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*5
TALCA
^ SEÑORA DEL BUEN CONSEJO .
i910
3X24.
moto ML 1V0VICI0
TE80K0
DEL NOVICIO
POR EL
AGUSTINO
TALCA
IMP. DE NUESTRA SEÑORA DEL BUEN CONSEJO
1910
a la Virgcii Iijnjaciilada
BAJO LOS DULCES TITULOS DE
EL AUTOR.
Licencia de la Orden
P. AuREr.ió'Luro,
Provincial.
P. Juan A. Pizarro,
Secretario.
Tómese razón.
RO.MÁN,
Vicario General.
Míókkk t'..
Secretario.
PRÓLOGO
No mi
intento, ni tal pudiera pretender al publi-
es
car estas páginas, el enriquecer los tesoroí* de la ascé-
tica con una nueva producción que arroje más clara
luz sobre materias agotadas, digamos asi, por millares
de autores de proí'úndisima erudición y acrisolada
santidad. Nó, solamente me he propuesto el poner en
maños de la juventud de los claustros un libro prác-
tico en el cual hallen sencillamente explicado, como
su poca edad y conocimientos lo requieren, todo lo
más et^encial que deben saber acerca de su estado y
obligaciones. Es decir, enseñar á los niños que ingre
san en la Religión qué deben hacer, y cómo
lo de-
ben ejecutar para ser santos religiosos.
No se me oculta que aun esto se encuentra magis-
trahnente tratado en muchos otros libros de reputa-
dos aut(jrés; pero, ni ellos están dedicados exclu.siva-
mente á los novicios, como lo está el presente, ni se
tratan por lo general las materias con la sencilla con-
cisión y método de un libro didáctico, ni se encuen-
tran reunidos en un solo tomo todo lo que el novicio
necesita saber y aprender durante el año de su proba-
ción .
VIII
CAPÍTULO I
Excelencia de la vocación
al estado religioso
1. —
Vocación. 2. Excelencia del estado religioso. 3 Idem
—
de la vocación del mismo. 4. Los religiosos, porción
escogida del Señor.- -5. Viven en su misma casa. 6.—
Son la porción más fecunda y gloriosa de la Iglesia.
7. El estado más seguro para la salvación. 8 El estado
—
de más verdadera paz en esta vida. 9. Resumen.- -10.
Gran beneficio. Indignidad para merecerlo.
Correspondencia á la vocación
19
CAPÍTULO V
lo que
es obligación y añadir á esto todo lo
bueno que
dichas obligaciones no.« permitan.
las
4. No basta, pues, para cumplir con el fin de la vo-
cación el contentarse con no pecar
y llevar una vida
de un buen secular, es necesario asi)irar á ser
Kant )8
y á no cometer falta alguna deliberada, por pequeña
que ella sea, y nunca descansar en procurar
mayor
amor á la pobrez.-j, castidad, obediencia, humildad v
a todas las virtudes.
5. La santidad comprende la perfección de todas
las obras; por esta razón, el religioso
jamás podrá de-
jar de trabajar, puesnunca logrará hkcer las obras de
tai modo que no pueda aún ejecutarlas
con mayor
perfección. Debe aspirar á que su oración
sea perfec-
ta, su despego del mundo sea perfecto,
perfecta su hu-
mildad, y perfecto en todas las virtudes. Ya ves
cuan-
to camino debe recorrer el religioso; ya
ves cuanto te
pide el feenor, que nada menos merece un
estado tan
santo y una vocación tan excelsa.
6. Faltan, pues, al fin de su vocación, aquellos
que
después de ingresar al monasterio, buscan en •
él la«
dignidades y los honores. Faltan los que son
sober-
bios, no queriendo abrazarse con la
humildad y los
desprecios. Faltan todos los que hacen
i)oco caso de
pecadoí- veniales, y sólo se preocupan
de evitar los
mortales. Faltan los que se entregan á estudios,
tra-
bajos, entretenimientos, etc., si bien indiferentes,
aun buenos en otras personas, pero que de nada sir- y
ven para la gloria de Dios y el adelantamiento en
la
santidad. Faltan los que se entregan á la tibieza
y no
alimentan en su corazón un verdadero de.seo de
ser
santos. Faltan los que trabajando mucho lo
hacen con-
tra la obediencia
y por propia inclinación, ó llevados
de la víuiidad ú otra pasión menos santa. Faltan
los
qüe dividen su corazón con el mundo ó con las perso
ñas del mundo, ó se apegan á cosillas v bagatelas
que
les roban la absoluta libertad del corazón
y ofenden
el divino celo.
TESORO DEL NOVICIO 27
Pin de vocación
la
á la Orden Agustiniana
1. —
Fines de la vocación de las Órdenes Religiosas. 2. Fin
—
de la Orden Agusíiniana. 3. Condiciones que exige la
Orden Agustina.— 4. Honor y ventajas de pertenecer á
tal Orden.
CAPÍTULO VII
cuan larga!
6. A
esto añade las fatigas que la Ilcligiói; impo-
ne. Si eres estudiante tendrás que estar l:irgi.- años
dedicado á las ciencias; largas horas di- -iUím in, n el
retiro de la celda, para prepararte á las ciases } li.tcer
tus ejercicios de piedad. Si eres sacerdote, no p? ni rus
eximirte sin gravar tu conciencia, de las fatigas cJel
más penoso apostolado. La instrucción en lo,sc()l;'g¡,,s,
la predicación, las misiones, el confesonario, el estu-
dio que todo ésto requiere, y sobre todo, I i 'Vito-
nía qne en ello se halla, haciéndolo por tr ¡.i,
CAPÍTULO VIH
Perseverancia en la vocación
bitarán '
,
'
CAPÍTULO X
NOVICIADO
CAPÍTULO I,
1. —
Medidas preparatorias pata vestir el hábito.. 2. Arre-
glar los asuntos pendientes con la casa. — 3. Considerar
la grandeza del acto que va á ejecutar. — 4. Penetrarse
del espíritu y significado de las ceremonias.— 5. Dar un
tiempo á la preparación y hacer confesión general. 6. —
Orar.
