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TALLER # 1

PREGUNTAS:

1- ¿Cuál es el tema del texto?

Cómo las necesidades personales pueden influir en la toma de decisiones


disolviendo los lazos de la amistad. Para lo cual, un beneficio propio puede
sobrepasar los principios de la amistad, llegando al punto de traicionarse
mutuamente.

2- Identifica la estructura texto (Introducción, Desarrollo, Conclusión)

INTRODUCCIÓN
DESARROLLO
CONCLUSIÓN

“TAN AMIGOS” (Montevideanos, 1959) de Mario Benedetti

—Bruto calor —dijo el mozo.

Pareció que el tipo de azul iba a aflojarse la corbata, pero finalmente dejó caer el
brazo hacia un costado. Luego, con ojos de siesta, examinó la calle a través del
enorme cristal fijo.

—No hay derecho —dijo el mozo—. En pleno octubre y achicharrándonos.

—Oh, no es para tanto —dijo el de azul, sin énfasis.

—¿No? ¿Qué deja entonces para enero?

—Más calor. No se aflija.

Desde la calle, un hombre flaco, de sombrero, miró hacia adentro, formando


pantalla con las manos para evitar el reflejo del ventanal. En cuanto lo reconoció,
abrió la puerta y se acercó sonriendo.

El de azul no se dio por enterado hasta que el otro se le puso delante. Sólo
entonces le tendió la mano. El otro buscó, de una ojeada rápida, cuál de las cuatro
sillas disponibles tenía el hueco de pantasote que convenía mejor a su trasero.
Después se sentó sin aflojar los músculos.

—¿Qué tal? —preguntó, todavía sonriendo.

—Como siempre —dijo el de azul.


Vino el mozo, resoplando, a levantar el pedido. —Un café... livianito, por favor.

Durante un buen rato estuvieron callados mirando hacia afuera. Pasó, entre otras,
una inquietante mujercita en blusa y el recién llegado se agitó en el asiento.
Después sacudió la cabeza significativamente como buscando el comentario, pero
el de azul no había sonreído.

—Lindo día para ser rico —dijo el otro.

—¿Por qué?

—Te echás en la cama, no pensás en nada, y a la tardecita, cuando vuelve el


fresco, empezás otra vez a vivir.

—Depende —dijo el de azul.

—¿Eh?

—También se puede vivir así.

El mozo se acercó, dejó el café liviano, y se alejó con las piernas abiertas, para que
nadie ignorase que la transpiración le endurecía los calzoncillos.

—Tengo la patrona enferma, ¿sabés? —dijo el otro.

—¿Ah sí? ¿Qué tiene?

—No sé. Fiebre. Y le duelen los riñones.

—Hacela ver.

—Claro.

El de azul le hizo una seña al lustrador. Éste escupió medio escarbadientes y se


acercó silbando.

—Hace unos días que andás de trompa —dijo el otro.


—¿Sí?

—Yo sé que la cosa es conmigo.

El lustrador dejó de embetunar y miró desde abajo, con los dientes apretados,
entornando los ojos.

—Lo que pasa es que vos embalás en seguida.

—¿De veras?
—Se te pone que un tipo estuvo mal y ya no hay quien te frene. ¿Vos qué sabés por
qué lo hice?

—¿Por qué hiciste qué?

—¿Ves? Así no se puede. ¿Qué te parece si hablamos con franqueza?

—Bueno. Hablá.

Ambos miraban el zapato izquierdo que empezaba a brillar. El lustrador le dio el


toque final y dobló cuidadosamente su trapito. «Son veinticinco», dijo. Recogió el
peso, entregó el vuelto y se fue silbando hacia otra mesa, mientras volvía a masticar
la mitad del escarbadientes que había conservado entre las muelas.

—¿Te creés que no me doy cuenta? A vos se te ocurrió que yo le hablé al Viejo
para dejarte mal.

—¿Y?

—No fue para eso, ¿sabés? Yo no soy tan cretino...

—¿No?

—Le hablé para defenderme. Todos decían que yo había entrado a la Gerencia
antes de las nueve. Todos decían que yo había visto el maldito papel.

—Eso es.

—Pero yo sabía que vos habías entrado más temprano.

Un chico rotoso y maloliente se acercó a ofrecer pastillas de menta. Ni siquiera le


dijeron que no.
—El Viejo me llamó y me dijo que la cosa era grave, que alguien había loreado. Y
que todos decían que yo había visto el papel antes de las nueve.

El de azul no dijo nada. Se recogió cuidadosamente el pantalón y cruzó la pierna.

—Yo no le dije que habías sido vos —siguió el otro, nervioso, como si estuviera a
punto de echarse a correr, o a llorar—. Yo dije que habían estado antes que yo,
nada más... Tenés que darte cuenta.

