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J.

Díaz, 2018

¿A QUÉ LLAMAMOS ARTE? EL CAMBIO DEL CONCEPTO


DE ARTE A LO LARGO DE LA HISTORIA
José Díaz

“El arte es la idea”


Marcel Duchamp (1887-1968),
artista francés.

Decía Dino Formaggio que “arte es todo aquello a lo que los hombres llaman arte”1,
y no se me ocurre mejor forma de empezar que con la cita de este teórico italiano del
siglo XX. Probablemente, en la época contemporánea, esta afirmación tenga sentido;
sin embargo, no siempre ha sido así. De hecho, ni siquiera los cánones sobre lo que es
arte han sido siempre iguales: basta con mirar un ánfora griega y compararlo con La
escuela de Atenas de Rafael o la Serie de los cinco sentidos de Rubens para observarlo.
Entonces, ¿qué es lo que ha cambiado? ¿Cuáles son las diferencias entre lo que
llamábamos y lo que llamamos arte?
Arte proviene de la palabra latina ars, que a su vez deriva de la palabra griega τέχνη
(tekné), que significa “producción” o “fabricación artificial”. Por lo tanto, ya desde la
antigua Grecia, el arte no es más que la producción artificial de algo. No en vano, “tekné”
también es la raíz de la familia de palabras de “técnica”, puesto que el arte era también
el producto del artesano, no necesariamente tenía que ser un producto para su
contemplación. En la época de la Grecia arcaica (siglos X-VII a.C.), además, el arte tenía
una función eminentemente simbólica y religiosa, se utilizaba para ritos o
representaciones religiosas. Observamos esto especialmente en el arte escrito, en el
uso de la palabra.2 En la época clásica (siglos VII-V a.C.), sin embargo, se laicizó el uso
de la palabra escrita y, concretamente, de la poesía: se comenzó a utilizar como medio
de transmisión de sofistas y filósofos.3 No existía, sin embargo, la figura del poeta o del
artista literario tal y como lo entendemos hoy día: todo texto tenía una finalidad de
transmisión, ya fueran elegías, epopeyas o cualquier otro género. En el caso de las artes
plásticas y manuales encontramos algo parecido: las ánforas representaban batallas o
dioses, al igual que los monumentos, y las escasas manifestaciones pictóricas que nos
han llegado muestran representaciones de la vida cotidiana, de batallas o héroes o de
dioses del Olimpo, lo cual nos muestra una mímesis, una imitación de la naturaleza o
de hechos que merecían ser recordados. Es por ello por lo que el arte no perseguía una
función contemplativa, sino una más práctica, más cercana a su definición del concepto
tekné.

1
Jiménez, 2002, p. 51. Esta frase, además, es el título del primer capítulo del libro de Jiménez.
2
Dicho sea de paso, no fue hasta el Renacimiento, especialmente con las reflexiones de Leonardo da Vinci
y las traducciones de los clásicos griegos, cuando se comenzó a entender la palabra escrita, especialmente
la poesía, como una forma de arte. Hasta entonces, se entendía simplemente como una forma de
transmisión religiosa, cultural, filosófica o, incluso, profética.
3
Íbid, p. 73.

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Avanzaré rápido hasta aproximadamente el siglo XIX, puesto que hasta entonces se
realizaron distinciones sobre artes, pero no se llegó al nivel de complejidad estético, e
incluso ontológico, de la pregunta sobre el arte que se alcanza a finales del siglo XIX y,
especialmente durante los siglos XX y XXI.
Fue Galeno (129 - c.216 d.C.) el primero en realizar una distinción entre artes. Separó
las que él denominó artes intelectuales de las artes artesanas o manuales, lo que más
tarde los filósofos latinos denominarían artes intelectuales y artes vulgares (o técnicas,
como se denominaron en la Edad Media), respectivamente.4 Dentro de las artes
intelectuales se encontraba el trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el quadrivium
(aritmética, música, geometría y astronomía). En las artes vulgares también se trató de
realizar una distinción en siete ramas: me quedo con la distinción de Hugo de San Víctor
(siglo XII), que las divide en lanifium, armatura, navigatio, agricultura, venatio, medicina
y theatrica.5 Podemos observar que siguen sin aparecer las artes menos “prácticas”,
como la poesía o la pintura, debido a que se mantenía la concepción de arte como tekné,
como algo aplicable a la vida. En el caso de la poesía, además, no se consideraba como
un género artístico, sino que era cosa de profetas, filósofos e historiadores. Veremos
cómo Aristóteles ya habló de ello en el siglo IV a.C., pero no se le escuchó hasta 20
siglos después.
En 1549, en pleno Renacimiento, Bernardo Segni realizó la primera traducción al
italiano de la Poética de Aristóteles. Esto marcó un antes y un después en la poesía,
puesto que se dio a conocer, y se comenzó a estar de acuerdo con, la opinión de
Aristóteles, quien defendía que la poesía debe ser considerado un arte, puesto que se
trata de una destreza. Además, quedaron traducidas las reglas que el mismo autor
concibió para las tragedias. Esta época fue también especialmente prolífica para definir
y demarcar el concepto de Bellas Artes: por fin las artes se separaban de la técnica, en
gran medida debido a motivos socioeconómicos, y pasaban a ocupar un lugar propio
dentro de la sociedad. Los artistas ya eran reconocidos como tal, y valorados por ello.
Los escultores y los pintores también comenzaron a ser valorados como artistas en esta
época, y se crearon todos los términos y conceptos relacionados con las Bellas Artes
que antes ni siquiera existían. Nacía, algo más cercano a lo que conocemos hoy, el arte.
En el mismo siglo XVI también se realizó, esta vez en textos de Castelvetro, otra
demarcación de artes. No fue la única, pero el nombre es el que más me ha gustado:
artes memoriales, aquellas artes que sirven para mantener en la memoria personas o
acontecimientos, distinguiéndolas de los oficios, que fabrican cosas que el hombre
necesita.6
Sin embargo, no fue hasta el siglo XVIII que apareció, de la mano de Batteaux, el
concepto de Bellas Artes, como aquel conjunto cerrado de siete artes: pintura, escultura,
poesía, música, danza, elocuencia y arquitectura. Esta artes se terminaron de distinguir
formalmente de los oficios y de las ciencias, y las bellas artes pasaron a ocupar la
definición de lo que hoy conocemos como arte.
La primera fotografía de la historia data del año 1824, y la primera aparición del cine
de 1895. Fue en este siglo, el XIX, en el que comenzó a abrirse la pregunta por el arte.
Dichas disciplinas, al igual que otras como el diseño industrial o la ornamentación,
aunaban técnica humana con naturaleza. ¿Podían, o debían, ser consideradas arte? ¿Y

