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Admisión de Los Hechos y Sentencia Por Menor Cuantia
Admisión de Los Hechos y Sentencia Por Menor Cuantia
Sala Constitucional
Publicado el Martes, 26 de Abril de 2016.
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ADMISIÓN DE LOS HECHOS Y CALIFICACIÓN JURÍDICA
Sala Constitucional N° 1066 / 10-8-15 (VINCULANTE)
“El procedimiento por admisión de los hechos tendrá lugar desde la audiencia
preliminar una vez admitida la acusación, hasta antes de la recepción de
pruebas.
En estos casos; el Juez o Jueza podrá rebajar la pena aplicable al delito desde
un tercio a la mitad de la pena que haya debido imponerse, pudiendo cambiar
la calificación jurídica del delito, atendidas todas las circunstancias, tomando en
consideración el bien jurídico afectado y el daño social causado y motivando
adecuadamente la pena impuesta.
Si se trata de delitos en los cuales haya habido violencia contra las personas
cuya pena exceda de ocho años en su límite máximo, y en los casos de delitos
de: homicidio intencional, violación; delitos que atenten contra la libertad,
integridad e indemnidad sexual de niños, niñas y adolescentes; secuestro,
delito de corrupción, delitos que causen grave daño al patrimonio público y la
administración pública; tráfico de drogas de mayor cuantía, legitimación de
capitales, contra el sistema financiero y delitos conexos, delitos con
multiplicidad de víctimas, delincuencia organizada, violaciones graves a los
derechos humanos, lesa humanidad, delitos graves contra la independencia y
seguridad de la nación y crímenes de guerra, el Juez o Jueza sólo podrá
rebajar hasta un tercio de la pena aplicable”.
En este acto el imputado podrá admitir los hechos, pero la pena a imponerse
sólo podrá rebajarse en un tercio.
“Admitida la acusación o antes del inicio del debate en la fase de juicio, el juez
o la jueza de control o de Juicio según sea el caso, instruirá al o la adolecente
respecto del procedimiento especial de admisión de los hechos. Admitidos los
hechos el imputado o la imputada podrá solicitar al tribunal la imposición
inmediata de la sanción.
En tal caso, el Juez o Jueza podrá rebajar la pena aplicable al delito según el
instrumento procesal aplicado, pudiendo cambiar la calificación jurídica del
delito, atendidas todas las circunstancias, tomando en consideración el bien
jurídico afectado y el daño social causado y motivando adecuadamente la pena
impuesta, esto es, declarará la culpabilidad por el delito imputado e impondrá la
pena con la rebaja correspondiente una vez atendidas todas las circunstancias
(aplicación del término medio, atenuantes y agravantes).
Así entonces, a pesar de que el artículo 375 del Código Orgánico Procesal
Penal literalmente dispone que después de admitidos los hechos el Juez o
Jueza puede “cambiar la calificación jurídica del delito”, una interpretación
sistemática de la institución de cara a los derechos constitucionales a la
defensa, al debido proceso y a la tutela judicial efectiva, permite concluir que,
cuando la acusación fiscal o la acusación particular propia, en su caso, sean
admitidas, el Juzgador o Juzgadora queda vinculado a la calificación jurídica
establecida en la admisión de la acusación, en el sentido de que no puede
modificarla mediante una adecuación típica distinta a la ya admitida en la
acusación fiscal o particular propia; lo contrario implicaría la vulneración de los
derechos fundamentales del imputado o imputada, toda vez que se le estaría
condenando por una calificación jurídica distinta al hecho reconocido y
previamente calificado por el Juez o Jueza en la admisión de la acusación, es
decir, comportaría una suerte de “engaño” en su contra.
“El procedimiento por admisión de los hechos es una de las formas de auto
composición procesal que a pesar de no estar incluido dentro de las
alternativas a la prosecución del proceso contempladas en el Capítulo III, Título
I del Libro Primero del Código Orgánico Procesal Penal, a saber, el principio de
oportunidad, la suspensión condicional del proceso y los acuerdos reparatorios,
cumple la misma función: Pone fin a la proceso.