—Me doy cuenta.

—Yo tenía que defenderme. Si no me defiendo, me echa. Vos bien sabés que no
anda con chiquitas.

—Y hace bien.

—Chih, decís eso porque sos solo. Podés arriesgarte. Yo tengo mujer.

—Jodete.

El otro hizo ruido con el pocillo, como para borrar la ofensa. Miró hacia los costados,
repentinamente pálido. Después, jadeante, desconcertado, levantó la cabeza.

—Tenés que comprender. Figurate que yo sé demasiado que vos si querés me


liquidás. Tenés como hacerlo. ¿Me iba a tirar justamente contra vos? No tenés más
que telegrafiar a Ugarte y yo estoy frito. Te lo digo para que veas que me doy
cuenta. No me iba a tirar justamente contra vos, que tenés flor de banca con el
Rengo... ¿Me entendés ahora?

—Claro que te entiendo.

El otro hizo un ademán brusco, de tímida protesta, y sin querer empujó el vaso con
el codo. El agua cayó hacia adelante, de lleno sobre el pantalón azul.

—Perdoná. Es que estoy nervioso.

—No es nada. En seguida se seca.

El mozo se acercó, 'recogió los más importantes trozos de vidrio. Ahora parecía
sufrir menos el calor. O se había olvidado de aparentarlo.

—Por lo menos, dame la tranquilidad de que no vas a telegrafiar. Anoche no pude


pegar los ojos...
—Mirá... ¿querés que te diga una cosa? Dejá ese tema. Tengo la impresión de que
me tiene podrido.

—Entonces... no vas a...

—No te preocupes.

—Sabía que ibas a entender. Te agradezco. De veras, che.

—No te preocupes.

—Siempre dije que eras un buen tipo. Después de todo tenías derecho a telegrafiar.
Porque yo estuve mal... lo reconozco... Debí pensar que…

—¿De veras no podés callarte?

—Tenés razón. Mejor te dejo tranquilo.

Lentamente se puso de pie, empujando la silla con bastante ruido. Iba a tender la
mano, pero la mirada del otro lo desanimó.

—Bueno, chau —dijo—. Y ya sabés, siempre a la orden... cualquier cosa...

El de azul movió apenas la cabeza, como si no quisiera expresar nada concreto.


Cuando el otro salió, llamó al mozo y pagó los cafés y el vaso roto. Durante cinco
minutos estuvo quieto, mordiéndose despacio una uña. Después se levantó, saludó
con las cejas al lustrador, y abrió la puerta.

Caminó sin apuro, hasta la esquina. Examinó una vidriera de corbatas, dio una
última chupada al cigarrillo y lo tiró bajo un auto.

Después cruzó la calle y entró en la Oficina de Telégrafos.

3- ¿Qué relación hay entre el título y el texto? ¿cómo juega el autor con el mismo?

se enmarca en un indudable sarcasmo o ironía generando cierta predisposición en


el lector, del título del cuento “Tan Amigos” a lo sucedido en este dentro de la
relación de amistad de los sujetos que en realidad no demostraron (tanta o elevada)
amistad. Por lo tanto, se evidencia que Mario Benedetti utilizó esta figura retórica de
ironía o sarcasmo como una crítica a cómo pueden llevarse las actuaciones dentro
de la amistad.

Por lo tanto al leer el texto, el lector encuentra que lo sucedido en el cuento no es lo


que este se esperaba con inicialmente observar el título, pues es lo contrario a este.
Es así, como el autor Mario Benedetti hace uso de esta mencionada figura literaria
como metodología para llamar la atención e incentivar al lector a hacer una
interpretación integral entre el título y el contenido del texto evidenciando al final el
contraste de los mismos.

4-Investigación: momento histórico en Uruguay en el cual se escribe el cuento


(1959)

El momento histórico de Uruguay para el año de 1959, siendo este el año en que
Mario Benedetti escribió el cuento “Tan amigos” es trascendental para darle una
mejor interpretación y sentido al texto, por lo que a continuación presentamos los
acontecimientos más relevantes.

En enero de 1959 los funcionarios de los entes autónomos, coordinados en su


esfuerzo, llenaron las calles de Montevideo con una gran manifestación de fuerzas
nuevas que se incorporaban o reincorporaban a la lucha sindical con gran vigor
(UTE, ANCAP) junto con gremios ya fogueados (portuarios, bancarios, etc.) Pero,
también en enero se desarrolló una huelga portuaria donde un gremio riñó contra
otro, disputándose el poco trabajo existente en lugar de emprender, conjuntamente
los dos con los demás sindicatos, la gran empresa nacional de crear fuentes de
trabajo. El esfuerzo obrero tendió siempre a superar este signo negativo.

