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9958-Texto Del Art - Culo-28948-3-10-20190205
9958-Texto Del Art - Culo-28948-3-10-20190205
Resumen
El siguiente artículo pretende identificar las políticas públicas de género que a nivel
nacional e internacional les ha otorgado a las mujeres el reconocimiento de sus derechos;
señalando además los diferentes tipos de discriminación a la que han sido sometidas,
toda vez que las normas existentes en el ordenamiento jurídico no son suficientes para
otorgarle la efectividad de sus derechos, pues aún se presentan niveles de discriminación
que no les permiten una plena igualdad de oportunidades.
Por tal motivo, las políticas públicas de género han permitido que se realicen políticas de
inclusión de la mujer, tanto a nivel internacional como nacional, lo cual permite el
reconocimiento de ciertos derechos mínimos y la garantía de su efectividad. Sin embargo,
dicha inclusión se da aun en condiciones de desigualdad por las diferencias de roles que
se han creado entre hombres y mujeres que responden a una estructura cultural, social y
psicológica y no a condiciones biológicas.
En las últimas décadas, pese a algunos avances en el desarrollo que han favorecido la
condición y la posición social de las mujeres, la sociedad continúa con una deuda
histórica con ellas.
Por tales razones este artículo busca identificar los momentos que han vivido los Derechos
de la Mujer en el ámbito nacional e internacional como tema de debate y de políticas
públicas, lo que nos muestra como resultado un largo proceso social y político que
discurre en variados escenarios y en el que participan distintos actores. Si bien, como
veremos, la inclusión de los temas de género es producto fundamentalmente del esfuerzo
del movimiento de mujeres, y que su asimilación en el debate público por otros actores
está condicionada por el contexto político global y por las concepciones y valores vigentes.
La lucha por los derechos de la mujer puede dividirse en cuatro momentos, cada una de
las cuales marca un adelanto importante en la protección de sus derechos.
Artículo producto del trabajo de grado titulado “Acciones Públicas para la Sensibilización, Prevención y
Sanción de Formas de Violencia y Discriminación contra las Mujeres a partir de la Ley 1257 de 2008”,
realizado en la Maestría de Derecho de la Universidad de Antioquia.
1
Agudelo, Carolina (2008). Panorama internacional de los derechos humanos de la mujer: una mirada desde
Colombia. En: Revista de Derecho. Barranquilla Nº 29, págs. 69-128.
46
4
Fue sólo hasta la conclusión de la Segunda Guerra Mundial que el derecho internacional
dejó de considerar a los seres humanos como parte de grupos o minorías y comenzó a
protegerlos como seres humanos individuales. Esta variación se produjo, principalmente,
como reacción a los crímenes cometidos durante dicho conflicto, lo cual dio como
resultado la Declaración Universal de los Derechos Humanos promulgada por la
Organización de Naciones Unidas en 1948.
El manejo del lenguaje en el resto del texto es impersonal, lo que permite el acceso a los
derechos tanto a hombres como mujeres; sin embargo, hasta el momento de la adopción
de la Declaración no existían instrumentos internacionales que respondieran a las
necesidades específicas de la mujer.3
Es así como en 1970, en medio del auge del movimiento feminista en Estados Unidos y
Europa, la economista Ester Boserup publicó un análisis sobre la mujer en el desarrollo
titulado Women’s Role in Economic Development. En dicho estudio Boserup,5 demostró que
las políticas de desarrollo se estructuraban en un orden patriarcal y en imaginarios de
domesticidad femenina, lo que contribuía al aumento de las desigualdades sociales entre
hombres y mujeres por cuanto no reconocían la participación femenina en las actividades
productivas.