PART SEGVNDA
PARTE SEGUNDA
Noviciado.
1. —
Sabiduría de la Iglesia al instituir el noviciado. 2. El no-
—
viciado considerado bajo cuatro puntos de vista. 3. Por
—
parte de la Orden; año de prueba. 4. Por parte del novi-
cio: año de escuela.— 5. Por parte de la virtud: año de
—
aprendizaje y de formar el plan para toda la vida. 6. Aten-
didos sus efectos: el año de felicidad, paz y consuelo es-
piritual.
CAPÍTULO V
Conducta del Novicio para con Dios
I.
92 PAHTK SEGUNDA
II
93
1. El ciento por —
uno en esta vida. 2. El título de Padre
y Maestro.— 3. Obligaciones que estos títulos de Padre
—
Maestro impone á los novicios. 4. Confianza que en
él deben tener. —
5. Rogar por él y por sus intenciones.
— 6. Obediencia
3. —
Los religiosos son verdaderos hermanos. 2. De este
título sededucen sus mutuas obligaciones. Amor.— 3,
—
Análisis de las cualidades de este amor. 4. Amor in-
—
terno; sus opuestos.— 5. Amor externo. 6. Amor res-
petuoso. —7. Amor sufrido.- -8. Amor sincero. — Amor 9.
solícito. — 10. Amor espiritual. — 11. Amorcomún; amis-
tades particulares. — 12, Advertencia acerca del ca-
rácter.
Amor Opuestos
115
Virtudes fundamentales
DEVOCIÓN Á JESÚS
1. —
Parte de la piedad son las devociones particulares. 2.
—
Devociones obligadas del religioso. 3. Devoción á Je-
— —
sús Niño. 4. Devoción á Jesús Sacramentado. 5. Prác-
tica de esta devoción. —
6. Devoción á la Pasión de Je-
—
sús. 7. Devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
II
III
/
162 PARTE SEGUNDA
ÍV
DECANO
EL CAPILLERO
ENFEKMiCRO
PORTERO Y CAMPANERO
SERVIDORES
LECTOBES DE LA MESA
REZANTES
ROPERO
1
PARTE TERCERA
PRÁCTICAS DE LA RELIGIÓN
CAPÍTULO I
Oración y meditación
1. Qué —
es orar. 2. Oración mental y vocal.— 3. Necesi'
dad de la oración. —
4. Eficacia de la oración. —
5. Con^
diciones d¿ la oración.— 6. Qué debemos pedir. 7. —
—
Cuando debemos orar. 8. Atención en la oración.
9. Meditación. —
19. Necesidad de método para la ora-
ción mental. —11. Necesidad de la meditación. —
12. Efi-
cacia de la meditación. —
13. Práctica de la meditación;
preparación.- -14. Meditación. —
15. Propósitos. —
16. Pe-
ticiones. — 17. Acción de gracias.— 18. Advertencias.
3, 22).
Todavía hay otros m,uchos textos semejantes á es-
TESORO DEL NOVICIO 187
I. Acto de fe y adoración.
II. Acto de Immildad y contrición con propósito de
nunca más ofender á Dios.
III. Acto de petición de gracias para hacer bien' la
meditación.
IV. Leer la meditación.
Todos estos actos se hacen muy brevemente, pero
con atención y fervor. Pueden hacerse mentalmente
ó pueden rezarse en alguna oración que los contenga
con brevedad. Por ejemplo:
.1 Yo creo. Dios mío, que estáis aquí presente y
comenzar la meditación.
En cuanto á las distracciones que t^ufras en la ora-
ción, ten entendido que en nada te harán perder el
fruto de ella si tú no las quieres y las rechazas; y esto
208 PARTE TERCERA
Preparación
REMOTA I
PRÓXIMA
í
¡y propósito.
3.0 Pedir gracia para ha-
I
Meditación
1.0 La memoria recuerda y forma con la imagina-
ción la cotnposición de lugar.
2.0 El entendimiento discurre ayudándose de las
preguntas ¿quién?, ¿qué cosa?, ¿cómo?, ¿porqué?, etc.
3.0 La voluntad prorrumpe en afectos de amor, con-
trición, compasión, temor, etc.
Propósitos
GENERALES PARTICULARES
Peticiones
GENERALES PARTICULARES
Acción de gracias
1. ° Dar gracias? á Dios por habernos admitido á ha'
cer la oración.
2. ° Hacer un breve examen de conciencia, pidiendo
perdón y prometiendo la enmienda
3. " Formar un ramillete espiritual.
CAPÍTULO 11
£xamen da sonoienoiá
I. —
Qué es examen de conciencia. 2. Es la cuenta del ne-
gocio de nuestra alma.— 3. Es el espejo de la concien-
cia.— 4. El alma que lo hace es como el campo del dili-
gente.— 5. Clases de examén de conciencia.— 6. Examen
particular.— 7. Práctica del examén de conciencia.- 8.
industria para facilitarlo.- 9. Materia del examen.— 10.
Eficacia del mismo. — 11. Modo de hacer el apunte del
examen.
