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¿Qué es el pensamiento financiero?

Para iniciar, es necesario decir que el ser humano es poseedor de una habilidad única destinada a favorecer el aprendizaje continuo: el

pensamiento. A lo largo de siglos de evolución, esta habilidad le ha permitido al ser humano aprehender y manipular su entorno.

Por ello, con el paso del tiempo innumerables estudiosos, filósofos, físicos, médicos, psicólogos y pedagogos han intentado explicar cómo

funciona el pensamiento humano y cuáles son los procesos que suceden al interior de la mente. Para establecer en qué consiste el

pensamiento financiero, este curso está sustentado teóricamente en las definiciones, concepciones y aproximaciones de la corriente

psicológica y de los postulados de Jean Piaget, así como de las investigaciones realizadas por Lev Vygotsky.[1] Así, se puede decir que:

El pensamiento es la capacidad de las personas de formar ideas y representaciones de la realidad o del mundo que le rodea.

Tales ideas y representaciones le ayudan a entender el entorno.

A través de diferentes mecanismos, el pensamiento genera esquemas que permiten a las personas actuar y tomar decisiones.

Cuando las personas se enfrentan a algo “nuevo”, utiliza los esquemas generados para tomar decisiones.

Al enfrentar circunstancias parecidas a una experiencia previa, esos esquemas se modifican o se crean “nuevos” esquemas y

cambios de perspectiva antes de actuar o tomar decisiones.

Para ayudarse en este proceso de percibir, entender, dialogar internamente, generar esquemas, resignificar y actuar, el pensamiento se

apoya en algunos elementos críticos: el marco de referencia que se tiene; los conceptos y la información que otorgará pistas para resolver

el problema —datos, hechos, experiencias, estadísticas, etcétera—; y habilidades para hacer inferencias, interpretar, presuponer y

concluir, entre otros.

Ahora bien, entender sobre finanzas personales implica poner en juego una gran diversidad de habilidades y conductas, entre las que se

encuentran: seleccionar; comparar y diseccionar información; efectuar cálculos mentales simples y complejos; organizar recursos de forma

eficiente; planificar en diversos plazos; prever posibles emergencias; elegir esquemas de ganancias y beneficios; y administrar el riesgo de

un proyecto; entre otras. En palabras más simples, el campo de las finanzas estudia cómo las personas toman decisiones para distribuir,

asignar o utilizar el dinero que tienen disponible.

Una parte importante de entender nuestro mundo incluye esta dimensión que ha cobrado especial relevancia en la vida humana. De ahí

que conectar el campo del pensamiento —entendido como la capacidad de las personas para formar ideas y representaciones de la

realidad o del mundo que le rodea— con el de las finanzas se vuelve fundamental. Para ello, se empleará como punto de partida el

elemento trascendental de ambos campos: la toma de decisiones.

Así, el pensamiento financiero se puede definir como la capacidad que tiene un individuo para identificar conceptos y organizar

información financiera que le permitan interpretar, inferir, calcular, presuponer y tomar decisiones sobre la distribución,

asignación y uso del dinero que tiene disponible, de forma que pueda obtener el mayor beneficio posible del recurso en

diferentes escenarios.

A su vez, el pensamiento financiero amalgama los conceptos, las habilidades, los valores y las aptitudes que una persona pone en juego

en su comportamiento para planificar eficazmente a corto, mediano y largo plazo; elegir cuándo ahorrar y cuándo gastar; comparar y

valorar diferentes opciones para ahorrar, invertir o solicitar un crédito; realizar análisis de costo-beneficio y tomar decisiones informadas,

entre otras conductas.

Para incorporar el pensamiento financiero en la formación académica de tus estudiantes deberás:

 1. Enseñar los conceptos básicos para la efectiva toma de decisiones sobre el dinero: generación de ingresos, ahorro y presupuesto,

gasto, inversión, crédito y prevención y seguros.

2. Favorecer el desarrollo de actitudes positivas hacia el dinero y fomentar la formación en valores relacionados con la honestidad, la

responsabilidad, el esfuerzo, la constancia, el cumplimiento y el trabajo solidario.

3. Vincular los conceptos abordados con ejemplos de la vida cotidiana de los alumnos, según su edad y contexto socio-cultural. Esto

permitirá crear entornos de aprendizaje significativo donde será fácil identificar las oportunidades que les rodean.

4. Incorporar en las actividades un enfoque práctico que permita a los alumnos expresar sus conocimientos, actitudes, valores y

aptitudes, a través de comportamientos visibles. Esto les ayudará a ganar confianza en sus capacidades y habilidades.

5. Generar espacios de diálogo, discusión y confrontación de ideas que permitan ejercitar el razonamiento, la argumentación y el

análisis para discutir diferentes posibilidades de solución para un mismo tema.

Para lograrlo, te orientaremos en cada uno de los temas del programa.

[1]

(file:///C:/Users/Ivonne/Documents/2020/Pensamiento%20Financiero/Correcci%C3%B3n%20de%20estilo%20final/Textos%20finales/2020
Para consultar las referencias establecidas, descarga el siguiente archivo
(https://drive.google.com/file/d/165YMUofpOyUUI5bKXFHw_GXC1_pkhZvl/view?usp=sharing).

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