2
Ibíd., pág. 102
3
Ibíd., pág. 104
4
Peláez Mejía, Margarita María (2002). Política de género en el Estado colombiano: un camino de
conquistas sociales. Medellín: Universidad de Antioquia, pág. 37
5
Agudelo, Op. Cit., pág. 107
47
5
Allí se plasmó el Primer Plan de Acción Mundial, que habría de servir de marco a las
acciones gubernamentales de la primera Década de la Mujer (1976-1985) y recomendaba a
los gobiernos la formulación de políticas específicas, para concretar la igualdad entre
hombres y mujeres, la necesidad inaplazable de vincular a éstas al desarrollo y de
considerarlas como participantes activas de los procesos de paz.8
(…) toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o
resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer,
independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la
mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política,
económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.
6
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. Integración de los derechos humanos de la mujer y
la perspectiva de género: La violencia contra la Mujer. [En línea]. Consultado el 13 de noviembre de 2009
En:http:///www.unhchr.ch/Huridocda/Huridoca.nsf/0/d4e447a69a850ee2c1256e610040cbe2/$FILE/G
0410205.pdf
7
Peláez Mejía, Op. Cit., p. 39
8
Ibíd., pág. 124
9
Biblioteca www.acnur.org. Consultado el 17 de Noviembre de 2009 En:
http:// www.acnur.org/biblioteca/ pdf/0031.pdf
10
Arias Londoño, Melba (2009). El derecho, los derechos humanos y las políticas públicas, con perspectiva
de género. Bogotá: Impresol, pág. 297
48
6
De esta forma, la Convención recoge un amplio espectro de los problemas afrontados por
la mujer en su lucha por la igualdad al tomar en consideración los patrones de
comportamiento que perpetúan la inequidad entre los sexos; sin embargo, la efectividad
de la herramienta jurídica ha estado limitada debido a las múltiples reservas hechas por
los Estados que la han ratificado, lo que ha debilitado los resultados obtenidos. Los
conflictos que se presentan entre la Convención y diversas instituciones nacionales y
religiosas intentan, entonces, evitarse a través de las reservas.11
Durante esta década el movimiento feminista consiguió algunas de sus más relevantes
conquistas, ya que logró colocar la violencia contra las mujeres en la agenda mundial y
trasladó parte de sus concepciones a declaraciones internacionales. Después de varias
Resoluciones de las Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos, en la
Conferencia Mundial de Naciones Unidas sobre Derechos Humanos (Viena, 1993) se
logró cristalizar un consenso político de que las diversas formas de violencia contra las
mujeres, tanto las que ocurrían en el marco de conflictos armados y otros escenarios
públicos como las que ocurrían en la vida privada, debían ser conceptualizadas como
violaciones flagrantes a los derechos humanos.15
11
Centro Legal para derechos reproductivos y políticas públicas. Mujeres en el Mundo: leyes y políticas que
afectan sus vidas reproductivas: América Latina y el Caribe. [En línea]. 1997. Consultado el 11 de
noviembre de 2009 En: http:// www.iidh.ed.cr/comunidades/DerechosMujer
12
Badilla, Op. Cit., pág. 23
13
Peláez Mejía, Op. Cit., pág. 46
14
Ibíd., pág. 39
15
Ibíd., pág. 40
49
Sin duda, lo más interesante de los mecanismos previstos, es la posibilidad que se brinda
a personas, grupos de personas o entidades no gubernamentales, de presentar ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), denuncias por presuntas
violaciones de los deberes de los Estados Parte contenidos en el artículo 7º. Sobre ello ya
16
Portal www.ramajudicial.gov.co. [en línea]. Consultado el 13 de noviembre de 2009 En: http://
www.ramajudicial.gov.co/csj_portal/assets/onu%20declaracion%20y%20plataforma%20de%20accion%20
de%20beijing%201995.pdf
17
Red Nacional De Mujeres. Violencias cruzadas: informe derechos de las mujeres, Colombia 2005.
