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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD

VICTIMOLOGIA

AUTOR:
ABOG. LUIS MEDINA
CI. 8.502.418

SAN FRANCISCO; MAYO 2021

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VICTIMOLOGIA.-

ORIGEN DE LA VICTIMOLOGIA.-
La Victimología es una disciplina joven y su estudio es fascinante. Aun cuando la
victimización es antigua como la humanidad, no fue sino después de la Segunda
Guerra Mundial que el estudio de las víctimas del delito emerge de la criminología.
El estudio de las víctimas del delito y de la victimización criminal ha mostrado la
potencialidad de replantear la criminología como disciplina y el derecho penal
como ciencia. La Victimología se caracterizaba por su consolidación, la
recolección de información empírica, la formulación teórica, la creación de nuevas
leyes y esfuerzos dirigidos a mejorar la condición de la víctima y a solucionar sus
carencias.

La Victimología viene de la mano con la ciencia penal y la criminología dándole


reconocimiento a la víctima dentro el hecho de un delito. Es importante para un
profesional de la Seguridad Ciudadana estudiar la existencia de esta triada
indivisible entre la ciencia penal, la criminología y la Victimología que convergen
en el estudio del delito, el delincuente, la pena y la víctima. Me atrevo a decir que
lograra estrategias integras en la prevención y disminución de los delitos.

En Venezuela la Codificación Penal Venezolana data desde el año 1.830 hasta la


actualidad; además los tipos penales son cambiantes y tienden a regirse por la
realidad social y por los cambios legislativo del Estado. En 1.830 el Congreso
Nacional, designa una comisión para redactar un código penal. Dicha comisión, no
hizo nada. Nuevamente en 1.835 se nombra otra comisión para realizer el código
penal, ya que urgía derogar las antiguas leyes españolas. Pero nada se hizo al
respecto. Igualmente en 1.848, y esta vez, a petición del Ejecutivo Nacional, el
Congreso, designa una comisión para que presente un proyecto de código penal,
la misma estuvo integrada por los licenciados: Francisco Aranda, Juan José
Romero y Francisco Díaz, más éstos juristas no redactaron proyecto alguno.

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CODIGO PENAL (1.863): Finalmente en el año de 1.856 el Dr. Julián Viso,
presentó un proyecto de código penal que tenía por fundamento el vigente código
penal de España para esa época, el proyecto del Dr. Viso Julián, fue aprobado por
el gobierno nacional de Venezuela y promulgado el 19 de abril de 1.863, fue el
primer Código Penal en Venezuela y tuvo una vigencia de cuatro (04) meses por
porque el día 08 de agosto de 1.863, el general Juan Crisóstomo Falcón, firmo un
decreto y lo declara nulo, retomándose el uso de las antiguas leyes españolas,
que en la praxis cada vez resultaban más anacrónicas. (Las antiguas leyes
españolas data desde antes del año 1830).

CODIGO PENAL (1.873): El 27 de octubre de 1.868, se establece una comisión


entre el Ejecutivo Federal y el Dr. Cecilio Acosta, se presentó un proyecto de
código penal, que no fue aprobado por el Congreso de aquel entonces. Y es
entonces que para el año de 1.872 el general Antonio Guzmán Blanco, presidente
en funciones, creó en el mes de septiembre de ese año, una comisión conformada
por los doctores: Cecilio Acosta y Juan Pablo Rojas Paúl, quienes en efecto,
redactaron un proyecto de código penal, el cual fue aprobado el 17 de abril de
1.873. Convirtiéndose en el segundo código penal, que tuvo Venezuela; dicho
código tuvo influenciado del Código Español del año de 1.850.

CODIGO PENAL (1897): En el año de 1.895, se nombró una comisión compuesta


por los doctores: Cadenas Delgado, Michelena, Feo, Dominici, Bruzual Serra,
Febres Cordero y Zárraga, para redactar nuevos códigos, presentándose un
nuevo modelo de código penal, siendo éste aprobado el 14 de Mayo de 1.897,
bajo la presidencia del General Joaquín Crespo. Cabe resaltar que, el antes
mencionado instrumento sustantivo en materia penal, constituía una copia casi
exacta del aprobado en Italia en 1.889, conocido comúnmente con la
denominación: "Código de Zanardelli".

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CODIGO PENAL (1.904): Fue un hibrido entre el código de 1.873 y de 1.897 bajo
el gobierno de facto del General Cipriano Castro Ruiz.

CODIGO PENAL (1.912): En teoría fue una reforma parcial del hibrido de 1.904.

CODIGO PENAL (1.915): Su proyecto de ley fue realizado por el jurista falconiano
Pedro Manuel Arcaya, durante régimen del General Juan Vicente Gómez.

