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Tarot
Antes de empezar con la explicación de los Arcanos Mayores del tarot, quiero
hacer una breve pero necesaria referencia a las cartas que en una tirada salen
invertidas. Las inversiones profundizan el significado de la carta. En general, una
carta invertida nos indica que la energía que tiene esa carta (las cualidades que
esa carta simboliza) se encuentra bloqueada, deformada o encauzada en otra
dirección, en una dirección errónea, equivocada. Quiere decir que la energía no
está fluyendo, la persona está bloqueada y la energía no circula.
Debemos tener en cuenta que a veces las cartas salen de pie y el consultante las
siente y las está viviendo invertidas, por más positivas que sean las cartas.
Cuando las cartas salen invertidas debemos encontrar la manera de volver a
ponerlas en su posición correcta, no hay que negarlas, hay que trabajar sobre ellas
y ponerlas de pie.
EL LOCO
Como un vagabundo, el Loco anda con un palo, pero este palo es en realidad una
vara, símbolo de poder. El Loco lleva su vara de manera casi descuidada, y la
utiliza como bastón, para ayudarse a caminar; también el mago y el auriga del
carro llevarán varas, pero sosteniéndolas conscientemente y con deliberada
firmeza. La vara del Loco es la potencialidad de todas las cosas, es la energía
infinita antes de que la mente haya erigido límite alguno, es la fuerza espiritual es
estado potencial, y el Loco no la dirige conscientemente, el loco usa
instintivamente su vara.
El Loco significa la potencialidad infinita, todas las cosas siguen siendo posibles:
por eso el loco es una carta sin número, y por consiguiente contiene dentro de sí
todos los números. Para el Loco no hay diferencia entre posibilidad y realidad,
todo es posible. El futuro es infinito en cuanto a posibilidades. Esta carta nos
recuerda que todas las cosas existen en estado potencial y todas las
potencialidades pueden realizarse. La energía está constantemente fluyendo,
transformándose y renovándose.
Esta carta significa el inicio de algo, te dice que te muevas, que emprendas cosas
(estudios, trabajos, viajes, etcétera), tienes la energía o impulso para hacer cosas,
no debes desaprovecharla. Inicia caminos. El Loco es un principio de movilidad
(movimiento) y cambio en todas las cosas. El Loco es algo vivo, nuevo, rompe
rutinas y trae cambios, situaciones nuevas. Es una carta que rompe inercias, te
dice que rompas tus hábitos: si no te gusta lo que haces toma conciencia y haz
algo diferente, haz cosas nuevas.
El Loco entra en escena en los momentos decisivos, en momentos difíciles, de
cambio, y nos impulsa hacia delante. En caso de que haya una transición difícil,
el Loco nos ayuda a saltar la brecha. Nos insta a seguir avanzando a pesar de
nuestros temores. Nos ayuda a dar el paso hacia delante en esos momentos
difíciles (nos ayuda a seguir adelante) y nos recuerda que en esos momentos
quien mejor puede decirnos qué hacer es nuestro propio ser interior.
La carta asimismo dice que estés despierto, estate al tanto, fija la atención cada
vez que hagas algo y hazlo sin prisas, no lo hagas pensando en lo siguiente que
debes hacer, no lo hagas pensando en otras cosas, céntrate en cada momento en
lo que estás haciendo.
I. EL MAGO
Es una carta de poder: todo lo que queremos hacer lo podremos llevar a cabo,
vamos a conseguir todo lo que deseamos. Y es una carta de acción: el mago es
acción, es energía que debes aprovechar para realizar cosas (abre un negocio,
crea una empresa, estudia una carrera, etcétera), la energía que no haces circular
se para y se pudre, volviéndose en tu contra.
El Mago lleva en su sombrero el símbolo del infinito y eso significa que nos han
sido dadas una serie de cualidades para que hagamos algo determinado. Cada uno
de nosotros ha venido a este mundo con unas potencialidades (aptitudes,
habilidades, talento, vocación) determinadas, cada uno de nosotros ha venido a
esta vida para hacer una cosa determinada, para realizar algo en concreto.
Todos estamos en esta vida para algo, para aprender y aportar, todos tenemos una
misión especial: la misión de vida es lo que hemos venido a hacer, el objetivo por
el cual nacemos. Sabremos que estamos cumpliendo con nuestra misión de vida
porque nos lo dirá el corazón; a la pregunta de qué hemos venido a hacer sólo nos
puede responder el corazón. Sentirás gozo y felicidad si estás cumpliendo tu
misión de vida, si no la cumples te bloqueas y nada te llena, no te sientes vivo.
Debes encontrar tu lugar, pues cada uno de nosotros tiene un cometido, un papel
que cumplir, una misión que desempeñar, y además, como el mago, tienes los
instrumentos necesarios para desempeñarla: pero debes confiar en ti mismo, en
tus posibilidades, en tus facultades, en tu potencial, eso es lo que significa el
símbolo del infinito sobre la cabeza del mago.
En cuanto descubras esa misión y dirijas todas tus energía para desarrollarla,
verás que todo surge sin tanto esfuerzo y que las oportunidades te llegan de
manera inesperada. Nunca olvides que el secreto está en seguir tus sueños y
escuchar los deseos de tu corazón, es ahí donde reside la verdad, tu verdad.
La imagen de este naipe nos muestra al Mago de pie, con una mano elevada hacia
el cielo mientras que con la otra señala la verde tierra. Con la mano izquierda el
mago alza su vara hacia el cielo para atraer hacia sí el poder espiritual (poder
creativo), levanta hacia el cielo una vara mágica para recibir la fuerza espiritual,
la energía de la vida en su forma más creativa. El Mago sostiene la vara con
plena conciencia de ese poder psíquico. Que la mano derecha del mago señale la
tierra, el verde campo lleno de flores, nos recuerda la necesidad de que el poder
creativo se manifieste en la realidad física para que podamos sacar algo valioso
de él: a menos que hagamos algo con nuestras habilidades, éstas no existen
realmente. El poder creativo debe concretarse en una realidad física, en algo real.
La energía creativa debe descender a la realidad física.