Por lo que es evidente, que una vez que el acusado admite los hechos, o sea
que da su consentimiento o acepta, en forma pura y simple, que ejecutó un
hecho determinado como un comportamiento activo u omisivo, corresponde al
Juez de Control realizar la subsunción de los hechos, dentro de su autonomía
de decisión y mediante el uso de la adecuación típica determinar su calificación
jurídica, por lo que puede compartir o disentir de la calificación planteada por el
Ministerio Público, para luego imponer la pena correspondiente, lo que permite
al acusado, en el caso de que no se esté de acuerdo con la calificación jurídica
o con la pena impuesta, interponer recurso de apelación contra esa decisión
condenatoria.
• Cumplirá las dos terceras (3/4) parte de la pena impuesta el día 18/06/2015
pudiendo optar a la L.C. o el CONFINAMIENTO según sea el caso, salvo el
recalculo del Computo según la Ley de redención del Trabajo y Estudio…
Ahora bien, una vez transcritas las actuaciones que corre inserta a la causa,
este Tribunal de Alzada considera necesario referir parte del contenido de la
decisión recurrida, a los fines de analizar las denuncias planteadas por el
recurrente, y al respecto la Jueza de Ejecución, estableció:
Asimismo, se desprende de las actas que los hechos ocurrieron en fecha
18/06/2012, es decir, bajo la vigencia anticipada del Código Orgánico Procesal
Penal, la cual comenzó a regir desde el 15/6/12.
(Omissis...)
Artículo 29:
(…)
De manera que, precisa la Sala distinguir entre los beneficios que pueden ser
dictados dentro de las tres primeras fase del proceso penal –investigativa,
preliminar y de juicio- llamados procesales, y aquellos que pueden ser dictados
en la fase de ejecución, llamados postprocesales, entendiéndose por los
primeros todos aquellos que, aun cuando son restrictivos a la libertad, se
consideran como menos gravosos a la privación de libertad, y que al otorgarse
mejoran, considerablemente, la condición actual del procesado objeto de esta
medida, encontrándose dentro de éstos las medidas cautelares que sustituyen
a las de privación de libertad, y por los segundos, aquéllos que se dictan en la
fase de ejecución, una vez que, sometido el encartado a un juicio previo, ha
emanado del mismo una sentencia condenatoria definitivamente firme,
encontrándose dentro de aquéllos la suspensión condicional de la suspensión
de la pena, las fórmulas alternativas de cumplimiento de pena, entre otras,
entendiéndose que operan como beneficio, toda vez, que mejoran la situación
del penado.
Ello así las restricciones que establece el constituyente para optar a los
beneficios, tanto procesales como postprocesales, con respecto a ciertos
delitos, responden a un interés legítimo de salvaguarda del interés social,
contraponiéndolo al interés particular del contraventor, por lo que debe
entenderse, no atentan contra el principio de progresividad de los derechos
humanos, sino que intentan mantener el equilibrio entre los derechos
individuales y los derechos colectivos.
Así pues, cuando el constituyente estableció la limitación para optar a los
beneficios que puedan conllevar a la impunidad, en los casos de delitos de lesa
humanidad, así como en los de violaciones de derechos humanos y crímenes
de guerra, no distinguió entre las dos categorías mencionadas anteriormente,
entendiéndose, entonces que esta excepción opera en ambos casos, tanto en
el otorgamiento de beneficios procesales como en el de los beneficios
postprocesales. Ello es así, porque una de las fases en el cumplimiento de la
pena es de carácter retributivo, entendiéndose por tal, la “finalidad de la pena,
que trata de corresponder con el mal señalado en la ley al causado por el
delincuente” (Manuel Osorio: Diccionario de Ciencias Jurídicas y Sociales,
Editorial Heliasta, 1999, p. 881).
