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AUTOBIOGRAFIA ESCOLAR

Mi nombre es Ivonne Andrea Pérez Aparicio, mi madre es Ivonne Aparicio Castro,


a mi padre no lo conocí ya que ellos se separaron cuando yo tenía 3 años y jamás
lo volví a ver, también tengo una media hermana llamada Sandra Yadira Chávez
Aparicio. Toda mi vida he estado cerca de mis abuelitos Blanca Esther Castro
Ordoñez y José Aparicio Pineda, ellos son como mis segundos padres ya que se
han hecho cargo de mi educación porque mi mama tenía que trabajar y salía muy
seguido de viaje, por lo que me quedaba con mis abuelitos.

Ingrese a los 3 años a un kínder llamado Pestalozzi en donde pase solo 1 año,
después pase los siguientes 2 años en el kínder María Montessori. Tengo muchos
recuerdos del kínder por ejemplo: recuero que lloraba todos y cada uno de los días
que me llevaban al kínder porque sentía que me iban a dejar ahí, recuerdo a mi
maestra Maricruz quien me dio los 2 años que estuve en el María Montessori,
también recuerdo una ocasión en la que se hizo un campamento en la escuela,
todo era perfecto en el campamento hasta que llegó la hora de ir a dormir en ese
momento comencé a llorar y mi maestra Maricruz se tuvo que acostar conmigo
para que me calmara, recuerdo que me decía “mi niña” y me abrazo hasta que me
quede dormida. Eso entre otras cosas del kínder.

A los 6 años entre a la primaria David G Berlanga, que se ubica a un lado de la


iglesia “la merced”. En la primaria recuerdo que lo que más trabajo me costó fue
matemáticas, en 3er año tuve una pésima maestra ya que nuca iba y recuerdo que
desde ese entonces se me complico más la matemática, siempre salía en la
escolta, siempre me llevaba bien con todos y tenía muchos amigos.

A los 12 años entre a la secundaria, la técnica #3, se ubica en frente del zoológico.
La secundaria fue de mis mejores etapas ya que desde primero ingrese a la
escolta, era algo que me gustaba mucho, me encantaba ir los desfiles en nombre
de la escuela, y en tercer año de secundaria me nombraron jefa de la escolta,
ensayaba a las novatas, preparaba rutinas para desfiles, y organizaba los
servicios a los que nos solicitaran asistir junto con la banda de guerra. Pero lo
mejor de todo era ser la abanderada siempre que se solicitara la escolta oficial. De
la secundaria recuerdo que tenía buenos maestros, exigentes y que cumplían con
su trabajo. Tuve mi primer extra que fue de matemáticas para variar. Empezaron
las tardeadas, fiestas, salidas con amigos, etc. etc. Una bonita etapa.
Cuando estaba a unos meses de cumplir los 15 años entre a la preparatoria, la
PREFECO “Melchor Ocampo” sin duda la mejor etapa de mi vida, una etapa
maravillosa que jamás olvidare, donde sin duda conocí a los mejores amigos. En
la preparatoria conocí hasta la que hoy en día es y espero que siempre sea mi
mejor amiga Cristi y a mis mejores amigos que siempre están dispuestos a todo
con tal de sacarte una sonrisa. Los maestros de la PREFECO son muy buenos.
En 3er semestre de prepa escogimos la formación para el trabajo, yo escogí
“higiene y salud comunitaria” esa clase era impartida por una maestra que ya
estaba viejita, y era muy estricta. Mi amigo Noel y yo nos sentábamos juntos en
esa clase, pero la maestra lo odiaba tanto que le decía que si se salía de su clase
lo pasaba con 8 y mi amigo nada tonto se salía, y así fue todo el año de la
formación para el trabajo. Fue en este tiempo cuando pensé en estudiar medicina,
ya que es algo que me fascina y soy muy buena en ello, se me da mucho todo
eso, pero no pude ya que en una ocasión en la clase de anatomía nos llevaron a
ver un parto, y me tuvieron que sacar de ahí porque casi me desmayo al ver tanta
sangre, recuerdo que llegue a mi casa y vomite. En 5to semestre escogimos
bachillerato, yo escogí sociales & humanidades, honestamente porque no quería
matemáticas, pero me topé con algo peor que las matemáticas… la clase de
POLITICA, impartida por el maestro Rene Luis. Todos odiaban a ese maestro,
pero el maestro solo me odiaba a mí. Porque desde que recuerdo el impartía sus
clases según sus ideologías tanto políticas como sociales, y para su desgracia no
coincidían con las mías, y yo nunca me quedaba callada, siempre le alegaba
sobre lo que no estaba de acuerdo. Ese ha sido mi peor maestro hasta la fecha,
ya que no solo me reprobaba, sino que tampoco me enseñaba mi examen, ni tenía
derecho a revisión. Al salir de la preparatoria no pude sacar mi certificado porque
tenía reprobada esa materia, la presente 4 veces, y en todas era la misma historia.
Así que perdí todo un año de escuela por esa materia. Cuando por fin saque mi
certificado de preparatoria saque ficha en el Normal para educadoras, no quede, y
como no quería perder otro año decidí hacer la carrera técnica como Auxiliar de
educadora en una escuela llamada CCA (Centro de Capacitación Avanzada) tuve
excelentes maestras y todo fue genial. Mientras estaba haciendo la carrera técnica
que era solo de 1 año, volví a sacar ficha en la normal, presente examen y quede.
Me acabo de graduar como Auxiliar de educadora el 5 de octubre del 2013, y en 4
años espero graduarme como Lic. En Educación Preescolar.

Decidí estudiar la Lic. En educación preescolar, porque los niños son lo mejor que
tenemos y que tendremos siempre, están llenos de inocencia, de ternura, sin
malicias, son honestos, son espíritus puros, son capaces de sacarte una sonrisa
en tu peor momento, y yo quiero ayudarlos, ayudarlos a formarse, quiero formar
parte de su infancia, quiero ayudarlos a cursar esa parte tan esencial de la vida,
de una manera sana, y exitosa.
Me encanta trabajar con niños, ver como aprenden, como van desarrollando
habilidades.

Sin embargo a sido un camino difícil no voy a negarlo, ya que casi todas las
personas que conozco incluyendo mi propia familia no estaban de acuerdo en que
estudiara esta carrera, hasta la fecha me hacen comentarios como “para jugar no
se estudia” “estudias para cambiar pañales” “de limpiar vomito no vas a vivir” entre
otros. Pero no importa, yo sé que es el camino indicado, ¿Qué cómo lo sé? Bueno
lo sé porque cuando tengo la oportunidad de trabajar a un niño me siento plena,
me siento bien, y quiero sentirme así por el resto de mi vida. Por eso y más
seguiré y seguiré formándome, para ser ese docente, ese guía, que los niños
merecen.

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