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El forastero misterioso

El forastero misterioso

de Mark Twain 

Género Novela 

Subgénero Literatura fantástica 

Idioma Inglés 

Título original The Mysterious Stranger 

Texto original The Mysterious Stranger en Wikisource

Ilustrador N.C. Wyeth 

Editorial Harper 

País Estados Unidos 

Fecha de publicación 1916 

Serie

Recuerdos personales de Juana de


El forastero misterioso
Arco y  My Platonic Sweetheart 

[editar datos en Wikidata]

El forastero misterioso (The Mysterious Stranger) es la última novela que intentó realizar el


autor estadounidense Mark Twain. Trabajó en ella de forma periódica de 1897 a 1908. El
centro de la obra es un comentario social serio de Twain que trata de sus ideas acerca del
sentido moral y la "maldita raza humana".
Twain escribió varias versiones de la historia, todas inconclusas y con el personaje de
"Satanás". La primera versión importante es la que comúnmente se conoce como The
Chronicle of Young Satan y cuenta las aventuras de Satanás, el sobrino sin pecado
del Satanás bíblico, en un pueblo de Austria en la Edad Media. La historia termina
abruptamente en medio de una escena en la que Satanás entretiene a un príncipe de
la India.
En la segunda versión importante Twain intentó escribir lo que se conoce como School
house Hill, que presenta a los conocidos personajes Huckleberry Finn y Tom Sawyer y sus
aventuras con Satanás, que en esta versión es " "No. 44, New Series 864962", y se
encuentra en los EE. UU.
En la tercera versión, llamada Nº. 44, the Mysterious Stranger: Being an Ancient Tale Found
in a Jug and Freely Translated from the Jug, se vuelve a la Austria medieval y habla de la
misteriosa aparición de Nº 44 en la puerta de una imprenta y su uso de poderes celestiales
para exponer la futilidad de la existencia de la humanidad. Esta versión también introduce
una idea que rondaba la mente de Twain al final de su vida, la dualidad del "yo", uno que es
el "yo en vigilia" y el otro es el "Ser del Sueño". Twain explora estas ideas a través del uso de
"duplicados", copias de los trabajadores de la imprenta realizadas por Nº. 44. Esta versión
contiene una conclusión, sin embargo, se considera que no está tan completa como Twain
habría querido.
La edición publicada en 1916 se compone principalmente de una mezcla de la
versión Chronicle of Young Satan ampliamente editada a la que se añade una versión
ligeramente alterada del final de No. 44. Albert Bigelow Paine, que tenía la posesión
exclusiva de la obra inacabada de Twain después de la muerte de éste y la mantuvo en
privado, buscó en los manuscritos de Twain y encontró el final previsto apropiado para El
forastero misterioso. Tras la muerte de Paine en 1937, Bernard DeVoto pasó a poseer los
manuscritos de Twain y los liberó al público. A partir de la década de 1960, los críticos
estudiaron las copias originales de la historia y descubrieron que el final que Paine eligió
para El forastero misterioso se refería a personajes de versiones distintas de la historia (por
ejemplo, Nº44 en lugar de Satanás) y que los nombres originales habían sido tachados y
escritos con la letra de Paine.
En todo caso, la versión del libro que fue publicada, mantiene las críticas de Twain a lo que él
cree que es la hipocresía de la religión organizada, que es el tema de gran parte de los
últimos escritos de Twain.
En 1969, la Universidad de California Press publicó, como parte de The Mark Twain Papers
Series, una edición erudita de los tres manuscritos inalterados. Según los editores del
"Proyecto Mark Twain", No. 44, the Mysterious Stranger es la versión más cercana posible a
lo que Twain habría publicado si hubiera vivido para hacerlo. Además de la omisión de una
cuarta parte del texto original, la versión de Paine inventa el personaje de un astrólogo que
se hace responsable de las fechorías del padre Adolfo.1 Se reeditó en 2005.

Resumen de la versión de Paine[editar]


En 1590 unos chicos llevan vidas felices en un pueblo remoto de Austria llamado Eseldorf
(Esel significa "asno" en alemán y se puede referir a una persona estúpida o ignorante, y
"dorf" significa pueblo, por lo que en esencia se trata de un pueblo de gente estúpida). La
historia está narrada por uno de los muchachos, Theodor, yerno del organista del pueblo, en
una narración en primera persona. Un día, un hermoso chico adolescente llamado Satanás
aparece en el pueblo. Él explica que es un ángel y el sobrino del ángel caído Satanás. El
joven Satanás realiza varias hazañas mágicas. Afirma ser capaz de prever el futuro e informa
al grupo de futuros sucesos desafortunados que pronto han de acontecer a los que les
importan. Los chicos no creen las afirmaciones de Satanás hasta que uno de sus
predicciones se hace realidad. Satanás procede a describir nuevas tragedias que caerán
sobre sus amigos. Los niños suplican a Satanás que interceda. Satanás accede, pero opera
bajo una definición técnica de misericordia. Por ejemplo, en lugar de una muerte lenta debido
a una enfermedad, Satanás simplemente hace que uno de los amigos de Theodor muera
inmediatamente.
Empiezan a producirse todo tipo de sucesos: - juicios de brujas, incendios, ahorcamientos,
muertes e histeria colectiva. Satanás se desvanece con una breve explicación:
"Tú no eres tú. No tienes cuerpo, sangre, huesos, no eres más que un pensamiento. Yo
mismo no tengo existencia; Soy solo un sueño, tu sueño, una criatura de tu imaginación. En
un momento te habrás dado cuenta de esto, y entonces, me desterrarás de tus visiones y yo
me disolveré en la nada de la cual me has creado."
"Dentro de poco estarás solo en el espacio ilimitado, para vagar por sus soledades infinitas
sin amigo ni compañero para siempre..., porque siempre serás un pensamiento, el único
pensamiento existente, y, por naturaleza, inextinguible, indestructible. Pero yo, tu pobre
sirviente, te he revelado a ti mismo y te he liberado. ¡Sueña otros sueños, y mejores!"

"Extraño que no lo hubieras sospechado hace años... ¡hace siglos, edades, eones! Porque
has existido sin compañero a lo largo de todas las eternidades. ¡Extraño de veras que no
hayas sospechado que tu universo y sus contenidos son solo sueños, visiones, ficción!
Extraño, porque son tan franca e histéricamente locos... como todos los sueños: un Dios que
podía crear buenos hijos tan fácilmente como malos, y, sin embargo, prefirió crearlos malos;
que podría haberlos hecho felices a todos, y, sin embargo, nunca hizo feliz a ninguno; que
los hizo capaces de estimar su amarga vida, y aun así la hizo mezquinamente breve; que dio
a sus ángeles la felicidad eterna sin ganársela, y, sin embargo, exigió que sus otros hijos la
ganaran; que dio a sus ángeles vidas sin dolor, y afligió a sus otros hijos con miserias
ásperas y enfermedades de la mente y del cuerpo; que habla de la justicia e inventó el
infierno..., habla de la Regla de oro y de perdonar setenta veces e inventó el infierno; que
pregona la moral a otras personas y no tiene ninguna él mismo; que desaprueba los
crímenes y, sin embargo, los comete todos; que, sin ser invitado, creó al hombre, y luego
trata de librarse de las responsabilidades de los actos del hombre, dejándosela solo a éste,
en vez de colocarla honradamente donde debe estar, sobre él mismo; y finalmente, con una
divina torpeza, ¡invita a este pobre esclavo maltratado a adorarlo!..."

"Ahora comprendes que estas cosas son todas imposibles, salvo en un sueño. Comprendes
que son puras locuras pueriles, las creaciones ridículas de una imaginación que no está
consciente de sus monstruosidades; en una palabra, que son un sueño y tú eres su creador.
Todas las señales del sueño son visibles; debías haberlas reconocido antes."

"Es verdad lo que te he revelado; no hay Dios, ni universo, ni raza humana, ni vida terrestre,
ni cielo, ni infierno. Todo es un sueño..., un sueño grotesco y disparatado. Nada existe salvo
tú. Y tú no eres más que un pensamiento..., ¡un pensamiento errante, un pensamiento inútil,
un pensamiento desamparado, vagando solitario entre las eternidades!