Por lo tanto, el Mago atrae la energía creativa hacia sí con la mano que levanta
hacia el cielo (mano izquierda) y hace que esa energía descienda a la tierra, a la
realidad, con la mano que apunta hacia abajo (mano derecha). Pero la verdadera
magia del Mago no reside en la vara que se eleva hacia el cielo, reside en la
mano, en el dedo que apunta hacia la tierra: esa capacidad de crear, de
transformar las posibilidades o potencialidades en algo real, es lo que le confiere
su título. El mago hace que algo real emerja de las posibilidades a la vida.
Con la carta del Mago sentimos la presencia de un poder que nos llena, sentimos
una gran energía que nos invade. La persona consultante debe tomar conciencia
de ese poder en su propia vida, darse cuenta de ese poder que tiene, pues el poder
del Mago es un poder accesible a todos.
Pero ese poder o energía que recibimos es necesario descargarla, si esa energía
no se libera se hace insoportable para el cuerpo. La fuerza vital que te llega del
universo no es suave ni apacible, es menester descargarla, afirmarla en algo real,
porque ni nuestro cuerpo ni nuestro ser psíquico están hechos para almacenarla,
sino sólo para transmitirla. Hay que descargar el poder recibido. Nosotros somos
como canales de energía y la energía que recibimos nos ha de llevar a la creación
y a la actividad. Debemos crear, producir algo real y valioso fuera de nosotros
mismos, canalizar la energía hacia una realidad exterior; de ese modo, al liberar
la energía creativa recibida nos abrimos para recibir un caudal nuevo. El Mago
crea el mundo. El Mago tiene una firme voluntad, controla en todo momento el
dibujo de su vida y escoge lo que le va a suceder. El Mago da a su vida, a la vida,
un significado y un propósito, le da una dirección.
En algunos mazos de tarot, la Suma Sacerdotisa está sentada ante dos pilares.
Entre los dos pilares (detrás de ella) pende un velo, que nos indica que nos está
vedado penetrar en el Lugar de la Sabiduría. Pero no es que nos esté prohibido ir
más allá de los pilares de la Suma Sacerdotisa, simplemente es que no sabemos
cómo hacerlo. Entrar detrás del velo sería acceder de un modo consciente a la
sabiduría (del) inconsciente y aún no sabemos hacerlo (ése es el objetivo de los
arcanos mayores en su totalidad). No podemos entrar en el templo porque no
sabemos entrar en nuestro interior, por eso debemos hacer el viaje a través del
resto de triunfos.
Si miramos con cuidado por la pequeña abertura que queda entre el velo y los
pilares, podemos llegar a entrever qué hay detrás del velo: un lago, una línea de
montañas en el horizonte y el cielo. El lago simboliza el inconsciente y la verdad
que en éste se oculta. El conocimiento superior de la Suma Sacerdotisa
permanece cerrado para nuestro entendimiento inferior, aún no estamos
preparados para penetrar en los secretos, aún no podemos atravesar el velo, y
como no podemos atravesar el velo, el templo para nosotros se convierte en un
lugar vacío y falto de significado. Hemos de seguir el viaje, pues aunque el
retraimiento y la pasividad de esta carta, aunque la senda de retirarse del mundo
nos resulte sumamente atractiva, no podemos abandonar el mundo. Somos parte
de este mundo, vivimos en el mundo, necesitamos conectarnos con el mundo.
Los dos pilares entre los que está sentada la Suma Sacerdotisa son símbolo de la
dualidad. Los dos pilares introducen pues el tema de la dualidad y de los
opuestos. La dualidad vuelve a aparecer representada en los dos pilares de la
iglesia del Sumo Sacerdote, las dos torres de la Luna, los dos caballos del Carro,
el hombre y la mujer de los Enamorados, pero finalmente la carta del Mundo
resolverá esta dualidad.
Esta dualidad la vemos en los opuestos macho y hembra, luz y oscuridad, activo
y pasivo, blanco y negro, potencialidad y realidad, etcétera. Y así, mientras el
Mago representa la acción, la condición masculina, la conciencia, la Suma
Sacerdotisa representa la pasividad, la condición femenina, el inconsciente. La
Suma Sacerdotisa está sentada entre los Pilares de la Luz y la Oscuridad, y
aunque ella simboliza el lado oscuro y pasivo, la senda de la separación del
mundo y del tiempo, su intuición puede alcanzar un equilibrio entre los dos
pilares.
De hecho, los dos pilares del templo de la Suma Sacerdotisa (como los puntos en
el símbolo del Tao) ya nos indican que la dualidad es ilusoria y que cada uno de
los opuestos contiene en sí mismo al otro: Uno de los pilares es negro, el otro
blanco. El pilar negro tiene la letra B en blanco, el pilar blanco tiene la letra J en
negro. El pilar negro simboliza la pasividad y el misterio, el pilar blanco
simboliza la acción y la conciencia, pero sus letras responden a la indicación
inversa (las letras B y J hacen referencia a Boaz y Jakin, los nombres que
recibían los dos pilares principales del templo de Jerusalén).
III. LA EMPERATRIZ
Esta carta significa un período en el que nos acercamos a la vida por la vía de los
sentimientos, emociones y pasiones, no por la vía de la razón. Indica un momento
de pasión y también la satisfacción que obtenemos mediante nuestras emociones
y sentimientos.
La energía de esta carta nos hace atractivos, seductores e interesantes para los
demás, contamos con una gran capacidad de seducción. Debemos tener en cuenta
que este arcano nos habla tanto de amor y sentimientos como de sexualidad, de
pasión sexual, por lo que, en cuestiones amorosas, está en nuestras manos tener
una relación sexualmente ardiente y fogosa, pero puramente física, o vivir una
relación amorosa apasionada e intensa, en el terreno de lo sexual y también en el
terreno de lo afectivo.
Esta carta también nos señala lo que hemos recibido en esta vida, lo que se nos
ha dado (en principio se nos da lo que necesitamos, la vida nos da lo que
necesitamos), y lo que nosotros estamos dispuestos a dar, lo que nosotros damos
a los demás. La carta nos habla de la Ley del Dar y Recibir, y al respecto nos
hace una observación: si queremos recibir primero hemos de dar, y además
vamos a recibir lo mismo que damos; si das amor recibirás amor, pero si das
desamor eso es lo que recibirás.
