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MODERNAS

historias de mujeres
en el arte chileno (1900 – 1950)
MODERNAS
historias de mujeres
en el arte chileno (1900 – 1950)

Proyecto financiado por el Fondo Nacional


de Fomento del Libro y la Lectura
Convocatoria 2012

MODERNAS
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950)

Investigación y Textos Gloria Cortés Aliaga


Dirección Editorial Hernán Maino Edición Ejecutiva Pedro Maino
Diseño Paola Irazábal  Producción Gráfica Ivan Grbac, Marcelo Baeza

© Origo 2013  ISBN 978-956-316-146-5


origo ediciones  Padre Alonso de Ovalle 748, Santiago de Chile  www.origo.cl  Investigación y Textos
Derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, almacenada o transmitida Gloria Cortés Aliaga
en cualquier forma o medio electrónico, mecánico, óptico o químico, incluidas las fotocopias,
sin previa autorización expresa y escrita del editor.
Impreso en Origo China  此書於2013年8月於中國完成印刷。 origo
“La diferencia que hay entre una Rosa Bonheur y
una Gabriela Rivadeneira consiste en que mientras la
primera quita la vida a algo que tiene vida, la segunda dá
vida a algo que no tiene vida. La primera es una asesina,
la segunda, una creadora”.

vicente huidobro, 1933

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Contenidos

9 presentación

9 prólogo: sobre arte mujeres y género

15 i  notas al margen. postdatas a la historia


17 Creadoras femeninas. Genios masculinos
21 De aficionadas con tales a “Un pintor con temperamento”
26 Autoridad y paternalismo

55 ii  mujeres silenciadas. historias recuperadas


57 Nuevas genealogías femeninas
62 Manos viriles

97 iii  modernas modernistas vanguardistas


99 Viajeras en París
102 Mujeres frente al espejo
102 Cuerpos instalados

97 epílogo: mito y revelación

97 anexo: pintoras y escultoras en chile antes de 1950

97 bibliografía

97 agradecimientos

7
Presentación

Modernas: Historias de mujeres en el arte chileno (1900-1950) de Gloria


Cortés sintetiza y pone en juego con sensibilidad y rigor, los frutos teórico-
metodológicos de cuarenta años de historia del arte desde una perspectiva
feminista. A la vez, se aventura en un terreno prácticamente inexplorado,
para realizar la primera historia detallada del arte producido por mujeres
en la primera mitad del siglo xx en Chile. En este sentido, enriquece y
transforma el canon de la historia del arte en Chile, y proporciona elementos
comparativos para enriquecer el análisis transcultural del arte producido
por mujeres y las dinámicas de arte y género a finales del siglo xix e inicios
del siglo xx. Sin duda, la lectura de Cortés subraya muchos aspectos
en que coinciden las historias de mujeres artistas de esa época, entre
ellos su invisibilidad en las narrativas hegemónicas, las limitaciones en
su acceso a experiencias claves para la formación convencional del artista
(como el dibujo del desnudo al natural), y su tratamiento distintivo por
la crítica, que recalca la persistencia de visiones homogeneizantes con
respecto al llamado “arte femenino”.
Pero a la vez nos sorprende no solo con la nutrida cantidad de mujeres
artistas activas en el ámbito artístico chileno en el periodo estudiado, sino
con la calidad y variedad de su producción, y el análisis de personalidades
artísticas distintivas que destacan en el panorama cultural del Chile
moderno. El amplio rescate documental, archivístico y hemerográfico,
en el que se sustenta este volumen, permite una reconstrucción no solo
enciclopédica sino analítica y discursiva de la presencia de mujeres en el
ámbito artístico chileno, y las características particulares de su producción
–que la autora denomina “la práctica de la diferencia” (87)– a la par con su

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) sobre arte, mujeres y género

situación social y las condiciones educativas que marcaron su experiencia del género, feminista y femenino que operarán en la narrativa, y esboza la
sistema artístico y por lo tanto su obra. Asimismo, la abundante y cuidadosa situación de mujeres en la Academia hacia finales del siglo xix e inicios
selección de imágenes –fruto de la exploración casi arqueológica de Cortés del siglo xx, reconstruyendo su presencia a partir de menciones en la
en colecciones y museos, y en publicaciones periódicas y catálogos– en sí crítica de la época. El segundo capítulo, “Mujeres silenciadas. Historias
constituye un “museo imaginario”, en el sentido que marca André Malraux, recuperadas” busca rescatar y caracterizar la activa participación en el medio
sobre la obra de mujeres artistas en Chile. Se trata de una fuente invaluable artístico nacional de los centenares de mujeres cuyos nombres aparecen
para futuras investigaciones, a partir de las posibilidades sugeridas por esta cada año en los registros de los salones, pero cuyas identidades artísticas
recopilación y el ensayo pionero que acompaña. Como complemento, un permanecen ocultas. Nota la autora que “Es interesante destacar… cómo
detallado apéndice sistematiza la lista de mujeres artistas en Chile antes la exclusión femenina de las instituciones políticas y culturales definirá un
de 1950 que han sido documentados en este estudio, marcando sus datos rasgo particular en la modernidad latinoamericana. La condición de no-
vitales básicos y las técnicas de producción en las que trabajaban. ciudadano las llevará a construir una ideología universal, desterritorializada,
Por otro lado, la narrativa evita elegantemente el peligro de la saturación y adscrita, incluso, a pensamientos antinacionales”(83). En el tercer capítulo,
informativa, ya que su estructura y estrategia de escritura combinan una “Modernas modernistas vanguardistas” continúa con su discernimiento de
elocuente concepción poética (expresada con mayor claridad en los títulos las particularidades de la experiencia de la creación femenina en las artes,
y subtítulos de los capítulos) y una sólida base en la historia social del arte, construida a partir del contraste entre la bohemia europea y el medio nacional
entrelazadas con un eje analítico que evidencia una cuidadosa lectura del chileno. Resalta particularmente la “traducción de los mundos femeninos”,
acervo bibliográfico de la teoría e historiografía del arte que ha sido elaborado argumentando que “En la medida en que las reglas tradicionales del arte son
desde una perspectiva feminista y de género. Este componente del libro trastocadas para el desarrollo de la subjetividad de su autorrepresentación, el
pone de manifiesto cómo la inclusión de mujeres artistas en la historia del cuerpo surgirá como escena factible de instrumentalizar a favor de las propias
arte chileno no solo amplía sino transforma la narrativa respectiva, ya que artistas” (171). A través del análisis de casos particulares observa, tanto en
revela la presencia de dinámicas de poder y estrategias visuales y verbales, la pintura como en la escultura, las estrategias plásticas empleadas por
que expresan ámbitos de experiencia vital e intencionalidades pictóricas las mujeres artistas, que aunque en algunos casos reproducen estereotipos
ausentes en versiones convencionales. Asimismo, invita a la consideración y posiciones tradicionalmente ligados al ámbito masculino, también
del caso del arte chileno en un concierto más amplio de reflexiones teóricas, se perciben abordajes distintivos de temas como la maternidad, y la
a nivel nacional e internacional. El título mismo del libro, que se refiere construcción de un “campo de visibilidad” para la esfera íntima o privada,
a “historias”, en plural, hace eco de la forma en que este volumen abre por medio de la producción artística y su emplazamiento.
nuevas pautas para la investigación, la imaginación y la interpretación, Así, sin duda, Modernas: Historias de mujeres en el arte chileno (1900-1950)
más que ceñirse a un solo aspecto o enfoque, proporcionando una “caja de contribuirá de manera decisiva al avance de la disciplina de la historia del
herramientas” para la renovación disciplinaria. arte en América Latina, tanto por sus aportes teóricos como por su vasto
Desde el Prólogo, la autora ofrece una reflexión teórico-metodológica e acervo de información, invitándonos a leerla, consultarla y guardarla,
historiográfica, que ubica la pertinencia de la reconstrucción de ausencias, como una herramienta multifacética y una fuente fundamental para los
tomando en cuenta antecedentes latinoamericanos e internacionales en estudios de arte y género, no solo en Chile, sino en el mundo.
estudios de arte y género. El primer capítulo del libro, “Notas al margen:
postdatas a la historia”, establece las distinciones conceptuales entre karen cordero reiman

10 11
Prólogo

Hace mucho tiempo –así como comienzan todas las historias–,


presenté mi primer texto sobre lo que se constituiría en mi foco de
investigación por algunos años. “Pinceles anónimos” daba cuenta de
una serie de producciones desarrolladas en el siglo xix que ocultaban
el rostro de un interesante grupo de pintores quiteños. Consciente que
el (re)conocimiento de los sujetos en su condición genérica, de clase o
raza permite establecer otros ángulos de la historia del arte chileno,
es que siguiendo la huella de estos pintores aparecieron historias y
nombres que, hasta ese entonces, permanecían silenciados. Esa
fragmentación social de la que eran parte, los discursos minoritarios
y no oficializados, me guiaron pronto a otro corpus –aún mayor– de
marginadas: las mujeres artistas, pintoras y escultoras chilenas de la
primera mitad del siglo xx: las modernas.
Tal como lo planteó el filosofo francés Jacques Derrida en su De la
grammatologie (1967), la historia de los márgenes permite superponer
conocimientos a los ya existentes sin necesariamente excluirlos o
reemplazarlos. No se trata de un palimpsesto, sino de construir miradas
múltiples, posdatas a la historia. Es por ello que esta investigación no
se plantea como una historia del género que obliga a instalar en la
memoria los nombres de cientos de mujeres. Se trata, simplemente,
de poner en relieve los signos de un nuevo relato que incorpora –al
igual que aquellos sujetos anónimos– a nuevos actores. Protagonistas
en femenino, que desde su propia historia de emancipación a lo largo
de los siglos, se abren paso a la instalación de nuevos paradigmas. En
este caso, a la construcción de un posicionamiento desde el universo

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) sobre arte, mujeres y género

simbólico de un grupo de mujeres que establecieron un nuevo relato, a A pesar de los grandes aportes de investigaciones en torno a la
partir de una profesionalización en el arte. relación marginalidad/institución –como los textos fundacionales de
Nuestro objetivo, entonces, es contextualizar el mundo femenino Nelly Richard y Justo Pastor Mellado o más recientemente, Guillermo
y su desarrollo artístico en un estudio inicial que abra paso a futuras Machuca, Paula Honorato y Sebastián Vidal– quedan muchos espacios
investigaciones, que ahonden en las propias historias de estas mujeres, vacíos sobre los cuales indagar. Una renovación que se ha llevado a cabo
el análisis de sus obras, o bien, situarlas en nuevos relatos críticos. Es en los últimos años en las historias de jóvenes investigadores como
importante señalar que parte de esta investigación ha sido publicada y Eva Cancino, Pablo Berríos y Kaliuska Santibáñez sobre las disputas
presentada en congresos internacionales de historia del arte, en Santiago existentes en el campo del arte desde la perspectiva de la educación
y Buenos Aires. “Notas al margen sobre Celia Castro y Luisa Isella: superior artística, o María José Toro y Macarena Pérez, sobre la
Presencia y Ausencia femenina en la crítica de arte en Chile” (Buenos recopilación de fuentes que ponen en relevancia a autoras como Laura
Aires, 2007) y “Modernas Modernistas Vanguardistas: Las pintoras Rodig. Historias que han permitido incorporar nuevos nombres a las
chilenas en el primer cuarto del siglo xx” (Santiago, 2008) permitieron genealogías del arte y concentrar, también, nuevas narraciones sobre la
elaborar un diagnóstico sobre el tema que concluyó en la elaboración historia social. El vínculo indisoluble para el desarrollo de la historia del
del actual trabajo. Modernas agrupa y diferencia, ordena, distribuye y arte que se genera con los fenómenos socioculturales permite determinar,
relaciona las publicaciones anteriores y los nuevos antecedentes que se por ejemplo, la posición otorgada a la mujer en la sociedad. Y, a través
sumaron a lo largo de esta investigación. de ellos, establecer su participación no solo como productora en lo que
Me permito iniciar estas páginas declarando que la historia del al arte se refiere, sino también en el modo en que es acogida y evaluada.
arte chileno adolece de perspectivas sobre los límites. Y me refiero Sobra decir que la apertura de la Academia de Bellas Artes se
a aquellos que se encuentran en el desborde, en la marginalidad de constituye en uno de los hitos más importantes en la evolución del
los relatos, en la ausencia y el silencio que provee nuestra mirada arte chileno, en la medida en que en ella se concentran los esfuerzos y
centrada en la reproducción del canon. Pocas veces accedemos a la los entes de producción. Aun cuando estos se realicen bajo políticas y
historia de esos márgenes. Pocas veces, también, podemos conocer a formas discursivas oficiales, que determinarán el ‘gusto’ institucional
sus protagonistas a partir de sus voces o desde las voces de quienes del siglo xix y que se prolongarán hasta la época del Centenario, será la
fueron parte del mismo proceso cultural. Es por ello que resulta difícil Academia la que permitirá, al menos en la teoría, la incorporación formal
hablar de mujeres en el arte producido en nuestro país, sin pensar de aquellos artistas que ejercían su labor fuera de los circuitos oficiales.
en los importantes vacíos con los que nos encontramos, de forma Pero centrarnos en el canon nos impide dialogar con las fronteras. Nos
sistematizada, en los libros de historia. impide dialogar con historias como la de la Familia Palacios, pintores
La prolongación de nombres, la limitación a ciertos periodos, la quiteños que no solo solventaron las demandas de todo un grupo social
propia instauración de ‘mitos’, los ismos y los grupos de artistas que durante el siglo xix, sino que también actuaron como mecenas de otros
han protagonizado nuestra escena nacional han segmentado, no solo jóvenes artistas avecindados en Chile1. Descentrarnos nos permite
nuestra visión respecto del arte en Chile, sino también al acceso de conocer la presencia de pintores mapuches en la Academia, como Pedro
obras, visualidades y propuestas que, conjugadas, se transforman poco Churi, descrito por Manuel Magallanes Moure como “un mocetón
a poco en un nuevo discurso. Uno que permite comprender y completar araucano picado también por la divina abeja del arte”2 y reconocido
la historia del arte chileno. como ‘maestro’ por el escultor José Miguel Blanco, pero sobre el cual

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) sobre arte, mujeres y género

no tenemos mayores referencias, ni de aquellos otros pintores de origen inducir algunas hipótesis al respecto. ¿Existe, en la repetición del canon,
indígena que ingresaron a la Academia. Situación que se prolonga ya una especie de iconoclasia femenina? Es decir, ¿podemos descubrir al
entrado el siglo xx, cuando descubrimos a la escultora Laura Mounier interior de esas imágenes resistencias al modelo?
de Saridakis, que tuvo una gran presencia en los círculos intelectuales, Para nuestro relato hemos considerado un marco cronológico que
pero de la que tenemos muy poca información. Todos ellos han pasado abarca 50 años, desde los inicios del siglo xx hasta 1950. Son esos años
al olvido, como otros tantos que se manifiestan fuera del ‘orden’. Desde los que consolidan una práctica artística femenina en los escenarios de
ya queda insinuada la reproducción incesante de una historia lineal, circulación en Chile, años de modernidad y progreso que localizan a
absoluta, jerárquica, donde los sujetos que no calzan con los discursos de la mujer en el centro de las discusiones políticas y culturales, de luchas
poder, permanecen fuera de toda narrativa posible. por la representación femenina y de sus derechos civiles. Es por ello que
El caso de las mujeres que ejercieron la profesión de artistas es el que resulta tan importante localizarlas, también, en el ejercicio de la crítica
sufre de un mayor número de marginación en nuestra historia del arte. de arte y determinar cómo son evaluadas en cuanto se presentan como
Encontraremos sus nombres en los salones, concursos y exposiciones, en creadoras y productoras de arte. Y, por otro lado, cómo son recibidas sus
reportajes de revistas magazinescas, serán mencionadas en documentos obras en ese escenario de producción.
y cartas y hallaremos reseñas de algunas de sus obras, pero muy pocas Sin embargo, muchas de estas mujeres provienen del siglo anterior
veces accederemos al relato de sus vidas y al rol que ejercieron en la y de su sistema de educación, formación y circulación artística, por
escena artística chilena. lo que nuestro análisis se iniciará considerando la experiencia que el
Así, la revisión de esos catálogos y documentos da origen a siglo xix aportó en nuestras artistas. Se trata de decenas de mujeres
estas páginas. Después de oír incansablemente que la participación silenciadas e invisibilizadas, identidades contenidas en los repertorios
femenina en el arte era un asunto marginal (nuevamente recurrimos del arte chileno y cuyas primeras aproximaciones estuvieron en manos
a las fronteras), nos encontramos de pronto con los nombres de 500 de la gran Exposición Femenina de 1927, en los pabellones de la Quinta
mujeres, pintoras y escultoras profesionalmente activas en Chile desde Normal, con motivo de la celebración del cincuentenario del decreto
mediados del siglo xix hasta 1950, que aparecen en los catálogos de las Amunátegui que autorizó el ingreso femenino a la Universidad.
exposiciones y salones oficiales e independientes. Un número impensado El progreso industrial del país en esos momentos, coincide con las
que, sin duda, irá creciendo en la medida que accedamos a más fuentes políticas públicas en torno a la educación artística, donde muchas
de investigación. Sin embargo, de estos cientos de artistas solo un 25% mujeres encontrarán un soporte simbólico para sus quehaceres,
de ellas aparecen mencionadas en los libros tradicionales de historia del especialmente en las posibilidades que otorga el difuso límite existente
arte, y de esta cifra, solo un 10% cuentan con datos biográficos detallados entre las bellas artes y las artes aplicadas.
en investigaciones anteriores. Es decir, alrededor de un 75% de nuestras Después de 48 años, en 1975, el Museo Nacional de Bellas
artistas son desconocidas por la historiografía. Los nombres de estas Artes y la exposición “La mujer en el arte: homenaje” retomaba el
mujeres y sus años de actividad, se encuentran al final de este estudio. itinerario artístico de las productoras femeninas, en el contexto
La escasa información con la que nos encontramos respecto a su de la celebración del Año Internacional de la Mujer, organizada
producción y las pocas obras a las que accedemos, nos hace imposible por la Secretaría Nacional de la Mujer. Y es que en esta década se
detenernos en su repertorio artístico. Pero el análisis de estas referencias instalaban las primeras investigaciones sobre las prácticas femeninas
–más bien exiguas si consideramos el número de artistas– nos lleva a en el arte. “¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas? ” fue la

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) sobre arte, mujeres y género

pregunta que Linda Nochlin emplazó en el ARTnews en 1971 sobre que constituyen un cuerpo teórico y de producción fundamental a la
la ausencia de las creadoras femeninas en el discurso público. Mujeres hora de entender los procesos históricos y estéticos de nuestras artes.
impedidas de desarrollar libremente su talento y que, un año después, Se ha escrito bastante sobre la relación del ingreso femenino
eran visibilizadas por la exposición Les Vieilles maîtresses curada por al mundo del arte a través de la llegada de artistas europeos como
Gabhart y Broun en la Walters Art Gallery de Baltimore. En ella las Rugendas, Monvoisin y Charton, estableciendo una relación ‘maestro
curadoras planteaban la suposición tácita de la creación masculina y alumnas’. Relaciones que con el tiempo se prolongaron a lo largo
ante la falta de una expresión equivalente al concepto de vielle maîtres3. del siglo con Pedro Lira, Cosme San Martín, Pedro Reszka, Alberto
Mientras que en 1976, la misma Nochlin y Ann Sutherland curaban Valenzuela Llanos y, posteriormente, con Juan Francisco González y
la muestra retrospectiva Women Artists: 1550-1950 en Los Angeles Boris Grigoriev, por nombrar solo algunos. La mayor de las veces, se
County Museum of Art. Uno de los libros fundamentales para la trató de una formación artística asociada a su adiestramiento en el rol
historia crítica del arte producido por mujeres fue editado en 1981, social que les fue asignado durante el siglo. Es decir, aquellas labores
Old Mistresses, Women, Art and Ideology de Roszika Parker y Griselda en relación a la atención del hogar, la crianza de los hijos, la fidelidad
Pollock. En adelante, se avanzó considerablemente en los estudios de matrimonial, entre otras, y que incluyó también las lecciones de francés,
género, sumando también el contexto latinoamericano4, como WACK! música y arte como complemento, signos distintivos de la educación
Art and the Feminist Revolution, curada por Cornelia Butler en el 2007. femenina. El mismo Lira describe con sorpresa a su amigo, el también
WACK! destacó el papel de las mujeres artistas durante los años 60 y pintor Alberto Valenzuela Llanos, el éxito que ha alcanzado su nuevo
70, incorporando las experiencias de Estados Unidos, América Latina, local para su “curso de señoritas” del año 19026.
Europa Central, Asia, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Pero a partir de la formación de los Salones nacionales en las últimas
En Chile, otras instancias se desarrollaron a partir de entonces5, décadas del siglo xix, estas mujeres comienzan a ocupar roles más
pero fue “Mujer, arte y compromiso. Visibilizando la solidaridad de importantes en la escena nacional: son ganadoras de premios oficiales,
las artistas del mundo”, curada por Carla Miranda Vasconcello, y que maestras de Estado y comisionadas para encargos del gobierno.
reunió a destacadas artistas chilenas y extranjeras durante el 2009 La recuperación de sus nombres trastoca la historicidad y la memoria.
en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende la que enfocó, por Memoria que parece asociada a un circuito masculino y a ciertos ámbitos
primera vez, un análisis político y feminista que ponía en cuestión de circulación de la crítica de arte, al menos hasta la primera mitad del
una diversidad de conceptos relacionados con el género y las prácticas siglo xx. El género de la crítica fue desarrollado tanto por los mismos
sociales y democráticas. Miradas sobre la interpretación del cuerpo, artistas como por literatos y periodistas, cada uno intentando reafirmar
lo público y lo privado, los ámbitos de creación, en fin, todo aquello una postura frente a la situación, pasado y presente de las Bellas Artes
que pone de manifiesto las cuestiones no solo sobre la práctica creativa en Chile. Cabe decir, entonces, que junto con la Academia se formaliza
de estas artistas, sino también sobre la crítica que se realiza sobre también la crítica de arte, cuando las voces oficiales ejercen su poder
sus obras; cuestión fundamental en nuestro análisis. Quisiéramos discursivo. Pero más interesante aún es cuando, desde la otra vereda,
decir que todos estos referentes potencian la presencia femenina y las los jóvenes intelectuales hacen escuchar su voz a través de la edición de
relaciones de género en el arte chileno, pero no es menos cierto que periódicos especializados, como El Taller Ilustrado.
continúan con la ausencia de otras productoras modernas. Mujeres Es a partir de la irrupción de la llamada vanguardia artística nacional,
más asentada en el ámbito literario que en las Bellas Artes, cuando se

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950)

producirá una transformación de los discursos tradicionales. Su análisis NOTAS


nos permitirá desentramar el conjunto de redes y el itinerario de ideas 1
Al respecto, junto a Francisca del Valle 5
Diez años más tarde, la historiadora
que otorgan un espacio –real o imaginario– a la participación femenina. hemos publicado diversas referencias en Nena Ossa y la crítica de arte Ana Helfant
¿Cómo fueron evaluadas estas mujeres? ¿Qué rol jugaron en el desarrollo torno a la Familia Palacios y la pintura ahondaron en torno a la función de la mujer
del arte nacional? quiteña en Chile en el siglo xix, tanto en en el arte en Chile. Tras la recuperación
Ecuador como en Chile. de la democracia, se realizaron otras
2
Manuel Magallanes Moure, “Reseña de la experiencias como la promocionada por
pintura en Chile”, Revista Zig-Zag nº 291, 17 el SERNAM (Servicio Nacional de la
de septiembre de 1910, pág. 7. Mujer) y el Calendario Colección Philips
3
Este fenómeno universal es mencionado 96 “La mujer en la Pintura Chilena”, con
también por Griselda Pollock al hacer textos de Enrique Solanich. “Del otro
referencia al concepto de “grandes maestros” lado”, curada por Guillermo Machuca el
utilizado para los pintores, destacando año 2006, “Quehaceres Domésticos”, en el
la ausencia de un término similar para Centro Cultural Ex Hospital San José en el
denominar a las artistas. mismo año y luego presentada en la Posada
4
En lo que se refiere al arte moderno, del Corregidor un año después, y Handle
importantes estudios al respecto han with care en el 2007, se concentraron en la
realizado Laura Malosetti (Argentina), producción femenina contemporánea. En el
Angélica Velázquez (México) y Ana 2008 se realizó “Esto no es una exposición
Paula Simioni (Brasil), por nombrar solo de género” en el Centro Cultural de España
algunas. Los estudios de género en manos y “Universos femeninos” en el Museo de
de investigadoras como Karen Cordero Artes Visuales.
(México), han puesto en evidencia las 6
Carta de Pedro Lira a A. Valenzuela
problemáticas continuas que subyacen a Llanos, abril 7 de 1902. En Wenceslao Díaz
lo largo de la historia, especialmente en Bohemios en París. Epistolario de artistas chilenos
los tópicos del cuerpo, género e identidad en Europa: 1900-1940. Santiago, Ril Editores,
sexual en el arte. 2010, pág. 75.

20
Las alumnas de Pablo Burchard trabajando al óleo
con un modelo vivo. Escuela de Bellas Artes
notas al margen.
postdatas a la historia

notas al
i

Creadoras femeninas. Genios masculinos

Las historias de reivindicación femenina debieron iniciarse, subya-


centes, desde los propios espacios en el que las mujeres se relacionaron
históricamente: el hogar, el mundo privado, el habitar femenino. Debió
existir entre ellas códigos y relaciones que nos llegan hoy ocultas en las
prácticas del cuerpo, intimidad corpórea que se traspasa de generación
en generación.
En este mundo femenino, la religión jugará un papel importante.
Es mediante ella que las mujeres intervienen en el espacio público
desde diferentes aristas. Las actividades de beneficencia y las de
carácter educativo, por ejemplo, permitieron a las chilenas una
incipiente participación política, aunque esta permaneciera ligada
a las preocupaciones eclesiásticas1. Desde este mismo espacio
religioso, la llamada pintura de santos actuará como vehículo
entre el mundo público y el privado al sugerir, en sus nuevas
representaciones, las asociaciones de poder en las que estas mujeres
se insertaron y los modos en que su estatus social y político se
exhibió sin inhibiciones.
Pero es a través de los actos de transformación social y la instalación
de vías democráticas y populares durante el siglo xix que se detectan
las primeras señales, esta vez del corpus político y cultural, por
incorporar a la mujer en los debates sobre la educación. El signo más
evidente de lo anterior es la promulgación del decreto Amunátegui

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

de 1877, que autoriza el ingreso femenino a la Universidad 2 . Diez el Círculo de Lectura y su periódico de difusión, Acción Femenina, dirigido
años después se crea la Escuela de Artes i Oficios para mujeres, por Amanda Labarca, y la creación de los partidos Cívico Femenino en
argumentado que: 1922 y el Demócrata Femenino en 19245. Junto a la aparición pública de
mujeres periodistas, escritoras y artistas a lo largo del siglo, se instalaban
“(…) la industria perdia un poderoso elemento con la falta de los debates sobre la condición femenina y sus derechos civiles y políticos.
aplicacion de la mujer a ciertos trabajos que le son peculiares i en Estos elementos transforman el imaginario femenino relacionado con
los que se perfecciona fácilmente. Esa misma falta de aplicacion la cotidianidad de lo doméstico, para abrir paso a la incorporación de
nos hace pagar hoi un subido tributo a la internacion estranjera elementos asociados al espacio público. La modernidad femenina se
por articulos que representan un trabajo de mujer que puede i relaciona, entonces, con este cambio fundamental: el agotamiento de
debe ser ejecutado en el pais (sic)”3. los modelos culturales enfrentados a las nuevas necesidades de sujetos
sociales que se incorporan a la vida pública. Y para las mujeres, este acceso
Las inquietudes por el acceso no solo a la cultura y al mundo laboral, se produjo no a través del trabajo remunerado, que las siguió marginando
sino también a la política y las demandas sobre mejoras sociales y salariales, a las labores históricamente asignadas a su género, sino mediante la
llevó a la creación de la Primera Sociedad Mutualista Femenina (1887) y formación intelectual. Es este, quizás, el modo que les permite ampliar la
la Sociedad Emancipación de la Mujer (1888). Junto con una importante gama de oportunidades más allá del espacio doméstico6.
labor literaria y periodística a principios del siglo xx, estos movimientos Es importante distinguir, en este punto, una diferencia entre el
producen una embrionaria conciencia de clase –y por cierto, de género– ‘feminismo’ –que define la equidad en la igualdad legal y moral de los
en publicaciones como El Eco de las Señoras de Santiago (1865) y La Familia sexos– y el ‘género’, que se establece desde las construcciones sociales que
(1890) que aparecen en escena junto a mujeres como Martina Barros de han definido los roles entre hombres y mujeres. Por ende, los estudios en
Orrego, quien tradujo la obra de Stuart Mill La esclavitud de la mujer (1869) esta materia –aun cuando se tienda a homologar entre género y mujer–
y que se publica en la Revista de Santiago en 1872. buscan establecer las relaciones entre lo masculino y lo femenino.
El feminismo se introducía, así, en la esfera pública chilena, gestando Miradas esencialistas recogen la idea de una condición masculina propia
numerosos debates y reflexiones sobre las relaciones de género y los efectos y estable que define a todo hombre, en contraposición a otra femenina
de estas prácticas con la cultura. En 1913, Luis Emilio Recabarren alentaba que, por ende, define a toda mujer. Este enfoque precisa a lo masculino
la emancipación femenina en el alero del sindicalismo salitrero, dando como el género normativo para toda la cultura occidental7, pero la
inicio a la formación de los llamados Centros Femeninos. Estos hechos debilidad de esta posición es obvia: no todo lo femenino se relaciona
coincidían con la visita de la española Belén de Sárraga (1912), quien dictó necesariamente con la mujer, como tampoco todo lo masculino lo es en
conferencias sobre la liberación de la mujer, muy bien recibidas por la relación única con el hombre. Desde esta asociación, la mujer se relacionó
comunidad femenina intelectual, pero también por el mundo socialista y con lo desconocido y lo indefinido, mientras que el hombre representaba
el liberal, laico y progresista. La presencia de Sárraga en Iquique motivó la todo lo sólido, lo delimitado, firme y natural, descalificando de manera
creación del Centro Femenino que llevó su nombre hasta 19154. sistemática todo aquello que pudiera entenderse como ‘femenino’8.
Un nuevo contexto surgía en torno a la mujer: el sufragio femenino, los Es a partir de la década del ’70 cuando el concepto de género irrumpe
movimientos obreros, sociedades en torno a la emancipación y publicaciones en las metodologías sociológicas y en disciplinas como la historia. En su
periódicas como La Mujer Nueva. A ellas se sumaban agrupaciones como modelo de aplicación dieron cuenta de cómo las instituciones tradicionales

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

habían operado, hasta entonces, bajo enfoques sexistas9. Apoyados por los
enunciados de Julieta Kirkwood, se denunciaba que las mujeres habían
quedado al margen de la historia debido al concepto del hombre constituido
en lo humano10, o lo que décadas antes planteaba Simone de Beauvoir sobre
la distinción patriarcal del hombre constituido como Sujeto y la mujer como
el Otro, lo ex-céntrico. Esa otredad que sufría una especie de invisibilidad
analítica, de un proceso de negación y violencia, dominación y subordinación.
El género aparecía, así, como un detonador de procesos socioculturales
y, al mismo tiempo, como consecuencia de ellos. Sin embargo, las
diferencias tampoco eran comprendidas por el circuito artístico chileno.
A principios del siglo xx, diversos discursos ponían de manifiesto
que el ‘feminismo’ debía constituirse en “un sistema que tendiera a
que la mujer se preparara mejor para desempeñar cumplidamente los
deberes propios del sexo”. Y que, por lo tanto, “hominismo” describía
mejor la lucha establecida por las mujeres en la búsqueda de acercarse
más al mundo masculino y sus derechos11. Estos enunciados coincidían
con las teorías del filósofo austriaco Otto Weininger, para el que la Directorio de la Sociedad Artística Femenina. Presidenta, Dora Puelma de Fuenzalida; vicepresidenta,
Sofía Barros de Jara; secretaria, Ester de Ugarte.
mujer debía renunciar a su condición de género si aspiraba a cualquier
tipo de crecimiento social, estético o político. Aquellas que lo lograban espacio del Women’s Building. A estas le siguieron otras dos exposiciones
presuponían un gran desarrollo de su masculinidad12 . en París en las primeras décadas del siglo xx.
La lucha por integrarse a las enseñanzas regladas del arte fue “Reconozcamos que los chilenos hemos sido menos solemnes y
iniciada por las mujeres inglesas y francesas a mediados del siglo menos igualitarios”, escribía el crítico de arte Joaquín Díaz Garcés en la
xix. Las reivindicaciones sociales en torno a la educación, el trabajo conferencia de la Sociedad Artística Femenina en 1917, dirigida por la
y el derecho político fueron presididas por la Langham Place, en la que pintora Dora Puelma14. También Luis Carrera rescataba la labor de la
participaban las artistas Bárbara Bodichon y Anna Mary Howitt. Sociedad “dentro de lo exiguo y limitado del ambiente artístico que para
De este grupo nació la Society of Women’s Artists en 1856, con el objeto la mujer ha existido, hasta hace poco, entre nosotros”15, comentario que
de romper la hegemonía masculina de los salones, acceder a mayores era publicado en la Revista de Los Diez.
espacios de exposición, mejores opciones en el mercado del arte y el Hay que señalar que nuestras pintoras y escultoras participaron
derecho a estudiar bajo la dirección de maestros calificados. Derecho abierta y públicamente en los salones oficiales, exponiendo simultánea
que es aprobado en Francia recién en 189613. Una de las primeras o consecutivamente en distintas secciones; pinturas, dibujos, pasteles,
exposiciones femeninas se realizó en Amsterdam en 1884 y en Chicago esmaltes, porcelanas y sobre relieves, alcanzando cifras cercanas al 15%,
en 1893, esta última en el contexto de la World’s Columbian Exposition y que aumentaron entre el 30% y el 40% en relación a la participación
que mostró las obras de las artistas europeas y norteamericanas en el masculina. Tal y como nos señalan las cifras, es posible evidenciar que
a medida que los salones se desarrollan sistemáticamente, se abren

