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En los siglos XI y XII, cuando Kiev, la “madre de las ciudades rusas”, era el centro
del gran principado vikingo-eslavo, que hacía temblar a Constantinopla, había unas
cuantas cabañas en el cruce del Neglinnaia con el Moscova, entonces conocido
como el “Río de Kuzka”, nombre de una familia de nobles del país que, según una
antigua y atroz leyenda moscovita, fue la base de la historia de la ciudad.
En 1147 se tienen las primeras noticias de Moscú con la “magnífica cena” ofrecida
por el duque de Suzdal, Jurij Dolgorukij, a su aliado Svjatoslav de Cernigov-
Seversk. A partir de este hecho se cree que en ese entonces ya existía un castillo.
Fue hasta 1156 cuando Dolgorukji fortificó la modesta elevación sobre el Moscota,
como una empalizada. De hecho en ese entonces en Rusia había muchas
empalizadas o kreml que protegían el palacete del señor, una iglesia, las
habitaciones de los señores feudales menores, el mercado y en caso de peligro a
los habitantes de los alrededores.
El modelo era más ruso que renacentista y bizantino con una planta rectangular
cubierta con falsas cúpulas. Pero el tratamiento que unía los motivos renacentistas
con los típicos del arte ruso, la perfección de la técnica de la ejecución y las
distintas relaciones espaciales respecto a la norma, hicieron de esta nueva iglesia
la joya del Kremlin, por lo que se convirtió en inspiración de la catedral de la
Anunciación.
A partir del trabajo de este arquitecto se abrieron las puertas para Marco Rufo y
Pietro Solari, quienes construyeron para el zar el Palacio de Granovitaja, cuya
característica fachada almohadillada en ángulos vivos, es como el traspaso a tierra
rusa de las experiencias del Palacio de los Diamantes de Ferrara, joya del
renacimiento italiano.
En 1505 Alvise Nuovo recibió el encargo de construir la catedral del Arcángel
Miguel, según esquemas rusos ejecutados en clave renacentista, y en los primeros
años del siglo XVI Marco Bono construyó la increíble iglesia-campanario.
El nombre de Plaza Roja surge porque para los rusos rojo y bello son la misma
cosa, por lo cual no se debe al régimen socialista instaurado posteriormente.