IV. EL EMPERADOR
Al igual que el Mago, el Emperador es una carta de poder y acción. El Mago nos
decía que todo lo que quisiéramos hacer lo podríamos llevar a cabo, que íbamos a
conseguir todo lo que deseábamos (en un momento futuro). El Emperador es la
realización en el momento presente de los proyectos que tienes en mente, lo que
has estado pensando, proyectando, es el momento de hacerlo, de llevarlo a la
práctica, ¡ya!, en este mismo momento.
En ocasiones, esta carta nos advierte que no estamos eligiendo libremente lo que
queremos hacer, de algún modo nos están imponiendo lo que debemos hacer, y
eso no hemos de permitirlo; no podemos dejar, por baja autoestima y falta de
confianza en uno mismo, que otra persona ejerza poder, dominio y autoridad
sobre nosotros.
Esta carta representa la autoridad, las reglas de la sociedad, las normas y leyes de
la sociedad, la estructura social necesaria para la supervivencia. En nuestro
proceso de maduración hemos de saber incorporar las reglas y normas de la
sociedad para después poder trascenderlas: esto no significa nunca una actitud de
romper todas las reglas, de infringir todas las normas, de ir contra todo lo
establecido, pues la persona que tiene esa obsesión en realidad está tan atada a
esas leyes y normas como la persona que las obedece ciegamente.
COMUNICACIÓN, APERTURA
Tenemos que mostrarnos tal y como somos, sin representar un papel para los
demás, no vayamos en contra de lo que somos. El Sumo Sacerdote te dice:
Muéstrate como eres. Si te muestras como eres todo se pondrá en su sitio y
encontrarás lo que estás buscando. Sé tú mismo.
A menudo, cuando hemos de hacer una elección importante, vivimos una crisis
hasta que finalmente hacemos nuestra elección, pero la crisis es crecimiento, pues
si somos capaces de superarla maduramos; de hecho la palabra crisis viene del
griego krino, que significa crecimiento. No hay que ver la elección como algo
negativo, no hay que tener miedo a elegir. Elige un camino, no puedes elegir los
dos caminos, toma tu decisión.
La carta puede referirse tanto a una elección importante en la vida de una persona
como a una elección de poca importancia, de poca consideración. Pero muchas
personas se angustian ante cualquier elección, grande o pequeña, porque no son
capaces de aceptar que una vez que se toma un camino en tal o cual dirección se
pierde la posibilidad de optar por los otros caminos que hasta ese momento se
habían abierto ante nosotros.
La carta muchas veces hace referencia a la primera elección real que hace un
hombre o una mujer cuando decide empezar a andar solo/a por la vida, sin la
protección de sus padres. La vida bajo la protección de los padres es cómoda y
segura, pero hombre y mujer, con el despertar a la sexualidad, hacen esta ruptura
tan necesaria para crecer como individuos independientes, responsables,
maduros, capaces de tomar decisiones importantes.
Por otro lado, los Enamorados habla de la importancia del sexo y el amor en la
vida de una persona, es la carta del amor humano, dos personas que se unen en
cuerpo y alma. La experiencia del amor, la unión con otra persona en cuerpo y
alma, nos lleva a abandonar en parte nuestro ego. El amor humano es también
reflejo del amor universal, del amor incondicional, el que no espera nada a
cambio; por eso el camino del amor nos debe llevar a la superación del egoismo.
El hombre y la mujer representan la dualidad, que aquí se une por el amor (por el
amor físico, el amor sexual); los principios masculino y femenino se unen. Según
los cabalistas y los filósofos herméticos, la humanidad era originariamente
hermafrodita, varón y hembra se separaron sólo como consecuencia de la caída, y
sólo por el amor podemos alcanzar un sentimiento de unidad; la misma idea, con
alguna variante, se encuentra en Platón. Cuando nos entregamos al amor (al amor
sexual, a la pasión) vislumbramos algo superior a nosotros, sólo es un atisbo y
por unos instantes, pero el amor puede ayudarnos a ver el camino, y nos anticipa
un poco del júbilo que nos espera cuando hayamos recorrido ese camino.
VII. EL CARRO
En la carta vemos un carro tirado por dos caballos (la imagen del carro tirado por
dos caballos se deriva de fuentes históricas y mitológicas, por ejemplo, en el
Fedro, Platón se refiere a la mente como un carro tirado por un caballo blanco y
otro negro). El carro es conducido por un auriga.
Como el mago, el auriga del carro lleva una vara (una vara mágica), en este caso
en la mano derecha, pero a diferencia del mago, el auriga no levanta su vara hacia
el cielo, porque su poder proviene de su voluntad. Conducir un carro tirado por
caballos exige un control total de los animales, pero el auriga no sujeta las
riendas del carro, pues su poder es el de la voluntad. Esta carta significa que la
persona puede concentrar toda la energía inconsciente a través de la voluntad
consciente, la persona es capaz de dirigir su voluntad. Los dos caballos
simbolizan las fuerzas de la naturaleza, los instintos, el lado animal del hombre.
Que el auriga controle los caballos significa que domina sus deseos instintivos,
sus sentimientos, sus pasiones; su energía mental (la razón) rige a las pasiones, el
auriga no es víctima de sus sentimientos o pasiones, la voluntad del auriga es
muy poderosa.
Por otro lado, los dos caballos son símbolo de la dualidad (como los pilares del
templo de la Suma Sacerdotisa), representan las dualidades y contradicciones de
la vida; en el Carro la fuerza mediadora es la voluntad. Aún así los caballos
intentan ir en direcciones opuestas y es la voluntad del auriga la que los mantiene
unidos en un equilibrio tenso, un fallo de esa voluntad y cada caballo iría por su
lado. El auriga, aunque sea capaz de dominar las dualidades, jamás las logra
reconciliar.
La carta del Carro es una carta de fluir: en las cartas anteriores hemos construído
este carro y hemos elegido adónde queremos ir, ahora acabamos de subirnos al
carro y vemos que este carro va solo, fluye solo, pues ya sabe adónde tiene que
ir.