En ese mismo sentido se ha orientado la jurisprudencia pacífica de este Alto
Tribunal, la cual se ha mantenido en el tiempo, como puede observarse en las
sentencias números 1.485/2002, 1.654/2005, 2.507/2005, 3.421/2005,
147/2006, 1.114/ 2006, 2.175/2007, entre otras, las cuales fueron ratificadas en
sentencias recientes, como las números 1.874/2008, 128/ 2009 y 90/2012,
dirigidas a ratificar la imposibilidad de conceder beneficio alguno a los delitos
que atentan contra la salud física y moral del colectivo, como es el delito de
tráfico de sustancias estupefacientes, en todas sus modalidades, por lo que se
precisa, que a estos tipos penales no le es aplicable ninguna fórmula
alternativa de cumplimiento de pena, ni algún otro beneficio de los establecidos
en el Capítulo Tres del Libro Quinto, referido a la ejecución de la pena,
del Código Orgánico Procesal Penal, ni a la suspensión condicional de la pena
prevista en el artículo 60 de la Ley Orgánica contra el Tráfico Ilícito y el
Consumo de Sustancias Estupefacientes y Psicotrópicas, -aplicable ratione
temporis en el presente caso- y en el 177 de la vigente Ley Orgánica de
Drogas, que es un beneficio que se concede en la fase de ejecución del
proceso penal, y que sí puede proceder en los casos del delito de posesión
ilícita, previsto en el artículo 34 eiusdem, -ver sentencia de esta Sala número
2.175/2007, caso: “Jairo José Silva Gil”- y, actualmente, en el artículo 153 de la
vigente Ley Orgánica de Drogas, el cual no tiene contemplado dicha
limitante…”
Según se ha citado, puede apreciarse, que la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, ha ratificando su pacífico criterio establecido a partir del
año 2001, donde excluyó de medidas menos gravosas durante el proceso y de
cualquier figura de beneficio penitenciario a los delitos referidos a
estupefacientes, independientemente de su cuantía, ya que incluso hace
expresa referencia a la SUSPENSIÓN CONDICIONAL DE LA EJECUCIÓN DE
LA PENA, referida a los delitos de tráfico menor.
A diferencia de esta posición, en la actualidad mediante decisión N° 1859 de
fecha 18 de Diciembre del 2014, de carácter vinculante, la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia del Magistrado JUAN JOSÉ
MENDOZA JOVER, hace distinción sobre los delitos de drogas, cuando son
considerados menor cuantía y de mayor cuantía:
“Finalmente, es deber de esta Sala, para preservar los principios que informan
el proceso constitucional y la prevalencia del orden jurisdiccional, en razón de
las distintas interpretaciones que los jueces y juezas de la República han dado
al criterio de esta Sala conforme al cual “el delito de tráfico de estupefacientes,
(…) debe considerarse por su connotación y por el especial trato que le otorga
el artículo 271 constitucional, como un delito de lesa humanidad” (Vid.
sentencia n.° 1712, del 12 de septiembre de 2001, caso: R.A.C. y otros),
adecuar dicho criterio atendiendo el carácter judicial de la ejecución de la pena,
el principio de proporcionalidad y los derechos a la igualdad ante la ley y a la no
discriminación, y sobre la base de la distinción establecida en la reforma del
Código Orgánico Procesal de 2012 (Vid. artículos 38, 43, 374, 375, 430,
parágrafo único, y 488), entre tráfico de drogas de mayor y menor cuantía, lo
cual permita que se le conceda a los imputados y penados de esta última
categoría de delito, fórmulas alternativas a la prosecución del proceso y a la
ejecución de la pena, y, de esta manera, permitir que el Estado cumpla con las
estrategias de transversalidad humanista que apuntan hacia una reinserción
social, razón por la cual queda entendido que las fórmulas señaladas no
constituyen beneficios procesales ni conllevan a la impunidad.
