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BARCAROLA DE ESPUMA

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Miré silenciosamente la puerta de piedra teñida de azul.


Era el punto final de la escalera en espiral que conectaba al cuarto piso de
Aincrad hacia la recámara del jefe del tercer piso. Al pasar esta puerta estaba el
territorio virgen del cuarto piso. Como un jugador de la línea delantera entre la
población del juego, ser el primero en aventurarse a unas tierras nuevas, intactas
se suponía que era una de mis más grandes diversiones.
Pero solo a tres pasos de mi aterrizaje final, me detuve en seco. Luego de un par
de docenas de segundos, mi compañera la esgrimista de cabello marrón ya estaba
cansada de esperar en el siguiente escalón.
— ¿Cuánto tiempo vas a quedarte de pie allí? Has pasado mucho tiempo
examinando el relieve tallado en la puerta. ¿O es que tienes miedo porque se trata
del cuarto piso?
Justo antes de que esa pregunta atravesara mi oído de derecha a izquierda, mi
cerebro lo captó, y me volví para mirarla.
— ¿A qué te refieres con, porque es el cuarto piso?
La esgrimista bajó la mirada hacia mí con algo de irritación y algo de malicia en
sus ojos.
— Ya sabes cómo son algunas personas. Ellos no quieren una habitación el
décimo tercer piso del hotel o el cuarto porque se le asocia con la muerte. ¿Eres
uno de ellos?
Finalmente entendí lo que estaba diciendo y rápidamente sacudí mi cabeza: —
D-de ninguna manera. Mira este atuendo completamente negro. ¿Realmente usara
este color si creyese en supersticiones o estupideces como esa?
— Bueno, ¿entonces por qué te quedas ahí?
— Eh, porque… –murmuré, mirando la enorme puerta nuevamente.
La puerta doble de diez pies de alto estaba tallada con relieves detallados. Los
diseños eran diferentes para cada uno de los pisos, y típicamente hacían alguna
referencia al tema o historia del piso al que llevaban. Por ejemplo, había un relieve
de la cabeza de un toro en la puerta antes del segundo piso, el cual comúnmente
se le conocía como «Piso Vaquero». La puerta al «Piso de Elfo y Bosque» describía
dos caballeros luchando debajo de un enorme árbol.
En el centro de la enorme puerta que ahora estaba ante mí, estaba un tallado de
un viajero llevando a remos un pequeño bote que parecía una góndola.
— ¿Sucede algo con esa imagen? ¿No lo viste en la prueba beta? –preguntó, su
irritación se elevó a un 60 por ciento. Sacudí mi cabeza lentamente.
— No… esto no. Vi la puerta, si… pero no este relieve.

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— ¿Huh? ¿Qué quieres decir?


— La imagen es diferente. En la prueba beta, era un viajero avanzando a través
de un cañón desierto. Pero en esta, él está en un bote…
Ella inclinó su cabeza, confundida. Su larga cabellera se sacudió, esparciendo
una luz pálida en la tenue escalera.
— ¿Cómo era el cuarto piso en la prueba beta?
— Um… todo el piso era una red cruzada de cañones que en el fondo estaban
llenos de arena, y no tenías más opción que viajar a través de ellos, solo la arena lo
hacía muy difícil de transitar.
— Hmm… suena apropiado para la imagen del hombre en el cañón desierto.
Entonces, si la figura cambió, significa…
Ella continuaba en la cima de las escaleras y colocó su mano en el relieve de la
góndola en el centro de la puerta, luego la empujó.
Con un thunk pesado, las dos mitades de la masiva puerta de madera
comenzaron a separarse. Ascendí rápidamente por las escaleras para igualarme al
menos con la esgrimista.
Como las puertas siempre se abrían lentamente, la luz brillante de la tarde fluyó,
cegándome con toda su blancura. Entrecerré mis ojos para mejorar la vista, pero
escuché el sonido antes que mi visión regresara.
Sonó como una agitación baja, profunda y un salto entrelazado agudo.
Agua.
Cuando mis ojos finalmente se ajustaron al nivel de la luz, no descubrí los
cañones secos que recordaba, sino un arroyo montañoso feroz, apresurado.
Una mano me tocó el hombro.
— Bueno, eso es –dijo la esgrimista, sonando orgullosa por alguna razón.

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Parte 1
Miércoles, 21 de diciembre de 2022, 1:32 pm.
Luego de unos minutos perdidos por una discusión antes de atravesar la puerta,
yo –Kirito, el espadachín de nivel 16–, y mi compañera temporal, Asuna, la
esgrimista de nivel 15, fuimos los primeros en todo el juego en poner un pie en el
cuarto piso del castillo flotante Aincrad.
Si el cuarto piso del juego en este punto de la prueba beta tuviese un tema, seria
«cañones desiertos». Como se lo expliqué a Asuna, todo el mapa del piso era una
telaraña de cañones estrechos y estrechos que eran imposibles de escalar,
significando que todo el viaje tenía que realizarse a través de esos cañones, los
cuales eran muy lentos y tediosos de cruzar, sin mencionar lo fácil que era perderse
dentro.
Pero lo que vi no podía ser más diferente de lo que recordaba.
El pabellón en el cual terminaba la escalera, estaba en la cima de una colina
empinada. El terreno en sí parecía el mismo que había estado antes, pero la tierra
marrón-rojiza, llena de grava ahora estaba cubierta por una vegetación exuberante.
Miré en todas direcciones alrededor del pabellón sin muros y noté un único árbol
creciendo detrás de nosotros sin monstruos o NPCs en mi campo visual.
La colina, de aproximadamente 90 pies de alto, estaba rodeada de acantilados
que se mostraban sobre el área cercana, y dos caminos delgados señalando hacia
el sureste y suroeste separaban los cañones. El agua corría vigorosamente desde
el cañón suroeste y circulaba alrededor de la colina hasta que eventualmente se iba
por el cañón sureste. En otras palabras, lo que una vez había sido una colina sencilla,
ahora efectivamente era una isla.
Ya estábamos dolorosamente conscientes que la versión comercial de SWORD
ART ONLINE, cuyo creador, Akihiko Kayaba había convertido en una trampa sin
escape, mortal, era diferente de la prueba veta en muchas maneras. Pero la
apariencia del terreno no cambió de forma tan dramática a la de antes, para nada.
Ya no era el piso del cañón desierto.
De hecho, los cañones solo eran los medios de salir de esa área durante la
prueba beta. Si ellos estaban llenos de aguas blancas, de avance rápido, eso
significaba…
— ¿Entonces cuánto tiempo piensas seguir de pie allí? –Asuna preguntó,
golpeándome con el codo. Me recuperé del efecto de shock mental y me disculpé
con mi compañera.
— Eh… es mi error. Estaba soñando despierto.

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— No estaba pidiendo una disculpa, sino que hay mucha gente que espera que
nosotros lleguemos a la ciudad principal y activemos el tele-transportador.
— Oh, cierto. Bueno… primero, debemos informarle a Argo que derrotamos al
jefe.
«Nerius the Evil Treant», el jefe con forma de árbol del tercer piso, había sido
acabado sin ninguna baja hacia solo veinte minutos, pero no existía forma de enviar
un mensaje instantáneo desde el interior de la mazmorra, por lo que nadie además
de los miembros de la raid sabía que el jefe estaba muerto. Como nosotros fuimos
los primeros en llegar al siguiente piso y salir de la mazmorra, necesitábamos
informarle a Argo la Rata, la agente proveedora de información del juego, que el jefe
estaba muerto, y así el resto de la población podría ser informada.
Levanté mi mano para abrir mi ventana de juego, pero Asuna lo captó:
— Ya le comuniqué mientras estabas en la-la landia.
— Ah, g-gracias. Muy considerado de tu parte…
— Ahora vayamos a la ciudad principal. Ya sea que haya agua en los cañones o
no, la ruta sigue siendo la misma de antes, ¿no?
— Um, bueno… eso creo…
— ¡Entonces dirige el camino!
Ella me palmeó la espalda, y no tuve más opción que proceder.
Dejamos el pabellón de piedra y nos dirigimos hacia la húmeda, mohosa cara sur
de la colina. Me detuve a la orilla del agua y observé como corría.
La corriente en sí era muy clara, lo que significaba que podía ver todo el camino
hacia la arena blanca en el fondo del canal, pero era bastante profunda. A cálculo
de ojo, juzgué que sería al menos de seis pies, si no más. No había forma de que
nosotros cruzásemos.
Asuna se detuvo junto a mí y también miró al rio, luego pareció comprender mi
consternación, al menos.
— Espera… ¿por qué es tan profundo? Así no podremos cruzar al otro lado.
— Es cierto… de hecho, no creo que exista un otro lado.
— ¿…que quieres decir?
— Lo que acabo de decir. En la prueba beta, esos cañones eran el único medio
para llegar a los pueblos y mazmorras del piso. Apuesto que todos los ríos en este
punto son profundos –todo el piso–.
La esgrimista frunció el ceño profundamente.

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— Significa… ¿Qué ahora no hay camino?


— Exacto.
Cuando comprendí este hecho en la cima de la colina, me tomó unos buenos tres
minutos pensar en el reto delante de nosotros, pero Asuna solo necesitó cinco
segundos poner su cabeza en marcha de nuevo. Ella miró alrededor.
— ¿Qué es eso que está en la cima de esos acantilados?
Seguí su mirada hasta los muros escarpados que rodeaban la colina circular. La
brillante roca húmeda procedía verticalmente hacia arriba por al menos noventa pies,
la cima del escarpado estaba cubierto de niebla blanca.
— No lo sé. En la prueba beta nadie fue capaz de escalarlos.
— ¿Entonces básicamente eso es una barrera diseñada por el sistema?
— No explícitamente, pero la roca era tan frágil – todos caían a mitad del camino,
incluyéndome. Y una vez que caías desde arriba en el punto central, prácticamente
cada aterrizaje era fatal.
—…eso suena demasiado peligroso para probarlo, incluso si ahora el aterrizaje
es en el agua –Asuna murmuró. Yo asentí silenciosamente. Nadie iba a arriesgar
sus vidas por un intenta y falla al escalar esos acantilados.
A continuación, ella bajó nuevamente la mirada hacia el agua.
— Entonces supongo que nuestra única opción es nadar en el rio.
No pude estar de acuerdo inmediatamente. Miré su equipamiento de capa con
capucha de color rojo oscuro sobre su coraza y falda de cuero.
— Um… Asuna, ¿ya has nadado aquí en SAO?
Ella cubrió su cuerpo con su mano izquierda y por alguna extraña razón ella
sacudió su cabeza:
— N-no.
— Ya veo. Entonces déjame explicar que la forma en la que usas tu cuerpo para
nadar en SAO es completamente diferente de la vida real. Toma mucha práctica el
ser capaz de nadar apropiadamente, e incluso la práctica no previene el peligro de
ahogarse.
— ¿Qué pasa… si te ahogas? –preguntó, su rostro se tensó. Mi respuesta fue
simple.
— Cuando tu cuerpo es sumergido en el agua hasta cubrir tu cabeza, tu HP
comienza a caer. Por lo que si no emerges a la superficie del agua, mueres.

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Incluso después de eso, Asuna no hizo más que morderse el labio. Ella miró el
agua azul nuevamente, y reunió su coraje.
— ¿De cuanta practica estamos hablando?
— Bueno… depende de la persona, pero eso a mí me tomó aproximadamente
una hora. Y eso fue superficial, solo tres pies de profundidad. Es demasiado
peligroso practicarlo en un rio corriendo y profundo como este.
— Ya veo… en ese caso, debemos regresar al piso anterior y encontrar un lugar
seguro para practicar, supongo –murmuró, bajando la mirada. Yo aún estaba
buscando la respuesta correcta cuando ella asintió y continuó:
— Hagamos esto, bien. Tú nadas desde aquí hasta el pueblo principal. Yo tomaré
las escaleras de vuelta al tercer piso. Recuerdo el lago perfecto en el lado norte del
piso que puedo usar para practicar. Una vez esté lista, usaré el portal de
teletransporte hacia el cuarto piso. Eso significa que el grupo se romperá por un rato
–ella parloteó, más rápido de la velocidad de siempre, y elevó su mano hacia la
pantalla de menú.
Esta vez fue mi turno de agarrarle el brazo.
Sus ojos color avellana me miraron fijamente. La reflexión de la luz sobre la
superficie del rio danzó contra sus pupilas, ocultando la emoción dentro de ellas.
Incluso un completo idiota como yo, cuando llegaba a la comunicación personal,
podía ver que Asuna se negaría a ofrecerse volver juntos y ayudarle con su práctica.
La esgrimista orgullosa se negaría a aceptar la idea de tener el retraso de la apertura
del portal de teletransporte por su culpa. Probablemente sería inútil apuntar que si
no lo hacíamos, Lind o Kibaou lo activarían, o que él automáticamente se
encendería luego que pasaran dos horas de haber derrotado al jefe del tercer piso.
En lugar de eso, finalmente convertí en palabras los sentimientos de
equivocación que estaba enfrentado desde que vi el cambio dramático del cuarto
piso
— Ummm… no creo que me guste eso.
— ¿…que cosa? –ella preguntó tranquilamente. Yo desvié la mirada hacia el rio
que fluía.
— Como lo dije antes, nadar en SAO es bastante peligroso. Y ahora que morir
es permanente, es insano imaginar que ellos simplemente nos lanzan a un mapa
que requiere nadar para avanzar. Debimos haber olvidado algo. Quizá exista otro
camino, sino algún tipo de protección, un método de respaldo en algún lugar de esta
isla….
Para el final yo estaba hablándome a mí mismo que a alguien. Levanté la vista
hacia la isla detrás de nosotros. La colina circular, de unos noventa pies de ancho,

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no tenía monstruos o NPCs en ella. Los únicos objetos de interés alguno eran el
pabellón que albergaba las escaleras y el árbol de hoja muerta al norte y más allá
de él…
— ¿…hmm?
Mis ojos se dispararon unos seis pies hacia la dirección anterior. Entrecerré los
ojos y miré al lugar que me llamó la atención.
— ¿Qué pasa? –Asuna preguntó, parecía curiosa. Di un paso en la colina, luego
otro, aun sujetando su mano. Tan pronto como estuve seguro de lo que vi, comencé
a correr a toda velocidad.
— ¡Who-dado…!
La arrastré directamente hacia el lado de la colina, mientras ella exclamaba lo
que se suponía que sería «¡WHOA, CUIDADO!». Rodeé el pabellón y me detuve en
la raíz de un enorme árbol, levantando la vista hacia las ramas más altas.
— ¿Ves eso?
Removí mi agarré de su mano para apuntar hacia arriba. Ella deliberadamente
se tomó su tiempo para enderezar su falda antes de cumplir mi solicitud, y su
expresión de cascarrabias aumentó en un 20 por ciento.
— Oh, son frutas. ¡Y se ven hermosas!
Como ella lo notó, cerca de la cima del árbol de hoja ancha colgaba un número
de pequeñas frutas de diversos colores. Lo más llamativo de todo era su forma, la
cual era circular con un agujero en el medio – esencialmente, roquillas. Incluso en
la prueba beta, nunca había visto una fruta con una forma como esa.
Pero la sonrisa pálida en los labios de Asuna desapareció tan rápido como se
formó.
— Parecen deliciosas… pero no es el momento de disfrutar un bocadillo. El grupo
de Lind terminará pronto de dividirse los objetos. Si necesitamos practicar nuestra
natación para llegar a la ciudad principal, debemos ir y hacérselos saber antes de
que vengan hasta aquí…
— Tratemos de bajar algunas frutas primero –dije, extendiendo ambas manos
para agarrar una rama que estaba a un pie y medio aproximadamente. Bajé mi
cintura y tensé mis piernas, usando toda mi fuerza en un intento para sacudir la
rama. El árbol no se movió ni una pulgada, y no es necesario decir que, ninguna
fruta cayó.
La corteza del árbol era suave y lisa, y sin la habilidad Acrobacias, no había forma
que yo pudiese escalarla. Pensé en lanzar una piedrecilla, pero sin la habilidad
Lanzar Cuchillos, no sería capaz de golpear.

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— ¡Argh, si solo tuviese tres… no, cinco ranuras de habilidades más!


Ese era un deseo que cada jugador de SAO sentía. Azoté la rama con mi puño
cerrado, frustrado. De alguna manera, la técnica básica de artes marciales Flash
Blow1 se activó, y mi puño brilló rojo mientras chocaba con la rama. La onda de
conmoción resultante hizo que el árbol masivo traqueteara.
—…ah.
Asuna murmuró y dos de las brutas con forma de rosquillas cayeron sin sonido
alguno. Agarré una con cada mano y sonreí confiadamente, tratando de ocultar el
hecho de que fue más que una coincidencia afortunada.
Ella suspiró exasperadamente y se encogió de hombros.
— De acuerdo, bien, salió todo bien, pero ¿qué si hubieses roto el árbol a la
mitad? Técnicamente aun somos parte del equipo Élfico Oscuro, por lo que tenemos
que respetar la naturaleza.
— Cierto. Lo siento…
Pensé en la caballero Élfica Oscura Kizmel, quien estaba en algún lugar en este
piso. ¿Estaba atrapada al igual que nosotros ahora que los cañones eran ríos? O
¿estaba usando su magia élfica para caminar en la superficie del agua?
Asuna estuvo quieta por un tiempo al igual que yo, pensando en Kizmel, pero ella
recuperó los sentidos mucho más rápido.
— Entonces ¿cuál es el plan con la fruta-rosquilla? Si la vamos a comer, prefiero
la amarilla.
Una de las frutas en mis manos era de un azul cobalto brillante, mientras que la
otra era de un pálido amarillo limón. La azul no despertó mi apetito en lo más mínimo,
pero afortunadamente, comerlas no era el plan.
— No creo que estas tengan la forma de rosquillas.
—…entonces, ¿qué se supone que parecen?
En lugar de responderle, me llevé la azul a la boca. Asuna puso una cara como
sabía que te la comerías, pero le lancé una mirada de advertencia y apreté vástago,
una pequeña protuberancia de media pulgada de largo, en mi boca.
Tomé un profundo respiro mediante mi nariz, y lo empujé en el vástago. Al
principio hubo una poderosa resistencia, pero luego, como si una válvula fuese
abierta, el aire fluyó en la fruta.
¡Bomp! La fruta azul instantáneamente estalló en un tamaño mucho mayor.

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Golpe de Destello

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La fruta de tres pulgadas de ancho de repente terminó midiendo tres pies. Ya no


era una rosquilla.
— ¿Q-quieres decir… que esto es… aro salvavidas? –Asuna se sorprendió.
Sonreí y le entregué la fruta amarilla.
— Inténtalo, Asuna.
— Um… de acuerdo –respondió, y apretó el vástago en sus labios torcidos. Tomó
una bocanada de aire profundo y arqueado y cerró sus ojos para soplar.
Hubo otro pop agudo, y el aro salvavidas apareció. Su sorpresa por lo ligero que
era para su tamaño hizo que ella lo elevara, y corriera alrededor, golpeándolo en el
aire como una pelota de vóley antes de que pudiese agarrarlo con fuerza con ambas
manos.
— Increíble… no sé qué está pasando aquí –suspiró.
— No lo sabes –respondí por instinto antes de poder detenerme. Una buena
mirada debajo del punto congelante perforó el espacio entre mis cejas.
— Tu fuiste el único que dijo que no eran roquillas –observó–. Si quieres quedarte
por ahí contando chistes, siéntete libre de ir y hacer algún stand-up en la plaza
donde está el portal de teletransporte.
— Espera… ¿estás diciendo que serás mi compañera de comedia?
— ¡¡Claro que no!! ¡¿Por qué no haces equipo con Kibaou?!
Por un instante, me imaginé en el escenario con Kibaou, quien me cortaba con
un feroz «¡¿Qué quieres decir?!», Rápidamente sacudí mi cabeza para aclarar el
pensamiento.
— Eh… no, gracias.
Abrí mi menú para verificar la hora. Ya habían pasado quince minutos desde que
llegamos al cuarto piso, treinta y cinco desde que el jefe fue asesinado.
Tras producir un pergamino en blanco, comencé a escribir un mensaje rápido.
Dentro, mencioné usar una habilidad de tipo impacto para hacer caer la fruta y la
forma de inflarla. Un toque rápido al pergamino hizo que se enrollara
automáticamente, y lo coloqué en el suelo junto al pabellón.
Lo dejé en el suelo así como así, su durabilidad eventualmente disminuiría y
terminaría haciendo que el objeto se desvanezca, pero al menos duraría hasta que
Lind y Kibaou se abriesen paso por las escaleras.
— Bueno, ahora que tenemos aros flotadores, eso cambia nuestro plan de acción,
¿no? –observé. Asuna bajó la vista vacilantemente ante el tubo enorme en sus
manos.

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— ¿…quieres decir que incluso un principiante puede nadar con uno de esos?
— Lo intentaré primero, claro, pero estoy completamente seguro que estaremos
bien. Mientras tu cabeza no se sumerja, no perderás tu HP mientras nadas. Iremos
hasta la ciudad principal yendo a través del cañón solo hasta el sur y luego al este.
Lo único es…
— ¿…es qué?
— Que probablemente debamos remover nuestro equipamiento pesado, solo por
si acaso.
— ¿De cuánto peso estamos hablando?
La miré de la cabeza hasta los pies varias veces, haciendo cálculos rápidos sobre
peso antes de responder.
— Veamos… probablemente debas quitarte la capa encapuchada. El estoque y
la coraza también, obviamente, incluyen las botas y guantes. Probablemente el
chaleco, también… y la falda de cuero es más pesada de lo que piensas. En cuanto
a la túnica, bueno…
— ¡…si me quito todo, no llevaré puesto ningún equipamiento!
Asuna lanzó el aro flotador contra mi rostro. Rebotó hacia arriba con un poing
inestable y aterrizó justo en mi cuello.
— ¡Asumo que vas a seguir tu propio consejo y quitarte tu cosa negra, la otra
cosa negra, y la otra cosa negra a un lado de esa!
— Um… solo estaba pensando en lo que haría más seguro y te permitiese
nadar…
De hecho, la ropa de tela y cuero eran tan malas como metal – ellas entraban al
agua y añadían la penalidad de peso. Incluso con nuestros aros flotadores como
armas secretas, era demasiado arriesgado no ser capaz de movernos
adecuadamente en el sitio. Una piscina o lago era una cosa, pero la corriente de un
rio, podríamos perder nuestro punto de desembarco y se arrastrados río abajo.
Ya fuese que mi preocupación honesta haya sido recibida por ella o no, Asuna
se enfrió de la ira, y estiró su mano derecha. Le lancé nuevamente el aro amarillo
por lo que el agujero entró en su mano estirada, haciendo que el aro girara y girara
en su brazo.
— Bien… necesitamos ir ligeros. Lo tengo. Entonces… ¿al menos estoy bien con
la túnica?
— ¿Huh? Eh, sí, creo que debería funcionar –asentí.
Ella me lanzó una última mirada: — Bueno, hagámoslo.

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Asuna descendió de la colina. Me apresuré para alcanzarle, y en cuestión de


momentos, ya estábamos de vuelta en la orilla del rio, hacia el sur.
Asuna se detuvo y se volvió por una última vez hacia el pabellón en la cima de la
colina – probablemente para verificar que nadie hacia salido – luego abrió su
ventana. Se sobresaltó de inmediato, volviéndose para que yo no pudiese ver.
Primero desapareció el estoque, luego la capa, la armadura y el chaleco.
Cuando la falda de cuero se desvaneció en su inventario, solo quedó la túnica
blanca. Colgaba hasta abajo adelante y atrás, ocultando su ropa interior, pero algo
sobre esa mirada simplemente pareció añadirlo a su glamour destructivo…
Perdido en los pensamientos, sentí que Asuna estaba por volverse, por lo que
rápidamente giré noventa grados y golpeé el botón de REMOVER EQUIPAMIENTO
dos veces. Todo mi equipo, incluyendo mi espada, se fue a mi inventario,
dejándome con un único set de bañador.
Estaba tan nervioso de estar con un atuendo tan revelador frente a una chica
muy hermosa de aproximadamente mi misma edad, pero los boxers rojo oscuro casi
parecían un conjunto corto de bañadores. Me dije a mi mismo que cualquier cosa
que sentía estaba solo en mi propia cabeza y que este ni siquiera era mi propio
cuerpo.
Cuando cerré la ventana, escuché un misterioso pflrt. Girando mi cabeza
cuidadosamente sobre mi hombro, vi a Asuna con su mano sobre su boca, sus ojos
moviéndose de arriba abajo y girando. Parecía como un gesto muy extraño de hacer.
— ¡¡Pff… pje-je… Kyaja-ja-ja-ja-ja-ja-ja!!
La hermosa, cínica y misteriosa esgrimista estalló en carcajadas incontrolables.
Automáticamente cubrí mi traje de baño con el flotador.
— ¡N-no tienes que reírte tan fuerte! Además, ya dijiste que esperabas que me
quitaría todo –argumenté, herido. Asuna se encorvó doble, sujetando sus lados.
— Ja-ja-ja-ja… q-quiero decir… en serio, eso no es justo, ¡ja-ja-ja-ja!
— ¿N-no es justo? Mira… sé que es un color brillante, pero…
— N-no, no estoy hablando del color… pff-hff-hff… ¿Realmente no sabes lo que
significa? ¡En serio deberías echarle un vistazo a tu trasero!
— ¿Qu-qué?
Giré rápidamente para verificar la parte posterior de mis boxers, pero incluso al
límite de la flexibilidad de la espalda de mi avatar, no pude ver mi propio trasero.
Atraído por una idea repentina, corrí hacia la orilla y reflejé mi trasero, esperando
captar la visión reflejada a través de mis piernas.
— ¡¿Pe… pero que dem…?! –aullé.

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La parte trasera de mi bañador rojo carmesí tenia impreso un gran símbolo de


toro dorado brillante.
Me helé por la sorpresa, aun en esa pose embarazosa, mientras Asuna
finalmente controló su carcajada hacia una simple risita.
— ¿Y dónde conseguiste ese traje de baño? No recuerdo haber visto ni siquiera
un par con un patrón tan bueno en las tiendas de NPC. ¿O es un diseño que tú
personalizaste?
—…ni lo compré ni lo diseñé –grazné, recuperando mi posición tras el terrible
shock– este fue el bono del Last Attack del jefe del segundo piso… en realidad, el
sub-jefe, el General Baran. Solo asumí que era un diseño plano. Nunca se me
ocurrió que podría haber un diseño en el culo.
— Entonces si era un bono, ¿eso significa que tiene algún efecto especial?
— Sip. Tiene una buena mejora de fuerza y un poco de resistencia a las
desventajas, tales como enfermedad y maldiciones…
— Ahh. Sabes, es lamentablemente aburrido que te ganaras completamente el
bono de LA, pero me alegra no tener que usar ese traje de baño. No quiero tener
que elegir entre usar unos boxers masculinos con una estúpida vaca impresa en
ellos para el efecto del bono o no.
— Nunca lo sabes – incluso si cae para ti, podrías haber recibido un traje baño
apropiado para damas. Aun con el diseño de la vaca, sin embargo, lo apuesto –
mientras inevitablemente comenzaba a imaginar a la esgrimista usando pantis de
vaca, ella giró y me lanzó el flotador nuevamente. Sacudí mi cabeza y sacudí mi
nariz, y ella pausó a medio camino.

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Reki Kawahara 20
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Suspiré para aclarar mi cabeza de ese sin sentido, y me arrodillé para colocar mi
mano en el río. El agua estaba extremadamente fría, pero solo tenía que aguantar
y encargarme de ello.
Asuna probó el agua por su cuenta y murmuró: — ¿No dijiste que los pisos de
Aincrad estaban sincronizados a la temporada exterior actual?
— Eso es lo que se dijo en una revista. Pero ese artículo fue obviamente antes
de que nos tomara a todos como prisioneros, por lo que no tengo ni idea de la
temporada que hay en estos momentos en el exterior.
— Bueno, al menos este piso no parece estar atrapado a mitad del invierno.
Estaba pensando que era aburrido que no hubiese más sensaciones de temporadas
aquí, pero ahora me alegro de ello. Entonces, ¿lo intentamos?
Asuna se colocó el flotador amarillo limón, y yo ajusté el azul cobalto en mi propia
cabeza. Fijándolo firmemente en su lugar con ambas manos, le dije a ella: — Espera
un momento mientras lo pruebo –metí mi pierna derecha en el agua. Una vez que
estaba seguro que la corriente en la isla no era tan fuerte, introduje mi cuerpo.
Como sospechaba, la fruta-rosquilla inflada era flotaba bastante, y fácilmente
mantenía mi cuerpo en la superficie del agua. Tampoco tomaba mucha presión de
mis piernas para ajustar mi posición a la corriente.
— Creo que estará bien –dije, levantando la mirada y llamándola con gestos para
que entrara. Asuna asintió nerviosamente y con mucho cuidado entró al agua. En lo
que lo hizo, la túnica de tela se volvió un poco transparente y rápidamente desvié la
mirada, pero Asuna no pareció notarlo. Cuando su peso fue soportado por el flotador,
ella también sonrió.
— Wow, ¡me sostiene!
— H-habría sido mucho mejor nadar en la playa.
— Quien sabe, quizá exista un océano aquí. Si lo hay, me haré un traje de baño.
— Cierto, aun trabajas en tu habilidad de Costura. ¿Me harías uno sin el diseño
del toro? Eh… ¿tan pronto como lleguemos al pueblo? –añadí, comprendiendo que
podríamos ser forzados a usar este flotador para viajar un buen rato.
Ella sonrió maliciosamente: — Seguro. Incluso te daré la oportunidad de escoger
entre los diseños de oso, gato y rana.
—…lo… pensaré. ¿Lista para irnos?
— Sip.
Ambos giramos para unirnos al flujo.

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El área circular que rodeaba los acantilados tenía dos salida. Una de ellas era la
fuente del poderoso flujo del agua, por lo que nuestro inevitable destino era el otro
extremo. Comencé a patalear, manteniendo un agarre firme en el flotador – arma
secreta.
Luego de diez pies, Asuna me llamó desde atrás.
— Um… algo se siente extraño.
— La presión del agua y su textura se sienten distintas, ¿no es así? Eso es por
qué tienes que practicar antes de nadar sin un dispositivo de flotación. Aun así, se
sientes como si hubiesen hecho un montón de mejoras desde la prueba beta.
— Ya veo… hacerlo requiere práctica, puedo decir…
— Una hora de natación, y te acostumbraras. Aquí está la salida – la corriente se
tornará muy fuerte aquí, así ten cuidado de no ser arrastrada muy lejos.
Tan pronto salieron las palabras de mi boca sentí que Asuna pasó su mano por
mi torso y el flotador.
— Eso debería mantenerme segura.
Me volví y le pregunté: — ¿Debería hacer lo mismo? –la esgrimista lo pensó por
dos segundos y luego hizo una expresión que decía que era una ocasión especial.
— Bueno, aquí vamos…
Coloqué mi mano izquierda en el flotador de Asuna y tiré de él para acercarlo.
A menos que algo realmente drástico sucediera, no había forma de que nos
separáramos.
Entramos al cañón de diez pies de ancho, anclado firmemente. Las curvas hacían
imposible ver lo que había adelante, pero por mi experiencia beta supe que pronto
nos dirigiríamos a un enorme cañón, uno de los caminos principales del piso.
A medida que avanzamos con fuerza, la suficiente, una superficie mucho más
amplia apareció delante. Era un gran rio que fluía de oeste a este. Los acantilados
a los lados eran los mismos, pero había una sensación de liberación mientras la
cantidad de agua aumentaba por encima de treinta pies. La velocidad del flujo
tampoco era tan rápida como temía.
Una vez que salimos al centro del rio, dejamos de patear y dejamos que el agua
no empujara.
—…el paisaje es realmente idéntico al de la prueba beta. Incluso recuerdo esa
roca de allí –murmuré para mí mismo. Asuna miró alrededor. Con cada movimiento,
sentí una sensación placentera en mi mano izquierda, pro el muro de hierro que era
mi auto-control calló mis pensamientos.

Reki Kawahara 22
BARCAROLA DE ESPUMA

— Hmmm… me pregunto por qué los viejos cañones polvorientos están llenos
de agua ahora.
— Bueno, si tuviese que imaginar las cosas de las que no tengo forma de saber,
quizá su proceso de simulación de agua no era lo suficientemente bueno durante la
prueba beta. Si ellos fueron capaces de obtenerlo a un nivel satisfactorio luego de
tres meses, podrían haber decidido cambiarlo a ríos, supongo…
— Eso tiene sentido, pero es una respuesta aburrida.
— L-lo siento.
Asuna se encogió de hombros, cubiertos por la tela blanca de su túnica. La forma
para que su piel fuese visible a través del material húmedo tampoco estaba en la
prueba beta. Esperaba que yo no estuviese viendo el toque personal de Akihiko
Kayaba, el director loco de SAO que atrapó a diez mil de nosotros en su juego mortal.
Ella echó otro vistazo alrededor del área y supuso: — Si todos los cañones ahora
están llenos de ríos, ¿no debería haber otras cosas que hayan cambiado aparte del
escenario?
— ¿A qué te refieres?
— Cosas como que los NPCs de misiones digan o los materiales que puedas
reunir… oh, y los tipos de monstruos que enfrentes.
Ella se detuvo repentinamente, en silencio. Entendí el por qué. Si justo ahora
tuviésemos un encuentro con un monstruo, nos encontraríamos sin ningún
equipamiento de batalla puesto. Rápidamente sacudí mi cabeza para calmarla.
— No, estamos bien. En la prueba beta, apenas había alguno que otro monstruo
a lo largo de la ruta desde las escaleras hasta la ciudad del siguiente piso…
— ¿En serio?
— A-además, la tasa de aparición de monstruos en los treinta minutos luego de
la derrota del jefe se reduce drásticamente…
— ¿Drásticamente? –repitió, parecía escéptica–. Bueno, ciertamente ha sido
como mínimo treinta minutos.
— Oh, b-buen punto. Pero si ni siquiera hemos visto un mísero pez, mucho
menos algún monstruo. Supongo que podría significar que uno realmente grande
pudo habérselos engullido todos –añadí, tratando de bromear. De repente, escuché
un kerplunk irregular. Asuna lo escuchó, también, luego nos volvimos
simultáneamente.
Cerca de unas diez yardas detrás de nosotros, algo habia emergido del agua.

Reki Kawahara 23
BARCAROLA DE ESPUMA

Era una aleta plana, triangular y brillante. Al menos un pie de esa cosa estaba
fuera de la superficie del agua. El color del cursor que apareció era rojo brillante,
indicando que era un enemigo, como si ya no fuese lo bastante obvio. Escuché un
sonido de fondo de una antigua película familiar que retumbaba ominosamente
dentro de mi cabeza.
— Eh, ¿soy solo yo, o eso es…? –Asuna gimió. No esperé la respuesta – giré mi
cuerpo hacia un lado y tensé mis piernas para una patada a toda potencia.
— Apresurémonos –sugerí. Por primera vez, ella no lo discutió.
— De acuerdo.
— A la cuenta de tres…
Miré hacia atrás brevemente para verificar que la aleta amenazadora no estaba
acercándose todavía, luego respiré profundamente.
— ¡…dos, tres!
Con un rugido silencioso haciendo eco en mi cabeza, pateé tan duro como pude.
Un salpicado enorme surgió detrás de nosotros, y comenzamos a correr rio abajo,
lo suficientemente duro que el flotador estaba a punto de quedar inclinado en vertical.
Si mi memoria no fallaba, la senda –eh, afluente– que llevaba hacia la ciudad
principal estaba a unas cien yardas, más o menos. El cañón giró a la derecha, luego
de vuelta a la izquierda, y vi una abertura en el acantilado vertical frente a la derecha,
tal como lo esperaba.
— ¡Asuna, allí!
— ¡Lo tengo!
Doblé mi velocidad de pateo para el golpe final y volví a mirar atrás.
Afortunadamente la terrorífica aleta ya no estaba en…
— ¡Eeeep! –aullé. La aleta gris que dividía la superficie del agua estaba a
escasos doce pies de distancia. Si el cuerpo de nuestro perseguidor subacuático
encajaba al tamaño de la aleta, sus hileras de dientes podrían encontrarse ahora
justo bajo mis pies.
Si agarraba los dedos de mis pies, tendría que usar mi mod Cambio Rápido para
equipar mi espada y luchar en el agua. Mientras tanto, haría que mis pies trabajaran
al 120 por ciento de su capacidad.
— ¡O-oye, ¿qué está pasando detrás de nosotros?! –graznó Asuna, demasiado
exhausta como para volverse y mirar.
— ¡N-no pienses en eso! ¡Solo nada tan rápido como puedas!
— ¡Bien!

Reki Kawahara 24
BARCAROLA DE ESPUMA

Mantuvimos nuestros agarres en los flotadores de cada uno y chapoteamos


alocadamente con nuestras manos libres. La entrada allá adelante se acercaba,
pero podía sentir que la aleta detrás de nosotros se acercaba a gran velocidad.
— ¡P-prepárate para una bien difícil!
— ¡Bien!
Apreté mis dientes y salté hacia la derecha. El momento en que mi velocidad
disminuyó con el giro, pensé que sentí algo que tocaba mi pie, pero nuestra única
elección en ese punto era correr hasta la meta. Puse toda mi fe en el efecto de
incremento de fuerza de mis boxers trasero de toro mientras me estiraba hacia el
afluente de cinco yardas de ancho.
El sendero terminaba en una pequeña costa a solo veinticinco yardas adelante.
En la prueba beta, se trataba de otra colina, en la cima de la que se encontraba la
entrada de la ciudad principal. Si solo pudiese ir a esa arena blanca, habríamos
ganado este pequeño juego de
— ¡¡Raahhh!!
Rugiendo con lo que sería el séptimo grito más feroz que pude haber hecho en
el último mes y medio, corrí –eh, nadé– toda la distancia restante. El momento en
el que mis pies tocaron la arena al fondo del rio, me erguí y comencé a correr, tirando
de la mano a Asuna.
Aunque el suelo bajo mis pies iba del borde empapado de agua hasta la seca y
blanca arena, seguí avanzando una docena de pasos antes de finalmente volverme
a mirar.
La aleta dorsal que nos había estado persiguiendo seguía levantándose en alto
en el agua. Nuestro enemigo sospechoso pensó que podía retarnos en una batalla
terrestre. Ya estaba listo para obligarme y estar a punto de golpear el icono de
acceso directo de CAMBIO RAPIDO en mi menú, cuando…
— ¿…hwuh? –Asuna murmuró torpemente mientras se balanceaba del flotador
que yo aún apretaba con mi mano izquierda.
No hubo sorpresa. Debajo de la espléndida aleta de un pie de longitud estaba
una criatura parecida a un renacuajo de ojos sobresaliente de solo unas cuantas
pulgadas de ancho y quizá de un pie y medio de largo.
Aterrizó en la arena húmeda y saltó alrededor. Aparentemente su aleta dorsal era
tan larga y pesada que sus pequeñas extremidades no podían equilibrarse
apropiadamente.
Pero una enorme ola llegó y se tragó al renacuajo, llevándolo de vuelta al agua.
Pronto, la aleta salió nuevamente del rio y se deslizó hacia la corriente principal.

Reki Kawahara 25
BARCAROLA DE ESPUMA

— ¿…que demonios era eso…?


Me arrodillé en la arena con la decepción de todo. El flotador bajo mi brazo
izquierdo se aflojó y cayó, dejando que el rostro de Asuna tocara primero la arena.
Ella eventualmente se levantó y se sentó en la arena, aparentemente demasiado
exhausta como para enojarse esta vez conmigo. La arena se pegó a su piel húmeda,
hebras de cabello cubrieron su frente y mejillas, con la túnica empapada pegada
fuertemente a su torso para completar la imagen perfecta de una modelo en una
sesión de fotos en el océano. Lo único que estaba fuera de lugar era su mirada
vacía, la cual seguía la aleta triangular.
—…lo acabo de decidir. La próxima vez que veamos a ese monstruo. Voy a
matarlo, cocinarlo y hacer que te lo comas –dijo, su declaración fue hecha con una
voz suave.
— ¿Por qué no… te lo comes tú? –pregunté.
— Parece asqueroso.
— También probablemente venenoso.
Bueno, mientras lo cocines, lo engulliré alegremente. Quizá sabrá a sopa de aleta
de tiburón –pensé magnánimamente, levantándome. Extendí una mano a Asuna.
— Coloquémonos nuestro equipo de nuevo y vayamos al pueblo. No creo que
pesques un resfriado sentada allí, pero no nos hace bien –observé. De repente, se
congeló, aun sujetando mi mano. Su rostro, el cual estaba apuntando a su atuendo,
se ruborizó notablemente. Comencé a retroceder, atacado por una premonición
amenazadora muy parecida a la que tuve cuando vi por primera vez esa aleta dorsal.
Pero su mano atacó, tan rápido como un rayo, y agarró mi mano izquierda. Tiró
de ella hasta incorporarse, y con una precisión quirúrgica bastante familiar lo
suficientemente ligera como para no causar daño, dirigió su rodilla hacia mi
estómago al estilo Muay Thai.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Parte 2
— ¿Entonces qué tipo de lugar es el pueblo principal de este piso?
Asuna se dirigió al sur de la colina blanca, las suelas de sus botas de cuero
rechinaban contra la arena. Ella tenía de nuevo su atuendo usual de la capa con
capucha y su falda de cuero.
— Ummm….
Intenté recordar la imagen del pueblo. Yo tenía nuevamente mi abrigo negro de
siempre.
— ¿Sabes qué? Olvídalo. En unos minutos estaremos allí, y lo podré ver por mi
cuenta.
— Es una buena idea. Es una de las cosas divertidas de los MMORPG –añadí,
pero la visión del pueblo hecho de piedra ya flotaba nuevamente de mi memoria a
mi mente.
En todo caso, no era un pueblo particularmente memorable. Comparado a la
ciudad tallada en montaña del segundo piso o los monstruosos baobabs en el
tercero, esta era estructuralmente plana. Si hubiese alguna característica extraña
que mencionar, era que, por alguna razón, la entrada de cada casa se encontraba
en el segundo piso. Con el fin de entrar, tenías que usar un set de escaleras de
piedra.
— ¡Oh, allí está la entrada! –gritó Asuna, su voz con un 20 por ciento más de la
emoción de siempre. Un arco de piedra musgoso aparecía a la vista de la cima de
la colina. Bajé la vista a mi ventana, la cual estaba abierta desde que me coloqué
mi equipo. Eran casi las 2 de la tarde.
Unos minutos después de llegar al cuarto piso, un par de minutos en la orilla del
agua, un par de minutos con las rosquillas de árbol – todo eso sumaba unos
cincuenta minutos desde que conquistamos al jefe del tercer piso. Debía haber
muchos jugadores debajo en este mismo momento, esperando que el portal de
teletransporte se abra en el nuevo pueblo. Me sentí mal por haberme tomado tanto
activar el portal, pero ellos lo entenderían cuando viesen la ausencia de un sendero.
Seguí de cerca a la esgrimista que trotaba en ascenso la colina. Cuando ella llegó
al arco a un paso antes de yo hacerlo, Asuna murmuró con emoción.
— Wow…. ¡esto si es hermoso!
¿Hermoso?
Todo lo que yo recordaba era un pueblo grisáceo. Ascendí los últimos pasos,
curioso. El instante en el que pasé a través del arco de adoquín, incontables luces

Reki Kawahara 27
BARCAROLA DE ESPUMA

destellaron en mis ojos. El pueblo aburrido, plano en el agujero cuadrado que


recordaba de la prueba beta, ahora estaba brillando como una joya.
La fuente de la luz era el sol del mediodía iluminando la sólida agua azulada.
Todo lo que antes había sido una calle pavimentada ahora era un canal de agua
profundo. La piedra de los edificios terminó pasando de un gris muerto a un blanco
brillando, lo cual hacia que todo el lugar pareciese una ciudad de tiza flotando en el
medio de un lago cuadrado. En solo su belleza, eclipsaba fácilmente a aquellos en
el segundo y tercer piso. No me sorprende que Asuna haya exclamado con emoción.
—…ya veo… Esto se supone que sea la versión final de todo. Eso explica las
puertas en el segundo piso –murmuré.
Mi compañera me saludó impacientemente: — ¡Vamos, apúrate!
— ¡Ahí voy!
Continuamos a lo largo del camino de piedra, la cual ahora estaba de forma
descendente. En el descenso, un pensamiento vino a mi mente: El tema para el
cuarto piso tenía que ser «canales de agua».
Una vez pasamos por la enorme entrada principal del pueblo, una marca de Lugar
Seguro apareció en mi campo de visión. Adelante estaba un muelle de unos muy
buenos cien pies de largo, lleno con un número de pequeños botes timoneados por
NPCs.
— ¡Oooh, mira las góndolas! ¡Se parece a Venecia! –admiró Asuna. Comencé a
preguntarme si ella había visto a Venecia solo en fotos, o si en realidad había estado
allí, luego me deshice de ello. No me sentía bien imaginándome su vida personal.
La calle terminaba en el muelle, por lo que necesitábamos usar una góndola para
ir a cualquier parte del pueblo. Supuse que teníamos la opción de guardar esos
flotadores en nuestro inventario, pero los ojos de Asuna se encontraban ahora con
forma de góndola, por lo que acepté que mi idea sería negada instantáneamente.
No me parecía exactamente agradable el pensamiento de mostrar mis boxers de
vaca, no, incluso si aún no hubiese otro jugador en el pueblo.
Las góndolas en el muelle venían en abundantes tamaños, desde pequeños
botes para una persona (además del NPC gondolero) hasta enormes cruceros en
lo que podían sentarse diez o más. Un número de placas de cobre enlistaban los
precios, indicando que una góndola de dos personas costaba cincuenta col para un
solo uso. Era bueno saber que el precio sería el mismo sin importar en que pueblo
estuviésemos, pero no me gustaba la idea de pagar cincuenta col cada vez que
quisiéramos visitar un nuevo lugar.
Por el momento, no teníamos ninguna opción mejor.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— ¿Será esta? –pregunté, apuntando a una blanca marfil para dos pasajeros que
estaba cerca. Asuna la examinó seriamente y asintió. Dimos unos cuantos pasos
hacia el muelle y saltamos en la góndola, Asuna primero. El gondolero fornido, con
su tradicional sombrero de paja y camiseta rayada, nos saludó amigablemente.
— ¡Bienvenidos a Rovia, viajeros! ¡Cincuenta col, adonde quieran ir!
— Entonces, llévenos a la plaza de teletransporte –respondí, luego me pregunté
si un NPC entendería esa terminología. Afortunadamente, él tocó el borde de su
sombrero al entenderlo.
— ¡Vámonos! –gritó. Una ventana de pago de color purpura apareció brevemente,
luego se desvaneció. El gondolero dio un empujón a su gran remo. El barco de color
blanco se deslizó, y en la proa, Asuna empujó su capucha hacia atrás y sonrió de
nuevo.
La góndola dejó el muelle en el extremo norte de la ciudad detrás y se dirigió
hacia la calle principal en forma de cruz que dividía el pueblo en cuatro cuartos. Eh,
no, no una calle principal, una…
— Oye, Asuna, ¿cómo se dice en español waterway2?
— ¡Canal!
El canal principal del pueblo.
Botes de todos los colores llenaban el espacioso canal, el cual tenía unos
buenos sesenta pies de ancho, con enormes y pequeñas tiendas que cubrían los
lados. Las muestras de armas, armaduras y objetos me tentaban demasiado, pero
no sería fácil tomar desvíos en esta situación. Sin duda cambiaríamos destinos en
la costa, pero tuvo una sensación de que cada vez que bajáramos del bote, nos
costaría otros cincuenta col montarnos de nuevo. Encima de eso, ni siquiera sabía
si la góndola nos esperaría allí.
Me dije a mi mismo que teníamos que priorizar la activación del
teletransportador del pueblo y hacerle diferentes preguntas al gondolero.
— ¿Este bote también nos llevará fuera del pueblo?
Afortunadamente, esta pregunta era parte de su lista de reconocimiento, y dio
una respuesta apropiada mientras remaba con fuerza:
— Me temo que no puedo hacerlo. Solo trabajo aquí, en el pueblo de Rovia.
— ¿Algún otro barco nos llevaría fuera del pueblo?

2
N.T: En el idioma original, Kirito le pregunta a Asuna por una pronunciación inglesa de la palabra Canal de
Agua. En la versión oficial ingles igual. Pero en español, no podría colocarlo en ingles pues no mostraría sentido
alguno.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Lo siento, no puedo responder eso.


O esa pregunta no encajaba en sus parámetros de reconocimiento, o existía una
razón por la que no pudiese responderla. Había muchísimas cosas que quisiera
saber, pero basándome en mi experiencia beta, la mayoría de la información
detallada en un pueblo venia del NPC correcto – tal como un antiguo aldeano
barbudo, un informante misterioso, o un niño sabelotodo.
Por un momento, estuve recordando a la caballero Élfica Oscura y su vocabulario
sorprendentemente realista, pero había cosas que se debían hacer antes de que
pudiera adentrarme en mi soledad.
Abriremos el portal, tomaremos un pequeño descanso, luego reuniremos un poco
de información –me dije a mi mismo.
Un gran embarcadero apareció adelante. Era la plaza del portal de teletransporte
en el centro del pueblo. El gondolero dirigió nuestro bote hacia el muelle en el
extremo sur de la plaza con una habilidad experta, luego colocó nuevamente su
mano en el sombrero.
— ¡Sanos y salvos! ¡Espero verlos de nuevo!
Le agradecimos y nos bajamos del bote. Como temía, la góndola de inmediato
se alejó del embarcadero y se devolvió a la entrada del pueblo. Pero había otras
góndolas atracadas en el muelle, por lo que podíamos usarlas en el camino de
vuelta. Abrir rápidamente el portal de teletransporte era el asunto primordial.
Cuando me volví, descubrí que Asuna aún tenía estrellitas flotando en sus ojos.

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— ¡Eso fue muy, muy divertido!


— Um… me alegra que lo hayas disfrutado.
— ¡Montemos otro de vuelta!
— Yo… no creo que tengamos otra opción.
Casi tuve que preguntarme si ella realmente era la misma esgrimista de cabeza
fría y sarcástica con la que había estado trabajando todo este tiempo.
Una hora después de derrotar al jefe del tercer piso, Asuna y yo activamos el
portal de teletransporte del cuarto piso y regresamos a un rincón de la plaza para
observar al grupo de jugadores que llegaban rápidamente a través del vacilante
portal azul.
El flujo de turistas, aquí debido a la costumbre de «apertura del pueblo», de pie
alrededor en grupos dentro de la plaza y asombrados ante la belleza del pueblo,
pero más de unos cuantos parecían tener un claro propósito en mente.
Espadachines de nivel medio que se dirigieron al área comercial en busca de
mejores armas, comerciantes tras objetos más valiosos para conservar, e incluso
una chica de cabello corto con un martillo de herrero en su cintura, estudiando
cuidadosamente el mapa del pueblo.
Alegre de ver que había más luchadores tratando de alcanzar al grupo de la línea
delantera y artesanos ofreciendo apoyo a jugadores, me uní a Asuna para entrar en
una pequeña posada en el extremo exterior de la plaza.
Esta vez alquilamos dos habitaciones, para evitar el error de lo sucedido en
Zumfut allá en el tercer piso, pero necesitábamos tener una reunión sobre nuestros
planes en un futuro cercano antes de que pudiéramos acostarnos para descansar,
y por esa razón, terminamos en los sofás de mi habitación. Como siempre, tuve que
percatarme que su innecesario radar de peligro estaba al nivel máximo de
sensibilidad, pero con el efecto góndola activo todavía en su expresión, sus
características estaban relajadas.
Tomé un sorbo de té del equipo que fue dejado en mi habitación y miré a Asuna
en frente de mí.
— ¿Te gustan… los barcos?
Ella parpadeó un par de veces y sonrió con audacia.
— No del todo, realmente… pero siempre quise montar en una góndola. Nunca
pensé que ese sueño se hiciera realidad en Aincrad.
— Ya veo. Por lo menos no es del todo malo que el cuarto piso estuviese lleno
de agua –noté. Ella pareció comprender algo.
— Oh… entonces ¿en la prueba beta no había ese tipo de cursos y canales?

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Exacto. Solo era un pueblo gris, aburrido y polvoriento. Vagamente recuerdo


algo.
— Bueno este me gusta mucho más. Sé que las góndolas no pueden salir del
pueblo, por lo que probablemente tengamos que apañárnosla con más trajes de
baño… bueno, puedo encargarme de ello.
A pesar de estar completamente encantada con montar el bote, ella aun captó
cada palabra de la conversación que tuve con el gondolero. No pude evitar sonreír
ante su naturaleza capaz.
— Cierto. En cuanto a lo que sigue, deberíamos descansar, luego
reabastecernos, reparar, y reemplazar nuestras cosas aquí en el pueblo; aceptar
todas las misiones disponibles; y reunir toda la información que podamos acerca del
cuarto piso. Eventualmente tendremos que dejar el pueblo en busca de otros
lugares, lo que significa que tendremos que volver a usar esos flotadores…
La mirada soñadora gradualmente se desvaneció de los ojos de Asuna, siendo
reemplazada por tu típica expresión fría.
Puedo encargarme de nadar – el problema son los monstruos. Ese renacuajo-
lagartija de antes fue un poco decepcionante cuando se vio que le cuerpo era más
grande que la aleta, pero aún tenía un cursor rojo brillante, ¿no? Eso significa que
era de un nivel notablemente alto…
— Claro. Y obviamente ese no será la única especia de monstruos en el piso…
lo mejor es prepararnos bastante para combates bajo el agua.
Solo tenía una delgada línea de experiencia con eso desde la prueba beta. Un
jugador no solo tenía que manejar el tomar y contener la respiración, sino también
la resistencia del agua que era bastante feroz. Los luchadores con armas enormes
tenían que ser capaces de manejar esas armas, mientras que aquellos con armas
pequeñas solo podían ser agiles en zonas acuáticas. Las que mejores se acoplaban
eran armas tipo lanzas, con sus longitudes podían llegar y realizar ataques
punzantes que se encontraban con la resistencia mínima del agua. Y ni Asuna y ni
yo teníamos habilidades de lanza.
Era irreal iniciar un entrenamiento ahora, pero Asuna podría hacer lo mejor con
los cortes tipo lanza de su estoque, y yo podía limitarme a realizar habilidades…
De repente, Asuna bajó su té y gritó:
— ¡Oh, cierto! ¡Lo olvidé, necesito hacer traje de baño!
— ¿E-estás hablando en serio?
— Pues claro. Creo que vi que los vendían en alguna de las tiendas, pero sería
una perdida gastar el dinero cuando ya tengo la habilidad de Costura.

Reki Kawahara 33
BARCAROLA DE ESPUMA

— B-bueno, tienes un punto… ¿puedo pedirte que me hagas algunos boxers


también?
— ¿Debería diseñarlo con ese renacuajo con aletas, esta vez?
Estuve a punto de rogar en contra de ello, pero antes de eso se me ocurrió algo
más.
— Uh, espera, espera.
— ¿Q-que quieres decir? Ni siquiera he empezado.
— No, digo, estoy pensando…
Miré de reojo, tratando de sacar la información relevante de esa conversación
que tuvimos en el campamento de Elfos Oscuros en el tercer piso acerca de costura.
En el segundo piso, había visto la montaña de trajes de baño que salió del
inventario de Asuna. Esos no estaban aptos para usarse, sino que eran producto de
su entrenamiento para aumentar la experiencia de su habilidad.
Después de eso, ella mencionó que ya había sacado la habilidad de Costura de
su ranura.
—…no, no funcionará.
— ¿Qué no va a funcionar?
— Ya no posees la Costura en tus ranuras, ¿o, sí? Esto podría dejar en shock si
no lo sabes… pero una vez que remueves una habilidad de su ranura, su nivel se
regresa a cero –expliqué.
Ella asintió sin parpadear: — Podré ser una novata, pero incluso lo sé. Además,
surge una advertencia en el momento en el que remueves la habilidad de la ranura.
— Oh… bien. Eh, digo, ¿vas a entrenar nuevamente desde cero?
Ella sacudió su cabeza, exasperadamente: — Podré trabajar duro, pero no soy
tan paciente. Como un hecho…
Asuna abrió su ventana de juego, una mirada escéptica se marcó en su rostro.
Cambió hacia su inventario y materializó un pequeño objeto.
La pequeña botella de cristal con forma de nuez resonó en la mesa de café. Habia
una pequeña cantidad de un líquido azul brillando débilmente dentro de la botella
densa y transparente.
— ¿…qué es esto?
— ¿No lo viste en la prueba beta?
— No… no lo recuerdo.

Reki Kawahara 34
BARCAROLA DE ESPUMA

Estiré la mano para agarrar el frasco, pero ella rápidamente lo alejó.


— ¡Detente si no sabes lo que es! ¡No te atrevas a abrirlo!
— L-lo sé, solo iba a leer la descripción.
— ¡Hablo en serio!
Su advertencia seria me hizo querer abrirla y tomármelo con un solo movimiento,
pero no estaba presentándome en una comedia, por lo que me comporté.
Cuidadosamente, y evitando mover la tapa de cristal, lo tomé, me sorprendió lo
pesado que era a pesar de medir tres simples pulgadas de largo. Toqué el lateral
del cristal con un dedo y examiné la ventana de propiedades que apareció.
— Se llama… ¿Botella de Cristal de Kales’Oh? Nunca he escuchado de ella.
Veamos aquí… esta botella te permite guardar la experiencia de cualquier habilidad
que esté equipada actualmente en una ranura de habilidad… ahhh…
Tres segundos pasaron.
— ¡¿Qu-qu-qu….que queeeeeé?!
La onda de choque de mi grito agrietó los muros, rasgó las sábanas, y quebró
cada ventana en la habitación.
Bien, en realidad, solo provocó una leve onda en la superficie de la taza de té,
pero ciertamente se sintió como si realmente tuvo ese tipo de impacto destructivo.
Mi boca estaba congelada, abierta por el shock. Asuna retiró la botella de mis dedos
y manipuló los ajustes en la ventana de propiedades, luego rápidamente quitó el
tapón.
El líquido al fondo del frasco cambió a una luz azul que flotó en el aire. Ella tomó
un aliento profundo y aspiro con la nariz, luego exhaló una luz amarilla en la botella
antes de colocarle la tapa. El contenido esta vez parecía como aceite de limón. Ella
colocó la botella nuevamente en la mesa y me sonrió3.
— Ahora mi habilidad de Costura está de vuelta y con su nivel anterior, y mi
habilidad de Sprint está guardada en la botella.
—…ya… ya veo… eh, entonces, si puedo preguntar, ¿Dónde obtuviste ese
objeto…?
— Fue algo caótico, por lo que no podría decirlo, pero creo que esa fue la única
vez. ¿Recuerdas justo después que llegamos al tercer piso, y ayudamos a Kizmel
a luchar contra ese caballero Elfo de Bosque? Creo que debió haber caído de ese
caballero élfico.

