En una época sin internet, un joven conoce una bella
dama, en el largo trayecto de un tren.
Los jóvenes se entienden tanto que parecen amigos de años hablando, riendo y jugando cartas. Al enterarse de que vive de extremo a extremo en el país, se despiden con un profundo abrazo, no sin antes intercambiar sus direcciones y el hace la promesa de visitarla el próximo año. Al llegar a su casa aquel joven tiene la grandiosa idea de escribirle… una carta… Cada día¡¡ Su amor le hizo escribir casi 365 cartas, con mensajes cortos, chistes, chismes del vecindario y una bella poseía de amor. Cuando por fin llega el esperado día de Romeo visitar a su Julieta, nota que se efectúa un matrimonio en el jardín de la casa donde el ha enviado cartas todo el año. El joven corre a mirar el rostro de la novia y descubre que efectivamente se trata de su amada destinataria… Pero su dolor no fue sino un rasguño, ante lo que sintió cuando pregunto quien era el afortunado novio. ¿Y con quien se casa mi amada? En coro tres señoras le responden: CON EL CARTERO Con esta historia debo recordar NO confundir: disciplinado y diligente con obsesivo y ansioso. Pues del afán y la exageración, no queda sino el cansancio.