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LO GRANDE DE LOS más), hacia la idea de “lo público” como campo se-
mántico de atribución de significado de los objetos y
como condición ineluctable de otros modos de ser
Cómo citar
Diana Z. Castelblanco-Caicedo1
Universidad Jorge Tadeo Lozano Castelblanco-Caicedo, D. (2018). Lo grande de los pequeños objetos
Facultad de Artes y Diseño públicos. Papeles de Coyuntura 44, 152-171. Recuperado de:
Programa de Diseño Industrial www.papelesdecoyuntura.com
Lo grande de los pequeños objetos públicos
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los objetos y los objetos como posibilidad de ex- ferring to an unavoidable condition of other
periencias públicas, que se revelan ante el dise- modes of being of design: The public as an
ño fútil y anhelan ser reclamados por la ciudad aesthetic quality of the objects, and the ob-
como objetos estéticos que demandan, invitan jects as a possibility of public experiences.
e interpelan formas de vida urbana. Such experiences are revealed before useless
design, and long to be reclaimed by the city
Palabras clave: as aesthetic objects that demand, invite and
Diseño industrial, espacio público, percepción sen- question forms of the urban life.
sible, experiencia urbana.
Keywords:
Industrial Design, public space, sensible
This paper leads to a celebration of the agony of perception, urban experience.
Abstract virtues and powers historically granted to Design,
M
which are very close to the production of domestic, e formé en una época en la que el di-
Lo grande de los
industrial, and decorative objects – close the world seño era una expresión suprema de
of facts –. It also applauds the possibilities of what ideales de belleza subordinados por las
may be called a new life of design when it approach-
es fields that used to be foreign to it, such as the field pequeños objetos públicos2 muchas ventajas técnicas que indefectiblemen-
te suponían los objetos –como una de las tantas
of public life: the urban field. Starting from a simple expresiones del diseño-; una época donde las
journey through fragments written by the author,
as well as by a certain professional self-narration,
we find an interest to mobilize thinking in designers 2. “Lo grande de los pequeños objetos públicos” re-
coge algunas ideas presentadas en el libro Los
dedicated to urban action (architects and more), as
relatos del objeto urbano. Una reflexión sobre las
well as designers desiring to be expelled from their formas de habitar el espacio público (Castelblan-
referential place (industrial designers and more), to- co, 2010), a la vez que sugiere ciertas reflexio-
nes en torno a las prácticas contemporáneas del
wards the idea of “the public” as a semantic field of
diseño industrial.
attribution of meaning for objects. We are also re-
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revistas mostraban “el buen diseño” y, más del diseño en la vida cotidiana que, como di- una nueva revolución, pero esta vez no solo estaba con una suerte de nuevo desarrollo o,
aún, a los buenos diseñadores quienes desde ría Lefebvre en su libro La vida cotidiana en de tipo industrial sino probablemente una por lo menos, con nociones alternativas que
la simpleza de una forma deleitaban con ob- el mundo moderno (1984), era una vida con- centrada en la acción colectiva y en las for- permitieran desistir de cualquier epistemolo-
jetos útiles a expertos y empresarios, que por tada desde las formas, los usos y las funcio- mas solidarias de organización social y eco- gía general de la vida, de lo global, y con ello
tradición exportaron el valor del diseño como nes: “en cada fragmento de las 24 horas de nómica. Una revolución que invitara a pen- resistirnos a creer en un diseño universal que
mecanismo de desarrollo y competitividad un día se insinúa la historia del mundo y de la sar que las producciones de diseño entrarían estuviera para promover una única forma de
económica. Eran tiempos para deleitarse y re- sociedad” (p. 11), en este caso, una historia en el circuito de un tiempo nuevo donde las desarrollo social y de la producción. Nociones
gocijarse con el éxito de los del lado, los premios narrada por la presencia de los objetos. ideas del progreso, la tecnología, la industria como “calidad de vida”, “bienestar”, “progre-
de aquellos, con la crítica de los otros y en ge- y otras, se acercaran más a la capacidad que so social”, provenían de diferentes particulari-
neral tiempos que producían enorme placidez Para muchos de nosotros ejercitar la mirada es- tiene el diseño de aportar a una democracia dades humanas y, como tal, el diseño estaba
cuando de hablar del buen diseño se trataba. tética de lo cotidiano del diseño suponía buscar participativa. Una democracia tendiente a llamado a entender complejidades locales
la emancipación de la forma y las retoricas es- invertir en las relaciones, en el beneficio mu- que estimularan búsquedas de expresiones,
Casi como si fuera necesario compensar esas condidas en la funcionalidad del objeto, preten- tuo, en la confianza, la cooperación y, al final, manifestaciones y creaciones coincidentes
ideas fútiles de la belleza, los diseñadores diendo liberarlo de la idea de propiedad priva- en el interés público. con las experiencias estéticas, intelectuales y
también advertíamos la omnipresencia de da que le fue atribuida en el tiempo, y también prácticas de las personas.
