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De Elio Palencia
(sobre una idea de LUIS GARBAN para El GLOBO TEATRO de Madrid)
Personajes:
MARU. Gallega.
HASSAN.
CONTRERAS, Funcionario.
I.- Aterrizaje.
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MARU.- (Sacando una piedra de runas) “Uruz”. ¡Me cago en la leche! “Uruz” otra vez.
“Principios difíciles que pondrán a prueba tu paciencia. Paciencia y coraje” ¿Más
todavía? ¡Me voy a freír con esta chupa! ¡Qué calorón!
ZULY.- (Sorprendida) ¡Mariví! ¡Qué puntería, mijita! ¡Sí, acabo de prenderlo, no ves
que me acabo de bajar del avión
POLICIA INMIGRACION 1.- Otro Pasaporte. Mierda de pasaportes. ¡Quién pudiera
coger una maleta y largarse bien lejos!
ZULY.- (Al móvil) ¿Qué estás aquí en el aeropuerto, Mariví? ¿Viniste con Pepe?
¿Cómo que no? Pero ¿Y dónde está Pepe?
POLICIA DE INMIGRACION 1 .- Ya casi es el cambio de turno.
MARU.- ¡Jo, qué calor! (A alguien cercano) Oiga, ¿para recoger el equipaje, por favor?
POLICIA DE INMIGRACION 2.- ¿Qué hora es?
POLICIA INMIGRACION 1.- Casi medianoche. ¡Pasaporte, por favor!
LUIS U.- Es mi tarjeta de residencia. Vivo aquí.
POLICIA DE INMIGRACION 2.- (Sellando) Muy bien. Siga.
EXTRANJERO.- Claro que ése soy yo. Con el pelo largo, barba, bigote y siete kilos
menos, pero yo mismo.
ZULY.- (Al móvil) Pero Pepe me dijo que venía y que iba a traer los papeles por si
acaso ¿No me los ha mandado contigo? ¿Cómo que ya no estás trabajando con él?... Sí,
el avión a Coruña sale por la mañana, así que tenemos tiempo de hablar...
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EXTRANJERO.- ...Ya no llevo gafas porque ahora llevo lentillas, por eso...
ZULY.- Ahorita hablamos, Mariví, que ya me toca lo del pasaporte...
VOZ MEGAFONÍA.- Ultimo aviso para los pasajeros del vuelo 202 de Swissair, con
destino Bruselas. Embarcar por la puerta número 16.
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MARU.- Pero, ¿esto qué es? ¡Por Dios! ¡Como si una fuera una...!
LUIS U.- ¡Esto es absurdo, chico!
ZULY.- (Al POLICIA)¡Por favorcito, señor!
EXTRANJERO.- ¿Quién me mandaría afeitarme? ¡Joder! (Al Público, sonríe irónico)
¡Hala, para variar: todos sospechosos!
Mutación.
II.- La Pecera.
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CONTRERAS.- ¡El turno de noche! ¡Mejor pagado, pero bien cabrón! ¿Cómo se paga
el sueño que pierdes, eh? ¡Ahora mismo me metía en un avión y mañana, hala, en uno
de esos países de donde vienen éstos! A ver... ¿Centroamérica?... Para nada, que ahí te
pilla un huracán y te deja en pelotas. ¡Y encima las guerrillas ésas! No, no... Al
Amazonas... ¿pero ahí no es donde están los Yanomamis ésos que se meriendan a la
gente? Lo echaban en la Dos el otro día... No. A... eso, Costa de Marfil, no sé donde
está pero el nombre promete... frutas tropicales, tías buenas y un mar de esos azules...
¡eso sí es vida y no ésta, joder! ¡Si no fuera por el fútbol y algún polvete que va
cayendo... a ver quién soportaba tanto curro, tanto jefe y tanta hostia! Pero, uno de estos
días, ¡a tomar por saco! Regulación de plantilla, prejubilación o lo que sea y a Costa de
Marfil, ¡a vivir que son dos días! Y éstos que se quieren venir aquí, ya te digo... Sí... un
día de éstos...
HASSAN.- Oiga... tengo que llamar por teléfono a mi hermano.