Libros Recomendados: El Forastero Misterioso, del autor Mark Twain


El Forastero Misterioso

Autor: Mark Twain
Género: Novelas / Literatura Fantástica / Filosofía
Año de publicación: 1916
Idioma: Español / Idioma Original: Inglés
Título Original: The Mysterious Stranger
Breve descripción:
“Fue el año 1590. Invierno. Austria quedaba muy lejos del mundo y dormía; para Austria era
todavía el Medioevo, y prometía seguir siéndole siempre. Ciertas personas retrocedían
incluso siglos y siglos asegurando que en el reloj de la inteligencia y del espíritu se hallaba
Austria todavía en la Edad de la Fe”.
A esta recóndita, adormilada y pacífica aldea de Austria, llega por sorpresa un exótico sujeto
llamado Satanás, un sobrino del "ángel caído", pero que todavía es mensajero de Dios. Él
dice de sí mismo que es un ángel y asegura que puede realizar todo tipo de proezas mágicas
y milagrosas como también predecir el futuro.
Theodor Fischer, un niño que vive en esa aldea austriaca en los últimos años del siglo XVI,
es quien se encuentra con el misterioso forastero y sólo él y sus amigos tienen conocimiento
de la verdadera naturaleza de ese ángel; el resto de los ciudadanos lo tienen por Philip
Traum, un simple forastero.
El extraño personaje no tardará en dar vuelta el armonioso mundo de aquellos aldeanos, y
no sólo por sus hazañas fantásticas sino también por su intenso esfuerzo por poner en
ridículo a la naturaleza humana, que desde su punto de vista es mucho más bestial que la
del mundo animal.
Con una incalculable imaginación que trasciende la literatura fantástica, el autor se burla de
los rituales religiosos y de la insensibilidad social por medio de un humor agudo e instigador,
mucho más áspero del que empleó en el conjunto de sus obras más célebres.
Esta obra tiene como eje central una crítica social trascendental del autor que manifiesta sus
ideas acerca del significado de la moral y la condición humana. Es considerada uno de los
títulos más sarcásticos y mordaces de su autor.

Nota: esta descripción es solo una breve sinopsis informativa del libro y no pretende ser un
resumen que reemplace su lectura. Nosotros no realizamos ni
comercializamos resúmenes completos ni parciales de las obras originales.

Algunas frases del libro:


"Nosotros, los muchachos, estábamos en el secreto de todo, y lo habríamos dicho si eso nos
hubiera sido posible; pero no podíamos. Nos sentíamos muy agradecidos a Satanás por
acudir a nosotros con tan eficaz ayuda en el momento en que la necesitábamos."
"Hay entre vosotros, los muchachos, un juego: colocáis una hilera de ladrillos en pie, a unas
pulgadas de distancia los unos de los otros; luego empujáis un ladrillo; éste golpea al
siguiente, el siguiente golpea al otro, y así hasta que toda la hilera se ha venido al suelo. Eso
es la vida humana. El primer acto de un niño recién nacido golpea en el ladrillo inicial, y los
restantes siguen cayendo de modo inexorable."
"El saber no era bueno para las gentes vulgares y quizá podía descontentarles con la suerte
que Dios les había señalado en este mundo, y Dios no tolera que nadie esté descontento con
sus planes."
más frases...
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Acerca del autor

Mark Twain fue un popular escritor, orador y humorista estadounidense. Escribió obras de


gran éxito como El príncipe y El mendigo, pero es conocido, sobre todo, por su novela Las
aventuras de Tom Sawyer y Las aventuras de Huckleberry Finn.
Más información sobre el autor:

El forastero misterioso
Autor/a : Mark Twain
Traductor/a : Doris Rolfe

Novela póstuma publicada en 1916 por el albacea literario del autor, Albert B. Paine,
"El forastero misterioso" se sitúa especialmente en la vena satírica, y por lo tanto
moral, de la obra de Mark Twain (1835-1910).
Sinopsis

Novela póstuma publicada en 1916 por el albacea literario del autor, Albert B. Paine, "El
forastero misterioso" se sitúa especialmente en la vena satírica, y por lo tanto moral, de la
obra de Mark Twain (1835-1910). De forma parecida a como sucede en su relato «El hombre
que corrompió a Hadleyburg» -incluido en el volumen "El robo del elefante blanco" publicado
en esta Biblioteca de autor-, la llegada de un extraño personaje a un pueblecito austriaco
servirá para que se revele el verdadero carácter de la naturaleza humana y dejará tras de sí
una desasosegante sensación de irrealidad.

MIS CRITICAS

El forastero misterioso
Mark Twain
Rey Lear Editorial
Traducción de Susana Carral
Prólogo de Jesús Egido
Ilustraciones de N. C. Wyeth
150 Páginas
Unos libros llevan a otros. Esa es una de las peculiaridades de la buena literatura. En un
ciclo que se pudiera extender hasta el infinito, muchas veces al leer una obra hay alusiones a
otra que te intrigan. Y una vez acabado ese libro sales corriendo a leer el aludido, y así sacar
mayor información de el que has terminado. Y eso me ha ocurrido con Javier Sierra y su El
fuego invisible, Premio Planeta 2017. Ya lo comentó en la presentación de su novela. Tuve
la suerte de ser invitado a tal acto y oírle en persona. Y allí nombró a Mark Twain y su
Forastero misterioso.
Conozco tu raza. Está formada por borregos. La gobiernan minorías, pocas veces —o nunca
— lo hacen las mayorías. Reprime sus sentimientos y creencias y sigue al puñado que más
ruido hace. A veces el grupo ruidoso tiene razón, otras no; pero no importa, la multitud lo
sigue (p. 124).
El forastero misterioso es una extraña novela de Mark Twain, y quizá una de las más
desconocidas. Todos hemos leído sus obras de aventuras, pero existe una obra, que se
publicó póstumamente, y de la que pocos lectores hablan. El forastero misterioso nos narra
la historia de un personaje que aparece de la nada en un pequeño poblado, Eseldorf, el año
1590. Este personaje, que se hace llamar Satán, se aparece a tres jóvenes que están
jugando en el bosque, pero sobre todo hace amistad con uno de ellos, Theodor, el más
curioso e inteligente de los tres. A partir de ese momento empiezan a ocurrir cosas
inexplicables dentro del pueblo, acusando de brujería a algunos de los vecinos. Satán
controlará las actitudes de muchos de ellos, enseñando a Theodor el porqué de su
comportamiento, algo que no acabará de entender este joven, ante la avalancha de
desgracias que caen sobre el poblado.
El forastero misterioso es una fábula sobre el absurdo del comportamiento humano, y
una lección de sabiduría sobre los prejuicios y actitudes de los hombres. Una obra de
literatura fantástica, aunque con unas reflexiones que se acercan a los manuales de filosofía,
y que nos descubre a un Mark Twain diferente a lo que estamos acostumbrados. Esta obra,
que acabó bastante antes de morir, permaneció oculta hasta que su albacea, seis años
después de la muerte del escritor, la mandó a imprenta. Esa fue la condición que impuso
Mark Twain en su testamento. La novela va acompañada de unas bellísimas ilustraciones
originales de su primera edición, obra de N. C. Wyeth, y que han sido recuperadas para
incluirlas en esta excepcional edición. Una obra que todo buen lector debería de leer y tener
en su biblioteca. Aún más cuando viene totalmente recomendada por el más conocido
escritor contemporáneo español, Javier Sierra. Por cierto, la edición de Rey Lear tiene la
excelente traducción de Susana Carral, especialista en literatura inglesa y asidua de esta
editorial, además de un jugoso prólogo de Jesús Egido, editor de la obra.
¿Eres tan poco observador que no has comprendido que la cordura y la felicidad forman una
combinación imposible? Ningún hombre cuerdo puede ser feliz, porque para él la vida es
real, y ve lo espantosa que resulta. Sólo los locos pueden ser felices, y de esos, no muchos.
Los pocos que se tienen por dioses o reyes pueden ser felices, los otros no lo son más que
el resto (p.135).
Mark Twain
(Florida [Missouri], 1835 – Redding [Connecticut], 1910)
Mark Twain es el pseudónimo utilizado por el popular escritor y humorista norteamericano
Samuel Langhorne Clemens. A los 4 años se trasladó con su familia a la cercana Hannibal
(Missouri), puerto fluvial en el río Misisipi que le serviría de inspiración para sus dos obras
más populares, Tom Sawyer y Huckleberry Finn. La temprana muerte de su padre, cuando
Twain tenía sólo 12 años, le obligó a dejar los estudios para trabajar como aprendiz de
imprenta. En 1851 publicó algunos relatos de viajes en el Journal de Muscatine, periódico
propiedad de su hermano mayor Orion. Además de ganarse la vida como tipógrafo, fue
también piloto en un barco de vapor, maderero, buscador de plata y periodista del Territorial
Enterprise de Virginia City, donde comenzaría a firmar como Mark Twain, apellido que emula
el grito emitido en los barcos del Misisipi para indicar la profundidad de las aguas. En 1870
se casó con Olivia Langdon, hija de un terrateniente antiesclavista, y paulatinamente fue
abandonando los libros de viajes —Guía para viajeros inocentes(1869), A tramp abroad
(1880)— por los de ficción, entre los que sobresalen Las aventuras de Tom Sawyer (1876),
Príncipe y mendigo (1882), Las aventuras de Huckleberry Finn (1884), Un yanqui en la corte
del Rey Arturo (1889)…
Fascinante, enigmática y absolutamente original, El forastero misterioso es una obra
que todo buen lector ha de leer para ver la cara oculta de la escritura de Mark Twain.

