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IN TR ODUCCIÓN AL MÓDULO
Introducción
Introducción a la unidad
Tema 3: Matrimonio
Tema 6: Tutela
Cierre de la unidad
Tema 1: Sucesión
Cierre de la unidad
Introducción
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La familia en Roma se encontraba definida por la idea de autoridad. Formaban parte de la misma familia
todas aquellas personas que se hubieran hallado bajo la autoridad del mismo antepasado si hubiera estado
vivo. A ello se lo llamaba vínculo agnaticio. Por tal motivo se estudiarán los modos de ingreso a la familia
romana: Nacimiento, adopción, adrogación y matrimonio cum manu. Al respecto se analizarán los requisitos
para contraer matrimonio en Roma y sus efectos. Cabe señalar que los hijos nacidos de un matrimonio
constituido en justas nupcias ingresaban a la familia del padre y éste ejercía la patria postestas sobre ellos.
El vínculo cognaticio (vínculo consanguíneo) en un principio no confería derechos sucesorios en la sucesión
ab intestato. La sucesión ab intestato era residual y operaba cuando el causante no había dejado
testamento (sucesión testamentaria). Ello fue cambiando a partir de la labor del pretor y finalmente fue
reconocido cómo el único vínculo apto para transmitir derechos sucesorios, desplazando así al vínculo
cognaticio. Ambas formas de sucesión y su evolución serán analizadas en la presente unidad.
Adquirir conocimientos sobre la relación del pater familia con los distintos integrantes de su
grupo familiar y sus facultades con relación a ellos.
Comprender los distintos modos de extinción del matrimonio y sus similitudes y diferencias
con la legislación actual.
Adquirir conceptos básicos sobre las instituciones de guardaduría de incapaces que existieron
en Roma y compararlos con las instituciones previstas en la legislación civil y comercial
argentina.
Comprender las diferencias existentes entre un testamento nulo y uno anulable y adquirir
conocimientos sobre las causas que pueden provocar uno y otro supuesto.
13.6 Tutela.
14.1 Sucesión.
Amplia los conocimientos brindados en el presente módulo con relación al funcionamiento de la familia
romana y las facultades que tenía el pater familia sobre los integrantes de su núcleo familiar.
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www.saij.gob.ar/doctina/dacf000123-filipi-patria_potestad_emancipación.htm
Lección 2 de 16
Introducción a la unidad
Contenidos de la unidad
1 Familia romana.
2 Ingreso a la familia.
3 Matrimonio.
4 Formas de contraer matrimonio y sus consecuencias.
6 Tutela.
En los tiempos primitivos el parentesco agnaticio era aquel que determinaba la pertenencia a una familia. En
virtud de dicho vínculo, todas las personas que se hubieran encontrado bajo la autoridad de la misma
persona en caso que ella hubiera estado viva, formaban parte de un mismo grupo familiar. Es decir que la
pertenencia a una familia no estaba determinada únicamente por el vínculo consanguíneo o cognaticio.
A continuación se estudiarán las potestades que tenía el pater familia sobre aquellas personas que se
hallaban bajo su autoridad y las distintas formas de ingreso a la familia romana. También se analizarán las
instituciones de guardaduría de incapaces destinadas a paliar la falta de capacidad de hecho o de ejercicio
de un ciudadano romano sui iuris, es decir, de un jefe de familia.
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Lección 3 de 16
La palabra familia remitía en Roma a la idea de "comunidad de vida, bienes e intereses dentro de una misma
casa, aproximándose a la idea de corporación". Incluso en varios pasajes de la jurisprudencia romana se
aludía a ella como "el patrimonio del jefe de la casa" y se utilizaba para mencionar al pater familia y a todas
las personas que dependían de él (Costa, 2016, p. 188).
Ulpiano definía a la familia romana como "todas aquellas personas que están bajo la potestad de uno,
sujetas por naturaleza o por derecho, y los que sucedan a éstos. Por derecho común, decimos que son de la
familia todos los agnados" (García Netto & Amans, 2001, p. 154).
Aquellos integrantes del grupo familiar que se encontraban sometidos a la autoridad del pater familia
recibían el nombre de alieni iuris y cuando se producía su fallecimiento, ellos conservaban el vínculo
agnaticio entre sí (Costa, 2016, p. 189).
La familia romana fue evolucionando. En un comienzo, su estructura era muy similar a la de la ciudad y
conformaba un organismo político que tenía por fin mantener el orden y defenderse de otros grupos de
personas. Contaba con una figura predominante -el pater familia- con plenos poderes, quien reunía bajo su
autoridad "a todas aquellas personas y bienes" que tenían "un interés con él" (Costa, 2016, p. 189).
Grados de parentesco
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El parentesco es el vínculo que tienen entre sí varias personas y que las hace formar parte de una misma
familia. En Roma existían distintas formas de parentesco: agnaticio, cognaticio, afinidad y gentilidad (Costa,
2016, p. 189).
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La familia agnaticia también se encontraba definida por la idea de autoridad. No solo comprendía a aquellas
personas que tenían un vínculo biológico entre sí, sino que también incluía a extraños que habían ingresado
a la familia de un modo legítimo (García Netto & Amans, 2001, p. 155).
El vínculo agnaticio se hallaba presente entre todas aquellas personas que se hubieran encontrado bajo la
autoridad del mismo antepasado si este hubiera estado vivo. Este vínculo solo se transmitía por vía
masculina (García Netto & Amans, 2001, p. 155).
Es decir que si Cornelia y Julio contraían matrimonio y tenían dos hijos, llamados Salvador y Trinidad, los
niños adquirían vínculo agnaticio con la familia de Julio pero no con la de Cornelia.
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El vínculo cognaticio se hallaba definido por el vínculo biológico, pero no tuvo durante muchos años ninguna
relevancia jurídica. Se debe a la labor del pretor el reconocimiento de los derechos hereditarios surgidos de
la cognación, es decir, en el simple vínculo sanguíneo (García Netto & Amans, 2001, p. 156).
