Fecha: 11 de agosto 2021

Nombre: Marlene Katerine Pérez Andrioli.

Título de la noticia: Los Sanson, la familia más sanguinaria de Francia.

Link de la noticia: https://www.lavanguardia.com/historiayvida/edad-

moderna/20191229/472535555409/sanson-verdugo-revolucion-francesa-paris-luis-
xvi.html#foto-1

Título personal de la noticia: Ejecutar el deber no será siempre lo correcto.

Los Sanson eran una familia de verdugos que servían al Estado y al rey, esta se
mantuvo por siete generaciones como verdugos parisinos. Este empleo no era algo
menor, sino que se trataba de una profesión altamente especializada con una gran carga
simbólica, porque representaba la máxima expresión de la capacidad coercitiva del
poder del Estado. A pesar de que la función de los verdugos era fundamental para el
Estado, socialmente se les consideraba unos parias, eran estigmatizados por la marca del
desprecio, condenados a la humillación y el escarnio. Realizaban ejecuciones u otros
castigos públicos, como azotes y mutilaciones, por un lado, y gestión de letrinas u otras
tareas insalubres.

Los verdugos eran fundamentales para el Estado porque encarnaban el máximo poder
de coerción. Charles-Henri, el más famoso de todos los miembros de la familia, llevaba
consigo una larga trayectoria al servicio del Estado y del rey Luis. Pocos años después
llegó la revolución, y con ella, el verdugo real se convirtió en un héroe republicano.

En un mundo donde todo cambiaba Charles-Henri Sanson era lo único que

permanecía: primero verdugo al servicio del rey y luego, de la Revolución. En realidad,
fuera el que fuera el régimen, él era un profesional, y como tal ejecutó en 1793 a Luis,
el hombre a quien había profesado absoluta lealtad. En realidad, las preocupaciones del
Grand Sanson eran otras. En su opinión, si su oficio era tan importante, no tenía sentido
que se estigmatizara a quien la ejercía y, tras apelar a la Asamblea, consiguió que se
terminara con el Aislamiento de los verdugos y sus familias a la vida pública. Algunos
consideran que Charles Hénri era una mera víctima del sistema, una buena persona que
desempeñaba su función porque nadie más quería.
 Se observó que los Sanson, facultados por el antiguo régimen francés ejecutaban la
pena a muerte, este acto consistía como ejemplo en carne ajena para atemorizar a todo
aquel que no simpatizara con la dirección del estado y el rey. Se puede decir que estos
se regían en su quehacer de una ética autoritaria, dado que esta se caracteriza por
considerar la obediencia como una de las mayores virtudes, no objetar las normas, entre
otros; por lo cual cumplir su función pública debía ser un oficio realizado sin objeciones
ni cuestionamientos, se trataba de la norma y su empleo, de forma que siguiendo la ética
y el derecho de la época sus acciones no eran incorrectas, solo correspondientes.

Desde otra perspectiva, hallamos a la población que estigmatizaba a dicha familia

siguiendo una ética del hombre, si consideramos que estos reconocían que las normas
éticas eran el resultado de una estructura de un estado imperante que estaban obligados
a seguir aunque no estuviesen de acuerdo; además, la moral de estos no les permitía
convenir con tomar la vida de alguien, pues estaba templada la frase “no mataras”.
Entonces si bien los sanson actuaban conforme a su oficio, siguiendo la ética, nunca
fueron aceptados por la sociedad a causa de su nula moralidad evidenciada al no seguir
las conductas morales dominantes de la población que cuestionaba la pena a muerte.