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REVISTA DE LLETRES N.

úm 11 - NOVEMBRE 1997

J. Albert / M.C. Alfonso García / R. A y m a m í / O. Barrero / J. Bento / M.T. Bertelloni / M.A. Caamaño
A. Carvajal / F. Cros / A . M . Fagundo-S. Rolle-Rissetto / C. Feal / J . M . Fernández Gutiérrez
M. Fuentes / S. García Castañeda / P. Gómez Bedate / R. Guillen / J . Hierro / M. M a n t e r o
G.E. McNeer / R.M. M i r ó / E.C. Molina / E. Morillas / R. Navarro Duran / R. Navas Ruiz / A. Palacios
M. Partesotti / J . M . Pujáis / S. Pujol / G.A. Renales / M. Riutort / A. Roselló Selimov / R.P. Sebold
A. Ubach / J . Uceda / P.L. Ullman / O. Xirinacs
«Ay, si ηυ me deshago,
me des-hojo en palabras,
y van mis hojas tristes alfombrando el otoño,
todo ya será olvido».

(Elena Martín Vivaldi)


INDEX

POEMES. OlgaXirinacs 3
POEMAS. José Bento 4
MEDITACIONES DE AGOSTO (FRENTE AL MAR DE GEORGIA). Manuel Mantera 6
POEMAS. Fernando Cros 8
POEMAS. Julia Uceda 9
PATIO DE LOS ARRAYANES. Antonio Carvajal 12
POEMES. Emili Caries Molina 14
LOS REMEROS DEL TIEMPO. Rafael Guillen 15
POEMA. Rosa Miró 16
25 DIES DE TARDOR A MÜNSTER. Macià Riutort 17
1936. Manuel Fuentes 18
POEMAS. Sara Pujol 20
RAPSODIA EN BLUE. José Hierro 22
TRECE CANTOS A MARZO TRECE: POEMAS DE CUMPLEAÑOS EN LA POESÍA DE
ANA MARÍA FAGUNDO. Silvia Rolle-Rissetto 27
EL MARCO DE LAS NOVELAS DE MARIANA DE CARVAJAL. Rosa Navarro Duran 39
LA FIESTA BARROCA EN VALENCIA: LA IMAGEN DEL PODER Y LA DIFUSIÓN
LITERARIA DEL CATALÁN. Gabriel Andrés Renales 47
HACIA UN TEXTO NUEVO: SIGNIFICACIÓN DE LAS ANOTACIONES CRÍTICAS DE
MORATÍN AL AUTO DE FE CELEBRADO EN LOGROÑO EN 1610. Marina Partesotti 54
REFLEXIONES SOBRE EL QUICONQUE VULT, CERVANTES, BAROJA Y LAS
MATEMÁTICAS. Pierre L. Ullman 63
IMPOSTURA, ANTIHISTORIA Y NOVELA POLICÍACA EN NI REY NI ROQUE,
DE ESCOSURA. Russell P. Sebold 69
CAMPOAMOR Y LA IRONÍA ROMÁNTICA. REFLEXIONES SOBRE EL LICENCIADO
TORRALBA. Ricardo Navas Ruiz 76
LAALDEA Y LOS ALDEANOS EN LOS VERSOS DE PEREDA. Salvador García Castañeda .... 85
EL DONJUÁN TENORIO DE ZORRILLA: UNA CARTA, UNA APUESTA Y DOS
SALVACIONES. Carlos Feal 93
SENSIBILIDAD Y VEROSIMILITUD EN LA PROSA ROMÁNTICA: UN ACERCAMIENTO
ALARTE NARRATIVO DE LAAVELLANEDA. Alexander Roselló Selimov 100
JORDI SARSANEDAS. PREMI D'HONOR DE LES LLETRES CATALANES 1994.
ENTRE EL MITE I LAQUOTIDIANITAT. Joan M. Pujáis 108
JUAN RAMÓN JIMÉNEZ Y MALLARMÉ. Pilar Gómez Bedate 110
a
AZORIN. DELANARQUISMO A LAS ESENCIAS INMUTABLES. José M. Fernández Gutiérrez 116
ELEMENTOS ARQUETÍPICOS Y MÍTICOS EN LA OBRA DE
PEDRO SALINAS. María Ángeles Caamaño 121
YVONNE OCHART: EL ESPEJO DEL AGUA. María-Teresa Bertelloni 131
EL NARRADOR NARRADO (EN TORNO AL POEMA GÓNGORA,
DE J.L BORGES). Manuel Fuentes 135
EL PENSAMIENTO DUAL DE J.V. FOIX: UN COMENTARIO
INTRODUCTORIO. Óscar Barrero Pérez 140
LA CREACIÓN DE UN MITO. Antonio Ubach Medina 143
EL TEATRO OLVIDADO DE UN DECADENTISTA (ANTONIO DE HOYOS
Y VINENT). María del Carmen Alfonso García 149
JOSÉ HIERRO Y ELARTE DE HACER POESÍA. Gordon Ε. McNeer 159
EXPOSTISMO MEDITATIO (UNA MEDITACIÓN DESDE EL POSTISMO). Amador Palacios .... 162
TRANSFORMACIONES CULTURALES EN LOS TEXTOS RIOPLATENSES:
FABULACIONES EN EL RÍO DE LA PLATA. Enriqueta Morillas 167
LENGUA Y MITO: UN «DESLIZAMIENTO» HACIA EL ÍDOLO. Josefina Albert 173
AUTORS 182
ÍNDEX DE LA REVISTA ANTERIOR 188

PORTADA IILLUSTRACIONS
Rosa Aymamí. Gravats.

Direcció i coordinació: Sara Pujol.

Redacció: Narcís Almena, Olivier Giménez, Luisa Mulet, Sara Paco, Meritxell Renard.
La redacció agraeix a l'Anna Bermudo la cura amb que ha dut a la práctica les nostres
idees de composició.

Edita: S a / i / ϊ Λ Facultat de Lletres. Universität Rovira i Virgili.


PI. Imperial Tarraco, 1, 43005 Tarragona. (Aptat. de Correus, 970. Tarragona).

Amb el suport de: Facultat de Lletres. Universität Rovira i Virgili.


Departement de Filologies Romàniques.
Diputació de Tarragona.

Fotocomposició i impressió: Gràfiques Moncunill-S.L. - Valls


Dípc-sit Legal: Τ -651-86
ISSN: 1137-6651
POEMES

Olga Xirinacs

L'amor s'amaga entre les ombres, blau sobre verd,


liquidesa de tarda aljardi.
Les mallerengues mouen l'aire apenes. Levetat
del pas furtiu a branques proveïdes.
Pallida Hum travessa els arços i els xiprers, encara.
Ales i aire que es retiren. I branda l'àlber cap a un núvol
que deriva a ponent.

Entres al cor del bosc i allá t'hi espera, immobil, l'aparença del verd definitiu.
Molt endins creix l'opressió de vegetáis deliris en lluita a vida o mort,
i ho notes com sifossis un hoste no esperat, i en sents la força.
Pero tot se't rendeix quan al teupas s'amoroseix la molsa
i eis líquens t'assenyalen el comí; l'esbarzer t'ofereix roses tardanes
i lafalguera, llances; l'aritjol et presenta eis seus rdims madurs
i eis aurons s 'il-luminen per tu amb una aura nova;
la moixera s'inclina i el grèvol, brillant i esquerp t'anuncia la tardor.
Quan seus a l'herba tendra el bosc sencer sospira:
exhala blancs vapors de coriandre i fa vibrar compones violeta;
l'olor de fusta molla χορα l'aire de pi i de ginebra. Tremolen tiges breus, encara,
i s'esponja per a tu la terra fosca quan, finalment, t'hi adorms.
NO TÚMULO DE MARTIN VÁZQUEZ DE ARCE
(Na Catedral de Sigttenza)

Quem acredita que a pedra é tâo duràvel


como submissa ao escopro
conformase e exalta sua reduçâo a um mineral;
talvez assim o arroube um furtivo entusiasmo,
urna promessa de perenidade
certa porque nunca pode comprová-la.

Isto deixou-nos esta imagem:


ao toca-la os dedos prolongam em nos
o frió e a rigidez aínda consistentes
graças ao engenho que talhou este vulto
e o cingiu com urna aura
que enleia quem tente conhecê-lo.

Chegamos a crer que esse contacto


nos levaría a um interior defundura ignorada:
parece conter a verdade do que o exterior mostra.
Mas nao há outra substancia
se nao a que os olhos apreendem,
desde o fundo à superficie que é limite e louvor
do poder de quem enfrentou a pedra.

Por certo, esta escultura


mantém de Martín Vázquez só o nome:
ao querer dar-lhe vida urna segunda vez,
seu pai apenas dispunha de palavras
para sugerir o retrato
do rosto em sua memoria toldado pelo afecto,
de um garbo que ele viraflorescer
5

no porte onde supusera evidente


a herança do que o seufora emjovem,
- tudo desfigurado pela violencia da morte,
pela saudade nao estancada por urna gloria cruenta,
talvez pela ambiçâo de se ufanar
e se perpetuar em alguém, embora mármore,
de exibir o preço e o esplendor desta obra
e seu brasâo mais alto pelo sangue lanceado.

Perdida a batalha derradeira,


como acontece a todos, e mais aos vencedores,
Martín ainda exibe a armadura e a adaga.
Todavía, o guerreiro
despenhou-se em si mesmo e aquí sobrevive
este que jaz numa luta diferente.

A esta cabeça, estas mäos, esta lassidäo do corpo,


agora um rio sem detencäo nemfoz,
acaso só importe o livro que as ordena,
onde alguns conjecturam modularse
que sua alma desperte e alcance outra morada.

CJ%^

Porque um escrito errante e cifrado fere tanto?


Distantes, as que parecem aves só porque deslizam
num bando disposto por um tino que mal suspeitamos

sobre o nimbo ameaçador que submerge o céu inteiro,


sem ouvirmos os brados que supomos entrelaçant
para se manterem cúmplices e avançarem em arco,

na cinza escrevem-no para quem, ao olhá-las, tudo teme.


Atinge-nos assim urna elegía átona, a súplica num perigo
onde logo nos precipitamos sem conhecermos defesa.

Maniatados, acorremos a este apelo a ninguém


que se abeira e intensifica até ser urna seta
contra nos expedida por esse arco incessante.
6

MEDITACIONES DE AGOSTO (FRENTE AL MAR DE GEORGIA)

Manuel Montero

PASEO MARÍTIMO

Esta amarilis grana como un beso,


tan sólo un día ha de vivir y darse.

Este cocuyo de aérea luz alegre,


se apagará en la tumba del otoño.

Este pino que anima verdes sombras,


más que yo durará, que mi deseo.

(Mientras los vanos hombres así piensan,


yo soy en cada cosa para siempre).

NO ES POSIBLE

De tanto oír al mar


¿elpescador ya no lo oye?

¿Podréa tu cuerpo acostumbrarme un día?

EN EL ESPEJO DEL AGUA

Otro andaluz por el mundo.


El que nació en lo más claro
lo verá ya todo oscuro.

A UN JOVEN POETA

Tu nombre no lo escribas en la arena.


Tu nombre no lo escribas en el viento.
Tu nombre no lo escribas en el mar.
Escríbelo, si puedes, en el sol.
PARA QUÉ

Tantos años llevé tantos disfraces,


que al hoy querer ya nunca más llevarlos
no me ha reconocido nadie.

ESPERANDO LA LLEGADA DE DIONISOS

Con qué alegría dimos nuestros dones,


ebrios bajo la luna, al mar.

Despacio el viejo sátiro, cantando,


derramó vino en la orilla del mar.

El niño le arrojó una flor y un grito,


grito y flor que meció en su espalda el mar.

Yo le di mi destino, el del poeta,


que sabe cuántos años tiene el mar.

Mas tuyo fue el mejor regalo, entera


desnudándote, entrándote en el mar.

MADRUGADA

No es verdad que los dioses nos ignoren,


tercos en su vivir de paraíso,
esbeltos de arrogancia porque duran.
Remotos, estelares, imposibles.

No. En la noche descienden y nos ungen,


mientras bebemos, con el esplendor
de sus cuerpos desnudos hasta el alba.
Y escapan. Y de pronto, en nuestras bocas
notamos un sabor a eternidad.

Siempre fue así. Aceptamos, pero es triste


que gocemos a un dios sólo borrachos.
8

POEMAS

Fernando Cms

CADENA DE SIGNOS

Tras el vaso y la persona que lo bebe


habita el aire y la luz que permite
la mirada. Algo eres, si ella quiere
que tú seas; y serás -cuando ella
quiera- una palabra, que se sabe
y te revela, cuando calla.

HACIA EL SONETO

El mar rebelde y su borrasca dura


serían un fantasma en la batalla oscura,
enfrentados al torvo arrecife que los hiere
y con los restos de su espuma hiciera nieve.

Estaría el oleaje en el labio de la herida,


sobre un marullo blanco que al romperse se mutila
-sin medida- contra el filo de la roca malquerida,
bajo el agua y en el agua enceguecida.

Su murmullo en un rumor se arremolina


como estela vaporosa de neblina:
¡es el agua que desciende sorprendida!

A los cortes de la herida,


con la sangre burbujeante y dolorida,
por el golpe de una piedra que asesina.
PALABRAS

No moriré en un mundo de silencio


me digo.
No moriré en un mundo sin palabras,
de voz en blanco y negro
o sólo en negro, quietas, titilantes
del fuego de las bocas,
de los aires del corazón sin voz.
Silencio.
No:
palabras. No. No las olvides pues te olvidas
de ti.
Paseé
sobre ellas y eran el bosque, el mundo
que habitábamos,
la luz que, somos tiempo, revelaba
la última pisada de quien tal vez fue un ángel.
Recorría con ellas
el pasado, y lo creaban desde la noche, cual si nunca
él hubiera existido porque no son la misma
la luz de la memoria y la que vemos.
A veces
puedes atar a ti con las palabras
a quien olvidas luego, aunque más adelante
su herida te lo traiga
y entonces lo recuerdes.
Y todo lo que estaba al otro lado
de la memoria y sus enredos mostrará la pureza
que tal vez nunca tuvo: ¿cómo comprobarlo?
Eran diosa del fuego las palabras: llamas
de un mundo que ni alcanzarse puede,
aunque la boca intente
tocarlo con la mano del sonido.
El hielo conservaban las palabras: fuego, hielo
que quisieron helar, quemar y confundir.
Traspasar la palabra: herirla
de todo lo que viva y sea y se disuelva
en el poso que ya no necesita
sonidos: al lugar al que solo
nos lleva la palabra.
DE LA MIRADA INTERIOR

¿Dónde cae esta nieve que aquí no cae?


¿Dónde se oyen las voces que aquí no oigo?
¿Dónde estoy cuando miro, sin ver, los techos
o los cielos que pasan quién sabe a dónde?

¿Se repiten los cielos? ¿Son siempre otros?

En el muro que soy, pinta una mano


las figuras cambiantes de la memoria.
¿En dónde detenerme para encontrarlas
como son, como fueron, como me hacen?

Los nombres olvidados, ¿cuándo los dije?

Nombres que me labraron o destruyeron


en el fulgor que oculta mi solo nombre;
esplendor que llamamos vida y que sólo
nombra al puro vacío, al polvo incierto

del silencio infinito tras nuestro paso.

Todavía otro esfuerzo... Hechos de añicos,


nieves de otro glaciar, huellas borradas,
miradas que no miran sino a horizontes
que aunque sean los mismos semejan otros

cuando veo esta nieve que aquí no cae.

¿Llamaría tortura a los haceres


del tiempo en lo que todos llamamos alma?
La palabra es espejo, nube dispersa,
forma que se deforma tentando ecos

y final estructura de esos paisajes


en los que el sol muriente al fin descubre
aquello que creeremos que nos contiene
mientras el mar se apaga con nuestros ojos.
SEMANAS

Cuántos lunes y martes


en el polvo, detrás, por los caminos.
Serían diferentes entre sí, pero todos
parecían el mismo.

Busco las sillas, las ventanas, los lechos


de la fiebre o el llanto, del diente dolorido,
a esos lunes o martes, y ya todos
están fuera de sitio.

Forman montón de cosas, horas,


piedras, palabras, lápices, destinos,
pero fueron cruzando la puerta de hacia adentro
con mucho frío.

A veces los despierta una canción


antigua, una esquina, un amigo,
y me hace gracia de que todos entonces
me parezcan domingos.
12

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l^ l í . ef-ejl)' C í i í v f - JUitZlL Jsr> U^L-í'y h-,

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13

PATIO DE LOS ARRAYANES

Antonio Carvajal
Para Sara Pujol

Rasgó desnudo con furor sus lágrimas,


con dientes las mordió llenos de sombra,
y se dejó caer entre los mirtos,
hacia un frescor sin sueños: El estanque:

Allí el silencio; allí, las flores leves;


allí la muerte de los niños blancos
que buscan una madre y otro seno;
allí la paz. Y la perdida estrella.

Con la mano en el agua fue siguiendo


las huellas que marcaba brisa leve
sobre la tensa faz fundida y fría.

No le encontró sentido a su amargura


y prefirió vivir, secos los ojos,
y prefirió esperar tal vez más lágrimas.
14

Emili Carles Molina

MARINISME

En un éter d'oxigen ametista


nolieges un místic. La canco
eterna de l'amor, i el mascaró
hi son aparellats pel Gran Artista.

Uinfinit assoleix la teva vista


antiga com l'aura que el murtó
vespral aromatitza. La claror
igualment t'illumina, Giambattista.

El bucfrega l'oreig de la bosquina


i et veu el colibrí des de la flor.
Llavors, per un atzar, et miro jo.

Veig la musa de proa. No és de fusta.


Es viva, tabulaire. Es augusta.
Surt la lluna. Baixeu a la cabina.


SALMONS

L'aigua de la vida s'estimba amb tanta jressa


pel gran buit del temps
que ressona com un corn a la valí negra de la mort.

Lafressa de l'estrèpit emmascara la paraula


que diuen els salmons.

L'aigua de la vida es minva amb tanta pressa


pel gran vuit del temps
que ressona com un born al bail alegre del tort.

La fresa de l'intrèpid: adés i ara la baula


lligadora deis tres mons.

Sir 2
15

LOS REMEROS DEL TIEMPO

Rafael Guillen

Acaso ese desliz en lo que es mera


existencia, sin más,
que hemos llamado tiempo, muestre a veces
indicios de un ser propio
y, de alguna manera, por sí mismo
se manifieste. No rotundamente
como posesionándose del aire
que respiramos, ni ininterrumpida
y sucesivamente, dando
continuidad fingida
a lo instantáneo, ni rotando en círculos
concéntricos pues la existencia fluye
sin centro alguno, sino
superponiendo su decurso en láminas
finísimas, en capas o en estratos
en los que bien pudiera ser posible
horadar y pasarse,
no sé cómo, al de arriba
o al de abajo y, al pronto,
hallarse en otra historia.
Y pudiera también que esta pulida
mansedumbre, esta lámina de agua
por la que me deslizo entre lamentos
como canciones y entre roncas voces
de antiguos siervos, sea
uno de esos estratos, y me encuentre
ahora y sin saber cómo remando
en el tiempo, otro tiempo, entre los viejos
remeros de este Volga que aún arrastran
su miseria por tan indiferente
superficie.
Me palpo
las andrajosas ropas, miro
mis botas destrozadas por el hielo
y pienso si algún día, en un futuro
que se escapa a mis mientes,
alguien navegará, quizás yo mismo,
por estas aguas, estos
horizontes de bosques y de brumas
y podrá revivir este momento
de lucidez atormentada.
Yaroslavl (Rusia), 6-9-1996
A través de la ventana me envía el pensamiento
el minuto invisible que eternicé en tu rostro
y el poniente besado sin dureza ni olvido.
Subo al crepúsculo, pues, despojándome del daño,
queriendo L· vida en que te quise,
porque el pulso del tiempo me ha dejado más próxima
a mí misma, más cercana a la verdad que al espejismo,
al contacto liberado que a los signos de esparto.
Es el tiempo que en su inicio encadenó, lento y torpe,
las piedras a las flores, el beso a la marisma,
día tras día, noche tras noche, hasta que llegó
-espontáneo y pleno- un gran mar de amatista
en que bañar el rencor afilado que trajera el invierno.
El tiempo... Ese sueño gozoso, agónico, ingenuo cómplice.
Sí, a nadie confesé la crueldad de la lumbre
que de pronto se me hizo cristalina. Sólo él,
exhausto, se me entregó callado, reincidente.
Sobre él vagué sin gloria y sin firmeza. En él creí,
en su cuerpo y columna de erguidos resplandores.
Con él sentí el vuelco que huyó de mi vigilia
y por él luché pronunciando su nombre sin descanso.
En su inmenso rodar llevé lejos la piedad y escapé,
poco a poco, del ala desnuda de la insidia
y de la imagen de un todo arrojado y el amor detenido
que eran sólo morosidad del alma, del metal y luz vaga.
El trayecto ha existido sin duda, y ha sido
inevitable y necesario: tras el muro recóndito del tiempo
se halla ahora a salvo ese rostro y su minuto
y, a este lado de las olas lejanas, un manantial
reclama el cauce en que amparar el aroma de la vida.
17

25 DIES DE TARDOR A MÜNSTER

Macià Riutort
A Upuaut

I
Upuaut
El savi digue:
posais a triar,
trio el dolor al no-res.
Perd triât el dolor,
només el qui et té,
Upuaut,
-o t'ha sabut trobar-
i et segueix,
troba el comí i la porta,
que per un instant de mel
t'ancoraran en la vida calma.
Upuaut, tu dones lapuresa d'esperit
la que permet de veure i viure Vaurora
com il-lusió de perfecta forma,
fresca promesa
del tebi sol que hi haurà
i que mai, ai las, no em fregará.

X
He trobat coratge en el qui camina al davant.
Vaig meditar i vaig considerar:
que entre els homes ningú no em protegeix,
que entre eis grossos, ningú no em ven.
Vaigfer-me'n carree: He de trobar unpatró.
I girant-me cap al senyor de Siiit, li vaig dir:
Teva será la nieva fortuna i tots els meus béns,
perqué reconec el teu poder amb eis meus ulls,
la teva energía i la teva resolució.
Ells emfan desconéixer la por
i emfan estalvi deis moments del dolor.
Si sóc ric, será perqué ho siguis tu,
Upuaut, capdavanter deis déus,
escolta'm, ara,
que tot jo tineja repds en tes mans
tu et capfiques per mi i em protegeixes
i en tot el quefaig hi ets també tu.
Cura dones del meu benestar i
fés-lo resistent a qualsevol mal
ara i sempre:
fins que, sadoll de temps, m 'arribi el dia immobil.
Manuel Fuentes
Para Sara Pujol, por su amistad.
Para María José Sánchez-Cascado,
con quien compartí estas historias.

1949, INVIERNO
Old man travelling
Wordsworth

A Gallostra le pegaron un tiro, inevitablemente.


Pero tú y tres amigos habíais decidido
Que el mar estaba bien hecho
Y que al tiempo del horror,
Las encinas resistieron.

Te equivocaste.

No se puede escribir contra la lógica del trigo,


El temblor de las amapolas y el silencio de la nieve.
El venía del ansia mineral de la tierra,
De los caminos oscuros del cuerpo,
Creía en el sol y en el brillo de la sangre,
Era el ímpetu de mil ríos contra la historia.
Tú venías de las brumas y de las rosas
Y de los largos silencios cuando el cierzo sopla.
Quién fue Cristo en aquella hora;
Quién, Judas.

Te equivocaste.

La muerte aún estaba fresca en tu valle esmaltado,


Y olvidaste la lección del viejo viajero.
Sé que lo buscaste y que él no te encontró:
Quizás, sin saberlo, estabais ya muertos.
1942, OTOÑO
Volverán banderas victoriosas
al paso alegre de la paz.-

Las armas, fábula de la muerte sin doncella


Que defender. La patria, truco y embeleco
De un sueño de oro para alimentar al cobre.
El amor, vertical ambición de eternidades
De un mármol olvidado al fondo del jardín.
Las banderas, aquellos lábaros sombríos,
Cobardes escuadras de gritos y calladas fosas.

Los ojos deshacen el paisaje que la mano imita


En cuadernos de un escolar vencido. Una ventana
Quiere dar forma a la escarcha de la memoria,
Pero las casas, las piedras, las calles
Te están llamando, te están mirando ahora,
cuando tus ojos vuelven a ser ojos.

Arden los días, sobre las crestas de Ronda.

1940, PRIMAVERA
En vano con mi suerte porfiando
Villamediana
La muerte no interrumpe nada
Luis Rosales

Coñac. Tabaco negro. Versos que no entiendo.


Y esta sombra que me persigue desde aquel verano,
Incluso aquí, en esta jaula del tiempo donde trabajo
La oscuridad del Conde, las traiciones y los besos.
A la vuelta del estanque, entre las glicinas,
En la mirada del camarero, paseando hacia mi casa
En mi espalda, sobre la mesa llena de ceniza
Que deja las huellas de lo que seré mañana.
Esa sombra, ese muerto invitado sin entierro
Que cazaba grillos a la luz de la luna
Pisando auroras. Esa sombra, ese muerto.
Esta casa sin espejos, sin mar y sin cielo,
Llena de voces que toco y veo.
Y el humo frágil que inventa cuentos.
Yo no estuve allí, cuando la metralla
Decidió que callásemos para siempre,
Yo no estuve allí. No estuve.
Apago las luces de mi casa llena de humo
Y ahora sé que la muerte todo lo interrumpe.
20

POEMAS

Sara Pujol

Domingo y aquí estoy, trébol de sangre, corazón de luna,


corazón de olivo en el pecho, embrujo tallado en el alma.
Aquí estoy, vestida de verde sauce, desnuda de olvidos,
desnuda de verdes rejas, desnuda en la desnudez del mundo.
Aquí me tienes nombrando lo oscuro, porque sentir la noche
no basta; nombrando el aire de su mano, porque mi mano
para el amor no basta; nombrando el sueño, porque soñar
no basta para matar un falso sueño; nombrando el beso,
el beso que muere en cada beso y en cada beso nace.
Qué dulce el morir del labio. Qué dulce morir en el labio.
Qué dulce morir como el beso. Morir como muere el tiempo.
Clamor de lentitudes. Todo se detiene en tu cadencia:
las sombras en los patios, las luces en las sombras. Inmensa
paz. Inmensa esperanza que nace de inmenso sufrimiento.
Quietud. Amor de amor sereno vencido. Feliz quietud.
Trébol de luna en el pecho, corazón en sangre tallado,
sauce vestido de sueños, desnudo de tierra dorada.
Duerme la noche, duermen los cantos en las verjas dormidas,
duermes como duerme el horizonte, y en tu belleza habito.
No quiero ya más dicha que vivir en tu reposada dicha.
Y aquí estoy, nombrando a la vida como te nombro en el beso.

Octubre 1997
Ayer posé mi mano y mi aire en el aire de la fuente
y un inmenso recuerdo fue la tarde. Me encontré mi risa
y era una tarde de mayo. Toqué el dolor de lo lejano,
de lo que fue y no fue, y de lo que fue y no supe saber que era;
el dolor de estar lejos del romero, o de mí, o de ti, o de algo,
y los dedos fueron sumida ensoñación, inmenso olor
el agua. A veces pienso que toda mi vida es un olor:
a silencio, a madre en el tallo de la rosa, a amor antiguo,
a trigo que despierta con la luna, a presa de los sueños.
Yo no sé. Toqué el dolor del sueño que nunca es lo soñado,
y la noche fue cigüeña de bronce sin luz en mis hombros,
vuelo dormido en mi vuelo, vuelo de sangre en mi savia.
Si supiera. Si pudiera, al menos, posar lenta en el verso,
posar la vida en el verso lento, posar el verso en el verso.
Si pudiera posar desnuda de mí para el mar, para el río,
para el cielo. Si pudiera posar, sólo posar en silencio.

Octubre 1997
22

RAPSODIA EN BLUE

José Hierro

Durante una gira de conciertos,


Wolfgang Amadeus Mozart
comunicó a su padre el descubrimiento
de un sonido muy peculiar,
como de oboe que pulió su acento
primitivo, nasal y campesino
y asimiló el lenguaje cortesano.
Dios sabe cuántas cosas le diría sobre el color, el timbre, la versatilidad,
registros, maravillas potenciales
del instrumento que cantaba
con gallardía y con melancolía.
(Un filón no beneficiado:
pero Wolfgang sabía, lo leyó en Unamuno,
que las cosas se hicieron, primero,
su «para qué», después.)

El clarinete suena ahora


al otro lado del océano de los años.
Varó en las playas tórridas de los algodonales.
Allí murió muertes ajenas y vivió desamparos.
Se sometió y sufrió, pero se rebeló.
Por eso canta ahora, desesperanzado y futuro,
con alarido de sirena de ambulancia
o de coche de la policía.
Suena hermoso y terrible.
Por favor, por amor, por caridad:
que alguien me diga
quién soy, si soy, qué hago yo aquí, mendigo.
Las ardiltos -esfinges de Central Park-
me proponen enigmas para que los descifre:
«viva y deje vivir».
Y siento miedo. Soy el niño
que en el pasillo oscuro oye el jadeo del jaguar,
y canta, y canta y canta para ahuyentarlo,
para que la sombra no sea.

El cementerio entre los rascacielos


no radía nuevas de la muerte.
(Igual que los sarcófagos romanos,
utilizados como jardineras
en las que los colores de las flores
nos hacen olvidar el fúnebre destino
para el que habían sido imaginados.)

Aquino ha muerto nadie nunca.


Aquí nadie morirá nunca.
Hubo excepciones: semidioses
-filántropos, estrellas del cine o del deporte,
economistas, escritores, senadores y presidentes-
que algún día zarparon con rumbo a otras galaxias
y dejaron en son de despedida
sus nombres cincelados sobre placas de mármol
en las fachadas de ladrillo rojo.
Aquí la muerte es la desconocida,
la inmigrante ilegal; se la deporta
a su país de origen. No es de buen gusto mencionarla.
«Viva y mire vivir».

La ciudad borbotea: las burbujas


revientan en la superficie...
esa vieja de piel de cuero requemado
que increpa a las estrellas...
el músico harapiento que arranca con dos palos
sonidos de marimba o de vibráfono
a una olla de cobre... el que golpea
con las palmas de las manos,
a la puerta del supermarket,
embalajes vacíos en los que dormitaban
ritmos feroces de la jungla...
ancianos apoyados en bastones
o conducidos -pálidas piernas fláccidas-
en sus sillas de ruedas que ¡oh prodigio!,
cuando doblan la esquina de las calles
reaparecen en las avenidas
luminosos, metamorfoseados
en estampida de muchachos ágiles,
patinadores imantados por la flauta de Hamelin,
que les llega a través de los auriculares...

¿ Quién que es podría no cantar


al costear los puestos de hortalizas y frutas
-cebollas, zanahorias, aguacates, manzanas,
fresas, bananas y grosellas- acabadas de barnizar?...
esa gaviota que dispara una pluma sobre mi cabeza,
y atina, y me vulnera, y sangro
y me desangro frente al oleaje
de flores y más flores y colores tras de los que sonríen
mágicos ojos orientales... el balines que pasa
con su pareo ajedrezado, blanco y negro,
arrastra un carro abarrotado
de maravillas pestilentes extraídas de los contenedores,
(dólar a dólar, brasa a brasa
va ahorrando el fuego de la pira
con el que pagará el peaje del padre
hasta el país del otro lado de las nubes)...
en la Milla de los Museos,
Felipe IV, de salmón y plata,
escucha a ese chismoso de Montesquiou-Charlus
-huésped también de Frick-
cotillear, proustiano y minucioso,
sobre la vida de las damas, dueñas
de los perros de porcelana
que pasea un portero engalanado.

Los prismas de cristal, humo y estaño


se otoñan al atardecer y depositan,
sobre la seda fría y violeta del río,
monedas de oro viejo, de inmaterial cobre parpadeante.
La boca de la noche las engulle. Asaeteados
se desangran los edificios
por sus miles de heridas luminosas.
La ciudad, hechizada, se complace
en su imagen refleja, y se sueña a sí misma
transfigurada por la noche...
Transfigurado por la noche, oficio
el rito de la transfiguración
con libaciones de ginebra, bourbon,
whisky, tequila, ron, humanizadas
por el zumo de lima, ácido y verde,
que habla mi misma lengua con acento más dulce.
Alguien me avisa que estoy solo.
Tomo a mi niño de la mano para espantar el miedo.
Y no hay niño. No hay nadie,
y yo lo necesito antes de que me vaya,
antes que todo se evapore en la fragilidad de la memoria.
He de recuperar la realidad
en la que yo no sea intruso.
Así que pongo rumbo a la calle 90, o a la 69,
-nunca lo supe, o lo he olvidado-
en el West Side donde algo prodigioso
pudo haber sucedido o podrá suceder.
Subo, Calisto, por la escala de seda
hasta la planta cuarta, o quinta, o décima.
Y la ventana está apagada. Y no está Melibea.
O tal vez sigue los pasos
de D. Francisco de Quevedo
que avanza cojeando, sorteando las cacas de los perros,
o que nunca haya sido Melibea más que un vellón del sueño
del converso de Talavera de la Reina.

La geometría de New York se arruga,


se reblandece como una medusa,
se curva, oscila, asciende, lo mismo que un tornado
vertiginosa y salomónica.
¿ Qué, quién es esta sombra, este chicano
que en español torpísimo, filtradas,
aterciopeladas sus palabras por el humo de la mariguana
susurra rencoroso, mirándome sin verme,
«ellos me han robado el idioma»?

No puedo más. Vomito


blasfemias y jaculatorias de poseso.
Grito, me desgañifo, rezo, ronco en latín de iglesia
las divinas palabras cuyo sentido vagamente intuyo:
ad Deum qui laetificat juventutem meam,
canto a seis voces mixtas responsorios
de Palestrina y de Vitoria
acompañado por el son del río en pena,
por los oráculos amarillos de la luna menguante:
o vos omnes qui transistis per viam
atendite et vivite...
Los últimos murciélagos
con alas de cartón acanalado y destellos de fósforo,
amortajan a la ciudad. Luego, regresan
a las cuevas de los contenedores.

Y he aquí que tintinea una campana,


no en campanario ni en espadaña con cigüeñas
sino grabada en una cinta magnetofónica.
Anuncia que la noche es ya domingo
y vuelve todo a ser claridad y presente.
La seda peregrina del Hudson,
incansable y majestuosa,
conduce a la ciudad hasta la libertad
y la purificación definitiva de la mar
siempre reciennaciendo.
Buenos días.
¿En qué lugar del tiempo se han fundido
la música que los astros destilaban
con la que compusieron el alcohol
y la sombra?
Sobre la orilla de la playa
del alba de la bajamar brilla el azul del cielo.
¡Lástima grande que haya sido verdad tanta tristeza!

29-VII-97

* Edición a cargo de Gordon Ε. McNeer.


27

TRECE CANTOS A MARZO TRECE: POEMAS DE CUMPLEAÑOS EN


LA POESÍA DE ANA MARÍA FAGUNDO
Silvia Rolle-Rissetto

La poesía de Ana María Fagundo es un canto al ser, a la creación. No es extraño, pues, que por serlo sea
precisamente la mujer quien entone dicho canto ya que para la poeta es el sujeto femenino quien representa todos los
niveles de la creación.
Una forma realmente innovadora de celebrar a la mujer y de celebrar su propio ser y estar en esta dimensión, es
a través de los poemas de cumpleaños. A partir de su cuarto libro, Configurado tiempo (1974) y hasta su último
poemario, El sol, la sombra, en el instante (1994), hay un total de trece composiciones de este tipo(1) en la obra
fagundiana. En cada una de ellas se crea una apoteosis del ser, celebrándose la creación en sus tres niveles:
1) cósmico: la poeta / madre / diosa da a luz a la palabra y con ella crea y recrea el mundo; 2) artístico: la palabra /
madre da a luz a la poeta, eternizándola en el poema: «Nacida y a punto de amanecerte otra vez, / de darte a luz, de dar
a luz tu palabra, / de ser tú madre del único cuerpo que conoces / y que te conoce, / del único nido de tu útero, / del
único espacio que sabes habitar»(2); 3) humano: la mujer / madre da a luz a la hija / poeta (poseedora de la palabra):
«¡Guerra!, gritaban / y era marzo trece en una isla. / El cuerpo se me hacía duro / al salir del útero / y lloré mi primer
llanto de mujer / con la sangre de otra mujer / todavía en mis mejillas; / la mujer que me había dado vida / y me había
puesto nombre y palabra, / la palabra con que hoy escribo: marzo / sangre / isla, / la mujer que me había dado / la
precaria piel de mi alegría» 0).
El lúcido buceo intelectual y emotivo que supone la poesía de Ana María Fagundo parte de lo femenino:
la palabra, la mujer. La fuerza primigenia y engendradora de la palabra poética se compara a la del ser femenino,
reconocido y celebrado como su origen. Asimismo, la confluencia entre poeta y poesía, la intensional ambigüedad y
fragmentación, tanto de la palabra como de la persona poéticas, transforman a la mujer dentro del proceso poemático,
de musa en artista, de objeto en sujeto negándose a la escisión cuerpo / alma o amor / escritura, convirtiendo la
relación en un intercambio mutuamente deseado y creador.
Una vez establecida la importancia de la mujer como suprema creadora, como dadora del ser y de la palabra,
Fagundo indaga en la raíz de ambas. La relación entre poeta y origen, ya sea éste el cuerpo de la madre en el que se
copia, o el cuerpo del paisaje en el que nace y crece, conduce a un reconocimiento y restitución de la obra materna.
Esta, como la obra artística, se eleva a carácter divino por encerrar en sí misma el misterio de la creación.
Ana María Fagundo nace en marzo, en vísperas de la primavera en una isla volcánica de esplendorosa luz,
Tenerife, abrazada de mar y cubierta por el cielo. Símbolo de afirmación vital, de la pujanza por ser, este escenario
natal está presente en once de los trece poemas y constituye, junto con la recurrente mención de la fecha de su
nacimiento (marzo 13), un eje esencial de su devenir en el tiempo a través de la palabra, así como del perpetuo devenir
de la especie humana: «Sientes que tu apagado hogar se alumbra, / que trinan tus silencios por la casa; / que hay niños
que alborean tu penumbra; / que suena a isla, a mar, a lava; / que irrumpe la alegría con su jungla / de amor que te
persigue enamorada» (4).
Para esta cantora isleña, marzo 13 es la fecha mágica de la recurrente primavera del ser de todo en lo todo; fecha
mágica en que sucede el milagro de la luz, de la vida, del ser, del poema.

California State University, San Marcos

NOTAS
1- En mi libro La obra de Ana María Fagundo: Una poética femenino-feminista, Madrid, Fundamentos, 1997, se hace un
estudio extensivo sobre dichos poemas, destacando la inscripción del cuerpo femenino a nivel literal, metafórico y simbólico
y haciendo hincapié en la relación matrilineal manifiesta en los mismos.
2. Poema de cumpleaños en Configurado tiempo, Madrid, Oriens, 1974.
3. ¡Guerra!, gritaban en Desde Chanatel, el canto, Sevilla, Ángaro, 1982.
4. Trinos en Como quien no dice voz alguna al viento, Santa Cruz de Tenerife, Junta de publicaciones de la Caja de Ahorros,
1984.
POEMA DE CUMPLEAÑOS

Treinta y seis años después estás sobre la página


en blanco,
a punto de amanecerte, de respirar
tu primer brisa sin el hilo umbilical,
sin la atadura a su sangre,
alimentándote de ti,
única ya en hueso, piel y configurada ternura.

Sola en tu treinta y seis años.


Vivida e inédita.
Hollada y virgen.
Nacida y a punto de amanecerte otra vez,
de darte a luz,
de dar a luz tu palabra,
de ser tú madre del único cuerpo que conoces
y que te conoce,
del único nido de tu útero,
del único espacio que sabes habitar.

Pero no importa,
hoy estás a punto de poema,
en ciernes de un parto repetido y siempre inacabado,
rompiendo con dolor el nido donde vives.
a salvo de lo externo:
siempre del gesto a la mirada,
del amor al amor siempre.
Treinta y seis años amaneciendo.

(De Configurado tiempo)

MARZO

Se aproxima marzo. Mi mes.


Lo estoy sintiendo brotar por todas partes:
su borboteo de verdes,
su olor, sus campos en luz,
el chorro crecido de sus aguas,
su azul.
Marzo está a punto de capullo
en ciernes de voz,
al borde del ala y del canto.

Lo estoy sintiendo entre mis manos


cansadas de febrero,
lo estoy sintiendo crecer y erguirse,
le estoy dando forma, cuerpo,
poniéndole hechura de palabras,
gesto y voz;
lo estoy acariciando con la mirada
y dándole la luz,
la levedad de los tactos,
el alborozo de la sangre amanecida,
el ritmo armonioso de los cuerpos.

Estoy amándolo en la colina con lluvia


y en el prado a punto de verdes
y en las aguas desprendidas de los hielos;
lo estoy amando, acunándolo en mi útero,
como al hijo,
al hijo eterno, incipiente
que llega siempre con cada primavera,
al hijo que no quiero que el verano incendie
ni el invierno hiele.

Estoy amando a marzo, mi mes,


al amor que se repite con cada primavera,
al amor que hoy se llama marzo o luz
o tacto o tibior a punto de poema.

(De Invención de la luz)

CONMEMORA LA FECHA SUS RIGORES

«In the thisledown fall.


He sings towards anguish. »
Dyland Thomas

Conmemora la fecha sus rigores


sobre la piel y el canto que yo era
cuando en retama la voz se me subiera
de la falda a la cumbre en mil amores.

Era yo peifil de lumbre en las alturas,


era yo piel de mar en las arenas,
era yo fiel reflejo de colmenas
que en panales de miel daban su albura.

Joven yo con isla y canto, retama y mar,


alborozada estrenando lava y luz,
orgía y llanto sobre un volcán encendido.

Y hoy no sé si el nido es un llanto


de pájaros de invierno sin sentido
o es un nuevo canto en la llanura del camino.

(De Desde Chanatel, el cantó)


¡GUERRA! GRITABAN

Para mi madre

¡Guerra!, gritaban
y era marzo trece en una isla.
El cuerpo se me hacía duro
al salir del útero
y lloré mi primer llanto de mujer
con la sangre de otra mujer
todavía en mis mejillas;
la mujer que me había dado vida
y me había puesto nombre y palabra,
la palabra con que hoy escribo:
marzo
sangre
isla,
la mujer que me había dado
la precaria piel de mi alegría.

Supe pronto de azul, de lava,


de retama y pimentera,
de soledad y canto.
En la infancia se henchían las venas
como velas al contacto de la palabra
que ponía en mi piel el mar, la roca,
el pozo y la cima.
Ascenso y descenso
y en el fondo sonando a dios,
la isla,
mis siete islas en una sola geografía.
Yo las desgranaba en múltiples combinaciones:
tantas como estrellas, tantas como vidas,
tantas como siglos y hombres;
ellas eran siete y eran una
sola isla adentro, infinita,
plagada por el misterio,
flanqueada por el dolor y la alegría
que acuchillaba de luz y sombra los acantilados
y crecía retama entre las rocas más duras.

Nací mujer de otra mujer,


nací isla de una isla en primavera,
marzo trece el país en guerra,
un día azul,
primer llanto de mujer en útero de mujer,
primera sangre derramada para mi hoy,
cuarenta años después, sin guerra,
mi tributo de vida a quien me dio vida
de isla adentro mujer
que afirma huella perenne que no se borre,
huella de punta de pirámide, teide arriba,
huella de arena que no se pierde con el vaivén
de las olas,
vaivén que niega y afirma la soledad, la isla.

(De Desde Chanatel, el canto)

LLAMAMIENTO A LA PALABRA

Yo sabía tu voz, Palabra.


Ella me había amanecido cuando era noche
y mis pasos se tambaleaban por caminos desconocidos;
ella me guiaba;
ella daba luz a mi incierto ir
buscando no sabía qué alturas
y ponía sendas para mis huellas
y daba albor de regazo a mi frente.
Juntas fuimos los años niños
abriendo entre la maleza, fuentes claras,
arroyos transparentes como las almas
de aquella luz única.
Éramos voz sin palabras,
pero fuiste llegando tú cuando la tarde,
cuando el cuerpo empezaba a brotar
posibilidad de otras vidas
y mis muñecas no tenían ya sueños que contar.

Viniste tú, Palabra,


a acompañarnos las noches y los días.
Eras extraña. Nueva. Única.
Pero yo te reconocía, lejana. Luchábamos.
Hacíamos voz y palabra;
un abrazo infinito de niña y mujer,
de sueño de voz realizándose:
la gloria de los versos estallando
en luz una mañana de marzo.
Era mi mes.

Palabra,
estoy en otro tiempo,
con pasos que apenas reconozco.
Y no te tengo,
no tengo tu albricia
de voz esperanzada,
tu ritmo mío,
tu isla única.

Mi llanura de hoy, mi espacio abierto


de tierra sin mar,
te llaman
para que guíes, Voz-Palabra,
este desconcertado caminar
y pongas canto de luz
a esta incierta huella.

Ven, para que en mi isla adentro


se haga dios.

(De Como quien no dice voz alguna al viento)

TRINOS

Para Sebastián de la Nuez y Luisa Ayala

Contra tu ventana trinan los pájaros


un canto perfumado de azahares
esta mañana tímida de marzo,
esta mañana llena de verdades.

Y recoges sus trinos desde el viento


que brota la primavera en tus manos
este marzo que trae de sustento
cuarenta y cuatro inviernos entrecanos.

Sientes que tu apagado hogar se alumbra,


que trinan tus silencios por la casa;
que hay niños que alborean tu penumbra;
que suena a isla, a mar, a lava;
que irrumpe la alegría con su jungla
de amor que te persigue enamorada.

(De Como quien no dice voz alguna al viento)

NACIMIENTO

Para mi madre

Modelaste mi arcilla con tu vientre


mientras te florecían angustias
de otro ser en las mejillas;
pero ese era tu don,
por él viniste a habitar el planeta,
a ser presencia-mujer,
cuenco abierto en voluntad de entrega.
Y te habitó la arcilla de mi ansia
y modelaste mi cuerpo como el tuyo:
pechos, regazo, mujer.
Te copiaste entera en mi materia
y habitaste mi aliento con tu aliento.

Hoy cuarenta y cinco años después,


yo sé que soy tu ausencia,
tu yo de aquellos tiempos que retorna
a mi ayer,
que quiere que tú vuelvas,
tu mano de mujer junto a mi mano,
y exploremos el milagro aquel de primavera,
marzo trece, el país en guerra,
y alcemos sobre el viento
el templo de tu cuerpo que fue mi origen
y junto a él mi cuerpo
mi cuerpo en cuenco virgen de otro aliento
y mi voz, esta precaria piel de mi alegría,
lo único que se sabe arcilla modelada por el canto,
lo único que rompe el silencio de tu entrega.

(De Retornos sobre la siempre ausencia)

CUMPLEAÑOS

Para mi madre

Viene marzo con su día trece,


martes este año,
estrenando como siempre el azahar
y el canto enloquecido de los pájaros.
No es un marzo nuevo,
es el mismo de tantos otros marzos
y los pájaros son iguales
a los pájaros de antaño
y el olor del azahar
huele como olía en otros cumpleaños.
Nada está cambiando.
El tiempo se desliza suave por mis manos,
suave por mis pechos,
suave en mi regazo
y esta suavidad
es mi renovado ánimo
cuando emplazo a las horas
a que vengan a mi fiesta
de azahar y pájaros
esta alborotada mañana de marzo
cuando escribimos con sangre, llanto
y risa el primer poema del amor:
Y soy ya mujer,
dadora de la vida,
34

vientre ceñido al beso,


vena dispuesta a la andadura,
cuerpo sujeto a cuantos marzos
diseñe, misterioso, el tiempo.

(De Retornos sobre la siempre ausencia)

AMANECER EN EL MONASTERIO
DE LOS OLIVOS

Para Julia González.

Aquí la mañana la anuncian


con sus diminutos clarinetes
los pájaros que ayudan a la aurora
a romper la sombra húmeda de la noche.
El parloteo, arabesco sonoro que ellos tejen
en la brisa,
se hacen perfumado,
suave y denso
como el naranjo de marzo
sin frutos ya
pero abotonando de futuro
a la primavera.

Yo no sé si toda esta charla


de pájaro en la brisa,
o aurora en los pájaros
o canto alucinado de la noche,
yo no sé
si todo este confuso tacto
de los sentidos
tiene un azul íntimo en sus recodos,
un batir de mar en las arenas;
si trae una luz reidora de otros días.

Yo no sé a qué tanto trino


trotando sobre la grupa del azahar
en la brisa;
a qué tanta luz de marzo
alada entre los blancos naranjos.

Yo ya no sé a qué tanto
denso y suave perfume de trinos
picoteando de aurora este aire.

Yo ya no sé qué pensar de este marzo


tan sonoro,
tan luminoso,
tan perfumado,
tan perdido en un júbilo antiguo
de otros marzos.

No entiendo su devenir,
su vieja figura de trinos,
luz y naranjos.
No sé porqué hoy viene
hasta la sobria ventana,
este alborozado,
confundido marzo.
Quizás haya sido la brisa,
o quizás habrá sido un cuarenta y siete
cumpleaños
o tal vez es que marzo tenga la costumbre
de meterse entre las horas
como la luz, el trino de los pájaros,
el azahar suave y denso de los naranjos...

(De Retornos sobre la siempre ausencia)

EN TORNO A OTRO CUMPLEAÑOS

Quizás es que todo retorna


y un cuarenta y ocho cumpleaños
en un día trece de marzo
marca, aun sin quererlo,
el batir de las olas de otro instante
contra el acantilado y la arena.
Y se vuelve desde un recodo del tiempo
a doblar las esquinas doradas del recuerdo
y se es pulso refulgente, corcel joven,
rojizo tajinaste desafiando a la cumbre.

No se distingue ya el sueño de lo vivido;


el ansia se yergue arrasando la serenidad
de este noviembre en las venas
y nace, virgen otra vez, la primavera:
alboroto de niños, tersura de torso y senos,
risa de espuma entre las rocas,
desbocado caballo el sol a galope por la arena.

El tiempo en un frenesí de luminosas retamas


engarza su ímpetu virgen, joven
y esbelto de entonces
a la musculatura cansada de este hoy,
de este hoy que se infinita de siempres
y puja su bulliciosso chorro de energía
verticalmente sobre el mar,
enhiestamente sobre la lava,
erguidamente sobre el pico de las cumbres más altas
como si el espejo cóncavo del cielo
fuera su cúpula,
su imposible cúpula de mar al revés.

(De Retornos sobre la siempre ausencia)

NACIMIENTO

Para Diana Battaglia

Marzo trece hoy como una cumbre.


Mi madre un canto, un sol, un útero
pugnando contra el polvo su porfía
de tiempo, su roja sed de infinitos
y en el hollado camino mi trazo
titubeante de siglos, de músculos
que quieren ser sueño de horas, altos
acantilado de amor, recios signos.

Mujer de otra mujer, feliz designio


de palabra que crea otra palabra,
un resplandor de dios, un fulgurante abismo,
un misterioso son que hace sendero
y va marcando horas en sus pulsos.

Gozoso el instante, profundo el surco


y en medio de la nada: el sello
poderoso,
pletórico,
único.

(De El sol, la sombra, en el instante)

CINCUENTA CUMPLEAÑOS

Coger la pluma, el ala, el verso por la cintura.


Apresar a Dios en un barco sin timón,
sin proa, un barco de vela única.
Poseer de nuevo la palabra en medio siglo,
en una vida, en una siempre ardiente desazón
de eterna, erguida isla en punta, en pugna,
alborozada, transida, mediumúnica.

(De El sol,L·sombra, en el instante)


POEMA DE CUMPLEAÑOS 1992

El azahar como un novio celoso


se ha adueñado de los naranjos
y es que está aquí de nuevo marzo
aligerándose de febreros de fríos,
de noviembres de dolor, de diciembres
de espinosos caminos sin la amarilla
caricia de los verdores y la sangre apasionada
de la flor de pascua.

Marzo trae su sonrisa de otros tiempos,


su dulzor claro de otras mañanas.
Viene recién puesto de colores y de olores,
viene a pactar con la alborada.

Y yo lo miro, lo toco, lo huelo


porque quiero que haga su morada entre mis huesos,
que me llene las venas con su canto,
que me inflame de esperanza las entrañas
y se suba hasta sus ojos
y los prenda de los míos.
Y la tome entre sus brazos
y la traiga hasta mis brazos.
Y que vuelva aquella risa, aquel decir,
aquel gesto sabio y suave como el tiempo,
aquella voz honda y serena
y me diga que no hubo invierno,
que no se ha ido, que fue un sueño
aquel otoño de la noche.
Que nos ve
a los que somos sangre de su sangre,
a los suyos que dio vida con su cuerpo y su desvelo.

Quiero que marzo me la desate


y me la regrese a mi regazo
que la estoy esperando
para brizarle un cumpleaños,
un arrorró de luz
por las laderas de su isla y de mi isla,
de su cuerpo y de mi cuerpo.

¡Quiero que dios me la devuelva!

(De El sol, la sombra, en el instante)


38
39

EL MARCO DE LAS NOVELAS DE MARIANA DE CARVAJAL

Rosa Navarro Duran

El agustino Juan Pérez de Baldelomar en la Y como avance de ese entretenimiento que


aprobación que firma a 22 de setiembre de 1662 anuncia, Mariana de Carvajal le presenta al lector
de las Navidades de Madrid y noches entretenidas la condición social de dos personajes: «Por primer
de Mariana de Carvajal (o Caravajal) (υ y Saavedra, suceso de este breve discurso te presento una
junto al preceptivo «no he notado en él [libro] cosa viuda y un huérfano» (p. 5). No quiere despertar
que se oponga a nuestra santa fe y buenas sentimientos de conmiseración, sino justificar el
costumbres», añade: obligado consuelo al triste («obligación precisa es
de un pecho noble el suavizar tan penoso
antes he admirado que haya en el recogimiento
de una mujer estilo para que con sus honestos desconsuelo») y, por tanto, la diversión que
divertimientos dé materia para deleitar, persigue su obra.
aprovechando a quien le leyere (p. 6). Lo curioso será, c o m o v e r e m o s , que la
viudedad va a ser condición de casi todos los
La novelista en su epístola «Al lector» de
p r o g e n i t o r e s ( h o m b r e s o mujeres) de los
los preliminares hace hincapié también en la
personajes de sus relatos y a la vez, en efecto, de
d i v e r s i ó n que p e r s i g u e con sus relatos:
la dama que preside el marco -cornice- narrativo.
los «sucesos que en este pequeño libro te
Mariana de C a r v a j a l , s i g u i e n d o el c a m i n o
boccacciano (31, crea sus novelas enmarcadas.
Cuando comienza su relato, doña Lucrecia de
AL LECTOR, Haro no ha enviudado todavía, «estaba casada con
un caballero anciano y enfermo, llamado don
Antonio de Silva» (p. 13), pero su viudez se ha
TENTÓ, y cu/tofo Leííorfc anunciado al lector. Tardará todavía en producirse
auncjue no me fera ρρΐΉγ dos años, tiempo suficiente para justificar la
ble et coníYguir lazidosi
defempcñüi *n el »Ktfta· convivencia entre los personajes que crearán el
de uo ¡CQBpciafh i\:t»ir marco del relato, pero de transcurso rápido ai no
miento rfflB por «iTod** existir peripecia alguna. En este comienzo se
orné d« fcruítfc con Ioí/uj destacan ya unos rasgos definitorios del relato: a)
«efierque en «¡Up««|i)e<| la preeminencia de la figura de doña Lucrecia, la
fio libro te oírexco, aborto tamil de mi corto in**1 futura viuda, b) el esquematismo de las relaciones
genios y pnes-fe dirige« a felicitar euidadof» »guí* amorosas entre los personajes; todos se enlazan
tofos,y hone (lo» entretenimientos) en que diuier* desde el comienzo (hay un pequeño desconcierto
tas laspcrecofaj-nocliesdel erizado Invierno?te/
que se solucionará en seguida), c) el gusto por la
fuplico admirai mi voluntad ι perdonando los de
fcftosdc· v-na tan mal coitada pluma-, en laquai descripción del espacio de recreo.
liaHaraMnayoies defeos de fevuwte con vn libro- El texto se inicia con la indicación del lugar
de dore Comedias, en que conozcas lo afeatuo» -Madrid- en donde «vivía una señora llamada doña
íodemidefeo. Pot prime; fueclîo deñt breut djf Lucrecia de Haro»; se habla de su marido enfermo,
curfö'-r trprefento vn» Viudi> ρ vn Hutrfauo de su hijo Antonio. Y se centra en la descripción de
obligación precifa es- devn pecho nobt* el íííi la casa (lugar de confluencia de los personajes), que
»ifcat tan penofo defeonfuelo-, puenií major Atri-
también se nombra en relación con doña Lucrecia:
buto de que goMlo-nobkza, esptecj'aißiJiiiiie
Aunque doña Lucrecia tenía muchas
casas, respeto de los achaques de su esposo
gustaba de vivir en una labrada a la malicia,
cerca de El Prado, por ser de mucho recreo.
ofrezco» «se dirigen a solicitar» -dice- «gustosos y Tenía cinco cuartos principales y un hermoso
honestos entretenimientos en que diviertas las y dilatado jardín, poblado de árboles frutales,
perezosas noches del erizado invierno» (2>. hermosos naranjos... (pp. 13-14).
40

Describirá con detalle las dos fuentes que en este Pero no olvidemos que doña Lucrecia tiene
jardín había y pasará a la estructura de la casa con que quedarse viuda porque para su consuelo se
respecto a la morada de sus huéspedes: organizarán los festejos:
Vivía doña Lucrecia en el cuarto de Dos años vivieron todos con tan
adentro, por dar los que caían a la calle a sus honradas correspondencias, que más parecía
nobles moradores. En los dos alinde al suyo parentesco que vecindad. Y llegado el riguroso
vivían dos hermosas y principales damas, la invierno armado de sus espesas nieves
una llamada doña Lupercia y la otra doña y empedernidos yelos, apretándole al doliente
Gertrudis. En los del patio, en el uno habitaban caballero los achaques con tan vehemente
dos caballeros vizcaínos, residentes en la corte crueldad que los puso en cuidado, llamaron
a pleitos y pretensiones; el uno llamado don los médicos, halláronle peligroso, y mandaron
Vicente, el otro don Enrique. Al cuarto frontero que dispusiera las cosas de su alma (p. 16).
se mudó una viuda principal, mujer que lo fue
de un maestre de campo, llamada doña Juana «A los últimos de octubre», doña Lucrecia ha
de Ayala. Tenía una hija de diecisiete años, tan pasado a ser ya «desconsolada viuda», y cuando
hermosa como honesta, pues doña Leonor
gozaba aquella fama tanto por su rara belleza faltan ocho días para la Pascua l5), la otra viuda,
como por sus conocidas virtudes H1 doña Juana, propone festejarla los cinco días de
(pp. 14-15). Pascua:

Quedan ya presentados los personajes Yo tomaré a mi cargo la Nochebuena, y


que v i v i r á n en ese espacio n a r r a t i v o que daré a todos la cena. Y pues estamos libres
encuadra los relatos, que ellos mismos contarán. de la murmuración de los vecinos, y este
Falta establecer sus relaciones, y lo hace cuarto está retirado de la calle, tendremos un
poco de música y otro poco de baile. El
inmediatamente la narradora: «don Vicente estaba
primero día de Pascua será la obligada la
muy prendado de D.a Gertrudis» (p. 15). Don señora doña Gertrudis; el segundo, el señor
Enrique se enamorará de doña Leonor, la pide a don Vicente; el tercero, doña Lupercia l6>; y el
su madre, pero ésta le da excusas y se la niega. último, el señor don Enrique. Cada uno ha de
Don Antonio -el hijo de doña Lucrecia- está también quedar obligado a contar un suceso la noche
enamorado de doña Leonor, y ésta le corresponde, que le tocare (p. 17).
aunque no se le haya declarado. Es evidente que
Está ya establecida la organización del relato.
Preside una viuda, y se festeja a otra (7). Los
hombres, presentes, son comparsas. Envían
regalos, como es su obligación; así dice don
T I T ? LOS Vicente:

m/tM'mytuAsj que a dos hombres como nosotros toca por


obligación, estando en una casa donde todas
FÄ;BV;£'AS Q J E SE son mujeres solas, aunque son ricas, hacer
contienen en efte demostración de Pascua, pues don Antonio,
con su pena, no supone en esta fiesta y casa,
'. Ijßro'., (p. 17).
Y una tía monja de don Enrique les solucionará el
ι Τ AVcnasefeFcrrars. agasajo, «cuatro platos considerables», que se
describirán minuciosamente:
3 EI'Amänte^Ven'turofö. una costosa y bien aderezada ensalada, con
4 EI Efcíauadcfu Eíclauo. muchas y diversas yerbas, grajea y ruedas de
? •j Crujen'blcp; obra', fwmprç, pepinos, labrada a trechos de flores de
canelones y pesadillas. Otra con un castillo de
' ajcierca-. piñonate, torreado y cercado de almenas
: !
Ö '^IbísVcriga^Üeípíecips. cubiertas de banderillas de varios tafetanes...
(pp. 18-19).
7 La Induftria vence Defdehes.'
8 Amar fin iabc^àquien, También se detallará el aderezo de la sala que doña
c Ti
(O ' C
NÄVI· Lucrecia escoge para regalar a su vez a sus
"Ε Ό
to CO huéspedes:
55
Mandó que aderezaran una sala que caía
sólo hay dos personajes sin pareja: doña Lupercia, al jardín, adornándola de turquesadas
que quiere a don Enrique, y éste, que, al saberlo, alfombras, almohadas y sillas bordadas, ricas
olvidará su inclinación por la joven Leonor y le y costosas láminas, varias pinturas, lustrosos
y grandes escritorios; dos braseros de plata,
dedicará sus atenciones. Este pequeño desajuste colmados de menudo y bien encendido errax,
que se subsana en seguida es la única peripecia cercados de olorosos y ambarinos pomos;
que sucede en el marco, caracterizado por la prevenidas luces, que a sus encendidos visos
cortesía: agasajos, regalos, música, canto, danza... arrojaban las ricas alhajas cambiantes
y relatos. resplandores(8) (p. 18).
41

Queda sólo un elemento que irá adquiriendo La presencia del marco se convertirá en
mayor importancia en ese marco a medida que repetición de agasajos con precisión de regalos,
vayan relatándose las historias: el canto. Doña dulces, cantos y galanterías. El relato se sitúa así
Leonor, con el arpa de doña Gertrudis, lo iniciará en un contexto de divertimiento, como dice doña
con una letra: «Jilguerillo que cortas el aire» Lucrecia: «-Todo es menester [...] para divertir las
(p. 19). La criada de doña Gertrudis, Marcela, será horas del invierno, que, a no estarían entretenidas,
quien comience el baile, porque se elige una no se p u d i e r a n llevar las noches» (p. 70)
capona, baile «rápido y bullicioso» (9). subrayando el título de la obra. Tras la solución
No se da inicio a los relatos inmediatamente. del pequeño conflicto que dejaba a dos personajes
Mariana de Carvajal gusta de recrear una atmósfera sin pareja, que ocupa el prólogo al relato tercero,
de ocio. Comen, se ríen m, juegan a las damas, se el tránsito entre ficción y ficción se abrevia. Incluso
retiran a descansar(11). Al día siguiente, don Vicente la intervención de doña Lucrecia que justifica la
le envía regalos a doña Gertrudis, y ésta le ampliación de la obra es breve: ante el gusto
corresponde con otros. El ingenio y la cortesía recibido, decide «que habernos de pasar adelante
presiden esos actos cotidianos sin peripecia. Los el tiempo que duraren las vacaciones» (p. 107) y
caballeros imaginan una burla como juego: don anuncia que narrará un caso que le contó «don
Vicente se finge herido de muerte. Doña Lucrecia, Antonio (que esté en el cielo)», y el piadoso
«discreta viuda», «aguda de dichos», que toma las recuerdo a su esposo m u e r t o parece darle
riendas de ese pequeño mundo cortesano, no se bula para p a r t i c i p a r de m o d o a c t i v o en el
dejará engañar. El fingimiento acabará al señalar el entretenimiento. Luego, sin más explicación, se
pecho como lugar de herida, que espera ser sanada incorporará don Antonio. Don Enrique, doña
por un ángel, doña Gertrudis. La metáfora amorosa Lucrecia, don Antonio y doña Juana narrarán las
justificará la escena sin malicia, que es en seguida novelas cuarta a séptima, sin apenas preámbulo.
interpretada por la carencia de aparato que hubiese Los antecedentes eximen de repetir los agasajos y
comportado tal suceso; el venir solos es lo que le cantos, que se mencionan sólo: «Y llegado el día
permite a la dama «leer» adecuadamente la siguiente, último de Pascua, las regaló don Enrique
actuación de los caballeros. con tantos platos que se aventajó en dar a entender
Tras la cena, «alzadas las mesas», doña su franqueza» (p. 89); «Y tomando una vihuela
Gertrudis comienza su relato: es La Venus de cantó algunas letras. Y acabada la música, le dijo
Ferrara. No habrá intercomunicación entre los dos don Vicente que le tocase una pavana» (p. 107).
espacios narrativos, como en los Desengaños Se anticipa el asunto del relato («mañana les he
amorosos de María de Zayas ll2) . Las alabanzas de contar un caso que un milanés me refirió
sirven para el enlace con el siguiente narrador, don estando en Salamanca, celebrando la industria que
Vicente, la pareja de doña Gertrudis, quien tuvo un caballero para vencer los desdenes de una
menciona su burla para encarecer sus cualidades dama» (p. 119), ose lo nombra. El título se lo pone
y suponer su éxito: antes de contarlo, así ocurre con El amante
-Vuesa merced saldrá del empeño venturoso, novela tercera (p. 70), o al concluirlo,
-respondió doña Gertrudis-, que, pues sabe tan como en Quien bien obra siempre acierta, novela
bien fingir unas heridas, también sabrá fingir quinta (p. 119).
un suceso verdadero, (p. 43). Doña J u a n a , que había o r g a n i z a d o las
El esquematismo es manifiesto: los narradores, sesiones, se incorpora por f i n . Subrayará la
mujer-hombre, que se van sucediendo, están ejemplaridad del relato que va a narrar:
r e l a c i o n a d o s s e n t i m e n t a l m e n t e . El relato Mañana les he de contar un suceso de
entretiene, pero no afecta a la vida del marco ni una dama toledana que en algún modo servirá
provoca reflexiones ni cambios de conducta en los de ejemplar para que estas señoras no sean
personajes, cortesanos felices, que consiguen el mal acondicionadas, pues sucede muchas
equilibrio tras el pequeño desconcierto en una de veces que las mujeres terribles pierdan su
las parejas antes de la narración de la tercera ventura, o, ya que la tengan, vivan mal casadas
novela. No se romperá la armonía en toda la obra. (p. 133).
Sólo algún comentario sobre el comportamiento A c a b a d o el r e l a t o , se p r o d u c e una
de un personaje dará pie a la alabanza de una dama impropiedad en el texto; es doña Lucrecia la que
del marco y, por tanto, a situarse de nuevo en él. reclama el aplauso para su forma de contar y no
Cuando el auditorio alaba el recato de Doristea, para el contenido del suceso, que sí es apreciado.
don Antonio dirá: Y es doña Lucrecia la que decide conseguir los
-Señores, aunque vuesas mercedes aplausos a su donaire y dotes de narradora
tienen razón de alabar esta dama, no excusaré diciéndoles una Fábula de Apolo y Dafne, que llegó
decir que nació del temor que tuvo al suceso a sus manos (p. 178).
de Claudio. Aténgome al recato de mi señora Si analizamos la estructura de la obra, vemos
doña Leonor, pues, en dos años que habernos que doña Lucrecia ya narró Quien bien obra
gozado de tan honrada vecindad, ha
siempre acierta, X\\.u\o que ella dio al suceso que le
sido menester que mi madre enviude para
merecer verla en esta sala. Que si Doristea se contó su difunto esposo, y que debe ser doña
guardó de don Carlos, fue temiendo no ser Juana la que ahora lo haga. Sólo queda Leonor,
desgraciada (p. 67). su hija, y a ella se reservará la novela octava.
42

A Mariana de Carvajal, viuda también ella, se Leonor dirá la Fábula de Orfeo y Eurídice, tras
le funden las dos viudas en una sola. Ambas grandes elogios de la voz de la narradora sobre su
organizan, ambas disponen. Una de ellas va a forma de contar:
reivindicar su donaire -no podía hacerlo una
le daban sus acciones tanta viveza que,
doncella- y, aunque por organización narrativa aunque no fuera lo referido de suyo tan
debe hacerlo doña Juana, la protagonista (131 se gustoso [repite la fórmula ya vista antes], por
impone y le roba las riendas: el modo con que lo adornaba su donaire se
daba a desear (p. 215).
Viendo doña Lucrecia que los aplausos
que se debían de justicia al donaire con que Parece que teme una reprimenda de su personaje,
les había referido la novela, y que no aplaudían como si también quisiera emular en ello a su
sus huéspedes más que los sucesos de su antecesora. La Fábula es asimismo burlesca.
relación, sin acordarse de lo donairoso con que
los había entretenido, atajó la conversación
diciendo... (p. 177).
Η.. Nouela Octdm. AmarfinfaUcràquicn. 191
de Portugal, compucf- lidaj. A rjueelrefpOR- etaa todos tanfuvos,fe liberal agalTa|0¡ydef
No es un simple error en el nombre -como había toute diferentes nula,
rañas, >• juguetes de al-
diocb-.funvifsiones coi- aireuitfle fu alegría en
haierlosatodos partid
pues de euer repelido
míenos dcfcmpenos fus
ecfcs,no lcaficntsilcii,
ocurrido con Lucrecia y Lupercia al comienzo-, corce , que (c Ueuausn.
lojOíOs.Fiietjnd-pten-
rtocandolcdc cortc-i que
biencoaoeia lo auia an· Î
antes de las albricias,
/ieronle la norabuena dorevnosaorrosgotto-
diJa le edición que las dado como. Vizcarno, eon grandes demoftra- fosabracos de amulad,
porque habla de «sus huéspedes», desde la fuentes Je dulces (ecos
ocuparon tojos los na.
a quienjiofelcauiape- cíones de güito los cir- fe defpidieton las feno·
ras madrinas Titula-
tradonada déla Co.te, cundantes', y entraron
perspectiva de la dueña de la casa, y a partir de ñ-ae'osdc Dsmai,y Ga-
lanes , .1.1= le titilaron,
liuo.loi gallos que trata
ccaifigo las preteufict-
de oueuo los diados
con fuentes,enqueec-
das , tomaron fus co-
ches , los de dentio de.
pedentes , γ Je les lo- nian riens pares déme- cafa fe teeogicton a.fuá
este m o m e n t o siempre se nombrará a doña taras, quedaron farisfe·-
chotlasctiadoi.losaua.
Ites.y la afliilcucia en
ella, pot ta otos dlat,ùou diasdefcda.conligas,
yguantes de ámbar bor
quanot , deeandafui
efpeíancas preuenidas,
de le galla las mea vé-
Lucrecia y no a doña Juana. lesentcaronam muuio.
tiempo contantes ban- atela viJa,la fatud, los
dineros,}- aun los aeíti-
dados,mucha copia de
bolfos de dnercmes la-
paraeldiade las Veta--
ciouctjcuque fe pro me-
d'i'aidegicarasde ches-- bores, alai de ámbar bor tían nueuoi feliejos,-y,
La forma con que «la entendida señora» dice ec.ete , que fin (es 11c- dos,quc el ( para darles dados,como deabnja, laudóles,q cipero
eeiletio anderen corte·
fies,ni cumplimientos»
buciias.mtcuas | les ha-
zia fabidótes, Je; coma
yde red, muchas eacte-
Χό han Je dar
motisionaraliaaerla
la Fábula es «con un desahogo decente y una a im milnua tiempo has­
tio para.quc lodos Icto-
holuctia.iiu.-^aitia coa
ras,yv¡goierasdelaniii
ma materia s defiaetic fcguuda naste Je
vicemiencict, ¿expíe an- que aicaniopara todos elle libio.
mesura despejada» (p. 178), términos que se mailen. No ay palabras
coa que eocaieccr 'los
uían falido (¡ai informa-
ciones-, aprobadas- del
aplauiós, y agre Jeci- Coníeio; porque fnpa-
deben, claro esta, a su condición de mujer; pero el tvrtrntris.quctodusdie-
rceiafiíhieariia,}-fjbcta
jedcl Secrecatiolc acá* LAVS DEO.
bauadedar las nueuas,
estilo de la Fábula es burlesco, registro inesperado quclcueimltiellcriipiies
eran
en boca de tal dama, reciente viuda, y en tal
a m b i e n t e de refinada cortesanía hasta ese
m o m e n t o ( U | . El yo poético de la Fábula es
masculino: Jacinto Polo de Medina es el modelo de la anterior.
«Contento estaba Apolo / cuando aquesto cantó
Si ella estaba sentada Jacinto Polo» (p. 180). Como dice Cossío:
en cuclillas, a gatas, recostada,
tendida o de rodillas, Si es Góngora quien inicia el tratamiento
boca abajo o puesta de costillas, burlesco de los temas mitológicos, puede
yo no lo sé, que no estoy obligado afirmarse que es Polo de Medina quien fija una
a saber de la fábula lo echado <p.179). fórmula original de elaboración de este género
de poemas. Su Fábula de Apolo y Dafne,
O unos versos más adelante: «yo soy aparecida en 1634, ha de ser el modelo de
modesto, casto y vergonzoso» (p. 179). Los oyentes estas fábulas "5I.
e x t r e m a n sus muestras de agrado -dada la Cossío, que cita como imitadores de Polo de
reprimenda anterior-: Medina a Antonio de Solís, a Gabriel del Corral y a
Grandes fueron los aplausos y García Medrano y Barrionuevo, no menciona estas
encarecimientos con que exageraron lo airoso fábulas burlescas que aparecen en la obra de
y lo bien referido de la Fábula, que cuando Mariana de Carvajal.
ella por sí no fuera de tan buen gusto, la sazón La desmitificación burlesca convierte a los
que le dio el donaire de doña Lucrecia obligaba héroes mitológicos en rufianes mal hablados. Así
a que quedasen cortos todos los hipérboles acaba la Fábula de Orfeo:
que encierra en sus capacidades el
encarecimiento (p. 186). Orfeo la miraba,
y al demonio la daba,
La última narradora, doña Leonor, decide diciendo: «Irá contenta,
añadir también una fábula, la de Eurídice y Orfeo, porque hizo su gusto muy exenta.
a su relato. De nuevo cae en la confusión de Pensó la disoluta
los n o m b r e s la escritora, porque cambia la que era hijo de puta,
y que, muy fino amante,
identidad de doña Leonor al decir de doña Lucrecia
volvería al instante
«que quiso galantear a su amiga doña Leonor con a suspender horrísonas cadenas
ocasión de festejar a su esperada hija» (p. 186); y a divertir las penas... (pp. 224-225).
en este caso no tiene trascendencia la substitución
porque en seguida volverá a ser doña Leonor Antes de levantar la sesión, don Antonio
quien era. Queda, tras el relato de Amar sin saber cantará a su amada Leonor bajo el nombre de
a quién, concluir la novela. Mariana de Carvajal Leonida, justa alabanza a dama tan decidora.
anticipaba con el recitado de la Fábula su voluntad Quedan las capitulaciones matrimoniales y
de dedicar un espacio narrativo amplio al marco cartas de dote: son tres las bodas pactadas que
antes de cerrar sus Navidades de Madrid. Doña van a celebrarse la misma tarde. El espacio
43

narrativo del marco cerrado al exterior se abre a el perfil de sus personajes, que son sólo piezas de
nuevos personajes. En realidad, el tiempo del relato una composición que funciona como suma de
ha t e r m i n a d o , se inicia el de una academia relatos o de poemas (o se equivoca de nuevo de
poética (16). Se incorporan los padrinos; doña nombre).
Lucrecia convoca a «una señora llamada doña La respuesta está en boca, en cambio, como
Teresa Fajardo, a quien se le daba señoría», que corresponde, de doña Lucrecia, que achaca a la
viene «acompañada de cuatro señoras tituladas» o c i o s i d a d de la corte el c o m p o r t a m i e n t o
(p. 227). La celebración de las bodas será la razón despreocupado de esas damas; si no lo fuera, no
del festejo (17), doña Lucrecia será el maestro de podrían «bizarrear con tanta diferencia de galas»
ceremonias que velará para que todos participen. (p. 234). Se zanja la controversia, y se prosigue el
Ella arbitra la solución: canto. Coplas de Juanilla acompañadas al arpa en
boca de Antonio precederán a «octavas elegantes»
-Pues vuesas mercedes fían a mi
sobre las estaciones del año, que dice «con bizarro
disposición el que de todas sus gracias haga
una ensalada, digo que, siendo yo la primera donaire» doña Gertrudis. Se apagan así los ecos
que salga a la palestra, aunque desaliñados de la controversia, a la que se alude de nuevo y se
los donaires, daré principio a nuestra fiesta cambia también de tono. La elegancia y la retórica
advirtiendo que, en concluyendo con lo que sustituyen a la sátira y lo burlesco. Y aunque la
me toca, tengo de citar de remate a uno de los dama señala que las octavas estaban «hechas por
caballeros presentes, para que, saliendo por uno de los mayores ingenios de España, aunque
mi fiador, no quede el puesto con quiebra, sino no conocido por poeta por la modestia de su
que se asegure la finca de que se mejora de
profesión» (p. 237), las alabanzas menudean por
créditos la dita del festejo. Y en cumpliendo el
caballero quien yo citare de remate para que su buena elección y le dan «el vítor de cortesana y
satisfaga por mí, quedará a su elección el entendida». Ella citará a su amado, don Vicente, y
elegir para su desempeño una de las damas éste cantará en dos romances a la primavera «en
presentes, a quien citará para crédito de su un alegre tono», que cambia al son del arpa. Una
buena paga. Y la dama citará, en haciendo sus alusión final a las mudanzas y a las libertades de
gracias, a otro caballero; y este, en cumpliendo las mayas, comprensibles ya que mayo es tan
con las suyas, a otra dama (p. 228). mudable, quiere acabar con la disputa de las
Ni melindres ni porfías; todos están obligados damas.
a participar. El «sazonado desembarazo» de doña La atmósfera cortesana se ha apoderado de
Lucrecia es incentivo para olvidar encogimientos la obra. Es el gusto por la charla, por el canto, por
o recatos. Mariana de Carvajal hace así la diversión intrascendente. El marco narrativo es
desaparecer fronteras entre galanes y damas. el espacio novelesco ,181 y, al dejar de enmarcar
Todos pueden participar con el poema que quieran; relatos, sin peripecia alguna, como fiesta final de
el t o n o de las fábulas presagiaba ya la libro de pastores, se nos muestra la diversión
continuación, que no se quedará atrás. Doña cortesana como sesión de academia lírica, en
Lucrecia dirá un romance subido de tono y lo donde el poema ocupa el lugar central.
envolverá en una preparación en donde ataca y Le tocará el turno a doña Juana, y el asunto
alaba, censura el poco recato de la supuesta dama de sus versos será el único recurrente en relato y
que recibe los versos y su mucho interés, pero marco: los hombres jugadores y las desgracias que
subraya su alta cuna y sus calidades: a su familia acarrean (19): «es meter en una casa

