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EL RECORRIDO INTERPRETATIVO
EN EL A NTIGUO T ESTAMENTO .
1. N ARRACIÓ N .
El A. T. contiene algunos relatos extraordinarios. Las narraciones (relatos)
ocupan casi la mitad del A. T. Los libros siguientes contienen grandes
porciones de material narrativo: Génesis, Éxodo, Números, Josué, Jueces, Rut,
1ª y 2ª Samuel, 1ª y 2ª Reyes, 1ª y 2ª Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester,
Daniel, Jonás y Hageo. Otros intercalan importantes extensiones narrativas en
su texto: Job, Isaías, Jeremías y Ezequiel.
En este curso ya hemos aprendido técnicas para leer con cuidado. Varias de
las características que buscamos en otras formas literarias son también
rasgos importantes de la narración. Sin embargo, cuatro elementos propios
de este género son los siguientes:
a. ARGUMENTO.
La exploración del argumento responde a las preguntas
interpretativas “¿qué?” y “¿cómo?”.
El argumento es la estructura organizativa que vincula los
elementos de la narración y el rasgo que cohesiona los episodios
individuales para que formen un relato más extenso y coherente.
En las narraciones del A. T. la mayoría de los argumentos tienen
tres elementos esenciales:
1. La exposición.
2. El conflicto: puede ser interno (la crisis de un personaje)
o externo (entre dos personajes o grupos).
Frecuentemente, en el A. T. el conflicto se produce
entre Dios y su pueblo.
3. La resolución de la trama.
b. ESCENARIO.
El escenario está relacionado con las preguntas “¿cuándo?” y
“¿dónde?”. El escenario es importante, pues los acontecimientos
se producen en un telón de fondo específico y este marco afecta
al modo en que entendemos la narración. Es importante advertir
cualquier cambio de escenario que se produzca en el relato.
Ejemplo:
Rut 1:1: “Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre
en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab,
él y su mujer, y dos hijos suyos”.
c. PERSONAJES.
Los personajes son la respuesta a la pregunta “¿quién?” y
representan un elemento crucial de toda narración. Éstos llevan
a cabo la acción e imprimen movimiento al argumento. Por regla
general, el significado que se transmite en el texto está vinculado
a la conducta de al menos uno de los personajes de la narración.
No obstante, fieles a la realidad, los personajes son complejos. La
Biblia nos habla de la vida real, y las personas que aparecen en
sus relatos son verdaderos seres humanos, con sus aciertos,
errores y contradicciones. Uno de los errores más comunes es el
de asumir que todos los personajes de la narración son modelos
a seguir. Algunos personajes son modelos negativos y, por otra
parte, hemos de tener en cuenta que la mayor parte de los
personajes principales (a excepción de Dios) son una mezcla de
rasgos buenos y malos. Pocos personajes salen incólumes de la
narración.
Por otra parte, los autores no siempre nos permiten conocer los
pensamientos o sentimientos de los personajes. A menudo, nos
encontramos con lagunas o ambigüedades que, como lectores,
nos esforzamos en dilucidar planteando ciertas posibilidades.
Por último, decir que en la mayor parte de la narración
veterotestamentaria, Dios es el personaje central. ¡Participa en
más de doscientos diálogos! Los relatos del A. T. Nos ofrecen la
oportunidad de ver a Dios en acción en un buen número de
situaciones. Dios no es un ente abstracto que sentimos, sino una
persona que habla, se relaciona, se enfada, plantea argumentos,
ama… Nunca debemos perderle de vista en los relatos. ¡Él es el
verdadero héroe! Si nuestra meta es conocerle, es entonces
imperativo que procuremos escuchar lo que intenta decirnos
acerca de sí mismo través de de estos textos narrativos.
2Re 17:6-7: “En el año nueve de Oseas, el rey de Asiria tomó Samaria, y llevó
a Israel cautivo a Asiria, y los puso en Halah, en Habor junto al río Gozán, y en
las ciudades de los medos. Porque los hijos de Israel pecaron contra Jehová su
Dios, que los sacó de tierra de Egipto, de bajo la mano de Faraón rey de
Egipto, y temieron a dioses ajenos,…”
e. Comparación/contraste.
Esta técnica es un importante recurso que se utiliza en la
narración del A. T. para desarrollar el argumento e imprimir
movimiento al relato.
El contraste más extenso y prolongado del Antiguo Testamento
es el que se plantea entre Saúl y David. Es una comparación muy
detallada y se desarrolla a lo largo de un buen número de
capítulos. Al lado de David, Saúl es patético. Reconocer este
contraste es vital para entender el mensaje de 1ª Samuel.
Ahora bien, ¿qué porción del texto deberíamos leer para situar un episodio
en su contexto adecuado? Nos serán útiles las siguientes directrices:
EL RECORRIDO INTERPRETATIVO.
P AS O 1: C O M PR E ND E R E L T E X T O E N E L Á M B I TO
( C O NT E X T O ) DE LO S R E C E P T OR E S
OR I G I N A L E S .
P AS O 2: E X A M I NA R LA S D IF E R E NC I A S .
P AS O 4: P A S AR AL N U E V O T E S TA M E NT O .
P A S O 5: C O M PR E ND E R E L T E X T O E N NU E S T R O
CONTEXTO.