Justiniano finalmente consagró el vínculo consanguíneo o cognaticio como aquel que transmitía derechos
sucesorios y ello fue receptado por todos los cuerpos legislativos del mundo occidental. Así, el vínculo
agnaticio fue perdiendo relevancia y dejó de ser considerado parámetro para definir a la familia actual
(García Netto & Amans, 2001, p. 156).
El parentesco cognaticio puede ser en línea recta, cuando une a dos personas que descienden una de la
otra y a la vez puede ser ascendente o descendente o en línea colateral, cuando une a dos personas que
descienden de un antepasado común pero no descienden directamente una de la otra (Costa, 2016, p. 191).
La proximidad del parentesco se determina por el número de grados: en línea directa se cuenta el número
de generaciones que hay para llegar a la generación del descendiente (sin contar la generación del
ascendiente), por lo que padre e hijo están en primer grado de parentesco y abuelo y nieto en segundo grado
de parentesco. En la línea colateral se deben sumar los números que expresan el grado de parentesco de
cada una de las personas con el antepasado que tienen en común, por lo que dos hermanos se encuentran
en el segundo grado de parentesco (Louzan de Solimano, 2008, p. 344).
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Es el parentesco que se origina con el matrimonio ya sea entre los cónyuges o entre cada uno de ellos con
los parientes del otro. También se mide por el número de grados (Costa, 2016, p. 192).
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La gentilidad era un parentesco que unía a todos los integrantes de la misma gens. Se lo mencionaba en la
Ley de las XII Tablas, donde se establecía que los derechos sucesorios se transmitían por el vínculo
agnaticio y que si el pater familia fallecía sin dejar testamento, primero debía convocarse a los herederos
forzosos y a falta de ellos, al agnado más próximo, y en caso de no haberlos, al gentil más próximo.
Este vínculo con el tiempo cayó en desuso, al igual que el vínculo agnaticio (Costa, 2016, p. 192).
El pater familia era el "dueño de las personas y de los bienes" que conformaban la familia romana y su
autoridad era absoluta (Costa, 2016, p. 193).
El pater familia ejercía su autoridad y poder sobre todas las personas que se hallaban bajo su autoridad. Este
poder recibía el nombre de patria potestas cuando se ejercía sobre las personas libres que formaban parte
de su grupo familiar: hijos legítimos, descendientes legítimos de los hijos varones, los hijos naturales
legitimados y todas aquellas personas que habían ingresado a la familia por adopción o adrogación. Cuando
recaía sobre la esposa recibía el nombre de manus maritalis (Costa, 2016, p. 193).
Ello le otorgaba al pater familia un poder ilimitado ya que tenía sobre el hijo de familia el derecho de vida y
muerte, podía castigarlo y podía entregarlo a la víctima de un delito como reparación (abandono noxal). Cabe
señalar que ello no era llevado a la práctica con frecuencia ya que existía afecto entre el pater familia y sus
hijos, a semejanza de la familia moderna (Costa, 2016, p. 194).
Durante la República tal premisa comenzó a cambiar con la aparición del peculio, modificando el sistema de
incapacidad que regía para los hijos de familia (Costa, 2016, p. 221).
El peculio
Era un pequeño conjunto de bienes o una suma de dinero que el pater familia le concedía al hijo para que lo
administrara, pero el hijo no podía disponer de esos bienes por un acto de última voluntad (Louzan de
Solimano, 2008, p. 348).
PE C U LI O PE C U LI O PE C U LI O BO N A
PE C U LI O C A S T RE N S E
PRO FE C T I C I O C U A S I C A S T RE N S E M AT E RN A
Este peculio fue el primero que surgió en Roma. Estaba constituido por los bienes que le había entregado el
pater familia y que a la muerte del hijo, regresaban al patrimonio del pater. Su concesión podía ser revocada
en cualquier momento por el pater familia. Este peculio también se le podía otorgar al esclavo (Louzan de
Solimano, 2008, p. 348), en un claro reconocimiento a su capacidad de obrar o de ejercicio.
PE C U LI O PE C U LI O PE C U LI O BO N A
PE C U LI O C A S T RE N S E
PRO FE C T I C I O C U A S I C A S T RE N S E M AT E RN A
Estaba constituido por los bienes obtenidos por el hijo en ocasión del servicio militar. A partir del Imperio se
le reconoció al hijo el derecho de propiedad sobre estos bienes, conformando un verdadero patrimonio, por
lo que podía donarlos y disponer de ellos mortis causa (Louzan de Solimano, 2008, p. 348).
PE C U LI O PE C U LI O PE C U LI O BO N A
PE C U LI O C A S T RE N S E
PRO FE C T I C I O C U A S I C A S T RE N S E M AT E RN A
Surgió en el año 320 con el emperador Constantino y estaba constituido por los bienes que el hijo obtenía
por trabajar en el palacio imperial, incluyéndose posteriormente todo ingreso que percibía por el ejercicio
público de profesiones liberales por ejemplo carrera eclesiástica o donaciones del emperador (Louzan de
Solimano, 2008, p. 348).
PE C U LI O PE C U LI O PE C U LI O BO N A
PE C U LI O C A S T RE N S E
PRO FE C T I C I O C U A S I C A S T RE N S E M AT E RN A
También fue impulsado por Constantino y tuvo origen en el año 319, cuando se le prohibió al pater familia
disponer de aquellos bienes que el hijo había heredado por vía materna. Posteriormente Justiniano entendió
que dichos bienes le pertenecían al hijo, otorgándole plena facultad de disposición sobre ellos (Costa, 2016,
p. 222).
Acciones
En la medida en que el pater familia le concedió al esclavo o al hijo la administración de ciertos bienes
(peculio) comenzaron a surgir problemas cuando los negocios jurídicos celebrados por el esclavo o el hijo
generaban deudas ya que el pater familia no se hacía cargo de las obligaciones emergentes de dichos
negocios (Costa, 2016, p. 224).
