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Un plan nacional de ciencia, tecnología e innovación está concebido para dar respuestas a
las nuevas demandas y retos en materia de ciencia y tecnología que requiere Colombia y la
región. El Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación-SNCTI es un sistema
abierto, del cual forman parte las políticas, estrategias, áreas, programas, metodologías y
mecanismos para la gestión, promoción, financiación, protección y divulgación de la
investigación científica y la innovación tecnológica.
Es por ello que quiero reflejar puntos importantes del plan nacional de CTI, y encontrar
nuevas modalidades que ayuden a que este no sea un fiasco. También se contará las fallas
del plan nacional, y el rato rojo que ha dejado las malas administraciones para el país.
JUGANDO CON EL FUTURO DE COLOMBIA
Para nadie es un secreto que en el contexto internacional –incluso en relación con los
vecinos latinoamericanos– Colombia es un país atrasado en su desarrollo científico,
tecnológico y de innovación. Para mencionar solo algunos indicadores, la cantidad de
patentes otorgadas a nacionales en promedio anual durante los últimos diez años es de 71,
frente a 714 de Brasil, 281 de México, 249 de Argentina o 129 de Chile. Colombia alcanza
0,53 investigadores por cada 1.000 personas activas económicamente, frente a un promedio
latinoamericano de 1,69. (ZERDA, 2019)
Sin mencionar que los recursos a lo que mas se destina dinero en el país es a las fuerzas
armas de Colombia, a la minería, y las explotaciones agrícolas. Para la investigación se
debe designar un rubro adecuado, puesto que emplear en maquinaria, personal y
infraestructura es mucho mas costoso, pero no piensan que es viable para el país.
Según el documento Conpes N° 3582 La política del plan nacional de CTI define el
financiamiento y/o la ejecución coordinada de actividades de ciencia, tecnología e
innovación (ACTI) por parte de los agentes que componen el Sistema Nacional de Ciencia,
Tecnología e Innovación (SNCTeI).
Uno de los puntos débiles de toda la estrategia (o pacto) radica en que –al igual que en
planes de desarrollo de gobiernos anteriores que también destacaron en su discurso la
ciencia y la tecnología– en la práctica la concepción es solo de innovación. Aunque esta
última es importante en sí misma, todos los planes han pasado por alto que para alcanzar
una innovación tecnológica que impacte los procesos económicos y sociales se requiere de
la base de producción científica que se genera en las universidades o en institutos de
investigación: el conocimiento base para ser aplicado como tecnología en el aparato
productivo que lo demande.
El Plan no propone acciones para lo uno ni para lo otro. En el texto la academia queda
relegada a la relación que debe establecer con el aparato productivo en la ya desgastada
enunciación de la “relación universidad-empresa”. (ZERDA, 2019)
Garantizar las condiciones necesarias para que los desarrollos científicos, tecnológicos e
innovadores, se relacionen con el sector productivo y favorezcan la productividad y la
competitividad. Su propósito es propiciar el fortalecimiento de la capacidad científica,
tecnológica, de innovación, de competitividad y de emprendimiento, y la formación de
investigadores en Colombia.
Colombia no ha implicado sus estatus realmente en dicho pacto, puesto que el nivel de
necesidad es bajo según los dirigentes. Siempre sacan a relucir los ganadores de concursos
mundiales en innovación e investigación, pero si le preguntan a los competidores ellos
siempre dirán que el gobiernos nunca los apoyo ni siquiera para comprar una batería de 9
Voltios. Muchos investigadores se ven en la pena obligación de migrar a otros países por la
falta de recursos y educación que hay aquí. Es inconcebible que siendo con recursos
suficientes, no se empleen en lo que si es necesario.
Curiosa manera esta de concitar a un pacto en el que una sola de las partes propone, la otra
acepta, una tercera se ve marginada, y quien debería aportar los recursos se desmonta “por
las orejas”. No sobra hacer explícito que para que una propuesta de este tipo pueda tener
alguna oportunidad de éxito debería contemplar el fortalecimiento de la educación pública
de calidad, la inversión pública en investigación y la definición de programas de
investigación estratégicos de largo aliento, y, en la actual coyuntura, dotar al naciente
Ministerio de CTI de todas las herramientas para que lo anterior sea posible.
CONCLUSIONES
La política del plan nacional le hace falta una reestructuración que abarque las zonas y las
poblaciones que requieran de cobertura en tecnología y conocimiento informativo, sobre
todo en zonas rurales.
Colombia como país tercermundista, siempre está a la expectativa de las tecnologías mas
pobres y barata del mercado, puesto que nunca se apuesta a la innovación. Porque aquí
prima la guerra y no la verdadera revolución tecnológica.
BIBLIOGRAFIA