Quién fuese el galán que se los envió,


no lo sé; lo que no ignoro es que, por los
versos, se conoce que no era lerdo, y que, sin Nouela Séptima. LalnduftriavenceDefdcms, i ; 4
yrtttmSeietdtmm
ser sátira, pudo con su pluma quitar muchos dt Pafhnt A\ clf.yCJn atjUtjUfZcrli, l'fisqucgrcfir,*

hilvanes de vana a la señora, que por β«ίη«ψ>'?<&


t}»tafitio4iX9Í*tki>Oeraiáfo,
... fJUs mu dtlMtrfn
fitttwtunmtnudot.
SterU)

AnAiiUAmnrunvun iíiqut liiAMAtiit,


mostrarse interesada dio permiso a que no se y virU (iirtfiílutjti dift.iu*.
quenofiwtrtn. α -venir dfnudon

le guardasen todos los decoros debidos a sus <fy*uAtnHtUtm*<M


¡4niñ*tpiMn4,*ettiUtefiárUm
q»tJAIMÍUqut'etAttil,ÍAtiilty'4i
juttaamth4 d< taper tenia tr^í.,],.
prendas (que yo la conozco y tiene en todas ,,.μ.,.ρφφ%, dexa -el pint Attt amirtt par* tap.
ftnttr rslies 4 fu l'rimlutr*: e¡ue,4 mod&es ptürreß \

calidades las que bastan para ser dignas de í7i4i Dií>si/iigUiirJtt{'¡uiz;h,


que JiiJsrwi »ptntArmA*t,futrá'st(ío, JtioÙd<blbAX)i eirainjUnCU,
estimación) (p. 229). Si tlUtfuujfhu<l.<,
tntiicli¡lji,¿g4(.ii,rtcefu4M,
1"t*s<Í>?*r4,ñ,futbkstHl?r¿nU.t.
Í V í i y i i ( j ( / ErimAine,
ttnJidj, u di radill.it. q<irta¡>jft/j'i.uejw tonel m.tntù-
foc¿í.txo,ipt't¡lAiltC3j!ilfai, (ΐΙΑξΙΙ.ΙΙΙ,Ι IICHJIf.l/1,
Pero el tono apicarado no casa con tal pintura: gHM¿iiaf.nuts umpoca Us vfiaA>tt
,ι fibtfdeU ÏAMAIO uh*dt¡. f.triams.»( ζαιαή.ιι,
£j':¿ri.t,.t mi xtt,ftim mcingAño, eonqutfcrtfl,i>ç.int.uit,\svit}u.
S¡ te busco es porque entiendo tínU^M-At^tf«
,Λί,ΐ..^.. ra ti futía,
vßogtite, /rt(on»j»oir,tt.,„,
ni l>eiit(H'4tfjpjtaUjn.iJÙri;
que perdiste el pundonor di.¡nt ¡(fulla Λ ¿polo grAndtfctlo,
$>híi 1,1 %·Ϊ0 íflf M Us Mát.U,
tu do <tA CJr/iepur, ι,
•JMtedoto (iijn.ii, ISgrtn h(ur,t.
desde el punto que perdiste fAl 0.4 Ccn-
de virgen la palma γ flor (p. 232).
Por eso doña Leonor interviene, antes de que
siga don Antonio, y hace un curioso discurso moral continua guerra y pérdida de hacienda, honra y
sobre las mujeres principales «que no atienden a vida» (p. 249). Precisamente doña Juana había
lo mucho que se deben a sí mismas», que sería contado La industria vence desdenes, cuyo
más apropiado para estar en boca de una de las protagonista, don Jacinto, le cuenta a su tío la
dos damas viudas. Mariana de Carvajal no cuida situación familiarcreada por la pasión por el juego
44

de su padre: «mi padre juega tanto qué estaba la Tocan las campanas a maitines: el tiempo
casa rematada, y apenas se alcanzaba para una -cierre r e t ó r i c o - m a r c a , pues, el f i n a l del
triste olla y a la noche guisado, y muchas veces entretenimiento. Don Antonio es el personaje
faltaba» (p. 142). Y no es un detalle más porque que utiliza la novelista para cerrar el libro y dejar
Mariana de Carvajal insiste en él y hace que la abierto el texto. Recita la Fábula de Júpiter y Dánae,
protagonista, Beatriz, sea víctima también de tal de la que un poeta sólo escribió la mitad, para
situación: concluirla el día de las tornabodas. Él será también
quien ofrezca chocolate y fuentes de dulces secos.
Fue hija de un caballero del hábito, de lo Pero antes de la despedida final y de la promesa
más noble de Portugal; jugaba tanto como
vuestro padre, y las dejó tan pobres que no de otros festejos para el día de las velaciones,
pasa el dote de mil ducados. Bordan casullas que la novelista anuncia como materia de la
y otras cosas, y con eso sustentan una honrada segunda parte del libro, una nueva impropiedad
familia, (p. 144). nos sorprende. Don Antonio es vizcaíno y anuncia
que va a volver a su patria con su pretensión
El conflicto central se apoyará en la esquivez l o g r a d a , c o m o acaban de c o m u n i c a r l e <211.
de la d a m a , que nace precisamente de la No es, por tanto, don Antonio quien habla, sino
convicción de su pobreza. En un momento de su don Enrique, que es vizcaíno y cuya tía monja
desesperación, recuerda el origen de su desgracia: es la gran repostera. Pero no tiene así sentido el
-¡Dios se lo perdone a mi padre que tanto papel final que se le da. Mariana de Carvajal no
mal me hizo, pues me falta la ventura cuando cuida en exceso a sus entes de ficción y rompe su
doña Leonor se atreve a competir porque tiene lógica. Le interesan más los detalles que
dinero, teniendo menos calidad que yo! la coherencia de los personajes del á m b i t o
(p. 149). narrativo en el que se insertan los relatos. Cuando
El d i n e r o del tío c a n ó n i g o de don J a c i n t o la peripecia desaparece, y la narración se remansa
solucionará el conflicto. En este relato también se en la recreación de una atmósfera, se olvida de
acumulan los detalles sobre la vida cotidiana. Maria las normas del relato. Lo que le importa es el
Grazia Profeti lo destaca -y subraya que es la más comentario -la discusión sobre el comportamiento
extensa de las novelas- como ejemplo del «ascenso de las damas en la corte, por ejemplo-, el poema
de clases nuevas, capaces de hacerse su propia o la descripción de los m a n j a r e s , y no los
fortuna con "la industria", con el "obrar bien"» l20). personajes que van unidos a ellos. No se siente
La sátira contra los tahúres de doña Juana es seducida tanto por el relato como por el rito
aplaudida por todas las damas-y hay que subrayar social l22) . Agudamente M.G.Profeti señala -lo he
esa precisión-: indicado ya- cómo en Mariana de Carvajal se
vislumbra el ascenso de clases nuevas:
porque cada una vivía recelosa de peligro
semejante como encontrar en su empleo la la urbanidad, la importancia atribuida a la
desdicha de haber de sufrir la ruina que trae a música, a la danza, a la mesa, a la etiqueta en
una familia un hombre jugador (p. 250). el cambio de los cumplidos, nos dicen qué
ritos reservados a la nobleza ahora van
Don Enrique se atreverá con una jácara, extendiéndose a clases intermedias,231.
testimonio del gusto cortesano por ese tipo de
composiciones rufianescas. Mariana de Carvajal Ese ámbito es el que seduce a la novelista
se extiende en subrayar la «modestia, compostura y es el que presenta en el marco de Navidades
y asentado juicio» de don Enrique para no empañar de Madrid, presidido por la dama viuda, con dinero
su figura con el tono de los versos elegidos; pero y con capacidad de decisión. No hay ataque a
no olvidemos que es ella la que maneja los hilos, los hombres -como en el discurso combativo de
es decir, los poemas y los personajes. Ni fábulas María de Zayas- ni quedan excluidos de los festejos
burlescas ni jácaras la detienen. -sólo asoma la censura contra los jugadores-,
Falta sólo el fin de fiesta. Para él se dará la pero las damas son las que organizan los
voz a una de las señoras invitadas, condesa y entretenimientos. Una dama es la dueña del
madrina. Ella subraya esa apertura a «los de espacio y, en torno a ella, otra inicia los festejos.
afuera» y volverá a las fábulas burlescas diciendo Cuando se introduce un personaje activo del
una Fábula del juicio de París. Las alabanzas no exterior es también una mujer, la «madrina»,
sorprenden por repetidas: «donaire, representación que interviene en la academia lírica con sus
y compuesto desembarazo» (p. 263). Y ella citará poemas. Los c a b a l l e r o s serán excelentes
a don Antonio para que cante «un tono que en otras comparsas; pero cuando quieren agasajar con
ocasiones le había oído» (p. 264). Lo mismo hará dulces, deben recurrir también a la mujer, a una
luego don Antonio con ella invitándola a que cante monja.
«un romance que en otras ocasiones le había oído» Mariana de Carvajal dejará que uno de sus
(p. 266) y la cita se repetirá todavía, porque será personajes masculinos, el rey Enrico de Navarra,
don Antonio quien dé fin a la fiesta. Se pone así de de Amar sin saber a quién, sepa remedios de
manifiesto la relación entre ambos personajes al medicina casera. Cuando su amada Lisena cae al
margen del texto, se crea un ámbito de convivencia río, de donde él la saca sin sentido, manda a su
que da hondura al relato. servidor lo siguiente:
45

-Habéis de hacer que en una paila se de Carvajal nos legó no s ó l o unas bellas novelas
ha de echar cantidad devino, unos sarmientos cortesanas -las tres ú l t i m a s sumamente
y cogollos de romero; y en hirviendo, habéis
interesantes-, s i n o una m u e s t r a de la poesía de
de empapar una sábana, cuan caliente se
m o d a e n ese c o m i e n z o d e la s e g u n d a m i t a d
pueda; y desnudándola hasta la camisa, la
envuelvan en ella, y cárguenla de ropa para del s i g l o . Fábulas m i t o l ó g i c a s burlescas o jácaras
obligarla a sudar. Hágase una infusión de están en boca t a n t o de d a m a s c o m o de c a b a l l e r o s ;
camuesa y agua de azahar mixturada de coral, no hay límite i m p u e s t o por el recato y la discreción
oro y piedra bezal; espesa y bien caliente se la a q u e se s u p o n í a o b l i g a b a la c o n d i c i ó n f e m e n i n a .
apliquen al corazón, y prevéngase una bebida La n o v e l i s t a c o n j u r a b a el p e l i g r o d e la c r í t i c a
cordial para cuando vuelva del desmayo con s u m a habilidad a t r i b u y é n d o l e tales cualidades
(p. 204).
a las d a m a s q u e recitaban, a u n q u e lo q u e decían
Es el espacio de la f i c c i ó n . En su m a r c o , la no se adecuase a ello: el d i s t a n c i a m i e n t o de la
novelista le dejará a un personaje, d o n A n t o n i o m a t e r i a p o é t i c a se c o n s e g u í a c o n el y o l í r i c o
(que h u b i e r a d e b i d o ser el hijo de la p r o t a g o n i s t a ) , masculino.
q u e cierre la o b r a . La a r m o n í a preside esa a m a b l e El m a r c o de Navidades de Madrid y noches
c o n v i v e n c i a cortesana q u e se desarrolla en t o r n o entretenidas no es s o l a m e n t e una e s t r u c t u r a en la
a los relatos y los p o e m a s : la literatura c o m o gozo q u e se i n s e r t a n las n o v e l a s - c o m o m a r c a b a la
y e n t r e t e n i m i e n t o de un g r u p o culto regido por la tradición literaria-, es t a m b i é n un espacio narrativo
m u j e r e n u n a p o s i c i ó n s o c i a l q u e le p e r m i t e de libertad para unas m u j e r e s , entes de ficción q u e
d e s e m p e ñ a r ese papel lúdico relevante: es v i u d a hablan con gracia y soltura con sus c o m p a ñ e r o s
y rica y t i e n e a d e m á s un hijo casadero. Mariana literarios.

Universidad de Barcelona

NOTAS
1. El texto de la primera edición, de 1663, siempre dice Caravajal, M. Serrano y Sanz, en sus Apuntes para una biblioteca de
escritoras españolas desde el año 1401 al 1833, la cita como Carvajal, y así se la nombra modernamente siempre. Antonella
Prato en su edición (Milano, Franco Angelí, 1988) respeta la grafía de la edición princeps, mientras Catherine Soriano, en la
suya (Comunidad de Madrid, Clásicos madrileños, 1993), elige Carvajal. Siempre cito por esta última edición.
2. Habla a continuación de «un libro de doce comedias» de su pluma, pero no hay noticia sobre él. Serrano y Sanz nos aportó
los datos biográficos de Mariana de Carvajal: nace en Jaén a principios del s. XVII. Casa con Baltasar Velázquez, alcalde de
los hijosdalgo de la Real Cnancillería de Granada, hacia 1635. Su hijo Rodrigo nace en 1640 (el estudioso reproduce la
partida bautismal); recibiría el hábito de Santiago. Al morir don Baltasar en 1656, vivían nueve hijos del matrimonio (transcribe
su testamento; el testador nombra siempre a su mujer como Mariana de Caravajal y Piedrola, no Saavedra). Dña. Mariana
suplicó al rey que se le pagara una pensión de 200 ducados concedida a su marido y alegaba su «mucha necesidad» por
haber muerto éste «sin dejar hacienda alguna y dejando tres hijos varones y seis hijas»; pedía también «un hábito para uno
de los dichos sus hijos o casar una de sus hijas». Serrano y Sanz, al hablar de las novelas, dice que «hay, a veces, un
desenfado que raya en grosería, cual sucede en la fábula de Apolo y Dafne, intercalada en La industria vence desdenes»
{Apuntes, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1903-1905, I, pp. 236-244).
3. Y al igual que María de Zayas, novelista con la que se la compara siempre y en su demérito. Noël M. Valis dice que
«Carvajal, unlike María de Zayas, is no dissenter», «Zayas was the aberration; Carvajal confirmed the rule» (juicio que no
comparto), y subraya el hecho -que considera lógico según este razonamiento- que «with few exceptions she should confine
herself to restricted, closed-in space, because that is all a woman could know in her day», «The Spanish Storyteller: Mariana
de Carvajal» en Women Writers of the Seventeenth Century. Ed. Katharina M. Wilson and Frank J. Warnke, The University of
Georgia Press, Athens and London, 1989, pp. 251, 252 y 256.
46

4. También Lisis, la protagonista de las novelas de María de Zayas, vive con sus amigas (Lisarda, Matilde, Nise y Filis) en una
misma casa, pero en distintos cuartos. Lo precisa la novelista al comienzo de sus Novelas amorosas y ejemplares (1637).
5. María de Zayas había elegido también la Nochebuena y los demás días de Pascua para la fiesta que entretiene a la
enferma Lisis.
6. En el texto figura Lucrecia, pero es un error evidente.
7. Maria Grazia Profeti subraya en las ocho novelas «el protagonismo de la mujer, rica y "principal", con capacidad de
decisión y de autogestión, casi siempre sola, libre de relaciones parentales, huérfana [...] o viuda [...] o alejada
temporáneamente del padre», e indica cómo «este carácter pasa de las novelas al marco: la protagonista Lucrecia de Haro,
en cuya casa se reúne la tertulia que va a contar las novelas, es viuda con un hijo, Antonio; viuda es una de sus huéspedes,
doña Juana de Ayala, con su hija Leonor; solas están las dos "hermosas y principales damas" que viven juntas, doña
Lupercia y doña Gertrudis», en «Los parentescos ficticios desde una perspectiva femenina: María de Zayas y Mariana de
Caravajal» en Les parentés ficitives en Espagne (XVI-XVII siècles). Ed. de A. Redondo, Pubs, de la Sorbonne, 1988, p. 245.
8. Caroline Β. Bourland traza «el cuadro de la vida de familia a mediados del siglo XVII, mirada desde el punto de vista de una
mujer» a partir de las novelas de Mariana de Carvajal en un artículo ya clásico: «Aspectos de la vida del hogar en el siglo XVII
según las novelas de D." Mariana de Carabajal y Saavedra» en Homenaje a Menéndez Pidal, Madrid, Hernando, 1925, II, pp.
331-368. La califica como «escritora ingenua» y concluye que sus «sencillas narraciones, aunque poco nuevo añaden a
nuestros conocimientos de la España del siglo XVll, sí reflejan con exactitud y gran riqueza de detalles la vida y actividades
de cierto medio social. Escribiendo sin la conciencia de hacer obra de costumbrista, la autora trazó, sin embargo, un cuadro
de la vida íntima de su época» (p. 364).
9. E. Cotarelo y Mori: Colección de entremeses, loas, bailes, jácaras y mojigangas, Madrid, Bailly/Baillière, 1911, I,
pp. 237-238.
10. Carolina B. Bourland destaca dos características de las que ella llama «historietas»: «la risa y el espíritu de la juventud»,
art. cit., p. 364.
11. Shifra Armón lo subraya: «Polite social interactions function as both the object and subject of Carvajal's fiction» en «The
Romance of Courtesy: Mariana de Caravajal's Navidades de Madrid y noches entretenidas», Revista Canadiense de Estudios
Hispánicos, XIX, 2, 1995, p. 243.
12. Zelima, esclava de Lisis, referirá el primer desengaño y desvelará su auténtica identidad: es Isabel Fajardo, cristiana, de
padres ilustres. Al final de los Desengaños amorosos, Lisis irá a un convento con Isabel, ésta tomará los hábitos y la
protagonista del marco se quedará en él como seglar.
13 Frente a la joven Lisis, que es el centro de las Novelas amorosas γ de los Desengaños amorosos de María de Zayas -su
madre, viuda, está en un segundo plano-, en las Navidades de Madrid, es la viuda doña Lucrecia quien lo ocupa; su hijo
(como la hija de doña Juana) es el que tiene un papel secundario.
14. M.G. Profeti señala la importancia de «la presenza di generi típicamente «maschili», cioè satirici e bassi, tanto che
l'autrice sente ripetutamente ¡I bisogno di giustificarsi.», «Introduzione» a Navidades de Madrid y noches entretenidas.
A cura di Antonella Prato, p. 21.
15. José María de Cossío: Fábulas mitológicas en España, Madrid, Espasa-Calpe, 1952, p. 680.
16. Serrano y Sanz reseña el opúsculo que se imprime en 1664 en Granada con la «Festiva Academia, celebridad poética»
que se celebró el 12 de febrero en casa de don Rodrigo de Velázquez de Carvajal, hijo de Mariana de Carvajal. Contiene
poemas de Juan Trillo y Figueroa, de Francisco y Rodrigo Velázquez de Carvajal y otros. No se menciona a doña Mariana,
op. cit., p. 238.
17. María de Zayas también elige las anunciadas bodas de Lisis para el segundo «entretenido recreo» que serán los Desengaños
amorosos (1647). Se celebrarán en las carnestolendas, pero no desembocarán en las bodas prometidas.
18. M.G. Profeti lo señala: «Verso la fine délia raccolta, nella comice -che assume un'importanza sempre maggiore- appaiono
modalité nuove», introducción cit., p. 21.
19. Es indudable que el asunto le interesaba a Mariana de Carvajal, pero los intereses no deben confundirse con las vivencias;
al menos nada puede deducirse con certeza acerca de su biografía a partir de ese tema literario que -eso sí- le preocupa
mucho.
20. «Los parentescos ficticios desde una perspectiva femenina...», cap. cit., p. 244.
21. Antonella Prato anota en su edición: «I ruoli dei personaggi ¡n quest'ultima parte della cornice non risultano del tutto
congruenti. Innanzi tutto a f. 174va si dice che è stato don Vicente a fare da paciere tra doña Lucrezia e doña Leonor, mentre
ai ff. 165ra-166va questa funzione risultava chiaramente svolta da don Antonio. È poi don Antonio, uno degli sposi, che
esorta ad interrompere i festeggiamenti (f. 188r), ruólo che spetterebbe al più autorevole dei presentí (Don Alvaro?). Infine
qui don Antonio si dichiara vizcaíno, mentre nella introduzione la madre viene preséntate come di Madrid; invece vizcaínos,
e pretendenti a vari benefici, sonó don Vicente e don Enrique», nota 98, pp. 249-250.
22. Shifra Armón dice que «Caravajal represents familiar features of the seventeenth century landscape under the sign of
fiction», art. cit., p. 257.
23. «Los parentescos ficticios desde una perspectiva femenina...», cap. cit., p. 245.
47

LA RESTA BARROCA EN VALENCIA: LA IMAGEN DEL PODER Y LA


DIFUSIÓN LITERARIA DEL CATALÁN

Gabriel Andrés Renales

Valencia cuenta con una larga tradición festiva fer y obrar per son medí e ¡ntercessió, així
que se remonta a la Edad Media y que se enriquece vivint, com après de mort, com és públich y
notablemente en el Renacimiento hasta consolidar notori, no sols en la dita ciutat y Regne, perö
en molts altres Règnes e parts de España y
en el siglo XVII un rico patrimonio de dispositivos ,21
de Italia .
organizativos y de recursos artístico-literarios que
quedarán plasmados en una serie ininterrumpida Disposiciones éstas renovadas (1604) y
de textos de relaciones, desde uno o varios pliegos a m p l i a d a s con p o s t e r i o r i d a d (1612) para
meramente informativos hasta los voluminosos beatificaciones y canonizaciones de los no
impresos conmemorativos. De este modo, el área naturales del reino. Los mismos textos de las
levantina se sitúa plenamente dentro de los relaciones de fiestas hacen o c a s i o n a l m e n t e
mismos procesos culturales supranacionales referencia a estas disposiciones:
que, como señala R. Strong, determinaron en la
Europa de mediados del siglo XVI la constitución
Es fuero de este Reino -como apuntó de paso-
de un nuevo género literario dependiente de tales
hecho en las Cortes del año 1585, en 26 de
celebraciones, hasta el punto que a principios del Noviembre, que siempre y cuando se ofreciere
XVII era indispensable el recurso a la imprenta para pedir en Roma al Pontífice la canonización de
culminartoda celebración de una cierta magnitud ni . algún hijo suyo, se den de la Generalidad
diez y seis mil ducados; esto es: para la
beatificación quatro mil y d[oc]e para la
LA IMAGEN DEL PODER canonización; sin otros mil que la misma
Pero no sólo Valencia se sitúa en la órbita de Generalidad distribuye en algunos gastos que
tales procesos, sino que se dota ya en la segunda se ofrecen venido el breve. Y ha llegado a tanto
mitad del XVI de un p r o p i o p r o g r a m a de su piedad Christiana que en las cortes del año
autopromoción político-cultural. Las instituciones 1604, en el cap. 250, estendió este mismo fuero
para con los estrangeros que viviendo en él
valencianas participan en celebraciones cíclicas,
murieron santamente, concediéndoles lo
litúrgicas, ligadas a la realeza, a la nobleza o a la mesmo que a sus propios hijos, y con ser ello
Iglesia, tal como podía suceder en los otros reinos, así acude siempre la dicha Ciudad con dos o
pero además, s i n g u l a r m e n t e , se dota de un tres mil ducados, y más, para ayuda a las
proyecto preciso que impulsa la selección de unos fiestas de sus beatificaciones, lo que no es de
determinados motivos celebrativos, señalando los maravillar, pues al santo catalán Raymundo
comitentes oportunos y, sobre todo, asignando un las hizo tan grandiosas en su canonización el
presupuesto bien preciso para los festejos. Así, en año 1602, con no haber nacido ni vivido en
ella, sifno] sólo por ser de la Corona.,3>
los fueros de las Cortes de 1585 figura una «Rúbrica
47: Deis gastos per la Beatificado y Canonizado Los objetivos declarados son, pues, por una
de molts Servents de Déu Nostre Senyor», donde parte, el interés por atraer primero e informar
se prevé: sucesivamente a un público ausente, a través del
cual lograr la necesaria resonancia del evento:
[...] que per a la Canonizado del Benaventurat
Pare Fray Lluys Beltran, de la Orde de Sent [...] aunque esta Ciudad es de las mayores y
Domingo, natural de la ciutat de Valencia, se más populosas de España, cargó tanta gente
gastasen de pecúnies de la Generalität setze forastera a la celebración de estas Fiestas (aun
mília lliures; y sa Magestat ho tingué per bé con ser el tiempo más embaraçado en el
[...], considerada la gran sanctedad de la vida Reino, por la ocupación y tarea de la seda),
del Benaventurat Pare Lluys Beltran, natural que a todas horas qualquiera calle estaba tan
de la dita ciutat de Valencia, y les maravelloses poblada de gente como en las horas del
obres que nostre Senyor Déu és estât servit comercio las más frequentadas y assistldas;
48

sin duda debió casi doblarse el numero de los y en papel, y han embiado de aquéllas assí al
habitadores estos días, pero con una grandeza Cabildo de la Metrópoli de Valencia como
experimentada en otras iguales ocasiones del por t o d a España y d e m á s Reinos de la
mismo concurso -ya en Fiestas Centenarias, Christiandad. <61
canonizaciones de los naturales Santos, ya
en entradas y casamientos de sus propios
Reyes-, que sin alterarse los precios de los LA LENGUA CATALANA EN UN CONFLICTO DE
víveres y del comercio se ha hallado todo con PODERES
mayor abundancia. I41
En este c u a d r o resulta interesante contrastar
las i n d i c a c i o n e s q u e hace, en 1640, u n o de estos
S e r á n o b j e t i v o s f i n a l e s d e la m i s m a
autores de relaciones, M a r c o A n t o n i o Ortí, en Siglo
c e l e b r a c i ó n y, en particular m o d o , de la relación
Quarto de la Conquista de Valencia, a p r o p ó s i t o
i m p r e s a , la c o n s e r v a c i ó n de su m e m o r i a en el
del c o n f l i c t o q u e s u p o n e la a c t u a c i ó n d e este
t i e m p o y, s o b r e t o d o , el l o g r o de una p r o y e c c i ó n
p r o g r a m a - m a r c o a u t o c e l e b r a t i v o r e s p e c t o a la
propagandística, persuasiva, m á s allá de la epidixis
propia lengua. Se trata de d o s d i g r e s i o n e s , una en
a u t o c e l e b r a t i v a , q u e r e n u e v e los v í n c u l o s d e
catalán, c o m o «Dedicatoria» p r e l i m i n a r , y otra en
Valencia con la m o n a r q u í a , p o r u ñ a parte, y ensalce
castellano c o m o «Discurso IV», q u e d a n noticias
su p o s i c i ó n en r e l a c i ó n c o n l o s o t r o s r e i n o s
de t i p o s o c i o - l i n g ü í s t i c o , s o b r e la e x i s t e n c i a de
p e n i n s u l a r e s , c o n Italia e s p e c i a l m e n t e y c o n el
a l g u n o s círculos c u l t o s p r o m o t o r e s del uso de la
r e s t o d e E u r o p a . En e s t e s e n t i d o , r e s u l t a
lengua local f r e n t e al castellano ,7):
f u n d a m e n t a l q u e la resonancia de d i c h o p r o g r a m a
a d q u i e r a la m a y o r d i m e n s i ó n posible, pues el fin Algunes persones, de les que saberen que yo
ú l t i m o s e r á l o g r a r d e la c u r i a p a p a l n u e v a s estava ocupaten escriure estos discursos, han
beatificaciones o canonizaciones que vuelvan a tengut per detecte lo haverlos escrit en Mengua
r e a l i m e n t a r c i r c u l a r m e n t e el m i s m o p r o g r a m a Castellana, pareixent-los que, tractant de
a u t o c e l e b r a t i v o . Se p r e v é , a s í , u n a e x p l í c i t a festes de Valencia, fóra mes acertat escriure-
d i m e n s i ó n p e r f o r m a t i v a de la f i e s t a b a r r o c a : les en llengua Valenciana; y no puch deixar
de confessar que en alguna part teñen rahó
e x a l t a n d o los f r u t o s de la historia y de la religión
y mostren lo bon zel ab qué estimen la
en Valencia se pretende m a n t e n e r un puesto de c o n s e r v a c i ó de son n a t u r a l idioma
p r i m e r a línea e n t r e las n a c i o n e s c o n p r e s t i g i o («Dedicatoria», h. 21v).
c u l t u r a l y d e n t r o del o r b e del C a t o l i c i s m o . A s í ,
c o m o parte de los preparativos para la candidatura Reflexiones m e t a l i n g ü í s t i c a s y m e t a t e x t u a l e s
a la c a n o n i z a c i ó n de Fr. J e r ó n i m o S i m ó n en R o m a , q u e d o c u m e n t a n c ó m o aún a p r i n c i p i o s de siglo
se dan noticias s o b r e el alcance de la c a m p a ñ a de subsistía una cierta e s t i m a y d i f u s i ó n de la propia
d i f u s i ó n de sus g r a b a d o s : l e n g u a en las capas altas de la s o c i e d a d , q u e ya a
m i t a d de siglo cede a la i m p o s i c i ó n del castellano
La [gloria] que san Raimundo goza, aunque p o r razones de p r e s t i g i o c u l t u r a l , o c a s i o n a n d o
nuestros ojos flacos no la pueden mirar de hito c o n f l i c t o s «en m o i t e s o c a s i o n s ridicules
sin deslumhrar, se puede echar de ver por la experiències» de naturaleza s o c i o l i n g ü í s t i c a :
que en el mundo agora en su canonización le
da el Pontífice y los reyes y reinos más Pero encara que en esta llengua participara
principales de España y Italia, pues no ha aquest llibre de tanta elegancia com en la
quedado ciudad ni villa populosa do no se Llatina li poguera donar lo mateix Cicero,
hayan hecho grandes demonstraciones del solament servira pera eis Valencians; y havent-
interior contento [...] IBI. se el Is trobat presents a les festes, menys g ust
tindrien de veure-les escrites que los que no
P r o g r a m a q u e , c o m o se v e , l l e g a a les veren, y estos, essent de altres nacions,
d e s p l e g a r s e f u e r a de l o s c o n f i n e s de Valencia no les entendrien si se'ls donas la relació en
llengua Valenciana; ans be, si lo succès
en una auténtica l a b o r de p r o m o c i ó n e i m a g e n
haguera passât en Castella o altres Règnes,
(«no sois en la dita ciutat y Regne, pero en m o l t s
hon no teñen noticia de aquest llenguatge
altres Règnes e parts de España y de Italia»), d o n d e nostre, escriguera yo en Valencia la relació
la fiesta a d q u i e r e en el t e x t o de la relación y en los per a que se entretinguessen ab ella los
g r a b a d o s i m p r e s o s una m o d e r n a d i m e n s i ó n Valencians. Y així succès de Valencia és
persuasivo-publicitaria: mes acertat escriur-el en la llengua mes
proporcionada ab la inteligencia de totes les
Sin las dichas figuras pintadas al olio y al demés nacions, ab qui se ha fet tan comuna
temple, ha salido estampada una inmensidad la Castellana; a mes de acó, encara que hem
délias; pues, según relación de los impresores, sàpia mal, havre de dir tot lo que sent en orde
se han estampado en Valencia sola un millón a est particular, y és que no he pogut deixar
y más figuras, sin las que han venido de Roma, de estrañar lo haver vist, queen aquest temps
Francia y Flandes [...]. Pero qué mucho si en haja pogut trobar-se Valencia que repare en
Roma, con mucho acuerdo, con privilegio y acó, perqué si en algún temps (y no tan antich
devoción notable, ansí de su Santidad como que yo no'l haya alcançat) solía fer-se tan gran
del Colegio de sus cardenales y Rota Romana, estimado de la llengua Valenciana, que quant
se han estampado en muchísimos tafetanes en les juntes de la Ciutat, Estaments y altres
diversas estampas y figuras muy curiosas del c o m u n i t a t s , aigu dels Valencians, que's
Venerable Presbítero, grandes y pequeñas, trobaven en elles, se posava a parlar en
49

Castellà tots los demés se enfurien contra ell, será el sacrificio de la propia lengua como vehículo
dient-l¡ que parlas en sa Mengua, és ara tan al de prestigio cultural, la acentuación del proceso
revés, que casi en totes les juntes se parla en de sustitución del valenciano por el castellano que
Castellà. Y encara ha arribat est costum a se había iniciado desde el siglo XVI entre las altas
¡ntroduhir-se tan estremadament, que no sois
capas de la nobleza y de la Iglesia (9) . Aun así, cabe
se fa particular estudi en procurar saber la
Mengua Castellana, pero també en oblidar la señalar una cierta presencia de géneros literarios
Valenciana, per la molta abundancia que y ha catalanes en las fiestas valencianas durante el siglo
de subjectes, que eis pareix que tota la sua XVII. En alguna ocasión se incluyen sermones que
autoritat consistix en parlar en Castellà, del se venían p r e d i c a n d o t r a d i c i o n a l m e n t e en
qual estudi en la major part dels que posen sa valenciano en días señalados; más a menudo, en
félicitât en aço, ve a resultar un grandissim cambio, figuran poesías que concurren a las justas
absurdo, y és, que après de haver-se cansat poéticas o bien se integran en los elementos
en fer totes ses diligencies ordenades a est fi,
iconográfico-textuales de los aparatos efímeros de
lo que conseguixen és no saber parlar la una
Mengua ni l'altra, de que se han vist en moites las celebraciones (altares, carros procesionales,
ocasions ridicules experiències. Y si no fora decoraciones externas de espacios urbanos o
lo principal motiu de aquest llibre lo procurar internas en edificios religiosos, etc.) (10).
que la noticia de tan grandioses festes se La presencia de poesías en catalán en justas
estenga per tot lo mon, com elles ho mereixen, y certámenes poéticos es más frecuente en las
de bonissima gana lo haguera yo escrit en ma fiestas de las dos primeras décadas del siglo, con
Ilengua materna, mostrant lo molt que la
preponderancia absoluta de metros característicos
estime per propria y lo que'm pree de saberla
parlar («Discurso IV», f. 16v). de la lírica popular (redondilla, endecha, cansó y
romance); ejemplos significativos son:
La Iglesia t a m b i é n c o n t r i b u y e a esta -Orta, Melchior: En lloor del glorios S.Vicent
castellanización, limitando el uso del valenciano Ferrer, fill de Valencia, la matraca que als fills de
en la predicación a unas pocas festividades, como Valencia se dona («Direos puix la festa o porta...»)
las de S. Vicente, S. Dionisio y S. Jorge, según [en Francisco Tárrega, Fiestas en la traslación de
indica también Ortí en un pasaje donde atribuye la reliquia de S. Vicente Ferrer, Valencia, P. Patricio
al catalán una mayor capacidad para la oratoria Mey, 1600, pp. 40-44].
sagrada respecto al castellano y a todas las demás -Martínez de la Vega, Jerónimo: redondillas
lenguas: en lengua valenciana («Lluys la raho ho
porque las excelencias, propiedades y demostra...») [en V. Gómez Corella, Los sermones
energías deste idioma son más a propósito y fiestas por la beatificación de S. Luis Beltrán,
para la explicación de todo lo que se requiere Valencia, Juan Crisóstomo Gárriz, 1609, pp. 170-173].
para conseguir los fines que se solicitan por -Roig, Joan Batiste: Per la beatificado de
medio de la predicación («Discurso IV», f. 16v). Fr. Tomas de Vilanova, cansó valenciana («En la
cortina de silenci, un tall...») [en J. Martínez de la
El t e s t i m o n i o de Ortí, ya s i g n i f i c a t i v o Vega, Fiestas..., op. cit., pp. 358-360].
por su singularidad apologética dentro de la
-Un llaurador del Ortá enamorat de Teresa li
Decadencia - e x p o n e , además, indicaciones
diu les seguents endeches («Teresa del cel...») [en
interesantes sobre los orígenes y propiedades de
Manuel Mendoza, Fiestas que el convento del
la lengua catalana l81-, evidencia la importancia
Carmen de Valencia hizo a Sta. Teresa, Valencia,
y el alcance de esta línea de autopromoción
Felipe Mey, 1622, pp. 202-212].
artístico-cultural elegida por los poderes locales
-Lluis Joan: romance a Sta. Teresa de Jesús
para transformar festejos de especial resonancia
(«Que es aço senta Teressa?...») [ib., pp. 215-222].
pública en un proyecto de vasto alcance. En la
fiesta barroca, pues, el horizonte de expectativa La presencia de una métrica no específica-
fijado por comitentes y relatores comprende a mente p o p u l a r en catalán es escasa pero
un cierto tipo de público espectador, que es, sin particularmente interesante. Ocasionalmente
duda, mayoritariamente valenciano, pero que puede encontrarse algún ejemplo exclusivamente
cualitativamente se intenta seleccionar también en catalán (v.gr., soneto anónimo: «Es Simo de
entre los visitantes a los festejos y, sobre todo, virtuts un ciar dibuix...», en Salcedo de Loayza,
entre los espectadores-lectores cultos que fuera Relación de la vida de Fr. Hieronimo Simón..., cit.,
de los confines podrán acrecentar la resonancia pp. 118-119); sin embargo, cabe destacar la
del propio proyecto autocelebrativo. existencia de una serie de piezas de carácter culto
El balance g l o b a l sobre los o b j e t i v o s -sonetos y octavas- que hacen del plurilingüismo
propuestos por los comitentes no puede ser más un recurso más para la exhibición de ingenio
positivo, pues las beatificaciones y canonizaciones compositivo.
previstas de naturales y naturalizados del reino
En tres casos, al menos, se trata de «poesías
afluyen a un ritmo sostenido en estas primeras
de doble lectura», bilingües en cuanto
décadas del siglo, proporcionando nuevos laureles posibilidad de lectura castellano-catalán, como
a su h i s t o r i a , nuevos referentes y nuevas indican A. Rossich y A. Rafanell(nl. Otras veces
posibilidades simbólicas para futuras celebra- son sonetos construidos a partir de algún
ciones. Sin embargo, el precio de este proyecto género de artificio ingenioso, siempre en los
50

primeros años del siglo: el Soneto en loor de centrales del período barroco, cuando es mayor el
S. Vicent Ferrer en castellano y valenciano, con declive de otros géneros poéticos): se trata de letras
ecos de Melchior Orta («Dale tu al pueblo
de jeroglíficos presentes.en las dos relaciones de
Valentino - tino») [en F. Tárrega, Fiestas en
la traslación..., op. cit., p. 223], citado por fiestas de Ortí, con grabados -los reproducidos en
A. Ferrando Francés, y el Soneto en cuatro apéndice a este trabajo- en Siglo cuarto de la
lenguas a la ciudad de Valencia, de Pablo conquista de Valencia (1640); sólo descritos en
Castelví [en V. Gómez Corella, Los sermones Solemnidad festiva... (1659) ( U | y, finalmente,
y fiestas..., op. cit., pp. 394-395], citado también descritos sin i n c l u i r grabados ni versos en
-junto a otros dos ejemplos parciales de J. Rodríguez, Fiestas que hizo el Convento del
bilingüismo (Gaspar Aguilare Isidoro Matheu Remedio a S. Juan de Mata y S. Félix de Valois
i Sanz)- por A. Rafanell "2I. También en este
(1669) y en otros autores.
apartado puede incluirse de M.A. Ortí, A las
profecías que hizo el B. Francisco de Borja de La presencia de textos catalanes en este
la Cía. de Jesús, de voces castellanas y ámbito de códigos mixtos característico de la fiesta
valencianas, octavas («Si alcança singular barroca es mayor, en todo caso, en el espacio
prerogative...») (en Siglo cuarto..., op. cit., fols. abierto y popular de las calles y plazas por donde
65v-66v). pasa la procesión festiva. Comitentes de los
f e s t e j o s , relatores del l i b r o de las fiestas,
UN DISCURSO DE CÓDIGOS MIXTOS o r g a n i z a d o r e s de sus a p a r a t o s e f í m e r o s ,
espectadores... (emisores-receptores todos a un
Un ú l t i m o apartado en el á m b i t o de la tiempo en la fiesta) logran elaborar un auténtico
presencia de textos catalanes en las fiestas discurso ¡cónico, abierto en sus soluciones más
barrocas valencianas puede establecerse con toda eruditas a diferentes grados de significación y
una serie de composiciones estrechamente ligadas de e n m a s c a r a m i e n t o r e f e r e n c i a l , pero que
a los aparatos efímeros de las celebraciones. en presencia de la lengua catalana parece
En ciertos casos se trata del mismo tipo de metros concentrarse en un ámbito significativo más
populares que aparecían ocasionalmente en los transparente a los receptores valencianos, el de
certámenes poéticos de este tipo de fiestas en las los motivos de la tradición histórica local:
primeras décadas y que se exponen ahora en los
elementos procesionales, esta vez en forma El murciélago, símbolo de Valencia, victorioso
anónima: ante los enemigos (representados como árabe
en jeroglífico b-viii; tres niños desnudos en
-Letra o mote de un altar («Lluminaria, font b-xxxvi y un gato en b-xvi), t r i u n f a l en
de vi...») [en J . Martínez de la Vega, Fiestas..., estandarte {b-xxx¡¡) y en escudo (b-xxxiii). En
op. cit., p. 81]. otros tres jeroglíficos, que combinan motivos
-Romance en un altar de los dominicos populares con otros cultos (gato y ratones en
a-iii; león y abejas en b-xiií; mitológico Argos
(«O tu que mires suspens...») [en M.A. Ortí, Siglo
en b-xxxiv) es m e n o s t r a n s p a r e n t e la
cuarto..., op. cit., fols. 58r-60v]. referencia.
-Redondillas («En aquesta processo...») en un
carro procesional con los niños de S. Vicente y Un incesante proceso de re-utilización y
otras («Com la Águila Imperial...») en el carro de re-generación de recursos artístico-literarios se
los herreros y cerrajeros [en M.A. Ortí, Solemnidad despliega a partir de este p r o y e c t o g l o b a l
festiva..., op. cit., pp. 193-194 y 213]. competitivo del que se dotan las instituciones y
Se trata de ejemplos significativos porque los círculos intelectuales valencianos. A su servicio,
aparecen en las relaciones de dos autores los géneros literarios cultos de la literatura catalana
esenciales para el estudio de e m b l e m a s y quedan progresivamente marginados dentro de las
jeroglíficos a nivel peninsular y dentro del ámbito relaciones de fiestas a lo largo del siglo; sólo parece
del arte y de la literatura barrocas castellana y mantenerse -e incluso aumentar- en el caso de
catalana, indistintamente: Jerónimo Martínez de estos géneros mixtos, formados por discursos
la Vega (13) y Marco Antonio Ortí. En estos ejemplos iconográfico-textuales de no menor erudición, que
c i t a d o s la i m a g e n plástica fija (altar) o en aprovechan la dimensión pública de la urbe y del
m o v i m i e n t o (carro) encuentra un desarrollo libro impreso para desarrollar las posibilidades
explicativo en el texto didascálico -en versos emblemáticas de los motivos de la tradición
castellanos o valencianos- que la acompaña y catalana, sirviendo al mismo tiempo de marca e
declara, con parecido sistema de referencias índice de su presencia, tal vez semioculta a otras
al que se encuentra en la forma triplex de los formas literarias de este período de la Decadencia.
jeroglíficos (entre la imagen plástica, el lema y la Un importante apologista de la lengua catalana
declaración en versos), al menos desde que en como Ortí es, desde esta perspectiva, una figura
1531, Alciato adaptara en sus Emblemata la obra protagonista de la literatura catalana del período,
de Horapolo. como es particularmente valioso para la castellana
Y es precisamente en estos géneros mixtos y, más allá de las distinciones, para esa otra cultura
donde aparece un número significativo de estrofas de las imágenes que atraviesa todo el Barroco
breves en catalán (singularmente en los años europeo (15) .

Universidad de Cagliari (Italia)


51

NOTAS
1. Pueden seguirse las líneas generales de esta evolución en los estudios de J. Alenda y Mira: Relaciones de solemnidades
y fiestas públicas de España, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1903; S. Carreree Zacarés: Ensayo de una bibliografía de
libros de fiestas celebradas en Valencia y su antiguo Reino, Valencia, 1925; P. Pedraza: Barroco efímero en Valencia, Valencia,
Ayuntamiento, 1982; Roy Strong: Arte y poder: fiestas del Renacimiento 1450-1650, (versión esp. Maribel de Juan), Madrid,
Alianza, 1988, p. 36. También en mi primer trabajo de un estudio aún en curso: «Una aproximación a los libros de fiestas
barrocos», Studi Ispanici, 1991/1993, pp. 59-73, (Pisa).
2. Guillem R. Mora de Almenar: Volum, e Recopilado de tots los fvrs, y actes de Cort, qve tracten deis negocis, y affers
respectants a la Casa de la Deputacio, y Generalität de la Ciutat, y Regne de Valencia; en execucio del Fur 83. de les Corts del
Any M.DC.III... Valencia, Felipe Mey, 1625, pp. 334-336. En las citas en prosa en catalán y castellano intervengo normalizando,
según las respectivas tradiciones filológicas, la acentuación, división de palabras y puntuación; en la ortografía sólo actualizo
el uso de «h», «j - i - y», «u - v» (agradezco a Joan Armangue i Herrero la revisión de los textos catalanes); mientras que en
los versos de los jeroglíficos he preferido mantener íntegro el original.
3. La cita es de Jerónimo Martínez de la Vega: Solenes, i grandiosas Fiestas, que la noble, i leal Ciudad de Valencia a echo por
la Beatificación de su Santo Pastor, i Padre D, Tomas de Villanueva..., Valencia, Felipe Mey, 1620, pp. 9-10. G.R. Mora de
Almenar, op. cit., p. 338: «[...] no sols que en aquell se criassen plantes naturals del dit Regne [Valencia], que el illustrassen
ab sa santedad de vida, costums y mort; pero encara ab que v'inguessen a aquell a viure y morir algunes persones naturals
de Règnes estranys, que ab ses exemplars vides y sants fins han illustrât lo dit Regne [...]».
4. Juan Bautista de Valda: Solenes Fiestas, que celebro Valencia, a la Immaculada Concepción de la Virgen Maria..., Valencia,
J. Villagrasa, 1663, pp. 327-328.
5. Vicente Gómez Corella: Fiestas a la canonización de S. Raimundo de Peñafort, Valencia, Gaspar Manzano, 1602, p. 5.
6. Domingo Salcedo de Loayza: Relación de la vida de Fr. Hieronimo Simon, con los túmulos, honras, entradas y presentes...,
Segorbe, Felipe Mey, 1614, pp. 220-221.
7. Marco Antonio Ortí: Siglo Quarto de la Conquista de Valencia, Valencia, Juan Bautista Marzal, 1640; cito por el ejemplar
R-12.714 de la Biblioteca Nacional de Madrid que carece de portada impresa e incluye en su lugar una manuscrita con el
título: «siglo quarto/ de la conquista de valencia / Compuesto / por el generoso ciudadano marco antonio de ortí secretario
de la ciudad, y/reyno de valencia &.../ valencia de los edetanos / =ano de 1639»; «Dedicatoria», hs. 21v-23v.
8. Cf. José Ribelles Comín: Bibliografía de la Lengua Valenciana, III, Madrid, 1943, p. 109.
9. Proceso culminado en 1707 con el Decreto de Nueva Planta, que impuso el castellano como única lengua oficial. Entre
otros, pueden consultarse para más datos y bibliografía específica: Joan Fuster, La Decadencia al País Valencia, Barcelona,
Curial, 1976; F. Ferrer i Girones: La persecució política de la ¡lengua catalana, Barcelona, Edicions 62, 1985; P. Balsalobre y
J. Gratacós (ed.): La ¡lengua catalana al segle XVIII, Barcelona, Quaderns Crema, 1995.
10. «Sermo de les Festes de les noves certes de la Canonizacio del Benaventurat Sanct Tomas de Vilanova [...]. Predical-lo
Dotor Antoni Bonaventura Guerau [...]» [en M.A. Ortí: Solemnidad festiva a la canonización de S.Tomás de Villanueva,
Valencia, J. Villagrasa, 1659, pp. 233-248]. Incluso, dentro del vejamen existen en ocasiones imbricaciones bilingüistas, p.e.,
en un vejamen de Gaspar de Aguilar éste introduce alguna estrofa en catalán aludiendo a un participante en esta lengua (en
la relación de las Fiestas por la beatificación de Tomás de Villanueva, de J. Martínez de la Vega, op. cit., pp. 540-555). Vid.
Albert Rossich: «Subordinació i Originalität en el barroc literari cátala: alguns paral-lelismes» en A. Rossich y A. Rafanell
(eds.): El barroc cátala. Actes de les jornades celebrades a Girona els dies 17, 18 i 19 de desembre de 1987, Barcelona,
Quaderns Crema, 1989, p. 536; August Rafanell: «Notes sobre la interferencia lingüística en la literatura catalana del Barroc»
en A. Rossich y A. Rafanell (eds.), op. cit., p. 618.
11. A. Rossich, op. cit., p. 536, no registra composiciones bilingües en castellano-catalán o en catalán-latín y menciona ya
estas piezas «de doble lectura»: 1) Jaime Orts, Soneto a S. Vicente en una lengua que es juntamente valenciana y castellana,
a la devoción («De tal manera al criador agrada...») [en F. Tárrega, Fiestas..., op. cit., p. 246]; 2) M.A. Ortí: A las profecías que
hizo el B. Francisco de Borja de la Compañía de Jesús, de voces castellanas y valencianas, octavas («Si alcança singular
prerogativa...») [en Ib., Siglo Quarto..., cit., ff. 65v-66v]; 3) Josef Aragonés, A la noble ciudad de Valencia en alabanza de
D. Marco Antonio Ortí su Secretario, soneto («Valencia insigne, Patria venturosa...»), [en M.A. Ortí, Solemnidad festiva...,
op. cit., h. 7r]. Vid. también A. Rafanell, cit., p. 619 (η. 36), que indica como primer ejemplo de estas composiciones el Soneto
a la muerte de nuestro emperador Carlos Quinto, en dos lenguajes de Joan Timoneda, en Cancionero llamado Sarao de
amor, Valencia, 1561.
12. A. Ferrando Francés: Eis certàmens poetics valencians, Valencia, 1983, p. 908; A. Rafanell, cit., p. 620 (η. 40), indica
también como precedente el Soneto en siete lenguajes de Timoneda, en Cancionero..., op. cit.
13. Autor de una breve exposición teórica sobre la composición de los jeroglíficos, en Francisco de la Torre: Reales fiestas a
honor de la Imagen de la Virgen de los Desamparados..., Valencia, J. Villagrasa, 1668, pp. 84-88. Vid. sobre estos géneros
mixtos, entre otros, los estudios generales de R. J. Clements: Picta Poesis. Literary and Humanistic Theory in Renaissance
Emblem Books, Roma, 1960 y Mario Praz: Studies in Seventeenth-Century Imagery, Roma, 1964; el estudio específico sobre
Valencia de Pilar Pedraza: Barroco efímero en Valencia, Valencia, Ayuntamiento, 1982; y, entre otros recientes, el detallado
estudio con un rico panorama bibliográfico en F. Rodríguez de la Flor: Emblemas. Lecturas de la imagen simbólica, Madrid,
Alianza, 1995.
14. Las proporciones de jeroglíficos con versos catalanes en Siglo cuarto. ..son: dentro de una primera serie de 17 jeroglíficos
con grabados, sólo 2 en valenciano; y dentro de la segunda serie de 42 jeroglíficos, 8 son en valenciano y 5 en latín. En
Solemnidad festiva...: de los 10 de la catedral, ninguno en valenciano; de los 12 de la procesión en el altar de S. Agustín, una
mayoría (10) en valenciano («Sant Agosti, de Valencia...» [p. 91], «Qual vea ser mes Alexandre...» [p. 95], «Com me donaren
per Sant...» [pp. 95-96], «Perqué volgui fer lo Sant...» [pp. 96-97], «Com diu be ab tanta riqueza...» [p. 97], «No vollo chipo del
sastre...» [pp. 97-98], «Molts se menchen los pollastres...» [pp. 98-99], «Caminant entre beatos...» [p. 99], «Com dihuen que
52

no te cap...» [pp. 99-100], «Tal set li vingue a donar...» [p. 100]); y de los 36 del Convento de N.S. a del Socorro, sólo 5
(«Anelladescentytres...» [p. 262], «Per obtenir mes blaso...» [pp. 266-267], «Com se diu aquest doctor...» [p. 281], «Basta la
fe, pero es be...» [p. 282], «Per molt que espremer la vullgues...» [pp. 284-285]).
15. Considerar que la «promiscuïtat lingüística» de Ortí haya contribuido -como afirma A. Rafanell- a «obstaculizar el
plantejament de la creació d'una Mengua literaria independent i moderna» me parece un enfoque algo reductivo; cf. August
Rafanell. «Notes sobre la interferencia lingüística en la literatura catalana del Barroc» en A. Rossich y A. Rafanell (ed.):
El barroc..., cit., p. 614.

APÉNDICE

JEROGLÍFICOS CON LETRA EN CATALÁN. SIGLO CUARTO DE LA CONQUISTA DE VALENCIA (1640)

Jeroglífico a-lll [f.35v]: Jeroglífico b-VIII [f.71r]:


• Timuerunt timoré magno d.Mac.10) • Isto delentur sanguine pili.

• Altres niu poden cercar, Perro ton enemich so,


que si les vull perseguir, y si aixi la sanch me escarbes,
les mate, o les fas fugir. pels arrasa, y ocasio
tindre, si et pega en les barbes
de tracta rte de capo.

Jeroglífico a-IV [f.36r]: Jeroglífico b-XIII [f.73r]:


• Qui no porta, no rebat • Animasque in vulnere ponunt

Si aqüestes me feren guerra, Encara que em piquen, no


en mi no han pogut fer mella, ofensa tan atreuida
perqué derrocada aquella, podra mereixer blaso,
totes aniran per terra. perqué dexaran la vida
hon se dexen lo fiblo.
Jeroglífico b-XVI [f.74v]: Jeroglífico b-XXXII [f.82v]:
• Altior in Regibus animus est • Dum fueris Romas Romano viuito more.

• Tes intencionsforen males, Qui tan polit me veura


pero no tan defallit exir a festes, si espera
tem hagueres atreuit, saber la causa, entendra
si me hagueres vist les ales. que pretench desta manera
blasonar de Valencia

Jeroglífico b-XXXI tf.82r]: Jeroglífico b-XXXIII [f.83r]:


• Tunis habet reos. • /Equitas in armis eius.

• Molt es que ningu el socorre • Si aigu de mes vngles pensa


quant sens culpa ni malicia que han de arrapar y ferir,
vehuen que el porta el lusticia no li perdone la ofensa,
pera muntarlo a la torre. perqué son pera tenir
Pero molt prest restara a la Ciutat en defensa.
aquesta pena difunta,
que si per vna part munta,
per altra sen baixara.

Jeroglífico b-XXXIV [f.83v]: Jeroglífico b-XXXVI [f.84v]:


• Vigiles custodiunt Ciuitatem. Oleum, et operam perditis.

• Perros Turchs nous ocupeu


• Si els lurats vellen de dia, en cacar lo Rat penat,
vella el Rat penat de nit, que denit millor si veu,
y en aquest se ha conuertit. y apres de aueruos cansat
a la lluna restareu.
54

HACIA UN TEXTO NUEVO: SIGNIFICACIÓN DE LAS


ANOTACIONES CRÍTICAS DE MORATÍN AL AUTO
DE FE CELEBRADO EN LOGROÑO EN 1610

Marina Partesotti

En el presente artículo analizaremos un trabajo de Leandro Fernández de Moratín que a pesar de


poder clasificarse dentro de su producción menor, los comentarios a las ediciones críticas de textos,
contiene muchos de sus temas principales ligados a la sociedad de su tiempo, hasta poder considerarse
casi un compendio de sus ideas más representativas. Nos parece, por lo tanto, interesante examinarlo
desde el punto de vista temático y estilístico, ya que esto nos permitirá evidenciar la técnica de Moratín
como prosista satírico. Nos referimos al «Prólogo» y a las extensas «Notas» que el comediógrafo escribió
como comentario a un texto publicado en 1611: la descripción de un espectacular Auto de Fe m celebrado
en la ciudad de Logroño en 1610 por la Inquisición española, obra de escasa calidad literaria, pero,
indiscutiblemente, con una poderosa fuerza sugestiva, ya que en el mismo período había inspirado no
sólo a nuestro autor sino también al Goya de los Caprichos. Aunque no sepamos quién fue el primero
en conocer el texto del siglo XVII (2) , lo cierto es que, según Vivanco en su amplia documentación de las
características históricas del Auto de Fe <3), Moratín, a pesar de no publicar su obra hasta 1811, ya la
había presentado anteriormente y discutido con sus amigos, los «acalófilos». Quizá una de las razones
de este retraso se pueda atribuir a su temor a caer en una eventual censura por parte de la Inquisición <4),
actitud justificada en un período de constantes sospechas y delaciones (5), pues es suficiente pensar
que, además de su carácter retraído que lo inducía a rehuir todo enfrentamiento, sólo pocos años
antes, en 1806, había sido delatado al Santo Oficio con el objetivo de contrarrestar el éxito de El si de
las niñas <6). Y probablemente los mismos motivos políticos y personales le indujeron a emplear el
seudónimo de Bachiller Ginés de Posadilla (7).
En primer lugar, nos interesa el carácter emblemático de este texto en cuanto a su contenido. Que
Moratín publicara una obra como el Auto de Fe fue en realidad un pretexto: criticar los métodos crueles
e irracionales del tribunal de la Inquisición y la mentalidad de quienes la secundaban participando en
sus manifestaciones públicas. Y esta intención nada gratuita se perfila ya desde las primeras «Notas»,
donde se refleja claramente este rechazo iluminista por medio de
su feroz ironía:

AUTO DE FE ¿Qué tribunal ha habido jamás tan piadoso? Él no hacía otra


cosa que aprisionar, atormentar, desterrar, confiscar, afrentar,
celebrado
excolmugar, azotar, ahorcar y quemar a los miserables que cogía
en la c i u d a d d e Logroño debajo. Si se le morían en los calabozos, los condenaba en
en los días 7 y 8 d e Noviembre estatua y les quemaba los huesos: y los nombres, apellido y
d e l a ñ o d e 1610. patria de éstos y de aquéllos los ponía en letras bien gordas a la
siendo I n q u i s i d o r general entrada de las iglesias, para que todo el que supiere leer lo
el C a r d e n a l , A r z o b i s p o leyese, y durasen por siglos en las familias que dejaban los
de Toledo, efectos de su clemencia clerical. Ni éstos debieron llamarse
don Bernardo de Sandobal tribunales, sino congregaciones filantrópicas<8).
y Rosas.
Además, la acción de la Inquisición durante los dos siglos
anteriores aparece indicada en el «Prólogo» como una de las
causas del retraso en el que se ha visto sumido su país con
respecto a las otras naciones europeas. Con esta finalidad, Moratín
V critica severamente a los autores extranjeros cuyos análisis le
resultan superficiales o incompletos, ya sea por su «ligereza», o
bien por culpa de los propios españoles que no han sabido
«suministrar los documentos que son necesarios para ello» (9).
Y en este sentido comenta al respecto:
Φ*£ΆΧ3 R I D Es tiempo ya de producir documentos para que otras plumas,
;ιιριιε.·<τΑ De D O M I S Q O B L A X C O — L I £ C B I * D . 3 l
sin exageración, sin parcialidad, sin encono, describan el origen,
los progresos y el suspirado término de nuestra calamidad.(101
No deja de demostrar, sin embargo, un cierto patriotismo -muchas veces negado por sus
contemporáneos y por la crítica (11)- cuando justifica a los españoles y, en especial, a los grandes autores
del pasado (Góngora, el conde de Villamediana, Quevedo y Cervantes), que nunca han denunciado los
métodos y los castigos adoptados por la Inquisición. Pues en realidad estos artistas:
55

si no hubiesen temido la prisión, la tortura, la afrenta y la muerte, hubieran sido capaces de pintar en todo
su horror, o de escarnecer con el azote de la sátira tan inicuos procedimientos, que no siempre el silencio
es señal segura de complicidad ni de aprobación.,12)
Este último comentario se podría considerar una suerte de autojustificación, pues, si por una parte,
como autor iluminista, advierte la urgente necesidad de comprometerse socialmente en el progreso de
la nación, por otra rehuye los riesgos que una empresa semejante puede comportar ( 1 3 ) . Sobre esta
cuestión, Lázaro Carreter afirma:
Moratín operaba siempre desde unos principios morales rectos y honestos. Pero ello era fruto de una
convicción racional, tanto como de una contextura anímica sumamente peculiar, que determinaba en él
una tendencia inequívoca hacia la templanza [...]. En todo era don Leandro moderado y hasta cobarde: se
había constituido en prisionero de sí mismo, y necesitaba de un orden estable para que su intimidad
pudiera sentirse segura. Cualquier situación que lo enajenara, que le expusiera a no ser dueño de su espíritu,
fue siempre sistemáticamente evitada por él. ( U I

El «Prólogo», por lo tanto, es representativo de las contradicciones y expectativas moratinianas. Es


evidente que su actitud, por su intensa intervención crítica y enjuiciadora, no equivale a la del historiador
que analiza los hechos objetivamente. Como tampoco se podría esperar de un racionalista del siglo
XVIII un enfoque que tuviera en cuenta el relativismo historicista, una actitud comprensiva, afirmativa y
no exclusivamente de crítica negativa con respecto a la Inquisición n5) . Y a pesar de esto, Moratín expresa
varias veces su pretendida neutralidad, su deseo de ser objetivo, de actuar c o m o simple copista que
transmite un texto «sin mudar letra», pues el Auto de Fe, como documento histórico, no ha sido en
absoluto modificado. Su atención hacia el documento -recordemos su interés por los textos antiguos y
su labor de bibliotecario-, así como su escrupuloso deseo de integridad, se relacionan con aquella idea
de espíritu crítico que Bayle t o m ó del Essai sur les moeurs de Voltaire (16). Ahora bien, sin dejar de
respetar el documento, al referirse a un pasaje del Auto que por su lenguaje y su contenido resulta
excesivamente blasfemo y escabroso, en la «Nota 35» confiesa haber estado tentado por:
hacer añicos el texto y la glosa, y desistir de la publicación de esta obrilla. Porque es, en efecto, tan
groseramente necio y bestial cuanto aquí se refiere, y supone tan torpe y hedionda estupidez de parte de
sus autores, que no parece posible, sin esfuerzo particular, llevar adelante su lectura.
Y no sólo eso. Pues a partir de aquí introduce en la «Nota» un extenso diálogo entre cuatro personajes
a quienes tras leerles el texto y las «Notas», les pide su opinión: el Editor, el Bachiller Ginés de Posadilla,
y tres amigos, don Juan, don Tomás y don Pablo, que discuten sobre la oportunidad de publicar
íntegramente el Auto de Fe o suprimir las partes que podrían escandalizar a los lectores. Como era de
esperar, las opiniones son discrepantes:
DON TOMÁS. Eso es abominable. No lo imprima usted.
DON JUAN. Imprímalo usted, que precisamente es lo mejor de toda la obra.
[...I
DON PABLO. Imprímase enhorabuena el texto antiguo, y las notas con él; pero al llegar a eso de la misa, y
lo que se dice más allá, salto y puntos suspensivos [...].
Posteriormente, el diálogo se centra en la oportunidad de efectuar eventuales recortes. Don Juan, que
es el personaje más radical, tras haber denunciado los efectos nefandos de las acciones inquisitoriales
en la «ilustración» y en la «moral pública», le pide al Editor que manifieste sus intenciones, es decir, si
quiere defender o condenar semejante institución, ante lo cual el personaje afirma:
Ni lo uno ni lo otro. Quiero únicamente retratarla o, por mejor decir, presentar el original mismo, para que
no se diga que el artífice la favoreció ni la ofendió en la copia. Por eso he creído que valía más que muchas
disertaciones la reimpresión de una obra que ella misma dictó, y por eso me inclino a conservarla entera,
si más poderosas razones no me convencen.
Pero, por su parte, don Tomás replica basándose en que ningún lector cristiano podría soportar tales
blasfemias y obscenidades, y nuevamente don Juan alega que la responsabilidad es de la Inquisición
por haber permitido la publicación y difusión del texto: «Ella debe responder, el señor no. Su oficio es
copiar». El Editor rebate por enésima vez, en este caso las palabras de don Pablo, diciendo que la
lectura del Auto de Fe no puede conllevar daño alguno:
¿Quién ha de hallar complacencia ni peligro en semejante lectura, sino algunas de aquellas almas groseras
y enteramente corrompidas, a cuya depravación nada hay que añadir? [...] Ni ¿qué hombre piadoso y
católico, cuando deteste la feroz ignorancia de nuestros abuelos, no seguirá venerando como es justo, el
misterio más sublime de la religión, el más digno sacrificio que han ofrecido los mortales a la Divinidad?I17)
Como podemos observar, Moratín en este caso se desentiende sin ambages de una responsabilidad
que le parece excesiva. Este intercambio de opiniones puede interpretarse como una doble tentativa;
56

por un lado, anticipar las posibles críticas que la presentación al lector de un texto semejante podría
suscitar; por otro, expresar sus propias incertidumbres y dudas utilizando la técnica del diálogo,
procedimiento para el que, obviamente como dramaturgo, estaba más capacitado l18). Racional y firme
en sus opiniones, guiado por una inmoderada sinceridad, recurre pues a este medio para presentar
distintos puntos de vista o expresar sus propias inquietudes. Pero su pretendida objetividad científica,
incluso en el ámbito histórico-literario, no es más que una ilusión, pues, evidentemente, el mero hecho
de publicar un texto ya es, en sí mismo, un acto ideológico que implica una elección, que en este caso
viene reforzada por el contenido de las «Notas».
No olvidemos que el diálogo, además de cumplir con esta función de clarificación y justificación,
se utiliza en otros contextos con una finalidad preeminentemente estética, como sucede en los dos
diálogos colocados en la extensa «Nota 52», relativa a las vicisitudes de Carlos II. Aunque Moratín no
cite las fuentes históricas en las que se fundamenta su «relación», nos presenta una crónica minuciosa
y verídica de los intentos llevados a cabo para curar al rey hechizado, naturalmente, expuesta en clave
satírica (19). Entre los muchos recursos utilizados para sanar al enfermo soberano, insiste en los más
disparatados, pues ni las prácticas del Padre Forilán, ni las del Vicario de Cangas, ni mucho menos los
exorcismos de Fray Mauro Tenda, que ha venido expresamente desde Alemania, sirven para aliviar a
Carlos II de sus males. Parece así que la forma narrativa, aun siendo m u y incisiva, no le basta para
evidenciar el aspecto ridículo de las prácticas, rituales y creencias vigentes entre el pueblo, juzgadas
tan anticuadas como absurdas. Por ello se sirve del diálogo, primero entre el Vicario y el Demonio:

VICARIO. ¿En qué se le dio el hechizo al rey?


DEMONIO. En chocolate.
VICARIO. ¿De qué se había confeccionado?
DEMONIO. De los miembros de un hombre muerto.
VICARIO. ¿Cómo?
DEMONIO. De los sesos de la cabeza para quitarle la salud, y de los ríñones para corromper el semen e
impedirle la generación.

y después entre Fray Mauro y el Diablo:

FRAY MAURO. ¿En qué se dio el maleficio?