3
Es en esos momentos en los que uno dice: «SHUT UP, AND TAKE MY MONEY!». Ok no.

Reki Kawahara 35
BARCAROLA DE ESPUMA

— Ohhh –asentí, aun sin superar el shock. Ahora que lo mencionaba, Kales’Oh
era el nombre de la nación de los Elfos de Bosque que una vez existió en la
superficie, eso de acuerdo a la historia de Kizmel.
De hecho, ese guerrero élfico abrumadoramente poderoso – lo suficientemente
fuerte como para que los jugadores fuesen incapaces de ganar, como se trataba de
un evento de batalla histórico – dropeó un numero de objetos fantásticamente raros
para mi también. Pero como estuve tan desconcertado por el dialogo de Kizmel que
parecía de todo menos de NPC, que no me tomé la molestia de verificar el botín.
Asuna no pudo haber imaginado las propiedades del cristal hasta tarde en la
noche. No describimos o preguntamos las habilidades hechas o el contenido del
inventario de cada uno a menos que fuese absolutamente necesario, por lo que una
semana pasó sin que yo supiese que Asuna tenía un objeto tan extremadamente
valioso.
— ¿Vas a quedarte sentado allí y permanecer en shock todo el rato? Si ya
terminamos de hablar, ¿puedo irme a mi habitación a hacer los trajes de baño
ahora? –preguntó. Eso rompió mi efecto de parálisis.
— Oh, uh, ummm –murmuré, tratando de organizar mis pensamientos. Levanté
mis manos–. E-espera… espera un momento. Hay unas cuantas cosas de las que
quiero asegurarme.
—…muy bien, pero ¿por qué no te relajas primero?
— E-está bien.
Me tomé mi té frio y dejé escapar un aliento extenso. La Botella de Cristal de
Kales’Oh aún estaba justo allí en la mesa. Miré el líquido amarillo brillante hecho de
pura experiencia de habilidad.
El líquido llenó un veinte por ciento de la capacidad del frasco. Asumiendo que la
habilidad Sprint de Asuna estaba por el nivel 50 más o menos, y la cantidad de
líquido correlacionaba directamente a la experiencia, entonces la botella podía
guardar una habilidad completa al nivel de experiencia máximo de 1.000.
Tomé otro aliento profundo y la miré.
— ¿Le has dicho a otro jugador sobre esta botella, además de mí? –la esgrimista
se encogió de hombros y sacudió su cabeza:
— ¿Estás segura? ¿Ni siquiera a Argo?
— Escucha, has estado viajando conmigo durante una semana entera desde que
obtuve este objeto. ¿En qué momento podría tener la oportunidad de verme con
Argo a tus espaldas?
— Oh… buen punto…

Reki Kawahara 36
BARCAROLA DE ESPUMA

Sentí un alivio fluir en mí, pero Asuna aún me lanzaba una mirada escéptica.
— ¿Qué pasa con esa reacción exagerada? Esta botella es para colocar tu nivel
de habilidad dentro y sacarla – aun así tienes que hacer el trabajo de aumentarla.
Estas actuando como un bebedor que automáticamente entregaría cien puntos de
habilidades o algo así. ¿Es que acaso es la gran cosa?
Estaba completamente aturdido por lo que mi compañera temporal estaba
diciendo y resignado – aparentemente así era como pensaban los no jugadores de
RPG. Intenté lo posible para hacerle comprender mi sorpresa y ansiedad.
— La cosa es… como dije, pierdes tu progreso de habilidad aquí en SAO cuando
remueves tu habilidad de la ranura. En el nivel 16, que es en el que me encuentro
ahora, solo puedo utilizar cuatro habilidades a la vez.
— Eso lo sé. Tienes Espadas a Una Mano, Artes Marciales, Búsqueda, y…
Ocultamiento, ¿no?
¡Ella sabe!
Pero era demasiado tarde para estar alarmado por eso a estas alturas. Aclaré mi
garganta y continué:
— S-si, en fin, seriamente me pregunto si podría remover Ocultamiento para
poder equipar Natación a cambio.
— ¿Hay una habilidad de Natación? ¿Qué pasa si la usas?
— Puedes nadar rápido, no hay mucha resistencia al agua, y puedes moverte
mucho más bajo el agua. En este piso, eso sería una gran ayuda, pero
probablemente no termine usándola. Lo más seguro es que el terreno cambie en el
próximo piso, por lo que estaría desistiendo de todo el esfuerzo que he puesto en
Ocultamiento, solo por el bien de este único piso.
— Ahhh… entonces con esa botella de allí, tú podrías guardar una de tus
habilidades adicionales que están en uso, y temporalmente establecer la habilidad
de Natación en una ranura solo por este piso.
— Exacto. Cada jugador que viene a este piso va a tener que enfrentarse a esa
dura elección. Si se corre la voz de que hay un jugador con una botella mágica que
puede guardar tu progreso de habilidad, vas a ser acosada por la gente que busque
comprarla, husmeando por todos lados, y recabando información y así.
Había otra posibilidad mucho más oscura que podía ver nacer, pero elegí no
mencionarla. Asuna estiró la mano y tomó la botella de cristal para mirarle,
apreciando su verdadero valor por primera vez.
— Ya veo… ahora que lo pienso, Nezha de los Legend Braves pudo haberla
usado para aprender Artes Marciales sin tener que dejar Espadas a Una Mano. Ya

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BARCAROLA DE ESPUMA

que efectivamente te da una ranura extra de habilidad, supongo que puedo ver por
qué la gente podría provocar un gran problema por ello…
Como siempre, ella se adaptó a los conceptos rápidamente para ser una novata.
Asuna levantó la mirada y continuó, hablando más rápido de lo usual.
— ¿Qué si solo seguimos adelante y liberamos toda la información que tenemos
sobre esta cosa? Si le decimos a Argo, ella lo colocará en sus guías estratégicas,
¿no? Así nadie necesitaría acercarse a preguntarnos.
— Si… no estoy diciendo que deberíamos ocultar su existencia… pero…
Me incliné y descansé mi mentón en mis manos cruzadas, pensando fuertemente.
— El problema es, que el Sagrado Caballero Élfico de Bosque de quien obtuviste
la botella, solo está disponible para luchar durante el evento de batalla en el Bosque
de Nieblas Ondulantes allá en el tercer piso, por ese lado. Básicamente solo tu
obtuviste la oportunidad. Supongo que la mayoría de los jugadores en la línea
delantera como el Aincrad Liberation Squad de Kibaou o los Dragon Knights Brigade
de Lind ya han acabado ese evento de la forma normal por ahora…
— Ya veo… entonces ya es demasiado tarde publicar esa información.
— Si. Además, no es tan fácil derrotarlo, incluso si tienes la oportunidad…
— Logramos hacerlo, ¿no? –ella dijo con simpleza.
Tuve que admitir que ella tenía razón, pero yo poseía mis dudas. Me acaricié los
flequillos y admití algo que había estado en mi mente todo el tiempo: — ¿…cómo
se supone que fuimos capaces de derrotar al Elfo de Bosque, dime…?
En el pequeño silencio que siguió, recordé una conversación que tuve con Kizmel
en la tienda de baño del campamento Élfico Oscuro.
Ella clamó que últimamente había tenido un sueño extraño.
En el sueño, Kizmel estaba luchando con un poderoso caballero Élfico de Bosque.
A mitad del duelo, yo me presenté con un número de compañeros, ninguno de los
cuales era Asuna. La ayudamos a luchar, pero nadie fue capaz de encargarse del
Elfo de Bosque, y el grupo cayó uno tras otro – hasta que Kizmel se vio forzada a
liberar la protección del Árbol Sagrado para salvar nuestras vidas, luego pereció.
Además de las preguntas del por qué un NPC soñaría o si un NPC realmente
«duerme» en el verdadero sentido de la palabra, una cosa surgió – el contenido de
ese sueño era disonantemente similar a mi experiencia con la misión «Llave Jade»
durante la prueba beta de SAO.
Kizmel era un NPC extremadamente especial con una IA altamente avanzada.
Eso estaba bastante claro.

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BARCAROLA DE ESPUMA

¿Acaso esa era la razón por la que ella mantuvo recuerdos de los tiempos de la
prueba beta? O ¿era que la presencia de ese recuerdo se había vuelto especial?
¿Era por Kizmel que Asuna y yo fuimos capaces de derrotar al mortífero caballero
Élfico de Bosque en la versión comercial del juego...?
—…creo que es porque intentamos lo mejor –murmuró Asuna. Levanté la mirada
con una alteración–. Kizmel, tú y yo peleamos tan duro como pudimos, creyendo
que podíamos ganar. Eso fue lo más fuerte que me he concentrado en una batalla
desde que llegué a Aincrad – incluso más que en los jefes de piso.
Como un gamer, estaba acostumbrado a la idea de que un «evento de auto-
perdida» nunca podría revertirse, sin importar cuanto lo intentara uno, pero no pude
acercarme y convertirlo en palabras.
—…si… exacto. Realmente lo estuviste durante esa batalla. Y luego de
esforzarte mucho en ello, realmente esperaste obtener una gran parte de la
recompensa o dos fuera del trato.
— ¡Tal como sabes, no estaba haciéndolo con la esperanza de ser
recompensado con objetos! –ella reclamó, levantando un puño. Me reí y me
disculpé.
Sword Art Online no era como los demás RPGs que solía jugar. Este era un juego
de la muerte sin botón de desconexión, y el primer VRMMORPG del mundo. Si me
estancaba en mis nociones preconcebidas de cómo deberían ser las cosas, estaría
perdiendo lo que estaba frente a mis propios ojos.
Le di a Asuna una mirada seria y pregunté: — ¿Al menos podemos tomarnos
algo de tiempo para pensar en lo que haremos con la información de esa botella de
cristal? Tal como lo dije, no quiero mantenerlo por siempre como un secreto. Pero
mientras yo sepa que eso puede ser la fuente de un problema, primero y principal
quiero mantenerte a salvo.
Esperé que ella se defendiera con una expresión sarcástica de que ella ya no era
una novata y podía cuidarse por sí sola, e incluso fui más allá como para preparar
una declaración más amplia para defender mi caso. Pero Asuna solo me devolvió
la mirada en silencio, luego se volvió, murmurando. Apenas pude ver su boca
moverse detrás de esos extensos flequillos que colgaban.
—…bueno, si eso es lo que quieres hacer, está bien.
— Oh… ¿e-estás bien con eso?
Me sorprendió bastante su respuesta, tanto, que me pregunté que estaba
pensando y me incliné hacia mi lado derecho para ver el perfil de su rostro. A cambio,
Asuna se volvió con más fuerza hacia su izquierda, evitando mi mirada hasta que
quedó sentada completamente hacia atrás, de frente al sofá.

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¿Qué está pasando aquí?


Tuve una sensación de que si no me calmaba, la esgrimista iba a explotar, por lo
que me senté apropiadamente y dije: — E-en fin, tomemos un pequeño descanso.
¿Qué tal si nos vemos… en el café de la planta baja a las seis en punto?
Asuna asintió silenciosamente y se deslizó en el sofá, su espalda aun en
dirección a mi cara. Se levantó y colocó la Botella de Cristal de Kales’Oh en su
inventario, luego dejó la habitación sin siquiera verme.
¿Qué botón le presioné?
Me ajusté en una posición de asiento.
Cinco segundos después removí todo mi equipo, envié un único mensaje
instantáneo, y me tendí en la cama junto a la ventana, me quedé dormido.
Cuando la alarma que establecí me despertó rudamente, la luz en la habitación
era del color del atardecer. Me senté lentamente y tiré de la cortina para abrirla y
ver la plaza de teletransporte de Rovia desde mí ubicación en el segundo piso.
En solo tres horas, la plaza se había llenado con incontables jugadores.
Miembros de la línea delantera visitaban los productos de las tiendas NPC, los
turistas consumían alimentos de los carros, y parejas de apariencia romántica
sentadas en las bancas frente al agua.
Este era el día numero cuarenta y cinco desde que el juego de la muerte había
comenzado. Se sentía largo y corto tiempo, pero lo consideraba algo bueno si los
problemas terminaron calmándose lo suficiente como para que la gente se
considerara como pareja – esta era mi opinión más magnánima como un estudiante
frustrado de la escuela media. Mientras tanto, noté una línea particularmente larga
en el muelle de góndolas en el sur.
— Ugh… mierda, lo olvidé –gruñí, arrodillándome en la cama.
Debí haber esperado esto. Solo había unas góndolas, por lo que si muchos
jugadores aparecían, era inevitable que esa fila se formara. Tenía que
acostumbrarme a la idea de que movilizarse por Rovia tomaría más tiempo de lo
normal.
Al menos, me aliviaba ver que tantos jugadores pudiesen agruparse en un
espacio tan limitado y alinearse pulcramente sin problemas.
No mucho antes tuve la idea de que un grupo de cinco jugadores armados
intentara abrirse paso hacia la parte delantera de la fila y obtuviese las góndolas
más grandes que apenas estuviesen llegando. Naturalmente, ese grupo estaba a
punto de protestar. Pero el líder que empuñaba la gran espada larga del grupo
ofensor estaba gritando de forma muy enojada.

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No podía oírlos desde esta distancia –segundo piso de una habitación de


posada–, pero pude imaginarme lo que decía:
— ¡Estamos luchando para liberarlos a ustedes, jugadores normales! ¡Nuestra
necesidad debe ir primero!
Los turistas con equipo de material simple no tuvieron más elección que dejarlos
ir con infelicidad. El hombre y sus compañeros blandieron sus equipamientos de
metal brillante en un acto de fuerza y saltaron en la góndola.
En lo que el bote dejó el muelle, murmuré para mis adentros: — Ese fue un mal
movimiento, Haf.
El quinteto que había cortado la fila usaba dobletes azules. Ellos eran miembros
de los Dragon Knights Brigade, un gremio de la línea delantera que apenas fue
creado en el tercer piso. Y el hombre con la gran espada ejerciendo el papel de líder
era Hafner, uno de los oficiales del gremio.
Ellos probablemente acababan de terminar de reabastecerse y abrir las misiones
en el pueblo y estaban por comenzar a conquistar las cercanías del piso. Pude
entender cómo los guerreros en una misión podrían frustrarse por estar esperando
en una fila detrás de los turistas que no tenían un gran propósito.
Pero si se tenía que evitar algo, eso era que la población de la línea delantera
actuase como si fuese especial y generara el desdén de los demás. Uno nunca
sabía si esos a quienes no se les había visto oscilar espadas aun, algún día podrían
emerger de la seguridad del pueblo y convertirse en uno de la línea delantera por
su propia voluntad y habilidad.
De hecho, si eso nunca sucedía, no podríamos acabar el juego. El grupo de la
delantera era apenas un cincuenta por ciento fuerte y ciertamente seria derribado
con el tiempo. Necesitábamos tantas personas como ayuda posible para avanzar
en el progreso humano del juego.
Acallé un suspiro y verifiqué la hora. Solo quedaban tres minutos para nuestro
encuentro a las seis de la tarde.
Saliendo a rastras de la cama, me vestí con mi equipo usual y salí a paso lento
de la habitación. Cuando me vi cara a cara con Asuna por primera vez en tres horas,
ella estaba con su actitud fría de siempre.
— Lamento la espera –dije, tomando asiento frente a ella. No había otros
jugadores en el café además de nosotros – la vista palideció notablemente en
comparación a lo que se mostraba en el exterior.
— Acabo de llegar –dijo ella enfáticamente, luego deslizó el menú hacia mí. Vi
que además de las bebidas y dulces, ellos tenían unos cuantos objetos que parecían
pescados.

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— ¿…deberíamos pedir una cena temprana?


— Quiero pedir algo para comer de los carros de allá afuera.
— Bien. Solo bebidas, entonces… ¿o algo que quieras para llevar?
— Eso está bien para mí.
Parecía que hubiese algo distinto en ella, pero no habíamos estado trabajando
juntos tanto tiempo como para yo estar seguro de ello, por lo que lo dejé de lado
mientras me levantaba. Era una forma pobre reunirnos en una cafetería en el mundo
real y salir sin ordenar nada, pero los NPC camareros aquí solo nos observaban sin
quejarse.
Dejamos la posada sin realizar el cierre. La base inferior del piso superior era
algo entre rosa e índigo. Dentro de otros treinta minutos estaría propiamente oscuro.
Pero en todo caso, la fila de góndolas en el otro extremo de la plaza aún era larga.
Los edificios de piedra estaban encendidos con lámparas cuya luz se reflejaba en
el agua en una exhibición cautivadora. Quizá la hora nocturna aquí era considerada
la hora pico del negocio de navegación.
— Bueno, eh, puedes ver la fila… ¿aun quieres formarla? O ¿deberíamos
olvidarnos de las góndolas y nadar por nuestra cuen…?
Me detuve en el mismo instante que sentí la mirada fría bajo su capucha.
—…o no. Supongo que deberíamos ir a formar para un viaje al área comercial.
— Pero primero quiero visitar los carros de alimentos.
— Oh, bueno.
Nos abrimos paso hacia el extremo este de la plaza, donde cinco o seis carritos
elegantes estaban estacionados. Por lo que pude decir, solo tres de ellos vendían
alimentos que podría servir de cena. Había un preparado de pescado frito y
vegetales cocidos, una pizza marina con calamar y mariscos, y un emparedado
panini con pescado a la parrilla y hierbas.
— Ya veo. Así que el estilo principal de la comida de este piso es el pescado –
apunté.
— ¿No te gusta el pescado?
Sacudí mi cabeza rápidamente: — No, no es eso. Es que esperaba más… un par
de elecciones tradicionales. Tal como pescado hervido o sashimi.
— Sabes muy bien que no tendrás ese tipo de elecciones en un pueblo como
este.

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— Buen punto. Tendré que mantener la esperanza para el décimo piso… creo
que pediré el panini. ¿Y tú?
— Eso también suena bien para mí.
— ¿Quieres esperar en la banca mientras los compro?
Asuna me lanzó otra de esas miradas ascendentes debajo de su capa, luego se
volvió.
¿Qué está pasando aquí? Se siente como la vez cuando ella comió pan de crema
en Tolbana allá en el primer piso.
Los panini costaban doce col cada uno en el carrito. Compré dos y regresé a la
banca. Le entregué una a Asuna, luego la detuve cuando noté que ella estaba a
punto de abrir la ventana de intercambio para pagarme por el emparedado.
— No, corre en mi cuenta.
— ¿…por qué?
— Porque, eh… oh, porque te deberé por hacerme el traje de baño.
Afortunadamente, ella asintió y aceptó mi oferta. Ella estaba actuando extraño,
pero al menos ella no estaba enojada conmigo.
Estuve a punto de sentarme junto a ella, sacudiendo mi cabeza, confundido,
cuando la mano de alguien surgió desde la oscuridad detrás de nosotros y una voz
burlona resonó en mi oído.
— Muchisimas gracias, Kii-boy. Estaba hambrienta.
No estaba seguro si seguirle la corriente («Tu Ocultamiento es tan bueno como
siempre») o ser honesto y rechazarla («¡No! ¡Esa es mi cena!), pero el resultado
tuvo un poco de ambas partes.
— ¡Tu Ocultamiento es tan bueno como siempre, pero esa es mi cena y no
puedes quedártela!
— Hmph. Así que le compraras uno a ella, y a mí no. Ya veo como es todo.
— ¿Qu…? Yo… ¡escuchaste lo que dije, eso era un agradecimiento por hacerme
un objeto! ¡No tiene nada que ver con hacerle un favor a alguien!
Una pequeña jugadora se materializó desde la oscuridad usando una capa con
capucha de color beige que era parecida a la de Asuna. Sus ojos estaban ocultos
detrás de sus mechones curvos, pero los tres bigotes dibujados con pintura facial
en cada una de sus mejillas no dejaban que uno se preguntara quien era.

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Argo la Rata, la proveedora de información, saltó sobre el respaldar de la banca


con una sonrisa en su rostro y se sentó junto a Asuna. Ella miró a su izquierda y
deslizó su capucha un poco hacia atrás.
— Buenas noches, A-chan. Buen trabajo con el jefe del tercer piso y el portal del
cuarto.
— B-buenas noches, Argo-san. Um… ¿te gustaría un poco? –preguntó Asuna,
ofreciéndole nuestro panini. Argo rio y sacudió su mano en negación.
— No, no, aprecio la oferta. Come.
— Eh, bueno…
Asuna parecía como si no estuviese segura de que Argo tuviese hambre o no.
Suspiré y decidí calmarla.
— No te preocupes por ello, Asuna. Su habilidad de Tomar el Pelo es la mejor en
todo Aincrad.
— ¿Tomar el pelo…?
Asuna reconoció algo sobre esta escena, me observó, luego al panini en sus
manos, luego a Argo a su mano derecha.
— ¡N-no es eso, Argo-san! ¡Nosotros no somos, en lo absoluto, de ninguna
manera, de esa forma!
— ¡Nyo-jo-jo, lo entiendo, lo entiendo! –ella soltó una carcajada espeluznante.
Salté en la banca al lado de derecho de Argo y rápidamente terminé el mensaje:
— Es cierto. No vendas ningún rumor gracioso.
— ¿Por qué?, eso duele. Sabes que no es mi estilo vender rumores y cotilleos.
— Si, seguro. En fin, el hecho de que estés aquí debe significar que tienes todos
los Intel que necesitas.
— ¡Ya lo creo! De hecho, apenas me tomó tres horas desde tu mensaje ver lo
que querías, por lo que imaginé que podría generarme una comida gratis además
de mi pago, pero…
Ella me tenía sobre las brasas. Después de todo, le dije que quería lo más pronto
posible, justo antes de ir por una siesta rápida.
— B-bien, bien. ¿Qué quieres?
— Santo cielo, seguro podría ir por una pizza con queso –comenzó.
Antes que la frase pudiese terminarse, ya había empezado a esprintar hacia el
carrito de pizza marina.

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— Lamento darle problemas. Esta es una simple muestra de mi gratitud –le


presenté la pizza con broche de oro y Argo me sonrió.
— Muy bien, sir.
— Entonces, comamos… cómelo antes de que se enfrié, Asuna –le hablé a la
esgrimista al otro lado de Argo. Los tres agradecimos y comenzamos a devorar
nuestra cena de estilo italiano.
En la vida real, nunca había comido un verdadero panini, pero entre el pan duro
y crujiente, el fragante pescado blanco a la plancha, y la salsa de tomates con
hierbas perfumadas, parecía que probablemente esto era realmente una buena
recreación. Ahora si solo los ingredientes principales fuesen un gran trozo de carne
y una densa salsa de teriyaki y mayo…
Asuna y Argo estaban hambrientas, y engullimos la mitad de la comida antes de
finalmente dejar de respirar.
Antes de proponérselo, Argo sacó un pergamino de uno de los muchos bolsillos
en su cintura y lo sujetó entre sus dedos.
— Normalmente aplico cargos extra por un servicio rápido… pero iré al nivel
normal esta vez como agradecimiento por la pila de queso que me has comprado.
Son quinientos col.
Saqué la moneda de oro que tenía en el bolsillo de mi abrigo solo para esta
ocasión y se la pasé a Argo. Tocando el pergamino que ella me entregó
automáticamente se desdobló.
— ¿Qué información le solicitaste? –preguntó Asuna, inclinándose. Le mostré la
ilustración en el pergamino: un mapa detallado de Rovia. Argo en sí no había
dibujado este mapa, claro. Alguien podría producir lo mismo por caminar
simplemente por todo el pueblo, luego copiar la información del mapa en un objeto-
pergamino como este.
La diferencia era que el mapa de Argo tenía cerca de veinte marcadores-signos
de exclamación ubicados por todo el pueblo. Esto era por lo que pagué los
quinientos col.
— ¿Todos eso… son las misiones de NPC? –preguntó Asuna, tan astuta como
siempre. Asentí silenciosamente y le devolví una mirada exasperada.
— Bueno, odio ser tan duro con Argo, ya que ella hizo todo el trabajo… pero
podrías encontrar todo esto solo caminando por el pueblo. Y de todos modos,
necesitaremos visitar esos lugares para comenzar la misión.
— Esa también era mi suposición. Y ¿tú no habías terminado todas esas
misiones en la prueba beta, Kii-boy?

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Esa es la cosa –murmuré, mi boca estaba llena de panini–. Siento que


mientras más camino por el pueblo, más recuerdos antiguos desaparecerán… solo
quiero ser capaz de ver las ubicaciones a la vez de esa forma.
— ¿…ohhhhh?
Había más de una pista de entretenimiento en la voz de Argo. Elegí mirar el mapa
del pueblo en lugar de satisfacerla.
Como sospeché, la capa del pueblo en sí era exactamente la misma. Toqué cada
icono en secuencia, recordando la forma polvorienta y seca que la estructura solía
tener. Con cada toque aparecía un resumen rápido de las misiones escrito por Argo.
Una vez que los examiné todos, apunté a un único marcador en la esquina
noroeste del mapa.
— Este.
— ¿…que tiene? –preguntó Asuna, sospechosa. Le sonreí.
— Esta misión no estaba allí en la prueba beta. Este es el punto que se vuelve
clave para este pueblo… no, para conquistar todo el piso.
— Si tienes toda la Intel en esta misión, te la compraré –ofreció Argo, y con un
persistente olorcillo a queso, ella se devolvió a la oscuridad.
Asuna y yo acabamos con los últimos trozos de nuestros emparedados y nos
levantamos de la banca para observar el muelle en el sur. La fila parecía un poco
más corta que antes, pero aún tenía unos buenos treinta minutos de espera.
Gracias al poder de un estómago lleno y una conversación con Argo, Asuna
recuperó su humor de siempre. Luego apuntó: — No me importa hacer la cola…
pero ese muelle tiene un sistema terrible.
— ¿Oh? ¿Qué hay de eso?
— Los pequeños de dos asientos y los grandes para diez personas están
colocados en el mismo lugar. Eso toma tiempo extra porque una persona terminará
montándose en una góndola grande, y luego los grandes grupos tienen que dividirse
y tomar varias góndolas pequeñas. Al menos deberían dividir a la gente en tres filas
distintas.
— Buen punto. Entonces… ¿deberíamos proponerles eso?
—…realmente ese no es mi estilo.
— No lo sé. Tienes esa clase de actitud de estilo representativo, por lo que
apuesto que la gente…
Abandoné el resto de la frase cuando sentí la terrorífica mirada de rayo láser en
mi rostro.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Las vistas nocturnas de Rovia ahora eran realmente encantadoras, pues las
lámparas coloridas y luces de ventana del pueblo brillaban en la superficie del agua
oscura. Incluso las góndolas llenas de jugadores tenían linternas incluidas, situadas
en la proa y popa de las pequeñas y las colgadas en los techos de las grandes. La
vista de las góndolas cruzando los canales era tan hermosa que…
— ¡Ah…!
Chasqueé mis dedos, pues una idea repentina se encendió en mi cerebro.
— ¿Qu-qué?
— ¡Por aquí! Lo explicaré luego.
Toqué la espalda de Asuna y troté hacia el embarcadero en el extremo norte, la
dirección opuesta al muelle. No había botes varados allí, por lo que la valla de piedra
apilada en el agua estaba bastante tranquila. Pero eso también significaba que las
góndolas flotaban bastante calmadas.
— Tengo un mal presentimiento de esto –murmuró Asuna, intentando retroceder.
Agarré el borde de su capa con fuerza.
— No te preocupes, está bien.
— ¡No está bien! ¡Esto no me gusta!
— ¡Estarás perfectamente bien!
— ¡Hazlo por tu cuenta si estás tan entusiasmado! –gritó.
Miré a los lados. Dentro de unos segundos, una de las góndolas de doce asientos
venia acercándose progresivamente a la derecha. De forma bastante afortunada,
otra góndola del mismo tamaño se acercaba desde la izquierda. Calculé adonde
pasarían ambas, teniendo en cuenta que el trafico parecía moverse hacia el lado
derecho en este lugar, luego nos movimos tres yardas a la izquierda y cinco hacia
atrás.
— Te daré cinco segundos y contando.
— ¡T-te lo dije, no quiero hacerlo!
— Es divertido, Asuna, podría jurar que tenía una agilidad más alta que la mía.
— Rgh… s-sabes que no es justo hablarlo…
— Esto debería ser fácil para ti, Asuna. Quiero decir, ya que tienes la habilidad
de Sprint y todo eso.
— Pero la acabo de cambiar… ¡Arrgh, oh, está bien!
— Y cinco, cuatro, tres, dos, uno…

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BARCAROLA DE ESPUMA

Al llegar a cero, comenzamos a correr. Golpeé la pequeña valla con tranquilidad


y me lancé de ella con mi pie derecho. Todo el tráfico en los canales de Rovia
viajaba hacia el lado derecho, por lo que salté y me estiré hacia la góndola que se
acercaba desde la izquierda. Una vez que logré aterrizar con la punta de mis pies,
la góndola se sacudió ferozmente y los pasajeros gritaron alarmados. Di una
disculpa rápida y corrí por el tejado para saltar otra vez.
A mitad del aire, miré hacia atrás para ver que Asuna aun estaba allí. Ella tenia
un mejor poder de salto que yo, por lo que ella debería ser capaz de hacer cualquier
salto que yo hiciese, pero secretamente me sentí aliviado cuando aterricé en la
segunda góndola que venia de la derecha.
La gente que iba en esta góndola ya debia haber notado la demostración de
acrobacias ninjas que pasaban por encima de ellos, ya que ellos aplaudían y
silbaban ante la vista de Asuna saltando con gracia a través del cielo nocturno.
Agradecido de que ellos no estuviesen quejándose, corrí por el tejado y salté por
tercera vez.
Pero…
— ¡Ugh!
La orilla lejana estaba más lejos de lo que pensaba. Apresuré mis extremidades
a mitad del aire, estirando mis brazos tanto como pude, hasta que apenas logré
agarrar el borde del muro con la punta de mis dedos.
Como todo mi cuerpo impactó contra la pared, escuché un ligero paso sobre mi
cabeza. Cuando levanté la vista, vi a Asuna de pie sana y salva sobre mí, sus manos
en sus caderas y una mirada de decepción en su rostro.
— Si no estaba seguro de poder hacerlo, no deberías haberlo intentado –lanzó
un regaño. No podía preocuparme por responderle. Tuve un claro y repentino
entendimiento de la razón por la que los pasajeros de la góndola habían estado
alegres.
— Eh, ¿Asuna?
— ¿…qué?
— Estás, eh, en un pequeño peligro… angularmente hablando.
— ¿A qué te refieres…?
Asuna caminó, mirándome sospechosamente mientras yo estaba colgado junto
a sus pies, luego de repente se puso lo suficientemente roja como para yo ver,
incluso en la oscuridad. Ella rápidamente colocó sus manos sobre el borde de su
falda, luego sonrió por alguna razón y levantó una de sus botas.
— Es mejor que subas rápidamente antes de que yo te pise.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡B-bien, bien, voy subiendo!


Escalé el muro con prisa.
Rovia tenía un diseño cuadrado con canales principales que se cruzaban –
técnicamente, la plaza de teletransporte estaba en el centro del pueblo, por lo que
no había intersección actual – y dividía al pueblo en cuatro partes.
Si el norte era la «cima» del pueblo, entonces la parte superior era el área de
exploración, con un parque, una plaza, y un teatro al aire libre. El extremo derecho
era el área comercial, poblado totalmente de una gran variedad de negocios. El
extremo izquierdo era el área de hospedaje, con grandes y pequeñas posadas. En
el cuadrante superior izquierdo, donde estábamos ahora, era el centro de la ciudad
donde vivían todos lo NPC.
Naturalmente, cada cuarto tenia canales más pequeños que lo dividían,
requiriendo el uso de un bote para seguir avanzando. Como las góndolas circulaban
por cada extensión de agua, decidimos parar un bote de dos asientos.
Esta vez, le dimos al NPC las coordenadas en lugar de un nombre, pagamos la
cuota mediante un calculador que automáticamente dividió el costo, luego con
cansancio nos sentamos en los dos asientos.
La esgrimista con minifalda mejoró mucho su humor en el momento en el que se
sentó en la proa, y comenzó a observar el pueblo con chispas en sus ojos. Esta era
la zona más plana de todas las áreas de Rovia, pero incluso el sector residencial,
hogareño y practico tenía su propio encanto.
Los niños jugaban con botes de juguete en el canal de agua de sus propios
porches, mientras unas aves madre e hija volaban por las ventanas de las cocinas,
y una cálida luz naranja brillaba en el agua.
— ¡Ohh, esa casa está en venta!
Miré adonde Asuna apuntaba y vi una pequeña casa de dos plantas con un letrero
de Se Vende.
— Oye, tienes razón. Asi que aquí hay casa para jugadores.
— Me pregunto cuánto cuesta –se cuestionó, sus ojos brillaban aún más.
Resoplé irónicamente: — No miraría el precio si fuera tú. Solo te decepcionarías.
— Sé que serán caras. ¡Pero soy libre de tenerlo en cuenta como algo que puedo
poseer si trabajo lo suficientemente duro!
— S-seguro, eso es cierto… pero no recomendaría comprar una en este pueblo.
Es un lugar hermoso, divertido para turistear, pero en realidad vivir aquí sería
peligroso cuando paseas por allí –noté. Asuna tomo ese consejo de corazón
sorprendentemente rápido.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Buen punto. Me preguntó que hacen las personas aquí para sus compras
diarias y cosas así.
— Quizá solo nadan por allí cuando nadie los observa.
— Oh vamos, no arruines la ilusión. Pero… si decido comprar una casa, ahorraré
para comprar una con vista a un lago –anunció, luego miró otra vez hacia adelante.
Yo mantenía más la opinión de que el dinero que se podía usar para comprar una
casa para jugadores era mejor gastarlo en hospedaje en posadas baratas y un mejor
equipo, pero dada la naturaleza proactiva de Asuna, ciertamente algún día podría
verla poseer una residencia junto a un lago. Quizá ella incluso me dejaría lanzarme
en su sofá… No, definitivamente no.
Mientras tanto, la góndola hizo su camino a través de los canales cerrados de
derecha a izquierda y nos dejó en nuestro destino en menos de diez minutos.
Más allá del pequeño muelle estaba un enorme pero antiguo edificio. Además de
las grandes puertas dobles que estaban frente al agua, parecía ser solo una casa
antigua sin ninguna característica notable.
Me acerqué al edificio con cautela y espié por las ventanas sucias. Dentro estaba
una habitación igual de desordenada, y al fondo esta lo que parecía un anciano
sentado en el piso, mirando a otra dirección. Pensé que podía ver una tenue marca
«!» dorada sobre su cabeza. Esta era nuestra misión NPC.
—…me sorprende que Argo fuese capaz de notarlo –comentó Asuna. Yo estuve
de acuerdo.
— Esto es más que solo buenos instintos… en fin, entremos.
Fui hacia la puerta principal y toqué dos veces. Luego de unos buenos segundos,
una voz ruda respondió: — No está cerrada. Entren si quieren algo.
Esto se siente como un verdadero dolor en el culo –pensé para mí mismo
mientras abría la puerta ancestral.
Dentro, fuimos saludados por un anciano en una mecedora que parecía a punto
de desbaratarse en cualquier momento, con una botella de licor en una mano y una
pipa en la otra. Técnicamente todo lo que hizo fue mirarnos con un ojo, por lo que
ni siquiera era un saludo.
Su frágil y medio calva cabellera y su desaseada barba eran de color blanco
hueso, pero su piel estaba bastante quemada por el sol, y los músculos de sus
brazos y pecho eran firmes. Parecía como un viejo marinero que una vez se jactó
de su fuerza y ahora estaba retirado y ahogado en el licor.
Asuna y yo compartimos una mirada, en la cual vi el mensaje es todo tuyo en sus
ojos. Dubitativamente traté de decir las palabras mágicas de la misión.

Reki Kawahara 50
BARCAROLA DE ESPUMA

— Um… señor, ¿puede ayudarnos con algo?


El anciano tomó un sorbo de su botella y murmuró: — Nop,
No hubo cambio en la marca sobre su cabeza o en mi registro de misiones. Si el
no respondió a la propuesta de siempre, eso significaba que este era el tipo de
misión del que se suponía que tendrías que llegar luego de escuchar historias de
todos en el pueblo. Seguir el camino apropiado que nos daría la palabra clave para
contratarlo, pero ya que usamos el sentido del olfato supernatural de Argo para
percibir la misión, sobrepasamos el proceso natural y no sabía lo que debía decir
para avanzar en la historia.
Quizá debíamos retirarnos y reunir información. Pero ya que gastamos nuestro
tiempo y cincuenta col para llegar aquí, sería una perdida irnos con las manos
vacías.
Miré por toda la enorme habitación, esperando encontrar alguna pista.
En un lugar propiamente limpio, algo fuera de orden seria visible de forma rápida,
pero esta era todo lo contrario. Habían demasiados objetos raros, era imposible
decir cual podría ser una pista en la historia. De la pared colgaba un enorme
pescado, había pilas de pieles de animales, arpones oxidados, madera de todos los
tamaños, recipientes con contenidos desconocidos, remos rotos a la mitad… no
podía hacer ninguna suposición, además que él era un antiguo marinero.
Justo cuando estaba por rendirme y hacer esto de la forma correcta, Asuna habló:
— Realmente no debería dejar las cosas así, tiradas por el piso, señor.
Ella tomó algo del suelo junto a la pata de la mecedora –un clavo medio oxidado
de unas cuatro pulgadas de largo. Probablemente había caído desde la antigua y
decrepita silla.
El hombre le dio una mirada al clavo en su mano y resopló con ira, por alguna
razón, luego tomó más de su bebida. Asuna se volvió hacia mí por ayuda, pero solo
pude fruncir el ceño:
— Solo colócalo en la mesa o algo.
— Bien…
Ella asintió y movió su mano para soltarlo.
Pero, sin pensarlo, le arrebaté el clavo.
— ¡Auch! ¡¿Q-qué?!
— Espera… este no es un simple clavo. Esto… tampoco es algo para lanzar. Es
un clavo cuadrado… ¿Dónde he visto esto antes? –murmuré para mis adentros,
trozos de información se conectaban dentro de mi cerebro.

Reki Kawahara 51
BARCAROLA DE ESPUMA

Puertas dobles que estaban frente al agua. Cuero y madera dentro de la


habitación. Una colección de objetos que había visto en un museo en la vida real
hace años. Una misión que no existía en la prueba beta.
Este anciano no es un antiguo marinero.
Lo enfrenté y tomé un profundo aliento.
— Señor, ¿puede construirnos un bote?

Reki Kawahara 52
BARCAROLA DE ESPUMA

Parte 3
Había pensado que esta misión sería un dolor en el culo, pero me equivoqué.
Era más que un simple dolor en el culo. Era un monumental, indescriptible dolor
en el culo, sin precedentes. Esa era la única forma de clasificar nuestra primera
misión en el cuarto piso: El «Carpintero Naval de Antaño».
— Escucha… no podemos llevar esto con nosotros hacia otro piso, así que, ¿Qué
tanto puede afectar un poco de compromiso? –rogué, pero Asuna no quería nada
de eso.
— No. Si él va a crearnos un barco, tiene que ser el mejor que pueda existir.
— Bien, bien. Por cierto, la palabra barco es un poco ostentosa para lo que
estaríamos recibiendo. Una góndola realmente es más como un bote.
— ¡Bien, será el mejor bote que pueda existir!
Estábamos abriéndonos paso por el bosque, en la noche.
A diferencia de las ramas secas, desoladas de la prueba beta, el enorme bosque
al sureste de Rovia ahora estaba lleno de vida. Prácticamente, la forma de las hojas
y ramas estropeando el cielo era muy similar a los bosques del tercer piso, pero el
suelo bajo los pies era muy distinto. El musgo húmedo y denso se tragaba la suela
de nuestras botas con cada paso, haciendo que la travesía fuese algo difícil. Encima
de eso, pequeños manantiales estaban por todos lados, y ya era la cuarta vez, en
tres horas de búsqueda, que metía mis pies en aguas profundas.
La razón por la que no estaba prestándole atención a mis pasos era porque
estábamos mirando hacia arriba mientras viajábamos. Asuna hacia lo mismo, pero
nunca la vi pisar el agua o tropezar con alguna raíz de los árboles. Tenía que ser un
valor de alta resistencia a los tropezones, o un stat de Suerte en la vida real
excelente.
Si fuese la última opción, deberíamos encontrar nuestro objetivo ya, pensé con
resentimiento. No estábamos cazando frutas y nueces detectables o panales de
abejas llenos de dulce miel.
Estábamos en la búsqueda de marcas de garras con cuatro puntas en los troncos
que marcaban el territorio del gran oso que gobernaba este bosque.
Ya habíamos derrotado a diez osos negros de tamaño normal desde que
entramos en los bosques. Se trataba de «grasa de oso» que el anciano carpintero
naval demandó, por lo que era obvio que la misión procedería perfectamente bien
con la grasa que esos osos negros ordinarios dropearon. En ese sentido, la cantidad
de problemas que esta misión representaba se determinaba por el jugador o la
jugadora en sí.

Reki Kawahara 53
BARCAROLA DE ESPUMA

Y Asuna estaba empeñada en la grasa del rey de los bosques, cuya existencia
había sido brevemente hablada por el anciano. Era bastante probable que la calidad
del objeto que lleváramos tuviese un efecto en la calidad del bote.
— Aun así, estoy un poco sorprendido. No pensé que te importaría demasiado
este tipo de cosas, Asuna –dije, escaneando las marcas de garras con la luz de la
luna. Su respuesta vino desde la derecha.
— ¿Qué tipo de cosa?
— Oh… este tipo de escenario sucede mucho en los RPGs. No tienes que
obtener el mejor resultado posible con el fin de cumplir el reto, pero si el jugador lo
quiere, este lo puede intentar. Supongo que es algo perfeccionista, ¿no?
— Bueno, no me gusta la forma en que suena, es como si estuviese tomando
ventaja… pero no estaba pensando ni en mecanismos ni diseños del juego. Solo
pensé, que el anciano podría ser busco y de pocos amigos, y que realmente quiere
hacernos un bote perfecto.
— Ya veo…
En ese punto, no había utilidad en demandarle compromiso.
Hace poco más de tres horas, en lo que exitosamente cambiamos la marca «!»
sobre la cabeza del viejo NPC a un «?», él exhaló una extensa cantidad de humo
de su pipa.
— Ya no sigo siendo un carpintero naval. El Gremio de Aguadores controla todos
los materiales que un carpintero naval necesita para construir botes. Pero si aún
quieren uno… primero, vayan al bosque al sureste de aquí y obtengan algo de grasa
de oso, para sellar la madera contra el agua. Pero si se encuentran al rey oso, es
mejor que corran y busquen un escondite. Estoy completamente seguro que su
grasa sería la mejor de todas, pero…
Hubo abundancia en ese dialogo de apertura como para sentir curiosidad, pero
el anciano cerró sus ojos y no mostró interés en la elaboración, por lo que salimos
de la casa, alquilamos otra góndola para movernos, luego dejamos el pueblo por el
portal sureste y seguir hacia nuestra ubicación actual.
El rey de los osos existió en la prueba beta, y perseguí las huellas de sus garras,
pero nunca me crucé con él. Pero por lo que había escuchado, hubo un número de
grupos de seis miembros que fueros dispersados por la ira del oso.
Era exasperante ir tras un enemigo tan mortal con solo dos personas, pero
estábamos a un nivel mucho mayor de lo que yo estuve en la prueba beta, y un oso
era un oso. No iba a atacarnos con fuego o veneno y no tenía habilidades de espada.
Los patrones de ataque no sería muy diferentes de los de un oso normal…

Reki Kawahara 54
BARCAROLA DE ESPUMA

afortunadamente… pero sería mejor si Asuna desistiera de esta idea tan loca… y
ya me estaba dando hambre de nuevo.
Y tras mirar hacia los arboles cientos de veces, mi mente vacilaba entre
optimismo y pesimismo, hasta que finalmente vi…
Un claro patrón de cuatro ranuras horizontales y profundas. Miré la espalda de
Asuna, y luego de un breve momento de duda, organicé mis ideas y la llamé.
— Oye, lo encontré.
— ¡¿Qué, en serio?!
Ella retrocedió inmediatamente y miró el lugar al que yo estaba apuntando, su
rostro brilló con expectación.
— ¡Tienes razón! Entonces, ¿si solo esperamos junto a este árbol, el oso
eventualmente saldrá por aquí cerca?
— Es de suponerse.
— Tomemos un descanso entonces. Necesitamos verificar… nuestras…
pociones…
Su charla a toda velocidad se detuvo en seco, por lo que levanté la vista para ver
qué pasaba. Sus cejas delgadas estaban contraídas por la preocupación mientras
miraba las marcas frescas. Cuando habló de nuevo, su voz era un 30 por ciento
más suave.
—…eh, ¿Kirito? Esas marcas que están en el árbol son más grandes de lo que
esperaba…
— ¿Eh?
Me volvió para ver las marcas de garras y calculé su tamaño desde el suelo.
Siete… quince… veinte… veinticinco pies de alto.
— ¿…que tipo de oso rasga un árbol a esa altura?
— Bueno, tendría que ser un oso de ese tamaño… veinticinco pies… de alto…
—…eso ya deja de sonar como oso…
A medida que nuestra conversación se silenciaba más y más, un pesado thud
detrás de nosotros sacudió el bosque.
Me volví lentamente, con miedo de lo que pudiese encontrar, vi la sombra de una
pequeña montaña de unas pulgadas de distancia.
Cada cabello gris era tan grueso como una aguja. Dos ojos rojos brillaron en la
oscuridad. Fauces feroces se dejaron ver de su boca. Garras como dagas surgían

Reki Kawahara 55
BARCAROLA DE ESPUMA

de sus extremidades tan gruesas como troncos. Y en su frente, brillantes y


afilados… cuernos.
—…sip, eso no es un oso. Tiene cuernos –murmuré. Sobre la cabeza de la
criatura que parecía un oso, aunque no lo era, un profundo cursor rojo carmesí
apareció con el nombre «MAGNATHERIUM».
— Grglolololo….
El gruñido que lanzó no era nada parecido al de un oso. Se sacudió y se levantó
verticalmente. El tronco de la bestia, el cual parecía extenderse por siempre,
bloqueó la luz de la luna y nos sumió en oscuridad. Esos ojos brillantes en la parte
más alta de la sombra negra efectivamente parecían estar al menos a veinticinco
pies de alto.
—…mantén la calma, Asuna –susurré con frenesí–. No puede ser tan ágil con un
tamaño tan grande. Mantente a un árbol de distancia entre tú y él en todo momento,
así no podrá cargarse contra ti.
Esta orden vino del conocimiento de que los osos negros con los que habíamos
estado luchando hasta ahora, amaban realizar ataques cargados directos. Mi
compañera asintió y ambos desenfundamos nuestras espadas. El Chivalric Rapier
+5 de Asuna y mi Anneal Blade +8 comenzaron a brillar tenuemente.
El Magnatherium rugió nuevamente en respuesta a la luz y abrió sus garras
enormes. Asuna y yo saltamos hacia atrás y nos retiramos hacia la parte trasera de
un enorme y antiguo árbol. Si el Magnatherium cargara primero de cabeza hacia el
tronco, eso lo debería aturdir brevemente. Luego podríamos golpearlo cada uno con
una habilidad sencilla y calcular cuánto daño se produjo.
En un único segundo, mi idea fue despedazada.
Una luz roja destelló profundamente en la garganta del Magnatherium. Era un
hermoso pero mortal efecto que había visto en un piso muy alejado en la prueba
beta – pero por primera vez desde que quedamos atrapados en este juego de la
muerte.
El pre-efecto para el aliento de fuego.
De inmediato, desistí de la opción de escondernos detrás del refugio del tronco
del árbol. A diferencia del aliento luminoso de Asterios the Taurus King en el
segundo piso, el fuego podía abrirse paso sobre los obstáculos hasta un límite.
Incluso si el árbol en sí se mantenía firme contra la llamarada, nosotros seriamos
fácilmente carbonizados detrás de él.
Quizá una carrera lateral. Pero los ojos rojos del Magnatherium nos siguieron
perfectamente. Si corríamos a los lados, este simplemente podía cambiar la
dirección de su explosión. Debía haber un método de evasión más confiable…

Reki Kawahara 56
BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡Por aquí!
Con un repentino estallido de inspiración, sujeté el delgado cuerpo de Asuna con
mi brazo izquierdo y salté directamente hacia atrás. Uno, dos, tres pasos, y ya me
encontraba en el lado derecho. Era uno de los pequeños manantiales naturales,
pequeño pero profundo, eso me había molestado durante nuestra búsqueda.
Al mismo tiempo que salté en el agua sin dudarlo, llamas naranja explotaron de
las fauces de Magnatherium.
Justo después de que todo mi cuerpo fuese empapado por agua helada, la
superficie del agua se tornó roja. Empujé a Asuna hasta el fondo del manantial e
intenté sumergirme tanto como pude.
Las llamas rozaron y aullaron por aproximadamente cinco segundos, llevando el
agua casi congelante del manantial a un nivel templado. Por un momento, temí que
esta pudiese alcanzar la temperatura hirviente, pero el aliento finalmente se esfumó
justo en lo que llegó a ser un baño caliente. En lo que la superficie sobre nosotros
se oscureció, salimos.
Tan pronto ella pisó suelo sólido, su largo cabello y el borde de su capa
completamente empapados, Asuna murmuró: — Eso definitivamente no es un oso.
— Obviamente, no –asentí, escaneando los alrededores.
El Magnatherium no había movido nada, pero el terreno frente a él estaba
ennegrecido y humeante. El árbol que creí que nos sería útil para cubrirnos aún
estaba de pie, pero estaba quemado y ceniciento. Como temí, las llamas cubrieron
la parte posterior.
— ¿Qué piensas? ¿Deberíamos correr? –pregunté, reconociendo que eran muy
peligroso retar tal enemigo mortal sin preparación alguna o conocimiento de
antemano. Pero Asuna no habló de inmediato.
—…no tenemos que forzarnos a luchar contra él, pero al menos quiero reunir un
poco más de Intel. Debemos aprender más sobre los ataques del oso para así
derrotarlo la próxima vez.
Pensé rápido, observando al Magnatherium muy de cerca como si lentamente se
alejara sesenta pies.
Mientras hubiese un manantial cercano en el que saltar, podíamos evadir
fácilmente esos ataques ardientes sin daño alguno, y probablemente este no tendría
ninguna habilidad especial extra de la que preocuparnos. Sus ataques físicos sin
duda no eran peligrosos, basado en esas garras con apariencia de cuchillos, para
protegernos de ellas podíamos usar los arboles como escudo.
—…bien. Comencemos a retroceder al puedo y recolectemos algo de
información.

Reki Kawahara 57
BARCAROLA DE ESPUMA

— Trato hecho.
Mientras tanto, el Magnatherium comenzó a avanzar. Empezó con avance de
cuatro patas muy calmado, pero luego, como si hubiesen levantado un interruptor,
comenzó a cargar. La vista de esa figura imponente, sobrepasando los doce pies
de altos en los hombros – sobre la altura de los Bullbous Bow del segundo piso –
corriendo y pisoteando la tierra, no era más que puro terror.
— ¡No solo tiene su propio nombre, estoy comenzando a creer que realmente es
el jefe de campo!
— ¡Al menos, definitivamente no se trata de un oso! –susurró Asuna mientras
corríamos. Giramos a la derecha del Magnatherium, esperando evadir el curso de
su carga, pero simplemente se volvió y nos siguió.
No solo estábamos corriendo a ciegas, sin embargo. Una vez que maniobramos
hasta un enorme y antiguo roble parado entre nosotros, mantuvimos esa posición.
— ¡Vamos… haz lo peor!
Si se lanzaba primero de cabeza hacia el árbol de seis pies de ancho, eso al
menos lo detendría por varios segundos. Pero dos segundos después, mi poderoso
reto se convirtió en sorpresa: — ¡De ninguna manera!
Como esperé, el Magnatherium cargó directamente hacia nosotros y chocó con
el árbol a toda velocidad, pero al igual que el horrendo martillo de un gigante, los
cuerdos gruesos y cortos en su frente convirtieron el amplio tronco del árbol en
astillas.
Afortunadamente, eso detuvo un poco el ataque, pero el oso demoniaco no quedó
aturdido. Rugió poderosamente al otro lado del árbol inclinado.
— ¡¡Gyazgrowwwahhh!!
Mis oídos resonaron con el estruendoso volumen de su aullido, le susurré a
Asuna: — Oye, ¿Cuáles son los enemigos naturales de un oso? — Primero que
todo, esto no es un oso… pero en la vida real, los enormes osos no tienen enemigos.
Ellos podrían ser derribados por un tigre o una ballena asesina una vez cada cierto
tiempo, creo.
— B-bueno, eso es grandioso. ¿Alguna debilidad?
— ¿Por qué me lo preguntas? Um… creo que leí en un libro hace tiempo que sus
hocicos son muy sensibles…
— El hocico –repetí, mirando fuertemente al Magnatherium mientras comenzaba
a moverse.
La frente de la bestia estaba protegida por esos cuernos duros, pero su hocico
negro estaba indefenso. Por otro lado, incluso en cuatro patas, estaba al menos a

Reki Kawahara 58
BARCAROLA DE ESPUMA

diez pies del suelo, por lo que no podía siquiera golpearlo con mi espada. Podría
ser capaz de golpearlo con una habilidad de espada tipo salto, pero si reaccionaba
a mi ataque y se incorporaba, seriamos acabados.
— ¡Que no daría por un buen encantamiento, algo de magia hielo con efectos
físicos, hacer caer carámbanos de hielo o algo así. Al menos así sería capaz de
realizar ataques críticos en él un par de veces…
— ¡¿Qué hay de, en lugar imaginarte cosas que no sucederán, decides lo que
debemos hacer?! –demandó Asuna, destrozando mis frágiles sueños y esperanzas.
De alguna forma ella había abierto su ventana en la sección del mapa. Fue
preparado para ser visible entre los miembros del grupo, por lo que me incliné para
echarle un vistazo.
En realidad fuimos lanzados hacia el centro del bosque en la región sureste de
Rovia. Había acantilados completos al norte y al este, más allá de los cuales estaba
el rio de siempre. El mapa era grisáceo, pero si mi memoria de la prueba beta no
fallaba, había acantilados en el sur también. Se trataba de unas buenas cincuenta
yardas de distancia desde el bosque hasta la superficie del agua, por lo que incluso
si el rio estaba debajo, no sabía si podríamos sobrevivir a la caída.
En otras palabras, saltar hacia el rio para escapar no era una opción. Teníamos
que dejar el bosque por el oeste y escapar hacia la zona segura de Rovia…
— Oye –Asuna tiró de mi manga, arrastrando mi mirada desde el mapa hacia su
rostro–. Parece que el oso va a quedar inmóvil por un rato tras lanzar su aliento de
fuego y derribar los árboles.
Tras su sugerencia, miré al Magnatherium. El oso gigante, que acababa de
derribar un árbol inmenso solo con sus cuernos, no estaba exactamente aturdido,
sino inmóvil, resoplando y aullando. De seguro atacaría si nos acercáramos, pero
como Asuna se percató, tras el ataque de su aliento y el cargar contra los árboles,
dejó de moverse por un tiempo. En otras palabras, si pudiésemos convertir eso en
un hábito, escapar podría no ser tan difícil.
— Esa es la debilidad número uno… si puedes al menos llamarla una debilidad
–murmuré.
Era un hábito útil el tomar ventada de ello cuando se escapaba, pero no lo era
cuando se trataba de derrotar a la bestia, porque aun necesitábamos acercarnos
para atacar. Además, había demasiados arboles mayores con el grosor suficiente
para detener al oso. Si nos quedábamos en el área, eventualmente él los derribaría
todos…
En ese punto, noté algo extraño.

Reki Kawahara 59
BARCAROLA DE ESPUMA

No tenía nada que ver conmigo, Asuna o el Magnatherium. Cerca de la criatura,


el tronco del árbol caído estaba allí de forma parcial, aunque sus raíces y ramas
fueron destrozadas como cristal y desaparecieron al instante.
Era un objeto que cayó al suelo pero, en lugar de desvanecerse, estaba allí.
Significaba que era un objeto que podía tomarse.
— Eh, Asuna, ¿Cuánto espacio de almacenamiento aun posees? –pregunté,
luego recordé que ella había alcanzado el límite de capacidad con pequeños
artículos de traje de baño.
Pero Asuna pareció comprender exactamente lo que estaba pensando.
— Tengo espacio suficiente. ¿Recuerdas que te dije que regresé la mayoría de
la ropa que cosí en mi entrenamiento de la habilidad de Costura a su forma de
material?
— Ah sí. Por supuesto. Bueno, si no te importa, cuando me llevé al oso lejos,
¿podrías ir y agarrar el tronco que está a sus pies y verificar el nombre que tiene y
si posees o no suficiente espacio para guardarlo?
Hubo sospecha en sus ojos, pero Asuna no reclamó.
— Seguro.
En el mismo momento, el Magnatherium estalló en vida nuevamente. Unos
cincuenta segundos habían pasado desde que chocó contra el árbol. Recordé una
pausa de veinticinco segundos luego de su aliento de fuego, el cual ciertamente nos
dejó suficiente tiempo para escapar si hubiésemos aprovechado.
Le di una palmada en su brazo izquierdo como muestra de apoyo y salí de la
maleza que estábamos usando como cubierta.
— ¡Por aquí, osito de peluche crecidito! –grité, corriendo por la derecha del
monstruo, el Magnatherium saltó con una agilidad que contradecía su volumen
masivo y comenzó a dar zancadas detrás de mí, haciendo retumbar el suelo con
cada una.
Cuando no usaba su ataque cargado especial, el monstruo solo era un poco más
lento que yo. El problema era el terreno amenazador de musgo húmedo y raíces
torcidas que amenazaban un desliz o expedición en cualquier momento. Guié al oso
hacia el norte, prestando toda la atención posible al suelo que estaba ante mí.
Una vez que vi que estaba al menos a treinta yardas lejos de Asuna, me detuve
y giré.
No esperé derrotar a la criatura al primer intento, pero al menos quería tener un
sentido de cómo luchar con él. Sujeté mi Anneal Blade y esperé que el oso
descendiera hacia mí.