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Clase práctica de costura.
Museo de la Educación Gabriela Mistral
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

oportunidades de inclusión femenina a los mismos16. No obstante, sobre temáticas tradicionalmente incorporadas en el arte moderno,
la pervivencia de la doctrina de las esferas separadas y de la noción como el paisaje.
excluyente de ‘arte femenino’, relegó a estas mujeres al ejercicio de De aficionadas con talento a
géneros pictóricos como los bodegones o pintura de género y paisajes. ‘un pintor con temperamento’
Vislumbramos, entonces, que las divisiones de género, tal como lo
describe Griselda Pollock en su Vision and difference (1988), determinarán “Hasta hoy, i refiriéndonos siempre a nuestra tierra, el arte
cómo y qué producen hombres y mujeres. Sobra decir que tanto la Union pictorico cultivado por el bello sexo, no existía, si se fija la atención
de Femmes peintres et sculpteurs en Francia como la Sociedad Artística con los pobrisimos trabajos que de diez años a esta parte han
Femenina en Chile, definían que el rol de la artista era salvaguardar la exhibido algunas señoritas santiaguinas y porteñas (sic)”21.
sociedad a través de los temas pictóricos que retratan la vida familiar,
armoniosa y tranquila17, incluyendo en sus objetivos la “defensa de las Así abre la exposición de 1884, con una “prometedora” incorporación
tradiciones sociales”18. Es decir, estas mujeres se constituían en espacios de aventajadas alumnas de los maestros Pedro Lira, Valenzuela Puelma,
que les permitían reconocerse a sí mismas, instruirse y cultivarse, más Valenzuela Llanos, Pedro Subercaseaux, Vargas y Cosme San Martín.
que cuestionar los valores de la sociedad y la familia. Mientras en 1880 José Miguel Blanco identifica a 2.150 mujeres artistas
Pero serán las preocupaciones del mundo moderno en torno a la en París22, en Chile podemos hablar de medio centenar de experiencias
educación, los derechos sociales y la independencia económica, las que a través de las exposiciones oficiales de la época.
otorgarán nuevas libertades a las artistas. La autolegitimación se verá La labor femenina en los talleres populares o de producción no
facilitada por la oposición constante y excluyente del modernismo a la formal, opera bajo el mismo silencio con el que nos encontramos frente
cultura de masas19. Ciertamente, la afluencia del paisaje fomentada en a la labor de los adiestrados artistas que los dirigían. La participación de
la década del ‘40, junto con la hegemonía de la Universidad de Chile y las hijas, esposas y compañeras de estos maestros ha quedado muy pocas
su decano Luis Oyarzún, permitirá que hombres y mujeres desarrollen veces registrada en nuestro país, especialmente en el contexto de aquellos
idénticas filiaciones estéticas. “Es la falta de contenido que en el fondo pintores foráneos que se instalaron en Chile a inicios del siglo xix23.
propende a aquella atmósfera amorfa e insustancial que se refleja Desde muy temprano, la presencia de extranjeras, especialmente aquellas
hasta en las mismas concepciones de colorido y hasta en la técnica”20, de origen europeo, ilustradas y económicamente independientes, con
deduce Alberto Goldschmidt respecto a esta generación de pintores. El formación artística la mayor de las veces, aparecerá asociada al medio
fenómeno de la generación del ’40 permitió que se gestara una aparente intelectual y cultural. La cuestión de la identidad femenina explorada a
homogeneidad en donde las diferencias de género tendieron a desaparecer. través del papel del mecenazgo, debiera advertirnos sobre la contribución
Pero ¿quiénes eran estas artistas? Observemos el itinerario artístico que realizaron estas mujeres no solo a través de la promoción de obras
de las pintoras de fines del siglo xix, quienes abrieron el camino para de arte, sino en el sostenimiento económico de la actividad24. En este
las productoras que les sucedieron. Pintoras que iniciaron un recorrido contexto, cabe preguntarse cuánto de la ausencia femenina en el espacio
público operó en la presencia de las mecenas y cuánto aportaron, desde
este lugar, en los modelos de representación femenina. Especialmente en
cuanto a la práctica del retrato.

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

Si aceptamos esta primicia como hito fundacional en la incorporación cuadros de Jorge Saal y Carlos Markó, con quienes Smith estudia en
de las mujeres en la actividad artística, serán los nombres de la inglesa Mary Europa. Y el de Dolores Vicuña de Morandé, hermana del entonces
Graham y la francesa Clara Filleul los que aparecen relacionados en esta Intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, y de la cual dirá
materia. Ahora bien, una lo hace desde su condición de viajera y cronista, que, “solía pintar flores y aunque no fue nunca una artista correcta,
desde la libertad de la pluma que la instala como una de las pioneras en como lo requería su índole vivaz, dejó los muros de su casa literalmente
describir las costumbres de nuestro país. La otra, en tanto, lo hace al alero cubiertos de obras”28. La temprana muerte de Dolores afectará el
de uno de los más cotizados pintores de la época: Raymond Quinsac posterior desarrollo artístico de Rosa Aldunate, por cuanto “habíanse
Monvoisin. Es decir, desde el supuesto de una hegemonía masculina25. hecho recíprocamente discípulas la una de la otra”, señala Vicuña
Por estos años también se encuentra en Chile la anglo-argentina Clara Mackenna29, quien también identifica a Luisa y Raquel Huidobro,
Álvarez Condarco Dudding, quien realizó una importante labor pictórica, Regina Montt, Rosa Ortúzar y Natalia Pérez en la Exposición de 1883
literaria y crítica en Valparaíso, algunas de las cuales están dedicadas a la y a María Gaffarelli, Valentina Pagani, Ana Ovalle y Zoila Avaria de
reivindicación femenina. El nombre de la argentina Procesa Sarmiento, Morandé, entre muchas otras, en la de 1884.
hermana de Domingo Faustino Sarmiento, con quien viaja a nuestro país En 1866, Agustina Gutiérrez se convierte en el primer caso
tras su exilio en 1840, surge como otra importante figura femenina asociada documentado de una chilena que se profesionaliza en la pintura al
no solo a las artes, sino también a la educación artística. Procesa estudia con ingresar a la Academia. Junto a Agustina, se señala que en la Exposición
Amadeo Gras y en nuestro país se incorpora al taller de Monvoisin, ambos de octubre de 1884 también exponían sus cinco hermanas, dos
pertenecientes al círculo de su hermano Domingo. Es directora y profesora primas hermanas y un hermano “en esto de cultivar el arte del divino
de tres colegios, en San Felipe de Aconcagua, en el Colegio de Pensionistas Apéles”30. Tras la muerte de su padre, Agustina se habría dedicado
de Santa Rosa en Santiago y en Copiapó, y abre un taller de pintura en el profesionalmente al ejercicio del arte para sostener a su familia,
cual da lecciones y realiza retratos de la sociedad nacional. logrando gran éxito, especialmente en Valparaíso. Dicta también clases
En el mundo conventual también aparecen algunas figuras femeninas de pintura, reconociéndose entre sus alumnas a la señora Real de Azúa
extranjeras dedicadas al ejercicio de las bellas artes, como la hermana “que posee brillantes dotes para la pintura, a cuyo arte consagra sus
Catherine Nicholl del Sagrado Corazón de Jesús. En 1874, la hermana horas de recreo”31.
Nicholl realiza una serie de dibujos y acuarelas sobre personajes y Durante el mismo periodo encontramos, también bajo el alero de
paisajes de Chile mientras recorre Concepción y Santiago; dibujos que la Academia, los nombres de Albina Elguín, un joven talento pictórico
acompañan un interesante relato escrito26. muerta a temprana edad, Celia Castro y las hermanas Mira, Aurora y
Uno de los primeros nombres que surgen en la escena local es el Magdalena. Celia Castro nació en Valparaíso, donde estudió pintura con
de Paula Aldunate, alumna de Johann Moritz Rugendas. Al igual Juan Francisco González. En Santiago fue alumna aventajada de Pedro
que este –y tal como lo harían Graham y Nicholl–, Paula Aldunate Lira, con quien viajó en 1889 a la Exposición Universal de París, con
recrea, a partir de 1835, el paisaje del Chile Central cuando se inicia motivo del centenario de la Revolución Francesa, y donde le fue conferido
el interés por el reconocimiento de la propia territorialidad27. En el el diploma especial de honor y la tercera medalla. Fue pensionada del
último tercio del siglo xix, se vinculan a la pintura chilena los nombres gobierno en 1904 para perfeccionar sus estudios en París, pero ya en
de María del Tránsito Prieto, una alumna del pintor Antonio Smith, 1901 se encontraba en Francia estudiando en la Académie Julian, como lo
y que, como su maestro, se dedica al paisaje copiando algunos de los señala Marcial Plaza Ferrand en su carta a Magallanes Moure32. En 1927

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

retornará a Chile para establecerse en el puerto de Valparaíso, donde


instala su taller de pintura y forma a la generación porteña de pintores
como Jim Mendoza, René Tornero, Chela Lira y Roko Matjasic.
Desde muy temprano, su incorporación a la escena plástica le valió
los apelativos de “vocación apasionada y admirable” y “un alma joven
desbordante de vida”. Su talento sobresale no solo entre las mujeres de
su época, sino también entre sus pares masculinos, como bien lo señaló
Nicanor Plaza en su brindis por el triunfo de la pintora en el Salón de
1888, donde “invitó a los concurrentes a beber una copa por el artista más
inspirado de todos los pintores nacionales, por la señorita Celia Castro”.
Sin embargo, la marginación en el estudio al natural que sufrieron las
mujeres de su época, significó una restricción a la hora de competir
con los artistas en el desarrollo de géneros pictóricos considerados
‘modernos’. En 1885, se señala sobre la obra de Castro que presenta
“mejores aptitudes para la naturaleza muerta que para las figuras”33.
Esta condición, forzada, no imposibilita a Castro en la experimentación
con la figura humana. Y ello se evidencia, por ejemplo, en su obra “Las
Playeras” (1884), donde dos jóvenes mujeres caminan a la orilla del mar, lo
que da cuenta de la incorporación del paisaje en una experimentación con
el naturalismo y el realismo indistintamente, y que repite en “La poda” o “El
podador” (1888), estilo que le valió una medalla en el premio de género del
Certamen Edwards en 1896. “El Podador” fue utilizado como ejemplo para
caracterizar a la pintura chilena, pero su obra sigue analizándose desde los
elementos puramente descriptivos, que provenían de lo que se consideraba
el mundo femenino. El crítico Pedro Balmaceda señala en 1888:

“La señorita Celia Castro abandonó sus naturalezas muertas,


aquellos rinconcitos donde crecían fresas y margaritas, aquellos
pequeños estudios entonados en las luces más vigorosas y a la vez más
profundamente sentidas, para explorar un nuevo campo en el cual, si
ha ganado la novedad y la energía de la factura, ha perdido un poco su
temperamento de mujer, aquella poesía que firmaba todas sus telas”34.
Celia Castro, “La poda” (1888)
Óleo sobre tela, 150 x 120 cm
Pinacoteca Universidad de Concepción

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

Esta pintura de paisaje y costumbres, en la cual se incluyen naturalezas Giovanni Mochi –periodo en el que asisten, sistematizadamente, un
muertas, mantiene una fuerte correspondencia con el academicismo, mayor número de mujeres a la Sección Universitaria de Bellas Artes–
tanto en relación con las normas clásicas como a un refinamiento del y son alumnas de Blondeau y Juan Francisco González. Obtendrán
realismo moderno. A la vez, recoge las inquietudes de una reconstrucción diversos premios y medallas, entre las que destacan Medalla de Plata
de imagen país o lo que Mayayo identifica como la idea que la cultura y la (Aurora) y Medalla de Oro (Magdalena) en el Salón Nacional de 1884.
moralidad de la nación se expresan más cabalmente en estos géneros35. En Ante su “Agripina Metella encadenada” Isaías Nugent Scot escribió:
este contexto, se retoman las nociones de ‘clima’ –tan difundidas a partir
del discurso de Ciccarelli en la apertura de la Academia– y se añaden “Dios que te alumbra la mente
las de ‘condiciones sociales’, para definir un arte que debiera incorporar Con divina claridad
características locales (preceptos que se incluían en la obra de Hippolyte ¡Qué jénio puso en tu frente!
Taine traducido por Lira veinte años después). Esto dará paso a una I en tu pincel atrayente
generación de pintores que reciben la herencia plástica en donde confluye ¡Qué sentimiento i verdad!3
el realismo y la retórica francesa, el costumbrismo y las preocupaciones
vernáculas con el paisaje social. Es así que, por ejemplo, Balmaceda Su aparición en escena, junto con otras 40 mujeres mencionadas
nuevamente se refiere a las obras expuestas en 1888, destacando la obra por el historiador Eugenio Pereira Salas en su Historia del Arte de Chile
de Castro “El podador” para describir a la pintura chilena, junto con “Las Republicano, revela en la sociedad la inquietud del orbe femenino por
náyades” y “La Resurrección de la hija de Jairo” de Valenzuela Puelma, realizar otras actividades más allá del hogar. En 1866, Ángela Uribe
aludiendo a “ese aire que me imagino ha de tener el arte en cada país, Orrego de Alcalde, insta al gobierno a enriquecer la formación femenina
según sea su clima y sus condiciones”36. en el ámbito artístico, aduciendo “que dan a nuestras niñas de sociedad el
Es un hecho cierto que las rencillas entre los maestros de la Academia bello ejemplo de dedicar los ocios que la dirección de su casa y familia les
–podríamos pensar que se trata de acciones aparentes y performáticas, deja a cultivar su inteligencia i hacer obras útiles (sic)”39. 
especialmente en los salones–, redundó en la formación de grupos que Estas llamadas ‘labores de mano’ o ‘labores del sexo’ son enriquecidas,
defendían posturas diferentes respecto a la enseñanza de las artes. Por entonces, con el talento de las jóvenes en el arte y en el cual algunas
esta época, Castro pertenece al círculo de Pedro Lira, despertando sobresalen de manera sorprendente. Aunque en su mayoría no dejan
las suspicacias de Juan Francisco González, quien señala, cuando se de ser solamente prácticas de taller, que complementan la formación de
encuentra con ella en Francia, que “ésta ha tenido pensión cinco años las jóvenes, como también la música, el bordado y el francés. En 1884,
aquí y no sabe nada”37. Circunscribirse a un grupo o red resultaba El Ferrocarril señala que las obras de estas mujeres “atestiguan la buena
esencial a la hora de lograr el reconocimiento de los pares. Es decir, intención de las que ellas dedican sus ocios”, pero cuya calidad artística
Celia Castro no solo representa oficialmente la incorporación femenina es en todo inferior40. Su origen social, sumado al género, les valdrá
en el arte nacional, sino también la inclusión de géneros modernos en también el cuestionamiento de la crítica de arte de forma sistemática.
la pintura, condición necesaria para la modernización y requerimiento Thomson duda de la autoría de la “ joven y aristocrática” Rebeca Matte
indispensable para ingresar a los circuitos comerciales. sobre la obra “Militza”41, y Cousiño declara que Magdalena Mira, es “una
Las hermanas Mira, hijas de don Gregorio Mira, también pintor aficionada de talento que se dedica con pasión al arte hasta la fecha”42.
y alumno de Monvoisin, ingresan a la Academia bajo la dirección de

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

En la Exposición Universal de París en 1889, no solo participan


las hermanas Aurora y Magdalena Mira y Celia Castro, sino también
Dolores Álvarez y Genoveva Merino, con temas de interiorismo
costumbrista, uno de los géneros más desarrollados por las mujeres
en esta época. Este tipo de pinturas, junto al paisaje, se constituyen
en los géneros modernos por excelencia. Contemporáneamente, se
distingue Luisa Carrera de Fierro, alumna de Pascual Ortega, y quince
años después debuta Luisa Lastarria, hija de José Victorino Lastarria,
del cual realiza un retrato de tamaño natural que obsequia al Liceo
homónimo. También nos encontraremos con María Teresa Gandarillas
de Tocornal, reconocida alumna de los pintores William Bouguereau y
Ulpiano Checa en la Académie Julian, donde estuvo entre 1896 y 189943.
En paralelo, se encuentran las Hermanas Arrieta Concha, discípulas de
Reszka.
Pareciera ser que, en el momento en que estas artistas alcanzan obras
de gran nivel, la distinción de género tiende a desaparecer. Sin embargo,
serán calificadas en adelante bajo apelativos masculinos para fortalecer
y hacer notar al ‘genio creador’. Celia Castro será considerada como uno
de los “grandes pintores” chilenos por sus compañeros; lo mismo ocurre
en el caso de Luisa Lastarria, denominada como “pintor de género y
retratos” y con Blanca Doren y Emma Formas, definidas como un
“pintor de temperamento”.
Hasta aquí sus nombres ponen en cuestión la teoría y desafían a la
historiografía chilena en el ejercicio de la recuperación y la memoria.
En adelante veremos las huellas trazadas por su historia, el bosquejo
de un entramado social que permite la reconsideración del aporte de
las mujeres creadoras a la escena artística nacional y sus marcas de
identidad. En este complejo proceso de inclusión y exclusión, la crítica
de arte jugará un rol preponderante. Determinar en qué círculos de
poder determinan su espacio de influencias estos escritores, y cómo se
inscriben estas mujeres en esos espacios, resulta imprescindible a la hora
de entender la circulación de obras femeninas.
Aurora Mira, "Agripina Metella encadenada" (1885)
Óleo sobre tela, 200 x 143 cm
Colección Banco de Chile

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

Autoridad y paternalismo contribuyen a cambiar las costumbres tradicionales del país, se mantienen
ligados a una elite conservadora. Esto es, liberales y progresistas se
Si lo masculino es considerado la norma para el desarrollo de todos los apoyan todavía en la visión paternalista sobre las clases sociales, el arte
ámbitos sociales, entonces el género de la crítica de arte debió, también, y la cultura. Desde esta visión se incorpora a la mujer en las discusiones
configurarse en torno a la masculinidad –y no la feminidad– del arte respecto a su formación, pero se defiende la posición sobre el rol de
producido por mujeres. La historia de las Bellas Artes chilenas y el género asociado a la naturaleza biológica femenina, creando una ficción
desarrollo de la crítica de arte, explicaría la posición que ocuparon los respecto a su real integración.
individuos que la ejercieron, en especial frente a las relaciones de género. La incorporación del artista en el formato de la publicación crítica y
el encuentro que se produce con la ideología y la esfera pública es signo
“El hombre i la mujer no se encuentran en presencia del arte ineludible de la modernidad. Así lo entenderán Pedro Lira, José Miguel
colocados en condiciones análogas; léjos de eso sus condiciones Blanco, Virginio Arias y Juan Francisco González, entre tantos otros,
no son ni siquiera comparables, i esta profunda disparidad debe quienes ensayan y teorizan sobre el desarrollo de las artes en Chile46.
ser tomada en cuenta al apreciar las obras de los dos (sic)”44. Las formas discursivas, como el contenido establecido, varían según los
medios en los que estos artistas y escritores participan, estableciendo
Declaraba el diario La Época en 1888. Esta posición se extenderá durante estrategias para uno y otro. En este sentido, se configuran dos especies
las primeras cuatro décadas del siglo xx, donde encontraremos posturas de crítica de arte: un género moderno que promueve una ideología
que consideran la ‘diferencia’ como un rasgo distintivo en la producción estética, y una especie de literatura artística, donde el relato descriptivo
artística entre mujeres y hombres. “Los varones (…) ni sienten ni dejan y anecdótico sobrelleva la carga de la narración47. Cualquiera sea el
en el espíritu de sus obras de arte un rasgo bien netamente masculino”, método utilizado, parece ser que se ejerció una crítica más especializada
señalaba la Revista de Arte en 193645, dando cuenta de esta teoría y contestataria en aquellos medios no oficiales, dirigidos por intelectuales
promovida un siglo antes. radicales y demócratas.
En efecto, tanto el Positivismo como la Ilustración plantearon un
recambio en las relaciones de género, lideradas hasta ese momento por “En seguida surgen los señores criticos como las chinches en verano;
el discurso hegemónico de la religión. Ideas modernas y laicas, y teorías cada uno muerde á sus enemigos, cada uno levanta y glorifica á sus
psicoanalíticas y científicas demostraban el relegamiento de la mujer a un amistades. ¡Qué importa la justicia, el arte! ¡para que lo uno ni lo
espacio históricamente determinado: lo privado en contraposición a lo otro! ¿Que hay que entender algo, contar con cierta preparación
público, que correspondía al espacio masculino. Esta primicia descartaba, para ser critico? ... ¡Necedad! basta tener buenas uñas, bombo
por si misma, la participación femenina en la instalación de referentes sonoro, y haberse leido saltadita La filosofía del arte, de Taine; o
discursivos, ya que suponía al espacio público como un puente de validación las Versiones artisticas, de Federico Balart (sic)”48.
y reconocimiento.
Los cada vez más frecuentes viajes a Europa, prepararon a una Así inicia su discurso sobre el Salón de 1900 Augusto Geomine Thomson
generación chilena de jóvenes intelectuales más cercanos al periodismo –conocido más tarde como Augusto D’Halmar– en la revista Instantáneas
moderno, que se convirtieron en redactores, directores, ilustradores de Luz i Sombra. Thomson será uno de los principales promotores de
y colaboradores de pasquines nacionales. Aún cuando estos jóvenes artistas como Luisa Isella, dando cuenta de las relaciones que se establecen

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

al interior de los círculos intelectuales y de sus redes de negociación sobre que comienzan a afiatarse con fuerza en el siglo xx. Un espíritu que bien
las cuales se instalan algunas artistas, como Rebeca Matte o Josefina del menciona Jean Emar en La Nación en 1924:
Pozo. Sobre esta última señalará que, “puede decirse desde luego que
aquella medalla fue arrojada á un pozo”, considerando su obra como la peor “Los pintores y escultores, más que museos y academias, necesitan
del salón de 190049. Sus interesantes análisis sobre las obras presentadas puntos de reunión y de reunión sencilla, alegre, en la que la más
en los concursos y salones, abren posibilidades de estudio sobre estas estrafalaria de las ideas no alcance a ser un compromiso jurado (…)
relaciones y la validez de esas instancias de circulación. Y todos necesitan un contacto directo con ese inmenso público
En la revista Zig-Zag escribirá Nathanael Yáñez Silva desde 1905, donde anónimo (…) el café y el cabaret son los puntos indicados”52.
publica las secciones “Actualidad artística”, “Horas de taller” e “Interiores”, esta
última dedicada a las colecciones privadas50; también redacta para El Diario Ideas socialistas rondaron, por cierto, al interior de estos círculos
Ilustrado en 1906, al cual accede a través de Pedro Lira. Pero sin duda, una de eminentemente masculinos. Es en este contexto donde nace en 1916 una
las figuras más controversiales es Ricardo Richon Brunet. Artista y crítico de de las agrupaciones de intelectuales más interesantes del siglo, el llamado
arte francés, Brunet se radicará en Chile a partir de 1900 y será comisario de Grupo Los Diez53. Se conformaba por pintores, escultores, músicos,
la Exposición Internacional de 1910, escritor de El Mercurio y la Revista Selecta, arquitectos y poetas, un proyecto donde la utopía se instalaba como motor
ilustrador del Pacífico Magazine y Director Artístico de la revista Zig-Zag. Será de las relaciones interdisciplinarias, el cruce indistinto de la profesión de
miembro, también, del Consejo de Bellas Artes, conformado por un grupo artista y del relato localista. Diversos proyectos utópicos, como la Colonia
perteneciente a la mayoría oligárquica del país, como don Alberto Mackenna Tolstoyana, un ejercicio de rebeldía momentánea que no logró establecer
Subercaseaux y don Máximo del Campo, y por la clase intelectual, como el estrategias discursivas como lo harían Los Diez. La Colonia fue liderada
crítico Paulino Alfonso. El Consejo reunía la visión social y artística de la clase por D’Halmar entre los años 1904 y 1905, y participaron en ella los
conservadora del país, marcando la pauta sobre la cual la sociedad debía regir pintores Alfredo Helsby, Benito Rebolledo, Carlos Canut de Bon, Rafael
su ‘gusto’ estético. Es desde aquí donde opera, oficialmente, la inclusión y la Valdés, Pablo Burchard, Julio Ortiz de Zárate y Juan Francisco González.
exclusión en el campo de la representación. Es desde aquí donde se establecen, Este último crearía en 1918 la Sociedad Nacional de Bellas Artes como
simbólicamente, jerarquías y valores sobre la producción femenina desde lo manifestación alternativa al sistema académico. También pertenecía al
que se consideraba ‘defectos’ o ‘faltas de rigor y estilo’51. grupo el pintor José Backhaus, que publica algunos textos sobre crítica de
Subyacentes, se generaba en la época del Centenario la participación de arte y artes visuales como las “Orientaciones Modernas del Arte” de 1916 y
nuevos actores sociales. Una generación de pintores provenientes de la clase en el cual hace referencia a las tendencias de los ismos artísticos del periodo.
media, insertos en la Academia, junto a un nuevo grupo de intelectuales La aparición continua de exposiciones independientes que
ligados a las vanguardias latinoamericanas y a los acontecimientos complementan la labor de los salones, por entonces de bajo prestigio,
políticos del cono sur. El inicio de una suerte de discurso social iniciado amplían el discurso estético e incentivan un nuevo mercado del arte
por esta generación, redunda en una síntesis de lo que venían gestando y formas de difusión. Destacan renovados espacios para estos fines,
los movimientos sociales internacionales, consolidados en los ambientes como el Centro de Estudiantes de Bellas Artes en 1912, la Sociedad
universitarios. En efecto, la bohemia universitaria se apuntaló como el Artística Femenina en 1914 y la FECH en 1915, que abren sus puertas
medio en el que los jóvenes estudiantes participaron de sus ideas, de los a exposiciones de jóvenes relegados. También se encuentran la Casa
discursos contestatarios y de las diversas tendencias, intereses y posturas Eyzaguirre, la Casa Rivas y Calvo, la sala de exposiciones de El Mercurio

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y aquellos asociados a círculos sociales como El Club de Señoras y la Rokha, y que deben enfrentarse al conservadurismo existente en el ámbito
Posada del Corregidor, espacio cultural abierto a charlas, exposiciones y chileno. Dice Emar,
recitales poéticos a cargo de la Sociedad de Amigos del Arte.
Es en la Casa Rivas y Calvo donde expone, por primera vez, el Grupo “Ante el Grupo Montparnasse y ante las obras de los señores Álvaro
Montparnasse en julio de 1923, de significativas implicancias para el Guevara y Camilo Mori en el Salón Oficial, los críticos atacaron
desarrollo de la crítica de arte en Chile tras la aparición en escena de al cubismo, dadaísmo, futurismo y modernismo. Los atacaron a
su principal divulgador, el escritor Álvaro Yáñez Bianchi, conocido por esos desdichados “ismos”, los bravos defensores del clasicismo(?),
el seudónimo de Juan (o Jean) Emar. Sus comentarios son publicados tradicionalismo, conservadurismo y “comodismo (sic)”56.
en el diario La Nación, propiedad de su padre, Eleodoro Yáñez, bajo el
título de “Notas de Arte” que se extienden hasta 1925. Publica también Enfrentados a estos cuestionamientos estéticos, muchos pintores y
“Notas de París” en 1926 y “La Nación en París” en 1927. escultores se cobijarán al alero de la Sociedad Nacional de Bellas Artes
Otros grupos ponían en cuestión el retraso del arte chileno y sus la que “se proclamaba como defensora del arte verdadero y eterno” y
implicaciones políticas y sociales. En 1921 el Grupo Universitario cuyos “paladines” eran los críticos del Diario Ilustrado y La Nación57.
“Spartacus” se declaraban adherentes al “Soviet de Estudiantes” en la Asociada a Emar, también encontramos a Sara Malvar (Sara María
publicación de su manifiesto. A través de proclamas radicales sobre la Camino Malvar), una de las mujeres más destacadas en el ejercicio
influencia del capitalismo, incitaban a los jóvenes a la acción y la revolución, crítico en la década del ‘20. Escritora y pintora, Sara es esposa de José
al compromiso político de los artistas e invitaban a la unión de las artes Backhaus, miembro de la Colonia Tolstoyana, y amiga de Huidobro
latinoamericanas54. La revista Claridad fue una de las principales fuentes para quien pinta una versión del famoso “Moulin” y un boceto de su
difusoras de los estudiantes interesados en la renovación moderna del arte poema Paysagge. Radicada en París, regresa a Chile tras la muerte de
y de carácter neoproletarios. Aunque no tenemos certezas sobre quienes Backhaus en 1922. Es en su regreso cuando Emar la invita a participar
formaban el grupo de artistas, entre sus escritores se encontraban José con frecuencia en el diario La Nación y es cuando adopta, según relata
Santos González Vera y Paulina Grez Rozas, junto con publicaciones Lizama, el nombre de Sara Malvar renunciando al apellido paterno e
póstumas de José Domingo Gómez Rojas, el poeta mártir del movimiento incorporando el pseudónimo de Riana Fer (rien à faire)58.
estudiantil de 1920. Estos movimientos se repetían en diferentes círculos El ejercicio de renuncia que hace Malvar se opone diametralmente
estudiantiles de Bogotá, Buenos Aires y Córdoba, por ejemplo, de al convencionalismo y a la reproducción del linaje, proponiendo una
tendencias anarquistas y reformistas sobre las enseñanzas y función de las nueva articulación identitaria. Ciertamente, muchas artistas adoptaron
bellas artes en el espacio social y obrero. La participación de los centros de los apellidos de sus maridos para reforzar su pertenencia a un grupo
estudiantes cobrará cada vez más importancia y en Chile tendrá a una de (como Gracia Barrios que era reconocida en París como Mdme. Balmes)
sus figuras más relevantes, apenas unos años después, en el pintor Hernán o bien, adquirieron, directamente, personalidades masculinas (como
Gazmuri55. Sin embargo, un país alejado conceptual e informativamente Petit que se presenta al Salón de Invierno de 1922 como un “gringo de
de la modernidad del siglo xx, ve con asombro y confusión el advenimiento Valparaíso”59). Sin embargo, nada excluye la posibilidad de que otras
de las vanguardias europeas y latinoamericanas. Junto con Emar, destacan reafirmaran su genealogía femenina a través del uso de su apellido
los pintores Luis Vargas Rosas y Julio Ortiz de Zárate, además de los materno, lo que representaba un importante cambio en las relaciones de
escritores y poetas Fernando García Oldini, Pablo Neruda y Pablo de género.