DIABLO. En polvo de tabaco.
FRAY MAURO. ¿Ha quedado más?
DIABLO. Sí, y está guardado en un escritorio.
FRAY MAURO. ¿Qué reina dio el maleficio al rey?
DIABLO. La que murió.
FRAY MAURO. ¿Hay más maleficio del que dijiste esta mañana?
DIABLO. Sí. (201

Pero no falta su comentario irónico, al rematar estos diálogos con la afirmación de que «todo es embrollo
y behetría, y todo redundaba en perjuicio del augusto endemoniado, que cada vez estaba peor». Y
posteriormente vuelve a utilizar la sátira en una «Nota» en la que, refiriéndose a otros curanderos
religiosos, pinta una escena contemporánea que se desarrolla en un ambiente popular. En este caso la
situación es mucho más prosaica pues para curar a los niños débiles, flacuchos, descoloridos, tristes,
cuyo malestar es atribuido por sus madres, tías y abuelas regularmente a las lombrices, se pide ayuda
a los Padres de San Bernardo, quienes:

habían discurrido una oración ambidestra, que tan buena era para el chupamiento de brujas, como para las
lombrices. Llenábase la portería de chiquillos entecos, y madres devotas, y hermanas opiladitas y ojinegras;
bajaba un religioso de robusta estructura, ceja populosa, nariz adunca, cerviz taurina, ademán hercúleo,
y le acompañaba un hermano motilón con el agua bendita y el libro. Saludaba el padre a aquellas afligidas
mujeres, no quitaba ojo a las hermanas, y repartiendo la oración, las bendiciones, la estola y el aspersorio
de canijo en canijo los dejaba como nuevos, y se volvía sudando a su celda. Yo bien te diría cuál
es la oración; pero si no hay Padres que la administren, lo mismo sirve la oración que las coplas de
Calaínos.<2»

Y, asimismo, critica otra creencia popular potenciada por algunos religiosos para sacar provecho:

Es cosa bien sabida que mientras no se le quite a un difunto el saco bendito que tiene encima no hay
manera de llevársele al infierno, ni tocarle, ni hacerle daño alguno. Por eso los cereros venden hábitos de
San Francisco a precio discreto, con lo cual aseguran la quietud de los finados, y a ellos también les resulta
alguna conveniencia.(22)
57

Además no pierde la ocasión para ridiculizar la figura del Diablo; el demonio, que en el Auto de Fe
posee un papel dramático, en las «Notas» es presentado, por contraste, no como antagonista de Dios,
sino simplemente como un objeto de la superstición al que hay que desmitificar <23) . Y abogando por su
lucha contra la superstición y la magia, pone de relieve que «no ha habido jamás nigromante, ni brujo,
ni adivino, ni hechicero, por más intimidad que haya tenido con el Demonio que no haya muerto
miserable» (241.
M e d i a n t e la ironía, M o r a t í n , fiel a su proyecto i l u s t r a d o , pretende sobre t o d o e x t i r p a r las
supersticiones ligadas a las creencias populares y potenciadas por la educación religiosa, aunque éstas
pudieran resultar esperanzadoras para gran parte del pueblo que vivía en condiciones de extrema pobreza
e ignorancia. Por ello, en su batalla contra los presuntos remedios milagrosos y la magia, se muestra
impasible ante los sufrimientos humanos y la trascendencia de lo milagroso; como para la mayoría de
los iluministas, su objetivo principal consiste en eliminar todos aquellos obstáculos que impiden usar
libremente la razón y, consecuentemente, imposibilitan el progreso de las naciones. Sin olvidar que
esta ausencia de implicación emotiva, no necesariamente atribuible a un «defecto» de humanidad (25),
se ajusta a las propias leyes del género satírico, que requiere un distanciamiento, incluso ante los
acontecimientos más trágicos de la vida (26).
Pero la magia y la superstición no son los únicos blancos de la sátira moratiniana. El texto del siglo
XVII, incluso en determinados pasajes de notable dramatismo, le sirve de pretexto para denunciar en
tono burlesco también la amoralidad de la producción teatral de su época. En las «Notas», de hecho, el
teatro no proporciona sólo la técnica de expresión (como en el caso del diálogo entre los amigos o el
del Diablo y el Fraile), sino que, como en toda su obra, sigue siendo un tema prioritario, casi obsesivo.
En concreto, considera que el teatro de magia y de santos es ofensivo con respecto a la religión y
contrario a los principios de la verosimilitud, como se demuestra en esta enumeración:

a cada paso se presentan La Peregrina doctora, El Diablo predicador, Marta la Remorantina [sic], El diluvio
universal, El nazareno Sansón, El anillo de Giges, El Convidado de piedra, El lucero de Madrid y Pedro
Vayalarde, con sus dos hijos endemoniados y el Cristo que habla y dice con voz acigarrada y aguardentosa:
«ya estás perdonado, Pedro».(27>
No es otro que un leit-motiv de su crítica contra la deplorable situación del teatro español, debida no
sólo a los gustos y exigencias de un público ignorante, sino también a la utilización de los textos del
Siglo de Oro por parte de los imitadores y a la superficialidad e incompetencia de los profesionales de
la escena (28). Moratín ya había señalado este problema, por ejemplo, en su «Discurso preliminar» a las
Comedias como denuncia de los autos sacramentales(29) prohibidos en 1765, gracias a la intervención
de su propio padre y de Cadalso, entre otros. Pero, evidentemente, los directores de las compañías
t e a t r a l e s no e s t a b a n d i s p u e s t o s a r e n u n c i a r a la
espectacularidad escénica de las intercesiones divinas, ya que
también en el «Prólogo» a los Orígenes del teatro español
señala, entre las causas de la «corrupción», un «espíritu de
mal entendida devoción, que profanó los sagrados de la fe,
haciéndolos asuntos de las representaciones histriónicas» (30).
Más incisiva y ejemplar de su pensamiento resulta la «Nota
55» que, aunque parezca discordante con respecto al texto del
Auto de Fe, nos ofrece una verdadera y precisa caricatura del
estado deplorable del teatro. Por medio del Bachiller Ginés de
Posadilla, nos dice:

Un sobrinito mío, que para esto del verso es un águila, acaba


de escribir una tragedia de magia y música, intitulada: La
venganza más horrenda y muerte de Marijuán, la cual se
representará, sin remedio, en alguno de los teatros de la Corte
para esta Pascua próxima.
Y en cuanto al valor literario y la composición de la obra,
considera que se trata de «una taracea, compuesta como otras
de su género, de retazos de los más acreditados dramáticos antiguos y modernos, pegados unos a
otros con admirable oportunidad y sutileza». Y más adelante, con un optimismo comparable al de don
Eleuterio en La comedia nueva afirma: «Lo menos va a durar cuarenta días, háganla bien o háganla
mal, llueva o no llueva» <311. Del m i s m o modo, al referirse a las condiciones en las que se asistía a los
espectáculos, comenta:

Tendrán grada las señoras mujeres; habrá a la puerta mantillas desgarradas, zapatos perdidos, abanicos
rotos, capotes hechos trizas y asfixias y navajazos para adquirir billetes.
58

Como conclusión de su irónica apología, el Bachiller subraya uno de los elementos fundamentales de
la producción teatral a fines del siglo XVIII con importantes implicaciones sociales, es decir, el deseo de
los cómicos de enriquecerse fácilmente mediante una «nueva» actividad desarrollada c o m o puro
diletantismo y sin ningún ánimo de perfección (32>, sólo para aplacar las peticiones de un público que
aún no estaba educado en el «buen gusto»: «Los cómicos quedarán ricos, y por consiguiente querrá
Dios que no vuelvan a representar en su vida». Además Moratín remata su «Nota» con un recurso
claramente teatral, un reparto cuyos personajes están t o m a d o s del Auto de Fe, que a pesar de su
extensión merece la pena transcribirse:
Pondré una lista de los personajes para divertir la curiosidad de los apasionados, en tanto que Baus
dispone las máquinas y adoba las garruchas.
EL GRAN CABRÓN. Sultán y Capellán mayor del Aquelarre de Zugarramurdi.
GRACIANA DE BERRENCHEA. Bruja. Reina y Papisa del Aquelarre.
MARIJUÁN DE ODIA. Bruja, concubina del Gran Cabrón, jubilada y sin sueldo.
ESTEBANÍA DE IRIARTE. Bruja, concubina del mismo, con ejercicio y gajes.
JUAN SANSÍN. Su esposo, brujo y maestro de Capilla del Aquelarre.
MIGUEL DE GOYBURU. Barba brujo, tamborilero y acólito del Gran Cabrón.
MARTÍN DE VIZCAR. Barba brujo, alcalde del Aquelarre.
JUAN DE ECHALAR. Brujo, verdugo del aquelarre y bufón de la reina.
MARÍA DE ECHALECO. Bruja, graciosa.
MARTÍN DE AMAYUR. Buen cristiano, hombre de bien y molinero tonto.
MARÍA CHIPIA. Bruja vieja y tullida, maestra de novicios.
SOCARRODILLO...
CENTELLA. Diablos monacillos.
RABILARGO.
GARRILLAS...
D. FERMÍN DE IPARRAGUIRRE. Natural de Yurre de Arratia, vicario de Zugarramurdi.
D. IGNACIO JAVIER MARÍA DE ERRETARCHECOJAUNARENA. Sacristán de Zugarramurdi.
Cuatro docenas de niños chupados.
Acompañamiento de puercos, gatos, cabritos, zorros y garduños. Pajes del Cabrón.
Acompañamiento de murciélagos, grajas, cemícalas, mochuelas y lechuzas. Camaristas de la reina.
Coro de perros.
Coro de sapos. (33)
La cita habla por sí misma. Se trata evidentemente de una parodia, como ya lo había sido El gran cerco
de Viena en La comedia nueva, donde nos mostraba un ejemplo de las obras «desatinadas» tan criticadas
por él y del ambiente que las propiciaba. Sin embargo, en el Auto, sólo enumera a los personajes de
una virtual representación dramática del mismo tipo, dejando que el lector imagine un posible desarrollo,
por m u y esperpéntico que pueda resultar. Quedan claros también en este caso su intención cómica y
su p r o p ó s i t o s a t í r i c o : en c u a n t o al p r i m e r o , piénsese en el efecto g r o t e s c o de los d i s t i n t o s
acompañamientos y de los coros de sapos y perros; con respecto al segundo, en la utilización de
p e r s o n a j e s p e r t e n e c i e n t e s a una r e p r e s e n t a c i ó n espectacular, el Auto de Fe, en un c o n t e x t o
completamente diferente y, por lo tanto, con una finalidad diametralmente opuesta a la del texto original.
Pues ahora quienes sufren las consecuencias de esta situación no son los protagonistas de la obra, sino
los que han originado esta suerte de mundo al revés l34) en el que se replantean las jerarquías sociales
laicas y religiosas (Sultán, maestro de capilla, reina, papisa, etc.).
A s i m i s m o , absorto por completo en su intención crítico-satírica, se despreocupa nuevamente de
los padecimientos de los personajes «históricos» del Auto y, por lo tanto, del aspecto dramático de
tales manifestaciones. Y si los personajes y el ambiente de la obra base le han servido de pretexto para
denunciar irónicamente el estado en que se encuentra el teatro, también serán utilizados para atacar a
la «mala poesía» de su tiempo (35>. Refiriéndose a un pasaje del Auto en el que se describe con lujo de
detalles la iniciación de los nuevos adeptos a la secta, comenta:
¡Excelente asunto para una égloga! Si yo fuera poeta introduciría un par de zagalejos, brujos novicios, los
dos en cueros vivos, los dos chorreando ungüento verde y fétido, y pastoreando sapos por los campos de
Barahona en una noche lluviosa de diciembre, y cantando uno y otro al son del tamborino sus celos, sus
esperanzas, sus dulces amores con las brujas [...] como ya es costumbre inveterada que todas las églogas
se concluyen al anochecer, la mía (por no parecerse a ninguna) se acabaría al cantar del gallo, y el quiquiriquí
me serviría de desenlace.(361
Hasta aquí, todos los temas analizados: Inquisición, superstición, teatro y poesía, ponen de manifiesto
c o m o la sátira moratiniana se dirige fundamentalmente a quienes ostentan t o d o tipo de poder o lo
ejercen con alevosía. Y éste era el caso de la Inquisición que, convencida de poseer la verdad, recurría
59

a la tortura; de los frailes curanderos que fomentaban la superstición en beneficio propio; así c o m o , en
el campo literario-teatral, de todos aquellos «artistas» que habían llevado a la nación a una situación
cultural deplorable.
Moratín elige pues el género satírico porque «lo que la sátira ataca no es la torpeza y deformidad
naturales, sino su pretensión de no ser lo que son» (37). La ironía reside justamente en esto: en mostrar
simultáneamente apariencia y realidad, denunciando así la hipocresía generalizada en la sociedad y la
presunción de los poderosos, y formulando al m i s m o tiempo el ataque y la norma moral de acuerdo
con ese deseo de moralidad siempre presente en su obra.
Hemos visto c o m o la mayoría de las «Notas» suponen una auténtica digresión con respecto a
la narración del Auto de Fe: pocos son los casos en los que s i m p l e m e n t e se c o m e n t a , amplía o
aclara algo del c o n t e n i d o del t e x t o base, pues las llamadas al escrito del siglo XVII son un pretexto
para ejercer la ironía, el diálogo y la prosa. En cuanto a ésta, generalmente los pasajes son m u y
extensos y si en muchos casos responden a un preciso o b j e t i v o ; en otros, la f i n a l i d a d está más
atenuada y p r e d o m i n a el simple gusto por la narración. Su deseo de contar distintas historias y
anécdotas emerge de manera preponderante. Además del citado e j e m p l o sobre Carlos II, se incluye
t a m b i é n un cuento sobre las leyendas de v a m p i r o s , así c o m o la historia de Micaela C h a u d r o n . En el
primer caso, se describe irónicamente el encargo que Carlos II confirió al reverendo padre Calmet
para descubrir en Hungría el escondite de un v a m p i r o que «se divertía en chupar a diestro y siniestro
cuantas criaturas encontraba». Después de una intensa búsqueda «halláronle al picarón t e n d i d o en
su ataúd, g o r d o , fresco, recolorete, los ojos abiertos y pidiendo de comer» (38). El segundo, la narración
relativa a Micaela Chaudron, se basa en un caso de brujería t o m a d o del Comentaire sur le livre des
délits et des peines par un avocat de province de Voltaire. Una vez más, se trata de una crítica a la
t o r t u r a , a los t o r m e n t o s infligidos a los presuntos culpables para que confiesen sus delitos (391. En
otras ocasiones mediante las «Notas» se ofrecen narraciones breves y anécdotas sobre c o s t u m b r e s
y usos c o n t e m p o r á n e o s , sin que falten citas de distintos autores que atestiguan la a m p l i t u d de su
cultura: pasajes de La Celestina, versos de Tasso y de Camoens, además de las consabidas referencias
a Voltaire.
Entre las técnicas más utilizadas destaca la de acumulación por enumeración, como ésta de la
«Nota 33» referida irónicamente a los amuletos indispensables contra los maleficios:

un colmillo de jabalí, una Santa Teresa de barro, la cruz de Caravaca, la regla de San Benito, un cuerno, una
mano de tejón, la piedra del rayo, la piedra del águila, una pipa de San Ignacio, la firma de Santa Teresa,
una higa de azabache con su media luna detrás, un Agnus Dei, un medalla de Santa Elena, un niño en
cruces y una castaña de indias.

O la expresiva enumeración de los castigos inquisitoriales aplicados a los condenados de Logroño, en


la «Nota 60»:

prisión, tormento, sambenito, corozas, soga, velas verdes, burro, azotes, multas, confiscación de bienes,
destierro, cárcel perpetua, afrenta pública, pena capital, garrote y brasero.

Otra técnica importante es la que une registros estilísticos distintos e incluso antitéticos. Es interesante
la combinación de léxico popular, que nunca llega a la escatología, con citas en latín. Por ejemplo, en la
«Nota 10» aparece una primera parte en estilo coloquial:

No anda discreto el demonio en esto de presentarse tan feo y de mal humor en los aquelarres, porque
puede echarlo todo a perder. Brujo habría, particularmente entre los novicios, que al verle de tan espantable
gesto le hiciese una higa, y no volviera jamás a la tertulia.

a la que sigue: «Pero ¿qué especie de fealdad es ia suya? Hoc opus, hic labor est». El m i s m o contraste
se observa entre «Notas» consecutivas, por ejemplo entre la «Nota 16», en la que predomina el lenguaje
popular, y la cita en latin de la «Nota 17»: «llliacos intra muros peccatur, et extra». Por lo que se refiere
al lenguaje popular hay que destacar el uso frecuente de modismos c o m o : «no ver gota» («Nota 19»),
«verse negro» («Nota 27»), «Pasárselo m u y ricamente» («Nota 36»), «no poderse tener de viejo» («Nota
45»), etc; de proverbios: «Adonde fueres haz como vieres» («Nota 15»); «Que el vestido del criado dice
quien es el señor» («Nota 26»); «El abad de lo que canta yanta» («Nota 38»), etc. O de diminutivos,
términos de uso c o m ú n y adjetivación familiar en las descripciones del diablo para redimensionar su
figura y no atemorizar al receptor. Quizá el ejemplo más logrado de comicidad por antítesis sea la
«Nota 25». En el Auto de Fe se habla de sapos-demonios que acompañan a las brujas para inducirlas a
cumplir acciones malvadas, mientras que en el texto moratiniano, se dedican a ataviar a los sapos. Esta
narración aviva su imaginación, ya que sitúa la descripción diabólica en el plano cotidiano y doméstico,
utilizando una terminología rica en diminutivos y tópicos propios del lenguaje infantil:
60

La triste bruja que hubiese de vestir a tanto sapito de paño y terciopelo y traerlos a todos ellos decentes y
aseados, como es regular, se vería muy apurada; pero el prudente demonio removió este obstáculo,
disponiendo que los vestidos (por un continuado milagro) ni se los empuerquen ni se le rompan. Con su
camisolita de percal, su chaqueta, su pantaloncito, sus medias botas y su gorro a cada uno, los tiene ya
equipados para toda la vida. Es gasto, pero al fin se hace de una vez.
Otro elemento que no pasa desapercibido por su reiteración es el uso intercalado de apostrofes al
lector. Moratín se dirige al «lector benévolo», «lector candido», «lector amabilísimo», «lector carísimo»,
«lector suave», «lector amoroso» y, no sin ironía, al «lector escrupuloso y nimio» y al «lector inerudito
y torpe». Por medio de este recurso entabla un diálogo con su lector ideal: un español erudito, o por lo
menos ilustrado, o bien un lector extranjero, para afirmar su propio orgullo nacional, demostrando que
también su país puede liberarse de su pasado y conquistar de este m o d o la modernidad. Y en una de
sus últimas «Notas», en oposición al contenido dramático del Auto de fe, afirma con autoironía: «No
quiera Dios que yo abuse jamás de la tolerancia de mis lectores, ni me empeñe a decirles todo lo que
sé. Agradézcanme por todo lo que callo» <40).
A lo largo de este análisis hemos podido observar cómo las «Notas» no son en absoluto gratuitas,
sino que más allá de lo meramente explicativo, suponen un auténtico gesto ideológico hasta el punto
de originar un texto nuevo. Por ello de la comparación entre los dos textos, el original del siglo XVII, o
siguiendo la terminología genettiana, del hipotexto (A), y de las «Notas» moratinianas (B), compuestas
posteriormente, se puede llegar a la conclusión de que no sólo cronológicamente, sino t a m b i é n
ideológicamente, se ha originado una obra nueva, el hipertexto (C), descodificable sólo si se lee como
una unidad indivisible:

Hipotexto A Β Texto

C
Hipertexto

Es precisamente en relación con el documento de Logroño, del que Moratín funciona c o m o editor,
donde las «Notas» adquieren un valor estético y semántico. Irónicas y, a veces, incluso humorísticas,
anexas a un informe que reproduce el clima tenso y dramático de un proceso de brujería, dan vida a un
nuevo «género literario», a una obra distinta y autónoma. Las «Notas» se proyectan sobre el texto base
desvelando la intrínseca irracionalidad de la Inquisición, y el texto base sirve para expresar sus amargas
reflexiones en las «Notas», c o m u n i c á n d o s e r e c í p r o c a m e n t e . Las glosas nunca son p u r a m e n t e
explicativas, sino que denotan un fuerte compromiso ideológico, ya que transforman sustancialmente
la forma de lectura del hipotexto y la ironía tan marcada adquiere un valor hermenéutico, revelando al
lector lo absurdo, ridículo y amargo del proceso y, por extensión, de la sociedad que lo ha permitido.

Universidad de Bologna

NOTAS
1. El título completo del Auto de Fe utilizado por Moratín corresponde ai de la edición princeps de la obra del siglo XVII:
Relación de los personajes que salieron al Auto de Fe, que los señores D. Alonso Becerra Holguin [y otros] celebraron en la
ciudad de Logroño en siete yen ocho días del mes de noviembre de 1610 años, Logroño, Juan de Mongastón, 1611. De la
obra de Leandro Fernández de Moratín se conocen varias ediciones: Madrid, Imprenta Real, 1811; Cádiz, Imprenta Tormentaria,
1812; Mallorca, Imprenta Real, 1813; Madrid, Collado, 1820; Barcelona, Imprenta de Verdaguer, 1836; Obras de Don Leandro
Fernández de Moratín, Madrid, Rivadeneyra (B.A.E., II), 1848; además está incluida en el volumen Quema de brujas en
Logroño en 1610, Madrid, Biblioteca de la Inquisición, [s.a.] [comienzos del s. XX], pp. 1-102, y en la nueva edición de las
Obras de Don Leandro Fernández de Moratín, Madrid, Atlas (B.A.E., II), 1944. Aquí seguiremos esta última edición; por lo
tanto, las indicaciones de las páginas relativas a las «Notas» de Moratín se refieren a ésta. Pero hay que tener en cuenta que
esta edición no incluye ni el «Prólogo» ni la última parte de la «Nota» final que contiene un elogio a Napoleón. Por lo tanto,
todas las referencias al Prólogo pertenecerán a la primera edición de 1811. Hemos modernizado los textos según las normas
actuales.
61

2. Edith F. Helman en su artículo «Moratín y Goya: actitudes ante el pueblo en la Ilustración española». Revista de la Universidad
de Madrid, X, 1960, p. 597, piensa que Goya se inspiró no sólo en el Auto de Fe, sino también en el «comentario burlesco»
de Moratín, pero no justifica dicha hipótesis.
3. Cf. Luis Felipe Vivanco: Moratín y la ilustración mágica, Madrid, Taurus, 1972, pp. 210-216.
4. Recuérdese que en España la Inquisición había sido abolida por Napoleón gracias al decreto del 4 de diciembre de 1808.
Para una mayor profundizaron, vid. Pierre Dominique: La Inquisición, Barcelona, Luis de Caralt, 1973, pp. 301-311, y el
ensayo indispensable, por ofrecer un cuadro exhaustivo del fenómeno, del historiador Gustav Henningsen: El abogado de
las brujas. Brujería vasca e Inquisición española, Madrid, Alianza Editorial, 1983.
5. Cf. la carta que ya en 1787 Moratín le había enviado a su amigo Juan Pablo Forner, en Epistolario de Leandro Fernández de
Moratín, Madrid, Castalia, 1973, pp. 71-72.
6. Cf. Buenaventura Carlos Aribau: «Vida de Leandro Fernández de Moratín» en B.A.E., II, p. XXXII.
7. La utilización de seudónimos era frecuente entre los escritores de la época. Moratín ya se había servido de este recurso en
distintas ocasiones; por ejemplo, en 1779 había participado en un certamen de poesía presentándose como «Efrén de Larnaz
y Morante», en 1782 con el de «Melitón Fernández» y en 1786 publica La comedia Nueva con el de «Inarco Celenio».
8. «Nota 8», p. 618. También es significativa la «Nota 6», p. 618, en la que con un tono irónico-satírico se refiere a dos
discursos pronunciados por los inquisidores, pero que no se transcriben en el texto del Auto de Fe: «¡Qué dos piezas de
elocuencia se ha perdido la posteridad: el sermón del padre provincial y el del padre prior! Tan bueno sería el uno como el
otro. ¡Y cómo resplandecería en los dos el espíritu de tolerancia, de mansedumbre, de caridad evangélica!».
9. «Prólogo», p. 5.
10. Ib., p. 6.
11. Para un ejemplo de tales posturas críticas, que proponían la imagen estereotipada de un Moratín «colaboracionista» y
por tanto carente de todo sentimiento patriótico, puede considerarse el artículo de Santiago Melón R. de Gordejuela: «Moratín
por dentro», Cuadernos de la Cátedra Feijóo, 16, 1964, pp. 13-20.
12. «Prólogo», p. 7.
13. En su carta del 23 de marzo de 1787 [Epistolario, éd. cit., pp. 47-48), Moratín expresa una de las posibles motivaciones de
tal postura. Dirigiéndose a su amigo Forner afirma: «Créeme, Juan; la edad en que vivimos nos es muy poco favorable: si
vamos con la corriente, y hablamos el lenguaje de los crédulos, nos burlan los extranjeros y aun dentro de casa hallaremos
quien nos tenga por tontos; y si tratamos de disipar errores funestos, y a enseñar al que no sabe, la santa y general Inquisición
nos aplicará los remedios que acostumbra».
14. Fernando Lázaro Carreter: «Estudio Preliminar» a L. Fernández de Moratín: La Comedia Nueva. El side las niñas, Barcelona,
Crítica, 1994, p. XVIII.
15. Estudios recientes han abordado el período de la Inquisición expresando juicios menos severos. Vid. por ejemplo, Jean-
Baptiste Guiraud: Elogio dell'lnqu'isizione, Milano, Leonardo Editore, 1994.
16. En la misma obra Voltaire evidenciaba, además de la necesidad de actuar con espíritu crítico para distinguir en la historia
lo verdadero de lo falso, la exigencia de seleccionar los hechos más representativos del pasado, eliminando los detalles
superfluos injustificados que impedían relatar los grandes sucesos. También esta voluntad de ejemplaridad probablemente
indujo a Motatín a su decisión de querer publicar el Auto de Fe. Pero el influjo de Voltaire en su pensamiento no se circunscribe
únicamente al ámbito histórico. Recuérdese además que junto a su indiscutible conocimiento del Dictonnaire philopophique
y del Essai sur les moeurs, pocos años después de la publicación del Auto de Fe, en 1814, tradujo el Candide, obra publicada
postumamente en Cádiz en 1838.
17. La religiosidad es planteada por Moratín más como un problema social que personal. Muchos ilustrados o proponían
una religiosidad de tipo deísta, o bien buscaban una regeneración del espíritu cristiano por medio de una purificación de los
elementos supersticiosos. Podría incluirse a Moratín en este segundo grupo. Como justificación de esta hipótesis vid. la
«Nota 18», en la que el autor critica la sensibilidad distorsionada del vulgo con respecto a la religión: la figura de Jesús,
sacrificado por los hombres en la cruz, recibe de mala gana «una inclinación de cabeza» o todos los actos de devoción se
reservan a la Virgen María. Para Moratín, la responsabilidad de todo ello reside principalmente en los religiosos: «ésta era
teología de frailes (no de todos, pero de la mayor parte de ellos), y si no la más acomodada al espíritu de la religión, la más
conforme a la estabilidad de los refectorios» (p. 620).
18. Son ejemplares los personajes de don Pedro y don Antonio en La Comedia Nueva o El Café, partidarios de soluciones
extremas. El primero impaciente e hipercrítico responde al intento moralizador de Moratín; el segundo que hace de la ironía
su única arma de defensa, corresponde a una distinta, pero también muy importante posición del autor. Crítica seria y crítica
burlesca son dos componentes de su compleja personalidad.
19. Para un estudio detallado sobre la vida de Carlos II, vid. duque de Maura: Vida y reinado de Carlos II, Madrid, Aguilar,
1990.
20. Los diálogos que tienen como protagonistas al Diablo y a los frailes eran bastante habituales. El propio Moratín en los
Orígenes del teatro español cita parte de una obra atribuida a Gil Vicente en la que se representa una disputa entre dichos
personajes.
21. «Nota 56», pp. 629-630. Moratín pone fin a esta «Nota» transcribiendo la oración recitada por los Padres de San Bernardo.
Citamos parte de dicha oración como ejemplo de latín «frailesco»: «Ite, ite, ite, maledicti, in stagnum ignis, sive ad loca vobis
a Deo assignata. Imperat vobis Deus Pater, imperat vobis Deus Filius, imperat vobis Sanctissima Trinitas unus Deus. Amen».
22. «Nota 55», p. 629.
23. Vid. la «Nota 45», en la que el autor, al hablar del demonio, afirma: «Confieso de buena fe que el maldito no lleva traza de
morirse jamás, y que podemos contar con él hasta la consumación de los siglos, et ultra; pero nadie me quitará de la cabeza
62

que a este demonio le sucede, ni más ni menos lo que a Titón, esposo de la Aurora, que aunque era inmortal, no se podía
tener de viejo. Pues, como digo, yo tengo para mí que padece de vejez, y está sifilítico y lleno de lacras, porque sólo
hallándose derrengado y fuera de concierto pudiera olvidarse el picarón de las mañas antiguas. ¡Qué intrépido, qué lozano,
qué de buen apetito en los oteros y barrancas de Zugarramurdi! y tan modesticoahoraytan para poco, que nadie refiere de
él empresas amorosas, ni se sabe que haya dado ningún nuevo chiquillo a criar, ni se dice que se huelgue con él mujer
alguna, ni burja, ni hechicera, ni judía, ni mora, ni buena cristiana» (p. 625).
24. «Nota 27», pp. 621-622. En esta «Nota» Moratín nos narra, si bien brevemente y de modo burlesco, las desventuras de
algunos magos-adivinos que él mismo había conocido. Se trata del italiano Giulio Cesare Merendoniy de don Bernardino de
Quiroga Pazuencos López de Almazán.
25. En cuanto al sentimiento en Moratín, vid. Rinaldo Froldi: «El sentimiento como motivo literario en Moratín» en Coloquio
Internacional sobre Leandro Fernández de Moratín, Abano Terme, Piovan Editore, 1980, pp. 137-145.
26. Cf. Rosario Cortés: Teoría de la sátira, Cáceres, Universidad de Extremadura, 1986, p. 87.
27. «Nota 20», p. 620. Las obras citadas por Moratín son las siguientes: La perla de Inglaterra o peregrina doctora (también
titulada: El triunfo de la inocencia y perla de Inglaterra); Mayor contrarío y amigo y diablo predicador, de Luis Belmonte o
Juan de Villegas; Marta la Romarantina, de José de Cañizares; El arca de Noé o diluvio universal, de Antonio Martínez de
Meneses, Pedro Rósete y Jerónimo Cáncer y Velasco; El nazareno Sansón o el mayor valor del mundo por una mujer
vencido, Juan Pérez de Montalbán; Ser rey y pastor a un tiempo y mágico de Lidia o el anillo de Giges, José de Cañizares o
Herrera Barrionuevo; No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague y convidado de piedra, de Antonio de
Zamora; El lucero de Madrid, San Isidro labrador, de Antonio de Zamora; El mágico de Salerno, Pedro Bayalarde, de Juan
Salvo y Vela.
28. Leandro Conesa Cánovas en su estudio Leandro Fernández de Moratín, Madrid, Epesa, 1972, describe el ambiente en el
que se movían autores y actores, pues el teatro estaba «en manos de dramaturgos tan mediocres como Zamora, Cañizares,
Scoti de Argoiz, Candamo y Salazar, todo en él era ramplonería, conceptismo, chabacanería, inverosimilitud, falta de inventiva
y exceso de imitación. Y si así eran los autores, ¿cómo habían de ser los cómicos? El dilema que a éstos se les ofrecía no
podía ser más lamentable; una de dos: o seguían representando las comedias del siglo anterior, en cuyo caso la declamación
tenía que ser esencialmente lírica, o representaban las comedias contemporáneas, en cuyo caso la declamación lírica debía
degenerar en el extravío y, a consecuencia del mismo, en la ridiculez» (p. 149).
29. El autor en el «Discurso preliminar» a sus Comedias (B.A.E., II, p. 316) comenta: «Entre los desaciertos del teatro, no era
el menor la representación de los autos sacramentales. El ángel Gabriel anunciaba a la Virgen [...] la encarnación del Verbo,
y al responder, traducidas en buenos versos castellanos las palabras del Evangelio: Quomodo fiet istud, quoniam virum non
cognosco? los apostrofes hediondos del patio y las barandillas, dirigidos a la cómica, interrumpían el espectáculo con
irreligiosa y sacrilega algazara, y hacían conocer a muchas madres cuan mal habían hecho en llevar consigo a sus hijas
honestas». En un artículo atribuido a Moratín, pero cuya autoría es dudosa, titulado Sobre lo maravilloso en la epopeya,
aparecido en el Diario de Valencia el 24 de abril de1813, el supuesto autor añade: «Pero un poeta cristiano, tratando un
asunto de cristianos, ¿cómo hará visible esta intervención de la divinidad? Los ángeles buenos y los ángeles malos son una
máquina empleada felizmente por el Tasso, pero que después de él ya no se hará más que repetir su conciliábulo infernal, y
será imposible excederle, y quizá ni aun imitarle en la sublimidad de aquel pasaje. Pero aun cuando el poeta pudiese poner
a diablos en escena con igual grandeza que el Tasso, ya faltaría el mérito de la novedad, y sobre todo el de la verosimilitud.
Ya no hay en nuestros tiempos ideas tan groseras sobre la religión, que se crea que el diablo tiene poder para oponerse a los
decretos del Omnipotente; el vulgo, es verdad cree todavía mil travesuras de Satán, pero no es sobre las opiniones del bajo
vulgo sobre lo que debe fundar el poeta sus máquinas». Sobre este último texto, cf. Rafael Ferres: «Moratín en Valencia
(1812-1814)», Revista Valenciana de Filología, VI, 1962, p. 188.
30. L. Fernández de Moratín: Orígenes..., B.A.E., II, p. 158.
31. Hallamos una referencia análoga en La Comedia Nueva o El Café, en la que don Eleuterio dice: «¡Hablar así de una obra
que va a durar lo menos quince días! Y si empieza a llover...» (I, 5).
32. Sobre esta cuestión Jesús Pérez Magallón en su «Prólogo» a La Comedia Nueva. El sí de de las niñas, éd. cit., p. 11,
afirma: «Cambiar casi diariamente de cartel exigía una provisión de obras -y, por lo tanto, una producción dramática- que
sólo podía lograrse si los poetas (autores en el sentido actual) escribían casi a destajo. El fenómeno se acentuaba en el caso
de los poetas que vivían de los ingresos que les producían sus comedias».
33. Todos los personajes, excepto los Diablos monacillos, pertenecen al Auto de Fe. Moratín además añade personajes del
reino animal.
34. Sobre la ironía ligada a la representación del «mundo al revés», cf. Michail Bachtin: Dostoevskij. Poética e stilistica,
Torino, Einaudi, 1968, pp. 159-172.
35. En cuanto a la producción poética moratiniana no hay que olvidar que además de las Sátiras y de los Epigramas,
ya en 1782 había escrito la Lección poética subtitulada Sátira contra los vicios introducidos en la poesía castellana, y
en 1789 escribe en prosa y poesía La derrota de los pedantes, o' J en la que critica a los «copleros» y a los «charlatanes!...]
un número infinito de autores pedantes, serviles imitadores, cuyas obras nacen, mueren y se olvidan en pocos momentos».
36. «Nota 23», p. 621. También en este caso el autor invierte una situación, ahora tomada del mundo clásico de las églogas
con una finalidad cómico-satírica. Aquí es evidente su deseo de tratar de ser original a toda costa, como respuesta al ansia
de novedad del público de la época.
37. R. Cortés, op. cit., p. 94.
38. «Nota 53», p. 628.
39. Moratín declara en la «Nota 13» haber sacado la información del Dictionnaire philosophique de Voltaire.
40. «Nota 57», p. 630.
63

REFLEXIONES SOBRE EL QUICONQUE VULT, CERVANTES,


BAROJA Y LAS MATEMÁTICAS

Pierre L Ullman

En el capítulo XXXIII del Quijote de 1605, en el cual se inicia la historia del Curioso impertinente,
Anselmo pide a su amigo Lotario que le ayude a probar la virtud de su esposa. Al intentar disuadir
a Anselmo de su loco propósito, Lotario emplea argumentos relativos a la honra, rebatiendo cada
razón de su amigo según el ámbito a que pertenece, lo divino, lo humano o ambos. La amistad
alcanza sólo usque ad aras, lo cual significa que no se debe apelar a ella en asuntos que van
contra la voluntad de Dios. El matrimonio es un sacramento; el probar así a la esposa constituye
una intrusión de lo mundano en el reino divino. Los parámetros para lo mundano son impertinentes,
es decir no pertinentes, cuando los aplicamos a lo divino. A continuación, Lotario usa una analogía
para expresar su dualismo:
-Paréceme, ¡oh Anselmo! que tienes tú ahora el ingenio como el que siempre tienen los moros,
a los cuales no se les puede dar a entender el error de su secta con las acotaciones de la Santa
Escritura, ni con razones que consistan en especulación del entendimiento, ni que vayan fundadas en
artículos de fe, sino que les han de traer ejemplos palpables, fáciles, intelegibles, demonstrativos,
indubitables, con demostraciones matemáticas que no se pueden negar, como cuando dicen: «Si de
dos partes iguales quitamos partes iguales, las que quedan también son iguales»; y cuando esto no
entiendan de palabra, como, en efeto, no lo entienden, háseles de mostrar con las manos, y ponérselo
delante de los ojos, y aún con todo esto no basta nadie con ellos a persuadirles las verdades de mi
sacra religión.

Antes que nada, recordemos que «especulación del entendimiento» se refiere a la contemplación
por medio de la intelligentia, una de las tres potencias del alma según el De Trinitate de San
Agustín, las otras dos siendo voluntas y memoria, y que estas tres potencias reflejan las tres
personas de la Trinidad, la memoria al Padre, la voluntad al Hijo y el entendimiento al Espíritu
Santo. En segundo lugar, la cita atribuida a los moros es la tercera de las cinco Nociones Comunes
de los Elementos de Geometría de Euclides, las cuales, junto con los cinco Postulados, forman la
base del gran edificio de las pruebas euclidianas.
¿Qué podemos concluir de la comparación hecha por Lotario? Primero, que los principios
cristianos concernientes a lo divino no son analizables por medio de la lógica matemática que
solemos aplicar al reino de la materia; segundo, que los conocimientos matemáticos de los moros
son rudimentarios.
Es cierto que la contribución islámica a las matemáticas es inestimable. No sólo preservaron
la ciencia griega durante las épocas bárbaras de la Alta Edad Media, cuando los europeos no
estaban enterados ni de las ideas euclidianas, sino que añadieron a éstas el saber adquirido a ios
matemáticos indios, además de los guarismos, lo cual les facilitó separar el álgebra de la geometría.
64

Por otra parte, Lotario y Anselmo, caballeros ricos y principales residentes en Florencia, deben de
estar al tanto de los grandes progresos de sus compatriotas en matemáticas, mucho más allá de
los moros, entre quienes la ciencia se ha estancado. Durante la primera mitad del siglo trece,
Leonardo de Pisa «Fibonacci» ya había preparado el terreno para que la Cristiandad dejase atrás
al Islam en este campo. A mediados del siglo catorce, Johannes Müller de Königsberg
«Regiomontanus» estableció la trigonometría como rama particular de las matemáticas,
independiente de la astronomía. Afines del siglo Fra Luca Pacioli di Borga había modernizado la
disciplina, en la que la Universidad de Bolonia tenía un programa regular. En 1450 el Papa Nicolás V
proclamó la reorganización de esta universidad, asignando cuatro cátedras a la ciencia matemática.
En 1480 el número de profesores que la enseñaban ya llegaba a ocho. Ahí fue donde Scipione del
Ferro descubrió la llamada «fórmula cúbica», confutando la conjetura de su maestro, Pacioli, de
que la solución de la ecuación cúbica era tan imposible como la cuadratura del círculo (1). Algunos
consideran la solución de las ecuaciones cúbica y bicuadrática e implícitamente una comprensión
más profunda de las ecuaciones en general por Del Ferro, Tartaglia, Cardano y Ferrari como quizá
la mayor contribución al álgebra desde hacía cuatro mil años <2). Más adelante en el siglo dieciséis,
se comunicó sin duda a los matemáticos italianos la noticia de que el álgebra había sido librado
de la necesidad de atenerse únicamente a ejemplos concretos, obra en su mayoría del francés
François Vieta (1540-1603) l3>.
No olvidemos que durante un largo período Bolonia fue la única universidad extranjera donde
los españoles tenían derecho a estudiar, habiendo sido establecido el Colegio de San Clemente
para recibirlos. Al considerar que Antonio de Nebrija, Antonio Agustín y Juan Luis Vives estudiaron
allí, parece justificado suponer que los intelectuales españoles estaban enterados del progreso
matemático conseguido en Italia. Les habría interesado sumamente la invención por Niccolo
Tartaglia de una nueva ciencia, la balística. De todas maneras, tales ocurrencias no se limitaban a
Bolonia. ¿A quién no habría llegado la noticia del concurso entre Cardano y del Fiore para solucionar
problemas? ¿No se maravillarían del reconocimiento por Cardano de la existencia de los números
imaginarios? También en el sur de la península, dominado por España, donde pasó Cervantes
parte de su vida, el primer matemático del siglo dieciséis, Francesco Maurolico (1494-1575),
enseñaba en la Universidad de Messina <4>. Por consiguiente, no hay óbice en deducir que para
ridiculizar el retraso de la sociedad islámica en la ciencia matemática se puede pintar a los moros
argumentando con ella a un nivel rudimentario.
Así y todo, ¿por qué se metería un moro en «demostraciones matemáticas» al abordar un
tema teológico? Es que para la mayoría de los cristianos los dogmas básicos se expresaban no
sólo en el credo niceno sino también en el atanasio o Quicunque vult. Hasta muy avanzado el siglo
diecinueve, este credo se usaba trece veces al año en la comunión anglicana, donde la aprendió
Newton para luego dejar de acatarla. Tan a menudo se recitaba en la España aurisecular que Santa
Teresa, en el capítulo penúltimo del Libro de su vida, lo llama salmo:

Estando rezando el salmo de Quicunque vul [sic] se me dio a entender la manera cómo era un solo
Dios y tres personas, tan claro, que yo me espanté y consolé mucho. Hízome grande provecho para
conocer más la grandeza de Dios y sus maravillas, y para cuando pienso o se trata en la Santísima
Trinidad, parece entiendo cómo puede ser, y esme mucho contento.

Como vemos, en esta ocasión Santa Teresa estaba ocupada en «especulación del entendimiento»
en el sentido dado a esta frase por Cervantes. He aquí la primera mitad del Quicunque vult, fuente
elemental de indoctrinación cristiana:

Todo el que quiera ser salvo necesita ante todo profesar la fe católica. Y el que no la guardare
íntegra y pura, perecerá sin duda eternamente. Es, pues, la fe católica: que veneremos un Dios en
Trinidad, y una Trinidad en la Unidad. No confundiendo las personas ni dividiendo la esencia. Porque
una es la persona del Padre, otra la persona del Hijo, otra la del Espíritu Santo. Mas del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo una es la divinidad, igual la gloria, coeterna la majestad. Cual es el Padre, tal
el Hijo, tal el Espíritu Santo. Increado es el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo. Inmenso
el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu
Santo. Y sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno. Como no son tres increados, ni tres
inmensos, sino un solo increado y un solo inmenso. Del mismo modo, omnipotente es el Padre,
omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo. Y sin embargo, no son tres omnipotentes, sino
un solo omnipotente. De la misma manera, Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es el Espíritu Santo.
Así también, Señor es el Padre, Señor el Hijo, Señor el Espíritu Santo. Y sin embargo, no son tres
65

Señores, sino un solo Señor. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a confesar, que cada una
de las personas separadamente es Dios y Señor, así la religión católica nos prohibe decir que son tres
Dioses o Señores. El Padre por nadie es hecho, ni creado, ni engendrado. El Hijo es de solo el Padre,
no hecho, ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado,
ni engendrado, sino procedente. Un Padre, pues, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu
Santo, no tres Espíritus Santos. Y en esta Trinidad nada hay primero o postrero, nada mayor o menor;
sino que todas tres personas son eternas juntamente e iguales. De manera que en todo (como queda
dicho) se ha de venerar la Unidad en la Trinidad, y la Trinidad en la Unidad.(51

Por consiguiente, mientras que Santa Teresa se aproxima al Quicunque vult en una actitud
contemplativa, los moros intentan sujetar su aritmética divina a los postulados y pruebas de las
mundanales matemáticas griegas preservadas por ellos durante la Alta Edad Media y comunicadas
a la Cristiandad. Tal conato se deberá, según Lotario, a su curiosidad impertinente. Ellos convendrán
en que Dios es inmenso, voz equivalente al latín inmensus «inmensurable, sin límites» y al griego
apeíratos, pero les parecerá insensato el proceso aparente de dividir por tres una inmensurabilidad,
acabando con uno, debido a la indivisibilidad de la esencia. Lo mismo opinarán en cuanto a la
igualdad, coeternidad, omnipotencia y señoría.
En cambio, al hombre contemporáneo la doctrina trinitaria no le presenta dificultad alguna.
Somos criaturas tridimensionales, pero nuestros científicos trabajan a veces hasta con ocho
dimensiones. En efecto, a cualquier estudiante de álgebra moderna se le requiere solucionar
problemas en una infinidad de dimensiones. Por consiguiente, si miramos la Encarnación como
parte tridimensional de una deidad de infinitas dimensiones, podemos suponer que el Padre no
sufre pérdida de resultas de la Encarnación del Hijo, pues infinidad menos tres es igual a infinidad.
Es improbable además que un buen científico moderno encuentre algún obstáculo al emplear la
teoría de los conjuntos para explicar cualquier otro aspecto de la Trinidad.
Pero la conversión de los moros y otros pueblos presentaba grandes dificultades a los
españoles. El Curioso impertinente no es el único pasaje de su obra donde Cervantes aborda el
tema. Como indicó Américo Castro, el último capítulo del Quijote de 1605 contiene una sátira
velada del asunto de los libros plúmbeos, un fraude practicado en tiempos del conato erasmista
de evangelizar a los moros de Granada (6). En América surgieron semejantes problemas, a los que
dan testimonio la Trinidad trimórfica heterodoxa pintada a menudo por los artistas de la Escuela
de Cuzco. En Europa la Iglesia católica no permitía esta representación por trillizos (7). No podemos
menos de llegar a la conclusión de que los cristianos enfrentaban grandes obstáculos teóricos al
explicar la doctrina trinitaria a gentes acostumbradas o predispuestas a un teísmo unipersonal.
Ahora bien, siempre ha existido alguna relación entre religión y matemáticas desde que la
humanidad empezó a erigir templos (8>, túmulos y cenotafios, sobre todo cuando estas estructuras
reflejaban de alguna manera la regularidad del movimiento de los cuerpos celestes y servían a
interpretar su significación, dado que se puede «definir la religión como preocupación por una
invariabilidad última» l91.
En tales casos la fe fomentó la ciencia, pero al tratar ésta de independizarse, sufrió persecución
por el fanatismo o, a lo menos, estancamiento por la presión del dogma. De tal destino no escaparon
las matemáticas, debido a su conexión con la astrología y después con la astronomía (10). Por otra
parte, refrenado que hubo la Ilustración las supersticiones perpetuadas por algunos elementos del
establecimiento religioso, se volvieron las tornas. Ahora fueron las ideas religiosas de la filosofía
secular las que impidieron el desarrollo de las matemáticas. Manuel Kant proclamó como axioma
en la Crítica de la razón pura que «el concepto del espacio [euclidiano] no es de ninguna manera
de origen empírico, sino que es necesidad inevitable del pensamiento» ( n l . Consiguientemente,
como apunta Burton, «no había posibilidad de que existiese ningún otro sistema de geometría,
pues ninguno era pensable. Discutir la idea de que el postulado de las paralelas inhiere en la
estructura misma de la mente como intuición divinamente implantada era desafiar la teoría kantiana
del conocimiento, llamada por Kant «la revolución copémica de la filosofía» (121. Por si faltaba algo,
en 1755 Kant publicó su Historia natural universal y teoría del firmamento, cuyo objeto principal
era «establecer la existencia de Dios mostrando que el universo newtoniano no es producto del
azar sino más bien concebido para evolucionar de una manera metódica» (13).
La actitud filosófica inculcada en la mente europea por el kantianismo iba a obstaculizar el
progreso matemático durante años. A pesar de la desesperanza, el olvido y el desprecio que podían
acarrearse, dos hombres indoctrinados desde la infancia con el dogma trinitario se arriesgaron a
superar el dogmatismo kantiano para salvar los límites del espacio euclidiano. Podrán haber
66

contribuido a la creación de lo que Spengler habría llamado la matemática fáustica del


capitalismo (14), pero es innegable que se criaron en una sociedad post-napoleónica cristiana y
feudal. Al examinar la vida de estos creadores de la geometría no euclidiana, vemos que János
Bolyai (1802-1860) era oficial militar del Imperio austríaco; y que Nikolai Lobachewsky (1793-1856)
pasó toda su vida bajo el dominio del absolutismo zarista y, desde la niñez, no salió jamás de
Kazan, la universidad más oriental de Europa(15). Karl Gauss (1777-1855), quien los había anticipado,
no tenía tampoco ideas revolucionarias, pues declaraba que lo debía todo al patronato de su señor
el Duque de Brunswick. Aparentemente, por temor a ser ridiculizado decidió no revelar sus
resultados. En cambio, para Bolyai y Lobachewsky, miembros de una generación más joven, el
ambiente romántico abría una pequeña brecha para abandonar ciertas modas intelectuales de la
Ilustración, en particular el newtonismo kantiano.
Newton había descubierto que lo que se sabía en su tiempo acerca del universo podía explicarse
casi totalmente por la geometría euclidiana. Creía por consiguiente que con las matemáticas
euclidianas Dios había creado un universo de relojería. ¿No tendremos derecho a suponer que
Newton se volvió unitario -pues así pasó- porque la mística matemática trinitaria le parecía por
ende no sólo inútil sino fantástica? ¿No tendrá Newton por eso bastante en común con los moros
de Cervantes?
Ahora bien, examinemos el reverso de la medalla y meditemos en lo siguiente: ¿no tenemos
derecho asimismo a suponer que esta misma matemática mística de la fe trinitaria profesada por
Gauss, Bolyai y Lobachewsky tuvo alguna parte en la creación de estructuras matemáticas menos
mundanales que la que Newton aplicó al universo? Porque, si su fe en la suficiencia universal de
la geometría euclidiana indujo a Newton a rechazar la aritmética divina del Quicunque vulty, de
resultas, a hacerse unitario, estos tres matemáticos, firmes en su fe trinitaria, cuyas consecuencias
aritméticas, en vez de inquietarlos, influían en sus procesos mentales, no hallaron óbice en idear
una geometría no euclidiana.
En 1918, cuando el modelo newtoniano estaba en vísperas de volverse obsoleto, Pío Baroja,
en un discurso a sus paisanos, hizo la siguiente comparación:
Cuando se ve a un moro que tiene en un libro toda la verdad, se comprende que su raza no
podrá dar nunca un Kant o un Newton. La mayoría de los españoles, y la casi totalidad de los vascos,
son moros que, en vez de llevar el Corán, llevan en el espíritu la doctrina del Padre Astete.(16)

No se nos puede escapar el que en este caso la irrisión barojiana recae irónicamente sobre su
autor. En primer lugar, como hemos notado arriba, Newton es el que se asemeja a los moros con
respecto a su rechazo de la aritmética trinitaria implicada en la Doctrina cristiana del Padre Astete.
En segundo lugar, la doctrina que ha sufrido a la luz de la ciencia es la de Kant, quien creía que
la totalidad del mecanismo newtoniano puede deducirse a priori de las condiciones de la cognición
empírica como tal.
No puedo dejar de creer que el profesor de matemáticas que hizo una visita a Baroja después
de aquel discurso no percibía la ironía. Leamos las palabras del mismo Baroja al respecto:
Hoy ha venido un fraile a mi casa con un señora quien no conozco. Este fraile, profesor de matemáticas,
ha charlado conmigo y en todo lo que hemos hablado estábamos conformes. No sé si cedía yo o
cedía él, pero yo no he creído ceder en nada.
Ha visto mis libros y me ha preguntado.
-¿No tiene usted nada de matemáticas?
-No.
-¿No conoce usted la Geometría de Lobatchewsky?
-No.
-¿Ha oído usted hablar de ella?
-Sí, pero ni siquiera comprendo el enunciado de esa Geometría no euclidiana. He leído una explicación
de las teorías de Lobatchewsky sobre el espacio esférico y la cuarta dimensión en un libro acerca de
los trabajos de Henri Poincaré y no saqué una idea clara. Me pareció o un juego o nada.
-Si insistiera usted, corregiría usted su idea -me asegura el fraile.
-No sé, creo que no. De la lectura de aquel libro no saqué más que dos consecuencias: una que los
axiomas de la Geometría no son más que definiciones disfrazadas, en lo cual yo, como hombre de
inclinaciones kantianas, estoy de acuerdo; la segunda, que las matemáticas están tan avanzadas que
desde los cursos superiores que se estudian en las facultades hasta donde empiezan los trabajos de
Poincaré y sus colegas hay aún una gran distancia, lo que hace que el número de personas que
puedan comprender bien el trabajo de estos sabios sea pequeñísimo.
67

-Y a usted ¿qué le parece mejor -me dice el fraile-, este aristocratismo de la cultura o la vulgarización?
-¿Qué sé yo? Indudablemente generalizar la alta ciencia es imposible. Lo más que se podrá llegar es
generalizar la enseñanza primaria.
-Enseñar lo necesario para la vida, pero más, ¿para qué?
-Sí, claro.
-La ciencia, el arte, la moral, todo lo refinado estará siempre en una pequeña minoría.
Yo he asentido a lo que él decía, pero había una ligera diferencia en nuestro asentimiento y era que él
afirmaba con cierta satisfacción y yo asentía con cierto pesar. Amino me gustaría ser un príncipe en
medio de esclavos, ni un sabio en medio de idiotas, sino un príncipe en medio de príncipes y un
sabio en medio de sabios.(17)

Al conceder que sus inclinaciones kantianas lo llevan a aceptar la estipulación de que los
axiomas geométricos no son más que definiciones disfrazadas, Baroja no obstante se niega a
admitir que tal concesión debilita los argumentos kantianos acerca de la estructura de la mente
conociente y del espacio euclidiano como inmutable noumenon. Es evidente además lo anticuado
del kantianismo barojiano, pues una forma de geometría no euclidiana, específicamente la elíptica
de Riemann, es necesaria para describir la curvatura del espacio producida por la gravitación según
la teoría general de la relatividad. Por añadidura, la hipótesis kantiana de la creación ha sido
radicalmente modificada. Es como si Baroja, aferrado a su anticlericalismo, dejara a su kantianismo
impedirle ver que las matemáticas no eran solamente un juego.
Observemos que el tipo de hipótesis propuesto por nosotros, sobre alguna conexión entre
teología y matemáticas no relacionada con alguna oposición dogmática por parte de un
establecimiento religioso, ya ha sido objeto de recientes estudios; por ejemplo, respecto a la
caracterización de la segunda persona de la Trinidad por la voz logos al comienzo del Evangelio de
Juan. Para los pitagóricos, esta palabra significaba una razón aritmética. De ahí que las
connotaciones de tal locución ya vinculan las ideas cristianas tempranas a la terminología
matemática <18).
Otro posible ejemplo de este tipo de relación entre religión y matemática parece haber sido
intuido por Spengler, quien postula tres etapas del hombre occidental basadas en el progreso
matemático: el apolonio, el mágico y el fáustico. La sociedad apolonia era politeísta; la fáustica,
obviamente cristiana; y aunque la segunda, la mágica, se inició con los bizantinos, el hombre
mágico es en su mayoría árabe y musulmán, estrictamente monoteísta. En efecto, Spengler, al
conocer el álgebra como invento árabe, la considera, desde el primer capítulo, como matemática
típicamente mágica <19>. La visión histórica de Spengler supone implícitamente la identificación de
los mágicos con el teísmo unipersonal y la de los fáusticos con el trinitarismo.

Hemos visto cómo ciertos pasajes de la literatura española nos han inducido a proponer que
la indoctrinación trinitaria, con su aritmética mística, podrá haber liberado el pensamiento cristiano
de un concepto euclidiano del universo. Debido a la gravitación, la geometría no euclidiana, vista
por algunos como mero juego, sirve para construir el modelo moderno del universo, mientras que
la euclidiana, antes estimada como anclada en la razón, resulta ser una ilusión, pues sólo puede
describir un espacio ilusorio; ilusorio porque la nada es en sí ilusoria. Si pudiéramos observarla, el
observador crearía un campo gravitatorio que curvaría el espacio alrededor de él, y por ende la
nada dejaría de ser lo que es (20>.
Durante siglos la cultura española estuvo desfasada con respecto a la de otras naciones
europeas. Sin embargo, desde un punto de vista ideológico, desfase no significa siempre retraso,
pues la historia de las ideas tiene un carácter cíclico. Algunas ideas que en su propia época parecen
periclitar tienen la oportunidad de renovarse en otra. La insistencia española en el dogma trinitario,
reacción de larga duración contra el teísmo unipersonal de vecinos enemigos, quizá parezca
retrógrada a primera vista, pero este dogma podrá poseer calidades que lo hagan más duradero
de lo que se crea comúnmente. No es preciso ser dualista para reconocer que no hay ahora
argumento aritmético que valga para rebatir el trinitarismo.
Dada la relación existente a través de la historia humana entre religión y matemáticas,
proponemos que la geometría no euclidiana podría llamarse invención cristiana. Quiero hacer
notar que intenté saber, pero sin éxito, si esta hipótesis se ha propuesto antes. Una discusión del
tema, sea para corroborar, sea para rechazar mis ideas, tendría quizá algún papel en la inacabada
valoración cultural de lo que Menéndez Pidal ha llamado «España, eslabón entre la Cristiandad y
el Islam» (21>.
68

NOTAS
1. David M. Burton: The History of Mathematics: An Introduction, Boston, Allyn and Bacon, 1984, p. 385.
2. Ib., p. 304.
3. Ib., pp. 303-304.
4. Ib., p. 436.
5. Oficios divinos y administración de los sacramentos y otros ritos en la Iglesia Española Reformada Episcopal, Madrid,
1954, pp. 605-606.
6. Américo Castro: «El Quijote, taller de existencialidad», fíev/sfa de Occidente, (2.a ser.), 18,1964, pp. 1-33 [22]. Como apunta
Castro, el tema fue estudiado por José Godoy Alcántara en su Historia de los falsos cronicones, Granada, 1868.
7. Sin embargo, la encontramos en algunos iconos rusos. Los historiadores del arte la llaman abstracción paralógica.
Vid. Leopoldo Castedo: The Cuzco Circle, New York, Center for Inter-American Relations & American Federation of Arts,
1976, p. 84. Un excelente ejemplo es Trinidad y Coronación de la Virgen perteneciente a la colección «Bading and Whyte» de
cuadros de la Escuela de Cuzco en el Museo del Condado de Milwaukee. Varias obras de esta colección, raramente expuesta
al público, fueron prestadas al Museo de Arte de la Universidad de Wisconsin-Milwaukee para una exposición titulada
«Paintings from Spain's American Dominions: Ecuador and Peru» (del 21 de enero al 3 de marzo de 1985), organizada por su
conservador, el Sr. Mark Chepp, bajo el patrocinio del Center for Latín America de esta universidad.
8. Esto no se encuentra sólo en el conocidísimo caso de las pirámides egipcias sino en las catedrales góticas. Vid. Notre
Dame, Cathedral of Amiens: The Power of Change in Gothic, videocasete, New York, Media Center of Art History, Columbia
University, 1996.
9. Granville C. Henry: Logos: Mathematics and Christian Theology, Lewisburg, Bucknell UP, 1976, p. 106.
10. El sistema de asentar los conocimientos científicos en libros sagrados, lo cual resultó en el atraso de los egipcios
comparados a los babilonios (Burton, p. 53); el asesinato de un pitagórico por sus correligionarios por haber revelado a
algunos no iniciados la prueba -secreta hasta entonces- de que la raíz cuadrada de dos es necesariamente un número
irracional; el asesinato de Hipatia; la quema de lo que quedaba de la biblioteca de Alejandría; lo de Galileo; la resistencia por
parte de las autoridades eclesiásticas contra la composición de música sagrada no fundada en los modos de la escala
pitagórica, mucho después de la sustitución de la afinación por tercias por la de temperamento igual; las dificultades que
enfrentó Diego de Torres Villarroel [vid. el «trozo» segundo de su Vida) al reavivar el estudio de las matemáticas en la
Universidad de Salamanca, donde no se había enseñado desde hacía medio siglo.
11. Apud Burton, p. 552.
12. Loe. cit.
13. Burton, op. cit., p. 551. Aunque esta Historia universal pertenece al período precrítico de Kant, la idea de lo que demuestra
el universo newtoniano se encuentra todavía en su período crítico. En las Bases metafísicas de la ciencia natural (1785), Kant
postula juicios sintéticos a priori, precondicionados por las formas de nuestra sensibilidad (espacio y tiempo) y por las
«categorías de nuestro entendimiento» (cantidad, calidad, relación, modalidad y sus subformas), arraigadas en estas formas
y categorías, y consiguientemente válidas para todo objeto que aparece bajo forma de nuestra sensibilidad o pensamiento
en términos de estas categorías de nuestro entendimiento. A continuación, sienta la posibilidad de que tenemos una cognición
a priori de las condiciones universales que hacen que la naturaleza misma y la ciencia de la naturaleza sean posibles, lo cual,
para él, está indicado por su suposición de que la totalidad de la física newtoniana puede deducirse a priori de las condiciones
fundamentales de la cognición empírica como tal.
14. El primer capítulo de la primera parte de la célebre obra de Oswald Spengler, Der Untergang des Abendlandes
(La decadencia de Occidente) (Munich, Oskar Beck, 1922), se titula «Vom Sinn der Zahle» («El significado de los números»)
y la primera parte del último del segundo, «Das Gelt» («El dinero»). En estos dos capítulos se expone lo que Spengler podría
haber denominado la matemática fáustica del capitalismo.
15. Burton, op. cit., pp. 556 y ss.
16. Pío Baroja: Las horas solitarias, Madrid, Rafael Caro Raggio, 1918, p. 74. La Doctrina Cristiana (1599) del jesuíta Gaspar
Astete es una de las obras españolas más traducidas y leídas de todos los tiempos.
17. Baroja, op. cit., p. 289.
18. Vid. G.C. Henry, op. cit., parte primera.
19. Oswald Spengler, op. cit. Además, según Spengler, como apunta Hughes, «A través de la Edad Media los judíos habían
vivido en Europa como fósiles culturales -vestigios de la decadente civilización mágica varada en medio del vigoroso mundo
fáustico. Manteniendo con celo sus propias tradiciones, no se preocupaban de comprender las fuerzas espirituales que
movían a sus vecinos» (H[enry] Stuart Hughes, Oswald Spengler: A Critical Estimate, New York-London, Scribner's, 1952,
p. 125).
20. Huelga añadir que los grandes matemáticos de ascendencia judía que ayudaron a desarrollar las matemáticas no
euclidianas, v. gr. Amalie Emmy Noether, ya estaban asimilados en la sociedad fáustica, como diría Spengler (Hughes, ib.)
y seguramente no preocupados con teorías teológicas acerca de la personalidad de Dios.
21. Es éste el título de una colección de sus ensayos (Espasa-Calpe, Austral, 1956).
69

IMPOSTURA, ANTIHISTORIA Y NOVELA POLICÍACA EN NI REY NI


ROQUE, DE ESCOSURA
Russell P. Sebold

El arte de esta ficción de 1835 depende del En la otra narración de 1835, de ambiente nocturno
entretejimiento de tres sorprendentes novedades: en parte inspirado en la primera, encuéntranse los
la inversión total de la identidad de un célebre fragmentos siguientes:
impostor, la invención de un concepto de la historia
Por medio del monte, veloz cual la brisa,
que se opone a nuestro sentido histórico habitual, cual sombra melosa, cual rápida luz,
y la primera novela policíaca en lengua española. un bulto, que apenas la vista divisa,
La primera de las tres novedades estriba en la camina encubierto con negro capuz.
identidad del que se presenta bajo el nombre del [...]
rey Sebastián de Portugal, a quien se creía muerto Con planta ligera el puente atraviesa
en la batalla de Alcazarquivir, en 1578; y el manejo el bulto vestido del negro capuz.
de este personaje por Escosura representa uno de [...]
esos singulares aciertos que solamente se le En torno al cadalso se ven los soldados,
conceden al escritor en el m o m e n t o más que fieros empuñan terrible arcabuz,
a par del verdugo, mirando asombrados
afortunado de su carrera. Queda claro que para
al bulto vestido del negro capuz13'.
Patricio de la Escosura (1807-1878) ese momento
se dio en el año 1835; pues coincidieron en Nótese, además, que en cada obra el bulto
componerse durante el referido año la novela encubierto con negro capuz, de aspecto siniestro
Ni rey ni roque y la otra de las dos obras más a primera vista, resulta ser una mujer honrada y la
conocidas de este mejor amigo de Espronceda, heroína de la obra: en el primer caso, es doña Inés,
quiero decir, el breve poema histórico-novelesco, la cuñada del rey o impostor y futura esposa de
en cuartetos de arte mayor y coplas de pie don Juan de Vargas; y en el otro, es Blanca, la
quebrado, sobre los comuneros de Castilla, El bulto esposa del comunero ficticio Alfonso García, que
vestido del negro capuz. El tema del presente se reúne a él en el momento de su ajusticiamiento.
ensayo es la novedad, el misterio y la expectación El ya aludido estímulo histórico para los cuatro
en el más importante de los dos relatos históricos i m p o s t o r e s que se p r e s e n t a r o n c o m o don
escosurianos del annus mirabilis de 1835, y así Sebastián, milagrosamente rescatado de su óbito
tiene interés observar que también desempeña en la batalla, así como para la mayoría de las obras
cierto papel en el otro el elemento del misterio y literarias basadas en este tema, se halla comentado
que entre los dos se dan paralelos en el léxico y la en esta forma en Ni rey ni roque:
visión de algún personaje (1).
todo el mundo sabe que este monarca,
Como ilustración del aludido paralelo, veamos habiendo hecho, contra el dictamen de los más
primero unos trozos de Ni rey ni roque—la primera hábiles, una expedición, desapareció en una
de estas obras en haberse empezado a escribir—. batalla que dio delante de Tánger, en la cual
Se trata de un encuentro nocturno de dos figuras fueron los cristianos completamente
principales, don Juan de Vargas y doña Inés, derrotados, sin ser posible encontrar el
aunque a ésta no la reconoce todavía aquél: cadáver del rey entre los demás ni saber su
paradero (p. 86).
Un bulto...La oscuridad no me deja distinguir
quién sea; ¿si será ella? (...] Cerca de una hora La desaparición de los restos del rey Sebastián
pasó en aquel tormento [...], cuando vio salir abrió paso a la impostura como instrumento con
déla villa un bulto negro [...]. El lejano ladrido el que conseguir que volviera a manos portuguesas
de los perros, el son lúgubre de una campana, el trono luso, que ya había pasado a las de Felipe II,
y hasta el susurro del viento en los sembrados, de España. El más romancesco de los cuatro
todo, en una palabra, contribuía en el
impostores, Gabriel de Espinosa, «El Pastelero de
momento de que hablamos a dar al paraje en
que se hallaba Vargas el más siniestro aspecto. Madrigal», es la figura central de la novela de
[.-.] El bulto continuó marchando Escosura, lo mismo que de las demás ficciones
intrépidamente hasta estar a unos diez pasos teatrales y narrativas dedicadas a este intrigante
de don Juan'21. tema histórico' 41 . Gabriel de Espinosa tiene en
70

común con el Cid, Trotaconvetos-Celestiria, don carácter de los más esclarecidos varones» ,9) . Esto
Quijote, don Juan y la bella hebrea Raquel el ser ¿qué s i g n i f i c a p r e c i s a m e n t e ? Pues, que lo
uno de los llamados personajes autónomos de la consabido de las vidas de los grandes personajes
literatura española, cuyo extraordinario vigor e históricos funciona c o m o el destino cuando
interés los proyecta más allá de los límites de una aparecen en obras teatrales y novelas, impidiendo
sola obra o época. Mas ¿cuál es la nueva y que el escritor les cambie mucho las acciones; y
o r i g i n a l í s i m a caracterización del pastelero por tanto, el procedimiento normal en la novela
Espinosa que se nos brinda en las páginas de histórica, es dar el papel principal a una figura
Escosura? ficticia y presentar a los personajes reales de la
En t r e s c o m e d i a s del s i g l o XVII sobre época en segundo término. El esquema de Zorrilla,
Sebastián/Gabriel: El pastelero de Madrigal, de según el cual el pastelero no es ni rey ni impostor,
Jerónimo de Cuéllar; la Comedia famosa del rey le escuda por sí solo contra este riesgo. Mas, para
don Sebastián, de Luis Vélez de Guevara; y La gran que, contra todos los testimonios de la historia,
comedia del rey don Sebastián, de Francisco de aceptáramos al aparente pastelero como monarca
Villegas; en El pastelero de Madrigal, de 1706, de genuino, meramente disfrazado como hombre de
José de Cañizares; así como en una refundición oficio h u m i l d e , Escosura t u v o que hacer un
neoclásica de la c o m e d i a de Cuéllar; en la esfuerzo más allá del común aludido por López
refundición de 1818, de la comedia de Cañizares, Soler.
atribuida a Dionisio Solís; y en la narración histórica Aunque la nueva orientación de la historia en
novelada, El pastelero de Madrigal o el rey fingido, Ni rey ni roque parece deberse ante todo al talento
que José Quevedo, bibliotecario de El Escorial, del escritor, un azar de la vida acaso le facilitara en
publica en la revista Museo de las familias, en 1845, cierta medida su ejecución. Se trata del destierro
se acatan los documentos históricos. Espinosa no de Escosura a Olvera (Cádiz), en 1834, por
es s i n o un h u m i l d e p a s t e l e r o , escogido y sospechas de que fuera carlista, pues había sido
preparado para su papel de impostor por unos presentado al Pretendiente y había asistido a
conspiradores portugueses, que son seguidores de tertulias frecuentadas por carlistas. Se refiere
don Antonio, prior de Crato, primo bastardo de don Escosura a este contratiempo en las «Advertencias»
Sebastián y aspirante al trono de Portugal. estampadas al final de Ni rey ni roque:
En cambio —y la diferencia es rotunda—, en más por complacerlos [a los amigos] que por
Ni rey ni roque, no se trata ya de un pastelero que otra cosa, di principio a la obra que hoy ve la
se haga pasar por rey, sino de lo contrario, de un luz. Pero entonces me hallaba en Madrid,
rey auténtico que, temporalmente, por razones de donde me era fácil proporcionarme todo
seguridad personal y estrategia política, se disfraza, género de auxilios en libros y consejos, y
nada más, como pastelero151. Por si fuera poca cosa cuando concluí el capítulo IV del libro primero
tal inversión, sin la obra de Escosura y sin la me hallé, por un golpe de fortuna, confinado
en un rincón de Andalucía. No he tenido, pues,
inspiración que Zorrilla debió de encontrar en ella,
a la vista ni un solo libro de historia, ni un
no parece probable que el apasionado vallisoletano mapa, ni un amigo a quien consultar (p. 197).
hubiera dado con la que es sin duda ninguna la
más brillante de todas las interpretaciones del Tales circunstancias habrán i n f l u i d o en la
tema, en el drama romántico Traidor inconfeso y realización del plan de Escosura; pero de los cuatro
mártir; pues en esta obra Espinosa no sólo no es primeros capítulos, compuestos en Madrid, salvo
ya probablemente pastelero, sino que tampoco es el final del cuarto, se desprende ya que tiene al
absolutamente seguro que sea rey, «dándose ya menos igual importancia una nueva interpretación
por una persona, ya por otra», incluso a la hora de de la leyenda, concebida antes del exilio de Olvera.
su suplicio capital, porque se propone morir, según En efecto: ya por las primeras páginas de Ni rey ni
sus propias palabras, «si impostor, con impávida roque resulta evidente que, en el mundo de ficción
osadía, / y si rey, con fiereza soberana» t6) . Incluso al que se nos ofrece el acceso, Gabriel y Sebastián
es posible que el rey/pastelero zorrillesco sea son una misma persona.
reencarnación del d e m o n i o " 1 . En la novela Mas dejemos por ahora a esta fascinante
El pastelero de MadrigaK 1862), Manuel Fernández efigie, y concentrémonos en el marco en el que se
y González sigue a Zorrilla al no concretar la nos presenta. Existe en Ni rey ni roque un nuevo
identidad del personaje <8>. Pero subráyese una vez concepto puramente artístico de la fidelidad
más que la mayor innovación en la interpretación histórica. Sea accidente de la vida del autor, o
de Gabriel/Sebastián se debe a Patricio de la inspiración del artista, el resultado es feliz. En
Escosura. Sancho Salda ña o el castellanos de Cuéllar ( 1834),
Merced a un sagrado principio de la poética de Espronceda, se insinúa que ese otro mundo
de la novela histórica, así como a la decisión de cercano de la ficción, tan semejante al nuestro,
Escosura de presentar al pastelero de Madrigal tiene, empero, sus propias crónicas y obras
como el auténtico Sebastián, se elabora en NI rey históricas que en medida tan importante como las
ni roque una ingeniosa historiografía del mundo del nuestro determinan la autenticidad de los
novelístico. Según Ramón López Soler, el novelista sucesos relatados en las novelas. En Ni rey ni
histórico está obligado a escribir «esforzándose en roque, el narrador va aun más lejos, pues pretende
desenvolver nuestro plan no desfigurando el haberse basado principalmente en una relación
71

histórica concreta, desconocida de los demás igualmente ficticio. Tal novela será fiel a la historia,
historiadores. Se trata de una relación escrita por aun cuando no tenga nada que ver con la historia
un antiguo y noble servidor del que en el mundo de nuestro mundo. Artísticamente, no tiene nada
de la novela es el rey Sebastián de Portugal: que ver con él Ni rey ni roque.
Por la tía de Inés supo el marqués Domino el Escosura no solamente ha dado una nueva
lugar de su retiro, y a él fue a terminar sus dirección a la relación Sebastian-Gabriel, sino
días. Poco más de dos años sobrevivió aquel que también ha dado una dirección igualmente
fiel servidor, anciano venerable, a su amigo y nueva a la armazón histórica. El historiador de
rey; y no pudiendo ya en ellos hacerle otros carne y hueso que realiza investigaciones y escribe
servicios, se ocupó en redactar una relación en nuestro orbe, coteja unos documentos con
de sus desgracias, de la cual se ha sacado la otros y con la criba del examen detenido va
que vamos a terminar (p. 195).
separando la verdad de las opiniones falsas,
(Quede claro que no existe ni ha existido nunca la rechazando éstas por su inconsistencia con el
supuesta relación consultada para tan original patrón de la historia o las posibilidades físicas
historia del rey Sebastián.) del suceder en el mundo real. En cambio, en
Existen asimismo, en el orbe de Ni rey ni Ni rey ni roque, el n a r r a d o r o h i s t o r i a d o r
roque, otros dos documentos ficticios que han imaginario va poco a poco separando y rechazando
servido como fuentes para la crónica-novela de elementos del mundo intruso de Escosura que no
Escosura: el «Manuscrito de Inés», que ocupa todo se conformen con la lógica de la historia ficticia
el capítulo III y parte del capítulo V del libro tercero, en la que, mirando la novela desde dentro,
y una partida de bautismo. El primero es la historia parecen estar f u n d a m e n t a d o s los sucesos
de la vida de Inés y su hermana Clara, esposa del narrados en ésta. El concepto de cuál sea la verdad,
rey Sebastián, y la segunda contiene una mención cuál la mentira, se halla tan invertido como el
de Sebastián Miguel de los Santos, hijo de Juan de cuál sea la verdadera, cuál la falsa, identidad
de Vargas e Inés: del personaje temático de la obra. Se logra de
este modo una nueva clase de unidad entre
Por una partida de bautismo existente en un estructura histórica y personaje histórico, y tal
libro antiquísimo de una parroquia vecina esquema está, muy evidentemente, al servicio
[al ya mencionado retiro de Vargas e Inés], de la verdad poética, verdad creada, de la narración
parece que este niño casó, ya hombre y siendo escosuriana.
caballero de Santiago y maestre de campo
de los reales ejércitos, con doña Clara Por un lado, el autor de Ni rey ni roque practica
Contiño (p. 95). una historiografía insólita que le permite dotar
a su microcosmo romancesco de una verosimilitud
Sobre esta última se nos ofrece la muy fundada independiente de la del dato histórico; por otro,
suposición de que debía de ser la hija del rey empero —curiosa paradoja que no hace más que
Sebastián. Como se ve, todo está rigurosamente robustecer la ilusión de realidad—, se inclina a
documentado e interpretado, pero los documentos comparar esos mundos contrarios valiéndose
son tan ficticios como los seres cuya existencia se de una serie de trucos utilizados por t o d o s
quiere confirmar por ellos. El recurso de autenticar los novelistas desde Cervantes con la finalidad
relaciones ficticias por documentos desconocidos de conseguir una profunda identificación entre
no es nuevo en sí, mas solía utilizarse en novelas el lector, el autor y el personaje, si bien insistirían
de tema contemporáneo o reciente: Don Quijote, más en estos trucos los novelistas históricos
Fray Gerundio de Campazas, La vie de Marianne, de la época romántica. Este nuevo apoyo a
de Marivaux, y las Cartas marruecas, de Cadalso. la verdad poética consiste en que el narrador se
(Curiosamente, en las novelas de Cervantes e Isla, haga acompañar por el lector al cruzar la frontera
se d o c u m e n t a n sucesos m o d e r n o s con entre mundo físico y mundo ficticio; y como
documentos antiguos, pues a la vez que se busca difícilmente podemos negar la realidad del sitio
una verdad poética en esas obras, se satiriza la en que nos hallamos en un momento determinado,
gravedad de los eruditos.) nos convencemos de la autenticidad del nuevo
Lo nuevo es el uso del recurso del documento medio creado. Bastarán los ejemplos siguientes
ficticio en una novela de t e m a h i s t ó r i c o . para ilustrar la técnica a la que me refiero:
El resultado es la total independización del cosmos «Sigámosle [a Juan de Vargas] al monasterio de
novelístico como realidad absoluta. No sólo Santa María» (p. 9); «nos es forzoso volver atrás
pertenecen al mundo de la ficción los episodios por un momento con el hilo de nuestra historia»
narrados en la novela, sino que se han producido, (p. 26); «Volvamosa Madrid» (p. 28); «en la noche
en una extensión hacia atrás de ese mundo del día en que nos hallamos, salió Vargas de
imaginario, todos los posibles antecedentes su casa» (p. 154). Es patente que los verbos,
históricos de los episodios novelísticos. Antes pronombres y posesivos que he escrito en cursiva
la novela era ficticia; la historia en que se basaba, representan a dos personas, que son el autor y el
verdadera. Ahora ambas son ficticias. Es más: las lector, y como son acercamientos a las efigies
crónicas, las fuentes para esa historia, las han novelísticas, su efecto es incluir a éstas también
compuesto historiadores ficticios, y sobre ellas y preparar un acceso directo a la identificación
ha hecho sus investigaciones un investigador entre lector y ente de ficción.
72

Con la extensión de tal p r o c e d i f n i e n t o , amigo de Juan de Vargas y su hermano, el marqués


