corazones, que tu amor se derrame y que no sepa nadie donde. ¿SOMOS TURISTAS O PEREGRINOS?

Que tus esperanzas salgan cada día como enjambre de abejas en Todos unidos formando un solo cuerpo,
busca de la miel soñada. un pueblo que en la Pascua nació
miembros de Cristo en sangre redimidos
Que la ternura salga de tí con tu palabra. Ponla en los tristes, en Iglesia peregrina de Dios.
los desencantados y en los excluidos.
Vive en nosotros la fuerza del espíritu
El Señor pondrá en tu corazón todo el valor que hace falta para que el Hijo desde el Padre envió
vivir tu ministerio. Él nos empuja nos guía y alimenta
Oye su voz que baja desde el cielo y sube de lo hondo. Iglesia peregrina de Dios.
Llénate de su palabra y escucha el clamor de tus hermanos y Somos en la tierra
hermanas. semilla de otro Reino
Canto: somos testimonio de amor
Sois la semilla que ha de crecer. paz para las guerras
Sois estrella que ha de brillar. y luz entre las sombras
Sois levadura, sois grano de sal, Iglesia peregrina de Dios.
antorcha que debe alumbrar.
Rugen tormentas y a veces nuestra barca
Sois la mañana que vuelve a nacer
parece que ha perdido el timón
Sois espiga que empieza a granar. miras con miedo y no tienes confianza
Sois aguijón y caricia a la vez, Iglesia peregrina de Dios.
Testigos que voy a enviar. Una esperanza nos llena de alegría
Id amigos, por el mundo presencia que el señor prometió
anunciando el amor, vamos cantando el viene con nosotros.
mensajeros de la vida Iglesia peregrina de Dios.
de la paz y el perdón. Todos unidos en un solo bautismo
Sed amigos los testigos ligados a la misma comunión
de mi resurrección. todos viviendo en una misma casa
Id llevando mi presencia Iglesia peregrina de Dios.
¡Con vosotros estoy!. Todos prendidos en una misma suerte
Sois una llama que ha de encender ligados a la misma salvación
somos un cuerpo y cristo es la cabeza
resplandores de fe y caridad.
Iglesia peregrina de Dios.
Sois los pastores que han de guiar
al mundo por sendas de paz. Introducción:
Sois los amigos que quise escoger. La vida es un camino a recorrer. A veces le pedimos a la vida,
Sois palabra que intento gritar. pero la vida no nos puede dar nada, nosotros en cambio pode-
Sois reino nuevo que empieza a engendrar mos llenarla de sentido. Nosotros podemos cambiar el valor de
justicia, amor y verdad. las cosas y de los acontecimientos.
4 1
Por esto, ante la desafiante realidad con la que nos
toca trabajar, al intentar renovarla, debemos pre-
guntarnos, en presencia del Señor y de nuestros
compañeros y compañeras de camino, ¿somos tu-
ristas o peregrinos?
1. Para evocar nuestra realidad.
El turista es alguien que ve, pero que le
cuesta “mirar”. Filma y toma fotografías,
pero, podrá admirar de veras y fascinar-
se. Pasa, pero no se queda en ninguna
parte, se pregunta uno si le penetrará y le
llegará al corazón lo que ve. Muchos viven en la superficie, allí
donde reina la confusión de las lenguas. Muchos piensan que la
vida es un espectáculo.
El peregrino en cambio, tiende a viajar siempre hacia el interior,
allí donde trabaja el espíritu. Dialoga con las cosas, que dejan
de ser cosas para hacerse figuras imprescindibles del paisaje in-
terior.
El viaje es parte del hombre nuevo. Pertenece al
misterio de la vida y es a la vez su expresión. La vi-
da es un viaje que se va haciendo… “Somos” en la
medida en que nos vamos haciendo, en la medida en que vamos
caminando.
Detenerse es morir… El peregrino no es espectador… el pere-
grino sueña descansar, pero sólo por un instante.
La orilla del río está siempre por delante, inalcanzable.
Por eso el viaje está lleno de riesgos, supone aventurarse, salir
de la ciudad descorazonada, pero llena de “magia” que ofrece
seguridades para todo. Supone lanzarse a la intemperie y poner-
se en manos de lo desconocido.
El peregrino necesita algunas cosas para el viaje, no muchas…
Una canción en los labios, un fuerte y tozudo deseo, una estre-
lla… Nada más, ¡Ah! Quizás una flor.
Al fin y al cabo, lo que importa, más que la meta, es el camino.
Y si al pasar por casas cerradas y de muros altos, ladran los pe-
rros, el peregrino no aminora el paso, ni tiene miedo. ¡Ladran
2 3
porque el peregrino camina de largo! Y si al ver pa-
sar a un peregrino los demás ríen, enhorabuena pere-
grino, que puede ser miedo por parte de ellos. Mien-
tras el peregrino camina, sólo se preocupa del ca-
mino. Y así con la mira puesta en su destino final,
encuentra la paz.
(Silencio y reflexión)
 La vida puede concebirse de muchas maneras, veamos es-
tas dos: la del turista o la del peregrino. ¿Serán iguales?
¿En qué cambia una de la otra?
 Mi propia vida, ¿la vivo como peregrino o como turista?
¿Cómo es mi relación con las otras personas en este ca-
mino que vivo?
2. Iluminados por la palabra.
1Cor 9, 19-27 (Silencio y oración).
Gesto: Se pasa una cámara fotográfica (símbolo del turista)
y un bastón (símbolo del peregrino) y cada uno responde a las
siguientes preguntas: Ante esta invitación de renovar el ministe-
rio que se vive:
• ¿Qué habría que superar?
• ¿Qué habría que promover?
Plegaria:
Levántate sembrador.
Es hora de que comiences tu tarea.
Prende la luz de tu espíritu.
Enciende el fuego de tu corazón.
Avanza firme y serenamente en tu camino.
Siembra , como El te dijo, la palabra del bien y del amor.
El día llegará en que tu siembra se levante como una bendición
sobre la tierra.
Defiende a los que no puedan defenderse, díce las verdades que
no están de manifiesto.
Compadécete del que te hizo daño y vive con plenitud del per-
dón permanente.
Ayuda a los que sufren en la oscuridad, ablanda con tu voz sus