CODIGO PENAL (1.926): Este fue el código versión mejorada del Codice
Zanardelli (código de Italia 1.889); realizada por el jurista falconiano Pedro Manuel
Arcaya. Actualmente el código penal vigente es el de 1.926, con las reformas
efectuadas en: 1era. Reforma Parcial del 04 de octubre de 1.958, según Gaceta
Oficial Nº 378 Extraordinaria; 2da. Reforma Parcial del 30 de junio de 1.964,
según Gaceta Oficial Nº 915 Extraordinaria; 3era. Reforma Parcial del 20 de
octubre del 2.000, según Gaceta Oficial Nº 5.494 Extraordinaria; 4ta. Reforma
Parcial del 13 de abril 2.005, según Gaceta Oficial Nº 5.768 Extraordinaria.

Partiendo del Derecho Penal y la Criminología entonces podría definir a la


Victimología como la parte que estudia el delito desde el punto de vista de la
víctima. Es la que estudia el sujeto pasivo de un delito; igualmente a la persona
que padece daño por culpa ajena o por causa fortuita; como también a quien sufre
violencia injusta en su integridad física o un ataque a sus derechos o bienes, sin
culpa suya. Podría afirmar que es de importancia el estudio de este aspecto por
cuanto la actitud o las condiciones personales del sujeto pasivo del delito (la
victima) pueden influir en la comisión y las modalidades de los delitos
materializados en grado de tentativa o de frustracion.

El Debido Proceso reconoce a la Víctima o sujeto pasivo del delito como


aquella persona que por una acción delincuencial ha sido lesionada física,

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psíquica y económicamente y participa en un proceso contra el presunto autor de
los hechos, para lograr atenuar o reparar el daño sufrido.

En el nuevo Proceso Penal Venezolano, la víctima del delito tiene extremo


intereses en las resultas del proceso, debido a la lesión que recibe; además los
órganos jurisdiccionales se encuentra en la obligación de garantizar la
vigencia plena de los derechos de la víctima, dentro de los cuales se
encuentra, tanto los derechos y garantías constitucionales para todos los
ciudadanos; como los derechos y garantías específicos que consagra a su favor
en la leyes adjetivas y sustantivas venezolana, en varios de sus disposiciones
normativas, las cuales en todo caso deben ser interpretada de manera amplia y en
concordancia a fin de que se logre la finalidad del proceso y en definitiva se
garanticen los referidos y establecidos derechos y garantías constitucionales.

Permítanme analizar las bases legales vigentes que identifican y señalan que son
víctimas de delitos y cuáles son sus tipos.

Código Orgánico Procesal Penal (2012). Artículo 121. Se Considera Víctima:


1. La persona directamente ofendida por el delito.
2. El o la cónyuge o la persona con quien mantenga relación estable de hecho,
hijo o hija, o padre adoptivo o madre adoptiva, parientes dentro del cuarto grado
de consanguinidad o segundo de afinidad, y al heredero o heredera, en los delitos
cuyo resultado sea la incapacidad o la muerte del ofendido u ofendida.
3. El o la cónyuge o la persona con quien mantenga relación estable de hecho,
hijo o hija, o padre adoptivo o madre adoptiva, parientes dentro del cuarto grado
de consanguinidad o segundo de afinidad, cuando el delito sea cometido en
perjuicio de una persona incapaz o de una persona menor de dieciocho años.
4. Los socios o socias, accionistas o miembros, respecto de los delitos que afectan
a una persona jurídica, cometidos por quienes la dirigen, administran o controlan.

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5. Las asociaciones, fundaciones y otros entes, en los delitos que afectan
intereses colectivos o difusos, siempre que el objeto de la agrupación se vincule
directamente con esos intereses y se hayan constituido con anterioridad a la
perpetración del delito.
Si las víctimas fueren varias deberán actuar por medio de una sola representación.

Ley de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos Procesales (2006).


Artículo 5.- Víctimas:
Se consideran víctimas directas, a los efectos de la presente Ley, las personas
que individual o colectivamente hayan sufrido cualquier tipo de daños físicos o
psicológicos, pérdida financiera o menoscabo sustancial de sus derechos
fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen la
legislación penal vigente.

De igual forma, se consideran víctimas indirectas a los familiares dentro del


cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad; o personas a cargo que
tengan relación inmediata con la víctima directa, y a las personas que hayan
sufrido daños al intervenir para asistir a la víctima en peligro o para prevenir la
victimización.

Igualmente se consideran Víctimas Especialmente Vulnerables a las personas


adultas mayores, a las personas humanas con discapacidad, niños, niñas y
adolescentes y personas víctimas de delitos sexuales o de violencia intrafamiliar.

El Ministerio Publico en representación por los fiscales está obligada a velar por la
protección y reparación del daño causado a la víctima del delito. Los Jueces
garantizaran la vigencia de sus derechos y el respeto, protección y reparación del
daño causado a la víctima del delito.

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En cada Circunscripción Judicial, deberá funcionar una oficina bajo la dirección de
un Fiscal Superior, designado por el Fiscal General de la Republica y además una
unidad de atención a la víctima, que estará bajo la dirección de un Fiscal Superior.