Resumen

Un invierno de 1590 un extraño personaje llega por sorpresa a Eseldorf, una aldea de
Austria. Se llama Satán y es capaz de hacer cosas prodigiosas. El forastero misterioso no
tardará en poner patas arriba a toda la vecindad, y no sólo por sus espectaculares obras sino
también por su empeño en ridiculizar la condición humana, para él mucho más salvaje que el
mundo de los animales. Con un derroche de imaginación que traspasa la frontera de la
literatura fantástica, Mark Twain se ríe de los ritos religiosos y de la crueldad social mediante
un humor ácido y provocador, mucho más amargo del que utilizó en la mayoría de las obras
que le han hecho famoso. Considerado uno de los títulos más satíricos y mordaces de su
autor, Twain encargó a su albacea literario que El forastero misterioso no se publicara hasta
después de su muerte. La primera edición no apareció hasta 1916 y supuso un
acontecimiento literario, gracias también a las ilustraciones al óleo del gran artista N. C.
Wyeth que acompañaban al texto. Todas ellas han sido recuperadas a color en este
volumen.
LOS MISTERIOS DEL FORASTERO/ACTIVIDADES A “EL FORASTERO MISTERIOSO” DE
MARK TWAIN (POR PABLO)
LOS MISTERIOS DEL FORASTERO

Por Pablo Nacach

Corre el año 1590 y al pueblo de Eseldorf, que en alemán significa “pueblo del asno”, llega
subrepticiamente un ángel o un fantasma que asegura tener también un nombre como el de
cualquier mortal: Philip Traum (“sueño”, en alemán). Además, el personaje dice tener
dieciséis mil años, prefiere ante todo que lo llamen Satanás y “lo había visto todo, había
estado en todas partes, lo sabía todo y jamás olvidaba nada”, según afirmara nuestro
protagonista el pequeño Thedor Fischer tras su primer encuentro con él en el bosque. Sí que
resulta misterioso un forastero con estas características, ¿verdad? Y el hecho de que haya
visto todo nos recuerda el pasaje de un cuento de Jorge Luis Borges (1899–1986) titulado “El
Aleph”, que además de disfrutarlo como se merece podremos sacar de él muchas y buenas
conclusiones en relación con el libro de Mark Twain que hemos leído y que ahora nos
ocupamos de analizar con mayor profundidad. El texto del genial escritor argentino dice así:

“El Aleph, el lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde
todos los ángulos (…) Lo que vieron mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré sucesivo,
porque el lenguaje lo es. Algo, sin embargo, recogeré. En la parte inferior del escalón, hacia
la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí
giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos
espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el
espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo,
digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del
universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una
plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi
interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos
del planeta y ninguno me reflejó, vi en un traspatio de la calle Soler las mismas baldosas que
hace treinta años (…) vi tigres, émbolos, bisontes, marejadas y ejércitos, vi todas las
hormigas que hay en la tierra, vi un astrolabio persa, vi en un cajón del escritorio (y la letra
me hizo temblar) cartas obscenas, increíbles, precisas, que Beatriz había dirigido a Carlos
Argentino, vi un adorado monumento en la Chacarita, vi la reliquia atroz de lo que
deliciosamente había sido Beatriz Viterbo, vi la circulación de mi propia sangre, vi el
engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en
el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos
habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que
ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo”.

 Nos parece muy interesante la frase que al comienzo del texto dice: “Lo que vieron
mis ojos fue simultáneo: lo que transcribiré sucesivo, porque el lenguaje lo es”. ¿Te
atreves a explicarla con tus palabras?
 El autor ha visto muchas cosas, algunas increíbles, a través del Aleph. No nos da
demasiadas pistas de lo que es el Aleph, pero al parecer se trata de un objeto. ¿Qué
te parece si relees el texto y, en tu cuaderno de clase, esbozas con tus palabras las
características que podría tener dicho objeto? Recuerda que para actividades como
esta sólo es preciso… ¡dar rienda suelta a tu imaginación!
 Por último, imagínate que te encuentras tú con un Aleph, y que a través de él puedes
ver, como dice Borges, “el inconcebible universo”. Podrías hacer memoria y elaborar
una breve lista de cosas o situaciones que crees serías capaz de observar a través de
un objeto tan maravilloso…
 El forastero era “encantador, imperturbable, falto de buenos modales, natural y
sencillo, tranquilo e indiferente, escéptico…”. Muchos y variados son los adjetivos que
los amigos Nikolaus Bauman, Seppi Wohlmeyer y Theodor Fischer colocan al extraño
visitante a medida que lo van conociendo, mientras hablan con él de, como suele
decirse, “lo divino y lo humano”. Te proponemos entonces el siguiente ejercicio para ir
“calentando motores”:
 En primer lugar, vuelve a repasar el texto de Twain, que ya tendrás subrayado y bien
subrayado, claro, y apunta en tu cuaderno las características personales que te
parezcan más sobresalientes de la personalidad del forastero misterioso. En toda
novela, la caracterización de los personajes es una herramienta fundamental
empleada por el escritor para transmitir a los lectores su visión sobre la psicología de
los protagonistas. Una vez que hayas precisado sus características puedes, por
ejemplo, escribir una breve descripción en tono de novela, es decir, la idea es que
puedas construir el personaje de el forastero misterioso resaltando las características
que más te hayan impactado de él.
 Si te gusta dibujar te proponemos una idea que seguramente te encantará: como uno
de los placeres más significativos que nos brinda la literatura es poder disparar
nuestra imaginación para así poner rostro y cuerpo a los personajes, ¿qué tal si haces
un bonito dibujo del forastero misterioso? En algunos pasajes del texto aparecen
ciertas descripciones de su físico, por ejemplo, y si sumas sus particularidades
espirituales o psíquicas seguro que puede salirte un dibujo precioso.
 Ahora bien: por un lado tendrás un breve relato o conclusiones que describen al
forastero, y por otro lado, su dibujo. ¿Se te ocurre qué podría pasar si los unes?
¡Claro! Has encontrado un personaje que bien podría ser protagonista de un cómic.
Hay muchos cómics o historietas fascinantes, como por ejemplo las increbíbles
aventuras de Astérix y Obélix de Uderzo y Goscinny, la cínica Mafalda de Quino, el
osado Tintín de Hergé o el increíble Maus de Art Spiegelman. Los cómic son una
fuente de placer e inspiración, de modo que si te animas a unir textos y dibujos
puedes producir tu propia historieta. Como a algunos chicos o chicas se les da mejor
escribir y a otros dibujar, podéis juntaros en grupo y llevar adelante esta bonita tarea…
 Para terminar, nos ha llamado la atención que el nombre del pueblo austríaco en el
que viven los tres amigos se llame Eseldorf, que como decíamos en alemán significa
“el pueblo del asno”. Además, el nombre corriente del forastero misterioso es Philip
Traum, un apellido que remite a la palabra “sueño” también en alemán. ¿Crees que
Mark Twain les habrá puesto estos nombres a propósito? Y si así lo crees, ¿qué
vínculos podrías establecer con el desarrollo de la novela?
La “tenebrosa” Edad media
Además de la importancia de situar al autor en el contexto histórico y social en el que vive y
escribe, es importante también apreciar la época en la que transcurre el texto que nos ha
gentilmente regalado. Porque de esta manera podremos hacernos una idea más acabada de
las situaciones y circunstancias especiales que viven sus protagonistas, a la vez que intentar
comprender por qué el autor ha decidido organizar la acción de su relato en esas fechas
concretas. Mark Twain avisa, nada más comenzar el fascinante libro que hemos leído, que
los sucesos comentados en él ocurren en el año 1590, en Austria, que “aún estaba en la
Edad Media y prometía quedarse allí para siempre”.

¿Qúe sabemos de la Edad Media? ¿Cuáles eran las características básicas de producción e
intercambio entre los hombres y mujeres que viveron en esa época? ¿Cómo sería su vida
cotidiana? ¿Por qué generalmente se asocia esta etapa histórica, que duró nada más y nada
menos que diez siglos, con un período oscuro, cruel y tenebroso de la humanidad? ¿Qué
significaciones históricas y morales nos puede mostrar una época en la que la Inquisición
quemaba a brujas y a herejes, y en la que Dios se erigía como el único absoluto posible,
como unívoco guía o mentor del destino de los seres humanos?

Muchos y muy buenos pensadores, sobre todo sociólogos y filósofos que vivieron en el siglo
XIX –ya que es precisamente en ese siglo cuando se consolida lo que hoy conocemos como
“sistema capitalista”, un modelo económico y social que dio sepultura definitiva a la Edad
Media–, la analizaron con criterio y entusiasmo. Según sus parámetros de saber no resulta
posible conocer el presente ni atisbar el futuro cercano sin conocer en profundidad la historia
precedente. Karl Marx (1818–1883), por ejemplo, ha sido sin duda uno de los analistas más
lúcidos que ha estudiado minuciosamente la Edad Media, y a pesar de todo lo que pueda
decirse sobre su trayectoria intelectual y política –el siglo XX se atiborró de admiradores y
detractores de su obra casi a partes iguales–, sus análisis nos permiten comprender la
dinámica de las sociedades contemporáneas a partir de sus estudios sobre la historia
económica de las sociedades anteriores. Sin ir más lejos, el poeta cubano José Martí (1853–
1895), que fue un reconocido marxista, llegó a decir que “un pueblo que no recuerda su
pasado está condenado a repetirlo”.