48 49
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

“Quiero pintar! pero pintar grandemente, personalmente. De un


modo varonil”60, escribía Henriette Petit a Luis Vargas Rosas en 1922.
Es decir, el oficio de artista es considerado en su categoría hombre,
supeditando, de ese modo, el ámbito de la creación ‘inspirada’ al mundo
masculino. Alusiones a la escultora Laura Rodig la señalan como una
artista que “piensa y siente como cualquier varón por más inteligente y
campanudo que se crea”61. Tal es el caso, también, de Dora Puelma cuya
obra “Niebla en el Forestal” es considerada por Agustín Cannobbio en
1923 como una obra “digna de llevar, sin mengua, la firma de cualquiera
de nuestros grandes maestros”62. Ello revela que la autoridad crítica se
apoya y manifiesta desde las esferas separadas, como bien lo declama
Rosa Chacel en España, donde acusa a los intelectuales de relegar a la
mujer a “un mundo cultural y psíquico separado y “otro”63.
De ello desprendemos la instalación de prejuicios respecto a la
producción femenina, su origen social y su formación artística. Pero uno
de los puntos más importantes en los cuales se apoya la crítica de arte es
en el desarrollo de una temática generalmente asociada a su género: flores
y naturalezas muertas, recursos que son utilizados ampliamente por las
artistas y que traspasan las barreras cronológicas. Esta llamada ‘estética
de la diferencia’, hunde sus raíces en cuestiones formales respecto a la
enseñanza del arte y la persistencia de cánones en torno a la figuración.
Serán las pintoras de la década del Centenario las que darán un vuelco a
esta tradición, al incorporar el cuerpo femenino como fuente de recurso
pictórico.
En su labor literaria Sara Malvar traducirá para La Nación interesantes
artículos franceses, como el primer manifiesto surrealista, destacando
sus columnas sobre la identidad del arte, la definición de lo local e
interesantes opiniones sobre la situación política64. Junto a Emar también
encontraremos al poeta Vicente Huidobro, y en torno a él se relacionarán
Eduardo Anguita, Volodia Teitelboim y los integrantes del grupo
surrealista La Mandrágora, Luis Cáceres, Braulio Arenas, y Emma Jauch.
Es así como surge el Grupo 1933, una sociedad de artistas independientes
a los que Gazmuri añade los nombres de Pedro Sienna, Carlos Humeres,
Sara Malvar, Dibujo de "Moulin" para Vicente Huidobro Luis Enrique Délano y Lautaro Yankas, quienes “con su palabra inteligente

50 51
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

han ayudado a esclarecer en muchas ocasiones las tendencias y propósitos NOTAS


de esta generación”65.
Pero a estas alturas del siglo, será la Universidad de Chile la que 1
Erika Maza, “Catolicismo, anticlericalismo 7
José Miguel Cortés (comp.), Héroes caídos.
concentrará, institucionalmente, el desarrollo de la crítica y teoría del arte, y la extensión del sufragio a la mujer en Masculinidad y representación, pág. 25
a través de su Facultad y los Anales de la Universidad. También publicará Chile”, Estudios Públicos, nº 58, pág. 148 8
Ibid, pág. 31
la Primera y la Segunda Revista de Arte. Ya para 1940, la crítica y la teoría 2
Cincuenta años después este decreto 9
Anne Pérotin-Dumon, El género en historia.
del arte se configuran a partir de las relaciones existentes entre el arte y fue celebrado a través de la Exposición Cap. I: “Feminismo y conocimiento”, pág. 1
la filosofía, reflexionando en torno a la estética contemporánea a través Femenina, un evento que incluyó los temas 10
Ibid, pág. 9
de los escritos de Luis Oyarzún y Enrique Molina. En este contexto, de la educación, industrias, arte puro, música, 11
Eliodoro Astorquiza, “Del verdadero y
aparece la figura del crítico Alberto Goldschmidt, colaborador del diario beneficencia, entre otros. Con motivo del del falso Feminismo”, Revista Selecta, julio
La Nación y La Nueva Zig-Zag. Si bien se especializa en crítica musical, sus cincuentenario del decreto, se funda en 1910, nº 4 año ii
notas “La semana plástica” incluyen comentarios sobre las exposiciones Valparaíso la Unión Femenina de Chile, 12
Otto Weininger, “Emancipated Women”
anuales, bastante cercanos a los aspectos sociológicos del arte. Haciendo constituida preferentemente por mujeres (1906) En Cortés, Op.Cit., pág. 209
un somero análisis, Goldschmidt aduce que el traspaso de las elites profesionales. Al respecto, Adolfo Pardo, 13
Alejandra Val Cubero, La percepción social
tradicionales a los nuevos grupos de poder políticos, favorecerán al lento Historia de la Mujer en Chile. La conquista de del desnudo femenino en el arte, pág. 259
avance del arte nacional, ya que, fundamentalmente, el realismo no los derechos políticos en el siglo xx (1900-1952), 14
Joaquín Díaz Garcés, “Señoras”, Revista
permitió el desarrollo objetivo de nuevos horizontes estéticos. citado en http://www.critica.cl/html/ Pacifico Magazine, enero 1917, nº 49. pág. 7. En
En estas décadas, especial mención merece el español Antonio pardo_01.html este discurso, Garcés hace una interesante
Romera, que llega a Chile en 1939 a bordo del carguero Winnipeg y en 3
Las enseñanza práctica se dividía en las alusión al encuentro que se produce en el
el que también arriban José Balmes, Roser Brú, José Ricardo Morales siguientes secciones: Comercial, Modistas, evento entre esta Academia y los miembros
y Leopoldo Castedo. Antonio Romera realiza una crítica cercana a lo Lenceria i costura corriente, Bordado, de la Escuela de Bellas Artes.
teórico-conceptual y que son publicadas en el diario El Mercurio y la Guantería, Cartonaje i marroquinería, 15
Ediciones de Los Diez, nº 3, año ii, 1916.
Revista Atenea. Romera cierra el ciclo de la crítica de arte de la primera Cocinería, Lavado i planchado, Dibujo. Ver pág. 163-164
mitad del siglo y con él Enrique Lihn, Waldo Vila y Ricardo Bindis, que “Crónica: Escuela de Artes i Oficios para 16
Benjamín Vicuña Mackenna en su “El arte
se abren paso entre nuevas formas, nuevos personajes y una nueva escena Mujeres”, En Boletín de la Sociedad de Fomento nacional i su estadística ante la exposición de
en la plástica nacional. Fabril. La Sociedad, 1884-1935, Santiago, 1884” identifica a 23 mujeres en el Salón de
Es significativo el hecho de que el análisis de sus discursos, modos y 51 v., año 5, nº 1, (ene. 1888), pág. 43 1883 de un total de 41 participantes, mientras
medios en que participan del ejercicio crítico, permita establecer cuándo, 4
Al respecto, Pardo, Op. Cit. que en 1884 destacan 71 telas femeninas y 33
con quiénes y qué grupos de poder establecen los parámetros artísticos 5
Ibid dibujos dignos de exponer “no solo en un salon
oficiales y no oficiales. Los textos de la crítica construyen filiaciones desde 6
Sobre este tema, ver: Marta Postigo de Chile sino en cualquier exhibicion del mundo
las cuales el arte nacional pareció legitimarse; esto explica cuándo, cómo Asenjo, “Mujer, feminismo y modernidad: (sic)”. En, Benjamín Vicuña Mackenna, El
y dónde las mujeres ingresan a las normas de validación determinadas atrapadas entre lo público y lo privado”, arte nacional i su estadística ante la exposición de
por estos grupos. Thémata. Revista de Filosofía, 39, 2007. 1884, pág. 441
Universidad de Málaga, España 17
Val Cubero, Op.Cit., pág. 257

52 53
Historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii notas
notas al
al margen
margen

18
Díaz Garcés, Op.Cit. pág. 6. Otro de 24
Laura Malosetti extiende esta hipótesis a 27
Al respecto Gonzalo Leiva, “Producción 39
Ángela Uribe Orrego: “El arte i las
los objetivos de la Sociedad Artística las negociaciones y la actividad económica que pictórica de mujeres ¿posibilidad estética artistas chilenas”, El Taller Ilustrado, 12 de
Femenina planteados en la conferencia, aportaron no solo las mecenas, sino también de género?”, En Arte americano: contextos y febrero de 1886, año i, nº 25
es la de organizar fuerzas para una acción las mujeres artistas en Buenos Aires a fines formas de ver, Terceras Jornadas de Historia 40
El Ferrocarril, 6 de noviembre de 1884
eficaz e independiente frente a la mirada del siglo xix. En, Laura Malosetti, “Una del Arte, pág. 294 41
Thomson, Op.Cit., “En el Salón de 1900”,
paternalista con que el hombre chileno historia de fantasmas. Artistas plásticas de la 28
Eugenio Pereira Salas, Historia del arte del Instantáneas de Luz i Sombra, 18 de noviembre
observa la producción femenina en el arte. generación del 80 en Buenos Aires”, 2001 Chile Republicano, pág. 196 de 1900.
19
Susan Kirkpatrick, Mujer, modernismo y 25
Graham llega a Valparaíso junto a su 29
Vicuña Mackenna, Op.Cit. pág. 439 42
Luis Cousiño, Catálogo del Museo Nacional
vanguardia en España., pág. 13 marido, un capitán de marina, en 1822. 30
“Las señoritas Gutiérrez, osea una familia de Bellas Artes, pág. 89
20
Alberto Goldschmidt, “Semana Plástica”, Desde este punto recorre parte de nuestra de artistas”, El Taller Ilustrado, Santiago, 43
La lista de las alumnas chilenas en la
Revista Zig-Zag, 31 de diciembre de 1943, geografía captando aspectos de la vida pública año i, nº 34, 12 de abril de 1886 Academia Julian durante el periodo suma a
nº 2023, año xxxix, pág. 38 y paisajes del Chile republicano. En tanto, 31
“Las señoritas Gutiérrez, osea una familia tres, entre las que se encuentran Gandarillas
21
Manuel Rodríguez Mendoza, “La Clara Filleul arriba en 1848, destacándose de artistas” (conclusión), El Taller Ilustrado, (1896-99), Matte (1897) y Waricz (1904).
Exposición”, La Época, 8 de noviembre de 1884 como una prominente retratista. Participa, Santiago, año i, nº 35, 19 de abril de 1886 Pero a través de las correspondencias entre los
22
José Miguel Blanco, “Dibujo: Su enseñanza activamente, en las exposiciones desde 1852 32
Carta de Marcial Plaza Ferrán a Manuel artistas chilenos, se tiene conocimiento que
en los Colejios”. En Anales de la Universidad a 1854, atribuyéndosele la culminación de Magallanes Moure, París 5 de agosto Celia Castro también ingresa a la Academia
de Chile. 1880, t. lvii los cuadros del pintor bordalés. de 1901. En Díaz, Op.Cit., pág. 56 durante su estadía en París. Las otras tres
23
Pero debió ocupar un espacio importante, 26
Sobre la actividad de las misioneras francesas 33
Justus, 29 de octubre de 1885 son mencionadas en Ana Paula Cavalcanti
ya que Miguel Luis Amunátegui señala en su en Chile, ver Sol Serrano (Ed.), Vírgenes 34
Pedro Balmaceda en el Salón de Santiago, Simioni: Profissão artista: pintoras e escultoras
texto “Apuntes de lo que han sido las Bellas viajeras: diarios de religiosas en su ruta a Chile, 1837- organizado por la Sociedad «Unión brasileiras entre 1884 e 1922, Apéndice 2.
Artes en Chile” que “por desgracia, habia en el 1874. Es al interior de los conventos donde se Artística» en la Quinta Normal, en 1888. 44
“En el Salón”, La Época, 21 de septiembre
mundo poca intelijencia del arte i un pais en el cual desarrollan identidades femeninas particulares, En: Virginia Vidal, “El Presidente Allende de 1888
pintaban hasta las mujeres i los niños”. Si bien la especialmente a través de la escritura como y su raro valor.”  45
“Galería Montparnasse. Exposición
referencia es a la producción quiteña, no es forma de acceder a la vida intelectual y a la 35
Patricia Mayayo, Historias de las mujeres, Femenina”, Revista de Arte, nº 12, Año ii,
ajena del todo a nuestro país ya que algunos expresión pública. Pero también en relación al historias del arte, pág. 154 1936. pág. 61
de esos mismos talleres se instalaron en Chile, ejercicio de la devoción privada en torno al Niño 36
Balmaceda, Op.Cit. 46
El Estado, en tanto, creará la Comisión
principalmente durante el siglo xix. La cita Jesús y las cuestiones respecto a la maternidad 37
Carta de Juan Francisco González a Permanente de Bellas Artes en 1887 que
de Amunátegui supone que estas mujeres no realizada (la historiadora Olaya Sanfuentes Berta Gartnlaub, 21 de enero de 1905. En tuvo a su cargo la Revista de Bellas Artes, bajo la
contribuyeron activamente en el proceso ha elaborado una serie de tesis sobre los niños Díaz, Op.Cit., pág. 105 supervisión del también crítico, don Vicente
de producción artística, aún cuando su de fanal y la devoción conventual.) Todo ello 38
Isaías Nugent Scot, “A la señorita Grez.
aprendizaje no estuviera del todo normado por mezclado con deberes domésticos como el Aurora Mira (Contemplando su hermoso 47
Anna María Guash, La crítica de arte.
las instituciones oficiales, y que en Ecuador bordado, la elaboración de objetos litúrgicos, cuadro histórico Agripina Metela), El Historia, teoría y praxis, pág. 98. Este fenómeno
merece un reconocido aporte en las manos de la confección de cerámica perfumada y la Taller Ilustrado, Santiago 12 de febrero no corresponde a un hecho exclusivo de
mujeres como Brígida Salas y Eufemia Berrío. producción de dulces. 1886, año i, nº 25 nuestro país. Las críticas realizadas a la poca

54 55
Historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii notas
notas al
al margen
margen

rigurosidad ejercida por nuestros escritores 50


Pedro Zamorano y Claudio Cortés, labor de los estudiantes revolucionarios de 60
Carta de Henriette Petit a Luis Vargas
en torno al arte, es injustificada si se estudia “Antonio Romera: asedio a su trabajo Santiago. Como resultado de los acuerdos, se Rosas, Santiago 10 de enero de 1922. En
el desarrollo de este género periodístico en histórico y crítico”. Revista Universum, nº 18, fundó el “Soviet de Estudiantes” compuesto por Díaz, Op.Cit., pág. 116
el mundo durante todo el siglo xix. Es decir, 2003, pág. 243 los Grupos universitarios “Lux” (Medicina), 61
Revista de Arte, Año II, nº 12, 1936. pág. 61
los escritores chilenos siguieron la tendencia 51
La posición del Consejo de Bellas Artes “Spartacus” (Bellas Artes), “Renovación” 62
Agustín Cannobbio, “La exposición de
generalizada especialmente en París, y que generará las más contundentes detracciones (Leyes), “Rebelión” (Instrucción Secundaria) una artista. Dora Puelma de Fuenzalida”,
conocieron a través de los medios escritos a sobre las políticas del Estado y sobre e “Insurrección” (Comercio). Revista Zig-Zag, 11 de agosto de 1923,
los cuales accedieron. la participación continua de un grupo 55

Será Gazmuri, entonces presidente nº 964, año xix
48
Augusto Thomson, “En el Salón de de pintores y escultores en los Salones del Centro de Bellas Artes de la Escuela, 63
Cita de Rosa Chacel en su ensayo
1900”, Revista Instantáneas de Luz i Sombra, Oficiales, despertando la suspicacia de quien escriba una carta a Juan Emar en “Esquema de los problemas actuales y
28 de octubre. Año i, nº 32 artistas y críticos. 1924, publicada en La Nación, donde prácticos del amor” (1931). En Kirkpatrick,
49
Augusto Thomson, “En el Salón de 1900”, 52
Jean Emar, “Medianoche”, La Nación, manifiesta su descontento por la estructura Op.Cit., pág. 275
Revista Instantáneas de Luz i Sombra, 18 de miércoles 23 de julio de 1924. En Jean Emar: de la Escuela de Bellas Artes, apoyando 64
Esta labor literaria de las artistas, se
noviembre de 1900. Año i, nº 35. En esta Escritos de Arte (1923 – 1925) las proclamas de Emar. Sin embargo, ni el manifestaba ya en el siglo xix con la presencia
misma revista se dedican varios números a los 53
El grupo estaba conformado por Pedro Centro de Estudiantes ni las acciones de de Mary Graham y Clara Álvarez Condarco
pintores, escultores y escritores nacionales – Prado (poeta, pintor y arquitecto), Manuel Spartacus, generarán algún tipo de reforma y en 1900 Luisa Isella participa, también,
ninguna mujer entre ellos–, con textos de Magallanes Moure (poeta, cuentista, pintor), o recambio en el sistema de enseñanza. Al como redactora en pequeñas notas de arte en
Thomson y dibujos de Santiago Pulgar y Juan Francisco González (pintor), Armando respecto, ver Justo Pastor Mellado: “Hernán la revista Instantáneas de Luz i Sombra.
cuya serie se denomina “Los 21”. Entre los Donoso (crítico literario, periodista), Gazmuri: primera víctima (moderna) de la En 1927 Laura Jorquera y Esther Ugarte,
artistas caricaturados, aparecen los escultores Alberto García Guerrero (músico), “universitarización” (conservadora) de la participarán en el texto compilado por
Virginio Arias y Nicanor Plaza y los Alberto Ried (poeta, cuentista, escultor, enseñanza de arte en Chile.” Y Sebastián Sara Guerín a raíz de la celebración del
pintores Juan Francisco González, Alfredo pintor), Acario Cotapos (músico), Augusto Vidal: “Epístolas incontenidas: Un caso de cincuentenario del decreto de Amunátegui,
Valenzuela Puelma y Ernesto Molina, D’Halmar (Augusto Thomson, novelista política estudiantil y enseñanza de las artes” primera publicación que presenta una reseña
algunos de los cuales participan, también, en y cuentista), Alfonso Leng (músico y 56
Jean Emar, “Críticos y Crítica”, La Nación, sistemática de las artistas en Chile. Junto a ellas,
la elaboración de textos de la revista. Durante compositor), Julio Ortíz de Zárate (pintor), martes 4 de diciembre de 1923. En Emar, las pintoras Ana Cortés, Dora Puelma, María
toda la primera mitad del siglo xx esta forma Ernesto A. Guzmán (poeta y ensayista), Op.Cit., pág. 70 Valencia y la escultora Laura Rodig también
popular y democrática del discurso crítico Eduardo Barrios (novelista y dramaturgo) y 57
Ernesto Muñoz (ed.), Matilde Pérez, ejercen la labor literaria en la Revista de Arte de
es asumida por Julio Bozo (Moustache), Julio Bertrand Vidal (arquitecto y pintor). Visiones geométricas, pág. 39. La cita es de la Universidad de Chile y a través de crónicas
que ridiculiza el arte nacional a través de sus 54
Al respecto, ver: La construcción de lo Matilde Pérez sobre las artes plásticas; mientras que la Revista
caricaturas publicadas en la revista Zig-Zag, contemporáneo. La institución moderna del 58
Patricio Lizama (I), “Sara Malvar: una Pro Arte recibe, también, las correspondencias
donde destacan las críticas a los monumentos arte en Chile 1910-1947. Estudios de Arte, intelectual cosmopolita de la vanguardia de Puelma y Marta Colvin desde el año 1949.
públicos, los salones oficiales y las obras Departamento de Teoría de las Artes de la chilena”, Taller de Letras nº 48, págs. 48,49. 65
En: Patricio Lizama (II), Huidobro y la
expuestas por los pintores chilenos asociados Universidad de Chile, Santiago, 2012, pág. 36- 59
Carta de Henriette Petit a Luis Vargas vanguardia de los años 30. Retablo de Literatura
a las nuevas tendencias estéticas. 38. El Grupo Universitario Lux unificaba la Rosas, julio de 1922. Díaz, Op.Cit., pág. 246 Chilena, www.vicentehuidobro.uchile.cl

56 57
Albina Elguín, "Cambios de fortuna" (1888)
Óleo sobre tela, 44 x 54 cm
Museo Nacional de Bellas Artes
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

Clara Filleul, "Retrato de doña Pepita Reyes" María Teresa Gandarillas, "Autorretrato",
Óleo sobre tela sobre cartón, 27 x 20 cm Óleo sobre tela
Museo Nacional de Bellas Artes Colección Particular

60 61
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

Aurora Mira, "Autorretrato", Magdalena Mira, "Bruja conjurando la tempestad"


Óleo sobre tela, Óleo sobre tela, 60 x 95 cm
Colección Particular Colección Particular

62 63
Dolores Vicuña, "Paisaje" (1879)
Óleo sobre tela, 71 x 94 cm
Museo Benjamín Vicuña Mackenna
Luisa Lastarria, “Naturaleza muerta”
Óleo sobre tela, 43 x 53 cm
Museo Nacional de Bellas Artes
Agustina Gutiérrez,
"La Caridad" (1886)
El Taller Ilustrado, 1886
Elisa Berroeta, “Se acabó el hogar”,
reproducción en madera de la obra de Juan Harris
Revista Selecta, 1909.
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) i notas al margen

Jacob Bash, "El Mendigo", Octavia Sey, "Antiguo Testamento",


grabado en madera de la obra de Simón González reproducción en grabado de la obra de Ad. Levy,
Revista Selecta, 1909 Revista Selecta, 1910

72 73
mujeres silenciadas.
historias recuperadas

mujeres
ii

Nuevas genealogías femeninas

Es un hecho innegable que a lo largo del siglo xx existió una


sostenida participación femenina en el arte chileno. Así lo demuestran
los centenares de nombres que aparecen anualmente en los registros de
los salones. Identidades solapadas, ocultas, de cientos de mujeres de las
que obtendremos, efectivamente, solo sus nombres. Referentes como “la
Helena, la pintorcita” o “la Zaidita, siempre revolucionaria y siempre
trabajando”1, dificultan aún más el reconocimiento de las identidades
de estas artistas, constituyéndose, definitivamente, en sujetos ausentes.
Pero la cuestión no es la mera existencia de estas mujeres en la escena
nacional, sino cómo participaron en ella, qué fue registrado de esa
participación y qué estrategias desarrollaron para adherirse al terreno
donde se disputan y negocian los territorios del arte.
En 1902 el Diccionario Biográfico de Pintores incluye a una serie de
mujeres que nos resultan desconocidas hoy en día, y de las que no
hemos encontrado vestigios de sus obras. Entre ellas, Eugenia Boissiere
de Mari, María Cabral, Rosa Figueroa y Sara Valenzuela; las cuales,
sin duda, debieron participar activamente en los salones, pues son
incorporadas por Pedro Lira entre los artistas chilenos vivos en 1901. En
esta época también aparecen Regina Matte, Aída Williams y Josefina
del Pozo, ganadora de una medalla en 1900 y de la cual hemos hablado
en puntos anteriores. Al parecer, Josefina del Pozo está vinculada a
ciertos círculos oficiales que le permiten obtener la medalla, relegando
de los premios a la también pintora y escultora Luisa Isella.

77
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Eucarpio Espinosa, "Lección de pintura" (1901)


Óleo sobre tela, 160 x 120 cm
Colección Particular

Entre los nombres que destacan en la prensa está Alice Price-King,


“la original dama inglesa que coloca su caballete donde quiere”2. Alice
resalta por sus pinturas de paisajes cordilleranos, que la llevaron a recibir
una Mención Honrosa en el Salón de 1918. También se encuentra
María Valencia, que formó parte del grupo que el pintor Juan Francisco
González denominó “chicas con talento”. Un caso particular es el de
Raquel González Méndez, alumna de Nicanor González Méndez, su
padre, y que cuenta con un taller en el cual se forman pintoras como
Adriana Bascuñán Jiménez y Juana Díaz Aburto. El taller de Raquel
debió ser reconocido en el ambiente plástico, ya que es uno de los
reducidos casos en los catálogos de los salones nacionales en el cual
aparece mencionado una mujer como maestra de taller, a la par con
pintores como Juan Francisco González, Ricardo Richon Brunet y Laura Rodig, “Afiche del Primer Congreso
Nacional del Movimiento Pro Emancipación de
Pedro Reszka. La obra “Lección de pintura” (1901) de Eucarpio Espinosa las Mujeres de Chile”, 1937

78 79
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

ilustra, precisamente, esta práctica entre mujeres, que debió ser más María Valencia, junto a otros profesores de la Universidad de Chile, a la
común en Chile de lo que registran los libros. Si bien el caso de Raquel República Socialista en 1932, por cuanto estos valores corresponden a
González Méndez es el único mencionado en los catálogos oficiales en “los postulados fundamentales de todo hombre de arte”4. La misma Ana
estas fechas, otras destacadas pintoras como Procesa Sarmiento, Celia Cortés, quince años más tarde, expondrá en el Grupo Intelectual del
Castro y Ana Cortés, por nombrar solo algunas, también tuvieron sus Partido Radical junto a José Caracci, Isaías Cabezón, Laureano Guevara,
talleres donde impartieron clases de pintura. Armando Lira, entre otros jóvenes pintores y escultores. Tal vez sea en las
Durante todo el siglo xix y principios del xx, las artistas utilizan los sociedades de carácter artístico –como la Sociedad Artística Femenina o
recursos que la sociedad les ofrece para el ejercicio de su profesión, por la Asociación Chilena de Pintores y Escultores– donde algunas instalan
lo que las representaciones femeninas en el espacio social y doméstico se sus postulados sociopolíticos, como Dora Puelma, que señala “quisiera
circunscriben a lo que conceptualmente se define para el rol femenino, tener más tiempo para escribir todo lo que he visto, lo que he vivido en
tal y como hemos visto hasta ahora. Si bien a partir de la época del medio de esta lucha por el arte”5.
Centenario comenzamos a encontrar un corpus consolidado de mujeres Las escritoras y periodistas viven una situación completamente
en el arte, escasamente las veremos participando de estos debates. distinta, ya que para 1910 se han consolidado como directoras de
Asimismo, son muy escasas las mujeres adscritas a movimientos publicaciones, y le dedican algunas notas al medio artístico, como
políticos o sociales, debido a las múltiple barreras que les presentaba Inés Echeverría de Larraín (Iris) en las revistas Familia, La Revista
la sociedad de la época, aunque hay algunas figuras que sobresalen en Azul, Silueta, Zig-Zag y Pacífico Magazine y en los diarios El Mercurio y
este aspecto, como Laura Rodig, miembro del Partido Comunista y del La Nación. Promotora de la emancipación femenina, Iris denunciará en
MEMCH (Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena), al sus escritos los prejuicios erigidos contra el mundo de las escritoras6.
que ingresó junto a Amanda Flores de Perotti. Rodig se relaciona con el Mariana Cox de Stuven (Shade) publica para los diarios El Mercurio, La
movimiento feminista a través de una de las fundadoras del MEMCH, Nación y La Unión interesantes artículos de crítica social, arte y literatura.
la periodista Marta Vergara, y ambas fueron miembros del Socorro Rojo También nos encontramos con algunos epígrafes de Gabriela Mistral,
Internacional mientras se encontraban en Europa, un servicio creado especialmente sobre el trabajo de Rodig y Puyó, y de Marta Brunet en
por el Partido Comunista en 1922 en apoyo a los prisioneros del partido La Hora. Y, finalmente, se destaca la participación de Estela Ross en
durante los conflictos bélicos, que estaba dirigido por las activistas Clara El Diario Ilustrado y de Elvira Santa Cruz o Roxane en Zig-Zag, donde
Zetkin, Elena Stasova y Tina Modotti. Marta Lillo, en tanto, formó escribe anotaciones sobre los salones y exposiciones, especialmente
parte activa de la Mesa Redonda Panamericana de Mujeres; Henriette de producción femenina, entre las que se encuentran Emma Formas,
Petit, influenciada por su marido Vargas Rosas, fue simpatizante del Elmina Moisán, Laura Rodig y María Sanfuentes, a quien considera
Frente Popular y desde Francia apoyó la causa española; María Tupper “una brillante promesa para el arte”7.
colaboró para salvar a familias judías junto a Gabriela Mistral, y Sara Es interesante destacar cómo la exclusión femenina de las instituciones
Malvar se pronunció como opositora al gobierno de Ibáñez. políticas y culturales definirá un rasgo particular en la modernidad
Con excepción de las últimas investigaciones sobre Laura Rodig3, no latinoamericana. La condición de no-ciudadano8 las llevará a construir una
es posible identificar en las obras de estas mujeres una propuesta política ideología universal, desterritorializadora y adscrita, incluso, a pensamientos
ni fuentes que las sitúen en una posición activa al respecto. A nivel antinacionales. Mary Louise Pratt describe en “Repensar la modernidad”
colectivo encontramos la adhesión de Ana Cortés, Amelia Astudillo y la actitud iconoclasta de Iris, guiada por una estratégica Amanda Labarca,

80 81
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

en la que se deviene la singular inconstancia de estas escritoras en torno necesaria para vivificar las artes, según expresa la misma Malvar en La
a los temas de la nación, optando por los sistemas sociales que les Nación, y que implica la búsqueda de nuevas fuentes para el desarrollo
permiten actuar con mayor libertad9, como los referentes de la cultura del arte, denotando lo tardío del progreso artístico en materia de nuevos
europea, o las problemáticas de lo femenino. Es probable que estas ensayos estéticos.
mismas estrategias se presenten, subterráneamente, en la producción Una abstracción soslayada, en tanto, aparece en algunas
de las pintoras y escultoras. Tema que abordaremos más adelante. experimentaciones artísticas durante la década del ’30, especialmente
Sin duda, entre los registros de las artistas debieron quedar cuando estos pintores se encuentran en Europa. Dora Puelma señala
correspondencias que podrían destacar sus opiniones frente al que estas se realizan como ejercicios “de corto aliento”, ya que se trata
desarrollo artístico del país, pero lamentablemente estos testimonios de ensayos sobre “un nuevo alfabeto que aún está inconcluso”12. Pero
se mantienen tan ocultos como sus protagonistas. La publicación en 1933 se realiza la primera exposición de arte abstracto en Chile a
reciente de Wenceslao Díaz, Bohemios en París, rescata una abundante cargo del Grupo de Diciembre, donde participan Gabriela Rivadeneira
correspondencia entre los artistas chilenos que viajaron a Europa. y María Valencia “llena de gracia” (como la llamaría Huidobro), junto
A través de esas cartas accedemos a pocas escrituras femeninas, a los estudiantes de arquitectura Waldo Parraguez y Jaime Dvor.
destacando las pintoras Henriette Petit y Sara Malvar. María Tupper El Grupo de 1933 o Decembristas se constituye en una sociedad de
también mantendrá una extensa correspondencia con intelectuales artistas independientes, ligados a Vicente Huidobro, que plantean la
rusos del círculo del pintor Boris Grigoriev, a los cuales representará necesidad de una ‘puesta al día’ del arte nacional, integrando nuevos
en Chile promoviendo sus ideas filosóficas, de las artes escénicas y de imaginarios para transformar el arte chileno a través de sus condiciones
la historia y la literatura moderna. de producción y recepción. Como un nuevo manifiesto en contra de la
En 1929 sobresale el nombre de Anita Herrera Aguirre de Anguita, figuración y el gusto burgués, Huidobro arremete:
alumna de Juan Francisco González y Julio Fossa Calderón, que
obtiene un reconocimiento en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. “La diferencia que hay entre una Rosa Bonheur y una Gabriela
Esta exposición se caracteriza por fortalecer el regionalismo y contó Rivadeneira consiste en que mientras la primera quita la vida a
con un importante envío femenino, donde aparecen los nombres de algo que tiene vida, la segunda dá (sic) vida a algo que no tiene
Elmina Moisán, quien obtiene medalla de oro, Chela y María Aranís, vida. La primera es una asesina, la segunda, una creadora”13.
Inés Barriga, Marta Cuevas, Dora Puelma y Humberta Zorrilla en
pintura. Mientras que en escultura son enviadas las obras de Lidia La obra “Madera”, presentada por Rivadeneira en la Exposición de
Campusano, Virginia Pérez Peña y Elisa Iribarne10. Diciembre, es una excepción extraordinaria en su época. Marginal en
Hasta la primera mitad del siglo, el ejercicio pictórico en Chile se los relatos de historia, desconocida para la mayoría de nosotros y, sin
desarrollará en torno a la figuración, donde las propuestas de jóvenes embargo, se presenta como un gesto de total rebeldía a la tradición y al
artistas, como Sara Malvar y Henriette Petit en 1925, abren paso a canon. Asociados al constructivismo y cercanos al arte concreto, estos
experimentaciones que tienden a la disolución formal. Sara Malvar jóvenes estudiantes incorporan a la pintura metales, maderas viejas,
expone por primera vez en 1910, y su trabajo post cezaniano y con alambres, cuerdas y latones. “Una cosa es la naturaleza, otra cosa es el
tendencias geométricas la ubica como uno de los “talentos más arte” declaman estos artistas en su catálogo14.
relevantes en esta evolución pictórica”11. Una renovación vanguardista

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En 1938, otra artista –Chela Aranís– expone con su marido, el pintor


surrealista Serge Brignoni, en el Instituto Chileno-Norteamericano.
Ricardo Richon Brunet señala sobre la obra de Brignoni:

“(…) no conozco a nadie aquí que me pueda explicar el


sentido de estas obras, que, indudablemente tienen que ser
juzgadas como muy serias siendo ejecutadas con tanta prolijidad
y cuidado”15.