Reki Kawahara 60
BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡Gyoglrugul! –rugió, sin rastro de mamífero. El brazo frontal derecho del


Magnatherium osciló hacia arriba, una extremidad mucho más densa que el cuerpo
humano.
Las garras brillaron hambrientas mientras tomaban la pálida luz de la luna.
Mientras la pata venia rugiendo hacia mí, active la habilidad de espada Slant4. La
hoja densa, brillando de un ligero color azul, chocó en el aire con las cuatro garras.
Una tremenda onda de choque pasó a través de los brazos de mi avatar, así como
también, hombros, caderas y piernas.
Fui derribado hacia atrás por la poderosa colisión y mi espalda impactó contra un
árbol, pero aún estaba de pie.
El Magnatherium no había sido derribado, claro, pero su pata delantera aún
estaba flotando en el aire por el impulso de mi golpe. Por lo que al menos, podía
usar una habilidad de espada para desviar un ataque ordinario. Por otro lado,
añadiendo que mi Anneal Blade +8 tenía cuatro puntos extras de filo y cuatro de
durabilidad, una espada débil probablemente no podría soportar la conmoción.
Chequeé mis pies y miré ambas barras de HP. El enemigo resultó ileso, claro. Yo
había recibido un poco de daño por chocar con el árbol detrás de mí, pero no fue
algo serio.
— Ahora me toca –rugí y di un paso al frente.
Los ojos del Magnatherium destellaron de color rojo, aunque no podía haber
reconocido mi reto. Resopló y retiró ambas patas delanteras del suelo, colocándose
lentamente en posición erguida.
Sentí que se acercaba más de ese aliento de fuego, y miré detrás de mí. Había
una pequeña superficie de agua azul brillando al fondo de la arboleda. Si saltaba en
él, podría evadir ese aliento ardiente como la última vez, pero el miedo enraizó mis
pies en el acto.
El enorme monstruo grisáceo de más de veinte pies contuvo su respiración como
un bramido y abrió ampliamente sus fauces.
En ese instante, me abalancé hacia adelante en lugar de ir hacia atrás. Supe que
él podía seguir las maniobras de flaqueo sin problemas, pero no había probado su
parte posterior, aun no. Una vez que estaba a medio camino del oso, sentí una luz
roja encima. Seguí corriendo a toda velocidad, evadiendo el aliento mientras ejercía
presión con otro rugido ensordecedor.
Cuando las llamas golpearon el suelo justo detrás de mí, estas crearon una
ventisca que azotó mi espalda.

4
Sesgo.

Reki Kawahara 61
BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡Auuuch! –rugí, pero hizo un buen uso de impulso extra para acortar las ultimas
yardas y atacar directamente las piernas del Magnatherium cuyo tamaño eran como
el tronco de un árbol. Una vez estuve detrás del oso, frené y giré.
Como esperada, el oso no se volvió, sino que quedó viendo al frente, disparando
su aliento de fuego.
¡Esta es mi oportunidad!
Eché hacia atrás mi fiel espada y establecí mi objetivo. Apuntando directamente
a su cola de oso del tamaño de un barril pero aun corta, preparé la habilidad de
espada de empuje, Sonic Leap.
Brillando de amarillo verdoso en la oscuridad, dejé que la auto-ayuda del sistema
de juego me llevara hacia adelante hasta que mi espada se encontró con la cola del
oso a unos diez pies del suelo.
Hubo una resistencia satisfactoria en el ataque. La enorme masa del oso se
arqueó y el ataque de fuego se detuvo abruptamente, dejando pequeños rastros de
llamas que cayeron desde el aire hacia el suelo.
Mientras saltaba hacia atrás y aterrizaba, la bestia dejó escapar un chillido agudo:
— ¡¡Zigyawrl!!

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BARCAROLA DE ESPUMA

Reki Kawahara 63
BARCAROLA DE ESPUMA

Este bajó sus patas al suelo y comenzó a correr hacia adelante. Una vez hubo
tomado una distancia considerable, finalmente se volvió hacia atrás.
Ahora había una ira rojo ardiente en sus ojos – mientras no fuese el hocico, la
cola parecía ser un punto crítico para él. Verifiqué el cursor del Magnatherium
mientras retrocedía y noté que la barra HP había bajado – no mucho, pero si
suficiente.
— ¡…bien!
Levanté mi puño ante la primera porción apropiada de daño que le había
infringido hasta el momento.
— No, no está bien –vino una voz familiar desde la retaguardia. Me volví hacia
mi izquierda y vi a mi compañera temporal con una mirada fría en su rostro.
— Dijiste que escaparíamos, y ¿ahora te veo luchando con esa cosa?
— Eh… no, solo reúno información –comencé a explicar, luego recordé que le
había pedido hacer momentos antes–. Oh, cierto. ¿Qué hay del tronco?
— Lo recogí y lo coloqué en mi inventario. Probablemente puedo colocar otros
cinco allí. Se llama «Núcleo de Madera Noble».
Procesé la información dentro de un segundo: — Te apuesto que es otro material
de la góndola, tal como la grasa del oso.
— ¿Huh…?
— Escucha, podrás estar cansada de verme tratando de predecir esas cosas,
pero puedo decirte que esta es una de esas misiones que te obliga a visitar el mismo
lugar muchas veces. Le llevaremos la grasa de oso al anciano, él nos dirá que ahora
necesitamos madera. Probablemente haya uno o dos ingredientes más que
necesitemos en estos bosques además de eso.
— Significa… que al igual que con la grasa, ¿podría haber versiones normales y
ficticias de madera? –preguntó. Como siempre, ella era una aprendiz rápida.
— Apuesto que puedes obtener el tipo de madera normal talando con un hacha
algún árbol antiguo. Pero también apuesto que el material ficticio solo puede ser
segados de árboles que son lo suficientemente grandes que necesitas la habilidad
de Talado para derribarlos.
—…entonces no tenemos más opción que obtener esa habilidad.
Asuna realmente estaba empeñada en tomar cada último paso para asegurarse
que obtendremos el mejor bote posible: — Oh, pero el tronco que tomé dice que era
«Madera Noble». ¿Eso significa que realmente es ficticio?

Reki Kawahara 64
BARCAROLA DE ESPUMA

— Si. Mira, ellos estableces una forma para que tu obtengas materiales lujosos
sin necesidad de la habilidad de Talado. Solo tienes que usar al osito crecidito…
Justo cuando dije eso, el osito crecidito se estaba recuperando del daño de su
cola herida. Comenzó a saltar hacia adelante en sus cuatro patas, luego bajó sus
cuernos para otro ataque cargado.
— ¡Aquí viene! ¡Busca un árbol…!
— Por allí –dijo Asuna, apuntando al suroeste mientras yo estaba distraído
observando al oso. Ella de hecho había encontrado un árbol que era igual de grande
que el que el oso terminó pulverizando minutos atrás, revelando su oscuridad contra
el cielo nocturno.
— Bien, ahora necesitamos llevarlo…
— Para que cargue contra el árbol, lo sé. Luego recogeré el tronco, y tu iras y lo
guiarás hacia el próximo árbol. Lo tengo.
***
Conducido por un camino que nunca antes había visto, Asuna dio la mayor de
las órdenes mientras nos coordinábamos para, eventualmente, provocar las doce
colisiones del oso contra el árbol.
El número de Núcleos de Madera Noble que cayeron de cada árbol fue
determinado aleatoriamente entre cero y tres, lo que nos produjo frustración y
euforia, y una vez que estuvimos cómodos con el llevar al oso por todos lados,
ambos, esencialmente llegamos al máximo de la capacidad de almacenamiento. No
pude evitar caer en esa antigua maldición, si solo hubiese elegido la Expansión de
Espacio de Inventario…
— No sé si esto será suficiente para el carpintero naval, pero de todas formas no
podemos llevar más de esto. Una vez que nos reunamos con él otra vez,
escapémonos y volvamos al pueblo –le susurré a mi compañera.
— Pero, aun no tenemos la grasa –apuntó.
Repliqué hacia el cielo: — C-cierto… mierda. Y la misión no avanzará a menos
que le entreguemos eso. Y supongo que negociarlo con grasa de oso normal es…
— Ni lo sueñes.
— Claro –acepté, abatido. Utilicé el actual estado sentado/post-carga para
chequear el estatus de su HP.
Había aprovechado el tiempo para atacar su cola y sus patas un par de veces
durante nuestra cuidadosa manipulación, y mientras estaba tratando de pensar que
ya había bajado a solo 90 por ciento, la verdad era que aún le quedaba 90 por ciento.
Si yo fuese en serio con respecto a derrotar a la criatura, tendría que abandonar el

Reki Kawahara 65
BARCAROLA DE ESPUMA

plan de evasión céntrica que estábamos siguiendo y arriesgarme a retarlo a un


combate cerrado.
El Magnatherium solo cargaría cuando estuviese a la distancia suficiente entre él
y su objetivo, pero por mi experiencia sabía que sería un aliento de fuego a
quemarropa. No tenía la garantía de pasar corriendo exitosamente a través de sus
piernas a cada momento, y tampoco existía garantía alguna de que encontraría un
manantial cerca. Basado en cuanto calor había sido absorbido por el agua en esos
intentos, no podía solo acercarme a un pozo en particular y reusarlo.
Asuna leyó mi mente: — Hay una serie de cuatro manantiales en sucesión
cercana allí. Si los usas en orden, podrías ser capaz de mantenerte evadiendo el
fuego.
— Ah, grandioso.
Sus poderes de observación y decisión eran únicos, como siempre. Pero aun
tenía mis dudas. Le pregunté a la esgrimista algo que estaba dando vueltas en mi
mente.
— Asuna. ¿Acaso no solo estas… siendo terca, verdad?
— ¿Huh…?
La miré y continué:
— El anciano quiere construir el mejor bote posible. Por lo que tú quieres llevarle
los mejores materiales que puedas – eso es lo que dijiste. Pero si ese
sentimentalismo es algo que el juego te está haciendo decir, porque no quieres
dejarlo ganar, hacerte sentir que no eres suficientemente buena… entonces no creo
que debamos luchar con el oso. La victoria en este juego, en este mundo, no es
completar las misiones con el mejor resultado…
— Es para sobrevivir –terminó ella con un tenue susurro–. No te preocupes, no
me estoy centrando en los resultados. El mayor motivo para hacer esto es que creo
que tú y yo podemos derrotar al oso.
Mi única respuesta a eso fue sonreír torpemente:
— Entonces promete mente una cosa. La próxima vez que te diga corre, hazlo al
instante, sin replicar.
— Está bien –respondió al instante. Yo estaba listo – habíamos observado al
Magnatherium de la muerte por aproximadamente veinte minutos, y sus patrones
realmente no eran tan complejos. Podíamos ganar, siempre y cuando
mantuviéramos firme nuestra concentración.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Cuando se acerque a combate cerrado, desviaré sus ataques con habilidades


de espada, y podrás rotar para un único ataque. No tientes la suerte, incluso si crees
que puedes lograrlo con otra habilidad de espada.
— De acuerdo.
— Entonces… ¿lo intentamos?
Nos preparamos al mismo tiempo que el oso se recuperó de su posición
horizontal. Miré a la enorme bestia mientras se acercaba pesadamente en cuatro
patas, cortando todos los pensamientos innecesarios y sacándolos de mi cabeza.
Sacudí mi fiel espada y corrí pateando el suelo húmedo hacia el área de
manantial concentrado que Asuna había encontrado.

Reki Kawahara 67
BARCAROLA DE ESPUMA

Parte 4
Había sido ingenuo.
Nunca comprendí que era bastante fuerte.
Una precisión y un poder realmente sorprendentes. Para la combinación de las
habilidades de espada y el Chivalric Rapier +5 de Asuna, esa era la única
descripción posible.
— ¿Lo ves? Te dije que podíamos ganar –comentó sonriente al final de nuestra
batalla de cincuenta minutos contra la mitad bestia que simplemente estuvo dando
vueltas a diestra y siniestra para derribar árboles. Lo único que pude hacer fue
mirarla.
Si bien ella parecía algo cansada, eso no era nada comparado a mi agotamiento.
Ella verificó enérgicamente los objetos dropeados. Cuando golpeó la pestaña de
objetos recientemente adquiridos, dejó escapar un breve aullido de emoción.
— ¡Ooh, wow! Obtuve cuatro «Grasas de Oso Legendarias». También algunas
pieles, garras y… ¿Qué es esto? ¿«Palma del Oso de Fuego»?
— Si fuera tú, no lo materializaría. De seguro es bastante desagradable –advertí,
elevándome a una postura de pie para abrir mi propia ventana.
Poseía tres depósitos más de grasa de oso. Eso tenía que ser suficiente para la
misión. También piel y garras, aunque, para bien o para mal, no tenía patas. En
cambio, había un «Cuerno del Oso de Fuego». A lo mejor era uno de los cuernos
de la frente del Magnatherium.
Dándole una última mirada al momento, cerré mi menú y suspiré.
Eran más de las once de la noche, y aunque pude dormir algo en la tarde, ahora
me encontraba completamente fatigado.
— ¿Ehh… Asuna?
— ¿Qué?
— Cuando regresemos al pueblo, ¿reportarás la misión de inmediato?
— Pues, es obvio.
— Si, es obvio.
Si solamente el carpintero naval estuviese realmente despierto –pensé.
De regreso al pueblo, solo tuvimos un encuentro enemigo contra el monstruo tipo
planta «Gaudy Nepenthes», por lo que el viaje de regreso al portal sureste de Rovia
fue bastante doloroso. Alquilamos dos góndolas, las cuales parecían estar

Reki Kawahara 68
BARCAROLA DE ESPUMA

disponibles para negocios las 24 horas del día, y nos dirigimos al sector noroeste
del pueblo.
Cuando llegamos a la casa del anciano, ya eran las 11:50 pm, pero las ventanas
aun estaban iluminadas, por lo que tocamos sin dudarlo. El antiguo carpintero naval
estaba clavado en su mecedora, como de costumbre, alternándose de forma
interminable la botella y la pipa.
— Trajimos algo de grasa de oso –dijo Asuna, produciendo la grasa de oso, que
afortunadamente se materializó en una jarrita, en lugar de abrirse en el aire. El
anciano enarcó una ceja.
— Ese hedor… obtuvieron la grasa del rey, ¿no?
La botella de whisky cayó al piso. Su potente mano arrebató la jarra de grasa, y
con un pequeño tintineo, nuestro registro de misión se actualizó.
— Hmph. Pero esto no es suficiente.
Colocó la jarra en la mesa cercana con un thunk. Intercambié miradas con Asuna
y esta vez saqué la jarra que yo tenía. El anciano siguió sacudiendo su cabeza, y
por un momento sentí miedo de tener que luchar otra vez con el oso monstruoso,
pero al menos, ante la cuarta jarra, el tintineo se repitió.
— Hmph. Muy bien. Realmente quieren que este viejo saco de huesos les
construya un barco, ¿eh?
— Por supuesto. ¡Necesitamos su ayuda, señor! –rogó Asuna, realmente no
podría conmoverlo con eso. El anciano colocó su pipa en la mesa y levantó sus
manos. Sus dedos, cicatrizados y rasgados, giraron en el aire por un momento,
luego cayeron y sonaron de nuevo.
—…como se los dije, el Gremio de Aguadores controla todos los suministros.
Para hacerles un bote, necesitaré un montón de madera. Y eso quiere decir abedul
macizo o roble del bosque sureño.
Pausó para un efecto dramático, y luego continuó:
— Pero la madera de construcción de barcos más grande es la teca. Puedo
hacerles un trabajo realmente resistente si pueden traerme el núcleo macizo de una
teca antigua y enorme. Por otro lado, eso podría estar más allá de la habilidad de
taladores novatos…
El registro de la misión se actualizó, lo que indicó el inicio de la segunda parte del
«Carpintero Naval de Antaño». Asuna y yo nos propusimos ir a nuestros menús,
creando los Núcleos de Madera Noble.

Reki Kawahara 69
BARCAROLA DE ESPUMA

En el momento en el que los troncos enrojecidos cayeron formando una pila, creí
notar que los ojos del anciano se habían abierto brevemente de par en par. Nah,
tuvo que ser mi imaginación.
En el momento en el que el carpintero naval se levantó de su silla para comenzar
a construir la góndola de dos puestos que le solicitamos, Asuna y yo habíamos
descargado cuatro Grasas de Oso Legendarias, ocho Núcleos de Madera Noble,
seis Garras de Oso de Fuego –para ser tratadas y convertidas en clavos– y dos
Pieles de Oso de Fuego para revestir los asientos.
Vi con sumo cuidado al anciano, relajado de que teníamos más de lo que
necesitábamos. Cruzó su desordenada habitación y se detuvo frente a una puerta
que había en la pared sur, luego sacó una llave de su bolsillo para remover el
enorme candado.
La pesada puerta sonó al abrirse y revelar un estudio de carpintería. Vislumbré
enormes sierras, martillos, cinceles, y planos embutidos en el espacio, todos ellos
pulidos hasta brillar.
— Y pensar que algún día tendría que usar esto de nuevo –murmuró el anciano
con remordimiento.
A partir de mañana probablemente tengas un torrente de órdenes –pensé para
mí mismo. Asuna y yo parecíamos ser los únicos que actualmente trabajan en «El
Carpintero Naval de Antaño», pero no íbamos a mantenerlo en secreto. Los
miembros de los Dragon Knights y Liberation Squad estarían por allí nadando en
los ríos y canales para completar las diversas misiones encargadas fuera del pueblo.
No pude evitar desear poder decirle a esos orgullosos de la línea delantera,
cantando en línea con sus boxers-bañadores y flotadores, pero debíamos reportar
nuestro hallazgo a Argo lo más pronto posible, para que ella pudiese diseminar la
información. Como un beater, no tenía miedo de una mala reputación, pero no
quería que Asuna sufriera por mí.
Después de todo, ya ella había generado mucha atención por el poder de su
Chivalric Rapier en la batalla del tercer piso. Si se descubría que ella de hecho tenía
una ranura de habilidad extra gracias a la Botella de Cristal de Kales’Oh, los dos
poderes principales de la línea delantera realmente se enseriarían en reclutarla.
Incluso podrían…
Los pasos del anciano regresando me sacaron de mis pensamientos. Levanté la
mirada para verlo tendiendo un enorme pergamino encima de la mesa. Con una
mano dio un golpecito al pergamino blanco puro y dijo: — Ahora díganme como
quieren construido su bote.
El registro de misión se actualizó y mostró una ventana purpura ante nuestros
ojos. Parecía ser un dialogo de diseño de góndolas, lleno de campos para introducir

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BARCAROLA DE ESPUMA

textos, y menús desplegables. En la parte superior, mi nombre y el de Asuna estaba


plasmados en el campo de «propietarios». La misión debió haber sido diseñada
para dar los derechos de propiedad compartidos a un grupo entero.
— ¿Qué es esto? –preguntó Asuna, estirando su cuello. Creí detectar un brillo
en sus ojos–. Oooh, wow. ¡Entonces incluso una con dos asientos, podemos decidir
su forma, color nombre, todo!
Ella se acercó con un dedo para explorar las opciones, y me moví para darle
espacio, pero la ventana me siguió.
— Aguanta –dije, dirigiéndome al menú de configuración de grupos y cambiando
la posición líder a Asuna. El progreso de misión estaba compartida en miembros del
grupo, pero en muchos casos, sitios donde las decisiones detalladas tenían que
hacerse eran restringidas solo al líder.
Ahora que ella había heredado el control por parte mía, Asuna tenía estrellitas en
sus ojos.
— ¿Con que color deberíamos ir? Parece que tenemos todo un circulo RGB para
elegir.
— No me interesa el color… elígelo tú, Asuna.
— Nuh-eh, ambos somos los dueños, por lo que tenemos que elegirlo
apropiadamente.
— Eh, cierto… en ese caso, elijo el neg…
— ¡El negro no! ¡Se siente como si terminaremos hundiéndonos!
— Oh… bien. Bueno, entonces…
Solo quería terminar con eso para así poder regresar a la posada, pero ella lo
sabía –y se enojaría– si no tomaba esto seriamente, por lo que traté de ser lógico.
— Ummm… bueno, el barco no va a entrar en nuestro inventario, lo que significa
que tendremos que atarlo en cualquier lugar que lleguemos. Quizá el color que
encaje con la noche sería bueno. Algo como blanco o naranja…
— Ya veo. Creo que el blanco seria bien –pero no blanco nada más, eso aburre.
Quizá algo cercano al marfil.
— N-no veo por qué no.
— Veamos… justo aquí –dijo Asuna, arrastrando el circulo de color con su dedo
hasta que hubo seleccionado el blanco marfil majestuoso. Apenas había suspirado
de alivio más de esos submenús aparecieron, preguntando por lo colores que
adornarían la proa, popa, decoraciones, laterales, y asientos del barco.
— Eh, te dejaré el resto de esas cosas a ti.

Reki Kawahara 71
BARCAROLA DE ESPUMA

— Oh, bien… los elegiré todo, entonces –dijo Asuna con aparente frustración, a
pesar de la continua presencia de las estrellas en sus ojos. Retrocedí, alejándome
de ella y me senté en una silla redonda junto a la mesa.
El anciano, quien pacientemente estaba sosteniendo los planos del barco
abiertos en la mesa, murmuró: — Siempre se ha dicho que una jovencita toma tarda
tres veces más tiempo en diseñar su barco.
— Uh… ya veo. Eso… es bueno saberlo –remarqué.
Finalmente, no fue sino hasta la una en punto de la mañana que el coloreo
detallado, diseño del barco con diversas características de decoración, forma y
ubicación de los asientos y otras cosas terminaron. Pero cuando Asuna se volvió
hacia mí, no parecía cansada en lo más mínimo.
— Por último, démosle un nombre a nuestro bote.
— Uh… un n-nombre, ¿eh?
Para ser honestos, no tenía fe alguna en mi habilidad de dar nombres. Incluso el
nombre de mi personaje, Kirito, fue solo un arreglo de mi nombre real.
— Ummm… yo también dejaré esto a tu elección –ofrecí esperanzadamente,
pero para mi sorpresa, Asuna miró profundamente en mis pensamientos.
— Como un asunto de hechos, hubo un nombre grandioso que me vino a la
mente antes.
— ¿Oh… cómo cuál?
— Bueno, leí que en muchos países foráneos, se les da nombres femeninos a
los botes… y se me ocurrió que deberíamos nombrarlo como la hermana de Kizmel.
Mis ojos se abrieron de par en par, sorprendido.
La Caballero Élfica Oscura Kizmel, a quien conocimos en el tercer piso, me había
contado la historia de su pasado frente a un cementerio en la parte posterior de su
campamento. Ella tuvo una hermana menor, una herborista, que murió en una
batalla contra los Elfos de Bosque.
Y su nombre era…
— Tilnel, ¿cierto? Entonces sería la Tilnel… ¿por qué no? –dije, asintiendo,
Asuna sonrió ampliamente a mi espalda.
Ella escribió las letras en el campo en la parte superior de la ventana en el acto,
luego me llamó:
— ¿Se deletrea así?
Me levanté de la silla y miré lo que ella había escrito: Tilnel. Asentí.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Bueno, presionemos el botón finalizar juntos.


— ¡¿Whuh?!
— ¿Qué? ¿No quieres?
— Eh, no, no es eso, claro está –dije, sacudiendo mi cabeza. Estiré mi dedo
índice hacia el botón en la parte inferior derecha. Asuna hizo lo mismo, luego me
miró, murmurando las palabras–. Preparados, listos…
Justo cuando ambos estuvimos a punto de presionar el botón, sujeté su mano y
grité: — ¡No, espera!
— ¡¿Q-qué?!
— Mira, este campo está vacío todavía.
Apunté a un menú desplegable titulado Equipamiento Opcional. Asuna lo miró y
se encogió de hombros.
— Oh, eso. Bueno, no tenía opciones en él.
Ella tocó el menú para mostrar que la lista que aparecía realmente estaba vacía.
Probablemente significaba que no teníamos los objetos que podían equiparse en el
bote.
— Hmmm… ¿Te importa si lo verifico por mí mismo, solo por si acaso?
— Adelante.
Con su permiso, cambié el liderazgo. Cuando verifiqué el menú desplegable por
mi cuenta…
— ¡Ooh, hay algo allí!
— ¿Huh? ¡¿Qué es?!
Pegamos nuestros rostros mejilla con mejilla para otear la pequeña ventana, que
mostraba una única opción.
— ¿Cuerno del Oso de Fuego…?
Sentí una premonición terrible elevándose en mi pecho mientras leí esas
palabras. Asuna también parecía preocupada.
— Cuerno… ¿parece el tipo de cuerno que las antiguas cocinas usaban para
mostrar? ¿Por qué una góndola necesita algo así?
— No sé lo que tú necesitarías. Especialmente esta parece de esas opciones que
no se muestran a menos que tengas de una vez los objetos necesarios…

Reki Kawahara 73
BARCAROLA DE ESPUMA

Tras pensarlo, imaginé que era lo mejor ir a preguntar, por lo que miré al anciano
a un lado de la mesa.
— Eh… –comencé, luego comprendí que no sabía cómo llamarlo. Verifiqué el
color del cursor de NPC y vi que su nombre era Romolo.
— Eh, Romolo-san. ¿Necesitaremos este cuerno opcional?
Intenté hacer mi pregunta lo más simple posible por si acaso, pero el viejo Romolo
no respondió en el acto. Temí haberle preguntado algo que sus parámetros eran
incapaces de responder, pero resopló antes de poder rehacer la pregunta.
— No lo necesitaran si solo piensan viajar por Rovia. Pero si conducen fuera de
allí, eventualmente lo necesitaran.
— Quiere decir… ¿que podríamos necesitarlo para luchar contra monstros en el
bote?
— Quizá sí… o quizá no –dijo sin mucha ayuda. Sacudió su pergamino de nuevo–.
De cualquier forma, este es su barco. Si quieren colocarle el cuerno o no, es decisión
suya.
Mi compañera y yo compartimos otra mirada. La primera en hablar fue Asuna: —
Eres el único que tienes los materiales, Kirito-kun, por eso dejaré que lo decidas.
— ¿Uh, e-en serio?
— Bueno, tú me dejaste elegir muchas cosas más sobre el bote, así que al final
te dejaré esto.
Sonó sarcástico al venir de sus labios, pero existía preocupación real en algún
lado de su corazón. O al menos imaginé que lo había.
— Hmmm… no estoy seguro si la idea de colocarle un arma grande y fea a
nuestra góndola me agrade. Pero sería peor si el barco se hunde porque no se la
colocamos. Quizá fue el destino lo que permitió que obtuviésemos el dropeo de un
cuerno de oso exclusivo. Hagámoslo.
— Bien –asintió Asuna. Añadí–. Además, ya que estoy seguro que el cuerno será
colocado por debajo de la línea de flotación, no tendremos que mirarlo todo el
tiempo. Así que activemos la opción del cuerno, y…
Coloqué mi mano sobre el botón finalizar, otra vez. Dimos cuenta regresiva y lo
presionamos al mismo tiempo.
La ventana se cerró con un ruido imponente y magnifico, y el anciano comenzó
a dibujar un objeto tridimensional del barco en el pergamino. Dentro de unos
segundos, ya lo había terminado, y la palabra Tilnel estaba escrita con tinta negra
encima.

Reki Kawahara 74
BARCAROLA DE ESPUMA

Majestuosamente, Romolo tomó el pergamino y asintió satisfecho.


— Ahora regresaré a mi sitio de trabajo. Sean pacientes, y les informaré cuando
haya finalizado mi trabajo.
Y enrolló el pergamino de nuevo, el artesano antiguo desapareció en la habitación
de herramientas. La puerta se cerró y una vibración muy pesada atravesó el piso.
Aparentemente todo su almacén era un elevador.
Realmente quería ver su trabajo, pero no quería correr el riesgo de ser regañado
y posiblemente estropear la misión, por lo que desistí de escabullirme dando un
suspiro.
— Hmmm… hombre, este ha sido un día bastante largo.
— Me pregunto cuanto tomará la finalización del bote –se preguntó Asuna
impacientemente.
Sonreí torcidamente: — En el mundo real tomaría probablemente unos tres
meses, pero, en el peor de los casos, aquí podría ser un día… o menos, digo que
tres horas, o cinco como mucho. Si anunciamos los detalles de la misión, la gente
derribará esta puerta tratando de tener sus propios barcos.
— Me pregunto qué pasará en ese caso. ¿Será como en el campamento Élfico
Oscuro del tercer piso… una instancia? ¿Dónde hay muchas versiones de esta casa
según los jugadores que haya?
— No lo sé, esto está en el medio del pueblo… apuesto que si alguien se
encuentra en medio de la misión, la puerta no se abrirá.
— Espera… ¿estás diciendo que si esto toma unas tres horas, la próxima
persona solo estará de pie allí esperando fuera de la casa?
— Son como tres horas y media, contando el tiempo de elección del diseño. Por
lo que eso significa que, como mucho, él solo podría atender a seis o siete grupos
en un día… por otro lado, tres horas solo es una suposición, podría ser incluso
mucho menos…
Me encogí de hombros y Asuna me dio una mirada indescriptible.
— Todo lo relacionado a tus suposiciones son terriblemente correctas.
— L-lo siento…
— No te disculpes conmigo. Gracias a ti, logramos ser los primeros en salir del
paso… bueno, confiemos que esas tres horas son ciertas y volvamos a la posada.
— Ese el problema. Solo se me ocurrió mientras te hablaba, que si dejamos esta
casa, esto podría tratar la transacción del barco como una nueva misión
propiamente dicha…

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BARCAROLA DE ESPUMA

—…significa que, ¿si descubrimos que ya está lista y echado a andar, y otro
grupo ya está en medio de su propia misión, tendremos que esperar fuera de la
casa hasta que terminen?
— Creo que es bastante posible. Quiero decir, si la puerta permanece cerrada
hasta que la persona vuelva para obtener el barco completado, y nadie regresa,
significaría que nadie puede siquiera empezar la misión después de ti.
—…ya veo –asintió Asuna lentamente. Ella miró alrededor de la habitación
desordenada–. Lo que significa… que no tenemos más opción que esperar aquí
hasta que esté listo.
— Sip…
También miré alrededor y me pregunté dónde dormía Romolo-san. No había
cama, sofá, o edredón a la vista. Las puertas iban de la entrada al puesto de trabajo,
y no daban la sensación de haber puertas secretas.
Después de estudiar la habitación, ambos establecimos nuestros ojos en la gran
mecedora en la que Romolo había estado sentado hace poco. Era el único sitio en
la habitación que parecía soportar cualquier tipo de sueño.
Rocé un breve momento de tentación e hice una oferta caballerosa.
— Yo puedo dormir en el piso si quieres la mecedora.
—…pero…
En su perfil, vi más duda que la que había cuando decidió si colocar o no el
cuerno en la góndola. Ella probablemente estaba tratando de considerarme, pero ni
siquiera tenía el coraje de dormir en el piso polvoriento. Era una preocupación que
encajaba a la perfección con la fastidiosa Asuna.
— Está bien, en serio. Comparado a acampar fuera de las habitaciones seguras
de los laberintos, me agrada que este lugar tenga techo. Además, tengo una
habilidad personal de dormir en donde me apetezca. Solo relájate y toma la
mecedo…
— Podemos apretujarnos en ella –dijo, cortando la segunda parte de mi oferta
generosa.
— ¿Eh?
— Es una mecedora grande. Si nos ponemos de lado, ambos cabríamos.
¡¿De lado?!
Espera, esa parte no.
¡¿Ambos?!

Reki Kawahara 76
BARCAROLA DE ESPUMA

Si mi memoria de la habitación la posada en Zumfut en el tercer piso aún estaba


fresca, en donde Asuna lanzó una fruta desconocía directamente a mi cabeza. Para
empezar ella había establecido una barrera personal, y ahora sugería que podíamos
apretujarnos en una pequeña mecedora.
No podía decidir: ¿declinar agradecidamente o aceptar su oferta? Eventualmente
ella se volvió, enfurruñada, colocó su estoque en el inventario, y luego se sentó en
la mecedora de cuero y se desvió noventa grados mirando hacia afuera.
— Iré adelante y comenzaré a dormir un poco. Si quieres usar el espacio vacío,
siéntete libre de hacerlo –anunció, de espalda hacia mí, luego quedó en silencio.
Luego de dos minutos enteros sin moverme, me senté en la silla. Sentía
curiosidad por saber si Asuna dormía o no, pero eso requeriría rodear hasta su lado,
y en realidad eso parecía como cruzar la línea.
Dentro, coloqué una mano en las barras de respaldar y presioné ligeramente. La
mecedora se movió hacia adelante y atrás con un tenue chillido. Asuna ni se movió
ni reaccionó.
En ese instante, realmente no tenía idea de qué hacer. Mi mente estaba en
blanco mientras la silla seguía moviéndose, cuando…
— Mmh…
Asuna gruño y cayó en mi dirección. Sus ojos estaban firmemente cerrados. Si
me concentraba, podría escuchar el sonido de su respiración somnolienta provenir
de sus labios parcialmente abiertos. Definitivamente estaba dormida.
Me sorprendía que la esgrimista, quien había sido tan sensible cuando la conocí
en el primer piso, ahora era tan valiente… pero luego cambié de idea.
En ese momento que ella estuvo diciéndome que tenía la opción de usar la
mecedora o no, la fatiga debió haberla estado atacando. Ella solo me hizo esa oferta
porque no quería que yo comprendiera cuan cerca se encontraba de una
desconexión por sueño aunque ese término de MMO ya no era aplicado en Aincrad.
No podía culparla. En la mañana, ella dejó la posada y corrió hacia la torre
laberinto del tercer piso hasta que llegamos al piso del jefe. Luego de la batalla,
subimos hasta el cuarto piso, flotamos rio abajo, y nos vimos involucrados en esa
persecución alocada con la cosa-renacuajo parecida a un tiburón; tuvo un breve
momento para descansar en el pueblo antes de comenzar la misión de construir el
bote, luchó con muchos monstruos, y terminó encontrándose con un enorme oso
aliento de fuego tan poderoso como un mismísimo jefe. Ella nunca dijo una palabra
acerca de estar cansada, pero ella tenia que estar lo suficientemente exhausta como
para caer en pedazos en el instante que volviéramos al pueblo.

Reki Kawahara 77
BARCAROLA DE ESPUMA

—…disfruta tu descanso –susurré, y tomé el taburete redondo de la mesa que


estaba cerca de la mecedora.
No había suficiente espacio allí ahora que Asuna se había enrollado, e incluso si
lo hubiese, no quería correr el riesgo de despertarla.
Coloqué una mano en el respaldar y gentilmente la mecí de nuevo. Una ligera
sonrisa brotó del rostro de apariencia infantil de Asuna mientras dormía.
Quizá ella estaba soñando en la Tilnel terminada navegando por el canal. Supuse
que serían tres horas para el anciano Romolo-san, pero mientras mecía la silla
silenciosamente, no me importaba si le tomaba un poco más.
El registro de misión zumbó alrededor de las cuatro y media de la mañana,
cuando la oscuridad fuera de la ventana estaba a punto de mostrar los primeros
signos de iluminación.
La ventana decía: El barco que han ordenado está completo. Diríjase al taller del
carpintero naval. Era la una y media cuando Romolo había descendido hacia su
puesto de trabajo, por lo que el tiempo de construcción fue de tres horas puntuales,
exactamente como lo sugerí.
Asuna debió haber oído el efecto de sonido también, pero ella seguía hecha polvo
en la mecedora, sus ojos cerrados. Yo mantenía la idea de seguir meciéndola
amablemente por una o dos horas más de sueño.
Pero tenía la sensación de que si lo hacía, ella me regañaría por no despertarla.
Decidí que una vez que tuviésemos listo el bote, podríamos regresar a la posada
para un descanso apropiado. Me levanté y me incliné sobre Asuna.
— Eh, ¿hola? Creo que nuestro bote está listo.
Sus cejas se torcieron en su sueño, y murmuró algo inaudible, pero no despertó.
Coloqué una mano en su hombro y lo sacudí amablemente. Se me ocurrió que había
estado meciéndola gentilmente por las últimas tres horas, por lo que un poco más
de vibración no funcionaria.
Decidí incrementar gradualmente la presión de mi mecida y comencé a llamarla:
— Buenos días, levántate y brillaaaa…
De repente, Asuna se irguió con un sonido extraño.
— ¡¿Hwulyuh?!
Tuve que caí hacia atrás para evitar un cabezazo justo en el mentón. La
esgrimista miró a su alrededor, somnolienta, hasta que sus ojos se centraron en un
lugar vacío en el aire frente a ella.
— ¿…qué fue ese sonido extraño… de esta ventana…? ¿Qué es esto…? –
murmuró. Sacudí mi cabeza.

Reki Kawahara 78
BARCAROLA DE ESPUMA

— No, es solo que se actualizó el registro de misión… no, espera…


Eso no tenía sentido. Ella habría escuchado ese sonido al mismo tiempo que yo
lo hice, y eso fue mucho tiempo antes de que ella despertara. Por lo que fuere cual
fuere la ventana que Asuna estaba viendo tenía que ser…
— Oh, ya veo… así que ya puedo cerrar esto entonces –murmuró, acercando su
dedo extendido.
— ¡Aaaaahh! ¡Espera, espera! ¡Para! ¡Paaaaraaaa! –grité. Ese aullido le hizo
incrementar hasta un 70 por ciento el desvelo, y su mano saltó y se detuvo.
— ¡¿Q-qué?!
— ¡¡No lo aprietes!!
— ¿Huh…? Umm…
Ella se volvió hacia mi rostro desesperado y gritador, sospechando, luego miró
de cerca la ventada que ella solo podía ver.
— ¿…Activar la teletransportación automática del sujeto debido a violación del
código de acoso…?
Ella de repente se tocó el cuerpo y me miró. El último 30 por ciento de desvelo
se evaporó al instante, y sus cejas se dispararon al aire.
— ¡¿Q-QU-QUÉ ME ESTUVISTE HACIENDO MIENTRAS DORMÍA?!
— ¡¡No hice nada!! ¡¡Solo estaba tratando de despertarte!!
— ¡¡SI SOLO FUESE ESO, ENTONCES EL CODIGO DE ACOSO NO SE
HABRÍA ACTIVADO!!
— ¡¡E-es tu culpa por no despertarte!!
Antes de poder continuar con ese argumento insustancial, levanté una mano.
— E-espera. Algo no está bien… la orden del despliegue del código de acoso
está errada…
— ¿A qué te refieres? –preguntó, aún pendiente. Elegí cuidadosamente mis
palabras.
— B-bueno… cuando por contacto inapropiado se activa el código de prevención
de acoso, este libera a ambos una advertencia y desvía la mano ofensiva,
eventualmente desarrolla una teletransportación forzada si el contacto continua, de
lo que entiendo…
— ¿…quiere decir que cuando me tocaste, deberías haber recibido también la
advertencia?

Reki Kawahara 79
BARCAROLA DE ESPUMA

— P-pero no hubo ninguna. Y no sacudió alejando mi mano… solo estaba


sacudiéndote, tratando de despertarte, hasta que saltaste de esa forma.
—…Hmmm…
Ella finalmente logró retroceder un paso de su estado de precaución nerviosa.
Asuna miró hacia abajo para reexaminar los detalles de la ventana de advertencia,
pero yo aún me encontraba a su lado, nervioso. Si ella presionaba el botón sí,
incluso si fuese accidentalmente, yo sería teletransportado inmediatamente hacia la
prisión debajo del Palacio de Hierro Negro, allá en el primer piso.
Afortunadamente, ella solo estudió con sumo cuidado los detalles de la ventana
antes de encogerse de hombros.
— No dice nada aparte de preguntar si quiero activar el código. ¿Entonces
debería presionar no?
— P-por favor…
— Bien, presionado.
Dejé escapar un extenso suspiro de alivio al haber evadido el peligro de la prisión
y me desplomé en la banqueta. Ella solo sacudió su cabeza y se levantó de la
mecedora.
— No tengo ni idea de que va todo esto… pero podemos preguntarle a Argo,
supongo. En fin… ¿dormiste también?
Honestamente no estaba seguro de que tipo de respuesta tendría Asuna si le
dijese que pasé tres horas meciendo la silla sin razón alguna mientras ella dormía,
por lo que me mantuve indeciso.
— Ehh, pude lograr dormir un poco.
— ¿…dónde?
— En la banqueta de allí.
—…oh.
Ella miró la mecedora donde durmió, luego decidió cambiar de tema sin comentar
más: — Y ¿por qué trataste de despertarme con tanta energía como para liberar el
código de acoso?
— P-porque el bote ya está listo.
Instantáneamente ella miró su registro de misión con una concentración tan feroz,
y su rostro se iluminó:
— ¡Haberlo dicho antes!
— Fue lo primero que dije…

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BARCAROLA DE ESPUMA

Pero la esgrimista ignoró mi replica y corrió hacia la puerta frontal, luego frenó al
tercer paso.
— Espera, el registro dice que vayamos al taller, pero esto ni siquiera es una
tienda.
— Buen punto. Y no parece que el abuelo venga para acá… lo que significa…
Caminé hacia la puerta de almacén de herramientas en la pared contraria a la
entrada y apreté el pomo que brillaba tenuemente. Giró con lentitud y pesadez
abriendo solo una grieta.
— Creo que es este, Asu…
Antes de poder terminar, algo empujó mi espalda y me inclinó hacia el almacén.
Asuna había liberado esencialmente un golpe con el cuerpo durante el proceso de
corrida hacia la habitación. Apenas había cerrado la puerta cuando se volvió hacia
mí y demandó:
— ¡¿Bueno?!
Nerviosamente miré alrededor y descubrí una palanca llamativa en la pared.
Sería una cosa si esto fuese una mazmorra, pero decidí que no era posible que
hubiese trampas en medio del pueblo. Era seguro tirar de ella.
Toda la habitación volvió a la vida y comenzó a descender. El almacén era
realmente un enorme elevador que llevaba al cuarto de trabajo subterráneo.
Luego de unos veinte segundos, el retumbe se detuvo y Asuna abrió la puertas
con impaciencia.
— ¡Ohhhh! –se asombró. Yo silbé.
Era enorme. La habitación superior era legítimamente espaciosa, pero esta
estaba bastante cercana a ser una industria completa. El piso, paredes, y techo
estaban hechos de piedra sólida, y había enormes plataformas de trabajo,
montacargas de madera, y varias toneladas de materiales de barcos a gran escala
con suficiente espacio de sobra.
Con la característica que más fue atraída por mi ojo fue una piscina –no, un
muelle– instalado en el centro de la habitación. Era un canal de unas cinco yardas
de ancho llena con agua clara que pasaba por la habitación y hacia una gran puerta
a un lado. Esa puerta debía estar conectada a los canales de pueblo.
Romolo estaba de pie al lado del muelle, con las manos en sus caderas. Miró la
superficie del agua hacia la forma agraciada de una góndola de dos puestos que
brillaba notablemente bajo las incontables lámparas del taller.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Seguí a Asuna hacia el bote recién hecho. Había un signo «?» sobre la cabeza
del anciano, lo que significaba que necesitábamos hablar con él para avanzar en la
misión, pero no podía evitar mirar la góndola fresca.
Era de unos veintitrés pies de largo y solo cuatro de ancho. El cuerpo estaba
pintado de un brillante blanco marfil, mientras que los lados y la proa eran de un
profundo verde boscoso. Los dos asientos de cuero y el resto de la parte interna
eran de unas calmadas sombras de color marrón. Como esperaba, el cuerno
probablemente fue colocado debajo de la proa y apenas era visible en el agua.
Al final, no pude evitar mirar la hermosa y fluida caligrafía del nombre Tilnel a un
lado. Finalmente me volví hacia el anciano carpintero naval.
—…muchísimas gracias por este magnífico bote, Romolo-san.
— Hmph. Ha pasado bastante tiempo desde que quedé bastante satisfecho con
un buque –murmuró alegremente el anciano, rascándose sus patillas, antes de
añadir de repente–. ¡Sin embargo! ¡Tras arrastrar a este pobre ciudadano a su taller,
es mejor que no dejen que la góndola se hunda!
— ¡No lo haremos! –bramó Asuna. Parecía que la sangre le corría a la cabeza, y
esas estrellas estuvieron de vuelta en sus ojos–. Atravesamos el mismísimo infierno
para reunir los implementos para crear esta barca. ¡Será tratada muy bien, abuelito!
¡Gracias!
Temía que el viejo carpintero cascarrabias objetara al ser llamado «abuelito»,
pero Romolo resopló con aparente satisfacción, luego dio un paso hacia atrás.
— En ese caso, la barca es toda suya. Les abriré la puerta, luego podrán navegar
hacia donde deseen.
— ¡Si, señor! –balbuceó Asuna y saltó hacia la góndola. Levanté mi pierna para
entrar en la barca después de ella, pero me detuve en medio del aire–. E-espera un
segundo… Romolo-san, ¿dónde está el barquero?
La Tilnel fue construida con dos asientos, tal como lo ordenamos, pero el espacio
en la proa para el que llevase el remo estaba vacío. No había señal de ningún otro
NPC en el taller espacioso.
— Kirito-kun, la persona que dirige una góndola es llamada gondolero –dijo
Asuna remilgadamente desde el asiento frontal, pero eso no me importó.
El anciano enarcó una ceja ante mi pregunta, luego extendió sus tensas manos.
— ¿Barquero? No hay ningún barquero.
— ¡¿Ah, no?! ¡Entonces… ¿cómo moveremos la barca?!
— Es obvio. Tienes que ponerte allí y remar.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡¿D-disculpe?! –repliqué, sorprendido.


Asuna estaba completamente inalterable: — Oh, entonces así funciona. ¡Bueno,
vámonos, Kirito-kun!
Debería estar realmente feliz de que existiese un manual in-game con respecto
al control de barcos, o debería estar realmente enojado ante la simplificación de
quien decidió inundar el cuarto piso con agua, pensé mientras sujetaba con timidez
el enorme remo.
Si el manual que viene con la góndola fuese de confianza, el controlar el bote no
era complicado. Si elevabas el remo hacia adelante, esta avanzaría, y si lo mantenía
recto hacia arriba, frenaría. Inclinarlo hacia atrás haría que la góndola retrocediera,
y empujarlo a la derecha o a la izquierda resultaba un giro apropiado. Los
gondoleros en Venecia, sin duda, necesitarían habilidades mucho más complejas
en la vida real, pero ellos simplificaron el proceso para que el juego fuese más
divertido.
Aun así, no tenía más experiencia en dirigir un bote que los viejos barcos a remos
del Parque Acuático Kawagoe con mi hermanita cuando éramos niños –estaba
asustado de convertir el bote en astilla al chocar con un lado del muelle. Solo cuando
intenté agarrar varias veces el remo sentí la confianza suficiente para mirar a
Romolo y asentir.
— ¡Estoy abriendo la puerta! –advirtió, y tiró de la palanca. La enorme puerta
doble frente al muelle se abrió a la derecha e izquierda. La pálida luz del inminente
amanecer y una mezcla de niebla blanca se colaron en el taller.
— ¡A-aquí va entonces! ¡Sujétate fuerte! –le dije a Asuna. Su respuesta estaba
completamente desprovista de cualquier tipo de nervios. Tomé un aliento profundo.
— ¡Ahora zarpará la Tilnel! –anuncié, cumpliendo el sueño de cada niño que
siempre ha querido ser capitán, y empujé el remo hacia adelante. El bote avanzó
fácilmente, casi decepcionante.
Oye, esto no podría ser tan difícil después de todo –pensé en un momento muy
breve.
— ¡A la izquierda, Kirito-kun! ¡Te estas inclinando a la izquierda!
— ¿Eh? ¿I-izquierda?
Empujé el remo hacia la izquierda, asustado, lo que hizo que la proa virara
fuertemente.
— ¡No, a lo opuesto! ¡Ve a la derecha!
— ¿D-d-derecha?

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Incliné el remo en dirección opuesta, pero su reacción fue lenta. Por un momento
hubo un sentimiento de resistencia pesada, pero una vez que el bote comenzó a
girar, sentí un rechinado desagradable desde el suelo. Aparentemente el cuerno
pegado en la proa en la parte submarina del bote había chocado contra el muro del
muelle.
— ¡¿Um, está todo bien?!
— Eh… creo que sí –murmuré en un tuno que sugería que no estaba para nada
bien. Claramente necesitaba mirar mucho más delante de donde la proa y mis
manos apuntaban.
Por el momento en el que apropiadamente ajusté la dirección, el bote estaba
pasando el portal de agua.
— ¡Volveremos luego, abuelito! –gritó Asuna, saludando a Romolo. Incliné el
remo para dar un giro a la derecha.
Al menos fuera en los canales de Rovia, giré la Tilnel al este y remé tan fuerte
como pude. La góndola se levantó a través de la niebla matutina e hizo una
maniobra. Asuna estiró sus brazos y sonrió:

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— ¡Ahhh, esto se siente tan grandioso! ¡Vayamos directamente a las afueras del
pueblo!
— No estoy muy seguro de que salir sea una buena idea… me consideraba del
tipo que esperaba tener algo de practica de navegación en la seguridad del pueblo.
Recuerda, le prometimos a Romolo-san que no la destrozaríamos –sugerí. La
esgrimista se volvió, insatisfecha, pero aceptó cuando vio mi control inseguro del
remo.
— Oh, bien. Bueno llevamos a un pequeño tour por los canales.
— Aye, aye, sir –respondí, mirando con un suspiro de alivio.
La sombra de otra embarcación llegó de forma inminente en nuestra dirección a
través de la densa niebla. Traté de recordar que lado del tráfico se usaba aquí y
comencé a virar a la izquierda antes de recordar que era la derecha – ¡derecha!
No íbamos muy rápido, pero la embarcación iba más lenta que un carro
automático. Mi única experiencia de conducción era en otros juegos de RV, pero
esta góndola era tan falsa como ellos, por lo que la comparación funcionaba. Una
vez que mi giro desesperado fue completado, la enorme góndola pilotada por un
NPC cruzó por la izquierda con solo unas pulgadas de sobra.
— ¡Ten cuidado, payaso!
Bajé mi cabeza, avergonzado, y enderecé la barca. En ese momento, estaba
claro que debía girar al extremo derecho de los canales.
— Él no tenía que haber gritado solo porque su bote es más grande –resopló
Asuna.
Traté de calmarla: — ¡Calma, calma! Probablemente solo está programado para
reaccionar de esa forma si las góndolas se acercan demasiado por comodidad.
— Entonces él habría dicho cosas peores si realmente hubiésemos chocado.
— Jaja, estoy seguro que sí…
Apenas esas palabras habían salido de mi boca cuando otra góndola, esta vez
del mismo tamaño que la Tilnel, se apresuró para pasarnos por la izquierda.
— ¡Quítense del camino! ¡No obstruyan los canales! –el barquero rugió antes de
desaparecer en la niebla.
— ¿P-por qué fue eso? ¡Persíguelo, Kirito-kun – he de darle un trozo de mi mente!
— N-no puedo. No sería capaz de hacer un giro si fuese a tan rápido –me quejé
ante el dueño agresivo de la barca, luego dejé de imaginar.
Cuando un jugador obtiene su propio bote, ¿significa que los gondoleros NPC
con los que comparte los canales se vuelven sus enemigos? Técnicamente, uno

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podría estar despertando la ira de los pasajeros NPCs, por lo que eso no era nada,
pero esto parecía estar desarrollándose más problemático de lo que buscaba en un
videojuego.
—…no, espera –murmuré, empujando cuidadosamente el remo.
Romolo había dicho que él abandonó el negocio de fabricar barcos debido al
Gremio de Aguadores que monopolizó los materiales de negocio. ¿Por qué el
gremio estaba tan desesperado como para excluir a Romolo, quien claramente no
era un miembro? ¿Existía alguna razón que necesitaran para controlar las industrias
de construcción naviera y de transporte de agua aquí Rovia?
De hecho, eso me recordaba que el primer gondolero que conocimos en el pueblo
había dicho algo curioso. Cuando le pregunté si otros botes podrían llevarnos fuera
de la ciudad, él clamó que no podía responder a esa pregunta.
¿Qué si esa respuesta no era una reacción corta y pega a una pregunta que no
comprendía, sino algo relacionado con el Gremio de Aguadores?
Quizá hubiesen barcos que pudiesen salir del pueblo, pero ¿las circunstancias le
prohibían hablar de ello…?
Atacado por un pensamiento repentino, abrí nuevamente la ventana de registro
de la misión «Carpintero Naval del Antaño», la cual asumí que ya estaba terminada.
Como lo sospechaba, había una nueva línea de texto en la parte inferior derecha.
LOS BOTES DEL GREMIO DE AGUADORES ESTÁN ACTUANDO EXTRAÑO.
HABLA NUEVAMENTE OCN EL VIEJO ARTESANO.
— Lo siento, Asuna, tenemos que ver al abuelito de nuevo –grité, y lentamente
detuve el barco. Ella casi de su asiento hacia adelante y se volvió con ojos
abrazadores. Sin embargo, su boca se cerró cuando vio mi rostro.
Una vez la góndola estacionaria terminó de dar su giro de 180 grados, utilicé toda
mi fuerza para comenzar a remar y llevarnos hacia adelante.
Treinta minutos después, la Tilnel estaba de vuelta en los canales de Rovia.
Asuna y yo nos miramos el uno al otro, nuestras cabezas se giraron en el mismo
ángulo, que curioso.
—…su historia realmente no tiene sentido…
— Estoy de acuerdo… pero esta misión aun avanza…
Asuna enderezó su cuello y bostezó adorablemente. Ya eran la 5:40 de la
mañana, casi la hora en la que los jugadores nocturnos regresan al pueblo y las
primeras aves se levantan. En cualquier caso, yo era un búho nocturno, pero dormir
en el Campamento Élfico Oscuro fijó mi horario al de una persona matutina. Estaba
completamente exhausto.

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Una vez me uní a su bostezo, mi compañera me dio un regaño relajado.


— Te dije que podíamos haber compartido la mecedora.
—…bueno, tu todavía pareces bastante cansada, aun después de usarla.
— Es porque este bote te balancea como para dormirte… pero si quieres volver
a la posada y tener un sueño apropiado, no lo discutiré.
— Gracias por ser considerara…
Consideré la situación. Romolo no explicó exactamente las razones del
antagonismo de los demás gondoleros o que le sucedió a él y al gremio. A cambio
de eso, solo nos dejó un misterio a considerar.
Si realmente quieren saber, encuentren un gran bote cargando cajas de madera
en lugar de pasajeros, y síganlo sin levantar sospechas. Éste dejará el pueblo por
el sureste al caer la noche. Tenga cuidado de que no los descubran. Ellos tienen
rufianes a bordo – por otro lado, luego del rey oso, ustedes no deberían tener nada
que temer.
— ¿Qué piensas, Asuna? Ya tenemos nuestra barca. ¿Deberíamos seguir con
la misión? –le pregunté, estancado en el hecho de que la esgrimista tenia
demasiada buena suerte como para haber ganado dos objetos increíblemente raros.
Ella parpadeó, sorprendida, y asintió como si la pregunta fuese obvia: — Claro
que si. De lo contrario no me sentiría bien.
— Ah, de acuerdo. Bueno… me siento más por entregarle información incompleta
a Argo… volvamos entonces a la posada…
— Mm... –respondió. Esperé que estuviese de nuevo en su asiento para continuar
remando.
Nos abrimos paso por el sur hacia el canal principal y nos dirigimos a la plaza de
teletransporte, soportando los insultos continuos de los gondoleros. Planeaba dejar
la posada temporal con vista a la plaza para movilizarme a un hotel apropiado en el
sector suroeste, pero se me ocurrió que mantener nuestra base en el centro del
pueblo sería más conveniente para viajar.
Luego de varios minutos remando, un enorme embarcadero de piedra llegó a mi
vista. Las góndolas manipuladas por NPC solo encallaban en el extremo sur de la
isla central, mientras que los muelles de los extremos este y oeste solo mantenían
unos cuantos botes atados. El muelle del oeste estaba directamente adelante, por
lo que poco a poco y con mucha dificultad aparqué la góndola en un atracadero.
Asuna se levantó y ofreció unas palabras de agradecimiento por mi pilotaje, luego
pareció tener una idea.

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— Oye… ¿no podemos poner de alguna forma a la Tilnel en nuestro inventario?


