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El suelo es el depósito de almacenamiento de agua, aire y nutrientes desde donde las plantas los extraen.
La capacidad de almacenamiento y la disponibilidad para las plantas depende de las cantidades existentes
y de las características de cada suelo. Por lo tanto, es necesario conocer cómo están constituidos los suelos
y las fuerzas que actúan en la retención y movimiento del agua. (Angella et al, 2016)
Desde el punto de vista agrícola, el suelo es un sistema complejo, dinámico y vivo, formado por una capa
superficial, delgada, que se ubica sobre la litósfera y del cual depende el crecimiento de las plantas y la
producción de alimentos, fibras, forrajes, madera, etc. (Angella et al, 2016)
Las propiedades del suelo se pueden mantener, empeorar o mejorar en función de variados procesos
físicos, químicos y biológicos. El suelo cumple distintas funciones, entre las cuales se pueden mencionar:
•Se comporta como “depósito” de agua para las plantas (gracias a su capacidad de retener la humedad y
dejarla disponible para ser absorbida);
•Proporciona la temperatura adecuada para la germinación de las semillas y el crecimiento de las raíces.
(Angella et al, 2016)
El suelo está compuesto por una fase sólida que corresponde a las partículas minerales, cuyos lados no se
encuentran completamente unidos entre sí, sino que dejan espacios llamados poros. Los poros del suelo
son ocupados por aire y agua cuyas concentraciones son fluctuantes, manteniendo un equilibrio entre
ambos. La Figura 1 muestra la composición en volumen de un suelo de textura franca donde el 50 % del
volumen está constituido por la fase sólida formada por partículas minerales y materia orgánica y el espacio
restante está formado por el espacio poroso, donde se almacena el agua y aire del suelo. (Angella et al,
2016)
LA TEXTURA DEL SUELO
La textura se refiere a la proporción relativa de arena, limo y arcilla del suelo. La clasificación de estas
partículas se hace de acuerdo a su tamaño. Las arenas constituyen partículas con diámetro de 0.05-2 mm,
el limo de 0.05-0.002 mm y la arcilla menos de 0.002 mm.
La textura es una importante propiedad del suelo, ya que afecta la cantidad de área superficial expuesta
por el suelo y la cantidad y tamaño de poros. Al disminuir el tamaño de partículas, aumenta el total de área
superficial disponible para la adsorción de agua y nutrientes, así como la cantidad y tamaño de poros que
determinan la cantidad y velocidad del aire y del agua en el suelo. De esta forma, el movimiento, poder de
retención y suministro del agua y la fertilidad, erosión y aireación del suelo están estrechamente
relacionados con la textura (Calvache, 2016).
El comportamiento de un suelo será la respuesta a la acción combinada de las tres fracciones que
interaccionan entre ellas y con la materia orgánica. El interés de conocer la textura reside en que permite
inferir otras propiedades del suelo, entre las cuales están:
ARENOSO 0.015
ARENOSO FRANCO 0.074
FRANCO 0.191
FRANCO LIMOSO 0.234
LIMO 0.256
ARCILLO-LIMOSO 0.180
ARCILLOSO 0.156
RR = Rendimiento Relativo.
Mayor rendimiento relativo = 100%
TEXTURA RELACIONADA CON LOS CULTIVOS.
Varias propiedades del suelo como la capacidad de retención de agua, la porosidad, la rapidez de
infiltración, la facilidad con que penetran las raíces en el suelo, etc. Están en función de la textura.
Según algunas experiencias y observaciones se han podido establecerse algunas relaciones entre textura y
los cultivos. A continuación, se explican algunas de estas.
CAÑA DE AZUCAR. La caña requiere suelos aluviales profundos, francos, especialmente los francos
arcillosos. La caña prefiere tipos de suelos pesados en vez de ligeros, es decir con un predominio de arcilla
y limos, que de arenas. (Anónimo, 1969).
TABACO. Es una de las plantas más exigentes en tipo de suelo, pues de él depende en gran parte su alta
calidad, como el rendimiento. Su rápido crecimiento requiere buena humedad en el suelo y es muy sensible
a los altamente drenados.
Los tipos de suelos varían ampliamente según las variedades cultivadas. Los principales tipos para este
cultivo son: francos arenosos, francos arenosos finos y francos limosos.
En general, se debe anotar que los mejores tabacos se producen en suelos claros y texturas relativamente
ligeras. (Anónimo, 1969).
Los mejores tipos de suelos para este cultivo, teniendo en cuenta el carácter del subsuelo, ya anotado, son:
arcillosos, franco arcilloso, franco arcillo-limoso, franco limosos. (Anónimo, 1969).