VIII. LA JUSTICIA
En la imagen de la Justicia vemos a una mujer sentada ante dos pilares, entre los
dos pilares pende un velo de color púrpura, emblema de la sabiduría interior,
pues estamos en el camino hacia el entendimiento. En su mano derecha la mujer
sujeta una espada apuntando hacia arriba; esa espada significa elección, nos dice
que tomemos decisiones, pues la vida exige que reaccionemos ante cada
acontecimiento.
El ser humano tiene libre albedrío, podemos elegir, escoger, no sólo entre la
dualidad (A o B) sino entre muchas más cosas. La espada nos indica que cada
decisión, cada acción, tiene su consecuencia. Toda acción tiene una reacción,
cada causa tiene su efecto, cada semilla tiene su fruto. Y además, para cada
decisión que el ser humano tome habrá una consecuencia de la misma
envergadura.
Por lo tanto, todos nuestros actos tienen una respuesta, todo lo que nosotros
hacemos tiene una consecuencia, es decir, se recibe lo que se ha propiciado;
como me suele decir el creador de esta página web: “si plantas patatas recoges
patatas y si plantas cebollas recoges cebollas, pero si plantas patatas no recoges
cebollas”. Cada uno recibe en la misma proporción y calidad en que ha dado, se
cosecha lo que se siembra.
El ser humano tiene libre albedrío, pero éste no sólo implica nuestra libertad y
autonomía, el recorrer el camino que queramos, el poder de elegir, de tomar
decisiones, sino que también conlleva el hecho de que somos responsables de
todos nuestros actos, somos responsables de nosotros mismos, somos
responsables de nuestra propia vida (y todo cuanto pasa en nuestra vida es
consecuencia de nuestras acciones y decisiones anteriores). Esta carta nos indica
que los acontecimientos han funcionado de la manera que “tenían” que funcionar,
es decir, que lo que nos sucede en el momento presente proviene de situaciones y
decisiones pasadas.
La carta nos recuerda que todo sucede por una razón, todo lo que nos sucede
tiene un porqué (aunque nosotros no lo entendamos), y ese porqué, esa razón, es
que las cosas nos suceden para que nosotros crezcamos a nivel de alma, para que
evolucionemos. Las casualidades no existen. Nada es casualidad, todo tiene un
porqué. Todo sucede para aportarnos una enseñanza (que debemos aprender), lo
bueno y lo malo, por eso debemos agradecer siempre todas y cada una de las
cosas que nos suceden, las que nos parecen “buenas” y las que nos parecen
“malas”.
La persona que está en el centro (es decir, que está en armonía, en equilibrio) no
se deja influir por las cambiantes circunstancias de la vida, no se deja influir por
los cambiantes acontecimientos externos. La persona está centrada y no le
afectan las circunstancias, acontecimientos y sucesos externos, siempre
cambiantes e inciertos; por lo tanto, al situarse en el centro la persona es libre.
Esta carta sugiere la idea de poner la propia vida en la balanza para pesarla, es
una evaluación de lo que ha significado para uno su vida, y suele ir seguida de la
decisión de iniciar una búsqueda interior que nos lleve a un entendimiento más
amplio. De hecho, la Justicia está seguida por el Ermitaño, que es el buscador de
sabiduría.
La carta significa sinceridad absoluta, con nosotros mismos y con los demás. En
este sentido la carta es portadora de los significados obvios de la justicia:
sinceridad, acciones correctas, juego limpio, decisiones justas. Por lo tanto, si
tienes entre manos un asunto de tipo jurídico, significa una decisión justa (que
puede no ser necesariamente la que uno prefiere).
En cuestiones amorosas indica una relación estable, una pareja estable. Vas a
tener una relación importante, duradera, madura, sólida; con frecuencia esta carta
se refiere al matrimonio. No es una carta que hable de pasión, pero sí indica que
viviremos momentos de gran complicidad afectiva.
IX. EL ERMITAÑO O BUSCADOR DE SABIDURÍA
Desde tiempos antiguos el ermitaño (tanto hombres como mujeres) vive en los
bosques, montañas, en el desierto, apartado de la sociedad pero no apartado de la
humanidad. En la Edad Media se les atribuyó poderes mágicos y con frecuencia
dieron refugio a los viajeros. En muchos relatos y leyendas, el ermitaño aporta al
caballero prudencia y sabiduría en la búsqueda espiritual. Jung habla de ancianos
sabios que te guían en los misteriosos viajes al interior de la psique. En el tarot
este Guía aparece justo después de que hayas hecho el balance de tu vida y te da
la fuerza necesaria para continuar el viaje, te va a guiar en la búsqueda espiritual.
Por lo tanto, la luz del Ermitaño es una luz interior, tu luz interior. Es una luz
poderosa que proviene de nuestro interior y aparece para ayudarnos a reconocer
el camino que debemos seguir en nuestra andadura por estas tierras mortales, en
nuestra andadura por esta vida. El Ermitaño está en nuestro interior, está en el
interior de cada uno de nosotros: nuestro ser verdadero o ser interior sabe cuál es
el camino a seguir y debemos hacerle caso. Confía en tu Guía interior, en tu Luz
interior.
Cada fase nos aporta una enseñanza, por eso, cuando nos encontramos en un
momento malo tenemos que ser capaces de entender qué tenemos que aprender y
porqué (qué es lo que se nos está intentando enseñar y porqué). Si no lo
aprendemos, no superaremos esa etapa negativa y allí nos quedaremos. Hay que
aceptar las cosas malas que nos pasan y también hay que aprender a aceptar las
cosas buenas, disfrutar de ellas ¡sin remordimientos!, disfruta de los momentos
buenos y déjate fluir en los malos porque pasarán.
En el universo existe una conexión interior entre todas las cosas (aunque
nosotros, con nuestra visión limitada no la percibamos), las cosas no suceden
aleatoriamente, todo se relaciona y armoniza entre sí.