Escosura logra una d e m o s t r a c i ó n aun más de X, cuyo bien él protege con la mayor lealtad y
incontrovertible de la existencia o realidad del ardor. No cabe mayor dignidad, gravedad ni virtud
personaje ficticio, pues la actividad de éste se monárquicas que las que se dan en Gabriel de
descubre ser simultánea con la nuestra: Espinosa, pero tiene tanto de estatua como de
h o m b r e . Del m i s m o corte son los demás
En tanto que esto hemos referido, don Juan,
enterado ya de la historia de Inés, fue personajes. Ninguno de ellos causa la impresión
puntualísimo en presentarse en el locutorio, y de ser autónomo; ninguno parece motivado desde
su dama no le hizo aguardar (p. 145). dentro; ninguno de sus actos parece producirse
por una fuerte y consciente voluntad individual.
Semejante a la simultaneidad de actividades entre Entonces, ¿qué es lo que lleva a tales personajes
lector y ente novelístico es la coincidencia de en su precipitada marcha a través de las páginas
reacciones psicológicas entre ellos. A la cabeza del de Escosura, y qué es lo que nos interesa tanto
capítulo II, del libro segundo de Ni rey ni roque, en por ellos? Contestaremos a estas preguntas al
tres párrafos, se halla la conocida disertación de hablar del aspecto más original de la estructura
Escosura sobre la libertad del novelista romántico; novelística de Ni rey ni roque.
y a c o n t i n u a c i ó n se i n t r o d u c e el cotejo de Quedaría incompleto cualquier trabajo sobre
reacciones psicológicas que nos interesa: la técnica novelística de Escosura sin alguna
Poco más fastidiado que deberá estarlo el que observación sobre su ya mencionada disertación
ahora me lea con la impertinente disertación en torno a la libertad del novelista romántico. Lo
que precede, se hallaba don Juan de Vargas, esencial de tal declaración de principios se explica
en el mismo paraje y situación en que le en las palabras siguientes, que entresacamos:
dejamos al fin del capítulo anterior, esperando
con ansia el resultado de una conferencia que Uno de los i n f i n i t o s y más a g r a d a b l e s
indudablemente se estaba celebrando a pocos privilegios que el género romántico concede
pasos de él, pues el rumor de varias voces, a los que lo cultivan es el de decir las cosas
aunque vagas, hería sus oídos (p. 64). cuando y c o m o les v i e n e a c u e n t o ,
dispensándolos de la prolija obligación de
Con las muestras aducidas en los dos últimos empezar una historia por su principio, de
p á r r a f o s , d i s p o n e m o s a la vez de nuevas referir hasta las veces que el protagonista fue
ilustraciones del fascinante concepto del lector azotado por el dómine en su infancia, y de
seguirle paso a paso en el discurso de su vida.
como personaje de ficción, sobre el que Francisco
[...] El autor romántico [...] se ríe del orden
Ayala publicó un artículo en Río Piedras hace cronológico (p. 64).
algunos años.
En fin: la inversión de la historia del pastelero Estas líneas se refieren a la enorme innovación que
de Madrigal y la del mismo concepto de la verdad la novela romántica aportó a toda la novela
histórica, junto con los sostenes de la verosimilitud posterior en el terreno del argumento y de la que
poética que acabamos de estudiar, dejan a los hablan asimismo López Soler, Larra, Espronceda
personajes de NI rey ni roque potencialmente más y Rivas, inspirados todos ellos acaso por unas
en libertad para su desarrollo que los de cualquier agudas observaciones de Cadalso en las Cartas
otra ficción del género histórico romántico. El caso marruecas l11). Estos novelistas llaman al nuevo
contrario extremo es el de Mudarra, en la novela tipo de argumento desarreglado, descosido,
en verso del duque de Rivas, El moro expósito, en desenlazado, desaliñado, desunido, desordenado,
el que este personaje es controlado por el peso de esto es, respecto del argumento unilineal siempre
su consabida h i s t o r i a : «Mudarra va tras su cronológico que imperó en la novela hasta los
destino» n0) . En Ni rey ni roque, la historia real —al primeros decenios del siglo XIX, pues los nuevos
negarse— se priva de su peso o poder de destino. argumentos habrán de constar de numerosos hilos
Pero ¿qué es lo que hacen los personajes de esta de acción, diferentes pero simultáneos, entre los
novela con tanta libertad, con la potencialidad de que el escritor va y viene a voluntad, de modo
ser tan autónomos como los de cualquier obra de aparentemente caótico a veces, mas así se capta
su género, o aun más? Pues, fuera de su papel de el ancho panorama social y el caos de la vida
observadores y testigos, que ya se explicará, no humana.
hacen prácticamente nada con tanta libertad los En novelas en las que los personajes son
personajes de Ni rey ni roque. autónomos y parecen moverse por sí solos con la
Don Juan de Vargas es simpático, amistoso, mayor espontaneidad, el desarrollo a un mismo
generoso hasta el exceso, valiente, buen hermano, tiempo de varios hilos de acción protagonizados
buen marido, buen padre. Sufre una depresión, por diferentes figuras autónomas permite un
pero ni esta aflicción nos permite penetrar notable florecimiento del análisis psicológico. Mas
suficientemente en su psique para poder variar aun en novelas que se inclinan a ser relaciones
nuestra descripción genérica. Doña Inés es más bien que novelas en el pleno sentido de esta
excedida en perfecciones y fragilidades femeninas palabra, como Ni rey ni roque, el argumento
únicamente por su difunta hermana, doña Clara, a plurilineal, con sus repetidos principios nuevos in
quien las emociones fuertes mataron. Don Pedro medias res, con sus repentinos cambios de una
de Hinestrosa es el primo hermano y un buen línea de acción a otra, con sus saltos atrás (12 '
73

y con sus constantes motivos nuevos de la más torno a la estafadora doña Violante, describe sus
acuciante expectación, le brinda al lector una métodos a su primo y amigo Juan de Vargas:
experiencia muy absorbente. En la novela de
Desde que el dominico apareció aquí estoy
Escosura, tal p l u r i l i n e a l i s m o se m a n i f i e s t a ,
sobre aviso: he observado los pasos del
verbigracia, por los viajes entre Valladolid y marqués; me he informado de la vida de
Madrigal, así como entre Valladolid y Madrid, que Violante, y he sabido que el tal fraile era su
siempre se presentan como simultáneos con otras confesor y la visitaba con frecuencia. Esto me
acciones; por los encuentros entre viajeros que han ha bastado para averiguar el resto, para ir
salido de diferentes puntos; por los choques entre averiguando lo d e m á s ; pero a m a y o r
personajes que han acudido a diferentes reuniones abundamiento, el padre Teobaldo, confidente
secretas en el mismo lugar; y por los amores del del marqués, se lo ha revelado al mayordomo;
éste al ama de llaves, quien deposita sus
marqués de X y doña Violante, que forman otro
secretos en el despensero; de éste pasó a
hilo de acción a primera vista completamente
cierta moza de retrete que no mira con malos
separado, pero unido, no obstante, al argumento ojos a mi lacayo, el cual me lo ha referido
principal por la antigua relación entre Violante- punto por punto. Y por si alguna duda nos
Camila y Gabriel-Sr. Álvarez-Sebastián. Resta pudiese quedar, tenéis al escribano, a quien
explicar ese o t r o aspecto de la estructura he gratificado, pronto a enseñarnos la minuta
argumentai de Ni rey n¡ roque que nos iluminará a del testamento, que está, gracias a Dios, claro
la par sobre la motivación de los personajes. y terminante, (p. 142; las cursivas son mías).
Lo característico del argumento de todas las
Observar, informarse, averiguar, gratificar y
novelas románticas es su forma laberíntica, mas
entrevistar a todos los testigos para escuchar los
lo original de tal forma en Ni rey ni roque es que
secretos que puedan revelar o referir: se trata de
recuerda la estructura de una antigua novela
procedimientos utilizados por el detective en
policíaca china, adaptada y publicada por Robert
c u a l q u i e r novela policíaca. En el pasaje
van Gulick, en chino en 1953, en inglés en 1956,
reproducido se trata, desde luego, de las novelas
bajo el título The Chinese Maze Murders {Los
de doña Violante. Pero a lo largo de Ni rey ni roque,
asesinatos en ei laberinto chino). En este libro
he contado veintitrés pasajes en los que se
singular, hay tres misterios, uno dentro del otro,
e n c u e n t r a n usadas voces c o m o misterio,
como esos juegos de cajas y huevos chinos que,
misterioso, misteriosamente, secreto, incógnito,
cada vez que se abre uno de ellos, hay otro más
desconocido, etc. He dicho a lo largo de la novela,
pequeño dentro. En Los asesinatos en el laberinto
porque los misterios a resolver no se limitan a los
chino, se hallan, en fin, tres misterios concéntricos
relatos interpolados, aunque tal vez se halle en
titulados: «El asesinato en la habitación cerrada»,
éstos la mejor descripción de los procedimientos
«El testamento escondido» y «La muchacha que
investigativos utilizados en la obra. El misterio de
carece de cabeza» (13>. Pues bien: Ni rey ni roque
la identidad del rey o pastelero es, después de todo,
tiene una estructura idéntica. La novela de Gabriel
el misterio principal que se quiere desenredar. Al
de Espinosa es la novela exterior. En ésta se halla
mismo tiempo, he contado diecisiete pasajes en
inserta la de doña V i o l a n t e , d e s c e n d i e n t e
los que aparecen las palabras observar,
romántica de la dama fingida doña Estefanía de
observación y observador; y no se refieren a la
Caicedo en El casamiento engañoso, de Cervantes;
adquisición por el autor de materiales para las
y a su vez, en ésta, que está contada por el narrador
descripciones, que es el sentido que suelen tener
principal, se halla inserta la novela de cómo esta
en el género novelístico romántico, sino que
señora vino a ser descubierta en la cama con el
son referencias al más i m p o r t a n t e de los
traidor don Rodrigo (en realidad, su alcahuete);
procedimientos que sirven para investigar y aclarar
siendo esta última una novela a lo Bocaccio o doña
los misterios.
María de Zayas, que la engañosa amante del
marqués de X inventa para disculparse y que ella Miremos algún ejemplo adicional de los
misma cuenta c o m o narradora f i c t i c i a . métodos detectivescos en Ni rey ni roque. Ya en el
Refiriéndose a Violante, Escosura dice que tal umbral del capítulo II, del libro primero, nos llaman
ficción es «su bien compuesta novela» (p. 109). la atención unas líneas preciosas por lo típicas del
género indicado. Juan de Vargas ha visto al
¿Cuál es la relación artística entre estas tres
redivivo rey de Portugal en el pueblo de Madrigal,
novelas? Hasta ahora hemos procedido desde
pero no sabe aún a quien pertenece esa imponente
afuera hasta adentro. Busquemos ahora el muelle
y grave figura que le llena de asombro:
real que hace andar esta complicada «máquina»,
según Escosura llama a su obra (p. 166),14>. Habrá [...] ni con éstos, ni con n i n g u n o de los
que empezar con las novelas interiores, pues ellas habitantes, estaba el incógnito, como don
son las que dan el tono al conjunto, y son ellas las Juan vio después de haber e x a m i n a d o
que revelan el nombre de la fuerza que agita de apresurada y curiosamente la fisonomía de
todos los circunstantes, incluso la del señor
manera más o menos convincente a los títeres de corregidor. [...] todas sus diligencias fueron
los personajes, o «figuras de barro», por usar la i n ú t i l e s . Después de haber e x a m i n a d o
expresión con que Galdós caracteriza a los detenidamente todas las inmediaciones de la
personajes de su novela de tesis Doña Perfecta. iglesia, conoció que correr las calles de un
Hinojosa, que se encarga de la investigación en pueblo desconocido en busca de un hombre
74

cuyo nombre, calidad y empleo ignoraba, sería Sin que se repita el término utilizado en otro trozo
sobre descabellado, infructuoso. Resolvióse, reproducido antes, se vuelve a tomar en cuenta
pues, a regresar a la pastelería, con ánimo de aquí la fisonomía o fisiognomía, que era la gran
adquirir en ella, si posible fuese, algunas ciencia de los primeros decenios del siglo XIX para
noticias sobre el objeto en cuestión, (p. 15).
la interpretación del carácter y la conducta humana.
Examinar la fisonomía de las gentes, correr las ¿Y qué buen detective no se arma de la ciencia
calles tras un desconocido, inquirir en la pastelería: más adelantada de su tiempo?
t o d o esto ú n i c a m e n t e p o r q u e le parece Preguntemos de nuevo: ¿Qué es lo que mueve
extraordinario o le cae mal un tipo que no ha visto a los personajes de Ni rey ni roque en sus
antes en la vida. Así, exactamente, empiezan desasosegadas andanzas? Según la crítica inglesa,
incontables episodios de telenovelas policíacas los personajes de Dickens no se determinan desde
como Magnum, Se escribió un crimen, Starsky dentro, no son autónomos, sino que el entusiasmo
y Hutch, etc. El detective empieza su investigación del autor por ellos los agita tan rápidamente,
e n t r o m e t i é n d o s e en lo que no le concierne que no nos fijamos en su vacío psicológico, y
en absoluto. Entrometerse, he dicho, y en Ni rey son en realidad llevados por la marcha del suceder
ni roque Vargas se entromete en la vida de novelístico. En Doña Perfecta, de Galdós, esas
Sebastián. figuras de barro o personajes simbólicos son
A cada paso, en la obra de Escosura, se agitados y llevados por la tesis que ¡lustran. Ahora
topan frases y palabras que apuntan a las tácticas bien: en la novela que nos ocupa, sucede algo
del detective moderno. «Inés halló medio de muy parecido; pues los personajes son agitados
observar todos los m o v i m i e n t o s de nuestro y llevados por los misterios que se ciernen sobre
caballero» (p.40). El comendador Hinojosa (que ellos y los definen y que ellos ansian solucionar.
es el investigador principal de los turbios asuntos Los elementos que hemos destacado en
de Violante) ha estudiado lo que hoy llamaríamos Ni rey ni roque obligan a considerar esta novela
p s i c o l o g í a , f r e c u e n t e i n s t r u m e n t o de los como un indispensable antecedente del género
detectives: novelístico policíaco, que se lanzaría en forma
ya totalmente moderna en el decenio siguiente.
Yo soy observador —dice—, y me intereso
Pienso en «The Murders in the Rue Morgue»,
demasiado en el bienestar de don Juan, para
que en más de un mes que hace que le vemos de Poe, publicado en Graham's Magazine, en 1841;
así, no haya estudiado su enfermedad. Estoy o bien, en El dios del siglo (1848), de Jacinto de
seguro, segurísimo de que los que padecen Salas y Quiroga, ya citado en una de nuestras
una demencia absoluta... (p. 48). notas, obra de inestimable valor y por tanto
totalmente inatendida, como tantas veces pasa,
La siguiente escena nocturna, en la que Vargas en la que están presentes todos los rasgos de
tiene los ojos vendados, está llena de deducciones las modernas novelas policíaca y realista, obra
detectivescas: que si se tuviera en cuenta para la historia del
[...] echaron a andar los que tenían agarrado realismo, se vería que no tarda este movimiento
a Vargas, y él también hubo de hacerlo con hasta 1870 en inaugurarse 051 . Tales obras, desde
ellos, mal que le pesase. Durante algún luego, no se producen en el vacío: tienen sus
tiempo, conoció don Juan que caminaban por antecedentes europeos, lo mismo que chinos,
las ruinas en razón de la desigualdad del y así se explica la presencia ya en Ni rey ni roque
terreno y a la multitud de escombros con que
de tantos trucos detectivescos que parecen de
c o n t i n u a m e n t e t r o p e z a b a ; y aunque la
extensión que en diferentes direcciones le
nuestros días. Suele mencionarse la novela
hicieron andar, le pareciese mayor que la que Adventures of Caleb Williams (1794), de William
las mismas ruinas tenían, lo atribuyó en parte Godwin, como la primera del género policíaco en
a su turbación, y en parte a error en su primer lengua inglesa. Mas desde las primeras novelas
cálculo, (p. 62). góticas del siglo XVIII, como The Castle ofOtranto
(1764), de Horace W a l p o l e , lo m a r a v i l l o s o /
«Hinojosa es demasiado observador para que
misterioso tiene la mayoría de las veces su
se le escapasen así las cosas» (p. 141) —dice el
explicación racional, a la que se llega por una forma
propio personaje hablando de sí mismo en tercera
de deducción en cierne de ser detectivesca.
persona. Incluso la engañadora doña Violante, alias
En castellano, puede citarse como obra precursora
Camila, recurre a prácticas detectivescas cuando
las Noches lúgubres, de Cadalso, en las que, aparte
se siente acosada. Sebastián/Gabriel, alias el señor
de otros rasgos de la literatura gótica, interviene
Álvarez, le ha recordado los detalles de su propia
en dos ocasiones el razonamiento científico
relación con ella, así como sus respectivos alias
m o d e r n o , para rebatir la existencia de los
de ese tiempo.
fantasmas que los personajes creen haber visto.
Violante o Camila, que todo es uno, Por fin, las efigies que pueblan las modernas
había estado escuchando aterrada tan novelas policíacas también son la mayor parte del
circunstanciada relación de una parte de su t i e m p o simplemente tipos, instrumentos del
vida y milagros; pero, a pesar de ello, no dejó argumento, cuyo primer móvil es la dinámica del
de examinar atentamente la persona del misterio, que las ciñe, como tan claramente lo
narrador, logrando al cabo recordar sus
previo todo Escosura.
facciones (p. 145; la cursiva es mía).
75

NOTAS
1. Se han preludiado algunas de las ideas siguientes en mi breve ensayo «Escosura y la novela policíaca», en el diario ABC,
viernes 25/sábado 26 de diciembre de 1992, p. 80.
2. Patricio de la Escosura: Ni rey ni roque, Madrid, Tebas (Ediciones Giner) (La Novela Histórica Española, 5), 1975, pp. 57-58.
Citaré esta novela siempre por la edición de Tebas, indicando las páginas de las demás citas entre paréntesis en el texto.
Para información general sobre la vida y obra de Escosura, vid. los libros siguientes: Antonio Iniesta, D. Patricio de la
Escosura, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1958; y María Luz Cano Malagón, Patricio de la Escosura: Vida y obra
literaria, Valladolid, Secretariado de Publicaciones, Universidad de Valladolid, 1989.
3. En Antología de la poesía romántica. Edición de Luis F. Díaz Larios, Salou (Tarragona), Editorial UNIEUROP, 1977, pp. 97,
99,103.
4. Sobre la historia del rey Sebastián, los cuatro impostores, los documentos relativos a éstos, y las diversas obras literarias
en que, a partir de la canción II, de Fernando de Herrera, «Por la pérdida del rey D. Sebastián», los poetas, dramaturgos y
novelistas españoles de los siglos XVI a XIX contaron la muerte del rey y las aventuras del Pastelero de Madrigal, véase
Mary Elizabeth Brooks, A King for Portugal. The Madrigal Conspiracy, 1594-1595, Madison and Milwaukee, University of
Wisconsin Press, 1964. Pero conste que en la obra de Brooks no se toman en cuenta varias obras curiosas sobre el tema que
quedan mencionadas en el presente trabajo.
5. Parece preverse la nueva interpretación por el título del antiguo manuscrito escurialense que José Quevedo refundió en
su breve historia novelada. El título del manuscrito es: Tratado del suceso del fingido rey don Sebastián, del cual hasta hoy
se supo qué hombre era, escrito por un padre de la Compañía. Aludo a las palabras qué hombre era.
6. José Zorrilla: Traidor inconfeso y mártir. Edición de Ricardo Senabre, Salamanca, Ediciones Anaya (Biblioteca Anaya, 31),
1967, pp. 151 (documento en prosa, leído por los personajes), 180.
7. Véase mi trabajo sobre este drama de Zorrilla, originalmente publicado en ABC, «Rey, pastelero y demonio», recogido en
mi libro De ¡lustrados y románticos, Madrid, Ediciones El Museo Universal, 1992, pp. 171-175.
8. Por ejemplo, este trozo del cap. XXVII: «Si era el rey don Sebastián o no lo era, cosa es que está envuelta en el misterio y
en un misterio que no puede aclarar la lectura del proceso ni la del infinito número de documentos históricos de que nos
hemos valido, y que hacen de nuestra novela casi una historia» (Manuel Fernández y González: El pastelero de Madrigal,
Barcelona, Círculo de Amigos de la Historia, 1968, p. 290). En Jeromín, del P. Luis Coloma, que es una biografía novelada de
don Juan de Austria, se cuenta el episodio de los amores de Espinosa con doña Ana de Austria, su prima o presunta prima.
9. Ramón López Soler: «Prólogo» en Los bandos de Castilla o el caballero del Cisne, Madrid, Tebas (Ediciones Giner)
(La Novela Histórica Española, 12), 1975, p. 11.
10. Duque de Rivas: El moro expósito o Córdoba y Burgos en el siglo décimo. Edición de Ángel Crespo, Madrid, Espasa
Calpe (Clásicos Castellanos, 224-225), 1982, t. I, p. 226.
11. Vid. Russell P. Sebold: «La novela en su laberinto» en De ilustrados y románticos, pp. 127-131.
12. El primer término español para el salto atrás, escena retrospectiva, fue acuñado por un poeta romántico, convertido
después en novelista realista, quiero decir, Jacinto de Salas y Quiroga, en cuya novela hay un capítulo titulado «Escena
retrospectiva». Vid. Salas y Quiroga: El dios del siglo. Novela original de costumbres españolas, Madrid, Imprenta de
D. José María Alonso, 1848, t. II, p. 9 1 . Sin la nueva estructura argumentai innovada por los románticos, habría sido
inconcebible la acuñación del término escena retrospectiva.
13. Vid. Tage la Cour and Harald Mogensen: The Murder Book, Nueva York, 1971, p. 18.
14. López Solerfue quizá el primero de varios novelistas románticos en llamar máquina a su novela. En su «Prólogo», Soler
habla de la imaginación necesaria «para forjar la máquina de una novela» (éd. cit., p. 8). En nuestro siglo, Paul Valéry diría
que el poema es una máquina.
15. Vid. Russell P. Sebold: «Novela y teoría realista antes de 1850», ABC, viernes, 12 de agosto de 1994, p. 42.
76

CAMPOAMOR Y LA IRONÍA ROMÁNTICA. REFLEXIONES


SOBRE EL LICENCIADO TORRALBA

Ricardo Navas Ruiz

Ramón de Campoamor y su obra han sido, lo que volver porque no se ha ido. Las notas de
son aún, un enigma, como aventuró hace tiempo M o n t o l í (1995, 1996) sobre su recepción e
Jaime Dubón (1929): influencia dejan de una vez por todas claro este
hecho. C a m p o a m o r puede no estar en la
Los críticos que han intentado penetrar en el actualidad, pero sí en la historia. Su nombre es
fondo de ese temperamento literario no han
acertado con la clave capaz de explicar el
imprescindible en el estudio del desarrollo de la
misterio y algunos, en el colmo del enojo, han poesía moderna en lengua española.
llegado a tratarle mal. (p. 24). Más importante es revisar las características
poéticas puntualizadas hasta ahora. Vicente Gaos
Ese enigma en cuanto a su poesía no se origina en (1955, 1969) las sistematizó con acierto:
la simple lectura: Campoamor contó y cuenta con Toda la poesía campoamoresca está
muchos lectores que encuentran en ella bellezas montada sobre esos contrastes o antítesis
literarias y hasta modelo de sus propios textos. entre lo que son las cosas y lo que parecen
No se basa tampoco en la descripción de sus [...] (p. 194). En Campoamor el humor y la
características, efectuada con acierto desde su ironía no son meros i n g r e d i e n t e s [...].
aparición. Estriba, al parecer, en la incapacidad para Su poesía es esencialmente humorística,
descubrir un metalenguaje -ésa sería la clave- que irónica. También esto es causa de que la
sintamos tan alejada del gusto actual [...]
a r m o n i c e y e x p l i q u e con una t e r m i n o l o g í a
(p. 195). Como es intencionado otro rasgo, de
suficiente la disparidad entre hombre y creación igual propósito que da a esta poesía un aire
poética, las supuestas contradicciones internas de de plebeyez conceptual y estilística que se
ésta y el valor de una escritura en oposición a hace difícil de respirai: la nomenclatura vulgar
ciertos gustos o hábitos. [...] (p. 196). Quería hacer nada menos que una
Una primera tarea para su descubrimiento poesía realista, una poesía prosaica [...]. Lo que
él quiso fue restaurar la unidad perdida,
exigiría desenmarañar la bien trabada tela de araña
acercar la lengua del verso a la de la prosa [...]
de elogios y reproches, visiones apresuradas y (pp. 197-198). La definición que Campoamor
adivinaciones, condenas e instancias a explorar lo da del arte aclara bien su oposición a la
que se presiente como un valor incomprendido. «poesía filosófica» como a la «poesía moral»:
No es fácil en el estado actual de los estudios «Arte es convertir en imágenes las ¡deas y los
campoamorescos. Seguidamente sería necesario sentimientos [...]» (p. 201). Ahora bien, la
terminar con el tópico del retorno. Periódicamente, poesía de C a m p o a m o r en buena parte,
a lo largo del siglo XX, ha habido llamadas que ¿qué es justamente sino poesía novelesca,
narrativa [...] (p. 203). Del abstruso simbolismo
propugnaban la vuelta de Campoamor: Ortega y
de estas últimas composiciones a la brevedad
Gasset (1910), Rivas Cherif (1921), Alonso (1952), tajante de las Humoradas hay t o d a una
Gaos (1955), Cernuda (1957), Fernández Almagro compleja gama de modos poéticos nada
(1957), Cano (1960), Murciano (1962), Montolí fáciles de reducir a una denominación común
(1995,1996). Tales llamadas son en parte ilusorias [...] (pp. 204-205). Pocos autores -quizá uno
-¿quién es capaz de resucitar a un muerto, si tal es sólo, Cervantes- han suscitado juicios tan
el caso?-, en parte inútiles: Campoamor no tiene dispares [...] (p. 206).
77

Ahí está más o menos lo que se ha dicho sobre en la afirmación del autor sobre la necesidad de
la poesía de Campoamor y muy poco se ha un núcleo narrativo en toda poesía como sustento
avanzado desde entonces. Conviene reflexionar de otros elementos. Clarín (1881), Revilla (1883) y
un poco más reposadamente sobre algunas notas Balart (1894) d e f e n d i e r o n , en c a m b i o , el
como introducción al análisis que sigue. Hay subjetivismo, su incapacidad para lo épico y lo
consenso en lo que se refiere a la esencialidad dramático, la subordinación del mundo externo a
irónica o h u m o r í s t i c a - t é r m i n o s que los su pensamiento. Pardo Bazán (1893) asumió
comentadores confunden por más que encierren también ardorosamente esta postura:
matices diferenciadores importantes- y a su
fundamento antitético entre el ser y el parecer. De Nuestro primer lírico en este respecto, y por
orden de fechas, acaso sea Arriaza y después
hecho, ambas cualidades son de algún modo Campoamor. A Zorrilla debe contársele entre
complementarias. Palacio Valdés (1879) lo apuntó los épicos [...]. Desde Campoamor ha entrado
tras asociar con buen tino a Campoamor con en la lírica la mujer, y con ella el misterio, el
Byron, Heine y Musset: ensueño, las lágrimas, la sonrisa.
Humorista, sin embargo, no es únicamente La novelista apunta la falsedad previa de la imagen
el que pone en contradicción su pensamiento femenina (petrarquismo, pastoral) frente a la
con sus palabras, pues esta contradicción verdad de la imagen campoamoresca. Y enfatiza,
se observa en cualquier escritor satírico,
al hacerlo, el lirismo del escritor, radicado, como
sino más bien el que pone en contradicción
su pensamiento con el pensamiento el de Salomón, en la mujer, de donde proviene todo
universal [...]. dolor y toda poesía. Campoamor mismo, por lo
que valga el testimonio, postulaba que el artista
El mismo Campoamor definió el humorismo en el debía teñir las cosas con su propia visión.
prólogo a las Humoradas en estos términos:
En la misma inolvidable evocación biográfica,
la contraposición de situaciones, de ideas, Pardo Bazán se ha referido a otra cualidad que,
actos o pasiones encontradas. La posición de aunque define primariamente su filosofía, se aplica
las cosas en situación antitética suele hacer también a su poesía. No conviene pasarla por alto.
reír con tristeza. Lo llama «filósofo de libertad, o antes bien de
No falta tampoco unanimidad al hablar de anarquía» y recalca su capacidad corrosiva:
prosaísmo y de realismo, si bien hay diferencias Sucédele a Campoamor (guardadas todas las
interpretativas al respecto. No se ha elaborado distancias) lo que a Kant: derriba mejor que
suficientemente en qué relación se hallan tales construye, ataca mejor que defiende [...].
términos ni cuál era el propósito de Campoamor Campoamor ha disuelto como el ácido, lo
al recurrir a la técnica que suponen, pues, cuando que de veras atacó, y ya pertenecen a la
quería, era t a m b i é n capaz de creaciones historia del pensamiento, donde apenas
intensamente líricas. De modo muy generalizado labraron surco, esas direcciones por él tan
soberanamente manteadas.
se ha implicado negativamente que la poesía
prosaica representa una caída, la ruptura de una Sorprende, al leer estas caracterizaciones,
norma, pues se recurre a c o n n o t a c i o n e s que no se haya tratado de sistematizarlas bajo
derogatorias como plebeyez o vulgaridad para una teoría unificadora, como si Campoamor no
aludirla, aunque se reconozca la validez de una tuviera un determinado propósito al escribir o no
formulación teórica. El tema requeriría una amplia poseyera una visión coherente del mundo. Existe,
consideración, imposible ahora. Importa al menos sin embargo, un término que subsume todas las
puntualizar que acercar el lenguaje del verso descripciones de esa poesía: ironía, humor,
al de la prosa no es precisamente un propósito presencia del yo, contradicciones, negativísimo,
plebeyo, sino una tarea de altas calificaciones poder corrosivo, prosaísmo, situándola adecuada-
intelectuales, y que buscar poesía en lo vulgar mente en un contexto. Ese término es el de ironía
requiere asimismo un espíritu particularmente romántica. El autor había apuntado la pista en una
sensible. Campoamor era consciente de ello dolora:
y ha dejado más de una observación sobre sus
intenciones. Cejador y Frauca (1917) señaló con En mi vida infeliz paso las horas
no poco entusiasmo la revolución que supuso mientras llega la muerte,
el uso de un lenguaje llano, uso que anticipó convirtiendo en dolores
y permitió el de Bécquer, aunque ambos poetas las tristes ironías de la suerte.
difieran en su objetivo. Cernuda (1957) recogió
la idea al afirmar que el mérito principal de González Blanco (1911) lo adivinó al hablar del
Campoamor fue el haber desterrado de la poesía humorismo transcendental, definido por Jean Paul
española un lenguaje preconcebidamente poético. Richter y practicado por Heine, como el propio de
Campoamor: «el ciclo humorístico en que la
Problema d e b a t i d o resulta el de la humanidad, consciente de su derrota ante lo
clasificación de Campoamor como poeta lírico o infinito, queda en un estado de suspensión decisivo
narrativo. Gaos opina decididamente que su poesía y violento.» Este humor transcendental o ironía
es esencialmente novelesca o narrativa. Muchos, romántica no es exactamente lo que los críticos
antes y después de él, sostienen lo mismo, basados campoamorescos han tenido en mente al hablar
78

una y otra vez de su ironía. El concepto fue dentro del lenguaje que podía explicarlas está en la
formulado por Friedrich Schlegel en Fragmentos raíz de su incomprensión o, al menos, de su
(1798), Diálogo sobre la poesía (1800) y Sobre lo valoración negativa. El romanticismo español ha
incomprensible (1800), tratando de encontrar la sido víctima, entre otras cosas, de una persistente
clave de la creación literaria de su tiempo. Frente visión impregnada de valores tradicionales y
al mundo clásico que conocía muy bien, identificó clásicos. Un caso llamativo es Campoamor, hombre
f i l o s ó f i c a m e n t e la raíz de lo nuevo con el del siglo XIX, romántico después de todo, si por
predominio del yo como modelador del mundo, romántico se entiende no una estrecha cronología,
la condición radicalmente contradictoria de éste, sino un movimiento amplio y revolucionario,
la mezcla i n e x t r i c a b l e de las más distintas gracias al cual ser romántico es ser moderno.
realidades. Reflejo y producto de estas ideas, el Habría naturalmente que plantearse ahora si
arte tenía que proclamar postulados que las el propio Campoamor tuvo conocimiento de la
encarnasen: ruptura de la unidad compacta y teoría de la ironía romántica, si de algún modo
espesa de la obra, con apertura a múltiples llegó hasta él la d o c t r i n a s c h l e g e l i a n a ya
perspectivas, fragmentándose como los añicos de directamente, ya a través de comentadores. Con
un espejo roto; negación de cánones tradicionales, los datos que se poseen no cabe dilucidarlo en este
propiciando la confusión de géneros y estilos, momento. Parece que sí. Una lectura atenta de su
de prosa y v e r s o , de t r a g e d i a y c o m e d i a ; Poética y otros textos relacionados revela datos
distanciamiento de autor y obra, debiendo aquél que apuntan en esa dirección: la importancia dada
dirigirla a capricho con la consiguiente destrucción al yo, la aproximación de prosa y verso, de poesía
de la falacia artística o ilusión de autonomía; lírica y narrativa, la función del humor como
autorreferencialidad o independencia con respecto revelador de las contradicciones de las cosas. En el
a c u a l q u i e r c o n t e n i d o externo a sí m i s m o . capítulo III de la Poética habla en relación con las
Agrupados un tanto libremente bajo la expresión Dolorasde «contrastes de la vida, burlas de la suerte,
«ironía r o m á n t i c a » , estos p r i n c i p i o s fueron castigos de la Providencia, ironías del Destino»
recogidos y ampliados por otros pensadores hasta o, como ha señalado Montolí (1996), en el prólogo
convertirse en el núcleo mismo de la modernidad. a Cosas de este mundo de Julián Romea, dice:

yo quería hacer reír llorando, atar los


cascabeles de la locura al cetro de la filosofía
POÉTICA y, entremezclando los asuntos, los géneros y
los tonos, desviejar un poco la poesía.
POtt
Este lenguaje, en el que incluso emergen los
cascabeles carnavalescos de la locura, implica
D. RAMÓN DE GAMPOAMOR bastante familiaridad con el tema. De todos modos,
por lo que a la práctica atañe, fue ferviente
(DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA) admirador de Byron, a quien dedicó un pequeño
poema, Don Juan. Y es sin duda Don Juan, ese
viaje entrecortado e incompleto de un yo alucinado
por la existencia, quien le ha podido servir de lejano
modelo de la mejor ironía romántica.
-*^3^gt««~- Las reflexiones que siguen son un intento,
limitado a ciertos aspectos, de aplicación de la
teoría de la ironía romántica al análisis de una obra
campoamoresca. Si resultase v á l i d o , cabría
ampliarlo a toda ella. Vagamente citado, nunca
MADRID estudiado en profundidad, El licenciado Torralba
LIBRERÍA DE VICTORIANO SUAREZ (1888) flota perdido dentro de la misma como un
jACOiíETKEza, 72 fantasma, olvidado antes de conocido. No es que
1883 en su día no merecería comentarios elogiosos
como los de Alvear (1887), previo a su aparición,
Algunas de estas ideas pueden espigarse Herrero (1888) y Palau (1889). Se convirtió incluso
dispersas en el lenguaje crítico español a lo largo en obligada referencia al mencionar al extraño
del siglo XIX, pero nunca asociadas con un sistema personaje. Así, los redactores de la Enciclopedia
explícitamente formulado en Alemania en sus Espasa-Calpe, en el artículo dedicado al mismo,
albores ni mucho menos convertidas en poética. consideraron oportuno incluir un juicio no exento
La consecuencia fue que, al no poseer un cuerpo de interés:
coherente de doctrina, no se dispuso de un
instrumento adecuado para el análisis de ciertos Todo el poema está empedrado de una
filosofía convencional y humorística en la que,
productos de la literatura decimonónica en losque,
al par de rasgos de humorismo chocante
quizá por imitación, quizá porque así lo motivaba y original, se tropieza con paradojas,
el espíritu del siglo, se puso en práctica la ironía contradicciones y muchas notas muy poco
romántica. La incapacidad de situar esas obras poéticas y de gusto algo dudoso.
79

El poema comparte con otros anteriores, sonríe siempre frío, lejano y comprensivo como
Colón (1853) y El drama universal (1869), la un buen ironista, poniendo el necesario espacio
categoría de simbólico-metafísico. Montolí (1996) entre sí y su creación. Esa ironía, esa capacidad de
los agrupa en el apartado de «Las manías de jugar con la obra, con el lector, consigo mismo,
Campoamor» y los considera como un posible quizá explique todo Campoamor. Espronceda cree
intento del autor por perdurar en la obra extensa todavía en soluciones; Campoamor destruye la
o por demostrar que podía ser un poeta serio, sin esperanza.
ironía tal como él la entiende. Gaos (1955, 1969), Frente a El diablo mundo, cuyo héroe es
al mencionarlos de paso, los calificó de abstrusos. ficticio, también escoge como protagonista un
La calificación implica en el mejor de los casos un personaje real, más próximo por lo tanto a don
contenido de difícil comprensión o expuesto Juan o Fausto, porque en definitiva, si a aquél lo
de forma compleja; en el peor, un contenido condiciona su existencia histórica, a éstos los
marca otra f o r m a de existencia no menos
importante, la tradicional. Pero, igual que Byron y
Goethe t r a n s f o r m a r o n a sus personajes en
COLON. s í m b o l o s de sus propias p r e o c u p a c i o n e s
modernas, Campoamor convierte a Torralba en
otro Campoamor, en un ser a b s o l u t a m e n t e
POEMA
decimonónico. Lo que está en debate no es el siglo
XVI, sino el XIX. Esta ubicación, por lo demás, no
debe llevar a suponer precipitadamente que
DOS RAMON DK CAMPOAMOR. Torralba sea una especie de Fausto, como sugirió
Herrero (1888) ni mucho menos que parezca un
don Juan, como afirma Montolí (1996), por más
que el episodio de su muerte contenga ecos
paródicos de la muerte del Tenorio zorrillesco. Tales
equiparaciones, bastante dudosas, confunden más
que aclaran.
Eugenio T o r r a l b a , según f i g u r a en el
manuscrito del proceso inquisitorial (1531) de
Cuenca conservado en la Biblioteca Real de
El Escorial y resumido por Clemencín (1833-1839),
VALENCIA,
IMPRENTA DEJ. FERRRR DE ORGA,
vivió a principios del siglo XVI. Se ignoran lugar y
i B)íil! ií. lift. fecha de nacimiento. Nigromante, estudiante de
medicina, poseedor de un d e m o n i o familiar
llamado Zaquiel, podía volar y adivinar el futuro.
d i s p a r a t a d o . Si se recuerda que el poema Hallándose en Valladolid, su demonio lo llevó a
simbólico-metafísico representa uno de los logros Roma por los aires para que viera el saqueo de la
más ambiciosos y significativos del romanticismo, ciudad por las tropas imperiales en 1527, lo que
al que pertenecen Fausto, Manfredo, Don Juan, pudo anunciar a los asombrados oyentes de la
El diablo mundo, entre otros, no queda más ciudad castellana el mismo día en que ocurrió.
remedio que situar a Campoamor dentro del La inquisición lo condenó a diversas penas
movimiento del que sistemáticamente se le quiere corporales, pero no faltó juez que lo creyera loco y
excluir, pero del que nunca salió. Como ellos, digno de ser recluido en un manicomio más que
El licenciado Torralba constituye una indagación castigado. Cervantes lo cita en el Quijote.
en el sentido de la existencia, un lento e inexorable Convertir en protagonista de un poema
viaje a través del cambiante y contradictorio simbólico-metafísico a tal personaje a fines del
panorama de la peripecia vital. Y es dentro de ellos siglo XIX no era fácil. La historia de Torralba
donde ha de ser examinado, no como una rareza no ofrecía seguramente para un lector de ese
aislada, sino como una continuación, como un momento otro interés que el puramente pintoresco
fruto tardío y peculiar. o documental. A lo más hubiera podido servir para
En la tradición española, El diablo mundo un cuento de brujería, un cuento fantástico o una
marca una c o m p a r a c i ó n necesaria. Como novela antiinquisitorial. Porsupuesto, Campoamor
Espronceda, a quien admiraba, Campoamor no tenía más remedio que referirla de un modo
emprende un examen demoledor de valores u otro, pues el personaje era ya t o t a l m e n t e
sociales bien establecidos; pero gozaba sobre él desconocido. Y optó por lo más hábil, eficaz y
de una evidente ventaja: un bagaje intelectual económico: resumirla por boca de un familiar del
mucho más denso, aparte naturalmente una visión Santo Oficio en una serie de « c o n s t a n d o »
más amplia y privilegiada de su tiempo. Mientras acusatorios (Canto VIII, 3). Estos «constando»
Espronceda no puede controlar su sentimiento y, representan una certera incorporación del lenguaje
a pesar de todos sus intentos de distanciamiento, jurídico a la poesía en una muestra de lo que la
se deja arrastrar por el grito de protesta nacido de crítica llama prosaísmo, cuya transcendencia es
la experiencia inmediata, el escritor asturiano innegable: unos treinta años más tarde, César
80

Vallejo escribió un poema en forma parecida, Estructura abierta, espejos reflectantes,


«Considerando en frío, imparcialmente.» Pero, contradicciones y ambigüedad, he aquí un típico
hecho esto c o m o en una especie de inciso, entramado irónico. Sé impone analizar cómo ha
Campoamor deja bien claro que no es contar esa logrado Campoamor desde él construir un poema
vida lo que le interesa, sino transformarla en algo original y válido que, bien leído, no tiene nada de
significativo, en una experiencia metafísica, en una abstruso. Ello supuso una serie de operaciones, la
indagación sobre temas de más alto interés. Para mayor parte de las cuales no podían menos sino
ello se aleja de lo anecdótico, reduce a un mínimo caer dentro de otros procedimientos de la ironía
lo episódico, se centra en unas pocas incidencias, romántica. La primera, de hecho la fundamental,
algunas posiblemente inventadas, que le permiten es la inversión de la estimación del personaje.
el a n á l i s i s del f u n c i o n a m i e n t o i n t e r i o r del Torralba, excéntrico, loco o malvado, brujo, estaba
nigromante y a través del mismo el planteamiento condenado a marginación, a repulsa intelectual,
del sentido de la existencia humana. a una absoluta i m p o s i b i l i d a d para servir de
El poema se estructura en una introducción paradigma inquisitivo. ¿Quién podía tomar en serio
y dos partes. En la introducción se resume la a tal personaje?
c o n d i c i ó n del personaje (médico), su rasgo Campoamor lo eleva de condición, le confiere
distintivo (le acompaña un demonio familiar) y dignidad y respeto, llega a equipararlo al maestro
su ideología básica (pirronismo, hedonismo, de la ironía y gran buscador de la verdad, a
materialismo). La primera parte, titulada «La Sócrates (Introducción, 3, y Canto VIII). Como éste,
mujer», encara la experiencia amorosa a través de posee un demonio familiar, aunque aquí sea ángel
Catalina, a la que Torralba condiciona y moldea. por voluntad humorística del autor, y somete a
Predomina un juego de idealismo e instinto, de exploración la naturaleza de la realidad:
ensueño y fastidio: Catalina pasa del ángel al Y cuando niego
hombre, del hombre al demonio, hasta que su es que ¡mito el estilo
muerte propicia un alma pura que desea unirse de aquel divino Sócrates que, ciego,
al primer amante. La segunda parte, titulada lanzó burlón de su sagrado asilo,
«El h o m b r e » , describe los experimentos de con palabras de fuego,
Torralba con el espíritu y la materia. Desencantado las potestades trágicas de Esquilo.
del puro idealismo que representa el alma de La entereza con que el autor le hace enfrentar el
Catalina, busca la felicidad en la materia, en la suplicio inquisitorial transforma definitivamente
m u l i é r c u l a , creación del barro y el infierno. la condición humana de Torralba en modelo
El proceso inquisitorial acaba el juego con el consciente y ejemplar de conducta. Su muerte
descubrimiento de la condición brutal del hombre tiene algo de socrático. Tal inversión no dejó de
y el refugio en la nada. Un final ambiguo suscita la inquietar y sorprender a los lectores. ¿Cómo es
perplejidad del lector: ¿muere Torralba en el más posible equiparar a Sócrates y Torralba? Evidente-
horrible nihilismo? ¿Oye la voz de Catalina que lo mente, ello suponía una atrevida destrucción de
conduce al cielo? ¿Es esa voz simple ilusión? cánones bien establecidos, igualando entidades de
Este modelo plantea algunos problemas distinto orden, un sabio ilustre y un desconocido
de interés porque sitúa por sí mismo la obra alquimista, una filosofía consagrada y unos
decididamente dentro de la estética de la ironía experimentos esotéricos.
romántica. El poema no responde a una estructura Este tipo de equiparaciones forma parte
cerrada o compacta, sino abierta. Torralba le de uno de los mecanismos epistemológicos
confiere solamente una unidad muy laxa. Masque esenciales de la ironía romántica, consistente
p r o t a g o n i s t a , resulta un pretexto para abrir en la negación de determinadas jerarquías o
múltiples ventanas a otros personajes y episodios cánones. Mediante tal estrategia se mina un
que permiten encarar la compleja y revuelta principio fundamental del pensamiento occidental
naturaleza de la realidad: ángeles, demonios, en el que se ha basado su propio progreso, el
brujas, inquisidores, mujeres y amantes, cielo e de la selección cualitativa, abriendo una ventana
infierno, amor y ciencia, deseos y logros, sueños nueva a la crítica de los sistemas prevalentes y
ideales y caídas brutales, cinismo y m o r a l , consagrados. ¿Por qué se aceptan unos y se
perversión e inocencia. La primera y segunda parte rechazan otros? ¿Cuál es la marca de la;
f u n c i o n a n c o m o espejos que se r e f l e j a n , superioridad? ¿Por qué Sócrates y no Torralba, si !
propiciando una perspectiva diversa en la misma ambos responden al mismo anhelo de encontrar
desesperada busca del sentido de la existencia: la verdad, si ambos descubren al final la inutilidad
mujer y h o m b r e recorren desde su peculiar del esfuerzo? Preguntas así no asombran a nadie
sensibilidad el mismo camino de indagación, familiarizado con la retórica de la modernidad y la
plasmando una imagen de totalidad de lo humano. postmodernidad, aunque todavía inquietan e
La conclusión, supuestamente nihilista, queda irritan a muchos. Nadie, por ejemplo, al leer Tlon,
relativizada mediante la ambigüedad. La sonrisa Uqbar, Orbis Tertius, se cuestiona la fina ironía con
que Borges iguala y d e s t r u y e los sistemas
del ironista acentúa la contradicción última del ser:
filosóficos, llegando a concluir que «la metafísica
nada y esperanza, negación y búsqueda, sin
es una rama de la literatura fantástica». En la
solución final, en un eterno y sisifesco volver a
España de Campoamor, conferir validez a las
empezar.
81

indagaciones de Torralba por la misma razón que A nadie escapa que tales juicios derogatorios se
la tienen las de Sócrates resultaba, por lo menos, expresan concomitantemente en el estilo más
desconcertante. Lo malo es que no se siga prosaico imaginable, como si la degradación de
entendiendo a Campoamor hoy. los valores requiriera la estilística, o dicho más
Realizada la i n v e r s i ó n , Campoamor, no apropiadamente al revés, como si sólo un
obstante, mantiene la condición de excentricidad deliberado tono prosaico pudiera reflejar la
y aun de locura de Torralba. Y la mantiene, no por deliberada vulgarización de los valores.
la simple razón de su evidencia, sino porque, como Este tipo de desacralizaciones tiene sin duda
en el caso de Sócrates, sólo desde la marginación su modelo, incluido el prosaísmo, en Don Juan de
se puede someter a crítica el sistema dominante. Byron. Espigando algunas al azar, a Platón lo llama
Sólo desde allí cabe demoler la certeza de la éste: «You are a bore, / a charlatan, a coxcomb»
normalidad. Notó bien (1,116). Sobre Petrarca afirma:
Kierkegaard (1841) que el «Even Petrarch's self, if
filósofo griego simbolizaba judged with due severity, / is
admirablemente al ironista the Platonic p i m p of all
romántico por haber atacado posterity.» (V, 1). En cuanto a
el orden social de Atenas la p o s i b i l i d a d de resolver
representado por los sofistas p r o b l e m a s de enverga-
con una doctrina periférica, la d u r a , o b s e r v a escéptica-
del no sé nada. Campoamor mente: «If I agree that what
hace que Torralba someta a ¡s, is, then this I call / being
juicio los valores de su tiempo q u i t e perspicous» (XI, 5).
-el tiempo del autor, recuér- La relación con Byron parece
dese- desde a c t i t u d e s no más f i r m e si se c o m p a r a
menos extrañas: el escep- cómo el inglés y el español
ticismo absoluto del pirro- r e s u m e n la d o c t r i n a de
nismo, el goce v i t a l del Sardanápalo. Según Byron,
h e d o n i s m o , las fantasías Sardanápalo aconsejaba:
asombrosas de la n i g r o - «Eat, drink and love; what can
mancia. Hay que notar en qué the rest avail us?» (II, 208).
grado tales doctrinas predis- Campoamor sostiene que su
ponen a cierta incredulidad, divisa fue: «Come bien, bebe
cierta comprensión humani- más, goza deprisa, / porque
zadora de las cosas, cierta Y//" esto es todo y lo demás es
/ / / ; •
X
aceptación serena de la nada.» (Introducción, V).
existencia, cierta huida del
fanatismo y la intolerancia. No es el propósito de
Nada tiene de sorprendente que, como Sócrates, estas reflexiones enfatizar las
sea también Torralba una víctima de la sociedad relaciones evidentes entre Campoamor y Byron,
cuyos valores minaba tan peligrosamente. sino tan sólo señalar el o r i g e n de ciertas
desmitificaciones secundarias que esmaltan
Con esta operación desacralizadora quedaba El licenciado Torralba. Mucho más importante es
expedito el camino para otros cuestionamientos a indicar la función de éstas. Por un lado, garantizan
través de una visión del mundo fría unas veces, la continuidad de un estilo que es el habitual
condescendiente otras, irónica siempre. En un nivel del autor; por otro, contribuyen a reforzar como
de menor importancia, El licenciado Torralba está pequeños apoyos auxiliares la visión central
sembrado de observaciones chocantes, muy en el que forma la base misma del poema. Y ahí
estilo campoamoresco, que desmitifican creencias Campoamor, aun manteniéndose en una línea
o mitos culturales. Tal puede ser describir un ángel byroniana, se aleja del modelo y construye su
usando i r r e v e r e n t e m e n t e r e p r e s e n t a c i o n e s propio mundo con fuerza creadora absolutamente
pictóricas o esculturales: «a aquel niño de coro / original, sin caer en las abundantes digresiones,
grueso, blanco, sin barba y mofletudo» (Canto I, 2). muchas veces intranscendentes, que terminan por
Mucho más el referirse a Platón en estos términos: hacer un tanto tediosa la lectura de Don Juan.
«¡Oh divino Platón, qué imbécil eres!» (Canto V, 9). Dignificado Torralba, Campoamor somete a
Sobre la obviedad de las verdades científicas se examen a través de sus experiencias lo que se
burla en más de una ocasión: presenta como cuestión fundamental del ser
humano: su naturaleza contradictoria que le hace
Y en ciencias, estudiando hasta el martirio, oscilar de la materia a la idea, del espíritu al cuerpo,
llegó sólo a saber, como el más lego, en una busca inútil de solución, o al menos de
que al sublime Pitágoras el griego
síntesis que proporcione paz interior y felicidad.
le gustaban las habas con delirio» (Canto II, 4);
El médico alquimista constata la insuficiencia de
[...1
cada principio. Si, por un lado, acepta que «Quien
llegando así a saber que en todas partes
ama sólo el alma, echa la vida / en el fondo sin
calienta el fuego y que la nieve enfria
fondo de la nada» (V, 5), por otro busca para su
(Canto IV, 6).
82

muliércula, hecha de puro cuerpo, cierto espíritu públicos y privados sobre el escritor asturiano
que la anime, terminando por concordar con lo que apuntada por Bermejo Marcos (1968). Sería una
dice la hechicera Estrella: «Lo que el alma no llena contradicción que pensador de esta índole se
está vacío» (VI, 4). Pero es muy consciente de que rebajase a crear una poesía chabacana.
no hay conciliación posible: Tampoco resulta demasiado relevante para la
apreciación de su quehacer poético la relación que
Porque hallé en mi conciencia exista entre él y su comportamiento. La imagen
un insondable abismo,
de un Campoamor pacato, buen burgués, católico
al meditar en calma
que Dios, al dividirlo en cuerpo y alma,
de misa diaria, feliz en su matrimonio, a quien
hizo al hombre enemigo de sí mismo. escritora tan maliciosa como Pardo Bazán (1893) se
empeñaba en quererle encontrar no confesadas
Campoamor, a través de Torralba, se ha aventurillas, no casa -se dice- con su ideología
planteado, pues, la relación de las dos doctrinas escéptica, demoledora, cínica. Pero, frente a ello,
fundamentales de la filosofía en su capacidad para no queda más remedio que reiterar que obra
resolver el enigma del hombre, el idealismo y el y hombre no tienen por qué coincidir en todo
materialismo, notando la insuficiencia de cada una. escritor; que en algunos la experiencia diaria es
Años antes, en el «Epílogo» de El personalismo menos importante que la fantasía, los sueños, la
(1855), tras explicar su contacto con las mismas, imaginación; que el pensamiento puede originarse
concluía escépticamente: «No quiero volver a en consonancia o en contradicción con la vida, como
identificarme con nada, no sólo con la materia, un resultado o como una protesta. Campoamor, de
pero ni con el mismo espíritu». Sería ésta buena hecho, es un ejemplo ideal de ironista romántico,
ocasión para discutir la condición de filósofo de pura contradicción entre ser profundo y apariencia
Campoamor así como la relación entre sus ideas y s u p e r f i c i a l . Y ello es t o d o un desafío a
su conducta. Pero el tema requeriría mucho más reinterpretarlo.
espacio. Basten unas breves observaciones para Regresando tras o b l i g a d o inciso a las
situar el problema. indagaciones de Torralba, su suspensión episte-
Desde un punto de vista estrictamente literario mológica o duda radical acerca de la verdadera
no debería haber lugar a la discusión. La crítica naturaleza del hombre y de las cosas se decanta
española sobre el siglo XIX ha caído sistemáti- en la práctica por una s o l u c i ó n de amargo
camente en la falacia de querer ver filósofos donde negativísimo materialista, aunque en buen juego
sólo hay poetas. Pero filosofía y poesía son irónico siempre quede en lontananza un idealismo
entidades diferentes por mucho que aquélla pueda compensador y necesario. Este estudioso de «la
ser ocasionalmente poética o ésta filosófica. materia eterna / que viene de lo mismo y va a lo
Campoamor lo dejó claro de dos maneras: cuando mismo» (Introducción, 1) constata la prevalencia
quiso hacer filosofía, escribió libros filosóficos; inexorable, casi determinista, del instinto en el
cuando hizo poesía, advirtió bien claramente en sentimiento en que más idealismo ha vertido la
su Poética su oposición a la de tesis, según Gaos cultura para d e s c r i b i r l o , el amor. Catalina
(1955, 1969) recalcó oportunamente: «Arte es desciende fatalmente del ángel al hombre, del
convertir en imágenes las ideas y los sentimientos». h o m b r e al d i a b l o , arrastrada por el deseo
Lo más que cabe discutir es si existen ideas, si hay incontrolable. La fuerza cósmica del sexo se exalta
una visión del mundo en su poesía, y cómo es. en versos que presienten la glorificación erótica
Azorín (1922), después de una serie de juicios del modernismo. Venus reina soberana:
contradictorios, propuso lo que parece una solución
adecuada: «Si la filosofía es una actitud del espíritu, ¡Oh deidad del placer, la única eterna,
es decir, la actitud de un contemplador, buen que todo lo gobierna y desgobierna!
¡Tú al cielo y a la tierra de igual modo
filósofo, con sutilidad y elegancia, es el poeta».
haces sentir un invencible halago,
No se trata de una filosofía propiamente tal, después que sepultaste en un gran lago
sino de una actitud del espíritu, esto es, de una de polen fecundante el orbe todo,
cosmovisión. La sutilidad y elegancia que Azorín en aquel día de expansión dichosa
destaca no se compaginan con el calificativo más en que trazó el camino de Santiago
con leche de sus pechos una diosa! (Canto II, 7).
repetido en torno a la misma, la de filósofo de
calendario o de andar por casa, asociado a la falta El ser humano es, en definitiva, un producto
de sutileza pensante de la burguesía de su tiempo. de «la siempre racional naturaleza» (Canto II, 6)
Campoamor se mueve en un mundo de ¡deas que le obliga a cumplir con un bien pergeñado
bastante complejas que seguramente esas niñas propósito sus deberes instintivos. En el debate
caprichosas que maliciosamente se quieren sobre naturaleza y yo, naturaleza e historia, cuya
presentar como lectoras favoritas del poeta no transcendencia dentro del romanticismo alemán
entendían. En este sentido no está de más recordar ha s i d o bien señalada por Eichner (1982),
lo que J u a n Valera (1865 y 1883) o p i n a b a . Campoamor se alinea claramente al lado de la
Campoamor era para él, junto con Balmes, uno de naturaleza. También Schlegel había dicho en uno
los pocos pensadores originales de España, de sus Fragmentos que el hombre es naturaleza
afirmación que seguramente ha de tomarse sin que reflexiona sobre sí misma. Y ello le permite
ironía a pesar de la discrepancia entre sus juicios someter a cuestionamiento los productos del
83

espíritu, la c u l t u r a . El escritor asturiano ha poema. Se burla del i m p o s i b l e a r i s t o t é l i c o -


descubierto, como tantos otros, que la cultura es escolástico de explicar lo divino por lo humano y
un valor negociable, oportunista y reemplazable, deducir las ideas de lo sensible (Vil, 3). Hace a
subordinado a los intereses básicos del ser la Inquisición heredera de la moral del diablo que
humano. Debajo de ella late siempre el corazón no es sino una exageración de la de Cristo:
primitivo y salvaje de la caverna prehistórica: la hipocresía, fanatismo, inculcar al hombre ideales
civilización es incapaz de transformar lo escrito falsos sabiendo su condición animal, engañarle
profundamente en los genes. con la esperanza y la vida futura (Vil, 5). Proclama
Campoamor se enfrenta bajo tales postulados una certeza, la que el gran Demo resalta en su
con otro de los símbolos egregios del idealismo, discurso de despedida, el dolor universal de la
supuestamente máximo logro del espíritu, la existencia:
religión. La religión a nivel teórico aparece
inconsistente: «como t o d o el que estudia Como todo en la tierra es miserable,
de miseria en miseria
religiones / se quedó al fin del curso sin ninguna» hará vuestro dolor interminable
(II, 1). A nivel aplicado, identificada con el en su cópula eterna la materia.
catolicismo, es asociada a la hipocresía y al [...I
fanatismo del clero, que ha manejado la inquisición En vano, huyendo del dolor que espanta,
en su beneficio (VIII, 2 y 4): la sustancia mortal se transfigura
que en el hombre, en el mármol, en la planta,
Es muy malo el pecado, en el fondo de todo, hay amargura. (VIII, 9).
pero es mucho peor la hipocresía
de unos viles hidalgos que a millares En otras palabras, la herencia infernal se resume
aspiráis al honor de familiares en el c o n f l i c t o i n s o l u b l e entre i d e a l i s m o y
por no ser sospechosos de herejía. materialismo (Aristóteles), la falsa moral triunfante
(libro de Butibamba) y el irremediable dolor de vivir
Desde ahí se produce un salto cualitativo a una (discurso de Demo).
ironía desacralizadora de calado más profundo. El Cielo, i n f i e r n o , m o r a l , r e l i g i ó n , n o b l e s
cielo es reducido a una especie de museo donde conceptos culturales, los más temidos, los más
los ángeles se aburren porque no hay mujeres. difíciles de atacar, han caído reducidos a nada, o
Torralba sostiene «como el Corán y otros cristianos / peor si cabe, a irrecuperable chatarra. Campoamor
que no hay cielo mejor que el de Mahoma».
pudo haber propuesto reemplazarlos por otros
También Byron había anotado en Don Juan (I, 18)
menos polémicos, más laicos, la historia, el arte,
sobre el paraíso y sus diversiones: «I wonder how
la ciencia. Pero tal no es el caso. Es la cultura misma
they got through the twelve hours...»
en todas sus m a n i f e s t a c i o n e s lo que es
Su contrapeso, el infierno, es ridiculizado, al denunciado. Implícitamente el hecho mismo de
someterlo a distorsión heterodoxa en una línea no equiparar la n i g r o m a n c i a c o m o m é t o d o de
desmerecedora del ingenio quevedesco. El viaje exploración de la verdad a otros procedimientos
de Torralba al lugar, descrito en el Canto Vil, en
más racionales implica la constatación de que,
busca de un soplo anímico para su muliércula,
en r e a l i d a d , n i n g u n o lleva a n i n g ú n lado.
es el pretexto para una serie de reflexiones
Explícitamente se somete a cuestionamiento la
arrasadoras. A nivel superficial resulta divertido
capacidad de la ciencia, la historia y el arte para
descubrir que el viejo lugar haya sido trasladado
resolver problemas. Torralba, quizá haciéndose eco
de e m p l a z a m i e n t o p o r q u e , cuando Dante
de Fausto, constata la s u p e r f i c i a l i d a d del
descubrió sus secretos, Dios tuvo miedo de que
descubrimiento científico («Y cual todos en física
los demonios se contagiaran de la corrupción
sabía / que el sol es un reloj bien construido»,
humana. O que el listón con la famosa inscripción
«Perded toda esperanza los que entráis» tenga Introducción, 1) y su insatisfacción («no hay can-
que ser usado por el guardián actual para atizar sancio peor que el de la ciencia», Introducción, 5).
el fuego moribundo. Surge una inevitable imagen La h i s t o r i a e m e r g e c o m o «un p r e s i d i o de
de arrumbamiento definitivo de una institución inmortales» (IV, 7), que queda abolida por el olvido
temida, reducida a ruinas y escombros irrecupe- y la naturaleza:
rables. Toda una época, todas unas creencias ¡Yes ley, pueblo querido,
han sido abolidas para siempre no mediante de que todo lo que es y lo que ha sido
terribles argumentos o polémicas, sino mediante acabe al fin como acabó este infierno,
la sonrisa sutil y socarrona de un supuesto que es el silencio eterno
creyente. el diapasón final de todo ruido. (Vil, 9).

Pero ese infierno a nivel profundo ha dejado En cuanto al arte, «pues yo sé quien a Cadmo lo
su herencia, resumida en tres símbolos que ahorcaría / por ser el inventor de la escritura»
allí encuentra Torralba gracias a su amigo y (IV, 5).
servidor inquisitorial Juan García: las obras de En las postrimerías del siglo XIX, El licenciado
Aristóteles, el libro de moral del diablo archivero Torralba deja en herencia un desolado mensaje
Butibamba y el mensaje final del gran Demo. nihilista, mirando a un siglo próximo que elevaría
Campoamor construye con este recurso uno de los el horror a dimensiones cósmicas. Su figura,
cantos más densos ideológicamente de todo el inquieta y destructora, de ironista implacable.
84

p r e s i d e un c e m e n t e r i o en el que y a c e n , al llegar otra vez la primavera, en el monte, en el


definitivamente inservibles como cacharros viejos, [valle, en la llanura,
todos los valores. El ser humano, sin asideros, se cubrirán los campos de verdura,
dejado a la fuerza bruta del instinto, tiene ante sí la verdura de rosas,
y las rosas después de mariposas.
la nada que extiende por doquier su sombra
impenetrable. Por ella vaga, perdido y solitario, a
la busca desesperada de una verdad inexistente; El dolor y la muerte se yerguen como única certeza.
en realidad, a la busca de la busca. Su condición La náusea existencial, el asco absoluto de la vida,
cruel y miserable se proyecta como negro presagio brota incontrolable: «Mi alma siente el tedio de la
sobre la hermosura física del mundo: «¡Es lástima vida» (VIII, 5). La extinción total, la gran Nada flota
- m u r m u r a b a el licenciado-, / que encubra tan en el horizonte como refugio y consuelo. Y, sin
inmensa podredumbre / la belleza exterior de lo embargo, ¿no ha oído Torralba la voz de Catalina
creado». La naturaleza p r e p o t e n t e mira con que lo llama al cielo? Esa herencia empezará casi
indiferencia las tragedias que ese ser origina, inmediatamente a concretarse en el cielo de cartón
recalcando la inutilidad del holocausto: piedra de Altazor, sus g r i t o s de e s p a n t o , la
destrucción del último asidero de lo humano, el
¡Es un dolor que muera
tanta inocente y bella creatura; lenguaje, o junto a Altazor, de tantas páginas
pero, después de esa tragedia impura, angustiadas de la vanguardia.

