperté en la cama en la cabaña de Agnes. Mis propios
de su hombro. gemidos y lamentos me habían despertado. Tenía la cabeza
Por un momento, no pude mirarlo. Se 10 veía jorobado y hinchada y dolorida donde me había golpeado. La an-
grotesco en la luz declinante. horrendo y hermoso. Su maraca ciana se encontraba de pie junto a la cama, mirándome con
azul resplandecía, su flauta vibraba. Se lanzó a hacer cabriolas profundo desprecio en sus ojos iracundos. Golpeó un pie con-
alrededor de la cabaña, dando vueltas y bailando. Saltó al tra el piso.
techo, luego brincó al suelo muy cerca de mí y dio vueltas a -No lo llevabas puesto -gritó. Alzó una mano y ba-
mi alrededor. Comprendí que siempre había sabido que yo lanceó mi pendiente de asta de ciervo-o El pendiente no
estaba aUí. Me sonrió, una arrogante sonrisa de amor. Extrajo podía encontrarte. Fuiste arrullada casi hasta la muerte. Si
un anillo del bolso en su hombro y me 10 ofreció, provocándome, hubieras ido tras ese espejismo, Perro Rojo te habría quitado
saltando enloquecido de un lado a otro con su braZo pintado tu espíritu.

186 187
-Tenía intenciones de ponénnelo -balbucí-. Pero me
olvidé.
-Espero que no mueras. Ahora, jovencita, tendrás que
enfrentarte a las pasiones de Perro Rojo.

Los hechiceros nunca matan a nadie. Hacen que las


personas se maten a s( mismas.

Agnes Alce Veloz

No podí~ comer. Caminaba de un lado a otro de la cabaña.


Las paredes, el techo ... todo me agobiaba. Sentada en su silla
habitual, Agnes observaba cada uno de mis movimientos.
-Deja de mirarme, Agnes -dije.
Agnes no dijo nada mientras yo seguía paseándome sin
cesar. Podía oír las notas de la flauta de Kokopelli en mi oído
derecho. La pasión estaba enloqueciéndome.
"¿Por qué no puedo simplemente ir a hablar con Perro
Rojo? -pregunté-o Quizá podríamos llegar a un acuer-
do. -Mi voz sonaba quejosa como la de una niña malcriada.
-No -contestó Agnes y luego añadió:- Trata de en-
tender. Perro Rojo está cambiando el cebo. Él mismo se está
convirtiendo en cebo. Perro Rojo se ha portado mal y merece
una reprimenda.
Ni siquiera había escuchado las palabras de Agnes. Gol-
peé un pie contra el suelo y la miré con furia. Necesitaba aire.
-¿Puedo sentanne en el porche?
-No.
-¿Por qué no?
-No. Decididamente-no.

189
188
-Por favor, Agnes. me hubiera provocado una intensa comezón. Apenas podía
-No. No insistas. contener el deseo de salir corriendo.
-Oh, está bien. Agnes se puso a revolver dentro del baúl buscando algo,
Las notas de la flauta me recordaron la sonrisa lujuriosa de espaldas. Aproveché la ocasión para deslizanue hacia la
de Kokopelli. Sonreí con pesar y me disculpé por mi conducta puerta, pero Agnes me agarró del pelo y me empujó de vuelta
adolescente. Agnes asintió. a la cama. Empecé a aullar y a sollozar.
Transcurrió media hora de tortura. Cuando ya no pude "Oblígate a pensar, Lynn -oí decir a Agnes. .
aguantar más, aventuré: Pero la música de la flauta era como el órgano· de una
"Iré ·al auto a buscar un libro que dejé en el baúl. catedral resonando en mi mente. La boca se me llenó de
Agnes no contestó. espuma. Pateé y traté de arañar y morder a Agnes.
"Es un libro de yoga muy interesante, Agnes -agregué, -¡Te odio! -grité-o ¡Te odio! ¡Déjame ir o lo lamen-
abriendo la puerta-o Lo escribió un amigo mío. Te gustarán tarás!
los dibujos. Agnes encontró lo que estaba buscando dentro del baúl.
. Di unos pasos fuera de la cabaña y corrí por el. send~~ Sostuvo un pedazo ,de cuerda en su mano y otro en sus dien-
hacia el auto. A mitad de camino me detuve y miré haCIa tes. Tomó mis muñecas como si estuviera derribando un no-
atrás. Agnes no se veía por ningún lado. Suspiré hondo. villo y las ató a la cabecera de la cama. Después hizo una
"¡Te engañé, vieja bruja! lazada y ató mis pies a los pies de la cama, se incorporó y se
Caminé con satisfacción y doblé hacia la izquierda por sacudió el polvo de las manos.
el sendero que conducía a la cabaña de Perro Rojo. Me estaba -Listo -dijo.
descontrolando, pero no me importaba. La música de la flauta Apreté y estiré los dedos, forcejeé y grité enfurecida.
se volvió más fuerte, atrayéndome, y empecé a correr. Doblé Luego mi cabeza comenzó a despejarse un poco.
en el sendero entre dos grandes rocas y me detuve con brus- -Vamos, Agnes -dije por fm, intentando sonar mesu-
quedad; rada-o Soy una persona lógica. ¿No podemos discutir la si-
"Agnes -mascullé asustada-o Sólo iba a... tuación sin todo este melodrama? La soga me está lasti-
Agnes me bloqueaba el camino. Extendió una mano, me mando.
empujó hacia un costado y me obligó a girar. -Sí, y cuanto más te resistas a ella, más tensa se volverá.
-Regresa a la cabaña -me ordenó, indignada. Acercó su silla a la cama y se sentó. Con los ojos cerra-
Volví a los tropezones a la cabaña esperando otra opor- dos, cantó una dulce canción en cri, pero yo estaba demasiado
tunidad para escapar. ' enojada para prestarle atención.
"Siéntate en la cama y quédate quieta -me indicó Ag- -¿Sabes que esto es contra la ley? Podría enviarte a la
nes una vez adentro-. Eres tan estúpida que la próxima vez cárcel.
dejaré que Perro Rojo acabe contigo. . Agnes rió.
Sentía un gran fuego en mi interior. Como si Perro ROJO "Ya no me importa el maldito cesto. Todo esto me está

190 191
desgarrando. Sólo quiero conocer a ese hombre -afirmé, ahora ... Agnes se interrumpió y se hizo un largo silencio. Tragu6
llorando-o No aguanto más. saliva y pregunté:
-jEscúchame! -exclamó Agnes con tanta autoridad -¿Qué pasó después?
que las visiones e incluso la música se detuvieron por un ins- -¿Alguna vez has visto una araña matar a una mari-
tante-. Escúchame -repitió y su voz penetró en mi confu- posa?
sión-. No sabes a qué te enfrentas. Piensa en July. Quiero -No, nunca --contesté.
hablarte de ella. July es aprendiz de Ruby, del mismo modo -Bueno, algo muy parecido le ocurrió a July. La araña
en que tú eres mi aprendiz. Un día, iba caminando por la ruta, jugó con ella. No la mató con la rapidez de una picadura
viajando por autostop a Crowley. Vio una vieja camioneta compasiva. Perro Rojo bailó con su flauta alrededor de ella,
que se acercaba y se volvió para hacerle dedo. El vehículo se torturándola con su música, tal como .10 está haciendo con-
detuvo y July se sorprendió al ver un auto nuevo, flamante. tigo. Y, cómo la araña con la mariposa, le chupó las entrañas
Pensó que su memoria le había jugado una mala pasada. El con lentitud. Ella se convirtió en su amante. Perro Rojo .se
hombre blanco que conducía era . muy cortés y se ofreció a llevó el espíritu y el poder de July, los puso en una calabaza y
llevarla. J.uly aceptó. El hombre dijo que era un hacendado de .la colgó en· su cabaña. El bastardo se divirtió mucho. Cuan~o
la reservación y que estaba buscando indios para que lo terminó con July, la dejó tirada en el porche de Ruby. Con la
ayudaran a arriar ganado. July respondió que trataría de vieja.flauta. La música aún la obsesiona, por eso la repite todo
pensar en alguien que pudiera realizar ese tipo de trabajo. el tiempo. Ruby estaba furiosa. Las colinas alrededor de su
Mientras estaba sentada el} el auto, percibió algo extraño en el cabaña se estremecieron durante días, y los animales del bos-
hombre. Se le ocurrió mirar el piso del auto y vio que que permanecieron escondidos. Perro Rojo se ha reído desde
el pie en el acelerador era una pata hendida. Levantó la entonces. --Su voz se volvió vengativa. -Ruby se lo cobrará
mirada hacia el hombre y éste comenzó a nublarse en su algún día, espera y verás. Deshuesará a uno de los aprendices
visión. July no podía enfocar los ojos, pero sabía que no era el de Perro Rojo. De modo que, Lynn, esto es con lo que te en-
mismo hombre. Supo que había caído en la trampa de un frentas.
hechicero, que era PerrQ Rojo. Trató de utilizar sus El rostro de Agnes estaba serio. La anciana tocó mi
escudos, pero era demasiado tarde. Lo único que pudo frente y comprendí que yo estaba enferma, que había sido
hacer fue gritar que la dejara ir.. No esperaba que Perro separada de mi sensatez. De pronto entendí qué le había pasado
Rojo la dejara bajarse, pero él detuvo el auto al costado a July. Comencé a temblar con temor al pensar en su mirada
del camino. Cuando July abrió la puerta de un golpe y echó a vacía y demente.
correr, lo oyó llamarla por su nombre, "July". Luego Oí de nuevo la música de la flauta. Ola tras ola de
sintió la música de la flauta. No 10 deseaba, pero tuvo que de- pasión me invadieron. Era como si Perro Rojo se diera cuenta
tenerse y volverse. Perro Rojo la tenía en su poder y ella de que me estaba perdiendo y quisiera dar el golpe mortal.
regresó caminando a él en un trance. July ya no tenía volun- Agnes tomó de la pared una bolsa de cuero atada, la abrió,
tad. extrajo algo parecido a hojas trituradas y las enrolló a manera

192 193
de cigarrillo. Lo prendió, dio varias pitadas y se aproximó. Se en mi interior.
sentó sobre mi pecho. A medida que se elevaba la luna, las pirámides se volvían
-Fuma este humo sagrado -me ordenó, sosteniendo cada vez más claras. La cabaña y Agnes habían desaparecido
mi mentón y llevando el cigarrillo a mis labios-o Esto te de mi mente por completo, y sobre mi cabeza brillaba el cielo
ayudará a soñar, Lynn. Sueña tu pasión. Vuela. Atraviesa el nocturno de otro tiempo. El gran kachina continuaba siendo
círculo de tus temores y deseos más íntimos. Enfréntalos y un perfil plateado irresistible bajo la luz de la luna. Bailaba y
conquístalos. Deja atrás tu propio reflejo y libérate de Perro tocaba su magnífica flauta, retorciéndose y atrayéndome hacia
Rojo. Actúa en tus sueños como desees actuar y encuentra los el altar. Yo estaba parada en la punta de la pirámide con mi
kivas custodiados donde has ocultado tu corazón. túnica blanca flotando en el viento caliente. Nos habíamos
Lo último que recuerdo es a Agnes levantándose y deslizado a través de una grieta entre los mundos ... una di-
'.1,
sentándose a la mesa. Mis ojos estaban cerrados. Las seduc- mensión relacionada con lo más elevado de la mente, una 1,lt;

toras notas de la flauta deambulaban por mi mente. El cielo dimensión de magia. Yo rebosaba de amor por el Kokopelli y
raso empezó a girar y desapareció como un velo. Salí de mi estábamos ejecutando una ceremonia sagrada que traería poder
cuerpo y d~ la cabaña. Por un momento, vagué entre los a la incesante corriente de la vida. Yo constituía el símbolo de
árboles, luego me agaché para observar una piedra pequeña en todas las mujeres. .
el suelo. Parecía tener un agujero. Después de mirarla con Bajé los escalones de la pirámide con lentitud. El hombre
fijeza, me hice muy chiquita para poder seguir una luz minúscula kachina se encontraba sentado en el altar, en parte animal, en
que brillaba desde el interior del agujero. parte pájaro, en parte humano, guiñándome un ojo. Yo ca-
Al entrar en el orificio, sentí un ruido fuerte y violento minaba hacia mi muerte, pero no me importaba. El Kokopelli
y, de repente, me encontré volando rápidamente a través del me invitaba a avanzar con sus ojos brillantes; fmalmente es-
tiró las manos para tomarme y me acostó en el altar. '
spacio frío y cristalino. Al cabo de un rato, llegué a un v El altar estaba cubierto con artemisa de aroma dulce, y
sto patio iluminado por la luna y rodeado por una jungla. dos antorchas flameaban en cada extremo. El juego de la luz
n el centro se hallaba el Templo del Gran Jaguar. Dos pirámi de las antorchas y la oscuridad resultaba hipnótico. Casi no
es de piedras gigantes cortadas a mano se enfrentaban separadas podía respirar. El rostro de él resplandecía... cambiaba, desa-
or varios cientos de metros. Entre ellas, se alzaba el altar de pi parecía, reaparecía. Cerré los ojos y tomé conciencia no de él
dra. Ese era el sitio de ni de mí, sino del poder del sueño que se erguía detrás de
jaguar, el sitio del equilibrio entre el olvido y el recu nosotros. Era una unión de los yos más elevados y más bajos
rdo.El silencio se agitó con la música de la flauta y el sua- y nos convertimos en uno con toda la vida cósmica. La f1auta
ve sonido de mocasines sobre el pasto. Recortada contra la pir parecía seguir tocando sola. Mientras yacíamos en el altar de "
I

mide al sur, la fantástica figura del Kokopelli bailaba y da piedra, la caliente brisa nocturna soplaba sobre nosotros como , I