La carta nos recuerda que todo sucede por una razón, todo lo que nos sucede
tiene un porqué (aunque nosotros no lo entendamos), y ese porqué, esa razón, es
que las cosas nos suceden para que nosotros crezcamos a nivel de alma, para que
evolucionemos. Las casualidades no existen. Nada es casualidad, todo tiene un
porqué. Todo sucede para aportarnos una enseñanza (que debemos aprender), lo
bueno y lo malo, por eso debemos agradecer todas y cada una de las cosas que
nos suceden, las que nos parecen “buenas” y las que nos parecen “malas”.
A menudo nosotros no entendemos por qué nos suceden las cosas y la vida nos
parece un sin sentido, por eso debemos pararnos a pensar por qué nos suceden las
cosas, debemos esforzarnos en entender por qué nos suceden las cosas; de este
modo ampliaremos nuestra limitada visión de la vida y llegaremos a ver la
conexión interior entre todas las cosas.
Esta carta nos indica cambios, puede ser el cierre de una etapa y la apertura de
otra nueva, el inicio de un nuevo giro de acontecimientos; tal vez el giro por el
que el hombre entre en contacto con su ser interior o ser verdadero. Lo
importante en cuanto a los cambios es nuestra reacción: los cambios debemos
aceptarlos, adaptarnos a la nueva situación, porque el cambio ya se ha producido
y la rueda sigue girando, la vida continúa.
La carta indica también fortuna, pues la persona está centrada y segura, está en
armonía y equilibrio (a través de la meditación del Ermitaño nace calma y
seguridad en tu interior), no se deja influir por los acontecimientos externos.
Asimismo puede indicar fortuna a nivel económico.
XI. LA FUERZA
FUERZA, CONFIANZA, CREER EN LOS SUEÑOS, EL PODER DEL
PENSAMIENTO.
La doncella, como el mago, lleva un sombrero con el símbolo del infinito: lo que
nos presenta la vida es porque lo podemos hacer, siempre que tengamos
confianza en que podemos hacerlo. La carta indica una persona con coraje en el
arte de vivir, está preparada para afrontar cualquier situación que la vida le
presente, tiene capacidad para hacer frente a problemas y situaciones difíciles,
cuenta con la fuerza interior necesaria para superar las dificultades y problemas
de la vida.
Esta carta habla de nuestra “posición frente a la vida” (título de un cuento de Juan
Pedro Bordes). Debes tener fe en tus sueños. La falta de fe destruye los sueños.
En tu interior reside la fuerza para lograr tus sueños, a menudo oculta, escondida,
negada continuamente por nosotros mismos, y hay que despertarla. No
abandones tus sueños, si lo haces, si pierdes tus sueños, la vida no tiene sentido,
se vuelve vacía y triste, de pobreza interior.
La carta te recuerda que todo es posible, los sueños pueden realizarse, pero has
de creer en ellos. Puedes conseguir todo lo que desees, no hay ningún límite
(somos nosotros, con nuestros miedos, quienes ponemos los límites), no hay nada
imposible, pero has de tener confianza, has de creer que puedes conseguirlo, has
de creer en ti, has de creer que puedes conseguir tus sueños, sólo tienes que
contactar con la fuerza, con tu fuerza interior.
Tal y como dice Juan Pedro en otro se sus cuentos “El camino que lleva a donde
queremos ir es un camino recto, somos nosotros con nuestros miedos, dudas e
inseguridades quienes ponemos las curvas en el camino”. Nos repetimos una y
otra vez que nuestro sueño no es posible, y así justificamos el no dar pasos (por
miedo, falta de valentía, falta de confianza, etcétera) en la dirección de lo que
realmente deseamos; pero si somos capaces de dejar a un lado nuestros miedos y
dudas, y sentimos que la fuerza nos acompaña, el camino se hará más y más
recto.
Respecto a la búsqueda interior, esta carta nos recuerda que tengamos confianza
(el símbolo del infinito sobre la cabeza de la doncella) en el resultado final, pues
a menos que creamos en el proceso de autodescubrimiento, jamás llegaremos a
seguirlo hasta el final.
Por otra parte, el león simboliza la energía primaria, representa todos los
sentimientos, emociones, pasiones y deseos instintivos, que normalmente
intentamos controlar, en un intento de controlar nuestra vida. Ahora, la Fuerza
libera nuestras emociones más profundas, permite que las pasiones íntimas
afloren, que los sentimientos suprimidos aparezcan; es el momento de liberar la
energía inmovilizada en nuestros sentimientos más fuertes. La Fuerza permite
que toda esa energía primaria reprimida salga a la superfície y se libere. Tenemos
que dejar emerger la energía del inconsciente que tenemos dentro, las fuerzas
naturales que albergamos dentro.
La carta significa que hemos liberado la energía primaria o energía instintiva para
usarla, para que nos impulse a lo largo de la senda interior. Y para eso es
necesario que el león se dome al mismo tiempo que se libera. La energía primaria
es liberada y domesticada (canalizada) para servirnos de ella como fuente vital:
es el león conquistado.
XII. EL COLGADO O EL ILUMINADO
Algunos libros de tarot dicen que esta carta significa el despertar espiritual,
nuestro despertar a la espiritualidad, el momento de empezar a dar prioridad a lo
espiritual. Se va a producir una inversión de valores y lo material va a quedar
relegado frente a lo espiritual, es el momento de dar más importancia a la
espiritualidad. La energía de esta carta es utilizable para sacrificar el bien
particular por otro más amplio y colectivo. Ahora podremos experimentar
realmente la fuerza espiritual que hay en la vida: es la vivencia de un gran poder
y una gran emoción en medio de una calma total.
La imagen de la carta nos muestra a un hombre colgado por un pie, pero si nos
fijamos bien, veremos que el nudo de la cuerda con la que está atado es muy
sencillo, se podría deshacer con facilidad, aunque para conseguirlo primero hay
que hacer una reorientación o inversión de valores. La reorientación de valores,
la inversión de valores, puede llevarnos a caminar a contracorriente, al revés del
mundo, a tener un punto de vista diferente al de la mayoría.
