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Hermenéutica, entendiendo la Palabra de Dios.

EL RECORRIDO INTERPRETATIVO
EN EL A NTIGUO T ESTAMENTO .

1. N ARRACIÓ N .
El A. T. contiene algunos relatos extraordinarios. Las narraciones (relatos)
ocupan casi la mitad del A. T. Los libros siguientes contienen grandes
porciones de material narrativo: Génesis, Éxodo, Números, Josué, Jueces, Rut,
1ª y 2ª Samuel, 1ª y 2ª Reyes, 1ª y 2ª Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester,
Daniel, Jonás y Hageo. Otros intercalan importantes extensiones narrativas en
su texto: Job, Isaías, Jeremías y Ezequiel.

La narración se caracteriza por seguir una acción secuencial en el tiempo y


que consta de un argumento, un escenario y unos personajes. Los relatos,
más que decirnos lo que hemos o no hemos de hacer, nos muestran
mediante las acciones de los personajes cómo hemos de vivir.

La narración describe acontecimientos verdaderos e históricos. No obstante,


es mucho más que mera Historia. El propósito de estos relatos es teológico,
por ello, es lícito hablar de ellos como “historia teológica”.

Dios escogió la literatura narrativa para comunicar su mensaje por la facilidad


que tiene este género literario para conectar con las personas. Las
narraciones se distinguen por su asombrosa capacidad interactiva. Nos retan,
nos interesan, nos reprenden, nos hacen pensar y nos entretienen. Se graban
en nuestra memoria. Nos implican tanto emocional como intelectualmente.
Nos enseñan acerca de Dios y del plan para su pueblo. Nos enseñan también
acerca de toda clase de personas y acerca de la vida con todas sus
complejidades y ambigüedades.

Por otra parte, el uso de la narración para comunicar la verdad teológica,


lleva aparejadas ciertas “desventajas”:

- El significado de las narraciones puede ser sutil o ambiguo y


difícil de expresar con claridad; el lector casual puede pasarlo por
alto.
- El lector puede quedar embelesado con el relato en sí y perder
de vista su significado.
- El lector puede asumir que, puesto que la literatura es narración,
ésta trata solo de Historia y no de Teología.
- El lector puede sacar demasiada Teología de la narración (por
medio de la interpretación alegórica).

A. C ARACTERÍSTICAS LITERARIAS DE LA NARRACIÓN .

En este curso ya hemos aprendido técnicas para leer con cuidado. Varias de
las características que buscamos en otras formas literarias son también
rasgos importantes de la narración. Sin embargo, cuatro elementos propios
de este género son los siguientes:

a. ARGUMENTO.
La exploración del argumento responde a las preguntas
interpretativas “¿qué?” y “¿cómo?”.
El argumento es la estructura organizativa que vincula los
elementos de la narración y el rasgo que cohesiona los episodios
individuales para que formen un relato más extenso y coherente.
En las narraciones del A. T. la mayoría de los argumentos tienen
tres elementos esenciales:
1. La exposición.
2. El conflicto: puede ser interno (la crisis de un personaje)
o externo (entre dos personajes o grupos).
Frecuentemente, en el A. T. el conflicto se produce
entre Dios y su pueblo.
3. La resolución de la trama.

b. ESCENARIO.
El escenario está relacionado con las preguntas “¿cuándo?” y
“¿dónde?”. El escenario es importante, pues los acontecimientos
se producen en un telón de fondo específico y este marco afecta
al modo en que entendemos la narración. Es importante advertir
cualquier cambio de escenario que se produzca en el relato.
Ejemplo:

Rut 1:1: “Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre
en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab,
él y su mujer, y dos hijos suyos”.

En este texto, el escenario temporal vincula la narración con el


libro de los jueces. Por su parte, el escenario geográfico tiene
mucha importancia (especialmente porque cambia varias veces
en el trascurso del relato).