CONTRERAS.- ¿A tu hermano, otra vez? ¡Si es medianoche!
HASSAN.- (Recordando súbitamente) ¿Medianoche?
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LUIS U.- Oyeme, ¡a varios aquí les está cantando el ala, por tu madre!
Mutación
III.- Corrillos.
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LUIS U.- ¿Quieres que me ponga a llorar? Ya es bastante que tenga que esperar aquí
por culpa de tu maleta, como para...
MARU.- ¿Qué?
LUIS U.- ¿Qué traes ahí? ¿trabajas para los narcos o para los terroristas?
MARU.- ¡Anda y que te den!
LUIS U.- (Rie) ¡De color! ¡Serás cursi! ¿Qué traes ahí?, anda, dímelo.
MARU.- Déjame en paz.
LUIS U.- (Seductor) Venga, dímelo. Tan guapa y tan antipática.
MARU.- Muérete.
LUIS U.-¿De dónde vienes?
MARU.- ¿A ti que te importa?
LUIS U.- ¿De dónde vienes?
MARU.- (Seca) De Brasil. ¿y tú?
LUIS U.- De Miami. Oyeme, y cuando saliste, ¿no te cantó la alarma allá?
MARU.- Pues no. ¿Y a ti?
LUIS U.- (Intencional) Oye, ¿no tienes calor con esa chaqueta?
MARU.- (Excesivamente mosca) ¿Mi chupa? ¿Qué pasa con mi chupa?
LUIS U.- Nada, que te debes de estar asando de calor.
MARU.- ¡Y a ti qué te importa! ¡Muérete!
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ZULY.- (Al móvil) Dígale a Pepe que es urgente, señora... Zuly, sí, Zuly Cochano, que
estoy detenida en el aeropuerto y necesito un papel que él me... sí. ¿Usted no tiene otro
teléfono donde lo pueda localizar? ¡Es urgente!
HASSAN.- Que chica más bonita. ¿De dónde vendrá?
EXTRANJERO.- De algún lugar sin invierno, seguro.
HASSAN.- Es muy bonita.
LUIS U.- Está buenísima.
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ZULY.- Sí, claro que llamé a Pepe pero no está... Ay, Mariví no sé hasta qué hora voy a
estar aquí metida. Me da cosa contigo...
Mutación.
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IV.- Estrategias.
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LUIS USNAVI en el lavabo, frente al espejo, pasa una esponja por sus axilas. El
agua corre. Comienzan a sonar los tambores batá.
LUIS U.- Esta gente me pone mal, su olor me trae recuerdos de pesadilla. De
necesidades, de las palabras esperanza y sacrificio, de la obsesión por salir corriendo y
llegar a algo. Del bicho: animal que se te mete dentro cuando empiezas a estar harto.
“¡Un día de estos me voy para el carajo!”, dices, hasta que te lo tomas en serio, decides
irte y te afanas y la gente querida te hace una fiesta de despedida ¡una fiesta, mi
hermano! Fiesta, siempre fiesta para ahuyentar el dolor del rompimiento...
LUIS U.- Te rompes... para luego pasarte la vida intentando encontrarte entre pedazos...
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Yemayá. Diosa del Mar (Virgen de Regla): Aleja la perturbación, aleja la pérdida (el luto), aleja las
revueltas, aleja la enfermedad, aleja la persecución por la justicia... ‘¡aleja la muerte!”
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Mutación
MARU le apuñala con la mirada y se dirige a otro sitio. ZULY vuelve a insistir
con CONTRERAS.
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Mutación
VII.- Deseo.
CONTRERAS.- (Chulo) ¿Que dónde? Pues en el baño, aquí mismo. ¿Por qué no?
(Lógico) ¡Pues, porque no! ¡Están los tiempos como para jugarse el trabajo!