1 I
semana
mes
c i
«]
del Tarde
la
Día
de
Día
; 1 i
1 Domingo
2 Liines
!
3 Martes
4 Miércoles
5 Jueves
i
6 Viernes 1
j 1
7 1
Sábado
capítulo IIE T í -.
Lectura espiritual
ciencia del espíritu: sin estudiar mucho, sin leer mu- i.^
cho, se sabrá poco, casi nada. He dicho ordinariainen- ^ I-
reglas siguientes:
I. Lee despacio que es lo ]ni^-ni < i >.
.
:i
Presencia de Dios
que Dios está en todas partes, que ve, oye y vigila to-
TESORO DEL NOVICIO 233
DE LA INTENCIÓN VIRTUAL
I
242 PARTE TERCERA
CAPÍTULO V
De la mortiflcación
'
^
Esta razón de Sto. Tomás resume todas las otras.
En efecto: ¿Por dónde entra el pecado en el alma?
Por los ojos. 'por los oídos, por la lengua, por el pala-
dar, por el olfato, por el tacto y en una palabra: por
los sentidos del cuerpo. Pues, para evitar el pecado, es
necesario el refrenar estos sentidos. Ahora bien, como
la experiencia enseña que los tales sentidos son como
caballos fogosos á quienes no se puede aflojar un po-
co la rienda sin peligro de que se desboquen, por esta
razón, no 'hay que contentarse con mortificarlos lo
suficiente para evitar el pecado, sino lo suficiente pa-
ra tenerlos siempre á raya, ó mejor dicho, lo suficien-
te para domarlos. Como los peligros no cesan durante
toda lá vida del hombre, de aquí se deduce que du-
rante toda la vida nos es necesaria la mortificación.
Esto hablando de mortificar los sentidos para ser
buenos cristianos: ¿qué diremos para ser buenos reli-
giosos, para procurarla consecución de todas las virtu-
des, para ser santos? Un religioíjo sin mortificación es
un religioso de mero nombre y de hábito, pero no es
un verdadero religioso.
7. Veamos ahora cómo debemos mortificar los sen-
tidos. Dejamos sentado que hablamos de perfección,
y como todos los religiosos estaraos obligados á aspirar
á ella y por lo tanto á poner los medios que para con-
seguirla existen, de aquí que todos en mayor ó menor
grado estan)os obligados á entregarnos á la mortifica-
ción de los sentidos. No es, pues, un mero consejo; es
una verdadera obligación; obligación que, por otra
parte, nos da los frutos más saludables y aún los con-
suelos más dulces que se hallan en, la vida espiritual.
Los ojos los mortificaremos privándolos de las co-
TESOaO DEL NOVICIO 259
lÁ:' '
í-iiiUi qui; c¡) íKjUc; íiuyuh i.-:v|n;! ííii'.-í;.Uí; \;:'
La Confesión Sacramental
1. —
Qué es la Confesión. 2. Gran beneficio de Dios.— 3.
Efectos de la Confesión.— 4. Partes de este Sacramen-
to: examen de conciencia. —
5. Dolor de contrición y
atrición. —
6. Propósito de la enmienda. —
7. Confesión
oral.- -8. —
Confesión sacrilega. 9. Satisfacción; conduc-
ta —
para después de la Confesión. 10. Una regla prác-
tica.
La Confesión es un Sacramento
instituido por N.
S. Jesucristo para perdonar los pecados cometidos
después del bautismo, por medio de la absolución del
sacerdote, al hombre que contrito confiesa sus cul-
pas.
Es á la manera de un juicio en el cual se juxga ai
pecador, no para castigarlo, sino para perdonarlo. Allí
el acusador y el testigo es el mismo penitente, y el
juez, que es al mismo tiempo Padre y asilo llamamos,
Doctor y Maestro, es el confesor,
2. jCuán grande es la misericordia del Señor para
con sus miserables criaturas! ¿Qué seria de nosotros
sin este Sacramento? ¿Cómo podríamos conseguir el
perdón de nuestros pecados sin la santa Confesión,
quedando en la seguridad de la reconciliación con
Nuestro Señor?
3. No cabe la menor duda que éste es \mo de los
mejores medias que tenemos en nuestra mano para
272 PARTE TERipiCRA'
CAPÍTULO Vil
Lia Comunión
J. —
La Comunión fuente de todas las gracias. 2. Respeto
exagerado al Santísimo Sacramento.— 3. La Comunión
frecuente y diaria; decretos de Su Santidad Pío X. — 4.
—
Dignidad de este Sacramento. 5. Eficacia de la Comu-
—
nión. 6. Disposiciones para comulgar; el ayuno natu-
—
ral. —
7. Disposiciones del alma. 8. Preparación para la
— —
Comunión. 9. Modo de comulgar. 10. Después de la
—
Comunión. 1 1. Privilegios acercada la Comur.ión.
12. La Comunión espiritual.
mo Dios. .
., y que viene por amor. ¿Qué más se puede
decir?
6. ¿Y de su eficacia que más puedo decirte que lo
apuntado en el párrafo primero? ¿A qué viene Jesús
al corazón del hombre? ¿No viene á sanar sus mise-
rias? Si élmismo se nos da, ¿temeremos que nos nie-
gue cualquier cosa que le pidamos? Hay un refrán
antiguo y vulgar que dice: «Si andas con el santo se-
rás santo, si con el perverso te pervertirás»; ó en otras
palabras: «dime con quién andas y te diré quién eres».
Pues bien, según esto, si andamos con Jesús nos ha-
remos como Jesús. Por esta razón decía San Francisco
de Sales: «Créeme que las liebres en el invierno se
vuelven blancas de puro ver y comer nieve; así tú
también te volverás hermosa, buena y pura, á fuerza
de adorar y de comer la hermosura, la bondad y la
pureza misma en este santo Sacramento.