(Omissis….)
En este contexto, esta Sala debe considerar como tráfico de menor cuantía de
drogas, semillas, resinas y plantas los supuestos atenuados del tráfico
previstos en los artículos 149, segundo aparte, y 151, primer aparte, de la Ley
Orgánica de Drogas, los demás tipos penales contemplados en los artículos
señalados conformaran el tráfico ilícito de mayor cuantía de drogas, semillas,
resinas y plantas.
Así, la letra de los artículos referidos contenidos en la vigente Ley Orgánica de
Drogas (Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela n.º 39.546, de
fecha 5 de noviembre de de 2010), establecen lo siguiente:
Artículo 149. El o la que ilícitamente trafique, comercie, expenda, suministre,
distribuya, oculte, transporte por cualquier medio, almacene o realice
actividades de corretaje con las sustancias o sus materias primas, precursores,
solventes y productos químicos esenciales desviados a que se refiere esta Ley,
aún en la modalidad de desecho, para la producción de estupefacientes o
sustancias psicotrópicas, será penado o penada con prisión de quince a
veinticinco años.
Si la cantidad de droga no excediere de cinco mil (5000) gramos de marihuana,
mil (1000) gramos de marihuana genéticamente modificada, mil (1000) gramos
de cocaína, sus mezclas o sustancias estupefacientes a base de cocaína,
sesenta (60) gramos de derivados de amapola o quinientas (500) unidades de
drogas sintéticas, la pena será de doce a dieciocho años de prisión.
Si la cantidad de droga excediere de los límites máximos previstos en el
artículo 153 de esta Ley y no supera quinientos (500) gramos de marihuana,
doscientos (200) gramos de marihuana genéticamente modificada, cincuenta
(50) gramos de cocaína, sus mezclas o sustancias estupefacientes a base de
cocaína, diez (10) gramos de derivados de amapola o cien (100) unidades de
drogas sintéticas, la pena será de ocho a doce años de prisión.
Artículo 151. El o la que ilícitamente siembre, cultive, coseche, preserve,
elabore, almacene, realice actividades de corretaje, trafique, transporte, oculte
o distribuya semillas, resinas y plantas que contengan o reproduzcan
cualesquiera de las sustancias a que se refiere esta Ley, será penado o
penada con prisión de doce a dieciocho años.
Si la cantidad de semilla o resina no excediere de trescientos (300) gramos o
las plantas a que se refiere esta Ley, no superan la cantidad de diez (10)
unidades, la pena será de seis a diez años de prisión. En caso de ser plantas
de marihuana genéticamente modificada la pena será aumentada a la mitad.
El o la que dirija o financie estas operaciones, será penado o penada con
prisión de veinticinco a treinta años (Subrayado de este fallo).
Conforme a lo anterior, esta Sala estima que no es posible dar el mismo trato a
todos los casos, en razón de que no todos los supuestos de los delitos que
corresponden a esta sensible materia son iguales, ni el daño social
-consecuencias sociales- que ellos generan es de igual naturaleza. Sin
embargo, existen situaciones cuyas consecuencias jurídicas y sociales son de
mayor magnitud que otras, y es allí en donde el legislador por medio de la
normativa vigente impone un orden para evitar que iguales conductas se
realicen de nuevo.
Para esta Sala, el hecho de que los delitos de tráfico de mayor cuantía de
drogas, de semillas, resinas y plantas tengan asignadas penas mayores se
fundamenta en una razón objetiva: la magnitud de sus consecuencias jurídicas
y sociales, en virtud de lo cual a los condenados se les pospone la posibilidad
de obtener las fórmulas para el cumplimiento de la pena, solo para cuando el
recluso haya cumplido las tres cuartas (3/4) partes de la misma, conforme lo
previsto en el ordenamiento jurídico, toda vez que existe primacía de los
derechos e intereses colectivos sobre los individuales, como consecuencia de
la proclamación en la Constitución, de un Estado como social y democrático de
Derecho.