¿Tenemos que dejarla atrás?
— De acuerdo al manual, podemos fijar el bote en un lugar y soltar un ancla o
atarla a un poste en un muelle. Una vez fija, solo el propietario puede desbloquear
el barco, es decir… no creo que necesitemos preocuparnos porque sea robada…
— Yo me esperaba una respuesta con más confianza –se quejó Asuna. Ella tomó
una soga enrollada que estaba frente a la góndola–. ¿Está es la soga que
usaremos?
— Eso creo.
— ¿Y este el poste?
Ella apuntó a un poste gordo y redondeado a un lado del embarcadero.
— Eso creo.
— Lo haré entonces –anunció, y saltó hacia el muelle, colocando la soga en el
poste. Eso era todo –un mensaje del juego apareció haciéndome saber que la Tilnel
había sido fijada en un lugar.
Bajé el remo y salté hacia el muelle para disfrutar de un buen y extenso
estiramiento.
Había sido un largo día. A pesar de un par de descansos aquí y allá,
esencialmente estuve activo por un periodo de veinticuatro horas seguidas desde la
batalla del jefe del tercer piso.
Pero mientras miraba la hermosa góndola blanco marfil y verde boscoso, me
parecía que el tiempo había sido gastado muy bien. Nunca se me ocurrió que podría
tener mi propio vehículo que pudiese controlar en Aincrad.
— ¿Te gusta la combinación de verde y blanco? –pregunté.
Asuna bajó para ver su propio atuendo: — Hmm… en términos de preferencia
personal, me voy por el blanco y el rojo.
Eso tenía sentido, observando su túnica blanca y su capa rojo oscuro. Le envié
una mirada cuestionadora, y ella mostró una extraña sonrisa amable.
— Los símbolos de la seguridad o del ambiente usualmente son una cruz roja en
un fondo blanco, ¿no? Los colores simplemente surgieron en mi cabeza una vez
que decidí usar el nombre Tilnel en el bote. Por otro lado… ese símbolo de cruz
verde solo se reconoce en Japón.
—…ya veo…
Recreé una imagen de la herborista Tilnel, una persona que nunca conocí pero
de la que si escuché por parte de Kizmel en varias ocasiones. Cuando hablé, fue en

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un tono deliberadamente alegre para cubrir el extraño nudo que surgió en mi


garganta.
— Una vez comprendí que tenía el remar por mi cuenta, debimos haber hecho
uno de un asiento. Podríamos habernos ahorrado los materiales, y fuese sido más
fácil de maniobrar.
— Solo piensa que es una ganga. Construimos una góndola de dos asientos que
realmente puede tener tres.
— ¿Realmente… eso es una ganga…? –no estaba seguro, pero con mi cerebro
funcionando a capacidad disminuida, no tuve más elección que aceptar
dubitativamente–. Umm… sí. Seguro. En fin, volvamos a la posada…
Dejé escapar un enorme bostezo ante la luz del sol naciente desde el perímetro
exterior, y esta vez fue Asuna que lo copió de mí.
— Fwah… ¿A qué hora debemos reunirnos?
— Ummm… a las diez –no, a las once, por favor…
— Comprendido.
Ambos dominados por el sueño, volvimos nuestras espaldas hacia la plaza de
teletransporte constantemente conmovedora y nos arrastramos hacia nuestros
hospedajes temporales.
Mi mente quedó en blanco en el instante que caí en la cama, y parecía como si
las alarmas me estuviesen sacudiendo para despertarme solo momentos después.
No fue suficiente sueño, pero de cualquier forma, era momento de comenzar el
Día Cuarenta y Seis. Noté la fecha (22/12) en mi menú y no pude evitar sentir que
algo importante se acercaba, pero ya estaba en la puerta antes de poder recordar
que era.
Asuna y yo nos encontramos en la planta baja y para comer, nos dirigimos hacia
los carritos de comida italiana en la plaza. Mi hambre omitió mi somnolencia en el
momento que capté un olorcillo de queso derretido. Ayer había elegido los
emparedados panini, por lo que hoy trataba de decidir entre la pizza o el pescado
frito o quizá los dos para reponer la carencia de desayuno –oh, pero eso no dejaría
nada bueno que probar mañana…
— ¿…qué pasa? –escuché un murmulló a mi lado. Pensé en responder.
— Bueno, estoy viendo el pescado frito…
— No, quiero decir eso.
Ella se estiró y agarró la parte posterior de mi cabeza para girarla ochenta grados
a la derecha.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Vi más de un par de jugadores corriendo directamente hacia la plaza occidental.


Las miradas en sus rostros no sugerían una emergencia, pero claramente sucedía
algo. Volví mis oídos y pensé que escuché un retumbe mucho más grande venir de
la dirección en la que ellos corrían.
— Probablemente deberíamos ir a ver qué pasa –apuntó Asuna con seriedad.
Deseosamente miré de reojo a los tres carritos antes de retirarme.
La plaza de teletransporte aquí era una plaza que ahora estaba llena de agua,
por lo que mientras hubiese posadas, carritos y otras estructuras en las esquinas,
generalmente tenía una vista excelente en los alrededores. Luego, en el instante
que dimos vuelta por el portal y caminamos hacia la mitad oeste, notamos una
multitud en el muelle. Había al menos unos cincuenta jugadores allí, pero no podía
haber nada más allá de ellos excepto por el muelle. Y las góndolas públicas no se
paraban en los embarcaderos este u oeste.
—…tengo un mal presentimiento de eso –murmuró Asuna. Asentí también.
Aumentamos el ritmo y cerramos la distancia restante.
Tras deslizarnos en el borde derecho de la multitud, vimos que nuestras
expectativas eran cincuenta por ciento correctas, y cincuenta por ciento erradas.
La causa de la aparición del disturbio parecía ser una góndola nueva estacionada
en uno de los muelles – la Tilnel. Pero lo que llamó la atención de los espectadores
no fue el bote, sino dos grupos que estaban enfrentándose a la orilla del malecón.
Ambos parecían estar compuestos por seis miembros: la cantidad máxima para un
grupo sencillo.
El grupo en el lado izquierdo estaba completamente decorado con dobletes
azules. No había error, era el uniforme de los Dragon Knight Brigades, uno de los
gremios elite de la línea delantera.
Mientras tanto, el grupo a la derecha estaba de verde mohoso. Al igual que el
otro equipo, ellos eran uno de los gremios más conocidos del juego: los Aincrad
Liberation Squad.
Mientras observaba en silencio, un hombre con trozos puntiagudos de cabello –
parecidos a la estrella de la mañana– a la cabeza de los ALS dio un paso al frente
y graznó.
— ¡Todavía no sabes cómo funcionan las cosas aquí, ¿no?! ¡Escucha, nosotros
encontramos esta barca primero, lo que significa que nosotros tenemos el derecho
de investigarla primero!
El objetivo de su ira era un hombre delgado en el centro de los Dragon Knights
con su larga cabellera azul atada detrás de su cabeza. Aunque su irritación era
plana de ver, mantuvo mejor compostura que el hombre cabeza de cactus.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Clamas haberla encontrado primero, pero como el hombre a cargo allí, llegaste
dos minutos después de que lo hice yo. Ya hemos comenzado nuestra investigación
- ¿por qué no te ahorras tus quejas sin base para otro momento?
— ¡¿Quejas sin base?! ¡No, metete esa lógica sin sentido por el culo! ¡No tienes
derecho de actuá todo grande y poderoso, cuando fuiste tú quien quitó mi guardia
fuera del camino!
— Estamos dentro del pueblo. Sabes muy bien que no hay forma alguna de que
podamos mover forzadamente a tus hombres. ¡Esas excusas me dan risa!
Ninguno de los dos líderes de gremio mostraba el más mínimo intento de
retroceder. Una voz con la mezcla perfecta de aprehensión y cansancio sonó en mi
oído derecho.
—…ni siquiera sé que decir…
Lo medité y ofrecí mi mejor consejo: — En este caso, creo que un simple ugh
será suficiente.
—……ugh.
Miré a Asuna y decidí ser un poco más constructivo esta vez.
— Mientras no haya mucho que puedas decir sobre esto además de «ugh», quizá
deberíamos llegar con un plan… Aquí está el Plan A: regresamos a la plaza,
almorzamos, y nos escabullimos en el bote una vez que se hayan calmado. Plan B:
Embestir su argumento, revelar todo lo que sabemos acerca de la misión de
construcción de botes, y les hacemos ver la luz.
— ¿…realmente crees que se calmaran? –respondió al instante. Luego consideré
eso.
La Tilnel estaba bloqueada en el muelle por el mismísimo sistema de juego.
Ningún otro jugador además de Asuna o yo debería ser capaz de moverlo. Con eso
en mente, supuse que ambos gremios tendrían que desistir eventualmente, pero no
daba eso por hecho. Si estuviese en su posición, podría imaginar una vista de ese
bote nuevo rogando un paseo volviéndome loco hasta que lograba la forma de
tenerlo.
Encima de eso, el líder del gremio rival estaba justo allí. Ellos no se rendirían
fácilmente y se irían, sabiendo que el otro lado podría encontrar una forma de mover
la barca.
— Hmmm. Quizá ellos no se calmaran…
— Eso es lo que estaba pensado.
— Lo que significa que no tenemos más opción que explicarles toda la misión a
ellos –dije, resignado, pero Asuna no estuvo de acuerdo.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— ¿…y puedes imaginar que sucederá después de eso, no?


— ¿Huh…? ¿A qué te refieres…?
— ¡Ustedes no tienen permitío ir alante de nosotros! ¡Tienen que ayuarnos con
la misión hasta que tengamos nuestro propio bote!
Su imitación del acento Kansai de Kibaou fue muy perfecta que no pude evitar
sentir un escalofrió en mi espina dorsal.
— Sip, definitivamente es más que un simple ugh… y se supone que tenemos
que estar localizando esa gran góndola para que el abuelito Romolo…
— Hay otras cosas que también me preocupan –dijo Asuna, mirando con
detenimiento a la Tilnel–. En este momento el bote está clasificado como Objeto
Inmóvil, ¿no?
— Debería.
— Eso significa que también es un Objeto Inmortal, ¿no?
— Deber…
Me detuve antes que el último ia saliera de mi boca.
En un RPG ordinario, los vehículos que el jugador puede obtener esencialmente
nunca se destruían a menos que fuese parte de la historia principal. En muchos
MMORPGs, las monturas eran imposible de atacar. Después de toda la pasión que
Asuna colocó en la Tilnel, esperaba desesperadamente que este caso aplicase en
SAO –pero el equipamiento opcional del bote me preocupaba.
Ese artilugio hecho del Cuerno del Oso de Fuego tenía que estar para el propósito
de hundir otros barcos mediante la colisión. Si esa función está programada en ello,
entonces se mantenía la razón de que todas las barcas tenían una tasa de
durabilidad que les permitiese hundirse cuando esta llegase a cero.
Me lamenté de no haber chequeado la ventana de propiedades de la Tilnel
cuando tuve la oportunidad, ahora ya era demasiado tarde.
—…en realidad, quizá no esté marcada como inmortal. Siento que
probablemente está protegida aquí en el pueblo, pero no quiero dar por hecho eso
hasta que verifiquemos nuevamente el manual.
— En ese caso, probablemente deberíamos mover la barca antes que esas
personas decidan que la investigación requiera una cantidad de golpes.
No creía que ellos cayesen tan bajo… hasta que recordé la escena del muelle
público en el sur la noche anterior. Los Dragon Knights se había colocado al frente
de la extensa fila de turistas como si ese fuese su derecho otorgado por Dios.

Reki Kawahara 93
BARCAROLA DE ESPUMA

Ciertamente existía una posibilidad superior a cero que ellos pudiesen, no solo
golpear la barca, sino destruirla si no llegaban a hacerse con ella.
— ¿Entonces ese sería el… Plan C: Atacar con fuerza bruta?
— No me gusta irme por las malas razones, pero esto les ahorrará perder su
tiempo. Vamos con ese.
— Muy bien. Saltaré primero en el bote para preparar el remo mientras remueves
las sogas.
Ella asintió en silencio, y compartimos una mirada de hacer lo nuestro antes de
saltar del embarcadero al muelle que estaba a cinco pies hacia abajo.
Delicadamente grité: «Disculpe, vamos pasando» mientras corríamos cuesta
abajo hacia el muelle. Los equipos verde y azul se desconcertaron lo suficiente
como para permitirnos deslizarnos a través de ellos y saltar hacia la Tilnel. Asuna
tiró de la soga de amarre mientras yo giraba el remo en su encaje U para
prepararnos para navegar.
Al ver que la soga anteriormente inmóvil era removida del poste sin problemas,
Kibaou, el líder de los verdes, Aincrad Liberation Squad, gritó con ira. Pero Asuna
lo único que hizo fue saltar en la góndola sin mirar atrás. La soga en su mano
automáticamente se enrolló frente al bote, mientras yo me propuse comenzar a
remar tan fuerte como pude.
El instante en el que la Tilnel dejó el muelle, fue el líder de los azules, Dragon
Knights, Lind, quien habló:
— ¡O-oigan, ustedes! ¡¿C-cómo hicieron eso…?!
Finalmente me volví y grité: — ¡Los detalles de la misión de construcción de botes
saldrá en la próxima guía de estrategia! ¡Espérenla!
— ¡No, idiotas vuelvan aquí! Y… ¡no ustedes dos otra vez! –Kibaou rugió,
levantando sus puños.
Corté un saludo con mi mano derecha, luego aumenté la velocidad.
Una vez que dimos una media vuelta cerca del extremo sur del canal principal y
nos dirigimos a uno de los canales más pequeños en el cuadrante sureste, detuve
el bote y verifiqué el manual de operaciones que era accesible desde la ventana de
propiedades de la góndola. Al hacerlo, aprendí dos cosas.
La Tilnel no era, de hecho, un Objeto Inmortal –tenia valores de durabilidad
establecidos. Como temía, ese valor disminuiría por ataques de enormes monstruos,
colisiones con obstáculos y batallas con otros botes. Si estos llegaban a cero, el
barco se hundiría, pero podía ser restaurado al visitar al carpintero naval o usar la
habilidad de Carpintería.

Reki Kawahara 94
BARCAROLA DE ESPUMA

Afortunadamente, el valor de durabilidad estaba protegido cuando estaba


anclado o no tripulado. Por lo que no había necesidad de tener miedo de que fuese
destruido cuando no estábamos vigilándolo, tal como en el incidente anterior.
— No sé si tenemos que tranquilizarnos por esa información o no –remarcó
Asuna.
Estuve de acuerdo: — Creo que es algo improbable que vayamos a entrar en
guerras de colisiones con otros botes, pero siento que sí es seguro que tendré un
par de encontronazos con obstáculos.
— ¡Practica el manejo defensivo!
— Si, seguro. Pero… mientras la misión continúe, él dijo que el barco en cuestión
aparecerá en el cuadrante sureste al anochecer, ¿no? –ella asintió.
— Vayamos a comer algo por ahora, luego veámonos con Argo y démosle los
detalles de la misión. Estaba esperando hacer eso luego que termináramos, para
bien, pero me temo lo que pueda suceder si seguimos retrasándolo más.
— Estoy de acuerdo. Estaba esperando verlos nadar por ahí con sus flotadores,
sin embargo.
— Jaja, sí. Yo estaba esperando por una última A…
Me detuve anormalmente en el momento que comprendí el error que estaba a
punto de cometer. Pero el escucha paranormal de la esgrimista –prácticamente
maestría completa en habilidad de Escucha a Escondidas– lo captó, y ella se volvió
hacia mí con una sonrisa.
— ¿Qué fue eso?
— Estaba esperando por una última… mordida de espárragos –finalicé
pobremente.
Su sonrisa pasó del punto de tibieza a estar por debajo del punto de congelación.
— ¿Entonces por qué no pedir algo como eso para almorzar?
El cuadrante sureste de Rovia era un distrito comercial dividido por sus
incontables canales.
Cuando estuvimos usando las góndolas del gremio, no podía preocuparme por
chequear cada tienda, sabiendo que cada vez que pusiésemos pie en suelo sólido,
tendríamos que pagar cuota nuevamente. Pero ahora que teníamos una propia, era
libre de pasar todo el tiempo que quisiese explorando lo que desease. Podíamos
detener el bote y pasear por los muelles y puestos mostrados en el lugar por si nos
interesaba comprar. El tiempo simplemente pasó volando.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Asuna fue arrastrada mayormente por las tiendas que vendían accesorios y
mercancías menores, las cuales comencé a cuestionar.
— ¿Oye, qué dirías sobre mejorar tu armadura? Has estado usando esa coraza
desde el segundo piso, ¿no?
Asuna se alejó de los mostradores de la tienda, su expresión estaba sumida en
pensamientos.
— Es cierto, pero… realmente no quiero aumentar el peso de mi equipo. Los que
tienen la defensa completamente alto son muy pesados, todos.
— Bueno, no hay nada que puedas hacer con eso –admití, luego analicé su
atuendo desde la cabeza hasta los pies.
El único objeto metílico que usaba era su delgada coraza; sus guanteletes, botas
y falda estaban hechos de cuero. No tenía queja con su filosofía de mantener su
peso bajo para poder centrarse en evitar en lugar de defender, pero daba miedo
considerar lo que podría suceder si llegaba a ser paralizada, aturdida, o caía.
Además, endebles monstruos cuyos patrones podían reconocerse eran una cosa,
pero el tercer piso me enseñó que no solo tienes que tratar con los jefes de piso y
sus patrones de rotación, sino que también de aquella horripilante posibilidad de
enemigos cuyas acciones no se pueden predecir.
Rocé mi pecho ligeramente, recordando la sensación de ese combo de golpe
crítico de hacha, Double Cleave.
— Toma esto por lo que vale, viniendo de un chico que no usa nada más que
cuero y tela. Si tienes la habilidad Armadura de Metal Ligera, ¿Por qué no usar más
la parte de «metal»? Descubrirás que con solo cambiar tus guanteletes o botas
armadura tachonada o chapada hará una gran diferencia.
— ¿Tachonada? Quiere decir… ¿Qué tiene tachuelas de metal adheridas? –
preguntó.
Ahora fue mi turno de sentirme confundido.
— ¿Tachuelas? ¿Quieres decir, como… esas cosas puntiagudas de moda punk?
Ninguno parecía estar siguiendo el punto del otro. Ella torció sus labios.
— Realmente no lo entiendo. ¿Puedo ver la cosa real en la tienda antes de
decidirlo?
— Claro. Ahora, creo que la tienda recomendada para el cuarto piso era…
Incluso sumergido en el agua como estaba ahora, el diseño del pueblo era el
mismo que había tenido antes, por lo que consulté en mis bancos de memoria de la
prueba beta, y apunté al este-sureste.

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BARCAROLA DE ESPUMA

—…por ahí, creo. Hay un pequeño restaurante, bonito por cierto, escondido allá,
podremos comer después de comprar.
Aunque nunca le presté mucha atención al término español antes de esto,
descubrí que el nombre «armadura tachonada» de hecho provenía de tachuelas de
metal martilladas en la armadura, y no necesariamente tenían que ser puntiagudas.
— Ya veo, por eso que lo llaman cuero tachonado… hombre, es duro decirlo –
murmuré. Mientras tanto, la voz de Asuna llegó viajando un veinte por ciento más
rápido de su ritmo de habla normal.
— Kirito-kun, ¿ya has decidido que comerás? Estaba pensando en cangrejo
gratinado, pero es duro omitir las almejas al vapor. ¿Quieres ordenar ambos y
compartirlo?
La razón de su emoción se debía probablemente al nuevo set de armadura. Su
coraza había sido mejorada de broce a un acero resistente, mientras aún mantenía
el peso bajo. Su falda de cuero ahora era cuero plateado, lo que significaba que
había sido cosida a los lados. Sus guanteletes y botas ahora eran tachonados, pero
eran suaves y redondeadas, no puntiagudas, por lo que no la hacía verse imponente.
La túnica blanca que usaba debajo de su armadura y la capa con capucha roja
aun eran las mismas de antes, pero claramente se trataba de la mejora de equipo
todo en uno más grande que ella haya tenido jamás, y era bastante adorable cómo
ella se miraba ocasionalmente y reía, satisfecha…
— Escucha, si no quieres almejas al vapor, entonces ordena algo. Estoy bastante
hambrienta.
— L-lo siento. Eso estará bien.
— Entonces ordénalo. Yo solo pediré algo para beber.
Una vez Asuna había terminado de darle la orden de su comida y bebida al
mesero NPC, ella volvió a mirarse la coraza y ubicó el diseño de fábrica sutil. Su
voz finalmente volvió a la normalidad:
— Como un simple asunto, siempre he tenido aversión de la armadura realmente
arsenal.
— ¿Oh…? ¿Por qué?
— Es pesada y abultada… y yo siempre he sentido que usar armadura seria
significa entregarse y finalmente ser una verdadera residente de este mundo en
cuerpo y alma…
— ¿Qué? Pero por esa lógica, tu arma podría… –hice una breve pausa–. Oh,
¿eso significa que elegiste el estoque porque habías experimentado la esgrima en
la vida real?

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BARCAROLA DE ESPUMA

Asuna frunció el ceño y sacudió su cabeza: — No, para nada. Pero había una
espada similarmente delgada sobre la repisa de la chimenea en la casa donde crecí.
Cuando era una niña, la bajé y la oscilé. Cielos, tuve problemas por eso.
El primer pensamiento que saltó en mi mente fue: ¿Qué es una repisa de
chimenea?, pero solo le hice un gesto con mis ojos para que continuara.
— Entonces… por eso, quizá creí que el estoque tenía algún tipo de conexión
con mi yo real. Algo que apenas estaba dentro del ámbito de lo aceptable… lo que
el hilarante considerar a este punto –confiando en lo que decía, sonrió.
Pregunté: — Entonces ¿por qué la coraza? ¿Tuviste alguna de esas también en
tu casa?
— No. Este era mi compromiso entre mi terquedad y debilidad. Nunca quise usar
un traje de armadura excesivamente grande, pero estaba demasiado asustada por
salir de pueblo solo con tela. Antes de conocerte, perdí mucho HP por los ataques
de los kobolds en la primera torre laberinto, por lo que probablemente era algo
bueno que después de todo usara la armadura.
—…no jodas –murmuré, dejando escapar un aliento lento y largo–. En este
mundo, la debilidad y cobardía prácticamente son virtudes. Nunca puedes tener un
margen de seguridad lo suficientemente grande.
— No quiero escuchar eso de alguien que usa armadura más ligera que la mía –
dijo, enojada. Yo no poseía defensa: mi única armadura de metal era un protector
ultraliviano que no podía siquiera llamarse armadura de plata y las hombreras de mi
abrigo. Tenía que admitir que no estaría aquí si no fuese por la protección de esa
pequeña pieza de metal cuando Morte me golpeó con su hacha en el tercer piso.
— E-en fin, voy a asegurarme de mantener esto en todo momento –aseguré,
apuntando a mi propio pecho brevemente antes de levantar mi muñeca para apuntar
a su nueva coraza–. No seas quisquillosa con la armadura, Asuna. Quieres cubrir
ese sitio al menos… oh, y por «ese sitio», quiero decir tu corazón.
Devolví mi mano nuevamente a mis rodillas. Asuna miró su pecho, luego mostró
una sonrisa unos cincuenta grados más fría que la que puso después del asunto de
los espárragos: — Es obvio. Tú la elegiste por mí, por eso le daré un buen uso –
agradecidamente, las almejas al vapor, el gratinado, el vino y el pan llegaron a
derretir su aura helada. Ella tomó su cuchara tan rápido como su estoque y aclaró–.
¡Cambiaremos después de comer la mitad del plato de cada uno!
Y con un gran bocado del cangrejo gratinado llenando sus mejillas, sus ojos se
entrecerraron de placer.
Mientras hubiese ocasiones en la que mis observaciones descuidadas
propusieran una respuesta terrorífica de Asuna, parecía como si yo hubiese visto
su sonrisa con más frecuencia desde que llegamos al cuarto piso. Algo de eso tenía

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que atribuirse a la ciudad de los canales, las góndolas, y la gastronomía marina,


pero sospechaba que Asuna finalmente aceptaba su vida en este mundo virtual.
Si ese fuese el caso, esperaba que al menos se mantuviera alejada de algo
terrible o triste mientras estuviésemos en este piso.
Metí una enorme y jugosa almeja en mi boca, rogando que eso me diera la fuerza
para alcanzar esa esperanza.

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Parte 5
Era un nuevo día: Viernes, 23 de diciembre, 12:15 am.
Una vez más, pasábamos a un nuevo día por las afueras del pueblo –y no era
seguro que estuviésemos de vuelta en la posada al amanecer.
La mazmorra inundada en las montañas orientales del cuarto piso era más
grandes de lo esperado.
— ¡Asuna, el ataque de tenaza viene por la derecha!
Mi compañera adoptó ligeramente su posición en la proa. La tenaza del cangrejo
gigante solo rozó su larga cabellera mientras se ondeaba en el aire.
Con brillantez, su pasajera evadió el ataque, pero el bote en sí no era tan ágil, y
la tenaza se aferró al lado derecho de la embarcación. ¡Gachunk! Un golpeteo
aturdidor atravesó la madera y sacudió el bote.
— ¡Hrrg!
Apreté mis dientes, sintiendo la pérdida de la durabilidad del bote como si fuese
mi propia vida. Quise rotar puestos con Asuna una vez y embestir mi Anneal Blade
+8 en una suave grieta en el caparazón del cangrejo gigante, pero no podía soltar
el remo que controlaba el curso de la Tilnel.
Asuna, debiendo haber sentido mi pánico, se volvió hacia mí por un momento:
— ¡No te preocupes, romperé su próximo ataque y eso nos dará una abertura!
¡Así que aguanta!
— ¡C-comprendido!
Su voz calmada, intocable por la fatiga, aun después de nuestras diversas
batallas, me azotó nuevamente. Deposité en ella mi confianza y esperé el momento
justo.
The Scuttle Crab, uno de los monstruos más resistentes de esta mazmorra
acuática, media unas buenas cuatro yardas de ancho si se incluía las dos tenazas.
Echó hacia atrás ese objeto gigante y abrió completamente sus fauces,
completándolo con unas pequeñas patas escurridizas muy asquerosas. Esa era la
señal para su Aliento de Burbujas. Si eso nos golpeara, seriamos incapaces de ver
el espacio ante nosotros, y no se iría hasta que hubiésemos saltado en el agua para
deshacer el efecto.
Justo antes de que el cangrejo pudiese disparar ese ataque de finas espumas,
Asuna saltó de su posición agachada, ajustada con la mecida del barco, para liberar
una Secuencia de Corte Diagonal.

Reki Kawahara 100


BARCAROLA DE ESPUMA

Ese era un ataque básico de estoque, tal como el empuje horizontal Lineal y el
empuje bajo Oblicuo, pero aún seguía siendo mortal con el poder del mejorado
Chivalric Rapier. Como el poderoso movimiento lo golpeó directo en la boca, el
punto débil del Scuttle Crab, la criatura perdió más del 40 por ciento de su HP en el
acto.
— ¡Kirito-kun, ahora! –gritó desde su congelada posición de post-ataque.
Pero ya me encontraba empujado el remo hacia adelante con todas mis fuerzas.
La Tilnel se impulsó a toda potencia, llevando el Cuerno de Oso de Fuego fijado
debajo de la superficie del agua hacia la barriga carnosa del cangrejo. El material
del cuerno del Magnatherium emitió un calor terrible cuando atacó, produciendo una
enorme cortina de vapor desde el agua y haciendo girar momentáneamente el
desagradable caparazón verde oscuro del cangrejo.
Al mismo tiempo, su barra HP medio drenada se disparó a cero. El caparazón
rojo explotó en trozos poligonales de color azul y Asuna se levantó de su retraso
para destellarme otra señal de victoria en V.
El Scuttle Crab dropeó un material llamado Gran Caparazón de Cangrejo, unas
cuantas gemas por alguna razón, y dos ingredientes de comida: Carne de Pata del
Gran Cangrejo y Carne de Pinza del Gran Cangrejo.
Asuna se sentó en la baranda del bote para descansar y verificar su lista de
objetos con aparente insatisfacción.
—…por favor, dime que el cangrejo gratinado que comimos en el restaurante del
pueblo no estaba usando esta carne de cangrejo…
El chico inmaduro dentro de mi quería decir si, pero decidí ser amable y usar mis
preocupaciones de compañero.
— Los restaurantes NPC no necesitan importar ingredientes, por lo que dudo
grandemente que el chef salga a reunir carne de Scuttle Crab. Sin embargo, he de
ser cuidadoso con respecto a cualquier bollo de cangrejo al vapor que encuentres
en una tienda manejada por un jugador.
— Nunca los compraría. Tampoco vendería esta carne de cangrejo a ningún
jugador comerciante.
— S-suerte con eso. Pero es un ingrediente de clase D, por lo que siento que es
probablemente bueno… el cangrejo gratinado tenía un sabor lamentable,
¿recuerdas? –noté. Ella desvió su rostro. Probablemente sintiéndose aun extraña
por compartir nuestros almuerzos.
Aproximadamente unas horas antes, ordenamos el cangrejo gratinado y almejas
al vapor en ese pequeño restaurante en Rovia, dividiendo a la mitad nuestros
platillos. Una vez la ansiosa Asuna había acabado con la mitad exacta del gratinado

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BARCAROLA DE ESPUMA

y deslizó el plato en mi dirección, ella pareció comprender la naturaleza de avance


de sus acciones.
Su rostro se volvió rojo y me dijo que esperara solo un segundo después que
ágilmente me llevé una enorme cucharada de cangrejo a mi boca. El platillo en si
era bastante bueno, y no noté cambio alguno en el comportamiento de Asuna hasta
que acabé con el platillo hasta dejar un cuarto, y para entonces era demasiado tarde.
Si un chico y una chica de escuela media que no estaban involucrados
románticamente compartían un gratinado de cafetería desde el mismo plato, serian
sumidos en un infierno de burlas y silbidos en clase.
Pero ya va. Este era un mundo virtual, donde ese sistema de valores bárbaro,
infantil, rudo e ineficiente no tenía sentido. El empleado probablemente no nos
llevaría platos separados para compartir, incluso si se lo pidiésemos. No teníamos
más elección que compartir la comida de esa forma –me dije.
— Eh, escucha… tal como lo dije en el restaurante, Aincrad es un mundo virtual.
Creo que no tiene sentido quedarse colgado en esas cosas como alimentos a medio
comer o reutilizar los utensilios. Puedes incluso botar el bollo al vapor en el piso, y
mientras lo recojas antes de tres segundos, no perdería puntos de durabilidad o
coger algún efecto de suciedad…
— Eso no es lo que me sorprendió –dijo rápidamente. Parpadeé.
— ¿Eh? ¿Entonces que fue?
— Fue el hecho de pensar las mismas cosas que acabas de decir. Que no había
ningún problema porque esto es un mundo virtual. Pero mientras más lo pienso, ese
es un problema…
— Eh, ¿por qué lo seria? Este es un mundo virtual.
— ¡Estoy diciendo que no quiero imitar el mismo lado insensible que tienes!
— ¿I-insensible? ¿Qué es eso… un efecto de bono o algo así?
— ¡Cállate! ¡¡In-sen-si-ble!! ¡Puedes buscar en un diccionario una vez que hayas
acabado el juego!
Ella desvió la mirada con un poderoso temperamento. Ya a este punto sabia lo
suficiente para entender que la situación no mejoraría por si sola en treinta minutos,
por lo que sacudí mi cabeza y volví a tomar el remo.
— E-entonces… dejando de un lado al gratinado, ¿continuamos avanzando?
Esperé que la esgrimista se sentara en su asiento frontal antes de movilizar
nuevamente a la Tilnel. El amplio canal era tenue, y el camino al frente estaba
cubierto en oscuridad, por lo que no había forma alguna de adivinar cuánto de la
mazmorra esperaba delante de nosotros.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Una vez terminado de comer y reabastecernos la tarde anterior, envié un numero


de mensajes instantáneos a Argo con información mientras circulábamos por el
distrito comercial de Rovia. Aproximadamente a las cuatro y treinta minutos,
vislumbramos un bote que encajaba con la descripción.
Era al menos el doble de grande que la Tilnel –unos buenos cincuenta pies en
todo. Era incluso más grande que unas góndolas de turismo para diez personas,
aún tenía cuatro NPCs a bordo. Dos hombres grandes con dagas anchas estaban
de pie en la proa, mientras que un bogante fornido remaba a cada lado de la
embarcación. En el centro estaba una pila con unas diez cajas de madera enormes
cubiertas con una manta.
El barco negro azulado probó flotar pese a su tamaño, serpenteándose por los
canales cerrados con la velocidad suficiente como para determinar que seguirlo a
distancia podría ser una tarea difícil. Sentí que mi habilidad de Pilotaje como jugador
vagamente rozaba los cien puntos durante la persecución.
El gran bote se escabulló del área comercial sin usar el canal principal y dejó el
pueblo a través de la puerta sur, fundiéndose en la oscuridad. No tuvimos más
elección que seguirlo, y por eso, no fuimos capaces de celebrar el primer viaje de la
Tilnel fuera del pueblo debido a la tarea que teníamos en mano. A través de los
cursos de agua naturales por los que íbamos, eventualmente terminamos pasando
por una gran cascada en esta mazmorra sumergida.
La multitud en la gran góndola debió haber viajado regularmente entre Rovia y
esta mazmorra, ya que remaban por la oscuridad con demasiada facilidad. Nos
llenamos de coraje para el problema en el momento en el que entramos, tratando
de seguir al barco adelante, pero pronto fuimos interrumpidos por nuestro primer
encuentro con un Scuttle Crab. Nos las arreglamos para ganar nuestra primera
batalla naval a pesar de no saber nada que hacer, pero para cuanto todo terminó,
el bote ya se había ido.
Eran aproximadamente las seis en punto de la tarde cuando entramos al lugar,
lo que significaba que estuvimos vagando por los pasillos acuáticos por más seis
horas. Había habido un par de descansos por aquí y por allá, pero ya estábamos a
un punto en que nuestra concentración era incierta.
Mantuve una velocidad a paso de tortuga mientras cambiaba mi ventana a la
pestaña del mapa y verificar nuestra ubicación. Todas las dimensiones de la
mazmorra aún eran desconocidas, pero sentí que como si ya estuviésemos cerca
de alcanzar el centro del lugar.
— Oh, hay una puerta a la derecha –apuntó Asuna. Levanté la vista y vi un
pequeño rellano a unos pies al frente, además de una puerta de metal en el muro.
— Aunque parece ser otro punto muerto –añadió, frustrada. Descubrimos
incontables puertas como esa y nos preparamos para una posible lucha contra un

Reki Kawahara 103


BARCAROLA DE ESPUMA

jefe en cada oportunidad, solo para encontrar más caminos confusos desligados de
nuestra misión.
— B-bueno, al menos usualmente hay un cofre del tesoro en la mayoría de los
puntos muertos –ofrecí, el tipo de jugador que no puede evitar no explorar cada
rama de una mazmorra para completar el mapa. Asuna no estaba alegre con ese
consejo.
— Probablemente más armas y armaduras oxidadas…
— Nunca descuentes el equipo oxidado. ¡De vez en cuando, puedes llevarlo a
un herrero para repararlo, y este termina siendo un descubrimiento legendario!
¡Como, uno en cada cien años…!
— Si, si, lo capto… ¡No, espera, detente!
Ella levantó su mano izquierda con urgencia, y me propuse levantar el remo hacia
adelante. La góndola se estancó en el acto.
— ¡¿Q-qué pasa?! –murmuré. Asuna se inclinó hacia el frente del barco, luego
se volvió hacia atrás con una mirada mortalmente seria en su rostro.
— Creo que hay un enorme espacio allá adelante. Y… escucho un montón de
voces provenir de allí.
— Uh… ¿de gente o cangrejos? –pregunté. Los ojos de Asuna brevemente
mostraron un rastro asesino, por lo que rápidamente sacudí mi cabeza–. Gente, por
supuesto. Que tonto soy. Acerquémonos lentamente, entonces.
Ella asintió sin decir nada, y una vez que se agachó en la proa, cuidadosamente
empujé el remo hacia adelante.
Cruzamos por la puerta y por el canal oscuro, rogando que ningún monstruo nos
interrumpiera. Ciertamente había una gran superficie abierta visible al frente.
Parecía muchísimo un enorme vestíbulo en el cual se conectaban muchos caminos.
Detuve la Tilnel justo antes de que el camino nos lanzara en el espacio abierto y
me colé en la eslora del bote para espiar sobre el hombro de Asuna.
Era incluso más grande de lo que esperé. El salón semicircular tenía que tener
unas buenas cien yardas de distancia. El muro curvo en este lado del espacio
contenía al menos unas cinco o seis bocas de túneles, incluyendo esa en la que nos
posamos actualmente. Los muros opuestos a nosotros eran planos, sin embargo,
con una amplia escalera en el centro que se elevaba desde los escalones. Debajo
estaba un muelle con…
— ¡….!
Asuna contuvo un agudo aliento debajo de mí.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Atada al muelle estaba la misma góndola que habíamos estado siguiendo desde
Rovia, cubierta con sogas densas. Estas estaban exactamente en el medio de la
descarga de esas cajas de madera.
Los mismos cuatro marineros estaba descargando las cajas por su cuenta,
mientras guerreros imponentes con cimitarras delgadas en sus cinturas tomaban
las cajas y las cargaban escaleras arriba. Eran delgados pero altos, cubiertos por
una armadura de cuero gris verdoso, y usaban mascaras escalofriantes que cubrían
sus rostros.
No pude evitar sentir que los había visto antes en algún lugar… y cuando noté
las orejas largas, estuve seguro de ello.
— ¡¡….!!
Esta vez fue mi turno de contener la respiración. Bajé mi cabeza hacia el oído de
Asuna y susurré tan rápido como pude:
— Ellos son Elfos Caídos –había tensión en su perfil mientras asentía.
Elfos Caídos –una raza que sirvió como los enemigos del clímax de la campaña
«Guerra Élfica» en el tercer piso. Asuna y yo junto a la caballero Kizmel nos vimos
envueltos en un número de feroces batallas contra las criaturas élficas.
De acuerdo al comandante Élfico Oscuro, los Caídos eran descendientes de los
elfos que conspiraron para ganar la inmortalidad mediante la espada con la magia
del Árbol Sagrado, mucho antes de la Gran Separación, y habían sido expulsados
acordemente. Ellos eran expertos en medios poco honrados tales como veneno,
trampas, y ceguera, e incluso con la formidable presencia de Kizmel, no fue fácil
derrotar al Comandante Élfico Caído.
Se suponía que ellos estarían tras la Llave Jade de la misión de campaña, así
que ¿por qué tenían un escondite secreto establecido aquí y por qué estaban los
hombres de Rovia transportando suministros a este lugar? Asuna claramente se
hacia la misma pregunta que yo.
— ¿Qué sucedió aquí en la prueba beta? –susurró. Yo me esperaba esa
respuesta.
— No recuerdo siquiera perseguir a los Caídos aquí. De hecho, esta mazmorra
ni existía en la prueba beta.
— Significa… ¿Qué todo esto es parte de una misión independiente? ¿O recae
bajo la sombrilla de la campaña?
—…no lo sé. Pero puedo decir que luché con los Elfos Caídos en varias
ocasiones en la prueba beta, y nunca los vi cooperando con los humanos NPC de
esta forma.

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— Esto no me gusta… si esos marineros están con el Gremio de Aguadores de


Rovia… entonces el gremio en sí podría estar alineado con los Elfos Caídos –apuntó
Asuna.
Miré y fruncí el ceño. Mi imaginación estaba corroída por mi extensa carrera como
un beater, pero me las arreglé para hacer andar las cosas de nuevo.
Podíamos extrapolar por las declaraciones de Romolo que los artesanos como
él una vez fueron libres de construir barcos en Rovia tanto como desearan, hasta
algún punto en el tiempo en el cual el gremio monopolizó ese trabajo, excluyéndolo
del negocio. Al mismo tiempo, las góndolas civiles tenían prohibido dejar el pueblo.
Mientras tanto, el Gremio de Aguadores estaba enviando este barco destinado al
transporte fuera del pueblo hasta el escondite de los Elfos Caídos, cargando una
gran cantidad de cajas misteriosas.
Era natural asumir que el gremio estaba embarcado en esas políticas para
ocultarle al pueblo su negocio sucio. Pero no podíamos asumir nada más, porque…
—…necesitamos descubrir qué hay en esas cajas –finalicé fuertemente. Asuna
estuvo de acuerdo.
Mientras nos sentábamos y observábamos, los marineros sacaron la última caja
del bote, y uno de los guerreros Caídos la tomó. Con el fin de conocer el contenido
de esa caja, teníamos que cargar en la escena con la Tilnel y derrotar a todos los
oponentes presentes, pero eso era imprudente y extremo.
Pero algo, los Elfos Caídos tenían cursores de enemigos de color rojo, pero los
marineros eran el típico amarillo de NPC. Estos podrían volverse rojo si nos viesen,
pero no estaba seguro si quería llevar a cabo y ataque malicioso.
Mientras dudaba en qué hacer, el Elfo Caído con la caja alcanzó la cima de las
escaleras y desapareció a través de la enorme puerta que había allí. El grande e
imponente Caído enmascarado que parecía ser su líder entregó una pequeña bolsa
a uno de los marineros. El hombre miró dentro para verificar el contenido, y asintió
satisfactoriamente y movilizó a sus compañeros para irse.
— Bueno, ya sabemos lo que hay en esa bolsa –susurró Asuna.
— Realmente dinero en efectivo –añadí–. Si todas son monedas de oro de mil
col… eso serian 200.000 en tot…
Ella me calló en el acto: — No te atrevas a pensar en atacar y robarlos cuando
terminemos.
— ¡D-de ninguna manera! ¡Al fin y al cabo, ellos parecen realmente tipos duros!

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BARCAROLA DE ESPUMA

Mientras tanto, los cuatro marineros desataron la soga de amarre y la


amontonaron en la góndola. Los dos remeros la empujaron, y la gran embarcación
comenzó a moverse.
Salté rápidamente a la proa, esperando que realmente no fuese a regresarse por
el mismo camino. Tenía en mi mano el remo, listo para lanzar el bote en reversa si
fuese necesario.
— ¡Vienen por este camino! –siseó Asuna, asustada.
¡Mierda! Necesitaba pensar. Podíamos esperar aquí por el gran bote y
prepararnos para la batalla, si se necesitase… pero esa no era una opción. El hecho
de que nos fue mostrada la escena de los marineros recibiendo la bolsa de dinero
era claramente una advertencia de que si luchábamos con ellos, la misión terminaría
en fracaso.
Eso dejaba la opción de retroceder, pero el canal en el que estábamos ahora
tenía solo cinco yardas de ancho, demasiado estrecho para que la Tilnel virara. Ir
en reversa era demasiado lento; la enorme góndola podría descubrirnos antes de
poder retroceder al primer túnel.
Eso solo dejaba una opción.
— ¡Hnng!
Incliné el remo hacia atrás con el gruñido más silencioso posible, colocando el
bote a una reversa a toda velocidad. Una vez que estuvimos de vuelta ante la puerta
que Asuna había dicho que era otro punto muerto, salté hacia el muelle estrecho y
le estiré mi mano a la estupefacta esgrimista.
— ¡La soga!
Una vez que lo captó, ella fue cegadoramente rápida. Tomó la soga enrollada en
la proa y me la lanzó. Sujeté el extremo alrededor del poste, asegurándome de que
me notificara que la ubicación del bote estaba asegurada, luego volverme y abrir la
puerta, saltando dentro.
A diferencia de los incontables caminos laterales que explorarnos antes, esta
puerta se abrió hacia un enorme taller. Diversos bienes estaban pegados contra los
muros, pero no había cofres. Espera, ese no era el punto aquí.
— ¿Incluso importa si nos escondemos aquí dentro? ¿No verán a la Tilnel allá
afuera? –susurró Asuna mientras trataba de cerrar la puerta sin emitir sonido alguno.
Asentí y añadí: — Buen punto, pero no hay otra escapatoria para nosotros. Si
ellos avanzan sin notarlo, grandioso, e incluso si desembarcan, no pueden destruir
un bote no tripulado mientras esté atado.
— ¡¿Pero qué pasa si vienen acá?!

Reki Kawahara 107


BARCAROLA DE ESPUMA

— Entonces solo tendríamos que ocultarnos…


Miré alrededor de la habitación y tomé un trozo de tela enrollado que había en el
suelo a una pequeña distancia. Al desenrollarlo, descubrí que era
sorprendentemente delgado y ligero, y lo suficientemente largo para ocultarnos a
los dos.
—…aquí debajo –sugerí, pero Asuna sujetó mi muñeca.
— ¡Espera! Esto no es solo un trozo de tela suelta.
Sus delgados dedos tocaron la superficie del material gris plateado, haciendo
saltar la ventana de propiedades. Inmediatamente noté que la descripción era
demasiado extensa para un pedazo de basura.

SÁBANA DE ARGYRO: UN MATERIAL HECHO DE LA SEDA DE UNA ARAÑA


ACUÁTICA RARA. ESTE ELEMENTO ESCONDERÁ CUALQUIER COSA QUE
CUBRA, PERO SOLO EN UN LUGAR RODEADO DE AGUA.
El instante en el que esas palabras se registraron en mi cerebro, corrí hacia la
puerta del taller y la abrí lo suficiente para ver la salida del vestíbulo. La silueta de
la gran barca estaba más cerca, pero no había entrado aun al túnel.
No había tiempo para dudar. Le ordené a Asuna quedarse aquí con una mirada,
luego me deslicé por la puerta y corrí hacia el bote, me agaché. En segundos, ya
había ubicado la sábana plateada sobre la Tilnel.
El momento en que el material ligero cubrió el bote desde proa a popa, tomó
exactamente el mismo color de la superficie del agua, e incluso cuando lo intenté,
apenas pude distinguir el bote. Los marineros no lo notarían ahora –asumiendo que
no se acercaran.
Sin embargo, todo quedaría en manos de la suerte. Corrí de nuevo hacia el taller
y cerré la perta. Asuna y yo presionamos juntos nuestras cabezas para espiar a
través de la mirilla en la puerta, al mismo tiempo. Incluso a esa distancia tan cercana,
no había forma de ver a la Tilnel atada a solo un pie de distancia.
— Si solo hubiésemos buscado primero en esta habitación, no habríamos tenido
que estar tan asustados –Asuna murmuró con lamento.
No pude evitar sonreír, a pesar de las circunstancias: — ¿Ves? Vale la pena
explorar los rincones y las grietas. Apuntemos por un cien por ciento de exploración
del mapa para la próxima mazmorra.
— ¡Shh! ¡Aquí vienen!
Me dio un codazo en un costado para callarme. Segundos después, la proa del
enorme barco apareció a la derecha, seguida por la enorme longitud de la
embarcación, luego su popa. Los marineros no notaron a la invisible Tilnel, ni

Reki Kawahara 108


BARCAROLA DE ESPUMA

chocaron con ella. Solo siguieron pasando, mucho más rápido ahora que su carga
había sido removida.
Solo una vez que el barco había viajado la distancia apropiada, ambos exhalamos
de forma extensa.
— Ahh… no me gustan esas… ¿cómo las llamas? ¿Misiones de Sigilo?
No tenía diferencias con ella con respecto a eso: — La tensión es mucho mayor
en un VRMMO… si no hubieses notado las propiedades especiales de ese material,
ellos nos habrían descubierto.
Eso estaba destinado a ser una observación vaga, pero la esgrimista parpadeó
varias veces, sorprendida y con aparente conflictividad.
— ¿A q-quien le importa eso? ¿Cuál es nuestro plan ahora? ¿Seguiremos de
nuevo el barco?
— No… supongo que solo regresará a Rovia –noté, activando mi ventana para
verificar el registro de misión. La última línea aún era la vaga orden de «Encuentra
el secreto del barco de transporte»–. Parece que aun necesitamos descubrir lo que
hay en esas cajas de madera.
—…lo supuse. Y eso significa infiltrarse en esas escaleras llenas con Elfos
Caídos.
— La misión de sigilo continúa. Si estás cansada, probablemente podamos volver
al pueblo y retomarla mañana. ¿Qué piensas? –pregunté, por si acaso, pero Asuna
refutó una vez más.
— Gracias, pero estoy bien. Prefiero no tener que luchar contra esas tortugas y
cangrejos y crustáceos de nuevo.
— Buen punto… pongamos un poco más de esfuerzo entonces.
Cuando regresé al muelle, tuve que acércame y sentir la Sábana de Argyro con
el fin de quitarla del bote. Incluso limitada a una orilla, su habilidad de ocultación a
gran escala parecía demasiado conveniente para existir en un piso tan bajo en todo
el juego. Cuando nuevamente verifiqué la pestaña de propiedades, asegurándome
lo suficiente, ya había perdido diez por ciento de su durabilidad, solo por esos cinco
minutos de uso.
— Debí imaginarlo… si te dejas llevar por esta cosa, se romperá en poco tiempo.
La sábana se enrolló automáticamente, luego la coloqué en el espacio de
equipaje en la parte posterior del bote. Asuna removió la soga de amarre y miró con
depresión.
— ¿Entonces, qué hará la gente que realice esta misión después de nosotros?
No hay más de esas sábanas de nosequé en el taller, ¿o sí?

Reki Kawahara 109


BARCAROLA DE ESPUMA

— Estaba en el piso, no en un cofre de tesoro especial… por lo que supongo que


se generará cada vez que un grupo a la mitad de la misión circule por aquí. Si ese
es el caso, entonces los gremios más grandes con mayores jugadores
probablemente tomen ventaja de eso para generar un montón de esas sábanas,
pero nosotros tenemos que hacerla solo con esta.
— Bueno, probablemente necesitemos usarla cuando atemos el bote frente a
esas escaleras, también. Vamos a volver tan rápido como podamos.
— Bien. Aquí vamos.
Incliné el remo hacia adelante, movilizando el bote hacia adelante hasta que nos
detuvimos en la boca del túnel, otra vez. La cámara de cien yardas de ancho, y diez
de alto no mostraba pistas de ningún monstruo acuático o Elfos Caídos.
Asuna se volvió a verme. Asentí y empujé el bote hacia adelante. La única luz
provenía de las antorchas en diez soportes de pared. Seguí avanzando
cuidadosamente por el agua, tan rápido como podía, de forma razonable.
Cuando hicimos aterrizar el bote al pie de las escaleras, escondí a la Tilnel
nuevamente bajo la Sábana de Argyro. Si cinco minutos eran suficiente para
consumir 10 por ciento de su tiempo de utilidad, significaba que teníamos cuarenta
y cinco minutos antes de que se esfumara.
— Apresurémonos –susurré.
Asuna asintió y manipuló el maniquí de su equipamiento en el menú. En
momentos, su usual capa con capucha de color rojo fue reemplazada por una capa
violeta de apariencia costosa con patrones cruzados en ella.
— Huh… oh, si, esa fue la recompensa del tercer piso, ¿no? ¿Por qué no la
habias usado hasta ahora? –pregunté mientras íbamos ascendiendo.
Sus hombros encogidos, rozaron el material sedoso y medio brillante: — Bueno,
su durabilidad máxima es muy baja, y mi habilidad de Costura no es lo
suficientemente alta como para repararla, todavía no. Por eso estaba guardándola
para cuando de verdad la necesitara.
— ¿No puedes repararla con un NPC costurero?
— Eso traté en la última aldea del tercer piso, pero ella dijo; «lo siento, me temo
que no soy buena reparando esto».
— Hmmm… es posible que los NPC en este piso puedan manejarlo, pero es
conveniente ser capaz de reparar las cosas por tu cuenta. En la prueba beta había
muchos jugadores de combate que tomaban las habilidades de artesanía para ese
propósito…

Reki Kawahara 110


BARCAROLA DE ESPUMA

Alcanzamos la puerta metálica de aspecto pesado al final de las escaleras. Nunca


encontramos alguna llave mientras explorábamos la mazmorra, por lo que si esta
estaba cerrada, quedábamos sin opciones. Sujeté el mango rojo oxidado y tiré con
delicadeza.
Afortunadamente, no obtuve esa reacción especial que siempre aparecía de esas
puertas bloqueadas por el sistema, como si estas estuviesen pegadas en el lugar.
Pero si tiraba muy fuerte una vez que estaban abiertas una o dos pulgadas, se
producía una resistencia persistente –probablemente el tipo de trampa que podía
crujir fuertemente y alertar a los oponente que hubiesen dentro. Si solo tuviese un
spray lubricante, podría colocarlo en las bisagras, pero tal objeto no existía aquí.
Solo tenía que ser demasiado lento.
Una vez que la puerta estuvo abierta cuatro pulgadas, fui capaz de espiar dentro.
Un vestíbulo sombrío y tenue se extendía adelante por unos buenos sesenta pies
antes de detenerse y bifurcarse a la izquierda y a la derecha. A medio camino en
forma descendente del salón había una silueta delgada caminando con su espalda
hacia nosotros, alejándose. No necesité ver la cimitarra en su costado para saber
que era un guardia Élfico Caído. Lo más seguro, el nombre del pálido cursor rojo
rezaba: Guardia Élfico Caído.
Nuestra expedición en el escondite de los Elfos Caídos del tercer piso también
fue una misión de sigilo, pero teníamos a Kizmel con nosotros, por lo que no estuve
particularmente preocupado por ser descubiertos. Pero la caballero de elite no
estaba aquí para ayudarnos ahora. Asuna y yo teníamos que un margen de
seguridad saludable, y él no parecía ser tan duro basándose en el color de su cursor,
pero quise evitar todas las batallas mientras pudiese.
No te voltees, no te voltees –recé mientras lo miraba irse. Afortunadamente, el
deseo funcionó, y el guardia se giró a la derecha al final del pasillo, alejándose del
campo visual.
Pero si estaba andando por una ruta establecida, se daría la vuelta. No había
tiempo para estar esperando. Tiré de la puerta para abrirla un poco más y así poder
colarnos dentro. Una vez que la puerta fue cerrada detrás de nosotros, descendimos
a la intersección lo más silencioso posible.
Espié alrededor de la esquina derecha y vislumbré la espalda del guardia
mientras caminaba por el pasillo, sus botas tintineaban. Parecía como si hubiese un
punto muerto delante de él, por lo que ciertamente regresaría pronto.
El pasillo a la izquierda giraba a la derecha luego de un corto trayecto. No había
que decir que estaba cerca de la esquina, pero se trataba de nuestra única elección.
Gesticulé a Asuna y corrimos a la izquierda.

Reki Kawahara 111


BARCAROLA DE ESPUMA

Giramos a esa esquina ciega en el mismo momento que los pasos de guardia
que retrocedía pausaron. En unos segundos, los pasos retomaron su curso, esta
vez acercándose, pero al mismo ritmo. Habíamos logrado pasar el primer
checkpoint.
No había guardias en el pasillo que acabábamos de entrar, al menos por ahora.
Dirigía hacia adelante tan lejos como el ojo pudiese ver, con un número de puertas
de madera de derecha a izquierda durante su extensión. Teníamos que probar todas
y cada una de las puertas, ya que no había forma de saber dónde estaban siendo
resguardadas las cajas de madera.
— Este será un largo trabajo, pero tenemos que avanzar lenta y cuidadosamente
–susurré.
Mi compañera asintió en respuesta.
Al final, todas las puertas estaban estropeadas.
Había un número de cofres, y tuvimos un pequeño descanso en una habitación
destrozada, pero eso facilitó un poco mi fuerte fatiga. Yo era alguien perfeccionista
cuando se trata de mapear, pero aun así yo tenía mis límites.
En el tiempo que terminamos de buscar en el pasillo de más de trescientos pies
de largo, eran casi las dos de la mañana. A estas alturas, ya no podríamos regresar
al pueblo hasta el amanecer, tal como la mañana anterior.
— Hmm… aún queda un largo camino que avanzar, creo –murmuré, espiando
las escaleras que encontramos al final del pasillo. Asuna me plantó una mirada.
— ¿Estás cansado?
— N-no… estoy bien. ¿Qué hay de ti?
— Estoy perfectamente bien. Tuve un mejor sueño que el de ayer.
Me preguntaba sobre eso. Ella estuvo dos o tres horas en la mecedora del viejo
Romolo, pero era difícil recuperarse de la fatiga solo por pequeños sueños como
ese. Si eso fuera mejor de lo usual, ¿Cómo dormía usualmente?
Ella pareció sentir lo que yo pensaba: — Al fin y al cabo no suelo dormir mucho.
— Ya veo…
No estaba seguro si ella se estaba refiriendo a sus hábitos de sueño en la vida
real o solo esos desde que había quedado atrapada en este juego mortal, pero
Asuna no lo elaboró.
— Vamos, sigamos. Mi instinto me dice que esas cajas de madera están allí abajo
–dijo, dándome una palmada en el hombro. Me apresuré en seguirla.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Al final de las extensas escaleras estaba un almacén abierto de par en par, algo
diferente a los densos corredores de arriba. El muro posterior incluía una puerta de
doble hoja resguardada a cada lado por guardias Élficos Caídos, por cómo se veían,
estaban vestidos con armaduras pesadas. En los muros laterales estaban apiladas
descuidadamente las cajas de madera.
— Ohh, allí están –susurré desde el muro de la escalera. Asuna se mostró
arrogante por un momento, pero rápidamente se removió la sonrisa.
— Probablemente captemos la atención de los guardias si solo avanzamos hacia
allí… si de alguna forma solo pudiésemos colarnos detrás de las cajas de izquierda
a derecha.
— Siento como si pudiésemos derrotarlos en una batalla, pero sea lo que sea
que esté detrás de esas enormes puertas me preocupa… creo escuchar algo
extraño provenir detrás de ellas.
Ambos nos detuvimos para concentrarnos. Ocasionalmente había sonidos de
arañazos o portazos débiles pero claramente audibles.
— Me pregunto si de alguna manera podemos distraer a esos guardias.
—…podríamos también darles un impacto –murmuré, y tomé una piedra del
suelo. Si tuviese el mod de Distracción para la habilidad de Lanzar Cuchillos, eso
podría elevar mis posibilidades, pero no era útil quejarse de algo que no poseía.
Apunté a una de las cajas de madera que estaban en la derecha y lancé la roca.
Apenas sonó contra la esquina de la caja, pero fue suficiente para atraer la
atención de las máscaras imponentes de los guardias. En ese preciso instante,
empujé a Asuna hacia el almacén y corrí detrás de ella. Saltamos y nos abrimos
paso hacia las sombras detrás de las cajas de la izquierda a la máxima velocidad
posible.
Afortunadamente, ambos teníamos armaduras de cuero y tela, por lo que nuestro
pequeño truco funcionó. Dejé escapar un pequeño suspiro de alivio una vez que mi
espalda quedó presionada contra la caja.
— Whew... ahora veamos que hay en estas cosas –murmuré, volviéndome
alrededor para verificar todo. De lo que pude decir, ninguna de las cajas estaba
claveteadas. Fijé mi vista en una caja sin nada atravesado encima y muy, pero que
muy cuidadosamente levanté la pesada tapa para prevenir cualquier ruido.
El instante el que vi lo que había dentro, Asuna y yo compartimos una mirada
antes de volver a mirar atrás nuevamente, seguida por otra mirada compartida.
— ¿…que significa esto?
—…ni idea…

Reki Kawahara 113


BARCAROLA DE ESPUMA

No había otra reacción posible. La caja de madera estaba completamente vacía.