La injusticia de esta situación provocó que el pretor creara acciones tendientes a extender la
responsabilidad al jefe de familia por dichos negocios jurídicos (Costa, 2016, p. 224).
Actio in rem verso: Cuando el pater familia le había otorgado peculio al hijo o a un esclavo para
que llevara a cabo una actividad, los acreedores podían accionar contra el pater familia hasta
las ganancias que dicho negocio hubiera generado y que hubieran incrementado el patrimonio
del pater (Costa, 2016, p. 224).
Actio quod iussi: Dicha acción se le otorgaba al acreedor cuando el hijo o el esclavo habían
celebrado un contrato con el consentimiento del pater familia, debiendo responder este último
por el total de la deuda (Costa, 2016, p. 224).
Actio exercitoria: Se le otorgaba al acreedor contra el pater familia cuando éste había
nombrado como capitán de un buque a un esclavo o a un hijo, debiendo responder por la
totalidad de las deudas que pudieron haber generado en el ejercicio de la función (Costa, 2016,
p. 224).
Actio institoria: Funcionaba igual que la anterior pero en este caso el hijo o el esclavo se
hallaban al frente de un negocio terreste (Costa, 2016, p. 224).
Actio de peculio: El acreedor de aquellos negocios celebrados por el hijo o el esclavo podía
iniciar una acción contra el pater familia pero éste, primero retiraba el monto inicial del peculio,
respondiendo únicamente hasta el monto de las ganancias que hubieran incrementado el
peculio (Costa, 2016, p. 224).
Actio tributoria: Implicó una evolución de la acción anterior. Cuando el hijo o el esclavo
utilizaban el peculio para ejercer el comercio con el consentimiento del pater familia se hacía
una especie de concurso de acreedores, entre quienes se hallaba incluido el pater familia por
la inversión que había hecho en el peculio, y todos cobraban sus deudas a prorrata (Costa,
2016, p. 224).
Lección 4 de 16
Nacimiento
El hijo nacido dentro de un matrimonio legítimo era miembro de la familia a la que pertenecía su padre. Por
ello el nacimiento debía producirse como mínimo dentro de los 180 días después de celebrado el matrimonio
o dentro de los trescientos días de producida su disolución (García Netto & Amans, 2001, p. 158).
Adopción
Era el acto jurídico por el cual un extraño ingresaba a una familia como hijo sometiéndose a la patria
potestas del pater de esa familia en calidad de hijo (Costa, 2016, p. 225).
C LA S E S E V O LU C I Ó N E FE C T O S RE Q U I S I T O S
Si el adoptado era alieni iuris el acto jurídico recibía el nombre de adopción mientras que si era sui iuris se la
denominaba adrogación (Costa, 2016, p. 225).
C LA S E S E V O LU C I Ó N E FE C T O S RE Q U I S I T O S
En el derecho antiguo la adopción se celebraba siguiendo el texto de la Ley de las XII Tablas de tal forma que
a fin de celebrar el acto, el padre le vendía su hijo al adoptante tres veces. El adoptante luego de las dos
primeras ventas se lo vendía nuevamente al padre pero después de la tercera, el adoptante se presentaba
ante el magistrado y afirmaba tener la patria potestas sobre el hijo mientras que el padre biológico mantenía
silencio y entonces el magistrado confirmaba la pretensión del adoptante. Justiniano simplificó el
procedimiento y estipuló que era suficiente con presentarse ante el magistrado y manifestar que se había
celebrado la adopción, plasmándolo en un acta pública (Louzan de Solimano, 2008, p. 350).
C LA S E S E V O LU C I Ó N E FE C T O S RE Q U I S I T O S
El hijo perdía todo vínculo de parentesco con su familia de origen e ingresaba a la familia del adoptante,
tomando sus nombres familiar y gentilicio, su culto y derechos sucesorios. Teniendo en cuenta que el hijo
podía quedar en una situación injusta si el adoptante decidía emanciparlo, ya que en ese caso también
habría perdido derechos sucesorios con respecto a la familia del adoptante, Justiniano introdujo
modificaciones, estableciendo dos tipos de adopción:
Plena que se daba cuando el adoptante era un ascendiente del adoptado ya que en ese caso tenía
asegurados sus derechos sucesorios por el vínculo cognaticio que continuaba vigente pese a la
emancipación.
Minus plena cuando el adoptante era un extraño a la familia, por lo que el adoptado no perdía su
vínculo agnaticio con la familia de origen y adquiría derechos hereditarios en la sucesión ab intestato
del adoptante (García Netto & Amans, 2001, p. 159-161).
C LA S E S E V O LU C I Ó N E FE C T O S RE Q U I S I T O S
El adoptante debía ser dieciocho años mayor que el adoptado y luego en la época del imperio sólo se les
permitió adoptar a los mayores de sesenta años (Louzan de Solimano, 2008, p. 351). Se requería el
consentimiento del adoptante y del pater familia del adoptado. El adoptante debe ser sui iuris, quedando
exceptuados los tutores y curadores con relación a sus pupilos menores de 25 años. Las mujeres tampoco
podían adoptar ya que no ejercían la patria potestas sobre sus hijos aunque posteriormente se les concedió
por rescripto imperial la facultad de adoptar cuando había perdido a sus propios hijos (Costa, 2016, p. 226-
227).
Adrogación
Era una especie de adopción en la que un sui iuris era adoptado por otro pater familia, de tal forma que se
producía la absorción de todos los integrantes de su familia y de todos sus bienes, por otro grupo familiar
(Costa, 2016, p. 228).
FO RM A S E FE C T O S
La forma más antigua debía llevarse a cabo frente al pueblo romano reunido en el comicio curiado, presidido
para la ocasión por el Sumo Pontífice, recibiendo el nombre de comicio calado. El colegio de los pontífices
debía evaluar que no se tratara de una especulación pecuniaria. Posteriormente, Diocleciano estableció que
debía ser autorizado por el emperador (Louzan de Solimano, 2008, p. 351).