Por otra parte, todas las grandes situaciones de transformación se caracterizan por
un aumento de la inestabilidad interior, y aunque sepas bien lo que quieres, te
pueden asaltar dudas e inseguridades, y puedes dejarte influir por la opinión de
los demás (que contemplan tus decisiones con escepticismo), puedes vacilar
momentáneamente por la presión de los demás, corriendo por lo tanto el peligro
de desviarte de tu decisión interior, de tu propio camino. En ese sentido, esta
carta nos expresa un mensaje de independencia: escucha sólo a tu voz interior, a
tu guía interior, haz lo que en tu interior sientas que es lo mejor, sigue el camino
que tú sientas, aunque a otras personas les parezca absurdo. Haz lo que te diga el
corazón. La carta también nos recuerda que nuestra inversión de valores debe
hacerse de manera silenciosa y sin ostentación, combinada con una tolerancia
absoluta por los estilos de vida ajenos.
XIII. LA MUERTE
Cada vez que nos damos cuenta de que estamos en un lugar inadecuado o de que
hemos hecho una elección equivocada tenemos una cita con la Muerte. Esta carta
nos lleva a reflexionar detenidamente y replantearnos nuestra dirección,
replantearnos nuestros objetivos y metas, para a continuación abrir una nueva
etapa, abrir un nuevo ciclo de experiencias, iniciar un nuevo ciclo de vida,
emprender un nuevo camino.
Esta carta nos insiste en que no hay que tener miedo al cambio, pues el cambio
siempre es positivo, siempre es para crecer y evolucionar a nivel de alma. No
tiene sentido luchar desesperadamente para evitar el cambio, hay que realizar el
cambio y dejarse llevar. Por otra parte, cuando hemos de hacer cambios o
transformaciones importantes a menudo hay una crisis, hasta que finalmente nos
decidimos a hacer esos cambios. Durante la crisis piensa que eres el guerrero que
triunfa en todas las batallas, la noche está pasando y pronto llegará el amanecer,
el nuevo día. La crisis que conlleva el cambio te va a servir para crecer y
madurar. Y recuerda que la Muerte conduce siempre a la resurrección, al
renacimiento; mueres para renacer, es la limpieza necesaria para el posterior
crecimiento (en los ritos de iniciación los candidatos pasan por una muerte y un
renacimiento simulados).
Con esta carta llegas a un equilibrio y armonía mucho más profundos que en las
cartas de la Justicia y la Rueda de la Fortuna, pues la Templanza significa la
unión de la materia con el espíritu, la conciliación entre consciente e
inconsciente, y esa unión hace que estemos totalmente armonizados. La carta
indica (al igual que los arcanos ocho y diez) una persona que pase lo que pase
está entera y centrada, está en armonía, en equilibrio, y no se deja influir por las
cambiantes circunstancias de la vida, no se deja influir por los cambiantes
acontecimientos externos; no le afectan las circunstancias, acontecimientos y
sucesos externos, siempre cambiantes e inciertos.
Por otra parte, esta carta habla de la Gracia o Providencia. Las alas (como de
ángel) de la figura femenina nos dicen que todo lo conseguimos por gracia, y si
nosotros estamos donde debemos estar la gracia actúa, si estamos haciendo lo
que tenemos que hacer la gracia o providencia viene. Nosotros solamente
tenemos que dejarla actuar, el problema es que normalmente no la dejamos
actuar.
La Templanza nos proporciona coraje en el arte de vivir, nos da capacidad para
hacer frente a problemas y situaciones difíciles, capacidad para enfrentar
jubilosamente los problemas de la vida. La carta de la Templanza hace referencia
a dar una respuesta adecuada y auténtica a todas las situaciones que la vida nos
plantea, es actuar adecuadamente ante cualquier situación que se plantee.
Tomarse la vida tal como viene, momento a momento, pues la persona y el
mundo exterior fluyen juntos con naturalidad.
XV. EL DIABLO
Por lo tanto, el diablo va a aparecer cada vez que vislumbres una nueva dirección
o un nuevo proyecto que te sea preciado; su intención es ponerte obstáculos y
trabas en el camino, desanimarte, frenarte, detenerte y hacerte fracasar. Algunas
de sus armas más preciadas son la distracción y la dispersión. El diablo te distrae,
hace que te disperses, es decir, impide tu atención y concentración en aquello que
tienes que hacer, en lo que es importante; te distrae con nimiedades y trata de
impedir de esta manera que cumplas con tu misión de vida.
El diablo procura por todos los medios que te distraigas y diviertas, intenta que te
entretengas por el camino, que te desvíes de tu camino: y como el camino es
arduo y largo, en seguida nos interesamos por las placenteras distracciones y
diversiones que nos propone, y así olvidamos nuestro camino. El diablo al
distraerte te aleja y aparta de tu camino, de tu misión de vida.
Por otro lado, el diablo de la carta es Lucifer, y como Portador de la Luz aparece
para iluminar nuestras partes más oscuras, ilumina lo que no queremos mostrar a
los demás, ilumina lo que no queremos ver: nuestros miedos, temores,
inseguridades, envidias, fracasos, obsesiones, ambiciones, ansias de poder,
etcétera.
La carta del diablo nos ayuda a ver todo eso que tenemos guardado y escondido,
oculto, al verlo lo aceptamos, lo integramos, y de esa manera podemos
disolverlo. Además, cuando aceptas todas esas cosas en ti entonces puedes
aceptarlas en los demás. La carta te dice que conozcas tus debilidades.
Es una carta que nos hace enfrentarnos a todo a lo que por miedo no nos hemos
querido enfrentar, así nos liberaremos. Enfréntate a tus miedos, enfréntate a
aquello a lo que temes. No debes tener miedo a nada. Hay una Ley Universal que
dice que se atrae aquello a lo que se teme, por eso no debes tener miedo, si tienes
miedo llamas a todo eso a lo que temes. Puedes tener preocupaciones, pero no
miedos. No debemos tener miedo, pues podemos superarlo todo.
Nota:
Cuando esta carta sale invertida significa que la energía del diablo no fluye, se
encuentra bloqueada; es el diablo pero un poco rebajado.
