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Resumen:
La señora Bennet recibió la noticia de que Netherfield Park había sido alquilado por
Bingley, un joven soltero y muy rico del norte de Inglaterra, y se vio en la necesidad de
comunicárselo a su esposo, el señor Bennet, con el fin de que este fuera a visitarlo tan
pronto como llegara, ya que podría ser un gran partido para una de sus 5 hijas. El señor
Bennet no garantizó que iría y comentó que, si lo hacía, pondría palabras en favor de
Elizabeth, su favorita, cosa que alteró los nervios de su esposa, quien prefería a Jane o a
Lydia. A pesar de esto, el señor Bennet fue uno de los primeros en visitar a Bingley, pero
no les comentó nada a sus hijas de cómo era aquel joven. Lady Lucas les dijo que era
atractivo, amable y agradable, y que pensaba ir al próximo baile con un grupo de amigos.
En el baile, se confirmó lo anterior, había ido con dos hermanas, el marido de la mayor
(señor Hurst) y otro joven (señor Darcy), y su carácter y modales eran ejemplares. Del
señor Darcy, se descubrió que era un hombre orgulloso, que pretendía estar por encima de
todos los demás y demostraba su insatisfacción con el ambiente que le rodeaba. Baila
exclusivamente con las hermanas de Bingley e incluso se expresa despectivamente de
Elizabeth, quien lo escucha. Jane Bennet, la mayor y más hermosa de las cinco hermanas,
fue el centro de atención de Bingley, con quien bailó 2 veces. Jane, quien era tímida y
cautelosa al elogiar a Bingley, le confesó a Lizzy que sentía una gran admiración por él, y
su hermana le comentó que no le había agradado para nada la actitud de Darcy. Sin
embargo, Jane, que veía siempre lo bueno de los demás, le dijo que la señorita Bingley le
había comentado que él no solía hablar mucho, a no ser con sus amigos íntimos.
Más adelante, Charlotte Lucas le dijo a Lizzy que Jane debería demostrar más sus
sentimientos para que no perdiera la oportunidad de casarse con Bingley, puesto que a
pesar que ambas notaran que Jane estaba enamorada de él, los que no la conocían bien
podrían confundir su timidez con falta de interés. No obstante, Eliza no le presta mucha
atención a lo que dijo su amiga.
El señor Darcy, a medida que se encontraba con Elizabeth en los bailes y reuniones,
empezó a notar que esta era hermosa e inteligente, y le fue agradando. Por lo que intentaba
hablar con ella, en la medida de lo que su orgullo le permite. Incluso, le pidió que bailara
con él, pero la mala idea que Eliza tenía sobre Darcy no le permitió acceder.
La señora Bennet intenta todo para emparejar a su hija mayor con el señor Bingley. Cuando
las hermanas de este invitan a Jane a cenar, la madre deja que su hija vaya a caballo desde
la finca familiar Longbourn hasta Netherfield en lugar de dejarle el carruaje, a pesar de que
llovería, con el fin de que Jane tenga un pretexto para pasar la noche allí. Efectivamente,
Jane tiene un fuerte resfriado y debe guardar cama. A la mañana siguiente, Elizabeth
recorre a pie tres millas para hacerle compañía a su hermana, por lo que llega con las
enaguas sucias y las mejillas coloradas. Las arrogantes hermanas Bingley le muestran su
desprecio por ello. En cambio, Darcy está cada vez más impresionado por su actitud vivaz e
ingeniosa y sus ojos inteligentes. Sin embargo, se siente dividido entre la admiración por
Elizabeth y el desprecio por su parentela, principalmente por la señora Bennet, quien es
insoportablemente ruidosa, inculta y sus modales son vergonzosamente malos. Elizabeth
pasó varios días en Netherfield cuidando de Jane, y era constantemente criticada por las
hermanas Bingley y objeto de interés a los ojos de Darcy. Así mismo, Lizzy tenía
constantes discusiones tiernas con Darcy y descubrió que uno de sus defectos era ser
rencoroso e intransigente, a lo que este le respondió que el defecto de ella era interpretar
mal a todo el mundo intencionalmente.
Apenas Jane se hubo recuperado, una semana después, ella y Eliza vuelven a su casa.