A tenor del Artículo Nº 94 de la Ley Orgánica del Servicio de Policía de


Investigación, El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales Y
Criminalísticas y El Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses
(2012) y en concordancia de lo establecido en el Articulo Nº 82 Ley Orgánica
del, Servicio de Policía y del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (2009).
Ambas leyes delegan en condición de obligatorio a los organismos de Seguridad
Ciudadana a contar con una oficina de atención a las víctimas del delito o del
abuso de poder, constituida por un equipo interdisciplinario, la cual funcionara
conforme a mecanismos que aseguren a las victimas un tratamiento con dignidad
y respecto, donde reciban la asistencia material, legal, médica, psicológica y social
necesaria, que le den a conocer las implicaciones que para ellas tienen los
procedimientos policiales o judiciales recibiendo información oportuna sobre las
actuaciones, así como la decisión de sus causas, protegiendo su intimidad y
garantizando su seguridad, la de sus familiares, de los y las testigos en su favor,
contra todo acto de intimidación y represalia.

PROTECCIÓN DE LAS VICTIMAS (GARANTÍA)


Código Orgánico Procesal Penal (2012). Artículo 23.- Protección de las
Victimas.
“Las víctimas de hechos punibles tienen el derecho de acceder a los órganos de
administración de justicia penal de forma gratuita, expedita, sin dilaciones
indebidas o formalismos inútiles, sin menoscabo de los derechos de los imputados
o imputadas o acusados o acusadas. La protección de la víctima y la reparación
del daño a la que tengan derecho serán también objetivos del proceso penal.

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Los funcionarios o funcionarias que no procesen las denuncias de las víctimas de
forma oportuna y diligente, y que de cualquier forma afecte su derecho de acceso
a la justicia, serán sancionados conforme al ordenamiento jurídico”.

VICTIMA PROTECCIÓN
Código Orgánico Procesal Penal (2012). Artículo 120.- Victima.
“La protección y reparación del daño causado a la víctima del delito son objetivos
del proceso penal. El Ministerio Público está obligado a velar por dichos intereses
en todas las fases. Por su parte, los jueces y juezas garantizarán la vigencia de
sus derechos y el respeto, protección y reparación durante el proceso.
Asimismo, la policía y los demás organismos auxiliares deberán otorgarle un trato
acorde con su condición de afectado o afectada, facilitando al máximo su
participación en los trámites en que deba intervenir”.

DERECHOS DE LA VICTIMA
Artículo 122.- Código Orgánico Procesal Penal. Artículo 122.- Derechos de la
Victima.
“Quien de acuerdo con las disposiciones de este Código sea considerado víctima,
aunque no se haya constituido como querellante, podrá ejercer en el proceso
penal los siguientes derechos:
1. Presentar querella e intervenir en el proceso conforme a lo establecido en este
Código.
2. Ser informada de los avances y resultados del proceso cuando lo solicite.
3. Delegar de manera expresa en el Ministerio Público su representación, o ser
representada por este en caso de inasistencia al juicio.
4. Solicitar medidas de protección frente a probables atentados en contra suya o
de su familia.
5. Adherirse a la acusación de él o de la Fiscal o formular una acusación particular
propia contra el imputado o imputada en los delitos de acción pública; o una
acusación privada en los delitos dependientes de instancia de parte.

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6. Ejercer las acciones civiles con el objeto de reclamar la responsabilidad civil
proveniente del hecho punible.
7. Ser notificada de la resolución de él o la Fiscal que ordena el archivo de los
recaudos.
8. Impugnar el sobreseimiento o la sentencia absolutoria”.

FACULTAD DE LA VICTIMA
Articulo 298 Código Orgánico Procesal Penal. Artículo 298.- Facultad de la
Victima.
“Cuando él o la Fiscal del Ministerio Público haya resuelto archivar las
actuaciones, la víctima, en cualquier momento, podrá dirigirse al Juez o Jueza de
Control solicitándole examine los fundamentos de la medida”.

ANTECEDENTES HISTORICOS DE LA VICTIMOLOGIA.


En lo jurídico se inicia con la Declaración de la Asamblea General de las Naciones
Unidas sobre los Principios Básicos de Justicia para las Víctimas del Delito y del
Abuso de Poder (1985), fueron promulgadas numerosas leyes sobre derechos de
las víctimas por parte de los organismos legislativos de diferentes países. Entre
los logros alcanzados puedo citar la instauración de la compensación estatal en el
caso de las víctimas de delitos de violencia, el resurgimiento de la reintegración
por lo que respecta a los transgresores, así como la aparición y multiplicación de
programas dirigidos a la mediación entre víctimas y victimarios. Un sector
particular en el cual se ha experimentado una enorme expansión ha sido el de los
servicios a las víctimas. La terapia a la víctima para enfrentar los traumas por la
victimización, se ha convertido en una medida popular y a la moda. Los futuros
avances en el campo de la Victimología se proponen como una cuestión
íntimamente ligada a la aceptación e implementación del paradigma de la justicia
restaurativa. Mi conclusión es que la Victimología en un futuro será una auténtica
disciplina de nivel científico, al mismo tiempo una práctica genuinamente
humanista.

