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Geología e Hidrología

Trabajo Práctico N°1

11/05/2021
Profesor: Fabián Zardi.
Alumna: Micaela Oscari.
Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano
(CNUMAH)

La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (también


conocida como Conferencia de Estocolmo) fue una conferencia internacional
convocada por la Organización de Naciones Unidas celebrada en Estocolmo, Suecia
entre el 5 y el 16 de junio de 1972. Fue la primera gran conferencia de la ONU
sobre cuestiones ambientales internacionales, y el primer intento de conciliar los
objetivos tradicionales del desarrollo con la protección de la naturaleza. Conto con
la asistencia de los representantes de 113 países, 19 organismos
intergubernamentales, y más de 400 organizaciones intergubernamentales y no
gubernamentales, es ampliamente reconocido como el comienzo de la conciencia
moderna política y pública de los problemas ambientales globales.

En la reunión se acordó una Declaración que contiene 26 principios sobre la


conservación y mejora del medio ambiente y el desarrollo, un plan de acción con
109 recomendaciones para la acción medioambiental internacional, y una
resolución. En un apartado sobre la identificación y control de contaminantes de
amplio calado internacional, la Declaración planteó la cuestión del cambio
climático por primera vez, advirtiendo a los gobiernos que debían tomar en
consideración las actividades que pudieran provocar el cambio climático y evaluar
la probabilidad y magnitud de las repercusiones de éstas sobre el clima. La
Conferencia de las Naciones Unidas también propuso el establecimiento de
estaciones para el seguimiento de la evolución a largo plazo de los componentes y
propiedades de la atmósfera, susceptibles de provocar un impacto meteorológico,
como el cambio climático. Dichos programas debían estar coordinados por la
Organización Meteorológica Mundial con el objetivo de ayudar a la comunidad
mundial a comprender mejor la atmósfera y las causas de los cambios climáticos,
ya fueran naturales o como resultado de la actividad del hombre. La Conferencia
también hacía un llamamiento en favor de que se convocara una segunda reunión
sobre el medio ambiente y establecía el Consejo de Administración del Programa
de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cuya secretaría tendría
su sede en Nairobi (Kenya), el Fondo para el Medio Ambiente y la Junta de
Coordinación para el Medio Ambiente. No obstante, el cambio climático no se
convirtió en una preocupación principal para estos órganos. Los recursos hídricos,
los mamíferos marinos, las fuentes de energía renovables, la desertificación, los
bosques, el marco jurídico medioambiental, y la cuestión del medio ambiente y el
desarrollo fueron las cuestiones que adquirieron mayor preponderancia.

Participaron en la Conferencia los representantes de los siguientes 113 Estados


invitados de conformidad con la resolución 2850 (XXVI) de la Asamblea General :
Afganistán, Argelia, Argentina, Australia, Austria, Bahrein, Bangladesh, Bélgica,
Bolivia, Botswana, Brasil, Burundi, Camerún, Canadá, Ceilán, Colombia, Congo,
Costa de Marfil, Costa Rica, Chad, Chile, China, Chipre, Dahomey, Dinamarca,
Ecuador, Egipto, El Salvador, Emiratos Arabes Unidos, España, Estados Unidos de
América, Etiopía, Fiji, Filipinas, Finlandia, Francia, Gabón, Ghana, Grecia,
Guatemala, Guinea, Guyana, Haití, Honduras, India, Indonesia, Irak, Irán, Irlanda,
Islandia, Israel, Italia, Jamaica, Japón, Jordania, Kenia, Kuwait, Lesotho, Líbano,
Liberia, Liechtenstein, Luxemburgo, Madagascar, Malasia, Malawi, Malta,
Marruecos, Mauricio, Mauritania, México, Monaco, Nepal, Nicaragua, Niger,
Nigeria, Noruega, Nueva Zelandia, Países Bajos, Pakistán, Panamá, Perú, Portugal,
Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, República Arabe Libia, República
Arabe Siria, República Centroafricana, República de Corea, República Dominicana,
República Federal de Alemania, República Unida de Tanzania, República de Viet-
Nam, Rumania, San Marino, Santa Sede, Senegal, Singapur, Sudáfrica, Sudán,
Suecia, Suiza, Swazilandia, Tailandia, Togo, Trinidad y Tabago, Túnez, Turquía,
Uganda, Uruguay, Venezuela, Yemen, Yugoslavia, Zaire y Zambia.

Asistió a la Conferencia el Secretario General de las Naciones Unidas. Asistieron


también representantes del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, en
nombre del Secretario General, comisiones económicas regionales, Oficina de
Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas en Beirut, Conferencia de las
Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Organización de las Naciones Unidas
para el Desarrollo Industrial y Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

Estuvieron representados los siguientes organismos especializados: Organización


Internacional del Trabajo, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y
la Alimentación, Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y
la Cultura, Organización de la Aviación Civil Internacional, Organización Mundial de
la Salud, Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, Fondo Monetario
Internacional, Unión Postal Universal, Unión Internacional de Telecomunicaciones,
Organización Meteorológica Mundial y Organización Consultiva Marítima
intergubernamental. También estuvieron representados el Organismo
Internacional de Energía Atómica y el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros
y Comercio.