(Sincerándose) Pero, ¿quién cojones va a venir a esta hora, macho, si además se cierra
bien la puerta y...? (Recordando) ¿Y Concha? Concha me huele, seguro, la conozco ¡Me
huele! (Sincerándose) Bueno, pues me ducho... (Moralista) ¡No, no, joder, que eso no
está ni medio bien! (Compasivo) Pero, ¿por qué no? ¡si es sólo una vez! ¿Cuánto
tiempo hace que no me enciendo yo de esta manera? ¡Desde el primer año con Concha,
y ya va a hacer quince de eso! ¡Vale, sí, también la noche aquélla, de Rodríguez, en el
strep tease de las rusas! (Moralista) Qué coño remordimientos. ¿No me lo ha propuesto
ella? ¿Por interés, para que la ayude a salir? ¿Y además no es eso, si lo hago, un acto
de... solidaridad? O un negocio, vale.... ¿No se pasa la gente todo el día negociando esto
y negociando lo otro? Pues... (Sincero) ¡Y mira que si además le gustas... ¿por qué no?
(Llevándose la mano, tímido, cerca de la entrepierna) ¡Y este sudor y esta respiración
de chavalito con revista porno! Mírala allí, tan cerquita, mirándome entre resentida y
pidiendo guerra. ¡Venga! ¡A ayudar a la gente, macho! (Autorrepresivo) ¿Te quieres
quedar sin curro, gilipollas?
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VIII.- Nocturno.
ZULY.- (Al móvil) ¡Entre las dos ya le hemos dejado más de mil mensajes! Algo le
debe de haber pasado a Pepe, chica, porque el será lo que sea, pero no es mala gente, él
cumple. Sí, sí, Mariví, mejor vete a dormir a tu casa... No, no te preocupes. Sí, aquí hay
colchonetas... y te agradezco mucho, Mariví. Adiós.
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MARU intenta acomodarse para dormir, pero le resulta imposible. Está muy
nerviosa. LUIS U. A su lado, insiste.
LUIS U.- ¿No te das cuenta? Estoy pasando la noche aquí, por solidaridad contigo.
MARU.- ¡Qué bondadoso!
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LUIS U.- Si hubiera querido joderte, habría dicho por qué sonaba esa alarma y me
hubiera ido tan tranquilo.
MARU.- Estás pirao.
LUIS U.- Pirada estás tú, que te expones a que te lleven presa. ¿Qué es, merca? ¿La
llevas bajo el forro? Perdona que te diga, no es nada original.
MARU.- Sí, sí, lo que tú quieras.
LUIS U.- ¿Quieres que te metan presa? Porque aunque tu maleta esté limpia, nos van a
revisar, el cuerpo, digo. Y va a volver a sonar el pitico ése. Ahora has tenido suerte,
pero...
MARU.- ¿Suerte? ¿Estar metida aquí es suerte?
LUIS U.- Pues, a lo mejor sí. Un aviso, yo qué sé. A lo mejor tienes un ángel que te
protege...
MARU.- ¡Un angelito negro, sí! ¡Anda ya!
LUIS U.- Un angelito o dos. El poli que era un novato, yo mismo... tenías que
encontrarme...
MARU.- ¡O sea, que me ha tocado el gordo contigo, ¿no?!
LUIS U.- O a mí contigo.
MARU.- Mira, bájate de la nube, tío.
LUIS U.- No, si yo también tengo mis intereses.
MARU.- ¿Intereses?
LUIS U.- Ando buscando a una española maja que se case conmigo.
MARU.- ¿Qué?
LUIS U.- La nacionalidad, tía.
MARU.- ¿La nacionalidad? ¿No tenías tus papeles tan en regla?
LUIS U.- Sí, pero la nacionalidad es otra cosa. Y volver algún día a Cuba, de turista,
con pasaporte de primer mundo que me cubra las espaldas y muchos dólares, claro. ¿Tú
no te casarías con un mulato simpático como yo?
MARU.- ¿Me quieres chantajear?
LUIS U.- ¿Chantajear por qué, si no llevas nada?
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MARU ríe.
