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¿Qué es la bondad?

Cuando una señora de edad avanzada repentinamente sufrió un colapso en el atestado vagón del tren
subterráneo o metro, solo dos personas prestaron ayuda, Los demás pasajeros, cuya paciencia se había agotado por las
demoras de la hora punta, la de mayor afluencia de pasajeros, vieron la situación difícil de la señora como otro
inconveniente. Escenas como esa se han visto en muchas partes del mundo. Recalcan dramáticamente la predicción
bíblica de que “en los últimos días [...] muchas personas no amarían lo que es bueno”.

La bondad es excelencia y virtud moral, la cualidad o estado de ser bueno. Pero es más que un estado pasivo.
Así lo podemos ver en la parábola del Gran Maestro Jesucristo: “…un hombre experto en la Ley se levantó para ponerlo
a prueba y le preguntó: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?”. Él le dijo: “¿Qué está escrito en la
Ley? ¿Qué lees en ella?”. Este le contestó: “‘Ama a Jehová tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus
fuerzas y con toda tu mente’ y ‘a tu prójimo como te amas a ti mismo’”. Jesús le dijo: “Contestaste correctamente; sigue
haciendo eso y conseguirás la vida”. Pero, queriendo demostrar que era justo, el hombre le preguntó a Jesús: “Y ¿quién
es en realidad mi prójimo?”. Jesús le contestó: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos
ladrones, que le quitaron hasta la ropa y lo golpearon, y se fueron dejándolo medio muerto. Dio la casualidad de que un
sacerdote bajaba por ese mismo camino; pero, cuando lo vio, pasó de largo por el otro lado del camino. Igualmente,
cuando un levita llegó a ese lugar y lo vio, pasó de largo por el otro lado. Pero cierto samaritano que viajaba por ese
camino llegó adonde él estaba y, al verlo, se conmovió profundamente. Así que se le acercó, le echó en sus heridas
aceite y vino, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propio animal, lo llevó a una posada y lo cuidó. Al día siguiente
sacó dos denarios, se los dio al dueño de la posada y le dijo: ‘Cuídalo, y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva’.
¿Cuál de los tres piensas que se hizo prójimo del que cayó en manos de los ladrones?”. Él le contestó: “El que lo trató
con compasión”. Entonces Jesús le dijo: “Vete y haz tú lo mismo”.  (Lucas 10:25-37).

En la parábola del buen samaritano, Jesús dejó claro que él espera que sus discípulos hagamos todo lo que esté
en nuestra mano por los demás, sin importar sus antecedentes. Recordemos que Jesús dio esta parábola porque un
judío le preguntó: “¿Quién, verdaderamente, es mi prójimo?”. Su respuesta indica que debemos estar dispuestos a ser
generosos como el samaritano para tener el favor de Dios.

Mediante lo que aprendemos de la Palabra de Dios, la Biblia, los testigos de Jehová nos esforzamos por cultivar
e imitar cualidades que posee nuestro Creador, de quien su hijo Jesús dijo: …“Él hace salir su sol sobre malos y buenos,
y envía la lluvia sobre justos e injustos” (Mateo 5:45). Deseamos y esperamos con anhelo el día en que toda la tierra la
habiten personas bondadosas. “Solo un poco más, y los malvados ya no existirán; mirarás adonde estaban, y ya no
estarán allí. Pero los mansos heredarán la tierra y disfrutarán plenamente de abundante paz. (Salmos 37:9 y 10).
¿Cuándo se cumplirá esa promesa?

Le invitamos a saber la respuesta, visitando nuestro sitio oficial de internet jw.org.

Atte.
Ricardo Gómez TJ

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