XVI. LA TORRE
En la imagen de la carta vemos la parte alta de una torre destruída por un rayo
divino. Esta carta significa el desvanecimiento del ensueño, el desvanecimiento
de los espejismos, la destrucción de lo ilusorio (es decir, la destrucción de lo
ficticio, irreal y engañoso, la destrucción de lo falso, de lo que no es verdadero,
de lo que no es real), la destrucción de las apariencias, la destrucción de la ilusión
material y del ego.
Esta carta habla de destruir tus barreras mentales y bloqueos, de romper rutinas,
hábitos y tradiciones, de liberarse de la prisión de una vida sistematizada y
liberarse también del apego a ese modo de vida. La energía de esta carta es como
una fuerza destructiva que libera y puede ayudarte a cambiar de vida, si así lo
deseas. Los cambios que debes realizar bajo la energía de la carta de la Torre son
cambios abruptos, difíciles, duros; no se realizan poco a poco, con calma y
suavidad, sino muy enérgicamente, pero estos cambios te llevan a la libertad, a la
liberación. El cambio que te pide esta carta es mucho más radical que el del
Colgado o la Muerte.
Pero a pesar de que la Torre nos conduce a la libertad, muchas veces nos
negamos a pasar por la experiencia de esta carta, hacemos todo lo posible para
evitar el rayo, intentamos protegernos del rayo por todos los medios, y así no
tener que pasar por el dolor, por la experiencia dolorosa, pero al protegernos del
rayo seguimos prisioneros en la torre (recordar que el Rayo de Luz destruye la
torre), continuamos aprisionados y no conseguimos liberarnos, por eso debemos
permitirnos pasar por la experiencia de esta carta.
La Torre está debajo de la Suma Sacerdotisa y del Ermitaño, pues muestra el velo
en el momento en que se desgarra. El rayo de luz desgarra y abre el velo que
pende entre los pilares de la Suma Sacerdotisa. El trabajo que hemos hecho en las
dos líneas anteriores de los Arcanos Mayores nos ha de servir para soportar el
rayo (de la destrucción y la liberación) cuando descienda, pues esta llama de
iluminación nos va a llevar a ampliar nuestra visión limitada de la vida. Con la
destrucción de la torre, el inconsciente queda liberado para poder fluir libre, el
inconsciente hace erupción, estamos yendo más allá de la conciencia.
XVII. LA ESTRELLA
ESPERANZA, VERDAD
Esta imagen recuerda a la de la Templanza (ambas cartas vienen tras una crisis),
en la que una figura femenina alada vierte agua de una jarra a otra, mezclándola
pero al mismo tiempo conservándola. Sin embargo, la doncella de la carta de la
Estrella derrama por completo el contenido de las dos jarras, confiada en que el
universo la abastecerá continuamente con energía nueva. La doncella, al
derramar el agua de una de las jarras en el lago, se conecta con las fuentes
interiores; el agua de la otra jarra, que derrama sobre la tierra, vincula el
inconsciente con la realidad exterior del mundo físico, con el mundo exterior. La
energía se dirige hacia dentro y hacia fuera.
La Estrella indica también una persona que se muestra tal y como es, desnuda, no
esconde nada, no necesita actuar, no necesita representar un papel, es una persona
auténtica, íntegra, honesta, sincera y con cierta inocencia. Con la Estrella el ser
interior se expresa jubilosamente, por lo que esta carta te recuerda que no puedes
traicionarte a ti mismo.
En cuestiones amorosas esta carta hace referencia a un amor intenso, apasionado,
romántico, que además va a ser una relación importante para tí, duradera, madura
y sólida. Asimismo es una carta que favorece los proyectos a largo plazo. De
hecho, el poder mágico de la carta son los proyectos a largo plazo, la siembra de
un proyecto. La carta hace referencia al uso de la energía creativa: el ave que está
al fondo sobre un árbol o arbusto es un ibis, símbolo del dios egipcio Tot,
inventor de todas las artes. El ibis nos indica que todo acto creativo surge del
Lago Primigenio de energía sin forma (el lago es la energía vital universal, la
fuente de energía informe, el inconsciente colectivo). Nosotros para crear
tomamos esa energía, y con cada acto de creación una corriente retornará al Lago
Primigenio, renovando y reforzando la conexión de la persona-artista con las
fuentes interiores, con la inspiración.
XVIII. LA LUNA
EL INCONSCIENTE
Con la carta de la Luna estos innombrables miedos emergen o irrumpen desde las
profundidades de nuestro mundo interior para que los enfrentemos, así como los
chamanes se enfrentan a feroces monstruos en sus viajes del trance. Estos miedos
y temores pueden producirnos un pánico irracional, pero forman parte de nuestro
mundo interior, proceden de nuestro mundo interior, y es necesario que los
enfrentemos para poder llegar al Sol. En el momento en que los enfrentamos, con
coraje y valor, las aguas del lago se aquietan, el cangrejo vuelve a sumergirse y
los miedos, nuestros miedos, se suavizan; es entonces cuando los portales se nos
abren hacia la aventura.
En la imagen de la carta (tarot rider) vemos un camino que va desde el lago hasta
unas montañas que están a lo lejos, en el horizonte: son las Montañas Exteriores,
las Montañas de la Realidad Exterior; pero antes de llegar a esas lejanas
montañas, el camino pasa entre dos torres, que nos hacen pensar en un portal.
Estas dos torres son la última manifestación de la dualidad que vimos por
primera vez en los pilares del templo de la Suma Sacerdotisa. Antes
considerábamos la dualidad (los opuestos) como algo básico para la vida, ahora
sabemos que la realidad combina e integra todas las cosas.
Las dos torres de la Luna son los pilares de la Suma Sacerdotisa vistos desde el
otro lado: y si antes entre los dos pilares pendía un velo indicando que nos estaba
vedado penetrar en el Lugar de la Sabiduría, que nos estaba prohibido ir más allá
de los pilares de la Suma Sacerdotisa, ahora el velo se ha desgarrado (en la carta
XVI) y hemos podido pasar detrás del velo (en la carta XVII). Sin embargo, la
tarea no es llegar hasta el lago (el inconsciente) y acceder a la verdad interior, a la
sabiduría interior (acabamos de hacerlo), sino tomar el camino de regreso a las
montañas exteriores, regresar al mundo exterior, y regresar trayendo de vuelta
con nosotros esa verdad, esa sabiduría.