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Mutación
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HASSAN.- Querido Hassan: tu hermano es agua negra, cielo negro, todo negro. Tu
hermano, Catorce miedos apretados en medio del mar. Noche viscosa. Tu hermano
pesadilla de monstruos marinos y todos sus sueños en bolsa de plástico con dos
naranjas. Respira mal un chico junto a tu hermano. Suda, pero tiembla de frío. Tiene
asma. Mar no se mueve. Tiempo no pasa. Mar se mueve y agua que entra, humedad,
agua alta, más alta. Cuerpos apretados. Luces rojas ¡Nos han visto! ¡Al agua! ¡Nada,
nada! Chico asmático no salta. Darle la mano. ¡Nada! !¡Se va, se está yendo! El chico,
la bolsa, las naranjas, la esperanza, los sueños ¡Que no se hundan, hermano! ¡Nada!
¡Que no se hundan!
EXTRANJERO.- El sueño de un maremoto que se extiende por todo el sur. Todos los
suburbios del mundo quedan tan cerca del norte como siempre han estado La Habana de
Miami, Tánger de Tarifa, Ciudad Juarez de Texas. ¡Río y Nairobi, Lima y Luzaka tan
cerca de la tierra prometida! ¡Miles de balseros, de pateras, de espaldas mojadas!
¡Esclavos de tercera desesperados por optar a esclavos de segunda! ¡La esperanza
reventando el caucho de las barcas! ¿Y el sur? El sur ahora sólo lo ocupan los blindados
oasis que construyó la codicia de los cómplices, los caciques! ¡Cuantas selvas, páramos
y playas limpios al fin de una miseria que está tiñendo de rojo todos los mares!
La música llega a su punto más climático. Sólo se ven los rostros desesperados
de los pasajeros.
EXTRANJERO.- ¡Un Paraíso, el sur! ¡Un nuevo continente sin seres asesinados a
cuenta gotas, sin niños famélicos, ni paridoras sin fuerzas, sin costrosos ancianos que lo
afeen! ¡La tierra prometida!
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EXTRANJERO.- (Sosegado) Ahora en este paraíso, el espiritual norteño tal vez podrá
sentarse a comprender el sentido de su codicia. Tal vez podrá palpar el peso de su
conciencia y ver el paraíso tan absurdo como su propia vida... entonces, tal vez... decida
tomar el primer avión y marcharse para siempre al norte.
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ZULY.- (Muy nerviosa) ¿Qué? ¿Te lo has pensado? ¿Mirar o servicio completo?
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ZULY sonríe con picardía. CONTRERAS se evade. MARU está sacando unas
runas. LUIS USNAVI se le acerca.
EXTRANJERO.- Tan difícil reconciliar el mundo de donde eres con ese otro donde
estás... ¡Tantas combinaciones de ser y estar!. De todas y de ninguna parte. Siempre
muerde la ausencia, la escisión, un desgarro que llevas en la mochila a pesar de ti.
Extranjero.
HASSAN.- ¿Tienes mujer?
EXTRANJERO.- No.
HASSAN.- ¿Tienes hijos?
EXTRANJERO.- No.
HASSAN.- ¿Qué haces?
EXTRANJERO.- (Sonrie irónico) Vivo, que ya es.
HASSAN.- ¿Por qué no te has quedado allá?
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EXTRANJERO.- Porque allá estoy muerto. Aquí también, pero puedo salir a pasear. No
sé hacia dónde, pero paseo.
HASSAN.- Tú piensas mucho.
LUIS U.- ¿Por qué te metiste en eso?
MARU.- ¿En qué?
LUIS U.- ¡No me jodas! Oye... De verdad, ¿no te casarías conmigo?
LUIS U.- ¿Qué te dicen? Léemelas a mí. Adivíname cómo me va a seguir yendo. Si voy
a seguir pringando. Si algún día voy a poder ir a La Habana otra vez. Si voy a casarme
con una europea, tener un pasaporte de verdad y comprarme todo lo que hay en el Corte
Inglés.
EXTRANJERO.- ¿Sabes? Allá fumaba una marca de tabaco. Cuando llegué aquí éste
fue el más parecido que encontré. Cada vez que regreso, me llevo un cartón. Ofrezco, a
todos les gusta, aunque les sabe fuerte. He intentado fumar el de antes, pero no me
gusta. El caso es que no termino de saber si se trata de degradación o si, simplemente, el
tabaco siempre fue así de malo.
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CONTRERAS.- Vamos a ver, ¿por qué darle tanto a la cabeza por un polvito de nada?