,Illt
a vueltas. Su danza era una ceremonia antigua, su flauta toc- un manto astral, levanté la mirada hacia el rostro del Kokopelli
aba el llamado de apareamiento del sueño. Perro Rojo estaba y comprendí que yo yacía allí sola... que al poseer a quien
);1'
l
195
194
"";",,
f1"
A' ;',""
; l' I
1'+
había temido y deseado más que a nada, nos habíamos fun- -Esos sueños son una gran fortuna. Tuviste que burlar
dido en un solo ser, guerrero y guerrera. Me había apareado el poder para ello. Su símbolo es la medicina mayor, medicina
con el guerrero... el macho ... en mí misma. que la mujer ha olvidado. Fue muy peligroso pero ahora puedes
Las pirámides desaparecieron y sentí como si algo me ayudarlas a recordar esa medicina. Has fumado el macho y la
transportara. Me acurruqué en posición fetal. .. desnuda y hembra dentro de la morada de tu yo y has llegado a un punto
volando fuera del tiempo. Todo se oscureció. donde los caminos se bifurcan. Puedes cambiar y crecer. Co-
Desperté temblando y estremeciéndome. Agnes había mienzas a comprender qué significa ceder. La mujer cree que
desatado las sogas. Trajo un balde y vomité. Después acercó cede, pero ha olvidado cómo. Muchas moradas femeninas se
la silla y se sentó junto a mí mientras yo permanecía acostada, encuentran desiertas porque nadie mira en su interior.
sintiéndome muy débil. Miré por la ventana y vi que los rayos "Alcanz~ al gran guerrero que espera en la morada de la
del sol asomaban bajos en el oeste. Era bien entrado el día mujer. Abrázalo y sé libre.
siguiente. . El sol anaranjado parecía un huevo oblongo descendiendo
Agnes echó hacia atrás mi pelo y me tocó la frente. en la penumbra. Nos sentamos afuera en silencio. Yo todavía , ~
-¿Cómo te sientes? -preguntó. Su rostro denptaba algo temblaba y tenía el estómago rev~elto. Más tarde, cuando
entre júbilo y solemnidad.- ¿ Vamos a tener un bebé oscureció, Agnes me dijo que volviera a la cama. Dijo que
kachina? pasaría un tiempo hasta
. que. me recuperara por completo de
Rió. mis experiencias. No entró en la cabaña hasta bastante des-
Le conté lo ocurrido 10 mejor que pude. Mientras lo pués y en un momento desperté y la vi sentada en la silla
hacía, advertí que ahora sentía apenas un residuo de pasión. junto a la cama. Tenía las manos entrelazadas sobre la falda.
Mi cordura parecía restablecida. Miraba fijamente los dibujos que la luz describía en la pared.
-Agnes -dije, con fuerzas suficientes para sentar- -Buenas noches -dije.
me-o ¿Qué tiene que ver todo esto, el sueño, con el cesto del Me sonrió y me hizo señas de que continuara durmiendo.
matrimonio?
-Se relacionan el uno con el otro en tu estado del re-
cuerdo. Tomaste conciencia 'de que el cesto del matrimonio
fue concebido por los soñadores para significar la unión entre
el gran guerrero y la gran guerrera dentro de tu propio ser.
Toda mujer aspira al gran guerrero, el más magnífico de los
hombres, dentro de ella. Lo buscamos durante toda nuestra
vida. Si tenemos suerte lo invocamos en nuestros sueños, nos
apareamos con él y nos convertimos en un todo. ¿Me com-
prendes? .
-Sí, creo que sí.

196 197
','

¿Qué son tus visiones nocturnas o tu dolor sino el fracaso


de fu ,'olunfod?

Hyemeyohsts Stonn

Cuando me senté en la cama, me sentía como si hubiera


pasado una semana entera de parranda. El humo sagrado era
muy poderoso. Caminé despacio hacia la mesa y me senté.
Agnes estaba separando una increíble variedad de cosas:
piedras, cristales, una soga de pasto dulce, un caparazón de
tortuga, cierta mandíbula descolorida, plumas, flores plancha-
das, y otros objetos que no pude identificar.
-Todo está vivo, Lynn. He visto al espíritu del whisky
llevarse a muchos. El espíritu de plantas o drogas se ha lle-
vado a muchos. Muy pocos conocen el espíritu de las cosas,
pero eso es 10 que debe aprenderse. Puede ser un encuentro
peligroso, pero espero que podamos viajar juntas y que yo
pueda guiarte allí cuando sepas 10 suficiente. Come.
Preparamos el desayuno pero apenas pude probar boca-
do. Bebí un poco de té y su tibieza me hizo sentir mejor.
-Agnes, esa experiencia de anoche o de cuando quiera
que haya sido... ayer... fue tan real como cualquier otra de
las que he vivido. Creo que Perro Rojo, como un kachina Ko-
kopelli, se. encontró conmigo en algún sitio.

199

L
Agnes levantó una hoja y la examinó a la luz de la tancia. Escucha, cada substancia, incluyendo mis sueños, es
mi hermana y mi hermano, y los reconozco y vivimos aquí
mañana.
-¿Piensas que la morada de la luna es real? -inquirió gentilmente. .
de pronto. Comenzó a poner las piedras y los cristales dentro -Agnes -dije-, acabo de levantarme. : "',

de la curva de la mandíbula descolorida-o Los sueños se Agnes rió.


sumergen en lo profundo de la tierra. Son de naturaleza fe- -El problema contigo es que a lo largo de tu vida se te
menina. El hombre toma la substancia y la moldea. Los sue- han revelado muchas enseñanzas y no has estado 10 suficien-
ños constituyen la visión de tu -otra parte. ¿No crees que eres temente despierta para verlas.
real? Esta vez trajiste poder contigo. Esta vez recordaste. -Al menos he aprendido algunas cosas -respondí con
-Estoy muy confundida con respecto a los sueños indignación.
-confesé-o Qué son y qué significan. Mis sueños en los -Lynn, has tropezado con una pluma de águila como si
últimos meses han sido muy reales y parecen haber afectado ésta te bloqueara el camino.
totalmente mi vida. Sin embargo, no puedo concebir que los -¿Qué significa eso?
sueños posean .substancia. Ni siquiera este último. Este se -Piensas que sOY. una vieja loca, y 10 soy -afirmó y
rió fuerte.
asemeja más a una visión.
-¿Se te ha ocurrido alguna vez que el ser humano os- -No estaría aquí si pensara eso, ¿no? -protesté.
cila entre dos mundos de reflexión? Toca la tierra, puesto que -Quizá. -Rió de nuevo.
la madre está despierta. La tierra está viva y sueña. Todo en lo -Todavía no me has explicado qué quieres decir con
que el ser humano puede pensar tiene substanci~. No hay tropezar con una pluma de águila.
agujeros en tus pensamientos. Los que están despIertos, los -Un águila se remonta y ve todas las vastas compleji-
chamanes, pueden deambular hacia el otro lado del universo, dades '1 correlaciones. Cuando una pluma de águila cae de un
aún más allá de 10 lejano. Aquí se. asoma la puerta del arco águila hechicera a la tierra, está llena de todo ese saber. Si
iris que conduce a la red de la substancia. Si invades ese mun- eres inteligente, hablarás con esa pluma de águila y le pedirás
do, los seres que 10 habitan pueden darte cualquier poder que a su espíritu que te guíe. Todas las plumas de águila tienen
desees. Muchos poderes son demasiado pesados para traerlos ese poder. Tienes que recogerla y hablarle. Y debes saber
de vuelta. Qué alegría poder atravesar de regreso esa puerta cómo escuchar la respuesta. Come tu desayuno.
una vez que se ha abierto para nosotroS. Pero los más grandes Me obligué a comer mientras Agnes guardaba su co-
guerreros han dado golpes maestros allí muchas veces. Vi- lección de objetos en la cómoda. Cerró el cajón y me miró
niste aquí a través de esa puerta en el momento de ser con- pensativamente.
cebida y serás absorbida a través de ella en el momento de tu "Ven, Lynn :-<lijo.
muerte. Allí es donde se concede todo y allí es donde se quita La seguí afuera, al porche del frente. July estaba apoya-
todo. Los guardianes quieren que vayas allí y te lleves lo que da contra un poste, tocando la flauta. Me di cuenta dé que
puedas. Cuando entras, te reconocen Ycantan. Hablas de subs- había oído la flauta con tanta frecuencia, tan continuamente,

201
200

l
que la había borrado de mi mente. Ahora que la escuché, el -Sí, eso creo. ¿Ella oye la música de la flauta de Perro
sonido era débil y lánguido. Como si el aire que la hacía Rojo, Agnes? ¿Por qué se lo pasa tratando de emitir esas
vibrar no fuera suficiente. notas?
"Siéntate aquí -me indicó Agnes, señalando un punto -No hay ningún ruido en la cabeza de luly, ninguna
en el piso del porche justo frente a luly. Me senté con infiníto imagen, nada. Es una persona enfenna y puede morir. Perro
cuidado, mi cuerpo se hallaba mucho más rígido de lo que Rojo jamás le devolverá su espíritu. luly toca la flauta porque
había creído. Agnes se acuclilló entre nosotras y tomó el tiene que hacerlo. ¿Por qué la Luna gira alrededor de la Tierra
mentón de July en una mano... Mira con atención a luly, como lo hace? luly está atrapada en un laberinto. Si te acercas
Lynn -me pidió-. Mira sus ojos y dime qué ves en ellos. a ella con otras cosas, estarás flirteando con la catástrofe.
Descríbela. Me estremeCÍ.
Yo había estado tan ocupada que no había notado cuánto -¿No hay nada que podamos hacer para ayudarla?
había desmejorado. luly no era consciente de nuestra presen- -No hay nada que tú puedas hacer. Tal vez yo
cia, la flauta se le caía de la boca todo el tiempo y babeaba. podría hacer algo, pero entonces. . . -Dejó la frase incon-
Estaba palidís.ima y demacrada, los ojos castaños más hun- clusa. -Vuelve a la cabaña-añadió.
didos y en blanco que nunca. Me tomó de un brazo y me empujó adentro. La luz
-Veo a alguien que ha perdido el juicio -balbucí. parecía mortecina.
Agnes me miró fijo. "Veo que luly te repugna -aventuró.
-¿Quieres que te suceda lo mismo? -No, me da pena... eso es todo.
-No -grité. -No quiero. El rostro de Agnes era imperturbable.
1':' '
-Entonces quédate aquí y obsérvala un rato -dijo Ag- -Escucha, luly estará muerta a mediados de la semana.
nes-. Aún puedes tenninar como ella. -Regresó al interior Muy pronto, su espíritu olvidará su cuerpo desechado y la
de la cabaña. aniquilará. Tú preocúpate de que no te ocurra lo mismo. Perro
A solas con luly, apoyé la espalda contra la pared y traté Rojo aún se propone enseñarte su punto de vista. Eso que está
de despejar mi mente. luly buscaba torpemente su flauta. Pen- sentado en mi porche es su punto de vista.
sé en su encuentro con Perro Rojo y sentí tanta .lástima por -Parecería que no puedo controlar mis deseos, Agnes.
ella que se me llenaron los ojos de lágrimas. Pero el mero -Existen chamanes que absorben el espíritu, L ynn. Lo
pensamiento de Perro Rojo me produjo una punzada de ce- hacen a través del sexo y nuestro instinto por él. Te chupan el
los... me sentí como una loba con su territorio invadido y, espíritu como si no fuera nada. Aléjate de ellos como una
por un instante, odié a luly. No podía controlar mis pensa- flecha. Abre un sendero hacia los bordes externos y salta a tu
mientos. Quizá yo fuera la loca. Me pregunté si luly pensaría muerte antes de quedar atrapada por ese tipo de chamán. Perro
que ella era la única que estaba libre porque oía la música de Rojo está tratando de doblegarte.
Perro Rojo. -¿Perro Rojo tiene realmente el espíritu de luly en
-¿Has visto suficiente, Lynn? -Era Agnes. alguna parte? -Inquirí-. ¿Qué significa eso?