Bogotá: Corporación Humanizar, pág. 20
18
Ibíd., pág. 37
50
8
1.4. Cuarto momento. Al evaluar hoy el marco internacional sobre los Derechos de
la Mujer nos damos cuenta que la aprobación de las normas y leyes en América
Latina ha sido un proceso lento para incorporar lo establecido en la Convención
de Belém do Pará y la Convención CEDAW; es decir, en algunos países no se ha
aprobado legislación específica de violencia contra las mujeres, sino que se han
aprobado leyes, normas y políticas relativas a la violencia doméstica o
intrafamiliar, donde el bien protegido es la familia en abstracto y no sus
integrantes, como personas con cuerpos específicos.
Por su parte, las políticas públicas relativas a la violencia ocupan un lugar marginal dentro
de la política universal. Estas políticas ni siquiera han sido incorporadas en los planes
nacionales de desarrollo, ni se asumen como políticas de Estado; en ese sentido, tienen
un carácter coyuntural y no representan compromisos nacionales de largo plazo. Por otra
parte, estos planes tampoco cuentan con una adecuada asignación de recursos, ni con
mecanismos de monitoreo y evaluación que permitan medir si de verdad los países
avanzan hacia la meta de construir una sociedad que le garantice a las mujeres una vida
libre de violencia.
22
Algunos ejemplos: Artículo 712 Código Penal de 1.890 derogado en 1.936: "La mujer casada que cometa
adulterio sufrirá una reclusión por el tiempo que quiera el marido, con tal que no se pase de cuatro años.
Si el marido muriese sin haber solicitado la libertad de la mujer y faltare más de un año para cumplir el
término de reclusión, permanecerá en ella un año, después de la reclusión hasta que cumpla su condena".
El artículo 382 del Código Penal que rigió hasta 1981 establecía: “Cuando el homicidio o las lesiones se
cometan por cónyuge, padre o madre, hermano o hermana contra el cónyuge, la hija o la hermana de vida
honesta, a quienes sorprenda en ilegítimo acceso carnal o contra el copartícipe del acto”, caso en el cual se
podía otorgar el perdón judicial y aún eximírsele de responsabilidad, es decir, este artículo solamente se
aplicaba cuando la víctima era de vida honesta, o sea, una mujer.
52
10
incluso en su cédula debía aparecer el apellido del marido antecedido por la palabra
“de”.23
Cuando estés casada, jamás te enfrentarás con él, ni opondrás a su genio tu genio ni a su
intransigencia la tuya. Cuando se enfade, callarás; cuando grite, bajarás tu cabeza sin
replicar, y cuando exija, cederás, pero tampoco te opondrás directamente: esquivarás el
golpe, te harás a un lado y dejarás que pase el tiempo. A sus modales ásperos responderás
con tu delicadeza y a su cara hosca con tu sonrisa.24
23
Establecía el Código Civil: Artículo 177. “La potestad marital es el conjunto de derechos que las leyes
conceden al marido sobre la persona y bienes de la mujer”.
Artículo 178. “El marido tiene derecho para obligar a su mujer a vivir con él y seguirle a dondequiera que
traslade su residencia”.
Artículo 180. “Por el hecho del matrimonio se contrae sociedad de bienes entre los cónyuges, y toma el
marido la administración de los de la mujer”.
Artículo 181. “Sin autorización escrita del marido no puede la mujer casada parecer en juicio, por sí, ni por
procurador, sea demandando, o defendiéndose”.
Artículo 182. “La mujer no puede, sin autorización del marido, celebrar contrato alguno, ni desistir de un
contrato anterior, ni remitir una deuda, ni aceptar o repudiar una donación, herencia o legado, ni adquirir
a título alguno oneroso o lucrativo, ni enajenar, hipotecar o empeñar”.
Artículo 200. “El juez decretará la separación de bienes en el caso de insolvencia o administración
fraudulenta del marido”.
Si los negocios del marido se hallan en mal estado, por consecuencias de especulaciones aventuradas, o e
administración errónea o descuidada, podrá oponerse a la separación, presentando fianzas o hipotecas que
aseguren suficientemente los intereses de la mujer”.
