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Introducción

Cristián Fernández Cox

1. Desde hace años, el observador atento puede advertir que la mejor polable a términos generales: la modernidad como el desaffo histórico
arquitectura lat noamericana contemporánea pertenece a lo que se de transitar desde un orden recibido hacia un orden producido.'
puede clasifica como arquitectura moderna. En las siete ciudades * En lo filosófico, el tránsito desde una cosmovisión teocéntnca (orden
que visitamos para seleccionar las obras de este libro -México D.F., recibido) hacia una cosmovisión antropocéntrica (orden producido).
Caracas, Bogotà. Sao Paulo, Buenos Aires, Lima y Santiago- se * En lo político, el tránsito desde un gobierno basado en la soberanía
observa que ha~ muy poca arquitectura de calidad, que pertenezca de derecho divino (orden recibido) hacia un gobierno democrático
a fórmulas posmodernistas. Se trata de una arquitectura que recoge basado en la soberanía del pueblo (orden producido).
valores del mov miento moderno, pero que va constituyendo otra * En lo que debe ser, el tránsito desde una moral objetiva trascenden­
modernidad, evolucionada y más madura. temente fundada (orden recibido) hacia una ética inmanente, sustenta­
Este hecho innegable plantea una cuestión teórica cardinal: ¿Es posi­ da en la conveniencia social: el imperativo categórico kantiano (orden
ble que nuestra mejor arquitectura actual sea moderna, cuando se producido).
supone que la modernidad ha muerto, y estamos en plena posmoder­ * Y en arquitectura, el tránsito desde los mandatos manualísticos
nidad? ¿Y cómo es que las corrientes posmodernistas que en el entu­ canonizados por las academias (orden recibido) hacia una arquitectura
siasmo inicia; de su válida crítica proclamaron la muerte de la arqui­ entendida como respuesta abierta a as sensibilidades, necesidades y
tectura moderna, sufrieron un rápido desgaste de sus contrapropuestas potencialidades de una determinada sociedad (orden producido).
y son más bien ellas las que están desfalleciendo? Esta caracterización pone a la vista el meollo mismo de la postura
Esta paradoja de la muerte de los enterradores, mientras el enterrado moderna: la aspiración a un mayor rango de cuestionamiento crítico y
goza de buena salud, no se limita sólo a la arquitectura, sino que es de libertad (cosmovisión moderna) y, consecuentemente, la aspiración
mucho más amplia. Así por ejemplo, en Latinoamérica, el gran desafío a una intervención más activa en el ordenamiento y mejoramiento del
que se plantea hoy es precisamente la modernidad en todo orden de mundo (cosmoactitud moderna).
cosas: modernización de la economía, modernidad en la concepción del
estado, de la educación, de las instituciones y los partidos políticos, del 3. Siendo la modernidad una categoría histórica y no metafísica, es
acceso a la información, de la justicia, de la salud pública, de la previ­ obvio que no existe una sola modernidad, sino múltiples modernida­
sión social, etcétera. Así, se daría la paradoja de que nos estamos esfor­ des, segun las peculiares historias de diferentes épocas, lugares y
zando vigorosamente por acceder a una modernidad de la que (en cuan­ circunstanc as. ¿ incluso desde la perspectiva tan distante en que
to posmodernos) estaríamos previamente desencantados (¿?). Hay aquí debemos s t ... arnos, debemos reconocer al menos los siguientes gran­
contrasentidos básicos, que requieren de un esfuerzo de esclarecimiento. des arquetipos de modernidades.