4
Íbid, p. 89.
5
Tatarkiewicz, 2002, p. 42
6
Íbid, p. 47

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la publicidad? Tatarkiewicz distingue, de entre las muchas que podrían darse, seis
definiciones de lo que podemos entender por arte:7
1) El rasgo distintivo del arte es que produce belleza
2) El rasgo distintivo del arte es que representa, o reproduce, la realidad. Aquí
podríamos representar el ideal griego de arte como imitación de la naturaleza
(mímesis)
3) El rasgo distintivo del arte es la creación de formas
4) El rasgo distintivo del arte es la expresión
5) El rasgo distintivo del arte es que éste produce la experiencia estética. Aquí
observamos una definición de arte en la que no se alude a la intención o el
proceder del autor, sino en la actitud y la reacción por parte del receptor de
dicho arte. Esto lo observamos también en el siguiente punto
6) El rasgo distintivo del arte es que produce un choque
Estas definiciones describen, en conjunto y de forma parcial, lo que entendemos por
arte en la era contemporánea. No puede reducirse a ninguna de ellas, como habrían
hecho los antiguos, y ni siquiera el conjunto de las seis nos garantizan una definición
completa de lo que es el arte y lo que consideramos una expresión artística.8 Sin
embargo, para realizar una comparativa con el ideal de arte de la Antigüedad, y para
poder terminar con una definición, acertada, aunque no completa, de la idea de arte.
Esta definición, también del propio Tatarkiewicz, aúna los seis puntos anteriores:

“El arte es una actividad humana consciente capaz de reproducir cosas,


construir formas, o expresar una experiencia, si el producto de esta reproducción,
construcción o expresión puede deleitar, emocionar o producir un choque”. Por lo
tanto, “una obra de arte es la reproducción de cosas, la construcción de formas, o
la expresión de un tipo de experiencias que deleiten, emocionen o produzcan un
choque”.

7
Íbid, p. 56. El listado es extraído del libro, pero con anotaciones propias
8
He usado, deliberadamente, el concepto expresión artística en lugar de obra de arte. Vivimos en la era
de lo efímero, de la performance, de las expresiones artísticas que podrían considerarse como cualquier
cosa, salvo como una obra propiamente dicha, cuanto menos como obras permanentes.

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BIBLIOGRAFÍA

CITADA
Jiménez, J, Teoría del arte. Madrid, Tecnos (2002)
Tatarkiewicz, W, Historia de seis ideas: arte, belleza, forma, creatividad,
mímesis, experiencia estética, 7ª ed. Madrid, Neometrópolis (2020)

REFERENCIAS DE CONSULTA (NO CITADAS)


Eco, U, Historia de la belleza. Barcelona, Lumen (2004)
Gómez Salazar, G, Inicios del cine. Dupiois: http://www.duiops.net/cine/inicios-
del-cine.html. Consultado el 3 de abril de 2018
VVAA, Historia de la fotografía. Maison Nicéphore Niepce: http://www.photo-
museum.org/es/historia-fotografia/. Consultado el 3 de abril de 2018
Adajian, T, The definition of art. Stanford Encyclopedia of Philosophy:
https://plato.stanford.edu/entries/art-definition/. Consultado el 4 de abril de 2018

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