La principal contribución al debate histórico propuesta por Marx fue pensar la historia de la
humanidad dividida en lo que él llamó “modos de producción”, es decir, en sus estudios
teóricos de la historia universal Marx subrayó la importancia de analizar las diferentes épocas
históricas según las formas que asumía la producción y las técnicas empleadas por hombres
y mujeres a la hora de servirse de la naturaleza para satisfacer sus necesidades vitales. Así,
dentro de los diferentes modos de producción –Marx distingue esencialmente los modos de
producción esclavista, feudal y capitalista– el autor de El Capital establece a su vez
diferentes “relaciones de producción” entre los individuos, relaciones que según él han sido
siempre de explotación: el amo que obliga a trabajar al esclavo, el señor feudal que lo hace
con el campesino o el siervo de la gleba, el capitalista que explota al obrero…. Es decir que,
para Marx, la historia de la humanidad es la historia de la “lucha de clases”, un concepto
sobre el que volveremos más adelante pero que en esencia supone que una clase social
poderosa y minoritaria en número obliga a trabajar, para su propio beneficio, a una clase
social mayoritaria que sólo tiene para vender su cuerpo, en términos marxistas su “fuerza de
trabajo productiva”.
Desde luego que no resulta sencillo comprender la obra de Marx, y su estudio requiere una
dedicación absoluta. Hay pensadores muy interesantes que han dedicado su vida a ello,
como Antonio Gramsci (1891–1937), Louis Althusser (1918–1990) o incluso el revolucionario
ruso Vladimir Ilich Lenin (1870–1924), lo que dio nombre a una corriente de pensamiento de
autores unidos bajo el rótulo del “Marxismo”, ya que, como podemos apreciar, Marx ha
revolucionado no sólo la historia del pensamiento sino también la historia de la humanidad
con sus textos y su actividad política. De modo que lo mejor que podemos hacer ahora, antes
de continuar con nuestro análisis de El forastero misterioso, es leer y analiar un párrafo de
su Manifiesto Comunista, escrito en colaboración con Friedrich Engels (1820–1895) en el año
1848.
“Toda la historia de la sociedad humana hasta la actualidad es la historia de la lucha de
clases. Libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos de la gleba, maestros y
oficiales; en una palabra, opresores y oprimidos, frente a frente siempre, empeñados en una
lucha ininterrumpida, velada unas veces y otras franca y abierta, lucha que conduce en cada
etapa a la transformación revolucionaria de todo el régimen social o al exterminio de ambas
clases beligerantes. En los tiempos históricos nos encontramos a la sociedad dividida casi
por doquier en una serie de clases o estamentos, dentro de cada uno de los cuales reina, a
su vez, una jerarquía social de grados y posiciones. En la Roma antigua son los patricios, los
équites, los plebeyos, los esclavos; en la Edad Media, los señores feudales, los vasallos, los
maestros y los oficiales de los gremios, los siervos de la gleba. La moderna sociedad
burguesa que se alza sobre las ruinas de la sociedad feudal no ha abolido los antagonismos
de clase.  Lo que ha hecho ha sido crear nuevas clases, nuevas condiciones de opresión,
nuevas modalidades de lucha, que han venido a sustituir a las antiguas. (…) El régimen
feudal o gremial de producción que seguía imperando no bastaba ya para cubrir las
necesidades que abrían los nuevos mercados.  Vino a ocupar su puesto la manufactura. Los
maestros de los gremios se vieron desplazados por la clase media industrial, y la división del
trabajo entre las diversas corporaciones fue suplantada por la división del trabajo dentro de
cada taller. Pero los mercados seguían dilatándose, las necesidades seguían creciendo. Ya
no bastaba tampoco la manufactura. El invento del vapor y la maquinaria vinieron a
revolucionar el régimen industrial de producción. La manufactura cedió el puesto a la gran
industria moderna, y la clase media industrial hubo de dejar paso a los magnates de la
industria, jefes de grandes ejércitos industriales, a los burgueses modernos”.

 Cuánta información contiene este texto, ¿verdad? ¿Te ha resultado muy difícil de
comprender? Piensa entonces que Marx escribió El capital, su libro más importante y
que consta de más de 12 volúmenes, como un texto para que las clases obreras se
sublevaran contra el capital y los industriales… Es que, como ya dijimos, estudiar es
una tarea que requiere esfuerzo y disciplina, pero que siempre termina dando muchas
satisfacciones, quizás la mayor de ellas es que aprendermos a pensar con criterio
propio.
 Antes de comenzar con las actividades vamos a proponerte que te juntes con tus
compañeros de clase y consigáis una película del gran Charles Chaplin que no sólo ha
revolucionado la historia del cine, sino que también nos ofrece una explicación
fabulosa y divertida de todo lo que dice Marx. Podéis intentar proyectarla en el aula,
sería fantástico así la podéis ver todos juntos y organizar luego un bonito debate. La
peli se llama “Tiempos modernos”, está rodada en blanco y
negro porque es del año 1936, y os aseguramos que no tiene desperdicio.
 Pero vayamos ahora con el texto de Marx. Él habla de la sociedad capitalista, que es
la nuestra aunque algunas cosas puedan haber cambiado. En esta sociedad, según
Marx, hay capitalistas por un lado, enriqueciéndose a costa del sacrificio de los
obreros. ¿Qué te parece si os juntáis entre tres o cuatro amigos y buscáis en un
periódico noticias relacionadas, por ejemplo, con la explotación infantil, o con la
participación de niños soldados en las guerras de África? Si tenéis acceso a Internet
podéis hacer una interesante investigación sobre estos temas tan delicados, buscando
por ejemplo datos que permitan conocer más a fondo uno de los problemas más
acuciantes que asolan nuestro amado mundo.
 ¿Qué te ha parecido la frase del poeta cubano José Martí? ¿Te animas a explicarla
con tus palabras y, si quieres, a poner algún ejemplo histórico que te parezca
importante de recordar para que no se repita en el futuro? Tienes para elegir
acontecimientos españoles o universales, siempre habrá por ahí una guerra que sería
bueno conocer a fondo para que no vuelva a contagiarnos con su horror y
destrucción….
Pero volvamos un momento más a la Edad Media. No se si conocerás la historia de amor y
tragedia que unió (y separó) a Abelardo y Heloísa, pero vale la pena interesarse por ella, ya
que ambos han pasado a engrosar la nómina de los amantes legendarios como Tristán e
Iseo o Romeo y Julieta. Abelardo fue un prestigioso e inconformista profesor de la
Universidad de París en el siglo XII, que chocó frecuentemente con las autoridades religiosas
de su tiempo; Eloísa, su amada, fue priora de una comunidad religiosa de Aregenteuil, y un
libro titulado precisamente Cartas de Abelardo y Heloísa nos muestra con todo el desgarro y
la lucidez de la que estos personajes eran capaces su historia de amor y tragedia. Hemos
seleccionado un párrafo de estas cartas para que las disfrutes, y como siempre te haremos
luego unos breves comentarios para que sigamos reflexionando juntos:
“Mi bienamado, el azar acaba de hacer pasar entre mis manos la carta de consuelo que
escribiste a un amigo. Reconocí enseguida, por la letra, que era tuya. Me lancé sobre ella y
la devoré con todo el ardor de mi ternura: puesto que he perdido la presencia corporal de
aquel que la había escrito, al menos las palabras reanimarían un poco tu imagen, en mí. Y
los recuerdos han vuelto a mí: esta carta, en cada línea, me abruma de hiel y de amargura,
trazando la historia lamentable de nuestra conversión y los tormentos a los que sin cesar has
sido sometido, tú, mi único. Has cumplido perfectamente la promesa que al principio hiciste a
tu amigo: sus pruebas, en comparación con las tuyas, han de parecerle poca cosa. Después
de haber narrado las persecuciones dirigidas contra ti por tus maestros, después del injusto
atentado perpetrado contra tu cuerpo, has descrito los execrables celos y el encarnizamiento
de tus condiscípulos, Albérico de Reims y Lotulfo Lombardo. Has expuesto detalladamente
los actos de violencia que las maquinaciones desencadenaron contra tu gloriosa obra de
teología y contra ti mismo, condenado a una especie de prisión (…) Dudo que alguien pueda
leer o escuchar tu historia sin que las lágrimas afloren en sus ojos. Ella ha renovado mis
dolores, y la exactitud de cada uno de los detalles que aportas les devuelve toda su violencia
pasada. Henos aquí a todas aguardando, con el corazón tembloroso y el pecho sobresaltado,
la noticia de tu asesinato (…) Tú sabes, amado mío, y lo saben todos los demás, cuánto he
perdido en ti; sabes en qué terribles circunstancias la indignidad de una traición pública me
arrancó del siglo al mismo tiempo que tú, y yo sufro incomparablemente más por la manera
que te perdí que por tu pérdida misma. Cuanto más grande es el objeto del dolor, más
grandes deben ser los remedios que lo consuelen (…) Termino con una palabra esta larga
carta: adiós, mi único”.