No hay mecho, pues, más eficaz para vencer todas
las pasiones y lograr todas las virtudes )' hacernos
santos, que la Comunión frecuente, y cuanto más fre-
cuente mejor, y diaria, mil veces mejor. Con esto que-
da dicho todo.
¿Y por qué, pues, no sacamos estos frutos de nues-
tras Comuniones? La razón es muy sencilla: porque
las hacemos sin las disposiciones debidas; de modo
que recibimos gracia, ciertamente, pero no recibimos
sino conforme á la capacidad de nuestras disposicio-
nes. Es, dicen los Santos, como si muchos fueran á
buscar agua á una fuente, que todos sacarían agua,
pero los que llevaran un recipiente pequeño sacarían
poca, y los que lo llevaran grande, sacarían mucha;
y aun estos sacarían poca si tuviesen el recipiente
medio ó lleno de tierra ú otra cosa. Por lo cual este
divino Sacramento es como la fuente que no se agota;
pero que los que llevan pocas disposiciones reciben
poca gracia, y mucha los que llevan mucha disposi-
ción; y los que llevan su corazón vacio del mundo y
de los afectos al pecado, lo llenan con la gracia del
TESORO DEL NOVICIO 293
De la Santa Misa
1. —
Excelencia del Santo Sacrificio de la Misa. 2. 'Método
para oir la Misa con fruto. -3. Angelical prerrogativa que
goza el que tiene la dicha de poder servir la Santa Mi-
sa. —
4. Significación de los ornamjpntos sagrados. —
5.
Explicación de los colores de las vestiduras y ornamen-
tos sagrados.
1
810 PAIiTETEUCEHA-
»
y que por tantos y tan. graves pecados no merezco
» ser oido. Mas ¿cómo podréis no escuchar á vuestro
» divino Hijo, que sobre el altar ruega por mi,
y por
» mí os ofrece su vida y su Sangre? Ea, Dios mío
1. —
Instrucción acerca del Oficio Divino. 2. Diversas Paf
—
tes del Oficio Divino. 3. Año eclesiástico y sus princi^
pales fiestas.— 4. División de los Oficios.— 5. Conoci-
miento del Breviario.— 6. El Martirologio y el Ordo.—
7. Modo de buscar el Oficio del día.— 8. Dignidad y efi-
cacia del Oficio Divino.— 9. Modo de rezar santa y pro-
vechosamente el Oficio Divino,
II
IL Deus in adjutorium,
III. HiaiBO.
20 PARTE TERCERA
tífona.
VI. Oración.
VIL Conmemoraciones ó Sufragios, si los hubiere.
VIII. Dóminus vobiscum, etc., Benedicamus, etc.,
Fidelium, etc.
15. Las Completas, constan de lo siguiente:
L' Bendición.
II. Lección breve, Pater noster. Confíteor, Mise-
reatur, Indulgentiam, etc.
III. Converte nos, etc., Deus in adjutorium, etc.
IV. Cuatro Salmos con una sola Antífona.
V. Himno.
VI. Capítulo y Responsorio breve.
VIL El Cántico Nunc dimittis, con su Antífona.
TESORO DEL NOVICIO 321
ni
III > »
IV >' »
V » >
» III » »
» IV » »
IV
de la misma.
II. Prima de Dominica.
III. Prima del Oficio Ferial.
IV. Tertia.
V. Sexta.
VI. Nona. (Estas Horas son iguales en todos los
Oficios).
VII. Maitines y Laudes de las Ferias II, III, IV,
V, VI y Sábatto, sucesivamente.
WIl. Vísperas de Dominica.
IX. Vísperas de las Ferias, II, III, IV, V, VI y Sá-
batto, sucesivamente.
X. Sufragios de los Santos. (21).
XI. Completas. (Es igual en todos los Oficios).
27. En el Proprium de Témpore hallamos las Do-
minicas, Ferias y Fiestas movibles del año por el or-
den indicado en el párrafo «El año eclesiástico y sus
principales fiestas».
28. En el Proprium Sanctorum encontramos el
año por sus meses y días, y en cada uno de estos días
un Santo ó solemnidad con su respectivo Oficio:
29. El Commune Sanctorum lo encontramos di-
vidido en varias partes correspondientes á los Oficios
826 PARTE TERCERA
VI
EL MARTIROLOGIO Y EL ORDO
vn
VIII
IX
42. El rezo del Oficio Divino debe reunir tres prin '
Domingo —
ó Víspera ó Completas Resurrección del
Señor.
La mejor norma para escojer el aaunto de lo que
S9 deba meditar durante el Oficio Divino es dejarse
llevar del Espíritu del Señor, y pensar en aquello que
más nos gusta y mueve. Pero téngase presente que
esta meditación lio debe ser una árida consideración
de los dichos asuntos, sino principalmente, llena de
afectos de la voluntad y de fei-vorosos actos de amor,
de compasión, de propósitos de la enmienda, de peti-
ciones, etc. etc.
46. Reglas generales para rezar el Oficio Divino
digna, atenta y devotamente:
I. Formarse una idea muy elevada de su dignidad
y eficacia.
II. Ser puntual al sonido de la campana para
acudir al coro, ó á las horas que tenemos designadas
para rezarlo, no atrasándolo sin grave causa y enton-
ces rezándolo en la primera hora en que hay lurgar.
III. Dejar al pié de la cruz ó á la puerta del coro
todo pensamiento ageno á la obra que vamo- á ejecu-
tar, teniendo una voluntad decidida de no cometer
durante el rezo ninguna falta por pequeña que sea.