Mientras tanto, el señor Collins, quien era párroco y pariente lejano del señor Bennet ha
anunciado su visita a Longbourn. Según la ley de sucesión, él heredaría la casa a la muerte
del señor Bennet, una pesadilla para su esposa. Cuando llega a Longbourn, resulta ser un
poco tonto y un fastidio para todos, ya que siempre estaba agradeciendo o disculpándose de
más y constantemente hablaba de Lady Catherine y lo generosa que había sido al elegirlo
para hacerse cargo de la rectoría de su parroquia. El propósito de Collins al llegar con los
Bennet, era escoger a una de sus primas para reconciliarse con ellos en relación al tema de
la herencia. Para sorpresa de todos, le hace una propuesta de matrimonio a la horrorizada
Elizabeth. Está convencido de que ella aceptará una oferta tan generosa para recibir la
propiedad familiar. Pero cuando Elizabeth se rehúsa, al principio considera que se trata de
una afectación propia de las damas y vuelve a proponérselo, sin obtener mejor respuesta.
Sin embargo, la señora Bennet confiesa que Elizabeth es obstinada, por lo que duda de su
elección ya que no puede permitirse una esposa caprichosa. Al día siguiente, le hace una
propuesta de matrimonio Charlotte, quien acepta pues tenía 27 años con una apariencia y
fortuna mediocres. Elizabeth no se siente muy orgullosa de la decisión de su amiga, pero le
promete que la visitará pronto.
Más adelante, Lizzy se siente atraída por el apuesto y encantador oficial Wickham, quien le
ha dado más razones para desconfiar de Darcy, ya que, según dice Wickham, este le ha
afectado su herencia. El padre de Wickham era el administrador de la finca de los Darcy,
por ello le había sido legado a su hijo un lucrativo puesto de párroco. Pero el joven Darcy
había pasado por alto el testamento y le había otorgado el puesto a otra persona. Elizabeth
está indignada y rechaza la prudente advertencia de Jane de escuchar primero la versión de
Darcy ante tales acusaciones.
Mientras tanto, Jane apenas puede notar lo decepcionada que está, pues mientras que su
madre todavía se jacta de la inminente boda entre ella y el señor Bingley, este viajó a
Londres sin una palabra de despedida. Muy pronto, Caroline, la hermana de Bingley, le
escribe que probablemente ninguno de ellos regrese a Hertfordshire ese invierno, y señala
que su hermano se enamoró de la encantadora señorita Darcy. De naturaleza desinteresada,
dulce y bondadosa, Jane acepta este cambio. Elizabeth, en cambio, está convencida de que
el señor Darcy y las hermanas Bingley influenciaron a Bingley a tomar la decisión de irse y
separaron a los amantes.
La visita del hermano de la señora Bennet, el señor Gardiner, y su esposa trae una grata
distracción. Ambos proponen llevarse a Jane unos meses a Londres, para que ahí pueda
tener otros pensamientos y olvide lo ocurrido con Bingley. Antes de irse, la señora Gardiner
le advierte a Elizabeth que no se enamore de Wickham, ya que su falta de fortuna hace que
esta sea una relación muy desfavorable. Elizabeth lo comprende bien, pero no quiere
descartar el amor imprudente. Sin embargo, poco tiempo después Wickham se compromete
con la señorita King, una joven sin encanto que había adquirido 10 mil libras, y abandona a
Elizabeth.
Elizabeth, junto con sir William y María, hermana de su amiga, visitan a Charlotte en
Hunsford y pasa mucho tiempo en la lujosa finca de lady Catherine de Bourgh, a quien el
señor Collins ha convertido en una verdadera santa. Pero la noble dama resulta ser
autoritaria, pedante e, incluso, a menudo ofensiva. Por consiguiente, Elizabeth se siente casi
aliviada cuando el señor Darcy y su primo, el coronel Fitzwilliam, visitan a lady Catherine,
que es su tía. La dueña de la casa está absolutamente decidida a comprometer a Darcy con
su hija enferma, Anne. Pero ambos caballeros se encuentran ostentosamente con frecuencia
en la casa parroquial donde Elizabeth está de visita. Y, para su sorpresa, cada vez que
Elizabeth sale a pasear a la alameda, se encuentra en el camino al señor Darcy.