los objetos en la vida, en el desarrollo de las – como menciona Aristóteles cuando refiere el En esta pretendida revolución era necesario
civilizaciones y en las promesas del mundo; ejercicio de la dominación - de lo que puede preguntarse si acaso el diseño debía servir a Cobraba entonces sentido la pregunta por los
algunos pensábamos que tal permanencia significar la esclavitud de ser “manejado” por una sociedad avasallada y rendida por el mer- sistemas de circulación de los objetos en los
objetual estaba lejos de una sociedad ham- un amo, sea para su propio disfrute y servicio cado, donde lo que se propone es sostener la regímenes culturales vigentes, donde se re-
brienta de ideales de belleza o de la falsa personal o para la producción de bienes (citado acumulación capitalista; o pensar si la racio- velaba la ambigüedad tecno-científica de las
grandeza de las cosas grandes, y en cambio por Campillo, 2010); significaba “liberar al ob- nalidad instrumental del progreso -promovida formas y los usos de las cosas, frente a las par-
jeto de ataduras” mercantiles convenientes al por las invenciones socio–técnicas- conducía ticularidades sociales y las nuevas formas de
escondía la capacidad de belleza de las cosas
capitalismo democrático. a un tipo particular de progreso social, o por la economía, el mercado y el capital. Como lo
simples (Eduardo Galeano, citado por Builes,
ejemplo asumir críticamente el triunfo de la sugiere Llovet (1981, citado por Castelblanco,
2015). Esto era más que una idea inocente Desde luego, un escenario que superara o
razón técnico–práctica sobre la razón sensible. 2010), los objetos evidencian la estructura de
de la “estética”, era una intuición que moti- trascendiera la historia misma del diseño y
En esta pretendida revolución el compromiso las sociedades modernas y provocan ciertos
vaba a especular el por qué de la presencia sus ataduras también sería el escenario de
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modos de sociabilidad. Por ejemplo, la mo- o estudiantes, utilizan este medio para llegar La forma y el uso de los objetos está al que buscarse más allá del conocimiento propio
vilidad y sus derivados medios de transporte, a sus destinos en poco tiempo, en el caso de servicio de “lo que las cosas significan” y, del diseño, o probablemente tendría que bus-
que en la periferia de muchas ciudades lati- la ama de casa es su forma de llevar el merca- como diría Martín Juez (2004), las cosas de- carse en “otros” diseños que estarían lejos de
noamericanas debe solventarse con sistemas do a su hogar de manera eficiente” (Sánchez, ben servir para lo que fueron hechas, pero, las ideas hegemónicas de la forma, el uso y la
informales como los bicitaxis que representan 2015, p. 69). Otros objetos como aquellos que ¿para qué más sirven? función, y más bien cerca de la experiencia, las
un sistema de valores, creencias, opiniones y respaldan las ventas informales en las ciuda- relaciones humanas y por tanto de la vida coti-
El efecto de esta pregunta, entre otros, con-
normas coincidentes con las diferentes prác- des son una evocación geográfica de un terri- diana. Así entonces, el diseño asistía a una vida
sistió en detonar los límites físicos del objeto,
ticas culturales de los actores involucrados en torio y una evocación generacional de la ali- social, a la vida pública y presenciaba su papel
liberarlo del espacio donde adquiere su signi-
el fenómeno: “en algunos casos amas de casa mentación de los pueblos. como mediador de derechos, de libertad, igual-
ficación primera, liberarlo de sus cualidades in-
trínsecas para acercarlo al reino de las ideas que dad y dignidad humana.
Objetos para ventas informales de alimentos en Bogotá. Figura 1 emergen cuando ellos habitan en un conjunto Entre los muchos escenarios que se propo-
heterogéneo de prácticas, instituciones, imagi- nían para reflexionar sobre la vida cotidiana y
narios, ordenamientos y desde luego sujetos su relación con el diseño, era la ciudad -por su
con sus propias subjetividades. Esa posibilidad naturaleza artificia- casi un edén para pensar
de trasgredir el objeto como texto (autorrefe- los objetos en doble vía: como referentes de
rencial) y pensarlo como contexto generaba la armonía y el orden urbano, y como media-
otra pregunta, y era si acaso la pertinencia de ciones cotidianas de la vida social que sucede
la materialización plástica del mundo tendría en los lugares públicos.