203
202 ",,'
,1'
-~
-Yate 10 dije -contestó Agnes. -Exactamente. Eso es lo que ella debe recuperar si de-
Se inclinó hacia adelante y me miró con ojos brillantes sea vivir.
como los de un lagarto. -¿Puedes hacer que él le devuelva el espíritu?
-Yo podría partirte al medio -dijo-. Los humanos -Es imposible obligar a Perro Rojo a hacer algo. Nadie
no son gemelos de sí mismos... tú sabes, derecha e izquierda. puede moverlo si él no lo desea.
Ambas partes tuyas son diferentes y sirven propósitos distin- -¿Qué pasa cuando una persona muere, Agnes?
tos. Hay una grieta en el medio. Un hechicero o hechicera -No es una pregunta importante. La totalidad de la vida
puede ver la grieta y partirte al medio. Es fácil. Perro Rojo lo de un humano es observada por los jefes del trueno. Posees un
hace por medio del sexo. Mira, Lynn, yo podría hacer el amor camino en tu interior, un camino turquesa. Lo importante es
con Perro Rojo y para mí, ese acto sexual sería un acoplo de mantener a tu espíritu avanzando por ese camino. Si lo logras,
poder. al final de tus días te fundirás con los jefes del trueno. Todos
-¿Como en mi sueño del hombre kachina? tus otros caminos conducen a lo absurdo y a la decepción.
--Sí, como la naturaleza de tu sueño. Perro Rojo sería Esos caminos están henchidos de pena; dolor y confusión. Yo
inclusive un buen hombre para fiÚ.si Y9 pudiera tolerarlo. tengo cierto poder porque entr~veo el final. Al fmal; se re-
Pero en lo que a mí concierne, ese bastardo demente me suelven todos los acertijos y se contestan las paradojas. Al
resulta demasiado repugnante a la vista. Pero tú, tú todavía no fmal, el significado de tus lágrimas y tu sufrimiento se es-
eres suficientemente fuerte para él. El poder del guerrero y de clarece. Y si lo encuentras en tu tiempo, estarás llena y nadie
la guerrera no se manifestaría. Te rompería por la mitad y no podrá qu~tártelo. Ese es el camino de los hechiceros y para ti,
serías nada. es el cammo correcto.
-¿Moriría? . -¿Estoy de veras en ese camino, Agnes?
--Cuando te parten en dos, ahí es cuando un chamán -Sí, pero todavía no lo sabes. Es probable que aún no
puede llevarte ... llevarse tu espíritu. sobrevivas.
-¿A qué se parece un espíritu? Sentí una repentina ansiedad.
-Al humo. -¿Perro Rojo quiere matanne, no?
-¿O sea que de hecho existe algo dentro de una persona Agnes sonrió.
que se asemeja al humo, yeso es el espíritu? -Si sólo quisiera matarte, podrías considerarte afortu-
-Sí, como una bocanada de humo de tabaco. Todos nada. No, quiere ponerte a prueba, y lo que te espera podría
estaríamos muertos si no fuera por el humo del tabaco. Con el hacer que la muerte se pareciera a un picnic. Cuando un chamán
humo de tabaco, los de dos pies escapan a la muerte. La te pone a prueba, aférrate a lo que puedas. Existen cuatro
muerte vio al viento recoger humo, pensó que era los espíritus sitios donde puede luchar contigo: en el fuego, el viento, la
10 que deseaba, y se marchó. tierra o el agua. Si te persigue a algún otro lugar, entonces
-¿Eso es 10 que Perro Rojo tiene en su calabaza... esa sabrás que has perdido. Sal de ahí lo más rápido posible y
parte de July que parece humo? renuncia a tus sueños. Regresa a tu casa y colecciona muñecas

204 I
205
llf'
.t!~
••
kewpie indias y olvida todo. Pero lo más probable es que seas Enrollé mi bolsa de dormir, sin atreverme a pensar en la
atrapada en lo lejano. No podrás ir a ningún lado ... noche venidera; Miré a Agnes con desesperanza.
Medité las palabras de Agnes. Pensé en mi sueño y en "Ve. Y no regreses hasta que tengas algo que decirme.
mi pasión por Perro Rojo. en luly y su vacuidad. Todo en- Asentí y me marché. Me alejé de la cabaña como un
cajaba y comencé a danne cuenta de cuán malvadamente me vagabundo desterrado, por el sendero que llevaba a casa de
había engañado Perro Rojo. Me enfurecí. Ruby. El cielo era de un azul como el de un mar calmo y
-¡Cómo se atreve Perro Rojo a manipulanne! ----ex- distante. Estaba tan cansada de sentirme aterrada que me dije
clamé con tanta brusquedad que Agnes se echó a reír.. forzadamente:
-Bueno. ya era hora --comentó-. Empiezas a com- -Si muero, muero.
prender, aunque todavía estás enamorada de él. Tus ojos ~ Eso ayudó en algo... mi ánimo mejoro y mis pasos se
lo dicen. Ahora que te estás volviendo más razonable, qUIzá volvieron más suaves. Toda mi vida anhelaba evitar mi muerte.
pueda practicar la medicina contigo. Conozco una forma para Me detuve a descansar en varias oportunidades, y una
evitar que te ataque. vez a comer. Avanzaba con calma, en armonía con el pasto,
-¿Qué puedo h~cer? los árboles y el cielo. Subí la lad~ra de una colina en dos
-Debes sentarte junto al estanque natural donde te hablé ocasiones para disfrutar del panorama y dormí una siesta.
de él por primera vez. Permanece allí sentada tantos días us~o la bolsa de dormir enrollada como almohada. El clima
como sea necesario. Observa y ve qué pasa. Tu hermana apare- estaba cambiando, se tornaba más caluroso a medida que las
cerá pronto y te curará. ' i sombras se alargaban. Cuando llegué al estanque la luz de la
-¿Quieres decir que debo dormir allí sola1 tarde era un destello dorado en las colinas circundantes.
-Sí, no tienes alternativa. Tendrás protec4ión alrededor. C;oloqué el bulto con la comida y la bolsa de dormir en
Además, llevarás puesto el pendiente. PermaneCe alerta y todo una roca y examiné el área buscando un sitio adecuado. Un
andará bien. hueco ety el suelo llamó mi atención. Era chato, situado al
-¿Quién es mi hermana? ¿A qué te refieres? descubierto por encima del estanque, y protegido del viento
-Ella se encontrará allí contigo. por un monte de árboles. Se encontraba lo suficientemente
-Sabes que no tengo una hermana. así que estás re- lejos del estanque como para no perturbar a los animales si se
fIriéndote a otra cosa, es obvio. acercaban a beber agua.
-Debes descubrir eso por ti misma. Me senté al borde del agua sobre una roca plana. Mi
Ya había juntado comida y hecho un pequeño bulto. cena consistió en charqui y pan frito. Después de comer, me
Parecía apurada. mojé la cara y junté ramas secas, un tanto húmedas y con olor
-¿Tengo que hacerlo? a tierra. Muy pronto, tuve un pequeño fuego encendido.
-Sí -sentenció Agnes sin vacilar y añadió: -Perro Los últimos rayos débiles del sol se extinguieron y la
Rojo no aparecerá por allí. Su honor está en juego y respetará noche cayó con rapidez. Me deslicé dentro de la bolsa de
tu reclusión. dormir y acomodé las zapatillas debajo de mi cabeza. Me

206 207

$"
II~
. L.J..
senúa increíblemente cómoda. Contemplé la luna y me adonnecí El sol ascendiendo en el cielo era más caluroso de 10
con el canto de las ranas y los grillos atravesando las distan- habitual. Había dejado de ser yo misma. Era una soñadora de
cias nocturnas. Pedí a la luna que nunca dejara de brillar y la flauta kachina... pensando sólo en él.
senú que su luz tocaba cierta luz en mi interior. Lo último que Cada momento era una eternidad, eones de tiempo. .
'.

recuerdo es mi mente vagando por una tierra de enonnes Me esforzaba por ver. con más claridad. Me acosté sobre la
sombras lunares. roca tibia y extendí mi conciencia hacia el agua como si
Desperté a la mañana siguiente en la misma posición en estuviera girando despacio debajo de la corriente. Como
que me había dormido. Me sentía descansada. Estaba ama- un pescado debajo de la superficie del océano, me adormecí.
neciendo. Pennanecí acostada observando él juego de las luces Me mecí de un lado al.otro bajo el sol, descansando quieta
en el cielo temprano. Una racha de viento fresco golpeó mi sobre la cresta del mar, incapaz de cambiar mi curso o mis
rostro. Donnité un rato antes de levantarme. instintos.
La diferencia de temperatura al sol y a la sombra era Deambulé sin esfuerzo a través de cavernas sumergidas,
notable. Decidí sentarme en la misma roca plana y contemplar tocando las fonnas muertas recortadas contra las rocas anti-
el estanque. El sol me en.tibiaba y relajaba. Agnes me había guas como impJorando una señal. . . Examiné mi reflejo en
dado instrucciones precisas en cuanto a quedebfa sentanne 10 estanques subterráneos bmcando el indicio de estar viva que
más quieta posible, mirando hacia el norte, para observar el siempre se perdía cuando regresaba a la orilla. Traté de aferrar
agua y permitir que ella me enseñara. Dijo que era espe- el agua y el rostro del Kokopelli, pero la evjdencia se escurría
cialmente importante que yo practicara la autodisciplina. entre mis dedos. Yo era una criatura más allá del amor o de la
Al principio, el viento entre los altos arbustos, el susu- esperanza. Volví sola a las cavernas debajo de la superficie,
rrar de las hojas y los innumerllNes insectos me distraían. clamando por la semejanza de un dios distante. Recordé mis
Estaba sentada en silencio, mi UnI(.;a compañera una libélula almas antiguas y los virajes y la tortura que me habían llevado
que saltaba en el estanque de tantO en tanto. El agua se agi- allí. Cuestioné la mismísima alma del mar en mi interior~ Era
taba con la brisa. Recogí una hoja que pasó flotando, la dejé el comienzo, la sabidurí~ de todas las épocas, la serenidad y la
gotear sobre el agua y luego la solté. Si fuera Narciso, sabría verdad, allí en el agua. Esta se deslizaba entre mis dedos, olas
que tendría que morir. pequeñas nacían y morían, burbujas y espuma se alejaban
Pensé en Perro Rojo y me invadió una gran desespe- flotando. Había quietud en el agua verde. La superficie se
ración. Aún estaba completamente fascinada por él, aunque convirtió en cielo y nube, y me hallé sola a la orilla del
sabía que se trataba de un truco horrible. El gran kachina... estanque.
no puedo describir el éxtasis que me producía su mero pen- De pronto, avisté algo por el rabillo del ojo. Me volví
samiento. Un pájaro voló frente a mí, luego otro yendo en di- lentamen~e y me topé con los ojos inmóviles de una serpiente
rección contraria. Un teocero dio la vuelta a un árbol, moviéndose de cascabel. Se encontraba a menos de dos metros de distan-
con mucha rapidez .cerca del agua. Una criatura salvaje llamó cia, enrollada y con la cabeza erguida, mirándome con tran-
a su macho. quilidad. Nos observamos la una a la otra, luego la serpiente

208 209
l.
I
ti;. lo
bajó la cabeza con serenidad, se estiró y se echó a dormir al mana. Es la guardiana y protectora de Quetzalcoatl. Todas las
sol, ignorándome. criaturas que hibernan, como el oso y la serpiente, son soña-
Pennanecí alerta, pero la serpiente no se movió. No podía doras. Duermen un largo tiempo y sueñan. Tu hermana libélula
dejar de mirarla. Luego sucedió algo extraordinario. Una libé- vio tu congoja y te concedió el poder de un soñador a tu
lula que había estado revoloteando alrededor del estanque visión ocular. Te quitó la obsesión. Así de simple.
durante horas, de improviso se posó sobre la cabeza de la -Tu explicación no me resulta simple. Pero he reco-
serpiente. La serpiente sacó la lengua con un movimiento brado el juicio, al menos por el momento.
veloz y la libélula se elevó, voló sobre .la serpiente unos -Apuesto a que te encantaría tomar un té -aventuró
segundos y vino directanlente hacia mí. De un respingo invo- Agnes.
luntario, la libélula se posó en mi frente entre mis ojos, perma- Asentí con la cabeza. Conversamos y reímos un rato.
neció allí un instante y luego se alejó arroyo abajo. Después preparamos juntas la cena. Era reconfortaqte estar de
Supe que la libélula era la hermana que había esperado. vuelta en casa.
Me puse de pie con cuidado y me marché. Dejé tabaco
para la serpiente y la libélula, junté mis cosas apresurada-
mente, arrojé el bulto sobre mi espalda y me encaminé por el
sendero. Cuando me volví para mirar, la serpiente continuaba
durmiendo junto al agua.
La pálida luz del sol se había vuelto dorada con la tarde.
Mientras caminaba, me di cuenta de que mi deseo por Perro
Rojo se había desvanecido. Lágrimas de gratitud rodaron por
mis mejillas, y empecé a correr en dirección a la cabaña.
Estaba ansiosa por contárselo a Agnes.
Al divisar la cabaña, emití un aullido lobuno. Agnes
salió al porche y se quedó de pie allí, sonriendo de oreja a
oreja. Me arrojé en sus brazos y nos abrazamos fuerte, luego
entramos. Me dejé caer en una silla y bebí una taza de agua.
Agnes me preguntó qué había pasado y le relaté los
eventos en el estanque.
-Por favor, dime qué significa -le pedí con exci-
tación-. No puedo creer la direrencia en mi percepción. ¡Qué
pesadilla! ¡Atraparé a Perro Rojo! -añadí.
Agnes rió.
-Sí -respondi6--. Esa libélula hechicera es tu her-

210 211
,/i~
1
"" .1.\ .......:...
Los verdaderos hechiceros saben ~ómo robar poder.

Agnes Alce Veloz

Mi felicidad duró poco. Desperté antes del amanecer con


imágenes de mi muerte en manos de Perro Rojo.
-Agnes -susurré-, Agnes.
No contestó. Era la primera vez que despertaba antes
que ella. Una luz gris deprimente arrojaba sombras color pi-
zarra sobre el piso de madera y una neblina exasperante- os-
curecía los árboles afuera. El aire estaba inmóvil. La bolsa de
dormir se había humedecido y mi cuerpo parecía estar envuel-
to en un acolchado aislante. Me sentía desanimada. Sabía que
nunca lograría aprender nada. Jamás robaría el cesto del ma-
trimonio. ¿Y cómo podría volver a ser feliz en mi antigua
vida? Mi perspectiva se había.modificado por completo y. no
obstante. este mundo de hechicería se encontraba más allá de
mi alcance. Este mundo era demasiado violento y jamás sería
capaz de aprender todo lo que Agnes deseaba que aprendiera.
Empecé a sollozar en mi almohada.
-¿Por qué llora Pobre Vaca a esta hora tan temprana?
-preguntó Agnes volviéndose de costado y apoyándose en
un codo.