 Este breve párrafo nos ofrece algunos datos sobre la vida cotidiana de Abelardo y
Heloísa en su prisión amorosa. ¿Qué te parece si, como si tú fueras Abelardo, le
respondes a Heloísa su carta? Intenta utilizar un lenguaje similar al que ellos emplean,
y sobre todo trata de contar cosas cotidianas como el sitio donde supuestamente
escribes la misiva, tus preocupaciones con tus superiores en la Universidad, cómo
sigue tu obra de teología… ¿Podrás convertirte por un momento en un sabio de la
Edad Media?
Poder y clases sociales
La sopresa de Nikolaus Bauman, Seppi Wohlmeyer y Theodor Fischer cuando se encontaron
en el bosque por vez primera con el forastero misterioso fue ciertamente mayúscula. Pero
mientras decidían si se trataba de un ángel o de un fantasma, un episodio que les pareció de
la mayor crueldad les erizó la piel: el forastero fabricó de la nada un bello castillo en el que
incluyó a seres humanos, y momentos después lo destruyó impiadosamente, asesinando,
según los amigos, a todos sus habitantes. Los chicos deseaban con todas sus fuerzas y los
corazones destrozados avisar a “los pobres niños, mujeres, muchachas, jóvenes y hombres
que daban alaridos y suplicaban con angustia” pero era imposible, y el forastero,
imperturbable, decía sin inmutarse siquiera que ellos no tenían importancia y que después
podría crear más si hacía falta.

A pesar de la crueldad que parece encerrar este comentario, a lo largo del libro hemos
podido apreciar que el forastero fundamenta con razón sus pensamientos. Es quizás algo
escéptico, pero como tiene dieciséis mil años de edad puede suceder que ya
ninguna de las crueldades humanas lo altere demasiado. No es que tengamos que creerle,
pero ¿no piensas a veces que los millones de niños que viven en la pobreza en Asia,
América Latina o África bien podrían ser los ocupantes de un castillo del presente construido
por hombres sin escrúpulos a quienes poco o nada importan sus vidas? Pensemos que,
según datos de Naciones Unidas, casi el 40% de la población mundial subsiste con sólo dos
dólares diarios, y ni falta hace decir que en los telediarios de cada día vemos constantemente
imágenes de la hambruna, las guerras o la propagación del SIDA que asolan a los seres
humanos que viven en esas regiones desesperadas.

Uno de los problemas por los que surgen estos problemas tan difíciles de solucionar puede
estar vinculado con lo que el forastero dijo en una ocasión a los pequeños: “Aquí tienes otro
ejemplo del sentido moral. Los propietarios son ricos, y muy santos; pero el sueldo que
pagan a estos pobres hermanos suyos es sólo lo bastante para evitar que caigan muertos de
hambre”.

Volveremos más adelante a reflexionar en lo que el autor llama, por boca del forastero
misterioso, “sentido moral”. Pero ahora intentemos concntrarnos y preguntarnos: ¿es
entonces culpa de los hombres ricos y poderosos que tantos y tantos millones de personas
mueran, ayer y hoy, en la más absoluta miseria? Para Marx la lucha entre clases constituye
uno de sus principales argumentos a la hora de explicar la terrible pobreza que devasta el
mundo. Como hemos visto en su Manifiesto comunista, de un lado se encuentran las clase
opresoras, y del otro lado, las oprimidas. Claro que también los seres humanos construyen
un sistema determinado que luego resulta muy difícil poder cambiar, un sistema que incluye
leyes jurídicas, políticas y económicas que se establecen y al que el individuo debe
adaptarse. Como ves, el problema es muy complejo, no en vano brillantes pensadores han
intentado resolver esta cuestión, y cada uno de ellos tiene siempre su propia “receta” para
arreglar un mundo que, a todas luces, no funciona demasiado bien. Si Marx hablaba de la
importancia de la lucha revolucionaria para transformar la sociedad, por ejemplo, hay quienes
piensan que con una reforma humanitaria alcanzaría, o quienes incluso creen que así como
está el mundo funciona perfectamente, sobre todo las personas ricas y privilegiadas… La
pregunta que subyace a estas reflexiones podría ser ¿pero, el ser humano es bueno o es
malo? Para el forastero misterioso no existe duda alguna: el ser humano es increíblemente
malvado.
Hemos encontrado un bellísimo poema de Bertolt Bretch (1898–1956), un poeta y
dramaturgo alemán muy compremetido con la realidad sociopolítica de su tiempo. A partir de
su lectura podremos analizar y profundizar en cuestiones vinculadas a tan difícil
problemática. Aquí va:
“El hombre necesita abundante comida

y ello hace que el hombre salga más caro.

Para hacer alimentos se necesitan hombres.

Los cocineros abaratan la comida,

pero la ponen cara los mismos que la comen.

En fin, son demasiados escasos los hombres.

Pero ¿qué es realmente un hombre?

¡Yo qué sé lo que es un hombre!

¡Yo qué sé quién lo sabrá!

Yo no sé lo que es un hombre.

No sé más que su precio”.

 Este poema nos ha dejado mudos, ¿verdad? Comprender por qué el mundo, que es
tan hermoso, sufre tanto debido a la maldad de los seres humanos no es una tarea
sencilla. Pero así está el panorama, y como siempre decimos, estudiar y profundizar
en el conocimiento de la realidad es una buena manera de entender las cosas con
nuestro propio criterio. Y trabajar cada uno desde su lugar de batalla para mejorar el
mundo no es tampoco una mala idea… En todo caso, nos gustaría aquí que
vincularas el texto de Marx que leímos antes con el poema de Brecht y, por supuesto,
con las conclusiones que hayas extraído de la novela de Twain.
 Aquí tienes también una buena oportunidad para continuar con la investigación que te
habíamos planteado hace un par párrafos sobre la existencia de niños soldados o la
explotación infantil. Siguiendo en esa línea podrías por ejemplo buscar datos en las
páginas de Internet de UNICEF o Naciones Unidas sobre la pobreza extrema que
asola a millones de seres humanos en el planeta. Como además de los problemas
que tienen las sociedades al respecto se le unen actualmente las dificultades
conocidas como de “calentamiento global del planeta”, sería interesante que también
buscaras datos sobre esta cuestión, y elaboraras una especie de breve informe sobre
este tema. Puedes centrarte por ejemplo en la región del Amazonas, llamada “el
pulmón del planeta” por la gran cantidad de árboles que contiene, pero que
últimamente está siendo deforestada por la mano del hombre. Intenta sobre todo no
dejar de pensar en los autores que estamos analizando a la hora de realizar las
conclusiones de el, quizás, primer informe sociológico o periodístico que tienes entre
manos.
 Por cierto, ¿y si le escribieras una carta a Satanás para contarle cómo está el mundo
de hoy? Imagínate que vas a jugar a la plaza, o te encuentras con tus amigos para ir
de paseo, y de repente os surge la figura de Satanás como les sucedió a los
protagonistas del libro… Todo lo que le contarías en persona puedes pasarlo la papel,
te saldrá seguramente una carta estupenda.
Vigilar y castigar
Uno de los episodios sociales que con más frecuencia se dejan ver en el texto de Twain es la
preocupación que el autor parece tener con los castigos, ya que, como dice tajantemente el
forastero misterioso en una ocasión, “cometer crueldades es un monopolio de los que tienen
sentido moral, y sólo el hombre causa dolor por el placer de hacerlo”. ¿El sentido moral está
entonces íntimamente vinculado a la miseria, el hambre y la crueldad de los seres humanos?
Tenemos aquí más pistas para decidir si el ser humano es bueno o malvado, o al menos
para seguir pensando tan complicada cuestión… La respuesta, una vez leído el texto, parece
ser que sí, que la moral hace al hombre perverso y cruel, pero tenemos que desmenuzarla
porque es una idea profunda y puede prestarse a confusiones si no sabemos defenderla
como corresponde.

Gran parte de la novela está atravesada por el relato de las penas impuestas a los impíos, a
los herejes, a las brujas y a todos aquellos que parecen ir en contra de la comunidad, ¿no te
parece? Entra entonces en juego un elemento fundamental a tener en cuenta para analizar
con lucidez la realidad pasada y la que nos toca vivir: el poder. El poder es un concepto muy
complejo, porque no sólo es una herramienta que sirve para mandar y ordenar a los demás,
sino que también puede ser visto como un lugar que cualquiera podría ocupar y no parece
que sea tan así, pues difícil le resultaría a un niño que subsiste juntando basura en los
vertederos de San Pablo o Bangkok llegar a ser un multimillonario de las finanzas.

Recordemos por otra parte que cuando el padre Peter es encarcelado, las autoridades de la
comunidad deciden finalmente que el caso sea revisado en los tribunales civiles, ya que los
tribunales eclesiásticos no tenían jurisdicción sobre un sacerdote suspendido como era el
padre Peter. Pero el reo tenía una defensa débil, su defensor era Wilhelm Meidling que, si
bien pondría lo mejor de su parte en el juicio frente a él se encontraban “el poder y los
prejuicios, y las probabilidades de ganar el caso no eran muchas”.