¡No es tan importante, joder! Las cosas son más sencillas: ella me ofrece, yo acepto, le
damos gustito al cuerpo y se acabó. ¡Tan ligerito que se queda uno! Pero no, se le da
una importancia de la hostia... ¿no es una cosa humana, sencilla? ¡Como comerse un
flan o ponerse a hacer footing... (Sorprendido de su ocurrencia) ¡Footing! Tiene gracia
la palabreja. Para el “Footing” con Concha necesito cada vez más pensar en las tías que
salen por la tele: presentadoras, bailarinas, aspirantes a famosas... lo que me echen, con
tal que esté buena y no sea Concha. Entonces... puedo. (Se corta) ¡No me gusta pero así
son las cosas! (Justificándose).¡Que son quince años, joder! ¡A saber qué piensa ella
cuando está conmigo!... (Razonable) Y después de todo, un kiki tampoco dura tanto. Lo
que sí que me está durando es este calentón y este dale que te pego que me hace
sentirme ¡tan asquerosamente vivo!... (Sincero, sonríe con complicidad) Sentirlo es
cojonudo -¡nunca mejor dicho!- (Concluyente) Entonces, ¿voy a chafar esta sensación
por un simple polvete, eh? Tú mismo, como dicen.
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XII.-Cercanías.
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ZULY.- ¿Crees que estoy tan mal como para no poder elegir cliente?
CONTRERAS.- Yo no soy tu cliente.
ZULY.- ¡Qué lástima!
CONTRERAS.- ¡Lástima!
ZULY.- Lo digo por mí.
CONTRERAS.- Y yo por mí... Estás muy, muy... que eres muy guapa, vamos.
Sale CONTRERAS.
Mutación
MARU.- El riesgo estaba. ¿Es que no lo sabías? ¡Claro! Siempre te has ganado todo con
tu esfuerzo ¿o no? ¡Pues eso! (Limpia con fuerza. Recuerda) ¿Ibas a seguir esperando?
¿Más paciencia y más dinero y más pastillas? ¡Treinta años ya, por Dios! ¿Qué, le iba a
hacer caso a la abogada?: “Hay que seguir insistiendo. En Andalucía el Insalud ya está
pagando las operaciones... “ Si, y a ponerme en la lista, y cuando me toque, si me toca y
alguien ya ha decidido que puedo ser yo, se me han pasado veinte años y en vez de al
Insalud me voy para el asilo. Además, ¿de qué iba a vivir mientras? Porque yo en
Andalucía...¡! “Tenemos que ganar esa batalla, por ti y por las demás, hay que presionar
en bloque” ¡En bloque! Ay, mira, que cada una se curre lo suyo, yo ya... (Limpia.
Recuerda) ¿Qué? ¿Más palizas? ¿Más humillación? ¡No! que sí, que sí, que he hecho
bien, y dejarme ya de tanta hormona y tanto ansiolítico que me van a volver loca,
¿verdad, Dios? Porque, Dios, tú me has metido en esto y tú me vas a sacar, ¿a que sí?
¡Ay, ya! A lo hecho pecho y que sea lo que Dios quiera.
No está mal el cubanito, ¿verdad?
¡Ay! ¿Por qué no me echarían al Miño cuando nací?
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XV.- Insomnio.
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Silencio.
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MARU.- ¿Canario?
EXTRANJERO.- No. Pero, mis padres... ya sabes. Estoy aquí por una tontería... En
cuanto amanezca, se arregla todo y salgo.
MARU.- Igual que yo.
EXTRANJERO.- Sí, igual que tú.
Silencio.
MARU.- Oye, ¿no te parece que aquí hay mucha gente... rara?
EXTRANJERO.- Todos somos “raros”, según quien nos mire, ¿no?
MARU.- Ya, sí, pero... quiero decir...
EXTRANJERO.- ¿Nunca en tu vida le has parecido rara a alguien?
MARU.- ¿Qué? Mira, mejor pregúntame cuándo no le he parecido rara a alguien. ¡Si yo
te contara!
EXTRANJERO.- Pero eres una mujer blanca con un pasaporte de país rico. Una
privilegiada. Como yo.