En tal sentido, esta Sala estima oportuno citar lo establecido por la Sala de
Casación Penal en su sentencia n.° 376, de fecha 30 de julio de 2002, caso:
“Felina Guillén Rosales”, respecto de la aplicación en los procesos por delitos
de drogas del principio de proporcionalidad en el sentido siguiente:
(…) hacer distingos entre quienes operan con una gran cantidad de drogas y
quienes lo hacen con una ínfima cantidad. Es paladino que el desvalor del acto
es muy diferente en ambos supuestos, así como también el desvalor del
resultado y a tenor del daño social causado.
(…)
En suma, hay que tomar en consideración que habría un mínimum de
peligrosidad social –siempre en relación con la muy alta nocividad social de tal
delito– si una actuación criminosa con drogas fuera sin un ánimo elevado de
lucro o, por lo menos, sin una posibilidad real de lograr un elevado beneficio
económico: esto puede inferirse de una cantidad muy baja de droga y que, por
lo tanto, representaría un ataque no tan fuerte al muy alto y trascendente bien
jurídico protegido. La fuerza del ataque a dicho bien debe influir en el criterio de
peligrosidad, pues de eso dependería en principio el peligro social implícito en
la conducta delictuosa.
De esta manera, esta Sala como máxima garante e intérprete de la
Constitución, en ejercicio de las atribuciones que le confiere dicho Texto y
la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, replantea el criterio
estableciendo de forma vinculante conforme a lo dispuesto en el artículo 335 de
la Constitución, la obligación para todos los jueces y juezas con competencia
en lo penal de la República Bolivariana de Venezuela, que cumplan cabalmente
con los preceptos señalados en el presente fallo. Así se declara.
De igual modo, en virtud del presente pronunciamiento, esta Sala ordena la
publicación de esta decisión en la Gaceta Oficial de la República, en la Gaceta
Judicial y en la página web del Tribunal Supremo de Justicia, en cuyo sumario
deberá indicarse lo siguiente: “Sentencia de la Sala Constitucional que
establece, con carácter vinculante, la posibilidad de conceder a los imputados y
penados por el delito de tráfico de drogas de menor cuantía, fórmulas
alternativas a la prosecución del proceso y a la ejecución de la pena, y a los
condenados por el delito de tráfico de drogas de mayor cuantía se les pospone
la posibilidad de obtener las fórmulas para el cumplimiento de la pena, solo
para cuando el recluso haya cumplido las tres cuartas (3/4) partes de la misma,
conforme lo previsto en el ordenamiento jurídico”. (Negrilla y subrayado de
sala)
De la transcrita decisión de criterio vinculante, emanada de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, puede apreciarse, en primer
lugar, que hay delitos de trafico de drogas de MENOR CUANTÍA y de MAYOR
CUANTÍA, así mismo, que el de menor cuantía, son los supuestos atenuados
de tráfico, previstos en los artículos 149 segundo aparte, y 151 primer aparte,
de la Ley Orgánica de Drogas, y que los demás tipos penales contemplados en
los artículos señalados conformarán el TRÁFICO ILÍCITO de mayor cuantía de
drogas, semillas, resinas y plantas.
Como segundo lugar, la mencionada decisión de criterio vinculante, establece
que una vez definida cuantitativamente esta distinción legal, es permisible
conceder a los imputados y penados por delitos de MENOR CUANTÍA fórmulas
alternativas a la prosecución del proceso y a la ejecución de la pena, y en
tercer lugar, en cuanto a los delitos de drogas de MAYOR CUANTÍA, en la fase
de ejecución sólo podrán optar por fórmulas alternativas para el cumplimiento
de pena, cuando el recluso haya cumplido las tres cuartas (3/4) parte de la
pena.
