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Lo primero que es enseñ ado a todo estudiante de economía es que los recursos
siempre son escasos, y tal pareciera que esa es la carga que llevara en hombros por el
resto de sus días, si es que considera que la ciencia econó mica es lo suficientemente
apasionante como para dedicarle toda una vida de especializació n.
Sin embargo todos tenemos un lado economista, desde los tiempos de las
cavernas existía una organizació n y divisió n del trabajo, de acuerdo en la mayoría de
los casos a las capacidades individuales de cada uno de los sujetos de las
comunidades. Esta elecció n de tareas no se daba al azar, sino que dependiendo de lo
que se considerara má s conveniente para el conjunto, se asignaban las actividades de
cada individuo. Esto es justamente lo que interesa a la economía política, la
naturaleza del hombre, como un ser racional y pensante.
Aunque la economía política no trata simplemente la naturaleza del hombre,
influenciada por el estado social, ese podría ser el interés de otras ciencias tales como
la sociología o la psicología desde una perspectiva má s individual. Le interesa el
hombre como un ser que desea poseer riqueza, y que utiliza los medios disponibles
para obtenerla. De la idea anterior se han derivado estudios y corrientes de
pensamiento como las de Adam Smith y David Ricardo, basta con echar un vistazo a la
Riqueza de las Naciones para darse cuenta como consideraban que eran influenciadas
las conductas del hombre; ¨No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del
panadero la que nos procura el alimento, sino la consideración de su propio interés¨
(Adam Smith).
Si bien consideramos al hombre un ser racional, también debemos considerarlo
un ser egoísta que busca solo la satisfacció n de sus propias necesidades, sin
importarle las del resto. Pero tampoco debemos dejar de lado que es un animal social
y que necesita del resto de los individuos para poder obtener muchos de los bienes
que le permitan desarrollarse de manera plena, es cuando se dan las relaciones de
intercambio que interesan a la ciencia econó mica y que son reguladas por las
instituciones en las cuales se dan dichas elecciones. Retomando entonces que los
recursos son escasos y que el individuo procura sus propios intereses haciendo por lo
tanto necesaria la intervenció n de las instituciones (estado) para regular las
relaciones sociales, el hombre debe elegir cuales de sus necesidades son má s urgentes
de atender y cuales debe postergar. Es entonces cuando el hombre hace uso de la
elecció n racional, la cual le permitiría comportarse de forma ¨racional¨ ante estímulos
econó micos, basado en la informació n que conoce y que tiene a su disposició n para
actuar en consecuencia.
A continuació n se presentan los argumentos, teorías, modelos y las
herramientas por las cuales el hombre debe ser considerado como un homo
economicus y como un ser racional.
Un Acercamiento a los Conceptos
Homo economicus es un término que se empezó a utilizar durante el siglo XIX
y se fundamenta en el uso de la razó n como má xima expresió n del hombre (Leriche &
Caloca, 2004). Proviene del latín ¨Homo¨ qué significa hombre y ¨economicus¨ qué
significa econó mico ¨hombre econó mico¨, simplemente describe una forma de
comportamiento en la cual el ser humano es una persona racional, capaz de decidir y
actuar a fin de lograr sus beneficios personales, con la mayor satisfacció n posible y el
má s mínimo esfuerzo.
No se puede hablar de Homo Economicus sin hablar de racionalidad, esta es
quizá la mayor característica del hombre econó mico y la cual debería entenderse
como la posibilidad o cualidad del ser humano de calcular y elegir la correcta decisió n
en lo que a trabajo y resultados se refiere que le permiten tener un mínimo costo y a
su vez un má ximo resultado.
Conclusiones
Es una cualidad innata del hombre el analizar la informació n que está a su
alcance para la toma de decisiones, eso es lo que nos diferencia de los animales, esa
habilidad de pensar y de definir cuá l es el mejor camino para lograr tus objetivos y
buscar la mayor satisfacció n de sus necesidades, sin embargo a lo largo de su vida el
hombre tiene que enfrentarse a diferentes limitantes que pueden poner en riesgo la
correcta realizació n de sus metas. Una de esas limitantes son los recursos, estos
siempre será n escasos y muchos de ellos compartidos con el resto de la població n.
Para lograr la satisfaccion de sus necesidades el hombre debera definir cuales
de ellas son mas urgentes atender y posponer el resto para cuando adquieran ese
cará cter de inmediata atencion. Ademas debera anteponer sus propios intereses a los
del resto de la poblacion, no por egoismo sino por propia naturaleza humana,
entendiendo que las acciones que tome en la busqueda de sus objetivos impulsaran de
manera indirecta e inconsciente a los demas tal como si fuera una mano invisible que
impide que tome demasiada ventaje sobre el resto, de esta manera se forma el
equilibrio en el entorno social, pues todos los individuos por instinto deberian actuar
de la misma manera.
La anterior informacion aunada al concepto de optimo de pareto, son dos de las
grandes utopias del actuar humano, y suponer que la busqueda de mis propios
intereses pueden ayudar a conseguir los intereses del resto no es una afirmacion que
pueda ser considerada una aberracion, sin embargo, suponer que los individuos
actuaran de tal forma en que sus acciones no empeoran las condiciones del resto en la
busqueda de la satisfaccion de sus necesidades, esa si es una afirmacion vaga, de ser
asi no existirian guerras, conflictos, la corrupcion y todos los demas actos que a lo
largo del tiempo solo han manchado la historia del hombre. Historia que pudo haber
sido escrita por la mano invisible.
Bibliografia:
Johnson, D. (1991). Public Choice an Introduction to the New Political Economy. California:
Bristlecone Books.
Leriche, C., & Caloca, R. (2004). Racionalidad del Homo Económicus Versus Creencia Racional: una
Vision A traves de la Teoria De Juegos. Analisis Economico, 102-123.