213
-Jamás podré robar el cesto del matrimonio a Perro -Pobre Vaca era un hombre. No es importante que
Rojo, Agnes -gimoteé-o He perdido el tiempo. Me fuera un hombre. Podría haber sido una mujer. Esta mañana,
destruirá. tú eres Pobre Vaca. Él solía recorrer la aldea todo el tiempo y
-¿Algo más? sentir compasión. "Oh, Gorrión Oscuro no tiene mocasines.
-Soy una estúpida. Oh, pobre Joven Toro, no tiene una manta tibia. Oh, pobre
-¿Algo más? Ojos Amarillos, escojo. Oh, pobre de mí, soy tan desdi-
-No puedo entender cómo fue que me metí en todo chado."
esto. No puedo creerlo. ''Pobre Vaca se encontró con Dos Coyotes, el he-
Agnes se levantó y abrió la ventana para dejar entrar la chicero. Aún iba de un lado a otro diciendo: "Pobres todos."
niebla. Después puso a calentar agua. Donde quiera que mirara, Pobre Vaca veía algo triste. Dos
-Deja de ser indulgente contigo misma y escúchame, Coyotes le dijo: "¿Eh, Pobre Vaca, ¿dónde está tu sombra?"
Lynn. Hoy tienes mucho que aprender. No nos queda mucho Pobre Vaca miró el suelo y advirtió que no tenía sombra.
tiempo, así que presta atención. Ya no es nece~ario que sigas Simplemente no había ninguna sombra allí. Pobre Vaca había
hablando, Pobre Vaca. Matas tus recuerdos. Bebes del agua perdido su sombra. "No tengo", respondió. "¿~o crees que
donde el gran lince durmiente merodea a la luz de la luna. deberías ir a buscarla?", preguntó Dos Coyotes. "Sí, respon-
Olvidas que alguien te dio poder. Entonces los bebés del agua dió Pobre Vaca. No quiero andar sin una sombra. Deseo en-
vendrán y te preguntarán: "¿Dónde obtuviste esos poderes contrarla. "
para iluminar?" ''Pobre Vaca recorrió toda la aldea buscando su sombra
Me enjugué las lágrimas y envolví mis hombros con la perdida. Miró en todas las tiendas, sintiendo mucha pena de sí
manta. mismo. Pero no pudo hallarla. Dos Coyotes se topó con él un
-La mitad del tiempo no te entiendo, Agnes. ¿De qué día y dijo: "Eh, Pobre Vaca, ¿encontraste tu sombra?" Pobre
estás hablando? ¿Por qué de pronto me llamas Pobre Vaca? Vaca contestó: "No, no pude encontrarla. Me he dado por
Lloriqueando, contemplé la bruma entrando por la ven- vencido." "¿Te fijaste en la tienda de sudor?", inquirió Dos
tana abierta. Agnes se sentó ~y me miró fijo, luego movió el Coyotes. "Quizá fuiste a sudar allí y la olvidaste." "Iré a
brazo con lentitud y abrió los dedos como si fuera a arrojarme ver", replicó Pobre Vaca. Pobre Vaca fue corriendo a la
algo a la cara. tienda de sudor. Entró en ella y encontró su sombra. Al fmal,
-Eso se llama echar arena en los ojos del búfalo antes el pregonero recorrió la aldea. "Buenas noticia. Pobre Vaca
de matarlo, Pobre Vaca. No deseas que el búfalo vea la reve- encontró su sombra en la tienda de sudor", gritó el-pregonero.
lación. Pobre Vaca está muerto.
-¿Qué quieres decir y por qué volviste a llamanne Po- "Te conté esa historia porque tú eres como Pobre Vaca.
bre Vaca? Ves demasiadas cosas que no son importantes. Y no tienes
-Porque no comprendes la revelación. conciencia de aquellas que lo son.
-¿Quién era Pobre Vaca? -Tienes razón -acepté-. Soy una Pobre Vaca, ¿ver-

214 215
.• 1
~
/'
"

,
dad? A m~udo siento compaSión <le'-mí misma ; del mtuldo ·mundocomouna:opo~ción.;y;;aprende a;llO:separar la morada
éntéfo~·· " - interna de la Luna de la morada externa del Sol. No p~e$
Ya no me sentía tan deprimida. Me levailté y Comí tul competir con· nada. l .

pedazo de panceta y unas nueces. Luego bebfmitéy refle- -¿Pued,es competir con la muerte?
;doné un rato. -No, sólo puedes oponerte a la muerte. La competición
-Has aprendido acerca de tu enemigo y has aprendido es egocéntrica, pero la oposición .es ennoblecedora.; -Hizo
acerca de tu oponente -manifestó Agnes por fin-.. Las fuer- una pausa.. Me miró con intensidad. -¿Cómo vas a competir
zas en Beverly Hills son iguales a las fuerzas en el agua de con el invierno?-preguntó.
aquel día. En tu mundo, las llaman locura y muerte. -No se puedé --contesté. .
~¿Oponentes y enemigos no son la misma cosa?-pre- -Pero puedes oponerte al invierno, por ejemplo, de una
gunté. manera digna. Tiene que ver con los espíritus. Un tipo inventa
-Bueno, tienes muchos enemigo~ alrededor... el cáncer, un televisor... todos compiten por lograr lo mejor pero nunca
las enfermedades. . . cosas de las que debes apartarte, como se detienen a honrar la unicidad del sueño. Puedo pasarme
las personas malvadas que tienden a la d<,strucción. Pero tener días aquí sentada intentando encontrarte una metáfora para la
un oponente es alg()-grande. verdad. Intentando despertarte. Pero debes estar dispuesta a
-¿A qué te refieres? comer y beber la Tierra, el Sol y el Universo para saber que
-Supón que fueras una escritora y decidieras elegir a todas estas cosas están dentro de ti.
AnaYs Nin, esa dama con quien hablaste una vez, como tu Agnes meneó la cabeza. Mi depresión se había esfumado.
digna oponente. Tratarías de vencerla en creatividad e ideas. Tenía ganas de holgazanear todo el día, meditando lo que ella
En cierta forma, la utilizarías para verte a ti misma. No que- me había dicho, pero Agnes no me lo permitió.
rrías que ella fracasara. . . perderías tu modelo. ¿Qué deseas "Vamos -dijo-, ponte este suéter. Daremos un paseo.
que haga tul hechicero? Desea revelársete hasta que tengas Empecé a protestar.
poder de modo que te conviertas en una digna oponente de "Levántate -insistió, incorporándome.
otro digno guerrero. Tomé el suéter.
-¿Cómo se relaciona la competición con la oposición? -¿Adónde vamos? -pregunté una vez afuera. Agnes
........inquirí. miró en dirección al sendero que llevaba al Arroyo del Hom-
-Acabo de decirte que el mundo es bastante parecido bre Muerto.
en todas partes. La competición es la hermana fea de la oposi- El aire gris era fresco y vigorizante y el bosque se ha-
ción. En la verdadera oposición, no .hay nada que perder ni llaba aún cubierto de niebla. Árboles jóvenes crecían a la
ganar. Sólo puedes beneficiarte. Si empiezas a pensar que tú y sombr.a de árboles más viejos. Agnes se salió del camino con
la oposición se sustentan mutuamente, puedes perder mucho. brusquedad y se acercó a un.fresno joven, lo dobló con sua-
No puedes depender de tu oponente.. Sólo puedes depender de vidad y me indicó que observara.
ti misma. Nadie va a salvarte. Un contrario,' tul heyoka, ve el -Normalmente, éste es el tipo de árbol joven que

216 217
buscamos, pero no podremos usarlo. Tarda una semana o dos "Ahora, Lynn -dijo, entregándome una percha-, toma
en secarse. esto y enderézalo.
-¿Para qué es este árbol? -inquirí-o ¿Un arco? ¿O un Trabajé con la percha durante diez minutos con una pinza
escudo? y el tacón de mis zapatillas hasta que el alambre estuvo bas-
-Para una pipa. Tú vas a hacerla~ tante derecho. Se lo mostré a Agnes.
No me sentía capaz de hacer una pipa, y se lo dije a "Ponlo sobre el fuego -me instruyó Agnes-. Hasta
Agnes. . que esté al rojo vivo.
"Presta atención -contestó ella. Parecía impaciente. Obedecí, sosteniendo la percha enderezada con una toa-
La seguí de regreso a la cabaña caminando en medio de lla. Cuando el alambre se puso rojo, lo retiré, preguntándome
la bruma. Antes de entrar, Agnes tomó un árbol joven cortado qué estaría haciendo.
y seco que colgaba contra el costado de la vivierida. Era muy "Ahora sostén la boquilla y pasa el alambre a través del
similar al que acababa de mostranne, excepto que éste había centro para quemar la pulpa. Así es. Como verás pasa con
sido acortado y tallado con un cuchillo. Adentro, apoyó el bastante facilidad porque está muy caliente.
pedazo de madera sobre la mesa. . De hecho, el alarp.bre atravesó la boquilla sin dificul-
"Siéntate -me ordenó con mucha fonnalidad. tades.
Se movió por la cabaña de espaldas a mí y luego se "Bastante bien -dijo-. Deja el alambre, siéntate y usa
volvió con rapidez y arrojó un cuchillo de caza al aire. El el cuchillo para aplanar más la boquilla.
cuchillo se hundió en la mesa, a menos de treinta centímetros Agnes sonreía y ambas nos sentíamos complacidas. Puso
·1,
" '
de mi mano. frente a mí un instrumento casero para ensartar abalorios y
Me eché hacia atrás. varios potes con cuentas de distintos colores. También colocó
"No estás prestando atención. Quita con el cuchillo el pedazos de cuero y correas y unas cuantas plumas.
resto de la corteza. Hazlo en fonna pareja. "Cuando tennines con el cuchillo, haz el diseño que
Tuve miedo de negarme y mi mano tembló al retirar el quieras con estas cuentas y adorna un par de centímetros de la
cuchillo y comenzar a tallar la madera. El resto de la corteza boquilla. Puedes colgarle las plumas que des~s allí. -Tocó
salió con facilidad. el frente de la boquilla con un dedo.
"Bien. Ahora talla un pequeño círculo en este extremo, Yo estaba encantada con el proyecto y me aboqué a él de
así. -Despuís de cortar, me devolvió el cuchillo. -Ahora lleno. Decidí hacer el diseño de un rayo en turquesa, amarillo
hazlo mientras caliento un poco de agua y preparo té. y. rojo con un borde de cuentas azul oscuro. No levanté la
Agnes me observó alrededor de veinte minutos mientras cabeza hasta ya entrada la tarde, cuando las notas de una flau-
yo trabajaba, dándome instrucciones de tanto en tanto. Luego ta se filtraron por la ventana parcialmente abierta. Un mo-
fue hasta un estante y tomó un hennoso cuenco de piedra mento después, Ruby irrrumpió con violencia en la cabaña.
arcillosa gris para la pipa y me mostró cómo colocarlo en la -July está mal... muy mal-dijo Agnes, ignorándome
boquilla. por completo.

218 219

\
La música al otro lado de la puerta era muy débil. Métete entre ellos y no muevas un dedo hasta que yo te lo
Me puse de pie y salí con rapidez. En el porche, July diga.
estaba senta4a contra la pared, parecía medio muerta y se la Ahora nos encontrábamos a treinta metros de distan-
veía tan atemorizante como Ruby. Regresé asustada al interior cia. Agnes hizo una seña a Ruby con la mano. Observé desde
de la cabaña... atrapada entre una vieja loca y una joven casi atrás de un árbol mientras Ruby se acercaba a la cabaña,
muerta. se agachaba y levantaba un puñado de piedras. Vaciló unos
-¿No se le puede dar algo? -pregunté alarmada. minutos, luego empezó a lanzar las piedras sobre el techo de
-Sólo su espíritu... eso es todo -me gruñó Ruby. chapa. Cada .una, al golpear, producía un ruido tremendo.
-Ya, ya, Ruby -dijo Agnes apoyándole una mano en La cabeza de Perro Rojo asomó por el vano de la puerta.
el hombro-o Hablar así no servirá de nada. Vayamos a -¿Quién demonios está haciendo tanto alboroto? -gritó.
divertirnos un poco. -Se volvió hacia mí. -Toma tu Ruby no intentó ocultarse. En vez, comenzó a emitir
chaqueta, Lynn. Va¡nos a darle una buena patada en el trasero unos sonidos histéricos semejantes a los graznidos de un pavo
a Perro Rojo. Haz exactamente 10 que yo te diga y no te y a pavonearse de un lado al otro del frente de la cabaña.
~ntremetas. Perro Rojo salió descalzo al porche, todavía desaliñado
Dejamos a July con un poco de agua y comida y las tres y vistiendo los mismos pantalones caqui y la chaqueta verde
echamos a trotar por el sendero; las dos ancianas se movían oliva. Ben y Drum espiaron con cuidado por la puerta detrás
como muchachas. De pronto tomé conciencia de que íbamos de él. Yo alcanzaba a ver el vello rojo en el pecho de Perro
al encuentro de algún tipo de confrontación con Perro Rojo. Rojo. Examiné mis sentimientos hacia él. Nada perduraba
-Oh, mi Dios -grité-. Perro Rojo. excepto un gran aversión.
',1
Agnes y Ruby se detuvieron en seco y me esperaron. "¡Sal ya mismo de mi propiedad, Ruby! -bramó. Su \.
"¿Qué estamos haciendo? -pregunté. voz estremeció el bosque.
-Silencio, idiota -replicó Agnes-. ¿Quieres que Perro Ruby arrojó otra piedra. Sonó como si alguien hubiera
Rojo se entere de que vamos para allí? golpeado una lata de basura.
-No -susurré con temor. -Tienes suerte que no queme todo este lugar -gritó
Agnes y Ruby me lanzaron sendas miradas furiosas y Ruby, recogiendo un tablón de madera y descargándolo sobre
malvadas. Ruby me pellizcó el brazo y añadió: el viejo arado herrumbrado-. Me robaste mis tenazas y no lo
-Nunca hables. Sabe qué estás haciendo y ataca. niegues.
-Aparté mi brazo con brusquedad. -No te robé las tenazas, vieja bruja -respondió Perro
Empezamos a correr de nuevo y no nos detuvimos hasta Rojo-. ¡Ahora vete de aquí!
estar a cien metros de. distancia de la cabaña de Perro Rojo. ~Te arrepentirás, bastardo. Traeré a la policía india. Te
Entonces redujimos la marcha y buscamos un escondite. obligarán a devolverme mis tenazas.
Agnes murmuró con severidad a mi oído: -Hazlo y veremos qué pasa. Les contaré 10 que has
-Tú y yo nos esconderemos detrás de esos árboles. estado haciendo.