Posteriormente se aumentó la crisis al desatarse graves inundaciones en los


departamentos del litoral y del centro del país por desbordamiento de varios ríos
debido a lluvias torrenciales desde el 24 de marzo hasta el 23 de abril, casi un mes.
Debido a esto se tuvo que racionalizar el consumo de energía. Las consecuencias
fueron catastróficas: se calcularon 41.000 personas desplazadas, desempleo,
pérdidas económicas y materiales millonarias, donde se creó como medida de
seguridad la “Comisión Nacional de apoyo a los Damnificados” presidida por el
General (R) Oscar Gestido.
Sin embargo, ni las inundaciones, ni las restricciones en el uso de la energía
eléctrica, que generaron desocupación, ni las medidas de seguridad del año 1959
detuvieron la actividad sindical; con un radical cambio político en el país para marzo
de este año, cuando se instaló el primer gobierno blanco de este siglo, el cual no
pareció tener una doctrina económica coherente ni tener preparado un conjunto de
medidas para enfrentar la dura situación que pasaba el país. Donde la política
estuvo orientada a la: reforma y recuperación financiera, libertad comercial,
estabilidad monetaria y desarrollo económico y social. Pero generó un gran
descontento por la tardanza en el cumplimiento de estos ideales

Aunado a lo anterior, para obtener recursos en pro de la recuperación del país, se


lanzó un Empréstito Patriótico y se modificaron los horarios laborales; Fidel Castro
realizó visitas a Montevideo en el contexto de la exacerbación del anticomunismo de
1959 en cuba; hubo ocupación militar de UTE para restablecer los servicios
cortados por la huelga de sus trabajadores.

Casi seis meses después de la llegada de una misión del Fondo Monetario
Internacional– la Reforma Monetaria y Cambiaria se convirtió en ley en diciembre de
1959: se libera la importación de mercaderías, modifica el valor de la moneda y
establece un tipo único de cambio.

La educación también presentaba ciertas problemáticas, dado que antes del


cogobierno se tenía un porcentaje del presupuesto nacional más alto destinado a la
educación superior, por el contrario una vez implantado el cogobierno ese
presupuesto empieza a declinar, por lo que los estudiantes se vieron en la
necesidad de presionar al gobierno para que otorgara más fondos

5-Expresiones: Tener flor de banca; Estar de trompa; Embalar (en seguida)


Tener flor de banca: Estar muy protegido, apoyado o respaldado por alguien o
que la circunstancia está a su favor.
Expresión coloquial en Colombia: “tener palanca con o por alguien”
Estar de trompa: Enojado, de mal humor o haciendo mala cara.
Expresión coloquial en Colombia: “Estirar la trompa”
Embalar: Actuar apresuradamente o enojarse rápidamente.
Expresión coloquial en Colombia: “Es muy volado”

6-Personajes: cómo se plasman a través del texto (descripciones, diálogos,


acciones…)

El mozo: este personaje se plasma como un hombre cansado, inconformidad,


desespero y con sentimientos, desagradables y desalentadores frente al clima que
enfrenta que estima se prolongará bastante y con más intensidad pues el diálogo se
desarrolla en Octubre y en Enero habrá aún más calor. Igualmente con una
perspectiva tan negativa de su presente al utilizar expresiones como: “Bruto calor” y
“No hay derecho”, esta última para hacer referencia al sentimiento de no merecer lo
que padece. Por otra parte también se observan las fuertes emociones de este al
emplear énfasis en las expresiones de su diálogo.

El de azul: este personaje se plasma como un hombre de poder al presentarlo con


un buen traje azul y el de mayor posición social y económica dentro del cuento, por
cuanto su amigo le recalca que este es rico y de sus acciones no se tiene que
preocupar, por lo tanto no le interesa mayormente lo que suceda ni en el presente ni
en el futuro, pues considera que nada lo afecta, por esto es que cuanto el mozo le
manifiesta su desespero con el fuerte calor y un temeroso peor calor en el futuro, a
este no le interesa y le contesta al mozo que “no se aflija”, hasta utiliza en su diálogo
todas su expresiones sin ningún énfasis, debido a que nada de lo que suceda a su
alrededor lo puede afectar. Además cuando su amigo “el otro” entró al lugar, el
sujeto de azul no se dio por enterado de la presencia de este hasta que el otro no se
le puso justo delante, y como típico sujeto de clase alta, presenta altivez y busca
evitar el contacto físico con los demás evidenciado cuando al despedirse el de azul
apenas mueve la cabeza.