IV. Renovar la voluntad de rezar bien, muchas ve-
ces durante el rezo, y particularmente al Gloria Patri
y en otras partes principales del Oficio.
V. Determinar al principio la consideración que
se va á hacer durante el Oficio.
VI. Antes de ponerse á rezar enterarse bien del Ofi-
cio y de las variaciones que en él ocurran.
Vn. Rezar con mucha devoción, haciendo un acto
de presencia de Dios, la oración preparatoria.
VIII: Hacer después del Oficio un breve examen
de conciencia; pedir al Señor perdón por las faltas co-
metidas y proponer la enmienda.
TESORO DEL NOVICIO 335
II
III
IV
DE LAS DOMÍNICAS
gésima.
6. Cuando en el Proprium de Témpore se dice que
una Dominica es la primera del raes se entiende que
es la más cercana al día l.o, anterior al dicho día si
'
DE LAS FERIAS
VI
DE LAS VIGILAS
VII
DE LAS OCTAVAS
VIH
IX
DE LOS SUFRAGIOS
Xí
DEL MARTIROLOGIO
XII
DE LAS PRECES
Notas
tre una de las causas por las que puede ser destituido
de su cargo un Superior. Se comprende que con la
advertencia de las faltas que se cometen haya mayor
cuidado y precaución para evitarlas y que con la acu-
sación de los religiosos al mismo tiempo que se eje-
cuta y practica la humildad se pone un vallado á la
reincidencia en las mismas faltas, pues no gusta el ir
constantemente á acusarse de lo mismo delante de la
comunidad. Sin embargo, este capítulo perderá toda
su eficacia, sí, haciéndolo solamente por cumplir y
sin espíritu de aprovecharse de él ó se ocultaren las
faltas cometidas ó se recibieran mal las amonestacio-
nes del Superior; entonces no habría espíritu religio-
so y para ése tal, tanto esta preciosa práctica como
todas las demás serán perdidas.
4. Oficio de difuntos y salmos penitenciales.
— Los novicios tienen obligación por Constitución de
rezar todas las semanas el Oficio de difuntos por los
religiosos y bienhechores muertos, y los Salmos peni-
tenciales con las letanías de los Santos por los vivos.
Para mayor facilicidad, esta practicase hace en común
y se divide en partes para cada uno de los días de la
semana. El Lunes se rezan las Vísperas de difuntos:
el Martes, el primer nocturno; el Miércoles el segun-
do; el Jueves el tercero; el Viernes las Laudes; el Sá-
bado los Salmos penitenciales, y los Domingos las le-
tanías de los Santos.
5. —
Sufragios por los difuntos. Además de esto
Nuestras Santas Constituciones determinan los si-
guientes sufragios para los difuntos: Por cada religio-
so muerto aunque sea Novicio ú Oblato, en el conven-
to donde muere, todos los sacerdotes le apliquen una
Misa; se cantará ó rezará íntegro el Oficio de difuntos
y la Misa con la Absolución. El día trigésimo y el
primer aniversario de la muerte cántase ó rézase un
Nocturno de difuntos con Laudes y la Misa. Todos
US sacerdotes de la Provincia le aplican una Misa, in-
u.fdiatamente, y en todos los conventos se le canta la
352 PAKTK TERCERA
l
354 PARTE TERCERA
PROFESIÓN Y VOTOS
CAPÍTULO I
Ceremonia de la Profesión
'alia eternidad?.
—
OREMOS
OREMOS
OREMOS
OREMOS
Votos
contra.
Los votos simples hemos dicho que son perpetuos
por parte del vo\ ente, y tan es así que su dispensa
sólo corresponde al Papa, y esto supuesto que las cau-
sas que se aduzcan sean verdaderas y legítimas, pues
bajo esta condición se supone que el Sumo Pontífice
concede la dispensa, pero no cuando son meras dis-
culpas é impertinencias.
3. Los votos se distinguen de las virtudes en que
aquellos miran solamente a los actos externos, mien-
tras que estas atiendei} igualmente á los internos. Por
ejemplo: una obediencia ejecutada pero de mala gana
y sólo á la fuerza, no sería un pecado contra el voto
de obediencia, pero si lo sería contra la virtud de
la obediencia. Así es que, ios votos religiosos están
encaminados á conseguir las virtudes correspondien-
tes: el voto de pobreza va encaminado á conseguir la
virtud de la pobreza; el voto de castidad y el de obe-
diencia á conseguir las virtudes de la castidad y de la
obediencia. Por lo cual, no solamente existe la obliga-
ción de observar el voto, sino también la de procurar
la virtud. En primer lugar, porque ése es el fin por el
cual se hacen los votos; luego porque sin la virtud
tampoco se cumpliría el voto, y éste vendría á dar por
tierra bien pronto. Según esto, siempre que se que-
branta el voto se quebranta la virtud, pero no siem-
pre que se quebranta la virtud se quebranta el voto,
como en el ejemplo anterior.
Te he dicho que el voto afecta solamente á los ac-
tos externos; sin embargo cuando el acto interno se
refiriese y dirigiese á un acto externo entonces aún
con aquel acto interno se quebrantaría el voto. Por
ejemplo en los deseos: cuando se tiene un deseo y se
desea una cosa prohibida por el voto entonces no so-
lamente se quebranta la virtud sino también el voto,
pues el deseo encierra la malicia y la especie del acto
externo. Si un religioso se propusiera resistir al Su-
TESORO DEL JÍOVICIO 373
CAPÍTULO IV
Profesión religiosa
y
nioraleíx- las c tales no se vencen loe apetitos de-
sarreglado^; contristen, en fin, en la frei-uerinn de los sa-
cramentos, y en el rtmor, fervor y práctica de la ora-
ci(')n, la cnal nos alcánío Jos auxilios de la j^racia, sin
Vo*o de o'^íedlenc
4 '
«úbditos.