220 221
-No te at.reverías -vocifero Ruby, lanzando otra piedra, pecé a temblar. Agnes se parecía al árbol detrás del cual se
esta vez a la ventana. La piedra pegó en el alféizar, rebotó y escondía.
rompió el vidrio-. ¡Te enseñaré a no robar tenazas que no te "Esta es mi propiedad, Ruby -chilló Perro Rojo-. ¡Será
pertenecen! mejor que acabes con todo esto!
Yo no podía creer 10 que estaba ocurriendo. Un pode- Ruby también chilló.
roso hechicero y una hechicera se peleaban por unas tenazas. -¡Ja! ¿Y qué haces tú en la reservación, eh? ¿Por qué
No tenía ningún sentido. no vives con la gente blanca? Ninguno de los indios te so-
Ruby arrojó una botella de gaseosa vacía. Ésta aterrizó a porta... Apestas, asqueroso wasichu.
los pies del porche, dio en un pedazo de baldosa y estalló. -No es asunto tuyo donde yo viva -replicó Perro
Fragmentos de vidrio volaron en todas direcciones. Perro Rojo Rojo-. Puedo vivir donde se me antoje.
saltó hacia atrás y Ben y Drum desaparecieron por completo -¡Dame mis tenazas!
detrás de la puerta. -Note las daría aunque las tuviera.
Ruby era extraordinaria. Pese a su ceguera, de alguna -¡Quemaré este maldito lugar!
forma sabía la distancia ~xistente entre ella y las piedras pol- -¡lnténtalo y habrá un~ vieja muerta!
vorientas que conformaban los endebles cimientos del porche Ben y Drum se ocultaban detrás de Perro Rojo, asin-
de Perro Rojo. Los pedazos de botella habían caído formando tiendo con aprobación. Perro Rojo ardía de ira y, aparente-
un semicírculo muy cerca de los pies de Perro Rojo. Tanta mente, Ruby también.
precisión no era una coincidencia. La ceguera no incapacitaba "Sal de aquí, Ruby -gritó Perro Rojo-. Todos saben
a Ruby en 10 más mínimo. Giró un pocp la cabeza como un que estás completamente loca. Y es verdad.
viejo cuervo ladeando su cabeza. Sus ojos opacos, jamás vuel- -¡Vete al carajo!-gruñó Ruby.
tos directamente hacia Perro Rojo, se veían fríos e inmóviles Caminó por el costado de la cabaña y abrió la puerta del
en la pálida luz. cobertizo de herramientas de P~rro Rojo. Adentro, hizo resonar
-Sé que estás tramando algo, Ruby -gritó Perro Rojo. metales. Los hombres, con Perro Rojo a la cabeza, dieron
Agitó un brazo-. Vete de aquí de una vez. unos pocos pasos hacia ella.•
Entró en la cabaña y dio un portazo. "Lo sabía -exclamó-. Las encontré.
Ahora Ruby empezó a armar un alboroto en serio. Pro- Salió del cobertizo, blandiendo su hallazgo.
fIrió gritos agudos y chirriantes como los de un pájaro -Esas tenazas son mías -se apuró a decir Perro
y, cloqueando, prosiguió contoneándose como un pavo. Rojo-. Las compré en una liquidación en Brandon el verano
Arrojó piedra tras piedra sobre el techo de chapa. Final- pasado. No las robé. -Se adelantó, pero no abandonó el
mente, la puerta volvió a abrirse y Perro Rojo reapareció ... porche. -De todos modos, no son tenazas, vieja estúpida.
indignado. Tenía la cara roja y una expresión ame- Lo que tienes en la mano es una pinza, ¿no es cierto, Dnun?
nazante, su barba y pelo rojos sobresaliendo en todas -Sí --contestó Drum con voz ronca-. Por supuesto
direcCiones. A pesar de que me encontraba bien oculta, em- que sí. Es una pinza.

222 223
-Demuestren un poco más de respeto por mí -gritó -Eso no servirá. Sé una guerrera -me ordenó.
Ruby-. No soy tan crédula. No me importa qué sea. ¡Es mía! Corrimos hacia la cabaña de Agnes, yo jamás había co-
-¿Para· qué quiere una vieja como tú unas tenazas? rrido tan rápido. De improviso, Ruby apareció corriendo junto
-preguntó Perro Rojo con un gruñido. a nosotras. Sucedió tan inespetadamente queme aterroricé.
-Para hacer una cerca grande alrededor de mi cabaña -¿La conseguiste? -preguntó Ruby a Agnes.
que mantenga lejos a los ladrones de herramientas como tú. -Sí -contestó Agnes; jádeando.La tocó con la pequeña
-Devuélveme esas tenazas o ... calabaza adornada con abalorios.
-¿O qué? Sus risas diabólicas retumbaron en el estrecho sendero.
-¡Te las quitaré! Cuando llegamos al frente de la casa de Agnes, nos dejamos
-Sería muy propio de ti apoderarte de algo que previa- caer al suelo. Yo reía cOn histeria.
mente robaste a una anciana ciega. . "Deberías haber visto la cara de Perro Rojo cuando em-
-Vieja maldita... -gritó Perro Rojo. Golpeó el piso pezó a perseguirte "'""'-señaló Agnes a Ruby-. Eres tina zorra.
con un pie y la pared de la cabaña COn un puño. -Estalló en una carcajada.
Ruby se volY.ió y comenzó a caminar hacia el camino , Se palmearon' y se feliCitaron la una a la otra. Saltaron
con expresión desafiante. Contoneaba las caderas y mantenía en el pasto, se dejaron caer y rodaron sin parar de reír.
la pinza en alto. . -¿Cómo lograste zafar de ellos, Ruby? -pregunté;
"Vamos -dijo Perro Rojo a Ben y Drum-. ¡No pode- poniéndome seria con brusquedad.
mos permitir que se salga con la suya! -Tenía el rostro aún --,-Les hice pensar que me habían asustado. Tiré la pinza
más colorado y sus ojos brillaban con furia. -jAtrapémosla! y huí.
Los tres hombres echaron a correr hacia el camino, per- -¿Y si Perro Rojo saquea tu cabaña? -inquirí alar-
siguiendo a Ruby. Grit;aban como enloquecidos. La puerta de mada.
la cabaña quedó entreabierta.. . Ruby y Agnes me miraron fijo.
Me volví hacia Agnes para preguntarle si debíamos ir en -No, eso sería engañoso ...,.-respondió Ruby con expre-
ayuda de Ruby. Agnes estaba de pie allí, pero desapareció en sión pensativa-o No creo que fuera capaz. Yo no saquearía
un segundo y giré la cabeza a tiempo para verla entrar en la su cabaña. No soy ese tipo de persona.
cabafta. Era como si hubiera dado un salto de treinta metros y -Sí, pero esta noche lo hiciste -repuse.
aterrizado silenciosamente en el porche. Luego reapareció, pare- -No -dijo Ruby-. Simplemente recobramos algo que
ciendo atravesar una parte de la puerta. Sonreía y sostenía una pertenece a July, ·su espíritu.
calabaza en la mano. Entonces, hizo un movimiento extraño -Cada confrontación con Perro Rojo es un desafío a su
hacia adelante y de pronto volvió a estar de pie junto a mí. poder personal, Lynn -intervino Agnes.
Yo estaba tan asustada que me dolía el estómago. Quise -No lo sé -dijo Ruby-. A veces resulta muy abu-
encogerme, pero antes de que pudiera hacer nada, Agnes me rrido.
abofeteó. Yo estaba totalmente confundida, pero reí de nuevo.

224 225

l
Las tres nos acordamos de July en el mismo momento. misma persona. Sollozaba suavemente.
Nos volvimos y la miramos. Seguía sentada donde la habíamos Luego sus ojos se iluminaron y esbozó una sonrisa.
dejado, con el plato de comida y el agua ahora dados vuelta. -No podía regresar. ¿Hay algo para comer?
Sopló la flauta con debilidad. Sus ojos estaban opacos. -Busca charqui de ciervo para July, Lynn -dijo Ag-
-Tenemos que devolverle su espíritu -acotó Agnes-. nes.
Volver a despertar la pintura reflejada. Todas caminamos hacia la cabaña.
Ruby y Agnes se agacharon sobre July y la condujeron -¿Qué hace esto aquí? -preguntó July, recogiendo del
al centro del frente de la casa. JuIy se mostraba dócil. suelo su flauta abandonada.
Ruby acomodó a July mirando hacia el oeste. El sol '-()h, no -gritó Ruby. Le-arrebat6 la flauta, la partió
estaba debajo del horizonte, pero la última claridad no había en dos sobre su rodilla y arrojó los pedazos al aire.
terminado de desvanecerse. Ruby guió a July de la cintura y July se encogió de hombros.
la hizo pararse en un punto determinado. Agnes· caminaba Se oyó un súbito aleteo y el cuervo se posó en el hom-
detrás de July. bro de July y le graznó fuerte al oído.
LflS ancianas trabajaban pausadamente, sin prisa. Cuando Agnes se volvió hacia mí.
todo pareció estar en orden, Ruby hizo una seña a Agnes. -Cuervo ha estado volando buscando el espíritu per-
Agnes levantó la calabaza directamente sobre el cabello de dido de July. Es su pájaro. Ahora se han vuelto a unir. De-
July, desde atrás. Ruby presionó el estómago de la muchacha, beríamos estar felices.
Agnes retorció sus manos en la calabaza y sentí un estallido Dentro de la cabaña, July comió con voracidad. Cuando
como el de un disparo. Un penacho de humo giró sobre la terminó, nos presentaron. Presentí que ella sabía muchas cosas
cabeza de luly y pareció ser absorbido dentro de ella por un que aún me faltaban aprender.
hilo plateado. Más tarde esa noche, después de que Ruby y July se
Por segunda vez aquella noche, me encorvé de dolor. marcharon, permanecí en silencio en mi bolsa de dormir,
-Trae una manta para July -me gritó Agnes. preguntándome qué vendría después. Nada tenía sentido.
Caminé vacilante hacia la cabaña y regresé con una manta Lo único que sabía con certeza era que todavía quería el
de la cama de Agnes. Ruby la puso alrededor de los hombros cesto del matrimonio.
de July.
Cada una la tomó de un brazo y la hicieron caminar de
un lado al otro, estimulándola con susurros.
-¿Qué ocurrió? -pregunté.
-July cruzó al otro lado -explicó Agnes. ,
-Nunca más permitas que el maldito de Perro Rojo te
vuelva a engañar -advirtió Ruby a July.
July se sostenía la cabeza entre las manos. No era la

226 227
Te dejo dentro del espejo de la creatividad y tocando el.
circulo del mundo.

Hyemeyohsts Storm

Agnes me despertó con suavidad. Era npche cerrada.


Aún después de que Agnes encendió la lámpara, era como si
alguien hubiera corrido una cortina negra a través de la ven-
tana. Los ojos de Agnes me dijeron que debía enfI:entanne a
un desafío inmediato. Mientras me ponía los vaqueros, noté
que se me crispaban los dedos.
-Perro Rojo se va a enloquecer de ira si te atrapa me-
rodeando por su cabaña -manifestó Agnes como si tal cosa
Se me contrajo el estómago.
-Apuesto a que sí.
-Debe de estar ansioso por vengarse. Tienes que ser
muy cuidadosa. Perro Rojo posee un millón de trucos. Ya
viste lo que le hizo aJuly... estuvo muy cerca de morir. No
debes hacer nada ni tomar ninguna decisión sin antes consul-
tarlo conmigo. Puedes seguir vigilando en busca de una opor-
tunidad, pero no intentes tomar el cesto. ¿Comprendes?
-¿Te refieres a que no debo dar ni un solo paso hacia la
cabaña sin preguntarte primefo?
-Eso es. No puedes darte el lujo de volver a equivo-
carte.