MARU.- Según y cómo. Las cosas no son tan claras.
EXTRANJERO.- Tú has dado por sentado que todos ellos son “raros” y que yo estaba
de acuerdo. Dar por sentada la diferencia es tan ingenuo como creerse la igualdad. A
veces la persona que nos parece más extraña resulta ser más cercana que nuestro
hermano gemelo, y al revés. No hay que dar nada por sentado y mucho menos a partir
de la apariencia.
MARU.- Vaya, menudo discursito, hijo. ¿Sabes que me haces sentirme un poco tonta?
Y eso no me gusta. Nada.
Silencio.
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MARU sigue sorprendida. LUIS U., que ha estado observando con discreción de
dormido desde su colchoneta, se incorpora.
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MARU.- ¡Guardia!
EXTRANJERO.- Deben ser los nervios.
LUIS U.- O que está preñada.
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Mutación
ZULY.- Yo ya no vivo por mí. Créanme, intento vivir para ustedes dos aunque sea a
larga distancia. Y si algo les queda, misión cumplida. ¿Saben? Yo era buena alumna y
todos me decían “qué inteligente y qué linda”. Me gradué de maestra pero dejé de leer
porque entre un libro y la compra semanal había que elegir. Tanto desvivirse para que
ustedes tuvieran tres comidas y un televisor donde ver todo lo que otros, en alguna otra
casa, pueden comprar... Un día, alguien me dio un libro, ¿o lo encontré? y volví a leer:
decía que mi problema no era porque el mundo estuviera mal repartido, y la codicia,
etcétera, etcétera, NO, ¡sino que yo pensaba mucho en la escasez! Veía sólo lo que me
faltaba y no lo que tenía. Entonces me dije: “A ver: ¿qué tengo yo? ¡Pensé en ustedes,
claro! Y me acordé de la escuela, “Que inteligente y que linda es Zuly, esa niña tiene un
capital!” (Pausa) “¡Si vivimos en un mundo donde lo importante es tener algo, yo, Zuly
Cochano, tengo mi cuerpo!”
Y decidí o la rabia y el cansancio decidieron por mí.
Poner a rendir mi único capital iba a ser duro, raro al principio o siempre raro...
pero también iba a ser bonito adivinarlos a ustedes pudiendo comprar lo que
aparece en el televisor...
¿Van a decirme algún día que todo esto lo hice sólo por mí?
¿Eso es verdad, Zuly?
Mutación
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Silencio.
CONTRERAS.- Oye...
ZULY.- ¿Sí?
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CONTRERAS.- Me gustaría...
ZULY.- ¿Qué?
CONTRERAS.- Nada. Olvídalo.
Silencio.
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XVIII.- Connivencia.
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En LA PECERA.
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LUIS U.- Yo nunca vi uno. La primera vez, delante de El Corte Inglés, fue como si se
me despertara aquí dentro una bestia ancestral. Fascinación, y rabia por tanta estafa.
¡Todo esto existe y se puede comprar! Adiós al pasado. ¡Al carajo la nana con la que me
han tenido dormido: justicia, solidaridad, honestidad!. Entendí rapidísimo a Darwin y la
maravillosa justificación de pisar a quien sea para defender mis kilos de carne en el
frigorífico, mis zapatos en el armario, un televisor en cada habitación. Poseer colores y
brillos aunque no sepas para qué sirven. La vida sólo es vida por lo que puedes tener,
cueste lo que cueste. ¡El capitalismo ganó! ¿No lo dice todo el mundo? ¡Por eso, hay
que volverse erizo sin más credo que la moneda contante y sonante!. Recuperar el
tiempo perdido. Al que le guste bien y al que no le guste también, eso es lo que hay y
cualquier cosa. Lo siento, viejo, yo no tengo la culpa de no haber aprendido a pasear un
carrito por un supermercado y que hay que conformarse con lo que se puede comprar.
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JEFE.- ¡Hay cada imbécil por ahí perdido! ¡Ni tan calvos ni con dos pelucas, joder! ¡Así
nos va en este país!