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Algunos de los escritores que pueden ser descritos como victimólogos literarios:
Thomas de Quincey, Khalil Gibran, Aldous Huxley, el Marqués de Sade, Franz
Werfel. El primer tratamiento sistemático de las víctimas del crimen apareció en
1948 en el libro de Hans Von Hentig El criminal y su víctima. En la cuarta parte del
libro, bajo el provocativo título Contribución de la víctima a la génesis del delito,
Von Hentig criticó el estudio estático unidimensional del delincuente que había
dominado la criminología hasta entonces. En su lugar, sugirió un nuevo enfoque
dinámico y diádico que presta la misma atención al criminal y la víctima. Von
Hentig había tratado el tema anteriormente en un artículo publicado en la Revista
de Derecho Penal y Criminología en 1940/41.

En el mismo, él señaló que: Es cierto, hay muchos actos criminales con poca o
ninguna contribución por parte del individuo perjudicado. Por otro lado
frecuentemente podemos observar una reciprocidad real en la conexión de autor y
víctima, asesino y asesinado, chulo e incauto. Aunque esta operación recíproca es
uno de los fenómenos más curiosos de la vida criminal ha escapado a la atención
de los socios patólogos. En su libro Von Hentig señala que: La ley considera
ciertos resultados y los movimientos finales que conducen a ellos. Aquí se hace
una clara distinción entre el que hace y el que sufre. Mirando en la génesis de la
situación, en un número considerable de casos, nos encontramos una víctima que
consiente tácitamente, coopera, conspira o provoca. La víctima es uno de los
elementos causantes.

Von Hentig insistió en que muchas de las víctimas del crimen contribuyen a su
propia victimización, ya sea por incitar o provocar a los criminales o creando o
fomentando una situación propicia que pueda dar lugar a la comisión del delito.
Otros pioneros en la Victimología, que creían firmemente que las víctimas pueden,
consciente o inconscientemente jugar un papel causal, describen muchas de las
formas que pueden adoptar estas contribuciones: negligencia, descuido,

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temeridad, imprudencia, y así sucesivamente. Señalaron que el rol de la víctima
podría tener un efecto motivacional (atrayendo, despertando, induciendo,
incitando, tentando) o funcional (provocando, precipitando, desencadenando,
facilitando, participando). El libro de Von Hentig fue seguido por una serie de
estudios teóricos que tratan sobre tipos de víctimas, relaciones víctima-delincuente
y la función que las víctimas juegan en ciertos tipos de delitos.

El libro también impulsó diversos estudios empíricos que prestaron especial


atención a las víctimas de determinados delitos, como el homicidio criminal,
(Wolfgang, 1958; Fattah 1971), violación (Amir, 1971), robo (Normandeau, 1968),
asalto agravado (Pittman y Handy, 1964; Curtis, 1974), fraude (Padowetz, 1954),
chantaje (Hepworth, 1975), entre otros. El término Victimología fue acuñado en
1949 por un psiquiatra estadounidense, Frederick Wertham, quien lo utilizó por
primera vez en su libro el espectáculo de la violencia, en el que destacó la
necesidad de una ciencia de la Victimología. Durante los primeros años de la
Victimología, la literatura sobre las víctimas de delitos permaneció relativamente
reducida en comparación con la de criminología.

Durante los años 80 del pasado siglo, sin embargo, una gran ola de importantes
libros y artículos marcó la mayoría de edad de la Victimología (Rock, 1994). En la
actualidad, es justo decir que el estudio de las víctimas de delitos se ha convertido
en una parte integral de la criminología. Hoy en día, la necesidad de la
criminología de estudiar a fondo las víctimas de la delincuencia puede parecer
obvia e incontrovertible. Puede parecer sorprendente, por lo tanto, que una
necesidad tan obvia haya escapado a la atención de los criminólogos durante más
de un siglo.

Pero no es raro que los científicos sociales olviden lo obvio. Esta cuestión está
bien tratada por Rock (1994, siglo XI), quien señala: Incluso la criminología y la
sociología de la desviación disciplinas concentradas más de lleno en el análisis del

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crimen, los criminales y la justicia penal tendieron de alguna manera a borrar a la
víctima durante mucho tiempo, no viendo lo que, en retrospectiva, debería
probablemente haber sido evidente desde el principio. Tales omisiones ocurren
continuamente. Forman parte inevitable de cualquier disciplina, como
consecuencia de la verdad señalada por Burke cuando dijo que "una forma de ver
es siempre una manera de no ver". El precio de la organización, especialización y
acumulación de conocimiento sobre cualquier área es un descuido sistemático de
las demás cuestiones lanzadas fuera de foco y más allá de los márgenes.
Precisamente porque la criminología es una disciplina empíricamente orientada,
se ha tendido a ignorar las cosas que no llevan el nombre de delito, delincuentes y
justicia criminal.