Para abordar estos asuntos deberemos salirnos del "especialismo" Tenemos la modernidad renacentista, en la cual, lo que en la premo­
arquitectónico. Es sabido que uno de los grandes males intelectuales dernidad mediaeval se veía regido por la voluntad divina (orden recibi­
de este siglo ha sido la visión de la realidad compartimentada por do), sigue ahora un modelo más secular y al alcance de la libertad
especialidades que no se sintetizan: cada cual se pone las anteojeras crítica del hombre: las "Leyes de la Naturaleza". Así por ejemplo, el
de su propia disciplina, quedándole vedado mirar el conjunto desde problema principa' de una visión armónica Iho'istlca) de la realidad
otros puntos de vista. Así, en nombre del rigor disciplinar, se deforma -la relación entre las partes y el todo- se resuelve teniendo a la
la visión de la realidad; pues se olvida que ella viene como ella quiere, Naturaleza como modelo. De aquí que Alberti, el principal teórico de
y no "por especialidades", para nuestra comodidad. Además, se la arquitectura en el Renacimiento, enuncia así su principio fundamen­
requiere que nos apartemos de las visiones inmediatistas hoy tan tal de la congruencia (concinnitas):
abundantes, y nos situemos en una perspectiva tan distante, que se
perfile sólo lo más relevante y los árboles no impidan ver el bosque. . .. "y podemos concluir que la Belleza es tal consentimiento y acuerdo de las partes con
el Todo en que se encuentran ... como la Congruencia (concinnitas), es decir. la principal
2. Está claro que Occidente sufre una generalizada crisis de desen­ Ley de la Naturaleza, requiere. Esto es hacia lo que la Arquitectura, principalmente
canto en relación con los "grandes discursos reductivistas". Pero apunta" ... 2
¿equivale esto a un desencanto con la modernidad? Para responder
a esta cuestión, es necesario partir del intento de precisar la médula Tenemos luego la modernidad del barroco (en su sentido sociológico),
de lo moderno, para distinguir así lo sustantivo de lo adjetivo. que suele olvidarse por la posterior hegemonía de la modernidad
De los múltiples intentos existentes, hay uno que, aunque inicialmente ilustrada. En su Historia de la Cultura, el sociólogo Alfred Weber
referido al ámbito de la antropología religiosa, en mi opinión es extra- caracteriza al barroco en los términos siguientes:

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... "se trata, desde el punto de vista histórico, de un fenómeno social muy peculiar de Pero lo más relevante a nuestro tema es consignar que por su propia
mezcla y retroformacion. el cual lleva en su seno una moderna y sobria onentación rea­ estructura lógica, el racionalismo mecanicista tiende al reduccionismo.
lista, junto con un ethos aventurero tendente a lo fantástico ... Estas dos dimensiones Esta deformación intelectual consiste en buscar en todo fenómeno
las encontramos historicamente encarnadas en su asociación y en su oposición, en las -siempre implícitamente imaginado como un engranamiento de meca­
figuras de Don Ouuote y Sancho.. la expresión de la esencia de esta cultura, expresión nismos- una concatenación de causalidades que constituye su "pri­
tomada del campo de la arquitectura, es el barroco. El barroco ... se caracteriza por mera verdad" ... a la cual se reduce la totalidad del acontecimiento. Así
dimensiones enteramente nuevas .. Por primera vez en la histona, ocurría que el conoci­ por ejemplo, si en el análisis mecanicista de la historia aparece que su
miento cientifico de la infinitud de este mundo, proyectándose a través de la fantasía, primera causa son los conflictos entre proletarios y propietarios, ante
paso a campo emocional, }' despues, desde el campo de los sentimientos, regresó, por esta explicación tan clara, el hombre ilustrado (que según el principio
as, dee r1o, de nuevo hacia la fantasia y la acción creadora ... A este lenguaje de formas cartesiano sólo da por válido lo que entiende), tiende a reducir el fenó­
expresivas se le asrgnó la rrusion de apuntar en todas las direcciones posibles hacia meno histórico a un asunto de lucha de clases, "primer motor de la
la infinitud · . historia", ante el cual, todo lo demás pierde importancia relativa. En
arquitectura, este reduccionismo se manifestó en el primer tercio del
Paralelamente, en el siglo XVII se originan las corrientes de pensa­
miento que constituirían la Ilustración, gestando en el siglo XVIII (el siglo XX, en la exaltación totalizante que se hizo de la dimensión fun­
"siglo de las luces") el Iluminismo, que constituyó una modernidad cional de la arquitectura -su "primera verdad"- que siendo una dimen­
que llegó a ser ampliamente hegemónica: la modernidad ilustrada. sión importante, pero no única del problema arquitectónico, al ser
Los fundamentos filosóficos de esta modernidad están impregnados absolutizada devino en la reducción que fue el funcionalismo: una ver­
por el racionalismo analítico cartesiano y el mecanicismo newtoniano. dad parcial, que al ser absolutizada, deviene en un error global.
