Está en la página 1de 1

Fundamentación del nombre del proyecto: Brújula.

Somos seres finitos en permanente transformación. Todo cambio suele traer consigo
momentos de crisis que necesitaremos atravesar para llevar a cabo el logro de nuestro
propio proyecto futuro. Una de dichas crisis vitales, que forma parte de nuestro desarrollo,
es la elección de una profesión. Por lo general decidimos “que vamos a hacer y ser” en la
adolescencia. Durante este período no solo decidimos qué queremos hacer “por el resto
de nuestra vida”, sino que en simultáneo el joven duela además otras perdidas. Por tales
motivos a es a través del nombre “ BRUJULA” que definimos y caracterizamos a nuestro
proyecto de Orientación Vocacional. Elegimos “BRUJULA” porque su misión, el objetivo
de su uso, se asemeja a los propósitos de la Orientación Vocacional. Al decidir sobre
nuestro futuro, nuestro destino, la Orientación Vocacional resulta ser un instrumento
valiosísimo, opera en el sujeto como una brújula que sitúa, que precisa, que le muestra a
uno su propio reflejo para reconocerse, y posibilita destinos, señala caminos, indica
rumbos. “La persona no es sino lo que busca ser” en palabras de Bohoslavsky. Mediante
la brújula podremos orientarnos para hallar eso que deseamos ser. Creemos en el
aprendizaje continuo, a lo largo de toda la vida, en cómo cada experiencia vivida nos va
modelando. La brújula permite también ir sobre la marcha re-orientándonos, ir trazando
nuevos rumbos. Sabemos que “para siempre” tal vez no sea toda la vida, somos materia
viva transformándose minuto a minuto, y la Orientación vocacional, nuestra brújula, podrá
ser a quien recurramos para volver a re-descubrirnos, para volver a elegir en
concordancia a lo que somos. Porque siempre que quiera uno orientarse deberá saber al
menos hacia dónde se dirige.

También podría gustarte