— Quizá ya han vaciado el contenido de la misma –supuse, y comencé a abrir la
siguiente. Pero el resultado fue el mismo. La siguiente y la siguiente después de esa
no contenían más que aire.
— ¿Por qué…? Ellos estuvieron tratándolas con mucho cuidado…
— Y pagaron por ellas con dinero…
Apenas estuvimos expresando nuestras dudas y decepciones cuando
escuchamos el sonido de enormes puertas abriéndose más allá de las montañas de
cajas.
La ansiedad sobre mi oportunidad de verificar lo que estaba en la siguiente caja
pronto se evaporó en chillidos. El sonido de siete u ocho pares de botas pesadas
fluyó en el almacén.
Por medio segundo, consideré solo ocultarme en las sombras, pero esa opción
estaba fuera de mi ventana. Mis sentidos de eventos in-game me decían que esta
escena solicitaba acción. Afortunadamente, la fuerte marcha y conversación nos dio
tiempo de cubrirnos cuando llegaba el sonido.
No había tiempo para dudar. Abrí entrometidamente la tapa de la caja más
cercana con una mano y empujé la espalda de Asuna con la otra.
— ¡Entra! –grazné, y mi miedo la convenció a hacerlo. Una vez que dio un paso
sobre el lado del cajón, salté después de ella.
— Oye…
Sentí algo suave presionado contra el lado derecho de mi avatar. Era mucho más
pequeño de lo que esperé dentro, pero no podía moverme a la siguiente caja, no
ahora. Presioné más de mi cuerpo en el espacio vacío como pude y deslicé la tapa
otra vez a su sitio, dejando solo una ligera grieta para que entrara el aire.
Antes de siquiera tener tiempo de suspirar de alivio, un susurró muy confundido
e incómodo sonó en mi oído.
— ¿Por qué esto es… tan estrecho…?
— B-buena pregunta. Parece bastante grande desde afuera… quizá las paredes
de la caja son bastante gruesas…
— Si ellos estuviesen haciendo cajas tan densas y no colocan nada dentro, quizá
las cajas en sí son…
— ¡Shh! –le corté en el acto. A través del espacio abierto, vi un número de figuras
entrar en el marco desde la izquierda.

Reki Kawahara 114


BARCAROLA DE ESPUMA

Estando a la cabeza había un hombre grande que era más robusto para ser un
Elfo Caído –parecía más un artesano que un soldado, si tuviese que suponerlo. Su
máscara plana solo cubría la mitad inferior de su rostro, y sus enormes brazos
estaban cubiertos con largos guanteletes de cuero. Cargaba un martillo enorme.
Al principio, no podía decir si eso significaba un arma o una herramienta. El color
de su cursor lo identificaba como Eddhu: Capataz Élfico Caído, y no había aprendido
el significado del término español capataz en la escuela.
El hombre llamado Eddhu se detuvo solo a cinco yardas de nuestra caja antes
de volverse hacia su grupo de unos diez seguidores.
— Gracias al cargamento de hoy, ahora tenemos todo lo necesario.
¿Todo de qué? ¡Si están vacías! Quise quejarme. Pero Asuna, quien estaba
presionada contra mí en una posición incomoda, solo sacudió su cabeza como si
dijese: «Aguanta».
Asentí y me concentré en escuchar.
— Bien. Buen trabajo –de un hombre alto y delgado, que encajaba en las
expectativas de elfo, llegó una voz tan hermosa y fría como el hielo. Su armadura
era una mezcla de cuero y metal, una rareza para un Caído, y una capa carmesí
fluía desde sus hombros. Su máscara negra tenía dos cuernos crecidos desde la
frente, pero sus ojos detrás de ellos parecían brillar y destellar con una luz roja.
— Pero la asamblea está tomando más de lo previsto –el hombre con capa siguió.
Eddhu hizo una reverencia profunda: — Lo lamento muchísimo, Su Excelencia.
Deberíamos tenerla lista dentro de tres días.
— Bien. Entonces puedo asumir que todo estará completamente terminado en
cinco días, ¿tal como el plan fue dictado?
¡¿No puedes decir lo que estará terminado?! –grité silenciosamente, otra vez,
centrando mi mirada en el hombre con capa para verificar su cursor. Tan pronto
como lo hice me encogí, sacudiendo mi propio cuerpo y el de Asuna.
El color era tan oscuro, era casi negro. Los cursores de los monstruos cambiaban
en tonalidad desde el claro al oscuro para distinguir la diferencia en niveles desde
el que lo observase, pero nunca había visto un color de cursor tan oscuro como el
que pertenecía a «Su Excelencia». El Comandante Élfico Caído del tercer piso no
era nada comparado con él.
El problema era que mi nivel actual era 16, completamente superior a la dificultad
esperada para el cuarto piso. ¿Cuán alto podría estar el hombre con capa si este
fuese negro?

Reki Kawahara 115


BARCAROLA DE ESPUMA

Miré el nombre al final del cursor, apenas pendiente de que Asuna estaba
apretando mi hombro derecho.
N’LTZAHH: GENERAL ÉLFICO CAÍDO.
¡General!
¡Espera, ¿cómo demonios se pronuncia ese nombre?!
Afortunadamente, Eddhu estaba allí para resolver al menos la mitad de mi mezcla
de miedo y confusión.
— Comprometeré mi vida para hacer que eso suceda, General N’ltzahh.
— Muy bien. Haz tu trabajo, Eddhu.
El general –cuyo nombre el capataz había pronunciado como «Noltza»– le dio
una palmada a Eddhu en uno de sus fornidos brazos y comenzó a caminar, su capa
fluía detrás de él. Directo hacia la caja en la que estábamos escondidos.
Un escalofrió recorrió mi espina dorsal, y solté la tapa para cerrar apropiadamente.
N’ltzahh solo sería más que una minoría, pero si tuviésemos que tratar con
los otros ocho guerreros y el indudablemente fuerte Eddhu, nuestras oportunidades
de ganar se reducirían a nada. Si ellos nos descubrieran dentro de la caja, nuestro
único chance de sobrevivir seria saltar fuera dela caja y correr hacia las escaleras
de la derecha, todo el camino hasta salir de su escondite.
El ritmo lento y burlón de sus botas se detuvo aproximadamente a diez pies de
distancia. La voz chillona de N’ltzahh cortó a través de la densa tapa de madera de
la caja.
—…realmente es una farsa, ¿no? Millones de años desde que fuimos removidos
de la bendición del Árbol Sagrado, aun somos limitados por los tabúes de la raza
élfica –se burló. La primera respuesta vino no de la voz enojada de Eddhu, sino de
una fémina mezcla de dulzura y agudeza.
— Si… si fuese por ese tabú sin sentido, no necesitaríamos tener este trato con
los asquerosos humanos con el fin de obtener esos materiales.
— No vale la pena quejarse por eso, Kysala. Págales todo el oro que quieran.
Una vez que tengamos todas las llaves y abramos la puerta del Santuario, incluso
la magia más grande dejada a la humanidad se desvanecerá sin dejar rastro…
— Claro, Excelencia. El momento de nuestro triunfo se acerca más.
— Exactamente. Pero nuestra misión inicial es recuperar la primera llave que el
comandante de las fuerzas especiales dejó escapar de nuestras manos. El plan
comienza en cinco días, una vez que todos nuestros preparativos estén completos.
Tengo grandes expectativas para todos ustedes.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Los soldados gritaron un saludo al unísono, el cual se filtró por la tapa de la caja.
Incluso después que los innumerables pasos se perdieran en la distancia, y la
enorme puerta de metal se cerrara con un portazo, no pude moverme.
Traté de guardar el mayor detalle de esa conversación en la memoria como me
fuese permitido –tenía que ser escrita tan pronto escapara de esta atadura. Esa era
la información más crucial que los Elfos Caídos hayan revelado. Las llaves secretas
del Santuario– ambas palabras claves de la misión de campaña durante la prueba
beta, pero nunca reveladas en términos tan concretos. Y nunca me había
encontrado con el hombre llamado General N’ltzahh en ese tiempo. ¿Quién era…?
—…oye.
— ¿Ese es el verdadero líder de los Elfos…?
—…oye, Kirito-kun.
Ella empujó mi hombro, sacándome de mis pensamientos.
— ¿Huh? ¿Q-qué?
— ¿Qué quieres decir con qué? ¿Cuánto tiempo vas a hacer esto?
— Oh, mierda, l-lo siento –comencé, luego bajé la mirada a mi lado derecho.
Tardíamente comprendí que mi brazo estaba pegado en una situación complicada.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Reki Kawahara 118


BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡Shry…!
Casi grité «lo siento», pero cerré mi boca. Mi brazo derecho estaba atascado
exactamente entre la nueva coraza de Asuna y su túnica. Traté de dar un tirón para
zafarlo, pero no había lugar detrás de mí para liberar el brazo. El único resultado
era una continua presión blanda y suave contra mi brazo.
— Oye, no solo me estés empujando.
— P-pero estoy tratando –pero es extraño.
— ¡Ah…! Escucha, si lo estás haciendo a propósito, voy a lanzarte a la otra
habitación.
— ¡En lo absoluto, Su Excelencia! –quise gruñir. Mientras tanto, enrollé mi brazo
de una forma acrobática y me las apañé para tirar de él y sacarlo de la armadura.
Naturalmente eso no fue el fin de mi amenaza; levanté la tapa de la caja lo suficiente
para escapar de la fuerza de la mirada de rayo láser fijada en mi mejilla como
cualquier otra cosa.
No podía ver a ninguno de los Elfos Caídos. Pero esos guardias tenían que estar
a los lados de las masivas puertas al otro lado de la pila de cajas. Me levanté, la
tapa aun sujetada en mi mano, y ayudé a Asuna a salir. Una vez que me agaché a
un lado de la salida de la prisión de madera, cuidadosamente coloqué la tapa.
Antes de poder disfrutar de un breve momento de paz, Asuna se posó frente a
mi cara. Yo esperaba que ella me insultara por mi trasgresión, pero su susurro en
realidad era de un asunto serio.
— Necesitamos descubrir cuáles son los «materiales» que mencionaron antes
de dejar este lugar. Debe haber una pista en una de estas cajas de madera que aún
no hemos revisado.
— Sí, estoy de acuerdo… pero… es posible que… –murmuré, mi cerebro
trabajaba ansiosamente sobre las frases que habíamos escuchado.
El total necesario. Completado como lo planeamos. Tabú élfico. Tratos con los
humanos. Recuperar las llaves. El plan comienza en cinco días…
Mi mente estaba atrapada en ese espacio donde la inspiración estaba
sugerentemente a la palma de la mano. Convertí una pregunta en las palabras que
me habían estado preocupando.
— Oye, Asuna. La clase de ese tipo, Eddhu, fue marcada como «capataz».
¿Sabes qué es eso?
Ella asintió al instante –probablemente aprendió en el colegio el término español.
— Si. Es el líder de un grupo de trabajo para una compañía, por ejemplo. O el
líder artesano.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— ¿…líder artesano…?
Eso significaría que el martillo que cargaba era una herramienta, no un arma. Sea
lo que fuere en lo que trabajara, debía ser enorme…
De repente, todas las piezas encajaron en su lugar en mi cabeza con un ¡ka-
ching! Audible.
— ¡……!
Casi grito por la sorpresa, pero me contuve y miré la pila de cajas.
Es cierto –estuve a punto de decirle a Asuna cuando estuvimos escondido dentro.
Esas enormes cajas de madera no estaban destinadas a transportar algo. Eran algo
más disfrazado de cajas para ocultar el secreto del trato sucio de los Elfos Caídos.
Todo lo que estábamos buscando eran materiales de barcos.
Lo que había al otro lado de la puerta tenía que ser un enorme taller, donde ellos
desmantelaban las cajas para formar trozos de madera. Los débiles sonidos del
martilleo eran la evidencia.
Entonces ¿por qué necesitaban establecer un trato con el Gremio de Aguadores
de Rovia para construir un barco? Probablemente algo que tenía que ver con el tabú
élfico que el General N’ltzahh habia mencionado. Los elfos en este mundo tenían
prohibido cortar los arboles vivos para tener madera. Ellos solo podían tomar los
árboles que hubiesen caído de forma natural. Por lo que establecían tratos con los
humanos para tener materiales extras y agilizar el proceso.
— ¿…descubriste algo? –preguntó Asuna, apuñalando mi brazo. Mi mente se
detuvo.
— Eh, s-sí. Pero será una larga explicación, por lo que dejemos este lugar
primero. Nunca se sabe si ellos pueden regresar.
— Si eso sucede, nos ocultaremos en una caja de madera –anunció. No tuve
más elección que aceptarlo de todo corazón.
Usé el truco de la distracción con la piedra para comprarnos un espacio del
almacén y así retroceder a las escaleras en el primer nivel. Ya fuese falta de cuidado
o fatiga mental, fuimos descubiertos por el guardia que patrullaba cerca de la
entrada del escondite pero fuimos capaces de derrotarlo antes de que este pudiese
llamar a sus compañeros. Al final, estuvimos de vuelta en el muelle de la mazmorra
acuática.
Debido a que la infiltración tomó más tiempo de lo esperado, la Sábana de Argyro
estaba a menos del 10 por ciento de su durabilidad cuando la removimos. La enrollé
cuidadosamente en agradecimiento de su valioso servicio, luego la coloqué en el
inventario e hice que el barco se moviera.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Nos encontramos con varios cangrejos y tortugas y cosas así en el camino de


regreso, pero la Carga Ardiente de la Tilnel –que era como me gustaba llamarlo–
facilitó el trabajo, y escapamos de la mazmorra.
El momento en el que dejamos la cueva por el rio antes del oscuro amanecer, el
registro de la misión tintineó alertándonos de una actualización.
Mantuve una mano en el remo mientras llamaba mi ventana. La nueva instrucción
decía que alertáramos a la persona indicada la información obtenida.
Asuna leyó la misma instrucción mientras observaba el espacio delante de la
góndola. Ella se volvió y dijo: — Cuando dice «la persona apropiada», ¿se estará
refiriendo a Romolo-san?
— Quizá, pero la instrucción anterior lo llamaba «el carpintero naval», por lo que
quizá no…
— Entonces ¿alguien importante del Gremio de Aguadores?
— Hmm. Algo me dice que ellos no tendrán una reacción amistosa hacia
nosotros…
— ¿Entonces a quién?
— Descubramos eso una vez que regresemos al pueblo –sugerí. Asuna aceptó,
aunque a regañadientes. Comenzó a mirar hacia adelante pero se volvió para
añadir–. Oh, cierto. ¿Quieres cambiar de posada? El lugar junto al portal de
teletransporte no está mal, pero no quiero que levante otro disturbio en ese muelle.
— Oh, buen punto. Podemos buscar algún lugar un poco más alejado del camino.
Además, necesitamos dejar que los equipos azul y verde sepan pronto de la misión
–murmuré, luego detuve mi curso.
Si Lind y Kibaou se las arreglaban para construir sus barcos y terminar la misión,
grandioso. Pero ¿qué si seguían yendo como nosotros ahora? ¿Qué si ellos
escucharon de la historia de Romolo, descubrir y seguir al barco misterioso regresar
a la mazmorra acuática, luego entrar en el escondite Élfico Caído… y resultaba una
entrada en batalla con el General N’ltzahh y sus hombres? Confiaba en la fuerza de
Lind y Kibaou, pero ¿podrían realmente retar al general, quien podría ser tan
poderoso como un jefe de piso, sin sufrir ninguna baja?
Pensé nuevamente en el cursor completamente negro de N’ltzahh y temblé. No,
la derrota era segura si ese evento terminaba en una batalla. Quizá habría un
aspecto de prevención de fracasos que estuviese incorporado, tal como el que había
en la batalla entre los campeones Élfico Oscuro y el Élfico de Bosque al comienzo
de la misión la «Llave Jade» del tercer piso. Pero si no, eso podría dar como
resultado la muerte de un grupo completo de seis integrantes.

Reki Kawahara 121


BARCAROLA DE ESPUMA

— Quizá primero debamos discutir con Argo de cuanta información revelar –


murmuré, remando lentamente. Adelante, la vista cercana de la puerta sur de Rovia
llegó a mi visión.
Terminamos tomando una pequeña posada en la esquina del cuadrante suroeste
para nuestra nueva base de operaciones, nuestra elección se selló por la pequeña
cabaña que podíamos usar para mantener la góndola. Colapsamos en una de las
dos habitaciones que rentamos, yo en la mecedora, y Asuna en la cama.
Luego de compartir un suspiro extenso y lujoso, vagamente levanté un dedo para
devolver mi arma y armadura al inventario. Eran las tres y media de la mañana.
Regresamos mucho antes que el día anterior, pero las diez horas de aventura
amenazante calló mi cerebro con fatiga.
No podía dormir ahora, sin embargo. Necesitaba establecer juntos la información
mientras aún estaba fresca en mi mente, y además, esta era la habitación de Asuna,
no la mía.
— Bueno, comencemos con las cajas de madera –empecé, ahogando un bostezo.
Asuna no respondió. Me senté y miré la cama. Ella estaba tendida boca abajo con
su cara enterrada en la almohada, completamente. Su ventana de menú todavía
estaba mostrada justo encima de la almohada.
Para alguien que se queja de no ser capaz de dormir, ella estaba haciendo un
buen trabajo ahora –pensé. Me levanté de la mecedora y me situé junto a la cama.
— Oye, dejaste tu ventana abierta –la llamé, sacudiendo suavemente su hombro.
Ella no se despertaba. La ventana estaba establecida en modo privado por defecto,
pero lo que solo me mostraba un cuadro en blanco, pero aun así no se sentía un
poco descuidado.
— Asuna-san, despierteeee.
Sin respuesta. Si seguía sacudiéndola, ella recibiría otra advertencia de acoso.
Hablando de eso, necesitaba descubrir que fue lo que pasó con la orden de
advertencia. Pero por ahora, lo más importante era que ella cerrara su menú.
Luego de pensarlo un rato, tomé su mano derecha de su lugar tendido en la cama.
El menú principal desaparecería con un buen y largo chasquido de la parte superior,
por lo que moví su dedo a la derecha y tiré hacia abajo. En el tercer intento, funcionó,
y la ventana desapareció. Volví a bajar su mano, aliviado.
— Podemos tener la reunión luego. Buenas noches –murmuré, y dejé la
habitación lo más silenciosamente que pude.

Reki Kawahara 122


BARCAROLA DE ESPUMA

Parte 6
Al día siguiente. Sábado 24 de diciembre, 3:00 pm.
Ya estaba logrando acostumbrarme a controlar la Tilnel y mover el remo en todas
direcciones de forma adepta, exclamando con asombro.
— Sabes… es realmente notable, cuánto construiste…
Una voz grave y profunda llegó desde el bote de tamaño medio atado a la
derecha.
— ¡Jaja! Deberías haber visto el Bosque del Oso ayer. Tuvimos dos hombres con
hacha, por lo que el material reunido no tomó mucho tiempo. Por otro lado, nos
centramos en madera normal, por lo que no es nada de lo que presumir.
La voz pertenecía al enorme hombre con una cabeza rapada y una pequeña
barba incipiente. Él había estado practicando la navegación de su bote hasta
adentrada la noche, por lo que su manejo del remo era realmente impresionante.
— Entonces ¿no tuviste que hacer cola en la casa del anciano?
— Nope. Fuimos los primeros luego que el gremio saliera. Chico, a los DKB no
les gustó cuando se presentaron en segundo lugar, cinco minutos después. Ustedes
fueron los que reunieron esa información, ¿no? Debo agradecerte por eso.
— N-nah, no es gran cosa –murmuré, sintiéndome culpable por el hecho de que
estuviésemos ocultando la mitad de la información relacionada a la misión. Él me
sonrió con complicidad.
El nombre de este hombre era Agil, y él era el líder de un grupo de cuatro
miembros que mantenía una posición neutral dentro los jugadores de la línea
delantera entre los poderes gemelos de los gremios Dragon Knights Brigade y
Aincrad Liberation Squad.

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Él y sus tres compañeros con armas pesadas a dos manos, estaban sentados en
una góndola de tamaño medio, pintada de un apacible tono marrón. Debido a la
velocidad de su construcción, el bote no tuvo opción alguna de un cuerno de batalla,
pero las arma imponentes de los pasajeros parecían ser capaces de complementar
eso. El nombre Pequod estaba escrito con tinta negra en un lateral.
No reconocí la fuente de ese nombre, pero Asuna con su capa roja lo notó al
instante.
— La Pequod no es un nombre muy optimista para un bote como ese.
Agil rugió con una risa, y uno de sus compañeros sujetando un martillo a dos
manos murmuró: — Eso fue lo que le dije.
Asuna notó la enorme marca de interrogación colgando en mi cabeza y se volvió
para explicar.
— La Pequod fue el nombre del barco del Capitán Ahab. Al final fue hundido por
Moby Dick.
— Y-ya veo… y ¿por qué elegiste ese nombre? –le pregunté al hombre calvo,
quien sonrió otra vez.
— Piénsalo de esta forma: no se puede hundir hasta que luchemos con esa
enorme ballena blanca, ¿no? Y de lo que he oído, aquí no lucharas con una ballena,
sino con una tortuga –señaló hacia adelante con un enorme dedo.
La Tilnel y Pequod estaban atadas en la entrada del Lago Caldera justo al norte
del centro del cuarto piso. El lago azul puro, de unas trescientas yardas de ancho y
rodeado por acantilados completos, tenía que ser atravesado para llegar a la mitad
sur del piso. En otras palabras, estábamos esperando aquí para formar parte de
una batalla contra el jefe de campo que vigilaba el camino adelante.
En la prueba beta, esta era la boca de un volcán con magma rojo brillante
burbujeando de las grietas en la tierra. Era muchas veces más hermoso ahora que
estaba lleno de agua, pero era incomodo luchar con un jefe montado en un bote.
Después de todo, si el jugador que conducía el bote caía al agua, este no podría
seguirse maniobrando.
El sonido de un gong interrumpió mis pensamientos. El sonido provenía de uno
de los muchos botes que había elogiado momentos antes.
Adelante y a la derecha de la Tilnel estaban tres góndolas apuntadas lejos de
nosotros, sus cuerpos pintados de azul con bordes blancos. El que estaba en el
centro era una de diez asientos, la más grande que el viejo Romolo podía hacer.
Las otras dos eran de cuatro asientos parecidas a la de Agil. Cada una tenia un
espacio extra para un gondolero, por lo que en total, estas podían cargar veintiún
personas. Como el color lo sugería, pertenecían a los Dragon Knights Brigade.

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A la izquierda había tres góndolas más, los cuerpos de color verde mohoso, con
bordes laterales gris oscuro. Cada una era del tamaño de seis personas, una vez
más, el total sumaba veintiuno cuando los remeros eran añadidos. Esos eran los
barcos del verdoso Aincrad Liberation Squad.
En el tercer piso, cada gremio tenía dieciocho miembros, por lo que ellos debieron
haber reclutado tres más durante su curso por este piso. Si no le solicitara pronto
un registro a Argo, no sería capaz de conocer sus rostros y nombres. Busqué de
cerca a Morte, el espadachín/hachador misterioso con quien tuve un duelo en horas
de la madrugada, pero su cofia emblemática no estuvo a la vista.
Incluso con la mano de obra disponible que tenían, era increíble que ambos
gremios se hubiesen preparado tres góndolas cada uno en el intervalo de un día.
Tomaba tres horas construir un bote, por lo que al final una debió haber sido
finalizada justo antes de nuestra hora de reunión. NPC o no, el viejo Romolo debió
quedar exhausto por trabajar sobre la hora.
El tintineo del gong provenía de la nave madre de los DKB, la más grande entre
los presentes. El gong justo en la proa debió haber sido una opción por el enorme
tamaño. Los ALS miraron con disgusto ante lo que ellos no pudieron ser capaces
de procurar, mientras Lind sostenía una mano en alto para detener el gong y
dirigirse a la multitud.
— ¡Es la hora! ¡Estamos a punto de comenzar nuestra batalla contra The Biceps
Archelon, jefe de campo del cuarto piso! ¡Ninguno de nosotros tiene experiencia con
una gran batalla naval sobre barcos, pero no hay nada que temer! ¡Cómo han visto
en las batallas con monstruos ordinarios, sus ataques serán absorbidos casi en su
totalidad por nuestros botes!
Es fácil para ti decirlo, en ese enorme crucero –murmuré mentalmente. Él levantó
su mano derecha en el aire y apretó su puño.
— ¡Como lo expliqué en nuestro encuentro pre-batalla, los ataques del Archelon
son bastante simples! ¡Mientras estemos pendiente de la dirección en las que sus
dos cabezas estén observando, podremos evitar la toma de cualquier carga!
¡Usaremos este gong para señalar el tiempo de evasión, por lo que les pido que
estén atentos!
Y nosotros somos los que descubrimos esa información por ti –murmuré de
nuevo. Naturalmente, ese era un precio por escabullirme delante de todos para
tener primeros nuestro barco, por lo que como miembro de esta comunidad, supuse
que era mi trabajo ir al frente y aprender lo que pudiese.
Imaginé que ellos también podrían montarnos el trabajo de cargar al frente y al
centro de la batalla, pero ese rol iba para los DKB y ALS. En esta batalla, los grupos
menores –Asuna y yo, y el grupo de Agil– tenían que atacar los lados del jefe, los
cuales eran virtualmente resistentes gracias al espeso caparazón de la criatura.

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— ¡Movámonos! ¡Adopten su formación cuando aparezca el jefe! ¡¡Flota de los


Dragon Knights, avancen!! –gritó Lind, sacudiendo su brazo hacia adelante. El navío
madre de los DKB Leviathan y sus dos acompañantes comenzaron a moverse.
Kibaou gruño a sus compañeros de gremio en el lado izquierdo, no quería quedarse
atrás.
— ¡Vamos, avancemos! ¡Liberation Squad, todos los barcos a su máxima
velocidad!
Con un «Si, si señor», el timonel de la Unleash remó hacia adelante, y sus aliados
se unieron.
— Welp… supongo que deberíamos ir –dije desanimado, mientras Agil sonreía y
empujaba un pesado puño.
— ¡Mostrémosles que no estamos ejerciendo un papel secundario aquí!
Su trio de compañeros rugió en aprobación, y Asuna asintió con intención seria.
No sería nada bueno para mi ser dejado fuera del grupo, por lo que con lamento
levanté mi mano y me uní a su vitoreo.
***
El jefe de campo de la cuarta mazmorra era un enorme monstruo acuático
llamado Biceps Archelon, y fiel a su nombre, era una antigua tortuga de dos cabezas.
Tenía tres ataques: un ataque de mordida de ambas cabezas, golpeteo acuático por
parte de sus aletas laterales, y una carga haciendo uso de sus sesenta pies de largo.
Como Lind nos había asegurado, los ataques de mordida y aleta no eran tan
poderosos, por lo que dejar que el bote absorbiera el daño si era necesario era una
opción válida. El ataque de carga era el verdadero problema, y probablemente sería
suficiente para voltear nuestros botes si golpeaba de lleno.
De acuerdo al reporte de Lind, un bote volcado se recuperaría automáticamente
luego de treinta segundos, pero hasta entonces, la tripulación no tenía más opciones
que sujetarse, dejándolos vulnerables a los mordiscos y aletazos.
Afortunadamente, unos segundos antes de comenzar una de sus cargas masivas,
ambas cabezas apuntaron en la misma dirección. Si observábamos ese movimiento
y nos asegurábamos de evitar su línea de visión, no sería difícil evadir la carga.
¡Bwong, bwong! El gong de la Leviathan sonó, y Lind gritó.
— ¡Evadan!
Adelante, cuatro góndolas se dividieron a derecha e izquierda desde su posición
directamente frente al Archelon. Nosotros estábamos en el flanco izquierdo de la
tortuga, pero retrocedí la Tilnel por si acaso.

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Un momento después, las cabezas draconianas del Archelon se elevaron alto en


el aire, y su cuerpo de sesenta pies de largo se impulsó hacia adelante.
Un roció nos bañó, y las olas en la estela de su pasada golpearon el bote. Levanté
el remo para mantener el equilibrio contra la mecida por lo que pude mirar alrededor:
ninguno de los otros barcos se había volcado. La barra HP del jefe estaba cerca de
perder la mitad, y a ese ritmo, la batalla terminaría en menos de veinte minutos.
Envié la góndola tras la nueva ubicación del Archelon, y Asuna se volvió hacia
mí, con estoque en mano.
— ¿Oye, que tipo de jefe había aquí en la prueba beta?
— Bueno… era una tortuga, pero más bien una gigante. Muy resistente, pero
lenta, y no recuerdo que nos haya dado muchos problemas.
— Hmmm… por eso supongo que debe haber recibido una actualización junto a
todo lo demás cuando ellos decidieron llenar este nivel con agua.
— Bueno, claro. Quiero decir, era de esperarse –para empezar, todas las puertas
de los edificios que hay en el pueblo estaban en el segundo pis…. ¡Whoa!
Una de las góndolas de seis personas pasó a toda marcha, desbalanceando a la
pequeña Tilnel. Mientras nos pasaban, los tripulantes nos dejaron un mensaje
sincero: — ¡Ni siquiera el gran beater va a ganar el LA hoy!
Luego de irse, Asuna pataleó, indignada.
— ¿Ajá, cual es la gran idea? Esta formación fue su idea, para empezar por ahí.
— Ya, ya. Mientras estemos a un lado, no tendremos de preocuparnos de que el
bote resulte dañado –dije pacíficamente, moviéndonos hacia atrás para
posicionarnos en el flanco izquierdo del Archelon.
Los ataques y el daño causado fueron severos en las cabezas, donde los DKB y
los ALS mantuvieron dos de sus barcas, cada uno. La tercera de ambos gremios
estaba en la cola, la cual sufrió algo de daño –todo esto de acuerdo a nuestro plan.
Agil y nosotros tuvimos que tomar los lados, las paredes escarpadas del oscuro y
brillante caparazón. Incluso el Chivalric Rapier +5 de Asuna apenas pudo arañar el
HP del jefe.
La vi disparar su combo de dos partes Parallel Sting con completa frustración, y
usé la mitad de mi cerebro para emparejar alguna idea indolente.
Los últimos escenarios de la misión de construcción de barcos no fueron
mencionados en la guía estratégica de Argo cuando esta fue presentada la tarde de
ayer. Esto era, tanto la naturaleza desconocida de la fuerza de N’ltzahh y la feroz
rivalidad entre los dos gremios principal.

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Hubo conflictos prácticamente abiertos en las afueras del campamento Élfico de


Bosque en el tercer piso entre los DKB, quienes se decidieron por el lado Élfico de
Bosque de la campaña, y los ALS, quienes se alinearon a la facción Élfica Oscura.
Mis argumentos cayeron en oídos sordos, y casi tuvimos actos violentos jugador
con jugador, solo la llegada de la poderosa Caballero Kizmel logró con éxito que
contuvieran sus espadas.
Luego de una discusión, ambos gremios aceptaron poner en pausa sus misiones
de campaña, para así prevenir un colapso del colectivo de la línea delantera. Sin
embargo, la última parte de esta misión de construcción de barcos parecía estar
relacionada a la campaña. Si publicábamos esa información, ellos podrían tomar el
teletransportador de vuelta al tercer piso y para renovar la misión. Teníamos que
soportar que ambos gremios no volvieran a cruzarse de nuevo.
Por lo que después de discutirlo con Argo, Asuna y yo decidimos no liberar las
conexiones de los Elfos Caídos. Pero Lind y Kibaou no estaban liderando sus
gremios por espectáculo. Era muy posible que descubrieran la continuación de la
misión por cuenta propia, y si eso sucediera, no había nada que pudiésemos hacer.
Por otro lado, con sus grandes números, enormes barcas, y navegación
aparentemente irresponsable, ellos podrían no tener éxito en rastrear el buque de
transporte del gremio.
Era un hecho que toda la competencia entre ambos gremios era avanzada por
nuestro progreso a través del juego. Pero la falta de algún tipo de fuerza de freno,
si su competencia cruzaba la línea vital, era terrible para mí.
Necesitábamos un tercer poder. Podría ser a escala pequeña, pero algo con la
suficiente influencia y habilidades de liderazgo que Lind y Kibaou no pudiesen pasar
por alto –una pieza clave para la fuerza de la línea delantera.
En el presente, lo que más se acercaba a esa tercera fuerza era Agil el guerrero
de hacha, actualmente luchaba en el lado opuesto de la acorazada tortuga gigante.
Pero él y sus tres compañeros intentaban mantener su posición como una fuerza
neutral y de libre paso. Ellos solos se unían al grupo para la lucha contra los jefes
de campo y piso, y nunca de otra forma.
La única persona con la capacidad de ser esa pieza clave era Asuna la esgrimista,
con su brillante estoque plateado.
Luego que lucháramos contra Illfang the Kobold Lord en el primer piso, le dije que
ella podría ser fuerte, y que si alguien en quien confiara la invitaba a formar parte
de un gremio, que no se reusada. Que había límites en lo que un jugador solitario
podía completar.
Mi instinto no estaba errado. En todo caso, yo estaba subestimando su potencial.
Si ella se acostumbraba más a este mundo y aprendía más de las reglas y rarezas

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del juego, Asuna fácilmente podría liderar un gremio por si sola. Ese gremio podría
servir admirablemente como un tercer poder para equilibrar a los ALS y DKB.
Pero mientras ella estuviese conmigo, el beater, podría ser rechazada dentro del
grupo. Ella nunca sería vista como algo más que una extraña deliberada,
mostrándose donde le plazca y acaparando objetos e información difíciles de
obtener de las personas más dignas.
Si el bien de la línea delantera como un todo, y Asuna como una individua, tenían
que ser tomados en cuenta… entonces quizá no deberíamos formar un dúo para
siempre. Pero la existencia del Chivalric Rapier de Asuna, con sus estadísticas
absurdamente buenas, y la Botella de Kales’Oh que le otorgaba una ranura de
habilidad extra me llenaban de un miedo inexplicable. Quería priorizar su seguridad
por sobre todas las cosas.
Si, estaba preocupado por su bien, pero la verdad era, que había otra razón
mucho más grande que dirigía mis elecciones… una egoísta.
En algún lugar en mi corazón, tenía miedo de que ella reuniera más atención y
eventualmente la llamasen a tomar el papel de líder…
— ¡Kirito-kun! ¡El medidor está a punto de caer en rojo!
Fui arrastrado de nuevo al presente. En la parte superior del elevado y montañoso
caparazón del Biceps Archelon, el medido HP de doble barra estaba en sus últimos
niveles. Más de un par de jefes cambiaban sus patrones de ataques al momento
que llegaban a la zona roja, por lo que empujé el bote hacia atrás, por si acaso.
Pero los cuatro barcos puestos en las cabezas de la tortuga provocando el daño
aún estaban allí, martilleando cada vez más fuerte que antes. Los jugadores
alineados a los lados de las góndolas que enfrentaban a la tortuga liberaron
habilidades de espada a la derecha y a la izquierda, envolviendo las dos cabezas
del Archelon con luces de colores. La barra HP descendió aún más, por debajo del
marcador del 10 por ciento.
— ¡Oigan! ¡Todos aléjense! –escuché a Agil gritar desde el otro lado del
caparazón de la tortuga.
Ya yo me encontraba a una distancia segura, lo suficientemente lejos para
contemplar a la bestia en su totalidad. Sus dos cabezas, aletas frontales y laterales,
y su cola estaban torciéndose contra los lados del caparazón. Nunca había visto
este tipo de animación antes, pero sentí que así era.
— ¡Cuidado, va a girar!
Dudé mucho de que girara lo suficiente como para volar como el monstruo de
cierta película, pero incluso la góndola más grande de seguro seria volcada si era
succionada por ese remolino gigante –si no chocaba primero contra otros barcos.

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Pero ninguno de los gremios retrocedió, incluso después de nuestras advertencias.


Probablemente esperaban aprovechar todo el camino con esta explosión de
habilidades de espada, pero la preparación de giro elevó la defensa del jefe, y su
HP obstinadamente se rehusaba a ser drenada.
— ¡Kirito-kun, ya en este nivel, ellos están en un gran problema! –gritó Asuna.
Eso resolvió el asunto.
Le ordené a mi compañera agacharse, luego remé alocadamente. Mientras la
Tilnel avanzaba a toda velocidad hacia adelante a través de las crestas de las olas,
el enorme cuerpo del Archelon se tensó poderosamente.
Si cargamos y tomamos nuevamente la gloria, solo empeoraría nuestra
reputación –pensé brevemente. Pero luego cambié de idea y empujé con una última
remada.
— ¡A la mierda todo! ¡No abandonaré mi posición!
El ardiente ariete rojo al frente de la Tilnel se sumergió en el intestino más suave
del Archelon justo antes de que comenzara a girar. Luego de un pequeño silencio,
un par de orificios de vapor blanco comenzaron a salir del caparazón. Toda la forma
de la tortuga comenzó a abombarse, cubierta con una luz azul –y luego explotó.

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Miré el listado de col, botín normal, y el bono de Last Attack y pensé: Que pena,
lo hice de nuevo.
Asuna se levantó en la proa del bote y deslizó su estoque en su funda, luego me
miró escépticamente.
— L-lo siento por cargar de esa forma, pero parecía que la tortuga estuviese a
punto de hacer algo malo…
— Si, está bien. Pero ¿a qué te referías con «mi posición»?
No sabía si decirle que me estaba refiriendo a «mi posición como gondolero»
funcionaria como excusa, pero para mi suerte, ella no siguió presionando, por lo que
rápidamente guié el bote hacia la salida de la caldera.
Pasamos zumbando a los Dragon Knights y Liberation Squad, quienes parecían
completamente abatidos, enojados y petulantes por el solo hecho de haber
derrotado al jefe, y saludé al grupo de Agil mientras ellos levantaban sus pulgares
en la salida del lago. Luego de un pequeño viaje rio abajo, llegaríamos a una
pequeña aldea llama Usco.
— ¿Sabes?, lo he estado notando –comencé a decirle a Asuna, ella estaba
claramente inmersa en sus pensamientos, ya que le tomó unos cuantos segundos
volverse y responder.
— ¿Huh…? ¿Q-qué?
— Oh, no es nada serio… pero estaba notando que viajar de pueblo en pueblo
en este piso no ha sido fácil. En los anteriores, solo podíamos esprintar cuesta abajo
por el camino, pero aquí tienes que, o nadar o remar.
— Mmm, si, tienes razón. Además, en el rio hay monstruos ocasionales. Gente
que viene por turismo sería la única satisfecha por Rovia, estoy segura, pero me
pregunto cómo le estará yendo a Argo aquí.
— Hablando de eso, me pregunto si ella se quedará estancada en el pueblo
principal esta vez…
— No me menosprecies, Kii-boy.
— No te estoy menospreciando, pero… ¡¿whaaaahh?!
Una voz familiar resonó en mi oído, una que no debería haber estado presente,
y que casi me hace caer del bote. Perdí el equilibrio e hice que el remo se deslizara,
meciendo la góndola. Asuna abruptamente comenzó a recuperar el balance al frente
y se volvió, sorprendida.
Viajando justo a la izquierda de la Tilnel a la misma velocidad estaba el rostro
inigualable de Argo la Rata.

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Ella no estaba nadando. Ni mucho menos estaba conduciendo un bote.


Ella estaba deslizándose en la superficie del rio, tal como un bicho de agua.
— ¡¿P-pero que diablos es eso?! ¡¿Te has convertido en una aprendiz de esos
doofus ninjas de la Fuerza Ninja Fuma?!
— ¡Nya-ja-ja-ja, casi! Encontré estos bebes en el pueblo.
Ella sacó una pierna del agua, levantando su pie derecho en alto para permitirme
ver. En lugar de sus botas usuales, ella estaba usando unas sandalias equipadas
con unas paletas flotantes de madera. Un objeto que le daba al portador la habilidad
de correr en el agua, claro está.
— ¿Qu…? ¡¿…e-ellos venden esas cosas?! ¿Qué punto tiene de pasar tanto
problema para construir un barco…?
— El detalle está en, que estas cosas requieren una cantidad ridícula de agilidad
para equiparlas, y tienes que disminuir tu peso tanto como sea posible cuando las
uses. Pierde el más mínimo equilibrio, y te caerás. No hay forma de luchar usando
estos bebes.
— Ohhh… no parece que hayas abandonado tanto equipamiento, sin embargo –
remarqué, mirándola de soslayo. Hasta donde podía decir, ella aun tenía su capa
con capucha y no parecía tan ligera como siempre.
El rostro de la Rata se arrugó en una sonrisa, sus bigotes pintados se torcieron.
— ¿Así es como te parece? Nunca se sabe, aquí donde me ves, podría no estar
usando nada debajo de esto.
— ¿…o-oh, si?
Comencé a girar mi cabeza para verificar, pero sentí una mirada imponente
producirme un daño en mi frente desde el asiento frontal y rápidamente me volví
hacia adelante. Argo sonrió otra vez, mientras Asuna aclaró su garganta para hacer
una pregunta.
— Um, Argo-san, ¿te gustaría navegar con nosotros hacia la próxima aldea?
Tenemos un asiento libre.
— Ooh, gracias. Aceptaré tu oferta.
La Rata ágilmente saltó en la góndola y tomó el asiento de cuero detrás de Asuna.
Las dos chicas comenzaron a susurrarse mutuamente de forma abrupta.
A medida que aumentaba el ritmo de la góndola, silenciosamente le siseé al viejo
Romolo. ¡Abuelo, debiste habernos dicho que una góndola de dos asientos en
realidad tenía tres!
***

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Si el pueblo principal de Rovia era una «ciudad de agua», entonces Usco era una
«aldea flotante».
Estaba hecha de una docena de cabañas, pasarelas y espacios abiertos
sujetados por troncos con forma de balsas, flotando y crujiendo en medio del lago
con forma de media luna creciente. Ciertamente era más pintoresco que la pequeña
aldea plana y toda destartalada de la prueba beta, pero sentí como si terminaría
teniendo un mareo de bajo grado si pasaba más de un corto tiempo allí.
Por otro lado, la enfermedad de movimiento provenía del oído interno, por lo que
el hecho de que las señales de movimiento eran pasadas por alto directamente al
cerebro podía significar que no había mareos. De hecho, no recordé a nadie de la
línea delantera sentirse enfermo mientras navegaba en las góndolas.
Detuvimos la Tilnel en el muelle al borde del pueblo y la atamos allí, luego nos
dirigimos al centro del asentamiento, hacia el único restaurante allí. Aun era
temprano, pero de seguro podíamos permitirnos pan tostado por nuestro triunfo
sobre el jefe de campo.
Hice lo mejor para evitar mirar las piernas desnudas que llevaban puestas
sandalias flotadoras y se estaban asomando desde la capa de Argo mientras
avanzaba por la pasarela flotante y bordeada. Eventualmente llegamos a un
restaurante de tema tropical. No había otros jugadores sentados en la terraza
abierta con vista al lago, claro está.
Me senté en el asiento especial al centro y ordené bebidas y aperitivos al mesero
NPC de ropas ligeras, luego me incliné hacia atrás en la silla de mimbre y me estiré.
— Ahhh… finalmente hemos completado la mitad del cuarto piso…
— Dices «finalmente» como si no hubiesen pasado tres días desde que llegamos
aquí. Fuimos mucho más rápidos que en los pisos dos y tres –apuntó Asuna.
— ¿Qué, en serio…? Llegamos a este piso el 21 de diciembre, eso significa que
22, 23, 24… oh, tienes razón.
— Aun no eres lo suficientemente viejo para ser senil, Kii-boy –replicó Argo.
Sonreí y a miré: — Nunca se sabe. En la vida real, podría ser un viejo caballero
pasando su jubilación disfrutando un buen MMORPG.
— Entonces tendré que comenzar a llamarte Abuelito-Kii.
—…ni se te ocurra. Por favor…
Mientras discutíamos y bromeábamos, una bandeja de cocteles brillantemente
coloridos llegó. Chocamos nuestros vasos, y tras derramar más de la mitad de jugo
de lichi aromático, dejé escapar un largo suspiro.

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Una vez que comimos algo, estuve completamente preparado para caminar hacia
la próxima puerta y caer rendido, pero había negocios que tratar. Sacudí mi cabeza
y ajusté mi estado de ánimo.
— Los DKB y ALS pronto estarán aquí, por lo que deberíamos tomar todas las
misiones en la aldea y comenzar algunas de las más fáciles…
El día de ayer habíamos terminado todas las misiones cortas-individuales en
Rovia además de la del «Carpintero Naval de Antaño», mientras los gremios
estaban ocupados construyendo sus góndolas. Eso nos había generado un poco
más de experiencia, pero también estábamos por encima del nivel apropiado para
esta área, por lo que no fue suficiente para aumentar de nivel. Probablemente, de
esta aldea solo nos haríamos con dos o tres misiones, por lo que mi instinto me
decía que debíamos golpear ese punto antes de dormir
Asuna y Argo se miraron entre sí, luego cada una habló:
— No sé nada sobre el grupo de Agil, pero los grandes gremios van a volver a la
ciudad por el día de hoy.
— Por ese motivo no hay necesidad de apresurarse en tomar todas las misiones
de esta aldea, Kii-boy.
— ¿Huh…? ¿Volverán a Rovia? ¿Acaso dejaron misiones atrás? –dije,
confundido. Las dos chicas de lanzaron miradas cuestionables.
— Entonces… ¿no te invitaron, Kirito-kun?
— ¿…invitarme a qué?
— Nada de que decepcionarte, Kii-boy. Bueno, estaremos aquí contigo.
— ¿…decepcionarme de qué?
— ¿No acabas de decir que día era hoy?
— ¿Qué… te refieres al 24 de diciembre? –dije, luego fruncí el ceño. Hace unos
días, se me ocurrió que algún día especial estaba por llegar. 24 de diciembre… es
decir, el día antes del 25 de diciembre, se haría… alguna visp…
— Y-ya va, ¿te refieres a Navidad lo que sea? Y ¿esa es la razón por la que los
DKB y ALS van a volver? ¿Es por eso que estaban tan apurados por derrotar al jefe
de campo? –dije, estupefacto. Las chicas asintieron juntas, con rostros compasivos.
Pero nada pudo haberme preparado para lo que Asuna dijo a continuación:
— Si. Ya ves, esta noche los dos gremios van a celebrar juntos la fiesta de
despedida de la Navidad.
— ¿…q-qué… f-fiesta… juntos…? ¿Quieres decir… ellos… pero… qué…?

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Mi grito de «¿Qué Demonios?» se convirtió en un boom sónico que desgarró el


lago y sacudió a Usco con un terremoto de magnitud 7.
De lo que escuché luego, la fiesta de despedida de Navidad era un evento lujoso,
libre, y de comer y beber lo que puedas que se celebraba en la plaza de
teletransporte de Rovia, y comenzaba a las cinco en punto en la Víspera de Navidad.
Ellos no lo anunciaron a diestra y siniestra con tableros de anuncios y folletos (yo
lo habría notado en caso de haberlo hecho), sino que se las arreglaron para reunir
a los casi doscientos jugadores de la línea delantera únicamente por medio verbal.
Entre el primer gran evento público de jugadores y el clima impredecible, se
producía bastante alboroto. Además de la comida preparada por los patrocinadores,
algunos jugadores comerciantes establecían carros de comida por su cuenta, e
incluso también estaba una joven herrera que colocaba un puesto para reparación
de armas.
La idea provino de los ALS, aparentemente como una forma de hacer buen uso
de toda la carne de cangrejo, langosta y oso que acumularon en sus misiones.
Llamarlo una fiesta navideña atraería la atención de otros jugadores, tanto para
incrementar el perfil del gremio y actuando como una buena oportunidad de
reclutamiento. Cuando los DKB se enteraron de esto, ellos trataron de establecer
un evento de competencia, y después de mucha disputa sobre el uso de la plaza de
teletransporte de Rovia, ambos grupos decidieron celebrar la fiesta, juntos.
— Bueno, supongo que debería estar feliz de que hayan planeado un evento
juntos… pero llamarlo «fiesta de despedida» es bastante extraño. ¿No es eso lo
que usualmente lanzas antes de una gran competencia o cuando viajas hacia algún
lugar nuevo? Parece atrasado para la gente que va a la torre laberinto a lanzar sus
propias fiestas de despedida –murmuré mientras le daba un sorbo al jugo de lichi
restante y tomé la bandeja de comida.
Asuna parecía como si no supiese si sentir lastima por mi o reírse en mi cara.
Ella apuntó suavemente: — No es como si nadie sugiriera invitarte a la fiesta. Tu
eres uno de la línea delantera también, Kirito-kun. Pero algunos miembros en los
ALS se preguntaron por qué ellos deberían pagar por la comida y bebida gratis al
chico que siempre andaba robando los bonos de LA, y terminaron decidiendo que
no necesitabas una invitación.
— Por cierto, ¿de quién escuchaste eso?
— De Shivata en los DKB durante la reunión estratégica del jefe de campo. Él
también me pidió que te diera sus disculpas por ello.
—…Hmmm.
— Ellos dijeron que podía ir, si yo quería.
—…hmmmmmm.

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— Y también recibí un montón de mensajes de otras personas.


—…hmmmmmmm.
— Por cierto, el equipo de Agil también va a volver a la ciudad, pero solo para
terminar sus misiones, no a participar. Asi que no tienes que estar tan de mal humor.
—…hmmmmmmmmmm. Presumes de ser un jugador solitario, ¿no? –Argo de
repente estalló con una serie de risitas burlonas y espeluznantes.
— ¿Y, y a ti que te pasa?
— Oh, nada. Ahora, si no te importa, regresaré al pueblo principal –remarcó,
deslizándose de su silla.
Sorprendido, pregunté: — ¿Ya? Si te vas tan pronto, ¿por qué viniste a esta
aldea?
— Para reunir información de las misione y selecciones de las tiendas, claro está.
Me gustaría entrar en la fiesta de despedida también. Bueno, nos vemos, A-chan,
Kii-boy –saludó brevemente, sonriendo y añadió–. Oops, casi lo olvido. Feliz
Navidad.
— Feliz Navidad, Argo-san. Cuídate –dijo Asuna.
— F-felí Na’idá5 –me uní, sintiendo que ni siquiera tenía ese derecho. Antes de
saberlo, la traficante de información se había ido.
Luego de un momento, Asuna murmuró: — Argo-san debería haber sido la
primera invitada a la fiesta de Navidad.
— No jodas. Con estatus Ultra Élite V.I.P. –añadí, terminando mi jugo.
En ese preciso instante, Argo estaba reuniendo información en los negocios,
puestos y misiones de los NPC de Usco. Su manejo de la información, ya fuese en
la zona segura del pueblo o en los peligros de las zonas salvajes, era un soporte
invaluable para nuestro progreso en este juego de la muerte.
Pero más de unos cuantos jugadores en los dos gremios sentían disgusto al oír
el nombre de Argo la Rata. Parecía que pensaran que los primeros beta testers
tenían un trabajo solemne para proveer la información para esas únicas guías
estratégicas que todos usaban.
Ante esa expectativa, las políticas de Argo sobre vender cualquier cosa que
pudiese y la recaudación del valor de su dinero eran desagradables, para ser claros.

5
N.T: No encontraba la forma de llevar al español esa frase: en japonés dice «MERI KUMA» en inglés «MANY
CRIMMAS». Por lo que yo me tomé la libertad de tratar de expresarlo como si Kirito lo estuviese diciendo a
regañadientes y que solo se entendiera eso.

Reki Kawahara 138


BARCAROLA DE ESPUMA

Ella incluso vendería lo que acabábamos de hablar, si alguien lo quiere y pague el


precio que es. Incluso un amigo como yo tiene que filtrar lo que dice cerca de ella.
Ni siquiera sabía por qué usaba tales políticas poco amistosas. Probablemente
ella me vendería la razón si yo se lo pidiese. Un día habré comprado esa razón, y
el precio sería maldito –me dije, colocando el vaso de coctel vacío en la mesa.
— Entonces… ¿qué hacemos aho…? –comencé, luego comprendí que no había
verificado algo con ella–. Eh, quiero decir… si quieres ir, no voy a retenerte.
Mi compañera temporal me miró con sorpresa, por lo que añadí: — Quiero decir…
si fuiste formalmente invitada a la fiesta de despedida de la Navidad y te estas
rehusando por mí, no tienes necesidad de…
— ¿Oh, eso? –interrumpió´, cortándome en el acto. Luego resopló–. No, no te
preocupes. Desde un principio no tenía intención de ir. No soy una amante de las
fiestas.
— O-oh, ya veo. Bueno, entonces… ummm…
Antes de poder sugerir completar una o dos misiones y subir de nivel antes de
que cayese la noche, me detuve.
No tenía atracción en particular por la Víspera de Navidad, pero eso no sería
necesariamente cierto para Asuna. Ella sabía que día era –y a pesar de ser una
talentosa esgrimista, ella aún era una mujer joven…pensé.
— ¿…quieres… intentarlo aquí?
— ¿Intentar qué?
— Tener nuestra propia…cosa esa de Navidad.
La esgrimista me miró fijamente, sus cejas se tensaron, como si simulara
múltiples respuestas posibles. Terminó eligiendo la de gira tu cabeza hacia otro lado
a modo de respuesta negativa.
— N-no, no es necesario. No he preparado nada… y no se siente como una
Navidad en esta aldea-isla tropical.
Por un momento, casi creí que el sistema que controlaba el clima la había
escuchado. La avalancha de luz dorada del atardecer se atenuó abruptamente, y la
superficie azulada del lado se tornó grisácea. Un viento helado desde el lago
sacudió su cabellera.
— D-de ninguna manera –susurró. Y seguí su mirada.
Había un tenue punto blanco que caía silenciosamente desde el cielo nublado.