El primer principio de Descartes: "no admitir como verdadera cosa Esta reducción de las grandes cuestiones, a "fórmulas" primordiales
alguna que no se sepa con evidencia que lo es", resulta paradigmático que operarían por sí solas (si una obra de arquitectura es "verdaderamente fun­
de este racionalismo. Son conocidos los incalculables beneficios que cional" todo lo demás -economía, belleza, técnica- se lograría automáticamente por
esta exigencia de rigor generó en el insospechable desarrollo de las añadidura. O si se logra el control estatal de los medios de producción, todos los
ciencias. Pero a la vez, este principio incluía un factor que con el tiem­ demás problemas sociales se irían resolviendo en el mismo proceso), da origen
p~ fu.e .llamando imperceptiblemente a confusión: ya que según este como se sabe a los grandes reduccionismos totalizantes, germen
pnncipro, aquello que no resultara demostrable desde el instrumental de los totalitarismos ideológicos del siglo XX.
de conocimiento de la época, se tendió a dar por falso. Esta creencia L~e.go sobreviene la crisis de la modernidad ilustrada (mal llamada
qu~ no. es racio~al,. sino racionalista -la propia razón señala que la cnsis pos':1o~ern~): Las "fórmulas" totalitarias fracasan una y otra vez:
razon tiene sus limites- equivale a pensar, implícitamente, algo así las prof~c1~s irnplfcitas en los reduccionismos no se cumplen, los
como ~ue "lo que yo no entiendo no existe". Y toda realidad, para ser aconte~1.m1entos d~sbordan todos los cauces previstos, los grandes
entendida Y validada, debió entonces ser concebida por analogía a los rnecarucrsrnos sociales no obedecen a los comandos de quienes
gran~e.s descubrimientos científicos de entonces, fundamentalmente tomaron el control de sus primeras causas. Fracasa el totalitarismo
mec~n1co-matemáticos, de los cuales Isaac Newton (segunda mitad "A" (la dictadu~a nazi en nombre de la raza superior), pero sorpren­
del siglo XVII) fue paradigmático. Refiriéndose a la instauración de denteme~t~ mas tarde también fracasa el totalitarismo "Z" (la dicta­
este m~do de ~ensamiento (el racionalismo mecanicista cartesiano dura soviética en nombre del proletariado), que se había visto como
newtoniano), dice François Jacob, Nobel 1964: su contrapropuesta. El aparato del progreso material indefinido tam­
poco genera la paz y la felicidad en las sociedades opulentas que lo
... "Hasta_ el siglo XVI, todas las posibilidades contempladas por la imaginación humana han ~l~anzado. Y la ideología revolucionaria de la arquitectura del
eran realizables por la v I t d d. · .
o un a rvma ...El siglo XVII se encuentra con un Universo movimiento moderno no genera la ciudad ideal que había prometido.
donde astros ed ···
Y pr ras obedecen a la mecánica que expresa el cálculo. Desde enton- Fracasados estos neodespotismos ilustrados sus intenciones de valor
ces no existe sino una alte t . • I

• .
1 os seres son maquinas rna iva para asignar un lugar a los seres vivientes... o bien con vistas a mejorar el mundo -inherentes a toda actitud moderna-
o bren
mundo Ante esta I :·; . escapan... a toda unidad, a toda coherencia en el se co~funden, con las fracasadas "fórmulas" a las que habían sido
· e ecc,on, n, los f1lósof ·1 f · . reducidas. Asi, los valores buscados por la modernidad arquitectónica
la naturalezaes ma· . . os, ru os isrcos ru los médicos dudan: toda
quina, as, como máqui I
de los animales-máqu· na es a naturaleza... En el siglo XVII la teoría (racionalidad, veracidad tectónica, economía de medios estéticos y expresivos, mejora­
ma es por lo tanto im t '
conocimiento" .. .' ª
pues por la naturaleza misma del miento del hábitat humano, contenido socral del arte de la arquitectura, funcionalidad,
etc.), al ser deformados en "fórmulas" reduccionistas que derivan en
8 racionalismo ingenuo (zoning CIAM, expresión literal de la construcción, ignorancia
de lo simbólico. pobreza tectónica, abstracción aburrida, pseudo estética de la masifi­ Admitamos entonces el incuestionable hecho de que hay diversas
cación, funcionalismo. etc.), se ven arrastrados en el desprestigio de estas modernidades, y que por lo tanto, llamar a la actual crisis d~ la
unilaterales recetas. modernidad ilustrada, como crisis genérica de "posmodernidad" (un
Desterrados así los valores en el nirvana posmoderno, sólo queda dis­ nombre desgraciadamente ya establecido) genera contradicciones
cernir lo bueno de lo malo a base de la "democracia directa instantá­ semánticas que llevan a gruesas confusiones.
