Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tener una necesidad tan intensa de consumir la droga que no puedes pensar en
otra cosa
Con el tiempo, necesitar una dosis mayor de la droga para obtener el mismo
efecto
Hacer cosas que normalmente no harías para conseguir la droga, como robar
Conducir o hacer otras actividades peligrosas cuanto estás bajo los efectos de
la droga
Somnolencia
● Balbuceo
● Falta de coordinación
● Problemas de memoria
● Falta de inhibición
● Caídas o accidentes
● Mareos
Cocaína
Esta sustancia interfiere en la manera en la que se transmiten los mensajes de
una neurona a otra evitando que se desactive la señal de dopamina.
Esto hace que los sistemas de recompensa del cerebro no funcionen con
normalidad y la sensación de felicidad y bienestar sea continua bajo los
efectos de esta sustancia.
Nicotina
Es la sustancia más adictiva que contiene el tabaco, de tan fácil acceso en la
mayoría de países.
Cuando alguien fuma, la nicotina pasa rápidamente a los pulmones y de ahí
al cerebro. Actúa elevando los niveles de dopamina en el sistema de
recompensa en hasta un 25-40%, según han probado diversos experimentos en
el laboratorio.
Barbitúricos
Estos medicamentos, utilizados inicialmente para tratar la ansiedad y para
ayudar a conciliar el sueño, anulan algunas regiones del cerebro.
En pequeñas dosis pueden causar euforia y excitación, pero un uso abusivo
puede ser letal ya que pueden suprimir la respiración.
Alcohol
El alcohol, señala el panel de expertos en el documento, tiene muchos efectos
en el cerebro, pero en lo que tiene que ver con los mecanismos de recompensa
del cerebro está probado que puede elevar los niveles de dopamina entre un
40 y un 360%, según demostraron algunos experimentos en el laboratorio.
Además, es muy probable que quien haya probado el alcohol, se vuelva
un consumidor habitual. La OMS asegura que un 22% llega a generar algún
nivel de dependencia con esta substancia durante su vida.
Otras drogas, como la anfetamina o cocaína, pueden hacer que las células
nerviosas liberen cantidades inusualmente grandes de neurotransmisores
naturales o pueden prevenir el reciclaje normal de estas sustancias
químicas cerebrales, haciendo que la señal se vea sumamente amplificada,
lo que eventualmente trastorna los canales de comunicación. La diferencia
se puede describir como la diferencia entre alguien que te susurra algo en
el oído y alguien que grita en un micrófono.