Reki Kawahara 139


BARCAROLA DE ESPUMA

Se unió a la briza y fluyó por la terraza abierta del restaurante para aterrizar sobre
mi mano enguantada. El punto blanco se derritió en el instante, dejando un pequeño
frio en la palma de mi mano.
Luego llegó otro y otro. Se vieron incontables puntos blancos danzando en el aire.
—…es nieve… –murmuré. Cierto, era diciembre, pero nunca antes había visto
nieve en Aincrad. De hecho, duramente había sentido lo que podría llamar una brisa
helada.
De acuerdo a lo que leí en un artículo antes que el juego me atrapara, se suponía
que SAO recrearía la temporada que hubiese actualmente en el exterior,
dependiendo del piso en el que uno se encontrara. Pero el cuarto piso no podía ser
uno de esos especialmente alineados. Esta nieve debía venir de un evento festivo
especial, solo por Navidad.
Pronto las cabañas de hierba tropical seca se hicieron blancas con la nieve.
Algunos niños NPC corrían cerca de la pasarela, sonriendo y gritando.
Como tomé una vista surreal de la isla tropical convirtiéndose en un país de las
maravillas de invierno, escuché un suspiro reluctante a mi lado.
— ¿Por qué tuvo que hacer esto…?
Me volví para ver a Asuna observando la nieve con sus ojos abiertos como platos.
Posiblemente no podría leer la expresión en su rostro.
Al final, supe que el pequeño torbellino blanco que danzando más allá de sus
ojos marrón claro era hermoso.
—…justo cuando escapamos de la ciudad principal y venimos aquí, solo pude
evitar pensar en la Navidad –murmuró–. Esto no es justo.
— ¿Huh…? ¿Estabas tratando de no pensar en ello? ¿Por qué…no lo dijiste…?
Presioné mis dedos en mis sienes y rebusqué mi recuerdo de una conversación
de hace casi dos semanas.
— ¿No dijiste que podría nevar en Navidad, cuando estuvimos asaltando el
laberinto del segundo piso?
Ella torció sus labios, levemente avergonzada: — Me sorprende que lo recuerdes.
Quizá lo dije, pero dada las circunstancias, no estoy de humor para disfrutar de una
festividad. Deberíamos seguir avanzando en lugar de llevar a cabo fiestas. Además,
ni siquiera tocaste el tema hasta hace unos minutos.
— ¿Huh? ¿Tocar… qué pasa…?
Tan pronto como pregunté, ella me dio una mirada sucia: — Si quieres tener una
fiesta de Navidad debiste habérmelo dicho con días de anticipación, para así haber

Reki Kawahara 140


BARCAROLA DE ESPUMA

logrado preparar algo. Y si no vas a decirlo sino hasta el día que toca, es natural
asumir que no te interesaba.
— ¿Huh? ¿Preparar…?
— ¿Preparar qué? –quise preguntar, pero ya sabía la respuesta. Los tres
elementos esenciales para cualquier celebración navideña japonesa eran, pollo frito,
pastel, y regalos. Las dos primeras podían ser conseguidas en cualquier tienda NPC,
pero los regalos no.
En mi inventario no tenia ningún objeto considerado que a Asuna le alegrara
recibir, claro está, por lo que sugerir una fiesta de navidad no debía ser tomado tan
a la ligera.
Por otro lado, si yo realmente inspeccionara toda mi lista de objetos, podría haber
sorpresas aquí y allá –pensé obstinadamente, pero era una idea sin sentido.
Cuando Asuna dijo que no tenía nada preparado, ella debió haber estado hablando
del regalo de Navidad, y conociendo su naturaleza perfeccionista, ella no quería
conformarse con tomar un presente de sus cosas no deseadas, sino era más como
algo que desde un principio se considerara como regalo.
Además, por la explicación de Asuna, estaba claro que ella pretendía evitar la
gran fiesta de Navidad del pueblo y centrarse en el juego como alguien racional por
lo que antes de ahora no había dicho más nada acerca de los días festivos.
—…es mi culpa. Lo siento –dije automáticamente.
— ¿Huh…? N-no, no necesitas disculparte –dijo, sorprendida. Pero me mantuve
cabizbajo.
— No. Hablar de la Navidad en el segundo piso y luego olvidarlo todo por el
tiempo que llevamos aquí –es desastroso. Si no podemos dejar a un lado el juego
por este día, al menos…
— Es este… tipo de cosas las que me molestan –dijo, incomoda. Levanté la vista,
algo asustado de lo que pudiese ver. Ella estaba encogida de hombros y no parecía
para nada enojada–. Escucha, si realmente hubiese querido tener algo de navidad,
debí haberlo dicho. Pero no lo hice, por lo que no necesitas disculparte conmigo.
Estoy feliz solo con ver todo esto.
Miré otra vez la aldea. La continua nevada ya estaba elevándose sobre las dos
pulgadas, lo que hacía que la aldea de Usco realmente estuviese brillando
débilmente.
Eso me colocó en una mente viajera, pero supe que si la nieve estaba cayendo
sobre Aincrad, debía de haber mejores vistas. La configuración espectacular de
Rovia, sin duda alguna, era más impresionante con una capa de nieve, y habría

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BARCAROLA DE ESPUMA

belleza para repartir en la ciudad boscosa de Zumfut, Urbus inmersa en sus


montañas, e incluso la Ciudad de los Inicios allá en el fondo.
Pero aunque era fácil viajar entre esas ciudades con el teletransportador, volver
al portal estaba algo alejado. Teníamos que viajar cerca de la mitad del piso de seis
millas de ancho para alcanzar el portal, y este estaría rodeado por todos los
miembros de los DKB y ALS en la mitad de su fiesta. Ahora no era el tiempo de
mostrarse en medio de ellos.
Teníamos que encontrar algún lugar aquí en el cuarto piso para llevar a cabo
nuestra blanca Navidad…
De repente, una imagen destelló en mi cabeza.
Un lugar que visité en la prueba beta. Un edificio polvoriento pronunciándose en
un amplio y baldío escenario de rocas y arena. Pero ya no seguía siendo la tierra
baldía y seca en este piso. Sí, eso podría funcionar…
—…oye, Asuna.
— ¿Qué?
Ella inclinó su cabeza hacia mí. Dejé mi vacilación a un lado e hice mi sugerencia.
— No es algo físico que pueda darte… pero hay algo que me gustaría entregarte,
para cumplir…
Ella me miró con grandes ojos por un momento, luego murmuró: — Bueno, eres
libre de ofrecerlo. No esperes nada en respuesta.
Nos reabastecimos de productos comestibles en la nevosa Usco y avanzamos
con la aceptación de misiones, luego zarpamos en la Tilnel nuevamente a través
del polvillo descendente.
Si esto sucediera en el mundo real, habría bastante incomodidad: demasiado frio,
sin suficiente visibilidad, nieve apilándose en la góndola. Pero en el mundo virtual,
lo peor que sucedió era la visión un poco pésima y nada que interfiriera con nuestro
remo. El boté atravesó el lago creciente y el rio que desembocaba al sur.
No había pista de monstruos en el agua, tampoco debido al inicio de la Víspera
Navideña o por el exceso de frio con toda la nieve. Usé eso para tomar ventaja de
aumentar la velocidad, y nos deslizamos suavemente por la placida superficie.
Eventualmente la sombra de una torre gris tenue se asomaba en la lejana
distancia. Se trataba de la torre laberinto en el punto sur del piso, el medio por el
cual alcanzaríamos el próximo piso. Estaba aproximadamente a dos millas de
distancia, pero la amenaza del jefe esperando en el nivel más alto producía una
punzada en la piel.

Reki Kawahara 142


BARCAROLA DE ESPUMA

— ¿No me estas llevando allí, no? –Asuna se volvió para preguntarme.


Rápidamente sacudí mi cabeza.
— N-no. Nuestro destino está allá –dije, apuntando a la rama sureste de una
bifurcación en el rio adelante.
Eventualmente, los acantilados que se elevaban sobre nosotros a cada lado
comenzaban a cambiar de color. La roca ennegrecida de estilo basalto mostraba
líneas horizontales talladas por todos lados como un grabado. Usando mi memoria
de la prueba beta y el mapa en mi menú, avanzamos a la izquierda y a la derecha
a través de diversas secciones en el rio.
Cerca de una hora después de haber dejado Usco, nuestro camino se vio
bloqueado por un muro, blanco en su mayoría, al extremo de un valle oscurecido.
— ¡Oye, es un punto muerto! –gritó Asuna, pero solo puse un poco más de fuerza
en mi remado.
— ¡No te preocupes – allí es hacia donde nos dirigimos!
— P-pero no puedo ver lo que hay adelante. ¿Qué si hay un muro…?
— ¡Está bien! Solo es niebla normal… bueno, no exactamente normal.
Ella se volvió, en su rostro había escepticismo. Le sonreí y llevé a la Tilnel
directamente a la espesa niebla blanca.
En segundos, no pude ver a Asuna sentada a siete pies delante de mi. Cuando
inhalé profundamente, la humedad helada del aire contenía la fresca y vivida
esencia del bosque.
— ¡¿Huh…?! Espera, ¿en realidad esta niebla es…?
Ella no pudo siquiera terminar antes de que la niebla se aclarara abruptamente,
restaurando nuestra visio.
Era un enorme lago circular, muchas veces más grande que el Lago Caldera
donde luchamos contra The Biceps Archelon. La nieve cayendo tiñó la mayoría de
la superficie blanca. Saqué el remo del agua y dejé que el bote avanzara hacia la
costa.
Mientras la Tilnel se deslizaba a través de un mundo blanquecino, una silueta
negra eventualmente apareció delante.
Era un inmenso y temible palacio… no, fortaleza, erigiéndose en el centro del
lago. Cuatro torres de diferentes alturas estaban de pie en el tejado del edificio
denso con la nieve, cada una ondeaba un emblema triangular. Mostraban un cuerno
cruzado y una cimitarra en un fondo negro.

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— ¡¿Esa no es… la bandera de los Elfos Oscuros?! –gritó Asuna, su voz estaba
entrecortada por la sorpresa y la esperanza.
Ya yo sabía que la fortaleza Élfica Oscura estaba aquí. En la prueba beta, la
misión de campaña la «Guerra Élfica» se restauraba aquí con otra serie de trabajos
cortos antes de finalizar la gran mazmorra que llevaba la historia al próximo piso.
Pero aquí en la versión comercial del juego, había diferencias notables de lo que
yo recordaba. Los Elfos Caídos estaban haciendo tratos con el Gremio de
Aguadores en el pueblo para comprar una inmensa cantidad de madera, y una figura
espectral llamada General N’ltzahh estaba supervisando la operación. Esas cosas
no estuvieron presente en la prueba beta.
Debido a eso, estuve planeando solo visitar esta fortaleza una vez que hubiese
reunido tanta información relacionada como pudiese. Pero dado que ya habíamos
pasado el hogar del jefe de campo en el cuarto día aquí en este piso, nos
dirigiríamos a la torre laberinto más rápido que en el segundo y tercer piso. Asuna
y yo probablemente éramos las únicas personas, entre el grupo de la delantera,
siguiendo activamente la línea de misiones de la Guerra Élfica, por lo que si no
actuábamos con rapidez, ambos gremios nos pasarían y nos dejarían atrás.
Pero esta razón podría no ser más que una excusa. Solo quera mostrarle a mi
compañera esta vista.
—…es hermoso –murmuró Asuna, mirando el castillo lleno de nieve al que nos
acercábamos–. Más hermoso que cualquier castillo que haya visto en la vida real.
— Estas hablando de… ¿castillos así en parques temáticos? O ¿de los reales en
Europa…? –pregunté cuidadosamente. Ella sonrió y no especificó.
Los castillos eran la fantasía principal de un RPG, pero este podría ser el primer
castillo apropiado en Aincrad, hasta ahora. El diseño del edificio era bastante
parecido al de la prueba beta, pero la impresión que dejaba ahora en el centro de
un lago pintoresco era completamente distinta, en lugar de una cuenca seca y plana.
Especialmente en la Víspera de Navidad cubierta con una capa de nieve.
La fortaleza armada Élfica Oscura estaba cercada con piedra blanca, su tejado
pronunciadamente angular de baldosas de color gris pizarra. Una luz naranja surgía
de sus incontables ventanas arqueadas; una contrabalanza perfecta para la
melancolía añil del atardecer. El edificio en sí estaba completamente aislado de la
tierra que la rodeaba, e inmensas góndolas negras estaban atadas en el extenso
muelle en el exterior de la entrada.
Guiado por una linterna que emitía una luz azulada en la punta del muelle, deslicé
la Tilnel en un espacio vacío a lo largo del muelle. Ninguna alarma sonó o guardas
llegaron corriendo.

Reki Kawahara 144


BARCAROLA DE ESPUMA

Escondí el remo y salté en el muelle de piedra, luego me volví para tomar la soga
expertamente enrollada y colocarla en un poste de bronce. Asuna me pidió una
mano de ayuda para salir, y caminamos hacia el centro del muelle para obtener una
mejor vista.
La entrada aún estaba a una distancia considerable, pero la enorme apariencia
del castillo era clara de contemplar. La altura de las torres tenía que ser de más de
ciento cincuenta pies desde el suelo. La escala de la estructura rivalizaba con los
grandes baobabs que se volvieron ciudad en el tercer piso.
La luz naranja de las ventanas se derramaba en incontables tejados, cimas y
aleros. Miré la fantástica imagen hasta que una pequeña voz llegó a mis oídos.
—…gracias. Es un hermoso regalo.
— Bueno… mientras lo creas de esa forma, fue valioso cruzar todo el piso para
ver… –la miré y sonreí.
— Pero solo es la mitad del regalo.
— ¿Oh…?
Coloqué una mano en su espalda y empujé suavemente, urgiéndole que
avanzara. Ella lo descubriría todo antes, por lo que tuve que apresurar a mi
perceptiva compañera para que avanzara y así conservar la sorpresa.
Adelante en el muelle estaba un enorme portal hecho de placas de metal denso
oscuro y brillante, con unos guardias enormes y pesadamente armados (por los
estándares élficos) puestos en cada lado. Eché un vistazo a sus alabardas
sorprendentemente enormes y tuve que llenarme de coraje que seguir empujando.
El momento en el que llegué a unos veinte pies del portal, el guardia de la derecha
gritó: — ¡Alto!
Mientras tanto, el de la izquierda dijo: — ¡Este lugar no es para la humanidad!
Ellos cruzaron sus alabardas en medio del aire. Me aliviaba reconocer las mismas
líneas de dialogo de la prueba beta y saqué lo que tenía preparado del bolso de mi
cinturón y lo sostuve en el aire.
— ¡Me llamo Kirito! ¡Solicito una audiencia con el maestro de este castillo!
Probablemente el dialogo no era necesario, pero quería seguir el juego, por lo
que dejé a un lado mi vergüenza y seguí con ello.
Los dos guardias miraron el pergamino sellado sostenido en el aire,
contemplando el mismo sello que el de las banderas del castillo –la invitación que
nos dio el comandante de las fuerzas Élficas Oscuras en el tercer piso. Sus
alabardas sonaron al retroceder a una posición firme.

Reki Kawahara 145


BARCAROLA DE ESPUMA

A continuación, la enorme puerta de metal se dividió al abrirse con un rugido


profundo. Exhalé de alivio y llevé a Asuna a los terrenos del castillo.
Luego, un grito de sorpresa escapó de sus labios.
— ¡¡Oohhh!!
El jardín frontal del castillo nos envolvió con toda la belleza de un gran trabajo
artístico. Árboles, macetas, y vallas de hierro fundido escarchado con polvo de nieve
estaban brillando con la luz de las lámparas. El largo enfoque a las puertas del
castillo era completamente perfecto –no una única huella. Casi ni quiera pisarlo.
Si todo era tan exacto como en la prueba beta, seriamos capaces de caminar
libremente por el castillo. Entre el salón para cenar, las diversas tiendas, e incluso
celdas como mazmorras, había muchas cosas dignas de explorar, pero nuestro
primer destino ya estaba tallado en piedra. Abrimos la puerta y caminamos al interior.
Asuna exclamó otra vez, sorprendida.
En el centro del salón principal con sus alfombras rojas estaba una fuente de
mármol llena con agua resplandeciente. Más allá estaba una gran escalera, y
amplios pasillos se extendían de derecha a izquierda. NPCs Elfos Oscuros
conocidos se inclinaban hacia adelante ante el sonido de violines no visibles, pero
a diferencia del tercer piso, muy pocos de esos NPCs tenían armas.
— No veo ningún jugador –remarcó Asuna, luego asintió para sí misma–. Pero
por supuesto que no los hay. Ese muro de niebla que pasamos para llegar al lago
nos estaba llevando a un mapa instanciado, ¿no?
— Respuesta correcta. Nunca nos cruzaremos aquí con otro jugador, por lo que
somos libres de reír y gritar y cantar todo lo que queramos.
— N-no iba a hacer nada de eso. En fin, echemos un vistazo alrededor –dijo, su
mirada airada daba paso a la emoción mientras tiraba de mi manga.
— Seguro, pero ya conozco nuestro primer destino: por aquí.
Tiré de su capa con capucha en respuesta y la arrastré por el pasillo a la derecha.
El Castillo Yofel, la fortaleza de los Elfos Oscuros, era presentado de tal forma
que el edificio principal conectaba a las cuatro torres principales en forma de
rectángulo con un espacio abierto. Para la mayor parte, el lado derecho del castillo
era una estación de soldados, mientras que el lado izquierdo albergaba a los
habitantes y sirvientes del castillo. Pero yo quería el patio central.
Caminamos por el pasillo, pasando a varios soldados, luego giramos a la
izquierda en una esquina. Encontré una pequeña puerta justo delante y suavemente
la empujé para abrirla.

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BARCAROLA DE ESPUMA

De vuelta al aire libre, nos encontramos un lugar menos impresionante que el


jardín frontal, pero de alguna forma, mucho más misterioso y sagrado. Pequeños
setos espinosos con brotes de pequeñas flores negras bloqueaban el paso de
izquierda a derecha como un laberinto, evitándonos ver más adelante.
Caminamos sobre las piedras de cobre llenas de nieve con la luz tenue de las
linternas como nuestra guía. Pude ver que alguien había dejado huellas en el centro
del camino. Asuna y yo compartimos una mirada, y nos apresuramos a seguir ese
rastro antes de que la nieve que caía lo cubriera.
Cuando habíamos pasado el laberinto espinoso, terminamos en un hermoso
jardín rodeando una hermosa conífera. Jardineras de ladrillo y bancas de brocen
alternadas alrededor del árbol. Sus ramas sobresalientes contenían la nieve, por lo
que las huellas desaparecieron cerca de la entrada al jardín.
No necesitábamos seguir a nadie más.
Ante nuestros ojos, sentada en silencio en una de las bancas, estaba una figura
frágil. Desde nuestra ubicación apenas era más que una silueta, pero no había
necesidad de acercarse para tener una mejor vista o para llamar o entrecerrar los
ojos para ver el color de su cursor para identificarla.
Tan pronto como di el primer paso al frente, hacia la figura, esta se percató de
nosotros y se levantó, saltando sobre la jardinera junto a ella con toda la fuerza de
una habilidad de espada de empuje.
La persona aterrizó ligeramente ante nosotros y nos recibió con los brazos
abiertos.
— ¡Kirito! ¡Asuna! –la voz sedosa y familiar sonó.
Haciendo lo mejor para soportar el poderoso abrazo rompecostillas liberado con
una fuerza de nivel elite, me las apañé para gruñir: — Que bueno verte de nuevo,
Kizmel.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Parte 7
Incluso después que fui liberado, Asuna continuó abrazando a la caballero Élfica
Oscura durante otros cinco segundos. Cuando al fin se soltaron, ella tocó el lateral
de su ojo con un dedo y sonrió enormemente.
—…siempre creí que dentro de poco te veríamos… pero aun así, sigo estando
alegre de verte.
Kizmel sonrió: — Yo también. Incluso después de venir aquí a través del Árbol
Espíritu, descubrí que siempre estaba pensando en ustedes dos.
La Elfa Oscura pareció estar saboreando esas palabras mientras las decía.
Comprendí muy bien que era lo que la hacía diferente de antes. Ella solo estaba
usando un extenso vestido de un profundo color purpura para cubrir su forma
delgada, y su armadura, sable, y capa usuales se habían ido.
Ella nunca removió su equipamiento en el campamento del tercer piso excepto
cuando se encontraba en su propia tienda, recordé. La mirada de Kizmel se movió
de Asuna hacia mí, la sonrisa aún estaba adherida en su rostro.
— Me encuentro muy sorprendida de que supiesen encontrarme aquí. ¿Esta es
la primera vez que visitan este castillo?
— S-si. Solo fue… un golpe de suerte, supongo –tartamudeé. Claro, ya conocía
este lugar porque me golpeó profundamente en la prueba beta. En ese tiempo no
había laberintos de setos espinosos, solo un camino de piedra polvoriento con un
único, seco y marchito árbol en el centro. Pero obviamente había algo más en el
lugar, y eso se pegó en mi memoria.
Su sonrisa se profundizó ante mi respuesta, levantó la mirada hacia el enorme
árbol extendiéndose sobre nuestras cabezas.
— Mi hermana amaba el aceite refinado de este enebro. Quizá es la razón por la
que me encuentro aquí…
— Ahh…
Miré el árbol y respiré profundamente por mi nariz. Mis pulmones se llenaron con
una esencia de madera pura y refrescante.
— Aquí que es un enebro –notó Asuna, olfateando el mismo olor–. En el mundo
del que venimos, también es usado como saborizante para alcohol.
— ¿Ah, sí? Debería intentarlo algún día… en fin, gracias por venir. Supongo que
han derrotado a la bestia guardián en el Pilar de los Cielos sin problema alguno.
— Si. Fue de ayuda que el comandante del campamento nos advirtiera sobre los
ataques venenosos.

Reki Kawahara 148


BARCAROLA DE ESPUMA

Kizmel asintió cultamente: — Si, él es un hombre confiable. Deseo volverme a


unir al equipo avanzado en el tercer piso tan pronto como pueda, pero…
Ella bajó la vista hacia el vestido que usaba y lo estudió. La sonrisa volvió
rápidamente, sin embargo, y ella le dio una palmadita a Asuna en la espalda.
— Vayamos dentro. Deben estar hambrientos después de remar hasta aquí,
¿no?
— Muchísimo –respondió. Comenzaron a caminar hacia la puerta.
Luego de trotar detrás de ellas, no pude evitar pensar «Sabes, fui yo el que remó
todo el camino»
Tal como recordaba, el comedor del Castillo Yofel estaba en el segundo piso del
ala oeste.
Dentro, había olores que te hacían babear y conversaciones placenteras por
encima de la suave tensión de la música que sonaba. Todo esto había sido
mejorado desde la prueba beta, por lo que no pude evitar mirar por todos lados,
curioso.
Casi todos los que comían en las mesas perfectamente colocadas eran soldados
con armaduras de cuero, pero también había un gripo de lo que parecía ser magos
con grandes túnicas e incluso unos cuantos niños pequeños. Eso parecía extraño –
pensé que el poder de la magia se había perdido en la creación del castillo flotante
Aincrad, de acuerdo a la leyenda.
Mientras caminábamos hacia una mesa vacía para sentarnos, Kizmel notó mi
mirada en las figuras con túnicas y se inclinó para susurrarme: — Ellos son
sacerdotes que sirven al Árbol Sagrado. Ellos fueron enviados desde el palacio en
el noveno piso para supervisar nuestra operación para recuperar las llaves.
— Sacerdotes…
Hice una búsqueda mental para el termino, pensando que era extraño en Aincrad-
claro está, no tenía recuerdos de ellos durante la prueba beta. Hice una nota para
buscar sobre ello en el futuro. Asuna hizo la siguiente pregunta.
— ¿Y los niños?
— Son los hijos del maestro del castillo. Que espíritus jóvenes tan brillantes –
explicó Kizmel, sonriendo mientras nos guiaba hacia la mesa del fondo.
Las damas NPC –Elfas Oscuras, claro– nos trajeron un menú completo,
comenzando con la sopa y los aperitivos. Cuando trajeron pollo rostizado para el
platillo principal, Asuna y yo no pudimos evitar compartir una mirada.

Reki Kawahara 149


BARCAROLA DE ESPUMA

No creía que los elfos tenían razones para celebrar la Navidad, pero el platillo
estaba bastante cerca a los de la tradición; quizá era parte de los eventos festivos
del juego.
Como no siguieron con un pastel, tuvimos una vista excelente del enebro cubierto
de nieve en el patio a través de la enorme ventana del salón, la cual hacia la cena
completamente festiva.
Durante la comida, nuestro tema principal de conversación fueron los canales de
agua que eran la experiencia central del cuarto piso. Kizmel era la más interesada
en nuestras historias sobre la natación con flotadores desde las escaleras hasta el
pueblo principal y la batalla contra el Oso de Fuego para los materiales de
construcción naval.
Durante esa discusión, le pregunté y descubrí que los Elfos Oscuros no cortaban
arboles vivientes, no, pero que eso no era ninguna ley restrictiva, sino más bien
como un respeto para las plantas adultas. Eso los hacia diferentes de los apenas
obedientes Elfos Caídos.
Afortunadamente, ella dijo que la recolección de madera de los arboles
destruidos por monstruos sí estaba permitido. Me agradaba habernos tomado la
molestia de obtener materiales de alta calidad.
Una vez que terminamos el postre frutal, Kizmel nos llevó a la habitación de los
oficiales en el cuarto piso del ala este. Era un grado mayor que los cuarteles de diez
hombres del segundo piso en la prueba beta. Pero esta era una suite, con dos
habitaciones y una sala de estar compartida, lo que significaba…
— Usen esta habitación mientras se queden en el castillo –ofreció Kizmel.
— ¡Ohh, que hermoso lugar! –clamó Asuna, corriendo hacia la enorme ventana
al fondo y tardíamente comprendió la presencia de las puertas en cada muro. Ella
miró de izquierda a derecha, luego se volvió, confundida, pero estuvo dudando en
reclamar inmediatamente una habitación distinta.
Tuve la opción de solicitarla también, pero tenía miedo de esos cuarteles de un
grado significativamente menor, y Kizmel habló antes de yo poder decir nada.
— En ese caso, estaré en la habitación adjunta a la izquierda. Toquen la puerta
si necesitan algo. Disfruten su descanso esta noche; deben estar cansados.
Ella cerró la puerta, y los suaves pasos desaparecieron.
Solos en preciosa suite, solo pudimos mirarnos el uno a otro en silencio.
—…bueno, oye, al menos no es la primera vez que pasa –comenzó Asuna. Yo
asentí nerviosamente.
— Es bastante inevitable si queremos priorizar el acabar el juego –asentí, asentí.

Reki Kawahara 150


BARCAROLA DE ESPUMA

— Pero… solo diré una cosa –¿asentí?


— Tu regalo de Navidad fue reunirnos con Kizmel, ¿no? Ese fue un regalo
hermosísimo. Gracias.
Asentí una última vez y murmuré incómodamente: — Um, si, uh, no es nada…
pero con toda la honestidad posible, me alegra que la hayamos visto de nuevo.
Parece un poco más callada, sin embargo.
— Si…
Eso parecía haber cambiado su idea del repentino dilema de la suite al estado
actual de Kizmel, mientras ahora llevaba una mirada de preocupación ligeramente
distinta.
— El vestido le quedaba bastante bien, pero no creo que lo haya vestido por
elección propia. Aun me pregunto por qué estaba sin su armadura.
— Ni siquiera tenía su espada… quizá algún estado de negocios la forzó a
quedarse aquí. Me pregunto si nos lo dirá si es que se lo preguntamos… –miré la
habitación conjunta que albergaba a la caballero élfica.
Como nunca había hablado de esto con Asuna, sabía que Kizmel era diferente
de los demás NPC. Mientras Romolo el carpintero naval, por ejemplo, se hubo
involucrado en una conversación muy natural con nosotros, fue porque nosotros
fuimos cuidadosos en no decir nada que no tuviese relacionado a la misión de
construcción de barcos. Pero Kizmel había hablado sobre el por qué amaba ese
árbol en el patio, por la forma que ella me vio levantar la mirada. Eso estaba fuera
de la norma de la habilidad conversacional de un NPC, el cual solo respondía
apropiadamente cuando escuchaba declaraciones que encajaban en sus
parámetros de contenido.
Pero no estaba seguro si Kizmel había sido especial desde el comienzo. Cuando
nos encontramos con ella por primera vez en el Bosque de Nieblas Ondulantes del
tercer piso, Kizmel dijo: «¡No interfieran! ¡Aléjense de este lugar!» –exactamente las
mismas cosas con las que ella comenzó en la prueba beta,
Por alguna razón que no comprendía, la historia de la misión, la cual decía que
tanto ella como el Elfo de Bosque morirían, había sido reescrita. En ese instante,
algo le sucedió a Kizmel, y ella dejó de ser una NPC normal. ¿Acaso el hecho de
que a ella le fue otorgada recuerdos y pensamientos que iban más allá de los límites
de un NPC significaban… que ella era una IM de alto funcionamiento?
Si esa suposición era correcta, daba inicio a un nuevo misterio. ¿Acaso el GM en
la vida real la había cambiado, o fue el sistema que controlaba SAO?
En la versión comercial de SAO, la sombra que albergó este incidente
sorprendente y sin precedentes, solo Kayaba Akihiko controlaba todo. No tenía idea

Reki Kawahara 151


BARCAROLA DE ESPUMA

del lugar donde se encontraba haciéndolo, pero no podía imaginarlo tomándose el


tiempo de alterar las especificaciones de un solo NPC de forma manual. Pero
tampoco podía imaginar por qué razón él la convertiría en un IA.
Mientras tanto, no podía siquiera decir si el sistema del juego estaba lo
suficientemente avanzado como para permitir tal función. Si eso era cierto, el
sistema que mantenía este mundo virtual en funcionamiento estaba más allá de ser
solo un programa… estaba equipado con un nivel de autonomía que incluía
inteligencia artificial por su cuenta…
Una sospechosa voz llegó a mis oídos y miré hacia el muro de yeso,
completamente perdido en mis pensamientos.
—…eh, ¿hola, Kirito-kun?
— ¡Whu-ah! ¡L-lo siento, ¿dijiste algo?!
— No dije nada.
Asuna estaba apoyada contra le ventana con sus brazos cruzados, apuntando
hacia las dos puertas con una mirada: — ¿Cuál habitación quieres?
— C-cualquiera está bien.
— Entonces, usaré esta –anunció, apuntando a la puerta en el muro este. Luego
comprendí que la habitación principal tenía otras dos habitaciones más pequeñas
además de las de las recámaras. Una era el baño, y la otra parecía un armario. El
baño estaba junto a la recámara este –probablemente no se sentía cómoda con la
idea de bañarse mientras yo estaba durmiendo al otro lado del mudo.
Le dije que adelante, claro, luego añadí algo que surgió en mi cabeza: — Pero
en el tercer piso del castillo, debería haber un cuarto de baño súper gigante.
— ¿…súper?
— Si, súper.
— ¿…con baños separados para hombres y mujeres?
— Si… eh, espera…
De acuerdo a mi memora, el salón de baño estaba en la cima del ala oeste del
tercer piso. Pero no recordaba si este tenía baños separados para hombres y
mujeres. En la prueba beta, prefería asesinar tantos monstruos como pudiese en
lugar de perder el tiempo relajándome en un baño.
— Lo siento, no estoy muy seguro de ello –admití, soltando mis manos.
Asuna suspiró: — Tengo un mal presentimiento de eso. Vamos, sigamos.
— ¿Vam…? ¿Y-yo también?

Reki Kawahara 152


BARCAROLA DE ESPUMA

— Bueno, no sé dónde queda.


Este era un castillo, no una mazmorra laberíntica, por lo que probablemente
podría explicarle las direcciones, pero ella habló con una convicción tan directa que
no tuve más opción que aceptar su orden.
Dejamos la suite y usamos las enormes escaleras en el centro del castillo para
descender al tercer piso. Tuve que luchar con la urgencia de abrir e inspeccionar el
contenido de las incontables puertas que pasamos en el pasillo, pero finalmente
llegamos al extremo más alejado en el ala oeste.
Allí vi un arco familiar. A través del umbral, la alfombra roja cambio a baldosas
de mármol blanco –me aliviaba ver que el salón de baño no había desaparecido en
el remodelación.
El pasillo llegaba a un fin repentino, con otra entrada arqueada a la izquierda, a
través de la cual flotaba el sonido ecoico del agua. Compartimos una mirada y
espiamos a través del arco al mismo tiempo para ver un vestuario inmenso y sencillo.
—…ellos no dividen el baño –dijo mi compañera. Tosí torpemente.
— Bueno, supongo que fue lo mismo para la tienda de baño en el tercer piso.
Quizá es la forma en que los elfos hacen las cosas.
Aunque probablemente sea una cuestión de volumen de datos –me dije
silenciosamente.
— E-en fin, solo usaré el baño de la habitación; deberías disfrutar aquí, Asuna.
Te veré dentro de poco…
Tan pronto como me volví para irme, una mano sujetó la parte posterior de mi
cuello. Tímidamente me volví para ver a la esgrimista mirándome, una mirada
conflictiva estaba en su rostro.
— Rrrh –gruñó. Me pregunté qué tipo de ruido se suponía que debia tomar de
eso, luego recordé una situación parecía que ocurrió en la tienda de baño allá en el
campamento.
En ese entonces, Asuna tenia miedo de que los Elfos Oscuros masculinos
entraran en la tienda mientras ella se bañaba, por lo que me quedé de pie fuera
para vigilar. Eso significaba que probablemente ella quería lo mismo ahora.
— Ummm, va a ser bastante difícil que yo te vigile desde el exterior de un baño
tan grande como este. Además, no puedo simplemente bloquear el paso de los
NPC…
— Rrrh –volvió a gruñir, mirando el vestuario con anhelo.

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BARCAROLA DE ESPUMA

No parecía como si alguien más estuviese en el baño a esta hora, pero no haba
forma de decir cuánto tiempo estaría así. En esta instancia, Asuna la entusiasta de
baño solo tendría que desistir, eso me parecía claro.
— Rrrh… oh, ¡ya se! –elevó la voz de repente, saltando en el vestuario y
sentándose en una de las varias sillas de mimbre. Ella abrió su ventana y comenzó
a sacar objetos de aquí y allí.
Un montón de tela de colores y pequeñas cajas de herramientas de costura
terminaron resonando en la enorme mesa de mármol. Quedé perplejo de lo que ella
estaba a punto de hacer y pasé a través del arco para ver mejor.
Solo el salón de vestuario era enorme. El piso y las paredes estaban cubiertas
por baldosas de blanco puro, un candelabro brillante colgaba del techo, y grandes
macetas estaban puestas en las esquinas. No había secadoras automáticas o sillas
masajeadoras, pero había una jarra de agua helada y varios tipos de frutas en la
mesa central.
Mordisqueé lo que parecía como una uva enorme, luego alejé el resto de mi boca
para observar el trabajo de Asuna. Ella usó la Botella de Cristal de Kales’Oh para
reequipar su habilidad de Costura y estuvo a punto de hacer algo con los objetos
que acababa de producir.
Como un hecho, esta podría haber sido la primera vez desde que vi la habilidad
de Costura en acción. Asuna seleccionó un ligero trozo de tela color blanco de su
montaña de textiles, luego sacó un par de tijeras de la caja.
Ella tocó las tijeras para mostrar la lista de elementos que pudiese crear. Hizo su
elección, colocó las tijeras en la tela, luego la cortó con un sonido metálico brillante:
¡shwing! De repente, de la misma forma que los lingotes golpeados por el martillo
de un herrero, la tela comenzó a brillar y cambiar de forma. Lo que emergió fueron
dos trozos de tela exactamente de la misma forma.
Asuna devolvió las tijeras a la caja y juntó las dos piezas, luego comenzó a
perforar el borde de la tela con una aguja plateada. Esa acción tenía que ser análoga
al golpeteo de los lingotes con el martillo de herrero. Su manualidad era rápida y
segura, y la costura estuvo hecha en momentos.
La tela volvió a emitir un brillo, luego se incrementó desde su estado plano hasta
algo con forma de atuendo propiamente dicha, con volumen. Era un traje de baño
de una pieza, ordinario.
— ¡Listo! –exclamó orgullosamente, sujetando el traje de baño en alto.
— Um… ¿vas a usar eso… en el baño?
— Eso no está contra las reglas, ¿o, sí? ¿O es que acaso el que yo use este traje
de baño aquí va a incomodarte de alguna forma?

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— En lo absoluto –finalicé, sacudiendo mi cabeza. Con el tipo baño enorme que


un castillo podría tener, una persona probablemente lo trataría como una piscina.
De hecho, podría incluso ser divertido.
Yo no era particularmente devoto a bañarme en Aincrad, pero tenía que admitir
que estaba un poco celoso en esta situación. Pero el único bañador que tenía a la
mano era el par de boxers con logo de toro que obtuve como bono del Last Attack
del General Baran, y no quería usarlos a menos que fuese una emergencia.
Miré de soslayo el traje de baño que mi compañera costurera estaba sujetando
alegremente contra su cuerpo y grazné con envidia cuando ella se volvió
brevemente y mostró una sonrisa amenazante. Tuve un mal presentimiento de la
sonrisa satisfecha en su rostro.
— Por cierto, no te he dado un presente en recompensa, ¿o sí?
— Eh…n-no es necesario. Para empezar, no te di un presente físico, después de
todo…
— No, pero me hizo más feliz que cualquier objeto comprado en una tienda. Por
lo que quiero retribuírtelo con algo bueno. Y es Víspera de Navidad, después de
todo.
— Um, b-bueno, si lo estas ofreciendo, aceptaré alegremente cualquier cosa que
me des –dije, temblando por dentro ante su repentino tono y sonrisa amable. Asuna
se volvió a sentar en la silla y sacó un trozo de tela negra de la montaña.
Ella cortó la pequeña tela con las tijeras y las cosió. Cuando la luz desapareció,
ella estaba sujetando un par de pantaloncillos de surf –negros, justo de la forma que
los quería.
— ¡Ohh, genial!
No tenia miedo de usar esos frente a los demás. Di un paso adelante con placer,
pero ella levantó su mano derecha para detenerme. Con la misma mano, ella
seleccionó un trocito naranja de la pila de tela. Los tres pasos de configuraciones,
cortes y costura tomaron lugar en un instante, y el traje de baño brilló nuevamente.
De lo que pude ver, nada había cambiado. Ella se encontró con mi confusión con
una mueca, luego vigorosamente volteó los negros pantaloncillos de surf para
exponer su parte posterior.
— ¡¿…p-pero qué demonios es eso?!
Había un parche con forma de oso en el trasero de los pantaloncillos, brillando
con un color naranja llameante.
— ¡Aquí tienes! ¡Feliz Navidad!
Ella sonrió y me los entregó. No tuve más elección que agradecerle y aceptarlos.

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¿El toro dorado sobre el rojo?


¿O el oso naranja sobre el negro?
Mientras vacilaba con la decisión final, Asuna se cambió a su traje de baño blanco
de una pieza y abrió la puerta de cristal empañada en la parte posterior de la
habitación, solo para dejar escapar un gritillo de asombro más grande del que haya
emitido en Rovia.
Me acerqué, con los pantaloncillos aun en mano, y espié sobre su espalda.
Incluso yo tuve que gruñir, asombrado.
El tamaño de la recámara de baño era del mismo tamaño que en la prueba beta,
pero este había recibido una mejora visual considerable. Las baldosas en el piso
eran de un blanco marfil tan puro que uno podía verse a través de ellos. El baño al
fondo estaba hecho de basalto de ébano alineado horizontalmente que rodeaba el
lago, pero pulidos con un brillo perfecto. De hecho era tan grande como una piscina.
El grifo dorado colocado en el muro estaba vertiendo una cascada de agua
considerable que ya había llenado la tina, descendiendo desde el borde hasta el
piso embaldosado. Incluso mejor, los muros este y oeste de la recámara estaban
hechos de cristal, ofreciendo una enorme vista del lago y de la nieve que caía. No
se encontraban elfos en el baño antes de nosotros –debería haber sido demasiado
temprano para bañarse.
— ¡Entraré primero!
Asuna trotó sobre las baldosas, descalza, hacia la enorme tina. Observé la parte
posterior, descubierta, de su traje de baño mientras yo retrocedía a la entrada. Con
una última mirada a los pantaloncillos rojo y negro, abrí mi menú.
Con dos presiones del botón desequipar todo, coloqué los pantaloncillos negros
en mi ranura de ropa inferior, coloqué los de color rojo en mi inventario, luego corrí
detrás de mi compañera, quien aún estaba en la orilla de la tina.
Con un salto enorme, me lancé sobre ella y aterricé primero en el baño,
levantando un enorme chorro de agua. La última cosa que oí antes del agua fue un
aullido suprimido.
— ¡Fgyack!
Unos cuantos minutos después, el humor de Asuna se recuperó. Ella estaba
sentada en la equina suroeste de la tina, mirando el lago nocturno allá abajo.
— Es sorprendente… el agua del baño y de la superficie del lago se funden de
tal forma que parece como si estuviésemos flotando en el cielo…
Ahora que lo decía, la vista mostraba esa imagen. Solo observé la asombrosa
vista.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— ¿Sabes cómo llaman ellos a esas piscina que parece que conectaran con el
océano o algún lago? Piscina de borde infinito. Las encontraras en lugares turísticos
y lugares parecidos en el extranjero.
— Ooh… borde infinito suena asi como una habilidad de espada –dije
indiscretamente.
Ella sonrió: — Tienes razón. Probablemente una habilidad de daga.
— No, me refería a estoque.
La conversación parecía ligera e indefensa, pero en realidad estaba usando toda
mi concentración y esfuerzo para mantener mi mirada fija en el lago exterior.
¿Cómo podía ser culpado? A solo unos cuantos pies a la izquierda, una chica
preciosa con un traje de baño blanco estaba tendida boca abajo y estirando sus
extensas piernas para flotar en el agua. Sin importar cuán lejos me retirase a mis
recuerdos de la vida real, no había nada que me tuviese a mí junto a una chica en
una piscina cálida como esta, completamente solos.
La escalofriante sensación de flote ayudaba a la escena a darle un poderoso
toque de irrealidad. Me senté allí, contando inútilmente los copos de nieve cayendo
en el exterior, cuando escuché el sonido de una puerta abriéndose detrás de
nosotros. Asuna se sumergió apropiadamente en el agua hasta la altura de su boca.
Me volví y vi la entrada de la recámara de baño.
Había una silueta delgada acercándose más allá del vapor flotante, pero no podía
decir si era masculina o femenina. Me mantuve viendo hasta que un cursor amarillo
apareció finalmente, y escuché una voz femenina muy familiar.
— Así que aquí están.
Oh, solo es Kizmel –pensé con alivio.
Seguidamente, la mano de Asuna se disparó como un rayo en la punta de mi
cabeza, apretando mi cabello y forzándome a hundirme bajo el agua. Ella usó ese
impulso para saltar de la bañera y correr hacia Kizmel.
Saqué la mitad de mi cabeza del agua, sintiéndome herido, solo para ver a Asuna
tratar de empujar a Kizmel hacia atrás a través del vapor. No pude decir lo que
estaban murmurando desde aquí, pero por alguna razón, en ese momento ambas
retrocedieron hacia el cuarto de vestuario.
Antes de poder idear si unírmeles o esperar aquí, la puerta se volvió a abrir, y
ellas volvieron al salón de baños. Asuna miró engreída, otra vez, con su traje de
baño de una pieza, mientras que Kizmel usaba un bikini purpura sobre su piel
oscurecida.

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Fue ahí cuando finalmente comprendí la razón por la que Asuna saltó del baño.
Ella interceptó a Kizmel en un estado complemente indefenso y la convenció de
volver para así poder usar uno de los traje de baños caseros de ella.
La Elfa Oscura siguió a Asuna hacia la tina y se abrió paso sobre mí, sentándose
en la orilla de la misma.
— Asi que también estás usando tu ropa interior… quiero decir, «trajebaño»,
Kirito. Ciertamente la humanidad tiene algunas costumbres extrañas.
— Eh, supongo –gruñí.
Una tenue sonrisa se marcó en sus labios: — Pero me parece recordar que en la
tienda de baño del campamento, estabas…

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— ¡S-santo Cielo, que baño tan grande es este! –grité, cortándole de inmediato.
Continué, ignorando la mirada sospechosa de Asuna–. ¡Si es así de grande este
que está en el castillo del cuarto piso, no quiero imaginar cuán grande será la
recámara de baño que tiene el castillo de la reina que está en el noveno piso!
— Pero claro. Está ubicado en un lugar más alto que este, con una vista de todo
el noveno piso –explicó Kizmel. La mirada apuntada de Asuna se fundió en lo que
sería el sueño de una joven. Kizmel se volvió hacia ella y miró con lamento.
— Pero me temo que solamente los oficiales nobles y los fieles caballeros de la
reina pueden usarlo. Lamentablemente, no es posible que la humanidad pueda
entrar…
— Oh, ya veo… pero este baño también es bastante hermoso. Casi deseo vivir
para siempre en este castillo –respondió Asuna.
La caballero Élfico Oscuro sonrió nuevamente, luego miró hacia abajo, sus largas
pestañas descansaban sobre sus mejillas. Tomó algo de agua en su mano y sacudió
su cabeza: — Me alegra que les guste este castillo… pero lo mejor es no quedarse
mucho tiempo.
— ¿Huh…? ¿Por qué?
— Como ven, el Castillo Yofel es una fortaleza impenetrable, rodeada por agua
de lago y acantilados a los lados. Desde tiempos memorables, nunca ha cedido ante
un ataque de Goblins, orcos, ni siquiera de los Elfos Caídos.
Ella pausó por un momento. Levanté mi rostro completamente fuera del agua
para preguntar: — ¿Eso no es algo bueno? Pasamos por muchos problemas para
recuperar la Llave Jade en el tercer piso, y ahora está sana y salva aquí, ¿no?
— Si… pero por su seguridad, las tropas establecidas aquí son demasiado
descuidadas. Ellos condujeron de vuelta todos los ataques de los Elfos de Bosque,
pero estos tienen sus fortalezas en la tierra y apenas tienen barcos. Ganar cada vez
a través de ventajas sencillas hace que las habilidades y el corazón de uno se
suavicen.
La ligera irritación que escuché en su voz hizo flotar algo al fondo de mi mente,
pero no pude recordar que era.
Kizmel pateó la superficie del agua con su delgada y larga pierna, luego murmuró,
descontenta: — Encima de eso, los sacerdotes exigen que no se use ninguna
armadura de metal dentro del terreno del castillo, pues ellos encuentran el ruido algo
incómodo. Con gente así cerca, no es de sorprenderse que las cosas por aquí sean
tan suaves…
— Y esa es la razón por la que has estado usando vestido todo este tiempo –
notó Asuna.

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La caballero sonrió y asintió: — Parece bastante trivial en mí, ¿no?


— No del todo. Pero… es mejor usar lo que te gusta. Me pregunto si ellos también
nos reprenderían a nosotros si tuviésemos armadura de plata.
— Lo más probable. No hay necesidad de probar tu teoría.
— Buena idea.
Ellas rieron como hermanas. Mientras tanto, yo estaba tratando de sacar esa
espinita de mí memora.
Hace tiempo, ¿cómo pudieron los Elfos de Bosque, con su carencia de barcos,
haber intentado enviar grandes tropas a asediar el impenetrable Castillo Yofel? Si
ellos realmente usaron la fruta-flotador, no me importaría verlo.
Sin embargo, esto significaba que si los Elfos de Bosque de hecho adquirían un
número adecuado de barcos, las defensas del castillo podrían estar sin preparación.
Pero los Elfos de Bosque, probablemente tuviesen su propio tabú acerca de talar
árboles vivientes, por lo que no podían crear tantos barcos a la vez…
— ¡Oh!
Al final, la espina que bloqueaba mis pensamientos cayó, y exclamé, sorprendido.
Me levanté con un chapoteo y me presioné contra el muro de cristal detrás de mí,
mirando hacia abajo el lago que rodeaba el castillo.
El lago, brillando de color blanco en la oscuridad gracias a la nieve que se apilaba
en el hielo, parecía bastante normal. Pero en ese momento, barcos, los suficientes
para dar apoyo a un ejército, estaban en construcción al otro lado del piso. En el
escondite de los Elfos Caídos.
— ¿Q-que sucede, Kirito-kun? –dijo Asuna. Me volví para mirarla.
— ¡Asuna, hoy es veinticuatro, ¿cierto?!
— Es obvio –apuntó, omitiendo la continuación–. Es Víspera Navideña.
Asentí vigorosamente. Hacia solo dos días desde que escuchamos la
conversación entre el General N’ltzahh y el capataz Eddhu –durante veinte
segundos. Ellos habían dicho que el plan se llevaría a cabo en cinco días. Es decir,
el veintisiete… tres días a partir de ahora.
Los cálculos se completaron, me volví hacia Kizmel, demasiado bloqueado como
para preocuparme por deleitarme en la vista de su bikini.
— T-tenemos un problema, Kizmel. Estoy casi seguro de que los Elfos de Bosque
van a atacar este castillo dentro de tres días, y con todo un ejército.
Las finas cejas de la caballero Élfico Oscuro se tensaron.

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— Lo dije antes, Kirito. Los Elfos de Bosque duramente tienen barcos, y no


pueden traer otros de allá abajo mediante el Árbol Espíritu. Incluso si intentan hundir
esta isla, nuestros barcos podían despedazarlos en momento.
— Ese es el asunto…
Me detuve, inseguro de cómo explicarlo, pero Asuna llenó el hoyo con un grito
ahogado.
— ¡Oh…! ¡¿Estás diciendo que los Caídos no van a atacar Rovia… sino este
lugar?!
— ¿Qué? ¡¿Vieron a los Caídos en este piso?! –demandó Kizmel, levantándose
del borde de la tina. Ambos asentimos, luego tomamos turnos para explicar todo lo
que llevaba a esto, comenzando por el barco sospechoso que descubrimos en
Rovia.
Luego de unos buenos diez minutos de explicación, el sonido de la notificación
de avance de la misión sonó, y la ventana de registro se abrió para mostrar que la
parte tres de la misión «El Carpintero Naval de Antaño» había finalizado.
Significando que la «persona apropiada» a la que teníamos que alertarle era alguien
de las Fuerzas Élficas Oscuras… en nuestro caso, a Kizmel.
Un bono considerable de puntos de experiencia me lanzó a mí al nivel 17 y a
Asuna al nivel 16, pero no tuvimos tiempo de celebrarlo. Kizmel se levantó y dijo
con tono agudo: — ¡No podemos estar aquí relajándonos, vengan conmigo!
Tras un apresurado cambio de ropa, fuimos llevados al quinto piso del castillo, el
cual apenas pude visitar en la prueba beta.
Dos guardas armados estaban de pie fuera de la enorme puerta de la recámara,
justo a la derecha de la cima de las escaleras. Con una mirada determinada de la
caballero de elite, ambos retrocedieron rápidamente.
Al otro lado de la puerta estaba una gran oficina. Pero las ventanas estaban
cubiertas con cortinas, haciendo que la habitación se viera artificialmente oscura.
Cruzamos el cuarto, con cuidado de no tropezar la densa alfombra de aquí, luego
nos detuvimos ante un pesado escritorio que había al fondo.
El escritorio de diez pies de ancho estaba hecho de madera negra pulida. Como
los elfos solo podían usar madera que hubiese caído naturalmente, esto debía ser
grandemente valioso. Con eso en mente, miré cuidadosamente a la figura sentada
al otro lado.
Una lámpara encima del escritorio desprendía una luz llameante sobre un
pergamino a medio escribir y una botella de tinta, pero por alguna razón, la luz no
llegaba más allá del escritorio. Miré fuertemente en la densa oscuridad que cubría
la silueta hasta que un cursor colorido saltó brillando contra la negrura.

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Rezaba: «Yofilis: Vizconde Élfico Oscuro». ¿Qué demonios era un vizconde?


Mientras estaba preguntándomelo, Kizmel presentó el saludo Élfico Oscuro del
puño derecho en su pecho izquierdo.
— Vizconde Yofilis, perdone mi intromisión. Tengo un asunto muy urgente que
requiere su atención.
Luego de una pausa, una voz regresó desde la oscuridad.
— Antes de escuchar tu reporte, ¿puedo saber por qué tienes dos humanos
contigo, Kizmel?
Era una voz plana que podía ser tomada como joven o frágil. Pero no pude decir
en ese momento si era masculina o femenina.
— Ah…
Kizmel bajó su cabeza para reverenciar otra vez, y yo di un paso al frente y
presenté el mismo saludo. El pergamino con los detalles estaba en el bolso de mi
cinturón, por eso lo produje y ceremoniosamente se lo coloqué en el escritorio.
Una mano delgada se extendió desde la oscuridad para tomar el pergamino. Con
el rastro de un dedo, el sello se evaporó, y el pergamino cayó abierto.
—…ah, ya veo, ustedes son los que nos ayudaron a recuperar la primera llave.
Supongo que eso no los convertiría en alimento para los peces del lago, entonces.
No podía decir si esa última parte era una broma o no. El Vizconde Yofilis colocó
el pergamino en el cajón al otro lado del escritorio.
¡¿No lo piensas devolver?! ¡Esa es nuestra identificación dentro del castillo!
Pero mi pánico duró solo un breve instante. El vizconde sacó algo más del mismo
cajón y lo entregó. Rápidamente coloqué mis manos en forma de copa y sujeté dos
anillos. Estos estaban hechos de plata delicada, marcados con el sello familiar del
cuerno y la cimitarra.
— Usen esos, y no serán perseguidos por los soldados de Lyusula. Asumiendo
que ustedes no traicionen nuestro patrocinio, claro está –advirtió el vizconde. Hice
una profunda reverencia, y regresé junto a Asuna.
Los dos anillos eran idénticos. Le entregué uno a mi compañera y coloqué el otro
en el dedo índice izquierdo. A pesar de que mi avatar tenía diez dedos, SAO solo
permitía un anillo equipado en cada mano. Ya tenía un anillo de fuerza +1 en mi
mano derecha, una recompensa de una misión del tercer piso, por lo que esta usaba
todo el potencial de mi anillo.
Resistí la urgencia de verificar de forma ruda las propiedades del anillo nuevo y
escuché la conversación de Yofilis y Kizmel.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Entonces, Kizmel. ¿Qué reportes me tienes?


— Milord, de acuerdo a los guerreros humanos, Kirito y Asuna, nuestro peor
enemigo, el General N’ltzahh de los Elfos Caídos está en este piso.
Un momento después, la mano extendida del vizconde golpeó el escritorio de
madera negra.
—…ahh. Realmente esto es una información importante.
Imaginé que esta conversación era toda una parte preprogramada de la línea
histórica de la campaña, pero no pude evitar temblar como si sintiese que la
temperatura en la habitación descendiese muchos grados.
— ¿Qué es lo que está planeando esta vez ese villano?
— Bueno… parece que los Caídos tienen un trato muy serio con los Elfos de
Bosque –comenzó Kizmel, y sumó los puntos importantes de lo que le habíamos
dicho a ella en el baño.
El gran volumen de los barcos siendo construidos en el escondite de los Elfos
Caídos. La probabilidad de que los Elfos de Bosque usaran esos barcos para atacar
el Castillo Yofel en tres días. Su objetivo, la Llave Jade que era resguardada en el
castillo.
— Ya veo… y ¿conocen el número de barcos que los Caídos están
construyendo? –Yofilis le preguntó a Kizmel. Ella me miró. Rápidamente capté la
atención y pensé en la imagen de la montaña de cajas de maderas en el almacén
subterráneo.
Con toda honestidad, no tenía ni idea de cuanta madera podía representar cada
caja, de cuanto se necesitaba para construir un bote. Pero en ese almacén eventual,
Asuna y yo nos las arreglamos para escondernos en una caja. Eso tenía que ser
una pista. En términos simples, una caja sería necesaria para un pequeño bote de
dos asientos. Significaría que cinco cajas bastarían para los grandes botes de diez
miembros atados en las afueras del castillo. Y que al menos cincuenta cajas estaban
apiladas en ese almacén, por eso…
—…creo que al menos están construyendo diez botes capaces de transportar
diez soldados cada uno.
La mano derecha de Yofilis golpeó nuevamente la superficie del escritorio.
— Hmm. Tenemos ocho botes de diez hombres en el castillo. Y ellos atacaran
con más de eso, ¿eh?
— Milord, no tengo duda del coraje de las tropas del castillo… pero ¿no
deberíamos transportar la primera y la segunda llave a un piso más alto? –sugirió

Reki Kawahara 164


BARCAROLA DE ESPUMA

Kizmel. El vizconde no respondió al principio, pero golpeó el escritorio con más


fuerza antes de hablar.
—…hay merito en tu propuesta. No podemos permitir que las llaves sean robadas
de nuevo. Pero la labor de la gente de Lyusula siempre ha sido asegurarse de que
las seis llaves estén dispersadas, para que así ellas no puedan ser reunidas. Si
enviamos las primeras dos llaves al piso siguiente, estas se unirán a la tercera. Este
no es un resultado muy deseable…
Kizmel asintió. Un silencio incómodamente pesado descendió, siendo solamente
roto al final por Asuna.
— Eh, ¿Milord? ¿Qué sucede si las seis llaves se juntan? –preguntó
honestamente. Yo me tensé, pero también quería conocer la respuesta. En la
prueba beta, estuve tan centrado encontrar y perseguir las llaves, pero la historia
actual detrás de ellas nunca estuvo clara.
Kizmel fue la primera en volverse y comenzó apresuradamente: — Asuna, eso
no es…
Pero la mano del vizconde llegó de la oscuridad y le cortó en el acto.
— Está bien, Kizmel. Lo explicaré… pero no puedo responder tu pregunta,
guerrera humana. Incluso como el último vizconde de Yofilis, una línea extendida
mucho antes de la Gran Separación, solo conozco una pequeña parte de la leyenda
que rodea a las llaves. La única persona que conoce toda la verdad es nuestra reina.
No…
El vizconde calló y liberó un suspiro tan pesado que casi no podía creer que esto
era parte de la historia de la misión de campaña.
— Podría ser cierto que incluso Su Majestad no supiese la verdad.
— Pero Vizconde Yofilis –comenzó Kizmel, su voz era fuerte.
El vizconde levantó una mano en señal de disculpa: — No, perdonen por decir
esto. Guerrera humana, esto es todo lo que puedo decirte. La gente de Lyusula cree
que si las seis llaves secretas están reunidas, permitiendo que la puerta del
Santuario sea abierta, una ruina terrible llegará a Aincrad. Por su parte, nuestros
enemigos ancestrales, los Elfos del Bosque de Kales’Oh, tienen una interpretación
distinta. Ellos creen que abrir el Santuario regresará todos los pisos de Aincrad a
sus ubicaciones originales en la superficie y restaurará la gran magia de los elfos.
— ¡Ah…!
Tanto Asuna como yo gruñimos, sorprendidos.
Devolver a Aincrad a la superficie.