24
Latorre, Virgilio y otros. Citado por: Arcila Arenas, Darío. Ley 224 de 1996: comentarios generales y
análisis crítico. En: Estudios de Derecho. Medellín. No. 127 (1997); págs. 123-124
25
L.28/1932. Artículo 1.
26
L.28/1932. Artículo 5.
53
11
a los 21 años y con ello el derecho de ser elegida en cargos políticos y desempeñar cargos
públicos. Y fue después en 1957, con una reforma plebiscitaria que reformó la
Constitución Nacional y que creó el Frente Nacional, que las mujeres pudieron ejercer
por primera vez en la historia colombiana el derecho al voto alcanzando la igualdad de
derechos políticos entre hombres y mujeres.27
Doce años después, gracias a los cambios sociales y a los reconocimientos que la Ley hizo
a partir de los años los 70s a las mujeres,28 éstas ingresan a un escenario en el cual pueden
defenderse de los abusos de poder al cual estaban sometidas al interior del hogar.
En 1974 con el Decreto 2820 se otorgó igualdad de derechos y obligaciones entre mujeres
y varones, además se consagró que los padres ejercerían conjuntamente la patria potestad
sobre sus hijos menores de 21 años 29 y que “el marido y la mujer tienen conjuntamente la
dirección del hogar30. Posteriormente, con la Ley 1 de 1976, trajo como causales de
separación de cuerpos y divorcio de matrimonio civil, diversas herramientas con las que la
mujer podía suspender la vida en común por maltrato31, infidelidad,32 entre otras causas.
Luego en los años 1981, mediante la Ley 51, se aprobó la "Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer", adoptada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979 y firmada en
Copenhague el 17 de julio de 1980.
Esta Ley definió la expresión “discriminación contra la mujer” como “toda distinción,
exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o por resultado menoscabar
o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su
estado civil, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas
política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera.”33
Luego, mediante el Decreto Ley 999 de 1988 se le permitió a la mujer casada por medio
de escritura pública, adicionar o suprimir el apellido del marido precedido de la
preposición “de”.
27
Ibíd., pág. 138.
28
Lemaitre Ripoll, Julieta (2009). El derecho como conjuro. Bogotá: Siglo del Hombre, pág. 202. En la década
del setenta, en Colombia surgió lo que han llamado algunas historiadoras como “la segunda ola del
feminismo”, dividido entre las mujeres que se rebelaban contra todo tipo de institucionalidad –incluso la
partidista-, y las que se encontraban vinculadas a los partidos políticos como la izquierda socialista y la
Unión de Mujeres Democráticas del Partido Comunista.
29
Decreto 2820 de 1974. Artículo 1 y 24.
30
Decreto 2820 de 1974. Artículo 10.
31
L.1/1976. Artículo 4, numeral 3.
32
L.1/1976. Artículo 4, numeral 1.
33
L. 51/1981. Artículo 1.
54
12
Más adelante, bajo el mandato del presidente Cesar Gaviria Trujillo (1990-1994) se creó
la Consejería Presidencial para la Juventud, la Mujer y la Familia, 36 donde formuló un
programa denominado “la mujer prioridad nacional”, que apuntó a desarrollar acciones
de apoyo legal con las Comisarías de Familia, a apoyar programas económicos y de
capacitación para la mujer jefa de hogar, para la salud de la mujer, para la mujer rural y
para la institucionalidad del programa de Mujer en municipios y departamentos.
Este programa obtuvo logros: el CONPES por primera vez aprueba una política nacional
que favorece a las mujeres, con un enfoque que distingue entre necesidades estratégicas y
necesidades prácticas de la misma, y en la que compromete al Estado en la
transformación de los asuntos de género.