229
-¿Todavía quieres que vaya allí y esté atenta a alguna -Acabas de decirme que no haga nada sin preguntarte
oportunidad? primero, Agnes.
-Sí, pero si Perro Rojo coloca el cesto del matrimonio -Bueno, si te dije eso, .será mejor que lo hagas.
delante de tu nariz, regresa y consulta conmigo antes de inten- Experimenté un extraño estremecimiento.
tar tomarlo. -Por favor, no me confundas, Agnes. ¡Por favor!
-¿Para qué ir si no puedo hacer nada por conseguirlo? Contestó en crL
-Ir allí y vigilar es una prueba de tu habilidad y volun- "No comprendo qué dices. Por favor, no me hagas esto.
tad como guerrera. No permitas que descubran tu escondite. -Un profundo pánico me estaba invadiendo.
Esta contienda se ha vuelto muy grave. Es un asunto de vida o Agnes no respondió. Comenzó a gesticular... ¡a usar un
muerte. lenguaje de gestosl Corrí hacia ella y la sacudí. .. parecía
Respiré hondo y me senté a tomar un magro desayuno, estar débil.
obligándome a comer. Pensé en todos los días en que había -¡Lynn! ¡Lynn! -gritó Agnes con fuerza-. Perro Rojo
espiado la cabaña para robar el cesto. Mi objetivo parecía me está atacando. Haz lo que te dije primero. Regresa. Espero
estar alejándose de mi alcance. seguir viva para entonces.
-¿Por qué me envías tan t~mprano? -¿Puedo hacer algo por ti? -vociferé-.
-Perro Rojo duerme como un tronco y se despierta -Sí, márchate. Ahora. No permitas que te maten.
tarde. Qu¡~ás esta vez no perciba tu presencia. Es tan endemo- Me puse un suéter marrón y tomé unos trozos de char-
niadamente impredecible... no se me ocurre otra cosa. qui. Apretujé la carne en ambos bolsillos.
Era la primera vez que Agnes demostraba falta de seguri- Agnes me abrazó en la puerta.
dad en sí misma. Echó su silla hacia atrás, se levantó y se -Estoy llena, Pequeño Lobo. Ten cuidado con los pe-
paseó por la habitación con lentitud. rros.
"Espero estar diciéndote lo correcto, Lynn. Simplemente Era obvio que Agnes me había confundido con su hija
no sé qué deberías hacer. Sólo estoy segura de una cosa, si te muerta hacía tiempo. De pronto, profIrió un gran grito, se
acorralan: aférrate a tu pendiente y salva tu vida. ¿Estás con- agarró la garganta y cayó al piso pateando.
vencida de que aún deseas ese maldito cesto? "¡Atrapa a ese demonio! ~xclam6-. ¡Atrápalo!
-¿Qué clase de pregunta es ésa, Agnes? Por supuesto Yo también empecé a gritar.
que deseo el cesto. Agnes se puso de pie de un salto.
-Tal vez me esté volviendo senil, Lynn. -Sacudió la -¿Despierta ahora, querida? -preguntó con voz sarcás-
cabeza.- Sería mucho más fácil para mí si regresaras a Be- tica pero lúcida.
verly Hills. -Sí -balbucí con la garganta dolorida de tanto gritar.
-¡Agnes! ¿Qué te pasa? -Te gustan los actos, ¿no, Lynn? Te estaba poniendo a
-Ve a buscar ese cesto y no vuelvas hasta que 10 con- prueba para saber si es posible confiar en que actúes inde-
sigas. pendientemente. No es posible.

230 231
después volvieron a salir, vestidos con ropa de trabajo an-
-¿Quieres decir que todo fue un acto, una simple broma?
drajosa en vez de los acostumbrados vaqueros. Arrastraron un
-No sabía si me sentía aliviada o estaba loca.
enonne rollo de tela metálica desde el cobertiw hasta el porche
-No fue una broma. . . sino una prueba. Aún no estás
delantero, luego regresaron en busca de martillos, sierras, palan-
lista.
cas, pinzas, bandejas de clavos, cadenas, grampas y otras cosas
-Creo que no fue muy justo. .
que no pude reconocer. Era una extraña mezcla de chatarra
-¿Eso piensas, Pobre Vaca? Bueno, Perro Rojo creerá
diseminada en el porche y Ben y Drum se quedaron mirándola
10 mismo cuando te destruya. Le parecerá injusto que seas tan
como si se encontraran frente a un complejo problema de
débil. -Me miró de arriba abajo. -También te engañé para M~L .
resquebrajar tu solidez. Ésta puede ser la única posibilidad
-¡Esa maldita vieja! -gritó Drum, levantando un mar-
que tengas. de robar el cesto, y deseo que tengas éxito. De
tillo pesado y arrojándolo de vuelta al suelo-. De no ser por
modo que regresa rápidamente y cuéntame todo 10 que con-
ella, no tendríamos que hacer todo este trabajo.
sideres de importancia.
-Sí -repuso Ben con su típico hábito monosilábico.
-De acuerdo --convine. -¿Quieres enrollar y que yo corte Q quieres cortar y que
La miré un momento y abandoné la cabaña. No \labía
yo enrolle?
estrellas en el negro cielo matinal, pero mis pies sabían por
Ben se rascó la cabeza.
dónde correr, y cómo hacerlo en silencio. El único sonido era
-Me da lo mismo, siempre y cuando terminemos pronto.
el ulular distante de un búho.
-Te diré 'cómo haremos -aventuró Drum-. Yo me
Me arrastré por el tupido matorral a unos cien metros de
pararé en el borde de la tela y tú enrollarás y cortarás.
la cabaña de Perro Rojo. Acorté la distancia a más o menos
-¿No crees que primero deberíamos medir? -preguntó
cuarenta metros y me escondí. Los primeros rayos de luz
Ben.
irrumpieron en el horiwnte mientras yo pennanecía acostada
Ahora fue el tumo de Drum de rascarse la cabeza.
y quieta, observando y esperando. Alrededor de las nueve, -Oh, claro, no se me ocurrió.
Drum salió de la cabaña bostezando y con una taza de café en
Hubo una discusión en cuanto a quién sostendría qué
la mano. Se sentó en los escalones y sorbió de la taza de lata.
extremo del centímetro. Drum perdió.
-Maldita alborotadora -masculló.
"Noventa y nueve. .. un metro cinco para estar más
Sonreí y pensé en Ruby arrojando las piedras.
seguros. Eso es, un metro cinco --expuso Drum, sosteniendo
Drum se volvió y gritó:
el centímetro contra el marco de la ventana.
''Levántate, Ben. Es hora de trabajar.
-No puedo acordarme de eso -dijo Ben.
Oí contestar a Ben, pero el sonido fue demasiado con-
-¡Entonces busca un maldito lápiz!
fuso para aislar las palabras. Cuando Ben salió, llevaba una
-Está bien. No tienes por qué gritar.
taza de café y la cafetera. Ambos bostezaron e hicieron co-
Al cabo de unos minutos, Ben volvió con un lápiz y un
mentarios chistosos, se desperezaron y rascaron.
papel.
Entraron en la cabaña y estuvieron allí más de una hora,
233
232
"¿Cuánto dijiste que era, Drum? "Miles de millones de personas y me vengo a ensartar
La medición de las ventanas de la cabaña tomó una con dos tontos como aprendices.
eternidad. Ben tuvo que buscar un banco para la ventana la- Ben y Drum martillearon a mayor velocidad.
teral y una escalera de mano para la ventana trasera. "Quiero los candados en la puerta del cobertizo antes del
Se quejaban de Ruby todo el tiempo. Maldecían y dis- anochecer ---'bramó Perro Rojo--. Más les vale que estén
cutían sin cesar y la tarea más insignificante parecía requerir colocados para entonces.
un .debate. Sin embargo, invariablemente, se decidían por la Ben y Drum ahora martilleaban como enloquecidos.
forma de proceder más ridícula. "Ya no se puede confiaren nadie -añadió Perro Rojo
-¡Maldita vieja! --exclamó Ben en tanto desenrollaba frunciendo el entrecejO-. Me vengaré de ellas. Haré que su
la oxidada tela metálica. Drum sostenía el extremo parándose chica blanca pague por esto.
sobre él. Regresó al interior de la cabaña dando un portazo.
Cada vez que Ben soltaba el rollo para cortar un pedazo Recordando la fotografía del cesto del matrimonio que
de tela con unas tijeras de hojalatero de mango largo, el rollo había visto hacía ya tanto tiempo, miré fijo la cabaña y traté
se enrollaba solo instantáneamente rasguñándolp o cortándole de imaginarlo· allí d~ntro. En cierta forma, Agnes había re-
la mano. forzado mi deseo por el cesto y prefería morir antes que re-
"¡Ay, carajo! ¡Esa vieja asquerosa! nunciar a él.
-Dámelas -dijo Drum, arrebatándole las tijeras-o Dios, -¡Aaay! -Drum dio un respingo. Soltó el martillo y
no puedes ser más tonto. Déjame hacerlo a mí. mantuvo su pulgar entre las piernas, aullando de dolor.- ¿No
Dio un paso demasiado largo hacia adelante, olvi- puedes hacer algo, Ben?
dando que estaba parado sobre la tela combada para El alambre tejido se dobló hacia adelante y cayó al suelo
sujetarla. El rollo se disparó hacia arriba y le rasgó los panta- desde la ventana donde Drum lo había estado clavando.
lones. Yo sabía que esos tres hombres eran alquimistas del más
"¡Mierda! -gritó. Su voz resonó a través de los árboles. alto nivel, pero en el plano físico, por lo menos, resultaban
Se tocó los pantalones rotos-o Mira lo que me hizo esa bruja. absurdamente ineficientes. Ben y Drum parecían frustrar sus
Les llevó horas encajar en las ventanas los pedazos despare- propios esfuerzos a cada rato. Era una interminable comedia
jos de tela metálica. Era como un enorme rompecabezas geo- tortuosa de incompetencia, como una mala película.
métrico. Estaban en eso, cuando apareció Perro Rojo. Perro Rojo reapareció en varias ocasiones, agitando los
-¡Idiotas! ¿Por qué tardan tanto? -gruñó. Ben y Drum braws y maldiciendo. Cuando los vigilaba de cerca, Ben y
retrocedieron ante su furiosa mirada. --Claven eso de una vez Drum cometían errores especialmente burlescos. A Ben se le
y rápido. ¡Vamos, muévanse! cayó una palanca curva en el pie y Drum martilleó con tanta
Ben y Drum tomaron unos martillos excesivamente gran- fuerza que hiw añicos el vidrio. Parecían competir para ver
des y comenzaron a clavar clavos al azar. Mientras los obser- quién podía ser más idiota.
vaba, Perro Rojo sacudió la cabeza con desagrado. Perro Rojo fmalmente se dio por vencido con disgusto y

234 235
dejó a Ben y a Drum librados a sus propios recursos. Ya -Hicimos lo mejor que pu~os, Perro Rojo ~ijo
entrada la tarde, habían tenninado todas la ventanas. LlJego Ben con voz dolida.
clavaron unas tiras grandes de metal en la puerta del cobertizo -¿Qué esperabas? -preguntó Drurn--. Después de todo
de herramientas y colocaron una aldaba y un candado. Mien- no somos carpinteros~
tras Druni se echaba hacia atrás para admirar la obra manual, Entraron en la cabaña antes de que yo pudiera oír la
Ben arrastró afuera una inmensa barra de hierro. respuesta de Perro Rojo. Traté de relajanneun poco. No pasó
-¿Qué diablos vas a hacer con eso? -inquirió Drum. nada durante un tiempo, luego Perro Rojo, Ben y Drum irrum-
-¿Qué crees? Voy a ponerle candado a la letrina. No pieron fuera de la cabaña, cerraron la puerta de un golpe y se
me sorprendería nada que Ruby deslizara una serpiente de pusieron a gritar y vociferar en el crepúsculo. Rodeándose con
cascabel en el pozo. los brazos y cantando se alejaron a los tropezones· por el
-Creo que Ruby no haría eso, Ben. camino. Me quedé mirándolos hasta que desaparecieron de la
-No me importa. Lo pondré de todos modos. vista. Supuse que iban de parranda a Crowley. Estaba segura
-Bueno, jamás volverá a entrar en el cobertizo, a menos de que se encontraban borrachos.
que use un cartucho de dinami.ta. No me atreví a,intentar robar el cesto sin consultar primero
-Sí; Bueno, tampoco entrará en el cagadero.· -Ben a Agnes ... no después de la experiencia de esa mañana. Corrí
arrastró la cuña de viejo hierro oxidado a través del frente de lo más rápido que pude a su cabaña y me abalancé sobre la
la casa. -¿No piensas ayudanne? -gritó a Drum-. Después puerta, tan jadeante que no podía hablar. Agnes me examinó
de todo tú también 10 usas. . con la mirada desde su silla.
Drum ayudó. Era muy tarde cuando los candados estu- -Agnes --dije con excitación-o Creo que se fueron.
vieron en su sitio y las herramientas guardadas. Se alejaron 'tambaleando y cantando hacia el pueblo. Están
-Mira esas .ventanas -comentó Drum. borrachos.
-Esa letrina es mejor que un baño público, viejo -aco- -Es posible -replicó Agnes y se puso de pie-o Tu
tó Ben. oportunidad ha llegado. Asegúrate de que no te engañen. No
-Creo que hicimos Wl buen trabajo, ¿no? pierdas el coraje, Lynn, y recuerda todo cuanto te he enseñado.
-Claro· que sí. Deberíamos dedicamos a la construc- Ahora ve y roba el cesto.
ción. Diablos, apuesto a que podríamos ser ingenieros si nos Me marché a toda prisa. Estaba oscuro; la luna producía
10 propusiéramos. un suave reflejo en el cielo despejado. Me detuve amos
Perro Rojo salió de la cabaña y se acercó a ellos. cuarenta metros de la cabaña de Perro Rojo. No se veían
-Ustedes dos no podrían construir ni un comedero de señales de vida por ninguna parte y la cabaña estaba a oscu-
pájaros. ras. Temblaba. Avancé Wl tanto, me arrodillé detrás de unos
Ben y Drum se mostraron abatidos. Perro Rojo meneó la arbustos y palpé con mis manos la tierra húmeda~ Luego me
cabeza con tristeza. adelanté otro poco más y me agazapé detrás de la silueta de
Yo reía pese a mí misma. La escena era graciosa. Wl tocón de árbol.