University of Massachusetts

BIBLIOGRAFÍA
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— : Metafísica a la ligera, Madrid, 1863.
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LA ALDEA Y LOS ALDEANOS EN VERSOS DE PEREDA

Salvador García Castañeda

Aunque los críticos hayan pasado de largo tampoco debió tomarse muy en serio pues fue
ante la obra en verso de Pereda, que es de escasa primeramente poeta de circunstancias como lo
calidad, y que Cossío señalara «la ineptitud» de eran los periodistas de entonces, tan dispuestos
su oído para el verso (1) pienso que estas poesías muchos de ellos a escribir una crónica de sucesos,
merecen estudiarse desde otras perspectivas. un romance o un artículo de fondo. De hecho,
Algunas tienen indudable valor costumbrista, algunas de estas composiciones van precedidas
otras, gran interés satírico y la mayoría descubren de la rúbrica «Gacetilla» y son hermanas de otras
nuevos aspectos, o c o m p l e m e n t a n o t r o s semejantes escritas en prosa.
conocidos, de la ideología o el quehacer literario En su mayor parte son versos que deben
de su autor por aquellos años. su origen a circunstancias tan variadas como un
hecho de armas, el elogio a una bailarina o la
necesidad de llenar con una charada un espacio
vacío en el periódico. Por ello hay aquí compo-
siciones de carácter patriótico, narraciones como
El jándalo, lo que podríamos considerar una obra
teatral en verso (Las dulzuras de Himeneo), el
«Prospecto» de El Tío Cayetano, poesías galantes
con resonancias neoclásicas c o m o Idilio,
composiciones satíricas y festivas, fábulas, un
epigrama, charadas y hasta un anuncio.
Me ocuparé aquí tan sólo de cuatro poesías
narrativas las cuales, aparte de ser las más
conocidas, son imprescindibles para estudiar
al primer Pereda y tienen en común el tema
campestre y la intención satírica. Tres de ellas
aparecieron bajo el epígrafe de «Cuadros del país»
[El trovador, Los pastorcillosy El jándalo), y éstos
y La primavera vieron todos luz en El Tío Cayetano
entre diciembre de 1858 y febrero de 1959 y
reaparecieron en la primera edición de Escenas
montañesas. Aparecieron a n ó n i m o s excepto
El jándalo, f i r m a d o por «Félix Santa María»,
seudónimo que desapareció cuando El jándalo se
recogió en Escenas.
Son obras de juventud pues entre 1858 y 1869 El trovador (Escena sentimental), es un
dio a la imprenta cuarenta composiciones y desde romance octosílabo en tres partes; la primera, en
entonces, que sepamos, dejó de hacer versos. Los e-a, es una narración en tercera persona (versos
poetas contaban todavía entonces con un público 1-56), la siguiente, en a-e, está ocupada por las
entusiasta que leía versos y gustaba de oírlos «Endechas», un m o n ó l o g o s u p u e s t a m e n t e
recitar. Pereda los hizo en sus años mozos, como cantado, que va en primera persona (vv. 57-120), y
los hicieron tantos otros, y luego, pasado el comparten la última, en e-a, una narración en
sarampión juvenil, los dio al olvido. Mientras los tercera persona (vv. 121-194), un diálogo (vv. 125-
escribía para El Tío Cayetano y La Abeja Montañesa 166) y una narración (vv. 166-194).
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El p r o t a g o n i s t a y la escena serían por la vulgaridad de los detalles pues la prenda de


característicos de muchos otros del período amor es un trozo de esparto, los labios de Nela
romántico: de la oscuridad de la noche surge un son «morros» y una «jeta» la cara de Colas. Cuando
personaje misterioso, al que preceden ciertos la insensible moza se pone a roncar el amante
signos que aumentan la expectación (gentes que desaparece en la noche.
comentan sus buenas o sus malas cualidades, La dedicatoria de Los castorcillos en El Tío
ruidos, su aparición embozado) y cuya identidad Cayetano
no se revela de inmediato. Acude secretamente al
castillo o a la oscura callejuela para visitar a su A ciertos vecinos suyos
De cierto número cuatro
amada y canta sus cuitas en unas endechas,
En pago de ciertas cosas
acompañándose de un laúd. Esta le advierte que le dieron de Aguinaldos,
de los obstáculos que impiden su felicidad endosa este documento
(intransigencia de un padre, presencia de un rival, el vecino Cayetano,
diferencias económicas o de clase) pero él la anima
a ser constante y paciente hasta lograr la anhelada no es fácil de interpretar hoy. Sin duda iba dirigida
unión. El trovador pide una prenda de amor, que a amigos o a otros periodistas y fue sustituida en
en el mundo caballeresco suele ser una cinta, una la primera edición de Escenas montañesas (1864),
banda o un pañuelo, sigue una apasionada muy apropiadamente, por los dos primeros versos
despedida y el amante desaparece en la oscuridad de la Égloga Primera de Garcilaso: «El dulce
de la noche. lamentar de dos pastores/ he de cantar, sus quejas
Aquí el nivel es paródico por la trasposición imitando».
de la escena y de los personajes al mundo rural Los pastorcillos narra una escena bucólica.
más o menos contemporáneo. La acción se sitúa Un pastor duerme en el campo mientras pace su
en Cueto, un pueblecito de Santander muy cercano rebaño, le despierta una pastora que busca un
al S a r d i n e r o , m o t i v o de chacota para sus ternero perdido, tienen un diálogo amoroso
habitantes, que han considerado siempre a los c o n v e n c i o n a l en que se entrecruzan celos,
cuetanos como gente ruda y cerril, y a la que el reproches, lágrimas y reconciliación. Pero nos
autor alaba aquí hiperbólicamente. hallamos de nuevo ante otra parodia. El título
La evocación de la escena nocturna -«Nada m i s m o es p a r ó d i c o pues los p r e t e n d i d o s
turba su reposo, / nada su q u i e t u d altera»- «pastorcillos» son dos aldeanos cerriles. Bartolo
desciende a un nivel intencionadamente cómico está «panza arriba», se rasca, se duerme y ronca.
por la Introducción de palabras o de frases Su nombre recuerda al de otros rústicos bobos de
prosaicas propias de la vida regional como los comedia y entremés y la descripción de su físico
«escajos», el cencerro, o la vaca que brama. trae ecos quevedescos:
El personaje se anuncia aquí con dos «relinchos», Áspera crin sus cabellos,
palabra con doble sentido pues, por una parte, es estacas sus dientes ralos,
el nombre dado en la Montaña al grito que lanzan una zahúrda su boca,
los mozos aldeanos para anunciar su presencia, pequeños sus ojos garzos
en son de reto o de fiesta (conocido en otros y la piel de sus orejas,
lugares como «ijujú») y, por otra, un ruido de los como dos libros en cuarto.
caballos. Se escucha el que hacen sobre los
A poco llega B e r n a r d o n a , moza bravia cuya
«morrillos» las «almadreñas» que calza, y se
apariencia sugiere pobreza, s u c i e d a d y desidia:
apresta a cantar echando hacia adelante la «jeta».
Esta y los relinchos contribuyen a rebajar al la camisa que fue blanca
personaje a nivel animal. negra está de mugre y barro
La «endecha», según la primera acepción del con más sietes y girones
diccionario de la RAE, es una «canción triste y
Descalzos lleva los pies
lamentable», risible aquí por los nombres de los
del color de su refajo
rústicos personajes («Lucu», «Nela», «Colas») y el que es de estameña parduzca,
ridículo prosaísmo con el que expresa el galán su cosido con hilo blanco.
frustración amorosa. Su discurso abunda en
barbarismos («glárima», «sastisface», «entovía»), Despierta a Bartolo de un garrotazo para que
expresiones coloquiales vulgares («llorando a le ayude a buscar el animal perdido. Son tan
moco colgante») y detalles groseros como la elementales y tan rudos que sólo saben expresar
mención de que Colas ya no come «a pienso» y de sus sentimientos con la violencia y pelean con
que las alubias no le sientan bien (no le «paran los golpes furibundos.
bisanes»). Tras un diálogo lleno de recriminaciones y
La última parte está ocupada por un diálogo quejas llega la reconciliación con lágrimas de los
y una narración final en tercera persona. El diálogo amantes al modo clásico, pero el pastor llora
tiene las mismas características lingüísticas que el «a todo trapo» y «la sensible pastora / hace
parlamento del mozo; incluye además elementos retemblar el campo / con los mugidos que salen /
eróticos (la liga que ella le da, todavía «bien de su pecho lastimado» y ambos forman «un
caliente», o el furtivo beso) que pierden tal carácter estrépito tan magno» que los carneros «sa
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asustan» y echan a correr. El final feliz da lugar a tierra» m o n t a ñ e s a para que éste, «acaso
otro anticlimáticamente diverso: como la utilidad convertido», cante una belleza tan grandiosa que
está por encima de los sentimientos, cada uno sale «para cantarla es poco / la rica gaya ciencia».
echando maldiciones en busca de sus animales, El jándalo vio luz por primera vez en El Tío
interrumpiéndose así la «sensible» escena de su Cayetano (ndm. 11,6 de Febrero de 1859, que llamo
reconciliación. primera versión), en Escenas Montañesas (1864,
La primavera, dedicada «A ciertos antiguos segunda); (1877, tercera) y en Obras Completas
camaradas de Cayetano», con 328 versos, es la (1885, cuarta versión). Es un romance octosílabo
poesía más extensa que escribió Pereda. Se dan en í-o de 252 versos, ampliado notablemente al
en ella, además de la interpretación degradatoria incluirse en la edición de 1864. A mi parecer, la
y caricaturesca de las gentes del campo, el amor mayoría de estas mejoras estilísticas es acertada,
por la patria chica y, por vez primera, la fobia por entre ellas, el mencionar repetidamente la llegada
Madrid. de una pretendida recua cargada de riquezas, que
Tiene forma epistolar por lo que va escrita en esperan el tío Perico, la familia del jándalo y las
primera persona y dirigida a un poeta bucólico gentes del pueblo: «la consabida recua», «la recua
cortesano, apropiadamente llamado Fabio. Es un que quedaba en el camino», y así hasta cinco
romancillo heptasílabo, y el vocabulario y las referencias que adquieren un valor de leit-motiv.
imágenes recuerdan de inmediato las propias del Entre la versión de 1864 y las dos siguientes, las
mundo anacreóntico dieciochesco. El tema es variantes son escasas.
también el tradicional del campo frente a la aldea. El jándalo está d e n t r o de la c o r r i e n t e
Estructuralmente: 1) el autor recrimina a Fabio romancística t r a d i c i o n a l y trae ecos de los
por su ignorancia de la realidad y enumera romances del duque de Rlvas, los de Zorrilla y los
despectivamente los elementos que constituyen burlescos, como algunos de José Joaquín de Mora.
ese pretendido mundo pastoril libresco, que A partir de 1864, se dividió en tres partes y, dentro
recuerda el del Pastor Clasiquino esproncediano. de cada una, hay espacios en blanco que marcan
2) Le contrapone la «verdadera» Naturaleza de los diferentes episodios del relato; la I cuenta el
la Montaña. Siguen una breve y entusiasta regreso del alegre y petulante jándalo al pueblo,
descripción de la patria del narrador, y la invitación su parada en el ventorrillo y el anuncio de la
a venir a conocerla. 3) Le aconseja después cómo inminente llegada de la recua, la II describe la
ha de equiparse para vivir en ella. De nuevo se entrada triunfal en el pueblo y en la casa paterna y
contraponen aquí la rusticidad literaria y la el reparto de regalos, y en la III, cronológicamente
inclemente realidad. El autor se complace en la más larga, el fin del verano coincide con el del
exagerar d i f i c u l t a d e s para acobardar a los dinero del protagonista quien vende todo lo que
pusilánimes («hay charcos escondidos/y espinas... trajo, vuelve temporalmente al medio campesino
y culebras»), y para resaltar la virginidad prístina que había abandonado y al fin regresa a Andalucía,
de esta naturaleza. 4) Sigue una entusiasta tan pobre como había salido la vez primera, para
descripción del campo montañés, en la que empezar de nuevo ,2).
aparecen e l e m e n t o s p r o p i o s de la poesía Tiene éste dos identidades que representan
neoclásica pastoril cuyo tono lírico rebaja para dos mundos en contraste, el idealizado del Sur y
lograr así un efecto cómico. Buen ejemplo sería el el real del Norte. Al primero pertenece el exótico
contraste del término «miruellas», nombre regional jinete que viste de modo fachendoso y colorista.
de los mirlos, con el de «alondras», de tan clara Su manera de hablar es mucho más expresiva y
estirpe literaria. 5) «Nemoroso» y la «zagala gentil» graciosa que la de sus convecinos a quienes
son dos aldeanos recios, vítales y prosaicos, tan conquista con su labia. Cuenta y no acaba de la
bárbaros como los protagonistas de El trovador pretendida Jauja andaluza y se exhibe para que
y Los pastorcillos aunque presentados aquí de salgan «a verle pasar». La cena, gratis para todos
manera p o s i t i v a para c o n t r a p o n e r l o s a los y llena de promesas, es su apoteosis y lleva a
enfermizos madrileños. 6) La moralización no se pensar que es rico.
hace esperar. Pereda da gracias a Dios por haber En este personaje se da la situación típica del
hecho así a estos mozos y a estas mozas, «porque criado que imita el comportamiento, el habla y el
no son las rústicas / pasiones de la aldea / las que modo de vestir de sus amos. Su estancia en el Sur
la sangre inflaman», quien lo hace es nuestra le ha hecho olvidar la desconfianza y el sentido
imaginación cuando evoca el mundo exótico y práctico de los montañeses y se dirige al ventero
decadente que pintan las novelas. 7) Imagina luego con la misma soberbia con que le hablaban a él
que Fabio se enamora en el Retiro de una pastora, sus parroquianos. Es la caricatura del valentón que
a
la que describe con términos galantemente teme viajar de noche, la exagerada versión del
rococó («como las rosas fresca, / tejiéndose andaluz de saínete.
guirnaldas/con muelle negligencia»). 8) El Retiro Ya en el pueblo, se esfuerza diariamente en
encarna la escuálida naturaleza ciudadana y el mostrar la superioridad del cosmopolita que come
autor amonesta a los poetas cortesanos para que pan blanco, bebe rioja, viste bien y ha olvidado
no canten a la primavera «con tosca, ruda péñola». los nombres de gentes y cosas que conoció en su
9) Concluye reiterando la Invitación al madrileño niñez. La llegada de la recua habría situado al
a conocer la verdadera primavera, en la «noble jándalo dentro de la clase privilegiada de su
88

comunidad para siempre pero tanto su ausencia que hacían reír. Resultaba además una contrafigura
como la apertura de la maleta con los míseros de los pastores delicados y sentimentales propios
regalos da comienzo al proceso de su decadencia. de la literatura bucólica.
Esta d u r a apenas un v e r a n o y Pereda va Como era de esperar, t a m b i é n nuestros
describiendo en detalle la transformación del tipo autores vieron a los aldeanos de modo tradicio-
y su reinserción en el duro vivir campesino a nivel nalmente d e r o g a t o r i o c o m o gente bárbara,
lingüístico, laboral, indumentario y de costumbres. deshumanizada al nivel de animales o de objetos.
En esta ocasión, no cae en la tentación de ridiculizar La sátira es aún más despiadada con las mujeres
a los aldeanos y también da a su personaje la en cuya descripción entra además la misoginia.
humildad necesaria para aceptar la realidad de los A partir de las serranas del Arcipreste, y pasando
hechos. por las gallegas de Góngora -«mozas rollizas de
Pero d e b a j o de tales disfraces hay un anchos culiseos, / tetas de vacas, / piernas de
e l e m e n t o de v e r d a d : sus experiencias han correos»- (6) , los autores del XVIII, influidos todavía
diferenciado al jándalo de sus coterráneos. Es ya algunos por los autores del Barroco, continuaron
un ser híbrido, nostálgico pero desarraigado de la esta t r a d i c i ó n . Gerardo Lobo asegura que
aldea, cuyo futuro está en esa Andalucía que ha confundió a una aldeana de los montes de Toledo
influenciado su modo de ser más de lo que él creía. con un jabalí i7\ el marqués de Casa-Cagigal, pintó
Yallátieneque volver pues ya no sirve para labrar a las montañesas descalzas y harapientas (8) y el
la tierra. La historia tiene la esperada ejemplaridad autor de Morir viviendo en la aldea creyó que dos
y final didáctico con el bochornoso vencimiento y mozas salmantinas eran «dos lobos» (9). Los
el regreso humilde del jándalo a lomos de un asno, románticos continuaron la misma tradición y en
que contrasta con su brillante llegada a caballo. las revistas del tiempo abundan poesías y artículos
costumbristas que ridiculizan la inocencia de los
Pereda nació en 1833, es decir, en pleno bucólicos de ciudad y exageran el primitivismo de
romanticismo, y su educación fue la propia de los la aldea (10).
muchachos de su tiempo en la que el latín y las Quienes hablaron de la visión realista que tuvo
Humanidades ocupaban lugar preeminente; a nivel Pereda del mundo rural parece que no tuvieron en
personal, sus lecturas incluyeron a los autores cuenta que seguía esta línea y que en sus obras
románticos del día. Era escritor en ciernes cuando t e m p r a n a s , t a n t o en prosa c o m o en v e r s o ,
él y sus jóvenes contemporáneos identificaban ya caricaturiza, deforma, cosifica y animaliza a sus
el clasicismo con los palmetazos del dómine y aldeanos. Una tendencia que es evidente hasta la
cuando el romanticismo, a su vez, había dado paso llegada de la Gloriosa y que, a pesar de considerar
a una nueva escuela. Sin embargo, los educados después las aldeas como la reserva moral del país,
a la manera clásica no olvidaron lo aprendido y no abandonó nunca por completo.
buena parte de los románticos, como Espronceda, En estos c a m p e s i n o s p e r e d i a n o s están
y de los que vinieron después, comenzaron presentes la violencia y la barbarie. Los padres dan
escribiendo poemas épicos, anacreónticas y palizas a sus hijas porque hablan con mozos que
tragedias. Entre los ú l t i m o s está Pereda, el a ellos no les gustan, los amantes se insultan, se
detractor del mundo pastoril, quien al mismo pegan con garrotes y se dan golpes terribles
tiempo que sus parodias escribe poesías galantes -«sopapo», «revés», «garrotazo», «linternazo»-
(Idilio y Fisionomía del Carnaval) y patrióticas hasta hacerse sangrar, que apenas les afectan. Son
(A los marinos del Pacífico) de carácter neoclásico, «escenas sentimentales» e «idilios» que nada
y se sirve con frecuencia del romancillo de seis y tienen de tales, exagerados para hacer reír a los
siete sílabas, tan propio de los géneros menores lectores de la ciudad. No creo que ninguna otra
de aquella escuela. composición de Pereda, ya sea en prosa, ya en
Al enjuiciar Los pastorcillos escribía Cossío v e r s o , dé una v i s i ó n tan caricaturesca, tan
que fue «blanco de su sátira literaria [de Pereda] despiadada y tan condescendiente de los aldeanos
el amanerado y convencional ambiente campestre como El trovador y Los pastorcillos, hasta el
neo-clasicista aún no desterrado del todo de punto que suprimió esta última en sus Obras
nuestra poesía» ,3). Pero esa sátira y la de tantos Completas m i .
otros está dentro de una tradición literaria que Sin embargo, en La primavera comienza a
viene de Horacio y, en nuestras letras, podríamos vislumbrarse otro aspecto de los aldeanos. Tienen
recordar a los cómicos rústicos de Juan del Encina aquí un papel doble pues, sin dejar de ser lo que
o las experiencias que tuvo Berganza de un mundo son, el autor no insiste ya sobre una estolidez y
pastoril picaresco en el Coloquio de los perros w . una barbarie que les degradan sino sobre una
Como advierte Noël Salomón (5) tanto en España fortaleza -«mocetona», «fornido atleta»- y una
como en el resto de Europa hubo desde la Edad inocencia de primitivos que les ennoblece. Forman
Media una tradición aristocrática de irónico parte de esta Naturaleza vitalmente bravia, y
desprecio por el campesino, reflejada en la concluye, satisfecho: «Así son los modelos / (al
literatura y en el folklore. Este no era un personaje menos en mi tierra) / de las ninfas... y ninfos / que
cómico por sí mismo pero desde el punto de vista vagan por las selvas». Contrastan aquí con los
de las clases dominantes su rusticidad equivalía alfeñicados madrileños y forman parte de aquella
ahora a una grosería, ignorancia y falta de seso pretendida «raza cántabra» soñada por Pereda, ,á¡
89

la que pertenecieron Tremontorio, los aldeanos de la otra en sombras confundiendo


La puchera y Peñas arriba, y el cura don Sabas, estaba en la parte oscura,
hercúleos y sanos de corazón. receloso y encubierto,
Por otro lado, los aldeanos de El jándalo son un noble joven gallardo,
no muy alto, aunque bien hecho. '"'
una masa amorfa pues la atención va dirigida hacia
el protagonista, aldeano también, pero satirizado [Cueto]
por su condición de emigrante que renegó del duerme el sueño de los justos
pueblo natal. entre escajos y tinieblas.
Aunque tanto El trovador como El jándalo Nada turba su reposo,
parodian las narraciones románticas escritas en nada su quietud altera [...]
romance, en especial las del duque de Rivas, tanto De repente, y sin preludios,
del fondo de una calleja
su vocabulario como el de Los pastorclllos y
un relincho se elevó
La primavera, es el de la literatura pastoril hasta la celeste esfera,
dieciochesca. En términos generales, se diría que retumbando en las montañas
Pereda temió siempre que sus lectores no supieran cual la lúgubre trompeta
distinguir cuando escribía en serio y cuando lo llamando a juicio final
hacía burlando. Para evitarlo recurrió siempre a al desquiciarse la tierra;
entrecomillar y, más aún, a subrayar aquellas y poco tiempo después,
expresiones o aquellos términos que usaba con entre las zarzas espesas,
doble sentido. vióse aparecer un hombre
hacia el fin de la calleja
Tratándose de obras que ridiculizan y avanzando a grandes pasos
parodian, la terminología tiene capital importancia que delata con presteza,
pues la idealidad de los nombres contrasta con una sobre los duros morrillos,
realidad exageradamente vulgar que también el son de sus almadreñas.
aporta su propio vocabulario. Este abunda en (El trovador)
barbarísimos, en l o c a l i s m o s y en palabras
(arremendar, almadreñas, bisanes, morral, rufajo) En un normando morcillo
que sugieren el zafio mundo pueblerino. que respira espuma y fuego,
Así, en Los pastorcillos, más de la mitad del cuya ligereza es rayo,
romance está ocupado por un diálogo plagado de cuyos relinchos son trueno;
con un arnés que deslumhra
palabras y expresiones coloquiales y regionales,
del mismo sol los destellos,
algunas vulgares hasta la grosería («A que te y en parte una veste oculta
arrimo un sopapo?», «Pusno m'atientese\ sacu»). de carmesí terciopelo;
Pereda parece haber sido el primer escritor y sobre el bruñido casco
de costumbres que incorporó el habla aldeana dando vislumbres al viento,
(como es sabido, de autenticidad muy dudosa) a un penacho blanco y rojo
nivel literario y lo hizo ya en 1858 con El trovador. con rica joya sujeto... ml
Su ejemplo debió incitar a otros a seguirle, a juzgar
un jinete apareció
por un Romance lebaniego, dedicado «A los Sres.
presuroso sobre un bicho
D. Jesús de Monasterio y D. Francisco de Asís de que desde el lomo a los pechos
la Peña», firmado por Benigno de Linares y y desde el rabo al hocico
La-Madriz, en «Potes, agosto de 1863», escrito en iba envuelto entre alamares
un «lebaniego» convencional y que publicó y entre borlas confundido.
La Abeja Montañesa (Núms. 7,9 y 11 de septiembre Todo un curro era el jinete
de 1863). a juzgar por el equipo:
Aunque el romance y el romancillo sean los faja negra, calañés,
y sobre la faja un cinto
metros p r e f e r i d o s por Pereda, tan sólo en
con municiones de caza,
El trovador y en El jándalo se advierte la intención pantalón de lo más fino,
de parodiar los procedimientos narrativos propios marsellés, con más remiendos
del duque de Rivas. A ella se deberían el dividir el que mis calzones antiguos,
relato en partes a la manera de capítulos, la y una escopeta al arzón
intrigante aparición de un desconocido personaje, unida por otro cinto.
el ambiente de misterio, las descripciones del (El jándalo)
paisaje y de escenas nocturnas y los coloridos
retratos ecuestres. Cuando escribía el joven Pereda, ya había
pasado la hora del Romanticismo pero esto no
[La luna] quiere decir que hubiera dejado de existir,
sobre el pardo caserío especialmente en provincias, y que hubiese
derramando sus reflejos i m i t a d o r e s y e p í g o n o s de Victor H u g o , de
como sobre los sepulcros
Espronceda, de Rivas o de Zorrilla, que siguieron
de un tranquilo cementerio.
Y en una desierta calle escribiendo así durante muchos años. Un ejemplo
donde sus claros destellos curioso sería el de un Rogelio León, autor de
una mitad alumbraban. Un contrabandista, romance del género andaluz,
90

que vio luz en El Despertador Montañés (num. 112, al lujo, a la opulencia,


29 de diciembre de 1850) nueve años antes que al vicio y a la intriga...
El jándalo p e r e d i a n o , que ofrece curiosas al crup y a las viruelas
semejanzas con éste y que comienza así:
En fin, desde sus primeros escritos en prosa
Por las más ásperas cúspides y en verso muestra Pereda una extraordinaria
que tiene Sierra-Morena capacidad para la parodia y la sátira, grandes dotes
va caminando un mancebo
para observar la realidad y una finura especial para
sobre corpulenta yegua.
Ciñe en redor de la frente apreciar detalles y aspectos del mundo circundante
rico pañuelo de seda, que los demás no ven. Su capacidad mimética le
que cubre en parte los rizos permite reproducir (inventar, diríamos mejor) con
de su negra cabellera. una ironía no exenta de malicia, el modo de
Un sombrero calañas expresarse y los diálogos de las gentes de pueblo.
este pañuelo sujeta,
casi tendido hacia un lado
con graciosa ligereza. Como escribí al principio de este trabajo, no
Un marsellés primoroso pienso que Pereda tuviese pretensiones de poeta,
sobre los hombros ostenta q u i e n ejerció por unos años el o f i c i o para
guarnecido de clavetes entretener a sus amigos y a sus lectores en
de plata bruñida y tersa... aquellos tiempos felices en los que los versos
Cuando me refería a La primavera mencioné entretenían. Sin embargo, habrá que hacer una
el violento rechazo que hay allí por Madrid y todo excepción: a mi juicio, El trovador, Los pastorcillos,
lo que, según Pereda, representa. Este había vivido La primaveray El jándalo destacan entre todas las
en la Corte un par de años, al parecer muy a su demás por su calidad, por su valor costumbrista y
gusto, a juzgar por la conocida carta que escribió por su impacto satírico. Según la cronología de la
a Domingo Cuevas el 9 de diciembre de 1852 l14). obra perediana estas cuatro poesías junto con
En el 54 regresó con el fin de afincarse en La cruz de Pámanes y El concejo de mi lugar, am bas
Santander y, se diría, que con el de emprender una en prosa, son los primeros escritos de Pereda con
guerra personal contra Madrid y los madrileños, tema campestre e intención satírica. Esta visión
que solo cesaría con su muerte. A La primavera suya de los aldeanos, con las variantes que señalé
c o r r e s p o n d e r í a el h o n o r de ser la p r i m e r a más arriba, continuará a lo largo de su carrera
composición en la que su autor manifiesta esta literaria pues, a pesar de su idealización de la aldea
fobia con la pasión moralizadora propia de un después de la Gloriosa, esta visión satírica seguirá
padre del y e r m o . Y así exhorta a los poetas viva en obras tan tardías como Agosto o Un
cortesanos a cantar un Madrid que para él son tipo más.

las tristes sábanas Convendría señalartambién, por lo temprano


de calcinada arena de su aparición, el amor por la patria chica y el
donde la hispana corte enconado desdén por Madrid y los madrileños. El
su pedestal asienta;
polemista no teme usar la pluma en defensa de
cantad al mar bullente
que surcan en calesa sus ideas y el satírico hace blanco del ridículo al
tras chulos argonautas vejete indiano que compra a una jovencita o al
impúdicas sirenas; pretencioso jándalo que abandonó la tierra de sus
cantad al hambre, al frío. mayores.

The Ohio State University

NOTAS
1. «La obra literaria de Pereda» en José María de Cossío: Estudios sobre escritores montañeses, Santander, Institución
Cultural de Cantabria, 1973, III, p. 151.
2. José Manuel González Herrén hizo un primer estudio de esta poesía en «Rosalía y Pereda, costumbristas: El cadiceño y
El jándalo» en Actas do Congreso Internacional de Estudios sobre Rosalía de Castro e o seu tempo, Universidade de Santiago
de Compostela, 1986, pp. 435-447.
3. Cossío, cap. cit., Ill, 1973, p. 160.
4. Sobre este tema, cf. mi artículo: «Suum cuique: La experiencia aldeana y el bucolismo dieciochesco» en Actas del Congreso
de la Asociación Internacional de Hispanistas, Barcelona (Agosto 1992), II, pp. 1177-1183.
5. Recherches sur le thème paysan dans la comédie au temps de Lope de Vega, Bordeaux, Institut d'études ibériques
et ibero-américaines de l'Université de Bordeaux, 1965.
91

6. Soneto XU en Obras completas, Madrid, Aguilar, 19676, (atribuido a Góngora), p. 541.


7. A Don Luis de Narváez, BAE, 6, pp. 42-43.
8. «Descripción poética del viaje que hizo a la Montaña el Excmo. Sr. Dn. Fernando de Cagigal, Marqués de Casa-Cagigal
y Teniente Coronel de los Rs. Ejércitos, siendo subalterno en el lugar de Hoz de Añero en la provincia de Trasmiera a 4 de
noviembre de 1775». Ms. autógrafo. Biblioteca Menéndez Pelayo, Santander.
9. Antonio Muñoz: Morir viviendo en la aldea y vivir muriendo en la Corte, Madrid, en la Imprenta de González, 1790.
10. Cf. «Capítulo V. El Costumbrismo», passim, en mi estudio Las ideas literarias en España entre 1840 y 1850, Berkeley & Los
Angeles, California U.P., 1971, pp. 130-150. A nivel regional, señalaría «Delicias del campo» firmado por «Requiem»
(La Abeja Montañesa, 1 de mayo de 1868, p. 3), sin duda un seguidor de Pereda. Es un romance en el que además de los
tópicos acostumbrados aparecen otros favoritos de aquél, como el de la suciedad de las mozas, las marrullerías de los
aldeanos, la valla de piedras que se cae sola y el uso de términos propios de la Montaña.
11. A principios de 1886 (15-1-1886) escribía Menéndez Pelayo a Pereda: «He visto en una librería la nueva edición de las
Escenas montañesas. Aplaudo el que usted haya eliminado La primera declaración, pero no Los pastorcillos, que tienen su
gracia y mérito como parodia realista. Yo no me acostumbro a verlos desaparecer del tomo». Pereda respondió a Menéndez
Pelayo (25-1-86) explicándole así la omisión: «Supongo que Marañón te habrá entregado el 5to. de las mías [Las «Escenas»].
Por pensar lo mismo que tú vacilé mucho antes de eliminar Los pastorcillos, pero, en fin, me venció la repugnancia de cierta
grosería que he notado siempre en el realismo de aquel cuadro». (Cf. «La obra literaria de Pereda», en Cossío, cap. cit.,
p. 160).
12. La buena-ventura, Ángel Saavedra, duque de Rivas: Romances históricos. Edición de Salvador García Castañeda, Madrid,
Cátedra, 1987, p. 227.
13. La muerte de un caballero, Rivas, op. cit., p. 250.
14. Ricardo Gullón: Vida de Pereda, Madrid, Editora Nacional, 1944, p. 32.

CRONOLOGÍA

1858
1. Pido ¡apalabrapara un asunto que interesa. [En colaboración con Antonio L. Bustamante]. Descripción del «tío Cayetano»:
«Ya mi cale multiforme, / y mis clásicas chancletas, / y mi pantalón raído / y mi levosa mugrienta...» [TC1, 1, año 1, 5 de
diciembre de 1858].
2. Las dulzuras de Himeneo o Escarmentaren la ajena [«Plan que tiene Cayetano...»] [TC1,1, año 1, 5 de diciembre de 1858].
3. Anuncio. Mitad del género humano... ITC1, 2, 12 de diciembre de 1858].
4. Cuadros del país. Eltrovador (Escena sentimental) [«Ya del rubicundo Febo...»]. Entre la primera versión de El Tío Cayetano
(1858) y las ediciones de 1864, 1877 y las Obras Completas hay numerosísimas variantes [TC1, 3, 19 de diciembre de 1858].

1859
5. Apólogo [«Estaba Juan un día...»] es fábula pero no política [TC1, 5, 2 de enero de 1859],
6. Cuadros del país. Los pastorcillos [«Panza arriba está Bartolo...»] [TC1, 6, 9 de enero de 1859].
7. Cuadros del país. El jándalo [«Después que lanza el invierno...»] («Por lo no firmado, Félix Santa María») [TC7, 6 de febrero
de 1859].
8. La primavera. A ciertos antiguos camaradas de Cayetano [«Deja, Fabio, esa lira...»] ITC1, 13, 27 de febrero de 1859].
9. La vocación í «A Teresa amonestaba...»] [AM, 15 de septiembre de 1859].
10. Romance de pura sangre [«Diz que dicen, oh lectores,...] [AM, 29 de septiembre de 1859].

1860
11. Sensiblería [«Por qué, lirio de los campos...»] [AM, 22 de diciembre de 1860].
12. Epigrama [«Uno que jugaba al monte...»] [AM, 22 de diciembre de 1860].
13. Charada [«Altivo el genio del siglo...»] [AM, 22 de diciembre de 1860].

1861
14. Un ente [«Tengo, lector, un vecino...»] [AM, 26 de enero de 1861].
15. A paseo [«Niñas, las de quince abriles...»] [AM, 16 de marzo de 1861].
16. Himno cantado por las niñas de la Casa de Caridad de Santander a SS. MM. y AA. [«Dad al aire los ecos de júbilo...»]
[Hoja suelta, s.f., Julio 1861? Firma autógrafa de Pereda] (ViVi, 283-284).
92

17. A S.A.R. el Principe de Asturias [«Bello, inocente niño;...»] [Hoja suelta. 24 de julio de 1861] (ViVI, 285-289). Reproducido
en AM, 25 de julio de 1861.
18. A los toros, a los toros! [«El tiempo está inmejorable,...»] [AM, 29 de agosto 1861].
19. Fábula.La Abeja de marras, después del consabido Congreso de animales [«Cuenta no se qué libro...»] («La Abeja de la
fábula») [AM, 31 de octubre de 1861].

1862
20. Idilio [«Por llegar de los amores,...»] [«P»., AM, 19 de febrero de 1862. Varios IV].

1863
21. Fábula [«Oye Juan una riña por si acaso...»] («J.P.», Almanaque Ilustrado de La Abeja Montañesa, 1863) (ViVI, 358).
22. Por si parece («Yo me casaría, lector...») AM, 13 de abril de 1863 (Vill, 244-245).

1865
23. Gacetilla. La Gandolfo [«Lola, tu gracia española...»] {AM, 1865) (Vill, 25).
24. Gacetilla. Viva la gracia! («Niñas, a vosotras solas...») {AM, 1865) (Vill, 29-30).
25. Gacetilla. Canastos!! («Oh sencillos gorriones...») {AM, 1865) (Vill, 35-36).
26. Gacetilla. Cuándo se da el baile? («Nadie se lamente...») {AM, 1865) (Vill, 37-40).
27. Gacetilla. Buen fin de año («Ya pasó la noche buena...») {AM, 1865) (Vill, 51).
28. Gacetilla. Medio caso («Teresa, que fugitiva...») {AM, 1865) (Vill, 52-53).

1866
29. Gacetilla. Ole con ole («Me asombras bailando, Juana...») {AM, 1866) (Vill, 69-70).
30. Gacetilla. Teatro. Al beneficio de la primera bailarina («Juana, de muy buena gana...») {AM, 1866) (Vill, 79-80).
31. Gacetilla. A los marinos del Pacifico («Gloria a los bravos que en lejana tierra...») {AM, 1866) (Vill, 85-86).

1867
32. Cantares [«Soñando paso las noches...»] [AM, 23 de mayo de 1867] (VilV, 591).
33. Por la misma tasación [«Por la misma tasación...»] [De el pleito de las cajetillas sostenido en la tertulia de La Casuca,
1867] (ViVI, 434).

1868
34. Fray Salustio el gordinflón... [«Fray Salustio el gordinflón...»] [«Espíritu de la prensa», TC2, 2, 15 de noviembre de 1868,
Villi, 45].
35. Fabulilla casera [«La sabia Naturaleza...»] [TC2, 2, 15 de noviembre de 1868].
36. Romance morisco [«A dónde va el caballero...»] [TC2, 4, 29 noviembre de 1868],
37. Pesadilla [«Pasan nuevos días...»] [TC2, 6 de diciembre de 1868] (Villi, 133-135).

1869
38. Menudencias. Ya pasado lo de Málaga... [TC2, 11, 17 de enero de 1869].

Sin fecha
39. Fisonomía del Carnaval («Oyes la música...») (AM) (Vill, 368-376). Tanto esta poesía como la siguiente, titulada Charadíta,
están sin fechar por Vial. Pereda colaboró en La Abeja Montañesa entre principios de 1858 y principios de 1968, tanto por su
estilo como por el espíritu que la anima. Fisonomía del Carnaval, podría situarse fácilmente en cualquiera de estos años.
40. Charadíta («A todas las almas candidas...») {AM, 28 de marzo ?) (Vill, 376-381).
93

EL DON JUAN TENORIO DE ZORRILLA: UNA CARTA,


UNA APUESTA Y DOS SALVACIONES
Carlos Féal

Se alza el telón. Don Juan está escribiendo Distinción, pues, por un lado, entre los oyentes
-¿quién no lo recuerda?- una carta a Inés, la cual masculinos y femeninos, y, por otro, entre las
ella leerá bastante más tarde en su celda, en palabras engañosas y los números exactos, a los
presencia de Brígida. La trayectoria de esta carta y que aquéllas se s u b o r d i n a n : «El n ú m e r o , en
los problemas que suscita han sido bien expuestos c a m b i o [frente a las palabras], es u n í v o c o ,
y sutilmente analizados por Gustavo Pérez Firmat. transparente» (p. 81).
Mas, para observar lo incongruente de la misiva La distinción de sexo se desvanece, sin
donjuanesca, debemos referimos a una escena embargo, si notamos que, en el discurso de don
anterior a la de la lectura hecha por Inés. Juan, andan por medio las mujeres, aunque
En la hostería del Laurel se dan cita don Juan no f o r m e n parte de su público. Alardear de
y don Luis. Ventilan una apuesta efectuada hace seductor es, tanto como el acto mismo de seducir,
un año sobre quién de los dos, en el plazo un aspecto esencial del c o m p o r t a m i e n t o
antedicho, seduciría más mujeres y mataría más donjuanesco. El actor (fingidor), frente a su público
rivales amorosos. Don Juan, como es sabido, gana. de hombres en la hostería, sucede inevitablemente
Excede a don Luis tanto en mujeres seducidas al burladordeféminas"'. No tiene máscréditoque
como en muertos. Aquí surge otra cuestión. Nadie, el que sus oyentes quieran darle. Y, por supuesto,
sorprendentemente, entre los que rodean a los dos sus n ú m e r o s no son r e s u l t a d o de n i n g u n a
donjuanes, disputa la veracidad de sus listas. Don operación matemática sino tan equívocos como
Juan (o su autor) parece que tuvieran en cuenta sus mismas palabras, palabras ellos también.
esta posible objeción, y así el protagonista señala Si en la hostería del Laurel nadie cuestiona
que posee testigos: la exposición de don Juan, es porque éste deriva
prestigio de las aventuras de otros don Juanes
Si lo dudáis, apuntados anteriores a él en el mundo literario. O sea, antes
los testigos ahí están, de surgir el héroe de Zorrilla, la figura de don Juan
que si fueren preguntados constituye ya un mito y estamos preparados,
os lo testificarán, (vv. 657-660). sin necesidad de pruebas, para ver en el nuevo
Pero es ingenuo pretender -y aceptar- esto. don Juan una representación de ese mito. Por
¿Testigos de todas las seducciones y muertes? Y, eso don Juan vence a don Luis: en la lucha entre
aun si los hubiera, ¿estarían dispuestos a testificar? ambos donjuanes, el llamado don Juan posee
Y, caso de hacerlo, ¿cómo asegurarse de que sus inicialmente una gran superioridad sobre el no
testimonios no eran falsos o que no eran falsos llamado así. Se comprende ahora que el motivo
los mismos testigos? Realmente don Juan carece de la lista no aparezca aún en El burlador de Tirso,
de pruebas. pues el mito allí no está constituido al principio de
la obra sino que se forma en el curso de la misma.
En un interesante artículo, Luis Fernández
Una vez f o r m a d o , s i e m p r e habrá h o m b r e s
Cifuentes afirma, no obstante, que el lenguaje de
dispuestos complacidamente a abrazarlo (y, al
don Juan es veraz cuando está dirigido a hombres,
tratarse de un mito, las pruebas -claro está- son
en vez de a mujeres. Se basa Cifuentes (p. 91)
innecesarias) (2) .
en las palabras de Catalinón sobre su amo en
El burlador de Tirso: «Como no le entreguéis v o s / Pero de la lista de don Juan falta, según
moza o cosa que lo valga,/bien podéis fiaros del». don Luis, una n o v i c i a . A q u í ya s u r g e n las
Escribe el mencionado crítico: contradicciones de que hablábamos al comienzo
de este artículo. En la escena inicial, como vimos,
durante el Acto I Don Juan mantiene una don Juan está escribiendo una carta a Inés, una
rigurosa distancia entre sus interlocutores novicia, con intención de seducirla. No podría
masculinos, a los que presenta un texto entonces prever lo que más tarde ocurrirá en la
dominado por los números y reconocido como
hostería. Reina, por tanto, una gran confusión
«verdad», y sus interlocutores femeninos
a los que dirige palabras engañosas pero temporal y lógica. Pérez Firmat la expone con suma
eficaces (p. 91). precisión:
94

The letter is both part of the background of No sé: desde que le vi,
the wager and a consequence of it; it is both Brígida mía, y su nombre
an antecedent effect and an after-cause: the me dijiste, tengo a ese hombre
cause of its own cause, the effect of a cause siempre delante de mí. (vv. 1616-1619).
that it itself created o l (p. 7).
Sólo el nombre de don Juan (con su referencia
Volveremos pronto a la carta. Ahora me inescapable al amor), junto a la presencia (sin
interesa comentar otra escena previa a la de la palabras) del h o m b r e , bastan para causar la
lectura por Inés. Se trata de la escena IX (Parte rendición de Inés ,4). .
primera, acto II), donde asistimos al encuentro Lo portentoso es que don Juan sucumba
entre don Juan y Brígida. La tercera informa a su asimismo tan fácilmente a ese amor. Compren-
valedor: siblemente, Brígida se asombra:
En fin, mis dulces palabras Os estoy oyendo,
al posarse en sus oídos, y me hacéis perder el tino:
sus deseos mal dormidos yo os creía un libertino
arrastraron de sí en pos; sin alma y sin corazón, (vv. 1322-1325).
y allá dentro de su pecho
han inflamado una llama Don Juan la tranquiliza:
de fuerza tal, que ya os ama
y no piensa más que en vos. (vv. 1298-1305). ¿Eso extrañas? ¿No está claro
que en un objeto tan noble
La respuesta de don Juan es, a todas luces, hay que interesarse doble
sorprendente: que en otros? (vv. 1326-1329).
Tan incentiva pintura Curiosas palabras: «interesarse doble»
los sentidos me enajena, significa coloquialmente interesarse mucho, el
y el alma ardiente me llena doble de lo normal. Pero tal interés duplicado no
de su insensata pasión. supone ni mucho menos que don Juan, para lograr
Empezó por una apuesta, a Inés, deje de ser quien es, un burlador, y se
siguió por un devaneo,
enamore verdaderamente de ella. Esto último no
engendró luego un deseo,
y hoy me quema el corazón, (vv. 1306-1313). es «interesarse doble» sino hacerlo de un modo
muy distinto. La reacción inicial de Brígida está,
En cuanto las palabras de Brígida a Inés pues, justificada y, en cambio, sorprende que las
coinciden en esencia con las de la carta de don palabras de don Juan la convenzan ahora hasta el
Juan y con las luego pronunciadas por él en la punto de decirle a él: «Tenéis razón» (v. 1329).
escena del sofá, Fernández Cifuentes supone que Parece que Brígida, que un instante ve a don Juan,
don Juan se transforma al oír su propio discurso al libertino, como a un ser dotado de «alma» y
en labios de otro: «Don Juan escucha sus propias «corazón», desecha ahora esa imagen. Don Juan,
palabras y, sin reconocerlas, se deja transformar por en el fondo, sigue siendo quien es para ella (un
su poder» (p. 85). Más exactamente, pienso, el actor lleno de recursos), y el diálogo posterior
enamoramiento de don Juan corresponde al sentido abandona ya, en efecto, la nota apasionada, para
por Inés, de que Brígida le habla. Y esa extrema referirse a los trucos donjuanescos de siempre.
reacción de Inés obedece en primer lugar a una Don Juan, por tanto, se mueve en una zona
situación lamentable, confinada en la cárcel de un imprecisa, entre el donjuanismo y el enamora-
convento, desde su niñez, por designio paterno. miento veraz. Difícilmente saldrá -si sale- de esa
El seductor y Brígida saben aprovechar esa zona.
situación. Pocas palabras, y bien simples, hacen falta
Abordemos, en fin, la escena III (Primera parte,
para despertar los «deseos mal dormidos» de la
acto III), donde, alentada por Brígida, Inés lee la
novicia. No es seguro que Brígida haya leído la carta
carta que le escribió don J u a n . La carta se
de don Juan a doña Inés. Ni lo necesita para nada,
desprende de un horario u orario, un libro de rezos,
convertida en consumada celestina. El «poder» no
supuesto regalo del seductor:
reside tanto en las palabras (tan mostrencas que
don Juan ni las reconoce como suyas propias) INÉS. Mas, ¿qué cayó?
cuanto en la fuerza del deseo, que por más que lo BRÍGIDA. Un papelito.
acallen acaba encontrando indefectiblemente su INÉS. ¡Una carta!
objeto. Por eso, las palabras de don Juan no valen BRÍGIDA. Claro está;
nada frente a Ana, a quien él debe conquistar en esa carta os vendrá
ofreciendo el regalito. (vv. 1588-1591).
utilizando otras tretas, como sobornar a la criada a
fin de entrar clandestinamente en casa ajena Si, como decía Antonio Machado, «A las
y eliminar, haciéndolo prender, a don Luis, el palabras de amor / les sienta bien su poquito / de
prometido de Ana. exageración» (Nuevas canciones, p. 285),
Notemos, además, que a todo el discurso del añadiríamos aquí que no les sienta mal tampoco
seductor ha precedido la visión fugaz de éste por un poquito de regalito. Volviendo, pues, a un punto
Inés, y en la mera visión de un ser supuestamente anterior: las palabras no lo pueden todo. Andan
enamorado se enraiza el amor de ella (se alimenta también por medio las tretas (sólo con ayuda de
ya el deseo): Brígida podrá don Juan entrar en el convento) y el
95

poderoso caballero don dinero: «Y si acierto / a accrue meanings that the author did not
robar tan gran tesoro, / te he de hacer pesar en necessarily intend. The letter means different
oro.» (vv. 1342-1344), le promete don Juan a la things to the different characters who have
celestina. occasion to reflect upon it Ml.
Tras cuantiosas resistencias, se atreve al fin El comentario es ingenioso, mas encierra algunas
Inés a iniciar la lectura de la carta: «"Doña Inés dificultades. Si la carta, como un texto literario,
del alma mía." / ¡Virgen Santa, qué principio!» suscita diversas interpretaciones, ello no ocurre
(vv. 1644-1645). Brígida sale al paso: «Vendrá en porque resulte desvinculada de su autor (detached
verso, y será un ripio / que traerá la poesía.» from its author). Todo lo contrario: la carta se
(vv. 1646-1647). Sentimos extrañeza de nuevo. i n t e r p r e t a de m o d o s d i s t i n t o s p o r q u e sus
Brígida intenta quitar importancia al comienzo de intérpretes la vinculan fuertemente a su autor y es
la carta, cuyo apasionamiento atribuye a un ripio, éste, la imagen de éste, más que la carta misma
una rima forzada. O sea, si don Juan se expresa quien suscita diversos comentarios. De hecho -y
así, lo hace de modo mecánico; no profundo, Cifuentes (p. 88) recalca este punto- don Gonzalo
sincero. Claro está, Brígida teme que Inés, ni llega a leer la carta; le bastan el principio y la
perturbada por el intenso tono amoroso, no siga firma: « "Doña Inés del alma mía..." / Y la firma de
la lectura de la carta. Pero ¿qué es peor, el tono don Juan.» (vv. 1896-1897). La firma, la autoría de
apasionado, sincero, o el j u g u e t ó n , ripioso, la carta, invalida su comienzo y, por supuesto, todo
donjuanesco? Tal vez sin quererlo, Brígida apunta lo que sigue. A don Juan, orientado carnalmente,
a la verdad. El amor de don Juan por Inés, según el alma le importa un bledo. Inés, en cambio,
se expone en esta carta, es una burla, un ejercicio conecta la carta con la imagen de un hombre
estilístico, que no compromete los sentimientos amado, un presunto liberador. En cierto modo,
profundos de su autor. Este se revela -o la celestina aunque lea la carta enteramente, a ella también le
lo revela, lo mismo que hizo en un diálogo anterior: bastaba con el principio y la firma. El nombre, la
«La hablé [a Inés] del amor, del mundo,/de la corte imagen de don Juan, se interpone siempre entre
y los placeres, / de cuánto con las mujeres / erais Inés y el texto (como se interpone entre ella y
pródigo y galán.» (vv. 1286-1289)- como lo que es, cuanto ve).
un don Juan. Ε Inés no por ello se echa atrás.
Continúa leyendo.
La carta se refiere a c i r c u n s t a n c i a s
desconocidas por don Juan en el momento de
escribirla, como la oposición de don Gonzalo
(el padre de Inés) y don Diego (el padre de don
Juan) a la boda entre sus hijos, la cual, por otra
parte, los dos padres habían concertado. Entre el
momento en que la carta se escribe y aquel en que
se lee transcurre un largo tiempo y, milagrosa-
mente, se registran en el escrito de don Juan
sucesos ocurridos durante ese período. Además,
entre redacción y lectura de la carta se transforman
(o han empezado a transformarse) los senti-
mientos de don Juan hacia Inés. Y, en este sentido,
tampoco coinciden la carta escrita y la leída.
Al cambiar la intención de don Juan, se altera
igualmente la de las palabras de la epístola, la cual
significa una cosa cuando don Juan la escribe y
otra muy distinta cuando Inés la lee y se la cree.
Se anuncia aquí «la hora del lector». El lector
(Inés) dota a la carta de un sentido que no tiene
originalmente e impone ese sentido al propio autor
de la misiva. A la hora del lector corresponde, como
hoy sabemos, la muerte del autor. La muerte, en Las diversas, opuestas, lecturas de la carta no
este caso, de don Juan en cuanto tal. Pero hay tienen, por tanto, que ver con su «indeterminacy
lectores recalcitrantes -como don Gonzalo-, que se of meaning» (Pérez Firmat, p. 4) o con «la polisemia
obstinan en practicar una crítica intencionalista. de sus signos» (Fernández Cifuentes, p. 88). Tienen
Y ante ellos don Juan está perdido. Don Gonzalo sí que ver, en cambio, con los afectos contrarios
sabe las intenciones de don Juan, depositadas en (amor u odio) que don Juan provoca en los
esa carta descubierta luego por él y a la que califica receptores de su texto -Inés y don Gonzalo- y al
de «veneno» (v. 2456). margen del mismo. Se dirá que la idea negativa
Escribe Pérez Firmat: de don Juan, para el Comendador, se apoya en las
the fate of the letter is that of any text: as it palabras de aquél, que tuvo la ocasión de oír en la
becomes detached from its author, and passes escena de la hostería. Cierto, pero esas palabras
from interpreter to interpreter, it begins to -aun si las juzgásemos exageradas- no establecen
96

ninguna contradicción profunda entre los dichos Pero quizás Inés ha evolucionado también. Si,
y los hechos. No hay allí doblez; sólo jactancia. en su candida sencillez, no pudo precaver el
La lectura de la carta (o de su comienzo y su «veneno» de la carta, ahora intuye, en cambio, en
firma) por el Comendador es correcta. En el el lenguaje donjuanesco, la presencia de un «filtro
contexto en que el escrito se sitúa, y que don infernal». Mas ¿qué importa? Venenoso, como la
Gonzalo conoce, comienzo y firma constituyen una serpiente, o infernal, ella lo ama. Lo ama diga lo
contradictio in terminis. La posible lectura errónea que diga. No hay que minimizar, en este punto, la
o misreading, término empleado por Cifuentes prestancia física de quien habla. En cualquier
(pp. 87-88), no se aplica a la carta, en el caso de representación de la obra, es esencial que a don
don Gonzalo, sino a su autor o, mejor aún, al Juan lo encarne un joven apuesto.
presente de ese autor, quien no es ya (tal vez) el El seductor intenta tranquilizar a su amada:
que fue. Contrariamente, Inés hace un misreading
No es, doña Inés, Satanás
de la carta, al no advertir lo que ésta tiene de
quien pone este amor en mí;
engaño en la intención de quien la escribió (del
es Dios, que quiere por ti
sujet de l'énontiation, diríamos). En principio, Inés ganarme para Él quizás, (vv. 2264-2267).
está destinada a ser una mujer más en la lista de
don Juan. Ante la reacción extrema de ella, leyendo Don Juan se aparta ahora no sólo de su
la carta, dice la celestina para sus adentros: «(Ya d o n j u a n i s m o sino i g u a l m e n t e de una vasta
tragó todo el anzuelo)» (v. 1710). Pero, frente a su tradición amorosa, dentro de la cual el ser amado
padre y a Brígida, Inés hace quizás una lectura sustituye a la divinidad. Don Juan no comete
correcta de don Juan, cuya conversión (de hecho, semejante herejía; adjudica a la amada un papel
falta de doblez para ella) da por válida. Nadie, pues, meramente instrumental, el de conducirlo hacia
lee la carta como debe leerse un texto literario. Ya Dios l5) . Diríamos que, en este estadio de su carrera
que, tratándose de obras de ficción, el recurso al enloquecida, lo que importa a don Juan, más que
autor y a sus intenciones no aclara nada decisivo. su mismo amor, es el negocio de su salvación.
No contribuye, esto es, a desalojar la polisemia o Como si el precedente tirsiano de la condena de
ambigüedad consustanciales del texto. don Juan lo afectara de raíz. El don Juan de Zorrilla,
La famosa escena del sofá (Primera parte, acto o, mejor aún, don Juan y Zorrilla al unísono,
IV, esc. Ill) plantea similares problemas a los inseparables uno de otro, se esforzarán a partir de
suscitados por la carta. Con una diferencia aquí en subvertir el final ominoso del drama
i m p o r t a n t e : ahora el seductor de oficio y el setecentista. Sólo la idea de la salvación (y de la
enamorado de verdad coinciden en el tiempo; no consiguiente novedad artística en la tradición
corresponden ya, como en el caso de la carta, a literaria) permite entender que a don Juan lo
dos momentos distanciados entre sí (el de la conmocione hasta tal grado el amor de Inés. Pero
escritura y el de la lectura). Don Juan, de este oigamos el resto de la perorata del arrepentido y
modo, accedería al ser que de él ha hecho la lectura confuso seductor:
benévola de Inés. Ratifica con su discurso esa No, el amor que hoy se atesora
lectura original. Lo malo, sin embargo, es que no en mi corazón mortal,
halla palabras apropiadas para comunicar su no es un amor terrenal
hondo afecto. Sus sentimientos han cambiado como el que sentí hasta ahora;
(supuestamente); sus palabras, en cambio, son las no es esa chispa fugaz
mismas de siempre. Cifuentes lo expone muy bien: que cualquier ráfaga apaga;
«a falta de palabras que lo representen, Don Juan es incendio que se traga
no puede dejar enteramente de serlo» (p. 92). De cuanto ve, inmenso, voraz, (vv. 2268-2275).
ahí que persista la dualidad: Don Juan-Satán y Lo terreno («amor terrenal») se contrapone a lo
enamorado de verdad. O, si se prefiere, enamorado celestial o divino. Inés sería la mujer capaz de
que se expresa donjuanescamente, satánicamente. transformar a don Juan espiritualmente. Pero, por
¿Es posible tal cosa? otro lado, don Juan considera todo amor anterior
Advirtamos que Inés, la lectora ideal de don al de Inés como «chispa fugaz». Su amor por la
Juan, aunque enamorada, no es capaz de cerrar novicia es, en cambio, «incendio que se traga /
los ojos a ese satanismo: cuanto ve, inmenso, voraz». O sea, visto así, se
trata de un amor sumamente apasionado y, como
¡Ahí Me habéis dado a beber
tal, de naturaleza destructora. No se entiende muy
un filtro infernal sin duda,
que a rendiros os ayuda bien, entonces, la frase siguiente: «Desecha, pues,
la virtud de la mujer, (vv. 2232-2235). tu inquietud, / bellísima doña Inés» (vv. 2276-2277).
Lo que dice don Juan es bastante inquietante. Un
Extrañamente, su lenguaje coincide con el del amor de tal tipo no retrocedería ante ningún
C o m e n d a d o r al encararse con don J u a n , obstáculo. Inés podría tranquilizarse pensando
mostrándole el pliego dirigido a Inés: que don Juan la ama de verdad, pero debería
inquietarse porque don Juan, si hace falta, para
¡Ir a sorprender, ¡infame!,
la candida sencillez
lograr su deseo incurrirá en las posturas más
de quien no pudo el veneno extremas. Inés, actualmente, no ignora ya la
de esas letras precaver! (vv. 2454-2457). oposición de su padre a don Juan.
97

Don Gonzalo, en efecto, es nombrado en las informando la del hombre dispuesto a casarse: no
siguientes palabras de don Juan, aparentemente se establece una divisoria tajante entre las dos. Las
sumisas: «Sí, iré mi orgullo a postrar/ante el buen palabras actuales de don Juan introducen de nuevo
Comendador» (vv. 2280-2281); pero lo que viene el elemento de burla y desacato, presente en la
i n m e d i a t a m e n t e después insiste en la nota escena de la hostería. Don Juan ha encarnado tan
apasionada : «y o habrá de darme tu amor, / o me bien su papel que no le es fácil, aun si lo quiere,
tendrá que matar.» (vv. 2282-2283). El desarrollo desprenderse del mismo.
posterior del drama muestra lo que, sin duda, anda La negativa del Comendador ocasiona la
por la cabeza de don Juan en este momento, mas siguiente réplica del héroe:
él no se atreve a decir: «y o habrá de darme tu
Míralo bien, don Gonzalo;
amor, / o lo tendré que matar». Repetimos, el que vas a hacerme perder
precedente tirsiano (muerte de la figura paterna) con ella [Inés] hasta la esperanza
está inscrito, como un oráculo, en el destino del de mi salvación tal vez. (vv. 2550-2553).
protagonista (nuevo Edipo o Segismundo). Y don
A lo que don Gonzalo contesta: «¿Y qué tengo yo,
Juan parece s a b e r l o ; de ahí la reacción
don Juan, / con tu salvación que ver?» (vv. 2554-
c o m p e n s a t o r i a de su v i o l e n c i a : ese tender
2555). A diferencia de don Juan, el Comendador
desesperadamente hacia Inés, posible salvadora,
ignoraría su vasta ascendencia literaria y el papel
junto a la voluntad de dar su vida a cambio de la
que juega en la condena de don Juan, como
de su rival.
enviado del más allá. Tenorio, en cambio, sabe lo
La confrontación entre los dos hombres se importante de congraciarse con esta implacable
produce muy poco después. Don Juan se defiende figura paterna. Por eso, le asusta la pérdida de Inés,
ante don Gonzalo: ya que la vincula a la del favor paternal (y, en última
Wo amé la hermosura en ella, i n s t a n c i a , c e l e s t i a l ) . De n u e v o , el a m o r se
ni sus gracias adoré; s u b o r d i n a al negocio i m p o r t a n t í s i m o de la
lo que adoro es la virtud, salvación eterna. Pero, de momento, la fortuna se
don Gonzalo, en doña Inés. (vv. 2500-2503). vuelca contra el héroe, quien no puede evitar
Palabras que se prestan a duda. En la reciente -dando muerte al Comendador- aquel destino
escena del sofá, don Juan se d i r i g e a Inés aciago de sus predecesores. Y también el autor
llamándola «bellísima» (v. 2277). Es cierto que le pierde esta jugada, al condenarse a repetir (de
atrae la «virtud» de ella, que entiende necesaria momento también) modelos literarios pasados(8>.
para salvarse, pero no creemos que le atrajera sin La muerte violenta del Comendador precipita
el sustento de la belleza <6). Si no hipócritas, sus a don Juan a su tipo de vida habitual, ya que ha
palabras no parecen, pues, del todo sinceras. Don sido frustrada la posibilidad de redimirse. La mítica
Juan sabe a quién se dirige y sabe el lenguaje que estructura a la que está sujeto determina el curso
debe emplear; aquí está tratando de captar la de la acción. En el cementerio de Sevilla, adonde
benevolencia paterna. sus pasos lo conducen, da con la estatua funeraria
El parlamento defensivo de don Juan, ante de don Gonzalo: cuanto sigue lo sabe de antemano
el Comendador, c u l m i n a en su promesa de cualquier conocedor del mito. El autor, por ello,
matrimonio (uno de los recursos favoritos, dirigido ha de ingeniárselas para, al tiempo que recorre
a la mujer, de! burladortirsiano). La promesa actual (como su criatura) un camino trazado, desviarse
debe, pues, contemplarse a la luz de tantas (esto es, desviar a don Juan) del mismo <91 . Depara
promesas rotas. El pasado de don Juan, que el entonces a su héroe un nuevo encuentro con Inés,
Comendador conoce, incapacita a aquél como muerta asimismo y convertida -como su padre don
emisario válido de promesas, y la situación Gonzalo- en estatua sepulcral.
específica en que esta última se formula no puede La p r o x i m i d a d de la m u e r t e i n e v i t a b l e ,
ser más desastrosa. Don Juan acaba de raptar a precedida (otro paso canónico) de la visión por don
Inés y el Comendador ha descubierto, en la celda Juan de su p r o p i o e n t i e r r o , hace brotar su
vacía de ella, la carta amorosa de don Juan. confesión de culpas:
Lógicamente, pues, la promesa de don Juan resulta Yo a las cabanas bajé
un fracaso: un misfire, en terminología de J.L. y a los palacios subí,
Austin (p. 16). Y no porque sea necesariamente y los claustros escalé;
falsa sino por cuanto constituye un paso en falso l7) . y pues tal mi vida fue,
no, no hay perdón para mí. (vv. 3733-3737).
Exclama don Gonzalo:
Lo notable de estas palabras es que, salvo el final
V me avergüenzo con su nota de desesperación (y una menor
de mirarte así a mis pies,
inflación del yo), repiten otras que don Juan
lo que apostabas por fuerza
suplicando por merced, (vv. 2538-2541).
pronuncia, mucho antes, en la escena de la
hostería:
Don Juan responde: «Todo así se satisface, / don Yo a las cabanas bajé,
Gonzalo, de una vez.» (vv. 2542-2543). Es decir, yo a los palacios subí,
alcanzando el matrimonio por el que ahora suplica, yo los claustros escalé,
don J u a n satisfaría t a m b i é n su apuesta. y en todas partes dejé
La c o n d u c t a donjuanesca s i g u e , por t a n t o , memoria amarga de mí. (vv. 506-510).
98

El verso sorprendente es el que se refiere a resulta también en gran parte un futuro. Pasado y
los claustros escalados por don Juan: se justifica futuro son, pues, en cierto modo indistinguibles.
la segunda vez, tras el intento de seducción de Inés, El encuentro final entre el Comendador y don
pero ¿cómo justificarlo en el enfrentamiento de don Juan se atiene al modelo establecido por Tirso.
Juan con don Luis? ¿No es precisamente la novicia, El Comendador extiende la mano a don Juan, en
situada en el claustro, la que faltaba en la lista de gesto de amistad que encubre la intención aviesa
don Juan? De nuevo tenemos que las palabras de de arrastrarlo al i n f i e r n o . Pero la aparición
éste presentan como ocurridos en el pasado hechos providencial de Inés -y aquí radica la suma novedad
que todavía aparentemente no se produjeron. O de Zorrilla- frustra la voluntad paterna. Don Juan
sea, don Juan aquí también se anticipa a los acaba exclamando: «¡Dios clemente! ¡Doña Inés!»
hechos, anulando las diferencias entre pasado, (v. 3786). Aunque sólo Dios pueda en última
presente y futuro. La alusión al Carnaval, el «tiempo instancia p e r d o n a r , nos p r e g u n t a m o s si el
loco» de que habla Pérez Firmat, no explica todos Comendador, en un mano a mano con don Juan
estos casos. Más bien diríamos que el don Juan -en vez de, como ahora, partícipe en un trío-, no se
de Zorrilla asume como propias las aventuras de hubiera salido con la suya: «Ya es tarde» (v. 3770),
otros don Juanes. Es, repito, inseparable de la responde a las palabras de arrepentimiento que
tradición o mito que ahora encarna en él. Así las don Juan profiere. Zorrilla sigue muy fielmente a
«cabanas» y los «palacios» -el doble ambiente, Tirso:
plebeyo y refinado- lo asimilan al primer don Juan,
quien seduce por igual a la pescadora Tisbea en su DON JUAN. Deja que llame
cabana tarraconense y a la duquesa Isabela en quien me confíese y absuelva.
palacio. DON GONZALO. No hay lugar; ya acuerdas tarde.
(El burlador, vv. 2760-2761).
En este sentido, don Juan se revela como un
conocedor de la literatura previa. Ahora se añaden Inés -en Zorrilla- lo altera todo, con su mentís
los «claustros», que no figuran en los textos más rotundo al inmisericorde don Gonzalo. Como
antiguos, pero que el autor romántico, en su sed tantas veces se ha dicho, sería aquí el amor quien
espacial y su exaltación de la pureza femenina, salva. Pero sólo Inés acredita el amor de don Juan,
incorpora a la lista: lista de lugares, de escenarios, negado en la obra por otros personajes, como el
que discurre pareja a la de las mujeres seducidas. Comendador, Brígida y hasta el mismo Dios, que
Pero este don Juan de Zorrilla es un fruto tardío lo llama «un amor de Satanás», según dice la
del romanticismo y no es él, por tanto, el primero sombra de Inés (v. 3005). Ε Inés -no lo olvidemos-
en incluir los claustros en su campo de acción. actúa en este final no tan sólo como abogada
Todo, cabanas, palacios, claustros, le ha sido ya -frente al Comendador, el «fiscal del cielo», en
dado hecho (10) . Sólo puede repetir las acciones de denominación de Unamuno («Ante la estatua»,
otros don Juanes; incluso su misma conversión es p. 130)- sino también como parte. Pues, salvando
r e p e t i c i ó n , aunque sin duda posea rasgos a don Juan, se salva a sí misma. Subsisten, por
originales (11) . Por eso la secuencia temporal o lógica tanto, las dudas. ¿Lee Inés verdaderamente el
no le afecta, porque no se trata de un individuo corazón de don Juan? Lo único que Inés, más allá
cualquiera. Lo rige una fatalidad -la fatalidad de toda sospecha, puede agradecer a don Juan es
donjuanesca- que inevitablemente pondrá en su el haber éste suscitado en ella -alma virginal y
c a m i n o m u j e r e s h u m i l d e s , mujeres nobles, aprisionada por un padre carcelero- un amor muy
novicias y oposiciones paternales, muertes y visitas intenso. Mas, claro está, para provocar ese amor,
de ultratumba. Lo destacable es que se expresa, don Juan no necesita abandonar su donjuanismo.
oralmente o por escrito, con conciencia de lo que Y ni la carta ni sus versos melosos a Inés, en la
le espera: su futuro es su pasado (el pasado escrito escena del sofá, prueban que lo haya abandonado.
por o t r o s don J u a n e s ) . Así e n t e n d i d o , el Lo que le importa a don Juan es salvarse: para lo
protagonista resulta un doble del autor, que es cual seduce a Inés -conquista fácil- con los recursos
quien de veras conoce lo que va a ocurrir. abundantes de que dispone, su parla meliflua y su
Apropiadamente don Juan aparece primero en apuesta presencia. Inés, agradecida (su muerte
figura de escritor, redactando una carta, resumen temprana la exime de apurar las heces del amor)
o anticipo del drama <12). La carta, entonces, no es salva a don Juan, o mejor aún, salva a un don Juan,
efecto de ninguna causa posterior (la producida en cuyos sentimientos profundos -si los tiene- éste
la escena de la hostería) sino que es causada por se lleva consigo a la tumba, el perfecto lecho
anteriores textos literarios. En ella se inscribe un nupcial para un romántico: «prepara un lado a don
pasado que, al actuar como un destino inevitable, Juan / en tu misma sepultura.» (vv. 2952-2953).

State University of New York en Buffalo


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OBRAS CITADAS
AUSTIN, J.L.: How to Do Things with Words, Cambridge, Harvard University Press, 19752.
BLOOM, Harold: The Anxiety of Influence: A Theory of Poetry, New York, Oxford University Press, 1973.
FEAL, Carlos: En nombre de don Juan (Estructura de un mito literario), Amsterdam / Philadelphia, John Benjamins, 1984.
FERNÁNDEZ CIFUENTES, Luis: «Don Juan y las palabras», Revista de Estudios Hispánicos, 25.2, 1991, pp. 77-101.
MACHADO, Antonio: Nuevas canciones. Poesías completas. Edición de Manuel Alvar, Madrid, Espasa-Calpe (Austral), 1989".
MANDRELL, James: Don Juan and the Point of Honor: Seduction, Patriarchal Society, and Literary Tradition, Pennsylvania,
University Park, Pennsylvania State University Press, 1992.
MÉRIMÉE, Prosper: Les âmes du purgatoire. Romans et nouvelles, Paris, Gallimard, 1951.
PÉREZ FIRMAT, Gustavo: Literature and Liminality: Festive Readings in the Hispanic Tradition, Durham, Duke University
Press, 1986.
PETREY, Sandy: Speech Acts and Literary Theory, New York, Routledge, 1990.
SALINAS, Pedro: «El nacimiento de Don Juan» en Ensayos de literatura hispánica (Del Cantar de Mio Cid a García Lorca).
Edición de Juan Marichal, Madrid, Aguilar, 1958, pp. 158-167.
TIRSO DE MOLINA: El burlador de Sevilla y Convidado de piedra. Edición de Joaquín Casalduero, Madrid, Cátedra, 1977.
TORRENTE BALLESTER, Gonzalo: «Nueva visión del Tenorio de Zorrilla» en Ensayos críticos, Barcelona, Destino, 1982,
pp. 331-347.
UNAMUNO, Miguel de: «Ante la estatua del Comendador» en Cuenca Ibérica. Prólogo de José Bergamín, México, Séneca,
1943, pp. 129-133.
— : «Prólogo» en El hermano Juan o El mundo es teatro. Obras completas. Edición de Manuel García Blanco, Madrid,
Escelicer, 1968, V, pp. 713-725.
ZORRILLA, José: Don Juan Tenorio. Edición de Aniano Peña, Madrid, Cátedra, 19845.
— : Recuerdos del tiempo viejo, I, Madrid, Publicaciones Españolas, 1961.

NOTAS
1. Como afirma Unamuno: «Don Juan se siente siempre en escena» («Prólogo», p. 714).
2. James Mandrell piensa que «Don Juan evinces a superiority that is both numerical and discursive» (p. 100). Para mi, la
superioridad de don Juan sobre don Luis reside en que la firma de su relato es mejor. Si fuera un autor literario (cosa que de
algún modo es), vendería más ejemplares, esto es, seduciría a más lectores, porque su firma está ya suficientemente acreditada
(y no, en cambio, la de don Luis).
3. Según Pérez Firmat, estas anomalías responden al tiempo del año en que la obra transcurre, el carnaval, «the so-called
tiempo loco» (p. 9). Añade Firmat: «I mean to say that carnival by its nature establishes a dislocated, up-ended, reserved
temporal flow» (p. 9).
4. Frente al don Juan de Tirso, el «hombre sin nombre» (v. 15), el de Zorrilla se configura literalmente como un nombre sin
hombre; véase Féal, pp. 39-40.
5. Para Pedro Salinas, don Juan -en El burlador de Tirso-, seduciendo a Tisbea, destrona a la representante de la diosa del
amor, cuyo poder se apropia: «Don Juan, al vencer en su aventura de galanteador, ha derrocado a Venus» (p. 166). No
podemos decir, sin embargo, que la pretendida conversión de don Juan -en Zorrilla- restaure a la mujer como diosa del
amor, ya que Inés es un medio, más que un fin.
6. Así comenta estos versos Gonzalo Torrente Ballester: «¡Bueno! Vamos a creerle [a don Juan], aunque nos cueste trabajo;
vamos a tomar en serio eso de que la hermosura y las gracias no le han encandilado» (p. 342).
7. Escribe Sandy Petrey, glosando ideas de Austin: «As a statement cannot be abstracted from those who make it, so the truth
cannot be dissociated from those who believe it. [...¡Truth [...] is happy or unhappy not in and of itself but in function of those
among whom it hits or misses» (pp. 32 y 35).
8. Puede, a esta luz, interpretarse el drama de Zorrilla como un caso de lo que Harold Bloom llama la «ansiedad de la
influencia» {anxiety of influence). La rivalidad edípica se manifiesta a la vez en el plano de los personajes (don Juan opuesto
al Comendador) y en el del autor enfrentado con sus precedentes (o ascendientes) literarios.
9· Con razón se pregunta Pérez Firmat: «Might one not even interpret Don Juan's regeneration as a projection of Zorrilla's
own desire to create a "new" Don Juan, to extract an original morphosisfrom the existing type?» (p. 20). Firmat, sin embargo,
no se interesa por el motivo de la salvación.
10- El motivo de la lista donde falta una religiosa y el intento de rapto figuran ya en la obra de Mérimée, Les âmes du
purgatoire (1834). Zorrilla, sin embargo, pretendió no conocer más precedente -cuando escribió Don Juan Tenorio- que
El burlador de Tirso y No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague (1744) de Antonio de Zamora (Recuerdos,
P· 148).
11- La salvación de don Juan, por medio de las ánimas del purgatorio, se produce en la obra citada de Mérimée.
12. Pérez Firmat hace esta fina observación: «The play begins, thus, with the portrait of an artist in the act of composition,
a
portrait that perhaps will remind us of Zorrilla himself, hurriedly composing the play» (p. 3).
100

SENSIBILIDAD Y VEROSIMILITUD EN LA PROSA ROMÁNTICA:


UN ACERCAMIENTO AL ARTE NARRATIVO DE LA AVELLANEDA
Alexander Roselló Selimov

Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873), perspectiva pero ya en posesión del caudal de


poeta, dramaturga y novelista cubano-española, información biográfica privada, Enrique José
conocida en el mundo de las letras como Tula o la Varona, literato y filósofo cubano, subrayó que los
Peregrina, es una de esas grandes figuras de la poemas de la Avellaneda vistos como el espejo de
historia literaria, cuya obra artística se estudia y su vida íntima
se interpreta tradicionalmente en el contexto de
adquieren para nosotros no sólo nueva luz,
su personalidad y su trayectoria existencial. En el sino un valor artístico insuperable [porque] [...]
caso de autores románticos c o m o ella, este muchas de las efusiones que nos parecían hijas
procedimiento resulta especialmente atractivo de artificio literario son exclamaciones, gritos
debido a la disponibilidad de la información a veces de una profunda, verdadera y humana
personal en forma de cartas y autobiografías n i , pasión que la dominaba (5>.
que r e p r e s e n t a n una f u e n t e valiosa para
Para el crítico cubano, evidentemente, el lenguaje
escrutinios psicológicos o análisis de la motivación.
de Tula no tenía valor intrínseco como objeto de
El p r o b l e m a surge cuando el interés por la
arte con anterioridad a la publicación del ya
personalidad y la biografía del autor se impone y
mencionado epistolario, por ser considerado tan
opaca el aspecto artístico de su obra. Y es esto
sólo el fruto del talento y la imaginación y no el
precisamente lo que ocurrió con la Avellaneda,
reflejo fiel y directo de una experiencia inmediata
luego de la publicación de su correspondencia
enraizada en la biografía.
privada en 1907.
Conviene señalar que la tendencia a presentar
La fascinación del lectorado con la fogosa y
la literatura romántica como sincera y espontánea
apasionada expresión del sentir de Tula que
efusión emocional del poeta o escritor se manifiesta
emerge de su epistolario, la curiosidad por la
ya en el siglo XVIII. Sobre las Noches lúgubres
intimidad de una persona célebre, y tal vez hasta
(1789-1790) de José Cadalso (1741-1782), por
cierta morbosa satisfacción de solazarse con la
ejemplo, se llegó a decir que no
debilidad de la mujer admirada en vida por la
intrepidez y la fortaleza de su espíritu, han era literatura, sino realidad [...] porque, según
c o n t r i b u i d o a la marginalización de su arte, una opinión vulgar todavía corriente, lo único
reducido a una especie de complemento, por que tenían que hacer los románticos para
escribir, era entregarse a sus sentimientos, y
decirlo así, de su turbulenta«vida romántica» |2>. las palabras fluirían de sus plumas sin esfuerzo
Roxana Pagés-Rangel ha notado que y ya perfectamente ordenadas |β\
a raíz de la publicación de las cartas la obra Los propios románticos no escatimaron esfuerzos
pública de Avellaneda y sobre todo, la poética, para promover la bonita pose del autor inspirado
se interpretan ya no como producto de su
-Tula se describió como «poeta de inspiración
acción como escritora sino como subproducto
más que de estilo» m-, así como, para afirmar la
de su pasión como mujer m.
verdad de su escritura con declaraciones a veces
Ya Menéndez y Pelayo, aun sin haber conocido irónicas como la siguiente de Fernán Caballero:
las misivas de la poeta cubano-española a su «En cuanto escribo, no hay arte, ni saber, ni
amante Cepeda, señaló que «lo mejor que hay en estudio». Algunos aceptaron dichas aseveraciones
su poesía son sentimientos de mujer, así en las literalmente, sin darse cuenta de que se trataba
efusiones del amor humano como en las del amor de una estrategia narrativa, de la que ya se
divino» l4). En el año 1914, siguiendo la misma hablará.
101

Uno de los efectos s e c u n d a r i o s de la a n t e r i o r e s . D i l u c i d a r la i n t e r r e l a c i ó n y la


perspectiva, que niega el valor artístico a lo que funcionalidad del lenguaje exaltado y las técnicas
toma por «artificio literario», fue y sigue siendo la que acreditan la veracidad del discurso narrativo
falta de atención a la prosa creativa de Gómez de -dos elementos estructurales clave en el marco
Avellaneda. Por ser pura ficción, su narrativa no de la ya mencionada estrategia-, así como poner
se acomoda tan fácilmente como la poesía al de relieve el enlace con la tradición literaria es el
criterio de «la sinceridad», y tal vez por ello resulta objeto primario del presente estudio.
menos interesante para los estudiosos que sólo El lenguaje exaltado, lacrimoso y patético,
admiran en laobradeTula los arrebatos de pasión que busca provocar en el lector una reacción
de una mujer y no la labor consciente del artista. e m o c i o n a l , es el i n s t r u m e n t o que sirve a la
Sin duda, sería un error descartar la influencia expresión literaria de aquellas grandes pasiones,
de las vivencias emocionales en la formación ética eventos macabros y extraordinarios sucesos que
y estética de Tula. Su obra poética y narrativa atraen el interés de los románticos. En La ondina
quedó impregnada de sus «flores del estío»: sus del lago azul, el personaje llamado Lorenzo, hace
sueños y anhelos, sus martirios y desilusiones. referencia directa a ese interés:
Percibimos muestras elocuentes de la presencia
Sólo por vos -contestó galantemente- pudiera
textual del «yo» de la autora t a n t o en las prestarme a traer a la memoria en estos sitios,
digresiones y los comentarios del narrador, como hechos capaces de volver auno loco. Lo haré,
en la sutil identificación con distintos personajes. porque c o m p r e n d o no sois persona que
Distinguimos a Tula en el apasionado protagonista indague las cosas por mera curiosidad, sino
de la novela Sab (1841), esclavo magnánimo en porque se interesa por cuanto es patético y
su superioridad espiritual, y también, en la inocente extraordinario(81 (la cursiva es mía).
Carlota, víctima, al igual que su creadora, de las
La comunión de la forma y el contenido, es
propias ilusiones juveniles. La condesa Catalina de
decir, la convergencia lógica entre el lenguaje
Dos mujeres (1842), desgarrada por la dialéctica
exaltado y las situaciones patéticas, se ajusta
entre la v i r t u d social y la v i r t u d natural, se
en el arte avellanedino a la creencia en el valor
vislumbra como un alter ego de Gertrudis, del
estético de la representación de las emociones
mismo modo que la heroína de la novela histórica
fuertes. Tula absorbe la influencia del modelo
Dolores (1851), víctima de la opresión familiar, y
l i t e r a r i o que surge c o m o r e s u l t a d o de la
el ilusionado soñador solitario, Gabriel, de La
efervescente fusión y evolución artística del
ondina del lago azul (1859), mártir de la búsqueda
período de entresiglos, en el que comienza a
del bello ideal.
manifestarse la intención de mostrar expresamente
Todo esto no nos impide ver, sin embargo, el efecto de los tiernos sentimientos y hasta se llega
que en la amplia gama de vivencias ficticias del a sentir cierto placer en el hecho de entregarse
«yo» avellanedino late el deseo de manipular sin reservas al dulce llanto. Al igual que otros
la recreación de la realidad de acuerdo con románticos decimonónicos, la Avellaneda toma
su intencionalidad ideológica y estética. Aunque conciencia del poder de ese lenguaje, que algunos
con el cotejo de distintas fuentes -incluyendo censuran por artificioso y otros justifican por
entre éstas sus autobiografías y epistolario- nos considerarlo producto de un puro y sincero
sea posible dar con los elementos biográficos en arrebato emocional. Busca la complicidad entre
la ficción de la Avellaneda, no significa ello que el lector y el autor mediante el contagio emocional.
su escritura sea una transcripción directa y Se expresa apasionadamente porque cree a la par
espontánea de sus sentimientos, porque aun con el «yo» narrador de la novela Sab que
siendo imagen de la realidad es una imagen
artísticamente distorsionada. Por otra parte, aun hay en los afectos de las almas ardientes y
cuando la obra de Tula fuese un espejo de su apasionadas como una fuerza magnética, que
conmueve y domina todo cuanto se les acerca.
vida, esto ni quitaría, ni añadiría calidad a su arte,
Así un alma vulgar se siente a veces elevada
pues como demostraron René Wellek y Austin sobre sí misma, a la altura de aquella con
Warren hace ya medio siglo, simplemente no quien está en contacto!...] (91 .
hay relación alguna entre «la sinceridad» del autor
y el valor artístico de su obra ( Theory of Literature, Cuando en su correspondencia con Ignacio
p. 80). Cepeda, Tula recurre al l e n g u a j e e x a l t a d o
Para comprender la dimensión artística de la designándolo como único modo de expresión
Avellaneda escritora, es preciso separar por un coherente con su sentir y cuando exclama «¡Ya
momento su obra de su trayectoria existencial, y lo ve usted, me arrastra mi corazón, no sé usar
ver su narrativa como lo que es: el fruto del ingenio con usted el lenguaje moderado, que usted desea
y la imaginación, que se madura conforme a una y emplea» (10), es porque espera encender con el
poética y una lógica artística en el contexto de la fuego de sus palabras la chispa de la pasión en
el frío corazón de su inconstante a m i g o . La
creación literaria de su época. Y es que con una
selección del vocabulario y la estructura del
lectura atenta se revela en su prosa una estrategia
discurso tanto en la prosa epistolar como en la
discursiva que se acomoda a la realización del
narrativa sirven a este propósito, y ahí es donde el
credo romántico, así como se percibe la influencia
ideario romántico, iconoclasta e irreverente ante
de los m o d e l o s literarios c r o n o l ó g i c a m e n t e
102

la tradición literaria, se afirma más que nunca como incluyendo a los bandidos de la talla del temible
heredero de esta misma tradición a la que por una pero simpático Espatolino, protagonista de la
parte ataca y por otra abraza. novela del mismo nombre, quien poco antes de
Según la preceptiva neoclásica, la obra ser ajusticiado declara a su esposa:
dramática cumple su objetivo dejando al lector o los legisladores humanos han buscado en la
al espectador conmovido por el desarrollo del muerte del cuerpo del criminal la destrucción
c o n f l i c t o o el d e s t i n o de los personajes, del crimen; pero se han engañado: el crimen
deleitándolo y a la vez impartiéndole una lección. no puede destruirse sino regenerando el alma,
Afínales del XVIII algunos dramaturgos añaden la inmortal y perfectible, y así está establecido
expresión exagerada de la sensibilidad sentimental sin duda en la legislación divina (Obras, p. 79).
y lacrimógena a la comunión clásica y neoclásica
A la expectativa del inminente suplicio, no podían
entre el deleite estético y la enseñanza moral
faltar las lágrimas del héroe:
porque toman conciencia de que
En tan cruel momento, aún tuvo fuerzas
una composición teatral que, bajo cualquier Espatolino para pedir con patéticas voces
nombre que se le quiera poner, sabe muy bien compasión y miramientos para la interesante
herir el corazón con apasionados afectos e víctima de sus extravíos [Anunziata!; y cuando
inspirar una útil moralidad, [...] tal vez logra las lágrimas ahogaron su acento, cuando los
más cumplidamente el fin deseado del teatro sollozos -brotando con ímpetu de aquel pecho
de deleitar e instruir, de lo que lo hacen la tan valiente- se hicieron oír por todo el vasto
heroica tragedia y la burlesca comedia °". recinto, diciendo más al corazón de los
El propósito artístico que germina en esta época, espectadores que cuanto pudieran expresar
las palabras... entonces un grito general -al que
y luego se convertirá expresamente en la misión
se asociaron los mismos jueces- se alzó,
romántica, es abrir los corazones a la emoción. concediendo la piedad que reclamaba {Obras,
El instrumento más apropiado, según los paladines p. 79; la cursiva es mía).
de la nueva sensibilidad, es, de acuerdo con la
lógica de la evolución artística en aquel momento, En este fragmento más que en cualquier otro,
un lenguaje que incline al sentimentalismo. Para se manifiesta el credo de los románticos y su
el romántico colombiano Jorge Isaacs (1837-1895) m o t i v a c i ó n a concentrar en su discurso las
su «¡Dulce y triste misión!» -eco de la técnica emociones y las lágrimas. Éstas van derecho al
sentimental dieciochesca-, es provocar en los corazón y suscitan la compasión de los oyentes
lectores de su novela María (1867) la compasión y con eficacia superior a la de cualquier explicación,
las lágrimas: «Leedlas [las páginas de María], razonamiento o justificación. Algunos ilustrados,
pues, y si suspendéis la lectura para llorar, ese como Montengón (1745-1824), a caballo entre el
llanto me probará que la [la misión] he cumplido neoclasicismo y el romanticismo, interpolan las
fielmente» l121. En la novela Sab, el apasionado y escenas lacrimosas en el discurso de sus novelas
generoso protagonista es galardonado con el pedagógicas. En la novela Eusebio (1786-1788),
mismo premio que espera obtener Isaacs de sus dicho autor alicantino, hace a sus héroes derramar
lectores: abundantes lágrimas, que nacen de la ternura
y compasión, a fin de mostrar el efecto positivo
Pasó desconocido el mártir sublime del amor
de las buenas emociones. La Avellaneda, al igual
[Sab], pero aquella carta le sobrevivió y le
que Cadalso, Espronceda (1808-1842) y Larra (1809-
conquistó el solo premio que sin esperarlo
deseaba: ¡una lágrima de Carlota! (p. 286). 1837), entre otros muchos, no se detiene ahí, sino
que insiste en el dolor como condición existencial
En el fondo se trata de la misma educación humana vaticinado por un amor imposible. No
sentimental que desde finales del dieciocho llevan pretende simplemente hacer llorar, sino que trata
a cabo los primeros románticos. Fomentan una de conmover profundamente al lector, cuyas
c o m p l i c i d a d emocional entre el lector y los lágrimas brotan como consecuencia y prueba de
personajes de la obra de arte, mostrando hechos su conmiseración con aquellos personajes que
lastimosos y ardientes lágrimas. El propósito proclaman su dolor a cuatro vientos.
artístico del uso de esta técnica se sale de la esfera En 1774, Tediato, protagonista de las Noches
de la pura estética: verbigracia, Jovellanos (1744- lúgubres, desesperado por la muerte de su amada,
' 1811) con el lastimero y lacrimógeno Delincuente experimentó «un tormento interior capaz, por sí
honrado (1773) se opone a la pena de muerte que sólo de llenarme de horror» n3) . En 1841, el esclavo
se aplicaba en los casos de los duelos de honor a Sab se constituye en el icono de dicho tormento,
todo sobreviviente, tanto al ofendido como al cuya causa y efecto denuncia, cuando exclama con
ofensor. Por una parte elabora el lenguaje a fin de desesperación:
que produzca en sus lectores el deleite como
r e s u l t a d o de una perfecta i m i t a c i ó n de la Mi amor, este amor insensato que me devora,
principió con mi vida y sólo con ella puede
sensibilidad humana, pero por otra promueve la terminar: los tormentos que me causa forman
agenda de cambiar la opinión pública apelando al mi existencia: nada tengo fuera de él, nada
sentido de compasión. La Avellaneda se hace eco sería si dejase de amar. [...] Parecíale [a Sab]
de esta postura, pero va más allá al atacar la que temblaba la tierra bajo sus pies y que en
aplicación de la pena de muerte en todos los casos, torno suyo giraban en desorden el río, los
103

