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Se llama comúnmente hongos a los seres vivos pertenecientes al Reino Fungi, uno de

los grupos en que se clasifica a la vida conocida. Existen más de 144.000 especies
diferentes de hongos entre los que están las levaduras, los mohos y las setas.

Este Reino se caracteriza por ciertos su inamovilidad por tener una alimentación

heterótrofa y por presentar células con pared celular de quitina. La ciencia que

estudia los hongos es la micología.

Los hongos existen a lo largo y ancho del mundo y en distintos hábitats, apareciendo

en distintas formas y presentaciones. La idea tradicional del hongo, la seta, con

capuchón moteado y cuerpo blanco alargado, es apenas una de las numerosas

especies de hongos conocidos. Muchos otros son incluso microscópicos.

¿Cómo se originaron los hongos?

Los hongos se separaron de los otros reinos hace mil millones de años

aproximadamente. Sin embargo, aún comparten con el reino vegetal

características como la falta de locomoción y el tipo de estructuras

corporales. También se acercan a los protistas en su composición

bioquímica.

Por ser organismos eucariotas, se trata de una rama evolutiva más

moderna, en comparación con los procariotas del reino monera. De

hecho, su estructura celular se asemeja a la de las plantas, con notorias

diferencias, como la ausencia de clorofila.

Los hongos se clasifican en cuatro grandes grupos, de acuerdo a su


naturaleza:

Saprófitos. Se nutren de la descomposición de materia orgánica

proveniente de otras formas de vida, como la vegetal y la animal.

Estos hongos pueden ser específicos o no, es decir, pueden

alimentarse de cierto tipo de materia orgánica, o de cualquiera en

general.
Micorrizógenos. Establecen una relación simbiótica con las plantas, proliferando en sus

raíces e intercambiando con ellas nutrientes minerales y agua (generadas por el hongo) a

cambio de carbohidratos y vitaminas (generadas por la planta y que el hongo es incapaz de

sintetizar). A este tipo de relación se la llama micorriza.

Liquenizados. Los líquenes son organismos simbióticos producto de la unión de un hongo y

un alga o cianobacteria, estableciendo una relación estrecha de diverso tipo. Juntos se

proveen de humedad y nutrientes, proliferando mejor que por separado.

Parásitos. Aquellos que proliferan dentro del cuerpo de otros seres vivos o establecidos en

su superficie, nutriéndose de ellos y a menudo causándoles daños diversos en el proceso,

que pueden ser leves o mortales.

Las levaduras son microorganismos con los que comúnmente estamos en contacto,

encontrándolas en plantas, animales e insectos, sin embargo, no es del conocimiento de la

mayoría, que estos microorganismos también se encuentran en superficies como las

cáscaras de frutas y nuestra propia piel.

Impactan diferentes sectores comerciales que incluyen alimentos, bebidas, farmacéuticos y

enzimas industriales. En general, las levaduras tienen efectos benéficos en la vida humana.

A pesar de esto, nuestro conocimiento de las levaduras parece estar limitado a

identificarlas como una clase de hongo, utilizado en la producción de vino, cerveza y pan,

por lo que es evidente, que siendo uno de los microorganismos de mayor importancia

industrial, modelo de estudio para enfermedades como Alzheimer, Parkinson y cáncer, y

con el que estamos en constante contacto, es necesario que conozcamos más información

de este microorganismo.
Las levaduras, efectivamente, son hongos unicelulares, con tamaños de 3 a 40 micrómetros,

por lo que no es posible verlas a simple vista, solamente en conjunto formando agregados.

Su tiempo de reproducción varía entre especies y es de 2 a 3 horas en las condiciones de

crecimiento más favorables. Se conocen alrededor de 500 especies de levaduras y fueron

identificadas por primera ocasión por su capacidad de fermentación por Louis Pasteur en

1857. El término levadura proviene del latín “levare”, que significa levantar, ya que produce

dióxido de carbono que causa la expansión de las proteínas del gluten en la harina y hace

que se expanda la masa.

La especie más conocida y utilizada es Saccharomyces cerevisiae, su nombre significa

levadura comedora de azúcar, entre otros significados similares. De acuerdo a diferentes

autores, S. cerevisiae fue seleccionada como modelo de estudio de laboratorio desde 1930,

debido a que conserva procesos esenciales que son llevados a cabo por las células en

humanos, por lo que las observaciones de los efectos causados por enfermedades como

Alzheimer, se pueden extrapolar a humanos.

Como la mayoría conocemos, S. cerevisiae también se emplea en la fermentación del pan,

cerveza, vino y producción de alcohol. Esta levadura es la más resistente a etanol,

resistiendo hasta 14% de etanol en su medio. Con esta característica no es de sorprender

que sea la levadura más utilizada en la producción de vinos. Se han aislado cepas de

levaduras no-Saccharomyces como Candida y Kluyveromyces con capacidades de

resistencia a etanol similares a S. cerevisiae.

Las cepas no-Saccharomyces tienen la capacidad de producir y secretar enzimas como

esterasas, glucosidasas y proteasas, que interactúan con compuestos de las fermentaciones

para producir aromas característicos que varían para cada vino. Dentro de las levaduras

clasificadas como no-Saccharomyces, K. marxianus se ha considerado prometedora para la

producción de proteínas eucariotas con fines terapéuticos.


El moho (hongos) se reproduce por medio de pequeñas esporas. Estas esporas se

transportan continuamente en el aire libre así como en interiores. Cuando las esporas se

depositan en una superficie húmeda comienzan a crecer y a alimentarse de la superficie a

la cual están adheridas.

Factores ambientales

El hongo se encuentra casi en todas partes; puede crecer en casi cualquier superficie o

sustancia siempre y cuando haya humedad. Hay hongos que pueden crecer en madera,

papel, alfombras y comida.

Existen muchos tipos de moho, pero ninguno crecerá sin agua o humedad. Los lugares que

suelen ser, o que siempre son húmedos pueden ser difíciles de mantener completamente

libres de moho. Si hay moho en la ducha, o en otro lugar del baño, que parece regresar, el

hecho de aumentar la ventilación (activar un ventilador o abrir una ventana) y limpiar con

mayor frecuencia suele prevenir que vuelva el moho, o por lo menos mantenerlo a un nivel

mínimo. Aprenda más sobre el moho y su salud.

Prevención

¿Qué puedo hacer para evitar el moho?

La clave para controlar el moho es el control de la humedad.

Si el moho es un problema en su hogar, debe limpiar el moho en cuanto antes y resolver el

problema del agua.


Es importante secar los lugares y objetos dañados por el agua en las siguientes 24 a 48
horas a fin de evitar que crezca el moho.

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