236 237
-Hola, querida -dijo Drum de repente. estaban borrachos, supe que tramaban algo. Los· hechiceros
Se me heló la sangre. Me di cuenta de que estaba afe- jamás se emborrachan, sólo adoptan esa apariencia engañosa.
rrada a su pierna. Drum había doblado su cuerpo adoptando la Tenía que mostrarles cuán débil eres para embaucarlos. Los
forma de un árbol desnudo ... inclinado, con los brazos col- engañaste al caer en su trampa. Ellos no sienten respeto por
gando de modo grotesco. En la oscuridad, no podía distinguir ti. . . ni el más mínimo. Eso es bueno. No sentirán la nece-
su forma de la de los arbustos circundantes. Le solté la pierna sidad de protegerse de ti. -Me sirvió una taza de té tibio y la
y retrocedí, aterrada. empujó hacia mí. -Siéntate -agregó-. Nada te suce~rá en
Otra figura imprecisa se hallaba de pie a mi derecha este momento. Bebe. Disfruta de un poco de té.
inmediata, y una tercera a mis espaldas. Me tenían rodeada. Sorbí unos pocos tragos.
-¡ Vete de aquí, señorita, o clavaré tu trasero a mi pared! "Verás, Lynn, esos tipos creen que eres una mujer tonta
Era Perro Rojo. Las tres siluetas oscuras se cerraron más y estúpida que no constituye una amenaza para nadie. Supo-
a mi alrededor. Grité y huí, oyendo la estruendosa risa de nen que te sentirás avergonzada de ti misma y que te marcha-
Perro Rojo detrás de mí. Tropecé con un tocón y caí de cabeza, rás. Mientras piensen eso, son vulnerables. Este es el mejor
me incorppré y corrí por el sendero hacia la cabaña de Agnes. momento. Muchos humanos fallan, pero espero que seas ·fuer-
-¡Agárrenla! -gritó alguien-o ¡Allí va! te. Debes ser una cazadora, una guerrera. Tienes que enseñar-
Ben y Drum comenzaron a perseguirme lanzándome nos a todos qué es tener un sueño. Regresa y vigila durante la
piedras. Tenían buena puntería y cualquiera de ellas podría noche. Tu pasión por el cesto del matrimonio es irrevocable.
haberme destrozado el cráneo. Los hombres no paraban de Has venido a este mundo a descubrir tu camino. Lo has en-
reír. contrado y ahora debes tomarlo.
Corrí y corrí por el camino rocoso hacia la casa de Ag- Agnes se levantó de la mesa y fue hasta la cómoda.
nes y recién comprendí que estaba fuera de peligro cuando Enseguida regresó con su morral medicinal y mi vestido y
atravesé la puerta. mocasines de piel de ante.
-Me engañaron -grité-. Estuvieron a punto de ma- ''Póntelos -dijo-. No los deshonres. Están llenos de
tanne. energía de mujer.
Agnes rió. Me desvestí con rapidez. El aire me hi~o estremecer de
-No se habrían molestado en matarte porque tu intento frío, pero la piel de ante me calentó enseguida. Su contacto
fue muy gracioso. era tan suave como una caricia.
Yo tenía ganas de llorar. Agnes tomó el morral medicinal.
-A mí no me pareció nada gracioso. "Afuera -indicó-. Trae la manta.
Agnes me dirigió una mirada pícara. Obedecí y la seguí al frente de la casa. Me pidió que
-Sabía que Perro Rojo te estaba engañando -manifestó. extendiera la manta sobre el suelo y la alisara.
-¿Lo sabías y de todos modos me enviaste aUí? "Siéntate -añadió con severidad.
-Sí. Quería ver qué harían. No bien me dijiste que Nos sentamos en extremos opuestos de la manta. Agnes

238 239
puso el envoltorio entre las dos, desató las maracas que col- del interior de una de las bolsas de cuero con abalorios y lo
gaban de él Y desenrolló el cuero, exponiendo el contenido. apisonó en el cuenco de la pipa, luego la encendió· y dio varias
Separó y desplegó todo. . . Varias cintas negras, amarillas y fumadas. '
rojas, flores secas, cristales de cuarzo, pedazos d~ cabello o "Quiero que absorbas mucho de este humo-amigo -di-
posiblemente cueros cabelludos, una garra de búho, varias jo, entregándome la pipa-o Aspira profundamente y frota tu
bolsas medicinales adornadas con abalorios y atadas en la estómago.
parte superior, y otras cosas que no pude identificar. La pipa era tibia .y suave, como un hueso nuevo. El
Se inclinó hacia adelante y entrelazó dos plumas de búho humo agridulce me embriagó.
en mi cabello. ''Podemos alzar esta pipa juntas. Las ancianas te acom-
"¿Alguna de estas cosas te dice algo? -me preguntó, pañan en la realización de tu sueño. Este humo-amigo es un
señalándolas. invitado del tipi lloroso de la anciana que habla con las rosas.
-No 10 sé. El rostro de Agnes parecía resaltar mientras hablaba. Su
Sentí una repentina fuerza procedente de algo que se voz era reconfortante. Mis oídos sufrían una presión· como de
asemejaba a una piedra áspera. aire comprimido y sentí que era importante decir a Agnes que
''Eso -dije, apuntándole con el dedo. la respetaba y la amaba.
Agnes asintió con aprobación. Descubrí que en realidad podía comer el humo como si
-Ese es un anciano. Tiene más de noventa años ... un fuera una substancia de algodón fmo. Agnes parecía una mu-
botón de peyote anciano. A menudo percibo su poder. chacha de dieciocho años, con sus largas trenzas deslizándo-
Mientras mis ojos examinaban los objetos, reparé, junto se1e por la espalda. Traté de hablar de mi comprensión inte-
a unas plumas, en la mitad de un billete de veinte dólares. rior, pero todo, cada pensamiento, parecía derrumbarse hacia
-¿Dónde conseguiste eso? -inquirí casi sin respirar. oentro. Había estado sentada sobre la manta durante toda una
Pensé en Guatemala y en el joven indio que había par- eternidad y ese momento jamás cesaría de ser.
tido en dos mi dinero. Aún llevaba conmigo una mitad. Agnes tomó la pipa encendida de mis manos.
-Es dinero roto del sur y habló de tu venida. -Esta pipa medicinal ha sido fumada durante miles de
Me puse pálida. años y esta hierba dulce es una hierba secreta. La mujer cons-
Agnes tomó una pipa pequeña y me la entregó. Sostuve tituye su espíritu. Es un regalo a la guerrera que hay dentro de
la delicada boquilla en mi mano. Agnes colocó cuatro plumas ti para que te fortalezca en la batalla.
de águila en un círculo, con sus cañones huecos mirando Se puso de pie y me indicó que la imitara. Mi cuerpo
hacia adentro, casi tocándose. pareció incorporarse con una voluntad propia y desconocida.
"Cada pluma representa una de las direcciones -ex- "La dama blanca del norte que vive en el bosque y con-
plic6-. Esto es una señal de que te encuentras en el centro de trola todos los animales está escuchándonos. Pero también
la morada. existen falsos hechiceros que desean robarte el poder de este
Le devolví la pipa. Extrajo un tabaco amarillo, grueso, sitio heyoka. Con este humo-amigo, los verás. Ellos hacen

240 241
flechas largas y puntiagudas contra tus hennanas. Se alimen- "Ahora siéntate aquí en la manta. -añadió Agnes-.
tan de tus sueños sin tomar tu hambre en consideración. Sus Pennanece quieta y en silencio. En lo profundo de esta noche
morrales contienen medicina mala y sus corazones son malva- he percibido la presencia de la gran dama blanca del norte. Si
dos .. eres elegida. para llevar a cabo esto, ella enviará un animal
Golpeó el suelo con un pie. para hablar contigo. No temas ... puede enviar un ciervo o un
''Hazlo -me instó. tejón, o inclusive un zorrino. Puedes quedarte aquí hasta la
Golpeé el suelo. salida del sol. Si nada sucede, márchate. Pero si se te apro-
''Hija mía -dijo Agnes-. Mi lobo astuto. Ha llegado el xima un animal, considérate doblemente afortunada. La pro-
tiempo de que mires al. sudeste, el lugar de los grandes jefes fetisa eterna te ha hecho tan sagrada como ella misma.
de la paz. Las mujeres estuvieron allí primero. Ahora la mujer Enrolló su envoltorio y volvió a atarlo. Cuando me di
debe estar allí otra vez y equilibrar el campamento. Esta pipa cuenta de que se disponía a irse, mis peores temores retoma-
debe ser asida equitativamente sobre la tierra. Mi corazón ron.
estará lleno si triunfas. -Pero Agnes -dije-, esos tres nunca se alejan de la
Sacó una especie .de harina de una bolsa de Cliero y la propiedad.
esparció sobre mí. Del interior de su camisa extrajo un cuchillo Agnes levantó la cabeza.
con vaina de cuero de ante. Lo desenvainó. Tenía una hoja de -Te las tendrás que ingeniar para pasar inadvertida,
pedernal astillada. Levantó la mano y hundió la punta en su Lymt. Deberás deducir cómo. No pienses en eso o tu poder se l',
l;'1i(
pulgar. agotará. Estás llena, puedo verlo.
La sangre rodó por la palma de su mano y su muñeca y Yo no me sentía muy llena. Me pregunté si el humo-
goteó sobre la manta. Apoyó el dedo lastimado sobre mi cabeza. amigo no me habría despojado de mi coraje.
Sentí la sangre húmeda. Agnes no retiró la mano. -Agnes -imploré.
"La sangre que pinta tu frente es la sangre de una hechi- -He hecho por ti todo cuando he podido. Quédate aquí.
cera. Es sangre buena del río dulce de mi cuerpo. Mi sangre Humo-amigo me ha dicho que la dama del norte que resplan-
enlaza a todas las mujeres. Soy una autoridad heyoka y así lo dece en luz azul está diciendo si debería enviarte un amante
digo. Tu camino rojo contiene todos nuestros corazones. Me para ayudarte. -Se encogió de hombros.- Pero depende de
complace marcarte el camino. ella. Recuerda, si utilizas el cuchillo, corta con rapidez.
Me dio la vaina y el cuchillo, que ahora parecía ser de Se volvió y se marchó, dejándome sentada en la manta.
hueso o marfil en vez de pedernal astillado. Parecía muy filoso. La noche era agobiante y oscura, y cerré los ojos. A mis
"Póntelo en el cinto. Este cuchillo es sagrado, traído de espaldas, sentía el susurrar de los arbustos. No muy lejos,
lo lejano. Si logras tomar el cesto, éste es el único cuchillo algo gruñía. Oí pisadas suaves a mi izquierda... como de una
que puede cortar las fibras. Comprenderás a qué me refiero si criatura grande. Luego percibí un jadeo y un extraño olor
logras acercarte al cesto del matrimonio. almizcleño. Quise volvenne para mirar. En ese preciso ins-
Envainé el cuchillo y me lo puse en el cinto. tante, la bestia hundió su hocico en mi cabello. Para mi es-

242 243
panto, me lamió el cuello. Era un animal con bigotes y de bastón. Saldré a buscar nabos silvestres para la cena de esta
lehgua áspera. noche.
Abrí los ojos y me encontré cara a cara con ~ lince. Drum entró en la cabaña y regresó con la vara. Perro
Tenía la boca abierta, jadeando. Se extendió hacia mí y em- Rojo la tomó y se encaminó hacia las colinas, al oeste, desa-
pezó a ronronear. Lo acaricié. Los músculos ondulaban su pareciendo en el límite de los árboles. Drum se sentó en los
largo cuerpo. De pronto, se alzó y apoyó las patas delanteras escalones a beber su café. aen abrió la puerta de un golpe y
sobre mis hombros, de modo que me quedé mirando sus ojos realizó su visita habitual a la letrina, siempre corriendo.
verdes. Luego se apartó y se puso a correr juguetonamente a -¿Qué apuro tienes, Ben?
mi alrededor. revertía la dirección, giraba en el otro sentido, -No puedo esperar -replicó, abriendo el candado re-
se detenía, ladeaba la cabeza como los gatos, y gruñía. cién instalado. Entró y cerró la puerta.
-Eres hermoso -dije. El lince era el animal de quien Intercambiaron algunas palabras confusas.
Agnes me había hablado. Drum fue hasta el cobertizo de herramientas.
El gato dio una última vuelta, luego se paró justo frente -Apúrate -gritó por sobre el hombro-. Necesito usarlo.
a II\Í, a unos quince metros de distancia. Se acercó, agitando Drum abrió el candado del cobertizo y .entró. Lo oí mal-
sus garras en el aire y brincó pasando sobre mí. Me volví a decir a Ruby y hacer ruido. Un hacha de mango largo aterrizó
tiempo para verlo alejarse con saltos largos y elegantes y en el suelo afuera. Le siguió una cadena. Drum seguía gol-
desaparecer dentro de los tupidos arbustos. peando cosas, como si intentara encontrar algo.
Cerca de la cabaña de Perro Rojo, me arrastré a través de ¡Era mi oportunidad!
los matorrales, alcancé un lugar ventajoso y me detuve. Acostada Pegué un salto y me dirigí al cobertizo con mo-
boca abajo, me cubrí con tierra y hojas, observé y esperé. vimientos seguros y rápidos. Sabía exactamente qué haría.
Al despuntar el alba, los pájaros comenzaron a piar. Los Cerré la puerta del cobertizo y aseguré el candado en un
insectos empezaron a saltar y aletear y hormigas pequeñas instante, encerrando a Drum con las herramientas, tomé el
caminaban por mi mano. Las mariposas bailaban en el frente hacha y la cadena y fui hada la letrina a veiilticinco metros de
de la casa. Algo estaba a punto de ocurrir... para bien o para distancia.
mal. Todos mis instintos se hallaban prestos para la lucha. -¡Eh! -gritó Drum, golpeando la puerta del cober-
Oí voces que no pude identificar provenientes de la ca- tizo-. ¡Eh! ¿Qué pasa? ¡Sáquenme de aquí?
baña. Mis sentidos parecían intensificados. Luego Perro Rojo Sentía como si me moviera en cámara lenta. Supe que
salió al porche. Advertí que los pájaros dejaron de piar. nunca lograría cerrar la complicada cerradura de la puerta, así
-Ven aquí, Drum -gritó Perro Rojo.' que envolví toda la letrina con la cadena, la até con un nudo y
La puerta se abrió 11 los pocos minutos. Drum apareció utilicé el mango del hacha para palanquear la cadena.
con su taza de café. Ahora Ben empezó a golpear desde el interior de la
-¿Sí? -preguntó. letrina.
- Tráeme mi vara para excavar. No la confundas con mi -¡Las pagarás! ¿Qué estás haciendo?