L
os acelerados procesos de urbanización y la
Algunas ideas consecuente generalización de los conflic-
tos sociales y ambientales que atraviesa la
Fuente: Los relatos del objeto urbano (Castelblanco, 2010, p. 53). sobre el desarrollo ciudad contemporánea, como la desigualdad en
las oportunidades para acceder a los diferentes
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Evidentemente esto supone un modelo de sensibles que modifiquen los modos de ocu-
ciudad que invita a ser intervenida no solo par los lugares y de entender las relaciones
en sus asentamientos concretos -de espa- vitales que en ellos se producen. Significa
cios físicos y geométricos, con propiedades esto una nueva manera de planear las for-
mesurables y cuantificables-, sino también mas de expansión de las ciudades, ya no solo
que invita a intervenciones perceptuales y como un asunto de instrumentos técnicos y
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normativos para ordenar el uso y las trans- desarrollo de lo local. Es así como conocimien- Lo público como campo semántico del diseño y los
formaciones del suelo, sino como lo que
podría llamarse una expansión comunitaria
to y desarrollo suponen más que un progreso
instrumental, en realidad son la consecuencia
Espacio público objetos como mediaciones para la construcción de
“lo público” en la ciudad, sugiere que los objetos
que sucede si y solo si las propiedades del sensible y perceptual de las relaciones vitales objetos públicos públicos son parte de la construcción de conve-
espacio motivan relaciones de solidaridad, que se producen entre quienes ocupan los nios sociales para dirigir de manera coordinada y
comprensión y apropiación del mundo natu- lugares de la ciudad, relaciones que revelan colaborativa esfuerzos tendientes al desarrollo de
ral y social. Para esto es necesario observar mucho más que los rasgos concretos de una la ciudad. Vale la pena creer que en la ciudad los
de manera detenida la vida concreta de las situación: revelan las maneras colectivas de objetos “además de ser buenos para usarse, también
comunidades, sus relaciones y sus formas obrar, pensar y sentir de un grupo. son buenos para pensarse. (Martín Juez, 2004, p. 22)
de existir, y así encontrar cómo el espacio Jordi Llovet en su libro Ideología y metodología del
puede representar a la comunidad no solo En este espacio de interacciones aparecen
objetos, arte público, equipamientos urba- diseño (1981) plantea cómo el entorno objetual y
por las acciones instrumentales que le son en general el entorno proyectual es un elemento
intrínsecas, sino por las acciones fundadas nos, monumentos, entre otros, -expresiones
sensibles- (Castelblanco, 2010) que contribu- objetivo que fragua de cierta forma la sociabilidad
en esperanzas, valores, creencias y significa- en nuestra época, y afirma que en las sociedades
dos compartidos entre el grupo particular de yen a crear y transformar la vida cotidiana en
la ciudad y actúan como mediaciones narra- modernas los elementos diseñados asumen un pa-
esta comunidad. pel distintivo del carácter social de los escenarios
tivas y memorables de la imagen del lugar.
No hay dos comunidades iguales, por el con- Cada una de estas expresiones sensibles, más habituales. Cuando Jordi Llovet (1981) dice que
trario ellas se definen desde formas, condicio- allá de ser de orden físico y espacial, son re- los objetos son un elemento de conexión entre los
nes y relaciones diferentes y es justamente la ferentes de la vida social, expresiones simbó- hombres, recrea las relaciones que pueden darse
complejidad de la ciudad la que produce co- licas que cobran sentido cuando hacen parte en un autobús urbano:
munidades con vínculos imprecisos que no se del repertorio de significados compartidos Así por ejemplo, un autobús urbano –que no por
homogenizan ante las propuestas del mundo por una comunidad e invitan a que el ciuda- complejo deja de ser objeto- predispone a cierta
global. ¿Qué se espera entonces?, una con- dano se apropie, participe y transforme su forma de convivencia, más o menos accidental o
ciencia de lo global desde la producción y par- espacio en un escenario deseable para el de- breve, entre personas: todo el mundo sabe que si
ticipación comunitaria en el conocimiento y el sarrollo comunitario. un autobús dispone solo de hileras individuales,