Un escritor francés muy prestigioso llamado Michel Foucault (1926–1984) se encargó de


analizar en sus libros las fuentes y consecuencias del poder. No es un autor sencillo –en
realidad ninguno de los que estamos revisando para pensar mejor el texto de Twain lo es–,
pero si nos hemos atrevido a leer El forastero misterioso y, además, nos estamos animando
a desmenuzarlo lo mejor posible para comprender que el acto de estudiar constituye un paso
importante que supera al acto de leer, tendremos que prestar mucha atención a lo que dice
Foucault porque sus reflexiones nos permitirán crecer intelectualmente, uno de los
fundamentos báscicos por los que resulta tan importante estudiar, estudiar y no dejar nunca
de estudiar.
En su importante libro Vigilar y castigar, Foucault sostiene que las épocas cambian de
manera radical, y su opinión es que una de las mejores maneras para percibir dichas
transformaciones es analizar el cambio sufrido en los castigos y, sobre todo, en el cuerpo
humano al que los castigos en definitiva van dirigidos. Antes de la Revolución francesa, que
muchos analistas citan como el punto de inflexión fundamental que altera para siempre las
condiciones de producción dando paso al Capitalismo –Marx también lo pensaba, ¿te
acuerdas?–, Michel Foucault observa que en la Edad Media sobre todo los mecanismos del
castigo llevaban aparejados un gran teatro o escenificación: lluvia de piedras a reos que
pasaban por los pueblos atados a grandes cadenas, espectáculos de quema de brujas y
herejes, en fin, todo se hacía a la luz del día y los presos estaban sometidos al escarnio
público.
Pero la dinámica de los castigos “cambia sus engranajes” y sufre un cambio drástico con la
Revolución francesa, gracias principalmente a la invención de la guillotina, que por un lado se
encarga de seguir cumpliendo con el ritual del escenario, pero a su vez actúa con la
celeridad del relámpago: el reo es ejecutado en milésimas de segundo. Poco duraron los
aguillotinamientos públicos, porque la guillotina fue trasladada al interior de grandes talleres,
y comenzó a fabricarse la cárcel moderna, similar a la que conocemos hoy en día. En ese
sentido, los castigos pasan de ser “espectaculares”, es decir, objeto de espectáculo para las
masas sedientas de sangre y venganza, a recluirse en edificios donde los presos no cuentan
con la posibilidad de la libertad.

¿Resulta esta última opción más humana?

Dirá Foucalt que de todos modos es al cuerpo a quien se castiga, ya sea por medio de la
hoguera, la guillotina o la cárcel, y que los castigos mutan de piel pero no dejan de infligir
dolor físico al prisionero. Leamos una y otra vez, con detenimiento y provistos de un lápiz o
un rotulador anhelante por subrayar las partes más importantes, el siguiente párrafo del libro
que venimos comentando:

“Hoy castigamos, pero es como si dijéramos que queremos obtener una curación, una
normalización. Pero podemos, indudablemente, sentar la tesis general de que en nuestras
sociedades hay que situar los sistemas punitivos en cierta ‘economía política’ del cuerpo:
incluso cuando utilizan los métodos ‘suaves’ que encierran o corrigen, siempre es del cuerpo
del que se trata –del cuerpo y de sus fuerzas, de su utilidad y de su docilidad, de su
distribución y de su sumisión–. (…) Porque el cuerpo sólo se convierte en fuerza útil cuando
es a la vez cuerpo productivo y cuerpo sometido. Pero este sometimiento no se obtiene por
los únicos instrumentos ya sean de la violencia, ya de la ideología; puede muy bien ser
directo, físico, emplear la fuerza contra la fuerza, obrar sobre elementos materiales, y a pesar
de todo esto no ser violento”.

 Vaya, otra vez un texto con mucha información… De las partes que podrían
subrayarse como importantes hemos destacado la siguiente: “siempre es del cuerpo
del que se trata –del cuerpo y de sus fuerzas, de su utilidad y de su docilidad, de su
distribución y de su sumisión–.”. ¿Por qué hará tanto hincapié Foucault en que el
cuerpo debe ser a su vez útil y dócil? Recuerda lo que Marx llamaba “fuerzas de
trabajo productivas”… ¿podrías establecer alguna relación entre el pensamiento de
Marx y el de Foucault?
 El cuerpo se convierte en fuerza útil y productivo cuando es un cuerpo sometido, viene
a subrayar Foucault, y el castigo es una de las cosas que ayuda a ello. ¿Conoces la
frase “la letra con sangre entra”? No es una frase acertada, pero durante siglos parece
que a los niños que iban a la escuela los castigaban y obligaban continuamente a
aprender por la fuerza, y ya sabemos nosotros que aprender es sobre todo jugar muy
seriamente, con esfuerzo y dedicación sí, pero aprender es jugar. A lo que íbamos:
¿podrías hacer una lista de situaciones en las que tú mismo te sientes controlado y
dominado? ¿Crees que la sociedad intenta hacer de ti alguien dócil a pesar de que
aún no tengas edad para trabajar? ¿Podrías decir que el aburrimiento es una de las
cosas que se enseñan en las escuelas, mecanismo que puede parecer fundamental
para que uno se convierta en un adulto dócil?
 Aprovechando que hemos leído este magnífico texto de Michel Foucault, es un buen
momento para que recurras a algún libro de historia –mejor a un libro que a Internet,
porque de Internet viene todo masticado y un buen investigador debe saber elegir él
mismo sus preferencias– y leas, por ejemplo, textos sobre la Inquisición, que tanta
fuerza tuvo en la España de la Edad Media, conozcas mejor la vida y la obra de Martín
Lutero, que con sus pensamientos produjo un cisma revolucionario en el seno de la
Iglesia, o te adentres en la apasionante obra de Galileo Galilei, un sabio cuya vida
estuvo muy ligada a sus terribles problemas con la Inquisición. También podrías
buscar por ejemplo datos sobre la invención y la historia de la guillotina, la época de la
Revolución francesa constituye un período histórico verdaderamente apasionante…
 Por último, y como este ejercicio no habrá resultado sencillo, te ofrecemos una cita de
un libro maravilloso, nunca mejor dicho porque se trata de Alicia en el país de las
maravillas, de Lewis Carroll (1832–1898), un libro que si no has leído aún te
recomendamos vivamente que lo hagas. La cita es algo extraña, pero seguro que
puedes sacar interesantes conclusiones:
“– Y bien, señores del jurado, ¿cuál es su veredicto? –dijo el Rey, por enésima vez aquel día.

– ¡No! ¡No! –le atajó la Reina–. ¡La sentencia primero!… ¡Tiempo habrá para el veredicto!”.

En el principio fue la guerra


“En el principio fue la palabra”, dice en el Génesis la Biblia. Pero el forastero misterioso tal
vez desestimaría esta afirmación, ya que opina que la raza humana es una raza “cuya
principal ambición es matar, lo que constituye el incidente más antiguo de su historia”. Nada
más comenzar, incluso Theodor dice que “todo el mundo sabía que el astrólogo podía
predecir guerras y hambres en cualquier momento, aunque no era tan difícil conseguirlo,
porque siempre había una guerra y normalmente hambre en alguna parte”.
¿Será posible que, en realidad, la guerra constituya el eje sobre el que se han establecido
desde los comienzos de la historia la vida de hombres y mujeres? Pues habrá que, como
suele decirse, “creer o reventar”, ya que haciendo un breve repaso a los acontecimientos que
dominaron a todas las sociedades desde sus inicios éstos nos muestran prácticamente sólo
sangre, horror y destrucción (aunque también nos ha dado a Mark Twain y el maravilloso
libro que estamos analizando…). El propio Satanás les ofrece a los chicos hacer ese repaso
cuando comienza diciendo: “Muy bien. ¿Os gustaría ver la historia del progreso de la raza
humana, el desarrollo de ese producto que se llama civilización?”. Y entonces, como
recordarás, fueron apareciendo a los ojos de los sorprendidos muchachos acontecimientos
como el asesinato de Caín a manos de su hermano Abel, las cruentas guerras hebreas,
egipcias, griegas y romanas que empaparon la tierra de sangre, el nacimiento del
cristianismo que sembró de hambre, muerte y desolación toda Europa, todos ellos “indicios
del progreso de la raza humana”. No sin marcada ironía Satanás siguió en ese momento
contando a los chicos su opinión de que “ninguna guerra comenzó con propósito limpio
alguno, y no hay tal guerra en la historia de la raza. Les habló del “progreso extraordinario”
que suponía que, en cinco o seis mil años, cinco o seis civilizaciones superiores se
levantaran, florecieran y desaparecieran, inventando cada una de ellas las maneras más
adecuadas y arrolladoras para matar a la gente de la época. Así, de la porra de Caín a las
espadas hebreas, pasando a las finas artes de la organización militar de griegos y romanos y
llegando a los fusiles y la pólvora del cristianismo, el progreso técnico a la hora de matar
constituía para Satanás un progreso palpable, aunque claro que profundamente irracional y
devastador. Incluso Satanás se permitió un agudo comentario sobre el cristianismo, diciendo:
“Pero sólo la civilización cristiana ha logrado un triunfo del que puede enorgullecerse. Dentro
de dos o tres siglos se reconocerá que todos los asesinos competentes son cristianos;
entonces el mundo pagano tomará lecciones de los cristianos para adquirir no su religión,
sino sus armas”.