Enviaron observadores a la Conferencia varias organizaciones


intergubernamentales. También estuvieron representadas muchas organizaciones
internacionales no gubernamentales invitadas a participar en la Conferencia.

Los resultados de la Conferencia de Estocolmo son: la creación del Programa de las


Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Declaración de Estocolmo.
También se recomendó declarar el 5 de junio Día Mundial del Medio Humano, y se
hizo una condena expresa a las armas nucleares.
Sismo en Haití

El 12 de enero de 2010, poco antes de las 17 horas, un terremoto de magnitud 7,3


en la escala de Richter sacudió Haití durante 35 segundos. Se trata del sismo más
fuerte que ha sufrido el país desde hace 200 años. El hipocentro del sismo estaba
cerca de la superficie terrestre (a 10 km de profundidad) y su epicentro se situaba
cerca de la ciudad de Léogâne, unos 17 km al suroeste de la capital. Los efectos se
dejaron sentir en los Departamentos del Oeste, Sureste y de Nippes. La zona
metropolitana de Puerto Príncipe (que incluye los municipios de Puerto Príncipe,
Carrefour, Pétionville, Delmas, Tabarre, Cité Soleil y Kenscoff) sufrió daños
extremadamente grandes. La ciudad de Léogâne quedó destruida en un 80 %.

Cerca de 1,5 millones de personas, que representan el quince por ciento de la


población nacional, se vieron afectadas directamente. Según las autoridades
nacionales, más de 300 mil personas perdieron la vida, 550 000 más habían
quedado heridas, y más de 1,3 millones de personas se habían quedado sin hogar.

La destrucción de las infraestructuras fue masiva. Unas 105 mil residencias


quedaron totalmente destruidas y más de 208 mil dañadas. Más de 1.300
establecimientos educativos, más de 50 hospitales y centros sanitarios se
desmoronaron o quedaron inutilizables. El principal puerto del país quedó fuera de
servicio. El Palacio presidencial, el Parlamento, el Palacio de Justicia, la mayoría de
edificios de los ministerios y de la administración pública fueron destruidos.

El valor total de los daños y pérdidas causados se estima en 7,9 miles de millones
de dólares, lo que equivale a algo más del 120% del producto interior bruto del país
en 2009. La mayor parte de los daños y pérdidas sufridos corresponden al sector
privado (5,5 miles de millones de dólares, es decir, un 70% del total), mientras que
la cuota del sector público se eleva a 2,4 miles de millones de dólares, es decir, el
30%.

El valor de los activos materiales destruidos, incluyendo las viviendas, escuelas,


hospitales, edificios, carreteras y puentes, puertos y aeropuertos, se ha estimado
en 4,3 miles de millones de dólares. La variación de los flujos económicos (pérdida
de producción, reducción de los volúmenes de negocio, pérdida de empleo de los
asalariados, aumento de los costes de producción, etc.) alcanza los 3,6 miles de
millones de dólares (equivalente al 45% del total). Los daños totales de la vivienda
(destrucción de viviendas de distintos tipos y calidades, el valor de las casas
parcialmente dañadas y las posesiones de los hogares) se elevan a 2,3 miles de
millones de dólares. Los demás sectores, por orden de importancia decreciente en
cuanto a los efectos sufridos, son los del comercio (daños y pérdidas de 639
millones de dólares, es decir, un 8% del total), los transportes y edificios de la
administración pública (595 millones de dólares cada uno) y la enseñanza y la salud
(con una media del 6% del total).

El valor total de las necesidades se eleva a 11,5 miles de millones de dólares, y se


distribuye de la manera siguiente: 50% para los sectores sociales, 17% para las
infraestructuras, vivienda incluida, y 15% para el medioambiente y la gestión de
riesgos y desastres.

El Plan de Acción para la Recuperación y del Desarrollo de Haití comprendió


acciones definidas en el tiempo, a un plazo de dieciocho meses. Se apoyó en las
cuatro grandes tareas que debían permitir materializar la reestructuración de Haití.
Los planes de acción específicos de cada ámbito se agruparon de la siguiente
manera:

• Reestructuración territorial: reconstrucción de las zonas devastadas y


renovación urbana, red de carreteras, polos regionales de desarrollo y
renovación urbana, preparación de la temporada ciclónica y ordenación del
territorio y desarrollo local.
• Reestructuración económica: reactivación de la producción nacional,
restauración de los circuitos económicos y financieros, acceso a la
electricidad.
• Reestructuración social: salud – seguridad alimentaria – nutrición –
alcantarillado, actividades intensivas en mano de obra.
• Reestructuración institucional: las instituciones democráticas, la reactivación
de las administraciones, la justicia y la seguridad.