Aunque la Victimología se ha establecido ya firmemente como una de las


principales áreas de investigación dentro de la criminología, su naturaleza,
importancia y situación siguen generando una gran cantidad de comentarios y
polémica. Rock (1994) describe la Victimología como una "disciplina relativamente
amorfa". Y en el Quinto Simposio Internacional de Victimología Cressey declaró
abiertamente que la Victimología no es una disciplina científica, ni un campo
académico. Él la llamó en cambio "un programa no académico bajo el que se han
agrupado arbitrariamente una mezcolanza de ideas, intereses, ideologías y
métodos de investigación". Sea como fuere, el estudio de las víctimas y la
victimización tiene el potencial de remodelar toda la disciplina de la criminología.
Podría muy bien ser el tan esperado cambio de paradigma que la criminología
necesita desesperadamente dado el rotundo fracaso de sus paradigmas
tradicionales: la búsqueda de las causas del delito, la disuasión, rehabilitación,
tratamiento, justo castigo, etc.

A partir de 1999 donde la República Bolivariana de Venezuela es


irrevocablemente libre e independiente y se constituye como un Estado
Democrático y Social de Derecho y de Justicia, tiene como deber garante la

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protección de sus habitantes a través de los órganos de seguridad regulados
por ley, donde propugna como valores superiores la vida, la libertad, la justicia, la
igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la
preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político. Frente a
situaciones que constituyan amenaza, vulnerabilidad o riesgo para la integridad
física de las personas, sus propiedades, el disfrute de sus derechos y el
cumplimiento de sus deberes.

Es decir la Constitución Nacional (1999) nos obliga como deber de Estado


Venezolano a garantizar la seguridad de nuestro pueblo bolivariano y socialista; de
sus bienes o propiedades, el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus
deberes en los distintos ámbitos políticos territoriales. La amplia gama de
derechos reconocidos en la Constitución no sólo tiende a fortalecer la tradicional
noción de ciudadanía, sino que también es una franca invitación a la seguridad,
suponiendo que, ante cualquier amenaza o coerción ilegítima contra la libertad y
los derechos, prevalecerá el orden constitucional. En este sentido, la seguridad
ciudadana viene a ser un “concepto instrumental para el desarrollo de los
derechos fundamentales” y el orden público, un instrumento al servicio de la
seguridad, pero nunca un fin en sí mismo.

Igualmente en Venezuela se han creados Ordenamientos Jurídicos para la


defensa y ayuda de la Victimas de los delitos entre ellas analizare las siguientes:

Ley de Protección de Víctimas, Testigos, y demás Sujetos Procesales.


Gaceta Oficial Nº 38.536 de fecha 04 de Octubre de 2006
La protección de Víctimas, Testigos, y demás Sujetos Procesales en Venezuela,
se ha visto más latente en los últimos años y se ve reflejada aún más con la
entrada en vigencia de la Ley, en la que se estipulan los diferentes mecanismos
de protección.

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La Víctimas, Testigos, y demás Sujetos Procesales de un hecho punible es muy
importante para la verificación de la verdad y así hacer cumplir las normas
jurídicas para que exista un estado de derecho y de justicia. Por esto es necesario
que existan procedimientos y normas jurídicas que estipulen la forma y el modo de
proteger a las personas que actúan como Víctimas, Testigos, y demás Sujetos
Procesales en los procedimientos penales.

La Ley de Protección de Victimas, Testigos y demás Sujetos Procesales es de


importancia ya que radica en que va dirigida a regular los diferentes medios de
protección que el Estado brinda a las personas que tienen la cualidad de Víctima o
testigos o algún sujeto procesal en un procedimiento penal, con la finalidad de
proveer la seguridad necesaria para la protección física de la persona protegida y
así preservar su integridad física y la de su grupo familiar.

Continuando con el orden de mis ideas es de informar que Constitucionalmente, el


derecho a la vida es inviolable y responsabilidad del estado (CRBV. 1999 Art. 43),
tomando en consideración, que la vida es el valor más preciado, teniendo que toda
persona tiene el derecho a la protección, por parte del Estado, a través de los
órganos de seguridad ciudadana (CRBV. 1999 Art. 55); y de manera muy especial,
las víctimas, los testigos y demás sujetos procesales de hechos punibles, los
cuales deben gozar de especial protección jurídica y física, tomando en
consideración que su actuación es clave para el esclarecimiento de situaciones y
hechos punibles, lo cual redunda en la consolidación de la justicia y en proveer a
la sociedad, un clima de paz social y tranquilidad, situación utópica en la realidad
actual de nuestra querida República Bolivariana de Venezuela.

Lamentablemente, la persona o personas que les toca asumir el papel de víctima,


testigos y demás sujetos procesales en hechos punibles, pasan a  ser objetos de
amenazas  en detrimento de sus derechos fundamentales, ya sea para
atemorizarlas y evitar que declare o para que simplemente cambie o niegue su

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versión real de los hechos, quedando impune el delito, al librarse de la sanción el
imputado.

