it Personas refugiadas en la División Norteamericana, 28 de agosto
Lamphai Sihavong
a-
s
er Un ángel en la gasolinera
a.
L
s amphai miraba con asombro el
n confuso laberinto de autopistas a su
m- alrededor y la imponente ciudad es-
El tadounidense de Chicago. No tenía idea de
o cómo encontrar a su marido. Miró a los
s. cuatro niños que estaban sentados con ella
u- en el automóvil y se preguntó qué hacer.
e Ambos habían llegado a Estados Unidos
e como refugiados desde Laos, en el sudeste
s asiático, y estaban recorriendo con sus
e seis hijos el país en busca de trabajo. Pri-
o. mero, partiendo desde Sacramento, Cali-
er fornia, la familia viajó 2.250 kilómetros
hasta Nebraska, porque se enteraron de
m- que una fábrica estaba contratando a per-
o sonas aunque tuvieran un bajo nivel de
n- inglés. Sin embargo, cuando llegaron, se
o- enteraron de que los puestos de trabajo
a estaban ocupados y la empresa ya no con-
r- trataba. Allí estaban, en medio de los
s Estados Unidos, con seis hijos, sin hogar,
t. sin trabajo y con un inglés limitado.
a La situación era complicada, ya que
andaban con dos vehículos: el automóvil
de la familia y un camión de mudanzas
con sus pertenencias. Dos amigos de Ca-
lifornia habían acompañado a la familia
hasta Nebraska, uno conduciendo el au-
tomóvil y el otro el camión. Lamphai no
se atrevía a conducir por las carreteras
estadounidenses porque acababa de
aprender a conducir y acababa apenas de
obtener la licencia de California. El pro-
blema era que sus amigos no pudieron
quedarse más tiempo con ellos.
Lamphai y su esposo llamaron a todos
sus conocidos para pedirles consejo y fi-
nalmente se enteraron de un posible
puesto de trabajo en Holland, Míchigan,
a otros 1.200 kilómetros de distancia.
Lamphai decidió enfrentar las carreteras
MISIÓN ADVENTISTA: JÓVENES Y ADULTOS · DIVISIÓN NORTEAMERICANA · 21
estadounidenses y confiar en que Dios
estaría con ella, así que la familia comenzó
el viaje de doce horas hasta Míchigan. Su
esposo iba delante, conduciendo el camión
de mudanzas con dos de los niños y todas
sus pertenencias. Ella lo seguía con los
otros cuatro niños en el automóvil.
Todo iba bien hasta que llegaron a Chi-
cago. Lamphai trató de seguir de cerca a
su esposo, pero quedó atascada en el trá-
fico y perdió de vista el camión. Abrumada
y confundida en el laberinto de autopistas,
incapaz de decidir qué camino tomar, se
detuvo en una gasolinera. Ni ella ni su
esposo tenían teléfonos celulares. No tenía
forma de ponerse en contacto con él y no
tenía idea de cómo encontrar su camino.
Su única esperanza era Dios. Se alegró de
que un grupo de misioneros hubiera vi-
sitado el campo de refugiados en Tailan-
dia, para hablarles de Dios. Entonces, ella
y los cuatro niños, oraron fervientemente
a Dios pidiéndole ayuda.
Cuando abrieron los ojos, vieron a un
hombre de aspecto agradable que cami-
naba hacia ellos.
—Déjame adivinar —le dijo el hom-
bre—. ¿Estás buscando a tu esposo, Veuy?
—¡Sí! —respondió sorprendida, pre-
guntándose en silencio: ¿Cómo sabe este
completo extraño el nombre de mi marido?
—Sube a tu automóvil y sígueme —le
dijo el hombre, volviéndose para entrar
en su automóvil—. Te ayudaré a
encontrarlo.
Sin pensarlo dos veces, Lamphai lo si-
guió a través del laberinto de autopistas
de Chicago hasta que, de repente, vio el
camión de mudanzas de su esposo. Sus
corazones se llenaron de gratitud. Se vol-
vieron para agradecer al amable extraño,
 CÁPSULA INFORMATIVA
• La División Norteamericana está compuesta por
ocho asociaciones, la Iglesia Adventista del Séptimo
Día en Canadá y la Misión de Guam y Micronesia.
Lamphai habla con alegría a la gente del P
Dios que envió un ángel a una gasolinera
para ayudarla a encontrar su camino.
E
Varias congregaciones, cuyos miembros
son emigrantes procedentes de Laos, sur-

E
pero este se había ido. Su automóvil había gieron en toda la División Norteamericana
desaparecido antes de que pudieran de- como resultado de la ofrenda del decimo-
cirle adiós. tercer sábado de 2011. La ofrenda del de-
La familia llegó sana y salva a Holland, cimotercer sábado de este trimestre ayu- Ig
Míchigan, y Veuy y Lamphai encontraron dará a proporcionar pastores y recursos e
trabajo en una empresa de botes propiedad a grupos como el de Lamphai. Gracias por c
de una familia adventista. Comenzaron su generosidad.
a asistir a la iglesia adventista de Holland. p
Pronto, invitaron a nuevos amigos de Laos Terri Saelee p
para que los acompañaran, y la iglesia le Coordinadora del Ministerio Adventista e
cedió al grupo pequeño una sala donde para Refugiados e Inmigrantes de la Di- c
poder adorar en su propio idioma. El grupo visión Norteamericana de la Iglesia Ad- lo
creció y hoy tiene su propia iglesia, donde ventista del Séptimo Día.
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Esta historia misionera ilustra los siguientes componentes • Objetivo de crecimiento espiritual Nº 6: “Aumentar la ti
del plan estratégico “Yo iré” de la Iglesia Adventista adhesión, conservación, recuperación y participación
Mundial: de niños, jóvenes y adultos jóvenes”, a través de los m
puntos: “Los miembros de iglesia muestran comprensión m
• Objetivo de crecimiento espiritual Nº 2: “Fortalecer y di-
intercultural y respeto por todas las personas” (KPI 6.6) re
versificar el alcance adventista en las grandes ciudades,
y “dan evidencia de que las iglesias locales y escuelas v
a través de la ventana 10/40, entre los grupos de perso-
adventistas están respondiendo a las oportunidades que u
nas no alcanzadas y poco alcanzadas, y en las religiones
la migración en masa ofrece para el ministerio, y que los ta
no cristianas” a través del punto KPI 2.9, que dice: “Cada
inmigrantes están siendo integrados en las comunidades e
asociación y misión fuera de la ventana 10/40 tiene un
adventistas locales” (KPI 6.7). si
plan de cinco años para alcanzar un aumento medible
d
y significativo (ej.: 30% en cinco años) en el número de Obtenga más información sobre este énfasis estratégico en
nuevos grupos de adoración plantados”. Iwillgo2020.org/es/ n
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