Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Son 43…
Es curioso….Habiendo tantos números, siendo estos infinitos… como es que hacemos nuestros,
solo algunos de ellos.
Todos queremos ser siempre el número uno, o sacar siempre el diez, nadie quiere el cinco…
aunque traer cinco pesos en la bolsa es mejor que no traer nada.
Y el ocho… Sobre todo el ocho, según sé representa el ciclo; el ciclo infinito e interminable…
¿Porque tanto?
Que la pinche Sociedad… ¿No hemos avanzado nada?... ¿No hemos cambiado nada? …
-Como le dije Don José, si tan solo usted no hubiera matado al perro… de un balazo en la
cabeza… hoy podríamos analizar el cerebro del perro. Y saber si estaba infectado o no.
JOSE MOCTEZUMA 1
HISTORIAS DE MUÑECAS MELISSA/DOLOR
¡Puta Madre! …
¡Qué pendejo! …
Como quisiera no haberlo matado… Pensaba sentado en el consultorio… Aun con mancha de
sangre en la camisa, seguramente de mi niña… cuando la abrace.
Y la sangre en mis zapatos… seguro es la del perro…
Pinche perro…
Y ahí estaba tirada… con el rostro ensangrentado… echa bolita… en el más primitivo acto de
defensa…
El perro estaba fuera de sí… Con Furia, hundiendo sus colmillos… no sé cuántas veces.
Solo segundos duro el ataque, a mí me pareció eterno.
El perro cesa el ataque y se dirige a mi… excitado, meneando la cola… como si no pasara nada,
como si hubiera hecho una gracia el hijo de la chingada.
No sé de donde saque fuerza, pues en todo mi ser, en todo mi cuerpo… solo hay impotencia…
impotencia y un pinche dolor que no puedo describir… más que como un grito ahogado… ¡Han
lastimado lo que más quiero en este mundo!
Retiro con mi mano la sangre del rostro de mi niña… Y veo lo profundo de las heridas… la sangre
aun sale en demasía… tiene mordidas en todo el cuerpo… El más lastimado es su bracito
derecho, que inútilmente uso de escudo.
JOSE MOCTEZUMA 2
HISTORIAS DE MUÑECAS MELISSA/DOLOR
¡Saca el carro!
- ¡José la Niña!
En un movimiento robotizado, pongo el revolver a pocos centímetros de la cabeza del can. Y jalo el
gatillo…
El olor del algodón con alcohol me marea un poco… mi mujer toma con una mano, las manitas de
mi niña, recién vendadas… y con la otra le tapa los ojos…
La niña no quiere ver, pero se hace la valiente... Con la promesa de un regalo al salir.
La enfermera hunde la jeringa, en su espalda, cerca del hueso de la columna… Lo hace sin
compasión… Y la odio… Siento que lo hace con saña…
Hay números que se vuelven parte de nosotros… Que aunque se quiera, no se pueden olvidar.
Son 43…
JOSE MOCTEZUMA 3