CONTRERAS.- El chico era nuevo, quería hacer bien su trabajo, ya sabe, mejor
sospechar que...
JEFE.- ¡A ver! ¿Jesús Alberto Ribeiro García? ¡Jesús Alberto Ribeiro García!
Silencio.
MARU.- Inspector...
JEFE.- ¿Sí?
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MARU asiente con timidez. Los demás se miran entre sí, asombrados. El JEFE
intenta sobreponerse.
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Silencio.
MARU.- Estoy cabreada. Conmigo ¿sabes? Me hubiera gustado sacar el pecho ahí, ante
las miradas de todos y gritar “¡Sí, soy una mujer con pito, ¿y qué?!” Pero, no... Yo, no
soy una transexual como las de Almodóvar, me gustaría pero, no, yo no soy de película,
yo soy... así. Y soy fuerte, soy una mujer fuerte, siempre he tirado para adelante... pero
escuchar ese nombre, el de los papeles, eso que es como un insulto que... entonces me
sigo viendo igual que una vez en el colegio del pueblo, el cabrón del maestro me puso
frente a la clase para que todos cantaran a coro “¡Jesús es un marica. Jesús es un
marica!”. ¡Me meé de horror! Y ahora mismo, he estado a punto de volver a hacerlo...
EXTRANJERO.- Ahora estás aquí. Y eres como todos, una extranjera...
MARU.- ¿Extranjera?
EXTRANJERO.- Unos en otro país, otros trabajando en lo que no quieren, otros
convertidos en lo que nunca quisieron ser, Tú...
MARU.- ¿Por qué te gustan tanto los sermones, tú?
Silencio.
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MARU.- (Impotente. Dubitativa) ¡Joder, he llegado hasta aquí y ahora...! Tengo miedo.
¡Si no hubiera sonado esa alarma! ¡Para algunos es tan fácil! ¿Por qué...?
EXTRANJERO.- Míra a todos éstos... Para cambiar algo hay que arriesgar, ¿no? Tú te
has arriesgado.
MARU.- Y tanto. ¡Dios mío, si me revisan!
EXTRANJERO.- Me arriesgo contigo, si quieres.
MARU.- Mira, gracias, pero necesito todo ese dinero.
EXTRANJERO.- ¿Y si te digo que no tienes que darme nada?
MARU.- Perdona, tienes pinta de ser buena gente pero no he nacido ayer. A ver, ¿por
qué tengo que fiarme de ti?
EXTRANJERO.- Cuestión de fe, como se suele decir.
MARU.- Uy, de eso no me queda nada.
EXTRANJERO.- Lo entiendo. A mí tampoco. Pero a veces se impone encontrar aunque
sea un poco en algún rincón de uno.
HASSAN.- No, no es mi hermano. Parecido, pero no. Pero va a venir. (Se vuelve hacia
otro lado) ¡El sol! ¡Está saliendo el sol!
Entra el JEFE.
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Mientras los demás recogen sus cosas. El EXTRANJERO, con la chupa puesta,
se despide de HASSAN y le deja sus datos. ZULY va hacia CONTRERAS. Entre los dos
se transpira la necesidad de quedar en algo, dejarse direcciones o cualquier cosa
similar, pero no saben cómo hacerlo:
ZULY.- Gracias.
CONTRERAS.- Nada, mujer.
ZULY.- De verdad.
CONTRERAS.- ¿Sabes cómo llegar a vuelos nacionales?
ZULY.- Sí.
CONTRERAS.- Entonces, a La Coruña, ¿no?
ZULY.- Sí. Sale a las ocho y media.
CONTRERAS.- Yo salgo a las ocho. Que casualidad.
ZULY.- Sí...
Silencio.
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ZULY.- Gracias.
Y sale. Ya TODOS han recogido sus cosas y van a salir, cuando MARU,
concentrada en una runa, se acerca al EXTRANJERO.
MARU.- (Al EXTRANJERO) Gracias. Por todo. (A LUIS U.) Es una chupa. Nada del
otro mundo, pero me ha costado muy cara. (Viendo la piedra en su mano, dándose
fuerza) Inguz. Inguz.
Oscuro Total.
Fin de “PASAJEROS”
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