5. El mandato dol Superior no obliga siempre á
pecado mortal, porque en sus ordenaciones no siem-
pre concurren las cosas que se requieren para pecar
mortalmente en caso de desobediencia.
Para pecar mortaiinente por desobediencia se re-
quieren dos cosas: priinera, que la cosa mandada sea
de materia grave; porque no hay ley que obligue gra-
vemente por cosas leves; segunda, que el Superior
mande la cosa en tales términos y con tal energía,
que dé á conocer la gravedad del mismo mandato y
de la obligación respectiva, lo cual sucede cuando el
•Superior manda en virtud de santa obediencia, en virtud
del Espirita Santo ó con otras expre^siones equivalen-
tes.
II
CAPÍTULO V]
Voto de pobreza
II
III
VIDA COIltlN
IV
VI
J U K G o
VII
DONES Ó RETÍALOS
1. —
A qué obliga el voto de castidad. 2. Materia grave en
—
este voto. 3. Medios para conservar la castidad.
Estudios
1> Buque.
2. a Jorre.
3. a Caballo.
4. a Baúl.
5. a Libro, etc.
1 h, V he, t,r
6 2
le t¡ne ge
ge-pe-rie
le-que-be
le-leje
CAPÍTULO I (1)
CAPÍTULO H
De la humildad
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
y corporal
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPITULO VIII
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
De la obediencia
CAPÍTULO xri
PRÓLOGO
Solamente faltaba, hermanos en Jesucristo, (jaics
ya os hemos dado una breve ins*^rucción para que se-
páis como os habéis de haber en la Orden, á donde
Dios os trajo, para servirle 3' amarlo, negando muy
de veras al mundo), que os declarásemos la Regla que
profesasteis de Nuestro Padre San Agustín. Mucho va
en tener noticia de lo que os es mandado hacer; por-
'jue la ignorancia causa es de caer en grandes faltas;
no penséis que en este caso disminuye la culpa, antes
la agrava. Y como dice la Escritura, en las cosas que
son de necesidad para la salud del alma: El que es
ignorante, será ignorado. Quiere decir, que pues noso-
tros tenemos tanto descuido en saber lo que somos
obligados á hacer, que el Señor nos dirá que no nos
conoce al tiempo de recibir la paga de nuestros traba-
jos. Así lo leemos de aquellas vírgenes mal entendi-
das á quienes se dió esta respuesta, según dice San
Mateo. Mirad, hermanos en Cristo, que sin regla, le
TESORO DEL NOVICIO 449
CAPÍTULO I
Amor
de Dios y del prójimo:
unión de los corazones y comunidad
de las cosas
Ante todas las cosas, hermanos muy amados, amad á Dios
*
y después al prójimo
*
TESORO DEL NOVICIO 451
*
* :;.
* *
1
TESORO DEL NOVICIO 453
* *
CAPÍTUÍ.0 11
Humildad
*
* *
hechos templos
CAPÍTULO III
* *
*
•i: *
CAPÍTULO IV
Ayuno y refección
*
* *
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
*
* *
CAPÍTULO VII
Corrección fraterna
CAPÍTULO VIII
CAPÍTULO IX
62. No hay
oficio bajo eii la religión (capa de Dios),
pues obediencia todo lo engrandece y levanta. For
la
tanto fueron elegidos siete diáconos en el colegio apos-
tólico, para que ellos entendiesen en lo temporal,
proveyendo á los cristianos de todo lo necesario, por-
que los apóstoles entendiesen en orar y predicar el
santo Evangelio. Estos diáconos, dice San Lucas, que
eran llenos de! Espíritu Santo, porque entendaKios
que nada pierden [¡ara con Dios los que tiénen algu-
nos oficios en la religión Ley fué que el rey David
puso, que se diese tanta parte de los despujos, que en
las guerras se ganasen, á los que quedaban á guardar
tí\ real, como á los que ponían á riesgo su vida pelean-
CAPÍULO X
manto antes
¡i-
ti:
se perdonarán
.I-
c;ap1tulo XI
Obediencia
Obedézcase al prelado inmediato romo á padre. ¡¡ero mu,
. .
*
>j( líe
*
* *
*
* *
CAPÍTULO xri
fOhj quiera Dios que observéis todo lo dicho por pvra can-
dad, como enamorados de la espiritual hermosura de la
virtud! Respirando... el fragante olor dr Jesucristo.
*
* *
*
Sí 4;
* *
á Dios
*
* *
INTRODUCCIÓN
CAPITULO I
Generalidades
CAPÍULO TI
Privilegio de exempeión
CAPÍTULO llt
Diversos privilegios
CAPÍTULO IV
Privilegios de los Superiores
1. Jurisdición de los Superiores.— 2. Diversas clases de
—
Superiores. 3. Privilegios de los Superiores regulares.
—4. Indulgencias de la Orden. 5. Privilegio de la ben-
dición papal.— 6. Letanías del Sagrado Corazón de Je-
—
sús. Cofradías propias de N. Orden.
CEREMONIAL
CAPTTUÍ.0 I
CAPIULO II
CAPÍTULO III
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
CAPITULO V
fuego.
