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PRÓLOGO

La publicación de esta monografia de mi estimado discípulo, el Dr.


Sergi Cardenal Montraveta, me llena de satisfacción. La importancia del
terna y la calidad del tratamiento que le ha dado su autor son evidentes
desde el primer momento. Pero antes de abundar en ambos aspectos, los
fundamentales en una obra científica, quiero aplaudir la elección de esta
nueva vía de publicación, que sin duda irá ganando las preferencias de la
comunidad científica en general y de los distintos segmentos del público
jurídico (jueces, fiscales, abogados, profesores, estudiantes, etc.)
interesados en tener acceso a las obras de Derecho. Son muchas las ventajas
de una publicación on line, desde su alcance universal e inmediato -llega
a todo el mundo que pueda conectarse a interne!, lo que es particularmente
importante para los países de habla hispana del otro lado del Atlántico-,
hasta las facilidades que implica de búsqueda de conceptos dentro del texto,
pasando por el carácter gratuito del acceso que se da en casos como el
presente. En cualquier caso, la difusión de la ciencia se ve liberada de los
condicionamientos comerciales y económicos que restringen el derecho
universal al conocimiento.
El tema de esta obra es uno de los merecen ser difundidos con la
generosidad que permite esta forma de publicación. El concepto de tipo
penal se ha consolidado como uno de los más característicos de la teoría
jurídico-penal. Sin embargo, es un concepto que, en su sentido actual, era
desconocido hasta el siglo XX. Beling lo introdujo en 1906. Penalistas
neokantianos como Max Emst Mayer y Mezger lo reinterpretaron en forma
algo distinta, pero al hacerlo abrieron las puertas a la concepción del tipo
que ha llegado a nuestros días: un tipo dotado de sentido valorativo y
comprensivo tanto de una parte objetiva como de una parte subjetiva -
contra la originaria propuesta de Beling de un tipo neutro al valor y
puramente descriptivo del hecho externo---. Hoy prevalece entre nuestros
autores la inclusión del dolo en el tipo que propugnó el finalismo de Welzel
y se reconoce a la tipicidad penal un significado valorativo específico,
distinto al de la definitiva antijuridicidad penal del hecho. Pero ninguno de
ambos aspectos puede entenderse adecuadamente si se desconoce la
evolución que el concepto de tipo penal experimentó desde su nacimiento
en Beling hasta su mayoría de edad en Mezger. La monografía que tengo el
gusto de presentar aquí aborda por primera vez en español y en forma
exhaustiva los dos primeros momentos del origen y el desarrollo del
concepto de tipo penal.
La primera mitad, más de 250 páginas, se dedica al estudio
minucioso de la obra de Beling en que aparece por primera vez el concepto
de tipo penal en su sentido moderno: Die Lehre vom Verbrechen (La teoría
del delito), así como del libro en que, un cuarto de siglo después, Beling
propuso su segundo concepto de tipo: Die Lehre vom Tatbestand (La teoría
del tipo), relacionando todo ello con el resto de obras importantes del autor
alemán. La aportación de Sergi Cardenal a la doctrina de habla española ha
de valorarse especialmente por el hecho, ciertamente dificil de explicar, de
que la obra fundamental de Beling, la primera aquí citada, no fue nunca
traducida al español (curiosamente sólo se tradujo el segundo librito de
Beling, precisamente el que propuso un segundo concepto de tipo que
nunca fue acogido por la doctrina, lo que puede desorientar al lector
hispano poco avisado, que puede creer que este segundo concepto fallido
de tipo fue el característico del Beling que ha hecho historia). Esta es la
primera ocasión que tenemos de leer en español todo el contexto y los
detalles de la construcción de Beling. El título de su primera y fundamental
obra, "La teoría del delito", ya pone de manifiesto que Beling extendió las
consecuencias de su concepto de tipo a toda la teoría del delito. La presente

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investigación subraya todas estas consecuencias del concepto de tipo de
Beling para su teoría del delito. Ahora entiende el lector el papel clave que
Beling otorgó a su nuevo concepto en la articulación global de su teoría
estratificada del delito (ver, por ejemplo, las páginas 171 y siguientes de
esta investigación).
La segunda mitad de la presente monografia se ocupa de la recepción
del concepto belinguiano de tipo por dos penalistas representativos de la
fase neokantiana que triunfó en Alemania entre las dos guerras mundiales.
Para comprender las modificaciones que M.E. Mayer y Mezger
introdujeron era necesario ahondar en el contexto filosófico del
neokantismo y en el cambio de perspectiva que supuso respecto al
positivismo que había dominado la última parte del siglo XIX y los
comienzos del siglo XX. Sergi Cardenal entra a fondo en los presupuestos
filosóficos del neokantismo, ofreciendo al lector el análisis de pasajes clave
de Dilthey, Rickert, Radbruch y otros, autores a menudo conocidos sólo de
referencia y no de primera mano. Es curioso cómo un cambio tan profundo
como el que supuso el tránsito del positivismo al neokantismo no impidiera
la incorporación del concepto de tipo de Beling por parte de los penalistas
neokantianos, aunque ello fue a cambio de modificar el significado y el
alcance de dicho concepto. El profesor Cardenal da cuenta de este proceso
de consagración/transformación del concepto de tipo penal siguiendo fiel a
una de las características del método que sigue en su investigación:
huyendo de generalizaciones y analizando en cambio punto por punto las
formulaciones de cada uno de los autores que estudia. Si en la primera parte
ofrece un análisis verdaderamente monográfico de la aportación de Beling,
en la segunda parte se centra también de forma exhaustiva en M.E. Mayer y
en Mezger. Este método permite al lector situar el problema en el contexto
del pensamiento de cada uno de estos autores --<:ada uno con sus diferentes

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e importantes matices-, al tiempo que garantiza la máxima fidelidad a las
concepciones analizadas.
Lo que ocurrió después de los neokantianos pertenece ya de algún
modo al presente. El finalismo y su discusión con la teoría de los elementos
negativos del tipo enlazaron con la etapa neoclásica anterior, pero siguen
siendo punto de referencia en la discusión actual que ha abierto la teoría de
la imputación objetiva. Ojalá que Sergi Cardenal decidiera regalarnos otra
monografía sobre el desarrollo de esta discusión, porque en ésta demuestra
que reúne las mejores capacidades y los mejores conocimientos para
afrontar con rigor una evolución tan compleja de un concepto tan nuclear y
cambiante como es el del tipo penal.
Esta publicación responde exactamente al contenido de la tesis
doctoral de su autor. Tuve la ventura de haberla dirigido, porque es una
suerte que pocos pueden llegar a tener ser obsequiado por un discípulo con
una aportación tan trascendente como ésta. Muchas tesis doctorales, aun
publicadas, dejan poca huella en la doctrina. Ésta, por el contrario, será
probablemente la obra española fundamental sobre las bases históricas del
concepto de tipo en Derecho penal.
Seguramente no hace falta que añada nada más para expresar mi
opinión sobre esta obra. Pero sí tengo que aprovechar esta oportunidad para
decir que mi suerte por haber dirigido una investigación de esta
importancia no es mayor que la fortuna de haber disfrutado de cerca la
categoría humana de Sergi Cardenal. Su honradez personal, su compromiso
con la verdad, su ser de una pieza, explican la solidez y credibilidad que
imbuyen su vida y su obra.
Barcelona, mayo de 2002
SANTIAGO MIR PUIG
Catedrático de Derecho Penal
de la Universidad de Barcelona

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