nea" de levantar la mano en la plaza: un artilugio clásico del tirano
populista. Es esta perversa forma de pseudodemocracia directa de 5. Volvamos ahora a nuestro campo específico. Que la modernidad
masas la que hoy dirime las cosas. ¿Qué es lo verdadero?: lo que el ilustrada no equivale a "la" modernidad arquitectónica, puede consta­
público prefiera en el instante según los rating de la televisión; siem­ tarse empíricamente observando que durante este siglo han existido
pre "el público (el people meter) tiene la razón". ¿Qué es lo bueno?: diversas arquitecturas modernas, muy distintas de la modernidad ilus­
lo que los consumidores prefieran en el instante según los rating del trada del movimiento moderno europeo; las que por falta de catego­
mercado; siempre "el cliente tiene la razón". ¿Qué es lo conveniente rías para distinguirlas, han sido erróneamente tratadas como "casos
en arquitectura?: la moda del día que tenga éxito publicitario. ¿Quién curiosos" del movimiento moderno, dando origen a toda suerte de
es el mejor arquitecto?: el que hace mejor marketing. Y así se conso­ malentendidos. Podríamos observar estas confusiones, a base de la
lida el actual escepticismo posmoderno: se derrumbaron las ideolo­ obra de un Salmona, un Barragán, un Dieste. Pero como el conoci­
gías, no hay verdades, no hay valores -¿quién los define?- sólo queda miento generalizado acerca de estos grandes maestros latinoamerica­
el desconcierto teórico y de valor en la cosmovisión, y el desencanto nos es todavía bastante pobre, acortaremos camino ejemplificando
y nihilismo en la cosmoactitud. esas confusiones a base de dos casos universalmente conocidos:
Sullivan y Wright.
4. Desde el distante punto de vista adoptado, y ante la esperanza Partamos del pretendido "funcionalismo" del famoso aserto de Louis
que hoy implica la denodada búsqueda de modernidad en América Sullivan: la forma sigue a la función. Para situarlo, recordemos que el
Latina, salta a la vista que nuestro desencanto actual, obviamente, no funcionalismo del movimiento moderno europeo, quedó crudamente
es con la modernidad en sí misma, sino con las grandes "fórmulas" expresado en el conocido enunciado de Hannes Meyer al asumir la
reduccionistas generadas por el racionalismo de la modernidad ilus­ dirección de la Bauhaus en 1928, que decía así:
trada. La decepción que hoy vivimos, no configura entonces una crisis
de la modernidad, sino una crisis del racionalismo y su inherente "Todas las cosas de este mundo son producto de la fórmula: función x economía;
reduccionismo. No es la modernidad y sus valores los que han muer­ todas estas cosas no son por tanto, obras de arte:
to, sino las "fórmulas" reduccionistas, históricamente fracasadas y todo arte es composición y con ello contraproducente,
espiritualmente agotadas. toda vida es función y por ello no artística" ...
Para esclarecer estos y tantos otros malentendidos, es necesario
hacer un esfuerzo de precisión en el uso de las palabras, así como Este dechado de reduccionismo (''todas las cosas de este mundo" se reducen
intentar la salida de la Babel teórica en que nos encontramos. Los = F x E) es radicalmente distinto al significado que el mismo
a la ·:fórmula"
nombres de los conceptos son como los colores para un pintor. Si Sullivan le daba al aserto suyo de la forma sigue a Ja función. Este
éste los combina sin confundirlos, su obra se podrá expresar con aserto se encuentra en un escrito de Sullivan concebido en el contex­
cierta agudeza y sintonía fina. Al contrario, si sólo puede combinar to de la Escuela de Chicago, que se inscribía dentro de la tradición
colores por confundirlos, su obra derivará en manchones amorfos de lia.macia romántica de Norteamérica. Tradición cuya línea de pensa­
color indefinido. De aquí que haber confundido la vertiente ilustrada ~1ento ~e pu~d~ seguir desde Emerson y Thoreau, pasando por la
de la modernidad, dándole el nombre de "la" modernidad (implícita­ influencia decisiva del escultor y teórico de la arquitectura Horacio
mente universal), y en consecuencia haber nombrado como "posmo­
Greenough, quien a raíz de una larga permanencia en Italia, habia sido
dernidad" lo que de hecho es "posilustración", "posracionalismo", o
a ~u. vez fuerteme~te influido por el pensamiento de Alberti, el principal
"posreduccionismo", no es una mera inexactitud académica, sino que
teorico de la a~qu1tectu~aen la protomodernidad del Renacimiento.