544 PAKTK .SÉPTIMA
CAPÍTULO Vil
1. En
las Mi.'^as de Dií'unü)s va el primero con la.**
manos juntas. A la Confesión permanece arrodillado
al lado de la credencia. A la Oración y Oraciones se
arrodilla oomo el Coro.
2.Si no hay Maestro de Ceremonias administra
al Subdiácono al cantar la Epístola, etc. Si hubiere de
distribuir v(?las, él lo hará, si no hubiere otro d«;sti-
nado.
3. No
va al Evangelio con los otros, á no ser que
haga Oficio de Maestro de Ceremonias; en este caso
el
los precede y al fin recibe el libro de manos del Sub-
diácono y hecha la genuflexión 1í) coloca en la cre-
dencia.
4. A la incensación de la Oblata administra el in-
censario como (ie costumbre. Para el alzar entrega el
incensario con incienso al Subdiácf)no y se arrodilla
á su tlerecha mientras él inciensa. Después de la ele-
vación lleva el incensario á la Sacristía y vuelto á la
credencia permanecí- arrodillado como el Coro hasta
el Poa* Dómim, etc., exclusive. No se golpea el pecho
al Af/uns Dei, sino solamente al Domine non smn (Ugnw
y se inclina profundamente. A las Oraciones se arro-
dilla co;no el Coro.
ó. Ala Absolución Uéva'eriricensario delante de
TESOHO DEL NOVICIO 547
CAPITULO' Vil !
De las ceremonias
que se han de observar en el eoro
durante la Misa solemne
1. Mientras se haga lu aspersión del agua beiidita
todos estén de jiié, con ia c-.The/a de.vcnhieita, iMcli-
548 PARTE SÉPTIMA.
permiso.
12. Al Prefacio todos estén de pié con la cabeza
descubierta, y con la cara vuelta al Celebrante. A las
palabras Qratian hagamus, etc., inclinen la cabeza, lo
que harán también á los nombres Jesu, Maña, Sanctus
Sanctus, etc.
13. Mientras se canta el Sanctus, los del Cor») recí-
tenlo privadamente, como oe ha dicho, mclinen la ca-
beza en las partes en que deben hacerlo, ténganla
descubierta, permanezcan de pié, y, al Benedictas qia
venit, santigüense.
14. Arrodíllense todoe en el Coro poco antes de \Á
elevación, y no se levanten sino cuando el celebrante
haya dicho Per omnia svectda soeculorum, antes del l'a-
ter Noster, y entonces estén de pié, con la cabeza des-
cubierta, vueltos al altar hasta que sea consumida ja
Preciosa Sangre y comulgen los ñeles.
15. En las Misas de Difuntos, Ferias de Adviento
y Cuaresma, Cuatro Témporas, Vigilias, aunque por
dispensa no se ayune, exceptuando las Vigilias de la
TESOKO DEL NOVICIO 551
CAPÍTULO IX
CAPÍTULO X
CAPÍTULO XI
(1) Téngase presente que es costumbre de algunos países el que los aslcn
tos del Coro se levanten, colocándose en la cavidad de ellos los religioso»
cuando están de pié.
,
CAPÍTUIX) XII
De las genuflexiones
1. Las genuflexiones que se hacen sólo con una
rodilla, háganse con la derecha, no con la izquierda,
y siempre en el lugar en que el pié se retira; pero, si
])or algún espacio de tiempo se ha de permanecer
puesto de rodillas en algún cojín, ó reclinatorio, ó en
cualquier lugar semejante más alto que el lugar de
los pies, primero se hace la genuflexión con la rodilla
dereciia en el plano, en el sitio de los piés sin cojín,
aunque fuere Prelado ó Príncipe, después con una y
otra i-odilla se hinca en lo más alto, donde ha de per-
njunecer. Igual cosa se hará en el mismo plano cuan-
do haya de retirarse: bagase la genuflexión con la rodi
lia derecha, en el plano aunque estuviere orando, esto
debe entenderse si el lugar requiere genuflexión, de
otra manera hágase la inclinación debida antes y des-
pués de la oración.
2. Solamente con una rodilla, esto es con la dere-
cha, se ha de hincar el Lector al fin de las Lecciones
al Tu antem Domine, cuando se dicen en el Facistol.
TKSOKli bKL NOVICIO 559
CAPÍTULO xin
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
CAPÍTULO XVI
URBANIDAD
CAPITULO I
Preceptos de moralidad
y reglas de modestia
ESTUDIO
TEMPLO
CONFKSIÓK
SACiKADA COMUNIÓN
REFRCTORIO
máí! dignos.
32. Modérese, en cuanto f^ea posible, al rascarse el
cuerpo, al toser, al sonarse, al escu[jir.
33. No ponga los codos sobie la mesa, ni se apoye
en olla cruzando los brazos.
34. IS'O coma á dos carrillos, no tome bocados de-
«OXVKKSACIÓN
I'ORRÉCCIÓN
PASEO
KECRKACIÓN
DESCANSO NOCTUBNO
RESUMEN
El camino de la Sabiduría te
mostraré, te guiaré por las
sendas de la equidad: en las
cuales, después que hubieres
entrado, no se estrecharán tus
pasos, y corriendo no tendrás
tropiezo.— Prov. cap. IV. v. 11
y 12.
1. Abnegarse á sí mismo.
2. Extirpar los vicios.
3. Plantar las virtudes.
4. Morir para sí y para el mundo.
5. Amar á Dios.
588 PARTE OCTAVA
II
III
1. En la humildad y caridad.
2. En la paciencia y mortificación,
3. En la lectura y en la oración.
4. En la meditación de la vida de Cristo.
5. En la comunicación con Dios.
IV
V
LO QUE EL RELIGIOSO DEBE HACER EN CASA
VI
VIJ
vm
OBLIG.\^CI0NES PARA CON LOS HEHMA.\0.«
IX
PRIMERAS HORAS DEJ. DÍA
X
CON RKSPKCTü Á LA ORACIÓN Ó MEDITACIÓN
DERK OBSERVARSE
XI
KN LA ORACIÓN SE DEBE TRATAR FRECUENTEMENTE
pecados.