FO RM A S E FE C T O S
El adrogado quedaba sujeto a la patria potestas del adrogante con la condición jurídica de un hijo nacido en
justas nupcias. También ingresaban a la nueva familia los descendientes del adrogado y todos perdían el
vínculo agnaticio con su familia de origen. Además tomaban los nombres de la familia y de la gens del
adrogante y adoptaban su culto doméstico. Los bienes del adrogado también pasaban a formar parte del
patrimonio del adrogante. Sin embargo Justiniano estableció que el adrogante sólo tenía el usufructo de
dichos bienes y el adrogado mantenía el derecho de propiedad sobre ellos (Louzan de Solimano, 2008, p.
352).
Tema 3: Matrimonio
Elementos
Como se señalara precedentemente, el matrimonio era una situación de hecho. Por eso, existía un
matrimonio válido si se verificaban dos elementos:
La "affectio maritalis" que implicaba el trato recíproco que se dispensaban el hombre y la mujer
ante terceros del cual se vislumbraba su intención de tratarse como esposos -elemento
subjetivo- (García Netto & Amans, 2001, p. 165).
Requisitos
Aptitud biológica
–
Estaba relacionada con la edad, es decir, con que el hombre y la mujer hubieran alcanzado la pubertad con
el objeto de cumplir con uno de los propósitos del matrimonio: la procreación. Así, las mujeres debían
contar como mínimo con doce años y los hombres con catorce años (García Netto & Amans, 2001, p. 166-
167).
Aptitud legal
–
El hombre y la mujer debían gozar del derecho a contraer justas nupcias (ius connubi). Por ello debían ser
ciudadanos romanos. Si ambos contaban con este derecho los hijos seguían la condición jurídica del padre
y adquirían la ciudadanía romana (García Netto & Amans, 2001, p. 167).
Efectos
El matrimonio era una situación de hecho que generaba efectos jurídicos ya que los hijos nacidos de justas
nupcias adquirían parentesco agnaticio con la familia del padre (García Netto & Amans, 2001, p. 164).
Brinda información sobre los temas estudiados en el módulos relativos al matrimonio en Roma, los efectos
del matrimonio cum manu y la posibilidad de disolver el matrimonio por la voluntad de las partes.
dvloboazul. (2014). Curiosidades del mundo antiguo- Matrimonio en la antigua Roma. Recuperado el 4 de julio de 2019 de
https://www.youtube.com/watch?v=sX1Jb095qko.
Lección 6 de 16
Ello por cuanto el matrimonio romano era uno sólo, pero generaba
distintas consecuencias jurídicas de acuerdo a si el mismo se había
celebrado cum manu o sine manu. Es decir que las distintas formas
de contraer matrimonio cum manu eran una manera de darle
publicidad y que la sociedad tomara conocimiento que el marido
había adquirido la manus sobre la mujer (Costa, 2016, p. 268).
C O N FA RRE AT I O C O E M PT I O U SU S
Implicaba la realización de una celebración pomposa que duraba todo un día, utilizada por aquellas familias
que contaban con mayor poder adquisitivo.
C O N FA RRE AT I O C O E M PT I O U SU S
Se simulaba la venta de la mujer al marido, haciéndolo por medio de la mancipatio, debiendo hallarse
presentes cinco testigos, el libripens, el marido, la mujer y los pater familia de ambos.
C O N FA RRE AT I O C O E M PT I O U SU S
Consistía en la adquisición de la manus sobre la mujer por parte del marido por el transcurso del tiempo. En
este caso el matrimonio comenzaba siendo sine manu pero si antes de cumplir el primer año desde su
celebración, la mujer no se ausentaba tres noches de la sede del hogar conyugal y se dirigía al domicilio de
su pater familia, el marido adquiría la manus sobre ella y el matrimonio se transformaba en cum manu. Si la
mujer se ausentaba esas tres noches, el matrimonio continuaba siendo sine manu (Costa, 2016, p.
268/271).
El marido no adquiría la manus maritalis sobre la mujer, quien mantenía el vínculo agnaticio con su
familia de origen y no ingresaba a la familia del esposo. En caso de ser sui iuris, la celebración del
matrimonio sine manu no le hacía perder su capacidad jurídica (Costa, 2016, p. 273).
Causas
Muerte;
Capitis deminutio mínima (sólo provocaba la disolución del matrimonio cuando la variación en
el estado de familia provocaba la existencia de un vínculo civil que se hallaba comprendido en
uno de los impedimentos para contraer matrimonio);
Divorcio
Teniendo en cuenta que sólo bastaba para la existencia del matrimonio la intención de los cónyuges para
considerarse esposos y su cohabitación, ellos de mutuo acuerdo, podían poner fin a la relación. Cuando la
disolución del matrimonio no se producía por mutuo acuerdo, sino por la decisión unilateral de uno de los
cónyuges, recibía el nombre de repudio (Costa, 2016, p. 282-283).
Repudio
–
El marido podía fundar el pedido de divorcio en: el adulterio de la esposa, presencia de la esposa en lugares
públicos acompañada por extraños sin la aprobación del esposo o conversación de la esposa con un
extraño fuera del hogar. La mujer, cuando había sido acusada falsamente por el marido de adulterio; cuando
aquel quería someterla a la prostitución y si el esposo tenía una concubina. Eran causas mutuas las
injurias graves, el atentado contra la vida del otro cónyuge, el delito de traición, etc. (Costa, 2016, p. 284).
Evolución histórica
En la monarquía el divorcio era una rareza, sin embargo durante la República y los inicios del Imperio, esta
forma de disolución del matrimonio se popularizó por el "relajamiento de las costumbres". La aparición del
cristianismo consagró al matrimonio como un sacramento y como consecuencia se consideró que el vínculo
que generaba era indisoluble por voluntad de los cónyuges. Actualmente, la mayoría de las legislaciones
modernas cuentan con la posibilidad de disolver el matrimonio por voluntad de las partes, regresando a la
idea original romana sobre el matrimonio (Costa, 2016, p. 282-283).