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Como Kirito, el jugador de VRMMO que vivía en la vida real, asumí que eso era
completamente imposible. Los cien pisos de Aincrad, los cuales eran de seis millas
de ancho cada uno, representaban una cantidad impresionante de datos. La idea
de que esos cien pisos pudiesen ser colocados uno al lado del otro en un mapa
incluso mayor al que los mantenía era completamente absurdo. Ahora que
estábamos atrapados dentro del juego de la muerte, los productores del juego, Argo,
sin duda alguna había salido del negocio, los servidores estaban bajo la supervisión
de la policía.
Pero ¿eso significaba que la leyenda de los Elfos de Bosque era falsa y que la
de los Elfos Oscuros era cierta?
No, eso era duro de imaginar, mucho. No sabía que significaba, en términos
concretos, esa «ruina terrible», pero si en realidad significaba la destrucción de
Aincrad y de todos los NPCs y jugadores dentro de ello, quería decir que cada
jugador trabajando en la facción de los Elfos de Bosque en la campaña estaba en
peligro de asesinar a todos aquí, incluyéndose. Era imposible imaginar que nuestro
GM, Akihiko Kayaba, quisiera terminar con este pequeño juego antes de que incluso
pudiésemos alcanzar el décimo piso –y basado en un malentendido, no menos.
Además, la misión «La Guerra Élfica» tenía una conclusión separada para cada
jugador o grupo que la iniciara. No podía ver a un único jugador que finalizara la
campaña antes de que alguien más tuviese el permiso de dictar el destino de todo
Aincrad, y si las partes Élfica de Bosque y Oscura terminaban al mismo tiempo, los
resultados podrían ser contradictorios.
Términos como ruina y regreso tenían que ser no más que simples palabras
claves que significaban darle más sabor al escenario y hacerlo más emocionante.
Sin importar lo que sucediera en la misión, Aincrad realmente no se vería afectado.
Tras un breve momento para llegar a esa conclusión, estuve a punto de respirar
y calmarme, cuando Asuna tiró de mi manga.
— Oye, Kirito-kun, ¿el general Élfico Caído no dijo algo sobre… abrir el Santuario
o algo así?
— ¿Eh? En realidad… ahora que lo mencionas…
Busqué frenéticamente en mis recuerdos y exitosamente reproduje el dialogo del
General N’ltzahh. Pensé que podría ser importante contárselo a Kizmel y Yofilis, por
lo que me volví hacia la oscuridad a través del escritorio y ajusté mi tono de voz de
forma firme y apropiada.
— Ehh… Milord. El General N’ltzahh dijo esto: Cuando los Elfos Caídos
recuperen todas las llaves y abran el Santuario, la magia más grande de la
humanidad desaparecerá…

Reki Kawahara 166


BARCAROLA DE ESPUMA

— ¿…la magia… de la humanidad…? –Yofilis repitió con escepticismo. La mano


sobre el escritorio se levantó de nuevo–. Kizmel. ¿Conoces que tipo de magia de la
humanidad es?
— Bueno… aunque ellos son bastante inferiores a las razas élficas, los humanos
aún tienen cierto número de encantamientos antiguos disponibles. Los únicos con
los que estoy familiarizada son el encantamiento de Trazado Místico, en el cual sus
armas y herramientas son colocadas dentro de pergaminos delgados, y el arte de
Escritura Distante, para enviar mensajes escritos a lugares lejanos en un simple
instante…
El primero se refería a nuestras ventanas de menú, y el último eran los mensajes
instantáneos. En cuanto a las habilidades de apariencia mágica que un jugador
pudiese usar, esas eran en las que podía pensar.
— Ahh. Eso suena útil, pero…
Yofilis parecía tener un hábito de detenerse a pensar. Los dedos tocaban la
superficie de su escritorio, otra vez.
— No puedo imaginar que N’ltzahh se tomase la molestia de alinearse con los
Elfos de Bosque solo para aprovecharse de esos miserables encantamientos de la
humanidad.
Tales habilidades podrían ser «miserables» para un elfo usuario de magia, pero
un jugador si su menú estaba en aprietos. Por otro lado, ese resultado era
inimaginable. Un RPG sin su pantalla de menú era como una bicicleta si sus
manubrios o pedales.
Unos segundos después, la voz de Yofilis volvió, devuelta a la cadencia estable
de una conversación centrada en el tema.
— Pero de cualquier forma, la Llave Lapislázuli sellada en este piso
probablemente deba ser reunida. Pero los guardias del castillo deben prepararse
para el asedio de los Elfos de Bosque. Guerreros de la humanidad, ¿ayudaran a
Kizmel a recuperar la segunda llave?
Una marca dorada «!» apareció en medio de la oscuridad. Este marcador de
misión NPC solo era visible para mí y para Asuna. Por un momento, me pregunté si
ese era otro encantamiento humano. Asuna y yo nos miramos el uno al otro y
asentimos.
— Si, ayudaremos.
El signo de exclamación cambió a signo de interrogación. Con eso, la misión de
campaña se resumió en el cuarto piso.
Kizmel hizo una reverencia profunda al vizconde una vez mas, luego se volvió
hacia nosotros, sonriendo:

Reki Kawahara 167


BARCAROLA DE ESPUMA

— Es un trabajo crítico, pero peligroso, sin embargo, estoy contentísima de luchar


a su lado una vez más. Trabajemos juntos otra vez, Kirito, Asuna.
— ¡Dalo por hecho!
— ¡Hagámoslo, Kizmel!
Apenas los gritos salieron de nuestras bocas cuando una tercera barra HP y el
nombre aparecieron en nuestra lista de grupo en la parte superior izquierda de mi
campo visual.
— Oohhh, eso me tenía con los pelos de punta…
— No te culpo. El vizconde en uno de los más antiguos de todos los Elfos Oscuros.
Yo también estaba un poco nervioso.
— ¿Y tú también, Kizmel? Por cierto… ¿qué edad tienes? –pregunté con
indiferencia, pero Asuna me dio un codazo fuerte en un costado, y Kizmel aclaró su
garganta, incomoda.
— Kirito, no conozco sus costumbres humanas muy bien que digamos, pero entre
la raza élfica, se considera cruel preguntar personalmente la edad de otro.
— Oh, no lo sabía. L-lo siento.
— Déjame decir que soy considerablemente más joven que el Vizconde Yofilis.
— E-entendido. Me sorprende que un maestre de tan esplendido castillo tenga
guerreros blandos y sacerdotes arrogantes trabajando bajo su orden, sin embargo
–murmuré mientras descendía los escalones. Kizmel colocó una mirada de
preocupación.
— Si… pero hay una razón. El Vizconde Yofilis sufre de una debilidad muy
considerable. Por eso, él no puede exponerse a la luz brillante. Él ha estado en esa
recámara por mucho tiempo, la mayoría de los soldados ni siquiera han visto su
rostro.
— ¿Está enfermo? ¿Incluso siendo un elfo?
— Los elfos viven mucho tiempo, peor no somos inmunes a las enfermedades.
Los sacerdotes dejan sus influencias correr descontroladamente porque ellos no
están a la vista. Y aun así, son inútiles en batalla. En un estado de asuntos muy
problemático…
Kizmel sacudió su cabeza y se detuvo frente a su habitación en el cuarto piso,
pero cuando habló otra vez, ella recuperó su semblante normal.
— En fin, aprecio la información crucial que han traído consigo. Ya es muy tarde,
así que comenzaremos nuestra labor en la mañana. Descansen –no se queden
despiertos toda la noche.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Lo prometemos.
— Buenas noches, Kizmel.
La Elfa Oscura sonrió y asintió, luego retrocedió a su habitación privada. La barra
HP recién aparecida tintineó de la nada con un pequeño ruido triste, pero ella se
reuniría al grupo cuando nos viésemos en la mañana.
Asuna y yo caminamos diez yardas por el pasillo y entramos en la suite en la
habitación contigua.
Abrí mi ventana y verifiqué la hora para darme cuenta de que, de alguna forma,
ya eran más de las diez de la noche. La nieve caía silenciosamente al otro lado de
la ventana, y los arboles frente al jardín ya estaban cubiertos de color blanco.
Nos detuvimos en el centro de la sala de estar, contemplando la vista nocturna,
cuando recordé algo y levanté mi mano izquierda. Toqué el anillo plateado con mi
otra mano. La ventana de propiedades me dijo que se llama Sello de Lyusula.
— Efectos mágicos… ohh, agilidad +1… y un pequeño bono de ganancia de
efecto de habilidad. Eso es bastante bueno.
— Mmm –murmuró Asuna, mirando mi mano. Por alguna razón, ella frunció el
ceño, luego bajó la vista hacia su propia mano, se ruborizó, y rápidamente tocó su
mano derecha con su izquierda. Aparentemente ella solo había cambiado el dedo
donde estaba el anillo, pero no sabía por qué necesitaba hacer eso con tanta prisa.
— ¿…s-sucede algo?
— ¡Nada! –aclaró con resolución absoluta, por lo que fue el fin de eso.
— Umm, bueno, creo que iré a la cama… oh, pero antes de eso, iba a preguntarte
algo.
— ¿…qu-qué?
— Es sobre el nombre del maestre del castillo. ¿Qué es un v…vizz-conde? –
pregunté, curioso. Ella me dio una mirada extraña, luego suspiró ampliamente.
—…se pronuncia viz-conde.
— ¿Eh?
— No pronuncies la s. Es un rango noble. Escuchaste a Kizmel llamarlo «Milord»,
¿no?
— Ohhh, e-entonces eso es lo que significaba. Um, entonces… ¿cuán alto está
un vizconde…?
— Normalmente, va desde Duque, Marqués, Conde, Vizconde, Barón, desde lo
más alto a lo más bajo. Sin embargo, no sé cómo va el orden en los Elfos Oscuros.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Ya veo, entiendo. Gracias por la explicación. Entonces, eh… es un poco tarde,


¿Qué tal a las seis de la mañana?
Ella asintió sin mediar palabra.
— Grandioso. Bueno, entonces… buenas noches.
Sentía curiosidad acerca de por qué mi compañera se ruborizó y se distanció,
pero imaginé que volvería a la normalidad luego de una buena noche de sueño.
Pero justo cuando abrí la puerta hacia mi habitación, ella habló.
— Kirito-kun.
— Eh… ¿sí?
Me volví para ver que la esgrimista estaba de pie en el centro de la habitación.
Se encogió un poco de hombros y me miró.
— Eh… dije esto antes cuando íbamos al baño, pero quiero volverlo a decir –
gracias por el día de hoy. Fue más divertido y adorable que cualquier Navidad que
haya tenido en el mundo real.
Eso me tomó por sorpresa total. No tenía ni idea de cómo responder.
— ¿…qué tipo de Navidades tuviste allí?
— Hmmm…
Ella giró el talón de su bota sobre la espesa alfombra y una pequeña sonrisa
recorrió su rostro.
— Hubo una vez que supusimos quedarnos en casa porque habría una fiesta
Navideña familiar, pero mis padres no llegaron hasta muy tarde, y tuve que
comerme el pastel por mi cuenta… en realidad, fue prácticamente así cada año.
— Oh… ya veo.
Me sentí apenado de que lo único que pudiese ofrecerle en respuesta fuesen
simples murmullos, pero no tenía nada mejor para comentarle. Durante los últimos
dos años, me involucraba muy temprano en las celebraciones de Navidad familiares
para así poder ingresar y participar en los eventos festivos en juegos online.
— Bueno… me alegra que hayas tenido un buen momento. Si solo hubiésemos
preparado un pastel –murmuré.
La tenía sonrisa en el rostro de Asuna se hizo más clara: — Sí. Pero… podemos
ahorrarlo para la próxima Navidad.
—…si. Cierto.
— Bueno, me voy a dormir. Buenas noches.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Buenas noches.
La miré pasar a través de la puerta al otro lado de la habitación, luego entré en
la mía y cerré la puerta. Era bastante espaciosa, aunque no tanto como el cuarto
compartido. Había una cama doble en el centro, un gran cofre que servía como un
almacenador de objetos adicional debajo de la ventana, y un vestidor con un espejo
de tres lados, el cual no me era de utilidad.
Me quité el abrigo, las botas, y el protector antes de saltar hacia la cama.
— ¿…la próxima Navidad, eh?
Asuna probablemente quiso decirlo de la forma más inocua posible, pero la frase
arrastraba un significado muy pesado. Hoy era el cuadragésimo octavo día del juego
de la muerte. Duramos veintiocho días para completar el primer piso, diez para el
segundo, y siete para el tercero. Nos tomó tres días para llegar a la mitad del camino
en este piso.
Era confortable ver que nuestro ritmo aumentaba, pero no quería creer que
fuésemos más rápido. Si asumíamos que cada piso duraría una semana
aproximadamente, eso nos podría a un ritmo de finalizar los últimos noventa y seis
pisos en 672 días –más o menos un año y diez meses.
Eso básicamente garantizaba que estaríamos atrapados en Aincrad para la
próxima navidad. Quizá Asuna no había pensado en eso cuando habló, pero
mirando el tejado e imaginando todos esos pisos que habían encima me hacía sentir
como si estuviese siendo aplastado con todo el peso que tenían.
Teníamos un amplio margen de seguridad en términos de nivel, peor no había
zona segura garantizada en los MMORPGs. No si de repente encontrabas un
montón de monstruos poderosos formados en un grupo. No si no podías recuperarte
de los estados de efectos negativos lo más rápido posible. No si tropezabas y caías
de una altura de unas cuantas docenas de pies. Todo eso sería suficiente para llevar
mi HP a cero, haciendo que NerveGear friera mi cerebro real, en donde sea que me
encontrase ahora. Así, Kirito y Kirigaya Kazuto dejarían de existir, desapareciendo
de dos mundos al mismo tiempo, como la espuma en un lecho de rio.
Claro, tuve la opción de establecerme en el Pueblo de los Inicios en el primer
piso. Pero en lugar de eso, saló de la ciudad cuarenta y ocho días atrás en busca
del siguiente pueblo, conducido por algo. Y antes de separarme de ni primer y nuevo
compañero –no, antes de abandonar a un pobre novato de SAO– le dejé un
pequeño consejo.
Tenemos que hacernos más y más fuertes con el fin de sobrevivir. Los
MMORPGs son una batalla por los recursos del sistema. Hay bastante oro,
recompensas, y experiencia a repartir, por lo que mientras más obtengas, más
fuerte te harás.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Sabía que tenía la razón. El motivo por el que sobreviví hasta este día fue porque
usé mi conocimiento de beater y la experiencia para hábil y eficientemente generar
oro, niveles y botines raros. Hubo varias ocasiones donde pude haber muerto si mi
nivel fuese menor o mi equipo fuese un punto más débil.
Pero eso fue porque elegí dejar la seguridad y conquistar el juego de la muerte
por mi cuenta.
¿Por qué hice eso?
Reproduje lo que Asuna había dicho poco después de conocerla en el pueblo de
Tolbana en el primer piso.
Si solo fuese a ocultarme en la primera ciudad y perder el tiempo, preferiría ser
yo misma hasta el último momento. Incluso si eso signifique morir en manos de un
monstruo… no quiero dejar que este juego me derrote. No dejaré que pase.
Se trataba de una motivación muy propia de Asuna –peligrosa, valiente y
admirable. Pero no dentro de mí no tenía el mismo pensamiento.
¿Qué pasaba con Lind de los Dragon Knights Brigade? ¿Kibaou de los Aincrad
Liberation Squad? ¿Diavel, el antiguo beta tester que pereció en la batalla contra el
jefe del primer piso? ¿Qué razones habían inclinado la balanza hacia la muerte,
llevándolos a dejar la seguridad del pueblo para ir hacia el peligro de la selva…?
Seguía contemplando el techo oscuro, pensamientos libres daban vueltas y
vueltas en mi cabeza, cuando apenas escuché el sonido de la otra habitación
abriéndose hacia la sala de estar.
Probablemente era solo Asuna preparándose para otro baño, asumí. Pero varios
minutos después, no escuché el sonido de otra puerta abriéndose o cerrándose.
Asuna no fue de la sala de estar hacia el baño o hacia el pasillo o siquiera a su
propia habitación.
—……
Tras otros diez segundos de escucha, salté de la cama, caminé sobre la alfombra,
descalzo, hacia la puerta, y cuidadosamente giré el pomo.
Las luces de la sala de estar estaban apagadas. Pero la iluminación nevada de
la ventana llenaba la habitación con un tono monótono de luz y sombra.
Lentamente estudié toda la habitación hasta que encontré una silueta
redondeada y solitaria en el gran sofá junto a mi pared, ambas piernas enrolladas
en una bola.
Tras un momento de vacilación, abrí ampliamente la puerta y pasé al cuarto
común. Ella ahora debió haberse percatado de mí, pero ni siquiera se movió de
donde estaba.

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Me acerqué al sofá tan silenciosamente como podía, aunque no supe por qué.
— ¿…no puedes dormir?
Luego de unos momentos, la pequeña cabeza asintió. Unos segundos más tarde,
murmuró:
— La cama y la habitación son demasiado grandes…
—…se a lo que te refieres. Cuando usé los grandes cuarteles en el segundo piso
para desconectarme estando en la prueba beta, nos colocaron en pequeñas literas
–respondí, sentándome en el otro extremo del sofá.
Si solo tuviese la habilidad de preparar una buena taza de leche caliente.
Lamentablemente, no tenía leche en mi inventario, y la habitación no tenía una
estufa. A cambio de ello, hice algo que normalmente nunca haría: dije en voz alta
mi propia conjetura sin basamentos.
— ¿Comenzaste a pensar sobre el próximo año?
Ella se quedó absolutamente inmóvil en el sitio donde estaba, a unos cinco pies
de distancia, luego asintió nuevamente, su frente se presionó contra sus rodillas.
Luego de un momento, su susurró calmado se escurrió en la habitación.
— Hasta ahora, he estado tratando de no pensar en el futuro distante. Me dije a
mi misma que solo me centraría en lo que necesitase hacerse cada día. Pero eso
era lo mismo que tratar de escapar del futuro. Sin siquiera pensar en el número de
pisos restantes o cuánto tiempo tomaría… solo estaba tratando de evitar enfrentar
la pregunta de cuánto tiempo podría sobrevivir en este lugar. Pero luego me
encontré sentada en mi habitación, mirando la ventana… y eso simplemente… salió
de dentro de mí –los brazos que sujetaban sus rodillas se tensaron y se
pronunciaron.
—…quiero sobrevivir hasta la próxima Navidad y ver la nieve caer en Aincrad
nuevamente –confesó, terriblemente doloroso, pero casi en silencio.
Sabía que necesitaba decir algo, pero mis labios se sentían como si estuviesen
sellados. No podía hablar.
Quería decir: «No morirás antes de la próxima Navidad… o antes del día que
acabemos este juego. Sobrevivirás». Pero ¿qué prueba tenia de eso?
Obviamente, la habilidad de batalla de Asuna era insuperable en el grupo de la
línea delantera, y la calidad de su equipo estaba garantizada. Pero tal como me lo
había dicho minutos antes, un sencillo error aquí o un salto desafortunado
fácilmente podría matar a un jugador. Si no podía asegurarme de que no moriría,
ciertamente no podía ofrecer una garantía vacía a alguien más.

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Luego de un momento de silencio, tan largo que ni siquiera sabía cuánto tiempo
había transcurrido, me las arreglé para clamar algo desde la garganta de mi avatar.
—…lo siento. No puedo decir nada. No tengo la fuerza para darte un consejo en
este momento…
Por primera vez, Asuna había revelado su miedo acerca del juego y la esperanza
del futuro, y yo fui tan patético que no podía conseguir algo mejor que alegar. Me
levanté, listo para volver a mi habitación.
Pero justo cuando pasé frente a Asuna en el extremo derecho del sofá, ella
extendió una mano y sujetó el borde de mi camiseta. Ella tiró de mí con una fuerza
sorprendente hasta que me sentó junto a ella.
— Entonces hazte más fuerte –contuve la respiración.
— ¿Huh…?
— Hazte más fuerte. Hasta que un día… puedas decirme, decirle a la gente
asustada como yo, que todo estará bien.
Una vez más quedé sin habla. Bajé la vista hacia mis manos.
¿Cuántos niveles necesitaba ganar para ser capaz de decirle eso a alguien?
Otros veinte o treinta no serían suficientes.
Me sentí atacado por una sensación de que la fuerza de la que Asuna hablaba
era de un tipo distinto –algo en lo que generalmente yo no me encontraba pensando.
Ella se inclinó hacia la izquierda y posó su pequeña cabeza sobre mi hombro
derecho.
— No tienes que decir nada en este momento, mientras te quedes sentado allí
hasta yo quedarme dormida.
— Um… eh, de acuerdo –declaré. Asuna sonrió y cerró sus ojos.
En menos de un minuto, escuché el verdadero sueño en su respiración. Ella dijo
que hasta que se quedase dormida, por lo que si yo la enrollara en el sofá y regresar
a mi recámara, ella no se quejaría, pero dada la dificultad de permanecer dormida,
eso parecía casi imposible.
Estuve pegado allí hasta que ella eventualmente despertó. Traté de relajar mis
hombros y me incliné contra el respaldar del sofá.
Ser más fuerte.
Esa era una orden que yo mismo me había dado cuando me alejaba corriendo
del Pueblo de los Inicios –o escapando, dependiendo de cómo lo vieses. Me
apresuré para ganar niveles, obtener nuevo equipo, y hacerme poderoso más rápido

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que alguien más, por alguna razón no podía realmente explicarlo. Fui conducido por
algo que no podía nombrar.
¿Fue Asuna quien me dio una razón? Tenía que ser más fuerte para así la
próxima vez que ella o alguien más revelara sus debilidades ante mí, yo pudiese
ser esa presencia confortable que dijese: «No, no morirás, todo estará bien».
¿Estaba bien para mí pensar de esa forma…?
De repente, Asuna tembló mientras se apoyaba en mí. No se había despertado
–debió haber sentido un escalofrió en su sueño. La noche de invierno parecía
bastante helada solo para una sola túnica.
Si solo tuviese algún tipo de habilidad de jugador para preparar una manta
bastante cálida para ella. Lamentablemente no había nada parecido en mi
inventario…
—…oh –murmuré y abrí mi ventana. Encima de la pestaña de inventario,
seleccioné un objeto en particular y lo materialicé.
Un delgado y plateado elemento cayó ligeramente en mis manos –la Sábana de
Argyro que llegó a ser práctica en el escondite acuático de los Elfos Caídos. Solo
quedaba un poco de durabilidad, pero como no estábamos en el agua en este
momento, no se drenaría.
Coloqué la sábana alrededor de nosotros, y el frio que llenaba la habitación
parecía desvanecerse en el acto, trayendo una somnolencia placentera a mi mente.
Antes de cerrar mi ventana, coloqué mi alarma para que se activara a las cinco y
media de la mañana, y cerré mis ojos.
El 25 y 26 de diciembre pasaron en un abrir y cerrar de ojos mientras los pasamos
completando las tareas de las misiones la «Llave Lapislázuli» para el Vizconde
Yofilis.
Esas, por ningún sentido, fueron misiones fáciles, pero con el último aumento de
nivel para ambos, además de la abrumadora presencia de Kizmel, la caballero de
élite, nunca forcejeamos en ningún punto.
Las misiones de preludio en el primer día nos hicieron correr de aquí para allá,
pero por la tarde del segundo día, encontramos la mazmorra subterránea que
albergaba la llave. Derrotamos un monstruo jefe tipo dullahan, su cuerpo cubierto
de verdín, para ganar la segunda de las llaves secretas, esta era de un brillante azul
marino. No hubo ataques sigilosos pos los Caídos enmascarados, no esta vez, y
estuvimos de vuelta en el Castillo Yofel antes de la cena.
Tras reportar las misiones al vizconde y recibir nuestras recompensas
considerables, la gran ventana en el extremo oeste del salón mostró un atardecer
brillante. Me estiré lo más que pude en la luz rojiza.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Mmm… bueno, nos las arreglamos para obtener la segunda llave tal como lo
planeamos. El vizconde la colocó en esa pequeña recámara detrás de su escritorio.
Me pregunto si la primera también estará allí –murmuré para mí mismo.
Kizmel respondió a esa pregunta, feliz de estar de vuelta en su armadura
cotidiana: — Es cierto. Eso significa que si los Elfos de Bosque se las arreglas para
llegar al quinto piso del castillo, es bastante probable que se hagan con las llaves.
El Vizconde Yofilis podría ser excelente con su estoque, pero no puede ser forzado
a luchar en su estado enfermizo.
— No te preocupes, Kizmel. Ellos ni siquiera pondrán un pie en el muelle, mucho
menos llegar al quinto piso –proclamó Asuna con confianza. Ella había estado
bastante enérgica y llena de determinación durante los últimos dos días. Ella debió
haber disfrutado bastante la oportunidad de luchar nuevamente junto a Kizmel–. ¡Ya
sea que vengan con diez o veinte barcos, los hundiremos todos!
— Ja, ja, ja, me alegra oírlo –dijo Kizmel, dándole una palmada a Asuna en la
espalda antes de volverse hacia mí–. Kirito, Asuna, el hecho de que hayamos
recuperado la Llave Lapislázuli en solo dos días es señal de que no se trata de su
propia fuerza, sino de su barca. Y lo que me alegra más es que eligieron el nombre
de mi hermana para tan hermosa embarcación…
Ella caminó y se dirigió hacia la ventana más cercana. La ventana que daba hacia
el norte dejaba ver el jardín frontal y la entrada, así como también el extenso muelle
que estaba más allá de este. A los lados del muelle habían ocho góndolas grandes
pintadas de negro, y una pequeña –nuestra Tilnel– meciéndose en las olas.
— Mi hermana, desde que era muy joven, amaba nadar. Ella y yo, con frecuencia,
navegábamos en un pequeño bote en una ciudad del noveno piso. Mirar a la Tilnel
me trae viejos recuerdos…
Asuna silenciosamente se acercó a la evocada Kizmel desde la derecha.
Observé la puesta del sol brillar en sus cabellos y pensé profundamente.
La posibilidad de que la herborista Élfica Oscura llamada Tilnel, quien era la
hermana gemela de Kizmel, en realidad existiese como una NPC en Aincrad era
muy baja. El periodo operativo de SAO comenzó hacia escasos cincuenta días. En
un sentido, los Elfos Oscuros de Kizmel, y sus enemigos Elfos de Bosque había
nacido en ese instante. Tilnel no era más que información creada para servir como
trasfondo para Kizmel.
Pero cada vez que Kizmel hablaba de sus recuerdos sobre Tilnel, esos datos en
el servidor se sobrescribían de una forma más detallada. Incluso una mujer que
existiese solo como una información de trasfondo se volvía verdad mediante esos
recuerdos… era lo que a mí me parecía.

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Aclaré mi garganta estando al lado izquierdo de Kizmel, y le dije algo que Asuna
y yo estuvimos discutiendo durante las misiones de la llave.
— Eh, Kizmel. Tenemos una petición.
— Siempre y cuando pueda ser de ayuda.
— Si, bueno… nuestros libros de Trazado Místico no pueden albergar grandes
objetos como barcas, pero tampoco podemos subir por nuestra cuenta el Pilar de
los Cielos con ellos. Cuando nos movamos al quinto piso, necesitaremos que
mantengas a la Tilnel en algún lugar de este piso –mientras la Elfa Oscura
escuchaba pacientemente, Asuna dijo a continuación.
— Veras, Kizmel, antes de que nos vayamos al quinto piso, Kirito y yo queremos
dejar a la Tilnel contigo. Incluso si solo la dejas aquí en el muelle del Castillo Yofel…
La noche anterior, ambos discutimos de que si eso sería al menos posible. Si el
sistema del juego lo prohibía, temíamos que esto pudiese crear estrés excesivo en
la IA de Kizmel.
Normalmente, no era posible traspasar objetos a los NPCs. Cuando encontramos
el sello del caballero Élfico Oscuro en la cueva del tercer piso para dárselo a Kizmel,
ella clamó que debíamos entregárselo al comandante, nosotros mismos. Y cuando
Asuna le dio a Kizmel su bikini purpura en el baño, Kizmel lo devolvió antes de que
pudiésemos dejar el cuarto de vestuarios.
Pero no habia necesidad de cambiar la titularidad del objeto si solo lo dejábamos
atado en el muelle. Si Kizmel simplemente aceptó a la Tilnel en espíritu, y pensaba
en su hermana cada vez que la miraba, eso era todo lo que podíamos pedirle. La
forma de llegar desde este castillo hasta la torre laberinto era un problema, pero
teníamos los flotadores si eso venia al caso.
Mientras esperábamos su respuesta con la respiración contenida, la caballero se
volvió hacia la ventana, su armadura tintineaba.
Luego de unos momentos, su voz emergió –suavemente, pero con una emoción
que nunca se escucharía de un NPC.
—…claro. Por supuesto que pueden. Tomaré toda la responsabilidad de su
precioso bote. Pero prométanme una cosa.
— ¿Dinos, Kizmel?
— Vuelva a este castillo alguna vez, y denme un paseo en ella.
Entonces fue nuestro turno de gritar: ¡Por supuesto!

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BARCAROLA DE ESPUMA

Parte 8
— ¡Desde la izquierda, Kirito-kun! –gritó Asuna.
Apreté mis dientes y presioné el remo hacia la izquierda. La Tilnel estuvo
maniobrando gracias a sus pequeñas dimensiones, pero esta tenía su límite. La
radio de giro de la góndola a toda velocidad era aproximadamente dos veces la
longitud del bote, unos cincuenta pies exactos, y requería anticipación en todas las
oportunidades.
— ¡Nuaaaaah!
Remé con todas mis fuerzas. Un enorme bote marrón saltó a la esquina de mi
visión. Aunque estaba oculto detrás del roció del bote, la proa estaba equipada con
un enorme ariete, e incluso con su excelente habilidad defensiva gracias a nuestra
elección de materiales finos, la Tilnel probablemente no saldría ilesa.
Un soldado Élfico de Bosque de pie en la proa blandió una lanza de diez pies.
— ¡Lo tengo! –gritó Kizmel desde el centro del bote, levantando su sable. Con
una brillante y veloz oscilación, ella cortó la punta de la lanza mientras esa se dirigía
hacia mí.
Valía la pena confiar en la asistencia de Kizmel y mantener el curso, ya que
aseguró que la Tilnel solo perdiera el ariete y pasara a babor del enorme bote.
El barco enemigo comenzó a virar, pero una vez que estuvimos en su parte
posterior, no había nada que ellos pudiesen hacer. La popa indefensa de nuestros
enemigos llegó a la vista mientras dos barcos circulaban uno cerca del otro.
— ¡Asuna, Kizmel, aquí vamos!
— ¡Bien!
— ¡Lista!
Ellas se acuclillaron y se aferraron a los lados del barco mientras cargábamos a
toda velocidad. El Cuerno del Oso de Fuego fijado en la proa de la Tilnel colisionó
directamente con el único punto débil del poderoso barco Élfico de Bosque, su
extremo posterior. El ariete rojo ardiente dividió la delgada madera y evaporó el
agua a su alrededor, produciendo una explosión que hizo volar la mitad posterior
del barco.
Incluso mientras usábamos la presión de retroceso para dar reversa a la Tilnel,
el barco enemigo comenzó a llenarse de agua y sumergirse desde la proa. Los once
Elfos de Bosque a bordo del barco fueron lanzados al lago, gritando, e
inmediatamente comenzaron a hundirse.
— Si, ¡van dos! –vociferé.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Mientras tanto, Asuna gritó en alerta: — ¡Barco enemigo atrás a la izquierda!


¡Están de espaldas a nosotros, así que es nuestra oportunidad!
— ¡E-entendido!
Volví a sujetar el remo y lo giré a la derecha esta vez.
Era jueves, 27 de diciembre. Tal como había proclamado el General N’ltzahh, los
«cinco días después» fueron ciertos: una pequeña flota de barcos llevando Elfos de
Bosque ingresaron al lago cerca del Castillo Yofel justo después del mediodía.
Ya estábamos listos para enfrentarlos, nuestros exploradores Élficos Oscuros
nos advirtieron con tres horas de anticipación, pero no pude prevenir el escalofrió
que recorrió mi espalda cuando los barcos enemigos aparecieron, resonando
cuernos. Ellos mostraron dieciséis poderosos barcos, mucho más de mi estimación
inicial de diez.
Eso era el doble de barcos para los Elfos Oscuros en el Castillo Yofel. Eso
significaba que, asumiendo que los barcos en cada extremo tenían el mismo poder
de batalla, nuestra pequeña Tilnel tendría que hundir seis barcos por su cuenta.
Nunca había esperado experimentar una batalla naval a gran escala aquí en
Aincrad, pero aquí estábamos, dos líneas de barcos marrones y negros cargaban
entre sí como antiguas flotas Griegas. Dos barcos de Elfos de Bosque y uno de los
botes de los Elfos Oscuros se agujerearon y se hundieron en la primera colisión.
Eso nos dejaba catorce enemigos contra siete.
Pero como opción itinerante, la Tilnel no tenía la obligación de alinearse
apropiadamente. En lugar de eso, usé una táctica de la Batalla de Salamina y los
sorprendí por sus flancos.
Claro, en un enorme lago circular, no había lugar para ocultarse. Pero tuvimos la
muy útil Sábana de Argyro de nuestro lado. Con la habilidad de Costura de Asuna
y algo de paciencia, logramos reparar algo de su durabilidad perdida.
Ocultos aseguradamente desde la vista hacia el extremo este del área de batalla,
programamos cuidadosamente nuestro primer ataque en el mismo instante que
ambos lados se hubieron detenido y hundimos el primer bote con un golpe perfecto.
Luego de eso, las cosas se pusieron caóticas, pero logramos hundir el segundo, lo
que significaba que los Elfos de Bosque deberían quedar con doce barcos.
— ¡Kizmel, cuenta el número de botes sobrevivientes! –grité mientras remaba
con frenesí. Eso tomó dos segundos para su respuesta.
— ¡Seis de nuestro lado, doce por el enemigo!
— Ugh…

Reki Kawahara 179


BARCAROLA DE ESPUMA

El número de botes enemigo era tal como esperaba que fuese, pero habíamos
perdido otro aliado.
Como un podria esperar de los barcos preparados improvisada y
apresuradamente de la madera adquirida de las cajas desmanteladas, los barcos
de los Elfos de Bosque tenían popas y proas cuadradas y feas. Eran más lentas y
menos maniobrables que las elegantes góndolas de los Elfos Oscuros, pero más
fuertes.
Encima de eso, como Kizmel temía, la disciplina y la moral de los Elfos Oscuros
era inferior a la del enemigo. Un par de barcos estaban alineados y bloqueados en
un feroz combate a bordo, pero más Elfos Oscuros cedían ante las espadas del
enemigo y caían al agua en lugar de ser al contrario.
— ¡Valientes guerreros de Kales’Oh! –gritó un enorme caballero que había
adoptado la apariencia de un comandante enemigo, en el centro de un barco que
ondeaba una bandera verde con un escudo y una espada dorados–. ¡Envíen a esos
cobardes Elfos Oscuros a dormir en el fondo de este lago! ¡Ellos se han aliado con
la humanidad y construido barcos con el propósito de derribar nuestro castillo!
¡Afortunadamente, su plan falló, y reclamamos sus barcos para nosotros! ¡No
debemos desaprovechar esta oportunidad!
¿…qué?
Quedé sorprendido de eso mientras remaba con todas mis fuerzas. ¿Acaso el
comandante enemigo había dicho que los Elfos Oscuros se habían aliado con los
humanos? ¿Eso significaba que los Elfos Oscuros les pidieron a los humanos
construir los barcos y que los Elfos de Bosque los robaron? Hasta donde sabia, eso
no era cierto. Al final, sabía que los Elfos Caídos habían construido esos barcos que
los Elfos de Bosque estaban usando ahora, era su petición… o eso pensé.
— ¡Nos han descubierto, Kirito-kun!
El grito de Asuna me trajo de vuelta a la escena que se desarrollaba ante mis
ojos.
El remero del barco de los Elfos de Bosque al que apuntábamos estaba tratando
de virar a la derecha mientras nos miraba fijamente. Empujé nuestro bote a la
izquierda y luego esperé el momento exacto para hacer un giro repentino.
Prediciendo la ubicación por donde del barco enemigo pasaría dentro de diez
segundos, comencé a remar alocadamente.
Con dos golpes instantáneos más rápidos de lo que el ojo pudiese seguir, Asuna
desarmó a los dos enemigos de lanza, a continuación, el ariete de la Tilnel ardió a
través del casco de estribor de la retaguardia enemiga. Kizmel se había apoyado y
tiró de Asuna hacia atrás antes de que esta pudiese caer con el impacto.
Ese fue otra explosión de vapor, y el barco enemigo fue destruido. Eso hacia…

Reki Kawahara 180


BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡Tres!
Ignoré a los soldados enemigos que caían en el agua y busqué nuestro próximo
objetivo. En el lado norte del lago donde la lucha principal tomaba lugar, los Elfos
Oscuros seguían cayendo. Los seis barcos restantes estaban alineados para
prevenir la entrada al castillo y envolvían al enemigo en un combate mano a mano,
pero más Elfos Oscuros que Elfos de Bosque caían en el agua.
Mientras tanto, el enemigo aún tenía once barcos activos, y tres de ellos estaban
girando cerca de la batalla principal para acercarse al muelle del castillo por el lado
oeste.
— Eso no es bueno –murmuró Kizmel, justo como el comandante Élfico Oscuro
en el medio de su flota levantaba una cimitarra y nos gritaba.
— ¡Ustedes, el pequeño bote! ¡Dejen de perder el tiempo y detenga la fuerza
naval enemiga!
— ¡¿C-como puede hablarnos de esa forma?! –demandó Asuna, irritada. Esto
provino del mismo comandante que arrogantemente nos informó que él no sería un
factor en la batalla y que se quedaría fuera del camino del navío oficial.
Pero en este caso, no teníamos más opción que obedecer. Solo habían seis
guardias restantes en la entrada al castillo, y su los treinta Elfos de Bosque en esos
tres barcos desembarcaban, seria acabados fácilmente mediante esas defensas.
— ¡Maldición! ¡Simplemente tenemos que hacerlo! –gruñí, avanzando
furiosamente. Inútilmente deseé que hubiese elevado mi fuerza un poco más, pero
incluso si así fuera, tenía que ser agradecido de que no fuese la vida real, donde
mis brazos serian inútiles para todo lo acumulado del ácido láctico de ahora.
Los tres barcos de fuerzas oscilantes en una formación lado a lado estaban
apuntándonos. Podríamos hundir uno de ellos con una carga trasera, pero el
problema era lo que vendría después de eso. Para que el ariete atacante funcionara
apropiadamente, teníamos que ir a toda velocidad, y el enemigo simplemente no
iba a sentarse y esperar que nosotros retrocediéramos y cargáramos de nuevo.
Kizmel pudo decir lo que me preocupaba, por lo que se volvió y gritó: — ¡No te
preocupes, Kirito, simplemente carga hacia el barco central!
— ¡E-entendido! –tuve que responder. Fijé la vista en el barco de en medio y
ajusté nuestro curso. El lancero en la parte posterior de ese barco ya nos había
notado, pero ellos ni siquiera parecieron intentar detener su progreso hacia el
castillo.
— ¡Gooooo!

Reki Kawahara 181


BARCAROLA DE ESPUMA

Movilicé el remo una última vez, rugiendo como el héroe de cada anime o película
cuando hace su última carga suicida. Una vez más, Asuna nos defendió contra las
lanzas enemigas, y nuestro ariete ardiente atravesó la popa plana del barco.
Nuestro cuarto objetivo se hundió en instantes, y los soldados Élficos de Bosque
a bordo nadaron por seguridad. Los observé irse y comencé a retroceder a la Tilnel,
pero luego los dos barcos restantes nos cortaron por ambos lados. La barra de
aguante de la Tilnel justo debajo de la barra HP de Kizmel cayó un cinco por ciento.
Pero el daño no se detuvo allí; este continuó cayendo poco a poco. Los dos remeros
estaban remando alocadamente de forma perpendicular hacia nuestros lados
enfrentados, tratando de aplastar el bote entre ellos.
Encima de eso, los lanceros a cada lado estaban apuntando sus armas afiladas
en mí. Rápidamente desenfundé mi espada y derribé las puntas, pero eso solo fue
para prolongar nuestra declinación.
Kizmel sugirió calmadamente: — ¡Kirito, Asuna, salten hacia el barco de la
derecha y golpeen al remero! ¡Me encargaré del de la izquierda!
— ¡¿Whuh?!
No esperaba esa orden, pero claramente era la una forma de salir de nuestro
apretón. Asuna y yo hicimos contacto visual, luego saltamos descuidadamente
sobre el otro barco.
— ¡Aqueresas ratas humanas! –un lancero élfico escupió, pero esas lanzas de
diez pies de largo estaban hechas para batallas navales, no combates cerrados. Lo
golpeé directamente con una habilidad de espada Slant, sin siquiera molestarme en
una finta. El elfo voló por la borda. A la izquierda, Asuna abrumó a otro lancero con
un Parallel Sting de dos partes, su capa de seda especial se sacudió.
El temible Caballero Élfico Oscuro Santificado con el que luchamos al comienzo
del tercer piso era bastante memorable, pero él era un mob de élite de alto nivel
como Kizmel. Pero los lanceros y espadachines Élficos de Bosque a bordo de esos
barcos no eran diferentes de los monstruos intermedios del cuarto piso, hablando
en términos de poder, claro está. Esta breve lucha me recordó que en una batalla
de uno a uno, ellos no poseían nada de qué preocuparse.
Aun así, no había punto en ser descuidado. En una batalla naval, el casco del
barco absorbía el daño, pero cuando luchaban los marineros a bordo, nuestros HP
estaban otra vez en riesgo. Incluso en medio de este evento-historia dramático y
climático, era imperativo que recordáramos que nuestras vidas estaban en peligro
dentro de este juego mortal.
Asuna empujó a lancero por la borda con un combo de ataques de puñetazos
pesados, y el espadachín detrás de él se acercó.

Reki Kawahara 182


BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡No hay necesidad de derrotarlo! ¡Solo úsalo como un muro para así evitar
que esos tipos se acerquen! –le ordené a mi compañera, dejando de golpear al
espadachín que atacaba de mi lado. El remero –llamado oficialmente remero Élfico
de Bosque– estaba al otro lado de este luchador.
Aunque las embarcaciones de madera construidas por los Elfos Caídos podían
contener a diez, la cubierta solo tenía espacio para que dos se mantuviesen de pie.
Si Asuna y yo luchábamos hombro a hombro, los enemigos en la retaguardia no
serían capaces de alcanzarnos. Este tipo de ubicación establecida era gran parte
de jugar un juego de RV, y podíamos usar los cuerpos de los enemigos como
bloqueos en un espacio tan cerrado como este.
Asuna cambió a una estrategia defensiva, pero con el fin de llegar al remero, yo
necesitaba eliminar al espadachín en mi camino. Había un gran trecho en nuestros
niveles de poder, por lo que fácilmente podía acabar con su HP mediante pura
fuerza. Pero repentinamente comprendí que tenía un deseo interno de evitar
asesinar a los soldados Élficos de Bosque. Pensando nuevamente en ello, había
golpeado a todos los enemigos que hasta ahora derrotado en el agua en lugar de
desaparecerlos.
Pero esta vacilación no era producto de solo uno o dos días. Cuando tuve la tarea
de robar las ordenes ultra-secretas del campamento Élfico de Bosque en el tercer
piso, traté de colarme y removerlas mediante sigilo, evitando el combate en general.
Esa sensación debió haber estado en mi mente también. No quería invadir su
campamento en la noche y asesinarlos a todos, y tampoco quería que Kizmel o
Asuna lo hicieran.
La emoción en sí probablemente era sin sentido. Asuna y yo comenzamos la
misión la «Llave Jade» que iniciaba toda la línea histórica al asesinar al caballero
Élfico de Bosque. La adorada hermana de Kizmel fue asesinada por un halconero
Élfico de Bosque. Ya fuese que asesináramos a los soldados o no, eso no tendría
efecto en el progreso de nuestra misión. Pero…
— ¡Humanos cobardes!
El guerrero élfico me atacó, su cabello y piel eran pálidos y su voz joven –aunque
probablemente era mucho, mucho más viejo que yo. Detuve su ataque con mi
Anneal Blade +8. Mi espada familiar, cerca del fin de su tiempo de utilidad ahora
que estaba completamente mejorada, desvió su ataque con un peso y dureza
placenteros. Aturdido por mi desvió, el elfo se tambaleó hacia atrás, y lo pateé por
un costado con un balanceo izquierdo. La habilidad de Artes Marciales, Water Moon,
dejó un rastro de luz pálida fluyendo desde mi pie.
— ¡Ahhh!
Desde la esquina derecha de mi visión, observé al elfo caer al lago mientras
gritaba, pero ya estaba moviéndome hacia adelante. Habia otro enemigo justo a la

Reki Kawahara 183


BARCAROLA DE ESPUMA

izquierda, pero tenía toda su atención en Asuna y estaba concentrándose en


bloquear, por lo que él no me preocupaba.
Solo adelante estaba el remero élfico, su remo completamente plano en un
intento de aplastar a la Tilnel con toda la fuerza del gran barco.
— ¡Suficiente! –advertí y dividí el remo en dos con una oscilación de mi espada,
seguido de una patada rápida del remero desarmado sobre la borda. Ni siquiera
esperé verlo caer sobre unos cuantos compañeros en su vuelo –estaba demasiado
ocupado volviéndome y noqueando a los soldados que atacaban a Asuna con un
buen puñetazo Flash Bow.
— ¡Volvamos!
Ambos saltamos nuevamente en la Tilnel y descubrimos que Kizmel estaba
regresando en el mismo momento. Me pregunté qué había hecho con los soldados
enemigos y me sorprendió ver ni una sola alma a bordo de la góndola a nuestra
izquierda.
Kizmel notó mi asombro silencioso y dijo tranquilamente: — Los derribé a todos
en el lago y quebré sus remos.
Una rápida examinación al agua que rodeaba al barco mostró claramente una
pequeña cantidad de chapoteos, mientras los soldados nadaban por seguridad.
Como era de esperar, los soldados empujados al agua estaban siguiendo un
algoritmo que les decía retirada. Luego de un momento, ellos comenzaron a nadar
hacia el norte.
Aunque quedaban cinco o seis enemigos en el barco derecho, pero no había
forma de que siguieran moviéndose. Guardé mi espada y tomé el remo de la Tilnel,
guiándola entre los barcos enemigos y regresando al punto donde podríamos ver la
confrontación principal.
En este punto, habían seis barcos en pie por parte de los Elfos Oscuros, y ochos
en estado activo por parte de los Elfos de Bosque. No solo la cantidad exacta era
mucho más cercana, sino que la mayoría de ellos estaban aferrados en combates
navales ahora, había solo una pequeña amenaza para los barcos de los Elfos
Oscuros en sí.
— Bien… ¡hundamos el buque insignia enemigo antes de que entremos en otra
batalla de arietes! –le urgí a Asuna y a Kizmel, volviendo a la Tilnel duramente a
estribor.
A unas cien yardas del muelle del castillo, donde la mayoría de los combates
navales se llevaban a cabo, los seis barcos Élficos Oscuros restantes y un número
igual de barcos Élficos de Bosque estaban alineados de este a oeste, sus lados
presionados entre sí para que los luchadores pudiesen entrar en batalla. Los Elfos

Reki Kawahara 184


BARCAROLA DE ESPUMA

Oscuros claramente estaban en su punto final, pero ellos al menos podrían aguantar
un poco más.
Los dos barcos Élficos de Bosque restantes estaban situados en la retaguardia.
A la cabeza de la nave capitana estaba de pie el comandante con una gloriosa
armadura plateada y una ondeante capa blanca, de brazos cruzados. No parecía
preocupado por nosotros, a pesar del hecho de que habíamos neutralizado la fuerza
de movimiento de sus tres naves.
Si asumía que sus fuerzas iban a emerger de forma triunfante, podíamos usar
ese descuido para embestir el barco exitosamente.
— ¡Asuna, Kizmel, hagamos lo de siempre! –sugerí, y tiré de la Sábana de Argyro
desde la retaguardia del barco. No sabía si el mismo truco volvería a funcionar, pero
no haría daño estar preparados. Cuando los tres esparcimos la sábana sobre la
Tilnel, todo el interior se sumió en oscuridad, pero a través del delgado material
pasaba la luz necesaria para poder ver el exterior.
—…voy a acercarme con calma y lentamente –susurré, moviendo con cuidado
el remo. Temía que la sábana se rasgara si íbamos demasiado rápido, por lo que
nos envié hacia la nave capitana lo más rápido pero calmadamente que podía hacer.
Unas veinte yardas más, y quitaríamos la sábana y cargaríamos. Pulgada a
pulgada nos acercamos…
Pero cuando estuvimos dentro de las cinco yardas del punto de emboscada, el
comandante Élfico de Bosque desenfundó su espada de la cintura.
— ¡Mierda!
— ¡¿Nos descubrió?!
Asuna y yo nos tensamos, y Kizmel cuidadosamente colocó su mano en la funda
de su sable. Pero la espada larga del comandante no estaba apuntando a la oculta
Tilnel.
— ¡Ahora! ¡Barcos uno y do, comiencen a cargar! ¡Barcos cinco y seis, limpien el
camino!
Su voz resonó en el lago como un trueno. De repente, fuera de los seis barcos
Élficos de Bosque enredados en combate, los dos centrales se separaron a los
lados.
Eso dejaba dos barcos Élficos Oscuros con sus lados completamente expuestos,
incluyendo la nave capitana.
— ¡Oh, no! –exclamé, rápidamente quitando la Sábana de Argyro y la lancé en
el espacio que había en la popa. Incluso mientras hacía eso, los dos barcos Élficos
de Bosque estaban abalanzándose hacia los indefensos botes Élficos Oscuros.

Reki Kawahara 185


BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡Detén eso de una vez! –Asuna clamó mientras yo remaba alocadamente. La


Tilnel envió una estela blanca en persecución, pero la nave capitana Élfica de
Bosque estaba al menos a veinte yardas delante de nosotros.
— ¡No lo vamos a hacer a tiempo! –comentó Kizmel.
Dos segundos después, la embestida del buque insignia enemigo creó un agujero
en el hermoso casco de la nave capitana Élfica Oscura en un choque ensordecedor.
Momentos después, el segundo barco enemigo chocó con el otro bote Élfico
Oscuro. Los dos barcos víctimas se llenaron el agua debido a los enormes agujeros
en sus lados y comenzaron a hundirse.
— ¡Malditooooos!
El comandante Élfico Oscuro rugió con odio puro mientras caía en el agua. Con
un segundo vistazo, los Elfos Oscuros que habían caído en el agua sobre el curso
de la batalla estaban pisando el agua en el sitio. A diferencia de los Elfos de Bosque,
ellos no estaban nadando hacia un lugar en particular, sino que parecían exponer
una regla similar: una vez que caían en el agua en este evento de batalla, el sistema
no les permitiría volverse a unir a la misma.
Incluso después de que su maniobra perfectamente programada hubiese
destruido la nave capitana de los Elfos Oscuros y su ejército, el comandante Élfico
de Bosque no descansó. Nuevamente levantó su espada.
— ¡¡Barcos uno y dos, avancen!! ¡¡Todos los soldados, prepárense para tocar
tierra!!
— Ugh –gruñí. Usé toda mi fuerza para remar, pero los dos barcos enemigos ya
estaban procediendo a través del nuevo agujero en la formación antes de que la
Tilnel pudiese alcanzarlos. Nada estaba en su camino hacia el muelle del castillo.
— ¡Maldita sea! ¡Tenemos que abrirnos paso por ese agujero también! –anuncié,
pero los barcos Élficos de Bosque que se abrieron paso para que su nave capitana
pasara ahora regresaban a sus filas. La brecha se hizo más pequeña por el
momento, pero era demasiado tarde para nosotros retroceder.
— ¡Nuaaaah! –rugí, usando el 120 por ciento de mi fuerza para remar. La punta
de la Tilnel entró en el pequeño espacio restante.
Las quillas de los barcos enemigos y los lados de babor y estribor de nuestro bote
entraron en contacto con un horrible sonido de arañazo. En la parte superior
izquierda, la barra de durabilidad del bote cayó del 80 por ciento al 70. Pero con sus
materiales caros que nos costó a Asuna y a mí nuestra fuerza de voluntad y aguante
para reunirlos, y las mejores habilidades del anciano Romolo, la Tilnel trazó su
camino a través del bloqueo de las góndolas mucho más grandes y se empujó hacia
adelante.

Reki Kawahara 186


BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡Estamos pasando!
— ¡Puedes hacerlo, Kirito!
El apoyo de Asuna y Kizmel me dieron un segundo aire de energía que me puso
de vuelta en mi remada. Ahora que estábamos moviéndonos otra vez con velocidad,
los dos barcos delante de nosotros estaban a una buenas cincuenta yardas. No
estaba claro de que pudiésemos ser capaces de alcanzarlos a tiempo.
Bajo el intervalo de un minuto, mis miedos fueron confirmados. Los dos barcos
entraron en contacto con el muelle mientras aun estábamos a vente yardas detrás.
Veinte soldados, incluyendo al comandante, saltaron en el muelle con un rugido.
Delante de la masa de Elfos de Bosque estaba –un grupo de solo seis guardas
Élficos Oscuros en la entrada del castillo. Parecía que ellos debiesen ser capaces
solo de bloquear las entradas y quedarse dentro, pero incluso esas puertas de
apariencia resistente no durarían tanto en estas circunstancias.
— ¡¿Kizmel, los sacerdotes no pueden ayudar?! ¡¿No tienen magia… eh,
encantamientos que puedan invocar?! –preguntó Asuna, en pánico, pero la Elfa
Oscura solo sacudió su cabeza.
— Me temo que los sacerdotes alojados en el castillo son simples oficiales sin
experiencia en combates. En estos momentos deben estar encerrados en una
habitación subterránea secreta, temblando de miedo.
— No…
Asuna se mordió el labio. Yo seguí remando a máxima potencia e hice una
pregunta distinta.
— ¡¿Qué hay del vizconde y los niños?! ¡¿No están escondidos junto con los
sacerdotes?!
—…no lo sé… después de todo, el Castillo Yofel nunca ha cedido desde los
tiempos antiguos. No puedo suponer que decisiones tomará el vizconde.
Aunque era fácil de olvidar, si Asuna y yo estuviésemos progresando
adecuadamente por la línea de misiones la «Guerra Élfica», Kizmel no debería estar
presente. Por lo que a diferencia de los demás soldados aquí, a ella no se le había
otorgado un rol específico en la batalla, y podía actuar libremente con nosotros.
Pero ¿qué pasaba con el Vizconde Yofilis?
Él era un maestro con el estoque, pero no podía exponerse a fuerte luz del sol
debido a su enfermedad, por lo que estaba encerrado en su oficina completamente
negra durante las horas diurnas. Había imaginado que pieza de trasfondo estaba
fuera de lugar en este evento, porque parecía que el momento en el que los Elfos
de Bosque tocaron el muelle del castillo, habíamos fallado el evento de batalla.

Reki Kawahara 187


BARCAROLA DE ESPUMA

Pero como un asunto dado, la batalla no había acabado cuando los veinte elfos
llegaron al puerto. Los cuatro barcos Élficos Oscuros restantes estaban luchando
fuertemente para prevenir que cualquier unidad adicional los atravesara, y los seis
guardias en la entrada adelante blandían valientemente sus lanzas.
Tendría que haber una forma de ganar dentro de esas terribles circunstancias.
Aunque no tenía prueba de ello, no pude evitar sentir que Yofilis era la pieza clave
de la victoria. Había demasiados misterios que lo rodeaban. Lo suficientes como
para que ellos pudiesen fácilmente apoyar más la línea de misiones…
— ¡Asuna, Kizmel! –llamé a mis compañeras–. ¡Vamos a atravesar a los Elfos de
Bosque!
— ¡Bien!
— ¡Está en tus manos!
Llevé a toda velocidad el barco hacia el muelle. Pasamos las líneas de los
soldados élficos aventajados y frenamos una vez que la Tilnel estaba cerca de la
entrada del castillo. Salté en el muelle –sin tiempo de soltar el ancla.
Los seis lanceros aliados estaban de pie, firmes, ante la entrada, en una línea
recta que era tan ancha como el muelle. El enemigo había formado tres líneas de
seis, similares, con el comandante en la retaguardia y los espadachines con capa
que aparecieron ser sus asistentes. Miré los rangos de los soldados marchantes
con sus espadas largas y escudos, y un curso de color sobre ellos.
El cursor que flotaba era más rojo que esos pertenecientes a los espadachines y
lanceros con los que habíamos luchado hasta ahora. Sus títulos eran «GUERRERO
LIGERO ÉLFICO DE BOSQUE», un poco más imponente. Parecía que los soldados
a bordo de la nave capitana y sus buques compañeros eran un rango mayor que los
normales.
Por otro lado, nuestros guardias del castillo eran porteros Élficos Oscuros. No
sabía si eran mayor o menor que un guerrero ligero, pero nuestra inferioridad en
números era aparente. Nosotros tres, alineados, ciertamente no podríamos
bloquear todo el muelle, y no podíamos evitar que los guardias fuesen abrumados
por los Elfos Oscuros que les triplicaban su número. Encima de eso, la batalla naval
no duraría mucho más. Si los cuatro barcos Élficos Oscuros sucumbían, el enemigo
se reforzaría pronto.
¿Confiábamos que podíamos perseverar y luchar aquí?
¿O sigo mi instinto si base?
Luego de un instante de decisiones, me hice la idea.
— ¡Ustedes dos, aguanten aquí solo por cinco minutos!

Reki Kawahara 188


BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡¿Qué hay de ti, Kirito-kun?! –preguntó Asuna, parecía preocupada. No perdí


tiempo en calmarla.
— Tranquila, solo voy a llamar refuerzos. No se presionen, sin embargo. ¡Si están
en peligro, corran de una vez por seguridad!
Apreté sus hombros cariñosamente y pasé a través de ellas para correr hacia
atrás. Mientras me acercaba a la línea compacta de los guardias Élficos Oscuros,
sujeté el anillo de sello destellante en lo alto del aire.
— ¡Déjenme pasar!
El poder milagroso del Sello de Lyusula hizo que los guardias se apartaran del
centro y la puerta detrás de ellos crujió para abrirse un poco. Cuando remaba la
góndola, estaba usando toda mi estadística de fuerza, pero ahora dejé que el
número de agilidad se hiciera cargo y corrí a través de la entrada del castillo y el
jardín frontal mientras las puertas rugían al cerrarse detrás de mí.
Una vez que me abrí paso por la puerta del castillo, el interior estaba mortalmente
silencioso. Incluso las damas y nobles se habían ido a esconder.
Si el mismísimo vizconde había evacuado a otra ubicación, todo esto era en vano.
Pero no podía hacer más que confiar que todo funcionaria. Corrí a través del pasillo
principal hasta las grandes escaleras y subí hasta el último piso.
El momento en que llegué al quinto piso del castillo, uno de los cinco minutos que
le había prometido a Asuna y a Kizmel se había ido. Tomé una esquina derecha con
mi cuerpo apoyado y vi la gran puerta al final del pasillo, pero los guardias ya no
seguían allí. Frené justo en frente de la puerta, una sensación invadió mi cuerpo.
— ¡Milord, deseo entrar! –grité. Luego de varios segundos interminables, la
extraña voz resonó desde detrás de la habitación.
— Adelante.
Empujé la puerta para abrirla y entré en la amplia oficina. Como siempre, la única
luz era la de la pequeña lámpara en el escritorio, y no pude ver donde estaba
pisando. Pero dado que ya había pasado por aquí varias veces para cambiar
misiones, estaba lo suficientemente familiarizad para cruzar rápidamente la
habitación y detenerme ante el escritorio.
Corrí todo el camino hasta este lugar solo por premonición, pero no tenía idea de
que decir cuando el momento llegara. Por una cosa, el vizconde no era un NPC con
una IA de alto funcionamiento como Kizmel. Probablemente él ni siquiera
respondería apropiadamente a menos que usara términos que encajaran en su base
de datos… y aun así, antes de poder siquiera hablar, su voz calmada sonó desde
la oscuridad más allá de la lámpara.
— ¡Parece que la batalla va de mal en peor!