¡Cuántas cosas podemos analizar de estos comentarios hechos por Satanás a los chicos!
Pero antes de desmenuzarlos, de atacarlos, de sopesarlos con la serenidad necesaria a la
luz del estudio, queremos traer aquí dos textos interesantísimos, uno es de Walter Benjamin
(1892–1940), un filósofo alemán muy agudo que se suicidó al verse cercado en la frontera
franco–española por las huestes de las SS hitlerianas; el otro es un extracto del maravilloso
libro Cien años de soledad del escritor colombiano Gabriel García Márquez, nacido en 1928.
Aquí van:
“Hay un cuadro de Klee que se llama Angelus Novus. En él se representa a un ángel que
parece como si estuviera a punto de alejarse de algo que le tiene pasmado. Sus ojos están
desmesuradamente abiertos, la boca abierta y extendidas las alas. Y este deberá ser el
aspecto del ángel de la historia. Ha vuelto el rostro hacia el pasado. Donde a nosotros se nos
manifiesta una cadena de datos, él ve una catástrofe única que amontona incansablemente
ruina sobre ruina, arrojándolas a sus pies. Bien quisiera él detenerse, despertar a los muertos
y recomponer lo despedazado. Pero desde el paraíso sopla un huracán que se ha enredado
en sus alas y que es tan fuerte que el ángel ya no puede cerrarlas. Este huracán le empuja
irreteniblemente hacia el futuro, al cual da la espalda, mientras que los montones de ruinas
crecen ante él hasta el cielo. Ese huracán es lo que nosotros llamamos progreso”.

“Había tenido que promover treinta y dos guerras, y había tenido que violar todos sus pactos
con la muerte y revolcarse como un cerdo en el muladar de la gloria, para descubrir con casi
cuarenta años de retraso los privilegios de la simplicidad (…) Fue entonces que al amanecer,
estragado por la tormentosa vigilia, apareció en el cuarto del cepo donde él mismo había
confinado al coronel Gerineldo Márquez. ‘Ponte los zapatos y ayúdame a terminar con esta
guerra de mierda’, le dijo. Al decirlo, no imaginaba que era más fácil empezar una guerra que
terminarla”.

 Te pedimos aquí, sencillamente, que expliques con tus palabras ambos textos. En el
de Benjamin puedes centrarte en su última frase, la que sugiere que “ese huracán es
lo que nosotros llamamos progreso”. En la de García Márquez también nos ha
impactado la última sentencia, la que dice que “no imaginaba que era más fácil
empezar una guerra que terminarla”. Desde luego, puedes haber subrayado otra cita
diferente y será muy bienvenido tu comentario.
 También sería interesante que buscaras, en algún libro de pintura, el cuadro de Paul
Klee al que se refiere Walter Benjamin, contemplarlo mientras relees el texto puede
ser una bonita actividad. Ah, te recordamos que Benjamin se suicidó en Port Bou, un
precioso pueblo situado a escasos pasos de la frontera con Francia, si algún día
tienes la suerte de estar por allí no dejes de visitar su tumba, ¡es un monumento
precioso que te encantará!
 Una de las figuras más controvertidas y apasionantes de la historia es sin duda la de
Napoleón (1769–1821), considerado además uno de los estrategas militares más
brillantes. Además, fue el encargado de consolidar la revolución burguesa iniciada en
Francia en 1789, y su vida y obra fue admirada por escritores de la talla de Stendhal o
Nietzsche. ¿Qué te parece si te acercas nuevamente a algún libro de historia y le
echas un vistazo a la vida y la obra de Napoleón? Por otra parte, muchas de las cosas
que estamos viendo en estas actividades pertenecen al siglo XIX, un siglo lleno de
revoluciones y grandes pensadores, un siglo para conocer en profundidad, por lo que
acercarse a Napoleón constituye un gran paso para conseguirlo.
La invención de Dios
Llegamos al fin a una de las ideas más fuertes y, quizás, también más controvertidas que
aparecen en el texto: la existencia, o no, de Dios. Además, esta cuestión conecta con la no
menos importante de los “sentimientos morales”, ya que como sabrás la moral
contemporánea mantiene una relación de gran relevancia con lo que suele llamarse la “moral
cristiana”. Y como en el pequeño pueblo perdido en las montañas de Austria donde vivían
nuestros amigos “corría entonces la Edad de la Fe”, nada mejor que ponernos a pensar un
poco en la existencia o inexistencia de Dios y de su relación con los sentimientos morales
para profundizar en cuestiones tan pero tan importantes.

Desde luego, cuando el forastero misterioso dice, tajante, que “no hay otra vida”, ya
conocemos de primera mano cuál es su elección acerca de Dios: no existe nada que se le
parezca, porque el proceso de la vida “lo determinan las circunstancias y el medio del
hombre”. Además, ya hemos visto que en la percepción de Theodor, la idea de la existencia
de Dios estaba ya al menos tambaleándose, o eso parece desprenderse de su pensamiento
al respecto cuando dice: “el saber no era bueno para la gente común, y podía hacer que se
sintieran descontentos con la porción que Dios les había asignado”. En definitiva, Dios es
según Mark Twain una invención que deja las cosas en su sitio, que no permite pensar a los
individuos, que impide tomar decisiones por uno mismo… Así nos parece que lo confirma la
siguiente frase: “Satanás solía decir que nuestra raza viviía una vida de autoengaño continuo
e ininterrumpido. Desde la cuna hsata la sepultura se engañaba con falsificaciones e
ilusiones que confundía con realidades, y todo aquello hacía de su vida una falsedad”.

Muchos grandes filósofos han discutido esta cuestión, entre ellos Friedrich Nietzsche (1844–
1900), una figura fundamental en la historia de la Filosofía que en su libro El crepúsculo de
los ídolos dice acerca de Dios y de la moral cristiana lo siguiente:
“Inventar fábulas acerca de ‘otro’ mundo distinto de éste no tiene sentido, presuponiendo que
no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la
vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría de ‘otra’ vida
distinta de ésta, ‘mejor’ que ésta”.

“La fórmula más general que subyace a toda religión y a toda moral dice: ‘Haz esto y aquello,
no hagas esto y aquello, ¡así serás feliz! En otro caso…’. Toda moral, toda religión, es ese
imperativo –yo lo denomino el gran pecado original de la razón, la sinrazón inmortal”.
 Como ves, hemos ido añadiendo poco a poco mayor dificultad en los textos, pero es
que así es estudiar: ir creciendo más y más. Explica con tus palabras las dos
aseveraciones de Nietzsche, y recuerda que a pesar de que sean breves su contenido
es lo suficientemente complejo para que las leas una y otra vez.
Ahora bien: una de las características de las religiones monoteístas como la católica es la
creencia en la existencia de un solo Dios. ¿Sabes si siempre ha sido así en la historia de la
humanidad? Claro que no: los griegos y los romanos, por ejemplo, adoraban a una multitud
de dioses y diosas a quienes agregaban cualidades humanas, conjunto de creencias que
recibió el nombre de “mitología”. Uno de los mitos griegos más divertidos e interesantes –
porque en esa época los dioses podían ser también divertidos– es el de Prometeo, un joven
que plantó cara al todopoderoso Zeus para que el fuego pudiera pertenecer a la humanidad.
Si Prometeo salió perdiendo o ganando con su osadía es algo que tú tendrás que decidir.
En Los mitos griegos, Robert Graves (1895–1985) relata de este modo dicho acontecimiento
mitológico:
“Un día en que tuvo lugar una disputa en Sición sobre qué partes de un toro de sacrificio
debían ofrecerse a los dioses y cuáles deberían reservarse a los hombres, Prometeo fue
invitado a actuar de árbitro. Así pues, desolló y descuartizó un toro y luego cosió su piel
formando dos bolsas de boca ancha que llenó con lo que había cortado. En una de ellas
puso toda la carne, pero la ocultó bajo el estómago, que es la parte menos tentadora del
animal; la otra la llenó con los huesos, escondidos bajo una espesa capa de grasa. Cuando
invitó a Zeus a elegir una de las dos bolsas, éste, dejándose engañar fácilmente por las
apariencias, escogió la bolsa que contenía los huesos y la grasa (que sigue siendo la porción
de los dioses), pero castigó a Prometeo, que se estaba riendo de él a sus espaldas, privando
a la raza humana del fuego. ‘¡Que se coman su carne cruda!’, gritó. Prometeo se dirigió
enseguida a Atenea suplicándole que le dejara entrar en secreto en el Olimpo, a lo que ella
accedió. Al llegar, encendió una antorcha con el carro ígneo del Sol y arrancó de éste un
trozo de carbón al rojo que insertó en el hueco meduloso de una cañaheja gigante. Después
apagó la antorcha, salió a hurtadillas y donó el fuego a la humanidad. Zeus juró vengarse.
Ordenó a Hefesto que hiciera una mujer de arcilla, a los Cuatro Vientos que le infundieran
vida y a todas las Diosas del Olimpo que la engalanaran. Esta mujer, Pandora, la mujer más
bella jamás creada, fue enviada como regalo de Zeus a Epimeteo bajo la custodia de
Hermes. Pero Epimeteo, que había sido advertido por su hermano de que no aceptara
ningún regalo de Zeus, se excusó educadamente y no lo aceptó. Más enfurecido aún por el
desaire, Zeus hizo encadenar a Prometeo desnudo a una columna en las montañas del
Cáucaso, donde un buitre voraz le devorara el hígado constantemente año tras año. Y no
hay fin a su dolor, porque cada noche, cuando Prometeo está expuesto al frío y heladas
insoportables, su hígado vuelve a regenerarse entero. (…) Epimeteo, alarmado por el destino
que había corrido su hermano, se apresuró a casarse con Pandora, a quien Zeus había
hecho tan tonta, malévola y perezosa como bella (la primera de una larga serie de mujeres
de este tipo). Al poco tiempo ella destapó un ánfora sobre la cual Prometeo había pedido a
su hermano que no abriera nunca, en la que había conseguido encerrar con gran esfuerzo
todos los males que podían infestar a la raza humana: la Vejez, el Trabajo, la Enfermedad, la
Locura, el Vicio y la Pasión. Todos ellos salieron de la caja en forma de nube, penetrando en
Epimeteo y Pandora en todas las partes de sus cuerpos, y atacando luego a todos los
mortales. A pesar de todo, la Esperanza Falaz, que Prometeo también había encerrado en el
ánfora, les convenció con sus mentiras de que cometieran un suicidio general.