ALGODÓN. Requiere suelos de buena capacidad para retener agua, pero drenados y que permitan una
aireación favorable. Los principales tipos de suelos para este cultivo, son: los francos arenosos (los mejores)
y los francos de arena fina. (Anónimo, 1969).
MAIZ. Los mejores suelos para el cultivo de maíz, son los ricos en materia orgánica, negros y francos
arcillosos. No conviene ni los suelos muy arenosos ni muy arcillosos. (Anónimo, 1969).
PAPAS. El cultivo de la papa está condicionado por el clima, que debe ser frio y húmedo. Los suelos ideales
corresponden a los profundos friables y francos, es decir los mejores tipos de suelos para este cultivo son:
los francos de arena fina y los francos-limosos, con buen drenaje en el subsuelo. (Anónimo, 1969).
CAFÉ. Tipos de suelo: Franco-arcilloso a arcillo-arenoso, con buen contenido de materia orgánica y buenos
drenajes. (Anónimo, 1969).
PASTOS. ELEFANTE. Requiere suelos arcillosos bien drenados y los limosos. GUINEA. Su cultivo es propio de
las tierras altas, con texturas francas, francos arcillosos y arcillosos. PARA. Exige suelos arcillosos y francos
arcillosos bien húmedos (Anónimo, 1969).
Estructura
La estructura del suelo se define por la forma en que se agrupan las partículas individuales de arena, limo y
arcilla. Cuando las partículas individuales se agrupan, toman el aspecto de partículas mayores y se
denominan agregados. La intensidad de agregación depende de la cohesión dentro de los agregados, de la
adhesión entre ellos y el contenido de humedad (Figura 5). (Angella et al, 2016)
Los agregados del suelo pueden tener diferentes formas, lo que da por resultado distintas estructuras de
suelo. https://www.youtube.com/watch?v=LXQ9evKAHjE. Cada una de ellas, relacionadas con las texturas,
presenta características diferenciales como ser la forma en que se agrupan las partículas, la facilidad o no
al movimiento del agua, la estabilidad de los agregados al paso del agua, a fuerzas mecánicas y a la
compactación, como también la cantidad de macro y microporos. La circulación del agua y aire en el suelo
varía notablemente de acuerdo con la textura y estructura. (Angella et al, 2016).
Aunque existen varias clases de agregados reconocidas en la morfología de suelos, la estructura granular es
la más importante en la producción de cultivos, ya que se considera que esta estructura es la más
conveniente para fines agrícolas.
Una propiedad importante de la estructura del suelo es la capacidad que tienen los gránulos de retener su
forma cuando se humedecen y de permitir el paso de agua a través del suelo. A esta propiedad se lo
denomina estabilidad estructural. Los gránulos de suelo deben tener suficiente estabilidad para que
permitan el libre paso del agua y la entrada de aire conforme sale el agua. Un suelo estructuralmente bueno
se desmorona con facilidad y es fácil de arar cuando está seco y no se vuelve pegajoso cuando se humedece.
(Calvache, 2016).
ESTABILIDAD ESTRUCTURAL
Expresa la resistencia de los agregados de un horizonte de un suelo, en unas condiciones particulares, para
soportar una fuerza aplicada. La presión ejercida sobre el suelo puede ser debida a la compactación por el
paso de maquinaria; al impacto de gotas de lluvia; o a la humectación repentina, que atrapa aire en el
interior de los agregados y puede hacerlos colapsar. La estabilidad de la estructura del suelo viene
condicionada por sus componentes y las características físico-químicas (Porta et al, 2008)
Según Jaramillo, 2000, la estabilidad estructural es la que define en gran medida, la intensidad y el tipo de
uso y manejo y, desde el punto de vista del manejo intensivo del suelo, ésta es una de las propiedades que
mejor deben conocerse, ya que es la que más determina su resistencia al deterioro y a la erosión.
La compactación es la reducción del volumen del suelo causada por una fuerza aplicada sobre él, resultando
un aumento de la densidad aparente y disminución de la porosidad.
El espacio poroso está formado por poros de diferente tamaño que comúnmente se clasifican en
macroporos, mesoporos y microporos. En los macroporos el agua no se retiene, debido a la mayor fuerza de
la gravedad con relación a la fuerza de retención, que varía de o a o.1 atm. Esto da lugar al agua de
percolación. La mayor cantidad de agua disponible para las plantas se encuentra en los mesoporos, retenida
a una tensión de 0.1 a 5 atm. El agua en los microporos es retenida con tal fuerza que no es disponible para
las plantas (6-15 atm). (Calvache, 2016).