Concubinato
El concubinato era una unión estable entre un hombre y una mujer, quienes cohabitaban pero no se
dispensaban "affectio maritalis". Por lo general se daba entre un ciudadano romano y una mujer de baja
condición social (Louzan de Solimano, 2008, p. 376). Surgió con motivo de la imposibilidad de contraer justas
nupcias con ciertas personas (García Netto & Amans, 2001, p. 184).
Dote
Constituía el conjunto de bienes que la mujer u otra persona en su nombre, le entregaba al marido para
solventar sus gastos durante la vida matrimonial. Surgió desde la misma fundación de la ciudad estado y
constituía un honor aportar bienes para constituir la dote de una hija. Incluso los clientes debían colaborar a
tal fin. En el matrimonio cum manu se consideraba que los bienes que integraban la dote conformaban una
especie de adelanto de herencia (Costa, 2016, p. 275), ya que la mujer había perdido los derechos
sucesorios con respecto a su familia de origen.
Lección 8 de 16
Tema 6: Tutela
Causas
T U T E LA T E S TA M E N TA RI A T U T E LA LE G Í T I M A T U T E LA D AT I V A
En su testamento el causante designaba a la persona que iba a desempeñarse como tutor de su hijo
impúber. En estos casos, el tutor se hallaba exento de entregar una caución que garantizara el buen
cumplimiento de su función.
T U T E LA T E S TA M E N TA RI A T U T E LA LE G Í T I M A T U T E LA D AT I V A
En caso de no haberse designado tutor testamentario, la persona del tutor se hallaba determinada por la ley,
siguiendo el orden de la sucesión ab intestato, es decir, en primer lugar se designaba el agnado más
próximo, o en su defecto, a los gentiles más próximos.
T U T E LA T E S TA M E N TA RI A T U T E LA LE G Í T I M A T U T E LA D AT I V A
En caso de no existir un tutor designado por alguno de los dos modos anteriores, lo establecía el pretor
(García Netto & Amans, 2001, p. 185-186).
Curatela
Era una institución de guardaduría de incapaces similar a la tutela pero tenía un fin patrimonial (García Netto
& Amans, 2001, p. 188).
Cierre de la unidad
En Roma la idea de familia se hallaba vinculada a la de autoridad. Integraban el mismo grupo familiar todas
aquellas personas que se hubieran hallado bajo la patria potestas del mismo antepasado si éste se hubiera
hallado vivo y se transmitía únicamente por vía masculina. A ello se lo denominaba vínculo agnaticio y era el
único que tenía la aptitud para transmitir derechos hereditarios. El pretor fue quien por vida de excepción
comenzó a reconocer que el vínculo de sangre o consanguíneo también transmitía derechos sucesorios.
Los hijos nacidos de un matrimonio contraído en justas nupcias ingresaban a la familia del padre. También
formaban parte de la familia romana aquellos extraños que habían ingresado a ella por un acto jurídico como
la adopción, la adrogación o la legitimación. Finalmente otro modo de ingreso a la familia romana se daba
cuando el matrimonio se celebraba cum manu, en cuyo caso, la mujer ingresaba a la familia del esposo,
extinguiéndose así el vínculo agnaticio con la familia de origen, aunque subsistía el vínculo cognaticio.
Conclusión
La familia romana se hallaba definida por la idea de autoridad. El nacimiento, la adopción, la adrogación, la
legitimación y el matrimonio cum manu conformaban modos de ingreso a una familia romana que
generaban vínculo agnaticio y, por ende, en los tiempos primitivos, derecho sucesorios.
Bibliografía
de referencia
–
Costa, J. C. (2016). Manual de Derecho Romano Público y Privado. Bs. As.: Abeledo Perrot.
Garcia Netto, I. A. & Amans, C. V. (2001). Derecho Romano. Bs. As.: Editorial Docencia.
Louzan De Solimano, N. D. (2008), Curso de Historia e Instituciones del Derecho Romano. Bs. As.:
Lumiere.
de lectura obligatoria
–
Costa, José Carlos. Manual de Derecho Romano Público y Privado. Capítulos 9, 10, 11 y 13. PP. 187-
194, 221-233, 235-246 y 253-288.
Lección 10 de 16
Introducción a la unidad
Contenidos de la unidad
1 Sucesión.
2 Sucesión testamentaria.
3 Sucesión ab intestato.
4 Adquisición de la herencia.
En Roma, el jefe del grupo de personas que conformaban una familia era el pater familia, quien además era
el único titular del patrimonio. Si el pater familia fallecía sin dejar testamento, es decir sin haber designado
un sucesor que tuviera autoridad sobre ese grupo de personas y se transformara en titular del patrimonio, la
familia se disgregaba y cada uno de los alieni iuris conformaba su propia familia, aunque continuaban
ligados por el vínculo agnaticio. Además se perdía el culto doméstico propio de esa familia.
Por este motivo, el pater familia procuraba dejar un testamento y así poder disponer en un acto de última
voluntad de las personas que se hallaban bajo su autoridad y de sus bienes, designando a su sucesor. Si no
lo hacía, se abría la sucesión ab intestato y serían llamados a recibir la herencia aquellas personas
estipuladas por la ley.
En la presente unidad se estudiarán los dos tipos de sucesiones (testamentaria y ab intestato) y sus
principales características.
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Lección 11 de 16
Tema 1: Sucesión
La sucesión puede ser definida como la sustitución, continuación o reemplazo de una persona en la
titularidad de un derecho (Costa, 2016, p. 290).
Clases
La sucesión podía tener origen en un acto inter vivos o mortis causa. Además podía versar tanto por la
totalidad del patrimonio (universal) o por una parte de los bienes o derechos que lo componían (particular).