Al día siguiente espera otra vez a Elizabeth en la alameda y le entrega una larga carta en la
que expone sin resentimiento su visión de las cosas y deja al descubierto a Wickham como
un mentiroso y tramposo. En realidad, él nunca quiso ser párroco. En lugar de la parroquia,
Darcy le dio una suma considerable para que pudiera estudiar derecho. Después de que
Wickham despilfarró el dinero, todavía quería la parroquia, sin embargo, Darcy lo rechazó.
Al final, Wickham intentó fugarse con la hermana de 15 años de Darcy, Georgiana, para
conseguir su dinero. En cuanto a la hermana de Elizabeth, Jane, en opinión de Darcy, con
su actitud controlada y amable, nunca dio la impresión de corresponder a los sentimientos
de Bingley. En esto, admite en la carta, puede haber estado equivocado. Pero el
comportamiento embarazoso y sin tacto de la señora Bennet y sus tres hijas más jóvenes lo
convenció de la necesidad de impedir la relación entre ambos.
La carta dejó pensativa a Elizabeth, quien se avergüenza de haber sacado conclusiones
premeditadas sobre Wickham, reconociendo que puede estar engañando con sus modales a
todos y admite que Jane era muy discreta con Bingley, así como su familia muy
imprudente. A su regreso a Longbourn es recibida por Kitty y Lydia con pláticas tontas
sobre hombres y moda. Están inconsolables de que el regimiento del coronel Miller sea
trasladado a Brighton y le comentan a Elizabeth que Mary King se ha marchado a
Liverpool, por lo que Wickham está libre. Cuando la señora Harriet Forster invita a Lydia a
pasar el verano con ella y su esposo en Brighton, Elizabeth intenta convencer a su padre de
impedir ese viaje sin éxito.
Sin embargo, las preocupaciones por la moral relajada de Lydia se olvidan pronto.
Elizabeth acompaña a los Gardiner en un viaje de verano a Derbyshire, donde la señora
Gardiner pasó parte de su juventud. Allí también está Pemberley, la casa rural del señor
Darcy, a donde se dirigen, después de que Eliza se asegurara de la ausencia de Darcy. El
enorme bosque y la integración de buen gusto de la mansión en el paisaje natural superan
todas sus expectativas. Para su asombro, por el ama de llaves, la señora Reynolds, se entera
de que el señor Darcy es el caballero más amable y gentil del mundo. En el camino de
regreso, se topa con él, que llega a Pemberley un día antes de lo previsto. Elizabeth está tan
desconcertada que apenas puede decir una palabra, mientras que Darcy la trata a ella y a sus
parientes con gran respeto, es comunicativo y amable, sin rastro de orgullo ni clasismo. En
los días siguientes les presenta a su hermana y busca su compañía siempre que es posible.
Luego, llega una carta de Jane que dice que Lydia se ha fugado con Wickham. Al principio
dijeron que querían ir a Escocia para casarse. Pero luego se supo que el oficial no pensaba
para nada en una boda y que, en cambio, se estaba escondiendo con Lydia en Londres.
Durante el informe, Darcy apenas habló y Elizabeth ve desaparecer todas las esperanzas de
poder reavivar el amor, ya que la deshonra de su familia es demasiado grande.
Los Gardiner y Elizabeth viajan a Longbourn lo más rápido que les es posible. Antes de su
regreso a Londres la señora Bennet le dice a su hermano, el señor Gardiner, que debe
conseguir que Lydia se case de inmediato, si la encuentra. Sin embargo, una boda parece
muy lejana porque Wickham tiene muchas deudas. Finalmente, el señor Gardiner les
anuncia mediante una carta que Wickham solo se casará con ella con la condición de recibir
cien libras al año y la parte de Lydia de la escasa herencia. El señor Bennet acepta y deduce
que, en vista de esta exigencia relativamente modesta, el señor Gardiner sobornó al
endeudado oficial con una suma considerable y pagó sus deudas.
Todos los chismosos del lugar discutieron exhaustivamente la deshonrosa boda e incluso el
señor Collins dirigió una carta a la familia que, en vez de proporcionar consuelo, ofendía y
solo manifestaba impertinencias. Luego, el señor Bingley regresó a Netherfield con el señor
Darcy. Muy pronto queda claro que el señor Bingley todavía está enamorado de Jane y
Elizabeth siente que, esta vez, tiene el consentimiento de su amigo. El señor Bingley va
constantemente a la casa de los Bennet, pero sin su amigo ya que este había viajado a
Londres, pero iba a regresar dentro de 10 días. Una noche la madre saca a todas las
hermanas del salón para que, finalmente, Bingley se quede a solas con Jane y le pueda
proponer matrimonio, lo que sucedió con éxito.