En este sentido, la primera ley que tuvo como objeto prevenir, sancionar y erradicar la
violencia contra la mujer, fue expedida en 1995 con la ratificación de la “Convención
34
Lamus Canavate, Doris. De la subversión a la inclusión: Movimiento de las mujeres de la segunda ola en
Colombia. [En línea]. Consultado el 16 de marzo de 2010 En: http://docs.google.com/viewer?a=v&q
=cache:tK5TOr3aDbQJ:www.rednacionaldemujeres.org/files/24.pdf+Movimiento+de+Mujeres&hl>
35
Ibíd.
36
Creada mediante el Decreto Presidencial 1878 de agosto de 1990, quedando a cargo de la Primera Dama
de la República.
55
13
Más adelante en 1996, el Congreso expide la Ley 29439 en desarrollo del artículo 42 de la
Constitución Política, cuyo objetivo era dar un tratamiento integral, no meramente penal,
a la violencia intrafamiliar, a través de medidas educativo- preventivas, remediales,
protectoras, conciliatorias y sancionatorias.
37
Red Nacional de Mujeres (2005). Informe derechos de las mujeres, Colombia 2005. Bogotá: Corporación
Humanizar, pág. 12
38
Corte Constitucional, C-408/1996.
39
Tuvo como proyecto de ley original, el 1010 de 1994, presentado por la Senadora Piedad Córdoba. Fue
objeto de pocas reformas tanto en la Cámara como en el Senado, muchas de ellas aportando a su
mejoramiento y otras lo desarmonizaron y limitaron su alcance; como resultado del proceso, el Congreso
de la República expidió la Ley 294 de 1996, “por la cual se desarrolla el artículo 42 de la Constitución
Política y se dictan otras normas para prevenir, remediar y sancionar la Violencia Intrafamiliar”,
promulgada por el Presidente Ernesto Samper Pizano, el 16 de julio de 1996.
40
La Ley 882 de 2004 eliminó la violencia sexual como elemento constitutivo de la violencia intrafamiliar.
41
Corte Constitucional, C-273/ 1998.
56
14
presentarse dentro de los ocho días siguientes a la ocurrencia de los hechos y, sobre todo,
porque favorece el uso de la intimidación por parte del agresor para evitar que se tramite
la denuncia y por lo tanto la víctima se puede excusar de comparecer.
El texto original del tipo penal Violencia Intrafamiliar consagrado en la Ley 599 del
200044 expresaba lo siguiente:
42
Plan de desarrollo de Andrés Pastrana Arango: Cambio para construir la paz. [En línea]. Consultado el
22 de febrero de 2010 En: http//www.dnp.gov.co
43
Bajo esta política y mediante el Decreto 1477 del 2000 por el cual se adopta el programa de Casas de
Justicia las cuales se definen en el artículo 2 como “centros multiagenciales de información, orientación,
referencia y prestación de servicios de resolución de conflictos, donde se aplican y ejecutan mecanismos de
justicia formal y no formal. Con ellas se pretende acercar la justicia al ciudadano orientándolo sobre sus
derechos, previniendo el delito, luchando contra la impunidad, facilitándole el uso de los servicios de
justicia formal y promocionando la utilización de mecanismos alternativos de resolución de conflictos”.
44
Gaceta Asamblea Nacional Constituyente 85. Informe ponencia para primer debate. [En línea].
Consultado el 21 de marzo de 2010 En: http//www.secretariasenado.gov/antecedentesley.htm, en la
Gaceta del Senado No. 510 del viernes 03 de diciembre de 1999 en ponencia para el segundo debate para
la aprobación de la Ley, se sostuvo en cuanto a los delitos contra la familia, que según investigaciones
realizadas el problema mayor de las parejas se da en la violencia dentro del hogar “como consecuencia de
las luchas feministas de los años sesenta, todo lo que suceda en el ámbito de la vida privada tiene la
posibilidad de hacerse público cuando se lesionen bienes jurídicos de los ciudadanos. Esto se dio en la
medida en que cada vez son más las mujeres víctimas de tales agresiones dando pie a tipificar esta conducta.