Casos como éstos, muy recurrentes por cierto en nuestra sociedad y Sistema
Judicial, son violatorios a  principios fundamentales y supuestamente protegidos
por el Estado, vale decir, el derecho a la vida (CRBV. 1999 Art. 43), a la integridad
psíquica y física (CRBV. 1999 Art. 46) y a las libertades personales (CRBV. 1999
Art. 44), los cuales, están garantizados por lo menos en la teoría, en nuestra Carta
Magna.

Las pruebas testimoniales, están consideradas como uno de los medios de


pruebas más efectivos en los juicios penales y civiles, tomando en consideración
que la figura del testigo, es trascendental, tomando en consideración que su
presencia en el lugar de los hechos, lo convierten en la persona llamada a relatar
de manera detallada y cierta, como se sucedieron los acontecimientos,
declaración que sirve de sustento para el esclarecimiento de hechos y como
basamento del Juez para la toma de decisiones.

La declaración del testigo es la utilización de ciudadanos distintos de las partes del


proceso, para que declaren sobre ciertos hechos y aporten datos relevantes. Tal
situación, obliga al Estado Venezolano, al juzgamiento de hechos y situaciones
con la mayor efectividad posible, procurando en todo momento, el respeto de
todos los involucrados, muy especialmente a la víctima y los testigos, en aquellos
casos donde son vulnerables ante las amenazas contra éstos y contra sus
familias.

Continuando con nuestra síntesis y apoyándonos en nuestra Constitución


Nacional Bolivariana (1999) nos permitimos señalar varios artículos:

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Articulo 19 establecen los Derechos Humanos y Garantías necesarias para las
personas, lo cual incluye por supuesto a los testigos, victimas y demás sujetos
procesales.
Artículo 26 establece el acceso a órganos de la Administración de Justicia.
Artículo 27 establece el Derecho de Amparo: Acción y Procedimiento.
Artículo 49 establece el Debido Proceso.
Articulo 55 estable el Derecho a la Protección del Estado.

Es notorio, que el contenido de éstos artículos llevan implícito la protección de las


personas, y para el caso que nos ocupa, el de la figura del Testigo, víctima y
demás sujetos procesales; tomando en consideración que estas personas, al
asumir ese papel, cumplen un deber ciudadano, lamentablemente, en nuestro
país, ni el Ministerio Público ni los Organismos de Seguridad cumplen con lo
establecido no solo en la normativa disponible en la materia, adicionalmente, se
violentan convenios y tratados internacionales sobre la materia, sobre  el
cumplimiento efectivo de los derechos y garantías para estas personas.

De igual manera permítanos señalar en la Ley Orgánica del Ministerio Publico el


artículo 37. Son atribuciones y deberes de los Fiscales o las Fiscales del Ministerio
Público de Proceso: Numeral 5.- Atender las solicitudes de protección a las
víctimas, testigos y expertos, y procurar que sean informados acerca de sus
derechos, con arreglo al Código Orgánico Procesal Penal y demás leyes.

Es decir que la Ley de Protección de Víctimas, Testigos y demás Sujetos


Procesales tiene por objeto proteger los derechos e intereses de las víctimas,
testigos y demás sujetos procesales, así como regular las medidas de protección,
en cuanto a su ámbito de aplicación, modalidades y procedimiento; para lo cual,
las autoridades, los órganos jurisdiccionales, los órganos de policía de
investigaciones penales, los órganos con competencia especial en las
investigaciones penales y los órganos de apoyo a la investigación penal, en sus

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respectivos ámbitos de competencias, tienen el deber garante de instrumentar
todo tipo de medidas para el cumplimiento de la misma.

Las medidas podrán ser informales, administrativas, judiciales y de cualquier otro


carácter en procura de garantizar los derechos de las personas protegidas. No
obstante, es recurrente el alto porcentaje de crímenes y delitos que quedan
impune, no solo por la poca capacidad de respuesta que tienen los organismos de
seguridad y órganos judiciales por la falta de recursos y poca operatividad y
efectividad, sino que sumado a los factores mencionados, se presenta el de la
falta de colaboración de las personas que presencian estos hechos en aportar
información importante y esclarecedora.

Estas personas, Víctimas, Testigos, y demás Sujetos Procesales son


atemorizadas por las represalias de los victimarios, no se atreven, por temor a sus
vidas y las de sus familias a denunciar o testificar en éstos hechos punibles. Es
común observar, que ciudadanos inocentes, solo por el simple hecho de
“atreverse”  a servir como testigos de hechos punibles, sobre todo en los más
comunes, vale decir, los crímenes que a diario y a cada rato se presentan en
nuestro país, son igualmente asesinados o seriamente lesionados, al igual que a
sus familias, pasando de testigos a víctimas,  solo por intentar cumplir con su
deber ciudadano. Estos acontecimientos, han permitido que nuestro país, no solo
se convierta en uno de los más violentos del mundo, además, somos catalogados
muy acertadamente por cierto, como uno de los más impunes en cuanto a la
resolución de casos y efectiva administración de justicia, situación que nos
convierte a nivel internacional, como un a país extremadamente peligroso.