En Roma, un ejemplo de sucesión universal por un acto inter vivos se daba en la adrogación mientras que la
cesión de un derecho representaba un ejemplo de sucesión particular (Costa, 2016, p. 290).
Si la transmisión del patrimonio mortis causa se hacía de acuerdo a la forma prevista por el causante
mediante la realización de un acto previo a su fallecimiento, recibía el nombre de sucesión testamentaria;
mientras que si sus alcances los determinaba la ley, se denominaba sucesión ab intestato (García Netto &
Amans, 2001, p. 407).
Herencia
La herencia constituye el conjunto de derechos reales y personales como así también de las obligaciones
que conforman el patrimonio de una persona y que son transmitidos a sus herederos a causa de su
fallecimiento (Costa, 2016, 290).
Clases
H E RE D I TA S BO N O RU M PO S S E S S I O
Era propia del derecho civil romano. Tuvo origen en la Ley de las XII Tablas. Una vez ocurrido el fallecimiento
del titular del patrimonio, lo sucedía su descendiente inmediato, siempre y cuando hubiera estado bajo la
patria potestad del causante hasta el momento de acaecida su muerte. A falta de descendientes y de
testamento, la ley designaba como heredero al pariente más próximo de sexo masculino. Con el
testamento, el pater familia designaba la persona que consideraba más capaz para sucederla y hacerse
cargo del grupo familiar. En un primer momento no se podía instituir como heredero a una persona ajena al
grupo familiar. Ello fue cambiando a través de la evolución del pensamiento romano (Louzan de Solimano,
2008, p. 391).
H E RE D I TA S BO N O RU M PO S S E S S I O
El pretor comenzó a reconocer la existencia del vínculo consanguíneo (cognaticio) como transmisor de
derechos sucesorios y a paliar las injusticias que generaba el antiguo sistema previsto en la Ley de las XII
Tablas. Recibía este nombre el derecho que tenía el heredero designado por el pretor de retener o perseguir
el patrimonio o los bienes del causante (Costa, 2016, p. 291). Las personas que podían recibir la herencia, a
falta de testamento, eran los hijos ya emancipados y los parientes por línea femenina. También se les
reconoció al marido y a la mujer recíproco derecho de sucesión (Louzan de Solimano, 2008, p. 391).
Para una mejor comprensión del derecho sucesorio romano deberá leer "La legítima en Roma y su recepción
en el Nuevo Código Civil y Comercial Argentino" de José Carlos Costa
UNLZ
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VER EN UNLZ
UNLZ, Facultad de Derecho. (2016). La Legítima en Roma y su recepción en el Nuevo Código Civil y Comercial Argentina.
Profundiza los conceptos estudiados en el módulo con relación a la sucesión testamentaria y la sucesión ab
intestato y sus efectos.
ACCEDER A WEB
Grado Cero Prensa. (2017). El Derecho Sucesorio en el Derecho Romano. Recuperado el 4 de julio de 2019 de
https://gradoceroprensa.wordpress.com/2017/05/06/el-derecho-sucesorio-en-el-derecho-romano/
Lección 12 de 16
Testamento
Características
Era un acto mortis causa; debía incluir la disposición del causante con relación al destino que se le daría a
su patrimonio o a alguno de sus bienes al momento de su fallecimiento; debía contener la designación de
heredero; era revocable y podía contener otras disposiciones relativas al patrimonio o a aquellas personas
que se hallaban bajo su patria potestad (Costa, 2016, p. 294). Además el causante debía contar con
capacidad para testar y la persona instituida heredera también debía contar con capacidad para cumplir tal
función (García Netto & Amans, 2001, p. 410).
Formas de testar
Paso 1
El testamento por venta familiar: Implicaba el traspaso del patrimonio del testador a una
persona de su confianza utilizando para ello el procedimiento de la mancipatio. El
comprador actuaba como el heredero, aunque jurídicamente no revestía tal condición, y se
comprometía a realizar las liberalidades que le hubiera encomendado el causante. Esta
modalidad fue empleada por los plebeyos. No existía ningún mecanismo que le permitiera al
testador revocar su decisión y recuperar sus bienes y si el adquirente del patrimonio no
cumplía con las liberalidades que le habían sido encomendadas, no se podía iniciar ninguna
acción (Costa, 2016, p. 299-300).
El testamento escrito: Se simplificaron las formas por las cuales se podía testar. Se hacía
por escrito, en forma personal, o a través de un notario o escribano, en papiros o
pergaminos, firmados por el testador y siete testigos. Luego se cerraba en presencia de
quienes habían estado presentes durante su redacción y los testigos sellaban su parte
exterior. Se lo llamó testamento tripartito, ya que incluía formalidades del derecho civil,
pretoriano e imperial (Costa, 2016, p. 301).
Paso 5
1. El testamento privado: Podía ser escrito u oral y debía otorgarse en presencia de siete
testigos. El testamento escrito podía ser allografo u ológrafo. Era allografo cuando el
testador entregaba a los siete testigos un "pliego" escrito pero no de su puño y letra,
declarando que contenía su testamento y entonces ellos introducían sus firmas en el pliego,
al igual que el testador, lo cerraban y luego firmaban y sellaban su parte externa. El
testamento era ológrafo cuando había sido escrito de puño y letra del testador, requiriendo
la firma de los siete testigos (Costa, 2016, p. 302).
3. Testamentos especiales:
El testamento rural: Era aquel otorgado por las personas que habitaban fuera de los
centros urbanos o en zonas despobladas y solo se requería la presencia de cinco testigos
(García Netto & Amans, 2001, p. 415).
El testamento del ciego: El testador dictaba su testamento, que luego debía ser leído en su
presencia y de siete testigos, que además debían firmarlo (García Netto & Amans, 2001, p.
415-416).
El testamento del sordomudo: Se exigía que estuviera escrito de puño y letra del testador
(Costa, 2016, p. 304).