Ahora bien, para adecuar el caso que se analiza a este reciente criterio
vinculante de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, observa
este Tribunal Colegiado que los delitos de droga, denominados como de
“menor cuantía”, están previstos en el segundo aparte del artículo 149 de la
Ley Orgánica de Droga, establece lo siguiente: “Si la cantidad de droga
excediere de los límites máximos previstos en el artículo 153 de esta Ley y no
supera quinientos (500) gramos de marihuana, doscientos (200) gramos de
marihuana genéticamente modificada, cincuenta (50) gramos de cocaína, sus
mezclas o sustancias estupefacientes a base de cocaína, diez (10) gramos de
derivados de amapola o cien (100) unidades de drogas sintéticas, la pena será
de ocho a doce años de prisión…”, y el primer aparte del artículo 151 ejusdem,
que prevé “…Si la cantidad de semilla o resina no excediere de trescientos
(300) gramos o las plantas a que se refiere esta Ley, no superan la cantidad de
diez (10) unidades, la pena será de seis a diez años de prisión…”
En atención a las normas transcritas, y conforme al criterio vinculante de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, que se ha venido
analizando, observa esta Sala de Alzada quienes sean juzgados y/o
condenados por delitos de tráfico de 500 gramos o menos de marihuana; 200
gramos o menos de marihuana modificada genéticamente; 50 gramos de
cocaína, sus mezclas y derivados; 10 gramos de derivados de amapola; o 100
unidades de drogas sintéticas; 300 gramos o menos de semillas o resinas o 10
unidades de las plantas a que se refiere la ley antes mencionada, y una vez
cumplidos que sean los demás requisitos de Ley, pueden optar
respectivamente, a beneficios procesales, como también a los llamados
beneficios penitenciarios.
Sobre la base de las consideraciones anteriores, estos Jurisdicentes de la
revisión efectuadas a las actas procesales, observan que el penado V.J.C.C.,
fue condenado por la comisión del delito de OCULTAMIENTO ILICITO DE
SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS, previsto y
sancionado en el segundo aparte de artículo 149 de la Ley Orgánica de
Drogas, a cumplir la pena de CUATRO (04) AÑOS DE PRISION, por haber
admitido que tenía en su poder la cantidad de cuarenta y seis (46) envoltorios
de color blanco de material sintético, contentivo en su interior de un polvo de
color beige denominado Clorhidrato de Cocaína, con un peso neto de 43,24
gramos, según experticia química, de fecha 13-07-2012, N° 9700-0242-DT-
0786, suscrita por funcionarios adscritos al Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y criminalísticas, delegación Zulia, hecho que fue calificado
en la sentencia dictada en su contra, como de OCULTAMIENTO ILICITO DE
SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS, previsto y
sancionado en el segundo aparte del mencionado artículo 149, delito que
establece una penalidad de OCHO (08) A DOCE (12) AÑOS.
Asimismo, de la revisión de las acta se constata que el mencionado penado fue
aprehendido con otro ciudadano, que quedo identifico como YALIMORE J.T.U.,
actualmente penado en la misma causa, quien fue aprehendido en el mismo
procedimiento policial y admitió en la audiencia preliminar que tenia en su
poder la cantidad de veinte (19) envoltorio, contentivo en su interior de un polvo
de color beige, que resulto ser cocaína, con un peso de (11,02) gramos, así
como, veinte (20) envoltorio contentivo en su interior de un polvo color beige,
que del análisis realizado resulto ser cocaína, con un peso de (9,4) gramos y
veintiún (21) envoltorio contentivo de un polvo beige que resulto ser cocaína,
con un peso de (2,31) gramos.