redunda en un embrollo conceptual, que entorpece seriamente nuestra
Res~lta suqestivo seguir a grandes rasgos la pista de esta influencia.
capacidad de reflexión colectiva. Más aún dentro del intrincado fenó­
El. h1st?nador contemporáneo Hanno Walter Kruft, en su reciente
meno cultural en que estamos envueltos, que obedece a motivaciones
H_1~tona de Ja Te~ría de la Arquitectura, haciendo ver la estrecha filia­
filosóficas y sociológicas (no hay peor sordo que el que no quiere oír)
cion del pensa.miento d~I ~orteamericano Greenough en el siglo XIX
que no cabe siquiera enunciar en este corto escrito.
con el pensamiento del italiano Alberti en el siglo 'Xv, dice textualmente:

('\
... "(según Greenough) el punto de partida para la nueva arquitectura (norteamericana) * y un cierto purismo antidecorativo, que le resta a esa arquitectura
habrá de consistir en retomar directamente las leyes de la naturaleza. (asf), mediante una armónica dosis de sensualidad formal
el procedimiento de establecer analogías con la biología, la organización del mundo Pero estos aspectos negativos no corresponden para nada ni con el
animado lleva a una afirmación que desde el punto de vista del lengua¡e tiene similitu pensamiento ni con la obra de Wright. Al contrario, estas tres críticas,
des con Alberti. .. la organic beauty que él postula sólo se encuentra en el sistema de la en el caso de Wright, corresponden a manifiestas virtudes opuestas.
naturaleza" ... A saber:
* Ante un cierto esquematismo frío del movimiento moderno, la arqui­
Y todo esto resulta sumamente sugerente si se considera como la tectura de Wright, tiene la virtud opuesta de ser cálida y compleja.
imagen analógica de la congruencia (concinnitas) de la Naturaleza, * Ante una cierta abstracción universalizante del movimiento moderno,
impregna a los párrafos de Sullivan desde los que se descontextualizó la arquitectura de Wright tiene la virtud opuesta de buscar concreta­
el famoso aforismo. El párrafo dice así: mente ser localizada: por ejemplo las casas de la pradera, la arquitec­
tura usoniana (de USA), sus casas californianas con raigambre estilís­
..."el corazón siempre se alegra por la belleza, por la exquisita espontaneidad con la tica precolombina, la alta diferenciación por el lugar de Taliesin East
que la vida busca y toma su forma, en perfecto acuerdo de respuesta a sus necesida­ respecto de Taliesin West.
des... Sea el águila en su vuelo deslizante, o el capullo de la flor del manzano recién * Y ante un cierto purismo decorativo se debe considerar que Wright
abierto, el afanado caballo de tiro, el despreocupado cisne, el frondoso roble, las erran­ no se planteaba el problema en los términos puristas de "decoración
tes nubes, todo sobre el rumbo del sol, la forma siempre sigue a la función; y ésta es la o no decoración". Su postura al respecto era más madura y refinada;
ley... Es la permanente ley de todas las cosas orgánicas e inorgánicas, de todas las se planteaba en los términos de "decoración sobrepuesta" o "decora­
cosas físicas y metafísicas, de todas las cosas humanas y sobrehumanas, de todas las ción inherente" (que el llamaba decoración orgánica).