XIX. EL SOL
El Sol es la carta luminosa por excelencia. Con el Sol el universo está radiante de
luz, sentimos la vida espiritual y eterna, ya no es la existencia cotidiana hecha de
monotonía, esfuerzo y confusión. Bajo la luz del Sol contemplamos el mundo de
una manera totalmente nueva, ahora sentimos la vida llena de una luz espiritual.
Esta carta significa alegría, felicidad, júbilo, entusiasmo, optimismo. Estás vital,
activo, positivo, feliz, irradias luz interior. Sientes un deseo de libertad que te
impulsa a ir hacia delante y se convierte en un movimiento que a veces te supera.
Tienes el deseo de avanzar. Sientes una fuerza que te guía, y por primera vez en
mucho tiempo te atreves a recorer nuevos y desconocidos caminos. Vas a
recorrer el camino hacia tu libertad. Al andar ese camino conseguirás liberarte de
tus ataduras, pero para eso deberás deshacerte de los viejos hábitos, de las viejas
rutinas, costumbres y tradiciones; deberás desprenderte de las antiguas
seguridades, certezas, referencias, convicciones, creencias e ideas recibidas, a las
que obedecías sin atreverte a cuestionarlas.
El Sol te dice que utilices tu poder personal, ya es hora de que te decidas a
utilizar tu poder personal, tus dones, tus cualidades. Deja de esconder tus dones a
la sombra de tus miedos, bloqueos, dudas e inseguridades. Desarrolla tus dones,
tus facultades! Es el momento de alcanzar tus sueños y aspiraciones.
Ten fuerza, valentía y determinación para ser tú mismo. Escucha tus deseos
profundos, escucha tu voz interior. Has de despertar y vivir, vivir de verdad. Has
de crecer, florecer, brillar, desplegar toda tu energía. Tienes que actuar, pasar a la
acción, ¡despierta de una vez! Toma conciencia de tu poder personal, de tus
dones, de tus talentos, de tus fuerzas de creación; alía la confianza con la
determinación y empieza a avanzar por los caminos de luz que te esperan, sólo
tienes que atreverte a recorrerlos. La carta del Sol te aconseja que hagas lo que te
dice el corazón, sigue el camino que te dice el corazón; toma el escudo de la
verdad y avanza con paso decidido, ya sea a favor del viento o contra todos los
vientos.
En cuestiones amorosas el Sol te dice que vas a mantener una relación fructífera
y duradera, una relación que estará caracterizada por la solidez y la pasión. La
energía de esta carta es una energía vitalizadora, fresca, nueva.
XX. EL JUICIO
EL FINAL DE LA BÚSQUEDA
En la imagen de la carta vemos una representación del Juicio Final (es el juicio
que el Yo Universal le hace al yo personal), con la resurrección de las personas
en cuerpo y alma. En el cielo hay un ángel trompetero. Debajo, en primer plano,
hay tres personas desnudas saliendo de sus tumbas, llenas de gozo y alegría en el
momento de la resurrección; el personaje que se encuentra en el medio está de
espaldas al espectador. El ángel lleva un estandarte blanco con una cruz roja, esta
cruz representa el encuentro de opuestos, la unión de todos los elementos
contradictorios, la unión de la dualidad.
Con esta carta estamos a punto de concluir el viaje, ya hemos recorrido el arduo
camino a través de los arcanos mayores y ahora el viaje llega a su fin. El viajero,
que somos cada uno de nosotros, está a punto de recibir el magisterio.Vamos a
iniciar una nueva vida como consecuencia de todas las experiencias y vivencias
adquiridas durante el viaje, vamos a alcanzar un estado superior.
En caso de que aún no hayas encontrado lo que estás buscando, esta carta te lleva
a un profundo replanteamiento de tu vida. Debes ser sincero contigo mismo y
preguntarte si realmente eres feliz, si has logrado lo que querías en la vida, si se
han realizado tus sueños, si has conseguido hacer realidad tus sueños; si la
respuesta es negativa, ahora es el momento de hacer cambios en tu vida para
encaminarte hacia una existencia más feliz y más plena de significado. La carta
también te recuerda que debes mirar en tu interior para encontrar lo que buscas.
Hemos dicho que con esta carta el viaje llega a su fin, por lo que tienes tu última
oportunidad para seguir el camino que te dice el corazón, todavía estás a tiempo
de seguir el camino que en tu interior sientes que has de seguir, aún puedes andar
por el camino que tú deseas, no por el que te indican los demás. Si te dejas
vencer por tus miedos, dudas e inseguridades y no sigues tu camino, tu vida será
vacía y triste, sin sentido, y no lograrás ser feliz.
XXI. EL MUNDO O EL UNIVERSO
Por otra parte, la carta del Mundo indica el final de una etapa, el final de una
situación, y un final lleva siempre a un inicio, a emprender cosas nuevas, vas a
empezar una etapa nueva. Un final lleva a un principio, y eso conlleva un
cambio, pero ese cambio será fluído y no traumático. Con el Mundo vuelves al
principio, al Loco y al Mago, pero ahora con la sabiduría que has adquirido tras
recorrer el arduo camino a través de todos los arcanos mayores. El Mundo es
sabiduría, conocimiento, entendimiento, ahora, al final del viaje, hemos podido
acceder de un modo consciente a la sabiduría del inconsciente, es el inconsciente
conscientemente conocido.
La carta del Mundo, al igual que la del Sol, también significa libertad: la persona
se libera de sus miedos, dudas, confusiones, e inseguridades y ahora está feliz, se
siente realizada. La persona está abierta a toda experiencia y baila en la danza de
la vida. La persona es libre. La energía de esta carta es utilizable para realizarse,
para caminar hacia la plenitud; en ese sentido el Mundo nos habla de felicidad,
realización, satisfacción, plenitud, culminación, triunfos, recompensa a los
esfuerzos realizados, logro de objetivos, totalidad e integración.
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