El testamento que instituía herederos a los propios hijos del testador: Debía ser
redactado por escrito y no se exigía la presencia de testigos. El testador debía escribir con
su puño y letra los nombres de sus hijos instituidos herederos, la cuota de la herencia que
les correspondía a cada uno y la fecha del testamento. Justiniano estableció que este
testamento solo podía ser revocado por otro testamento solemne (Costa, 2016, p. 304).
Institución de heredero
La institución de un heredero era justamente el motivo por el cual el causante dejaba un testamento. Si
faltaba la institución de heredero, el testamento era nulo. En la época primitiva la institución de heredero
debía colocarse encabezando el texto y con términos solemnes, pero ello luego se fue atemperando. En
caso de instituirse heredero bajo condición resolutoria, la cláusula se tenía por no escrita y si se incluía una
cláusula suspensiva, en caso de que no se cumpliera, se abría la sucesión ab intestato. También se tenían
por no escritas las condiciones imposibles o ilícitas (Louzan de Solimano, 2008, p. 405-406).
El testamento era nulo cuando el testador o su heredero carecían de capacidad, cuando se omitía un
heredero forzoso (Louzan de Solimano, 2008, p. 406) o cuando no se cumplían con las formas exigidas
legalmente (Costa, 2016, p. 304).
Cuando el testamento había sido anulado por una causa surgida con posterioridad se distinguía entre:
Testamento desierto: cuando no existía heredero, ya sea porque no quería aceptar la herencia
o porque había fallecido antes que el testador (Costa, 2016, p. 304-305).
Legados
El legado era una "liberalidad que el causante otorga a un tercero y que debe ser cumplida, como carga, por
el heredero" (García Netto & Amans, 2001, p. 425). Es decir que el testador mediante un acto jurídico mortis
causa disponía de determinados bienes o derechos con cargo al heredero (Costa, 2016, p. 305).
Evolución histórica
–
En la época antigua se utilizaban formas solemnes para constituir el legado y debía colocarse a
continuación de la institución de heredero. Si no se cumplía con estos requisitos, el legado era nulo. Luego
se dio preeminencia a la voluntad del testador sobre las formas utilizadas. El emperador Nerón, por medio
de una constitución imperial, en el año 64 estableció que si un legado era nulo porque no se habían
cumplido las formalidades estipuladas en la ley, igual se lo reputaba válido, privilegiando así la voluntad del
causante. Posteriormente, en el año 339, Constantino mediante una constitución imperial hizo prevalecer la
voluntad del causante sobre las solemnidades y Justiniano finalmente abolió todas las antiguas formas de
legar, estableciendo que todos los legados a partir de ese momento eran iguales (Costa, 2016, p. 306-307).
Lección 13 de 16
El orden de prelación establecido en la Ley de las XII Tablas colocaba en el primer orden a los
denominados herederos suyos, es decir, todas aquellas personas sometidas directamente a la
patria potestad del causante que como consecuencia de su fallecimiento adquirían la condición
de sui iuris. Si no existían estos herederos, el segundo orden sucesorio se hallaba compuesto por
el agnado más próximo, es decir aquellas personas que tenían parentesco civil con el causante
por vía masculina y si ellos no querían o no podían aceptar la herencia; el tercer orden sucesorio
era el de los gentiles, es decir, los miembros de la gens a la que pertenecía el causante. Si el gentil
más próximo no aceptaba la herencia, la misma quedaba vacante (García Netto & Amans, 2001,
p. 430-431).
Paso 2
En el primer orden, junto con los herederos suyos (heredes sui), el pretor llamaba a recibir la
herencia a aquellas personas que se habrían encontrado bajo la autoridad "directa del causante si
no hubiesen sido emancipados o dados en adopción". El pretor estableció la denominada
"colación" para que los hijos que no se hallaban sometidos a su potestad llevaran a la sucesión
todos sus bienes para que fueran divididos entre todos los herederos junto con aquellos que
formaban parte de la herencia. Lo mismo sucedía con la hija que había contraído matrimonio cum
manu, ya que ella debía aportar los bienes que conformaban la dote (García Netto & Amans,
2001, p. 433).
El segundo orden se hallaba integrado por los agnados pero no se limitaba al más próximo sino
que los comprendía a todos los existentes (García Netto & Amans, 2001, p. 433).
El tercer orden estaba conformado por los parientes consanguíneos que no se hallaban incluidos
en el primer orden, es decir, los descendientes y colaterales por línea femenina, quienes
desplazaron en el orden sucesorio a los gentiles (García Netto & Amans, 2001, p. 433).
Se creó un cuarto orden que llamaba a recibir la herencia al cónyuge no divorciado. En esta
categoría ingresaba la mujer que había contraído matrimonio sine manu (García Netto & Amans,
2001, p. 434).
Paso 3
Justiniano llevó a cabo reformas integrales en el orden sucesorio ab intestato que culminaron con
las constituciones imperiales conocidas como Novelas 118 y 127. Su actividad tuvo como eje que
el vínculo de sangre (cognaticio) desplazara al vínculo agnaticio (autoridad); dividió el parentesco
consanguíneo en tres líneas: descendente, ascendente y colateral; impuso el principio de exclusión
hereditaria entre los distintos órdenes, por lo que, el primero, estaba conformado por los
descendientes, luego los ascendientes y finalmente los colaterales; estableció que en cada orden
tenía preeminencia quien tenía un grado de parentesco más próximo con el causante; estipuló el
derecho de representación hereditaria, de tal forma que los descendientes de un grado inferior se
colocaban en el grado que ocupaba su ascendiente que había fallecido antes de que se abriera la
sucesión del causante y que la división de herencia se hacía por cabeza, salvo en la
representación por estirpe (Costa, 2016, p. 338).
Primer orden sucesorio: Integrado por los descendientes. Eran los llamados en primer
término y excluían a los demás herederos. La partición de la herencia se hacía por partes
iguales y los hijos adquirían derecho de representación por sus padres fallecidos (Costa,
2016, p. 339).