En conclusión podría decir que nuestro país, se caracteriza por tener un marco
jurídico completo, plural, abierto, actualizado, donde por sobre todas las cosas, se
establece la participación del ciudadano y el respeto a los derechos
fundamentales. Pero, valdría la pena preguntarse ¿de qué nos sirve tanto papel y

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tinta, si el Estado no es efectivo en ese cumplimiento? Disponemos de todo un
bagaje de leyes e instrumentos legales utópicos e incumplibles por la incapacidad
e ineficiencia del Estado. La citada Ley de Protección de Victimas, Testigos y
demás Sujetos Procesales, no escapa al destino de tantas normas, cuyo objeto es
traer la tranquilidad a la sociedad y el cumplimiento de normas necesarias, no
obstante, además del desconocimiento de su existencia por la mayoría de la
ciudadanía, su inoperatividad e inefectividad,  la destina al igual que casi la
generalidad de las normas y leyes disponibles, a su incumplimiento, desacato y
olvido. Triste realidad la que vivimos en este hermoso y noble país llamado
República Bolivariana de Venezuela.

Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una vida libre de Violencias.
Gaceta Oficial Nº 40.639 de fecha 14 de Abril de 2015
Iniciaremos nuestros análisis desde siglo XX donde se ha estado luchado
simplemente por enfocar la violencia que se ejerce contra las mujeres, ellas en
donde sociedades enteras prevalece la subordinación y discriminación,
descalificando sus actividades y opiniones; por otro lado la negativa de ellas hacia
el hombre que se justifica y es natural ya que son carentes de los derechos de
libertad, respeto, capacidad de decisión y del derecho a la vida; la violencia de
género será un problema grave para la sociedad en razón al sexo, es por ello que
los derechos humanos en nuestra Constitución Nacional son garantes aprobando
las leyes que prevean tales situaciones.

Esta Ley tiene como propósito principal su carácter orgánico, sus disposiciones
que prevalezcan sobre otras leyes desarrollando Principios Constitucionales en
materia de Derechos Humanos de las Mujeres y los tratados internacionales
aceptados, firmados y ratificados referente a la materia; su objetivo es garantizar y
promover el Derecho de las Mujeres a una vida libre de violencia creando
condiciones para prevenir, atender, sancionar, sanear y erradicar la violencia,
contra las mujeres en cualquiera de sus manifestaciones y ámbitos, impulsando

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cambios en los paradigmas y en los patrones socioculturales existentes, referente
a la desigualdad de género y las relaciones de poder sobre las mujeres, para
favorecer la construcción de una sociedad democrática, participativa, paritaria y
protagónica.

Es de observar, que la «Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida
Libre de Violencia diverge en su objeto y propósito, significativamente en la
protección y defensa únicamente de la mujer, como género discriminado por el
sexo masculino. La Exposición de Motivos, claramente, explica: Un gravísimo
problema, contra el cual han luchado históricamente las mujeres en el planeta
entero, es la violencia que se ejerce contra ellas por el solo hecho de serlo. La
violencia de género encuentra sus raíces profundas en la característica patriarcal
de las sociedades en las que prevalecen estructuras de subordinación y
discriminación hacia la mujer que consolidan conceptos y valores que descalifican
sistemáticamente a la mujer, sus actividades y sus opiniones.

Es así como cualquier negativa o rechazo al poder masculino es vivida por el


hombre agresor como una transgresión a un orden “natural” que “justifica” la
violencia de su reacción en contra de la mujer. Se trata, pues, de una violencia
que se dirige sobre las mujeres por ser consideradas, por sus agresores, carentes
de los derechos fundamentales de libertad, respeto, capacidad de decisión y del
derecho a la vida. La violencia en contra de la mujer constituye un grave problema
de salud pública y de violación sistemática de sus derechos humanos, que
muestra en forma dramática los efectos de la discriminación y subordinación de la
mujer por razones de sexo en la sociedad.

Todas las mujeres son víctimas potenciales del maltrato y la violencia por razones
de sexo, pues, en todas las sociedades, ha pervivido la desigualdad entre los
sexos. Además, las distintas formas de violencia contra las mujeres son tácticas
de control con el objetivo de mantener y reproducir el poder patriarcal sobre las

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mujeres, para subyugarlas y descalificarlas. Y ante ese poder que les niega el
goce, disfrute y ejercicio de sus derechos, debe erigirse el Estado como garante
de los derechos humanos, en particular aprobando leyes que desarrollen las
previsiones constitucionales.

Se declaró la constitucionalidad del carácter orgánico de la Ley Orgánica sobre el


Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, oficializándose la decisión
en Gaceta Oficial número 40.639, del 14 de Abril de 2015. De mas esta decirlo
para los efectos previstos en la Constitución Nacional del artículo 203, que es
constitucional el carácter orgánico otorgado a la legislación denominada Ley
Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia pues ésta
se adecua a las características jurídicas que tienen las leyes orgánicas, en cuanto
a su forma y contenido, teniendo en cuenta que con la misma se pretende regular
uno de los supuestos previstos en la citada norma constitucional que hacen
posible convenir en su carácter orgánico.