2. Los cuatro novísimos del hombre. ,
XII
xiir
DESPUÉS DE LA .MT8A
XIV
LO Qt'E DEBE OBSERVARSE EN LA RECITACIÓN DELOFinO
XV
EXAMEN DE CONCIENCIA
XVI
EN EL EXAMEN DE CONCIENCIA DEBE ATENDEBSK
XVII
XVIII
EN KL REFECTORIO
1. (íuardar silencio.
2. Procurar alguna mortificación,
3. Comer y beber con soiiriedad,
4. Atender á la lectura.
5. Alimentar el alma con alimento espiritual.
XIX
FUERA DE CASA
XX
AL IKSE Á LA CAMA
A. M. D. G.
FIN
^kJÜkAAAAIÜÜiAÁJkAAAAJkAAAÁAAAAkAAÍÜÜk.9
ÍNDICE
Pág.
Dedicatoria v
Licencias vi
Prólogo VII
Parte Primera
VOCACIÓN
Pág.
—
Cap. IX. Castigos de Dios contra los que no
perseveran en la vocación 48
—
Cap. X. Medios para perseverar on la voca-
ción 63
Parte Segunda
NOVICIADO
—
Capitulo I. Preparación para vestir el hábito. 59
Cap. II. -Vestición del riábito 64
Cap. III.— Noviciado 73
—
Cap. IV. Primeros cuidados del Novicio 80
—
Cap. V. Conducta del Novicio para con Dios. 86
—
Cap. VI. Conducta del Novicio para con el Pa-
dre Maestro 99
Cap. VII.— Conducía ilel Novicio para consigo
mismo 105
Cap. VIII. — Conducta del Novicio con sus her-
manos 111
Cap. IX. — Virludes fundamentales 125
Cap. X. — Devociones del Novicio 138
— Devoción á Jesús
I. 138
— Devoción á Virgen Santisima..
II. la 149
— Devoción á San José
III. 158
IV. — Devoción á la Orden y á los Santos An-
geles 162
V^. — Devoción á las almas del Purgatorio 167
Cap. XI. — Oficios del Noviciado 175
Parte Tercera
PRACTICAS DE LA RELIGION
Pág.
—
Cap. III. Lectura espiritual 221
Cap. IV.— Presencia de Dios 229
—
Cap. V. De la mortificación 245
—
Cap. VI. La Confesión Sacramental 271
Cap. VIL— La Comunión 285
Cap. VIIL— De la Santa Misa 302
Cap. IX.— Del Oficio Divino 316
I. —
Instrucción acerca del Oficio Divino 316
II. —Diversas parte.^ del Oficio Divino 318
III. —Año Eclesiástico y sus primeras fiestas... 321
IV. —División de los Oficios 323
V. —Conocimientos del Breviario 324
VL— El Martirologio y el Ordo 327
VII —Modo de buscar el Oficio del día 327
VIH. — Dignidad y eficacia del Oficio Divino . . 329
IX. — Modo de rezar santa )' provechosamente
el Oficio Divino.. 331
Parte Cuarta
PROFESIÓN Y VOT08
Pág.
—
Capítulo I. Preparación para la profesión . . 358
—
Cap. lí. Ceremonia de la profesión 363
Cap. III.— Votos 371
—
Cap. IV. Profesión religiosa. ........ 375
Cap. V.— Voto de obediencia 379
Cap. VI.— Voto de pobreza 386
Cap. VII.— Del voto de castidad 401
Cap. VIII.— Estudios 403
Parte Quinta
—
Capítulo I. Del amor de Dios y del prójimo;
de la unión de los corazones y couiuni-
dad de las cosas 434
Cap. II.— De la humildad 435
—
Cap. III. De la oración y del Oficio Divino . 436
—
Cap. IV. Del ayuno, y de la reflección espiri-
tual y corporal 437
—
Cap. V. ^Del cuidadado de los enfermos . . . 437
—
Cap. VI. Del hábito, y del comportamiento
del hombre en lo exterior 439
—
Cap. VII. Pe lo corrección fraternal y de la
pena contra los desobedientes y contu-
maces 440
—
Cap. VIII. Del cuidado de las cosas comunes 442
—
Cap. IX. Del lavado de la ropa; de los baños
y de otras necesidades de los religiosos . 443
ÍNDICE 599
Pág.
Parte Sexta
DE LA ORDEN DE N. P. S. AGUSTÍN
Instrucción 510
Capítulo I.
—
—Generalidades
Cap. II. Privilegio de exempción
511
513
—
Cap. III. Diversos privilegios 520
—
Cap. IV. ^Privilegios de los Superiores . . . 523
Parte Séptima
* CEREMONIAL
Pág.
Parte Octava
URBANIDAD
Pág.
—
X. Recreación 580
—
XI. Descanso nocturno 581
XII —Del aseo 582
Epílogo.— Ejercicios del piadoso religioso, com-
puestos por un sacerdote de la Orden de
Ermitaños de N. P. San Agustíii, de la
provincia de Bélgica, para provecho de
su propia alma, y de sus correligiosos . 587
Indice 595
L'
f
BX2435 .F225
Tesoro del novicio
Prmceton Theological Seminary-Speer Library