c. PERSONAJES.
Los personajes son la respuesta a la pregunta “¿quién?” y
representan un elemento crucial de toda narración. Éstos llevan
a cabo la acción e imprimen movimiento al argumento. Por regla
general, el significado que se transmite en el texto está vinculado
a la conducta de al menos uno de los personajes de la narración.
No obstante, fieles a la realidad, los personajes son complejos. La
Biblia nos habla de la vida real, y las personas que aparecen en
sus relatos son verdaderos seres humanos, con sus aciertos,
errores y contradicciones. Uno de los errores más comunes es el
de asumir que todos los personajes de la narración son modelos
a seguir. Algunos personajes son modelos negativos y, por otra
parte, hemos de tener en cuenta que la mayor parte de los
personajes principales (a excepción de Dios) son una mezcla de
rasgos buenos y malos. Pocos personajes salen incólumes de la
narración.
Por otra parte, los autores no siempre nos permiten conocer los
pensamientos o sentimientos de los personajes. A menudo, nos
encontramos con lagunas o ambigüedades que, como lectores,
nos esforzamos en dilucidar planteando ciertas posibilidades.
Por último, decir que en la mayor parte de la narración
veterotestamentaria, Dios es el personaje central. ¡Participa en
más de doscientos diálogos! Los relatos del A. T. Nos ofrecen la
oportunidad de ver a Dios en acción en un buen número de
situaciones. Dios no es un ente abstracto que sentimos, sino una
persona que habla, se relaciona, se enfada, plantea argumentos,
ama… Nunca debemos perderle de vista en los relatos. ¡Él es el
verdadero héroe! Si nuestra meta es conocerle, es entonces
imperativo que procuremos escuchar lo que intenta decirnos
acerca de sí mismo través de de estos textos narrativos.

d. EL PUNTO DE VISTA DEL NARRADOR.


El narrador es el responsable de transmitir el significado a los
lectores por medio del relato. En ocasiones, nos expresa su
punto de vista con toda claridad mediante breves resúmenes o
valoraciones.
Ejemplo:

2Re 17:6-7: “En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó
a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en
las ciudades de los medos. Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su
Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de
Egipto, y temieron a dioses ajenos,…”

Sin embargo, en ocasiones, el autor permanece neutral, son más


bien los personajes y su proceder quienes van hablando por sí
mismos. El narrador espera que sea el lector el que discierna qué
es lo que está bien y qué es lo que está mal.

También es posible que el narrador dé la impresión de aprobar un


acontecimiento en concreto, cuando de hecho no lo hace. En
estos casos nos da, por regla general, algunas sutiles claves para
que entendamos cuál es su verdadero punto de vista.

Por ejemplo, en el relato de 1ª Reyes 1-11 el autor traza a grandes


rasgos un cuadro del maravilloso reino de Salomón, pero
comienza a hacer ciertos comentarios que muestran su verdadero
punto de vista acerca de Salomón. Consideremos la callada
observación de 1ª Reyes 3. 3: “Mas Salomón amó a Jehová,
andando en los estatutos de su padre David; solamente
sacrificaba y quemaba incienso en los lugares altos”.

Si observamos con atención, captaremos este tipo de detalles y


claves que el narrador ha ido dejando para marcarnos el
verdadero camino y permitirnos entender el sentido que quería
dar a su relato.

Hay una característica muy importante que ya se ha mencionado con


anterioridad, pero que vale la pena repetir de nuevo. Se trata de la
comparación y el contraste.

e. Comparación/contraste.
Esta técnica es un importante recurso que se utiliza en la
narración del A. T. para desarrollar el argumento e imprimir
movimiento al relato.
El contraste más extenso y prolongado del Antiguo Testamento
es el que se plantea entre Saúl y David. Es una comparación muy
detallada y se desarrolla a lo largo de un buen número de
capítulos. Al lado de David, Saúl es patético. Reconocer este
contraste es vital para entender el mensaje de 1ª Samuel.

B. E L C ONTEXTO LITERARIO : EL RELATO GENERAL .

Es importante localizar el episodio que estamos estudiando en el contexto de


las narraciones que lo rodean. Asimismo, es importante seguir relacionando
las partes con el todo. En este sentido, es imperativo que relacionemos cada
relato con el argumento general del libro en el que se ubica. Hemos de
preguntarnos qué papel desempeña el episodio en cuestión dentro del relato
de todo el libro. Las interpretaciones que no encajan dentro de la línea
general del relato son, probablemente, incorrectas.

Ahora bien, ¿qué porción del texto deberíamos leer para situar un episodio
en su contexto adecuado? Nos serán útiles las siguientes directrices:

- Tengamos presente el relato general del A. T. Exploremos el


papel que desempeña el personaje o el episodio dentro del
marco general.
- Estudiemos los temas y el mensaje general del libro de la Biblia
en el que se encuentra el episodio objeto de nuestro estudio. Si
es posible, leamos todo el libro. Busquemos conexiones entre el
capítulo que estamos estudiando y el resto del libro.
- Es importante leer la totalidad del relato general. Por ejemplo, si
estamos estudiando un suceso de la vida de Abraham, leamos
entonces todo el relato de la vida del patriarca. Intentemos
determinar cómo encaja el acontecimiento que estamos
estudiando dentro de este relato general.
- Leamos tres capítulos como mínimo: el capítulo en el que se
desarrolla el episodio objeto de estudio, el capítulo que lo
precede y el que le sigue.