De acuerdo con los anteriores razonamientos, evidencia esta Sala de Alzada
que según nuestro ordenamiento jurídico la responsabilidad penal es
personalísima, y visto que de actas consta que el penado V.J.C.C., fue
condenado por la comisión del delito de OCULTAMIENTO ILICITO DE
SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICAS, previsto y
sancionado en el segundo aparte de artículo 149 de la Ley Orgánica de
Drogas, a cumplir la pena de CUATRO (04) AÑOS DE PRISION, por haber
admitido que tenía en su poder la cantidad de cuarenta y seis (46) envoltorios
contentivo en su interior de un polvo de color beige denominado Cocaína
Clorhidrato, con un peso neto de 43,24 gramos, mal podría esta Sala de Alzada
afirmar que la cantidad encontrada en su poder excede de los cincuenta (50)
gramos de cocaína que establece la ley; tal y como lo alegó la Jueza de
Instancia en su decisión.
En este sentido, de acuerdo al texto de la sentencia vinculante Nº 1859 de 18
de Diciembre de 2014, dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, tratándose éste de un delito de drogas de MENOR CUANTÍA,
tendrían en la fase de ejecución de la pena acceso a las fórmulas alternativas
de cumplimiento de pena, tales como Destacamento de Trabajo, Régimen
Abierto y L.C., ya que el penado de auto, no estaría afectado por la limitación
contemplada en la ley.
No obstante, considerando este Tribunal Colegiado la pena impuesta, como
también que de actas se observa que el último computo fue realizado en fecha
24-01-2013, mediante la decisión N° 038-2013, en la cual se declaró en Estado
de Ejecución la Sentencia, dejando constancia “…Cumplirá una cuarta (1/2)
parte de la pena impuesta el día 18/06/2014, pudiendo optar al Destacamento
de Trabajo. Cumplirá una tercera (2/3) parte de la pena impuesta el día
18/02/2015, pudiendo optar al Régimen Abierto. Cumplirá las dos terceras (3/4)
parte de la pena impuesta el día 18/06/2015 pudiendo optar a la L.C. o el
CONFINAMIENTO…”, y no existiendo en actas ningún otro computo de pena
realizado por el Tribunal de Ejecución, con el fin de verificar a cual beneficio
estaría optando el penado de auto a la presente fecha; es por lo que esta Sala
de Alzada insta a la Jueza de Instancia a realizar el correspondiente computo
de pena, antes de determinar cual medida alternativa resulte procedente para
la etapa procesal en curso.
Cabe agregar, como se reprodujo antes, la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia en la tantas veces aludida Sentencia Nº 1859 de 18 de
Diciembre de 2014 aseveró que “…no es posible dar el mismo trato a todos los
casos, en razón de que no todos los supuestos de los delitos que corresponden
a esta sensible materia son iguales, ni el daño social -consecuencias sociales-
que ellos generan es de igual naturaleza…”. Así mismo, al revisar el criterio
que había venido sosteniendo desde el año 2001 respecto a la restricción casi
absoluta de beneficios procesales a los delitos referidos al tráfico de drogas por
considerarlos de lesa humanidad, tomó en cuenta muy particularmente, la
necesidad de “…preservar los principios que informan el proceso constitucional
y la prevalencia del orden jurisdiccional…”, por lo cual consideró su deber “…
adecuar dicho criterio atendiendo el carácter judicial de la ejecución de la pena,
el principio de proporcionalidad y los derechos a la igualdad ante la ley y a la no
discriminación, y sobre la base de la distinción establecida en la reforma del
Código Orgánico Procesal de 2012 (Vid. artículos 38, 43, 374, 375, 430,
parágrafo único, y 488), entre tráfico de drogas de mayor y menor cuantía, lo
cual permita que se le conceda a los imputados y penados de esta última
categoría de delito, fórmulas alternativas a la prosecución del proceso y a la
ejecución de la pena, y, de esta manera, permitir que el Estado cumpla con las