La reconstrucción de las zonas devastadas incluyó:

• Las obras de limpieza y tratamiento de los escombros.


• Los aspectos jurídicos para declarar las tierras de utilidad pública,
incluyendo la indemnización de las propiedades privadas.
• La planificación de la utilización de los suelos y el plan de urbanismo.
• Las obras de infraestructura básicas como la evacuación de aguas pluviales,
las obras de alcantarillado, agua potable, red eléctrica.
• Las obras de reconstrucción propiamente dichas sujetas a las normativas de
construcción adecuadas (normativa antisísmica, potencial de inundación,
etc.)

Artículo periodístico:
https://www.elmundo.es/america/2010/01/13/noticias/1263377797.html
Erupción del volcán Nevado del Ruiz

El 13 de Noviembre de 1985, hacia las 9:20 PM, el cráter Arenas del volcán Nevado
del Ruiz hizo erupción, provocando el deshielo del glaciar, que a su vez causó una
gigantesca avalancha de lodo y piedras. Esta avalancha, después de recorrer 48 Km
en descenso, sepultó la localidad de Armero. Fallecieron aproximadamente 25.000
personas, más de dos tercios de sus habitantes. Además de Armero, otras
localidades fueron afectadas en menor grado.

La avalancha se desplazó a una velocidad del orden de 40 kilómetros por hora, con
una altura promedio de 20 metros, aunque hubo lugares en los cuales, por la
topografía, la altura fue muy superior. Se estima que por el lado del Tolima se
movilizaron más de cien millones de metros cúbicos de material. La consistencia de
la avalancha era bastante densa y cuando llegó a las zonas planas se sentía tibia. La
superficie cubierta por los lahares fue de 3.145 hectáreas. 4.400 viviendas urbanas
fueron arrasadas junto con todo su contenido y 500 más resultaron parcialmente
averiadas. En el sector rural se afectaron unas 250 viviendas. Alrededor de 55
establecimientos de educación desaparecieron con toda su dotación y lo que es
más grave, 170 educadores perecieron. En salud se destruyeron dos hospitales
completos con capacidad de 160 camas, quedando toda la zona sin atención
hospitalaria especializada, ya que el hospital de Armero era el más completo de la
región.

El sistema de transporte quedó desarticulado ante el arrasamiento de varios


kilómetros de carretera, 19 puentes y 18 kilómetros de la red ferroviaria. La
comunicación entre Armero y el resto del país quedó totalmente interrumpida, al
igual que la interconexión eléctrica por ruptura de diez kilómetros de líneas de
transmisión; las redes de distribución de Armero desaparecieron en su totalidad y
parcialmente las de Chinchiná.

El Gobierno había recibido advertencias por parte de múltiples organismos


vulcanológicos desde la aparición de los primeros indicios de actividad volcánica en
septiembre de 1985.

La ausencia de organización y la falta de preparación dejaron en claro que la


atención de la emergencia por parte del Estado y de la población fue
absolutamente improvisada y careció de orientación. En los momentos iniciales los
rescatados fueron enviados hacia diferentes lugares y ciudades del país, según el
grado de lesión de cada persona; unos fueron remitidos a hospitales de las
ciudades capitales, otros a albergues y campamentos improvisados de los cuales
varios se levantaron en los alrededores de Armero, en particular en Lérida -que fue
declarada centro de operaciones- y en Guayabal en el Tolima.

El valor de los daños originados en la avalancha se estimó, a raíz de la primera


evaluación oficial, en 212 millones de dólares.

En total los daños fueron estimados en US$246 millones que representaron. La


emergencia y rehabilitación costó US$14,7 millones; la reconstrucción cerca de
US$360 millones; y los gastos de funcionamiento fueron tasados en US$95,1
millones.

En virtud de la magnitud de los daños ocasionados por la avalancha, el Gobierno


Nacional declaró tan sólo el 24 de noviembre el estado de emergencia en el país,
con una vigencia de treinta y cinco días, mecanismo a través del cual el Presidente
de la República quedaba facultado para expedir toda la legislación que se requiriera
para atender la situación. Como primera medida derivada de la declaratoria de
emergencia se creó ese mismo día el Fondo de Reconstrucción RESURGIR,
conformado por el Gerente, el Director Ejecutivo y una Junta Directiva integrada
por el Presidente de la República y cinco miembros más, como un establecimiento
público financiado primordialmente con aportes del presupuesto nacional de
empréstitos y donaciones nacionales o del exterior, cuyo objetivo fue ¨la
financiación de las actividades y obras que requiera la rehabilitación social,
económica y material de la población y de las zonas afectadas por la actividad
volcánica del Nevado del Ruiz¨.

Artículo periodístico:
https://www.lavanguardia.com/hemeroteca/20101112/54078668558/la-erupcion-
del-volcan-nevado-del-ruiz.html

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