Las manifestaciones con tendencias al fauvismo francés son las que


mejor se expanden en esta época, ya que opera como el recurso más
efectivo para acercarse a los movimientos de vanguardia, sin afiliarse
totalmente a ellos. También es una estrategia recurrente para la
instrumentalización del paisaje y vínculo factible de relacionar con las
raíces locales. Esta tendencia resurge con la reapertura de la Escuela y la
influencia de su director, Carlos Isamitt.
El color, el paisaje, lo nativo, lo pintoresco es un “estereotipo”, señala
Malvar. El comienzo de una nueva corriente artística se encontraría,
según la artista, en considerar al arte indígena y a la tradición local como
un puente que otorga un matiz a la creación, incorporando los aportes
vanguardistas, pero que no reniega de la cultura de origen16.
La revista francesa Les Nouvelles Littéraires sugería que “el arte oficial
en Chile es un arte de avanzada”17, sin embargo, este “arte de avanzada”
se relacionaba más con los grupos no oficiales y con la difusión que
realizan en el extranjero Emar y Huidobro. Ideas que refuerzan la
aparición de la Academia Libre de Dibujo, Pintura y Composición en
1936, dirigida porn Hernán Gazmuri y auspiciada por el mismo Grupo
del 33, pero cuyos resultados parecen más patentes en la literatura y la
arquitectura que en las artes plásticas, donde fueron relegados por la
Generación del ‘40.
Estos recursos estéticos serán utilizados en las obras de Josefina Cruz
de Hoyl, Amelia Pais de Mc Carthy, Teresa Miranda y María Tupper,
como ejemplos, y en una generación completa a partir de la década del
Gabriela Rivadeneira, "Madera" (1933) ‘40. Tupper fue alumna del pintor ruso Boris Grigoriev en la Academia
Exposición de Diciembre, 1933

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de Bellas Artes, lugar donde llegó a dictar clases a instancias de Isamitt. La configuración de las vanguardias en torno a la geografía urbana,
La amplia correspondencia entre Tupper y su maestro está documentada símbolo de progreso, ponía en evidencia la coyuntura entre centro y
en el Archivo Nacional de Artes y Letras de Moscú. Facilitó a Siquieros periferia. Y mientras pintores como Camilo Mori durante las primeras
su taller ubicado en la calle Rosas, lugar donde el mexicano hizo los décadas del siglo se centraron en espacios urbanos marginales e
bocetos para su mural en Chillán en 1941 y un extraordinario retrato industrializados, mujeres como Olga Morel, alumna de Pablo Burchard
de la pintora. La obra de Tupper se caracteriza por los retratos, algunos en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, ilustraron un
de ellos realizados a Grigoriev, con quien se reencontró en París cuando paisaje fuera del discurso geopolítico al que tendieron los pintores del
viajó becada en 193418. Pero el corpus más importante de la autora se xix, una demarcación de territorios en espacios no-urbanos, un paisaje
centra en los retratos femeninos, destacando aquellos realizados a las íntimo, de rincones a veces disociados de la urbe: ventanas de un hogar,
mujeres de su familia, su entorno cercano, a las campesinas y, también, retazos de naturaleza, quitasoles a la vuelta de la esquina. “Su dominio
la constante del paisaje. de la visión paisista hará de Olga Morel una de nuestras mejores pupilas
El arte de orden naturalista, como lo define Ricardo Richon Brunet para captar la naturaleza”22, señala Antonio Romera en la exposición
en 1939, resulta favorable para el desarrollo de las tendencias pictóricas que realiza junto a Aída Poblete en la Sala Banco de Chile en 1942. En
que devienen en el paisaje. Una tradición pictórica que proviene de las 1947, Carlos Acuña señala que Morel “se ha fortalecido con el conjunto
demandas de nuevas clases políticas en ascenso y que se traduce, a su vez, de la naturaleza que ha hecho un edén de la vecindad de aquel estuario
en la Escuela de Bellas Artes y sus directores. Es esta tendencia la que se histórico inspirador de sus cuadros”23.
reclamará, continuamente, a los pintores por la “falta de contenido” que lleva La “pasión ‘yoista’” de las obras de Morel24 remite a la creación de
a la utilización de los mismos recursos técnicos y “mismas concepciones mundos y perspectivas de expresión femenina que compartirá con pintoras
de colorido” que reflejan una insustancialidad en la producción pictórica19. como Maruja Pinedo, Matilde Pérez y Ximena Cristi, donde el color
Una pragmática del paisaje post cezaniano –como señala Justo Pastor será el principal medio expresivo. Es en este punto donde, nuevamente,
Mellado– que se inicia en la primera década del siglo xx y que pervive encontramos la práctica de la diferencia. En tanto estas temáticas son
en la Generación del ’40, donde se “fortalece más aún la resistencia a la evaluadas por la crítica de arte desde las soluciones meramente plásticas
mirada sobre el modernismo”20. cuando se trata de obras desarrolladas por los varones, se vincula a la
Influenciados por las enseñanzas de André Lothe –taller al cual sensibilidad cuando se trata de las mujeres, prolongando la asociación del
acuden varias de las artistas en París– y su Tratado del paisaje de 1939 color a una inmutable tradición femenina25.
(traducido al español en 1943 por Julio Payró), esta generación se acercó Ximena Cristi ingresó a la Escuela de Bellas Artes en 1938, y fue
a nuevos postulados modernos que motivaron el reencuentro con el pensionada a Italia en 1949, donde estudió en la Academia de Arte
género del paisaje y sus posibilidades expresivas. Este significativo hecho de Roma. Un año después, logró el segundo premio en el I Salón
permitió a las mujeres insertarse en el circuito de la llamada Generación Hispanoamericano de Pintura desarrollado en España. Pese a sus
del ’40, a diferencia de lo que ocurría, por ejemplo, en Nueva York, donde logros, la crítica de arte pondrá de manifiesto, insistentemente, las
la irrupción del expresionismo abstracto como estilo dominante en el inestabilidades de esta generación. Cristi “se halla en estado de crisis
mundo de las vanguardias arrojó “a la marginalidad” a las artistas que respecto a concepto plástico”, escribe Goldschmidt. Lo mismo aduce
desarrollaban estilos considerados para entonces, pasados de moda o sobre la obra de Matilde Pérez y de los jóvenes pintores del ‘40, donde
conservadores21. se observa una “fácil y postiza afición plástica”26. Ambas artistas, junto

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a Aída Poblete y los pintores Sergio Montecino y Ramón Vergara, 1939, Marta Brunet escribe en La Hora de Santiago, “la Escuela de Bellas
formarán en 1953 el Grupo de los Cinco, antecedente de lo que dos años Artes languidece”28, haciendo énfasis en el auge de la Escuela de Artes
más tarde sería el Grupo Rectángulo. Aplicadas. En el salón del mismo año, se señala también que “las Artes
De esta misma generación proviene Ana Cortés Jullian, también Aplicadas han ido significando para el Salón Oficial de Bellas Artes
alumna del taller de André Lothe. Prontamente la artista incurrirá en un valioso aporte”29. Desde 1928, fecha en que se reconoce la Escuela
los caminos de la abstracción, el que abandona para retomar los géneros de Artes Aplicadas, el Salón Oficial examina el mérito de sus artistas
de las naturalezas muertas. Ana Cortés será la primera mujer en ser premiándolos en las categorías de Artes Decorativas. Sobresalen con
asignada profesora de la Escuela de Bellas Artes y de la Escuela de Artes medalla Inés Puyó y Ana Cortés, esta última por un afiche presentado al
Aplicadas en 1930. La labor docente de estas artistas en la Academia concurso para su propaganda, medio en el que la artista se especializaría
y en la Escuela de Bellas Artes tiene como una de sus protagonistas como docente, algunos años después. En el evento logran menciones
fundacionales a Agustina Gutiérrez, que había sido comisionada para el honrosas Filomena Aranda y Blanca Gambia por sus trabajos aplicados
cargo de profesora de dibujo a fines del siglo xix. Mientras que Rebeca en tapicería. Contrariamente a los postulados de Ramírez, un pequeño
Matte es nombrada Profesora Honoraria de la Academia de Bellas Artes número de los pensionados por Ibáñez se incorporan a la docencia en
de Florencia en el año 1918, distinción concedida por primera vez a un la Escuela de Artes Aplicadas, asumiendo estos cargos un importante
extranjero y a una mujer. Luisa Isella figura, también, como la única grupo de profesores extranjeros. Ya en la sección de Arte Aplicado de
mujer nombrada profesora en 1922 en la Academia Nacional de Bellas la Escuela de Bellas Artes había sido contratada María Kociva para el
Artes de Argentina y de la Escuela de Artes Decorativas. Pese a la escasa taller de tejidos, que incluía tapices y gobelinos. Kociva provenía de la
aunque significativa presencia de mujeres en estos cargos, poco a poco Escuela de Artes Aplicadas de Lodz y había sido premiada con medalla
se irán incorporando otras artistas como Laura Rodig, Marta Colvin, de oro en París por su tapicería30. Las chilenas Ana Cortés, Amelia
Berta Herrera, Aída Poblete, Lily Garafulic y Ximena Cristi, quienes Astudillo y María Valencia también aparecen como profesoras de la
ejercerán la docencia universitaria. En la Escuela de Artes Aplicadas Escuela, y ya para 1950 se incorpora un importante número de mujeres
encontraremos a María Fuentealba y Alicia Blanche en el curso de en la planta docente.
escultura, Ana Cortés en affiche, Nora Pizzi en composición, Milagros La mayoría de estas artistas, pintoras y escultoras, son seleccionadas
Veloso en pequeña plástica y Emilia Guevara en juguetería27. En algunos para las exposición Chilean Contemporary Art Exhibition del Toledo
casos, estas artistas se incorporarán a la educación primaria, como Mireya Museum of Art en 1941, que marca una importante diferencia en cuanto
Lafuente, una joven profesora de dibujo, que destaca en este periodo por a promoción del arte chileno, esta vez orientado hacia el mercado
su producción de carácter ingenuo. Colaboradora y amiga de Gabriela norteamericano. En ella se repiten los nombres de Laura Rodig, Dora
Mistral, Lafuente es enviada a Europa en misión cultural por el gobierno Puelma e Inés Puyó, entre otras, conformando un grupo de trece artistas
en 1941 e invitada por el gobierno de México en 1944. Al igual que Rodig, participantes, en su mayoría definidas por su “temperamento vigoroso”31.
del círculo de Mistral, ejerce la docencia en escuelas primarias, revelando Y también serán convocadas a la I Bienal Do Museu de Arte Moderna de
una vocación que se repetirá en Judith Alpi y Amanda Flores, entre otras Sao Paulo en 1951, que promoverá su labor a nivel latinoamericano, pero
que abordaron silenciosamente su vocación por la enseñanza. bajo el alero de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile.
Pero la continuidad de una pintura informalista y de la incesante A este listado de mujeres productoras se suma el Grupo de Estudiantes
reproducción del paisaje, termina por agotar al medio artístico. El año Plásticos de la Universidad de Chile, que agrupa a otros tantos artistas

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Ana Cortés, “Composición”
Óleo sobre tela, 119 x 143 cm
Colección Particular
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que experimentan nuevos materiales y gestos pictóricos. Creado en 1946


por alumnos de la universidad descontentos con la formación oficial, el
GEP plantea una nueva estrategia de renovación visual, confirmada por
diversas actividades que se desarrollan entre 1948 y 1950, que entregan
la posibilidad de acceder directamente a las obras originales del arte
contemporáneo internacional. Esto permite una diversificación de la
mirada plástica, que se contrapone con la enseñanza y la divulgación de
obra hasta ese momento desarrollada en Chile. Entre las mujeres que
componen el grupo, se encuentran Gracia Barrios, Carmen Silva, Juana
Lecaros y Roser Brú32.
Pero ¿qué pasa con la escultura en estos mismos periodos? ¿Enfrentan
las escultoras el mismo proceso que las pintoras? Resulta curioso que en
torno a esta disciplina, y contrario a lo que se ha desarrollado en la teoría, la
prensa la destacara bajo los apelativos de “modernista”, “contemporánea”
u “originales”, en una perspectiva que recoge la reestructuración del
academicismo clásico, apenas perceptible, pero en el cual se inicia una
estilización de la forma, juegos sutiles en la concepción de los espacios,
del movimiento, temática y desarrollo de géneros.

Derfilia Cárdenas, “Afiche juguetes en género”


Revista de Arte, 1937

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Manos viriles
“(…) la artista debía trepar por una escalerilla para modelar las
En el tiempo transcurrido desde la apertura de la Academia hasta el figuras. Tuvo por cierto que renunciar a las faldas, y que vestirse
cierre de la Escuela de Bellas Artes, la escultura presenta una producción de muchacho, por los rápidos movimientos que debía hacer, para
reducida si se le compara con la pintura. Los mismos escultores harán trabajar con sus manos en la materia plástica y sorprender en
públicos reclamos sobre las malas condiciones en las que se encuentran seguida a distancia conveniente, el efecto de su obra”35.
los artistas a la hora de exhibir sus trabajos o lo costoso que resulta
enviar las obras desde Europa, donde realizan sus estadías. En 1905, la Resulta interesante cómo el “quitarse las faldas” es sinónimo de “vestirse
revista Zig-Zag lamenta la languidez de la escultura chilena: de muchacho”, medio que muchas artistas deben utilizar para movilizarse
en sus tareas productivas o bien, para acceder a espacios vedados para las
“(…) acaso porque el encanto mismo de la Naturaleza que nos mujeres. Inmediatamente, sin embargo, Iris recalca, “la vimos trabajar con
rodea atrae a los artistas y les impulsa hácia (sic) la interpretación ardor infatigable y recuerdo este rasgo de la encantadora feminidad”36. Es
del paisaje, siempre rico de luz y colorido. Ello es que por cada decir, se ‘masculinizan’ para la ejecución de las obras, pero no por ello se
escultor tenemos diez o más pintores de talento”33. contradicen con su sexo, sino más bien se adaptan a un medio y un oficio
que requiere de ajustar las prácticas, hasta ahora, definidas a su género.
Y si Agustina Gutiérrez se reconoce como la primera pintora en El discurso de Díaz Garcés en la Sociedad Artística Femenina invita
ingresar a la Academia, es Lucrecia Cáceres la primera mujer identificada a las artistas a renunciar a las actitudes irreverentes, reforzando que:
como escultora en Chile, alrededor de 1880. José Miguel Blanco señala
que se trata de una talentosa joven con un “coraje poco común en su sexo”, “(…) la mujer artista, de cualquier escuela que sea, no necesitará
que ha tomado la escultura “como una profesión para vivir”34. hacer alarde de masculinidad en su traje, de indiferencia religiosa
Rescatamos la frase “coraje poco común en su sexo” para denominar o moral en las costumbres, no renegará que reza el rosario ni de
el oficio de escultora, porque se repetirá en los relatos referidos a Rebeca los niños que corren por la casa gritando y distrayendo más de lo
Matte, Luisa Isella, Laura Rodig y Lily Garafulic. Y, efectivamente, conveniente, ni se creerá autorizada, so pretexto de investigación o
fueron pocas las mujeres que ejercieron la escultura como especialización excitación artística, para leer libros que el honor impide aceptar”37.
artística, y debieron enfrentar muchos obstáculos, especialmente en el
escenario de los monumentos públicos. Dentro de los nombres que asoman Esto se transforma en un tema de interés a la hora de analizar el
en los salones nacionales en las dos primeras décadas del siglo xx están la cuerpo como ámbito de percepción y como espacio de producción
argentina (María) Luisa Isella, Lidia Berroeta, Octavia Sei, Emma Díaz, ideológica. En el caso de las escultoras, masculinizadas por su oficio,
Luisa Graf Marín, María Soto y Teresa Valencia, también pintora. podemos ver una intención recurrente de resaltar su femineidad. En las
Matte es una de las más prolíferas escultoras de nuestro país, y quien fotografías de las autoras, las vemos siempre asombrosamente bellas,
más monumentos públicos ostenta en las ciudades europeas. La escritora con labios profusamente pintados, en poses que refuerzan su condición
Inés Echeverría (Iris), relata su visita de 1913 en Florencia al taller de genérica. Se trata de una frontera entre el exterior y el interior de estas
Rebeca Matte, cuando se encontraba trabajando la emblemática “Alegoría artistas, un foco de la identidad personal del cuerpo en el complejo
de la Guerra para el Palacio de la Paz”, y en la cual: proceso de transferencias de sus significados sociales.

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Contemporánea a la producción de Matte se encuentra Luisa Isella


Solari. Pintora y escultora argentina, hija del inmigrante italiano Carlos
Isella, Luisa se radica con su familia en Italia donde estudia con los
maestros europeos, entre los que se cuenta Paolo Sala, pintor de paisajes
y marinas. Don Carlos Isella pronto es contratado para la industria
minera en Chile, trasladándose con su familia a Copiapó.
En nuestro país, Luisa Isella ingresa a la Academia de Bellas Artes y
en el Salón de 1900 se la describe como una joven que “ha demostrado
(…) el más brillante progreso entre todos los exponentes de este año”,
entre los que se encontraban destacados artistas como Alfredo Helsby y
Joaquín Fabres38. Isella es rescatada por una crítica no oficial, liderada por
un joven Augusto Goemine Thomson y en la cual se produce una especie
de ‘integración marginal’. Es decir, mientras es incorporada a un circuito
de validación de su presencia en escena, al mismo tiempo, se la margina
del sistema de circulación de su obra. Dicho de otro modo, se produce
una suerte de ficción de homogeneidad, que deja en evidencia el criterio
político que define toda decisión de inclusión-exclusión.
Isella es una de las primeras mujeres fotografiadas en su taller de
pintura en 1900 por la revista Instantáneas de Luz i Sombra, donde aparece
identificada en su labor de retratista. Asociada a la fotografía encontramos
el relato de Thomson sobre la Exposición Nacional, en abierta oposición
a la tradición y a su mayor representante, Pedro Lira, al establecer que
para destacarse como crítico de arte basta “haberse leido saltadita La
filosofía del arte, de Taine” traducida por Lira en 186939. También critica la
marginación de Isella en los premios oficiales, por “circunstancias que no
queremos citar aquí”, pero se deduce que se trata de enfrentamientos y
decisiones políticas en la organización de estos concursos40.
Iniciándose como pintora, la primera aparición de Isella se realiza en
el Salón de 1898, donde sus obras “fueron silenciosamente apreciadas por
los que adivinaban en ella á la artista de verdadero sentimiento y gusto
(sic)”41. Abordando la escultura, Isella estudia bajo la guía de Simón
González y Virginio Arias, presentándose al Salón de 1905, obteniendo
el primer premio, y en 1907 comparece con su maestro Simón González,
María Luisa Isella, “Antes del baño” (1909)
“lo que es mucho decir”, alcanzando la segunda medalla42. Revista Selecta, 1909

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“La señorita Luisa Isella en su Taller”
Instantáneas de Luz y Sombra, 1900
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

“La señora Mounier retocando un busto” Laura Mounier de Saridakis, "Emblema" (1910)
Revista Selecta, 1912 Exposición Internacional de Bellas Artes, 1910

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Manuel Rodríguez Mendoza, entonces miembro permanente del


Consejo de Bellas Artes, intercede para que sea pensionada por el
gobierno argentino, ya que su condición de extranjera le impide obtener
este beneficio en Chile. De esta manera, veinte días después de su primera
mención en la revista Zig-Zag, se señala que tras su estadía en Europa, Isella
alcanza grandes logros, siendo admitida en el Salón Oficial de París43, y
obteniendo una Mención Honrosa en 1907 en la famosa Société des Artistes
Francais. “Esta distinción es un triunfo que augura a Ud. un brillante
porvenir artistico, tal como yo lo he creido siempre”, le escribe el mismo
Manuel44. Las noticias que llegan a París sobre los salones nacionales y Laura Mounier de Saridakis
las disputas entre los artistas Lira y Arias, sus antiguos maestros, le son "Niña chilena" (1909)
Revista Selecta, 1912
conferidas a través de su padre. “No hay que mirar atrás, sigue Luisa con
fe y constancia y obtendrás éxito”, le sugiere al cerrar su carta45. Pedro Lira
En 1909 obtiene una nueva mención de honor en el Salón de París "Aurora camino a misa" (ca. 1910)
Óleo sobre tela, 178 x 80 cm
con su “Adolescente bebiendo de una fuente”. Es en la capital francesa Colección Particular  
donde Laura visita los talleres de Rodin, Bourdelle y Félix Coutan,
aunque se recluta, finalmente, en el taller del escultor Engelbert. En 1912
renueva su beca en Francia para retornar a Buenos Aires en 1916, donde localizada en Vicuña Mackenna, fue centro de “muchos artistas y muchos
aparece frecuentemente mencionada en los periódicos por su labor como literatos”, de los cuales “reciben el choque de ideas y las novedades de todos
escultora. En Chile, la labor de Isella es difundida en los medios escritos los círculos”47. Sin embargo, la escultora es juzgada muy severamente
en los que figura Thomson, como las ya mencionadas Instantáneas de Luz por sus contemporáneos, ya que “parece no perdonársele que esculpa y
i Sombra y Revista Selecta, y la revista Zig-Zag, donde es señalada en notas con talento, y se procura por todos los medios apagar los chispazos de
monográficas. Además, es incorporada en los salones nacionales y su inspiración que salen de aquel taller recogido como una cripta”48.
nombre aparece en los archivos de la Academia, pero su obra permanece En 1900, Laura Mounier obsequia al Museo Nacional de Bellas Artes
oculta. La ausencia de obra será uno de los mayores detonantes para la la escultura de mármol “La forma desprendiéndose de la materia”, del
invisibilidad de estas mujeres. escultor Gustave Frederich. En 1909, volvemos a tener noticias de ella
Durante el primer decenio del siglo encontraremos la figura de otra cuando proyecta una escultura en barro de más de un metro de altura para
extranjera, Laura Mounier de Saridakis, escultora francesa residente el arzobispo Mariano Casanova. La obra lleva por título “Niña Chilena”
en Chile, premiada en los salones de París y Santiago y comisionada y representa a una joven cubierta con el manto religioso que caracterizan
por el Consejo Superior de Letras y Música para grabar la medalla del las fotografías difundidas en la época llamadas “Las Flores de Chile”49.
certamen de 1912. Laura se había casado en 1877, a los 18 años, con un Una obra similar fue realizada por Pedro Lira, presentando pequeñas
prolífero empresario residente, por ese entonces, en Iquique, el español diferencias, como el broche del manto que cubre a la joven que asiste a
Matías Granja Rafel46. A la muerte de Matías, contrajo matrimonio con misa y la inclusión de una pelliza de piel sobre el brazo50.
el diplomático griego Juan Saridakis. La casa del matrimonio Saridakis,

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La constante alusión a la dama enmantada tiene sus orígenes a fines Y es que estas mujeres también accedieron a escuelas de formación
del siglo xviii. María de la Luz Hurtado reconoce en el uso del manto moderna, como la Academia Grande Chaumière y la Académie Julian de
la posibilidad performática de ocultar y descubrir, como un saber París, los talleres de Constantin Brancusi, Despiaux, Maillol y Rival,
incorporado en la política del cuerpo femenino51. Será el rostro de la entre otros. Y son compañeras y alumnas de escultores chilenos que
mujer cubierta por el manto negro el que se constituirá en uno de los rompen con los cánones establecidos por la Academia, a diferencia de lo
emblemas de la chilenidad durante el Centenario. La escultura “Niña que ocurre con la pintura hasta 1950.
Chilena” es publicada en 1909 en Zig-Zag y en 1912 en la Revista Selecta. Por más de tres décadas, la enseñanza de la escultura estuvo influenciada
En 1910, Laura es premiada con una medalla en la Exposición Artística por los maestros chilenos Virginio Arias y Simón González, pero el cierre
con la obra “Emblema”, que retoma la figura de la joven cubierta por el de la Escuela permitió que los escultores se conectaran con las influencias
manto, apoyada sobre un cóndor. Una fotografía de la autora ejecutando europeas. Cuando se reabre en 1930 y se crea la Facultad de Bellas Artes
esta obra será publicada en 1912. En tanto, entre la producción artística de la Universidad de Chile, se incorporan a su cuerpo docente los artistas
de Lira se han encontrado referentes iconográficos similares en la obra enviados por Ibáñez a Francia y Alemania. Todos ellos cercanos al escultor
“Dama de la época”. Ante estos antecedentes, cabe investigar la forma en francés Bourdelle, quizás uno de los maestros franceses más influyentes
que la transferencia de la imagen opera en estos círculos sociales, más en la escultura chilena a partir del segundo tercio del siglo xx54. Diez años
allá de las diferencias de género. después, Lorenzo Domínguez recalca la persistencia de este grupo, “que
Es interesante cómo la figura de las escultoras durante este periodo está efectuando una labor colectiva intensa y tenaz” e insta a la Facultad
aparece señalada en su individualidad, en páginas monográficas y reseñas de Bellas Artes a fomentar su organización, ya que a su alero se “está
de sus talleres, a diferencia de las pintoras, que emergen asociadas en formando también un núcleo joven y más numeroso de artistas”55. De este
bloque a la categoría de ‘arte femenino’. Pareciera instalarse la idea que las grupo saldrán los nombres de las escultoras Marta Colvin y Lily Garafulic.
mujeres que ejercen este oficio resaltan no solo por su talento, sino también La historia de Marta Colvin se inicia tardíamente en el llamado Grupo
por su particular carácter, lo que les permite situarse mejor en el mundo Tanagra, un colectivo creado en Chillán en 1929, que ha sido calificado
masculino, obedeciendo a los modos de adaptabilidad que asumen para como un grupo “de aficionadas dueñas de casa”, pero cuya finalidad fue
involucrarse en los procesos productivos. El mismo Blanco señala cómo en reunir a los artistas de la zona. En Santiago, se forma en la Escuela de
el Barrio Latino de París los artistas chilenos han “tratado familiarmente Bellas Artes con Julio Antonio Vásquez, mientras que en Francia estudia
a más de una de esas mujeres varoniles, que no les arredra el polvo del en la Academia Grande Chaumière. En ella, tanto Colvin como Garafulic son
mármol, cuando con brazo robusto devastan sus estatuas”52. alumnas de Bourdelle y de Saskine entre 1938 y 1948. Pero es la influencia
Nuevamente vemos cómo son descritas sobre la base de características de Henry Moore la que la introdujo en nuevos círculos artísticos y en los
masculinas para justificar su presencia en escena. Sin embargo, el mismo conceptos contemporáneos de la escultura, la motiva a conectarse con las
Blanco reconoce que: raíces americanas y la insta perfeccionarse en la Slade School de Londres.
Ganadora de la Beca Guggenheim en Nueva York, Lily Garafulic, en tanto,
“Al salir de Santiago, ni siquiera nos imajinábamos que la mujer toma contacto con el pintor chileno Roberto Matta y los exiliados de la École
fuera tan competente como el hombre, puesto que hasta entónces de París. Hija de padres croatas, Garafulic nace en Antofagasta, trasladándose
no la habíamos visto emprender esas obras, y aun, que llegara a a Santiago en 1919. Desde 1936 obtiene numerosos reconocimientos en
disputarle a éste la palma en el vasto campo del arte (sic)”53. los certámenes de Santiago, Viña del Mar y Valparaíso. Como docente en

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

la Escuela de Bellas Artes, formará a escultores como Raúl Valdivieso, NOTAS


Sergio Castillo, Matías Vial y Francisco Gazitúa. Figura sobresaliente en
la escena nacional, Garafulic expone tempranamente en forma individual 1
Carta de Salvador Reyes a José Perotti, 6
Sobre el aporte de Inés Echeverría, ver
en 1944 en el Instituto Chileno-Británico de Cultura, uno de los espacios Santiago 11 de agosto de 1920. Díaz, Bernardo Subercaseaux, Historia de las
que promueve las más interesantes exposiciones internacionales en la década Op.Cit., pág. 154 ideas y de la cultura en Chile. Tomo iii: El
de los ‘40 y ‘50. Ya en 1924, Laura Rodig había expuesto individualmente 2
“El Salón Anual”, Revista Zig-Zag, 4 de centenario y las vanguardias, págs. 87-89
en la Galería Arte y en 1930 en el Salón del Trocadero, ambos espacios diciembre de 1920, nº 820, año xvi, pág. 47. 7
Roxane, “El Salón”, Revista Zig Zag,
localizados en España. La cita continua señalando que la artista Noviembre 1916
En 1945, la escultora María Fuentealba lo hace en la Karl Nierendorf también “trabaja para los huérfanos de la guerra, 8
Recordemos que en 1935 se otorga la
Gallery de Nueva York, un logro para una mujer y una latinoamericana, pues donde perdió a toda su familia”. posibilidad de votación femenina en las
los registros indican que la mayoría de las galerías de arte norteamericanas Otros nombres que aparecen mencionados elecciones municipales y recién en 1949
de la época optan por favorecer y difundir a los jóvenes artistas masculinos en los periódicos de la época son: Elisa se les concede el derecho a voto en las
por sobre las manifestaciones femeninas56. Berroeta, Miriam Sanfuentes, Carolina elecciones presidenciales y parlamentarias,
Escultoras del siglo xx son Tegualda Allende Ponce, María Bellet, Lidia Orrego o Carlina Rossi de Orrego, alumna lo que se concreta en 1952.
Campusano, Berta Herrera, Nina Anguita, Berta Gauché, que destaca en de Mochi, así como Estela Ross, Ximena 9
Mary Louise Pratt: “Repensar la
el Salón de 1919 por su obra “El desengaño”, Berta Molinari Tapia, Marta Morla, Blanca Wilson de Doren, Humberta modernidad”, Espiral, Estudios sobre
Lillo, Hansi Müller, Virginia Pérez Peña y María Villanueva, entre tantas Zorrila y Raquel Armanet Besa y Chela Lira, Estado y Sociedad, Vol. V, nº 15, mayo/
otras que asoman en los registros de los catálogos. alumna de Celia Castro. agosto 1999. Págs. 47-72
Un interesante grupo de escultoras, alumnas de Emilio Hochkoppler, 3
Macarena Pérez y María José Toro 10
En la exposición, Arturo Gordon y
desarrollan su labor en torno a las Artes Aplicadas, mientras que en la Escuela han realizado, recientemente, interesantes Laureano Guevara, obtienen el Primer
de Bellas Artes de Viña del Mar, se distinguen Alicia Carmona, Carmen investigaciones sobre la artista, descubriendo Premio y Medalla de Oro, respectivamente.
Basulto, María Isabel Raveau y Cecilia Bañados. Y la lista suma y sigue con los nuevos documentos sobre su vida. Las 11
“Exposición de arte libre. Creacionistas,
nombres de pintoras y escultoras que aportaron al desarrollo del arte en Chile57. memorias de Marta Vergara en París relatan cubistas, independientes”, Revista Zig-Zag,
Donde parecía que no existían más que algunos ejemplos, se expande también las “aventuras” políticas llevadas a cabo 13 de junio de 1925, nº 1060, año xxi
una pléyade de artistas que irrumpen cotidianamente en la escena de junto a Rodig, con la cual comparte no solo el 12
Arratia, Op.Cit., “Con la pintora
las artes plásticas nacionales. Rara vez estas mujeres se inscribieron a hogar, sino también periodos de reclusión. Dora Puelma”. Luis Vargas Rosas habría
movimientos sociales o expresaron una ideología política. Se vincularon o 4
El Mercurio, Santiago 8 de junio de 1932. realizado su exposición de arte abstracto
rechazaron los cánones académicos; frecuentaron los ambientes bohemios Firman: José Perotti, Jorge Caballero, Julio en la Universidad de Chile en los primeros
y disfrutaron de una libertad poco usual a su sexo. Estas mujeres aportaron A. Vásquez, Marcos Bontá, Armando Lira, años de la década de 1940, considerándose
a la construcción artística de nuestro país y ocuparon un sitio importante José Caracci, Abelardo Bustamante Paschin, la primera exposición de esta naturaleza
en las publicaciones periódicas relativas a la crítica de arte. José Moleón, Lorenzo Domínguez, Amelia por los historiadores. Claramente, se han
Las relaciones de viaje que establecieron estas artistas, el contexto social Astudillo, María Valencia, Ana Cortés. obviado los antecedentes del Grupo de
en el que desarrollaron sus obras, los grupos en los que se encontraron 5
Olga Arratia, “Con la pintora Dora Diciembre. La abstracción geométrica
asociadas, entre otros factores, permitió el desarrollo y promoción de su arte. Puelma”, Revista En Viaje, julio de 1961, nº 333. será abordada, posteriormente, por el