estrategias de transversalidad humanista que apuntan hacia una reinserción
social, razón por la cual queda entendido que las fórmulas señaladas no
constituyen beneficios procesales ni conllevan a la impunidad…”; considerado
este Tribunal Colegiado por las razones antes expuestas, que en el presente
caso constituiría una situación de trato desigual ante la Ley que el penado
V.C.C., condenado a CUATRO AÑOS DE PRISIÓN por haber admitido tener
en su poder la cantidad de cuarenta y seis (46) envoltorios contentivo en su
interior de un polvo de color beige denominado Clorhidrato de Cocaína, con un
peso neto de 43,24 gramos, se vea impedido de optar a las FORMULAS
ALTERNATIVA DE CUMPLIMIENTO DE PENA, que le corresponda una vez
que le sea realizado los cómputos de ley, con el objeto de preservar la garantía
constitucional del derecho a la igualdad ante la ley, consagrado en el
encabezamiento del artículo 21 de la Carta Magna; siendo lo procedente en
derecho es declarar CON LUGAR el Recurso de Apelación de autos
presentado por el abogado R.A.S.R., Defensor Público Auxiliar 34° Penal
Ordinario, en fase de Ejecución, adscrito a la Unidad de la Defensa Pública del
estado Zulia, en su carácter de defensor del penado V.C.C., titular de la cédula
de identidad N° 24.241.785, en consecuencia REVOCAR la decisión Nº 036-
2015, de fecha 20-02-2015, emanada del Juzgado Cuarto de Primera Instancia
en Funciones de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad del estado Zulia,
mediante la cual negó por improcedente la Formula Alternativa al Cumplimiento
de Pena de Destacamento de Trabajo, en la causa seguida en contra del
mencionado penado, por la comisión del delito OCULTAMIENTO ILICITO DE
SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES Y PSICOTROPICOS, previsto y
sancionado en el artículo 149 de la Ley Orgánica de Droga, cometido en
perjuicio del ESTADO VENEZOLANO. Y ASI SE DECIDE.
DISPOSITIVA
En mérito de las razones expuestas, esta Sala Primera de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del estado Zulia, administrando justicia
en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley,
Declara:
PRIMERO
CON LUGAR el Recurso de Apelación de autos presentado por el abogado
R.A.S.R., Defensor Público Auxiliar 34° Penal Ordinario, en fase de Ejecución,
adscrito a la Unidad de la Defensa Pública del estado Zulia, en su carácter de
defensor del penado V.C.C.,
SEGUNDO
REVOCAR la decisión Nº 036-2015, de fecha 20-02-2015, emanada del
Juzgado Cuarto de Primera Instancia en Funciones de Ejecución de Penas y
Medidas de Seguridad del Circuito Judicial del estado Zulia, todo de
conformidad con lo establecido en el artículo 482 del Código Orgánico Procesal
Penal.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Audiencias de la Corte de Apelaciones,
Sala Primera, en Maracaibo, A los veintinueve (29) día del mes de abril del año
dos mil quince (2015). Años: 205° de la Independencia y 155° de la
Federación.
Regístrese, publíquese, remítase.
LAS JUEZAS PROFESIONALES
J.F.G.
Presidenta de Sala-Ponencia
L.M.G.C.J.L.L.
EL SECRETARIO
J.A.M.
La anterior decisión quedó registrada bajo el No. 128-2015, en el Libro de
Registro de decisiones llevado por esta Sala primera, en el presente año.-
EL SECRETARIO
J.A.M.
ASUNTO PRINCIPAL : 4E-1379-2012
ASUNTO : VP03-R-2015-000472
El Suscrito Secretario de la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Estado Zulia, Abog. J.A.M., HACE CONSTAR: Que
las anteriores copias es traslado fiel y exacto de su original, que cursan en el
asunto No. VP03-R-2015-000472. ASÍ LO CERTIFICO, de conformidad a lo
establecido en los artículos 111 y 112 ambos del Código de Procedimiento
Civil. En Maracaibo a los veintinueve (29) días del mes de abril de dos mil
quince (2015).
EL SECRETARIO
J.A.M.