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El remanso de Beltrán no es más que un a fluyente de agua conectado con el rio Cauca que debido
a su variado flujo de corriente y temperatura deposita todo cuanto llega. Este lugar es muy
visitado por periodistas debido a que se han registrado una gran cantidad de cadáveres humanos
que terminan atrapados en este remolino, junto con residuos de basura, desechos y entre ellos,
personas muertas.
Según Miguel Álvarez, se estima que desde el nacimiento de este pequeño poblado de Beltrán
(1930) con el aumento de la violencia política los victimarios optaron por desaparecer sus muertos
arrojándolos a los ríos de los valles del Cauca. Los primero colonizadores de esas veredas
comenzaron a ver bajar cadáveres.
María Inés Mejías es una de las protagonistas de este reportaje, la cual conoce las historias más
inhumanas, ya que era una de las que se encargaba de recoger cuantos cadáveres pudiese para
ayudar a los familiares a reconocerlos y poder darle sepultura. Narces es el sepulturero de
aquellos cuerpos que no lograban ser identificados y de los cuales guardaban registros para
cuando aparecieran sus familiares (si es que aparecían), el cual fue fuente de inspiración para el
periodista de radio Juan Manuel Ríos para crear una novela titulada “El sepulturero”.
Este reportaje no hace más que mostrarnos la realidad de la violencia descontrolada que se vive
en esas zonas de Colombia donde el concepto de “Ley” lo imponen los mismos que tiñen de
sangre los ríos del Cauca. Los mismos que hacen que la tasa de homicidios se eleve en un 70% con
una cantidad de 100 homicidios por cada 100mil habitantes. Los mismos, que causan las
constantes llegadas de hombres, mujeres y niños que llegan convertidos en cadáveres o pedazos
de cadáveres al remanso de Beltrán.