57
15
La pena se aumentara de la mitad a las tres cuartas partes cuando el maltrato recaiga sobre
un menor.45
Luego con la Ley 882 del 2004 modificó este artículo definiendo el tipo penal así:
La pena se aumentará de la mitad a las tres cuartas cuando el maltrato, recaiga sobre un
menor, una mujer, un anciano, una persona que se encuentre en incapacidad o
disminución física, sensorial y psicológica o quien se encuentre en estado de
indefensión.46
Luego, en el año 2007, mediante la Ley 1142 en su artículo 33, reforma parcialmente la
disposición consagrada en el artículo 229 del Código Penal, estableciendo que el delito de
violencia intrafamiliar será sancionado con prisión de cuatro (4) a ocho (8) años. A la par
modificó el término de anciano por el de persona mayor de sesenta y cinco años (65).
También estipuló un parágrafo en el que se incluyen otras personas, que sin ser miembros
del núcleo familiar, están encargadas del cuidado de uno o varios integrantes de la
familia, quedando así:
La pena se aumentará de la mitad a las tres cuartas partes cuando la conducta recaiga
sobre un menor, una mujer, una persona mayor de sesenta y cinco (65) años, o que se
encuentre en incapacidad o disminución física, sensorial y psicológica o quien se
encuentre en estado de indefensión. Parágrafo: a la misma pena quedará sometido quien,
no siendo miembro del núcleo familiar, sea encargado del cuidado de uno o varios
miembros de una familia en su domicilio o residencia, y realice alguna de las conductas
descritas en el presente capítulo.
Pero la protección quiso ser más amplia pues no sólo se tipifica para con las mujeres si no que también
buscar proteger a la parte más débil de la relación familiar”.
45
L.599/2000.
46
L.882/2004.
58
16
Con la modificación que introdujo esta ley, el tipo penal se amplió al incluir a otras
personas encargadas de uno o varios de los miembros de la familia, como es el caso de la
niñera, la enfermera interna del hogar, quienes no deberían responder por este tipo de
delito, sino más bien por unas lesiones personales. Pero es razonable este parágrafo del
artículo 229 de la Ley 599 de 2000 en la medida en que la Ley 1257 del 2008 en su
artículo 24 modificó el artículo 43 del Código de Procedimiento Penal estableciendo
quienes conforman el núcleo familiar.
Artículo 24. Adiciónense al artículo 43 de la Ley 599 de 2000 los siguientes numerales:
Para los efectos previstos en este artículo, la afinidad será derivada de cualquier forma de
matrimonio, unión libre.47
De esta forma se puede concluir que el tipo penal de violencia intrafamiliar ha tenido
variaciones importantes, pero más que ampliar la disposición, agravarla y aumentar la
pena de prisión, hay que ser conscientes con la realidad que se vive sobre todo con los
derechos de la mujer, significa que la normatividad no sea una de aquellas tantas formas
donde se refleja el poder simbólico del derecho sin trascender a la realidad.48
Además de esta violencia que se vive al interior de la familia, mediante el Auto 092 de
2008 la Corte Constitucional* tuvo que adoptar medidas comprehensivas para la
protección de los derechos fundamentales de las mujeres desplazadas por el conflicto
armado en el país y la prevención del impacto de género desproporcionado del conflicto
armado y del desplazamiento forzado; tales medidas consisten, en síntesis, en (i) órdenes
47
L.1257/2008.
48
Arcila Arenas, Op. Cit., pág. 15. Al respecto señala “Así podemos concluir que en el tipo penal de delito
de Violencia Intrafamiliar se pretende proteger el bien jurídico de la armonía en la relaciones familiares, el
respeto entre los integrantes de la familia y la unidad de ésta, contra el cual atenta toda forma de violencia
entre éstos. Pero debemos reconocer que es difícil precisar el contenido y alcance de ese bien, por lo
amplios y subjetivos que resultan estos deseables valores familiares”.