Segundo orden sucesorio: Estaba compuesto por los ascendientes, hermanos, hermanas
carnales y sus hijos. Heredaban si el causante no había tenido descendientes y excluían a los
demás herederos. Además aquel que tenía grado más próximo con el causante excluía al
resto (Costa, 2016, p. 339).
Tercer orden sucesorio: Estaba integrado por los hermanos y hermanas de padre o madre y
sus hijos (Costa, 2016, p. 339).
Cuarto orden sucesorio: Eran llamados en cuarto lugar los restantes parientes colaterales.
El más próximo de estos parientes colaterales excluía al resto (Costa, 2016, p. 339).
Los herederos forzosos o necesarios adquirían la herencia de pleno derecho, es decir que la recibía sin
su consentimiento expreso e incluso en contra de su propia voluntad. Ello ocurría en el mismo momento
en que se había producido el fallecimiento del causante y se entendía que continuaban su personalidad.
El heredero debía hacerse cargo de las deudas de la herencia con todo su patrimonio, lo que les
provocaba un problema a aquellos herederos que recibían una herencia repleta de deudas (Costa, 2016,
p. 340).
El pretor intentó evitar estas injusticias, permitiéndoles a los herederos forzosos abstenerse de recibir la
herencia y evitar así la confusión de patrimonios. También el acreedor podía solicitar la separación de
patrimonios contra los herederos insolventes, a fin de evitar su acceso a la herencia (Costa, 2016, p. 340-
341).
La adquisición voluntaria de la herencia
Todos aquellos herederos que no eran forzosos no recibían la herencia de forma compulsiva, sino que
debían aceptarla. Al acto por el cual el heredero voluntario aceptaba la herencia se lo denominaba
adición. El heredero tenía un plazo de cien días para aceptar la herencia (Costa, 2016, p. 341-342).
Beneficio de inventario
Una vez que el heredero voluntario aceptaba la herencia, ya no podía retractarse. Justiniano les concedió a
los herederos voluntarios el llamado beneficio de inventario, por el cual no respondía con sus propios bienes
por las deudas del causante. Para ello, dentro de los treinta días de la apertura del testamento, el heredero
debía comenzar a realizar un inventario de los bienes. Ese inventario se hacía frente a escribanos y debía
constar la firma del heredero. El heredero que había aceptado la herencia debía pagarles a los acreedores en
la medida en que se iban presentando hasta agotar los bienes que había recibido (Louzan de Solimano,
2008, p. 423).
Herencia yacente
La herencia yacente era el período comprendido desde que se había producido el fallecimiento del causante
y hasta que el heredero voluntario aceptaba la herencia. En dicho lapso de tiempo la herencia yacente
constituía una verdadera persona de existencia ideal y continuaba "la personalidad jurídica del causante
hasta tanto los herederos voluntarios se presentaran a manifestar su adicción". La herencia durante este
período adquiría todas aquellas cosas que podían incrementar el acervo hereditario sin que mediara acción
humana, por ejemplo los frutos, y también respondía por las obligaciones que podían generarse (Costa,
2016, p. 344).
Lección 15 de 16
Cierre de la unidad
El pater familia quería establecer la identidad de la persona que continuaría su personalidad y que, en
consecuencia, ejercería su autoridad sobre todos los integrantes de ese grupo familiar, a la par, que le
transmitiría la totalidad de su patrimonio. La manera de lograr tal cometido era a través de un testamento. De
esta forma se aseguraba que la familia no se disgregara y que no desapareciera el culto doméstico. Si el
pater familia fallecía sin dejar un testamento válido, todos los alieni iuris que se habían hallado bajo su
autoridad se convertían en sui iuris y jefes de sus propias familias, dividiéndose entre ellos el patrimonio que
componía el acervo hereditario.
Incluso en época de guerra, para evitar la apertura de la sucesión ab intestato, cuando un pater familia
fallecía mientras era prisionero del enemigo, se creó la ficción de retrotraer la fecha de su muerte al
momento en que había sido tomado prisionero, de tal forma que había muerto siendo ciudadano romano y
hombre libre y entonces el testamento otorgado tenía validez.
Conclusión
A contrario de lo que ocurre en nuestra sociedad, la sucesión testamentaria era mucho más frecuenta que la
legítima o ab intestato debido a que el pater familia quería designar a la persona que ocuparía su lugar y que
adquiriría la titularidad del patrimonio.
De allí que existieran tantas variedades de testamento posibles, con el objeto que todos pudieran otorgar un
testamento válido.
La sucesión ab intestato era un mecanismo residual, que se aplicaba cuando no existía un testamento
válido o cuando el testamento existente había sido anulado por alguna de las causales establecidas en la
ley.
La sucesión ab intestato privilegió en el antiguo derecho quiritario al vínculo agnaticio, siendo el pretor quien
con su labor, y en un principio por vía de excepción, quien comenzó a reconocer como transmisor de
derechos sucesorios al vínculo cognaticio (vínculo consanguíneo). Esta última solución fue adoptada por
Justiniano y así el vínculo cognaticio adquirió preeminencia respecto del agnaticio y de esta forma se
receptó en la mayoría de las legislaciones modernas.
Bibliografía
de referencia
–
Costa, J. (2016). Manual de Derecho Romano Público y Privado. Bs. As.: AbeledoPerrot.
Garcia Netto, I.A. & Amans, C. V. (2001). Derecho Romano. Bs. As.: Editorial Docencia.
Louzan De Solimano, N. D. (2008), Curso de Historia e Instituciones del Derecho Romano. Bs. As.:
Lumiere.
de lectura obligatoria
–
Costa, José Carlos. Manual de Derecho Romano Público y Privado. Capítulos 14, 15 y 16. PP. 289-291,
293-306 y 331-344.
Lección 16 de 16
modulo-4-familia-y-sucesiones.pdf
5.5 MB