244 245
Ambos, Ben y Drum, gritaban, maldecían y golpeaban emerger con lentitud de la masa de alambre y la desintegrada
las paredes, sus voces eran cada vez más hostiles. imagen de Agnes. Mientras me gritaba que me apartara del
Desenvainé el cuchillo y corrí hacia la cabaña. La puerta cesto, su voz se hizo más ronca y se transformó en la voz de
no tenía llave. Me tomó un momento adaptarme a la oscuri- un hombre.
dad adentro antes de verlo. El cesto, el exquisito cesto del -¡Cómo te atreves a venir aquí! -bramó. Parecía un
matrimonio, estaba sobre una mesa en un rincón. Me acerqué demente ... henchido de desprecio y superioridad.
para tomarlo. Tomé el cesto. Lo sostuve, con fibras y todo, contra mi
De pronto, oí la voz de Perro Rojo. Me forcé para que el estómago y pateé la mesa frente a mí. Luego empecé a cortar
cuchillo en mi mano dejara de temblar. La puerta se abrió. los hilos fibrosos y luminosos con una fuerza que ignoraba
¡Era Agnes! ¿Acaso estaba sufriendo una alucinación? poseer.
-¿Qué estás haciendo aquí, Agnes? Estás arruinando Perro Rojo me escudriñaba, encorvado, moviendo la cabeza
todo. de un lado a otro como si estuviera ebrio. Estaba juntanoo
-Dame el cuchillo -ordenó-. Ese no es el cesto ... el poder. Su postura era similar a la de un toro enojado pre-
cesto del poder está escondido. ~erro Rojo ha vuelto a en- parándose para embestir. Luché por mi vida con cada corte de
gañarte. -Dio un paso hacia mí. la hoja. Mientras cortaba, tiraba y movía el cesto sin cesar,
. -¡Deténte, Agnes! -grité histérica. Le apunté con el haciéndolo girar contra mi cuerpo, sintiendo una fuerza ca-
cuchillo-. Deténte ahí mismo. -Mis brazos se sacudían con liente extenderse en mi interior.
espasmos incontrolables. "No sabes 10 que estás haciendo. Si me separas, modifi-
Siempre había obedecido a Agnes, pero ahora algo es- carás las fuerzas del equilibrio. No cQmprendes. -Se mecía
taba terriblemente mal. Agnes me repugnaba. Era como si de izquierda a derecha y viceversa, aún ejecutando su danza
todo el universo se hubiera vuelto contra mí. Supe, sin em- de poder. -No le creas a Agnes. Es una mentirosa.
bargo, que nada podría detenerme. Ni siquiera Agnes. -No, Perro Rojo -grité-. 1ü eres el mentiroso. - y
"Mírame, Agnes. seguí cortando las fibras restantes.
Agnes me miró lentamente. Sus ojos eran crueles y de- De repente, Perro Rojo se tambaleó hacia adelante como
sesperados y supe que pertenecían a Perro Rojo. Debo de un loco, metió la mano dentro de la estufa abierta y extrajo un
haber gemido de terror. manojo de brasas ardientes. Profirió un sonido horrible, me
Ahora la chamarra y la falda colgaban de él como la arrojó las brasas a la cara y se abalanzó sobre mí. Las brasas
ropa desechada de un espantapájaros, y fibras luminosas eran vinieron hacia mí como pelotas de béisbol brillantes. Algunas
despedidas hacia él desde los lados del cesto del matrimonio. me golpearon y la sangre empezó a correr por mi frente, em-
Perro Rojo estaba conectado al cesto por hilos de luz resplan- pañándome la visión. Perdí el equilibrio pero logré cortar la
decientes. Su cuerpo parecía lanzar ondas y se estaba con- última fibra... sentí la tensión chasquear bajo la hoja. Perro
virtiendo en algo semejante a un montón de alambre. El rostro Rojo cayó sobre mí y sostuve fuerte el cesto mientras nos
de un hombre pelirrojo con barba roja enmarañada comenzó a estrellábamos contra el piso. Entonces, de pronto, el peso de

246 247
Perro Rojo se apartó, y su cuerpo se convirtió en un débil Me desplomé y Agnes me sostuvo antes de que llegara
resplandor sobre mí. Giré en el piso para apartarme y me puSe al suelo. Cuando desperté, acostada en la cama, estaba oscuro,
de pie mientras su luz comenzaba a disiparse. Parecía lan- y Agnes frotaba ungüento maloliente en mi estómago y mi
guidecer. Gemía, aprisionado. Su piel empezó a colgar, como cabeza dolorida. Tenía el estómago magullado.
una red arrojada sobre su esqueleto~ Se retorcía y contorsio- Las lámparas de querosén estaban encendidas. Afuera,
naba. Perro Rojo estaba arrugándose y envejeciendo. Observé Ruby·y July estaban sentadas a .la: luz de la luna cantando en
con espanto, sin dejar de aferrar el cesto. Luego la luz espec- cri. Agnes observaba atentamente mi expresión.
tral se desvaneció y Perro Rojo quedó reducido a un anciano -¿Dónde está el cesto del matrimonio, Agnes? Quiero
de cabello blanco. verlo.
Retrocedí y salí corriendo de la cabaña. Todo había ter- -Está con tus cosas~ -Fue hasta la cómoda y lo le-
minado. Quizás estuviera loca, pero poseía una única certe- vantó para que yo lo viera . antes de dármelo con cui-
za. •. tenía el cesto. Podía sentirlo. dado. -Ahora eres la guardiana del cesto, Lynn. Te pertenece,
Parecía una entidad viva, tomo una serpiente enroscada, a ti y a todas las mujeres. El aspecto sagrado del cesto está
y entonces advertí que su tibia textura se mov$a. Contemplé ahora en tu interior... ·conseguÍste lo gue viniste a buscar.
su magnificencia· y sentí como si el cesto se me escurriera. Asentí, maravillada del bienestar que experimentaba. Sólo
¿Qué estaba pasando? Tuve la impresión de que una parte del puedo describirlo como el sentimiento que tuve cuando estaba
cesto era absorbida por mi cuerpo, dentro del plexo solar. Aún embarazada. Sentía la presencia de vida dentro de mí.
lo sostenía en mis manos y sin embargo, era como si ya no "En uno o dos días· estarás bien -comentó Agnes con
fuera parte de su propi~ forma. una sonrisa afectuosa-o A propósito, tengo algo más para ti.
Sentí sangre deslizándose por mi rostro y pensé que tal Es tiempo de celebración, tiempo de· visión.
vez estaba delirando a causa de una herida Apretaba el cesto Me senté en la cama y Agnes se acercó al estante. Tomó
y lo miraba a cada rato para aseguranne de que no se me una bolsa de pipa adomadacon abalorios y me la entregó.
había caído. Luego experimenté una extraña sensación; fue Tenía piel de lobo a lo largo de la parte superior.
como si estuviera corriendo sobre nú misma. Todo mi cuerpo Se me llenaron los ojos de lágrimas. Era la pipa que yo
comentó a temblar, sentía ondas subiendo y bajando por mi había hecho,. ahora adornada con cuentas y armada.
espina dorsal. No sé cuánto tiempo permanecí en ese estado "Ahora tienes una pipa -dijo Agnes con ojos brillan-
de éxtasis, pero fmalmente, una gran luz estalló en mi cabeza tes-o Sosténla con orgullo. Es la pipa de una mujer, una pipa
y mi ser se silenció. Ya no tenía miedo. sagrada. Las leyes del universo están en esta pipa, y tienes
No recuerdo cómo regresé a la cabaña, pero Agnes sonreía mucho que aprender. Tu aprendizaje recién comienza. Ahora
cuando me vio llegar. puedes empezar a ver el mundo tal como es en realidad.
-Dame el cuchillo -dijo.
Me 10 quité del cinto y se 10 entregué. Agnes lo puso
dentro de su camisa

248 249
Epilogo

Luego de las experiencias narradas en este libro, regresé a


BeverIy Hills. Me reencontré con mis viejos amigos y volví a
los lugares conocidos, pero todos se me antojaban meras som-
bras en comparación con la memoria que guardaba de ellos.
Retomé mi rutina duránte unas pocas semanas, hasta que
ya no pude soportarlo más. Sin decir nada a nadie, volé de
regreso a Canadá a ver a Agnes. Cuando entré en la cabaña
sin anuncianne, la encontré sentada en el piso, y me acomodé
directamente frente a ella. Le di tabaco ... un cartón de ciga-
rrillos norteamericanos. Lo tomó en silencio y 10 apoyó junto
a ella sobre el piso de madera.
Parecía haber estado esperándome.
-Todo ha cambiado -intenté explicar-o No sé qué
hacer. Quiero volver a tu mundo. Deseo que sigas enseñándo-
me.
Agnes me miró con atención.
-No -repuso con gran frrmeza-. Aún no es tiempo.
-Me has dicho que todo cuanto he aprendido es sa-
grado y secreto, Agnes. ¿Es cierto?
-Sí, es cierto.
-¿No puedo contárselo a nadie, discutirlo con nadie?
-No.
-¿Entonces, qué debo hacer?

251
)

Por un momento, me miró con fiereza. Mantuvo los


brazos rígidos frente a ella, paralelos al piso, los puños cerra-
dos. Luego abrió las manos despacio, conservándolas frente a
ella, los dedos apuntando hacia arriba.
-:-¿Sabes qué significa esto? -inquirió.
Sacudí la cabeza.
-¿Es lenguaje de gestos?
-Sí. Cuando despliegas los dedos de este modo, signi:-
fica dos cosas. Los dedos simbolizan las personas, y abrirlos
significa soltar algo. Te estoy diciendo que trasmitas el mun-
do del espíritu a tu gente. Echa a volar tu mensaje. Deja volar
al águila.
-¿Qué quiere decir eso?
-Has visto mucho, .sabes mucho; pero no es suficiente.
Te dije que llegaría un tiempo en que te verías forzada a
escoger tu muerte. Ese tiempo es ahora. Escribe un libro y
revela todo cuanto has aprendido. Luego podrás regresar a mí.
Mientras me alejaba de Agnes por el camino irregular,
me repetí una y otra vez los versos de un poema de Robinson
Jeffers:

"El Águila y el Halcón con sus grandes garras y cabezas


crestadas despedazan la vida:;
El Buitre y el Cuervo esperan la muerte para reblandecerla.
El poeta no puede nutrirse de este tiempo del mundo
Hasta no haberlo despedazado.
y despedazdndose a si mismo. "
)

Carlos Castaneda Juan Carlos Kreimer

El segundo anillo Ser como somos f

de poder La falta de identidad y las dificultades para ma-


nejar los sentimientos son signos de la honda cri-
La vida transcurre en diversas dimensiones. Este sis del hombre actual. Kreimer, especialista en
libro las explora todas, introduciéndose en un experiencias gestálticas, director de la revista
mundo extraño y alucinante. Lucha o iniciación' Uno mismo, describe, paso a paso, una operación
mágica, rito o realidad, poco importa que los de rescate y reparación personal.
hechos sucedan o sean símbolos de un conflicto
interior. Una de las obras más celebradas de
Carlos Castaneda, autor de El fuego interior.

Carlos Castaneda
El fuego interior
Cada libro de Carlos Castaneda es como el súbito
El conocimiento
resplandor de una luz en la oscuridad de la
noche. En El Juego interior, su obra más recien-
silencioso
te, construye bajo la tutela del "nagual" don
Juan y de sus discípulos, un sorprendente retrato Carlos Castaneda ha conquistado a millones de
de los mundos desolados de la magia. 'Un gran lectores desde la publicación de Las enseñanzas
best seller. Apareció varios meses en las listas de de Don Juan. En este Íibro cede nuevamente a
los Estados Unidos. don Juan el rol de maestro y narra cómo la bruje-
ría y la magia se revelan como instrumentos del
hombre ante la necesidad de comprenderse a sí
mismo y al mundo que lo rodea.

1
"A la luz de esta odisea, uno Mujer cham6n es el relato autobiográfico de una
se pregunta si Carlos Casta- mujer que busca su identidad en una culturaindf-
neda y Lym Andrewa no gena americana. Lo. que comienza como una bús-
han iniciado un nuevo géne- queda de un simple objeto artesanal se convierte
ro de la literatura contempo-
en un viaje azaroso a través de la provincia de Ma- j..-
I
rénea: la autobiograffa vI-
nltoba, Canadá, donde hechos inexplicables y en-·
sionaria. "
San Francisco Review of
cuentros peligrosos ponen a prueba la fortaleza de
Books. espfritu de la autora. Un encuentro fortuito la con-
duce a una curandera India, Agnes Alce Veloz,
"Una evocación maravillosa "heyoka" o chamán,cuya profunda sabidurfa
de esa parte del mundo Indi- cambia su vida.
gena americano que es esen- Este es un notable libro de autodescubrlmiento a
cialmente espiritual y miste- la mejor manera de Carlos Castaneda. Un verdade-
riosa, sagrada en el sentido rQ thrIIer espiritual.
més profundo ... exalta el rol /, ~.'

crucial de la mujer en la so-


ciedad indigena. Existen po-
cas culturas en la historia de
la humanidad en que las mu-
jeres hayan sido más indis-
pensables y más discretas ...
una historia bien contada."
N. Scott Momaday, autor de
House Made of Dawn.

"Una historia reveladora de


cómo mujeres de distintas
culturas se ven mutuamente
y aprenden una de la otra."
Stan Steiner, autor de The
New Indians.

"Excelente ... una extraordi- I.S.B.N.: 950.04.1J954.2


naria aventura en el mundo
del espiritu que nos hace to-
mar conciencia de cuánto
I
resta aún por conocerse."
San Francisco Exam/ner-
j 9
Chronlcle
L 23.397

También podría gustarte