árboles y las rocas. Sofocábale la atmósfera y de tal manera organizado y dispuesto, que
sentía un dolor violento, un dolor material la sola vista de una persona e n o j a d a ,
como si le despedazasen el corazón con dos moviendo nuestros espíritus y nuestra sangre,
garras de hierro, y descargasen sobre su nos comunica un cierto movimiento de enojo,
cabeza una enorme mole de plomo (p. 261). y un s e m b l a n t e m e l a n c ó l i c o nos da
melancolía. ( l e l
En o t r a n o v e l a , Tula s u b r a y a la naturaleza
c o m ú n del s u f r i m i e n t o entre los seres h u m a n o s y El puente q u e viabiliza dicha c o m u n i c a c i ó n se
la necesidad de v e r l o c o m p a r t i d o , d i l u i d o en t o d o c o n s t r u y e con técnicas entre las q u e se destacan
lo que rodea al h é r o e r o m á n t i c o : «un g r a n d o l o r la a c r e d i t a c i ó n de la v e r a c i d a d d e los h e c h o s
tiene necesidad de d e r r a m a r s e , de extenderse a n a r r a d o s , las referencias d e s c r i p t i v a s a los lugares
cuanto le r o d e a , de ver sufrir la naturaleza eterna. existentes en la realidad o b j e t i v a , la i n t r o d u c c i ó n
Un d o l o r ú n i c o , e x c l u s i v o , sería el m á s i n s u f r i b l e d e l o s p e r s o n a j e s h i s t ó r i c o s , a s í c o m o la
de los d o l o r e s » ( U ) . d e s c r i p c i ó n detallada del espacio en q u e o c u r r e la
Tula e m p l e a el l e n g u a j e e m o t i v o c o n plena a c c i ó n . En r e s u m e n , la estrategia del n a r r a d o r en
conciencia artística, y lo d e m u e s t r a al a l u d i r a la un nivel g l o b a l estriba en la i n t e n c i ó n de p e r s u a d i r
gradación en la r e p r e s e n t a c i ó n de las e m o c i o n e s al lector de q u e se narra pura v e r d a d , y l u e g o , una
y a sus efectos: vez g a n a d a su c o n f i a n z a , c o n m o v e r l o c o n la
exaltada y patética p r e s e n t a c i ó n de los e v e n t o s
El llanto de la debilidad puede conmover, pero
trágicos y lacrimosos.
en la debilidad el llanto es natural, es fácil, es
frecuente. Mas cuando una lágrima humedece Los p r ó l o g o s p u e d e n ser i n s t r u m e n t a l e s para
un rostro varonil, cuando la fuerza y el orgullo la a c r e d i t a c i ó n de la v e r a c i d a d de lo n a r r a d o .
pagan un momento de tributo a la sensibilidad C u a n d o en el p r ó l o g o a Dos mujeres (1842) Tula
y a la ternura, entonces la emoción que se a f i r m a su i n t e n c i ó n d e « b o s q u e j a r c a r a c t e r e s
experimenta es profunda, inexplicable {Dos v e r o s í m i l e s y pasiones naturales» (p. 7), sigue en
mujeres, p. 136). p r i n c i p i o lo q u e ya Luzán había s e ñ a l a d o en su
Por eso y s ó l o por eso, en el m o m e n t o de m á s i n m o r t a l Poética (1737):
agudo sufrimiento, algunos héroes románticos Los objetos lastimosos y h o r r i b l e s ,
d e r r a m a n una sola l á g r i m a , c u y o p o d e r s e g ú n siendo verdaderos y estando presentes,
Russell P. S e b o l d «no t i e n e límites c o m o e s t í m u l o afligen u horrorizan nuestra alma con mayor
de la c o m p a s i ó n » n s l , y c o m o nos lo deja v e r el fuerza que estando lejos o siendo imitados,
m i s m o Sab, c u a n d o abraza a Luis en el lecho de p o r q u e c o m o presentes hacen m a y o r
impresión en los sentidos, de la cual se sigue
muerte:
m a y o r c o n m o c i ó n en el á n i m o ; y c o m o
Luis entreabrió los ojos, aunque sin imitados, aunque ocasionen los primeros
d i r i g i r l o s a Sab, y alargó sus manecitas movimientos en el cuerpo, no llegan a mover
transparentes como para asir alguna cosa. Las el alma, que ya los conoce fingidos; [...] Por
tomó Sab entre las suyas, e inclinando el esta razón, mientras no se reconoce y advierte
rostro sobre el del niño dejó caer sobre él una el engaño, lo imitado o imaginado mueve
gruesa γ ardiente lágrima (pp. 281-282; la tanto como lo verdadero; y por esto mismo
cursiva es mía). en las tragedias, como ya hemos dicho, se
llora con gusto (Poética, p. 207).
A h o r a b i e n , el requisito p r i m a r i o , sin el q u e la
autora f r a c a s a r í a en su p r o p ó s i t o de e d u c a r y La A v e l l a n e d a alude a la v e r o s i m i l i t u d de los
entretener p o r m e d i o de una escritura d i r i g i d a a caracteres de su novela p o r q u e cree en q u e incluso
exaltar las e m o c i o n e s , es c o n q u i s t a r la confianza la apariencia de la v e r d a d e m o c i o n a m á s q u e lo
del receptor del m e n s a j e , c o n v e n c i é n d o l o de que q u e a s a b i e n d a s es ficción o d e l i r i o de la m e n t e
puede c o r r e l a c i o n a r los a c o n t e c i m i e n t o s , p o é t i c a . A l g u n a s de las a s e v e r a c i o n e s del «yo»
expuestos en la ficción de una m a n e r a poética, con n a r r a d o r en Dos mujeres h a c e n eco del c i t a d o
su m u n d o real o, p o r lo m e n o s , con la experiencia p e n s a m i e n t o de Luzán, v e r b i g r a c i a : «es d o l o r o s o
de otras p e r s o n a s q u e c o e x i s t e n en la r e a l i d a d ver un p á l i d o b o s q u e j o de a q u e l l o s d o l o r e s q u e
objetiva. En sus novelas, Tula f o m e n t a la c o m u n i ó n s e n t i m o s , y si la p i n t u r a acertase a ser exacto el
entre la v e r d a d (en el m a r c o artístico de la ficción) c u a d r o nos horrorizaría!...]» (p. 178). La conciencia
y la s e n s i b i l i d a d , c u y o efecto y f i n a l i d a d es el goce del e f e c t o q u e una h i s t o r i a t r á g i c a , p r e s e n t a d a
estético. P r e t e n d e c o n m o v e r los á n i m o s c o m o v e r d a d e r a , p u e d e causar en el á n i m o del
a p r o v e c h a n d o el e f e c t o d e la s i m p a t í a y la lector, es p r e c i s a m e n t e lo q u e la m o t i v a a hacer la
compasión, puesto que c o m o señaló Bernardo s i g u i e n t e d e c l a r a c i ó n en una carta a b i e r t a q u e
Lamy: envía al Diario de la Marina, p u b l i c a d a a partir de
e n t o n c e s c o m o p r ó l o g o a su n o v e l a h i s t ó r i c a
Los hombres -dice- están enlazados el uno Dolores:
al otro con una rara simpatía, la cual hace
que, n a t u r a l m e n t e , se c o m u n i q u e n sus no soy inventora de los sucesos que en
pasiones vistiéndose recíprocamente de los ellas [estas páginas] se refieren, ni puedo
pensamientos y afectos de aquellos con reclamar c o m o creación de mi h u m i l d e
quienes tratan, como no haya algún obstáculo ingenio ninguno de los caracteres que juegan
que d e t e n g a el curso de la naturaleza; en este d r a m a d o m é s t i c o . Dolores, mi
y esto sucede porque nuestro cuerpo está estimado amigo, existió realmente, como
104

todos los personajes de esta historia, que el medio de las tierras rojas. Al presentar a su
parece novela, y cuyos principales hechos primer personaje, lo ubica en el espacio con
hallará V. en las crónicas de aquel tiempo; si precisión matemática refiriéndose a los lugares
bien no tan detallados como en otra que yo existentes en la realidad objetiva:
guardo entre papeles de familia, y de la cual
ha sido extractado el extraño episodio que a Hallábase el joven de quien hablamos a
V. remito!...] {Obras, p. 85). distancia de cuatro leguas de Cubitas, de
donde al parecer venía, y a tres de la ciudad
Cotarelo y Mori tomó estas afirmaciones al de Puerto Príncipe, capital de la provincia
pie de la letra, y al no encontrar nada que las central de la isla de Cuba en aquella época[...|
documentase, señaló que (p. 131).
asunto tan poco moral y tan inverosímil sólo Es decir, el personaje de ficción, inventado por el
podría tener disculpa si fuese una verdadera genio novelístico de Tula, comienza a figurar como
tradición o leyenda... Si, pues, hay que persona real, al ser colocado en el espacio físico
considerar esta novela como tal, como obra de una provincia cubana, reproducido en la ficción.
de libre invención, decae mucho el concepto
que como novelista puede formarse de su Con la realidad del c o n t e x t o se apuntala la
autora (17'. verosimilitud de la futura acción.
Algo similar observamos en otra novela
Pero precisamente, la negación de toda invención intitulada La baronesa de Joux, en la que se
artística es una técnica narrativa con la que la describe a modo de introducción un antiguo
autora pretende hacerle creer al lector que no se castillo establecido en el Franco-Condado,
trata de una ficción, sino de la verdad más prístina
en su forma escrita. Y el hecho mismo de que un en una de las principales gargantas del
Jura, dominando los valles de la Cluse,
erudito se sintiese con la urgencia de investigar y del río Doubs, cuyas rápidas corrientes llegan
en los archivos para cotejar la verdad artística de a quebrantarse a sus pies. Sus elevados
la novela con la verdad histórica es un síntoma torreones se pierden en un cielo frecuente-
del triunfo de Tula como novelista. mente nebuloso, y desde tal altura sirven de
En las primeras líneas que siguen al prólogo atalayas a las rutas de Pontarlier, Neufchatel
se manifiesta la intención de crear la ilusión de la y Lausanaí...] {Obras, p. 225; la cursiva es de
verdad histórica. Tula da la fecha y la hora exacta la autora).
de los acontecimientos: «las nueve de la mañana La descripción que inaugura el relato da pie en los
del día 12 de enero de 1425» (p. 86) y luego define párrafos siguientes al discurso histórico, en el que
el espacio, donde tienen lugar los acontecimientos. se mencionan los nombres de Felipe el Hermoso,
Trata de ganarse la confianza del lector Carlos el Temerario, Luis IX, el marqués de Rotelín,
reconstruyendo el espacio y el tiempo históricos. y luego, la autora anuncia su fuente literaria y
Menciona la calle central que da a la Plaza Mayor declara su propósito artístico: pintar con lujo de
en la ciudad de Valladolid y alude a los personajes detalles el destino lastimoso y trágico de una joven
históricos generalmente conocidos, como Juan II baronesa, poetizado anteriormente por el escritor
de Castilla, su esposa doña María de Aragón y el francés Demesmay. Dicho autor, dice Tula
conde Alvaro de Luna.
ha lamentado en melancólicos versos la
En esta novela, la opulenta y orgullosa
deplorable suerte de una ilustre hermosura, a
condesa de Castro-Xeriz hace todo lo posible para quien hizo nacer el cielo en los días más crudos
impedir el matrimonio entre su hija adolescente de la que llamamos Edad Media. Nosotros
Dolores y el primogénito de su enemigo político nos proponemos desenvolver en un cuadro
Alvaro de Luna, a quien creía inferior en cuanto a de algo mayores proporciones las trágicas
la pureza de su alcurnia. Sin que su esposo llegue escenas de su corta vida, apuntadas
a sospecharlo, la cruel madre simula la muerte de ligeramente por el poeta francés; sacando a
luz, además, otras varias que le fueron
su hija con ayuda de un médico sin escrúpulos y
desconocidas!...] (pp. 225-226).
luego sepulta a la inocente joven, víctima de su
orgullo aristocrático, en el sótano de un antiguo Nótese que Tula se refiere a la protagonista de la
castillo. Los amantes se mantienen fieles a su narración de manera tal que quede bien subrayada
pasión y mueren sin traicionarla. La Avellaneda, su supuesta existencia real, y por eso promete
al incrustar la intriga en un ambiente y contexto revelar escenas de su «vida» anteriormente
históricos presentados de una manera realista, desconocidas.
logra hacer creíble una t r a m a de hechos Todo esto, aunque aparece al principio de la
extraordinarios y melodramáticos, y por tanto novela misma, tiene más bien trazas de ser un
conmueve y deleita con mayor eficacia al lector, prólogo interpolado dentro del marco formal de la
inclinándolo al mismo tiempo en favor de la narración, pero deslindado de la historia del cuento
ideología liberal que promueve. tanto por su contenido como por su forma, es decir,
En la novela Sab, G e r t r u d i s Gómez de su lenguaje. El propósito es acreditar como verídico
A v e l l a n e d a , desde el p r i n c i p i o m i s m o , da e histórico el desarrollo de una acción que, a decir
referencias detalladas de la localidad en la que v e r d a d , presenta t o d o s los e l e m e n t o s de la
se va a desarrollar el argumento de la ficción: imaginería romántica, y está basada en el motivo
el río Tínima y el camino de Cubitas que pasa por l i t e r a r i o del d e s g r a c i a d o t r o v a d o r Macías,
705

elaborado con admirable ingenio por otro autor convidando con sus blandas undulaciones al
romántico, contemporáneo de Tula, Mariano José a d o r m e c i m i e n t o que p r o d u c e el calor
excesivo. (Sab, p. 143).
de Larra, en su drama Maclas (1834) y su novela
El doncel de don Enrique el Doliente (1834). La rigurosidad descriptiva de este fragmento y su
En la narración La ondina del lago azul, la detallismo referencial, quedan reforzados con
autora hace referencia a la topografía de los alusiones costumbristas a la realidad objetiva de
Pirineos Franceses. Adapta la postura de testigo Cuba. Los «dos catres de lienzo» y la «hamaca»
visual y crea un «yo» autobiográfico, es decir, que son parte del vivir cotidiano de los cubanos y al
entra en la ficción en calidad de narradora y ser referidos de manera explicativa en el pasaje
personaje que ha visitado Gabarnie, Bagnères de citado se convierten en una especie de puentes
Bigorre y el Pico del Mediodía, junto con un grupo casi palpables entre la realidad de la ficción y la
de turistas. Luego de una cuidadosa reconstrucción realidad objetiva. Tula se esfuerza por mantener
del espacio, realizada a tono con los populares en dicha comunicación viva a lo largo del texto con
aquella época apuntes de viaje, pero sin que falte referencias descriptivas como la que sigue a la
la contemplación poética de la belleza natural, la aparición en escena del mulato Sab, personaje
autora introduce el tema fantástico: se trata de los central de la novela
amores de un joven soñador y una supuesta
El traje de este hombre no se separaba en nada
ondina. Para apoyar la verosimilitud de lo que
del que usan generalmente los labriegos en
ante los ojos del lector moderno no pasa de toda la provincia de Puerto Príncipe, que se
ser s u p e r s t i c i ó n popular, Tula inventa una reduce a un pantalón de cotín de anchas rayas
conversación con un testigo ocular de los hechos, azules, y una camisa de hilo, también listada,
el ya mencionado Lorenzo. Además, introduce en ceñida a la cintura por una correa de la que
la escena al padre del amante de la ondina, a quien pende un ancho machete, y cubierta la cabeza
describe en primera persona, adjudicándose con con un sombrero yarey bastante alicaído:
ello el papel del testigo. El viejo Santiago pasa de traje demasiado ligero pero cómodo y casi
necesario en un clima abrasador.
largo, y por su aspecto triste y melancólico provoca
la curiosidad de la autora. Toda la historia es Ahora bien, cuando la Avellaneda desconoce
consecuentemente la respuesta de Lorenzo al el terreno, como ocurre en el caso de su novela
interrogante de la Avellaneda. En resumen: la Tula histórica Guatimozín, el último emperador de los
persona real, al identificarse con la Tula personaje aztecas, cuya acción tiene lugar en el México de la
del cuento, presenta el texto como su testimonio conquista, entonces recurre a otro procedimiento
personal y por tanto acerca lo fantástico a la para acreditar su discurso: a las referencias
realidad objetiva. historiográficas, que sirven para compensar la falta
En Sab, la técnica que sirve para aumentar de definición en la pintura del espacio. En los
la verosimilitud, además de la ya mencionada primeros párrafos, la narradora no resalta su
recreación detallada de la topografía cubana, es la presencia, y el texto, salpicado de nombres de
interpolación de los párrafos descriptivos de personajes y lugares h i s t ó r i c o s f l u y e sin
tonalidad realista, entre los pasajes que llevan una digresiones:
fuerte carga emocional. Verbigracia, luego de un
La muerte de Maximiliano I colocaba en la
emotivo coloquio entre dos protagonistas de
frente de Carlos V la corona imperial de
la novela, Carlota y Teresa, donde se mezclan la Alemania, y mientras el nuevo César recibía
contemplación artística, la meditación poética, el cetro en Aquisgrán, y la España, presa
la melancolía y las lágrimas, la autora Introduce de la codicia y arbitrariedad de algunos
una descripción detallada de la habitación en que flamencos, ardía en intestinas disensiones, el
se realiza dicho diálogo: genio osado y sagaz de Hernán Cortés,
ensanchando los límites de los ya vastos
Era una pequeña sala baja y cuadrada, dominios de aquel monarca, lanzábase a
que se comunicaba por una puerta de madera sujetar a su trono el inmenso continente de
pintada de verde oscuro, con la sala principal las Indias Occidentales. ,18 '
de la casa. Tenía, además, una ventana
rasgada casi desde el nivel del suelo, que se
En esta novela, Tula comienza con una
elevaba hasta la altura de un hombre, con
antepecho de madera formando una media
introducción, pero no in medias res, como lo hace
luna hacia fuera, y compuertas también de en Sab y Dos mujeres, porque necesita tiempo y
madera, pero que a la sazón estaban abiertas espacio para familiarizar al lector con el contexto
para que refrescase la estancia la brisa histórico y así garantizar la recepción de lo que
apacible de la noche. trata de presentar como una versión de la verdad.
Los m u e b l e s que a d o r n a b a n esta Empieza por establecer el marco temporal con la
habitación eran muy sencillos pero elegantes, mención de los acontecimientos europeos para
y veíanse hacia el fondo, uno junto a otro luego pasar al c a m p o de los e v e n t o s de la
dos catres de lienzo de los que se usan conquista americana.
comúnmente en todos los pueblos de la isla
de Cuba durante los meses más calorosos. El tono cambia luego de los primeros párrafos
Una especie de lecho flotante, conocido con introductorios. El «yo» del narrador irrumpe con
el nombre de hamaca, pendía oblicuamente mayor fuerza en el espacio narrativo, y el lenguaje
de una esquina a la otra de la estancia, se torna poemático, a veces casi lírico. Mas, para
106

que la novela no pierda su carácter histórico, la empírica, con la «realidad» del acontecer ficticio
Avellaneda se reserva el espacio al pie de página de la novela. Todo artificio dirigido a aumentar
para todo tipo de explicaciones, como cuando dicha ilusión en.cuanto a la representación del
aclara la morfología del nombre de una princesa: espacio, de la acción y de los personajes en la
« L l a m a b a n a esta princesa los m e x i c a n o s ficción, contribuye, por tanto, a garantizar la
Tecuizpatzín, según la costumbre que tenían de atención y la recepción positiva por parte del
añadir la sílaba zin, entre ellos voz de respeto, público.
a todos los nombres ilustres!...] (Λ/. de la A.)» A u n q u e esta insistencia obsesiva en el
(p. 62); o cuando da un comentario lingüístico carácter verídico de la obra narrativa refleje el
comparativo: deseo primario de conquistar la confianza del
En la lengua mexicana, como en la griega, lector, para luego poder c o n m o v e r l o con el
se compone una palabra de tres o cuatro lenguaje exaltado, conviene aludir, aunque sea en
simples. Teopixque, que significa «sacerdote» breve, a otro elemento de la estética avellanedina
como hemos advertido antes, es una voz que en parte d e t e r m i n a la selección de los
compuesta de téotl, que quiere decir «dios», procedimientos artísticos con los que se materializa
y del verbo pía que es «custodiar» (p. 90).
el afán de verdad. Para comprenderlo, será útil
El d i s c u r s o de la f i c c i ó n y el d i s c u r s o recordar cierto precepto de la época ilustrada que
explicativo al margen del desarrollo de la acción en este caso nos ofrece la clave, y que ha tenido
novelesca fluyen paralelamente. De esta manera, una vida literaria mucho más prolongada de lo que
la Avellaneda mantiene al lector constantemente suele creerse.
al tanto de su propia erudición y de su labor de Como bien se sabe, la idea de que «el deleite
documentación previa a la escritura artística. poético procede de la belleza fundada en la verdad»
Cita las fuentes testimoniales de la época, como la (Luzán, Poética, p. 203) no desapareció con los
Verdadera historia de los sucesos de la conquista últimos destellos de la Ilustración, sin dejar una
de Nueva España de Bernai Díaz del Castillo impronta en la estética de los m o v i m i e n t o s
(1492-1584), y las Cartas de relación de Hernán literarios posteriores al neoclasicismo. Tula, la
Cortés (1485-1547), entre otras muchas. Llega, aplica al proceso de la creación literaria en el
incluso, a corregir al mismo Díaz, señalando contexto romántico. Con lágrimas en los ojos
ciertas incorrecciones que éste comete al proyectar busca la belleza de la verdad, y la encuentra en el
el lenguaje y las categorías políticas de los artificio literario, del que Varona habló casi con
h a b i t a n t e s a u t ó c t o n o s del Caribe sobre la desprecio y, que Luzán define como «aquella
civilización azteca: manera ingeniosa con que el poeta dice las cosas,
la cual pende, como ya hemos dicho, del ingenio
Los españoles llamaban caciques a los y de la fantasía del mismo poeta» (p. 243).
grandes vasallos del emperador de México:
El ingenio artístico fomenta la comunión entre
cacique era una voz de la lengua haitiana, que
significa «señor»; pero en la mexicana su la sensibilidad, la belleza y la verdad, porque el
equivalente era tlatoanis; y este título se daba alma se deleita «en aprender verdades nuevas y
a los príncipes tributarios. A los nobles en maravillosas» (loe. cit.), así como «en aprender
general los llamaban teutlis, palabra que B. nuevos modos de decir las verdades» (loe. cit.). La
Díaz del Castillo traduce equivocadamente por Avellaneda, confiada en la eficacia del lenguaje
«dioses», y que en nuestro concepto sólo emocional, hizo posible que el lector comulgase
quiere decir «caballeros» (p. 47). en el altar de los sentimientos, y se deleitase con
La A v e l l a n e d a alterna las técnicas de la bella pintura emocional de las cuitas de sus
acreditación directa e indirecta para dotar a sus personajes de ficción, que sin ser verdaderos lo
textos de una aureola de veracidad. En el caso de parecen.
las narraciones menos extensas, cuando no Con el artificio literario se logra la ilusión de
dispone de mucho tiempo y espacio, frecuente- la verdad en la narrativa romántica de Tula, y se
mente da la preferencia a la acreditación directa, fomenta la receptividad del lector para solazarse
como cuando reafirma la veracidad de su discurso con una experiencia atormentadora, provocada
en la leyenda literaria La flor del ángel: simpatéticamente por la visión del sufrir ajeno que
por febril y lacrimosa no deja de despertar el
Yo he visto, lectores míos, yo he tenido en las deleite. La verosimilitud artística, por tanto, es
manos varias de esas flores de tan poética
hermana de la verdad ambiental y emocional,
historia, que se encuentran en los sitios más
sombríos y solitarios de las márgenes del Deva madre de la belleza e hija del artificio literario.
{Obras, p. 180). Así, por medio de su arte, la Avellaneda despierta
un vendaval de emociones en el corazón del lector,
El propósito artístico que mueve a la autora a y esparce el atormentado sentir romántico que ella
r e c u r r i r a esta t é c n i c a , es sin duda la ya misma tal vez haya experimentado con más fuerza
mencionada búsqueda de la verosimilitud, puesto que nunca en aquel éxtasis de la creación literaria,
que la ilusión de la historicidad facilita al lector siendo la primera catadora de los efluvios de su
relacionar su experiencia vivencial, imaginaria o genio artístico.

Universidad de Delaware
107

NOTAS
1. René Wellek y Austin Warren: Theory of Literature, New York, Harcourt, Brace & World, Inc. 1956, p. 77.
2. Carmen Bravo Villasante publicó una biografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda con el siguiente título: Una vida romántica:
La Avellaneda, Madrid, Instituto de Cooperación Iberoamericana, 1986.
3. Roxana Pagés-Rangel: Del dominio público: itinerarios de la carta privada, Amsterdam-Atlanta, Rodopi (Teoría literaria:
Texto y Teoría, 20), 1997, p. 121.
4. Marcelino Menéndez y Pelayo: Historia de la poesía hispanoamericana, Madrid, Librería general de Victoriano Suárez,
1911, t. I, p. 265.
5. Enrique José Varona: Obras de la Avellaneda. Edición nacional del centenario, La Habana, Imprenta de Miranda, I,
p. XX, 1914.
6. Russell P. Sebold: Cadalso: el primer romántico «europeo» de España, Madrid, Gredos (Biblioteca Románica Hispánica II.
Estudios y Ensayos, 215), 1974, p. 156.
7. Gertrudis Gómez de Avellaneda: «Carta a Luis Coloma» en «Gertrudis Gómez de Avellaneda como prosista» por
G. Baquero: Gertrudis Gómez de Avellaneda. Edición de Carmen Bravo Villasante, Madrid, Fundación Universitaria Española,
1974, p. 58.
8. Gertrudis Gómez de Avellaneda: Obras de Gómez de Avellaneda, V, Madrid, Atlas (Biblioteca de Autores Españoles, 288),
1981, p. 184; todas las citas se harán por esta edición, indicándose en lo sucesivo el título abreviado Obras seguido de las
páginas entre paréntesis en el texto.
9. Gertrudis Gómez de Avellaneda: Sab. Prólogo y notas de Mary Cruz, La Habana, Instituto cubano del libro (Biblioteca
básica de autores cubanos), 1973, p. 191; las siguientes citas se harán siempre por esta edición indicándose el número de la
página entre paréntesis.
10. Gertrudis Gómez de Avellaneda: Autobiografía y cartas. Edición de Lorenzo Cruz, Madrid, 1907, p. 118 (la cursiva es de la
autora).
11. Juan Andrés: Origen, progresos y estado actual de toda la literatura, Vil, Madrid, Sancha, 1784-1806, p. 336.
12. Jorge Isaacs: María, México, Porrúa («Sepan cuantos...», 46), 1994, p. 3.
13. José Cadalso: Noches lúgubres. Edición de Russell P. Sebold, Madrid, Taurus, 1993.
14. Gertrudis Gómez de Avellaneda: «Dos mujeres» en Obras de la Avellaneda. Edición nacional del centenario. V. Novelas y
Leyendas, La Habana, Imprenta de Miranda, 1914, p. 179.
15. Russell P. Sebold: «"Una lágrima, pero una lágrima sola": sobre el llanto romántico» en Trayectoria del romanticismo
español, Barcelona, Crítica, 1983, p. 189.
16. Ignacio de Luzán: Poética. Edición de Russell P. Sebold, Barcelona, Editorial Labor (Textos hispánicos modernos, 34),
1977, p. 209.
17. Emilio Cotarelo y Mori: La Avellaneda y sus obras. Ensayo biográfico y crítico, Madrid, Tipografía de Archivos, 1930,
pp. 202-204.
18. Gertrudis Gómez de Avellaneda: Guatimozín. Prólogo y notas de Mary Cruz, La Habana, Editorial Letras Cubanas (Biblioteca
básica de literatura cubana), 1979, p. 43.
108

JORDI SARSANEDAS. PREMI D'HONOR DE LES LLETRES


CATALANES 1994. ENTRE EL MITE I LA QUOTIDIANITAT

Joan M. Pujáis
Conseller d'Ensenyament de la
Generalität de Catalunya ">

Després de les intervencions que acabem d'escoltar sobre Jordi Sarsanedas, voldria afegir unes
paraules en nom meu i en el del Conseller de Cultura, que ha tingut la deferencia de cedir-me aquest
honor.
Poe després de l'any 1950, gairebé simultàniament, apareixen dues de les obres mes significatives
de Jordi Sarsanedas, una de poèmes en prosa, Mites, i l'altra, de poèmes versificats, La Rambla de les
Flors. Manllevant les observacions de Joan Fuster, Mites és una obra «difícil de classificar», pero, al cap
i a la f¡, constitueix «una experiencia dependent de la poesía, potser mes i tot que la prosa d'Espriu».
Mes que de Mites, insisteix Joan Fuster, potser caldria parlar de «visions». I amb referencia a La Rambla
de les Flors, he parlât de «poèmes versificats», completament d'acord amb les observacions de Josep
M. Castellet i Joaquim Molas. Pero alio que voldria subratllar aquí és que, per un costat, eis Mites
representen «l'evasió», i, per un altre. La Rambla de les Flors representa un «trencament».
Jordi Sarsanedas va escriure Mites en eis difícils anys de la postguerra, dels que calía evadir-se
urgentment. Calía la fíccíó absoluta per a superar aquella realítat que, tanmateix, es va fer rebel tants
anys encara.
Dues realitats provoquen el drama en el poeta: alio que sap ¡ alio que ignora. Dues realitats alterades,
com el mateix poeta ens explica: «tot és ratlla per a mi, incomunicat de mi mateix, ja distint del que sé
i distint del que ignoro». És la tercera dimensíó d'una realítat abstracta. És la realítat del somni, de la
visió, del mite, en definitiva.
El trencament generacional de La Rambla de les Flors, amb la tradíció anterior, és un revulsiu sense
estridències tanmateix. Jaume Bofill i Ferro ens diu que «l'agilitat lírica de Jordi Sarsanedas té la virtut
de sorprendre'ns sempre, pero sempre amablement, sense violències, gairebé amb un somrís. Té el
pudor d'amagar-nos amb un caient de joe, el que hi ha de profund en la seva poesía. És per aquesta
gracia profunda que ens fa pensar una mica en Cocteau». Aquest trencament no és exempt d'una certa
vacil-lació, tal com observa el mateix Bofill i Ferro: «Aquests joves (eis de la seva generació), força
allunyats ja de les tendencies poétiques catalanes de primers de segle, de fet semblen vacil-lar entre
l'humanisme de Riba, el surréalisme francés i la poderosa melangia, que voreja la metafísica, de
Hölderlin.» AI meu parer, un poema significatíu d'aquest trencament, d'aquesta melangia, d'aquest
humanisme, és aquell que diu:

Jo sóc amb tu, i amb tu, i amb tu.


Junts hem alçat la gran ciutat de fusta
per al foc mes ciar d'aquest amor
on llegeixen la historia.
I parlo de demà com d'un passât
tot sec, tot esmollat, tot cendres.
Amb mans de bons amies escric a'txó,
amb ulls de bons amies he mirât les muntanyes
i la ciutat que em pobla.
I manllevo el captaire i manllevo la porta.
Et deixo (aixô, si vols,
si et fa servei)
restes de joventut mal esmerçada
i un gust per al vent ciar i el vi vermeil.
109

Les restes de joventut mal esmerçada es queden enrera, i el poeta invoca la «novetat del m ó n » , en
un poema d'unes imatges agosarades, d'una gran bellesa plastica:
El groe del taxi es un xiscle d'ocell,
un tremolor de plomes.
El vermeil del tramvia es un lladruc de gos.
El camió cantabrio que torna de nits altes
es un bou solemníssim.

Colors i formes engendren altres sers vivents, altres coses.


El poeta es un home que observa el món immédiat des de la solitud, entremig de caminants anônims:

Ni se on soc.
Quan es fa fose
passejo sol
per la ciutat.
Estic citât
amb qualsevol,
amb mi mateix,
amb no ningu
arreu arreu.

Es «l'home solitari-solidari». I Alex Broch afegeix: «Jordi Sarsanedas es un poeta urbà, un poeta de
la ciutat». Precisament en aquesta quotidianitat urbana es on el poeta es fa solidari a m b l'home del
carrer. Pero així c o m Salvat-Papasseit s'hi feia, de solidari, per proximitat o veínatge, Sarsanedas es fica
en la pell dels altres:

sóc tu,
etsjo,
es nosaltres,
som ell, tu, jo,
sou ell, nosaltres,
son ell, sóc ell, ets ell.

Si Jordi Sarsanedas ha estât considérât com un dels intel-lectuals mes respectât i de major prestigi
de la literatura catalana contemporània, el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes es un reconeixement
a aquests valors que l'honoren.
El missatge d'aquests versos finals que ara llegiré i que liquiden un antic passât, pero que tanmateix
s'obren al futur, no l'alliberen del seu compromis:

Tot el que ha estât s'ha marcit entre fulles


de llibres H-legibles.
M'han caigut molts cabells i em cansen les escales.
Deixem els veils records, que siguin pedrés
a la ciutat dels morts, que tota tomba es pia.
I baixem al carrer.

L'obra de Jordi Sarsanedas no ha estât endebades ni s'ha marcit enmig de la fullaraca. Encara que
li hagin «caigut molts cabells» i encara que potser «li cansin les escales», -Sarsanedas dixit-, l'esperem
al carrer, perqué ell es veu, es paper, es ploma... I per aixö avui li f e m la festa.

L'enhorabona, i que sigui per molts anys!

NOTA
1. Actualment, Conseller de Cultura de la Generalität de Catalunya.
110

JUAN RAMÓN JIMENEZ Y MALLARME

Pilar Gómez Bedate:

Que la obra de Juan Ramón Jiménez (1881- con Mallarmé y trazar una línea, con algunos
1956) esté, de alguna manera, relacionada con la ejemplos, de lo que a mi entender fue tal relación,
de Stéphane Mallarmé (1842-1898) es un principio que c o n s i d e r o i n s e p a r a b l e de la conocida
que no necesita ser demostrado a pesar de que evolución de la poesía juanramoniana desde el
r a r a m e n t e se cite el n o m b r e del maestro modernismo de la primera época al simbolismo
del Simbolismo al hablar del poeta español. La de la última, e inseparable, por consiguiente, de
simple situación de los primeros libros de Jiménez los cambios ocurridos en el gusto del poeta
-desde Ninfeas y Almas de violeta (1900) hasta español desde su apasionamiento por la poesía
Sonetos espirituales (1914-1915)- dentro de la francesa de 1900 hasta el tajante rechazo de esta
estética modernista y la sensibilidad decadente poesía -juntamente con toda la que él llamó
p r e s u p o n e n una a b s o r c i ó n de i n f l u e n c i a s «latina» (es decir, románica o romance)- en los
mallarmeanas más o menos directa, más o menos años treinta a favor de la de lengua inglesa, como
precisa, pero, en cualquier caso, considerable e apropiada a su ideal nuevo de esencialidad y
indudable que muchas veces va englobada en las desnudez. Inseparable, pero no igual, pues, como
reconocidas e x p l í c i t a m e n t e por el poeta -y veremos, la admiración por Mallarmé sobrevivió
mencionadas por la crítica- como dejadas en él al cambio de gusto y la lección estética de éste le
por Verlaine, Laforgue, Moréas, Francis Jammes, había marcado tanto como la de Verlaine (que es
Régnier, R i m b a u d , Pierre L o u y s , S a m a i n , umversalmente reconocida).
Rodenbach, Paul Fort, Maeterlinck... Simbolistas Antes de entrar en ello querría, para destacar
mayores y menores, franceses o belgas, que Juan el interés de novedad que tiene la aproximación
Ramón menciona una y otra vez en sus apuntes entre estos dos grandes poetas, referirme a que
secretos o c o n f e r e n c i a s públicas sobre las con alguna excepción, no existen aún estudios
relaciones de su poesía con la ajena, donde casi sistemáticos sobre el alcance real de la influencia
nunca aparece incluido Mallarmé, el maestro, con en Juan Ramón de los autores franceses con
Verlaine, de todos ellos, que Juan Ramón no quienes él ha proclamado su deuda reiteradamente
ignoraba, como prueban tempranos testimonios, -aunque contemos, al respecto, con el temprano y
y a quien admiró siempre (o casi siempre) como orientador trabajo de Díez-Canedo, Juan Ramón
se ve en declaraciones hechas en distintos Jiménez en su obra (México, 1944), y con el clásico
momentos de su vida. de Rafael Ferreres, Verlaine y los modernistas
Si a estas circunstancias se suma el hecho de españoles (1975), así como last but not least, con
que el ideal de su poesía sea tan afín al de el fundamental de Richard Cardwell sobre el
Mallarmé, y que su vida misma resulte en tantos aprendizaje modernista de Juan Ramón (J.R.J.: The
sentidos paralela a la de aquel poeta en la Modernist Apprenticeship, 1977), pero el nombre
discreción de la conducta -alejada de toda bohemia de Mallarmé se viene con frecuencia a la pluma
y malditismo-, la entrega a tareas intelectuales y de los juanramonianos comparatistas que se han
la fidelidad a una vocación sentida como un ocupado de situar al poeta en los contextos de
Destino sagrado e ineludible (que implicaba la la poesía francesa e inglesa modernas (como ha
defensa de un ideal estético no compartido por la hecho Cardwell en la obra recién citada, y Howard
T. Young en su The Line in the Margin. J.R.J, and
mayoría) uno se pregunta hasta dónde puede
his Reading in Blake, Shelley and Yeats, 1980)
haber llegado la influencia de Mallarmé en Juan
siempre que aluden a asuntos cruciales de
Ramón y por qué éste ha sido tan remiso en citarle
la estética idealista de fin de siglo en cuya
entre sus fuentes cuando tan ansioso estuvo
estela se sitúa Juan Ramón, tales como a la
siempre de declarar el nombre de los poetas
llamada de la Belleza absoluta, al concepto del
a d m i r a d o s con quienes sentía una afinidad
poeta como sacerdote y vidente, la sacralización
especial.
del erotismo o la importancia simbólica de las
Como la cuestión del deslinde de influencias
figuras femeninas vírgenes y sensuales que ejercen
es muy delicada y laboriosa de documentar a nivel una atracción inextinguible e imposible. Dice, por
textual, pues los temas y motivos mallarmeanos ejemplo, Cardwell a propósito de las mujeres
esparcidos en la obra de Juan Ramón son muchos, juanramonianas blancas y deificadas: «[...] el
pero están muy integrados en ella y transformados espíritu es afín a la virgen devota de la luna que
en vivencias propias, he optado por limitarme aquí aparece en la obra de Mallarmé, Flaubert, Samain,
a llamar la atención -como punto de partida al y los cuentos de Poe». Y, hablando del concepto
necesario trabajo exhaustivo que debe ser llevado de poeta:
a cabo- sobre la relación que Juan Ramón sostuvo
111

En artistas como Musset, Bécquer, Mallarmé el Mercure cuando Gide, con su revista nueva,
o Verlaine, encontramos no sólo la busca de descartó a Rémy de Gourmont. Si yo, Luis
la esencia de la Belleza en la experiencia Cernuda, publiqué todavía, después de 1916,
individual y la intención de hacer preciso lo algunas traducciones de los s i m b o l i s t a s
que es vago, sino asociada a la conciencia de mayores franceses (Mallarmé, por ejemplo),
que el ideal poético, al fin de su odisea W i l l i a m Blake, Emily D i c k i n s o n , Robert
artística, no puede ser alcanzado. Browning, A.E., Robert Frost, William Butler
Yeats [...] f u e r o n mis t e n t a d o r e s más
Y, de n u e v o C a r d w e l l , al h a b l a r de los j a r d i n e s constantes.
bañados por la l u z l u n a r q u e J u a n R a m ó n c o m p a r t e
con sus h e r m a n o s m o d e r n i s t a s : De una fecha p o s t e r i o r a 1943 es el escrito
j u a n r a m o n i a n o t i t u l a d o «Dos f o r m a s de la lírica»
Los jardines bañados por la luz de la luna son, q u e H o w a r d Y o u n g cita en su l i b r o (facilitado p o r
como las habitaciones cerradas de Mallarmé
Francisco Hernández-Pinzón, el s o b r i n o y heredero
o los efectos lánguidos y moribundos de
Samain y Verlaine, un símbolo de la rebelión del poeta) d o n d e J.R., q u e r i e n d o ser m á s detallado
contra la v i d a , c o n t r a el esfuerzo y las s o b r e la e v o l u c i ó n de su g u s t o e s t é t i c o , explica
inclinaciones naturales. c ó m o e n su p r i m e r v i a j e a Estados U n i d o s , en 1916,
t u v o la v i s i ó n de
Por su parte, H o w a r d T. Y o u n g , en el capítulo
del libro c i t a d o q u e dedica a Shelley a f i r m a : la lírica latina (España, Francia, Italia, etc.)
como una figuración geométrica y luminosa
Shelley, Keats, Mallarmé, Poe y Jiménez cargada de todas las armonías, propia del
devolvían la Belleza a su pedestal, adorándola espacio y con poco arraigo verdadero en el
en r e p r e s e n t a c i o n e s de carne y hueso, suelo
inclinándose ante la imagen suya que tan
imperfectamente representaba el Ideal. mientras que comprendió que

Y más adelante: la lírica propia de los nortes (Inglaterra y


Estados Unidos principalmente, y la posible
La desconfianza que sentía Juan Ramón de la Galicia) era sencilla, natural, humana, con pie
inspiración («me fío poco de ella») lo sitúa en contra la tierra, y mano en lo profundo de la
la misma línea de simbolistas que empieza con altura; cargada de observación psicológica
la noción de Poe de la necesidad matemática y con música interior, más melodiosa que
de la composición y continúa a través de armoniosa.
Mallarmé con el cuidadoso afilamiento de las
palabras para adecuarlas a un estado de La v u e l t a a España, unos m e s e s d e s p u é s , le hizo,
ánimo. s e g ú n él, caer de n u e v o (entre 1924 y 1936) «en la
lírica latina» m i e n t r a s q u e su r e t o r n o a A m é r i c a
En o c a s i o n e s d i f e r e n t e s -y, n a t u r a l m e n t e , de
de 1936-que habría de ser ya la tierra d o n d e viviese
pasada, pues no es este el t e m a principal de su
hasta su m u e r t e en 1956- v o l v i ó a h a c e r l e
trabajo- a l u d e Y o u n g a M a l l a r m é a p r o p ó s i t o de
e x p e r i m e n t a r «la m i s m a e x t r a ñ e z a p o r la lírica
Juan R a m ó n , y q u i e r o sólo señalar aquí aquélla
latina y la m i s m a c o m p r e n s i ó n de la v e r d a d e r a
en q u e , r e f i r i é n d o s e a Yeats, a f i r m a :
a m e r i c a n a » , e v i d e n t e m e n t e representativa para él
Juan Ramón nunca denigró a Yeats como de un ideal de
hizo con Mallarmé y Valéry, sus parientes
franceses en la tradición simbolista, a quienes poesía llana, lisa, sencilla, transparente, ideal
p r o b a b l e m e n t e , debe más de lo que es y espiritual; sin exceso de luces, colores ni
generalmente admitido. a r m o n í a s , con luz, c o l o r y m e l o d í a de
sensibilidad, intelijencia y palabra, las tres
Pero entraré en materia. Hay una f a m o s a carta hondas altas y tranquilas.
de J u a n R a m ó n a Luis C e r n u d a - p u b l i c a d a en
El Hijo pródigo q u e editaba Sánchez B a r b u d o en Un ideal al q u e había aspirado s i e m p r e , pues: «diría
Méjico en s e p t i e m b r e de 1943- d o n d e , e n f a d a d o q u e he e s t a d o s i e m p r e l u c h a n d o , u n a s v e c e s
nuestro poeta p o r el artículo q u e el sevillano había consciente y otras i n c o n s c i e n t e m e n t e , por
p u b l i c a d o s o b r e él en el Bulletin of Spanish e s c a p a r m e de m i a m b i e n t e c o n c e p t u a l y s i g l o de
Studies, del año anterior (y Sánchez B a r b u d o había oro».
r e p r o d u c i d o en El Hijo pródigo) d o n d e duda de su Para interpretar r e c t a m e n t e estas r e f l e x i o n e s
c o n o c i m i e n t o de H ö l d e r l i n y a f i r m a q u e no cree t a n c e r t e r a s en c u a n t o a a u t o a n á l i s i s p e r o t a n
s i n c e r a su a f i r m a c i ó n d e a p a r t a m i e n t o d e lo generalizadoras y r o m á n t i c a s , q u e p r e s c i n d e n de
francés, le r e s p o n d e : t o d a n o c i ó n de época y estilo y q u e s u p o n e n la
creencia en el «espíritu de los p u e b l o s » , hay q u e
Pues bien, anglicista Luis Cernuda, desde 1916 tener en cuenta q u e las a p r e c i a c i o n e s críticas de
las líricas inglesa, irlandesa y norteamericana J u a n R a m ó n (siendo t o d a s i l u m i n a d o r a s en a l g ú n
contemporáneas me gustaron más que la sentido) están marcadas e n su o r i g e n - c o m o señalé
francesa [...] Por aquel 1916, gran año para mi en su m o m e n t o en el « P r ó l o g o » a m i e d i c i ó n de
en todo, yo presentía ya la decadencia de la
sus Prosas críticas (1981)- por el p r e j u i c i o (si es
civilización francesa. Hoy, la realidad ha
demostrado que yo tenía razón entonces q u e p o d e m o s l l a m a r l o así en este caso) de la
[...] La Nouvelle Revue Française y sus poética p r o p i a : no s o n un j u i c i o o b j e t i v o s i n o la
derivaciones están tan exhaustas como quedó m a n i f e s t a c i ó n de un g u s t o estético, una a d h e s i ó n
112

o rechazo vital de los autores que hacen al caso y, pura francesa que a su juicio fue excesiva; o bien
por c o n s i g u i e n t e , deben ser t o m a d o s c o m o se embarcaron en experimentos vanguardistas qua
manifiestos y como juicios de valor en relación con el maestro encontró siempre extravagancias de
los propios proyectos y ambiciones. pésimo gusto.
Desde este punto de vista, el texto de «Dos La competencia que para Juan Ramón supuso
formas de la lírica» es suficientemente explícito y el magisterio de Valéry entre sus discípulos
describe el cambio de gusto de Juan Ramón, quien, españoles fue algo que nunca asimiló. Y creo que
poco después de la temporada pasada en el tampoco asimiló la reinterpretación del Siglo de
Sanatorio del Rosario (1901-1904), es decir, de la Oro a través del neogongorismo que fue la marca
época de la revista Helios de la que él fue el alma, de escuela del grupo del 27 y sus afines. En un
y del triunfo del modernismo en torno a ella, artículo de 1936, publicado probablemente en
empezó a oponer modernismo a simbolismo y El Sol, que recojo en las Prosas críticas antes
terminó rechazando toda su obra de la primera citadas, escribe:
época c o m o m o d e r n i s t a (y parnasiana) y a Paul Valéry no es, creo yo, un poeta, un
enaltecer lo que él ha definido como una rama pensador, un crítico propiamente dicho, sino
universal de la poesía -y no un movimiento ni una un virtuoso, un ejecutante «perlado», terso,
estética- con la que se identifica. A esta familia demasiado redondo de la crítica, la idea, la
espiritual de la que se siente parte la llamará poesía. Hay gran diferencia y distancia entre
simbolista e insistirá en que sus orígenes no están él y Mallarmé, su constante e imperecedero
maestro: Valéry hincha, rellena, cae en lo
en el simbolismo europeo y americano del siglo académico de retorno, en lo platonizante
XIX, sino en determinados poetas de distintas discurseado: muchos discursos en honor de,
nacionalidades y épocas. Así -según Juan Ramón- etc. Mallarmé adelgaza, contrae y nunca deriva
Goethe, Hölderlin, Keats, Walt Whitmann, E.A. Poe, a lo académico. Contra lo que pudiera creerse,
la poesía arábigoandaluza, el romancero, los nadie menos académico que Mallarmé.
cancioneros peninsulares y los místicos castellanos
Nos importa señalar que en esta muestra
pertenecen al simbolismo universal en que él
tan cáustica de la falta de simpatía por Valéry,
mismo se integra.
Juan Ramón enaltece a Mallarmé, y se expresa
Este es el contexto donde hay que situar el
por él la misma admiración sin reservas que
rechazo juanramoniano de la mayoría de los
aparece en un texto de la última época, publicado
autores del Siglo de Oro, demasiado expositivos,
en 1953 (dentro de la serie «Alerta», en Buenos
moralizadores, satíricos o conceptuosos, para
Aires literaria) titulado Casas de Poe donde en
quien buscaba una poesía «llana, lisa, sencilla,
el transcurso del homenaje sentimental al autor
trasparente, ideal y espiritual». En otras palabras,
de El Cuervo, y la reivindicación de su valor eterno
una poesía que sugiera y no explique: la misma
y moderno en contra de la crítica americana
que de adolescente le atrajo en Bécquer y más
que no lo apreciaba entonces así, surge espon-
adelante le impresionó en Verlaine y Rubén Darío,
táneamente la alusión a Mallarmé como parangón:
sus modelos de estilo más importantes hasta el
encuentro con el verso libre, que fue simultáneo a si no suena este estilo a p e r p e t u i d a d
su primera estancia en América y al conocimiento [refiriéndose al de Poe], si no hay aquí color
de poetas norteamericanos de expresión sencilla p e r e n n e , m u c h o m e n o s de hoy serán
y directa. La poesía, en fin, que habría de calificar Baudelaire y M a l l a r m é ; ni es m o d e r n o
entonces nada que no t o q u e a la burda
de «desnuda», con una metáfora que ha sido sociedad y a la vaga sociedad, ni es moderno
señalada como tomada en préstamo a un célebre el espacio ni el tiempo, los siempre ¡guales, ni
poema de Yeats, y que Young ha relacionado el desnudo, la poesía hacia dentro y hacia
también con el significado de la desnudez en Blake lejos.
como símbolo de la verdad y la ingenuidad.
Y, más adelante:
Pero, siendo esto así, existe un factor de
la vida literaria española que Juan Ramón vivió Mientras resuelva todo esto [lo relativo a la
durante los últimos años veinte, los treinta, modernidad de Poe] una crítica norteamericana
y continuó viviendo a distancia en América durante más dependiente de su propia verdad que mi
crítica, voy a traducir (como recreo, justicia y
el exilio, cuyo peso en la hostilidad manifestada
tributo de mi conciencia moderna a la de
en los cuarenta por la poesía «siglo de oro» Edgar Allan Poe, hoy metamorfoseada tan
y conceptuosa no se puede menospreciar. Se clarividentemente ahí cerca de esta casa de
trata de la traición de que Jiménez se sintió víctima Maryland, bajo la piedra de Baltimore que
cuando algunos de sus jóvenes seguidores, que Mallarmé introdujo en su soneto famoso «Tel
se contarían más tarde entre los llamados poetas qu'en lui-même enfin l'éternité le change») un
del 27, se emanciparon de su tutela y, explorando fragmento de El vallecito de la inquietud. Yo
suelo traducir el verso estranjero en mi prosa
caminos que él les había abierto en gran parte
corriente: ¡Qué prosa la de Mallarmé en su
-después de haberle i m i t a d o en el c u l t i v o introducción de los poemas de Poe!
del romance y las formas neopopulistas, así como
en el despojamiento formal de Diario de un poeta-, Podría ser de la misma época una de las
se apartaron de su canon estético y se entregaron anotaciones conservadas en la Sala Zenobia-
a una admiración por Paul Valéry y la poesía Juan Ramón para un proyecto que el poeta
113

acarició durante largos años: publicar un libro aclararme la ajena»), la preocupación del poder
que se titulase Fuentes de mipoesíay que estaría real de la palabra sobre las cosas («cuando yo
¡ l u s t r a d o con f r a g m e n t o s de su o b r a . La a c i e r t o el n o m b r e de c u a l q u i e r cosa, un
anotación a que me refiero -que di a conocer en ser m a t e r i a l o m o r a l , esa c o s a , ese ser,
ínsula en el año 1981- lleva portítulo Fuentes de me responden siempre»), o la conciencia de llegar
mi escritura y dice así: a la palabra poética a través de un ritmo percibido
con a n t e r i o r i d a d («A veces creo que estoy
Siento hoy verdadero gozo declarando acariciando una idea y estoy acariciando un
mis fuentes poéticas y literarias, mayores y
compás»), hasta la gran cuestión metafísica de
menores, más constantes y más intermitentes.
No las daré en orden cronolójico ni en fondo que es la muerte: y la inmortalidad lograda
ningún otro orden que no sea el de mi por medio del arte. No, Juan Ramón no rechazó
memoria sucesiva. Lo que quiere decir que no a M a l l a r m é j u n t o con la poesía f r a n c e s a .
estarán todas en esta serie ni acaso en otras Lo que quiso probablemente fue no ser contado
(sucesivas). entre sus discípulos al mismo título que Valéry.
Las que se me presentan hoy en un Y probablemente por dos tipos de razones: una
revuelto conjunto súbito son: el Romancero intrínseca a su continuo modo de entender la
español, Bécquer, Rubén Darío, Víctor Hugo,
Garcilaso, Mallarmé, Poetas orientales, poesía c o m o un f l u j o del alma y opuesta a
Chinos, Persas, Baudelaire, Quevedo, Poetas la elaboración conceptuosa (detestada como la
griegos, Petrarca, Rimbaud, la Copla popular «pointe assasine» del «Arte poética» verleniana).
española, Browning, Tagore, Heine, Fray Luis Otra, más dependiente de circunstancias externas,
de León, Shakespeare, Laforgue, San Juan de que fue la boga del barroquismo gongorino como
la Cruz, Verlaine, Goethe, Augusto Ferrán, poesía de elite a partir de finales de los años veinte
Gautier, Shelley, Samain, Rosalía de Castro, (precisamente surgida entre sus discípulos y, no
Maeterlinck, Yeats, Francis Jammes...
debemos olvidarlo, dentro de la atmósfera de
amor por lo raro en que tanto había influido,
La lista es larga, pero en este caso -que es, que yo
precisamente, Mallarmé). De manera que si la
sepa, el único de este tipo en que aparece el
presencia de este maestro en su poesía fue
nombre de M a l l a r m é - éste va en cabeza.
confesada y abierta en los años primeros del
¿Lo consideraba Juan Ramón una fuente «literaria»
siglo, más tarde, en su camino hacia la desnudez,
en lugar de «poética» e «intermitente» en lugar
huye de él, aunque su destino fuese volver
de «constante»? Sería posible pensarlo a propósito
a encontrarle. Voy a dedicar el resto de esta
de los poemas en prosa puesto que los declaraba
c o n f e r e n c i a a poner un e j e m p l o de lo que
nacidos de los suyos, pero, dadas sus ideas
quiero decir.
de la última época sobre la indiferenciación
entre verso y prosa cuando de poesía se trataba, La primera edición de las Elegías -que no
no parece probable. Y sí, en cambio, podría Elejías a ú n - j u a n r a m o n i a n a s , de 1908, va
suponerse que estuviese pensando en el papel encabezada por una cita de Mallarmé. Es el verso
de orientador y guía estética, de modelo de vida final de la sexta cuarteta de Les fenêtres (Las
e ideal que Mallarmé había representado para él, ventanas), que dice: «Dans un grand nonchaloir
pues ¿qué estética sino la mallarmeana puede estar chargé de souvenir» y puede traducirse por
detrás de las siguientes palabras que dirige a «En un vasto desmayo cargado de recuerdo».
Luis Cernuda en la misma carta de 1943, antes Las ventanas - a p a r e c i d o por p r i m e r a vez
citada, en que manifiesta su rechazo de la herencia en el Parnasse contemporaine de 1866 e incluido
francesa? más t a r d e por Verlaine en su f a m o s a
serie de Los poetas malditos de 1884- es un
Yo he desdeñado siempre, y más cada día, el
«asunto» y la «composición». Lo que siempre poema muy baudeleriano en la forma, dividido
me tienta es la sensación que un fenómeno en dos partes, la primera de las cuales pinta una
produce, la inquietud pensativa y sensitiva que estampa cruda de la vida real cuyo significado
queda después del asunto y antes de la simbólico es expuesto en la segunda m i t a d .
composición; y lo que me interesa es libertar Pero en esta f o r m a b a u d e l e r i a n a , el j o v e n
sensación e inquietud. Mallarmé (de 21 años entonces) encerró su tema
más definitivo: el de la rebelión contra la muerte
En realidad, un recorrido diacrónico por
y el deseo de vencerla por medio del arte y la
las declaraciones estéticas de Juan Ramón
elevación mística. Junto a ello, también, el hastío
s u p o n e el e n c u e n t r o c o n s t a n t e de ecos
y la necesidad de e v a s i ó n que i m p u l s a al
mallarmeanos en una multitud de cuestiones
moribundo de su ejemplo a arrastrarse fuera
que van desde el fin y la materia de la poesía,
de la cama del «triste hospital» hasta la ventana
la trabajosa dedicación a la obra («La lucha más
en cuyo cristal pega la frente para contemplar,
grande de mi vida ha sido con el papel. ¡Con el
impotente, el crepúsculo magnífico en que:
papel i m p r e s o y con el b l a n c o ! » , dice un
aforismo), la aspiración al ideal («Huir, huir de
Volt des galères d'or, belles comme des cygnes,
todos, como el viento, al infinito ¡al infinito!»),
Sur un fleuve de prourpre et de parfums dormir
la r e f l e x i ó n s o b r e la o s c u r i d a d del e s t i l o En berçant l'éclair fauve et riche de leur lignes
(«Me gusta e x p o n e r mi o s c u r i d a d pero no Dans un grand nonchaloir chargé de souvenir.
114

Es decir: alusión a las riquezas que pueden encontrarse


dentro de uno mismo y a la meditación y reflexión
Ve galeras de oro, hermosas como cisnes
en un cielo de púrpura y perfumes dormir
que requiere su busca.
meciendo el brillo rojo y rico de su línea En el caso de Juan Ramón, que de ningún
en un vasto desmayo cargado de recuerdo. m o d o p o d e m o s c o n s i d e r a r a l e j a d o de las
preocupaciones esotéricas sino todo lo contrario,
Las Elegías juanramonianas están, sin duda, muy inmerso en ellas, el lenguaje de tipo alquímico
d e n t r o de la atmósfera espiritual del verso es frecuente, y, posiblemente, lo más llamativo y
mallarmeano que llevan al frente como lema; y la divulgado de él sea la denominación de Obra, con
impresión causada en el poeta por el mundo visual mayúscula, al esforzado trabajo en la poesía de
de los recién citados versos es evidente, pues la toda su vida que aparece en su época intermedia
imagen del cielo como un río, un lago o el mar, -es decir, entre Estío (1916) y La estación total
sobre el que avanzan nubes que son barcos, o que (1946)-, que es la época de su hallazgo de la poesía
le bordean como masas de vegetación, tiene una descrita con la afortunada metáfora de la desnudez,
descendencia larga en la poesía juanramoniana y significando con ella la huida de la parte superficial
se transparenta en muchas variantes de años del decadentismo. Es que había adquirido la fe en
posteriores. En Poemas mágicos y dolientes, de la la utilidad de la poesía para encontrar una Verdad
misma época que Elegías (pues se publicó en que debía estar oculta en el interior de su propia
1909), hay una sección titulada «Marinas de alma y creo, con H o w a r d Y o u n g , que el
ensueño» cuyo quinto poema lleva por epígrafe el c o n o c i m i e n t o de la estética de Shelley y la
comienzo de la cuarteta citada: «Voît des galères aproximación a su obra durante la primera década
d'or», y es interesante observar que, en este caso, del siglo, le guió hacia tal fe y fundamentó su
las galeras de oro que avanzan sobre el mar se voluntad de escribir para explorar la conciencia y
resuelven en una estampa de lujo cortesano que sus movimientos esenciales con la finalidad de
más recuerda en la intención al Verlaine de Fiestas perfeccionarse a sí mismo: este fue el motivo de
galantes que al Mallarmé metafísico de Las su rechazo de los disfraces del i m a g i n a r i o
ventanas. Dice el poema: m o d e r n i s t a que t a n t o habían e x c i t a d o su
imaginación y su sensibilidad pero que llegaron a
Una galera de oro tornaba de ultramar,
hundida con el dulce peso de su tesoro; confundirle y a ser un obstáculo a sus propósitos.
el viento melancólico cantaba sobre el mar, Es esta historia la que cuenta en su famosa
y el mar, bajo la cúpula flagrante, era de oro... biografía estética de Eternidades (1916-1917):
La tarde daba al mundo gracia de primavera, Vino, primero, pura,
y, en la confusión áurea del instante indolente, vestida de inocencia.
eran un hervir lírico el agua, la galera, Y la amé como un niño.
el sol, los abanicos abiertos del poniente... Luego se fue vistiendo
de no sé qué ropajes.
Seda, hierro, lebreles y trompetas, la corte, Y la fui odiando, sin saberlo.
entre jardines verdes, bajaba a las orillas... Llegó a ser una reina,
En la ciudad, ya en sombra las murallas a norte, fastuosa de tesoros...
soñaban extasiadas las torres amarillas... ¡Qué iracundia de yel y sin sentido!
...Mas se fue desnudando,
En este m u n d o encantador, decadente y yo le sonreía.
y s o n o r o -muy mallarmeano en el r i t m o , la Se quedó con la túnica
musicalidad y la imagen, muy cercano también al de su inocencia antigua.
mundo parnasiano de los primeros poemas de Creí de nuevo en ella.
Mallarmé- tenemos un buen ejemplo del tipo de Y se quitó la túnica,
poesía que Juan Ramón iba a proscribir en su crisis y apareció desnuda toda...
estética de los años diez. Pero la proscrición, que ¡Oh pasión de mi vida, poesía
desnuda, mía para siempre!
formuló de una manera tan general, afectaba, en
realidad, sólo a lo que el poeta fue considerando En la poesía de la segunda época -o época
cada vez más superfluo y menos esencial: el ropaje intermedia- juanramoniana, la palabra se hace
de é p o c a , los t e m a s f r i v o l o s o p u r a m e n t e íntima y directa como una confidencia, adopta el
estetizantes y la tristeza sin sentido. ritmo libre que se pliega al pensamiento y en ella
En realidad, siguió un camino paralelo al que emergen los temas de «la mujer, la poesía y la
había impulsado al joven Mallarmé, en su día, a muerte» que según el poeta son sus temas
abandonar su primera y exitosa poesía parnasiana esenciales. Los e x p l o r ó con m i n u c i o s i d a d
para adentrarse en el terreno de los símbolos que sistemática y con una palabra moderna que es tan
habría de convertirle en el Oscuro. La oscuridad distinta de la alambicada de M a l l a r m é , que
mallarmeana se gestó entre preocupaciones de podríamos decir, que en esto Juan Ramón es el
tipo esotérico y en medio de una iniciación en las anti-Mallarmé, porque revela los temas que aquel
vías del ocultismo que muchas veces aflora en su encubre, pero la afinidad espiritual y psíquica que
obra con un lenguaje de tipo alquímico en el que se hace evidente entre ambos poetas es grande y,
los metales nobles, las piedras preciosas, el fuego, por otra parte, es muy verosímil que el impacto de
los espejos, los jardines, tienen un significado de la Escena de Herodías que leería, si no lo había
115

hecho antes, durante su estancia en Arcachón de correlación, a nivel profundo, entre todas estas
1901 (pues, si fue allí donde profundizó en el figuraciones femeninas y que en ambos poetas sea
conocimiento del poeta como recogen todos sus evidente que a ellas confían su inmortalidad. Es
biógrafos pudo tener entre las manos la primera un asunto en el que resulta imposible profundizar
etüción de las Poésies que es de 1899), fuese para aquí pero del que, para terminar, quiero dar un
él una cantera de temas que se le fueron revelando ejemplo juanramoniano, elegido entre muchos. Se
lentamente luego. trata de un poema de Estío (1916), que dice:
En todo caso, Herodías es el personaje en que
Jardín grato -¡alma míal-
articula Mallarmé el triple tema de la mujer, la
de mi casa de carne;
muerte y la poesía (y sus múltiples subtemas del cual mi casa al jardín
recuerdo, la ensoñación, la magia y el sufrimiento). te siento sin mirarte,
Virgen y esquiva, la princesa soñada por Mallarmé defendiendo mi vida
debe conservarse, como la poesía, alejada de con tu májico oasis.
contactos vulgares y, recluida en su torre rodeada
Sé que en ti siempre están
de jardines, rechaza los perfumes, los adornos y
por si yo los buscase,
«la emoción siniestra». Ella sola es su destino: «Sí,
el ala y el olor,
para mí, por mí, florezco yo, desierta», dice a su la luz, el agua, el aire;
Nodriza cuando ésta se obstina en humanizarla.
Y cuando habla a los jardines que contempla desde Sé que tú me conservas,
su t o r r e , sus palabras son s í m b o l o de la por si quiero encontrarme
-como te he dicho yo
introspección, pues los jardines son parte de su
que yo soy- mi imagen.
alma, de cuyo fondo le viene la luz:
El alma, que es jardín, es también un espejo que
Vosotros lo sabéis, jardines ocultos de amatista guarda fielmente la imagen del poeta formulada
sin fin en los abismos sabios y deslumhrados, por él y que equivale a esa otra imagen que la
ignotos oros que guardáis la luz antigua muerte fija e inmortaliza en diferentes ocasiones
bajo el sombrío sueño de una tierra primera. en Poesía (1917-1923), libro en que es central el
Piedras, vosotras, donde toman mis ojos,
tema de la muerte en relación con la eternidad y la
joyas puras, su melodiosa claridad.
¡Y vosotros, metales, que a mi joven cabello
nada, y en que es enfocado de un modo semejante
dais su esplendor fatal y su gesto masivo! al mallarmeano, pues Juan Ramón le pide a esta
mujer/definitiva la consagración de la proyección
de sí mismo que un artista puede haberse labrado
Si hiciésemos un seguimiento de la evolución
en vida. Es la idea que Mallarmé formuló en el tan
del tema de la mujer en la obra juanramoniana,
justamente célebre Epitafio a Edgar Allan Poe,
e n c o n t r a r í a m o s una línea p r i n c i p a l m u y
recordado, junto con la tumba de Baltimore, en el
consistente asociada a la muerte, a la pureza y a la
poema en prosa juanramoniana Casas de Poe que
imposibilidad de realización de un amor soñado
he citado al principio: «Tel qu'en lui-même enfin
que comienza con las amadas niñas muertas de
l'éternité le change» (o: «Tal como en Él, al fin, la
Rimas (1902) y Arias tristes (1903), continúa con
eternidad lo cambia»).
las ensoñaciones vagas de Jardines lejanos (1904),
se reviste con las ropas del amor profano en Precisamente, dirá Juan Ramón en uno de sus
Laberinto (1913) y de nuevo se sublima en los poemas también de Poesía, invocando a la muerte:
Sonetos espirituales (1917) para bifurcarse en
Diario de un poeta en dos líneas divergentes: la ¡Ven ya del fondo de tu cueva oscura,
desnuda, firme y blanca,
una, reflejo del amor real con quien fue su esposa
y abrázate ya a mi, fin de mi sueño!
(con sus vicisitudes de pasión, desilusión, ira,
¡Rétenme, en nuestro abrazo,
a r r e p e n t i m i e n t o , p l e n i t u d , etc.). La o t r a , la como en una escultura material,
proyección de un anhelo profundo e inextinguible que nada, nunca, altere ni desuna!
de comprensión absoluta y total que se encarna
en una confidente privilegiada llamada unas veces ¡Dame, de pie, el reposo;
dame, el sueño, de pie;
alma, otras muerte y otras poesía.
dame, de pie y en paz, la sola idea,
En cuanto muerte, esta figura se proyecta con
el solo sentimiento,
los rasgos míticos de una diosa-madre a cuyo seno la eterna fe en lo solo,
se vuelve, de una esposa en cuya unión se espera en lo que tanto, y en vano, espero, espero!
encontrar la paz. Ytambién como la tierra en cuyo
interior el poeta ansia hallar la verdad: y de quien El sentimiento de salvación, de victoria sobre
espera lograr la inmortalidad. lo caduco que emana de la obra final de nuestro
Mallarmé no tiene una relación tan cálida con poeta, La estación totaly Dios deseado y deseante,
sus fantasmas proyectados en Herodías. En su plan ha dejado en la sombra la lucha contra la nada
final de esta obra que dejó incompleta, Las bodas contenida en los libros anteriores, que encierran,
de Herodías, prevalece la crueldad aunque la en su riqueza (y con una riqueza que todavía
muerte del hombre ansiado provoque también el paso del tiempo tiene que descubrir en su
la de la princesa y una mística unión de ambos. verdadera magnitud) una lección aprendida, al
Pero ello no impide que pueda advertirse una menos en parte, en Mallarmé.
116
M