verdaderas manifestaciones de la mente, el corazón y del alma, que la vida siempre es Wright, evidentemente, no es asimilable a la modernidad ilustrada
reconocible en su expresión, que la forma siempre sigue a la función. Esta es la ley"...0 del movimiento moderno, sino a una modernidad arquetípicamente
armónica: poner la modernidad de Wright en un mismo saco teórico
Esta funcionalidad no surge entonces de un reduccionismo raciona­ con la de los otros tres grandes maestros modernos, es forzar abusi­
lista al modo de Hannes Meyer. No se trata de reducir la arquitectura vamente la realidad de las cosas. Quien visite las casas de Wright,
a un unilateral funcionalismo racionalista, sino de todo lo contrario: en Oak Park, se percata de lo alejada que está su arquitectura genial­
integrar la funcionalidad de la forma, en armonía inseparable de lo mente moderna, del ruptunsmo racionalista con la tradición que fue
estético y expresivo según ocurre en la Naturaleza. Si se compara el propia de la modernidad ilustrada; se percata de su íntima imbricación
enunciado crudamente reduccionista de Meyer, con el inclusivo y poli­ con la arquitectura tradicional que en las mismas obras suyas en Oak
valente enunciado de Sullivan, nos percatamos de que el haber Park van desplegando su modernidad evolutivamente. Se percata de
empleado por décadas el aforismo de Sullivan como eslogan del fun­ su fuerte inclusividad opuesta a todo reduccionismo: obras plenamen­
cionalismo europeo, es una suerte de estafa conceptual que nos hici­ te funcionales, pero ajenas a todo "funcionalismo" obras de enorme
mos los arquitectos a nosotros mismos: un malentendido teórico potencia formal, pero ajenas a todo "formalismo", obras de altísima
fundamental, generado probablemente por carencia de categorías expresividad simbólica, pero ajenas a todo juego vacío de lenguajes.
para diferenciar modernidades tan distintas y hasta opuestas, como Y se per?ata de ~ue la modernidad de Wright no está dirigida a un
la modernidad ilustrada de un Meyer, y la modernidad armónica de un h~mbre ideal, universal, y abstracto de la vida, imaginado por el movi­
Sullivan.
miento moderno7, sino que es una arquitectura sumamente cálida, un
Un segundo caso paradigmático de estos malentendidos es el del
lugar ~ara ser habitado por un hombre real dotado de sentimientos y
pensamiento y la obra de Frank Lloyd Wright. Si se hace una eleva­ necesitado de acogimiento.
ción crítica de los llamados "cuatro grandes" de la arquitectura
En verdad, durante todo el siglo XX, hemos tenido otras arquitecturas
moderna -Wright, Mies, Le Corbusier y Gropius- se advierte que en lo
modernas (y no sólo en América Latina), ajenas a la modernidad ilus­
referente a sus obras individuales, al movimiento moderno se le sue­
len criticar los siguientes aspectos negativos: trada del movimiento moderno: las arquitecturas de Wright, Aalto,
Rogers, Kahn, Barragán, Dieste, Salmona y tantos otros. Estas arqul­
* Un cierto esquematismo frío, que después de la novedad, se hace
aburrido (less is bore). tec~ura~ ~on demasi,ado importantes como para seguirlas consideran­
* Una cierta abstracción universalizante, que aleja a esa arquitectura do implicitamenta solo como "casos curiosos" dentro del movimiento
moderno.
de las peculiaridades de la vida concreta.
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6. Si se considera que la relación entre un pensamiento arquitectóni­ (el arquitecto)... debe luchar por la perfección, aunque nunca la va a alcanzar" )
co y las obras que de él se originan, es siempre abierta en una direc­ Una modernidad arquitectónica que más que fundarse en reduccionis­
ción -de una determinada obra se puede colegir qué pensamiento de mos excluyentes ("esto o lo otro") se basa en la inclusión compleja
hecho la sustenta. pero un deter-minado pensamiento teórico no pre­ ("esto y lo otro"ª) de sus múltiples facetas. (Refiriéndose a su iglesia en
define la obra- pienso que este escrito centrado en establecer la exis­ Atlántida, dice Eladio Dieste:... "Hablaba antes de funcionalismo seco. Muchos de los
tencia de diversas modernidades, nabrá sido más conducente para la razonamientos que oímos son de un seudorracionalismo esquemático que parece muy
comprensión de la arquitectura que se muestra en este libro, que un claro porque deja muchas cosas fuera" ... "Un campanario se hace desde luego para
eventual listado descriptivo de las "características formales de la sostener las campanas, pero también para que suban los novios un domingo a
nueva arquitectura en América Latina". descubrir el paisaje, para que los niños jugando en él revivan historias de tiempos
Al observar las obras aquí publicadas, el lector se percatará de que en lejanos que duermen dentro de cada uno de nosotros, para medir el espacio" ...)
