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Hoy, porqué no, es el día perfecto para leer los pasajes que dedica don Pedro Muñoz Seca

a la mujer
mora, pasajes sacados de su magistral obra “La venganza de don Mendo”. Quiero citar los versos
que don Mendo le recita a Azofaifa, mora de postín enamorada de don Mendo, que en esos
momentos pasa de noble caballero a flojo trovador con el nombre de Renato, en dichos versos don
Mendo quiere explicar a la mora Azofaifa el porqué de no corresponder al amor que ella le profesa,
todo debido a que su verdadero amor lo tenía entregado a una alta dama castellana con castillo y
murallas cerca de la localidad de Toro, amor que nunca le fue correspondido por las banalidades
castellísticas y mundanas de esas nobles sin corazón, sobre todo sino ven dinero.
¡Mora de la morería!.....¡Mora que a mi lado moras!...¡Mora que ligó sus horas a la triste muerte
mía!....¡Mora que a mis plantas lloras porque a tu pecho desgarro!...¡Alma de temple bizarro!...
¡Corazón de cimitarra!.. ¡Flor la más bella del Darro y orgullo de la Alpujarra!...¡Mora en otro
tiempo atlética y hoy enfermiza y escuálida, a quien la pasión frenética trocó de hermosa crisálida
en mariposa sintética!...!Mora digna de mi amor, pero a quien no puedo amar porque un hábito
traidor heló en mi pecho la flor aun antes de perfumar!...¡bésame, consiento por esta vez, peo
déjame después.....Déjame Azofaifa, déjame.
Don Pedro Muóz Seca, conocedor de las moras enamoradas y de los moros con falta de cariño aun
siendo reyes, y sabedor de los problemas que pueden llegar a dar, sino se les atiende
convenientemente y se les pasa esa mano, noble a ser posible, por la “chepa”(casi siempre de forma
figurada y a modo de atrezo si se debe de lucir), Don Pedro si le supo “hacer la pelota” a la mora
Azofaifa, cosa que la señora ministra de asuntos exteriores no ha sabido hacer con la Azofaifa de
turno, a la sazón embajadora de Marruecos en España, ya sé que el orgullo impide hacer muchas
cosas, pero en este caso particular, con la mora había que haber dicho la verdad antes de cualquier
decisión extraña, aunque legal, la venganza de la mora en nombre del Gran Rey Moro, puede tener
graves consecuencias. Bueno, a lo hecho pecho, bien es cierto que la mora siempre te da otra
oportunidad para rectificar y te pondrá la “chepa” otra vez para que le des cariño. Señora Ministra,
no lo dude, acaricie sin hacer ascos esa “chepa de atrezo” pero antes de hacerlo quítese los guantes
de goma, que note ella el calor de su mano, y no lo pegajoso de su guante de fregar.
A propósito, a don Pedro Muñoz Seca no le asesinó una mora despechada por su mal de amores, le
asesinaron en una “saca” de una prisión de Paracuellos del Jarama. Las últimas palabras que les
dedicó a sus “fusiladores” fueron: “Podéis quitarme la hacienda, mis tierras, mi riqueza, incluso
podéis quitarme la vida, como vais a hacer, pero hay una cosa que no me podéis quitar.....y es el
miedo que tengo”......

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