Ε. Inman Fox se quejaba en un artículo titulado Todo ello significaba que Azorín no había
«Azorín y el franquismo. Un escritor entre el hecho «méritos suficientes para el r é g i m e n .
silencio y la propaganda» n) de la falta de trabajos No (había sido), por lo tanto, un escritor fascista.
y análisis acerca de su postura política ante la No (había purgado) suficientemente su pasado»
realidad histórica del régimen de Franco y de («El zumo amargo...», p. 95).
estudios en los que se abordaran sus ideas políticas Téngase en cuenta que la m e m o r i a de
(las de Azorín). Tras las quejas, Inman Fox concluye anteriores actitudes no se había borrado del
con aplomo, por lo menos con el aplomo de la todo y que siempre hay gente dispuesta a pasar
persona que parece estar a b s o l u t a m e n t e factura de ideas y las de Azorín, para un régimen
convencida de su rectitud de juicio, con la siguiente como el de Franco, no eran la mejor carta de
frase: «En el fondo, sólo sabemos que acabó presentación.
asociándose con el régimen, hasta el punto de ser E f e c t i v a m e n t e , un f o l l e t o s u y o , el de
convertido en uno de sus escritores más exaltados Anarquistas literarios, todavía de Martínez Ruiz,
y más premiados». finaliza con un brevísimo capítulo, el III, que
Como a Inman Fox le parece incuestionable resume, en verso, el pensamiento que había ido
la «adhesión al régimen» de Azorín, se pregunta e x p o n i e n d o a lo largo de sesenta páginas
por las razones y apunta varias posibles: una precedentes. Allí leemos:
evolución lógica de su pensamiento, el desencanto
por el fracaso de la Segunda República y particu- El salvajismo es necesario cada cuatrocientos
o quinientos años para revivificar el mundo,
larmente la que formula así: «¿fue sencillamente dicen los Goncourt en su Journal. El mundo
uno de los intelectuales a quienes Dionisio Ridruejo muere de civilización. Antes, en Europa,
denominó como "sometidos y condicionados" por cuando los viejos habitantes de una hermosa
el franquismo?» (p. 82), idea esta última que comarca sentíanse debilitados, caían sobre
retoma Inman Fox para reafirmarse en ella en la ellos desde el Norte bárbaros gigantescos
página 108. que vigorizaban la raza. Ahora que ya no
hay salvajes en Europa, son los obreros
En cambio, a mí no me han parecido las cosas
quienes realizan esta obra en una cincuen-
ni tan claras ni tan sencillas como a Inman Fox, tena de años. Llamarase a esto la revolución
por eso, en un artículo que publiqué con el título social 0I .
de «El zumo amargo de Azorín. Pensamiento
político» l2>, argumentaba que el tan traído y llevado ¿Cómo, con estos a n t e c e d e n t e s , con
f a l a n g i s m o - f r a n q u i s m o de Azorín no es tan afirmaciones como la de que el salvajismo es
incuestionable y que de serlo, cosa que en principio necesario para vivificar el mundo, para sacudirlo
no admito, habría que matizarlo mucho en muchos de la modorra burguesa, puede una persona dejar
órdenes. de tener el «colmillo retorcido» a los ojos de un
De hecho, durante los primeros años de régimen dictatorial? Esto no se consigue sólo con
posguerra, 1939 y 1940, se dio orden de que no se protestas de haber cambiado y con unos cuantos
le dejase escribir en los periódicos de España, escritos m o d e r a d o s y otros esporádicos de
p o r q u e , se decía, «Azorín es un tránsfuga» exaltación como cuando concluye su artículo «A
(«El zumo amargo...», p. 92); porque la Dirección los jóvenes» con un: «Jóvenes: ¡En pie y arriba
General de Seguridad tenía «fichado» a Azorín España!».
como «personaje sospechoso»; porque escribía Y, si Azorín no había lavado suficientemente
artículos en los que se veían «claramente las su pasado, Azorín no era en la posguerra un
veleidades críticas al Caudillo y al Régimen» individuo de fiar; no era de los fascistas probados
(«El zumo amargo...», p. 93). y no podía, por consiguiente, escribir a su antojo.
117

γ este asunto nos lleva a replantearnos las c o n t r a r i o al Régimen p o r q u e padeció la


conclusiones de Inman Fox y a apuntar seriamente persecución de la censura, es un error de bulto y
que no está tan claro cuál es el v e r d a d e r o deducir que fue un «tránsfuga» porque la censura
pensamiento político de Azorín y a no hablar de le perdonó en su momento es un error tan grave
falangismo, franquismo y fascismo porque tengo como el anterior. Las espadas quedan, por lo tanto,
la sospecha fundada (que iré razonando) de que, en alto.
de hacerlo así, procederíamos con poco rigor. Esto de la censura, según y cómo, es muy
Por otro lado, la inclusión que de Azorín hace o r o p e l e r o , y c o n s i g u i e n t e m e n t e m u y poco
Inman Fox en el grupo de los «sometidos y riguroso.
condicionados» de los que habla Ridruejo, no me Antonio Beneyto en Censura y política en los
parece v e r o s í m i l p o r q u e se f u n d a m e n t a escritores españoles (5), da una serie de pistas
esencialmente en su relación con la censura y ésta, que me parecen definitivas para entender su
como demostraré, fue una especie de «jaula de funcionamiento. Francisco Candel -uno de los
grillos» y porque la amistad con Ridruejo y Tovar entrevistados por Beneyto- sentencia: «Ha habido
no pudo favorecerle ya que, tanto Ridruejo como mucha supeditación a los vientos que han soplado
Tovar, cayeron en desgracia ya en la temprana en las altas esferas gubernamentales» (6).
fecha del 18 de mayo de 1941. Rafael García Serrano, uno de los escritores
La relación de Azorín con la censura está que, sin duda, por su vinculación al falangismo,
marcada, tal como yo la veo, por cuatro datos o podía escribir, en principio, sin cortapisas, dice:
momentos clave:
Me ha o c u r r i d o dar una i m p o r t a n t e y
1. La depuración de los periodistas por espectacular noticia a un ministro del ramo y
orden de Serrano Suñer, en mayo de 1939, que a continuación de expresarme su gratitud
resultó en la suspensión en el ejercicio de la [...] p r o h i b i r m e d e s p l e g a r en t o r n o al
profesión para muchos y hasta la condena a acontecimiento nada que superase unas
muerte y fusilamiento para otros (Inman Fox, q u i n c e o v e i n t e líneas [...]. Todo m u y
p. 83). pintoresco ">.
2. A pesar del lenguaje exageradamente A l o n s o Z a m o r a Vicente cuenta unas
melifluo en la elegía a José Antonio, aparente-
anécdotas sorprendentes, por ejemplo, que la
mente intencionado para ganarse el favor del
nuevo r é g i m e n , Gabriel Arias S a l g a d o , censura, en una ocasión, le tachó trozos que luego,
vicesecretario de la Falange y Jefe de Prensa, por un descuido del cajista, salieron publicados sin
considerándole a Azorín «tránsfuga», da que pasase nada: «Un verdadero desbarajuste» (81,
órdenes en 1940 para que no se le permita concluye.
publicar en los periódicos (Inman Fox, p. 84). Luis María Ansón cuenta cómo la Dirección
3. A principios de 1941, Azorín recibe por General de Prensa le suspendió la revista Círculo
fin la tarjeta de periodista [...]. También, en el que dirigía, cómo fue multado en varias ocasiones,
marzo de 1941, la censura dio el visto bueno a
cómo tuvo que pasar por los juzgados, etc., y ello
sus dos t o m o s de m e m o r i a s , Valencia y
Madrid, con dedicatorias respectivamente a
sólo por ser escritor católico y monárquico. Pero,
Maximiano García Venero y Antonio Tovar, dos en el polo opuesto, en el caso de Celaya, la censura
falangistas que trabajaban en la censura, actuó con la misma falta de criterios sólidos que
siendo Tovar desde o c t u b r e de 1940 con Ansón. A Celaya le «han tachado lo publicado
subsecretario de Prensa y Propaganda. [...] fuera de España, aunque, hay otros libros más
Y durante abril y mayo de 1941 escribe difíciles que se publicaron aquí, en España, sin
El escritor, novela que dedica a Dionisio inconveniente» (9>.
Ridruejo, entonces Director Nacional de
Por lo tanto, a no ser que nos interesase hacer
Prensa [...]. (Inman Fox, p. 85).
demagogia, el que Azorín haya sido más o menos
4. En agosto de 1943, la Dirección
General de Seguridad ordena que se localicen vetado por la censura no es un indicio serio del
los artículos que publica el escritor Azorín en que se pueda deducir que fuese ni de los de la
ABC'AK La razón de las pesquisas y censura «cascara amarga», ni de los afectos al régimen
contra Azorín se sustenta en que Azorín, al político de Franco. No, el tema es más profundo y
lado de los artículos en ABCen los que ensalza si llegamos a convenirque Azorín devino en «gente
al Caudillo, escribe otros sobre Silverio Lanza, de orden», yo creo que nos acercamos bastante a
personaje subversivo, con los que intenta la realidad. Pero no quiero adelantarme porque
remover al Régimen.
todavía nos queda aclarar algo en relación con la
Si nos guiamos exclusivamente por estos censura y Azorín.
datos, Azorín se movió entre el rechazo y la Cuando Azorín recibió la tarjeta de periodista
aceptación, conquistada esta última aparente- en 1941, al parecer debido a su cambio de actitud,
mente mediante el incienso al Régimen. Pero ya y el «sometimiento» al Régimen quedaba de
hemos d i c h o que la censura actuaba manifiesto por haber dedicado su libro Valencia a
aleatoriamente, que caía sobre «todo bicho Tovar (Subsecretario de Prensa y Propaganda) en
viviente que se les ponía entre ceja y ceja», 1941 y su novela El escritor (escrita durante los
i n d e p e n d i e n t e m e n t e de su p e n s a m i e n t o meses de abril y mayo de 1941 ) a Dionisio Ridruejo
progresista o conservador y de su actitud «facha» (Director Nacional de Prensa), ha de tenerse en
o no facha. Deducir, por lo tanto, que Azorín fue cuenta que tanto Tovar como Ridruejo cesaron en
118

sus cargos en fechas tempranas (BOE, 13 de mayo Efectivamente, lo que define el pensamiento
de 1941 y 17 de mayo de 1941). político de Azorín en la época de la España de
Lo anterior significa que Ridruejo y Tovar Franco es el conservadurismo, la aceptación,
habían caído en desgracia y de personas de forzada o no, de una tradición esencialista y heroica
confianza habían pasado a ser sospechosos a ios de la literatura española y la sobrevaloración de lo
que había que vigilar porque sabían más que otros nacional (literatura, costumbres, hábitos de vida)
y podían hacer más daño. como superior a lo de fuera. Lo de que Azorín
¿Cómo, en estas circunstancias, la dedicatoria publicase en ABC (30/ Xl/1939) una Elegía a José
de sus l i b r o s le iba a servir a Azorín de Antonio en la que relaciona al fundador de la
salvoconducto ideológico? falange con San Felipe Neri y que en el escrito
¿Cómo esta dedicatoria de los libros de Azorín dedicado «A los jóvenes» (11> terminase con las
iba a ser un síntoma del sometimiento al Régimen? reiteradamente citadas palabras que dicen: «"El
Parece más bien que debería ser lo contrario: hombre -ha dicho Nietzsche- es el animal capaz
una nueva fuente de problemas y un nuevo dato de prometer y de cumplir sus promesas". Jóvenes:
que habría que tener en cuenta para vigilar y ¡En pie y arriba España! Todos en pie, tendido el
mantener a raya a Azorín. brazo, abierta la mano, han gritado: ¡Arriba
En suma, Azorín tal vez sea conservador, tal España!»
vez haya colaborado con el régimen, tal vez se Todo esto, con ser c u r i o s o , me parece
alinease ideológicamente con él, pero esto nunca absolutamente irrelevante y hasta banal porque es,
se puede deducir de sus «tira y afloja» con la utilizando una metáfora clásica, una simple gota
censura, ni mucho menos de las dedicatorias de en el océano inmenso. Una sencilla ojeada al
sus libros a Tovar y Ridruejo. Y, aclarado este Semanario de la Falangem\ como la estoy echando,
asunto, podemos pasar, y vamos a hacerlo, a nos lleva a numerosísima, legión de frases como:
discurrir acerca de su postura política e ideológica; «La Falange es ante todo una cultura, una manera
del cambio experimentado en su trayectoria, de de ser y en este camino, no en el otro, la Falange
las razones y del alcance del mismo. salvará a España [...].» («Prólogo»); «¡Jóvenes
En un estudio serio -por lo menos a mí me españoles! Hay que lanzarse a la conquista de
parece serio y solvente- el realizado por José- España y darle personalidad propia y esta la
Carlos Mainer en Historia y crítica de la Literatura conseguiremos en cuanto España tenga unidad de
ll0)
Española aparecen en el capítulo de pensamiento» (p. 1); «Y ahora, el brazo en alto y
introducción a Azorín una serie de juicios muy adelante. ¡Arriba España!» (p. 2); «Que tiemblen los
interesantes sobre la ideología y la actitud política separatistas y los que manejan las malas pistolas!
de Azorín. Vamos a verlos porque de ellos vamos [...] Porque un vuelo en círculo de pañuelos agitados
a extraer por lo menos dos cosas claras: que el y una lluvia de reliquias esperan estremecidos al
pensamiento de Azorín cambió radicalmente de héroe del arte nacional» (p. 2); «¡Ha llegado nuestra
signo a lo largo de su vida y algunas de las razones, hora! ¡La de los romano-germánicos! Hora de la
sentido y límite del cambio: solera mística de Europa» (p. 3).
1. Convencido partidario de Maura, Y así, en este tono y con esta doctrina, páginas
después de Juan de la Cierva, defensor del y páginas. ¿Qué es un «¡Arriba España!», viudo, de
famoso millonario March durante la República, Azorín, comparado con el incesante coro de
adhérente a la rebelión militar de 1936 y al consignas y la exaltación del pensamiento
Régimen que la siguió, Azorín casi caricaturiza falangista? Nada. No es nada. Y si es algo, es una
en su t r a y e c t o r i a política la c o n o c i d a
contradicción generacional que llevó a tantos
muestra azoriniana de tibieza, de miedo, de
del e x t r e m i s m o j u v e n i l a posiciones de adhesión tenue: una música «marica» o con sordina.
inadaptación espiritualista y de confuso En este contexto en el que vamos acotando
descontento (p. 375). el pensamiento y la postura política de Azorín, me
2. Si el c o n f o r m i s m o y la pasividad parece que es sobradamente elocuente una carta
azorinianos pueden ser interpretados con suya a Ramón Gómez de la Serna, fechada en
razón como pura metáfora de sus posiciones Madrid el 15 de septiembre de 1944, que dice, entre
políticas conservadoras... (etc.) (p. 375). otras cosas de interés que no reproducimos para
3. Antes de su brusca conversión al
no alargar nuestro estudio, lo siguiente:
moderantismo político («Azorín reaccionario,
por asco de la greña j a c o b i n a , escribió Recibo pocas visitas, y no contesto más cartas
maliciosamente Antonio Machado»), el joven que las indispensables [...]. Dos cosas me
Martínez Ruiz había merecido de Leopoldo Alas preocupan, entre otras, tal vez más que otras;
y con harto motivo, la cariñosa reconvención el respeto y los adjetivos. El respeto, en cuanto
de «anarquista literario» (pp. 375-376). a la vida social; y el adjetivo en lo referente al
4. Con estos libros [se refiere a Los arte de escribir. El respeto es, para mí, la base,
pueblos y El alma castellana], Azorín se no sólo de urbanidad, sino de la civilización.
despide de Martínez Ruiz y del compartido y Y el adjetivo es esencial en el estilo. ¡No
acezante sueño radical pero apunta, como abuséis del adjetivo! I131
decía, a fines más constructivos: la educación
de la sensibilidad literaria; la alianza de la Evidentemente el respeto no es una virtud
inquietud nacionalista -radical- y las formas destacable del fascismo ni de la «dialéctica«
del pensamiento conservador» (pp. 376-377). falangista «de las pistolas».
119

La policía llegaba con una orden de registro a silencio y la propaganda» <16). Esta relación
la sede de Falange, secuestraba sus archivos y su señalada, la de Azorín con Mussolini, Goebbels,
propaganda, rebuscaba cajones y los armarios en Serrano Suñery la Ley de Prensa y Propaganda es
busca de armas de fuego (pero sólo llegó a demagógica y hay que ir diciéndolo sin tapujos.
encontrar porras de goma, único instrumento de Hay que ir asumiendo y difundiendo un nuevo e
defensa que e m p l e a b a n por entonces los independiente discurso intelectual e incluso no sé
falangistas), suspendía las publicaciones y, si habría que reescribir parte de la historia de la
después de m u c h o s r e q u i l o r i o s , mandaba literatura, por lo menos la historia de la literatura
clausurar el local, con la disculpa de que se estaba que tiene relación con la guerra civil española,
conspirando contra la República. Más de sesenta parto que engendró tantos monstruos. Hay voces
camaradas que se juntaban allí, para entretener recientes que reclaman una nueva forma y un
su hastío, jugando con sus novias al parchís o a nuevo discurso intelectual independiente, como
las prendas, ingresaron en la cárcel, bajo la la de Eduardo Subirats, que llega tan lejos que
acusación de reunión i l e g a l . [...] En Cuatro afirma que
Caminos, todas las semanas caía algún afiliado, la vida intelectual en España tiene un futuro
en tiroteos con las j u v e n t u d e s socialistas y magro en las instituciones públicas, o bien
comunistas [...]. Perseguido por las balas adversas, sumidas al poder obsceno de ignorantes elites
ninguneado en la prensa (que se refería a él con el (como el caso de nuestras universidades), o
mote de «Juan Simón el Enterrador»), abandonado bien sometidas al poder inquisitorial de
verdaderas mafias políticas (la prohibición
de sus financiadores, José Antonio se reunía con
de d e t e r m i n a d o s a u t o r e s y obras en
sus incondicionales (cada vez menos) en los determinados medios de información como
cementerios de Madrid [...], como sacerdotisos de una de las tácticas disuasorias normales para
una liturgia fúnebre, o un aquelarre inofensivo. m ) . conservar el silencio intelectual en medio del
¿Casa esta l i t u r g i a m e d i o de armas y r u i d o m e d i á t i c o que d i s t i n g u e n u e s t r o
clandestinidad y medio de violencia de club presente). Y eso quiere decir: ha llegado la
hora de asumir de manera independiente un
marginal con la virtud más querida por Azorín, la
discurso intelectual sobre la vida española y
del respeto, como dice Ramón Gómez de la Serna? sobre los destinos culturales que le esperan
La respuesta, que es a la vez conclusión, es tan bajo el imperativo de una burocracia política
obvia que nos la ahorramos. Y cuestión zanjada. incapaz de formular una perspectiva cultural
Otro asunto es que Azorín viviese la guerra transparente. I17)
como un enorme drama y que se pueda hablar por
ello de un antes y un después en el pensamiento y Por aquí van las cosas y en este contexto es como
en la actitud de Azorín. Pero esto no es nada entendemos a Azorín y como enfocamos en este
extraño ni insólito. Paulino Masip decía en Diario artículo lo de las «esencias inmutables». Y esto
de Hamlet García: quiere decir también que no habrá discurso
intelectual independiente en España mientras
Aquí está la razón de mi silencio. Estoy enfoques y análisis como los que hemos visto sobre
pariendo. Todos estamos pariendo. La guerra Azorín sean materia de fe, herencia necesariamente
es un parto gigantesco de un útero múltiple y asumible por los estudiosos de la Literatura.
monstruoso. Todos parimos por él y con él.
Madrid es la alcoba de una parturienta. [...] Téngase f i n a l m e n t e en c u e n t a que El
El 18 de julio a España se le rompió la bolsa Caballero Audaz (18) hubiera propalado a los cuatro
de las aguas. Sí, esto fue, esto es lo que vientos, si Azorín hubiera sido de los suyos
sucedió. Y comenzó el parto con sus estertores (fascista) que era un colega, un correligionario.
y su marcha bestial hacia atrás, y sus Y El Caballero Audaz no dice tal cosa, pero sí cuenta
alucinaciones y sus dolores y su quedarnos que don Juan de la Cierva le nombró (a Azorín)
ateridos de estupor y sus cruentos azares y
subsecretario de Instrucción Pública y que jamás
sus mugidos [...] " 5I .
existió en la administración pública un personaje
Tras la guerra, (el parto, que dice Paulino tan singular, que se pasaba las horas en su
Masip), Azorín se encontró desasistido, falto de despacho absorto en sus pensamientos, que
asideros de todo orden, menesteroso, con pocos en una ocasión tenía que salir en apoyo de su
recursos económicos y con miedo, no sé si mucho ministro y cuando se lo pidieron echó un vistazo
o poco miedo al futuro, pero con miedo. ¿Tiene, al expediente que le habían presentado con
por lo tanto, algo de extraño el que, además de la reclamación formulada y dijo que desconocía el
refugiarse en su pensamiento conservador, lo asunto, pero que no tenía razón el ministro.
acrecentase? Y concluye El Caballero Audaz:
Hay más. Azorín fue un e s c r i t o r de la Aquel era el verdadero Azorín, el artista
generación de 1898, primero anarquista, después depurado que no sabía nada, que no quería
conservador y tras la guerra, tal vez, además de saber nada de las intrigas y cacicatos políticos,
porque le importaban y le siguen importando
conservador, celoso guardián de las esencias
mucho más las verdades eternas del arte y de
inmutables. Pero esto no nos legitima para que se la ciencia encerradas entre las viejas páginas
le relacione, indirectamente, pero se le relacione de un libro. Cuando Azorín escribe de política,
con Mussolini y Goebbels, como hace Inman Fox m u c h o s españoles que le a d m i r a n se
en «Azorín y el franquismo. Un escritor entre el desazonan {191.
120

Obsérvese que El Caballero Audaz no duda ni salutación jubilosa por haber llegado al redil, a la
un momento: a Azorín ni le ha importado, ni le Santa Cruzada de la causa Nacional, a la Falange o
importa, ni sabe, ni ha sabido de política. Y, lo mismo al fascismo. Y no se puede dar este gusto.
que ha hecho con otros personajes a los que Por aquí van las cosas. De anarquista literario
entrevista, al Caballero Audaz le hubiese gustado pasó (salto brusco) al «moderantismo político». Lo
mucho concluir su interviú a Azorín con una otro es torcer el asunto.

EL CABALLERO AUDAZ

( C o n f e s i o n e s d e l Mfclo)
* · 2.· SERIE —

NOTAS
1. E. Inman Fox: «Azorín y el franquismo. Un escritor entre el silencio y la propaganda», Anales Azorínianos-4, Fundación
Cultural CAM, 1993, p. 81.
2. José María Fernández: «El zumo amargo de Azorín. Pensamiento político», Ana/es Azorinianos-5, Fundación Cultural
CAM, 1996.
3. Azorín: Anarquistas literarios, Madrid, Librería de Fernando Fe, 1895, p. 70.
4. «Los informes reservados de la Dictadura sobre intelectuales y artistas», Tiempo, 17 de enero de 1994, p. 45.
5. Antonio Beneyto: Censura y política en los escritores españoles, Barcelona, Plaza y Janes, 1977.
6. Ib., p. 39.
7. Ib., p. 94.
8. Ib., p. 150.
9. Ib., p. 230.
10. José-Carlos Mainer: Historia y crítica de la Literatura Española, 6. Coordinada por Francisco Rico, Barcelona, Crítica, 1979.
11. Azorín: Obras Completas. Edición de Ángel Cruz Rueda, Madrid, Aguilar, 1962, t. VI, p. 384.
12. Semanario de la Falange, (Edición facsimilar), Madrid, Editora Nacional, MCMXLIII.
13. Ramón Gómez de la Serna: Azorín, Buenos Aires, Losada, 1957, p. 228.
14. Juan Manuel de Prada: Las máscaras del héroe, Madrid, Valdemar, 1996, pp. 502-503.
15. Paulino Masip: Diario de Hamlet García, Barcelona, Anthropos, 1987, p. 330.
16. Inman Fox: «Azorín y el franquismo. Un escritor entre el silencio y la propaganda», Anales Azorínianos-4, Fundación
Cultural CAM, 1993, p. 87.
17. Eduardo Subirais: «¿Hacia un final sin salida?», El Mundo, 23 de noviembre de 1996.
18. El Caballero Audaz, después de la guerra, fue un señero defensor de la Causa Nacional, del Caudillo, de las virtudes de la
Falange y del Fascio. Escribió en La Esfera unas entrevistas a personajes famosos y después en Galería, en la posguerra, las
publicó de nuevo con un apéndice o añadido en el que explicaba la evolución de cada personaje desde la primera fecha de
publicación hasta la reciente y aprovechaba la ocasión frecuentemente para verter juicios morales, sobre la ideología del
personaje, etc.
19. El Caballero Audaz: Galería, Madrid, Ediciones Caballero Audaz, 1943, p. 438.
121

ELEMENTOS ARQUETIPICOS Y MÍTICOS EN LA OBRA


DE PEDRO SALINAS

María Ángeles Caamaño

La obra poética de Pedro Salinas es como la la percepción del cosmos. Y, en efecto, el análisis
recta trayectoria de una flecha. Así, los títulos de de estos elementos, la observación de su presencia
sus textos ordenados cronológicamente dan fe del o de su ausencia en mayor o menor grado,
recorrido de la experiencia humana y poética del su a m b i v a l e n c i a i n t r í n s e c a , sus d i f e r e n t e s
escritor. Como la cuerda tensa de un arco, fuerza y caracterizaciones c o m p l e m e n t a r i a s permiten
energía dispuesta a impulsar la aguda flecha, esbozar, en gran medida, las grandes pautas o
Presagios, el primer libro de poemas, contiene ya directrices que dinamizan el universo poético
el anuncio de los temas y de las imágenes que el propio del escritor.
poeta desarrollará en su obra futura. Y a Presagios La obra de Pedro Salinas contiene escasas
le sigue Seguro azar γ Fábula y signo. Presagios alusiones al fuego y este elemento se presenta
pues que no son pura deriva, mera fluctuación además como algo sumamente ambivalente.
desorientada, presagios que corren certeros a su El imaginario saliniano configura así, por un lado,
destino de la mano de un azar seguro, presagios una imagen negativa del fuego estrechamente
que la voz poética elevará a fábulas y signos. Y, en asociada a la destrucción. Es quizás en un singular
el centro de la trayectoria saliniana, una trilogía poema titulado Radiador y fogata donde aparece
cumbre: La voz a ti debida, Razón de amory Largo más claramente la negatividad del fuego. El fuego,
lamento. Meditación sobre el amor, el amor entre «salvaje y desmelenado» (F.S., p. 181), es también
la esperanza y la ruptura, entre la ruptura y una contorsión, gemido, tormento de las formas, danza
esperanza nueva. A partir de ahí, la poesía de macabra, anuncio de cenizas y de muerte, negación
Salinas podría definirse como una conquista de toda esperanza. Es un elemento hostil, huidizo
de la luz: El contemplado, Todo más claro y por porque no puede ser conocido a través del tacto.
último Confianza, libro postumo, como una flecha Lo único que puede ser tocado es su reflejo que,
clavada ya en el centro exacto de su objetivo, de paradójicamente, no propaga más que frío.
su destino. Oponiéndose a la agresividad del fuego, el poeta
Desde el primer hasta el último texto, la obra considera el agua. Por el radiador sube «el calor
poética de Pedro Salinas dibuja así un largo sigiloso» (F.S., p. 181) del agua guiada por las
recorrido que se inicia entre voces de «presagios» f o r m a s v e r t i c a l e s de una « g e o m e t r í a / sin
para culminar con el canto a una «confianza» sabia angustias» (ES., p. 181). Calor líquido del radiador,
tangible, esta vez, silencioso: el calor reconfortante,
y tenazmente conquistada.
íntimo, profundamente benéfico lo aporta aquí el
Y paralelamente a la creación poética de
agua, no el fuego.
Salinas, su producción narrativa, teatral, eco de la
voz, de los acentos, de los temas que refleja su En otro poema titulado La llama, el fuego
universo poético n l . aparece de nuevo c o m o un e l e m e n t o de
destrucción y muerte. Así la llama advierte a una
SALINAS Y LOS CUATRO ELEMENTOS ARQUETIPICOS ingenua mariposa que no se acerque a ella: «¿No
me sientes, que te aviso?/No, no te quiero matar.»
Bachelard d e f i n e los cuatro e l e m e n t o s
(C, p. 832).
fundadores del cosmos (aire, agua, tierra y fuego)
como las hormonas de la imaginación. En L'air et Junto a este fuego que devora, consume y
les songes, dice de ellos: quema, existe en el universo saliniano un fuego
más atroz aún si cabe, en la medida en que ha sido
Ils mettent en action des groupes d'images. creado por la mente y las manos del hombre: el
Ils aident à l'assimilation i n t i m e du réel fuego destructor bajo la forma de detonación o
dispersée dans ses f o r m e s . Par eux explosión. Es sobradamente conocida la posición
s'effectuent les grandes synthèses qui donnent
de Salinas frente al problema de la violencia y
des caractères un peu réguliers à l'imaginaire. ,2 '
frente a la utilización de los avances de la ciencia
La escritura de Pedro Salinas dibuja unas para fines bélicos. Sus ensayos dan cumplido
determinadas estructuras simbólicas y míticas en t e s t i m o n i o de su preocupación por el t e m a .
las que aparecen con singular relevancia los Su creación literaria t a m b i é n . R e c o r d e m o s
elementos arquetípicos, esa materia primordial y simplemente, a título de ejemplo, la obra teatral
altamente simbólica cuya sustancia y amalgama titulada Caín o una gloria científica^ su narración
se encuentra en el origen de la organización y de La bomba increíble.
722

Y aún aparece en la obra poética de Pedro Bachelard define la imaginación aérea a partir
Salinas otro tipo de fuego, más amable esta vez, de una serie de características generales. Se trata,
más inofensivo. Fuego luminoso, multicolor, fuego sobre todo de una configuración de imágenes
j u e g o , espectáculo: el fuego de artificio que dinámicas proyectadas hacia una conquista de la
curiosamente participa también de connotaciones altura, de la verticalidad, de la transcendencia. Para
negativas. Un castillo de fuegos en la noche serena este tipo de imaginación, la ascensión equivale a
de agosto: «Lleva el vicio / en sí de toda criatura la negación del abismo y del caos. En el aire, por
humana: /vicio de no durar.» {R, p. 77). Fugaz, vano, el aire, el universo encuentra su orden y armonía.
ilusión efímera de claridad, el fuego artificial parece En el aire todo el cosmos reconoce su equilibrio.
velar la verdadera luz de la noche, aquella que Así, el dinamismo ascensional es antes que
perdura. Sólo una imagen ascensional salva nada una experiencia de liberación, de ligereza, de
el fuego de artificio de su total inanidad. Así el levedad psíquica e incluso física del ser. La
poeta concluye diciendo: «Y del vano cohete imaginación aérea aspira a liberarse del peso de
sólo aprende / a ir preparando tu divino salto.» la materia, de la atracción inexorable de la tierra y
(R, p. 77). de la oscuridad. El dinamismo ascensional es por
Son precisamente las imágenes ascensionales ello una conquista de la luz, de la movilidad,
las que dan al fuego saliniano su valoración conquista de un universo puro, diáfano, etéreo,
positiva. La primera imagen del fuego que aparece conquista finalmente de la transcendencia.
en la poesía de Salinas viene dada en Presagios La imaginación dinámica, desde su capacidad
por un poema en el que el alma del poeta es inmensa de esperanza, crea proyectándose hacia
asociada a una columna de fuego, «lumbre de un destino «alto». Las palabras de Bachelard que
vida». (R, p. 70). El fuego es aquí verticalidad. citamos a continuación describen con singular
La columna asciende día a día alimentada por la exactitud la trayectoria literaria y el universo
vida y por el amor del poeta: «Y ella va subiendo poético de Pedro Salinas:
siempre / de tierra a cielo.» (P, p. 70). Pero el L'imagination dynamique est soumise à une
destino de este fuego-vida es apagarse. El poema finalité d'une prodigieuse puissance. La flèche
se cierra así con la imagen de un humo y de una humaine vit non seulement son élan, elle vit
ceniza lentamente dispersados, confiados al aire, son but. Elle vit son ciel. En prenant conscience
«ascendidos», casi se diría «transcendidos» por de sa force ascensionnelle, l'être humain
un «viento nuevo», como si el fin aludiese a un prend conscience de tout son destin. Plus
exactement, il sait q u ' i l est une matière
comienzo:
d'espérance, une substance espérante. Il
Un día semble que, dans ces images, l'espérance
tu fuego se apagará atteigne le maximum de précision. Elle est un
con el mío; destin droit. (5)
en la dulzura del alba, La valorización de la verticalidad aparece ya
el humo se irá fundiendo y morirá la ceniza
en el primer poema de Presagios: verticalidad de
en brazos de un viento nuevo. (P., p. 71).
la figura humana, verticalidad de sus aspiraciones,
Como todo elemento arquetípico profun- de sus obras, de su destino: principio ascensional
d a m e n t e s o ñ a d o , las i m á g e n e s del f u e g o que la obra de Salinas nunca desmentirá. Así todos
configuradas por el imaginario de Pedro Salinas los grandes temas de su creación literaria están
son ambivalentes. Bien es cierto que predomina sólidamente entroncados con las imágenes y con
una imagen del fuego estrechamente asociada a el simbolismo del aire.
la agresividad, a la destrucción, a la violencia, a la «Aéreos» son el amory la amada. Verticalidad,
h o s t i l i d a d . Pero el fuego adquiere decidida- ascensión, altura. En La vozatidebida, el poeta dice
mente connotaciones positivas de vida y de a la amada: «Ponte en pie, afirma la recta/vol untad
transcendencia cuando a él se unen las imágenes simple de ser/pura virgen vertical /[...] /Tu tarea/
de la verticalidad (3). Y es que el imaginario de es llevar tu vida en alto.» (V.D., p. 261). Y aparece
Salinas está dominado principalmente por el también la ligereza, la levedad asociada a este
e l e m e n t o aire y por el e l e m e n t o agua que dinamismo ascensional: «Y entonces viniste tú [...l
estudiaremos más tarde. ligera.» {V.D., p. 234). La amada es también «alta»,
Bachelard define así el principio fundamental alta sin atender a su estatura física: «Cuando te digo:
de la imaginación ascensional, de la imaginación "alta", / no pienso en proporciones, en medidas: /
aérea: incomparablementetelodigo.» ( R A , p. 380).
Y lo mejor de la amada y del amor se
De toutes les métaphores, les métaphores de
la hauteur, de l'élévation, de la profondeur, de
encuentran también relacionados con el elemento
l'abaissement, de la chute sont par excellence aire, con la verticalidad:
des métaphores axiomatiques. Rien ne les Es que quiero sacar
explique et elles expliquent tout [...] Quand de ti tu mejor tú
nous aurons mieux compris l'importance (...]
d'une physique de la poésie et d'une physique Y cogerlo
de la m o r a l e , nous t o u c h e r o n s à cette y tenerlo yo en alto como tiene
c o n v i c t i o n : t o u t e v a l o r i s a t i o n est une el árbol la luz última
verticalisation.<4> que le ha encontrado al sol.
123

Y entonces tú Y ese extraordinario encadenamiento de oxímoros


en su busca vendrás, a lo alto. al final de Razón de amor: «Sumergiéndonos, /
Para llegar a él, suicidas alegres hacia arriba, / en el final acierto /
subida sobre ti, como te quiero
de nuestra creación, que es nuestra muerte.» (R.A.,
[...]
p. 443). Y aún otros versos muy representativos
en tensión todo el cuerpo, ya ascendido
de ti a ti misma. (V.D., p. 285). de este dinamismo: «Se anda a tu lado / [...] /
hundiéndose / hacia arriba / con un gran peso de
Porque el aire es el elemento por excelencia donde alas.» (V.D.,<p. 269).
el ser alcanza su plenitud. Existen asimismo en la poesía de Salinas
La i m a g i n a c i ó n d i n á m i c a , c o m o hemos motivos muy concretos directamente relacionados
apuntado antes, es asimismo una conquista de la con el dinamismo ascensional: la voz y el beso,
libertad. Lejos de la tierra, del triste peso de la por ejemplo.
materia que encadena, lejos de esa finitud y En el poema Vocación, Salinas describe el
limitación que Salinas suele asociar al elemento itinerario que le conduce al descubrimiento de su
tierra, los amantes gozan de una liberación total: voz poética: «Silencio ha sido tu primer manera /
Viven en la alegría fabulosa de entrar en mí», dice (T.C., p. 711). El silencio es
de saber que la tierra ya no vuelve, asociado aquí a la horizontalidad: «Gran escenario,
que ya no marcharán. Están al aire; horizontal silencio.» (T.C., p. 711). Y luego «unos
el aire, el sol les dan triunfales signos labios se abren» {T.C., p. 711). Y nace la voz, una
de libertad. (R.A., pp. 441-442). voz que desgrana palabras durante tiempo y
Elevación, ligereza, libertad, tales son los tiempo. La voz no es todavía «vocación». Hay que
valores de una expresión poética dominada por el esperar a que se c o n v i e r t a en canto para
elemento aire. Pero hay más. Como bien señala que irrumpa la voz poética. El trayecto que se
Bachelard en L'air et les songes, el dinamismo dibuja desde el silencio y la voz hasta el canto,
ascensional a p u n t a a una c o n q u i s t a de la revelación de la vocación, responde al dinamismo
profundidad. Es entonces paradójicamente, y a ascensional. Así el poeta escribe: «Pero bien se
través de un espléndido oxímoron, cuando en lo sentía/que todo era subirme poco a poco,/por tu
más alto se encuentra lo más profundo: voz, a su más: que es este cántico.» (T.C., p. 712).
Otro poema de Largo lamento recoge el
On peut trouver chez les grands rêveurs de la mismo tema. «De entre todas las cosas verticales»,
verticalité des images plus exceptionnelles el poeta escoge la voz para presentársela a su
encore où l'être apparaît comme déployé à la amada como objeto de recuerdo:
fois dans le destin de la hauteur et dans celui
de la profondeur [...]. L'imagination dynamique Lo que te recuerdo
unit les pôles. Elle nous fait comprendre qu'en son dos voces. Dos voces, una noche,
nous quelque chose s'élève quand quelque de dos seres tendidos
action s'approfondit - et inversement quelque allí, en la misma cama.
chose s'approfondit quand quelque chose Y hablaron, y sus cuerpos,
s'élève.lel los derribados troncos
de donde ellas nacían,
La verticalidad como dinamismo que conduce seguían boca arriba, separados,
a la revelación de la profundidad se expresa en la sin volverse uno a otro,
obra de Salinas en un sinnúmero de oxímorones, para no alterar la vertical pureza
figura retórica que caracteriza singularmente el de su paralelismo por el aire. (L.L., p. 496).
universo del escritor. Y es justamente en los
momentos en los que la poesía expresa los estados Este poema recuerda a otro de La voz a ti debida
de plenitud amorosa cuando aparece con especial en el que aparece explícitamente la horizontalidad:
insistencia la relación dinámica de la verticalidad «Horizontal, sí, te quiero. / Mírale la cara al cielo /
y de la profundidad a través de esta complemen- de cara.» (V.D., p. 271). Desde la quietud de la
horizontalidad, todo aspira a la verticalidad:
tariedad de los opuestos. En Seguro azar, el poeta
mirada, voz, canto y beso, beso que es también
escribe:
ascensión: «Tú besas hacia arriba / librando algo
Qué exactitud repentina de mí / que aún estaba sujeto / en los fondos
rompiendo al mundo la entraña, oscuros». (V.D., p. 291).
y el fondo del mundo arriba,
Dice Bachelard que todo elemento material
donde él [el grito] llega, fugacísimo. (S.A., p. 127).
en torno al cual gravita un imaginario determinado
Pero es sin duda en La voz a ti debida y en Razón es forzosamente ambivalente. Para Pedro Salinas,
de amor donde estas imágenes aparecen con el aire está tan cargado de connotaciones positivas
especial frecuencia. Citaremos sólo algunos que es difícil encontrar en sus textos imágenes
ejemplos más significativos. En La voz a ti debida, de una verticalidad negativa. Los ejemplos son
el poeta dirige a la amada los versos siguientes escasos pero se dan. Así, en La voz a ti debida, el
donde se amalgaman los elementos aire y agua: alba, la irrupción de la luz en el mundo marca la
«Déjate bien flotar/ sobre el mar o la hierba / [...] / separación de los amantes. La luz, vertical, se
Te sentirás hundir /despacio, hacia lo alto, / e n la convierte entonces en una especie de fatalidad
vida del aire». (V.D., p. 277). cíclica que interrumpe el sueño con la amada:
124

Te abrazo por vez última: imagen de muerte. Bien al contrario. Se trata de


eso es abrir los ojos. Ya está. Las verticales un agua viva porque está permanentemente en
entran a trabajar, movimiento, agua-vida invariablemente asociada
sin un desmayo, en reglas a la consecución de un destino feliz, a la realización
[...]
del deseo. En Largo lamento, el poeta repite: «Ya
El mundo
va a funcionar hoy bien: no hay quien nos separe /[...] / Vivimos / como la
me ha matado ya el sueño. (V.O., pp. 265-266). gota de agua / en el caudal del río, / rumbo a la
En otro poema de Largo lamento, la verticalidad confluencia». (L.L., p. 552).
es asociada a la soledad: «La verticalidad que más En una obra de teatro titulada La fuente del
nos duele, / la de estar solos, solos, solos, solos.» Arcángel aparece la m i s m a i m a g e n . En una
(L.L, p. 495). recoleta plaza de un pueblo andaluz, se encuentra
Paralela y c o m p l e m e n t a r i a m e n t e a las una fuente dominada por la soberbia estatua del
imágenes del aire, el imaginario de Pedro Salinas Arcángel San Miguel blandiendo una espada. A lo
se centra en el elemento agua. largo del texto se descubre que la estatua originaria
El agua valorizada por Salinas es siempre un no representa al Arcángel sino a Cupido. Junto a
elemento puro, cristalino, transparente. Es un agua la fuente, los enamorados se reúnen en las claras
que f l u y e sin cesar y es t a m b i é n espejo, noches de luna. El agua fluye sin cesar a su lado,
reduplicación de la realidad, como analizaremos agua, deseo, agua promesa de destinos por
más tarde. El agua saliniana representa el elemento cumplirse. Tampoco es de extrañar que el pueblo
mágico que transforma el ansia y la duda en atribuya al agua de esta fuente, imagen de vida,
plenitud conquistada. El agua es un espacio donde milagrosos poderes curativos.
«todo se aclara», donde toda dualidad, toda Precisamente porque el agua clara y en
separación dolorosa es negada. El agua es el m o v i m i e n t o es asociada a la vida y a la
elemento arquetípico donde puede leerse una consecución de un destino feliz, nadie debe intentar
verdad que otros elementos niegan. El agua es así detener su curso. Así el poeta escribe:
el elemento material de la revelación. Una lámina triste de agua inmóvil
En un extraordinario poema de Razón de me lo dijo:
amor, Salinas sintetiza todas las características que el daño que hace el hombre al agua,
hacen del agua el elemento mágico por excelencia. orgía de sí misma, bailarina de oficio,
es pararla. (L.L., p. 472).
Agua donde el deseo se convierte en promesa de
realidad: «Mundo de lo prometido, / agua. / Todo Pero el agua es también, para el imaginario
es posible en el agua.» [R.A., p. 387); agua, de Pedro Salinas, el fabuloso mundo del reflejo.
elemento donde se muestra una verdad revelada: No es pues de extrañar que el agua-espejo o el
Apoyado en la baranda, espejo s i m p l e m e n t e aparezca con singular
el mundo que está detrás frecuencia a lo largo de toda su creación literaria.
en el agua se me aclara, En L'eau et les rêves, Gaston Bachelard dedica
y lo busco unas páginas bellísimas al mito de Narciso.
en el agua, con los ojos, Efectivamente, el tema del reflejo de la imagen
con el alma, por el agua. (R.A., p. 387); está asociado en Salinas a la búsqueda de la
agua, elemento de la unión: identidad de la amada, de la identidad del poeta y
Los vastos fondos del tiempo, se encuentra además relacionada con cierta
de las distancias, se alisan concepción del Cosmos. Bachelard escribe:
y se olvidan en su drama: Devant les eaux, Narcisse a la révélation de
separar. son identité et de sa dualité, la révélation de
Todo se junta y se aplana. (R.A., pp. 387-388); ses doubles puissances viriles et féminines,
la révélation surtout de sa réalité et de son
agua, espacio donde se refleja la imagen del deseo:
idéalité. "'
Y el que tiene amor remoto
El reflejo de Narciso en el agua tiende a
mira el agua, a su alcance,
imagen, voz, fabulosas ampliarse fabulosamente. Con Narciso, en el agua
presencias de lo que ama. (R.A., p. 388): y por el agua, todo el cosmos se convierte en un
reflejo inmenso. Es así como «près du ruisseau,
agua, imagen del destino: dans ses reflets , le monde tend à la beauté.» m
De recta que va, de alegre, Y es que el doble reflejado parece ser más real y
el agua hacia su destino, verdadero que el objeto mismo, la imagen parece
el terror de lo futuro captar mejor la esencia de misterios escondidos.
en su ejemplo se desarma: Y sigue diciendo Bachelard:
si ella llega, llegaremos,
ella, nosotros, los dos, II semble que le reflet soit plus réel parce qu'il
al gran término del ansia. (R.A., p. 388). est plus pur. Comme la vie est un rêve dans
un rêve, l'univers est un reflet dans un reflet
Curiosamente en Salinas y, contrariamente [...]. L'image reflétée est donc soumise à une
a una larga tradición filosófica y literaria, el idéalisation systématique: le mirage corrige le
movimiento, el fluir del agua no son nunca una réel, il en fait tomber les bavures, les
imagen angustiosa de un destino trágico, una misères.öl
125

La magia del reflejo revela pues identidades El agua participa además en el imaginario
que para Salinas son esencias. saliniano de un narcisismo cósmico. El agua parece
Y existe t a m b i é n así un agua negativa, absorber en ella toda la naturaleza, fundirla en sus
raramente presente en la obra de Salinas, que es reflejos. Es precisamente este narcisismo cósmico
precisamente el agua oscura, triste, el agua que el que marca a menudo la unión de los elementos
no refleja: preferidos por la imaginación de Salinas, el aire y
La lámina del lago, el agua. Citemos unos versos reveladores: «Ya se
negándome mi estampa, ha cerrado un anillo: / hay algo que se completa /
me dejó abandonado [...]. / El cielo se vuelve al mar / y el mar al cielo
a ese cuerpo hipotético, regresa». (C, p. 825). Yen Largo lamento, el poeta
sin la gran fe de vida escribe:
que da el agua serena
al que no está seguro de si vive y la mira. (L.L., p. 458). En lo hondo de un lago lo que hay siempre
es la copia de un ángel o de un dios,
Y aparecen también excepcionalmente falsos
la figura de un ser que allí se mira,
espejos en el universo saliniano. Falsos espejos desde su verdadero ser celeste. (L.L., p. 53 V.
que son falsas identidades como un personaje de
la obra de teatro titulada El director que no se Como dice Bachelard: «Le ciel donne à l'eau le sens
reconoce en un espejo porque finge. En Largo de la plus lointaine patrie, d'une patrie céleste» (11).
lamento, Salinas escribe: El elemento tierra, comparado con el aire y
Las cosas tristes se aprenden con el agua, aparece con escasa frecuencia en la
en esos espejos fáciles obra de Pedro Salinas. Pero, como todo elemento
fingidores de verdad. profundamente soñado, la tierra y la materia se
No, tu alma no es así. (L.L., p. 558). configuran en el imaginario saliniano como algo
Y en otro poema de Seguro azar, una sola vez y extraordinariamente ambivalente.
sin crear p r e c e d e n t e s , el poeta prefiere Para un imaginario dominado por el aire y por
decididamente la transparencia del cristal a la el agua, la tierra representa el espacio limitado y
duplicación de la imagen de la amada reflejada en tosco sometido a la inexorable ley del peso y de la
el espejo: «Para el cristal te quiero, / nítida y clara opacidad. Es la materia densa y hostil que frena el
eres/[...]/Cristal. ¡Espejo, nunca!» (S.A., p. 159). vuelo, impide la ascensión, la aspiración a la
Son éstas las escasas excepciones a una constante verticalidad: «¡Qué caminos tan cerrados/cuando
del i m a g i n a r i o s a l i n i a n o d o m i n a d o por la buscamos caminos/sobre la faz de la tierra!» (L.L.,
fascinación del espejo y del reflejo en el agua. p. 555). Cuando el poeta alcanza la plenitud de la
dicha amorosa, niega la tierra: «Ya no vivimos en
Y es que, en efecto, la imagen reflejada lleva
la tierra, no.» (L.L., p. 552). Y, cuando el amor
para Salinas la impronta de una verdad revelada.
termina, vuelve, como el hombre, a la tierra: «Sólo
En Presagios aparece ya la figura de una amada
muere/un amor que ha dejado de soñarse/hecho
caracterizada por su inaccesibilidad, una amada
materia y que se busca en la tierra.» (L.L., p. 603).
que cambia, se escapa, se disimula entre vaivenes,
La tierra se carga además de las connotaciones
risas, palabras, apariencias. El tema de la dualidad
negativas de la opacidad y del estatismo. Para un
o de la duplicidad de la amada se amplía en La voz
imaginario que valora tan altamente el agua
a ti debida y en Razón de amor. Frente a la voz de por su transparencia, por sus reflejos y por su
un poeta ansioso de unidad y de transparencia, se movimiento: «Todo lo niega la tierra, / pero todo
alza permanentemente la imagen de una figura se me da / en el agua.» (R.A., p. 389). La tierra es
femenina doble, doble en su personalidad, doble además desesperadamente lenta e insoporta-
en su deseo: «Se te está viendo la otra. / Se parece blemente regular y monótona en el cumplimiento
a ti.» (V.D., p. 299) o «¡Cuánto tiempo fuiste dos! / de los ciclos vitales que genera. El ritmo de la tierra
Querías y no querías.» (R.A., p. 363). ignora el ritmo del amor:
Siempre, más allá de la contingencia, más allá
de la apariencia, el poeta busca una esencia La tierra tarda, tarda
escondida, la revelación última del ser. El reflejo en hacer su alegría,
parece entonces actuar como un filtro. Así, Salinas sus árboles, su flor
escribe ya en Presagios: « ¡Cuánto rato te he mirado / [...]
sin mirarte a ti, en la imagen / exacta e inaccesible Pero las almas tienen
un don de primavera,
que te traiciona el espejo.» (R, p. 60). Y hacia el final
poder de dioses. (L.L., p. 559).
de La voz a ti debida, cuando los amantes se han
separado, ya el poeta formula la siguiente paradoja: Contrariamente al aire y al agua, la tierra es
«Distancíamela, espejo /[...] / Entrégame tú de ella / espacio de muerte. Añorando el mar de Puerto
lo que no me dio nunca. /Aunque así/- ¡qué verdad Rico, Salinas escribe: «Lindes de tierra por los
revelada-I /aunque así me la quites». ( V.D., p. 302). cuatro lados,/cuna del esqueleto.» ( E C , p. 648).
Y el agua, elemento del reflejo por excelencia, Y sin embargo, el imaginario de Salinas,
cumple la misma función. Citemos únicamente negando y transformando un elemento hosco,
unos versos de un poema titulado Otra tú: «No te lento, opaco, lo redime en ciertas ocasiones. En
veo la mirada / si te miro aquí a mi lado. / Si miro los momentos de plenitud amorosa, la materia se
«I agua la veo.» (S.A., p. 109)(10). libera de su gravedad, de su peso, para adquirir la
126

levedad del vuelo: «La materia no pesa. / Ni tu La tierra, materia hosca, «pobre arcilla»
cuerpo ni el mío, juntos, / se sienten nunca / convertida en círculo, en copa (recordemos que
servidumbre, sí alas.» (V.D., p. 291). Y cuando los éstos son d o s . d e los s í m b o l o s de Régimen
amantes ya se han separado, loque pertenece a la Nocturno del imaginario descritos por Gilbert
valoración negativa de la tierra, no es la materia, Durand en Les structures anthropologiques de
el peso de la amada, sino su ausencia, su recuerdo: l'imaginaire) guarda celosamente en su interior la
promesa, no sólo de regeneración y vida, sino de
Tu forma
corporal, transcendencia.
tu dulce peso rosa, Circular es pues la figura del cero, imagen de
es lo que me volvía el mundo más ingrávido. la destrucción periódica que se abate sobre la tierra
Pero lo insoportable, y la reduce a escombros pero circular es también
lo que me está agobiando, la forma misma de la tierra, «frágil materia» que
llamándome a la tierra, día a día y gesto a gesto, ayudada por la mano del
sin ti que me defiendas, hombre, multiplica sus dones. Tiempo cíclico,
es la distancia, es como analizaremos más tarde, alternancia cíclica
el hueco de tu cuerpo.
Sí, tú nunca, tú nunca: de destrucción y de reconstrucción, de muerte y
tu memoria es materia. (V.D., p. 292). de vida. Es una constante del imaginario de Pedro
Salinas que a toda negación suceda siempre una
El peso de la amada subvierte asf la valoración afirmación.
negativa que el poeta suele asociar a la materia.
Tiempo de destrucción, estallido de ceros. La
Sólo entonces la gravidez se convierte en deseo:
piedra es entonces tumba. Bajo el mineral inerte,
Busca pesos, el poeta busca una muerte «esperanzada / en no
los más hondos, en ti, que ellos te arrastren morir.» {T.C., p. 777). Imperceptiblemente la
a ese gran centro donde yo te espero. imaginación se desliza hacia la creación de una
Amor total, quererse como masas. (V.D., p. 28 V. serie de imágenes donde la piedra va dotándose
La profundidad y la verticalidad, según hemos de movimiento, de sensibilidad, de vida. Quienes
estudiado refiriéndonos al elemento aire, son murieron, negando la muerte, confieren a la piedra-
entonces espacios intercambiables. En el uno y en sepultura temblores, latidos, inicios de vida. Y el
el otro, el poeta descubre esencias. poeta escribe:
Como en el amor, en los momentos en que el piedra que late así con un latido
poeta siente y expresa la unidad del cosmos, el de carne que no es suya, entra en el juego
elemento material se despoja de sus características -ruleta son las horas y los días-:
negativas. En un poema titulado Paz, sí, de pronto, el jugarse a la nada o a lo eterno
paz, Salinas escribe: «La materia ha perdido / esa el caudal de sus formas confiado:
opacidad que la hacía materia.» ( L L , p. 547). el alma de los hombres, sus autores. (T.C., p. 777).
En otro singular poema que lleva por título Y el inmenso espacio mineral, sustrayéndose a la
Cero, Pedro Salinas, mediante ese particular ley de la gravedad y a su estatismo se convierte
proceso de negación de la negación que configura luego en un enorme bajel aliado del mar y del
su imaginario, redime la tierra y la materia de todas viento, del agua y del aire:
sus connotaciones negativas. Frente a un «cero» Peripecia suprema noche y día,
aterrador, sinónimo de caos, de destrucción, de navegar tesonero
muerte, amenaza cíclica que pesa sobre el tiempo empujado por racha que no atregua:
y sobre el hombre, el poeta alza su voz para negación del morir, ansia de vida,
negarlo. El hilo conductor del poema no es otro dando sus velas, piedras, a los vientos. (T.C., p. 778).
que la materia, la tierra, mineral, roca, tumba; Y la imagen se amplía para terminar una vez más
«Ruinas esparce un cero -autor de nadas, / obra con el canto a esa verticalidad transcendente que
del hombre-, un cero cuando estalla.» [T.C., p. 769). configura de manera tan constante el imaginario
Tierra, masa, piedra y columna, estatua y templo, de Pedro Salinas. Piedras -velas- bajeles, galeras
obra del hombre también, todo destruye un cero. i n m e n s a s «no de v i v o s , no de m u e r t o s , /
Pero lentamente la tierra arruinada y muerta tripulaciones de querencias puras» (T.C., p. 778)
despierta, toma forma, genera vida y, más que vida, cuyo rumbo y destino es «recalar en la celeste /
se convierte en el espacio de la transcendencia. ensenada segura, la que está / detrás, salva, del
Así Salinas escribe: tiempo.» (T.C., pp. 778-779). Transformada, aliada
Tierra sin forma, pobre arcilla; ahora del agua y del aire, la tierra es al fin promesa de
el torno la conduce hasta su auge: eternidad.
suave concavidad, nido de dioses.
Poséidon, Venus, Iris, sus siluetas GEOMETRÍA SALINIANA. EL MITO DEL ETERNO
en su seno se posan. A esta crátera RETORNO
ojos, siempre sedientos, a abrevarse
El poema Cero es sólo un ejemplo de toda
vienen de agua de mito, inagotable.
Guarda la copa en este fondo oscuro
una geometría que caracteriza de manera muy
callado resplandor, eco de Olimpo. singular el imaginario de Salinas. Junto a la
Frágil materia es, mas se acomodan geometría espacial de la verticalidad y de la
los dioses, los eternos, en su círculo. (T.C., p. 775). profundidad que hemos analizado, el universo
127

saliniano está configurado por una geometría de se desarrolla una larga serie de imágenes que
la recta, de la curva, del círculo que perfila una apuntan todas hacia la expresión de una plenitud
concepción definida del tiempo, de la existencia, poética y vital. Ya en Seguro Azar, el poeta exclama:
del ser. «¡Qué perfecto lo redondo!» (S.A., p. 114). Y el
El imaginario de Salinas, dominado por el propio azar, ese azar objetivo tan cuidadosamente
agua, privilegia la ondulación, la sinuosidad, la analizado, tan profundamente vivido por André
curva frente a la recta. En un poema titulado Breton y por el grupo surrealista, es «redondo,
El jardín de los frailes, se lee: seguro azar!» (S.A., p. 158). Redonda la sortija
como redondo es el amor: «Una sortija, una
¡Qué seguro de ti mismo, promesa son lo mismo: / inspiran la ilusión, por
qué distante de tu alma, ser redondas, / de que no tienen fin.» (L.L, p. 498).
entre cuatro ángulos rectos
estabas, rígido Y Redondez es el título de un poema donde se
[...] describe la contemplación de un mundo devuelto
Pero el agua a la unidad y a la armonía:
-¿ por qué te fuiste a mirar-?
Ya se ha cerrado un anillo:
te bautizó de temblor,
hay algo que se completa
de curvas, de tentación
[...]
[...I
Un mundo rueda, tranquilo
El agua te sacó el alma. (RS., p. 193).
¡Qué redondez tan perfecta! (C, p. 825).
Y en Razón de amor aparece otra imagen similar: Redonda también la luz: «La luz es dicha redonda.»
(C, p. 796). Redondo es el nombre del Contemplado,
Los troncos rectos de árbol
el mar de Puerto Rico:
entregan
su rectitud, ya cansada, Por las noches,
a las curvas tentaciones de su reflejo en las ondas. soñando que te miraba
(R.A., p. 387). [...]
maduró, sin yo saberlo,
Pero recta y curva, consideradas de forma este nombre tan redondo
complementaria, se convierten en grafía motivada, que hoy me descendió a los labios. (E.C., p. 611).
en símbolo. Así «el lenguaje /[...] / d e los sueños/
[...] /está hecho de dos letras cuyos trazos /aluden Y redondo sobre todo el tiempo y el amor en virtud
con su recta y con su curva / a la humana pareja, de ese Principio de Similitud, de esa ley de la
hombre y mujer. / "Sí", dice, sólo "sí"». {L.L, p. 482). analogía que Gilbert Durand describe en Figures
mythiques et visages de l'oeuvre. Porque, de la
Y si el amor se niega, seelige la recta y se renuncia
a la geometría privilegiada de la curva, de la misma manera que invariablemente vuelven las
redondez: estaciones del año, de la misma manera que
con eterna regularidad cíclica el día sucede a la
Tú, que al abrir tu amor noche, así el amor, luz y oscuridad, el amor,
día a día, beso paradójicamente único y múltiple, vuelve, se repite,
por beso, se reinventa. El eterno retorno es pues confianza
varilla por varilla como Confianza es el libro de poemas postumo
trazabas con tus líneas, de Pedro Salinas.
de mujer o abanico, La voz a ti debida concluye con la referencia a
curvas de carne o aire
un tiempo y a un amor cíclicos. El texto, historia
sobre el fondo del mundo,
ahora escoges la recta de amor y de ruptura, termina aludiendo a un
solución de la tumba. motivo importante de la temática saliniana: la
O tu estuche. s o m b r a . Sombras que aquí buscan materia,
A la vida renuncias, sí. La vida es un júbilo cuerpos en que encarnarse para vivir de nuevo un
que inventa redondeces: astros, burbujas, senos amor:
en la tabla del pecho,
primaveras redondas, V su afanoso sueño
cánticos que rebotan, de sombras, otra vez, será el retorno
elásticos, y labios, a esta corporeidad mortal y rosa
los labios siempre curvos. donde el amor inventa su infinito. (V.D., p. 329).
Redonda noche, cielo
Lo cíclico, lo redondo, como dice el poeta, es
redondo, amor redondo:
los amantes aprenden siempre una eterna y renovada «promesa». Y así,
su gran geometría. (L.L., p. 503). cada ruptura trae consigo una esperanza nueva,
una «confianza» ciega en el «redondo, seguro
El círculo, curva cerrada sobre sí misma, es azar»:
la figura perfecta, la imagen de la plenitud, la
Creo en ti con la fe
promesa constante de vida, de renovación, de en el milagro, en el acaso, en el retorno
eternidad. La redondez, lo redondo son conceptos de toda hermosura que ya ha sido
y términos especialmente significativos en la obra y que por eso
literaria de Pedro Salinas. A partir de ellos puede ser de nuevo. (L.L., p. 600).
128

GÉNESIS Esta génesis perpetua de sí misma corre


En el universo saliniano, el amor reproduce paralela a la génesis del mundo y del ser amado.
la creación del mundo e instaura paraísos fuera La gran obra de la figura femenina en el universo
del espacio y del tiempo. La llegada de la amada, saliniano es el don divino por excelencia de la
siempre largamente esperada, y sin embargo creación. En una gran ensoñación sobre la «víspera
siempre repentina, destruye la opacidad del mundo del mundo», la amada fija espacios, nombres,
y le devuelve una transparencia edénica. rumbos, la amada, a través de la palabra, asienta
los orígenes del mundo en una Creación repetida
Transparencia de la palabra poética, en primer
y sin embargo nueva. Al final, el poeta espera,
término. Motivación de la lengua, sueño atávico
impaciente, su asignación en el espacio y en el
de una lengua primitiva donde la fatalidad del
tiempo, una orden de existencia que se confunde
arbitrario lingüístico queda destruida. La palabra
con el amor:
y el referente iguales al fin en una regresión
vertiginosa hacia la ensoñación de los orígenes:
Y junto a ti, vacante,
inventar la palabra, estrenar una lengua como se por nacer, anheloso,
estrena el mundo: «Lengua de paraíso, / sones con los ojos cerrados,
primeros, vírgenes / tanteos de los labios.» (R.A., preparado ya el cuerpo
p. 353). Lengua substraída al desgaste del uso, para el dolor y el beso,
palabra primera, única para nombrar lo primero, con la sangre en su sitio,
lo único. Porque el amor, cada amor, reinventa yo, esperando
también el mundo. -ay si no me mirabas-
a que tú me quisieses
Y reinventa el mundo en sus orígenes, un
y me dijeras: «ya». (V.D., pp. 241-242).
mundo nuevo, virgen donde el tiempo participa
de lo mítico negando el tic-tac de los relojes, donde La amada, revestida así de las atribuciones
el espacio estalla para recuperar mitos de los divinas, escapa al tiempo objetivo para instaurar
orígenes, paraísos perdidos: como medida de su existencia su propio ritmo vital:
Hagamos nuestro tiempo «Sintiéndolos,tú, desnuda/de reló, en la muñeca:/
nosotros mismos latido contra número.» (V.D., p. 267). Y escapa
también a las comunes medidas del espacio: «Te
Inventemos nuestro espacio. (L.L., pp. 556-557). siento huir, ligera/[...]/buscando/[...]/eldesorden
celeste que es sólo donde cabes». (V.D., p. 266).
Espacios destruidos por cataclismos y vendavales
Vuelta al caos de la indistinción, regresión al
son trocados entonces por islas nuevas por tiempo y al espacio de antes de la creación del
descubrir. Espacios fuera del espacio, tiempo de mundo, recuperación primera de los orígenes,
antes del t i e m p o que el a m o r recrea para instauración del orbe, tales son las funciones de la
encuadrarlos a veces dentro de un misticismo amada, del amor y de la poesía. Mito fundacional
dionisíaco: pues de «otro mundo que éste nos rehusa.»
Y todavía podemos (R.A., p. 439).
huir más allá:
fingirnos que no existimos,
vivir en un mundo prenatal LUCES Y SOMBRAS. EROS Y PSIQUIS
en donde estar juntos sea
un inmenso estar perdidos «Por lo que no puedo ver / llevo los ojos
uno en otro, indivisibles, abiertos» escribe Pedro Salinas en un poema
como en el mar y en el cielo, antes titulado Mirar lo invisible (S.A., p. 145). Los motivos
que los separara Dios. (L.L., p. 580). de la luz y de la oscuridad, la temática de la visión
Visión fabulosa también de una amada que son constantes del universo saliniano. Y aquí se
se crea a sí misma: produce de nuevo ese fenómeno de inversión que
caracteriza el sistema simbólico propio del escritor.
Y no recibes vida. Tú la creas. Ojos abiertos, visión que a la postre se revela
Tú, de tu propia criatura origen, ceguera. Ojos cerrados, visión interior donde se
del vago simulacro de tu antes
revela la luz verdadera. Luz que desvela esencias,
te sacas tu nacer: recién nacida
voluntaria a vivir. (R.A., p. 372).
más allá de las apariencias, realidades últimas que
escapan a la contingencia. Por eso como dice ya
Y mientras el poeta dice agotarse en su don, el poeta en Presagios: «Mano de ciego no es ciega: /
ella, al contrario, se crece, vive y se recrea, en la una voluntad la manda, no los ojos de su dueño.»
doble acepción del t é r m i n o , dándose. Visión (R, p. 55). Voluntad que es «ambición de luz,/eterna
cíclica nuevamente de la amada de quien el poeta ambición de asir/ lo inasidero.» (R, p. 55).
escribe: Eros y Psiquis. A m o r sin luz, amor que,
ignorando el sentido de la v i s i ó n , se vuelve
Y de pronto se siente,
deliberadamente hacia la oscuridad: «Llevo los
cuando ya te acabas
en asunción de ti, ojos abiertos. / No te veo / [...] / Llevo los ojo$
que en tu mismo final, cerrados. / No te veo, ya te siento, / ya te tengo-
renacida te empiezas otra vez. (V.D., p. 279). Mía», dice Salinas (S.A., p. 151).
129

Esa constante búsqueda de las esencias que El Contemplado, conquista de la luz, conquista
se despliega a través de los textos de Pedro Salinas del mirar y conquista del espacio, del tiempo,
rechaza en un primer momento el sentido de la última conquista sobre la muerte. El texto ya no
vista y reduce la visión externa y directa a la mera construye su universo íntimo a partir de una voz
captación del f e n ó m e n o que no es más que poética debida a la amada. «Tú» no tiene ya por
apariencia: máscara, risa, c a m b i o , v e s t i d o , referente una imagen femenina a la que «yo» se
movimiento, vaivén (1Z1. Más allá de todo ello, dirige. «Tú» adquiere en El Contemplado las vastas
detrás, dentro, se encuentra la esencia. La vista es proporciones del Océano: «tú» es el mar de
por ello, el más engañoso, el más inseguro de los Puerto Rico cargado de simbolismo cósmico,
sentidos. «Para sentirte a ti / no sirven los sentidos transcendido. Así se instaura una nueva forma de
de siempre.» (V.D., p. 269). Cerrar los ojos es pues i n t i m i d a d entre el poeta que contempla y el
ver con otros ojos, ver a través de otra luz. La contemplado mar. Dilatación del universo poético,
claridad exterior es entonces vana: «La luz lo malo vastos espacios e intimidad de los acentos, de la
que tiene es que no viene de ti [...] Quiero más tu voz poética. De nuevo aquí se produce esa
oscuridad.» (V.D., p. 262). Sentido nuevo, visión dialéctica de c o n t r a r i o s que caracteriza el
interna, la única que según la palabra clave del Imaginario Nocturno Sintético descrito por Gilbert
vocabulario saliniano «aclara». Lo demás es error: Durand en Les structures anthropologiques de
l'imaginaire.
El amor que yo te ofrezco
es como una oscuridad al principio y exige Y paralelamente a esa ampliación cósmica del
cerrar el paso a tantas luces fáciles «tú» se produce una dilatación fabulosa del «yo».
para encontrar la suya, en las entrañas. (L.L., p. 475). Multiplicación, acumulación vertiginosa no sólo
de la mirada sino de la voluntad de ver. Quien
Y después de Largo lamento el poeta escribe contempla el mar (y casi se diría quien contempla,
dos textos cuyos títulos se refieren a la visión y a sin complementos) no es el «yo» sino todo el
la luz: El Contemplado y Todo más claro. Salinas género humano en una convergencia de miradas
parece haber encontrado aquí ya definitivamente que desafía los límites del espacio y del tiempo.
esa luz verdadera que se esconde tras la oscuridad. Mirada transcendente bajo la luz vertical:
El contemplado mar de Puerto Rico, mar
a m a d o , l u m i n o s o , a n c h o , i n m e n s o , en un ¡En este hoy mío, cuánto ayer se vive!
momento privilegiado, el mediodía, cuando la luz Ya somos todos uno en mis ojos siempre abiertos
[...]
es más clara, más alta. Luz y mar, revelación al fin,
Ahora, aquí, frente a ti, todo arrobado,
plenitud total, transparencia: aprendo lo que soy: un momento
A ese fulgor de playa en mediodía de esa larga mirada que te ojea,
no resisten arcanos. desde ayer, desde hoy, desde mañana,
Y en impolutas láminas, la espuma paralela del tiempo. (E.C., p. 649).
sin prisa, rasgo a rasgo, Los poemas reunidos en el volumen que lleva
el pensamiento aquel-nacido oscuro, por título Todo más claro fueron compuestos por
lo pone todo en claro. (E.C., p. 623).
Salinas en los Estados Unidos entre los años 1937
Y el «acierto» último: mar y amor en paz, análogos, y 1947. Poemas de exilio pues, escritos en país
bajo la luz vertical del mediodía, «acierto» que extranjero «abrazando a mi i d i o m a c o m o a
incomparable bien.» («Prefacio» de T.C., p. 654).
vendrá cuando al universo Durante esa década de convulsiones profundas,
se le aclare la razón final de tu movimiento:
no moverse, mediodía, Salinas escribe paradójicamente un libro de
sin tarde, luz en paz, poemas en el que habla de luz y de claridades.
renuncia del tiempo al tiempo. Y es que, como dice el poeta en el prefacio
La plena consumación señalando la relación dialéctica entre la luz y la
-al amor igual, igual- oscuridad:
de tanto ardor en sosiego. (E.C., pp. 638-639).
La poesía es siempre obra de caridad y de
Así es el «radiante mediodía. En él, el alma / claridad [...] De esclarecimiento, aunque
se reconoce: esencia.» (E.C., p. 628). Esencia necesite los arrebozos de lo oscuro y se nos
ansiosamente buscada, esencia hallada al fin en presente como bulto indiscernible, a primeras
[...] Y al fin y al cabo, cuando Mallarmé sintió
esa verticalidad de la luz sobre el mar donde se
que necesitaba añadir un poco de oscuridad a
revela el alma. Y de nuevo la misma ambivalencia cierto poema, esquequería poneralgo mucho
referencia!: mar, amor y esperanza en la exaltación más claro. («Prefacio» a T.C., p. 656).
del contemplar. Ahora sí
Poesía-claridad que termina en Confianzacon
los ojos son ios seguros un poema que lleva el mismo título que este libro
postumo:
Lo que se ha mirado así,
día a día, enamorándolo, Mientras haya
nunca se pierde, sombras que la sombra niegan,
porque ya está enamorado. pruebas de luz, de que es luz
Míralo aunque se haya ¡do. todo menos ellas
Visto o no, contémplalo. (E.C., p. 621).
130

Mientras haya trasluces en la ti niebla, M u n d o d e la a n t í t e s i s , e s t a t i s m o d e l o s


claridades en secreto, o p u e s t o s i r r e d u c t i b l e s : «Vivir a m e d i a s . » (R.A.,
noches que lo son apenas p. 434). U n i v e r s o i n c o m p l e t o , u n i d a d e s c i n d i d a .
Ι.Λ
Así, en un p o e m a t i t u l a d o Verdad de dos, Salinas
Tantas palabras que esperan
invenciones, clareando, p r e s e n t a una i m a g e n m a s c u l i n a q u e p a r t i c i p a
-mientras haya- ú n i c a m e n t e de la luz: « C o m o él v i v i ó de día, s ó l o
amanecer de poema. (C, pp. 841-842). un d í a , / n o p u d o v e r m á s q u e la luz.» ( f î . A , p. 433).
En o p o s i c i ó n aparece s e g u i d a m e n t e una f i g u r a
f e m e n i n a q u e s ó l o c o n o c e la o s c u r i d a d :
LA COMPLEMENTARIEDAD DE LOS OPUESTOS
Luz q u e necesita de la o s c u r i d a d para ser luz, Ella, sí.
Nació al advenimiento de la noche,
v i d a q u e necesita de la m u e r t e para ser v i d a , a m o r
de la primer tinlebla clara hija,
q u e necesita del d o l o r para s e g u i r s i é n d o l o : «No y en la noche vivió. (R.A., p. 433).
q u i e r o q u e te v a y a s , / d o l o r , última f o r m a de amar.»
(V.D., p. 319), r u p t u r a s q u e g e n e r a n esperanzas Error de s o l e d a d e s , e r r o r de los o p u e s t o s aislados
nuevas, m u n d o de lo cíclico, verticalidad q u e corre q u e s ó l o el a m o r t r a n s f o r m a en v e r d a d , «verdad
al e n c u e n t r o d e la p r o f u n d i d a d , m u l t i p l i c i d a d de d o s » . Y el p o e m a c o n c l u y e d i c i e n d o :
d o n d e se revela la u n i d a d :
Hay que luchar la lucha que les cumple
Plural todo, plural, a los que pierden paraísos claros
luces, vidas y mares. o tenebrosos paraísos,
A subir, a ascender para hallar otro edén donde se cruzan
de docenas a cientos, luces y sombras juntos y la boca
de cientos a millar, al encontrar el beso encuentra al fin
en una repetición sin fin esa terrible redondez del mundo. (R.A., p. 435).
de tu amor, unidad. (V.D., p. 252).
A m o r , naturaleza, relación dialéctica entre los
Para el i m a g i n a r i o s a l i n i a n o , nada es sin la relación c o n t r a r i o s . En e l l o s y p o r e l l o s se c u m p l e la
c o m p l e m e n t a r i a c o n su c o n t r a r i o l13). v e r d a d e r a v o c a c i ó n del ser: U n i d a d .