 ¿Cuál crees que puede ser la diferencia entre una sociedad “obligada” a creer en un
Dios único de una que tiene multitud de dioses? ¿Te animas a inventarte un Dios
personal, describiéndolo lo más minuciosamente posible? Por cierto, no pierdas la
oportunidad de adentrarte en el mundo griego, tuvieron fabulosos artistas y
pensadores y hay quien dice que todo lo bueno (aunque poco) que hoy tenemos se lo
debemos a ellos. Ya lo sabes: biblioteca pública, libros de historia, paciencia… ¡y a
disfrutar leyendo!
 A veces puede parecer que Dios está en todos lados, aunque podamos pensar que no
existe. Por ejemplo: si separamos sintáticamente la frase “mi mamá me mima”,
tenemos que todo junto es una oración, “mi mamá” es el sujeto y “me mima” el
predicado, ¿verdad? Jugando un poco con las palabras vemos que hay… ¡un sujeto
que predica una oración! Parece cosa del demonio, pero hay incluso filósofos que
opinan que Dios se mete en el lenguaje y desde allí nos tiene atrapados. Y si te
parece inverosímil, sólo tienes que separar en sílabas la palabra “estudios” ¿Qué
resultado has obtenido?
La moral como contranaturaleza
 Como decíamos, la discusión por la existencia o inexistencia de Dios es una cuestión que
siempre ha estado íntimamente vinculada con la problemática de la moral y de los
sentimientos morales. El título de este apartado, que es idéntico al de un bonito ensayo de
Nietzsche incluído en su libro El crespúsculo de los ídolos, habla bien a las claras del
pensamiento que el filósofo alemán tenía al respecto: para él, toda moral atenta contra las
reglas más elementales de la naturaleza humana, una naturaleza en la que los sentidos
deberían primar por sobre los preceptos morales (dicho todo esto de manera muy
simplificada, ya sabes a esta altura que estudiar en profundidad a autores tan importantes
requiere mucho esfuerzo y dedicación…).
Pero vayamos con algunas definiciones que Satanás propone a los chicos para referirse a
los seres humanos, seguro que recuerdas la mayoría:

“El hombre es un museo de enfermedades, un hogar de impurezas; llega hoy y se va


mañana; empieza como barro y se marcha como hedor; yo soy de la aristocracia de los
imperecederos. Y el hombre tiene sentido moral… Parece que bastaría eso para mostrar la
diferencia suficiente entre nosotros”.
“Los hombres no tienen nada en común conmigo, no hay punto de contacto; tienen pequeños
sentimientos tontos, y vanidades e impertinencias y ambiciones pequeñas y tontas; su
pequeña vida tonta es solo una risa, un suspiro y un adiós; y carece de sentido”.

“Es propio de tu raza mezquina, siempre mintiendo, siempre arrogándose virtudes que no
tiene, siempre negándoselas a los animales superiores”.

Incluso los tres amigos van comenzando poco a poco a acercarse a las posturas de Satanás,
y así lo reconoce Theodor cuando dice que “los seres humanos éramos tal y como Satanás
nos consideraba: una raza absurda y trivial”.

 Llegados a este punto, creemos que ya es posible dejarte toda la libertad del mundo
para que elabores por tu cuenta un texto breve en el que expliques, con tus palabras,
lo que Mark Twain quiere decir con sus ideas sobre los sentimientos morales, y
elabores a su vez una conclusión personal sobre ello. ¡No existen reglas más allá de
tu pensamiento en libertad!
Amar y reír
¡Ya es hora de irnos! ¡Qué pena! La verdad es que nos lo hemos pasado muy bien
intentando ayudarnos pensar juntos, creyendo también juntos en la fuerza y la alegría que
produce leer y estudiar textos tan interesantes como el de Mark Twain. ¡Si hasta hubo un
momento en el que nosotros mismos nos sentíamos como Satanás con los chicos! Pero así
son las cosas y las despedidas es mejor que sean breves aunque no por ello dejarán de ser
emotivas y alegres. ¿Qué impresión global te ha dejado la lectura de El forastero misterioso?
Es cierto que el texto no parece ser demasiado optimista, pero si recuerdas bien hay una
idea que el autor nos transmite por boca de Satanás, la de que el ser humano posee una
fantástica herramienta para cambiar la vida de las sociedades y la suya propia. ¿Te acuerdas
cuál era esa herramienta? Claro, era la risa, y así la describe Twain:
“Porque tu raza, en su pobreza, tiene sin duda un arma bastante eficaz: la risa. El poder, el
dinero, la persuación, la súplica, la persecución, todas estas cosas pueden intentar el
derrocamiento de un engaño colosal, pueden empujarlo un poco, debilitarlo un poco, siglo
tras siglo; pero sólo la risa puede hacerlo estallar de golpe, dejando sólo trapos y átomos.
Contra el asalto de la risa nada puede quedar en pie. Siempre os afanáis y lucháis con las
otras armas, pero ¿usáis alguna vez esa? No, la dejáis de lado hasta que se oxida. ¿En
cuanto raza la usáis de forma absoluta? No; os faltan la inteligencia y el valor”.

Nos gusta pensar que además de la risa también tenemos otra herramienta fundamental, y
no es otra que el amor. Por ello hemos decidido, antes de despedirnos hasta otra ocasión,
regalarte un texto de Julio Cortázar (1914–1984) que aparece en su novela Rayuela y que
nos parece verdaderamente hermoso. Dice así:
“Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi
mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para
deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi
mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida
por mi para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender
coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me
miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos
miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre si, se superponen
y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan
tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando
en sus recintos donde un aire va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis
manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras
nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos,
de fragancia oscura. Y si nos mordemos el olor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y
terrible absorver simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola
saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el
agua”.
Libro: El forastero misterioso, de Mark Twain
De Bettie - noviembre 27, 2013

Este fue otro regalo de Jack. No había oído hablar del libro, así que no sabía qué esperar.
Desde luego, no me ha dejado indiferente...¡Vamos allá!

¿De qué va el libro?

En una pequeña población de Austria, en 1590, tres jóvenes se encuentran con un extraño
ser que dice ser un ángel, de nombre Satán -sobrino del Satán más célebre. Trabarán
amistad con él, lo que les permitirá participar de sus opiniones sobre la raza humana, así
como conocer el pasado y el futuro de la humanidad. 

Hablando del  libro...

La verdad es que el libro me ha dejado tocadilla. Es un libro bastante cruel con la humanidad,
para qué os voy a decir otra cosa. Resalta muchos de nuestros fallos de una manera cruda,
casi cruel. Y lo peor de todo es que una no puede más que asentir.
Satán, el ángel, carga contra la humanidad con cualquier excusa, y siempre las encuentra.
Nos pinta una humanidad infeliz, envidiosa, ruin, malvada, gregaria,... Y, como ya decía, es
difícil hacer objeciones que no sean puntuales, porque yo misma he podido constatar y vivir
situaciones como las que en el libro se narran.

Mención especial merece el final: un giro de tuerca inesperado, bastante filosófico, que la
verdad, a mí me dejó bastante pensativa. 

Me ha encantado leerlo, sinceramente. No es un libro para reírse, pero la verdad, creo que
merece la pena. Eso sí, escoged bien el momento, porque ya digo, no es precisamente
alegre. 

Un apunte: hay varias versiones de este texto, ya que es una publicación póstuma. La que yo
he leído es la publicada en 1916.

Os dejo un trocito...

Era difícil irritar a Satán, pero aquello lo consiguió.

- ¡Qué asno eres! -dijo-. ¿Eres tan poco observador como para no haber descubierto que la
cordura y la felicidad son una combinación imposible? Ningún hombre en su sano juicio es
feliz: porque la vida es real para él y ve que la vida es una cosa temible. Solo el loco puede
ser feliz, y no muchos de ellos.

En resumen, este libro...

5/5

Ya tengo al siguiente candidato encima de la mesa. Lo he sacado de la biblioteca municipal.


El otro día fui a hacerme mi carnet, y me sorprendió encontrar allí un libro de Fátima
Mernissi, en concreto El hilo de Penélope. Me ha dicho la bibliotecaria que le cuente qué tal,
que soy la primera que lo va a leer y que parece interesante. ¡A ver qué tal! Desde luego, los
otros dos libros suyos que he leído me han encantado...

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