ellas no se advierte la primacía de ninguna "fórmula". Al contrario, Así pues, la mejor arquitectura reciente de América Latina, junto a
vemos una amplia pluralidad de materiales, de modos formales, de otras arquitecturas, parecen inscribirse dentro de esta modernidad
geometrías, de lenguajes simbólicos, de tecnologías, de arquitecturas. armónica no-racionalista o posracionalista, que se ha venido incuban­
Pluralidad que es propia de una auténtica modernidad y su inherente do durante todo el siglo XX. Arquitecturas modernas que lejos de
libertad crítica; por lo tanto distinta y hasta opuesta a los neodespotis­ constituir incómodos "casos curiosos" como implícitamente las
mos ilustrados canonizados por los "ismos" que se pusieron en boga hemos tratado por décadas, a mi ver pueden configurar prometedoras
sucesivamente, tanto a finales del movimiento moderno, como en el categorías teóricas emergentes.
ya desfalleciente posmodernismo (ambas corrientes inmersas en los
mismos supuestos reduccionistas).
Y podrá observar también que esta pluralidad no surge de un eclecti­
cismo desencantado o cínico al modo posmoderno, sino al contrario,
de la riqueza y diversidad de circunstancias, interpretadas desde un
antiquísimo amor por la arquitectura, que recuerda al que existió en
los mejores momentos del movimiento moderno, sólo que esta vez
menos ingenuamente prepotente, más contenido, modesto y hasta
cauteloso.
Un ánimo moderno, que ha madurado en el duro aprendizaje de sus
errores (en este sentido, transmoderno), consecuentemente más
abierto y humilde, y difícilmente calificable en ningún "ismo". Una
búsqueda de modernidad más compleja y sutil, y por ello menos refe­
rida a lo espectacular-fotogénico, y más referida a la vivencia arqui­
I
tectónica y calidad espacial. Una modernidad autoexigente en cuanto Marcel Gauchet: "El Desencantamiento del Mundo"; citado en Norbert Lechner:
Subjetividad y Política. Fondo de Cultura Económica. Santiago de Chile, 1990.'
a su economía (no negación) de medios expresivos, de su verosimilitud · Extracto del tratado De Re Aedificatoria, de Alberti, según "A Documentary History of
tectónica, de su sentido común, en que racionalidad y juego formal Art". Volume l. Selected and Edited by Elizabeth Gilmore Holt. Double Day Anchor
no se oponen necesariamente, sino al contrario pueden llegar a Books by arrangement with Princeton University Press. 1957.
3
Alfred Weber: Historia de la Cultura.
potenciarse en la suboptimización recíproca (sinergia) si el arquitecto 4
François Jacob. La Lógica de lo Viviente. Editorial Universitaria, Santiago de Chile
le dedica el tiempo y la habilidad suficiente. Una modernidad que 1972. '
reconoce la ancestral tensión vital, entre una armonía holística que s Hanno Walter Kruft: Historia de la Teoría de la Arquitectura. Tomo li. Alianza Editorial.
Madrid. 1990.
siempre se busca ... y una subperfección que nunca se completa.
ª Louis Sullivan: The Public Papers, Robert Twonbly (ed.). The University of Chicago
Una filosofía arquitectónica moderna, que no se basa en "fórmulas" Press. 1988 USA
1
sino en valores. (Dice Ricardo Legorreta: ... "el arquitecto ... debiera ser lo suficiente­ ... "El movimiento moderno ... piensa su arquitectura en función de un hombre ideal,

puro, perfecto, genérico, total. Un hombre ética y moralmente entero, de costumbres


mente libre como para que cada obra pertenezca a la cultura, la sociedad, y el propósi­
puritanas, de una funcionalidad espartana. capaz de vivir en espacios del todo racionali­
to para los cuales fue diseñada ... Esto sólo puede lograrse cuando los conceptos de zados, perfectos, transparentes, configurados según formas simples. El "modulor" de Le
diseño están basados en los reales valores de la vida humana. La gente debería sentir Cor~usier (1942) constit~iría una ta:d~a explicitación de e~te usuario idealtzado "... Josep
la espiritualidad, la alegría, la paz, el amor al misterio, el optimismo, la sorpresa y el Mana Montaner: Despues del Movimiento Moderno: arquitectura de la segunda mitad
del siglo XX. Editorial Gustavo Gill S.A. Barcelona. 1993.
humor, en su vida cuotidiana en el edificio ... El proceso de diseño es inacabable ... y ' Según los términos de Ventun.

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América Latina: nueva arquitectura
una modernidad posracionalista

Cristián Fernández Cox


Antonio Toca Fernández

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