*
Mediante dicho instrumento la Corte declara que la situación de las mujeres en condición de
desplazamiento es una de las manifestaciones más críticas del estado de cosas inconstitucional. Lo anterior
se debe al impacto de género desproporcionado del conflicto armado y del desplazamiento, que se
manifiesta en: el riesgo de violencia sexual o abuso sexual, de explotación o esclavización para ejercer
labores domésticas y roles considerados femeninos en una sociedad; el riesgo de reclutamiento forzado de
sus hijos e hijas, lo que se hace más grave cuando la mujer es cabeza de familia; los riesgos derivados de las
relaciones familiares o personales con los integrantes de alguno de los grupos armados ilegales; los riesgos
derivados de su pertenencia a organizaciones sociales, comunitarias o políticas de mujeres; el riesgo de
persecución y asesinato por las estrategias de control coercitivo; el riesgo por el asesinato o desaparición de
su proveedor económico o por la desintegración de sus grupos familiares y de sus redes de apoyo material y
social; el riesgo de ser despojadas de sus tierras y su patrimonio con mayor facilidad; y los riesgos derivados
de la condición de discriminación y vulnerabilidad acentuada de las mujeres indígenas y afrodescendientes;
Luego de valorar estas situaciones la Corte ordena al Gobierno que adopte un programa para la prevención
de estos riesgos en un término breve para atender la gravedad de este asunto.
59
17
de creación de trece (13) programas específicos para colmar los vacíos existentes en la
política pública para la atención del desplazamiento forzado desde la perspectiva de las
mujeres, de manera tal que se contrarresten efectivamente los riesgos de género en el
conflicto armado y las facetas de género del desplazamiento forzado, (ii) el establecimiento
de dos presunciones constitucionales que amparan a las mujeres desplazadas, 49 (iii) la
adopción de órdenes individuales de protección concreta para seiscientas (600) mujeres
desplazadas en el país, y (iv) la comunicación al Fiscal General de la Nación de numerosos
relatos de crímenes sexuales cometidos en el marco del conflicto armado interno
colombiano.
Por último, este escrito termina con el inicio de una nueva fase en el reconocimiento de
los derechos de la mujer en Colombia: la Ley 1257 de 2008, la cual volvió a poner en el
centro de la agenda pública la adopción de normas que permitan garantizar a todas las
mujeres del país una vida libre de violencias, tanto en el ámbito público como en el
privado. Dicha ley devuelve a los Jueces de Familia las competencias para imponer
medidas de protección en los casos de agresiones y maltratos ejercidos en el hogar, sin
que las comisarías pierdan esta función y reafirma la violencia intrafamiliar como delito
de oficio, lo que obliga al Estado a investigar y sancionar al agresor, aunque la víctima
desee desistir o conciliar su denuncia.
Conclusiones
49
a. La presunción constitucional de vulnerabilidad acentuada de las mujeres desplazadas, para efectos de
su acceso a los distintos componentes del SNAIPD y de la valoración integral de su situación por parte de
los funcionarios competentes para atenderlas; y b. La presunción constitucional de prórroga automática de
la ayuda humanitaria de emergencia a favor de las mujeres desplazadas, hasta que se compruebe la
autosuficiencia integral y en condiciones de dignidad de cada mujer en particular.
50
Al respecto puede leerse el texto de Julieta Lemaitre Ripoll “El Derecho como conjuro” donde la autora
muestra el derecho como fetiche, es decir, con un poder negativo de engañar y de dar sentido al mundo de
los que creen en él.
51
García Villegas, Mauricio (1993). La eficacia simbólica del derecho. Bogotá: Universidad de los Andes,
pág. 18
60
18
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por la Ley 575 de 2000.
Lemaitre Ripoll, Julieta (2009). El derecho como conjuro. Bogotá: Siglo del Hombre, pág.
426
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L. 882/ 2004. Por medio de la cual se modifica el artículo 229 de la Ley 599 de 2000.
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conquistas sociales. Medellín: Universidad de Antioquia, pág. 384