Poco después apareció en Longbourn la tía de Darcy, lady Catherine de Bourgh, quien
exige hablar de inmediato a solas con Elizabeth pues ha llegado a sus oídos que Darcy
quiere proponerle matrimonio a esta. Apela al sentido del deber y el honor de Elizabeth, la
insulta de diversas formas y trata en vano que ella renuncié a la idea de casarse con Darcy.
Rabiosa, abandona Longbourn y anuncia que personalmente hará cambiar de opinión a su
sobrino. Pero con este plan logra exactamente lo contrario. Con la esperanza reforzada por
la confesión de su tía de que Elizabeth todavía sintiera algo por él, Darcy sale corriendo de
Londres en busca de ella y se atreve a hacerle una segunda propuesta de matrimonio. Eliza
acepta con alegría. Ambos platican, se agradecen y se piden perdón mutuamente por sus
actitudes pasadas. Después, Darcy habla con el señor Bennet, quien no se opone al
matrimonio sin antes asegurarse de que Lizzy lo ame realmente. Y su madre, a pesar de que
no le agradaba mucho Darcy, se siente completamente feliz de que su hija será tan rica.
Personajes:
Sr. Bennet: Es relajado y curioso, posee un sentido del humor sarcástico, pero también
está muy preocupado por el futuro financiero de su familia. Es agradable y culto, y se
siente especialmente apegado a sus dos hijas mayores, Jane y Elizabeth. Le encantaba
pasar tiempo en la biblioteca y no le gustaba que nadie lo molestara en ese lugar.
Sra. Bennet: Es una mujer chismosa e interesada, cuyos esfuerzos se limitan a
encontrar al mejor pretendiente para sus hijas.
Mary Bennet: Es una de las hermanas Bennet, quien se ha obsesionado por los libros y
cultiva más su intelecto. Es considerada por todos como una chica muy juiciosa y de
gran sabiduría gracias a la curiosidad infinita que heredó de su padre.
Lydia Bennet y Catherine Bennet: Las hermanas menores acostumbran visitar a su tía
Phillips en Meryton. Están interesadas en buscarse un esposo rápidamente. Lydia tiene
un sentido del humor extremo, y es la hermana más extrovertida, atrevida e imprudente.
Kitty, por su parte, encuentra en Lydia a la mejor amiga, y ambas acostumbran
cuchichear en voz baja compartiendo sus secretos.
Charles Bingley: Es un joven muy rico y de buena familia, el cual alquila la mansión
de Netherfield y se enamora rápidamente de Jane Bennet. Es un joven bueno y de
valores sólidos, pero termina dejándose influenciar por las opiniones ajenas y demuestra
una personalidad débil al ser dominado principalmente por su amigo y su hermana.
Charlotte Lucas: Es la amiga íntima de Elizabeth: No era muy bonita, pero era
inteligente y sensata. Debido a su poca fortuna decide casarse con Collins a pesar de
que no le amaba. Tenía una idea muy extraña de lo que era el matrimonio, y a
diferencia de Elizabeth no veía al amor como lo principal en una relación.
Caroline Bingley: La hermana del sr. Bingley condena rotundamente la relación del
joven con Jane Bennet al considerar que ella pertenece a una clase social inferior.
Caroline es arrogante, y considera que su apellido no debe mezclarse con el de familias
inferiores. Está enamorada de Darcy por lo que detesta a Elizabeth.
Características:
Autor: Jane Austen (1775-1817) recibió una educación privilegiada y superior a la que
recibían las mujeres en su época. Permaneció soltera, aunque estuvo enamorada de un
joven con el que no se pudo casar por motivos económicos y estuvo prometida con otro,
pero lo rechazó poco después porque no estaba enamorada. A pesar de esto, vivió una vida
tranquila en diversas ciudades del sur de Inglaterra dedicándose a la escritura. Entre sus
obras más famosas están Orgullo y prejuicio y Sentido y sensibilidad.
Vídeos y links:
https://youtu.be/Mk9rtjETySM
http://www.ub.edu/cdona/lletradedona/orgullo-y-prejuicio