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Grupo Rectángulo cuyos antecedentes se 22


Antonio Romera, “De esta Exposición”, 30
Castillo, Op.Cit., 209 E. Lobo Parga, Eduardo Martínez Bonati,
encuentran en la exposición que realiza un El Mercurio, 1942. En “Olga Morel”, Catálogo 31
El listado de artistas corresponde al Gustavo Martínez, Armando Martínez
grupo de jóvenes pintores en el Círculo de de Exposición de óleos, Museo de Arte siguiente: Laura Rodig, que presentó las Velardi, Jorge Martínez, Clarence Mundy,
Periodistas de Santiago en 1953. En el grupo Contemporáneo, diciembre 1979. obras “Mireya”; Inés Puyó, con “Rita”, una Guillermo Orrego, Joaquín Parra, Eduardo
se encontraban Sergio Poblete y Ramón 23
Carlos Acuña, “De esta Exposición”, La naturaleza muerta y flores; Dora Puelma Pino, Carlos Ruiz Rojas, Juan Pedro Rojas,
Vergara, sus fundadores en 1955, y estaba Nación, 1947. En “Olga Morel”, Catálogo y una maternidad, Aída Poblete –todavía James Smith Rodríguez, y Reinaldo
integrado por Matilde Pérez, Ximena de Exposición de óleos, Museo de Arte alumna de la Escuela de Bellas Artes– Villaseñor, además de un considerable
Cristi, Elsa Bolívar, Maruja Pinedo, Aída Contemporáneo, diciembre 1979. con otra naturaleza muerta y una figura; grupo de mujeres.
Poblete y Uwe Grumann. 24
Ibid. Henriette Petit, con “La niña Rosa” y “El 33
“El Salón de Bellas Artes”, Revista Zig Zag,
13
Vicente Huidobro, “Exposición de 25
Chadwick, Op.Cit. Pág. 298 modelo”; Berta Molinari con una serie de noviembre de 1905, nº 42. Firma, Hermano
Diciembre”, 19 al 31 de diciembre de 1933, 26
Alberto Goldschmidt, “Salón Oficial naturalezas muertas; Mireya Lafuente, un Gris
pág. 4 de 1947”. Revista Zig-Zag, 24 de octubre de “Campo chileno”; Lily Garafulic, con una 34
Blanco, Op.Cit.
14
Waldo Parraguez publicará en 1935, una 1947, pág. 17 serie de siete retratos; Graciela Fuenzalida, 35
Iris. “Rebeca Matte de Iñiguez, una gran
serie de esquemas que ilustran el concepto de la Junto a ellas, Nora Esterovic, Eliana dos dibujos; María Fontecilla, una naturaleza artista chilena”, La Nación, 29 de octubre de
plástica moderna en la revista ARQuitectura. Banderet, Beatriz Danitz Rodríguez, muerta; Beatriz Danitz, la única formada 1926.
15
Ricardo Richon Brunet, “Exposición Rebeca Lourie de Mayanz (de origen ruso), fuera de la Escuela, con “Gatos”, “Focas en 36
Ibid
Brignoni- Aranís”, Revista de Arte, año iv, Berta Smith Langley, Dinora Doudchitzky descanso” y “Retrato”; Victoria Cox, con un 37
Díaz Garcés, Op.Cit. pág. 4
nº 19-20, 1938, pág. 46 (una ucraniana que llega a Chile en “Desnudo”; y finalmente, Ana Cortés, con 38
Thomson, Op. Cit, “En el Salón de
16
Lizama (I), Op.Cit., pág. 56 1939 y nacionalizada chilena diez años flores, maternidades y otras figuras. 1900”, Instantáneas de Luz i Sombra, 18 de
17
Muñoz, Op.Cit. pág. 35 después), Amelia Pais de Mc Carthy y Ana 32
El Grupo está compuesto por varios noviembre de 1900.
18
Patricio Tupper: “Rusia y Chile unidos Zmirak, quien se especializa en fotografía estudiantes, además se encontraban 39
Ibid.
por dos artistas”, Rusia Siglo xxi, Revista de posteriormente, entre otros nombres, Josefina Araya Guerrero, Sonja Bahanovic, 40
Es interesante el contexto en el cual
la Embajada de la Federación de Rusia en continúan el ciclo de artistas presentes en la Elsa Bolívar, Enriqueta Bravo, Inés Délano, aparece esta fotografía en la Revista,
Chile, nº 7, junio 2009, pág. 17. Agradezco primera mitad del siglo. Adriana Druví, Amanda Jara, Violeta asociada a la nota sobre el Salón de 1900
a Rafael Edwards, nieto de María Tupper, 27
Sobre la Escuela de Artes Aplicadas, ver Muñoz, Gaby Ratinoff, Marcela Salgado, que acusa la marginación de Isella de los
por la gran disposición a colaborar con Eduardo Castillo (ED), Artesanos, Artistas, Marta Sánchez, Eliana Valenzuela, Raquel premios otorgados en la sección de pintura.
información sobre la artista y el acceso a las Artífices. La Escuela de Artes Aplicadas de la Vera y Louisette Vuillenim. Entre los La imagen se interpreta como un apoyo de
fotografías de las obras que permanecen en Universidad de Chile 1928-1968, pág. 173 hombres figuraban, José Balmes, Ricardo la editorial a la pintora y una abierta crítica
la familia. 28
Marta Brunet, “Por nuestros artistas”, La Bindis, Juan Egenau, Gustavo Pobrete a la organización del concurso.
19
Goldschmidt, Op.Cit., “Semana Hora, Santiago 6 de junio de 1939, pág. 3 y otros 40 más como son: Ivo Babarovic, 41
Ibid
Plástica”, Revista Zig-Zag, 31 de diciembre de 29
Richon Brunet, Op.Cit., “Artes plásticas. Parramón, Sergio Berthoud, Emilio 42
“La señorita Luisa Isella”, Revista Zig-Zag,
1943, nº 2023, año xxxix, pág. 38 El salón oficial de 1939”, Boletín Mensual Cánepa, Jaime Catalán, Iván Contreras, 3 de junio de 1907, nº 68, año ii
20
Ibid. Revista de Arte, 1 de enero de 1940, año i, Guillermo E. Franco, Abraham Freifeld, 43
“Un busto de Luisa Isella”, Revista Zig-Zag,
21
Chadwick, Op.Cit., pág. 297 nº 3, pág. 15 Manuel Hernández, Mauricio Keller, Luis 23 de junio de 1907, nº 122, año iii

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

44
Félix Haedo, “Luisa Isabel Isella” pág. 18 siglo xix”, En Historia de las mujeres en Chile,
45
Ibid, pág. 17 Tomo i, pág. 416
46
Estos datos fueron obtenidos gracias a 52
Blanco, Op.Cit.
la gentileza de Mª Rosa Granja Guillen en 53
Ibid
Cataluña, familiar de Matías Granja. Según 54
De esta manera, la cátedra de Arias es
su relato, Saridakis habría invertido toda la retomada por Lorenzo Domínguez desde
fortuna heredada por Laura tras la muerte 1930 a 1938 y luego Lily Garafulic hasta
de Granja Rafel, en la construcción de su 1973, la de Simón González, por Raúl
famoso Palacio Marivent, en España. Vargas en 1936 mientras que Julio Antonio
47
Nathanael Yáñez Silva, “Horas de Taller. La González se hace cargo de la tercera cátedra
artista escultora Laura Mounier de Saridakis”, desde el año 1935 a 1966, maestros que
Revista Zig Zag, 22 de diciembre de 1918 otorgan una mirada americanista al uso de
48
Ibid los materiales y las normas estéticas, en un
49
Sobre iconografía femenina en la intento por incorporar lo propio, lo local
fotografía del Centenario en Chile, Gonzalo al arte, del mismo modo en que había sido
Leiva, “Paradigmas e íconos fotográficos instrumentalizado en México.
en torno la Centenario de la Nación”, En 55
Lorenzo Domínguez, “Algo de nuestra
Iconografía Identidad y cambio de siglo (xix-xx), escultura actual” Revista de arte, octubre-
Jornadas de Historia del Arte en Chile noviembre de 1934, año i, nº 3
50
En la Galería de Arte Jorge Carroza, la 56
Juan Vicente Aliaga, Arte y cuestiones de
obra fue publicada en catálogo de remate género. Una travesía del siglo xx, pág. 46
de Agosto del 2005 como “Aurora camino 57
Entre ellas destacan Irene Azócar
a misa”, sin fecha. La obra pertenecía a Puratich, María Mercedes Bonelly de Carey,
una colección particular y no se tienen Gertrud Brügmann Hedemann, Filma
referencias de exposiciones anteriores. Canales Sore, Rosario Carey de Bilbao,
María de la Luz Hurtado, “Cuerpo
51
Luz Fierro, Mónica García-Huidobro, por
y mujer chilena en la urbe ilustrada del mencionar algunas.

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Sara Malvar, "Composición" (1925)


Óleo sobre tela, 40 x 49 cm María Valencia, "Pintura" (1933)
Colección Privada Exposición de Diciembre, 1933.

112 113
ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Josefina del Pozo, “Regando” (1907)


Revista Zig-Zag, 1907

< Inés Puyó, “Niñita de primera comunión”,


Revista de Arte, 1936

115
María Turenne
"Blanca" (1907)
Revista Zig-Zag, 1907
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Carlota Godoy, "Cabeza" Chela Lira, "Interior en el taller"


Óleo sobre tela, 40 x 33 cm Óleo sobre tela, 22,5 x 27,5 cm
Museo de Arte y Artesanía de Linares Museo de Arte y Artesanía de Linares

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Dora Puelma, "Paloma" Ana Cortés, "Dama con sombrero"


Dibujo sobre papel, 64 x 48 cm Óleo sobre tela, 46 x 38 cm
Museo de Arte y Artesanía de Linares Colección Particular

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Ana Cortés, "Niña tejiendo" María Tupper, "Ignacia"


Óleo sobre tela, 73 x 59 cm Óleo sobre tela
Pinacoteca Universidad de Concepción Colección Privada

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

María Tupper, "Joven Flamenca" María Tupper, "Los ojos de María"


Óleo sobre tela, 63 x 49 cm Óleo sobre madera,
Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso Colección Privada

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ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

María Soto, “Meditación”


Revista Zig-Zag, 1914

< Lidia Berroeta, “Niño del volantín”


Revista Selecta, 1910.

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Marta Villanueva, “Busto” Ana Lagarrigue, "Busto" (1934)


Revista Zig-Zag, 1923 Revista de Arte, 1934

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Lily Garafulic, “Busto” Hansi Miller, “Busto”


Revista de Arte, 1937 Revista de Arte, 1936

130 131
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950)

María Teresa Pinto, "Cabeza de mujer"


Revista de Arte, 1935

María Teresa Pinto, "Desnudo"


Revista de Arte, 1935 >

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) ii mujeres silenciadas. historias recuperadas

Elena Bertrand, "Cabeza de estudio" María Bellet, "Cabeza Dr. Martínez"


Salón de los Independientes, 1931 Salón de los Independientes, 1931

134 135
Modernas.
Modernistas & Vanguardistas

Modernas
&Modernistas
Vanguardistas 137
iii

Viajeras en París

Sin lugar a dudas, la posibilidad de viajar becados a París, resultó un


incentivo y un anhelo que los artistas chilenos manifestaron con fuerza
desde la apertura de la Academia. El viaje, como transformación, permitió
la renovación de miradas y, a la vez, la desilusión respecto a la realidad
nacional y los pocos avances que podían desarrollarse en torno a la cultura.
“Qué diferencia el ambiente bohemio de aquí. Hay un compañerismo
tan grande entre hombres y mujeres”1, escribe Petit, sufriendo la
contradicción de la escena nacional. Los vínculos que establecieron
estos artistas en París fueron ampliamente documentados en sus cartas
y misivas. Sabemos que hasta principios del siglo xx se encuentran en
la capital francesa, Celia Castro, María Teresa Gandarillas, Luisa Isella
y Rebeca Matte. Elisa Berroeta también es pensionada por el Estado
para especializarse en Europa sobre la disciplina del grabado en madera.
Mientras que Hortensia Roca es alumna de Francisco Humbert; las
pintoras Mairin de Nylor, Marta Gaffanel, Paulina Lundt y Blanca
Saint Marie de Ossa, lo son del popular pintor Desiré Chassin Troubert.
En el primer tercio del siglo, se encuentran Emma Formas y Marta
Cuevas en la Escuela de París. También viajan Chela Aranís, Emilia
Guevara, Sara Malvar, Mina Yáñez, Herminia Arrate, Henriette Petit,
Inés Puyó, Ximena Morla, Teresa Miranda y Ana Cortés. Nora Cheethan
y Lidia Campusano estudian en la Academia Grande Chaumière. María
Teresa Pinto y Martha Villanueva. Lily Garafulic, Matilde Pérez, Aída

139
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

Poblete y Marta Colvin, se suman al conjunto de artistas, junto a tantas salones nacionales y la selección de los pensionados, poblaron los artículos
otras, que emprenden sus travesías al Viejo Continente. de la prensa. Estas críticas fueron continuamente publicadas a lo largo del
Las inconveniencias económicas, la bohemia, las complicaciones con la periodo. En 1924, nuevamente Emar increpa al gobierno, señalando que
renovación de las pensiones, el mundo al que se vieron enfrentados y la “por cada teniente pueden ir cuatro pintores (a París); por cada coronel,
dificultad para entender las nuevas tendencias artísticas son solo algunos toda la Escuela de Bellas Artes”, accediendo de esta forma “al arte en
de los puntos a los que se refieren constantemente. Petit escribe, “hay gran plena ebullición”3. Lo mismo ocurre respecto a las obras nacionales que
miseria entre los artistas – pero todos nos ayudamos mutuamente”2. Las son adquiridas por el Museo Nacional de Bellas Artes, muchas de las
residencias parisinas permitieron la unión de los artistas del cono sur, no cuales corresponden a los ganadores de medallas oficiales, dejando fuera
solo a nivel personal, donde se establecieron relaciones de viaje e interesantes a todos aquellos que cuestionan el canon. Sara Malvar relata sobre su
transferencias de imagen, sino también a nivel de asociaciones culturales, petición al Consejo de Bellas Artes para la adquisición de sus obras, “el
entre las que destacó la Sociedad de Artistas y Escritores Latinoamericanos señor Cousiño –comenta– y no sé qué otros de los pajarracos encuentran
y su Sala Latinoamericana de Bellas Artes en París, liderada por el pintor que a mí no se me debe comprar sino que yo debo regalar al museo”4.
chileno Pedro Reszka. A esta sociedad también concurrieron los pintores Durante las las primeras décadas del siglo xx los artistas debieron
Manuel Thomson, Marcial Plaza Ferrand, Juan Harris y Celia Castro, que enfrentarse a la dictadura anti-oligárquica del General Carlos Ibáñez del
con otros veinticinco artistas y más de cien obras, participaron en el Salón Campo, que cierra la Escuela de Bellas Artes en 1929. La nueva política en
organizado en 1904 y que fuera ampliamente difundido por los diarios materia de educación contempla el envío de estudiantes y profesores como
nacionales El Mercurio, El Diario Ilustrado, El Chileno y La Lei. Esta primera becarios al extranjero (Francia, Alemania e Italia), para especializarse en
exposición fue desarrollada en la sede del periódico parisino L’Amerique artes aplicadas. Esta resolución responde a los intereses del Ministro de
Latine, repitiéndose en 1907. Más entrado el siglo, en 1931, una experiencia Hacienda Pablo Ramírez de potenciar el desarrollo industrial, relegando la
similar se viviría en el Salón del Grupo de Artistas Latinoamericanos, donde enseñanza de las artes, a las que considera representantes de la oligarquía5.
participaron Raquel Forner, Laura Rodig, Diego Rivera, Torres García, El cierre de la Escuela merma la formación de los jóvenes que habían
entre otros destacados autores. Habría que estudiar, más detalladamente, ingresado recientemente, entre los cuales se encontraba María Luisa
cómo operan nuevamente las transferencias de imagen y las relaciones Bermúdez, quien finalmente retoma sus estudios en Nueva York, cuando
colaborativas en estas asociaciones. La obra de Forner se vincula a una viaja con su marido, el pintor cubano Mario Carreño.
estética sobre lo femenino que comparte con Laura Rodig, especialmente La lista de pensionados a Europa alcanza, finalmente, a 26 profesores
en la serie “Mujeres junto al mar”, que desarrollara esta última en 1937. y alumnos de la Escuela, estipulados en el decreto nº 6140 de diciembre
Ambas se encontraron en París en 1929 y, probablemente, compartieron de 1929. Esto en apariencia, porque también fueron incorporados algunos
más de una experiencia de taller. Es probable, también, que el vínculo con personajes que nada tenían que ver con la Universidad de Chile. Las
Diego Rivera, establecido por Rodig en su viaje a México con Mistral en irregularidades a las que se enfrentan los becados al momento de renovar
1922, potenciara estos encuentros. sus pensiones, lo dificultoso que se torna el viaje y el envío de las obras de
Los pasquines nacionales dieron cuenta de la necesidad de establecer retorno, son solo algunos de los constantes escollos que deben sortear,
una continuidad y un orden en los envíos de pensionistas a Europa. generando nuevas discrepancias y alertas frente al gobierno y sus políticas
Denuncias sobre el abandono en que el gobierno dejó a los chilenos en sobre la educación artística.
París, los altos costos en que debían incurrir para enviar sus obras a los

140 141
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

Entre las mujeres beneficiadas se encontraban Emilia Guevara, que


fue enviada a estudiar gráfica y affiche, grabado en madera y linóleum;
María Valencia, artes textiles, juguetería artística, muñecas, dibujo de
modas, sastrería de teatros, pintura sobre tela; Teresa Miranda, pintura,
encuadernación y repujado en cuero, juguetería artística; Laura Rodig,
pintura decorativa y grabado en metal al ácido, orfebrería; Inés Puyó, artes
textiles, pintura sobre género, grabado al ácido en metales, affiche, grabado
en madera y linóleum, encuadernación, y Graciela Aranís, pintura al
fresco y mural, decoración interior, pintura sobre género, muebles6.
En 1927, el Centro de Bellas Artes, conformado por alumnos y
exalumnos de la Escuela, organiza el Certamen de Bellas Artes con El
Premio Bolsa de Estudios a París. En el concurso resultan vencedores
Graciela (Chela) Aranís y el escultor Víctor Martínez. Es probable
que Aranís renueve su beca a través del decreto del ’29, por 9 mil pesos
otorgados por el Estado, que se suman a los 20 mil francos del concurso.
De Víctor Martínez no se tienen más noticias a partir de su arribo a
Europa, donde se relaciona con los otros pensionados7.
En Francia, Aranís es alumna de Lothe y estudia en la Academia
Escandinava con Marcel Lenoir. Desde París envía algunos de sus
cuadros, los cuales son elogiados por la crítica de arte, ya que “rehúye
de toda banalidad femenina y su pintura la ubica dentro de nuestros
legítimos valores artísticos”8. Considerada un talento precoz, Chela
Aranís ingresa a la Escuela de Bellas Artes a los trece años. Al certamen
se presenta con once obras, entre las que destaca su “Bailarina”,
considerada “una estilización de buen gusto y original”9. La prolífera
producción de Aranís nos permite apreciar cómo estos jóvenes artistas
experimentan con diferentes tendencias pictóricas vigentes en Europa.
Veremos en las obras de Aranís –muchas de ellas solo documentadas
en revistas en blanco y negro– expresiones simbolistas, informalistas y
cubistas, como “Mi taller”, de 1931.
Entre las escultoras de este primer tercio del siglo sobresalen en Europa
Martha Villanueva, Juana Müller y María Teresa Pinto. La primera es
calificada con “un vigor casi viril” que refleja en su obra, extendiendo la Laura Rodig, Serie "Mujeres junto al mar",
noción de las diferencias que hemos visto ahora respecto a la labor de las Revista de Arte, 1937

142 143
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

“Chela Aranís” Chela Aranís, "La bailarina" (1927)


Revista Zig-Zag, 1927 Revista Zig-Zag, 1927

144 145
“El Salón oficial de 1928”
Revista Zig-Zag, 1928
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

escultoras10. La segunda, en tanto, se radica en Francia desde 1937 y expone Henriette Petit relata sus encuentros con Mina Yáñez –prima hermana
en el Salón d’Automne y en el de los Independents en París. A diferencia de y primera mujer de Emar–, Inés Puyó y Emilia Guevara –hermana de
las críticas europeas, en Chile se le señala que sus intentos “modernistas” Laureano Guevara–; Laura Rodig viaja con su amiga Marta Vergara;
de reconstruir la figura humana a través de la estilización en “fórmulas Dora Puelma relata su encuentro con “Marta Colvin, en plena cosecha
pasajeras” del arte moderno, no ayudan a su progreso artístico11. de sus triunfos; y con Anita Cortés, que paseaba y miraba como yo”14.
Teresa Pinto, por último, desarrolla su trabajo en Italia, donde reside Colvin también es recibida por María Teresa Pinto en Francia en
por algunos años y presenta su obra en salones franceses, como el de Las 1948. Al respecto de estos encuentros e intercambios entre las artistas
Tullerías en 1935. La revista francesa Les Artistes d’Aujourd’hui destaca que establecidas en la capital francesa, la escritora Marta Vergara relata:
“posee originalidades de estilo poco comunes” en su escultura, resaltando
por sobre la generalidad de sus contemporáneos12. María Teresa es una “Uno podía, por cierto encontrar en París algunos artistas
figura enigmática y atractiva. Casada con el diplomático Gilbert Medioni, chilenos. Llegué a conocerlos, pero amistad sólo me unía a Laura
recorre México estudiando las grandes obras prehispánicas; aspectos que Rodig y a Hernán Gazmuri. Con Laura Rodig hasta vivimos
influenciarán su obra, adelantándose a expresiones similares surgidas con juntas, o mejor dicho yo me fui a vivir a su departamento del
posterioridad, especialmente en Marta Colvin. Boulevard de Port Royal, número 11”15.
Desilusionados del medio nacional, muchos de los pensionados alargan
sus estadías para no regresar. Desde París, estos artistas leen en la prensa Es en Francia donde la influencia ejercida por las llamadas
sobre las exposiciones, visitan los salones y los museos, experimentan ‘expatriadas’ anglosajonas, especialmente escritoras, produce una
con nuevos modelos y, a la vez, copian a los maestros, participan en plétora de creadoras modernistas y vanguardistas entre 1900 y 1940,
conversaciones y debates, traducen escritos de arte y escriben sobre sus alejadas del provincialismo norteamericano y cercanas a la bohemia
experiencias. Sabemos que la vanguardia se relacionará estrechamente de las vanguardias europeas16. El contacto en París con los maestros
con el mundo bohemio, con sus bares y estudios de los barrios céntricos ‘progresistas’ del arte permitió que las jóvenes artistas se relacionaran
de la ciudad, como Montparnasse, los que a su vez se asociaban a los directamente con las tendencias antiacadémicas. Henriette Petit señala
mitos de la sexualidad permisiva y actitudes antiburguesas; círculos en 1923 sobre las academias de Montparnasse que:
predominantemente masculinos13. Si bien estos ambientes reafirmaron el
predominio de los conceptos de virilidad, las mujeres aprehendieron de “Ellas simbolizan para mí el ideal de libertad que exijo del
los nuevos movimientos para su propio provecho. Es así que el lenguaje arte. Se juntan en ellas pintores de todos los rincones del mundo
estético ofrecido por la modernidad les permitió abrirse a nuevas temáticas y lo que es mil veces más serio, de todas las tendencias pictóricas.
y géneros. Dentro de ellos, el desnudo aparecerá en escena en manos de las Y nadie mira el croquis del vecino, nadie averigua ni crítica. Es
primeras pintoras de esta generación, aunque todavía asociados a temas esto un ideal”17.
burgueses, actividades domésticas y prácticas privadas habituales. Una
permanencia de los modelos de feminidad tradicional, pero donde se El enfrentamiento con las vanguardias despertó el interés tardío
asoman rasgos de identidad propios, tema que abordaremos más adelante. de los jóvenes pensionados. Y es mediante las relaciones sociales que
París se transformó en un espacio de libertad, autonomía, logran conectarse con la bullente actividad parisina. Sara Malvar
independencia económica y reforzamiento de las relaciones femeninas. conoce a Picasso, Gris, Le Corbusier, Robert y Sonia Delaunay a través

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de Eugenia Huici. Ximena Morla, en tanto, establece conexión con Estas expresiones aparecen tímidamente en Chile en la década
Leger, Gris y Braque. El mismo papel vinculante desarrollan Emar y del ’20. Uno de sus primeros detonantes es la exposición del Grupo
los hermanos Ortíz de Zárate con el matrimonio Vargas Rosas-Petit, Montparnasse en 1923, conformado por Luis Vargas Rosas, Henriette
relacionándose con el mismo Braque y otros vanguardistas, en un círculo Petit, José Perotti y los hermanos Ortíz de Zárate. La hazaña de la
de flujos y relaciones de intercambios que, al aparecer, confluyen más a academia Montparnasse –como la llamarían sus propios gestores– se
nivel intelectual y teórico, que en las trasferencias estéticas. diluiría muy pronto. Petit escribe a Laureano Guevara, “todo fracasa;
Petit relata en sus cartas a María Tupper en 1927 que los surrealistas y la Academia murió, no hay ambiente”23, mientras que Vargas Rosas
los cubistas son incomprensibles, señalando que se trata de movimientos comenta que Montparnasse “fue el último destello del entusiasmo que
acabados. Vargas Rosas escribe desde Italia, mientras viaja con Camilo traíamos de París”24.
Mori, que “de arte moderno, no hay nada –ni maestros, ni academia, ni Pero sus efectos siguieron desarrollándose, dando forma al Salón
ambientes”18 y José Larraín le comenta a José Backhaus, “Picasso es loco, de Junio o “Exposición de Arte Libre. Creacionistas, Cubistas,
pero no loco genial”19. Para la crítica chilena, todos estos movimientos, Independientes” en 1925, auspiciada por el diario La Nación, donde
incomprensibles y alejados de todo con concepto de identidad, son participan Sara Malvar y Henriette Petit, junto con integrantes del
englobados bajo el epíteto del ‘cubismo’. Así lo señala Malvar en su Montparnasse, del Salon d’ Automne, Independientes, representantes
carta a García Oldini, cuando relata su encuentro con Carlos Isamitt, del Cubismo –entre los que se encontraban Juan Gris y Picasso– y Arte
entonces director de la Escuela de Bellas Artes, el que “me embromó – Infantil. La exposición realizada en la Sala Rivas y Calvo, “la cual ha
señala– si querría dar una cátedra de cubismo”. Malvar, con su habitual llamado la atención de los críticos de profesión y los legos”25, refleja las
sarcasmo, responde, “bueno, dentro de 150 años Uds. querrán una”20. preocupaciones de los jóvenes artistas que se forman en Europa sobre
También Petit acusa al crítico Bernardo Subercaseaux de hacerle “fama los estilos modernos y las tendencias cubistas.
de cubista, de avanzada, de ser el veneno que entra al Salón Oficial”21. A este le siguió el Salón de 1928, en el que participaron Inés
Es decir, instruidos para retornar con nuevos conocimientos en torno Puyó, Herminia Arrate, María Tupper y Ana Cortés, junto a
a las artes aplicadas y a la modernización del país, estos artistas no Camilo Mori y Hernán Gazmuri, entre otros jóvenes artistas.
podrán vincularse al radicalismo de las vanguardias. La sobrevalorada Nuevas críticas surgen en torno a los salones de independientes o
experiencia de los becarios en París, redunda en ejercicios estéticos vanguardistas, que rechazan a los pintores académicos, generando
que se adecúan a los conceptos de tradición que tanto proclaman las polémicas sobre la tradición y el valor de los concursos, las que se
autoridades del Estado. En 1924 así lo denuncia Emar: extienden hasta alrededor de 1936. La fundación de la Sociedad
de Independientes opera en ese sentido, rechazando los valores
“Los ‘ismos’ son totalmente secundarios. No basta hacer académicos y cuestionando los avances de las bellas artes chilenas.
cubismo para ser joven y la fabricación de futurismo no coloca “Imagínese que un grupo bastante grande (entre nosotros, todos
forzosamente a su autor en el futuro. Mientras un ismo sea una pompiers) de artistas, ha fundado la Sociedad de Independientes!
investigación apasionada, lleva en sí una esperanza; cuando la El movimiento es simpático pero… ce nèst pas ca…”, escribe Petit
investigación da sus frutos, se convierte en una realización. (...) en 192226. Ello da cuenta de los esfuerzos constantes de los jóvenes
se hace como Monet. Se está haciendo como Cézanne. Se hace artistas por renovar la escena nacional, contrarrestando los efectos
como Picasso… es fatal”22. del arte oficial y su discurso político, ligado a la oligarquía.