El otro: este personaje se plasma como un hombre humilde, trabajador del común
que se encuentra desesperado porque en un intento por salvar su empleo traicionó
a un amigo, debido a que primaron sus necesidades como “tener una mujer, tener
su madre enferma con fiebre y dolor de riñones, y no poseer influencias en el medio
como sí el hombre de azul, por lo tanto teme a lo que pueda hacer este en su contra
como represalia. Además de notarse de este personaje sus sentimientos de
inconformismo, miedo, ansiedad, preocupación y desespero en todo el diálogo por
admitit estar nervioso y casi ni dejar hablar al hombre de azul y ser tan insistente en
todo su diálogo en que este hombre de azul comprendiera su necesitada situación a
comparación de este y no enviara un telégrafo para que lo despidieran, reflejado en
su diálogo de la siguiente manera “Tenés que comprender. Figurate que yo sé
demasiado que vos si querés me liquidás. Tenés como hacerlo. ¿Me iba a tirar
justamente contra vos? No tenés más que telegrafiar a Ugarte y yo estoy frito. De
igual modo se observa un sentimiento de envidia hacia su amigo, el de azul, por
cuanto le recalca varias veces que este es rico y que no se tiene que preocupar al
decirle expresiones como: “Lindo día para ser rico” y “Te echás en la cama, no
pensás en nada, y a la tardecita, cuando vuelve el fresco, empezás otra vez a vivir”.
Por otra parte, cabe añadir que en el accionar de este hombre, primado o cegado
por una necesidad de supervivencia por ser el más débil de la relación de amistad,
se aprecia que este hombre no se arrepintió o le pidió siqueira perdón al amigo, solo
le pidió perdón por derramar el líquido del vaso en él, pero no de la traición que le
realizó; y a pesar de haber traicionado a su amigo, siguió confiando en su palabra al
irse feliz porque el de azul le dijo que “no se preocupara” sobre el envío telégrafo.

El lustrador: este personaje se plasma como un hombre humilde, un trabajador de


clase baja, tal vez con pocos modales por realizar escupitajos “medio
escarbadientes” y acercarse silbando cuando lo llaman a trabajar. Por otra parte
puede inferirse de su comportamiento un sentimiento de inferioridad o resentimiento
hacia la clase alta que representa el hombre de azul, al ilustrador realizar actos
como: “dejó de embetunar y miró desde abajo, con los dientes apretados,
entornando los ojos”. Pero que realiza muy bien su trabajo por cuanto en el cuento
se muestra que los zapatos empezaron a brillar, dándole el lustrador “el toque final”
y doblando cuidadosamente su trapito, evidenciando un buen nivel de organización.

Inquietante mujercita en blusa: Una mujer llamativa a los ojos de ciertos hombres
por su aspecto físico, logrando así, ser admirada por uno de los personajes y ser un
distractor momentáneo.

7-Identifica el espacio-tiempo de la narración (dónde y cuánto tiempo transcurre)

El espacio en el que se desarrolla el cuento parece ser un restaurante, al ser el


mozo parte de los personajes y característico de estos lugares o
establecimientos,de igual forma la expresión de “levantar el pedido” o las
actuaciones de atención por parte del mozo (al momento de recoger los vidrios); con
respecto al tiempo, podemos inferir que transcurre en horas de la mañana, dado que
el personaje “el de azul” estaba bien acicalado (la corbata estaba en su lugar) de
igual manera se puede entender por la intensidad de la luz “formando pantalla con
las manos para evitar el reflejo del ventanal” y el estado climático del momento al
que hace referencia el mozo al principio del cuento “Bruto calor” y durante el
desarrollo del texto “se alejó con las piernas abiertas, para que nadie ignorase que
la transpiración le endurecía los calzoncillos”, de igual forma en el diálogo “el otro”
dice “Lindo día para ser rico” luego hace referencia a pasar esas mañanas calurosas
y luego nos da la posibilidad de entender que en la tarde normalmente está más
fresco “Te echás en la cama, no pensás en nada, y a la tardecita, cuando vuelve el
fresco, empezás otra vez a vivir”, para finalizar, mencionar que el tiempo en el que
transcurre parece ser poco aproximadamente una hora, toda vez que solo fue un
café y el tiempo de trabajo de un lustrador.

REFERENCIA

WEBGRÁFICA

http://www.anep.edu.uy/historia/guia/guia_2/gh2_1parte2_77a190.pdf

https://www.asihablamos.com/word/palabra/Embole.php?pais=UY

https://forum.wordreference.com/threads/ten%C3%A9s-flor-de-banca-con-el-
rengo.3709900/

https://www.elobservador.com.uy/nota/las-inundaciones-de-1959-el-otro-gran-
desastre-natural-que-debio-enfrentar-el-partido-nacional-en-el-gobierno-
202041214150

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