Las consideraciones que se han presentado, nos ayudarán a avanzar de manera


más precisa por el recorrido interpretativo:

EL RECORRIDO INTERPRETATIVO.

Hemos de tener en cuenta que leemos e interpretamos el A. T. como


cristianos. Así, tras comprender el texto en su contexto (paso 1), examinar las
diferencias (paso 2) y formular los principios teológicos pertinentes (paso 3),
hemos de dar un nuevo paso. Antes de pasar a la aplicación, es importante
que filtremos el principio teológico a través del tamiz del Nuevo Testamento,
para ver lo que sus enseñanzas han de añadir al principio, o si éstas han de
modificarlo de algún modo. Por ello, aunque en el Nuevo Testamento el
recorrido interpretativo ha constado de cuatro pasos, pasará a tener cinco en
el Antiguo.

P AS O 1: C O M PR E ND E R E L T E X T O E N E L Á M B I TO
( C O NT E X T O ) DE LO S R E C E P T OR E S
OR I G I N A L E S .

PREGUNTA: ¿QUÉ SIGNIFICÓ EL TEXTO PARA LOS


RECEPTORES BÍBLICOS?

Utilicemos nuestras dotes de observación. Advirtamos los detalles.


Busquemos conexiones. Analicemos los contextos literario e histórico.
Identifiquemos la línea de la narración general del libro en que nos
encontramos, e intentemos situar el relato dentro de la narración más
extensa. Redactemos una declaración de lo que el texto significó para los
receptores bíblicos.

P AS O 2: E X A M I NA R LA S D IF E R E NC I A S .

PREGUNTA: ¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS ENTRE LOS


RECEPTORES BÍBLICOS Y NOSOTROS?

Identifiquemos las diferencias entre los receptores originales y nosotros.


Hemos de poner especial atención en recordar el cambio de pactos (ya no
estamos bajo la ley). Otras diferencias importantes con las que podemos
encontrarnos son las que tienen que ver con la tierra, la monarquía, la
conquista de Canaán, los sacrificios, etc.
P AS O 3: I D E NT I F I C A R LO S PR I NC I P I O S T E OL Ó G I C OS .

PREGUNTA: ¿CUÁL ES EL PRINCIPIO TEOLÓGICO QUE


SUBYACE EN ESTE TEXTO?

Identifiquemos posibles similitudes entre la situación de los receptores


bíblicos y la nuestra. Busquemos los principios teológicos que se relacionan
con ambas situaciones, pero que se derivan del texto.

Recordemos que los criterios para establecer principios teológicos a partir de


los textos bíblicos son los siguientes:

- El principio ha de estar reflejado en el texto.


- Ha de ser un principio atemporal, no vinculado a una situación
específica.
- No puede ser un principio supeditado a consideraciones
culturales.
- Ha de armonizar con la enseñanza del resto de la Escritura.
- Debe ser pertinente tanto a los receptores bíblicos como a los
creyentes contemporáneos.

P AS O 4: P A S AR AL N U E V O T E S TA M E NT O .

PREGUNTA: ¿EL NUEVO TESTAMENTO MODIFICA O MATIZA


ESTE PRINCIPIO? ¿CÓMO?

Hemos de intentar determinar si el N. T. trata o no las cuestiones suscitadas


por el texto. ¿Modifica de alguna manera el Nuevo Testamento el principio
teológico en cuestión o lo hace más específico? Nuestra meta es determinar
cómo se interpreta el pasaje en el contexto del Nuevo Testamento. El
significado que establecemos en este paso ha de ser aplicable a cualquier
creyente del N. T.

P A S O 5: C O M PR E ND E R E L T E X T O E N NU E S T R O
CONTEXTO.

PREGUNTA: ¿CÓMO DEBERÍAN APLICAR LOS CRISTIANOS DE


NUESTROS DÍAS EL PRINCIPIO TEOLÓGICO A SUS VIDAS?

Hemos de ser lo más específicos posible. Debemos recordar que pueden


hacerse numerosas aplicaciones de los principios teológicos.

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