Consecuentemente, la proporción ideal de poros en el suelo es aquella que permite una rápida evacuación
del agua, aireación adecuada y suficiente capacidad de retención de agua. (Calvache, 2016).
El espacio poroso total (P) del suelo se expresa como porcentaje de poros en relación al volumen total de
suelo, éste varía normalmente entre el 40 y 50 % del volumen del suelo. Se lo calcula de la siguiente manera:
donde:
% P: porcentaje del espacio poroso
da: densidad aparente
dr: densidad real
DENSIDAD APARENTE Y DENSIDAD REAL
La densidad es la relación entre la masa de un cuerpo y el volumen que éste ocupa, dado que el suelo es un
cuerpo formado por tres fases: sólida, líquida y gaseosa, suelen tomarse dos tipos de densidades: la
densidad aparente (da) y la densidad real (dr).
La densidad aparente relaciona la masa total de suelo seco con su volumen total, por lo que en esta
medición de densidad se tiene en cuenta el espacio que ocupan los poros en el suelo. La densidad aparente
de los suelos de textura franco limosa, predominante en el Área de Riego del Río Dulce, se encuentra en
alrededor de 1,25 a 1,30 gr/cm3. En suelos arenosos puede alcanzar valores de 1,80 gr/cm3 mientras que
en suelos arcillosos orgánicos puede llegar a 1 gr/cm3. La Tabla 4 muestra los rangos de porosidad y
densidad aparente de distintas texturas de suelo.
A diferencia de la densidad aparente, la densidad real (dr) se obtiene al relacionar la masa de suelo seco
con el volumen que ocupan las partículas sólidas del suelo, por lo que no tiene en cuenta el espacio poroso,
por lo tanto, este valor es casi constante para los distintos suelos y tiene un valor de 2,5 a 2,6 gr/cm3.
De la relación entre densidad aparente y la densidad real de la formula de arriba, se obtiene el porcentaje
de volumen que ocupan las partículas solidas del suelo en relación al total del suelo
La porosidad del suelo será el volumen total del suelo menos el volumen de las partículas solidas del suelo,
por lo tanto, el espacio poroso es igual a:
Espacio poroso (P) = 1 – da/dr Siendo 1 el volumen de la muestra total del suelo
Dado que el espacio poroso se expresa en porcentaje del volumen de poros en relación al volumen total de
suelo se llega a la ecuación original. (Angella et al, 2016)
Se puede determinar la micro y macroporosidad de un suelo si se conoce el contenido hídrico de ese suelo
cuando se encuentra saturado y el contenido hídrico cuando se encuentra a capacidad de campo (CC).
Cuando un suelo se encuentra saturado posee agua en la totalidad de su espacio poroso, por lo tanto, el
contenido de agua de un suelo saturado (% de agua del suelo) es equivalente a la porosidad total (en %) de
ese suelo:
El agua fácilmente drenable por acción de la gravedad es aquella que se encuentra en los macroporos del
suelo, entonces una vez que el suelo deja de drenar y alcanza su contenido de humedad de capacidad de
campo, significa que el contenido de humedad en ese estado equivale al agua retenida por los microporos
del suelo, por lo tanto:
Retomando la temática de la densidad de los suelos, cabe hacer algunos comentarios al respecto: la
densidad real, así como se mantiene casi constante en los distintos tipos de suelos, también tiende a ser
constante en un mismo suelo, ya sea que se encuentre compactado o bien estructurado, debido a que sólo
tiene en cuenta la fase sólida del mismo. En cambio, la densidad aparente varía considerablemente aun en
un mismo suelo, debido a las prácticas de labranzas y las actividades productivas. Dado que la densidad
aparente tiene en cuenta la proporción del espacio poroso, las prácticas que pueden influir y modificar el
mismo, por consiguiente, también alteran la densidad aparente. La Figura 6 muestra la pérdida de espacios
porosos por compactación del suelo.
50% 35%
microporos macroporos
Por lo tanto, la disminución del espacio poroso de un suelo produce el incremento de densidad aparente
por compactación. Esto puede verse en la Figura 7.
BIBLIOGRAFIA
ANGELLA, Gabriel, FRIAS, Carolina y SALGADO, Ramiro. 2016. Conceptos Básicos de las Relaciones Suelo-
Planta -Agua. Ediciones INTA. Estación Experimental agropecuaria Santiago del Estero. No 93 octubre de
2016. Argentina. 34 p.
ANONIMO. 1969. Textura relacionada con los cultivos. Unal Palmira. sp.
CALVACHE, Marcelo. 2016. Fertirriego en Rosas. Universidad central del Ecuador. Quito. 26 p.