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dificultará la relación verbal entre los miem- en muchos otros escenarios, también en la
bros de una pareja de enamorados que se ciudad los objetos se consideran sedimen- formas, materiales, texturas y colores, carac- habitante urbano y de las ideas que la gente
hablan entre si, mientras que si dispone solo tos de lo constante, de allí que poco o nada terísticas de la conducta social del habitante tiene de los espacios de la ciudad. Por ejem-
de hileras de asientos situados en filas de induzcan a reflexiones alternativas sobre el urbano (Castelblanco, 2010; p. 52). El objeto plo, hay objetos públicos que evidencian el
dos por fondo, será muy útil para nuestros sentido que tienen para promover el buen público promueve un ritmo en las actividades estado socio-económico de un lugar y en
enamorados, pero muy incómodo para de- vivir en comunidad. y experiencias del ciudadano, por lo tanto, muchos casos revelan configuraciones es-
terminados ciudadanos –que los hay- que además de ser la materialización plástica de paciales desequilibradas o dictaduras espa-
desean viajar solos para poder extender Un carrito de helados que pasa por las ca-
un proceso, también es una estrategia comu- ciales. Harvey (2001) dice que “parte de las
tranquilamente su periódico y librarse a una lles en Bogotá acompañado por el maravi-
nicativa que sugiere los diferentes tipos de re- dictaduras espaciales se demuestran en la
lectura silenciosa y concentrada; o, para ser lloso sonido de Balada para Elisa, una de las
laciones, emociones, funciones y saberes en organización y en la forma como se diseña
más claros, véase el ejemplo del banco mo- obras más conocidas de todos los tiempos
la ciudad y como tal colabora con la confor- el espacio para transmitir significados socia-
dular, adecuado a distintos patrones de rela- de Ludwig van Beethoven, compuesta hace
mación de espacios ordenadores de las activi- les y simbólicos, así como en la articulación
ción interpersonal, que diseñó Gaudí para el más de 200 años el 27 de abril de 1810. Una
dades citadinas. espacial entre diversos sistemas mercanti-
Parque Güell de Barcelona. (p. 12) cita al lado de un reloj que muchas veces no
les” (Citado en Delgado, 2003, p. 34).
marcó la hora: la Torre del Reloj del Parque En el Anuario de Espacios Urbanos, Kathrin
Llovet pone en evidencia cómo la estructu- Nacional donado por la comunidad suiza en Wildner (1988) dice que el espacio público Los objetos públicos son parte de la confi-
ra social construida por los sujetos en sus 1938 para celebrar los 400 años de la fun- tiene características físicas, sociales y dis- guración espacial de un lugar y, siguiendo
actividades cotidianas está apoyada sobre dación de Bogotá. Paraderos públicos para cursivas. Lo físico se refiere a lo construido, a Harvey, puede decirse que provocan un
objetos y espacios que determinan las ma- no esperar, muros que separan para pensar a la infraestructura; lo social a las formas tipo de ordenamiento en las actividades de
neras de hacer, recorrer y permanecer en cómo pasarlos, esculturas, obras, monu- específicas de interacción, y lo discursivo a la ciudad. No se refiere esto al orden que
un lugar; sin embargo, estas configuracio- mentos y muchos otros son parte de esos las ideas en las que se basan las acciones y necesariamente se deriva de la ley o a las
nes se tornan casi invisibles en tanto son objetos que respaldan los acontecimientos representaciones que se tienen de un lugar. normas de lo que se conoce como mobilia-
experimentadas de manera cotidiana y se de la vida pública en la ciudad. Pareciera que los objetos públicos corres- rio público; se refiere a que, además, tie-
cree que son de naturaleza omnipresente. ponden -en el espacio público- a la catego- nen cierto poder político y simbólico que
La vida cotidiana en la ciudad, por ejem- El espacio público, más que un espacio físico, ría de lo físico. Sin embargo, lo que se in- promueve entre el ciudadano y el territo-
plo, requiere de espacios y objetos donde es un espacio donde se representan aconteci- tenta demostrar es que los objetos públicos rio diferentes tipos de relaciones, emocio-
suceden las relaciones sociales y se fraguan mientos urbanos que se ordenan y soportan son constitutivos de la conducta social del nes y saberes.