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El acceso al arte moderno europeo es promocionado tardíamente Mujeres frente al espejo


por muestras internacionales que llegan a Chile en las décadas del ‘40
y ’50, como la “Exposición de Arte Francés” (1940), a cargo de Charles La historia del desnudo en la pintura chilena parece relegada a la
Chénier, y que cuenta con la presencia del teórico René Huyghe – enseñanza artística desde sus más tempranas manifestaciones, pero en
conservador del Louvre– y obras de Rodin, Matisse, Daumier, André la exposición de 1872 el influjo del cuerpo desnudo en el arte nacional
Derain, entre otros grandes maestros27. En 1940 también se realiza reveló –al menos temporalmente– la prevalencia del ejercicio compositivo
la exposición “100 años de pintura Argentina”, con la presencia de por sobre los valores considerados morales. Si bien todos los artistas
obras desde Puyrredón hasta Pettorutti, pintor que forma parte de las chilenos realizaron obras de esta naturaleza, pocas veces salieron al
conferencias sobre arte moderno a las que se suma Julio Payró y que se mercado del arte, debido a la escasa demanda que existía de este género
realizan en los últimos años de la década. En 1942 llega a Concepción por parte de nuestra sociedad. Lo anterior ocurría, fundamentalmente,
“Arte Contemporáneo del Hemisferio Occidental” con obras del por el proceso de reafirmación de una clase en ascenso, en la cual el
coleccionista norteamericano Thomas Watson y que inspira la creación consumo de arte era un instrumento de identidad social. Si bien los
de la Academia de Bellas Artes de Concepción, bajo la dirección de maestros desarrollan el desnudo femenino, generalmente asociado a
Adolfo Berchenko. Pero sin duda, las más importantes son “De Monet temáticas mitológicas, la pintura chilena presenta una gran excepción
a nuestros días” que se realiza en el Instituto de Extensión de Artes durante el siglo xix en Valenzuela Puelma, quien desarrolla, también,
Plásticas de la Universidad de Chile y el Museo Nacional de Bellas el desnudo masculino, en lo que podría ser una referencia a sí mismo, en
Artes en 1950, la “Segunda Exposición de Plástica Francesa” en 1952 y “La juventud tentada por los vicios” (1889)30. Aunque Pedro Lira y otros
“Movimiento de Arte Concreto de Milán” que se presenta en el Museo pintores nacionales también ilustrarán el cuerpo masculino, lo harán en
de Arte Contemporáneo en 1953. estudios y pinturas de temáticas simbólicas, religiosas o piadosas, como
La tradición académica mermaba las experimentaciones artísticas, el “Ermitaño en oración”, de Lira o bien, en estudios y ensayos generales.
por lo que la enseñanza de maestro a discípulo y las viejas cátedras Será el cuerpo femenino, sin embargo, el que permitirá continuar una
fueron cuestionadas constantemente. La lucha con la crítica de arte se tradición europea donde la mitología será el soporte y la excusa sobre el
iniciaba y se instaba a los jóvenes a buscar su propio camino a través del imaginario erótico que caracteriza a la pintura moderna.
arte. Las mujeres, en tanto, se apropiaron y accedieron a nuevos espacios Uno de los pocos centros que permiten a las mujeres trabajar con
de negociación artística. Pero “nuestro tiempo no es solo un tiempo de modelos al natural es la Académie Julian en París, a la que acuden las
juventud, sino de juventud masculina”28, planteaba en 1927 Ortega y inglesas y americanas –como las chilenas Rebeca Matte, Celia Castro
Gasset, reflejando que la modernidad se establecía en toda Iberoamérica y María Teresa Gandarillas– para la práctica del desnudo, y en donde
en los círculos progresistas, pero que seguían constituyéndose formal e la presencia de modelos femeninos y masculinos marca la diferencia
ideológicamente como burgueses y patriarcales. Como se observa, esta con otros talleres31. Si bien la Académie Julian es de carácter mixto, su
condición deriva en una actitud ambivalente frente a la mujer como director Rodolphe Julian establece la inscripción de un taller exclusivo
consumidora y productora29. para mujeres alrededor de 1875, para la incorporación de las francesas
a la Academia, y que discrepa del curso para varones en dos puntos
principales: una tarifa de suscripción que alcanza el doble del valor que
cancelan los hombres, y el acceso a solo una corrección semanal de los

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maestros, a diferencia de las dos a las que pueden optar los estudiantes
masculinos32. De esta manera, solo las jóvenes favorecidas por una
buena situación económica pueden acceder a estos cursos, acentuando
las diferencias implícitas no solo en cuestiones de género sino también
sociales, por lo menos hasta fines del siglo.
Si acceder a las clases de desnudo al natural era una dificultad,
contar con modelos masculinos era un desafío aun mayor y que solo
podía lograrse participando en las academias como la Grande Chaumière.
Pintoras y escultoras norteamericanas vinculadas con los movimientos
de vanguardia gozaban de cierta autonomía, lo que les permitía acceder
fácilmente a “modelos machos”, como los describe Juan Francisco
González a Manuel Magallanes Moure en 1904. En su carta, González
afirma que las “gringas” actuaban de la misma manera que los artistas
norteamericanos, los que para entonces se habían convertido en una
“verdadera invasión”33. La situación cambiaría durante el desarrollo de las
guerras. Luisa Isella relata que en 1914 los “modelos no se encontraban
por ninguna parte ni a ningún precio”34, complejizando la ejecución de
los encargos y los envíos.
En Chile se habían introducido reformas a la enseñanza artística en
1902, separando los talleres en secciones para hombres y mujeres, para
mantener “la conveniente compostura, la buena disciplina i el perfecto
órden interno (sic)”. Pero lo más importante es que esta reforma planteaba
entregar una enseñanza superior “casi igual” a la de los hombres,
protegiendo y resguardando a las jóvenes de los “inconvenientes” que
sobrelleva la educación mixta35. Sin embargo, esta medida no hizo sino
aumentar las diferencias entre las y los artistas. Henriette Petit relata
cómo diecinueve años después, la Escuela vuelve a separar a los hombres
de las jóvenes estudiantes. “En vista de esto –relata– fuimos con Martha
V. (se refiere a Martha Villanueva) a hablar con los jóvenes y saber si no
les desagradaría que fuéramos a pintar con ellos. Fueron muy amables y
fuimos a la dirección a pedir permiso”36.
Pero aún cuando el proceso de enseñanza del dibujo al natural se
homogeneiza con los años, las críticas sobre la deficiente factura de las Alfredo Valenzuela Puelma, "La juventud tentada por los vicios" (1889)
Óleo sobre tela, 275 x 195 cm
obras de estas mujeres a la hora de representar la figura humana, se Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso

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hacen notar de forma recurrente en los artículos de la prensa. En 1888, a modestia sexual habían permanecido ocultas a las miradas
Regina Matte se le adjudica una buena factura, a pesar de la “deplorable masculinas Asimismo, las modas de posguerra tendieron a
escuela en que la señorita Matte ha cultivado su talento”37; a Josefina del minimizar el valor de los rasgos sexuales secundarios como
Pozo, Augusto Thomson le reclama los “pies de empanada, enfermos diferenciadores de los sexos”41.
de elefantiasis”38 de un niño en la obra presentada en el Salón de 1900;
mientras que a Berta Smith Langley se le critica que su único cuadro De esta manera, ‘lo íntimo’ emerge como una conquista de la época
de figura presentado en 1937 “dista mucho de la calidad legítima de sus moderna, al decir de Celia Amorós, por cuanto rescata “la configuración
frutas y flores”39. Críticas similares se realizan sobre Celia Castro, Berta autónoma del yo, su capacidad creativa y de reflexión crítica”, a diferencia
Gauché y otras pintoras durante los primeros treinta años del siglo, de lo que se establece como espacio doméstico42. Y frente a ello, el canon.
relegándolas al desarrollo de flores y paisajes. Las relaciones que se establecen en los salones y los viajes, permiten el
El estudio al desnudo seguía constituyéndose en una brecha social desarrollo del papel negociador de estas instancias frente a la hegemonía
para las mujeres, especialmente cuando provienen de clases acomodadas masculina y, también, las que se generan entre las mismas mujeres. Es
y con educación religiosa, según lo relata Matilde Pérez en 1939: aquí donde la condición social, la edad y el sexo parecen confluir en una
dialéctica de filiaciones y exclusiones.
“Fue muy impactante para nosotras asistir a estos cursos con Relaciones de avenencias y desavenencias, como las que relata Petit
una modelo desnuda. Nos pareció traumatizante y, más aún, a su amiga María Tupper. “Yo fui amiga hace tiempo de Blanca M. –le
poner en el papel el dibujo del desnudo que teníamos al frente”40. escribe–, también de Herminia y de las otras. Todas no ven más que
los honores y amistades que pueden reportarles el ser pintor”. Todo ello
La incorporación, inédita hasta entonces, de un importante número ocurre en el contexto de la exposición femenina de 1927, a la que Petit se
de mujeres a la vida cultural, marca el auge de las primeras dos décadas niega enviar sus obras. “Por favor María –le solicita– nunca lo hagas! Me
del siglo. Una aristocracia femenina que se instruye y espiritualiza, y cargan las exposiciones de señoritas y más en Chile!”43. Aunque pronto
que utiliza el idioma francés como instrumento de independencia del aparecen, nuevamente, compartiendo escena y experiencias de viajes.
pensamiento, de libertad creadora y expresión de las ideas, por ende, del Los círculos bohemios siguen constituyéndose, a estas alturas, en
espacio público. Y un grupo de mujeres de clase media laica que se inserta espacios masculinos donde se construye una identidad artística local.
en las preocupaciones sociales, la búsqueda de identidades y sus lenguajes En tanto, las mujeres se adscriben a las tendencias modernistas desde
simbólicos. La modernidad trae una redefinición de la identidad genérica, un espacio de marginalidad o comportamientos no sostenidos en
que se traduce en prácticas relativas al cuerpo, la vestimenta y la posición estas actividades. La española Concha Méndez relata al respecto una
respecto al ámbito en el cual decidieron reconocerse. situación similar en la escena española cuando, junto a Maruja Mayo,
“para protestar, nos pegábamos a los ventanales a mirar lo que pasaba
“Esta nueva generación y, particularmente, la cohorte de adentro” de las tabernas, cuyo acceso estaba prohibido a las mujeres44.
mujeres del periodo, fue llamada a experimentar una revolución Las acciones desafiantes frente a la exclusión, confluyen en prácticas en
general en los usos y costumbres. (…) Las mujeres comenzaron, torno al “yo performativo” que señala Kakie Urch, como instrumentos
asimismo, a exhibir su anatomía; primero las piernas, las que de reafirmación de identidad, por una parte, y reconocimiento como
conforme a las convenciones decimonónicas en torno a la objetos consumibles, por otra, y desde donde conquistan y afirman

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su participación en el espacio artístico45. Laura Rodig, por ejemplo,


es recordada en la Escuela de Bellas Artes como una joven “pálida y
de hermosa cabellera cubierta por una boina, pura estampa de artista,
siempre vestida de azul y que colgaba una caja de colores en su hombro
derecho… Esa muchacha era el ideal símbolo de la bohemia”46.
No es extraño, entonces, que a partir de ello, algunas mujeres
utilizaran el lenguaje moderno ofrecido por la experiencia de las
vanguardias europeas en la representación del entorno íntimo. Elmina
Moisán, la mujer “que mejor ha pintado en Chile”47, presentará al
Salón de 1919 su “Coqueta”, una manifestación del espacio privado
femenino frente al tocador, donde una niña juega a ser mujer. Desde
este territorio íntimo, desaparece la visión erótica promocionada
por los pintores modernos, como Julio Fossa Calderón, y aparece el
indicio de una sexualidad femenina propia. Desde esta configuración
del cuerpo desnudo, aparece la figura de Emma Formas de Dávila.
Emma nace en 1886 y desde muy temprana edad se convierte en
discípula de los pintores Pedro Lira y Alberto Valenzuela Llanos.
Aunque también fue alumna de Álvarez de Sotomayor, su influencia no
es significativa, debido, probablemente, al desinterés del pintor español
por el ingreso femenino a la Escuela. Por el contrario, la enseñanza de
Lira pervive en su producción pictórica hasta la década del ’20, fecha en
la que se traslada a París.
El criollismo o la chilenización de la pintura durante la llamada
Generación del 13 o del Centenario, operaba en función de un itinerario
nacionalista y simbólico en el cual la mujer quedaba marginada como
productora. En razón de eso, esta generación de artistas añade en su
temática la identificación de sí mismas y su entorno íntimo como sujetos
sociales, a través de un lenguaje expresivo construido sobre nuevos
recursos y metáforas. En este proceso de creación de imágenes, las mujeres
debieron enfrentarse –según lo señala Chadwick– a la desvinculación de
su experiencia vital como mujeres, ya que poner entredicho la diferencia
les impedía inscribirse en los circuitos comerciales de las artes48.
“Laura Rodig par elle-même”
Les Artistes D'Aujourd' Hui, 1935

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Elmina Moisan
"La coqueta" (1909)
Óleo sobre tela, 53 x 62 cm
Museo Nacional de Bellas Artes
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Emma Formas, "Desnudo" (1920) Laura Rodig, "Desnudo de mujer"


Pastel sobre papel, 110 x 80 cm Óleo sobre tela, 80 x 67 cm
Museo Nacional de Bellas Artes Museo Nacional de Bellas Artes

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Henriette Petit, "Resignación" Herminia Arrate, “Figura de espalda”


Óleo sobre tela, 100 x 80 cm Óleo sobre madera, 57,5 x 48 cm
Colección Particular Colección familia Dávila Arrate

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Inés Puyó, "Maternidad"


Óleo sobre tela, 61 x 50 cm Laura Rodig, "Maternidad" (1925)
Museo de Arte y Artesanía de Linares Revista Zig-Zag, 1925

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Emma Formas se trata de una artista “de reconocido mérito”, pero de


la cual tenemos muy poca información. En 1919, Nathanael Yáñez Silva
la describe de la siguiente manera:

“Es un espíritu fuerte. Oye las críticas, y toma de ellas lo que


le conviene. Sabe ver claramente, con fina intuición femenina,
donde puede haber en un juicio apasionamiento o frialdad para
su labor, sabe, en una palabra, ‘leer’ lo que se escribe sobre ella
y ésta es una cualidad muy poco común entre los artistas en
general...”49.

Se distinguió por los géneros del paisaje, el retrato y la figura humana,


en la cual sobresalen desnudos femeninos “interesantes”. Un gesto de
rebelión a la simbólica tradicional de esta generación y que revela la
aparición del cuerpo femenino desde la mirada de la mujer, coincidiendo
con una mayor libertad expresiva a la hora de exponer su propio cuerpo.
Así lo podemos observar en obras como “Joven con cántaro”, “Desnudo”
(1920) y “Desnudo al pastel” (1920), de Formas.
Los influjos del modernismo y las vanguardias periféricas en la
pintura chilena a principios del siglo xx, permitieron una posibilidad
de traducción de los mundos femeninos. En la medida que las reglas
tradicionales del arte son trastocadas por el desarrollo de la subjetividad
de su autorrepresentación, el cuerpo surgirá como escena factible de
instrumentalizar a favor de las propias artistas. Al revisar su repertorio
de imágenes, podemos inferir que es probable que emerja un gesto de
ruptura con el imaginario impuesto sobre lo femenino cuando estas
mujeres obvian la reproducción de ‘maternidades’. ¿Un gesto iconoclasta,
tal vez? Por cierto, son más bien escasas las obras en que estas aparecen,
aunque no excluyentes (un ejemplo es Inés Puyó). Laura Rodig es
una excepción, pero sus maternidades se configuran como discursos
matriarcales donde se reemplaza la maternidad idealizada, religiosa y
preconcebida, por sujetos femeninos provenientes del mundo indígena
o popular, trasladándose con ellas a una de las tantas otredades ocultas.
Emma Formas, "Autorretrato" (1919)
Pacífico Magazine, 1919 Celia Leyton también propone un imaginario femenino indígena, pero

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esta vez en torno a la mujer mapuche, “severos rostros de indígenas, sólo personalización objetiva de la identidad femenina. Lo mismo ocurrirá
escenas familiares o de rituales mapuches, dentro de las rucas humildes, en los retratos de mujeres realizados por mujeres donde se establecen
o fuera de ellas”50. diálogos íntimos entre las retratadas y sus autoras. Blanca Merino
También los autorretratos adquieren características particulares. Un realiza un busto de la escritora Roxane, mientras que Ana Cortés,
ejemplo de ello es el presentado por Formas al Salón de 1919, “que tiene Inés Puyó, Judith Alpi, Laura Rodig, Henriette Petit, Elmina Moisán
bastante carácter y parecido. Es un poco crudo de color y fondo indeciso, y María Tupper, se retratan entre sí, configurando un corpus de
defectos que no obscurecen las cualidades anotadas”51. En él, la autora representación procedente de una generación de mujeres que optan por
aparece de medio cuerpo, sosteniendo un pincel en actitud reposada pero la exploración de la corporalidad, del espacio psíquico y simbólico de
desafiante frente al espectador. La imagen de Formas corresponde al nuevo sus compañeras. Los retratos realizados por Judith Alpi a Laura Rodig
modelo de mujer de los años ’20, que lleva falda corta y pelo recogido, en revelan la compleja personalidad de la escultora. En uno, observamos
una expresión objetiva, pero también propositiva del imaginario femenino. a una Rodig enigmática, fuerte e inquietante, que condice con su
El autorretrato presupone una legitimación en materia artística, desde la activa militancia política y rebelde. Mientras que en otro apreciamos
cual las mujeres reivindican su participación profesional en el arte. Las a una escultora en su taller, pasiva y dulce, tal como la describen sus
artistas de esta generación moderna del siglo xx, abordan el cuerpo como contemporáneos. Una doble faceta de una mujer que transgredió las
Sujeto y Objeto, contrastando con la tradición patriarcal, pero que a la normas sociales en más de un sentido y que, por otro lado, se avocó
vez la reconoce y acepta como parte de su devenir cultural. La ruptura del con cariño al trabajo de la instrucción infantil. Judith Alpi es descrita
canon hasta entonces definido sobre la representación de lo femenino, el como “una de las grandes retratistas de América”52. Otra “niña prodigio”
uso de una iconografía irreverente, el cuestionamiento sobre el ideal de de la Escuela de Bellas Artes, de la que egresa en 1912, siendo una de las
belleza, entre otros, marca un paso definitorio entre el arte producido por alumna favoritas de Fernando Álvarez de Sotomayor.
las mujeres hasta entonces. Así, la modernidad permite la apertura de nuevas posibilidades
Las hermanas Aurora y Magdalena Mira, nuevamente Rodig y Alpi, estéticas donde la representación simbólica y la histórica marginalidad
Emma Formas, María Teresa Gandarillas, Chela Aranís y Raquel de la posición femenina se transforman en ventajas53. Aparece la
Armanet se autorretratan, revelando la actitud moderna de estas mujer sexualizada, independiente y rebelde a los modelos clásicos, que
pintoras y su reafirmación como artistas en el espacio público. María permitió no solo ser observada sino observar su propio cuerpo; una
Baradocoy se retrata en 1937 frente a un espejo, cuyo reflejo la hace mujer que tiende a ‘masculinizarse’, lo que “la convertirá por tanto en
aparecer apenas dibujada, mientras pinta a su modelo desnuda que un ícono perfecto de la modernidad al albergar en un único cuerpo la
resalta en primer plano. Una referencia a modelos preconcebidos en las fuerza del poder y al mismo tiempo la abyección”, poniendo en cuestión
obras de Velásquez y Manet, pero que reformula desde la tradición en la separación de las esferas que, a simple vista, parecía derrumbarse54.
una estrategia de apropiación de discursos modernos. Dora Puelma de Fuenzalida, pintora, escritora, corresponsal de la
Otro interesante ejercicio realizan las escultoras Luisa Isella y Revista Pro Arte, directora de Mundo Social y de la Sociedad Artística
Lily Garafulic. Mientras una se retrata en la figura de la Libertad del Femenina y socia fundadora de la Sociedad Nacional de Bellas Artes,
monumento a los caídos del 25 de mayo en Argentina, la segunda lo es una prolífera artista nacional. Sus obras se centran en el desarrollo
hace en una figura masculina, adquiriendo la personalidad de San del paisaje y la figura, donde sus desnudos son “amorosamente tratados
Bautista en la Basílica de Lourdes. Gestos subversivos respecto a la y originales”55. Herminia Arrate y Henriette Petit, o Ana Enriqueta

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Petit Marfant también trabajan intensamente la estética y mirada hacia Habría que preguntarse, entonces, qué sucede con la representación
el mundo femenino, pero a diferencia de Puelma, el trabajo de Arrate de lo masculino. El espacio público es su espacio por excelencia y es donde
y Petit se enfoca no solo hacia otro tipo de desnudo, sino a otro tipo asoma la escultura como portadora de mensajes cívicos y patriarcales.
de mujer que dialoga con otro tipo de sexualidad, subvertida y hasta ¿Qué papel podrían desarrollar, entonces, las mujeres en este ámbito?
resistida. Nuevamente, Laura Rodig presenta un cuerpo ‘fuera de orden’,
figuras femeninas masculinizadas, gruesas, desprovistas de pechos, con Cuerpos instalados
puños cerrados y combativos. Los rasgos de la modernidad femenina
permiten ejercer un centro diferente en la esfera de lo privado, es decir, La relación de dominancia que se expresa en la constitución del
una deconstrucción de la sexualidad y de su función reproductiva, la espacio y las prácticas humanas presupone sujetos sometidos a una
recuperación de la autonomía y la denuncia de las relaciones intrincadas política territorial. Es en el cuerpo, ‘anatómicamente definido’, donde las
en la sociedad moderna. prácticas ideológicas derivadas de lo femenino y lo masculino inscriben,
La Petit será alumna del escultor Antoine Bourdelle, discípulo de con mayor precisión, la diferencia y la otredad57. Como portador de una
Rodin, quien representará a la artista en un busto que denominó “La compleja red de significaciones y simbologías, el cuerpo construye las
chiliene”. Su regreso a Chile la desincentiva a continuar su labor artística, posibilidades de representación individual y colectiva; es a través del
pero encuentra en Martha Villanueva una compañera con la que estudia cuerpo desde donde es ejercido el poder, mediante la manipulación,
y trabaja diariamente. Sus cartas a Laureano Guevara y a Luis Vargas el sometimiento y la transformación que establece Foucault, ampliado
Rosas, mientras estos se encuentran en París, retratan a una joven artista, hacia el carácter masculino del control.
temperamental y apasionada, cuyos cuestionamientos constantes son Género y lugar, identidad y espacio construyen metáforas de
compartidos por Vargas Rosas, con quien se casa al regresar a París, donde identificación en la ciudad. La escasa presencia femenina como
permanecen quince años. productora de la monumentalización pública en las décadas en
Se trata de mujeres que inician el proceso de creación de imágenes estudio, construyen un campo de visibilidad que se traduce, objetual
propias, adoptando estereotipos y posiciones tradicionalmente ligados y territorialmente, mediante cuerpos instalados –monumentos
al ámbito masculino: como la bohemia y el desnudo femenino. Las conmemorativos y esculturas urbanas u ornamentales– emplazados en
escultoras, en tanto, abordarán el cuerpo desde posturas y posiciones espacios de poder, públicos o populares, de la esfera íntima o privados.
que eviten la posibilidad del escándalo, como Luisa Isella en su obra Al vedarles el espacio público, la difusión de las obras de las escultoras
“Antes del baño” (1909)56. Cuerpos contorsionados, telas que cubren debió realizarse en las exposiciones colectivas y en las escuelas de arte.
sutilmente y manos que ocultan serán los recursos utilizados para el Tendremos que esperar hasta la segunda década del siglo xx para
cuerpo velado. Donde los sujetos sociales no aparecen individualizados, incluir a estas mujeres en la elaboración de monumentos, cuando el orbe
sino cohesionados en función de los conceptos que representan y a femenino comienza a cobrar protagonismo en el mundo político, hasta
los arquetipos asociados a los espacios públicos a través del ‘decoro’. entonces solo reservado para los hombres. Recién en 1920 encontraremos
El cuerpo vestido es un cuerpo virtuoso. El cuerpo desnudo ocupa “Héroes de las Concepción” de Rebeca Matte y en 1922 “Unidos en la
un espacio íntimo y erótico, con el que las escultoras transgreden las gloria y en la muerte” de la misma autora, donación realizada por el
normas sociales. gobierno de Chile al gobierno brasileño y cuya réplica se localiza en el
frontis del Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago desde 1927.

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En 1935 se emplaza el “Monumento a don Crescente Errázuriz”, de


Ana Lagarrigue. La misma autora realiza en mayo de 1943 un busto
de bronce de Alfredo Enrique Commentz, fundador del Hospital
Manuel Arriarán. Mientras que en 1941, Blanca Merino resalta con su
obra “Manuel Rodríguez”, donde el caudillo es representado con sus
atributos de valor, audacia y rapidez que le confiere la historia, y que la
prensa expone con gran mérito.
Durante su permanencia en Francia, Luisa Isella emprende dos
nuevos proyectos de gran envergadura. Uno es el monumento a
Sarmiento, por el cual concursa, enviando su maqueta desde París. Sin
embargo, los costos involucrados para la ejecución de la obra hacen que
finalmente la idea de Isella sea rechazada. Un segundo proyecto abarcará
parte importante de su vida como escultora. Se trata del monumento
al 25 de mayo, obra que es encomendada por el gobierno trasandino y
cuyo contrato es firmado en 1913 por su padre, Carlos Isella58. Aquí es
importante detenerse, porque aun cuando estas mujeres participan de su
oficio regularmente, integrándose al espacio público a través de su obra,
la sociedad regula su independencia profesional al constituirse como no-
ciudadanos, desprovistas de ciertos derechos civiles, legales e incluso,
morales, lo que redunda en el cuestionamiento respecto a la toma de
decisiones de estas profesionales. Así, mientras Carlos Isella firma
contrato público en nombre de su hija, don Ramón Allende representa a
Celia Castro en las celebraciones oficiales donde es premiada. Lo mismo
ocurre con don Juan José Mira y sus hermanas Aurora y Magdalena.
Otras escultoras en el espacio público son Nina Anguita, con un
busto de “Gabriela Mistral” (1945) en el Parque Municipal de Viña
del Mar; Marta Lillo, con su obra “Solidaridad”; Berta Herrera, con
“Maternidad”, ambas ubicadas en La Serena, y Laura Rodig, con el
busto en honor a “Manuel Magallanes Moure”, localizado en el Parque
Forestal. Pero uno de los casos femeninos más emblemáticos de la
estatuaria pública en Chile es Rebeca Matte. En 1901, Santiago Pulgar
la señala de la siguiente manera:
Rebeca Matte, "La Guerra" (1913)
Bronce, 400 x 240 x 270 cm
Palacio de la Paz de La Haya, Holanda

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

Rebeca Matte, "El Eco" o "La Encantadora" (1901) Rebeca Matte, "Militza" (1900)
Mármol, 142 x 77 x 107 cm Mármol, 153 x 130 x 131 cm
Museo Nacional de Bellas Artes Museo de Arte y Artesanía de Linares

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

“A la laureada exponente del Salón de Paris, la inspirada mundo masculino respecto a la representación del cuerpo? Al parecer,
escultora señorita Rebeca Matte Iñiguez, sus iniciales la acusan estos cuestionamientos tuvieron una mayor recepción en el ámbito de la
indiscretamente: Revela Mucha Inteligencia”59. escultura y demoraron más tiempo en la pintura, fundamentalmente,
debido a que el desnudo se consideró el más alto trabajo escultural.
En los albores del siglo xx, Matte sobresale en un mundo que hasta Si bien un Estado como el chileno, con aspiraciones modernas, permitió
entonces estaba reservado al espacio masculino. Iniciando su educación que la escultura y sus ejecutores recibieran mayor apoyo económico, tanto
artística en Chile, se traslada a los 15 años a París junto a su padre, un para su promoción como para su formación, los monumentos públicos
diplomático liberal, retomando posteriormente sus estudios en Roma seguieron constituyéndose como discursos visuales de una política
en el taller de Giulio Monteverde y, más tarde, en la Académie Julian, ilustrada. Por ende, la inclusión de mujeres escultoras en la elaboración
donde estudia con Denys Puech y Ernst Dubois. de los monumentos significaba, también, la inclusión de las mujeres en
La obra de Matte está íntimamente relacionada con la construcción las cuestiones del Estado y su representación simbólica. Es esta premisa
de imaginarios y espacios locales sobre los cuales el Estado y su clase la que lleva a cuestionar la presencia de una mujer para los encargos
oligárquica pretendieron constituir su imagen de nación moderna, señalados, en especial aquellos en concordancia con las relaciones
especialmente después de la década del Centenario. Monumentos como internacionales. Pero basta con hojear los vínculos que sostiene Matte
“Héroes de la Concepción”, “Unidos en la Gloria y en la Muerte” y el con el mundo diplomático para darnos cuenta que, nuevamente, no se
“Monumento a la Guerra para el Palacio de la Paz” en La Haya, revelan trata solo de una cuestión de género. Nieta de Andrés Bello, hija de don
una necesidad gubernamental de reafirmar una tradición artística, Augusto Matte y casada con Pedro Felipe Iñiguez, Ministro de Obras
dentro del país como en el exterior. Una de las obras más importantes Públicas en el último gabinete de Barros Luco y Ministro de Culto
de Matte encargada por el gobierno es el “Monumento a la Guerra”, e Instrucción Pública hasta julio de 1917, bajo la presidencia de Juan
que fue muy bien recibido por la crítica europea y elogiada por la crítica Luis Sanfuentes; gozaba de una posición preferencial en la difusión y
nacional, aunque no deja de asociarse su obra a su condición femenina. validación de su obra pública, a través del espacio de poder de una elite
política y cultural. Una posición privilegiada que no es ajena a muchas
“(…) la artista no ha querido hacer un simbolismo celestial de las artistas, pero que levantan cuestionamientos sobre los modos
de esta figura de Humanidad, sino una mujer que escucha el de promoción, en especial en los salones. “Se comprenderá que Simón
llanto de la lucha humana. Y la artista se ha refinado en este González el cual no posee fortuna, se vea privado de introducir en el
desnudo; la sangre de todas las mujeres de Chile se agolpó a su pais sus últimos trabajos (sic)”, se señala respecto al ingreso de las obras
pulso cuando la modelaba. Tocadla. Es hecha de carne y parece de Matte “La Encantadora” y “Horacio” para el Salón de 190161.
que la sacude el temblor interno de la maternidad. Es bien la “El Encantamiento” (o “La Encantadora”) fue especialmente elogiada
Humanidad que sufre”60. por la prensa en extensos artículos que describen poéticamente los
alcances estéticos de la obra, la sutileza del desnudo y el talento de su
El asombro que causó este monumento, de aguda rudeza, cuestionó, ejecutora. Sin embargo, sus primeras obras fueron cuestionadas por
también, los modos en los que una mujer podía asociarse al sentido del la crítica independiente y sobre las cuales Thomson dirá, recurriendo
pudor y su relación con el cuerpo en la estética de lo cotidiano. ¿Podía nuevamente al origen y vínculos aristocráticos de Matte, que:
una mujer establecer cánones estéticos asociados, tradicionalmente, al

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“‘Militza’, escultura enviada de Paris por la señorita Rebeca transformándose en la primera escultora latinoamericana que ingresa
Matte, es una obra de gran aliento que llama bastante la atención. a la colección. Francisco Alcántara, director de la Escuela de Cerámica
Salvo un brazo incorrectísimo, y la antipática expresión de la de Madrid, explica la novedad de la obra de Rodig en Europa a través:
fisonomía, la escultura se hace acreedora á la distinción que le
otorgó el jurado, (en un todo igual á la que se le concediera al “(…) del espíritu francamente índico oriental que anima sus
genial ‘Caupolicán’ de Plaza), debiendo enorgullecernos del obras, aunque es en aquellas Indias Occidentales, con las que
talento y del enorme trabajo de la joven y aristocrática artista, tropezara Colón en su empeño de alcanzar las otras, donde se halla
siempre que sea ella la autora de ‘Militza’”62. el origen de estas esculturas y de estas pinturas de Laura Rodig”65.