Reki Kawahara 189


BARCAROLA DE ESPUMA

Asentí con la cabeza y expliqué la situación: — S-sí, Milord. Cuatro de nuestros


barcos han sido hundidos, incluyendo el buque insignia, las fuerzas enemigas están
en el muelle del castillo.
— Ya veo… entonces solo es cuestión de tiempo hasta que el enemigo llegue a
este lugar.
—…a esta velocidad, solo serían veinte… no, cincuenta minutos.
— Entonces debería esperarlos aquí. Guerrero de la humanidad, tu ayuda es
apreciada. Toma a tus compañeros y vete de este castillo.
Pasaron dos minutos. Si iba a mantener mi promesa con Asuna, tenía que salir
de esta habitación y descender las escaleras dentro de otros dos minutos. Apreté
mis puños, tratando de suprimir mi pánico naciente.
— Desde un principio, la moral de los Elfos Oscuros ha sido inferior a la de los
Elfos de Bosque. Creo que esto se debe a la falta de su verdadero comandante de
batalla.
— Ahh. ¿y quién sería su verdadero comandante?
— Usted, Milord.
Creí que detecté una sonrisa desaprobatoria en mi respuesta directa, pero eso
pudo haber sido solo mi imaginación.
Su mano derecha se extendió desde la oscuridad y tocó dos veces el escritorio
de madera negra.
—…me temo que eso no es posible. Podría ser difícil que un joven humano como
tú lo entendiera, pero si luchas eternamente, está garantizado que la derrota llegará
eventualmente. Si el Castillo Yofel está destinado a caer el día de hoy, y yo ante las
espadas de los enemigos, entonces sería la guía del Árbol Sagrado. La gente de
Lyusula debe aceptar ese destino.
Había una profunda resignación en su sonora voz que no podía creer que
proviniese de una línea de diálogo prescrita.
Desapreté mis puños redondeados y estiré los dedos, luego los apreté otra vez
con toda mi fuerza.
— ¡Milord, sus soldados están luchando en este momento! Ellos deben estar
esperando escuchar la voz de su señor. Kizmel me explicó su enfermedad. ¡Si va a
esperar la muerte aquí en la oscuridad, ¿por qué no aventurarse en el exterior para
que así pueda entregarle un mensaje final a sus guardias?!
Esperaba que mi solicitud fuese en vano. Debí haber perdido algún tipo de misión
relacionada a la enfermedad del vizconde. Quizá si la completaba, él podría haber

Reki Kawahara 190


BARCAROLA DE ESPUMA

superado su aversión a la poderosa luz y liderar gloriosamente a las tropas Élficas


Oscuras en la batalla, en lugar de dejárselo a ese arrogante e inútil comandante…
Como esperaba, el maestro del castillo no hubo respondido por un momento.
Cuando la marca de los tres minutos pasó, comprendí que mis instintos estaban
errados y comencé a dejar la habitación.
Pero entonces…
— Joven humano. Respóndeme solo una pregunta.
Me volví para ver una marca «?» dorada que flotaba en la oscuridad. Algún tipo
de misión acababa de empezar. Mientras contuve la respiración, sentí una mirada
clara y sin color con una fuerza oculta que perforaba mi alma
— ¿Por qué prestas tu ayuda a la gente de Lyusula y no a Kales’Oh?
Era una pregunta tan simple que tuve respuesta inmediata. Decirle que era
«porque estaba jugando en la facción Élfica Oscura de la campaña» no era una
respuesta verdadera.
Cuando enfrenté el inicio de la misión la «Llave Jade» en el tercer piso. Asuna y
yo elegimos a la Campeona Élfica Oscura –Kizmel– sin debatirlo mucho. Fue porque
ya la había hecho en la prueba beta. En el centro, eso era todo.
— Al principio… no tuve una razón verdadera –comencé a explicar, sin plan o
certeza en mi mente–. Pero eso ya no sigue siendo cierto. Tanto Asuna como yo
amamos a Kizmel. Por lo que queremos ayudarla a proteger a su gente y su nación.
Otro largo silencio llenó la oscuridad de la recámara.
Después –mucho, mucho después– aprendí que el programa que controlaba el
mundo de Sword Art Online era capaz de monitorear las emociones y los estados
mentales de sus jugadores. En otras palabras, si le mentía al adulador Vizconde
Yofilis, el sistema lo habría visto y posiblemente fracasara la misión.
Cuando ella escuchó eso, Asuna sonrió y dijo: — Es bueno que hayas respondido
honestamente, porque tú siempre has sido un pésimo mentiroso.
Justo antes de que el contador golpeara los cuatro minutos, el marcador de
misión dorado desapareció sin sonido. No hubo un pequeño bleep para señalar que
había sido completado; en lugar de eso, el vizconde habló con un tono más fuerte
del que haya escuchado.
— Debo tomar que tus palabras son ciertas. Por esa razón, responderé con la
verdad. Joven espadachín, la historia sobre mi enfermedad que escuchaste de
Kizmel…

Reki Kawahara 191


BARCAROLA DE ESPUMA

La silla crujió mientras se él se levantaba. Tenues pasos circularon alrededor del


escritorio y a mi lado. Una esencia de bosque flotó en el aire, y una voz de alegría
llegó a mis oídos.
—…es una mentira.
— ¡¿…huh?!
— Sígueme.
Los pasos comenzaron a alejarse, y hubo un sonido de procesamiento en algún
lugar en la pared norte. La luz del medio día perforó la oscuridad que llenaba la
habitación. De pie en el centro del rectángulo del modelo blanco puro de la pared
estaba una silueta delgada, su larga cabellera se sacudía con el viento.
Debía tratarse de una puerta secreta a lo largo de la pared. Pero este era el quinto
piso del castillo. Teníamos que estar a unos buenos cincuenta pies sobre el suelo.
No había forma de saltar hacia abajo.
Pero la figura del vizconde de repente se había ido. Corrí hacia la entrada,
conmocionado, y bajé la vista para ver los marcos de la ventana proyectarse solo a
dos pulgadas del muro, formando una escalera que descendía hacia la entrada del
primer piso. el vizconde estaba saltando ágilmente por la serie de saliente.
Un escalofrió se disparó en mi espalda cuando miré hacia abajo, pero quedaba
menos de un minuto. Pude oír el choque frenético y el sonido de habilidades de
espada provenir más allá de la puerta cerrada. Las barras de HP de Asuna y Kizmel
habían perdido más del 20 por ciento desde que alejé.
—…puedo hacerlo –me dije, y pisé en el saliente justo debajo de la abertura.
Todo lo que tenía que hacer era saltar en saliente de ventana sucesiva, cinco pies
debajo de la otra. Eso era un salto mucho más pequeño que el salto temerario de
góndolas que intenté en Rovia.
Cuando llegué al suelo, diez segundos después del vizconde, dejé escapar un
gran suspiro de alivio.
Finalmente, fui capaz de dar un vistazo preciso del Vizconde Yofilis. Su atuendo
era perfectamente noble: una levita de estilo rococó cubierta de muaré y botones,
un chaleco, pantalones que acaban debajo de la rodilla y calcetines blancos. Un
lazo blanco lleno de adornos descansaba en su pecho, y su larga cabellera negra
estaba atada detrás de él. En su cintura estaba un frágil estoque, incluso más
delgado que el tamaño normal.
El vizconde levantó una mano cubierta por un guante blanco y se acarició el lado
izquierdo del rostro, donde yo no podía ver. Cuando se volvió hacia mí vi su cara,
completamente, me olvidé momentáneamente del pánico de la situación y miré,
sorprendido.

Reki Kawahara 192


BARCAROLA DE ESPUMA

Una antigua cicatriz vertical recorría sus rasgos hermosos, los cuales parecían
muchos más antiguos que los de Kizmel. La cicatriz pasaba desde su línea de
cabello hasta su mentón, claramente el resultado de un corte de espada.
Yofilis me fijó una mirada con el ojo verde-grisáceo restante, un giro sardónico
en su mejilla, la cual era bastante clara para un Elfo «Oscuro».
— Esta cicatriz es la vergüenza más grande en una larga vida de lamentos. Me
había ocultado en la oscuridad por muchos años, esperando liberar a mis hijos de
la herencia de su desgracia… per parece que el tiempo de exponérsela a la
humanidad ha llegado.
— Eh… l-lo siento –tartamudeé, desviando la mirada. El vizconde sonrió.
— No hay necesidad de disculparse. Quizá me volví un idiota al intentar
fuertemente esconder mi pena. Vayamos hacia donde mis soldados y tus amigas
están luchando.
Sus botas comenzaron a resonar, y el vizconde comenzó a avanzar rápidamente
hacia la puerta cerrada. A medida que caminaba, él levantó su mano y gritó: ¡Abran!
Las enormes puertas comenzaron a rugir para abrirse, justo cuando la sub-
ventana que dejé abierta en la esquina inferior derecha de mi visión marcaba los
cinco minutos.
De los dieciocho guerreros Élficos de Bosque en el muelle (excluyendo al
comandante y su asistente), solo quedaban diez, pero los lanceros Élficos Oscuros
que defendían habían sido dividido de seis a tres. Asuna y Kizmel estaban luchando
fuertemente para compensar la diferencia, pero ese estoque, un arma de solo
empuje, tenía habilidad limitada para golpear múltiples objetivos.
Apenas ese pensamiento había pasado por mi mente cuando uno de los Elfos de
Bosque pasó a través del bloqueo horizontal. Desenfundé mi espada y lo intercepté,
abrumando al elfo con el choque de nuestras empuñaduras. Una vez que me
empujé junto a Asuna, grité una disculpa.
— ¡Lo siento, me tomó un poco más!
— ¡Nosotras estamos bien aquí! Pero los barcos…
Miré a lo lejos –hacia la batalla naval– y noté que los cuatros barcos Élficos
Oscuros aún estaban flotando, pero la tripulación de cada uno era menor de tres o
cuatro. Una vez que la línea de defensa fuese rota, tendríamos al menos cincuenta
enemigos frescos descendiendo hacia el muelle.
— ¡¿Cómo te ha ido a ti, Kirito-kun?! –preguntó. Por un instante no estaba seguro
de que decir. Al final, no necesité decir nada.

Reki Kawahara 193


BARCAROLA DE ESPUMA

Una voz como un viento refrescante fluyó a través del lago resonando detrás de
nosotros.
— ¡¡Soy un caballero de Lyusula y maestro del Castillo Yofel, Leyshren Zed
Yofilis!!
Kizmel jadeó desde el otro lado de Asuna, pero seguía luchando sin volverse. El
suave tintineo de una espada era indudablemente el sonido de Yofilis
desenfundando su arma. Nuevamente gritó:
— ¡Guerreros de Lyusula! ¡Me disculpo por mi extensa ausencia y pido su fuerza!
¡El futuro de nuestro reino descansa en esta batalla! ¡Por el bien de la reina,
familiares y amigos, manténganse fuertes y luchen conmigo!
Por solo un instante, el choque y rugido de la batalla cesó, y el silenció cayó sobre
el lago. Este fue roto por el rugido de un volumen tan increíble que parecía estar
levantándose desde las profundidades del cuarto piso.
Los soldados en el muelle, en los barcos, e incluso flotando en el agua levantaron
sus puños y espadas mientras rugían. En el plácido lago se formaron ondulaciones,
mezclándose junto a las grandes olas que se esparcían hacia afuera.
Un efecto de sonido refrescante golpeó mis oídos, e instintivamente levanté mi
vista hacia la izquierda, a un nuevo número de iconos sobre la información de
nuestras barras HP.
La flecha superior sobre la marca de la espada significaba un aumento de ataque.
La flecha sobre un escudo significaba incremento de defensa. La marca de
explosión amarilla era un incremento de rechazo. El trébol de cuatro hojas
significaba un aumento de suerte.
Si esos bonos habían sido otorgados a cada Elfo Oscuro en la batalla, entonces
la presencia del Vizconde Yofilis era de valiosa adoración, pero no podíamos darnos
el lujo de desperdiciar un segundo de esos preciosos aumentos.
— ¡Si!
Aclamé y me deshice de la plana habilidad Horizontal delante de mí. El Elfo de
Bosque enemigo fue claramente empujado al lago por el incremento del efecto de
rechazo. Asuna y Kizmel abrumaron a sus enemigos de la misma forma, y nos
abalanzamos hacia adelante.
— ¡No teman! ¡La inclusión de un miserable señor real no afecta nuestra ventaja!
–bramó el comandante Élfico de Bosque desde la retaguardia de su tropas formadas.
Desenfundó su espada larga y apuntó hacia adelante.
Los seis enemigos restantes se alinearon ante nosotros y levantaron sus espadas
en alto con un mismo movimiento. Las espadas de acero tomaron un débil brillo azul.
Estas iban a liberar la misma habilidad de espada, todas al mismo tiempo –

Reki Kawahara 194


BARCAROLA DE ESPUMA

probablemente la habilidad de corte Vertical. Incluso una habilidad básica podía ser
mortal si estas eran preparadas al mismo tiempo.
Nuestra única defensa era contratacar con el mismo ataque, pero de nosotros
seis, yo tenía una espada larga, Asuna un estoque, Kizmel un sable, y luego tres
espadas por parte de los guardias. Sería casi imposible programar diferentes
habilidades de espada.
Repentinamente, una orden llegó desde la retaguardia.
— ¡Evadan a los lados!
Mi cuerpo se movió sin pensarlo. Asuna, un guardia y yo fuimos a la derecha,
mientras que Kizmel y los otros dos guardias fueron a la izquierda, todos de pie a la
orilla del muelle.
Los guerreros enemigos adelante pisotearon el muelle de piedra. Sus seis
espadas cargaron hacia abajo con líneas azules. Levanté mi espada valientemente
para defender, pero incluso si lo bloqueaba, la fuerza me lanzaría al agua.
Pero mi miedo no llegó.
Una lanza gigante de una cegadora luz blanca nos pasó disparada a una
velocidad fenomenal. Esta dividió nuestros rangos como un comenta y se lanzó
hacia los seis espadachines a medio oscilar.
Los seis fueron lanzados al aire con un poderoso destello de luz y una onda de
choque. Ellos giraron y volaron, cayendo en el agua, tres a cada lado del muelle.
Cuando la luz se esfumó, dejó atrás la figura del Vizconde Yofilis, su cuerpo
inclinado muy adelante con su estoque extendido de forma original, casi a cuarenta
pies de donde había estado parado.
— ¡¿Qué era… esa habilidad de espada?! –exhaló Asuna. Todo lo que pude
hacer fue asentir rápidamente.
Nunca antes había visto ese movimiento en Aincrad, ni siquiera en la prueba beta.
Pero había visto un video del efecto y nombre en un sitio oficial antes de que el
juego fuese liberado. Era el ataque de empuje más grande en la categoría de
estoque: Flashing Penetrator.
Apenas tuvimos tiempo de registrar la sorpresa, sin embargo. El ataque de nivel
ultra-elevado tenía un efecto de retraso considerable, dejando al vizconde inmóvil
mientras el comandante enemigo miraba con rabia.
— ¡Vamos, Asuna! –grité, saltando hacia adelante. Pasé corriendo por un lado
del arrodillado vizconde para interceptar al caballero blanco. Mientras tanto, Asuna
se mantuvo a su lado.
Esta, tendría que ser la batalla final del evento.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡Fuera de mi camino, humano! –rugió el comandante, oscilando su espada


larga. La bloqueé con la mía, sintiendo el choque aturdidor de su fuerza en mis
muñecas.
Era demasiado rápido y pesado. Incluso con todos mis aumentos, sería muy difícil
enviar al enemigo al agua. El cursor lo identificaba como un caballero Élfico de
Bosque inferior. Él no era un mob de elite que alardeaba tener más estadísticas que
otros monstruos del mismo nivel, pero estaba claro por el cursor rojo brillante que
sería lo bastante duro para una batalla uno a uno.
No podía volver ahora o lo que le había dicho al vizconde se volvería una mentira.
— ¡No te dejaré pasar! –respondí, y oscilé por su lado derecho, donde la
armadura parecía más débil. El caballero blanco elásticamente hizo retroceder su
espada y sin esfuerzo bloqueó el ataque con su empuñadura en forma de cruz.
La serie de cortes que liberó a continuación tenía que ser desviada o evadida,
mientras su defensa firme era suficiente para bloquear mis respuestas. A mi lado
derecho, Asuna estaba teniendo un problema similar por parte de un guerrero Élfico
de Bosque pesado, altamente acorazado.
A pesar de esto, Kizmel y Yofilis no mostraron señales de volverse nuestros
aliados. Incluso en la batalla naval, los soldados de ambos lados habían dejado de
luchar para ver los duelos gemelos en el muelle.
Incluso mientras resistía en la feroz batalla, una pequeña parte de mi mente
comenzó a reconstruir la respuesta a una pregunta fundamental que tenía sobre la
campaña Guerra Élfica.
Los Elfos Oscuros clamaban que cuando las seis llaves estuviesen juntas y la
puerta al Santuario abierta, el castillo flotante Aincrad se arruinaría. Mientras que,
los Elfos de Bosque creían que todos los pisos de Aincrad regresarían a la tierra a
la que pertenecían. No creía que ninguno de los dos casos en realidad llegase a ser
ciertos.
Entonces ¿por qué el equipo de producción escribió este escenario y le dio a los
elfos esas historias de trasfondo, haciéndolos creer en esas leyendas? En la prueba
beta, las llaves solo eran MacGuffins, apoyos simples que estaban destinados a
reunir o robar y nada más. Eso era suficiente para que la historia de campaña
funcionara. Entonces ¿por qué incluyeron esos conceptos obviamente imposibles e
irrealistas del «desastre» y «regreso» en la historia para el lanzamiento comercial?
De hecho, ¿el equipo en la vida real había escrito ese escenario…?
Justo cuando esta pregunta extraña y sin sentido flotó en mi cabeza, el caballero
enemigo y yo cortamos al mismo tiempo, nuestras empuñaduras se bloquearon.
Apreté y empujé contra la presión, mi espada crujió.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— Chico… ¿Por qué un humano lucha por el bien de los Elfos Oscuros? –llegó
la pregunta del yelmo apropiadamente decorado del caballero.
Hacia solo unos minutos, Yofilis me había hecho exactamente la misma pregunta.
Pero mi respuesta sobre el afecto hacia Kizmel no significaba nada aquí.
Tuve la sensación de que me estaban interrogando, no personalmente, sino que
me cuestionaban como un representante de cualquiera de los jugadores que
eligiese esta facción en particular de la misión de campaña.
Completar esta campaña no era un requerimiento para completar y escapar del
mundo de SAO. Claro, experiencia considerable, col, y objetos estaban disponibles
por hacerla, pero esas cosas también eran dadas por hacer misiones individuales,
y hablando estrictamente en términos de eficiencia, sería mucho más lucrativo cazar
en sitios con monstruos particularmente activos que quedar atrapado en misiones
que consumen tiempo y cuyas historias son pesadas. Probablemente, esa era la
razón principal por la que los DKB y los ALS habían decidido poner un alto temporal
en la campaña.
Pero ni yo ni Asuna teníamos pensado en dejar la línea de misiones de lado.
Teníamos nuestra razón personal –nuestra promesa a Kizmel– pero había otro
motivo, uno más brumoso.
Un pequeño sonido de agrietamiento pasó a través de la intersección chispeante
de nuestras espadas. Como si ese sonido me incitara, grité: — ¡Porque… creo que
la guerra entre los elfos está errada!
Ni siquiera sabía por qué dije eso. Si realmente lo sintiese de esa forma, sería
una contradicción tomar un lado y batallar con el otro. Pero por otro lado, sabía que
era cierto lo que creía.
— ¡Tonterías! –bramó el caballero con una voz de acero.
Quizá estaba programado para reaccionar de esa forma sin importar la respuesta
que yo diese. Pero sentía que había una ira real y consciente en su rostro.
— ¡Desde tiempo ancestrales, la gente de Kales’Oh ha derramado, sin fin, sangre
en nuestra batalla contra los Elfos Oscuros! ¡Todo por el bien de liberar las almas
atrapadas en esta prisión vacía y sin sentido! ¡Y nuestra tarea sagrada no será
detenida por los gustos de un niño tan estúpido como tú!
Una onda de choque pareció viajar a través del cuerpo del alto caballero, y mi
Anneal Blade de repente fue echada hacia atrás por la espada enemiga.
— ¡Nwuaaah! –aulló el caballero blanco. En mi oído derecho, escuché a Asuna
gritar mi nombre. Los cuatro iconos de aumentos que el vizconde nos había dado
ahora parpadeaban.
— Gah…

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Apreté mis dientes y traté de aguatar mi apretón. La espada larga del enemigo
adoptó un claro brillo plateado en lo alto del aire. Se trataba de una habilidad de
espada: el combo de tres partes Sharp Nail.
Ya era muy tarde para cancelar el ataque con una habilidad, y tampoco me
encontraba en posición para evadirlo con un paso lateral. Todo lo que podía hacer
era defenderme con mi espada. Pero un bloqueo normal haría que mi espada fuese
echada a un lado en el primer golpe, dejándome abierto para un segundo y un
tercero.
Solo me quedaba una única opción.
Con mi pie plantado firmemente, sujeté la Anneal Blade sobre mi cabeza. Con mi
mano izquierda, apoyé la punta de la espada mientras estaba horizontal. Esta era
una técnica de defensa de armas llamada «bloqueo a dos manos», pero su máximo
valor defensivo traía consigo su propio riesgo.
El primer golpe de Sharp Nail llegó justo al extremo de la Anneal Blade, enviando
una lluvia de chispas. El choque perforó mis oídos, pero la vibración en mis manos
me dio la misma sensación terrible que sentí mucho antes.
Un bloqueo de dos manos usaba la mano libre para apoyar la espada, lo que
significaba que cualquier ataque siendo defendido llegaría justo en la parte plana de
la espada en lugar del borde de la hoja. Eso causaría doble cantidad de daño a la
durabilidad del arma, mucho más de la forma normal. Encima de eso, había una
pequeña oportunidad de que el arma se rompiera, independientemente del número
de su durabilidad.
¡Aguanta! –le rogué a mi amada espada mientras captaba la segunda oscilación
del caballero. Una vez más, tuve esa horrible sensación en mi palma.
Los +8 puntos en mi Anneal Blade estaban divididos; cuatro para Filo y cuatro
para Durabilidad. Eso significaba que su dureza contra el estrés era mucho mayor
que su valor inicial. Yo le había mantenido un mantenimiento rutinario, claro está, y
recientemente había visitado los herreros NPC para revisarla tanto en Rovia como
en el Castillo Yofel.
Pero era cierto que había llevado esta espada hasta el infierno desde que la gané
en mi primera misión en el primer piso. No había información que sugiriera que el
tiempo de uso afectaba de alguna forma las estadísticas de durabilidad, pero
ciertamente se sentía como si las habilidades de espada del caballero blanco
estuviesen dañando terriblemente mi arma.
La idea saltó en mi cabeza para captar el tercer golpe con mi arma, tirar hacia
tras, y dejarle el resto a Kizmel, como una forma de salvar mi arma. Pero en lugar
de eso, convoqué toda mi fuerza de voluntad y continué peleando.

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Justo antes de que la batalla naval comenzara, este comandante élfico había
anunciado que los Elfos Oscuros estaban trabajando con los humanos para
construir barcos y derribar el castillo de los Elfos de Bosque, pero el plan falló y los
barcos cayeron en manos de los Elfos de Bosque.
Eso tenía que ser un error. Si el comandante no solo estuviese mintiéndole a sus
subordinados, eso significaría que él estaba trabajando con la inteligencia errada.
Pero ¿Quién lo alimentó con eso? Los de rango más alto entre los elfos o los Caídos.
En caso de tratarse de la primera, los Elfos de Bosque y los Caídos no trabajaban
juntos, eso lo habíamos estado pensado desde antes. Pero en caso de ser lo último,
significaba que tanto los Elfos Oscuros y los de Bosque estaban siendo engañados
por los Caídos.
Tenía que ver a través de esto con el fin de descubrir la verdad.
— ¡Haaah!
El tercer y último golpe del ataque Sharp Nail descendió. Por tercera vez, recibí
el ataque en la parte baja de la Anneal Blade.
¡Kchiiing! –un pequeño trozo de la hoja crujió, pero la espada se mantenía. El
registro de mensaje al fondo izquierdo de mi vista anunció que el nivel de la
Habilidad de Espada a Una Mano había llegado a 150.
Una imagen de la lista detallada de la habilidad de espada destelló en mi mente,
tan familiar desde el inicio hasta su fin interminable desde el inicio de la prueba beta.
Sabía que había dos movimientos que permitieron que el nivel 150 de la habilidad
estuviese disponible.
— ¡Ahhh!
El caballero blanco cayó en su retraso post-ataque, y yo di un paso pesado hacia
adelante.
Mi brazo derecho se movió por su motu proprio, sujetando mi espada a un nivel
perfecto. La habilidad de espada de cuatro partes Horizontal Square.
La hoja adoptó un profundo y netamente puro, brillo azul cielo. La espada, se
movió hacia atrás y a la derecha, volviéndose un rayo de luz que perforó
profundamente la coraza del enemigo. El caballero se tambaleó hacia atrás,
abrumado por el destello brillante y el choque del impacto.
Mi espada rebotó hacia atrás y se mantuvo a mi lado izquierdo por un instante.
Hubo otro destello, y la combinación de la ayuda del sistema y el salto hacia
adelante movió la espada de izquierda a derecha. Era otro golpe de nivel, mucho
más profundo que el anterior, cortando la garganta y el hombro izquierdo del objetivo.
Gracias a la ayuda de mi aumento aun activo, empujé al caballero hacia atrás,
bastante.

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La fuerza del segundo golpe hizo que mi cuerpo girara en sentido de las agujas
del reloj, la espada terminó en mi flanco izquierdo.
— ¡¡Ahhh!!
Salté fuerte con mi pie derecho. La punta de la Anneal Blade cortó otra vez el
pecho del enemigo, despedazando la densa coraza metálica. Esta tocó la carne
detrás de él, dispersando una pequeña cantidad de partículas rojas que estaban
destinadas a parecer sangre.
— ¡Hrrg! –el caballero blanco gruño. Intentó sujetar su espada para otro ataque.
Pero mi habilidad aun no terminaba. El último ataque del Horizontal Square fue
un golpe directo desde la derecha que completó un cuadrado de luz brillante que se
expandió hacia afuera.
— ¡Raaaaah!
Mi espada y yo danzamos, cortando el aire que parecía más espeso de lo usual
con la aceleración de mis sentidos. Si este último disparo golpeaba su corazón
indefenso con un golpe crítico, eso eliminaría su HP. Pero incluso mientras yo rugía,
alteré ligeramente mi curso hacia el escudo cometa en su mano izquierda en lugar
de su corazón.
El destello de la colisión entre la espada y el escudo cubrió mi visión con un color
blanco. En el medio de ese halo… la silueta del caballero se hizo rápidamente más
pequeña a medida que su cuerpo salía expelido con la fuerza del impacto.
En un mundo de silencio, escuché nuevamente el sonido.
Un ligero agrietamiento sonó. Una voz de despedida.
Cerca de ocho pulgadas de la punta de la Anneal Blade +8, el metal se fracturó,
disparando frágiles fragmentos que se fundían en el aire como si fuese hielo.
Cuando el color y el sonido volvieron, las primeras cosas que oí fueron el
estridente tintineo del metal y un chapoteo inmenso. El caballero menor Élfico de
Bosque había caído en el agua a unos treinta pies de distancia, su espada larga, la
única parte de él, quedó en el muelle.
No sabía si él sería removido de la batalla una vez que cayese al agua, de la
forma que los otros elfos lo hicieron. Pero no me preocupé por seguir el estatus del
comandante. En lugar de eso, me volví a mi lado.
En la retaguardia, Asuna aún estaba dentro de un combate con el asistente
pesadamente armado. Ninguna de sus barras HP había tocado siquiera la línea
amarilla.
Coloqué la Anneal Blade partida a la mitad de vuelta en mi funda y grité: ¡¡Asuna,
Rotación!!

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BARCAROLA DE ESPUMA

Comprendiendo rápidamente mi intención, la esgrimista suavemente se echó


hacia atrás y sujetó su Chivalric Rapier +5 ante ella.
— ¡¡Yaahh!!
Era su señal del ataque Linear. Golpeó el punto muerto del escudo enemigo.
Aunque era un movimiento básico, la combinación del nivel de la habilidad de Asuna,
estatus del arma, ampliación de fuerza por su paso delantero, y los últimos cinco
segundos de los efectos aumentados del vizconde lanzarían la contextura
considerable del guerrero pesado Élfico de Bosque hacia atrás.
Naturalmente, Asuna se puso a sí misma en un retraso notable al haber
defendido exitosamente su habilidad de espada, pero yo estaba allí para cargar
contra el asistente y tomar ventaja del momento de reposo.

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Yo estaba allí para romper su defensa lateral con Crescent Moon, un ataque de
patada con voltereta. Elevado en el aire por la habilidad, el guerrero pesado aulló
con ira y consternación, cayendo en el agua al lado derecho del muelle.
Salpicó en el agua con un chorro de agua esplendido. Bloqueé el rocío con mi
brazo y examiné la superficie del lago.
El asistente del comandante se hundió de cara uno o dos pies, luego liberó su
espada ancha y escudo redondo para comenzar a nadar hacia la superficie. Nos
miró con lamento, luego se volvió para alejarse nadando. Estuve sorprendido de
que siquiera pudiese nada con tal armadura de plata puesta, pero probablemente
se trataba de otro encantamiento élfico funcionando.
Nuestros aumentos finalmente se desvanecieron, y volví mi vista de emoción
vacía hacia el muelle. Mi compañera se recuperó del retraso y caminó para un
primer choque de celebración.
Aunque finamente habíamos ganado la exhaustiva batalla, Asuna no parecía muy
feliz. Yo sabía la razón, y acaricié la empuñadura de mi espada para explicar.
— Ya era tiempo de dejarla ir… aun así, me alegra haberla tenido tanto tiempo.
Bajé mi cabeza y le di una palmada al brazo de mi compañera. Nos volvimos para
mirar más allá del extremo del muelle. Los soldados restantes de los barcos Élficos
de Bosque estaban abandonando sus puestos y saltando al lago. Ellos nadaron
para unirse al comandante y su asistente y formaron una extensa línea para nadar
hacia el cañón-salida del lago.
Mientras tanto, los Elfos Oscuros andando en el agua escalaron el muelle y
asumieron una formación, mientras los soldados en las cuatro góndolas regresaban
a sus posiciones. Mientras no hubiese forma de saber cuántos soldados de ambos
lados murieron en el conflicto, era obvio que muchos de ellos ya habían sido
sacados de la batalla al caer al agua.
¿Esta era la mejor forma de terminar? Dándole a los Elfos de Bosque la
posibilidad de poder atacar de nuevo, quizá deberíamos haber sido más rudos en
la búsqueda de asesinatos.
Cuando la última línea de Elfos de Bosque desapareció en la niebla distante, una
voz familiar pronunció mi nombre:
— Esa fue una lucha brillante, Kirito.
Me volví lentamente y me fijé en la sonriente caballero Kizmel con una mirada
firme.
— ¿Crees que… esta era la elección correcta? –murmuré, cabizbajo. Kizmel se
colocó delante de mí y sujetó cariñosamente mi hombro.

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— Mantén tu cabeza en alto. Fuiste quien nos advirtió de un ataque Élfico de


Bosque, ayudaste con el balance, y derrotaste al comandante enemigo en una
batalla uno a uno, Kirito. Lo más importante de todo, protegiste sin problemas las
dos llaves en el castillo. ¿Qué más podemos pedir?
Dado que esto venia de Kizmel, cuya amada hermana había sido asesinada por
los Elfos de Bosque, solo pude asentir silenciosamente.
Aunque había estado esperando ese gesto, mi registro de misión saltó y anunció
que la misión había sido completada –específicamente la misión «Fortaleza en el
Lago» que seguía al «Carpintero Naval de Antaño». Una gran cantidad de
experiencia vino con ella.
Cerré la ventana, inseguro de cómo me sentía realmente. Mientras que Asuna
susurró: — Voy a dejar el lago por un momento y chequear los mensajes de Argo.
— Oh… gracias, hazlo.
El Castillo Yofel y su lago eran un mapa instanciado creado para Asuna y para
mí, lo que significaba que, al igual que las mazmorras, no se podían enviar ni recibir
mensajes instantáneos. Habíamos pasado mucho de nuestro tiempo en las
misiones mientras estuvimos en el castillo, por lo que habíamos estado comprando
mejoras en el progreso del piso por parte de Argo, pero el ataque de los Elfos de
Bosque nos mantuvieron ocupados e incapaces de recibir un mensaje de medio día.
Asuna saltó en la Tilnel y tomó el remo de una forma torpe, enviando el pequeño
bote a navegar a través del, ahora calmado, lago. Mientras le veía irse, el Vizconde
Yofilis se acercó.
— Es una pena lo que le pasó a tu espada.
Me volví y sacudí rápidamente mi cabeza: — N-no, la forcé demasiado.
Los cicatrizados pero hermosos rasgos del vizconde se formaron en una sonrisa.
— Es bueno que no culpes a tu espada. Con la mayor parte de la hoja restante,
los herreros del castillo deberían ser capaces de repararla.
— Mmm… –sacudí mi cabeza–. No, la fundiré y la habré convertido en un arma
nueva o un trozo de armadura.
— Ya veo. En ese caso…
Yofilis levantó su mano. Dos soldados trotaron desde la entrada, cargando un
enorme cofre de aproximadamente seis pies de ancho. Ellos bajaron el cofre de
apariencia pesada junto a su maestro e hicieron una reverencia antes de volver a
su lugares entres las tropas formadas.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— ¿Qué es esto? –pregunté, curioso. Yofilis sacó una llave dorada de su bolsillo
–no una de las seis llaves secretas, claro está– y desbloqueó el cofre, lo abrió. Un
brillo varias veces mayor al del sol vespertino llenó mis ojos.
El enorme cofre estaba completamente lleno con armas, armaduras, y accesorios
que habían sido pulidos a brillo de espejo. Mientras miraba con asombro, una
ventana de dialogo apareció ofreciendo una opción de recompensas.
Yofilis se levantó y sonrió: — Estos son los tesoros heredados de la familia Yofilis.
Guerrero humano, por favor acepten uno de ellos como un regalo personal de mi
parte y otro como una recompensa por su valor en combate.
— ¿Huh? Eh, pero…
La asombrosa generosidad del vizconde destruyó completamente la penumbra
que cubría mi mente luego de no haber sido capaz de acabar con el caballero Élfico
de Bosque.
— ¿D-dos? ¿Está seguro?
— Por supuesto.
— ¿Para mí y para mi compañera? ¿Dos cada uno?
— Naturalmente.
— ¡G-gracias, Milord!
Emocionadamente di un saludo Élfico Oscuro, con el cual Kizmel sonrió y movió
sus ojos. Pero no pude ser culpado por mi reacción. Incontables veces había sido
agradecido con las opciones de recompensa de misión y pesaba: ¡si solo pudiese
tomar dos! Era un crédito a mi auto-control fenomenal que no levantara mis puños
al aire y gritara de forma triunfante.
— B-bueno, si usted lo dice –terminé, tocando cada uno de los objetos en la
extensa lista de recompensas para chequear cada una de sus propiedades –el
placer más grande encontrado en Aincrad.
Cinco minutos después: ¡Si solo pudiese tomar tres!
Aún estaba agonizando sobre cual tomar cuando escuché un enorme chapoteo
junto a mí. Era Asuna soltando el ancla de la Tilnel mientras volvía. Levanté la vista
de la lista y señalé a mi compañera.
— ¡Oye, Asuna, ven a ver esto! ¡Tenemos dos esta vez –dos!
Su rostro fue tan grave mientras saltaba al muelle y corría. No pude culparla, dos
objetos eran noticias serias.
— ¡Y no dos entre nosotros, no, me refiero a dos cada uno!

Reki Kawahara 205


BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡Ya basta de tutús, Kirito-kun! –clamó, chispas volaban de sus botas con el
impacto de un desliz de frenada. Ella sujetó mi hombro y contuvo la respiración–.
¡Esto es importante! ¡Ellos se acaban de ir!
— ¿Quiénes?
— ¡¿Tu qué crees?! ¡¡La raid del jefe de piso!!
— ¿…qu…?
¡¿Queeeeeé?! –Kizmel y Yofilis parpadearon con sorpresa ante mi grito.
— P-pero… la información de esta mañana decía que la batalla del jefe seria
mañana a primera hora de la tarde…
— Es cierto, pero ellos descubrieron la recámara del jefe antes de lo esperado,
esta mañana, y la exploraron. ¡Por lo que tomaron un descanso en la aldea cercana
para reabastecerse y decidir que ellos «deberían continuar con la batalla», esta
misma tarde!
—…no tienes que detallarme sobre quien dijo eso –grazné, invocando una
imagen mental del mapa del cuarto piso. El Castillo Yofel estaba en la parte inferior
derecha del mapa circular –al sureste. El castillo de los Elfos de Bosque estaba en
la meseta al suroeste. Y la torre laberinto entre ambos, más al extremo sur de este
piso.
La aldea más cercana a la torre estaba apenas a unos cuantos cientos de yardas
de distancia, de acuerdo a lo que recordaba. Y el diseño de la torre laberinto era
bastante simple en este piso. Si ellos ya habían trazado la ruta a la recámara del
piso, desde el pueblo, eso solo les tomaría dos… no, una hora y media para llegar.
— ¡¿Sabes el tiempo exacto que queda para la raid?! –demandé.
Asuna volvió a ver su mensaje: — ¡Hace cincuenta y cinco minutos!
— ¡Ellos ya están en la torre… Hmm, supongo que no tenemos más opción que
dejárselos a ellos esta vez…
— Si… quizá tienes razón…
Con el ritmo apresurado que los DKB y ALS estaban llevando, estaba seguro de
que ellos podían derrotar al jefe de piso en el primer encuentro sin sufrir bajar. Solo
tuve que tragarme mis preocupaciones por si acaso. Mientras tanto, Kizmel se nos
acercó.
— Kirito, Asuna, ¿retaran al guardián del Pilar de los Cielos?
— Uh… si, pero parece que nuestros compañeros ya han comenzado a subir la
torre…
Una sombra tenue cayó sobre su rostro.

Reki Kawahara 206


BARCAROLA DE ESPUMA

— Ya veo. Si confían en ellos, entonces no hay razón para preocuparse… pero


por lo que entiendo, la bestia de este piso…
Ella se detuvo, y el vizconde tomó su lugar.
— Solo sabemos basándonos en la leyenda, pero se dice que la bestia guardián
que aguarda en la torre de este piso emplea algún poder misterioso.
— ¿Poder misterioso…? –pregunté.
El jefe de piso con el que luché en la prueba beta era conocido como un Hipogrifo
–mitad águila, mitad caballo. Su mandíbula era poderosa, pero en una recámara
interna con un tejado, todo lo que sus alas podían hacer era producir viento. No
recordaba mucho problema o algún tipo de poder «misterioso».
Pero a continuación, recordé que mi conocimiento beta ya no significaba nada.
— La bestia guardián de este piso se llama Hipocampo –un cruce entre caballo
y pez. Hace que el agua brote incluso de la tierra más seca y pueda inundar los pies
de uno desde debajo de él –anunció Yofilis, luego añadió–. Cualquiera que lucha
con la bestia necesitara un encantamiento para flotar en el agua, es lo que se dice.
— ¡…!
Asuna y yo contuvimos la respiración.
Si interpretábamos directamente sus palabras, el hipogrifo convertido en
hipocampo tenía la habilidad de llenar toda la recámara del jefe con agua. Por esa
razón, necesitábamos flotar. Pero no había forma de que Kibaou o Lind tuviesen a
sus hombres cargando las góndolas mediante fuerza manual hacia lo alto de la torre.
El sistema ni siquiera permitiría hacer eso.
Lo que me golpeaba aun peor, era la posibilidad de que, para que la habitación
sea llenada con agua, no debía haber fugas –queriendo decir que podría forzar el
cierre de la salida. Si una recámara de jefe sin escapatoria era llenada con agua,
toda la raid seria acabada.
— ¡N-necesitamos enviarles un mensaje! –gritó Asuna, corriendo hacia la Tilnel.
Rápidamente la detuve.
— ¡No, el mensaje no llegará a los jugadores dentro del laberinto!
— ¡Entonces, ¿qué hacemos?!
— Tenemos que ir. Si tenemos suerte, al menos la mitad de los miembros de la
raid todavía tendrán sus fruta-flotadores desde el viaje a la ciudad principal.
¡Mientras ellos puedan esperar por esos, tendremos tiempo de llegar a la recamara
y abrir la puerta desde fuera!

Reki Kawahara 207


BARCAROLA DE ESPUMA

Elegí no mencionar que sucedería si no podíamos abrir la puerta desde el exterior.


Era una posibilidad demasiado desastrosa, y no quería creer que ellos habían
establecido una trampa tan leal tan cerca del principio del juego.
La reacción de Asuna fue rápida. Ella asintió con convicción y se volvió hacia
Kizmel.
— Lo siento, Kizmel –necesitamos irnos. ¡Pero volveremos, lo prometo!
Pero los hombros de la caballero Élfica Oscura simplemente se encogieron, con
una expresión de ofensa.
— ¿Cómo llaman a esto ustedes los humanos? ¿«Ser distantes»? Es obvio que
me uniré a ustedes.
— ¿Qu…? –tanto Asuna como yo exclamamos al mismo tiempo. Pero esa
sorpresa no fue comparada a la que provino segundos después.
— Y yo también debería –se pronunció Su Señoría el Vizconde Yofilis, maestro
del Castillo Yofel, aunque era perfectamente ordinario. Asuna y yo lo miramos.
— ¡¿Queeeeeé?!
Para compensar mi rota Anneal Blade +8, reclamé los servicios de la espada
larga del comandante Élfico de Bosque que yacía en el muelle. Asuna y yo nos
dirigimos al lago en la gran góndola Élfica Oscura, no en la Tilnel, dejando la
selección de recompensa de misiones como un trato para después. Y con el
vizconde, Kizmel, y dos guardias exploradores, tuvimos un grupo completo de seis
miembros.
Con los soldados manipulando los remos, la góndola pasó a través del lago vacío
y se adentró en el cañón. Un único golpe terrorífico de su ariete fue suficiente para
acallar a cualquier bestia acuática en nuestro camino, y cuando llegamos a la
bifurcación del rio, nos dirigimos al sur.
Cada vez que veía una de las torres laberintos que se estiraba al piso superior,
me abrumaba su tamaño, pero como representante de la humanidad en la presencia
de los inexpresivos Kizmel y Yofilis, no podía estar mostrando miedo. Avanzamos a
toda velocidad por un breve camino desde el extremo del cañón hasta el pie de la
torre.
Argo estaba en la entrada, lista con la información del mapa. Mientras su rostro
se tornó pálido cuando vio los cursores de los Elfos Oscuros, ella valientemente
anunció que se uniría a nosotros.
Nunca dejamos de correr, incluso dentro de la torre. El grupo de la raid delante
de nosotros había acabado con casi todos los monstruos en el camino, y los pocos
que vimos fueron acabados inmediatamente por el vizconde.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Lamentablemente, a diferencia de Kizmel, el Vizconde Yofilis nunca se unió


oficialmente a nuestro grupo. Si él lo hubiese hecho, habríamos conocido en qué
nivel estaba –pero quizá eso era algo que realmente no quería saber. Después de
todo, dependiendo de nuestras elecciones en la campaña, la posibilidad era que
podríamos terminar luchando con él.
Tras una alocada carrera, llegamos a la entrada de la recámara del jefe solo
cuarenta y cinco minutos después de dejar el lago. Eso significaba que solo
estábamos a diez minutos detrás de la raid.
Las espesas puertas de granito estaban firmemente cerradas. Y a través de la
brecha donde las puertas se encontraban fluyó una pequeña corriente de agua.
— ¡…Kirito-kun! –gritó Asuna. Asentí y saltamos hacia las puertas. Forcé a los
Elfos Oscuros detrás de nosotros, luego sujeté fuertemente el mango con ambas
manos, fijé mis pies, y tiré con todas mis fuerzas.
Pero al final, no hubo necesidad de tirar con mucha fuerza. Las enormes puertas
se abrieron apenas resistiéndose contra la enorme presión del interior, y estas se
ampliaron en el instante que tiré de ellas.
— ¡¿Whoaaah?!
El grito no vino de mí ni de Asuna, o de los cuatro Elfos Oscuros, o Argo.
A lo largo con una ola de agua pasando a través de las puertas llegó un enorme
hombre de cabello rapado y con un hacha –Agil. Se deslizó hacia el pasillo sobre
su estómago y me miró, tratando de mostrar una sonrisa a través de sus labios.
— ¡Oye, apareciste!
— ¡A-así que realmente se inundaron!
Me lancé contra la corriente y lo ayudé a levantarse. Más y más jugadores
salieron después de Agil, pero ellos fuero soportados por una valla que rodeaba el
pasillo circular ante la recámara del jefe. El agua pasó por la valla y se drenó por las
escaleras en una cascada.
— Si. Les dije que podría haber problemas, ya que el jefe parecía diferente de lo
que la guía estratégica decía –murmuró Agil. Al otro lado de la habitación Asuna
estaba aferrándose a la valla.
— ¡Agil-san, ¿hay víctimas?!
— No te preocupes, nadie ha muerto. Algunos avariciosos tomaron todas las
frutas-flotadores que pudieron allá en la escalera… por lo que gracias a eso, nadie
se ahogó, al menos. Solo estuvimos intentando evitar los ataques del jefe y lograr
que la puerta se abriera, pero estaba hecha para que no se pudiese abrir desde
dentro.

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BARCAROLA DE ESPUMA

— S-sí, ya veo…
Mientras tanto, toda el agua que había llenado la recámara del jefe se había
drenado. Cerca de cuarenta jugadores usando flotadores estaban apilados en el
pasillo frontal, graznado y quejándose.
Espié por la puerta hacia la recámara, aun sujetando el mango de la misma.
Era muy amplia. La habitación rectangular tenia al menos unas cincuenta yardas
de profundidad. No había ventanas y el piso y las paredes eran de granito gris. La
única luz eran las lámparas azules en una misteriosa serie de pilares.
En el centro del piso mojado había una enorme silueta.
Tal como Yofilis nos había dicho, su mitad frontal era de caballo, y su mitad
posterior era de pez. Pero en lugar de cascos en sus patas delanteras, la bestia
tenía aletas con garras, y su melena era una masa de tentáculos retorciéndose. El
cursor de color me decía que el nombre era «WYTHEGE THE HIPPOCAMPUS».
La barra HP de seis partes mojado jefe que resoplaba estaba casi al final de su
primera barra. Por lo incluso mientras trataban con esa inundación inesperada, el
grupo de raid había logrado mantener alguna ofensa en la bestia.
Justo cuando pensaba a preguntarme como comenzar a abordar al jefe, una voz
cruda y fuerte brotó de la masa de jugadores detrás de mí.
— ¡Bueno, si ibas a mostrarte, podrías haberlo hecho a tiempo!
Luego llegó una voz adolorida desde el fondo de la pila: — ¡Aleja a esas personas
de mí, Kibaou! ¡Todos fuera de la pila, comiencen a tomar pociones!
— ¡N-no te atrevas a seguir, Lind!
— ¡Claro que lo hago! ¡Conocemos los patrones de ataque, y ya hemos vaciado
una barra; no hay que desperdiciar ese trabajo duro!
— ¡No actúes como si estas a cargo! ¡Si no fuesen por mis frutas-flotadores,
todos ustedes se habrían ahogado!
— ¡Solo estuviste monopolizando los recursos de la humanidad por tu cuenta!
¡No actúes como si estuvieses siendo generoso!
Como sea, si no se ponen de acuerdo, perderemos el daño hecho al jefe y su
barra HP se regenerará –pensé.
Estuve a punto de hablar y tratar de poner a los líderes de gremio en la misma
página, pero –quizá desafortunadamente– no necesité hacerlo. El momento en que
ellos vieron a Kizmel y a Yofilis acercarse, todo el grupo de la raid quedó en silencio,
no solo Kibaou y Lind.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Para ellos, el cursor del Vizconde Élfico Oscuro debió haber ido más allá del color
negro, es decir una oscuridad profunda. El noble se volvió para ver a todo el grupo.
— Guerreros de la humanidad, si intentan luchar, entonces pónganse de pie de
una vez. Si no, quédense quietos. En cualquier caso, a través de mi pacto con Kirito
y Asuna, me desharé de la bestia invocada.
Y Yofilis desenfundó su estoque y lo sujetó en alto, el metal resonó.

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BARCAROLA DE ESPUMA

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BARCAROLA DE ESPUMA

— ¡En mi nombre, Yofilis, caballero de Lyusula, ordeno a todos los que puedan
mantenerse en pie que sigan mi liderazgo!
Un aura cónica emergió de la punta de su arma, y al tocarla, los cuatro iconos de
aumento parpadearon nuevamente en existencia sobre mi barra HP.
No pasó mucho hasta que todos los miembros estuvieron sobre sus pies,
levantando sus armas y rugiendo con todas sus fuerzas.

El día jueves, 27 de diciembre de 2022, a las 2:32 pm, Wythege the Hippocampus
fue derrotado por una raid de cuarenta hombres – siete grupos, más un grupo
adicional.
La habilidad especial del jefe, Water Inflow, sobrecargó toda la recámara con
agua, pero el intento de contrataque fue bastante simple. El poder del jefe hizo que
la puerta de la recámara se cerrara, imposibilitando la apertura desde el interior,
pero si fuese tirada desde fuera cuando cierto nivel de la presión de agua estuviese
empujando, la puerta se abriría como un hechizo. Teníamos a Argo esperando
afuera, con la única instrucción de abrir la puerta si el agua comenzaba a escaparse
por la grieta. Eso nulificó esencialmente la habilidad especial.
Por otro lado, el Vizconde Yofilis pudo no haber necesitado tal estrategia
especializada. A través de su encantamiento mágico, él fue capaz de correr por la
superficie del agua y seguir atacando al jefe, incluso cuando la habitación estaba
inundada.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Parte 9
— Por eso, estaba pensando –Asuna comenzó a murmurar mientras subíamos
las escaleras en espiral hacia el quinto piso–. Kizmel y el Vizconde llevaron esa
góndola negra hacia el castillo, ¿no? Y nosotros dejamos la Tilnel atada en el muelle
del castillo. ¿Entonces cómo volveremos al castillo?
— Hmmm… –consideré varias opciones–. Una vez que activemos el portal de
teletransporte del quinto piso, podemos usarlo para volver a Rovia y luego
viajaremos nuevamente al Castillo Yofel… supongo.
— Pero no tenemos un bote en el pueblo. ¿Sugieres que nademos con los
flotadores todo el camino hasta allí?
— No, podemos hacernos otra. Será sencilla, mientras no nos centremos esta
vez en los materiales de mejor calidad.
— Bueno, seguro… pero ¿le pondrás nombre a la otra?
Cualquier cosa que fuese a decir se quedó atrapada en mi garganta. Yo estaba
muy consciente de mi propia incapacidad de aportar un buen nombre.
Mientras trotaba al subir los escalones, murmuré y vacile, crucé mis brazos.
Mientras tanto, Asuna volvió a hablar.
— ¿…entonces, seguras usando esa espada?
— ¿Eh? Ah, no…
Deshice el cruce de mis brazos y toqué la empuñadura que se extendía sobre mi
hombro derecho. Su agarre de cuero estaba bien usado, fue fiel durante la batalla
con el jefe de piso, y sus estadísticas no eran muy distintas a mi Anneal Blade +8,
pero era la espada de alguien más. La espada de un NPC.
Quizá algún día podría luchar otra vez con ese caballero menor Élfico de Bosque.
No era imposible, pero no podía escapar de esa idea.
— Cuando volvamos al Castillo Yofel, me haré con una espada de una mano con
mi recompensa de misión y usaré esta para mi próxima arma principal. Debería
pensar muy bien qué tomar, Asuna. Tenemos dos, recuérdalo.
— ¿Estaban tan emocionado por tener dos objetos? –preguntó, graznando–. Ese
Lord era una persona muy extraña, ¿cierto? Pasar años de su vida encerrado en
una habitación totalmente oscura, incluso fingiendo estar enfermo…
— Si, es extraño. Me pregunto si Kizmel nos dirá cómo se hizo esa cicatriz, si es
que le preguntamos…
— No, no interfieras en eso.
— O-oye, tú fuiste quien comenzó a preguntarse sobre él.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Nos mantuvimos subiendo las tenues escaleras conversando todo el rato.


Tras reflexionarlo, esta era la tercera vez que subía esas escaleras desde la
recámara del jefe hasta el siguiente piso junto a Asuna –cuatro, sin contabas la
primera vez cuando ella estuvo solo dos minutos detrás. Cada vez, éramos los
primeros porque los dos gremios estaban muy ocupados discutiendo sobre sus
recompensas luego de acabar con el jefe y reclamando que debíamos tomar la labor
de activar el portal. No podía ser fácil satisfacer a todos con sus partes entre tanta
gente.
Técnicamente, Asuna y yo teníamos el derecho de participar en su torneo de
lanzamiento de dados, pero nos rehusábamos cada vez. Por un lado, era un truco
largo y aburrido. Por otro…
— No importa como se hizo la cicatriz, el vizconde es una muy buena persona –
murmuró Asuna, leyendo mis pensamientos a la perfección.
— Por supuesto que lo es. Nos ayudó a acabar con el jefe.
— No solo eso. Creo que facilitó todo con su ataque final para que pudieses
obtener el bono de Last Attack, Kirito-kun.
—…q-quizá si lo hizo –murmuré, tosiendo incómodamente.
Levanté la vista para ver más allá de la penumbra, las puertas dobles que estaban
al final de nuestra subida estaban a la vista. Pero ¿el relieve tallado en ellas tendría
la misma escena que la prueba beta o sería diferente?
De repente, noté que los pasos a mi derecha y detrás de mí se habían detenido.
Me volví y vi que la esgrimista encapuchada mirarme como si tuviese algo que decir.
— ¿…qu-qué? ¿Querías el bono de Last Attack?
— ¡No!
Ella infló sus mejillas por un momento, luego adoptó una mirada seria y vacilante.
La pregunta que eventualmente hizo, no tuve nada que ver con el futuro que ella
estaba tratando fuertemente de no pensar, de ninguna manera.
—…oye. ¿Cuánto tiempo planeas luchar junto a mí? –miré hacia atrás, hacia
esos ojos marrón avellana que no parpadearon.
— Hasta que seas lo suficientemente fuerte como para no necesitarme.
—…Hmmm –murmuró Asuna, mostrando una sonrisa tan breve y frágil como las
burbujas que emergen de la profundidad del agua. Luego saltó hacia otro escalón.
Me volví rápidamente, mirando las puertas que conducían al quinto piso de
Aincrad, y retomé la carrera por los escalones.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Palabras de Autor
¡Ha pasado todo un año, pero gracias por leer el tercer volumen del Sword Art
Online Progressive! Bueno, estoy aliviado de que, al final, hayamos subido un piso
este año. Si puedo mantener este ritmo el próximo año… de acuerdo, he de admitirlo,
espero aumentar el ritmo del juego…
Ahora bien. El subtítulo de este libro es «Barcarola de Espuma», el cual debo
explicar, ya que se incluyó en el texto. Una barcarola es un tipo de pieza clásica que
se traduce a «canción de bote». La razón por la que lo puse en el título es porque
Kirito y Asuna navegan en botes en el cuarto piso… ¡tan simple como eso!
Siempre había querido escribir una historia que hablase sobre viajar a través del
mapa en un bote. Es un vehículo clásico en los RPGs (aunque hay muy pocos
MMORPGs en los que los jugadores pueden tener botes propios), y en la vida real
me gustan los botes. Pero el único tipo en los que he navegado recientemente son
los trasbordadores. Un par de años atrás hubo un gran auge en el interés pesquero,
y compré un bote inflable, el cual fue divertido navegar rio abajo por el Rio Arakawa.
Pero era bastante doloroso armarlo y guardarlo, por lo que me cansé rápidamente
de él… y por otro lado, un bote de paseo apropiado es peligrosamente caro, sin
mencionar las cuotas del puerto de atraque y costos de combustibles. Sin embargo,
si alguna vez tengo la oportunidad, me gustaría obtener una licencia de navegación.
Discúlpenme, me salí del tema. En fin, el tema del tercer volumen son los botes…
o debería decir, el escenario de Aincrad. Hasta este punto, he pasado muy poco
tiempo describiendo el escenario, pero traté de poner más esfuerzo en ello esta vez.
Espero que hayan sido capaces de imaginar las vistas de Rovia, la ciudad de agua,
y del inminente Castillo Yofel en el lago. Claro, por eso, tuve que proveer
nuevamente una versión extremadamente breve y editada de la batalla con el jefe…
Pero si no va a haber un gran peligro en la lucha contra el jefe, no hay mucho
que escribir, y no estoy seguro de querer realmente que cada piso sea como el
segundo, donde todos casi fueron acabados. ¡A continuación está el quinto piso, un
hito muy agradable, por lo que siento que un jefe más poderoso viene en camino!
En cuanto a mis agradecimientos usuales, siento que esta vez es menos de un
agradecimiento que una disculpa personal… ¡a abec por sus ilustraciones cada vez
más maravillosas, a pensar de su agenda al límite, y a mí editor siempre cortes y
colaborador, Miki-san, gracias, y lo siento! ¡Y a todos mis lectores, espero verlos el
próximo año!
Reki Kawahara – Noviembre de 2014.

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BARCAROLA DE ESPUMA

Yen press

JOSÉ D. LÓPEZ

JOSÉ D. LÓPEZ

JOSÉ D. LÓPEZ
Felipe acuña

SAO ALICIZATION

https://traducciontsa.wordpress.com

Reki Kawahara 217


BARCAROLA DE ESPUMA

“Un grupo independiente que


traduce novelas ligeras solo por
molestar”

TSA
Reki Kawahara 218

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