las intersubjetividades, pero, al igual que sobre “objetos públicos” que revelan además
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Hay objetos arquitectónicos que sin duda medio de las conversaciones casuales, de la con- Es posible así hablar de la economía de un invitar a pensar que la falta de criterios apro-
guardan parte de la memoria histórica de los templación de un lugar que detona la memoria, lugar cuando la informalidad se apodera del piados para las realidades locales lleva, en la
pueblos; otros son los objetos monumentos en medio de los usos y abusos de las cosas que espacio público con uno y otro artefacto que generalidad de los casos, a inhibir el aprovecha-
hegemónicos que cuentan, por ejemplo, supone el ordenamiento de lo público. con su presencia revela “la construcción de miento de los atributos de los objetos públicos,
sobre los líderes que libraron batallas en territorialidades (…), y desafía las posiciones y que ante el éxito de objetos aparentemente
Los fenómenos que tenemos que observar
nombre de la libertad y el orden; desde luego de la institucionalidad, matizando las difi- aprobados y comprobados en los países desa-
aquí son de una variedad aparentemente infi-
también están los objetos que hacen parte del cultades de implementación de las normas, rrollados es necesario introducir criterios cul-
nita. Incluyen sucesos y procesos tan diversos
mobiliario urbano en la ciudad. Estos parecen de pasar del poder de derecho al de hecho, turales locales, adaptando los posibles aportes
como las luchas individuales sobre los dere-
responder a esa idea de las cosas grandes que sobre todo cuando se confronta con activi- del llamado progreso y de la globalización.
chos jurisdiccionales a un lote de tierra, las
tanto nos invitó Galeano a revisar. Entonces, dades socialmente aceptadas por los usua-
pensando en la grandeza de los objetos sim- políticas coloniales y neocoloniales que siguen
rios” (Perdomo, 2016, p. 48). Así también, En el libro Los relatos del objeto urbano.
ples en la ciudad, se puede ver lo extraordina- las diferentes naciones-Estado, la diferencia-
se pueden reconocer las relaciones de poder Una reflexión sobre las formas de habitar
rio que se esconde en lo ordinario de un carro ción residencial dentro de las zonas urbanas,
en torno a un sistema público como el tras- el espacio público (Castelblanco, 2010) se
de paletas, un bici-taxi, una caja de embolar, las luchas entre pandillas callejeras sobre su
porte cuando aparecen fenómenos como el cuenta cómo los objetos “hablan” sobre el
una chaza (caja de madera), y en tantos otros "territorio", la organización y diseño del es-
bicitaxismo y su expansión, consolidación y desarrollo, la decadencia y la transforma-
objetos que sin lugar a dudas son diferentes pacio para transmitir significados sociales y
desaparición en algunas ciudades del plane- ción de los lugares; pero también “dicen”
en cada ciudad del mundo, y aún también di- simbólicos, la articulación espacial de diversos
ta (Tavera, Manrique y Uribe, 2014). sobre las experiencias que los individuos
ferentes entre comunidades más pequeñas. sistemas mercantiles (financieros, de mercan- guardan en ellos y sobre los acontecimien-
cías, etc.), las pautas regionales de crecimiento Nótese que es posible visibilizar la omnipre- tos que en sus lugares ocurren.
Los objetos públicos son parte de las complejas dentro de una división de trabajo, las concen- sencia social, política, económica, cultural y
Recuerdo bien que cuando me acercaba a
estructuras comunicativas urbanas donde circu- traciones espaciales en la distribución del ejer- ambiental de los objetos en la ciudad por los
la gente para que conversáramos sobre las
lan los significados de las prácticas sociales, don- cito industrial de reserva, las alianzas de clase eventos históricos o actuales que soportan, por
ideas que tenían de los objetos que los ro-
de se construyen los imaginarios así como don- formadas alrededor de conceptos territoriales la información que cargan de la imagen del lu-
deaban, era común que aparecieran expre-
de se promueve cierto conocimiento no formal como la comunidad, la región y la nación, y así gar y de sus historias asociadas: historias de la
siones sobre su belleza o su fealdad, sobre
sobre las ideas de la ética, la estética y la política sucesivamente. (Harvey, 1989, pp. 376-378. Ci- gente y de los acontecimientos que cualifican
su utilidad o su inconveniencia, sobre su
en la ciudad. Un conocimiento que circula en tado en Delgado, 2003, p. 86) estos sitios. En tal sentido, resulta prometedor
provecho, su complejidad y su calidad. Eran
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todas expresiones que notaban los placeres La reforma e pensamiento sobre el objeto lo
Representaciones de las tipologías objetuales en el espacio público en Bogotá. Figura 3
y los disgustos que las cosas le provocan al vincula con fenómenos sociales y políticos, con
habitante urbano, bien fuera por el contacto acontecimientos a los que representa y con los
cercano o por la sola contemplación de los lugares que ocupa. Ya no se trata de pensar en
múltiples objetos que aparecen permanente cosas para producir cosas, ahora se trata de
o transitoriamente en la ciudad. (p. 72). pensar en acciones para producir acciones.
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