En efecto, la Ley Orgánica en cuestión desarrolla, de manera centralizada y


convergente, la protección constitucional a la que se refiere el artículo 21.2 de la
Constitución de 1999 a favor de las mujeres, por ser éstas, un grupo poblacional
tradicionalmente vulnerable. De modo que, con la referida Ley Orgánica se
pretende disciplinar el contenido primario, las facultades elementales y los límites
esenciales de todo aquello que sea necesario para asegurar una igualdad ante la
ley de las mujeres en el ejercicio efectivo de sus derechos exigibles ante los
órganos jurisdiccionales y la Administración Pública.

Además, observamos que la regulación sobre aspectos fundamentales, como los


derechos constitucionales a la integridad personal (artículo 55), derecho a la vida
(artículo 43) y a la igualdad ante la Ley (artículo 21), el derecho y respeto a los
derechos humanos (artículo 19), acceso a órganos de la administración de justicia
(artículo 26), derecho al amparo: acción y procedimiento (artículo 27), entre otros,

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dirigidos a la protección de la población de mujeres, puede adquirir una vigencia
transversal en los distintos ámbitos jurídicos de su vida ciudadana, a través de una
ley orgánica que sirva de marco legal al ordenamiento ordinario, no por tener -se
insiste- rango superior a la ley ordinaria en el sistema de fuentes del Derecho, sino
por su preeminencia lógica e indispensable para la construcción del resto del
ordenamiento jurídico, cuando se delimita a las disposiciones legislativas
posteriores que desarrollan los principios que ella pauta.
De esto se evidencia que la legislación ordinaria, siendo consecuente consigo
misma cuando se incida en una concreta modalidad de ejercicio del derecho
fundamental o sirva como fórmula de colaboración internormativa – siempre que
no se trate de un reenvío en blanco que persiga defraudar la reserva constitucional
a favor de las leyes orgánicas-, deberá atenerse al marco general trazado por la
denominada “Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de
Violencia” en la materia en ella discurrida, al reglar las instituciones cuyos
principios han sido colocados en tal encuadramiento.

DERECHOS PROTEGIDOS
1. El derecho a la vida.
2. La protección a la dignidad e integridad física, psicológica, sexual, patrimonial y
jurídica de las mujeres víctimas de violencia, en los ámbitos público y privado.
3. La igualdad de derechos entre el hombre y la mujer.
4. La protección de las mujeres particularmente vulnerables a la violencia basada
en género.
5. El derecho de las mujeres víctimas de violencia a recibir plena información y
asesoramiento adecuado a su situación personal, a través de los servicios,
organismos u oficinas que están obligadas a crear la Administración Pública
Nacional, Estadal y Municipal.
6. Los demás consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y en todos los convenios y tratados internacionales en la materia,
suscritos por la República Bolivariana de Venezuela.

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7. Obligación del Estado.
8. Participación de la Sociedad

En conclusión la violencia no tiene género, sea en contra de niños, niñas y


adolescentes, o en contra de mujeres o en contra de hombres o en contra de
ancianos o ancianas. En desacuerdo que es ley no es inconstitucional, ya que, la
constitución Venezolana habla de IGUALDAD ANTE LA LEY, no dice entre
comillas solo para mujeres o para hombres, o para pobres, o para ricos, entre
otros. El Código Orgánico Procesal Penal es claro también. Si Usted quieren
denunciar denuncien. Por lo tanto hay que denunciar cual hecho punible.

Ley Especial para prevenir y sancionar la tortura y otros tratos crueles,


inhumanos o degradantes.
Gaceta Oficial Nº 40.212 de fecha 22 de Julio de 2013

La presente Ley tiene por objeto la prevención, tipificación, sanción de los delitos
de tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, así como la reparación
del daño a las personas que hayan sido víctimas de estos delitos, promoviendo la
participación protagónica de los ciudadanos y ciudadanas a través de las
instancias y organizaciones del Poder Popular, organizaciones sociales y
organizaciones de víctimas de estos delitos, en corresponsabilidad con los
órganos y entes del Poder Público competentes, en la protección y defensa de los
derechos humanos.

Es una herramienta muy valiosa. Establece penas de prisión para quienes


apliquen torturas, tanto físicas como mentales y por otro lado también sanciona los
tratos crueles, inhumanos y degradantes. Además reconoce los derechos de las
personas víctimas a la justicia, la rehabilitación, la indemnización y la reparación
por los daños causados, así como la obligación que tiene el Estado de educar,
investigar y prevenir para que nunca más se repitan estos hechos. Por otra parte,

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establece la responsabilidad de los funcionarios públicos en todos los niveles, y
que el cumplimiento de órdenes no es una excusa para maltratar a una persona.

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