Con todo, Matte cuestiona y se rebela contra el papel establecido a su La exposición de Rodig fue ampliamente difundida y elogiada en
género a través de su obra, de la representaciones simbólicas patriarcales, la prensa. En 1928, participa en el Salón de Otoño de París, donde
de los recursos sobre lo femenino. Algo similar hará la escultora recibe excelentes comentarios de la crítica especializada, destacando su
Laura Rodig. Esta vez las filiaciones e influencias dependerán “de la originalidad e independencia de la Academia, considerándola como una
inserción funcionaria de los artistas en las instituciones ministeriales artista “supérieurement douée, son inspiration originale s’appuie sur des qualités
o universitarias de la época”63, y no ya de las redes sociales oligárquicas de métier remarquables, son talent, est ceux qui arrivent rapidament à la grande
que marcaron la pauta a inicios del siglo. notoriété”66. Regresa a Chile en 1930 y se desempeña como profesora de
Laura Rodig Pizarro nació en 1901 en la ciudad de Los Andes, dibujo para la cultura popular infantil, participando en movimientos
cuando Rebeca Matte presentaba en el Salón sus obras “Horacio” y feministas y sociales, como los actos de la Federación Araucana (1935) y
“La Encantadora”. Es decir, un cuarto de siglo separa la producción de la exposición sobre la historia de la mujer en Chile, organizada en 1938
ambas artistas. Conocida por su temperamento rebelde, que le valió la por el MEMCH. El movimiento estaba asociado al Frente Popular,
expulsión de la Academia, a la cual habría ingresado por recomendación siendo un eje importante para la campaña presidencial de Pedro
de Pedro Iñiguez, pronto es reinsertada debido a su indudable talento. Aguirre Cerda. En 1940, Rodig participa como Secretaria Ejecutiva de
A diferencia de Matte, Rodig acude al simbolismo a través de la la Asociación de Pintores y Escultores, promoviendo el desarrollo del
representación del mundo femenino latinoamericano. Las influencias arte social. Era necesario que la Internacional Comunista virara hacia
recibidas del muralismo mexicano, cuando viaja con Gabriela Mistral los Frentes Populares para que artistas como Rodig se incorporaran
en 1922, le permite incorporar raíces indigenistas que caracterizarán a la difusión de las artes ligadas a espacios obreros, marginales y la
el paso de sus obras, tanto en escultura como en pintura con su famosa educación infantil67. Como activista política, Rodig es, quizás, la artista
“Fuente de las mujeres”. “En ese país –México– todos tienen unos más comprometida con el movimiento feminista durante la primera
cerebros capaces de concebir cosas muy grandes; el pasado, la raza, las mitad del siglo. Es probable que esta estética asociada a lo indigenista y
luchas de defensa y las que cuenta la libertad”, señala Rodig en 1925 en popular la distanciara formalmente de sus compañeros.
la revista Zig-Zag sobre su interés por la cultura mexicana y sus artistas64. “No ‘Maternidad’ sencillamente, sino ‘Maternidad Doliente’ debió
En 1924, expuso exitosamente en el Museo de Arte Moderno de llamarse aquella abatida figura de mujer india con su hijo dormido en los
Madrid, dirigido entonces por el escultor Mariano Benlliure. La brazos con tan enorme lasitud en toda su expresión”68, describe Laura
Junta del Patronato del Museo adquiere su obra “India mexicana”, Jorquera en 1927, resaltando la rudeza de las líneas, el vigor y atrevimiento

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de la obra de la escultora. El ‘panteísmo’ de Rodig, dinámico, colorista libremente. Así, Lily Garafulic realiza en 1946 su obra monumental “Los
en sus pinceles y lineal en sus esculturas, se entrecruza con los tópicos profetas” en el Santuario de Lourdes de Santiago. Mientras que en los
del intimismo, el mundo femenino y literario. Sin embargo, si bien Cementerios General y Católico de la capital metropolitana, podemos
esta concepción artística le provee de fórmulas exitosas, el desarrollo encontrar “El dolor” (1913-1922) y “Adán y Eva expulsados del Paraíso”
de la escultura chilena a mediados del siglo exigirá una evolución en el o “Los ciegos” (1916), de Rebeca Matte; una escultura de Blanca Merino
contenido que permitirá la inscripción de obras con las figuras de Marta en la bóveda de la Familia Salamanca O’Neil, el “Non omnis moriar” en
Colvin y Lily Garafulic. la tumba de sus padres y “El regazo” ejecutada por la misma en 1935; un
“La señorita Rodig posee un temperamento tan rico, una inventiva homenaje a la bailarina Isabel Glatzel, “Danza para tu sombra” y otro
tan natural y fácil, que uno desearía verla abordar con mayor ambición a Marta Brunet, ambos de la escultora Marta Colvin; una escultura de
los problemas artísticos”, señala la Revista Pro-Arte en 194869, a raíz de la Marta Lillo realizada en 1945 para la bóveda de don Alberto Henckel
renovación estética que sufre la escultura chilena, y cuando los elementos y una obra de Marta Cabrera y otras dos de Laura Rodig, entre las que
que caracterizaron exitosamente la obra de Rodig, parecen apartarla de se encuentran un busto a Fray Camilo Henríquez. Al bajo costo de las
la construcción de ‘tradición escultórica’ en el arte chileno. Aun cuando obras realizadas por las escultoras –en comparación con los trabajos de
esta renovación se valiera del mismo influjo de ‘lo americano’, pero los escultores chilenos como Carocca Laflor–, se puede añadir la visión
esta vez hacia un sentido geométrico, andino, en el uso de materiales y de la mujer asociada a los ritos de nacimiento y muerte, los que, a su vez,
símbolos acordes al rescate de lo popular que se gesta en estas décadas. se enlazan con los códigos simbólicos primarios de lo femenino.
En 1943 se crea el Museo Popular Americano en el edificio de la Terraza Espacio contenido, resguardado e íntimo que permitió la
Hidalgo del Cerro Santa Lucía y la Escuela de Canteros Pedro Aguirre legitimación individual e intelectual de las escultoras como estrategia
Cerda dirigida por el escultor Samuel Román. En los años siguientes discursiva, que condice con “el espiritualismo de vanguardia,
aparecieron el Instituto de Investigaciones Folklóricas Musicales, el orientado hacia la exploración del alma, a descubrir y expresar el dolor
Departamento de Extensión Popular Universidad Valentín Letelier y el incorpóreo, y enaltecer lo sublime que hay en él”.72 En contraposición
Museo de Arte Contemporáneo, “corolario de los afanes de modernidad a los monumentos realizados para el espacio público, las obras de estas
y transferencias culturales reseñadas”, todos ellos bajo el alero de la escultoras localizadas en el espacio funerario, revelan una apropiación
Universidad de Chile70. sexogenérica, donde el cuerpo ocupa un rol preponderante.
“No olvide usted su arte, Laura, y con él puede el arte también
mío”, fue la recomendación que diera Gabriela Mistral a la escultora en
195771, cuando ambas se adscriben a una iconografía estética mestiza
y sexogenérica como elementos simbólicos, en tanto se configuran
como representaciones adscritas al proyecto político de la modernidad
latinoamericana. Quizás este proyecto margina a Laura Rodig del
sistema escritural de la crítica contemporánea, apartándola a los espacios
específicos de consagración en el ámbito de los monumentos públicos.
Debemos decir, sin embargo, que las escultoras van al encuentro de
espacios urbanos alternativos, donde pueden observar y ser observadas

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NOTAS

1
Carta de Henriette Petit a Luis Vargas Hombres. Sus restos fueron velados en la de las artes”, Revista Bells 13, Universidad de implicaban los seguros, quedando muchas
Rosas, París, 20 de julio de 1920. En Díaz, Escuela de Bellas Artes. Revista En Viaje, Barcelona, 2004, pág. 1 de las obras en Buenos Aires.
Op.Cit., pág. 150 diciembre 1948, nº 182, pág. 93 17
Jean Emar, “Grupo Montparnasse”, La 28
Kirkpatrick, Op.Cit., pág. 272
2
Carta de Henriette Petit a María Marfán 8
Nicanor Polanco, “Consideraciones en Nación, jueves 25 de octubre de 1923, pág. 3. 29
Ibid, pág. 222
de Petit, París 11 de mayo de 1935. En Díaz, torno a la obra de Chela Aranís”. Revista de En, Jean Emar: Escritos de Arte (1923 – 1925), 30
Si bien el título de la obra es una cita
Op.Cit., pág. 564 Arte, año iv, nº 19-20, 1938, pág. 13 pág. 61 directa a la obra de Luca Giordano, podría
3
Jean Emar, “Sobre la enseñanza de la 9
“El Premio Bolsa de Estudios a París”, El 18
Carta de Luis Vargas Rosas a Henriette también interpretarse como una referencia
pintura”, La Nación, Jueves 27 de noviembre Diario Ilustrado, viernes 29 de abril de 1927, Petit, Florencia, 3 de agosto de 1920. En autobiográfica a su experiencia en París.
de 1924. En Emar, Op.Cit., pág. 9 pàg. 3 Díaz, Op.Cit., pág. 153 31
Aunque las mujeres se presentan totalmente
4
Carta de Sara Malvar a Fernando García 10
“En el Salón de Invierno. Una pintora y 19
Carta de José Larraín a José Bakchaus, desnudas, los varones lo hacen caleçonnés.
Oldini, 4 de enero de 1927. En Díaz, una escultora”, Revista Zig Zag, 28 de julio París, viernes 12 de 1921. Ibid., pág. 171 32
Denise Nöel, “Les femmes peintres dans
Op.Cit., pág. 378 de 1923, nº 962, año xix 20
Carta de Sara Malvar a Fernando García la seconde moitié du xixe siècle”, En Clio,
5
Al respecto Justo Pastor Mellado ha 11
Richon Brunet, Op.Cit, “Artes plásticas. Oldini, miércoles 1 de febrero de 1928. En nº 19, s/n pág
escrito numerosos artículos sobre la política El salón oficial de 1939”, pág. 15. En 1952, Díaz, Op.Cit., pág. 396 33
Carta de Juan Francisco González escribe
anti-oligárquica del Ministro Ramírez. Juana muere accidentalmente mientras 21
Carta de Henriette Petit a Luis Vargas a Miguel Magallanes Moure, París, 30 de
6
Castillo, Op.Cit., págs. 93-94. Junto a trabaja en la decoración de la Iglesia Rosas, 5 de octubre de 1922. Ibid., pág. 253 diciembre de 1904. En Díaz, Op.Cit., pág. 103.
ellas, viajaron Totila Albert, Jorge Madge, Baccarat, en Francia. 22
Jean Emar, “Espíritu viejo y espíritu 34
Haedo, Op.Cit., pág. 46. La guerra
Julio Ortiz de Zárate, Camilo Mori, Isaías 12
“Una escultora chilena en París”. joven”, La Nación, martes 6 de mayo de 1924. sumó otras dificultades. Las fundiciones
Cabezón, Julio Vásquez, Luis Vargas Revista de Arte, 1935, año ii, nº 8, pág. 33. En Emar, Op.Cit., pág. 5 se cerraron, escaseaba el material como el
Rosas, Oscar Millán, Héctor Banderas, Traducción del artículo publicado en la 23
Carta de Henriette Petit a Laureano yeso, a lo que se sumaban los altos costos
Gustavo Carrasco, René Mesa, Héctor Revista Les Artistes d’Aujourd’hui en agosto Guevara, abril de 1924. En Díaz, Op.Cit. que significaba realizar obras de gran
Cáceres, Armando Lira, Laureano Guevara, de 1935. pág. 280 envergadura. Ha quedado de manifiesto
Abelardo Bustamante, Roberto Humeres, 13
Al respecto, Griselda Pollock, Vision and 24
Carta de Luis Vargas Rosas a Laureano que la Segunda Guerra Mundial también
Ignacio del Pedregal, Augusto Eguiluz, Difference: Femininity, Feminism, and Histories Guevara, 4 de abril de 1924. Ibid. pág. 281 trajo consecuencias, también, en la escasez
Marcial Lema y Rafael Alberto López. of Art, págs. 76-91 25
“Exposición de arte libre. Creacionistas, de los materiales. En Chile se hizo notar,
7
Víctor Martínez muere en 1948. Su 14
Arratia, Op.Cit., “Con la pintora Dora cubistas, independientes”, Revista Zig-Zag, especialmente, en la Escuela de Artes
fallecimiento es publicado en un artículo Puelma” 13 de junio de 1925, nº 1060, año xxi. Aplicadas lo que generó la creatividad del
de la Revista En Viaje, donde se menciona 15
Marta Vergara, Memorias de una mujer 26
Carta de Henriette Petit a Luis Vargas uso de los recursos y la autosuficiencia.
que desarrolló gran parte de su carrera irreverente, Editorial Gabriela Mistral, Rosas, 22 de noviembre de 1922. En Díaz, 35
Virginio Arias, “Memoria Histórica de
en España. Sus últimos años los vivió en Santiago, 1963. pág. 67. Op.Cit., pág. 257 la Escuela de Bellas Artes de Santiago De
Chile, dedicándose a potenciar la vocación 16
Eulalia Piñero, “París era una mujer: 27
Esta exposición no logró exhibirse en Chile”, En Anales de la Universidad de Chile,
artística de los alumnos del Liceo nº 18 de Gertrude Stein, las expatriadas y la eclosión su totalidad debido a los altos costos que 1908, t. cxxiii; Sem 2°

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36
Carta de Henriette Petit a Luis Vargas 44
Kirpatrick, Op.Cit., pág. 227 53
Kirkpatrick, Op.Cit. pág. 14 ht t p : //w w w.ju stopa stor me l l ado.c l /
Rosas, Santiago 21 de abril 1921. En Díaz, 45
Ibid, págs. 226-228. Es interesante, cómo 54
Cortés, Op.Cit., pág. 207 edicion/index.php?option=content&task=
Op.Cit., pág. 180 a partir de las vanguardias el tema del 55
Carlos Raygada, “El V Salón de Verano de view&id=276&Itemid=28
37
“En el Salón”, La Época, 21 de septiembre cuerpo femenino comienza a apropiarse Viña del Mar”, Revista de Arte, nº 14, año iii, 64
“Mujeres interesantes. Laura Rodig”,
de 1888 del lenguaje de las artistas y que se traslada año 1937, pág. 7 Revista Zig Zag, 4 de abril de 1925, nº 1050,
38
Thomson, Op.Cit. “En el Salón de 1900”, al cuerpo como soporte en actividades 56
Haedo, Op.Cit., pág. 15 año xxi
Instantáneas de Luz i Sombra, 18 de noviembre performáticas internacionales a partir de 57
Al respecto ver Rolando Báez, “Cuerpo 65
“El éxito de una escultora chilena en
de 1900. 1916 hasta nuestros días. Dis(loca)do”, Tesis para optar al grado de Madrid. El triunfo de Laura Rodig”, El
39
Raygada, Op.Cit., pág. 6 46
Luis Lattapiat: “Laura Rodig. La gran licenciado en artes con mención en Teoría Mercurio, 8 de febrero de 1925. Archivo
40
Muñoz, Op.Cit., pág. 61. La cita escultora desaparecida”, Revista En Viaje, e Historia del Arte, Universidad de Chile, Museo Nacional de Bellas Artes
corresponde a Matilde Pérez junio de 1973, nº 469 Santiago, 1997. 66
“(…) superiormente dotada, su inspiración
41
“Las mujeres se cortaron el cabello, el que 47
Nathanael Yáñez Silva, “Bellas Artes. 58
Isella regresa en 1916 a Buenos Aires y original se basa en calidades notables de oficio, su
llevaban tradicionalmente largo, a la vez Exposición retrospectiva de La Alhambra”, el monumento “A la Revolución de Mayo” talento, la llevarán rápidamente a la gran notoriedad”.
que optaron por exhibir un pecho plano. La Nación, 29 diciembre 1951. Elmina Moisán nunca logró ejecutarse. En, “Laura Rodig, Les Artistas d’Aujourd’hui
Las faldas cortas, la ausencia de corsets, fallece en Santiago tras contraer malaria en 59
Santiago Pulgar, “Las iniciales”, Instantáneas de au Salon d’Automne”. Sin referencias, Archivo
la recién hallada libertad de movimientos, Lima. En 1936 había muerto Teresa Miranda Luz i Sombra, 18 de agosto de 1901, nº 75, año ii Museo Nacional de Bellas Artes.
todos fueron llamados a la liberación”. En, y tres años después, es homenajeada por sus 60
Serse Alessandri, “La escultura chilena en 67
Vergara, Op.Cit.
Diana Veneros, “Continuidad, cambio y compañeros Hilda Neveau, otra joven pintora el Palacio de La Haya”, El Mercurio, miércoles 68
Laura Jorquera, “Una visita a la Exposición
reacción”. En: Perfiles Revelados. Historia de “arrebatada por la muerte cuando estaba dando 11 de febrero de 1914. Traducción del artículo Femenina” En Guerín de Elgueta, Sara:
Mujeres en Chile siglos xviii-xx, págs. 30-31. pruebas de un talento sobresaliente”. Ricardo de Serse Alessandri del diario La Nazione de Actividades femeninas en Chile: obra publicada
42
Natalia Cisterna Jara, “Sujetos femeninos Richon Brunet, “Artes plásticas. El salón Florencia del día 10 de enero de 1914. con motivo del cincuentenario del decreto que
y espacios modernos en la narrativa de oficial de 1939”, Boletín Mensual Revista de Arte, 61
Augusto Thomson, “El salón de 1901”, concedió a la mujer chilena el derecho a validar sus
mujeres latinoamericanas de inicios del 1 de enero de 1940, año i, nº 3 Revista Instantáneas de Luz i Sombra, 27 de exámenes secundarios, 1928. pág. 48
siglo xx: Jirón de Mundo e Ifigenia”. Documentos 48
Chadwick, Op.Cit. pág. 297 octubre 1901, nº 84, año ii. La obra “El 69
“Crítica Salones” Revista Pro-Arte, 1948.
Lingüísticos y Literarios, 2005, nº 28 49
Yáñez Silva, Op.Cit., “El arte femenino Encantamiento” fue catalogada como “El Archivo Museo Nacional de Bellas Artes
43
Carta de Henriette Petit a María Tupper, en 1919”, Revista Zig-Zag 18 de diciembre de Eco” en 1922 por Luis Cousiño y permanece 70
Enrique Solanich, “Escultura pública y la
diciembre de 1927. En Díaz, Op.Cit. pág. 1920, pág. 52 con ese nombre en los archivos del Museo cúpula de la Basílica de Lourdes de Santiago”,
395. Delia del Carril y Gabriela Rivadeneira 50
Juan Saldaña, “Celia Leyton V., artista Nacional de Bellas Artes. Atenea, 2006, nº 494
participan en círculos intelectuales. Martha sureña”, Revista En Viaje, Febrero 1947, nº 160 62
Thomson, Op.Cit., “En el Salón de 1900”, 71
Gabriela Mistral, Carta a Laura Rodig
Villanueva, Herminia Arrate, Henriette 51
Nathanael Yáñez Silva, “El Salón Oficial Instantáneas de Luz i Sombra, 18 de noviembre publicada en Revista Zig-Zag, 21 de Enero de
Petit, Martha Cuevas, Inés Puyó, María de 1919”, Pacífico Magazine, Noviembre de de 1900. 1957
Tupper y Blanca Merino se relacionan 1919, nº 83, Vol xiv, pág. 496 63
Justo Pastor Mellado, Comparaciones 72
Subercaseaux, Op.Cit., pág. 100, Tomo iii
constantemente, compartiendo talleres, 52
Carlos Casassus, “Exposiciones de Judith odiosas (2), publicado en su página oficial en
aprendizajes u otras experiencias artísticas. alpi”, El Diario Ilustrado, 20 de julio de 1958 Septiembre del 2005.

186 187
Laura Rodig, "Fuente y sus mujeres" (París, 1928)
Óleo sobre tela, 130 x 162 cm
Museo Bellas Artes Palacio Quinta Vergara
Chela Aranís, “Dibujo” (París, 1929)
Revista de Arte, 1938
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

Chela Aranís, “Sin nombre” (París, 1929) Chela Aranís, “Desnudo”


Revista de Arte, 1938 Revista Zig-Zag, 1928

192 193
María Baradocoy, "Desnudo" (1937)
Revista de Arte, 1937
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

Elmina Moisan, "Interior" Ana Cortés, "Desnudo"

OK
Óleo sobre tela, 115 x 90 cm Óleo sobre tela, 55 x 46 cm
Museo Nacional de Bellas Artes Museo de Arte y Artesanías de Linares

196 197
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

Elmina Moisan, "Desnudo" María Fuentealba, "Desnudo femenino nº 2"


Óleo sobre tela, 66 x 44 cm Carboncillo sobre papel, 43 x 31 cm
Pinacoteca Universidad de Concepción Museo de Arte y Artesanía de Linares

198 199
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

 
Judith Alpi, "Retrato de Laura Rodig" (1915) Judith Alpi, "Retrato de la escultora Laura Rodig"
óleo sobre tela, 57 x 47 cm Óleo sobre tela, 121 x 98 cm
Museo Nacional de Bellas Artes Pinacoteca Universidad de Concepción

200 201
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) iii modernas. modernistas. vanguardistas

Ximena Cristi, "Autorretrato" Matilde Pérez, "Autorretrato"


Óleo sobre tela, 60 x 50 cm Óleo sobre tela, 73 x 60 cm
Pinacoteca Universidad de Concepción Pinacoteca Universidad de Concepción

202 203
Blanca Merino, "Manuel Rodríguez" (1947)
Parque Bustamante, Santiago, Chile.
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950)

Rebeca Matte, "Unidos en la Gloria y en la Muerte (Ícaro y Dédalo)" (1922)


Bronce, 200 x 180 x 210 cm
Frontis Museo Nacional de Bellas Artes

Rebeca Matte, "Homenaje a los Héroes de la Concepción" (1920)


Bronce, 300 x 128 x 130 cm
Avda. Libertador Bernardo O'Higgins, Santiago, Chile. >

206
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950)

Blanca Merino, "Non omnis moriar",


Cementerio General, Santiago, Chile

Rebeca Matte, "Dolor" (1913-1922),


Mármol, 270 x 170 x 87 cm
Cementerio General, Santiago, Chile >

208
Marta Lillo, Escultura (1945)
Cementerio General, Santiago, Chile
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950)

Lily Garafulic y sus 16 profetas de la Basílica de Lourdes (Quinta Normal, Santiago)


Revista Life, 1946

212
Epílogo

He querido cerrar esta investigación con las ansias de continuar un


camino hacia la recuperación de nuevas memorias históricas. Hilar,
transversalmente, los mundos femeninos y masculinos en la producción
del arte nacional y las lecturas posibles que pueden realizarse a partir
del ejercicio pleno de la disciplina de la historia del arte.
Hasta ahora hemos visto que el camino que se recorre desde el
rescate de algunos casos individuales de artistas que sobresalieron en
la escena nacional, se abre, de pronto, a la configuración de un corpus
metodológico que da cuenta de la presencia femenina en el arte chileno.
Los paralelos entre crítica de arte y mujeres productoras, permitieron
establecer cruces, transferencias y desplazamientos que se produjeron
entre ambas instancias de diálogo. Flujos de intercambio que facilitaron
la inclusión de las artistas en los espacios formales de recepción, pero
que las excluyó de la inscripción histórica en el tratamiento del programa
moderno del arte chileno.
A lo largo de la primera mitad del siglo xx, la crítica artística consideró
la creación femenina desde el análisis de las diferencias de género en
la producción de las obras de arte, demeritando el carácter universal
de la obra producida por las mujeres o bien, anulando la participación
individual de las mismas, relegándolas a una categoría más dentro de
las Bellas Artes: pintura, escultura, arte femenino. La mayor de las
veces tratadas en bloque, sus obras serán juzgadas desde lo meramente
descriptivo, las sensibilidades asignadas a su género y las asociaciones
masculinas en las que se insertan.

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) mito y revelación

Supeditadas a relaciones de poder, estas mujeres aparecerán muchachos de su tiempo”, según la describiera Camilo Mori, se instala,
frecuentemente asociadas a los grandes maestros o bien, a círculos probablemente, desde su identidad sexual.
de artistas. Serán hermanas e hijas de pintores y escultores que las Si bien se vieron enfrentadas a prejuicios respecto a su género, el
formarán e insertarán en su entorno de influencia cercano. Serán desafío sobre sus producciones se realizó desde diferentes perspectivas4.
amigas y compañeras, construyendo redes femeninas de colaboración Uno de ellos fue el evitar una ‘manera femenina’, que significaba favorecer
e intercambio. Serán esposas o amantes de otros artistas con quienes la pintura al óleo, por sobre la acuarela, miniaturas y el pastel, trabajar
compartirán sus experiencias. No son pocas las relaciones sentimentales sobre grandes formatos, controlar la técnica, afirmarse respetando
que encontramos a lo largo de la historia, y es en el interior de estas las reglas que aprobaba la mayoría. Era distanciarse de todo lo que
relaciones cuando los roles de género son constantemente negociados1. caracterizaba al diletantismo. En este contexto, ante los problemas
“La pintura constituye para mí la mayor preocupación –que comparto técnicos y procedimientos que entraña el oficio de escultor (a), el trabajo
naturalmente– con mi vida de hogar”2, señala Judith Alpi. de las escultoras fue percibido positivamente por la crítica de arte, ya
Muchas de estas mujeres deberán renunciar a su oficio de artistas, que se alejaba de este concepto.
mientras que otras se transformarán en proveedoras para que sus Históricamente, dos son las herramientas más utilizadas para definir
compañeros continúen con su vocación. Un ejemplo de lo anterior es el arte producido por mujeres. La primera de ellas, es la llamada ‘estética
Henriette Petit, quien trabaja como enfermera en el Hospital Rouselle de la diferencia’, un concepto proveniente de las esferas separadas en
de París para enfermos mentales, mientras su esposo, Luis Vargas Rosas, donde se afirma que hombres y mujeres, en virtud de diferencias y
trabaja incansablemente en su proyecto pictórico. Pero aun cuando en aptitudes naturales, deben ocupar distintos dominios de la sociedad y,
casos como este los roles se invierten –en el cual la mujer hipoteca el por ende, del arte. Y, en segundo lugar, la ‘tradición de la ruptura’, en el
quehacer pictórico en función de la consagración del otro– las actividades cual el canon es cuestionado a través, por ejemplo, del rescate de valores
que asumen para mantener el hogar seguirán siendo aquellas que se asocian relativos al orden matriarcal o el rechazo de la tradición académica.
tradicionalmente a su género: enfermeras o educadoras, por ejemplo. Sin embargo, durante la primera mitad del siglo xx no es posible
Abandonar el oficio por la familia, cuidar a los hijos o la escasez determinar una respuesta de grupo unificada por las artistas respecto
económica, son condiciones a las que deben enfrentarse cotidianamente. a sus producciones ni frente a la recepción masculina de sus obras.
Rebeca Matte cuida a su hija Lily renunciando temporalmente a la Pero sí una progresiva reacción a la restringida actividad artística,
escultura, acción que la reinserta en el espacio social tradicional; en especial cuando se encuentra asociada a una promoción oficial
Herminia Arrate abandona la pintura momentáneamente al de obra. En este contexto, es interesante hacer notar que, a pesar del
convertirse en Primera Dama en 1932, cuando Carlos Dávila asume creciente desarrollo de movimientos femeninos a fines del siglo xix y
provisionalmente la Presidencia de Chile; María Tupper vende objetos que se extienden durante todo el siglo xx, haya sido la literatura más
de lujo junto a Henriette Petit, y Ana Cortés ofrece leña a sus amigos. que las Bellas Artes la que promoviera de forma abierta y evidente
Otras se oponen a las normas establecidas, favoreciendo el oficio por este síntoma social, al menos hasta 1950. Muchas de las prácticas
sobre cualquier otra posición; Luisa Isella se casa tardíamente, a los artísticas realizadas por estas mujeres se desarrollaron bajo una
47 años, mientras Lily Garafulic se rehúsa a hacerlo. “No podía tener especie de camuflaje temporal y contingente frente a las instituciones,
dos amores al mismo tiempo –señala– y escogí el que más quiero: en especial, frente al canon. Por ejemplo, los ensayos sobre el desnudo
la escultura”3 y Laura Rodig, “la más amiga de las amigas de los y la ausencia temática de la maternidad.

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) mito y revelación

Un canon que fue definido bajo un marco conceptual que, la mayor se encuentra relacionada y apoyada, precisamente, por los medios en
de las veces, se encontraba enlazado a prácticas liberales/conservadoras los que se inscribe y desde ahí determinan las redes de circulación del
y positivistas basadas en los conceptos de la tradición moderna. Muchos discurso, la obra, la comunidad artística, las omisiones y la memoria.
de los críticos de arte provienen del siglo anterior y traspasaron la barrera Así, desde las articulaciones de poder, las artistas chilenas fueron
cronológica hasta alrededor de 1935, extendiendo de esa manera los validadas por entornos diferentes, es decir, no solo se trata de una
discursos paternalistas sobre el arte. Recién acercándonos a la década cuestión de género sino de filiaciones y estrategias relacionadas con las
del ‘40, con la incorporación de metodologías sociológicas y filosóficas, políticas y reglamentos de los sistemas de difusión y circulación de las
la herencia de literatos como Emar y Huidobro, los cambios sociales y la obras de arte donde muchas consiguen posicionarse, pero solo algunas
participación cada vez más activa de la mujer en el mundo globalizado, logran inscribirse.
la aparición de nuevos movimientos estudiantiles, entre otros, iniciarán Por otra parte, las escultoras se enfrentaron al dominio de los
una homogeneización del discurso frente a las diferencias de género. monumentos públicos y el desarrollo de los discursos iconográficos
Es revelador que de estas cerca de 500 mujeres, solo cuatro lograron concebidos según las necesidades de los grupos sostenedores del poder,
Premios Nacionales de Arte: Marta Colvin (1970), Ana Cortés desde los cuales se definió una construcción simbólica en torno a los
(1974), Lily Garafulic (1995) y Gracia Barrios (2011). Ello testimonia, conceptos de nación moderna.
nuevamente, la invisibilidad con la que ha operado la producción Finalmente, estas enérgicas artistas prolongaron los géneros
femenina. La falta de una rigurosidad metodológica sobre el trabajo históricamente asociados al arte moderno. Cabe preguntarse en este
de fuentes en la historia del arte chileno, ha potenciado el fenómeno sentido, si este redundante corpus productivo sobre estos géneros
de la omisión. En este sentido, también la producción de archivos –una ‘estética de resistencia’ de lo femenino– busca en la retórica de la
especializados, los soportes y proyecciones de la función de archivar y, repetición del estereotipo, precisamente, desentrañarlo, descentrarlo,
por ende, de qué conservar. Ya lo dice Pedro Lira en 1902, sobre una es decir, cuestionarlo. A partir de esta generación, la profesionalización
práctica que parece repetirse hasta nuestros días, donde: de las artistas en el ámbito de las artes fue un asunto económico y
laboral, por cuanto aportaron con su dinero a las prácticas artísticas
“(…) las hojas de servicio de los artistas se publican, es verdad, y su desarrollo. Además de configurar su propia identidad, desde
año tras año, en los catálogos de nuestras exposiciones; pero donde elaboraron sus estrategias creativas, colaborativas, discursivas y
también es muy cierto que nadie trata de guardar esos catálogos negociaciones implícitas en la inscripción en la escena artística nacional6.
y que, fuera de ellos, no hay donde ilustrarse en la materia”5. A la falta de información se suma el difícil acceso a las obras de estas
mujeres, pocas veces situadas en el mercado del arte, relegadas a los
Serán estos catálogos de los salones y exposiciones, las secciones depósitos en los museos; esculturas que nunca llegaron a materializarse;
de arte de revistas como Zig-Zag, Pacífico Magazine, Instantáneas de Luz obras ausentes sobre las cuales tenemos algunas referencias de su
i Sombra, los medios especializados como El Taller Ilustrado y la Revista participación en exposiciones o de fotografías presentes en los catálogos.
de Arte y periódicos nacionales como El Ferrocarril, El Mercurio, La Es en el Salón donde hombres y mujeres conviven con las mismas normas
Nación y El Diario Ilustrado, entre otros, los principales contendores que se establecen para el arte, es decir, un mismo jurado para todos los
de información sobre las artes chilenas, configurándose en espacios expositores, iguales recompensas y un mismo derecho de voto. En Chile
que legitiman los discursos estéticos. La autoridad del crítico de arte comparten la misma escena plástica, participan en los mismos salones,

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) mito y revelación

viajan a Europa, se relacionan con los mismos maestros y exponen sus NOTAS
obras, eventualmente, sin dilaciones teóricas ni de género.
“¡Qué triunfo i qué revolución en el arte en la idea, en el hogar, en la 1
Clara Filleul aparece frecuentemente Pérez y Gustavo Carrasco, María Luisa
educación, en todo! Y junto con esto, cuán inmensa evolución social!”7, asociada a Monvoisin, Laura Mounier Bermúdez y Mario Carreño y, finalmente,
concluye Vicuña Mackenna a fines del siglo xix respecto a la inclusión de con el diplomático y pintor griego Juan Gracia Barrios con José Balmes, entre
la mujer en el arte chileno. Sin embargo, en la realidad se ven enfrentadas Saridakis, Henriette Petit con Laureano tantos otros ejemplos.
a discursos y al choque de conceptos en los cuales el arte se asocia a la Guevara y Vargas Rosas con quien contrae 2
Ruperto Tapia Caballero, “Judith Alpi
tradición paternalista del Estado y los entes sostenedores de la sociedad. matrimonio, mientras que Sara Malvar de Holuigne, una gran pintora”, Revista Zig
Desde estas similitudes y diferencias, hombres y mujeres configuran la se relaciona con Enrique Bentrix, José Zag, nº 1135, 20 de noviembre de 1926.
historia del arte en Chile los primeros cincuenta años del siglo xx. Backhaus y Fernado García Oldini. Chela 3
Entrevista a Lily Garafulic, publicada
Aranís contrae matrimonio con el pintor con ocasión de su muerte. Cecilia Valdés,
sueco Serge Brignoni y Herminia (Mina) “Hasta siempre, Lily Garafulic”, El Mercurio,
Yáñez con “Pilo” Yáñez (Jean Emar), al Viernes 16 de Marzo de 2012, pág. 14
menos hasta 1930, fecha en la que Emar se 4
Mayayo, Op. Cit, pág. 59
casa con la pintora Gabriela Rivadeneira. 5
Pedro Lira, Diccionario biográfico de pintores,
Más adelante encontramos otros Segundo Apéndice, pág. 554
matrimonios entre artistas, como Juana 6
Laura Malosetti, “Una historia de
Müller y el escultor Jean Le Moal, Elmina fantasmas. Artistas plásticas de la
Moisán y Otto Georgi, también pintor, generación del 80 en Buenos Aires” Op. Cit.
Emma Jauch y Pedro Olmos, Matilde 7
Vicuña Mackenna, Op. Cit. pág. 439

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“Taller pintura al fresco
de Laureano Guevara”
Revista de Arte, 1936
anexos & bibliografIa

anexos
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

PINTORAS Y ESCULTORAS EN CHILE ANTES DE 1950

Abarca, Rosa activa en los años 1944 - 1945 PINTURA Araya Guerrero, Josefina activa 1946 PINTURA

Acuña, María activa en 1885 PINTURA Arévalo, Irma activa en los años 1936 - 1943 PINTURA

Acuña, Modesta activa en 1885 PINTURA Armanet Besa, Raquel activa en 1936 PINTURA

Ada, Roma activa en los años 1928 - 1940 ESCULTURA Arrate de Dávila, Herminia 1896 - 1941 PINTURA

Ahumada, Carmela activa en 1886 DIBUJO Arriagada de la Jara, Elsa activa en los años 1923 - 1940 PINTURA

Aichel, Jeannette activa en 1886 DIBUJO Arrieta Concha, Hermanas activas a fines del siglo xix PINTURA

Alcalde, Dora activa en el primer tercio del siglo xx PINTURA Arroyo, Luz activa en 1947 PINTURA

Aldunate de Waugh, Rosa activa en los años 1883 - 1940 PINTURA Astoreca, Paz 1916 - 2002 PINTURA

Aldunate, Isabel activa en 1910 PINTURA Avaria de Morandé, Zoila activa en 1884 PINTURA

Aldunate, Paula activa en 1835 PINTURA Azócar Puratich, Irene activa en 1943 ESCULTURA

Alemparte, María Graciela 1923 PINTURA B. de Rivera, Adela activa en los años 1923 - 1938 ESCULTURA

Alexandre de Roca, Hortensia activa en los años 1922 - 1950 PINTURA Babarovic, Sonja activa 1946 PINTURA
(o Alessandri) Bacigalupo Araya, Estela activa en 1938-1942 ESCULTURA
Alfonso, Leticia activa en 1924 PINTURA Badilla Burgos, Hilda activa en los años 1943 - 1948 PINTURA
Allende Ponce, Tegualda activa en los años 1933 - 1938 ESCULTURA Badilla, Aurora activa en 1907 PINTURA
Alpi de Holuigue, Judith 1893 - 1938 PINTURA Baeza, Demófila activa en los años 1906 - 1940 PINTURA
Alvarez Concha, Dolores activa en 1887 PINTURA Baeza, Elena activa en 1931 PINTURA
Alvarez Condarco Duddig, 1825 – 1865. Activa en 1839 PINTURA Baeza, María activa en 1910 PINTURA
Clara (anglo-argentina)
Balduzzi Bertotti, activa en 1942 ESCULTURA
Alvarez de Sander, Virginia activa en 1939-1941 PINTURA María Magdalena
Alvarez, Raquel activa en los años 1921 - 1940 PINTURA Banderet, Eliana activa en los años 1940 - 1948 PINTURA
Ammanati de Caro, Amelia activa en 1945 PINTURA Bañados, Cecilia activa en 1943 PINTURA Y
An der Fuhren Nohl, Margot activa en los años 1939 - 1947 PINTURA ESCULTURA

Anguita, Nina activa 1950 ESCULTURA Baradocoy, María activa en 1937 PINTURA

Aramayo, Lidia De activa 1928 ESCULTURA Barahona, María activa en 1943 DIBUJO

Aranís Valdivia, Graciela (Chela) Santiago, 1908 - Berna-Suiza, 1996 PINTURA Barahona, Susana activa 1950 PINTURA

Aranis Valdivia, María 1903 – 1966 PINTURA Y Barriga G., María Inés activa en los años 1924 - 1940 PINTURA
ESCULTURA Barrios, Gracia 1927 PINTURA

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

Barros de Jara, Sofía activa en los años 1916 - 1940 PINTURA Bru, Roser (española) 1923 PINTURA
Bascuñán Jiménez, Adriana activa en 1938 PINTURA Bruce, Ana (inglesa) activa en Chile en 1885 - 1887 PINTURA
Basulto, Carmen activa en 1943 ESCULTURA Brügmann Hedemann, Gertrud activa en 1943 ESCULTURA
Bellet, María activa en 1931 ESCULTURA Bussinger, Juana activa en 1943 PINTURA Y
ESCULTURA
Beltramí, Clara activa en los años 1904 - 1940 PINTURA
C. de Mujica, Francisca activa en 1943 DIBUJO
Beltrán, Elena activa 1950 PINTURA
Cabral, María activa en los años 1896 - 1938 PINTURA
Benavente Larrazabal, Raquel activa en 1943 PINTURA
Cabrera, Eugenia activa en 1940 PINTURA
Bermúdez, Alicia 1915 PINTURA
Cabrera, Marta activa en 1950 ESCULTURA
Berroeta de Novoa, Lidia ¿-1943. activa en 1904 - 1940 ESCULTURA
Cáceres, Lucrecia activa en 1880 ESCULTURA
Berroeta, Elisa activa en 1907 GRABADO
Cádiz, Amalia activa en 1884 PINTURA
Berry, Ana activa en 1884 PINTURA
Cafarli, María activa a fines del siglo xix PINTURA
Berthing, Hilda activa en 1937 PINTURA
Caimi, Olga activa en 1943 PINTURA
Bertrand, Elena activa en 1930 - 1940 PINTURA Y
ESCULTURA Calderón, Ana Luisa activa en 1886 PINTURA
Besa de Donoso, Luisa activa en 1940-1948 PINTURA Cameron, Stella activa en Chile en 1937 PINTURA
Blanche, Alicia 1928-1991 ESCULTURA Canales Sore, Filma activa en 1943 ESCULTURA
Bobadilla, Lastenia activa en los años 1919 - 1940 PINTURA Campusano, Lidia activa en los años 1927 - 1940 ESCULTURA
Boettcher, Paulina activa en 1931 y 1933 PINTURA Y Carbonel, Gudelia activa en 1901 PINTURA
ESCULTURA
Cárdenas, Derfilia activa en 1937-1939 DIBUJO
Boettinger de Becker, Olga activa en 1944 PINTURA
Carey de Bilbao, Rosario activa en 1943 ESCULTURA
Boissiere de Mari, Eugenia activa en los años 1897 - 1901 PINTURA
Carmona, Alicia activa en 1943 ESCULTURA
Bolívar, Edith activa en 1940 PINTURA
Caro, Rosa activa en los años 1925 - 1940 ESCULTURA
Bolívar, Elsa 1929 PINTURA
Carrasco Albano, Elisa activa en 1886 PINTURA
Bonelly de Carey, María Mercedes activa en 1943 ESCULTURA
Carrera de Fierro, Luisa activa desde 1878 PINTURA
Bontá de Rodríguez, Nilda activa en 1933- 1936 PINTURA
Castellano del Campo, Teresa activa en 1933 PINTURA
Braga, Elena activa en los años 1926 -1940 PINTURA
Castro Carrasco, Rebeca activa en los años 1924 - 1940 PINTURA
Braga, Ester activa en 1943 PINTURA
Castro, Amelia activa en 1886 PINTURA
Bravo, Enriqueta activa en 1946 PINTURA
Castro, Celia Valparaíso, 1860 - 1930 PINTURA
Bravo, María activa en 1920 PINTURA
Celis, Pilola activa en 1950 PINTURA

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

Cerda Varas, Carmen activa en los años 1935 - 1940 PINTURA Cueto, Emilia activa en 1907 PINTURA
Cereceda, Carmen activa en 1948 PINTURA Cuevas de García, Marta 1901 - 1954 PINTURA
Cervat, Elena activa en 1959 PINTURA Cuevas, Inés activa en 1920 PINTURA
Chadwick, Isabel activa en 1936 ESCULTURA Danitz Rodriguez, Beatriz activa en los años 1938 - 1947 PINTURA
Cheethan, Nora Punta Arenas, 1913 - 1992 PINTURA De Amesti, Florencia 1925 – 2006 PINTURA Y
(Nora Esterovic Turina) GRABADO
Cienfuegos, Corina activa en los años 1936 - 1940 PINTURA De Barrera, Tránsito activa en 1885 PINTURA
Claro Velasco de Alemparte, activa en los años 1922 - 1940 PINTURA De Boheur, Irene activa en 1943 PINTURA
Rebeca
De Nylor, Mairin activa en 1887 PINTURA
Claro Velasco, Ana activa en los años 1930 - 1940 PINTURA
Del Carril, Delia Saladillo, Argentina 1885 – Santiago, PINTURA Y
Clement, Ana activa en los años 1906 - 1940 PINTURA 1989 GRABADO
Collao, Sofía activa en 1940 PINTURA Del Pozo, Josefina activa en los años 1899 - 1938 PINTURA
Colvin, Marta Chillán, 1907 - Santiago, 1995 ESCULTURA (o Josefina Pozo)

Concha, Eugenia activa en 1943 PINTURA Délano, Inés activa 1946 PINTURA

Concha, Luz 1914-¿ ESCULTURA Delepine, Berta activa en 1926 ESCULTURA

Cornejo, Rosaura activa en 1945 PINTURA Delon, Hortensia activa 1886 PINTURA

Correa de Valenzuela, Aída activa en los años 1938 - 1947 PINTURA Detner de Palacios, Clara activa en los años 1901 - 1938 PINTURA

Correa, Matilde activa en 1907 PINTURA Díaz Aburto, Juana activa en 1938 PINTURA

Cortés Jullian, Ana 1895 - 1988 PINTURA Díaz de Cumming, Carmela activa en 1936 y 1938 PINTURA
Emma del Rosario Díaz Palacios, Emma activa en los años 1916 - 1940 ESCULTURA
Cousiño, Elisa activa en los años 1890 - 1901 PINTURA Dittborn Langley de Sánchez, activa en 1937 PINTURA
Cousseau, Susana activa en 1924 - 1926 PINTURA Lucrecia

Cox de F., Victoria activa en 1937 PINTURA Donoso Bascuñán, Clarisa 1820-1900 PINTURA

Crémazy de Reszka, activa en Chile en los años 1939 - 1950 PINTURA Donoso Puelma, Luz activa en 1950 PINTURA
Paula (francesa) Doñas, María activa en 1943 PINTURA
Creen, Margaret (norteamericana) activa en 1941 DIBUJO Doudchitzky, Dinora (ucraniana) Odessa-Ucrania, 1914 - Santiago, 2004 PINTURA
Cristi, Ximena Rancagua, 1920 PINTURA Druví, Adriana activa en 1946 PINTURA
Cross, Alejandra activa en los años 1892 - 1901 PINTURA Ducoing de Aramuyo, Lidia activa en los años 1928 - 1940 ESCULTURA
Cruz A., Inés activa en los años 1910 - 1940 PINTURA Dueñas, Benigna activa en 1884 PINTURA
Cruz de Hoyl, Josefina activa en los años 1935 - 1940 PINTURA Eastmann, Olga activa en 1943 PINTURA

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

Eichel, Jeanette activa en 1886 PINTURA Garafulic Yancovic, Lily Antofagasta, 1914 – Santiago 2012 ESCULTURA
Elguín Rodríguez del Río, Albina circa 1871 - circa 1896 PINTURA Garbarini, Magdalena activa en 1931 y 1933 PINTURA
Escobar, Laura activa en 1907 PINTURA García Huidobro, Mónica activa en 1943 ESCULTURA
Espinoza, María activa en 1936 - 1939 PINTURA Garfias, Gabriela activa en 1950 PINTURA
Espinoza, Marta activa a principios siglo xx PINTURA Gauche, Berta activa en los años 1919 - 1940 ESCULTURA
F. de Epling, Ester activa en los años 1926 - 1938 PINTURA Godoy Guardia, Carlota Matilde San Juan-Argentina, 1913 - Santiago, PINTURA
(argentina) 2006
Fabres, Margarita activa en 1885 PINTURA
Godoy, Mercedes activa en los años 1907 - 1938 PINTURA
Fabres, María Magdalena activa en 1884 PINTURA
Goepfert, Edle (alemana) activa en Chile en 1943 ESCULTURA
Fernández A., Luisa activa en los años 1913 - 1941 PINTURA
Gómez, Eliana activa en 1943 ESCULTURA
Fernández, Lastenia activa en los años 1907 - 1938 PINTURA
González de Cruzat, Delfina activa en 1936 - 1940 PINTURA
Ferrada Ibáñez, Leonor activa en 1902 - 1905 PINTURA
González de Merino, Elsa activa en 1936 y 1938 ESCULTURA
Fiers, Matilde activa en los años 1903 - 1938 PINTURA
González Donoso, Emma activa en 1910 PINTURA
Figueroa L., Rosa activa en los años 1898 - 1938 PINTURA
González Leiva, Ana activa en 1941 PINTURA
Filleul, Clara (francesa) 1822 - 1888. Activa en Chile en 1848 PINTURA
González Méndez de Acevedo, activa en los años 1930 - 1938 PINTURA
Fischer de Moraga, Yolanda activa en los años 1936 - 1940 ESCULTURA
Raquel
Flores Molina, Amanda activa en los años 1928 - 1940 ESCULTURA
González, Edith activa en 1940 PINTURA
Formas de Dávila, Emma 1886 - c.1959 PINTURA Y
González, Isidora activa en 1886 DIBUJO
ESCULTURA
Graf Marín, Luisa activa en los años 1912 - 1940 ESCULTURA
Fossa, Beatriz 1923 - 1951 PINTURA
Graham, Mary 1785 - 1842. Activa en Chile en 1822 PINTURA
Frederik, Ana activa en 1934 ESCULTURA
Grenovic, Eugenia activa en 1936 DIBUJO
Fueler, Mariana activa en 1935 - 1939 DIBUJO
Grez Pérez, Luisa activa en los años 1923 - 1938 ESCULTURA
Fuentealba, María Concepción, 1914- 1963 ESCULTURA
Guerra, Margot activa en 1940 PINTURA
Fuenzalida, Graciela activa en 1937 – 1956 DIBUJO Y
GRABADO Guerra, María activa en 1943 PINTURA
Gaffanel, Marta (francesa) activa en Chile en 1887 PINTURA Guerrero, Nora activa en 1944 PINTURA
Gaffarelli, María activa en 1884 PINTURA Guevara, Dorila activa en 1950 PINTURA
Gallardo, Beatriz activa en 1942 PINTURA Guillén, Obdulia activa en 1936 DIBUJO
Gandarillas de Tocornal, 1880 - 1931 PINTURA Gutiérrez del Pino, Gumercinda activa en 1938 - 1943 PINTURA
María Teresa
Gutiérrez, Agustina San Fernando, 1851 - Santiago, 1886 PINTURA
Gandarillas Valdés, Julia activa en 1888 PINTURA

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historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

Gutiérrez, Delfina Leonor activa en los años 1927 - 1938 PINTURA Jauch, Emma 1915-1998 PINTURA
Gutiérrez, Margarita activa en 1884 PINTURA Jeffery, Mabel Ruth activa en 1950 PINTURA
H. de Williams, Aída activa a principios del siglo xx PINTURA Johnson Moreno, Liliana activa en 1943 ESCULTURA
Hamel, Carmen activa en 1943 PINTURA Khel, Laura activa en 1926 PINTURA
Hanning, Wilma 1920 ESCULTURA Ladrón de Guevara, Emilia activa en 1928 PINTURA
Hayes, Teresa activa en 1950 PINTURA (o Guevara)

Heresrnann, Julia activa en los años 1907 - 1938 PINTURA Lafuente Vergara, Mireya 1905-1976 PINTURA
Albertina
Herrea de G.Huidobro, Inés activa en 1934 y 1938 PINTURA
Lagarrigue Rengifo, Ana 1899-1960 ESCULTURA
Herrera Aguirre de Anguita, 1888 - 1950 PINTURA
Anita Lagunas, Justa activa en el primer tercio del siglo xx PINTURA

Herrera, Berta ¿ - 1995 ESCULTURA Landa, Beatriz activa en 1886 PINTURA

Herrera, María 1888 - 1959 PINTURA Larraín B., Enriqueta activa en los años 1890 - 1938 PINTURA

Hiermann, Ilse Cristiane activa en 1943 ESCULTURA Larrañaga, Teresa activa en 1936 ESCULTURA

Hogges, Ester activa en 1935 - 1939 PINTURA Lastarria, Luisa 1860 - 1930 PINTURA

Hübner, Emma activa en los años 1898 - 1938 PINTURA Latapiat Hidalgo, Modesta Rosa activa en 1943 ESCULTURA

Huerta, Candelaria activa en el primer tercio del siglo xx ESCULTURA Laurencin, Marie activa en 1936 PINTURA

Huidobro J., Lucrecia activa en los años 1898 - 1938 PINTURA Lecaros, Juana 1920 – 1993 PINTURA

Huidobro, Luisa activa en 1884 PINTURA Lémonon, Berta activa en 1910 PINTURA

Huidobro, Mercedes C. activa en los años 1898 -1938 PINTURA León, Marta 1926 PINTURA

Huidobro, Raquel activa en 1884 PINTURA León, Teresa activa en 1933 ESCULTURA

Hunneus de Vega, Virginia activa en 1950 PINTURA Leyton, Celia activa en 1941 - 1949 PINTURA

Ibabane, María activa en los años 1905 - 1938 PINTURA Lillo, Marta 1914-1997 ESCULTURA

Ibáñez, María activa en 1905 PINTURA Lira O., Elena activa en 1907 PINTURA

Iribarne de Krause, Elisa activa en los años 1927 - 1940 ESCULTURA Lira, Chela 1909-¿, activa de 1938 en adelante PINTURA

Isella de Motteau, María Luisa 1886-1942, activa en Chile en 1904 PINTURA Y Lockel, Luisa activa en 1886 PINTURA
(argentina) ESCULTURA Lopetegui Iriondo, María activa en 1926 PINTURA
Jacob de Bazin, Margarita activa en 1902 GRABADO López de Díaz, María activa en 1928 PINTURA
Jacobsen, Elsa activa en 1950 PINTURA López de Mujica, Hortensia activa en 1910 - 1919 PINTURA
Jara, Amanda activa en 1946 PINTURA López Elgueta, Marina activa en 1938 ESCULTURA

234 235
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

López Puelma, Lucía activa en 1943 PINTURA Moisán C. de Georgi, Elmina 1897 - 1933 PINTURA
Lorca, Lilian activa en 1932 PINTURA (o Moissán)

Lortsch, Lucy activa en 1946 PINTURA Molina, Silvia activa en 1926 PINTURA

Lourie de Mayanz, Rebeca activa en 1933 - 1939 PINTURA Molinari Tapia, Berta activa en los años 1928 - 1940 PINTURA Y
ESCULTURA
Luhmann, Hilda activa en 1943 DIBUJO
Monreal, Julia activa en 1921 PINTURA
Lundt, Paulina activa en 1887 PINTURA
Montt, Regina activa en 1883 PINTURA
Lynch de Gormaz, Luisa activa antes de 1937 PINTURA
Morales López, Fresia activa en 1938-1943 PINTURA
Malvar de Backhaus, Sara 1894-1970 PINTURA
Camino (o Sara Camino) Morales, Olga activa en 1950 PINTURA

Manley de Beunders, Dorothy activa en los años 1944 - 1947 PINTURA Morel, Olga Constitución, 1907 - Santiago, 1988 PINTURA

Mardones, Susana activa en 1928-1948 PINTURA Mori, Berta activa en 1943 DIBUJO

Marin Couchot, Edelmira activa en los años 1941 - 1950 PINTURA Morice Silva, Clara (argentina) activa en Chile en 1943 ESCULTURA

Marinot Zapata, Lucía activa en 1938 y 1940 PINTURA Morla Lynch, Ximena 1892 - 1992 PINTURA
(o Morla Subercaseaux)
Martin, Trinidad activa en 1907 PINTURA
Mossó, Graciela activa en 1943 DIBUJO
Martínez, Julia activa en 1924 - 1926 PINTURA
Mounier de Saridakis, Laura activa en Chile en los años 1907 - 1918 ESCULTURA
Matte, Rebeca 1875 - Florencia-Italia, 1929 ESCULTURA (francesa)
Matte, Regina activa en 1886 PINTURA Mourgues Bernal, Noemí activa en los años 1927 - 1940 ESCULTURA
Mayens, Rebeca activa en 1950 PINTURA Müller Goldmann, Juana 1911-1952 ESCULTURA
Merino Lizama, Blanca 1893 -1973 ESCULTURA Muller, Hansi (o Miller) activa en 1936 - 1938 ESCULTURA
Merino, Jenoveva activa en los años 1884 - 1901 PINTURA Muñoz, Ana Aurora? activa en los años 1928 - 1940 ESCULTURA
Merino, Margarita activa en 1886 PINTURA Muñoz, Violeta activa en 1946 PINTURA
Miller de Schmidt, C. activa en los años 1894 - 1901 PINTURA Nazarit, Teresa activa en 1886 PINTURA
Milovich, Dina activa en 1943 ESCULTURA Neocochea, Andrea activa en después de 1845 PINTURA
Mira Mena de Vergara, Aurora 1863 - 1939 PINTURA Neocochea, Rosa activa en después de 1845 PINTURA
Mira Mena, Magdalena 1859 - 1930 PINTURA Y Neveau, Hilda activa en 1937 PINTURA
ESCULTURA
Nieto del Río, Lucy activa en 1936 y 1938 PINTURA
Miranda Salinas, Teresa 1903 - 1936 PINTURA
Norambuena Riffo, Elena activa en los años 1936- 1948 PINTURA
Martner, María Camila 1921-2010 ESCULTURA
Nuget, Teresa activa en 1885 PINTURA
Mirtschim, Magdalena activa en 1931 DIBUJO
Oehrens Norambuena, Hortensia activa en 1945 y 1948 PINTURA

236 237
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

Ojeda Avaria, Olga activa en los años 1935 - 1940 ESCULTURA Peuriot, Clementina activa en 1943 PINTURA
Olea, Adela activa en los años 1889 - 1901 PINTURA Pinedo, Maruja (María Isabel Iquique, 1907 - Santiago, 1995 PINTURA
Pinedo Neumann)
Orrego, Flor activa en 1940 PINTURA
Pinilla, Marta activa en los años 1923 - 1931 PINTURA
Orrego Figueroa, Virginia activa en 1943 ESCULTURA
Pinticart, Elcira activa en 1948 PINTURA
Ortiz, Eulolia activa en 1886 PINTURA
Pino, Matilde activa en 1950 PINTURA
Ortúzar, Cornelia activa en 1886 PINTURA
Pinochet, María Teresa activa en 1885 DIBUJO
Ortúzar, Javiera activa en 1884 PINTURA
Pinto Díaz, María Teresa 1910- Francia, 2000 ESCULTURA
Ortúzar, Rosa activa en 1884 PINTURA
(o Teresa Pinto de Berring)
Ossa, María Luisa activa en 1885 PINTURA
Pinto, Isolina activa en 1884 PINTURA
Ovalle, Ana Luisa activa en 1884 PINTURA
Pinto, Laura activa en 1884 PINTURA
Pac Peherson, Rebeca activa en 1943 DIBUJO
Pinto, María Luisa activa en 1884 PINTURA
Pagani, Valentina activa en 1884 PINTURA
Pizzi Pozzi, Nora activa en 1943 ESCULTURA
Page, Anita activa en 1901 PINTURA
Poblete del Solar, Aída Temuco, 1914 - Santiago, 2000 PINTURA
Pais de Mc Carthy, Amelia activa en 1936 PINTURA
Polloni, Mercedes activa en 1907 PINTURA
Palma, Mercedes activa en 1907 PINTURA
Ponce, Teresa activa en 1933 PINTURA
Parker, María Teresa activa en 1943 ESCULTURA
Pouget, Odette activa en 1938 PINTURA
Passin, Laura activa en los años 1902 - 1938 PINTURA
Prado de Vila, María activa en 1884 PINTURA
Paulin, Blanca activa en 1943 y 1947 PINTURA
Preuss de Lazo, Aída activa en los años 1930 y 1938 PINTURA
Paulus, Elena activa en los años 1903 - 1938 PINTURA
Price-King, Alice (inglesa) 1907-1922. Activa en Chile 1920 PINTURA
Pérez de la Cerda, Matilde 1920 PINTURA
Prieto, María del Tránsito activa en los años 1876 - 1901 PINTURA
Pérez Peña, Virginia activa en los años 1923 - 1940 PINTURA Y
Puelma de Fuenzalida, Dora Antofagasta, 1898 - Santiago, 1972 PINTURA
ESCULTURA
Puelma, Rosa activa en 1950 PINTURA
Pérez Solari, Teresa activa en 1936 ESCULTURA
Puga, Eulalia activa en 1920 PINTURA
Pérez, Delfina activa en 1885 PINTURA
Puig, Matilde activa en 1940 PINTURA
Pérez, Fresia activa en los años 1919 - 1940 ESCULTURA
Puyó, Inés 1906 - 1966 PINTURA
Pérez, Natalia activa en 1884 PINTURA
Ramírez, Rosenda activa en 1926 PINTURA
Pérez, Ruth activa en 1940 PINTURA
Ratinoff, Gaby activa en 1946 PINTURA
Peris Roca, Alba activa en 1936 ESCULTURA
Raveau, María Isabel activa en 1943 ESCULTURA
Petit, Henriette (Ana Enriqueta 1894-1983 PINTURA
Petit Marfant)

238 239
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

Rayo, Fidelisa activa en los años 1926-1941 PINTURA Sanfuentes Smith, Myriam activa en los años 1915 - 1938 PINTURA

Rickarts de H., Ada activa en 1910 PINTURA Santana, Tadea activa en 1943 DIBUJO

Ríos, Inés activa en 1937 GRABADO Sarmiento, Procesa (argentina) 1818-1899, activa en Chile en 1845 PINTURA

Risso Valle, Helia activa en 1943 ESCULTURA Schlegel, Victoria activa en 1943 DIBUJO

Rivadeneyra de Yáñez, Gabriela activa en 1933 PINTURA Scholle, Blanca activa en 1907 PINTURA

Rodig Pizarro, Laura Los Andes, 1901 - Santiago, 1972 ESCULTURA Scofield, Luisa activa a principios del siglo xx PINTURA

Rodriguez Puratich, activa en 1943 ESCULTURA Seckel, Luisa activa en 1885 DIBUJO
María Eugenia Sei, Octavia (o Sey) activa en 1912 - 1919 PINTURA
Rojas, Adriana activa en 1943 DIBUJO Sentis, Betty activa en 1931 ESCULTURA
Rojas, Berta activa en los años 1920 -1940 ESCULTURA Señoret, María Luisa 1920 PINTURA
Rojas, María activa en 1886 PINTURA Señoret, Sibila activa en 1940 PINTURA
Rojas Gatica, Virginia activa en 1948 PINTURA Sepúlveda Acuña, Elena América activa en los años 1923 - 1940 ESCULTURA
Roma, Ada activa en 1928 ESCULTURA Servat, Elena activa en los años 1935 - 1947 PINTURA
Romero, Sara activa en los años 1927 - 1940 ESCULTURA Shanklin Alquizar, Adelaida activa en los años 1924 - 1947 PINTURA
Ross de Mujica, Estela 1895 - 1967 PINTURA Silva de Orrego, Carmen activa en 1946 PINTURA
Rossel, Amanda activa en 1932 PINTURA Smith Langley, Berta activa en 1930 - 1938 PINTURA
Rossi de Orrego, Carlina 1866 - 1919 PINTURA Solari, Herminia activa en 1910 PINTURA
(o Carolina Orrego)
Soto, María activa en los años 1914 - 1940 ESCULTURA
Roth de Simpson, Lucía activa en 1935 y 1938 PINTURA
Sotomayor, Isabel María 1919 - ¿? ESCULTURA
Ruiz, Adriana activa en 1943 PINTURA
Steel Marshall, Elfrieda activa en 1936 PINTURA
Sáez, Juana activa en 1881 - 1886 PINTURA
Stevens, Diana activa en 1943 PINTURA Y
Sáez, Julia activa en 1886 PINTURA ESCULTURA
Saint Marie de Ossa, Blanca activa en 1885 PINTURA Sturner, Daniela activa en 1935 - 1939 ESCULTURA
Salas Subercaseaux, María Teresa activa en los años 1891 - 1938 PINTURA Tapia, Elena activa en 1943 ESCULTURA
Salas, Juana activa en los años 1890 - 1901 PINTURA Teherán, Mme. activa en los años 1894 - 1901 PINTURA
Salgado, Marcela activa en 1946 PINTURA Terrazas, Antonieta activa en 1950 PINTURA
Salvo de Caballero, ( ) activa en 1936 PINTURA Thenoux Rivera, Berta activa en los años 1920 - 1940 ESCULTURA
Sánchez, Marta activa en 1946 PINTURA Tirado Barros, Lucía activa en 1937 PINTURA
Sánchez, Mercedes activa en 1884 PINTURA

240 241
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

Torreblanca, Sara activa en los años 1925 - 1938 PINTURA Von Holt de Halgendorn, Ana activa en los años 1921 - 1938 PINTURA

Tupper de Aguirre, María 1894 - 1965 PINTURA Vuillenim, Louisette activa en 1946 PINTURA

Turenne Badilla, María activa en los años 1915 - 1938 PINTURA Walker, Susana activa en 1943 PINTURA Y
ESCULTURA
Ugarte, Esther activa en 1927 PINTURA
Waricz, Mmde. activa en 1904 PINTURA
Valencia D., María activa en los años 1924 - 1938 PINTURA
Weichmann de Salamanca, Luisa activa en los años 1904 - 1938 PINTURA
Valencia, Teresa activa en los años 1916 - 1938 PINTURA Y
ESCULTURA Werkmeister, Clara activa en los años 1921 - 1938 PINTURA

Valenzuela C., Sara activa en los años 1898 - 1938 PINTURA Werner, Gladys activa en 1950 ESCULTURA

Valenzuela, Eliana activa en 1946 PINTURA Wilson de Doren, Blanca activa en los años 1923 - 1947 PINTURA

Vallino de Garbarini, Magdalena activa en 1937 ESCULTURA Wilson, Elena activa en1931 ESCULTURA

Vargas, María Inés activa en 1943 PINTURA Y Yanduglia, María Estela activa en 1940 PINTURA
ESCULTURA Yáñez, Mina activa en 1928 PINTURA
Vargas, Mercedes Rosa activa en 1886 DIBUJO (o Herminia Yáñez Portaluppi)

Vásquez, Julia activa en 1886 PINTURA Yufer Kowald, Helga activa en 1926 PINTURA

Vásquez, María Luisa activa en 1927 PINTURA Zapata Díaz, Graciela activa en 1937 PINTURA

Velasco, Raquel activa en 1943 DIBUJO Zmirak, Ana activa en 1931 PINTURA

Vera, Raquel activa en 1946 PINTURA Zorrilla Argomedo, Humberta 1880 - 1954 PINTURA

Vergara, Mercedes activa en 1884 PINTURA Zorrilla, Marta activa en el primer tercio del siglo xx PINTURA

Vial Ovalle, María activa en los años 1925 - 1938 PINTURA


Vial Solar, Julia activa en los años 1897 - 1938 PINTURA
Vicuña de Morandé, Dolores 1843 - 1882 PINTURA
Vicuña, Rosa 1925 -2010 ESCULTURA
Vicuña, Teresa 1927 ESCULTURA
Vidal, Teresa activa en 1950 PINTURA
Vignaud, Hersilia (o Vigneaux) activa en 1885 DIBUJO
Villanueva, María activa en 1914 ESCULTURA
Villanueva, Marta 1900 - 1995 PINTURA
Viñas, Estela activa en 1943 DIBUJO
Vivanco, Elisa activa en 1941 PINTURA

242 243
historias de mujeres en el arte chileno (1900 – 1950) anexos y bibliografía

Bibliografía

LIBROS

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252 253
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Agradecimientos

En todo este trabajo de recopilación que nos convoca hoy, han estado presentes amigos, mentores
y guías que en una forma u otra han colaborado con sus conocimientos, historias y palabras de aliento,
a los que no quiero dejar de agradecer su positiva presencia en mi vida:
A Gonzalo Leiva, director de la tesis de magister que dio origen a esta investigación y quien me
ha brindado su apoyo incondicional en todo este proceso; a Marcela Gené y Laura Malossetti porque
fueron y siguen siendo sus palabras las que me motivaron por los temas de género que nos convocan
hoy; a Ana Paula Simioni y Georgina Gluzman, quienes desde Brasil y Argentina compartieron,
generosamente, materiales y experiencia desde esta misma historia que nos une. A Francisco
Brugnoli, Ana María Yaconi, Margarita Valenzuela y Marianne Wacquez por el apoyo brindado en
la presentación de esta investigación al Fondo del Libro.
A Dafne Cruz, Marcela Drien, Sebastián Vidal y a Rolando Báez por su generosidad, su paciencia
y apoyo al escuchar, pacientemente, mis dudas y leer, incasablemente, todas mis teorías; a Sebastián
Cerda por ayudarme a encontrar el tono (re-sostenido) de esta publicación. A todos los museos,
instituciones y personas que apoyaron con sus fotografías y archivos: Biblioteca Nacional, Museo
Histórico Nacional, Museo Nacional de Bellas Artes, Museo de Arte y Artesanía de Linares, Museo
Benjamín Vicuña Mackenna, Museo de la Educación Gabriela Mistral, Museo Palacio Vergara,
Pinacoteca Universidad de Concepción, CREA, Rafael Edwards, entre tantos otros.
A Pedro Maino por creer en mi proyecto y arriesgarse conmigo, y a Paola Irazábal por ponerle
“rostro y fondo” a este libro y acompañarme en esta empresa durante todos estos largos meses. A
Karen Cordero por sus palabras, siempre generosas, y a todos quienes participaron del proceso en sus
diferentes etapas, Isabel Cáceres, Juan Manuel Martínez y Fernando Guzmán.
A mi familia –mis padres, hermana, Anto y Vi- y a mis amigos incondicionales, Francisca del
Valle, Elizabeth Sobino y Ximena Stifel. Sin ninguno de ellos difícilmente me hubiese animado a
seguir…
Finalmente, agradezco a ‘mis mujeres’ por estar ahí, esperando que nos encontráramos, de pronto,
en las páginas de un documento olvidado.

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