NOTAS
1. Para la realización de este estudio, hemos utilizado la edición de las Poesías completas de Pedro Salinas publicadas por
Seix y Barrai en Barcelona, 1981.
Al citar los textos, recurriremos a las siguientes abreviaciones: (P)Presagios, (S.A.) Seguro azar, (RS.) Fábula y signo, (V.D.)
La voz a ti debida, (R.A.) Razón de amor, (L.L.) Largo lamento, (E.C.) El contemplado, (T.C.) Todo más claro, (C.) Confianza.
Nos referiremos también al Teatro completo de Pedro Salinas, Madrid, Aguilar, 1957, así como a su obra narrativa completa
publicada en Barcelona por Seix y Barrai en 1976.
2. G. Bachelard: L'air et les songes, Paris, J. Corti, 1953, p. 19.
3. Recordemos que vertical es también el trayecto del agua que fluye, cálida, por el radiador en el poema titulado Radiador y fogata.
4. Op. cit., p. 18. Para la explicación y el análisis detallado de las metáforas de la verticalidad, de la caída y de la profundidad,
remitimos al lector a la obra de Gilbert Durand: Les structures anthropologiques de l'imaginaire, publicada por Bordas en 1975.
5. Op. cit., pp. 73-74. Por ello hemos empezado este estudio sobre Salinas con la imagen de la flecha.
6. Op. cit., pp. 126-127.
7. G. Bachelard: L'eau et les rêves, Paris, Corti, 1942, p. 34.
8. Op. cit., p. 38.
9. Op. cit., pp. 67-69.
10. No es solamente la imagen reflejada en el agua-espejo lo que revela la identidad y la realidad del ser. Mediante la
inmersión en el elemento líquido se produce también el mismo fenómeno. El personaje central femenino de la obra de teatro
titulada La Bella Durmiente dice sentirse más «verdadera» con el simple contacto del agua del baño.
11. Op. cit.,p. 68.
12. Son innumerables los textos en los que Salinas plantea el tema de la reducción de la apariencia a la esencia. Recordemos
simplemente a título de ejemplo dos de sus obras de teatro: La fuente del Arcángel y La Bella Durmiente. En su poesía es
quizás en La voz a ti debida donde el poeta se entrega de manera más vertiginosa a la búsqueda de las esencias. Citemos
solamente estos versos extraordinarios: «Ansia/de irse dejando atrás/anécdotas, vestidos y caricias,/de llegar,/atravesando
todo / lo que en ti cambia, / a lo desnudo y a lo perdurable. / Y mientras siguen / dando vueltas y vueltas, entregándose, /
engañándose,/tus rostros, tus caprichos y tus besos,/tus delicias volubles,/tus contactos/ rápidos con el mundo, /haber
llegado y o / a l centro puro, inmóvil, de ti m i s m a / y verte cómo c a m b i a s / - y lo llamas v i v i r - / e n todo, en todo, sí/menos en
mí donde te sobrevives.» (V.D., p. 258).
13. Para un análisis detallado del Mito de Hermes, ver G. Durand: «Le XXème. siècle et le retour d'Hermès» in Figures
mythiques et visages de l'oeuvre, Paris, Berg International, 1979, pp. 243-306. Y remitimos también al lector a El retorno de
Hermes, Barcelona, Anthropos, 1989.
131

YVONNE OCHART: EL ESPEJO AGUA

María-Teresa Berte Ilo ni

Del aire al aire, del fuego al fuego, del agua al Ortega no sólo reconoce la estatura poética de la
agua. Así nace, crece y se regenera la palabra autora sino que afirma algo que solamente puede
poética, leve como el aire, ardiente como el fuego decirse de la gran poesía: «[Yvonne Ochart] ha sido
y transparente como el agua de la fuente de capaz de poner a riesgo, otra vez, la desnudez del
Castalia. lenguaje para hacerlo esencial».
El agua es la última metáfora de la poesía, del En un mundo en el que el oficio del poeta y de
signo transparente, que el poeta sueña, vive y la poeta es usurpado, con demasiada frecuencia,
persigue y alcanza, únicamente en el instante de por gente que conoce, tal vez, la técnica, pero no
la perfecta iluminación. ha logrado entrar en contacto con el hontanar del
lenguaje esencial, la voz de Yvonne Ochart es,
además de refrescante y seductora en su decir
denso y leve a la vez, iluminadora.
En efecto, la densidad del concepto que, en el
lenguaje filosófico, añade peso al estilo cuando no
oscuridad, en el presente poemario ha logrado
ser transmitida, aligerando la lengua poética y
volviéndola de cristal y espejo para que a través de
ella se transparente y se refleje el ser y su imagen.
El libro, concebido como «Alabanza a Dios»,
se divide en tres partes que señalan las etapas del
camino de la autora y de su palabra hacia la plena
comunión con el Todo, que ella llama «el Invisible»,
pero que s a b e m o s , además, por los poetas
inefable, indecible. Mas no una simple negación
del decir, sino lo que está más allá de toda
posibilidad de ser dicho.
Para nuestra poeta el Invisible indecible es el
dios conocido por la mediación cristiana, pero no
es excluyente porque ella concibe el Todo de
manera universal. Para otros, siempre que se
acerquen a la poesía con cuidadosa atención y la
mente libre de prejuicios, puede ser la energía
universal que se oculta, cual causa prima, debajo
de las manifestaciones vitales, o el misterio de los
misterios que acecha, maravilloso e inefable, detrás
de la vita y de las palabras que la traducen y la
Yvonne Ochart, una de las voces líricas más interpretan.
auténtica y realizada de la literatura puertorriqueña El agua es el horizonte y, al mismo tiempo, el
de hoy, ha publicado recientemente el último espacio sagrado en el que esta poesía, lanzada
poemario titulado, precisamente, El libro del hacia la iluminación, canta la única canción que
agua,1), con un prólogo del conocido crítico literario merece ser cantada: la de las maravillas del ser y
y escritor peruano Julio Ortega. En sus palabras, su contemplación.
132

El p o e m a r i o , d i v i d i d o en tres partes, es eterno de contemplación. Y es contemplación en


el marco físico en el que la poeta ha querido la que la carne se ha hecho palabra del espíritu,
constreñir su voz única, para ofrecer a otros, los camino y meta, búsqueda y encuentro.
que con ella reescriben los poemas al leerlos, las Mas es también, al final, poema del olvido
etapas de un auténtico /fer iniciático. y su última estrofa, con su tristeza difusa, nos
Penetrar en el espacio de este poemario prepara para el poema siguiente:
implica acallar los ruidos de las chacharas y de las
miserias cotidianas; obliga a mirarse en la propia Olvidada de sus ríos,
imagen en el espejo, huidiza e inasible pero ignorada de su esfuerzo,
inconscientes de su magia,
irrepetible, para traspasar el azogue y entrar en el
el agua de los amantes
mundo otro que esta palabra abre en el profundo.
es mirada con desdén, es olvidada, para siempre.
La primera parte, titulada «Vías y pasadizos»,
comienza con el poema Was en el cual las palabras En efecto, la poesía titulada El agua del herido
son vistas como signos equivalentes, en su -y la dedicatoria al amigo muerto la transforma en
transparencia, del agua y del laberinto de cristal, epitafio- es el canto de la amistad, que es el aspecto
que con ellos se forma. Mas si la poesía, palabra más duradero y fiel del amor, y que aquí sufre
que intenta ser la puerta abierta hacia el misterio, el dolor de la herida en la solidaridad de los
se asemeja a un laberinto, es sólo para aquel que sentimientos de la inutilidad y desesperanza
pretende poseer el hilo de Ariadna para volver a que las heridas de la muerte producen. Mientras
encontrar la salida. Mas así no es, para eso no se en el poema anterior el canto del amor es el canto
creó ni se crea el mundo de la poesía. La poesía del éxtasis compartido y de la desmemoria de
es el laberinto que lleva a la última respuesta, y los amantes, en este el amor de la amistad, el
quien lo entiende, con el entendimiento interno que conocido agapao griego, es la participación en
la razón sistemática oscurece, no desea, ni lo el dolor límite, cuando el agua misma no trae
intenta, volver a salir de su ámbito. El agua y la ninguna salvación: «En su agua se confunde el
palabra poética son el camino, singular y siempre deseo, la muerte acechante, el amor y el terror a
cambiante, que lleva al encuentro con el propio lo futuro».
y o , m a n i f e s t a c i ó n e x i s t e n c i a l del Yo t o t a l , Una de las características, poéticamente más
que únicamente se alcanza en la vivencia de un significativas del presente poemario, es, como bien
instante mágico. Así, dice en los tercetos finales el lo ha visto Julio Ortega, su luminosidad; y, otra, la
poema: musicalidad transparente del lenguaje, que logra
transcribir la transparencia cristalina del agua que
Tal vez en esa agua de cristales, fluye bajo la luz del sol. Detrás de ella, sin límites
que forma la memoria del que busca, en su absoluta claridad, el esplendor misterioso
sólo encuentre respuestas singulares;
del Todo, que se revela en la contemplación de una
porque de ella piden, como de un rito, noche estrellada:
el secreto último de los símbolos,
sin saberla, transparente pasadizo. Cuando me tiro al suelo
a contemplar el cielo,
el Universo entero
Nacida por la palabra, suspendida como todos
me susurra su secreto.
los seres humanos sobre el abismo del misterio,
Yvonne Ochart ha encontrado, en su oscuridad Cuando me tiro al suelo
luminosa, el sentido radical de su existencia y el a contemplar el cielo,
de la poesía. como agua el Universo
En el segundo poema, que lleva el título de me sumerge en su secreto.
El vaso de agua, encontramos la esencia de lo
cotidiano, porque el vaso de agua es lo que pide el Es el Todo que vuelve en el poema El amor y
sediento, el moribundo, el buscador y con el vaso el agua, como Amor único y divino, del cual son
de agua se apaga el dolor y se escribe la historia: reflejo los amores que amamos y nos aman, como
dice la poeta, que dejamos y que nos dejan, que
perdemos y nos p i e r d e n , porque todos son
Sólo tú, oh vaso de agua poderoso,
has circundado, con tu simple anillo, caminos hacia el único y definitivo, ese «Amor che
transparente y diamantino; move el Sol e le altre stelle» dantesco, que guía a
la sed de todos los hombres, los creyentes hacia la morada última.
el ansia de todos los hombres, Como todo auténtico poeta, Yvonne Ochart,
la historia, de todos los hombres. que en este poemario revela el descubrimiento
de su propio camino de salvación y privilegia el
El poema siguiente, El agua de los amantes, espíritu sobre la carne, es profunda y visceralmente
es un claro poema de amor que presenta el agua humana en la fe y en la duda, en la memoria y en
como el testimonio del amor y de la purificación la vivencia, en la afirmación y en la pregunta, y en
inherente a toda experiencia amorosa cuando, en el anhelo profundo de la catarsis definitiva, como
la trayectoria más esencial del eros, se revela, en en el logrado penúltimo canto de la primera parte
el instante supremo, como un instante huidizo y titulado Aguas:
133

Pero entre tanta azulación de mar estremecida por las dichas,


¿No habrá agua que redima? acrisolada por nacimientos y funerales,
por regresos y despedidas,
Pero entre tanto canto de lluvia ésta
¿No habrá un pozo que llegue al alma? es la gran casa hundida como un beso,
hacia el recuerdo de todo lo que fue,
Pero entre tanto claror de río de todo lo que somos,
¿No habrá risa que desborde en alba? de todo, lo que es.

Pero entre tanto manantial oculto Si p o d e m o s r e c o n o c e r n o s y h a b i t a r la casa


¿No habrá respuesta para tanta ansia? del agua de Y v o n n e Ochart es p o r q u e , c o m o dice
G i a n n i V a t t i m o en Poesía β Ontologia,
La p r i m e r a parte t e r m i n a con una i n v o c a c i ó n
al «agua final» para q u e , cual n u e v o inicio, la tierra [...] la obra de arte funda un mundo en cuanto
funda un nuevo sistema de significados;
y sus p o b l a d o r e s se salven c o m o c o n un «nuevo
el encuentro con ella es como el encuentro
bautismo». con una persona, en el sentido que ella no
La s e g u n d a parte la c o m p o n e un único largo se introduce s i m p l e m e n t e en el m u n d o
p o e m a q u e representa un alto en el c a m i n o de la como es, sino que representa una propuesta
s a l v a c i ó n e t e r n a ; una p a u s a para el r e t o r n o al de una sistemación nueva del mundo, en este
pasado y para recrear, en la m e m o r i a y m á s allá sentido [representa! también una [nueva]
de ella, la casa q u e , a l g u n a vez, c o b i j ó la sangre Weltanschauung(2).
de la p r o p i a s a n g r e , cual agua de v i d a . Es la casa
Esta nueva c o n c e p c i ó n del m u n d o se ofrece
en la q u e ha n a c i d o el y o m á s a u t é n t i c o en el a m o r
no sólo c o m o nueva sino c o m o n u e s t r a . Es una
y en el o d i o , en los j u e g o s y en los a b a n d o n o s , en
r e c o n s t r u c c i ó n del m u n d o q u e , tal c o m o es no nos
la b ú s q u e d a y en el e n c u e n t r o y, en ella, p o d e m o s
satisface, y es t a m b i é n n u e s t r a p o r q u e nace de
reconocernos t o d o s , a u n q u e nunca haya sido n u e s t r a l e c t u r a q u e r e c r e a , d e s d e la a f i n i d a d
nuestra casa, p o r q u e a h o r a , creada por la palabra interior de la v i s i ó n y de los s e n t i m i e n t o s , recrea
poética, lo es y para s i e m p r e : la palabra del p o e t a .
La tercera y ú l t i m a parte del libro lleva p o r
Es un casa en lo alto de un monte,
allí vive todo el que vivió y el que ha muerto; t í t u l o «Transparencia» y señala desde él a la poeta
todo el que taló y engendró visionaria, cuya m i r a d a ha l o g r a d o traspasar el v e l o
todo el que domeñó y fue herido q u e esconde la v e r d a d y el ser.
todo el que incendió y bailó En efecto, es la parte en la cual los v u e l o s
todo el que marchó y vuelve, líricos alcanzan, a m e n u d o , la pureza t o t a l de la
todo el que juró y pecó, palabra, c o m o en esas f u l g u r a c i o n e s r e u n i d a s en
todo el que amó y guerreó, « H a i k ú s d e l a g u a » . El haiku, q u e S i r G e o r g e
todo el que maldijo, y fue olvidado.
S a n s o m definió c o m o «little d r o p s of poetic
Era la casa de mi madre,
essence», es un b r e v í s i m o p o e m a q u e c o n t i e n e un
de leña y selva pura,
de locuras y de suicidios, t o d o s o l a m e n t e s u g e r i d o , p o r lo q u e el lector o el
de la fertilidad y de la muerte. o y e n t e se siente r e a l m e n t e parte de la creación
poética. Desde el p u n t o de vista g r á f i c o , Y v o n n e
La casa de la m e m o r i a es s i e m p r e la m i s m a O c h a r t ha l o g r a d o en « H a i k ú s d e l a g u a » u n a
casa; en sus h a b i t a c i o n e s v i v e n nuestros s u e ñ o s y especie particular, suya, de c a l i g r a m a :
nuestras pesadillas, n u e s t r o s p r i m e r o s placeres y,
Una rama de bambú
sobre t o d o , p o r q u e nos m a r c a r o n para s i e m p r e ,
reflejada
nuestros p r i m e r o s d o l o r e s adolescentes. El d o l o r sobre el agua
de crecer y de saberse v i v o en un m u n d o casi escribió
s i e m p r e h o s t i l , q u e o f r e c e y no c u m p l e sus este haikú
p r o m e s a s , c o m o en los d o l o r o s o s y bellos versos del agua.
del p o e m a A Silvia de G i a c o m o L e o p a r d i :
Después de los «Haikús del a g u a » , el a l m a de
O natura, o natura, la poeta y su m e n t e están listas para aceptar la
Perché non rendí poi r e v e l a c i ó n , q u e t e r m i n a en el l í m i t e de la «Zona
Quel che prometti allor? perché di tanto sagrada». Dice, de h e c h o , la ú l t i m a r e v e l a c i ó n , q u e
Inganni i figli tuoi? lleva el t í t u l o de Revelaciones V:

Por ello, en la casa cantada p o r la voz lírica, Y hallar en la penumbra el agua milagrosa,
leve y c r i s t a l i n a de Y v o n n e O c h a r t , nos tan dulce y desprendida de una clara aurora.
r e c o n o c e m o s t o d o s , c o n m e l a n c ó l i c a nostalgia y
Y hallar en el vacío, su nombre que le nombra,
con ella p o d e m o s cantar q u e d a m e n t e : en la eterna ondulación que siempre le interroga.
Movida entre ramajes, Y hallar, siempre después del llanto y de la risa,
cercada por la envidia, en la quietud de la honda, penumbra milagrosa...
amenazada por cataclismos y animales,
atribulada por la angustia. La agua desprendida, por siempre salvadora.
134

El uso de la conjunción «Y» para iniciar La poesía que despierta en el lector las
las tres estrofas y la reiteración del verbo «hallar» sensaciones visuales precisas es siempre una
sugieren claramente una búsqueda en el tiempo, poesía redonda, en la que no es posible ni pensable
c o n t i n u a y e s c a l o n a d a , que t e r m i n a en la ninguna modificación, precisamente como este
purificación final. Ahora es posible el paso a la zona poema que puede uno imaginar como escrito en
sagrada, donde vive de siempre y para siempre el aire mientras la gota cae lenta y pausadamente,
la rosa mística. Así canta el poema La gota y la como un beso espiritual, sobre el alma anhelante.
rosa: Yvonne Ochart ha probado con este libro que
es posible poetizar sobre los conceptos límite, cuya
Oh gota transparente o roja, presencia tiende a pesar sobre la lengua poética,
oh espejismo del agua, sin perder la sutileza, la transparencia y la ligereza
que mira desde su ojo infinito de la expresión lírica; y también que, escuchando
la aterradora eternidad
su poesía, se puede sentir y vivir la coincidencia
de la que es siempre, la misma,
inmutable rosa, de la voz y del silencio, de la nada y del ser, como
γ es otra rosa y otra rosa y otra rosa. en los últimos versos del poema Ahimsa:
Bañarme en ese otro río
Y sobre ella la gota del agua santa, como se canta del silencio.
en el poema siguiente titulado La gota sobre la Volver
rosa. El poema, como otros, combina la forma con al agua
el concepto, logrando, en el lector, la sensación transparente
visual de la gota de agua que cae sobre la flor. de la nada.

Universidad de Puerto Rico - Mayagüez

AQUA
9
AQUA
1
AQUA

NOTAS
1. Yvonne Ochart: El libro del agua, San Juan, First Book Publishing of RR., 1996.
2. Gianni Vattimo: Poesía e Ontologia, Mursia, 1985, pp. 63-64.
135

EL NARRADOR NARRADO (EN TORNO AL POEMA GONGORA,


DE J.L. BORGES)

Manuel Fuentes

Para Alberto

Cuenta Borges, en esa hermosa y parcial La aparente disposición del cruce de voces en la
historia de la literatura inglesa (1), que en vida de articulación del texto lo acerca y aleja de la
Robert Browning se formó una sociedad para conocida técnica del monólogo dramático que
analizar su obra -los «Clubs Browning»-. El poeta Browning, entre otros, desarrolló (5) . Se acerca en
-continúa el escritor argentino- «asistía a las la medida que la voz narrativa de la primera
sesiones, felicitaba a cada intérprete y se abstenía persona crea la posibilidad de un verosímil poético
de toda intervención». Tal parece el destino de los -la conciencia del escritor del XVII- y por otra parte
exégetas de la poesía de Borges: operar una suerte se aleja, puesto que la poética borgesiana se
de parciales inquisiciones hermenéuticas desde el propone neutralizar, borrar, aniquilar los límites
silencio de los textos. entre el personaje que narra y el que es narrado.
Fatigar -infinitivo del que gustó el poeta Desde esta perspectiva, si el poema se aproxima
a r g e n t i n o , pero t a m b i é n el c o r d o b é s (2)- la al monólogo dramático se distancia totalmente del
bibliografía borgesiana no es el propósito de esta caótico stream of consciousness tan caro a cierta
notícula. Modestamente se propone volver sobre concepción literaria de principios de siglo. Borges
un poema cuyo título -Góngora (3)- anuncia su radicalizó su oposición a la vanguardia inicial de
asunto y que ha sido, recientemente, objeto de los años veinte, que él contribuyó a instaurar (6) ,
comentario (4). Reproduzco el poema, según la desarrollando progresivamente el componente
edición citada: argumentai frente a la inconexión discursiva que
caracterizó buena parte de aquella estética. Su
Góngora rechazo de la metáfora brillante (7) y su predilección
por las imágenes reiteradas y seminales -de las
Marte, la guerra. Febo, el sol. Neptuno, kenningaral juego con los cuatro elementos y a la
el mar que ya no pueden ver mis ojos repetición obsesiva de los mismos símbolos- le
porque lo borra el dios. Tales despojos llevó progresivamente a acentuar el acto de la
han desterrado a Dios, que es Tres y es Uno,
escritura como un espejo que reflejara hasta el
de mi despierto corazón. El hado
me impone esta curiosa idolatría. vértigo las infinitas escrituras anteriores. Y es, en
Cercado estoy por la mitología. este sentido, como el poema, al alejarse del
Nada puedo. Virgilio me ha hechizado. monólogo dramático, se acerca a una variante
Virgilio y el latín. Hice que cada retórica de la sermocinatio clásica, la subiectio m.
estrofa fuera un arduo laberinto El poema se inicia con la exposición de la
de entretejidas voces, un recinto escritura elusiva típica de la poesía de Góngora. El
vedado al vulgo, que es apenas, nada. nombre del mito personificado -Marte, Febo,
Veo en el tiempo que huye una saeta
Neptuno- no sólo elude, alude, sustituye o desplaza
rígida y un cristal en la corriente
y perlas en la lágrima doliente. sistemáticamente a la cosa -guerra, sol, mar-, sino
Tal es mi extraño oficio de poeta. que oculta su presencia; de ahí que el poema se
¿Qué me importan las befas o el renombre? cierre sobre sí mismo al'afirmar en si último dístico
Troqué en oro el cabello, que está vivo. Quiero volver a las comunes cosas. Sin embargo,
¿Quién me dirá si en el secreto archivo ya desde el principio, el discurso del narrador
De Dios están las letras de mi nombre? ficticio Borges y del narrador narrado Góngora
empiezan a identificarse, tal y como observa Gloria
Quiero volver a las comunes cosas: Videla de Rivero:
el agua, el pan, un cántaro, unas rosas...
136

Pero ya desde el comienzo se insinúa la paradójico «me propuse remedar ciertas fealdades
identidad Góngora-Borges. Cuando se dice: (que me gustaban) de U n a m u n o » - , Borges y
«el mar que ya no pueden ver mis ojos / Góngora confluyen en el mismo mar infinito: el
porque lo borra el dios» podemos interpretar texto. En ambos, cada estrofa es un arduo laberinto
que la imagen de Neptuno se interpone y
reemplaza la captación del bello, inmenso y de entretejidas voces y esa imagen no es otra que
misterioso mar. Pero también hay una sutil el símbolo capaz de aunar por encima del tiempo
alusión de la ceguera personal, tantas veces a dos escritores empeñados en construir a sus
aludida en su obra, que nos sugiere una lectores. El poema deviene un texto en su sentido
identificación «Yo-Góngora» y «Yo-Borges» m. etimológico -textusr. «tejido»- <ul ; de ahí que el texto
se teja con diversos hilos/voces de distinta
Ahora bien, más allá de la dualidad de la procedencia y ese entretejer, que la crítica
primera persona narrativa ésta i m p o n e a la contemporánea ha bautizado con el nombre de
escritura elusiva su condición de despojos, porque intertextualidad, lo llevará al último nivel de la
la escritura fundamenta la creencia -Marte, Febo, escritura, a c o n v e r t i r l o en un objeto «auto-
Neptuno- en los falsos dioses (repárese en la obvia referencial». (15) Esa actitud del «extraño oficio del
o p o s i c i ó n dios/Dios) que han desterrado al poeta» concebido como un textor implica al lector
supuesto Dios verdadero, al Dios del Catolicismo en un ejercicio fatalmente intelectual y ajeno a la
que es Tres y es Uno. Pero tanto éste como v i s i ó n r o m á n t i c a ; puesto que desde el
aquéllos, y quizás más este Dios Trino y Uno, son advenimiento del Romanticismo poema, autor y
artefactos literarios -mitología- desarrollados por lector entran el falaz juego de la sinceridad
la creencia -idolatría-. La ambigua afirmación del olvidando la esencia misma de la poesía que,
dogma de la Trinidad impuesta por el narrador al durante siglos, ignoró ia verdad como uno de sus
sujeto de la narración ¿no implica ya, como el componentes <16). Y el lector debe, frente al textor
símbolo del secreto archivo-\a Cabala-, al final del y al textus realizar el ejercicio inverso que la crítica
poema, la alusión a la condición judía del escritor contemporánea ha bautizado con el nefasto
cordobés? En diversas ocasiones, Borges vio en la neologismo de desconstrucción, cosa que no viene
Trinidad una formulación tan increíble como la a ser sino parcialmente la puesta en práctica de la
infinita sustancia de Baruj Spinoza, por ejemplo. antigua y clásica estrategia que ya Francisco
Sirva el siguiente fragmento, en el que el escritor Sánchez de las Brozas denominó retexere (destejer,
argentino llega incluso a perder su habitual desmontar, desconstruir) '">.
correccción de estilo:
Si todo texto deviene un entramado de voces
Imposible definir el Espíritu y silenciar la que, por ajenas, se convierten en la voz personal,
horrenda sociedad trina y una de la que forma la práctica renacentista y barroca de la imitatio
parte. Los católicos laicos la consideran un consolidó el arte de la lectura como un ir y venir
cuerpo colegiado infinitamente correcto, del texto a los subtextos para provocar el placer
pero también infinitamente aburrido; los basado en los procesos de revelar lo oculto, lo
liberales, un vano cancerbero teológico, una
vedado al vulgo ll8) . Tal práctica -en palabras de
superstición que los muchos adelantos del
siglo ya se encargarán de abolir. La Trinidad, Alicia Colombí de Monguió-
claro es, excede esas fórmulas. Imaginada de
estructura y debe estructurar necesariamente,
golpe, su concepción de un padre, un hijo y
lo que el lector ha de anticipar al acercarse a
un espectro, articulados en un solo organismo,
un texto renacentista, definido desde su génesis
parece un caso de teratología intelectual, una
por la relación entre sí mismo y el modelo m.
deformación que sólo el horror de una
pesadilla pudo parir. Así lo creo, pero trato Ahora bien, mientras que en la estrategia de
de reflexionar que todo objeto cuyo fin un texto renacentista o barroco las fuentes que
ignoramos, es provisoriamente monstruoso. "0)
determinan su proceso de creación deben ser
identificadas, a fin de que el modelo quede al
Borges deliberadamente borra los límites descubierto <20), la técnica borgiana no trata tanto
entre la construcción imaginaria de un discurso de imitar o emular su modelo sino de neutralizar
puesto en boca de su narrador narrado -Góngora- los subtextos que le han servido de fuente
y su propia convicción poética; es decir, mientras convirtiéndolos en un texto invisible. De ahí que
que el dogma de la Trinidad es refutado por el frente al texto renacentista, cuyas fuentes son fácil
narrador y parcialmente aceptado por el sujeto de o difícilmente verificables, pero verificables al fin,
la narración, la obsesión por Virgilio, el horaciano las referencias a Góngora que Borges utiliza para
tópico del odi profanum vulgus... o el desprecio dar vida a su personaje deben t a m b i é n ser
frente a la opinión común (11) son compartidos por verificadas. Así, los versos:
ambos. Pero, ¿hasta qué punto es imaginable un
viejo Góngora, empeñado en la batalla de las Veo en el tiempo que huye una saeta
Soledades,que trata de volver a las comunes rígida y un cristal en la corriente
cosas? ¿Qué es lo que une y lo que separa la praxis y perlas en la lágrima doliente
I...]
poética gongorina, por la que el escritor argentino
Troqué en oro el cabello, que está vivo
mostró su desprecio en distintas ocasiones (12) , de
la borgiana? Al igual que su repugnancia ante pueden partir de los que a c o n t i n u a c i ó n se
Gracián (13), o sus reticencias ante Unamuno -ese proponen.
137

La obsesión borgiana por el tiempo (2υ se estampa imborrable, detenida en el tiempo, la


manifiesta en esa serie de versos anteriores que fusión perfecta de la mano de una hermosa zagala
alternativamente convierten lo fugaz en inmóvil: con las aguas inmóviles del río: juntaba el cristal
tiempo/saeta rígida; corriente/cristal; lágrima/ líquido al humano(28).
perlas. La formulación veo en el tiempo que huye Finalmente, la asociación perlas/lágrimas
una saeta /rígida, construida deliberadamente atribuida por el narrador a su narrador narrado
sobre una proposición subordinada adjetiva -asociación que amplía la tópica imaginística de la
especificativa -tiempo que huye-, i m p l i c a relación perlas/dientes- parece indudable que el
la existencia de otro tiempo que no huye: la escritor argentino la recoge del soneto gongorino
eternidad; esto es, el enfrentamiento entre el cuyos cuartetos rezan del siguiente modo:
tiempo como Kairosy su opuesto, el tiempo como
Cual parece al romper la mañana
A'ion(221. Parafraseando al argentino, en este caso,
aljófar blanco sobre frescas rosas,
la ausencia de una coma interroga al Universo l23). o cual por manos hecha, artificiosas,
Góngora desarrolló en uno de sus magníficos bordadura de perlas sobre grana,
sonetos finales la imagen del tiempo como saeta:
tales de mi pastora soberana
Menos solicitó veloz saeta que Borges reprodujo
parecían las lágrimas hermosas
como p a r a d ó j i c o h o m e n a j e a Quevedo en sobre las dos mejillas milagrosas,
la antología que preparó l241 . Sin embargo, frente a de quien mezcladas leche y sangre mana.(2S"
la formulación gongorina veloz saeta, Borges
opone el oxímoron saeta rígida (entendiendo rígida Y en la ficción -el verdadero dominio de la
como « i n m ó v i l » ) m a n i p u l a n d o la f u e n t e poesía-, un Góngora anciano, quizás a punto de
gongorina. ¿Creyó Góngora en el ciclo del tiempo m o r i r , i m a g i n a d o por un a n c i a n o Borges,
frente a la flecha del tiempo? I251, o más bien es rememora un viejo soneto de molde petrarquista
Borges quien cree en el ciclo del tiempo y que escribió con apenas poco más de veinte años.
construye a su narrador narrado alterando la fuente Y frente a la exuberancia ornamental, frente a los
de la que parte <261. laberintos del tiempo y de las voces, que destruyen
La segunda asociación cristal/corriente entra y ocultan las cosas y sus nombres, abocado a la
en flagrante contradicción con la conocida y muerte, el poema se cierra, quizás con un secreto
reiterada imagen del río como símbolo de la h o m e n a j e c o m p a r t i d o ; puesto que en esas
fluencia de las cosas en el tiempo al que Borges comunes cosas a las que tanto el narrador como
consagró numerosos poemas y ensayos a partir el narrador narrado quieren volver: el agua, el pan,
de la conocida sentencia de Heráclito, según la un cántaro, unas rosas... resuena, con perceptible
interpretación platónica, del «Nadie baja dos veces eco rítmico que fija la memoria, otro verso quizás
a las aguas / del m i s m o río» <271. Desde esta también compartido: en tierra, en humo, en polvo,
perspectiva, la conversión del río en cristal en la en sombra, en nada (301, que a su vez devuelve el
poesía de Góngora aleja a Borges de la concepción eco al eco:Dios, que sabe de alquimia, lo convierte/
poética del cordobés, aunque éste escribiera, en En polvo, en nadie, en nada y en olvido.,31)

NOTAS
1. Cf. Jorge Luis Borges: Introducción a la literatura inglesa, Buenos Aires, Columba, 1965, p. 47.
2. En el Poema de los dones, uno de los textos en los que Borges quiso «sobrevivir» (Cf. Jorge Luis Borges: «Prólogo» en
Obra poética (1923-1976), Madrid, Alianza Tres / Emecé Editores, 1979, p. 22. En adelante, OP.), escribe el argentino: «Yo
fatigo sin rumbo los confines/De esta alta y honda biblioteca ciega» (en El Hacedor, 1960, OP., p. 119). Borges, al utilizar el
cultismo semántico latino fatigar-'recorrer insistentemente un camino'-, envía no sólo a Virgilio, sino precisamente a Góngora,
quien dará -tal y como apunta Joaquín Arce- «carta de naturaleza a la acepción latinizante de fatigar». La asociación gongorina
fatigar/selva reinstaura en Borges la concepción de la biblioteca como símbolo de la incapacidad del lector para encontrar
una salida del laberinto. Y no deja de ser curioso, finalmente, que la asociación borgesiana fatigar/libros fuera ya desarrollada,
como afirma Joaquín Arce, por un poeta prácticamente desconocido: Jacinto Arnal de Bolea. [Vid. para este aspecto, Joaquín
Arce: «"Fatigar selvas": ¿Virgilio o Sannazaro?» en Literaturas Española e Italiana frente a frente, Madrid, Espasa-Calpe,
1982, pp. 185-189).
138

3. Jorge Luis Borges: «Góngora» en Los conjurados, Madrid Alianza Editorial, 1985, p. 83.
4. Gloria Videla de Rivero: «Borges, juez de Góngora», Cuadernos Hispanoamericanos, 552, junio 1996, pp. 63-70. El excelente
artículo de Gloria Videla traza la relación entre el escritor argentino y la obra de Góngora desde «Examen de un soneto de
Góngora» en El tamaño de mi esperanza (1926) hasta el poema que nos ocupa. Remito, pues, al lector al artículo citado, ya
que este análisis tiene como objeto completar lo que a mi juicio son algunas ausencias relevantes para la interpretación
siempre inconclusa del texto. El poema es un espacio ideal donde ocasionalmente se encuentran las diversas voces que lo
construyen. Y esas voces no son contradictorias, sino complementarias.
5. Borges rindió el homenaje a la técnica del poeta británico en el poema «Browning resuelve ser poeta», perteneciente a La
rosa profunda, 1975, OP., p. 424. No obstante, la tensión en ese poema viene marcada por la insistencia, que ya su título
sugiere, en los futuros imperfectos de indicativo: «[...] seré Judas que acepta / [...] / seré Calibán en la ciénaga, / seré un
mercenario/[...]/seré el amigo que me o d i a . / [ . . . ] / y alguna vez seré Robert Browning». La deliberada voluntad d e s e r e n la
ficción -así un hidalgo que resuelve ser caballero- se aleja, sin embargo, de la creencia borgiana de haber sido tanto en el
otro como en los otros. Ocasionalmente, y a diferencia de Borges, el monólogo dramático de Browning se acerca más a una
impostación, de ahí que la ironía -no muy frecuente en la poesía del argentino-sí aparezca en la del británico. {Vid. para este
aspecto, Wayne C. Booth: Retórica de la ironía, Madrid, Taurus, 1974 (1989, reimp.), pp. 191-202).
6. Para esta cuestión: Carlos Meneses: Poesía juvenil de Jorge Luis Borges, Barcelona-Palma de Mallorca, Pequeña Biblioteca
Calamvs Scriptorivs, 1978. Y recientemente del mismo autor: Borges en Mallorca (Ί919-Τ921), Alicante, Ediciones Altana,
1996. En el primero de los libros citados, Meneses recoge dieciocho poemas que Borges publicó entre 1920 y 1922 y que el
escritor desechó; mientras que en el segundo, se reproduce el «Manifiesto del Ultra» que el escritor bonaerense junto a
JacoboSureda, Fortunio Bonanovay Juan Alomar publicó en la revista Sa/earesel 15 de febrero de 1921 (Cf. Carlos Meneses,
op. cit. (1996), pp. 93-94). Vista la trayectoria poética e ideológica de Borges se explica su frontal rechazo tanto ético como
estético frente a aquel «juvenil error». Un breve fragmento del manifiesto citado anteriormente no necesita escolio alguno:
«Pide [el Ultra] a cada poeta una visión desnuda de las cosas, limpia de estigmas ancestrales; una visión fragante, como si
ante sus ojos fuese surgiendo auroralmente el mundo. Y, para conquistar esta visión, es menester arrojar todo lo pretérito
por la borda.» (Carlos Meneses, op. c/'f.(1996), p. 93).

7. Los conocidos dicterios del argentino contra cierta concepción de la poesía y prosa españolas -Góngora, Gracián,
A. Machado, Unamuno, Lorca- no deberían considerarse meros exabruptos, que le granjearon demasiadas enemistades,
sino una afirmación de su concepción poética por oposición a cierto canon de la literatura española. De Góngora Borges
desprecia, fundamentalmente, la metáfora huera, vana, impostada. Sin ir más lejos, escribe el poeta argentino: «Su virtud o
su flaqueza [la de la metáfora] está en las palabras, el curioso verso en que Dante {Purgatorio, I, 13) para definir el cielo
oriental invoca una piedra oriental, una piedra límpida en cuyo nombre está por venturoso azar, el Oriente: Dolce color
d'oriental zaffiro es, más allá de cualquier moda, admirable; no así el de Góngora {Soledad, I, 6): En campos de zafiro pace
estrellas que es, si no me equivoco, una mera grosería, un mero énfasis.» (Jorge Luis Borges: «La metáfora» en Historia de
la eternidad, Madrid, Alianza Editorial, 19783, pp. 77-78). Y frente al desprecio de la metáfora gongorina, que salpicará la
vanguardia de los años veinte, la tempranísima admiración por Quevedo. En una carta dirigida a su amigo Jacobo Sureda
fechada en Buenos Aires en 1922 escribe Borges: «En Quevedo encontré 4 versos que copio, casi panteístas y que mucho
tienen que ver con el asunto [que la cesación de la vida sea más inexplicable que la inmortalidad]: Medulas que han
gloriosamente ardido/[...] {Cf. Carlos Meneses: «Del epistolario Borges-Sureda», Turia, 21-22, octubre 1992, p. 37).
8. Cf. Heinrich Lausberg: Manual de retórica literaria, Madrid, Gredos, 1966, II, pp. 198-200. Como diálogo ficticio, la subiectio
persigue un razonamiento mediante la refutación de las ideas del interlocutor ficticio. En el poema que nos ocupa, como
más adelante explicitaré, los límites del narrador ficticio Borges y del narrador narrado Góngora se funden en un único
espacio textual, a diferencia de la disposición clásica en la que los discursos del narrador y del narrador narrado están
claramente delimitados. Por ejemplo, el hermoso soneto de Herrera D'el peligro d'el mar, d'el hierro abierto (Fernando de
Herrera: Poesía castellana original completa. Edición de Cristóbal Cuevas, Madrid, Cátedra, 1985, Libro Segundo, soneto
XXXVI, pp. 528-529) en el que el poeta hispalense narra la huida de Mario a Cartago para en el primer terceto ser el propio
Mario quien tome la palabra. {Cf. Gregorio Cabello Porras: «Del paradigma clásico a una apertura significacional en el
motivo de las ruinas a través de la poesía de Herrera», Analecta Malacitana, 4, 1981, p. 324).
9. Gloria Videla de Rivero: op. cit., p. 69.
10. Jorge Luis Borges: «Una vindicación de la cabala» (1931) en Discusión, Madrid, Alianza Editorial, 1976, p. 46.
11. Un repaso de las opiniones de Borges sobre las más dispares cuestiones, recogidas por Esteban Peicovich: Borges, el
palabrista, Madrid, Letra Viva, 1980, muestra hasta qué punto el argentino se convirtió en uno de los escritores más
políticamente incorrectos. Juzgado y condenado por sus opiniones se le negó el Premio sueco, al igual que la obra del
cordobés sobrevivió en el purgatorio de las mofas más de dos siglos.
12. Sin ir más lejos, las Soledades serían un espécimen de museo o un juego destinado a la discusión de los historiadores o
un mero escándalo. {Cf. Jorge Luis Borges: «Prólogo» en El otro, el mismo, OP., p. 174).
13. Gracián representa para Borges la culminación de un estilo-el barroco-convertido ya en parodia de sí mismo. Véase, por
ejemplo, el hermoso poema «Baltasar Gracián» perteneciente a El otro, el mismo, OP., pp. 202-203. Ajeno el jesuíta a la voz
de Virgilio, perdido entre retruécanos y emblemas nombró, afirma Borges, con palabra pecadora a las estrellas como Gallinas
de los campos orientales.
14. Lo recordó hace unos años, en su excelente Silva gongorina (Madrid, Cátedra, 1993), Andrés Sánchez Robayna: «Y es
que lo bordado o tejido pertenece a la misma órbita metafórica de lo escrito (la escritura, el texto o el tejido del mundo).
Roland Barthes ha escrito: "Texto procede de textus, participio pasivo de fexo, que quiere decir tejer". El texto es un tejido de
sentidos enmarañados; pero, asimismo, todo cuanto aparece como tejido puede leerse como un texto».
15. «Porque si el texto se autocomenta, ya sea a través de los personajes y de los narradores, quiere decir que genera un
movimiento de intertextualidad consigo mismo (además de la intertextualidad creada por la parodia). Si el texto se hace
diferente en los distintos niveles y ejercicios de lectura/escritura que propone y acumula versión sobre versión, significa qu0
139

la letra está comentando a la letra, que el signo vuelve al signo. El texto va a comenzar a apoyarse en el/los texto/s como lo
único real que ocurre en el libro [añado yo, y en la poesía] y de ahí el funcionamiento y la importancia de la traducción y
retraducción de los signos para edificar la novela [y la poesía, sigo añadiendo]. El texto se hace auto-referencial.» (Lelia
Madrid: Cervantes y Borges: la inversión de los signos, Madrid, Pliegos, 1987, p. 49).
16. «Nuestro siglo ha perdido, entre tantas otras cosas, el arte de la lectura. Hasta el siglo dieciocho ese arte era múltiple.
Quienes leían un texto recordaban otro texto invisible, la sentencia clásica o bíblica que había sido su fuente y que el autor
moderno quería emular y traer a la memoria.» (Jorge Luis Borges: «Prólogo» a Francisco de Quevedo en Antología poética,
Madrid, Alianza Editorial, 1982, p. 7) O dicho de otra forma no menos hermosa: «[...] el poema empezó por ser un objeto
verbal forjado para mantenerse en la memoria (para ser ahí releído, recitado y aun si se quiere, redicho); y por ello se dispuso
como una red de vínculos capaces de lograr que la evocación de un solo elemento arrastrara a la evocación simultánea de
todos los restantes.» (Francisco Rico: Primera cuarentena y tratado general de literatura, Barcelona, El festín de Esopo, 1982,
p. 14).
17. Cf. el clásico estudio de Eugenio Asensio: «El Ramismo y la crítica textual en el círculo de Luis de León. Carteo del
Brócense y Juan de Grial» en Víctor García de la Concha (ed.): Academia Literaria Renacentista. I. Fray Luis de León, Salamanca,
Ediciones de la Universidad de Salamanca, 1981, p. 62.
18. Escribe Pedro Díaz de Rivas: «el poeta no tiene obligación de regular la alteça de su ingenio con el juicio del vulgo, antes
todos huyeron de agradarle»: E. J. Gates: Documentos gongorinos. Discursos apologéticos de Pedro Díaz de Rivas y Antídoto
de Juan de Jáuregui, México, El Colegio de México, 1960, p. 20. (Cito por Luis Carrillo y Sotomayor en Angelina Costa (ed.):
Poesía completa, Madrid, Cátedra, 1984, p. 24).
19. Alicia de Colombí-Monguió: «Estrategias imitativas del Siglo de Oro de Bernardo de Balbuena», BHS, LXVI, 1989, p. 227.
20. Ib., p. 231.
21. Sería vano, y fuera del propósito de este análisis, el intento de recoger en una nota al píela multitud de poemas y ensayos
que Borges dedicó a una de sus obsesiones capitales que, directa o indirectamente, constituye el núcleo central de su
producción; lo que llamó «el problema esencial [y no resuelto] de la metafísica: el tiempo.» (Cf. «Prólogo» en Borges oral:
El libro, La inmortalidad, Emmanuel Swedenborg, El cuento policial, El tiempo, Barcelona, Bruguera, 1980, p. 9).
22. Cf. Erwin Panofsky: Estudios sobre iconología, Madrid, Alianza Universidad, 1994, (9.a reimp.), pp. 96-97.
23. La deliberada precisión de estilo del poeta argentino es impagable. Frente a esa construcción que afirma por ausencia la
creencia en un tiempo sin tiempo, en un tiempo que no huye, el verso Troqué en oro el cabello, que está vivo implica el error,
la imposibilidad de cambiar lo vivo por lo muerto. La imagen, por tópica, no merece comentario.
24. El soneto de Góngora mezcla ya el símbolo del paso vertiginoso del tiempo -la saeta- con las imágenes de la destrucción
física, a través del tópico de las ruinas, en el último terceto [para esta fusión: Erwin Panofsky, op. cit., p. 97]: Mal te perdonarán
a ti las horas;/las horas que limando están los días, /los días que royendo están los años. Borges reproduce el soneto de
Góngora en la Antología poética de Quevedo {op. cit., p. 14).
25. Utilizo los conceptos flecha del tiempo y c/c/o de/tiempo tal y como los formula Stephen Jay Gould: La flecha del tiempo,
Madrid, Alianza Universidad, 1992, pp. 28-33 y pp. 59-77.
26. Si admitimos la definición que Jay Gould ofrece del ciclo del tiempo {op. cit., p. 29): «En un extremo, que llamaré ciclo del
tiempo, los sucesos no se consideran como episodios específicos con un impacto causal sobre una historia contingente. Los
estados fundamentales son inmanentes al tiempo, siempre presentes y nunca cambiantes. Los aparentes movimientos son
sólo partes de un ciclo que se repite, y las diferencias del pasado serán las realidades del futuro. El tiempo no tiene dirección»,
tal formulación parece una explicación exacta de la postura que Borges desarrolla, ya en el ensayo -«La doctrina de los
ciclos», Historia de la eternidad, Madrid, Alianza Editorial, 19783, pp. 81-94-, ya en la simetría especular de algunos de sus
cuentos, por ejemplo, La trama.
27. Cf. G.S. Kirk y J. E. Raven: Los filósofos presocráticos, Madrid, Gredos, (BHF), 1979, (2.a reimp.), p. 278. La sentencia
heraclítea la reprodujo Borges en Heráclito en La moneda de hierro (1976), OP., p. 502.
28. Luis de Góngora: Soledad, I, 246.
29. Cito el soneto de Góngora por la edición de Biruté Ciplijauskaité: Sonetos completos, Madrid, Clásicos Castalia, 19783,
p. 123.
30. Mientras por competir con tu cabello en Sonetos completos, éd. cit., p. 230.
31. Jorge Luís Borges: El alquimista en El otro, el mismo, OP., p. 255.
140

EL PENSAMIENTO DUAL DE J.V. FOIX: UN COMENTARIO


INTRODUCTORIO

Óscar Barrero Pérez

J.V. Foix dejó para sus lectores un verso que los críticos nos sentimos obligados a citar a
manera de apotegma que proporciona la clave interpretativa de su escritura. Es la probable síntesis
de un pensamiento lírico más condensado que torrencial: «M'exalta el nou i m'enamora el veil».
Foix se autotitulaba investigador en poesía, y de esa cualidad brota la especulación reflexiva que
caracteriza una lírica de la que con razón ha escrito Pere Gimferrer que es una «poesía de
pensamiento» <1). Y seguramente gracias a ese engastar el pensamiento en el cuerpo lírico el poema
en prosa tiene en la producción del autor nacido en Sarria un peso tan considerable que nos permite
hablar, como lo hizo Guillem Díaz-Plaja, de un Foix que es «poeta de prosa» y «poeta de vers» t2).
Diríase que el marco del verso se le queda pequeño a Foix, que este necesita dar a conocer su
literatura utilizando más medios verbales que los que permite emplear la ajustada estructura de la
versificación.
Quizá sea posible hablar de una tensión latente entre la escritura versificada y la prosa poetizada
de Foix si se tiene en cuenta que en no pocos aspectos su literatura se nos presenta como un
encuentro (que no enfrentamiento) de conceptos que una mirada superficial consideraría en principio
opuestos. Con razón puede afirmarse, con Antoni Munné, que la «dialéctica de contrarios» se
constituye en Foix «como un eje sobre el que el poeta vertebrará gran parte de su discurso
poético» <3). En este encontramos, pues, lo físico y lo metafísico, lo real y lo irreal, lo interior y lo
exterior, el yo y el nosotros («Quan jo die jo, sempre vull dir nosaltres, perqué cree que la meva
experiencia és la comuna a tots els homes») y, sobre todo, lo clásico y lo nuevo. La escritura
catalana de Foix es clásica, pero al mismo tiempo vanguardista w , paradoja esta comprensible (y,
dicho sea de paso, no admitida por todos los críticos (5) ) si se acude a las palabras del propio autor
en su Lletra a En Joan Salvat-Papasseit: «Res no s'assembla tant als usos hodierns mes desbragats
com els costums antics». De ahí que el mismo poeta que antes de la guerra civil había escrito Sol,
i de dol, un libro de sonetos (forma clásica por antonomasia), fuese capaz de publicar después de
ella una obra que admite la adjetivación de hermética, Les irreals omegues (6). Considerando que
Sol, i de dol incorpora poemas escritos en los años treinta resulta que ya en esa etapa de su
creación Foix había encontrado la veta expresiva destinada a convertirse en el tronco que permite
todas las ramificaciones posteriores: ese libro, en efecto, es el microcosmos en el que se engloban
todas las preocupaciones del escritor. Acierta Esteban Padrós de Palacios al considerar Sol, i de
dol como «el paradigma, algo así como el compendio ejemplar, de toda la obra foixiana posterior» (7).
141

En él, en cierto modo, están resumidos textos posteriores. Téngase en cuenta, no obstante, al
interpretar este último adjetivo, la propensión de Foix a mezclar en sus obras escritos de diferentes
épocas, y entiéndase así la dificultad de analizar una trayectoria literaria como la suya atendiendo
a esos criterios diacrónicos que a los historiadores de la literatura nos resultan tan útiles, pero que
no es fácil aplicar a nuestro poeta<8). La literatura de este ofrece, evidentemente, referencias comunes
a todos los títulos que la integran, pero la existencia de aquellas no obsta para que el lector se
percate, como lo hizo Gabriel Ferrater, de que «potser la primera observació que s'imposa és la de
la diversitat d'estils dins de l'obra de Foix, l'énorme diferencia de formes entre certs llibres seus
i d'altres, o fins entre certs poèmes i d'altres dins d'un mateix llibre» (9).
Amén de las señaladas hasta aquí, otras dualidades podrían apuntarse en el examen crítico de
la poesía de Foixt10>. Por ejemplo, la que establecerían en sus extremos la razón (el escritor siempre
la utiliza para dar a conocer un texto inteligible) y lo que está más allá de ella, como pretendía
estar (en la pura teoría, cuando menos) ese superrealismo que informa tantos versos de nuestro
autor ya desde el principio de su carrera literaria. No por casualidad el último libro de Foix lleva un
título, Cràniques de l'ultrason, que parece rendir homenaje a la inquietud por trascender la
apariencia, inquietud que caracterizó siempre su escritura. Una escritura, la de Foix, que se instala
más allá del lenguaje meramente comunicativo (y por eso no resulta fácil su asimilación), más allá
también de la propia tierra (y a eso se debe la ruptura del molde localista, ruptura que en modo
alguno implica el olvido de las raíces catalanas(111). Y también más allá de la vida terrenal, y de ahí
la religiosidad del hombre y su obra: Enrique Badosa ha escrito de los poemas religiosos de Foix
que «son la cumbre de su quehacer lírico» (12).
Como ejemplo práctico de las dualidades y emparejamientos de ideas en apariencia
discordantes (o no necesariamente concordantes) me quedo con una frase incluida en uno de sus
poemas más tardíos, dedicado a Gabriel Ferrater. En 1973, con algunos años por delante, pero ya
con toda una vida por detrás, escribía Foix: «Tot muda i tot roman». No hay, por consiguiente,
rupturas cronológicas: queda excluida la posibilidad del salto en el vacío. Lo clásico y lo nuevo, la
tradición y la renovación, el soneto y el superrealismo, Cataluña y la geografía universal, todo
unido y mezclado... Me ampararé bajo el paraguas protector de Gimferrer para poner el punto
final a esta casi telegráfica anotación. Decía el otrora poeta novísimo que «Foix ha sido en Cataluña,
más que un escritor, toda una literatura» <13). Y en la literatura seguía pensando él cuando, incapaz
ya de escribir, por razones de edad, dictaba la última de sus Cràniques de l'ultrason, en la que un
personaje alecciona así a los poetas: «Recordeu, si us plau, eis vostres versos. Enriquiu-los amb
mots de novella usança i a l'alba reciteu-los prou alt perqué el vent se'ls emporti mes enllà de la
frontera que us encercla».

Universidad Autónoma de Madrid

NOTAS
1. «J.V. Foix, en tres tiempos» en J.V. Foix: Crónicas de ultrasueño, Barcelona, Anagrama, 1986, p. 11.
2. «Ritme i rima en la prosa de J.V. Foix» en De literatura catalana. Estudis i interpretacions, Barcelona, Selecta, 1956, p. 207.
3. «J.V. Foix, investigador de la poesía, especulador de la palabra», Quimera, 41, 1984, p. 32.
4. «J.V. Foix intenta, i ho assoleix plenament, d'arribar a la conjunció sintética entre classicisme, en sentit ample,
i avantguardisme; en altres termes: entre tradició cultural i espiritual i modemitat» (Josep Romeu i Figueras: Sol, i de dol, de
J.V. Foix, Barcelona, Empúries, 1985, p. 11).
5. Pienso, sobretodo, en Gabriel Ferrater: «Realment, h¡ ha una diferencia d'estil. Pero aquesta diferencia d'estil noconsisteix
de cap manera en el fet que Foix sigui per un costat avantguardista i per l'altre costat un poeta arcaítzant. [...] Foix no és un
esquizofrènic d'aquesta manera, i la seva poesía realment és unitaria i coherent, i éstan innovador en eis sonets de Sol, i de
dolí en la seva poesía classicista com en la poesía ja exteriorment d'avantguarda» (Foix i el seu temps, Barcelona, Quaderns
Crema, 1987, p. 68). Pero véase, por ejemplo, Mercé Tricas ¡ Preckler: «Aquesta curiosa síntesi de classicisme i avantguardisme
és present tot al llarg de l'escriptura de J.V. Foix i confereix una Personalität especial a l'estil de fautor, i alhora mostra que
la combinado de modemitat i de tradició, a primer cop d'ull contradictoria, és, tanmateix, possible» ( J. V. Foix i el surréalisme,
Barcelona, Edicíons Anglo-Catalanes, 1986, p. 69).
142

6. Utilizo el adjetivo en un sentido próximo a aquel que le daba G. Díaz-Plaja al analizar la poesía de Foix, cuya obra, decía,
es «sempre absolutament lírica, ésa dir, interior, reflex purd'una creació individual i intransferible, hermética en el sentit de
secreta i, per aixö, plena de gracia creadora» («Josep Vicenç Foix» en Viatge a l'Atlàntida i retorn a (taca. Una interpretado
de la cultura catalana, Barcelona, Destino, 1962, p. 141).
7. «El clasicismo de J.V. Foix, investigador en poesía» en VV.AA.: J.V. Foix. Premio Nacional de las Letras Españolas 1984,
Barcelona, Anthropos-Ministerio de Cultura, 1989, p. 83.
8. La afirmación de P. Gimferrer en el sentido de que «l'obra foixiana és un bloc unie» {La poesía de J.V. Foix, Barcelona,
Edicions 62, 1974, p. 99); la misma afirmación, en «Aspectos de la poesía de J.V. Foix», Destino, 27 de enero de 1973, p. 23,
ha sido refrendada por Jaime Ferren {cf. J.V. Foix, Madrid-Gijón, Júcar, 1987, p. 120) y ampliada por Arthur Terry: «Cal
preguntar si es pot parlar en rigor d'una progressió en l'obra foixiana. Fins a un cert punt, la pregunta sembla invitar a una
negativa; [...] la seva obra és inseparable de l'ambient original en el qual es va crear. I aixo, que en un altre escriptor podría
semblar una débilitât, és molt natural en un poeta que veu la seva tasca com la investigació d'una sola veritat, única i
indivisible» {Sobre poesía catalana contemporanía: Riba, Foix, Espriu, Barcelona, Edicions 62,1985, pp. 107-108; el artículo
reproducido apareció antes en Serra d'Or, 102, marc 1968). Me parece significativo el hecho de que una de las estudiosas
más caracterizadas de la literatura de Foix, Patricia J. Boehne, estructure su libro sobre el escritor catalán en torno a un
capítulo, «Experiments in Poetry, 1932-1974», que (las fechas lo ponen de manifiesto) abarca en realidad toda la poesía de
aquel, excepción hecha de la inicial: la parcelación es, efectivamente, tan poco conveniente como en último término inútil.
9. «Prólogo» a J.V. Foix: Els lloms transparents, Barcelona, Edicions 62, 1969, p. 9.
10. La señalada por Albert Manent, vida cotidiana de Foix / m u n d o imaginativo de su literatura me parece significativa por lo
que supone de abstracción del ejercicio creativo con respecto a las circunstancias ajenas al estro («Entre la llegenda i la vida
de cada día», Serra d'Or, 160,15 gener 1973, pp. 23-26). Otra que merece la pena evocares la que encontró Laureano Bonet
entre el hombre aislado y el mundo que lo rodea, dualidad esta que le permitía al crítico inscribir la literatura de Foix en esa
orientación seguida por otros poetas del siglo XX cuya obra «testimonia abiertamente una radical incongruencia entre el
hombre y el mundo o, mejor, entre el individuo y la sociedad de que forma parte» («El realismo transfigurado de J.V. Foix»,
Destino, 5 de septiembre de 1964, p. 34).
11. La frase con la que comienza Albert Manent su semblanza es clara: «A pesar de haber sido muy "racialmente" catalán,
Foix es un escritor sin fronteras» («Perfil biográfico de J.V. Foix» en VV.AA.: J.V. Foix. Premio Nacional de las Letras Españolas
1984, éd. cit., p. 21).
12. «Prólogo» a J.V. Foix: Antología, Barcelona, Plaza-Janes, 19753, p. 27. Es, en el fondo, una lectura que Badosa había
realizado ya muchos años atrás: todos los poemas de Foix, escribía en 1957, son «un apasionado canto a la libertad. No a la
libertad que los hombres pueden constreñir. Sino a la libertad que habrá de proporcionar el absoluto conocimiento de lo
creado, una vez lograda la visión de Dios» («De la poesía religiosa de J.V. Foix», Destino, 22 de junio de 1957, p. 38). Con
posterioridad a esta primera cala, Badosa ha defendido ardientemente, sobre la base de su contacto personal con el autor, la
religiosidad del poeta, que «era hombre intensamente atraído, preocupado por lo religioso», y que «murió en el seno de la
Iglesia Católica» («Acercamiento a la obra de J.V. Foix» en VV.AA.: J.V. Foix. Premio Nacional de las Letras Españolas 1984,
éd. cit., p. 77). Es la misma idea expuesta por Maur M. Boix, para quien «J.V. Foix presenta en els seus llibres expressions ¡
actituds que podem anomenar religiöses» («J.V. Foix, cristià», Serra d'Or, 160, 15 gêner 1973, p. 9). En parcial oposición a
estas interpretaciones, escribe A. Terry que «mes que proclamar directament la seva fe en el Déu cristià, Foix ha anat
investigant la seva experiencia d'un univers que, per a ell, és ordenat segons uns principis divins que, gracies a llur mateixa
claredatenlluernadora, guarden sempre unions de misteri» {Sobre poesía catalana, éd. cit., p. 104). En su conversación con
Narcís Comadira (transcrita por Xavier Febrés) hay varias observaciones de Foix sobre su pensamiento y sus sentimientos
religiosos. Entresaco la siguiente: «La vida ha estât per a mi una successió d'instants. I cada instant m'ha posât en contacte
amb l'eternitat» (Barcelona, Laia, 1985, p. 49).

13. «J.V. Foix, en tres tiempos», cap. cit., p. 13.


143

LA CREACIÓN DE UN MITO

Antonio Ubach Medina

El caldero de oro de José María M e r i n o es una Y es s i g n i f i c a t i v o el l u g a r d o n d e aparece esta


de las p r i m e r a s novelas de u n o de los autores más mención pues el c a l d e r o , por lo q u e significa por
i m p o r t a n t e s de la literatura española actual < 1 ) . El sí m i s m o y p o r su i m p o r t a n c i a en la c o n s t r u c c i ó n
análisis q u e sigue a c o n t i n u a c i ó n trata de e x a m i n a r del m i t o , será el c e n t r o de t o d o el relato:
c u á l e s s o n los e l e m e n t o s q u e d e t e r m i n a n s u s
Consideramos que los valores
características n a r r a t i v a s . En esta o b r a el a u t o r semánticos de la novela, es decir, el sentido
c o n s t r u y e un m i t o , el q u e da t í t u l o a la n o v e l a , q u e l i t e r a r i o , se crean precisamente con las
enlaza pasado y presente para dar s e n t i d o a un manipulaciones que el narrador efectúa sobre
hecho c o n t e m p o r á n e o e n r a m á n d o l o en la tierra en las unidades y categorías formales de la
la q u e t i e n e lugar. sintaxis dándoles un orden (un montaje) en
un esquema sintáctico, que implica ya una
Al c o m e n z a r el análisis, y la lectura, de la obra
valoración, pues no significa lo mismo un
lo p r i m e r o q u e l l a m a la a t e n c i ó n es el t i p o de motivo colocado al principio, en el medio o
narrador. De a c u e r d o c o n M. a del C a r m e n Bobes al final de un discurso, o un motivo que se
(1993, p. 197), cuenta una sola vez frente a otro que se cuenta
más de una vez... (Bobes, 1993, pp. 197-198).
lo específico de la novela empieza... con la
figura de un narrador, que sirve de centro para Ya aquí, en estas p r i m e r a s líneas, el n a r r a d o r
las distancias, las perspectivas, las visiones,
a d v i e r t e d e la p o s i b i l i d a d d e q u e lo q u e está
las voces, y las manipulaciones del tiempo y
c o n t a n d o le haya sido c o n t a d o p r e v i a m e n t e a él
de los espacios... es quien dispone de la voz
en el discurso y de los conocimientos del («es s ó l o el a r g u m e n t o de un relato m a r a v i l l o s o ,
mundo narrado... m u c h a s veces r e p e t i d o » ) . En su h i s t o r i a el lector
no sólo va a e n c o n t r a r su p a l a b r a , s i n o t a m b i é n
En este c a s o , se t r a t a de un n a r r a d o r en
otras. Dice M i j a i l Bajtin (1989, p. 162):
primera persona y a la vez protagonista de la acción
que se va a desarrollar. Ya de por sí es esto un En la existencia cotidiana de nuestra
claro índice de s u b j e t i v i d a d , con el cual el autor c o n c i e n c i a , la palabra i n t r í n s e c a m e n t e
convincente es seminuestra, semiajena. Su
pone de m a n i f i e s t o las p e c u l i a r i d a d e s de lo q u e
productividad creadora está precisamente en
encontrará el lector. Al elegir c o m o centro del relato el hecho de que provoca un pensamiento
el «yo» del p r o t a g o n i s t a , t o d o será f i l t r a d o por una i n d e p e n d i e n t e y una nueva palabra
conciencia única. La historia la conoce el lector sólo independiente; organiza desde el interior la
a t r a v é s de lo q u e d i c e , piensa y siente u n o de los masa de nuestras palabras, pero sin quedarse
personajes. Pero en realidad ese p u n t o de vista en situación de aislamiento e inmovilidad. Con
único i n c o r p o r a el de los d e m á s personajes que todo, no es interpretada por nosotros, sino que
se desarrolla libremente todavía más, se adapta
v a n a p a r e c i e n d o en la o b r a , m a n i f e s t a n d o su
a un nuevo material, a nuevas circunstancias,
a p r o b a c i ó n o su d e s a c u e r d o con lo q u e los o t r o s se autoesciarece con nuevos contextos.
t a m b i é n d i c e n , piensan y s i e n t e n . Eso explica q u e
desde el c o m i e n z o el caldero ocupe un lugar central Para avanzar en ese proceso es preciso aclarar
en su d i s c u r s o , ya q u e es el e l e m e n t o q u e unifica de q u i é n procede la palabra, q u i é n es ese «yo» q u e
la p e r i p e c i a de t o d o s e l l o s . C o n él e m p i e z a la inicia la n a r r a c i ó n , lo cual o c u r r e p o c o d e s p u é s .
narración: Se t r a t a de a l g u i e n q u e se e n c u e n t r a en u n a
s i t u a c i ó n vital m u y peculiar:
Yo no sé si vi el caldero de oro alguna
vez, o si nunca lo vi y es sólo el argumento de Estoy tirado en el suelo, boca abajo, con
un relato maravilloso, muchas veces repetido, el rostro apoyado sobre la mejilla derecha, los
que ha ido i n c o r p o r á n d o s e tenaz a mi brazos casi en cruz pero con los antebrazos
imaginación hasta convencerme de haberlo doblados, las piernas plegadas ligeramente en
contemplado realmente, de haber escrutado las rodillas, como en el amago de un pataleo,
de verdad su contextura metálica, tan vetusta, de un paseo imposible (p. 8).
tan d e s l u c i d a , oro que no lo parecía,
decepcionante amarillo sucio, cascarón que P a u l a t i n a m e n t e el l e c t o r v a d e s c u b r i e n d o
contradecía, con su apariencia ajada, las j u n t o con el n a r r a d o r las c i r c u n s t a n c i a s en las q u e
leyendas fabulosas de lo áureo (p. 5). éste se e n c u e n t r a . Está h e r i d o , t i r a d o en el s u e l o ,
144

y está despertándose poco a poco. Son sus ¡deas Además de los pertenecientes a las diversas
en ese proceso de recuperación de la conciencia etapas de la vida del Chino, hay un grupo de
las que aparecen en la obra. Se trata por tanto de narradores cuya identificación también se produce
un largo monólogo interior que además se produce de manera similar, a medida que va avanzando su
en un momento muy particular: ese instante previo palabra, pero cuyas características los sitúan en
a la muerte en el que toda la existencia pasa ante momentos históricos bien diferentes unos de otros.
nuestros ojos como si de una película se tratara. Todos ellos se encuentran en una situación
El relato de casi doscientas páginas se desarrolla, parecida a la del Chino debido a circunstancias que
por tanto, en un tiempo real mínimo, o por lo poco a poco se clarifican en el discurso:
menos cuya duración es difícil de establecer, pero
también inútil porque no interesa el tiempo real Al hilo del despertar, vas asumiendo el
sino el interior del personaje, que va desgranando silencio que te rodea y la soledad de tu propio
su existencia ante los ojos del lector. abandono como testimonios inequívocos de
la derrota: la batalla debió terminar hace
Todo ello es también otra advertencia sobre tiempo, acaso cuando los últimos reflejos de
loque se narra. Como ya aparece claro en el párrafo poniente, pero tú no lo supiste.
inicial de la novela, en las primeras palabras («Yo Sientes en las entrañas un dolor cada vez
no sé»), habla de impresiones del presente y del más agudo y comprendes que estás
pasado, de recuerdos evocados y de sensaciones malherido, que te estás muriendo (p. 49).
del momento de cuya precisión no se hace garante,
y así, de ese modo, se presentan al lector. El En las fiestas, cuando venían los jóvenes
narrador se encuentra a punto de morir, cuando del otro lado del río con sus caballos para
competir, se hablaba de los invasores de
sin pertenecer ya al mundo de los vivos aún no se
Oriente con burla...
ha llegado al de los muertos, y por tanto la realidad
Aquellos guerreros necesitaban una
no es como habitualmente la conocemos, y se magia muy complicada para luchar: tenían
mezcla con otras realidades de las que también es que ponerse juntos, de mayor a menor,
partícipe en ese instante: con aquellos escudos suyos rectangulares,
pesadísimos, propios de guerreros excesiva-
Estoy aquí, caído en la noche, mente cautelosos, andando acompasadamen-
contemplando de refilón las estrellas. ¿Estoy te, bien pegados los unos a los otros (p. 52).
herido? Las estrellas chisporrotean porque es
invierno, es una noche helada. Siento el frío Es el guerrero ibérico que se ha enfrentado a
también, aunque no del mismo modo que mi las legiones romanas y que recuerda, también en
herida. Y escucho unos sonidos cercanos, el instante anterior a la muerte, los últimos
algún gemido, un ansioso alentar. ¿Soy un momentos de libertad de un pueblo que ha vivido
guerrero herido? ¿Me rodean, pues, los restos en un estado primitivo de armonía con lo que les
de una batalla? ¿Es ese cuerpo tirado junto al rodea y que ha sido vencido por una civilización
mío el de otro guerrero, el del enemigo que
superior. Es también él el que cuenta la historia
abatí antes de caer, el del amigo que cayó a
mi lado? (p. 9). del caldero:

La referencia al «guerrero herido» y a la El caldero había venido con el pueblo,


«batalla» advierten de la existencia de otra historia, hacía mucho tiempo. Con los abuelos de los
antiguos, mucho antes incluso de que fuesen
que no se concretará hasta la página 49. Así se
viejas las noticias de los invasores venidos de
inicia la fusión entre los diferentes narradores. donde nace el sol (p. 51).
En primer lugar el Chino, apodo infantil del
protagonista pero que será el único nombre que Es un objeto mágico cuyo origen se remonta
reciba en toda la obra, otro ejemplo de imprecisión a un pasado previo a la memoria y que era el centro
estrechamente relacionado con ese no estar de la existencia:
contando nada a nadie fuera del propio narrador.
El caldero era también el vértice de todos
Las diferentes etapas de su vida se mezclan y
los cambios y de todas las mutaciones:
alternan en el discurso aparentemente caótico del presidía, colocado sobre la peña, los ritos de
m o r i b u n d o . Los acontecimientos que le han la vida (p. 52).
llevado a estar tumbado y herido en medio del
bosque, en esa noche invernal, suceden a los De todo ello deriva su carácter mítico. Pero
veranos de su infancia en el campo, donde conoce en este caso el narrador no emplea la primera
a su primo Lupi y las historias del abuelo, que es persona como ocurre cuando es el Chino el que
el que le transmite el secreto del caldero. Ese rememora sus propias peripecias. La persona
mundo está totalmente separado de su vida en la verbal utilizada es el «tú», que es la persona del
ciudad, tanto de pequeño como ya de mayor, diálogo y ajena, en general, a la narración:
cuando está a punto de perder toda conexión con
Aunque la luz sea tan escasa (porque
esa importante parte de su infancia hasta que la
es de noche), es suficiente testimonio de tu
muerte del abuelo le hace volver a residir en la lenta recuperación de la conciencia: la vas
vieja casa familiar. Es entonces cuando comienza descubriendo poco a poco, como si ascen-
la etapa de su vida de adulto más cercana al dieses, sujeto de una cuerda, desde el fondo
momento inicial de la novela. oscuro de una sima (p. 49).
145

El párrafo también describe el despertar a la El relato en pasado permite distanciar la


conciencia del guerrero herido, con el que el Chino acción, y aún más, distanciarla por partes; la
habla en ese momento del final de su existencia, y narración del pasado desde el presente por
medio de los recuerdos del personaje, permite
que es parte de un mismo momento en las dos
un d e s d o b l a m i e n t o que j u z g a m o s m u y
vidas. interesante: el sujeto analiza lo que ocurrió en
el pasado y lo hace desde una distancia no
Has sido lobo como has sido trucha,
sólo física, de los años, sino t a m b i é n
como has sido golondrina de pecho amarillo,
psicológica: la superposición de dos estados
y toro mugidor, y gallo de mil gallinas, y de á n i m o puede servir para establecer
cigüeña, y rebeco. En el fluir infinito de la vida c o n t r a s t e , o e v o l u c i ó n del carácter, o
has sido muchas vidas distintas, vidas que no simplemente diferente visión (Bobes, 1985,
recuerdas pero que mantuvieron a través de p. 171).
los tiempos tu sustancia (p. 50).
Sin embargo, aquí la simultaneidad de todas
El diálogo, por tanto, no deja de ser un las acciones que aparecen se manifiesta en la
monólogo, sólo que entre un tú y un yo que han utilización del presente. Es una simultaneidad en
mantenido a través de los tiempos su sustancia, el recuerdo, sí, en el momento en que el Chino
es decir, que poseen una misma identidad a pesar repasa su vida y la de sus antepasados, pero un
de que las circunstancias en cada caso sean bien recuerdo que se presenta c o m o revivido en
diferentes. Es otra forma de ese tú con el que uno ese i n s t a n t e , sin que aparezca, más que
dialoga c o n s i g o m i s m o y que en este caso esporádicamente, como ocurren en el ejemplo de
identifica una etapa de la conciencia en el largo la página 110 citado más adelante, la reflexión
devenir de una historia personal, que se remonta sobre los hechos matizada por el paso de los
al principio de los tiempos y que sólo puede años.
ser recuperada en ese instante peculiar, ya
El «tú» marca la aparición de otros narradores:
mencionado antes, en el que se está a caballo entre pp. 49-54 y 186-191, el guerrero herido tras la
dos mundos. d e r r o t a ante los r o m a n o s que recuerda
Por ello, también el «tú» aparece cuando la vida y los últimos momentos de su pueblo;
comienza a recordar su infancia, ya que ésta es pp. 60-64, el hispanorromano que espera la llegada
igualmente una etapa pasada de la vida que sólo de los bárbaros; pp. 80-84, el mozárabe emigrado
se puede revivir en esta circunstancia un tanto a los reinos cristianos que rememora con nostalgia
particular: «-A mi me llaman Chino- le habías dicho su vida entre los i n f i e l e s ; pp. 101-106, el
al abuelo» (p. 13). conquistador español integrado en una aldea india
Que el p u n t o de vista desde el que se al que sus compatriotas van a pedir ayuda como
contemplan los hechos tiene características intérprete; pp. 130-134 y 145-148, el mestizo que
propias lo muestra sin duda la utilización de los ha regresado, impulsado por un fraile de su zona
tiempos verbales: de origen en España, para estudiar en el seminario
y que, envuelto en la guerra de la Independencia
Ya anoche, desde el momento en que me
acaba casándose y recibiendo de su suegro el
senté a su lado en el escaño de la cocina,
extendió el brazo izquierdo y, apoyando la
secreto del caldero.
muñeca en mi hombro, tomó mi pescuezo Todos ellos se encuentran en un momento de
entre sus dedos, apretándolo intermiten- sus vidas en el que el cambio supone el final de
temente mientras me hablaba... Aunque me una forma de vida, una etapa violenta que llevará
costará unos días, al cabo aprenderé a a una nueva manera de concebir el mundo y las
alejarme del alcance de su brazo, y ese
relaciones con el entorno y los otros, pero en las
apartamiento me permitirá observarle de
que siempre permanece inmutable el sentimiento
modo más completo... (p. 12).
de pertenencia a un lugar, a algo que va más allá
La alternancia en este párrafo del pasado, del tiempo presente, simbolizado por el caldero,
tiempo habitual de la narración, y el futuro, que cuyo secreto pasa de unos a otros por caminos
en este caso se sitúa en el pasado respecto al diversos. Y es siempre el enemigo exterior el que
presente del yo narrador, indica la mezcla total de determina ese final en cada caso.
las perspectivas temporales. Sobre todo porque El espacio en que se desarrollan las diferentes
inmediatamente la historia de la infancia del Chino acciones adquiere igualmente un significado
continúa contándose en presente. Y ahí está la específico a lo largo de la obra. El lugar central,
clave: todo es presente en ese momento para el donde acontece la historia del caldero, es el
narrador, las diferentes etapas de su vida y las pueblo en el que el Chino pasa los veranos con su
diferentes vidas que aparecen. Antonio Candau abuelo. Allí aprende a estar en contacto con la
(1992, p. 85) señala en esta obra «la presencia, naturaleza, con el mundo real, y allí establece unas
c o m o m o d e l o s n a r r a t i v o s , de dos de las relaciones que no tienen nada que ver con la
concepciones fundamentales sobre el tiempo: el artificiosidad de la ciudad. Esta es un elemento
eterno retorno y el Apocalipsis» (2) . Ese juego con ajeno, que rechaza todo lo que se sale de lo
los tiempos verbales implica la fusión de los habitual. Por eso el asombro del abuelo cuando el
diferentes planos temporales. Dice M. a del Carmen protagonista le dice el mote con el que le conocen
Bobes: en el colegio:
146

-A mí me llaman Chino- le habías dicho salvado del sacrificio en el último momento, como
al abuelo. miembro de esa comunidad que pertenece al
En el colegio, tú y Jaguayana, el filipino, caldero se da cuenta de lo que su conquista
sois personajes singulares: de tez morena, significa:
ojos muy oscuros y cabellos lacios, presentáis
un aspecto exótico entre los muchachos Aquel lucero, aquel cometa, aquella estrella,
sanguíneos y mofletudos (p. 13). brilla todavía sobre ti. Los dioses habían
escuchado tus plegarias, pero no tus dioses.
Esa diferencia, que es fruto de la herencia Era sin duda la piedad de aquellos otros dioses
mestiza y que no es aceptada, es la conexión que monstruosos.
le permite enlazar con la historia del caldero. [...]
El abuelo enseguida revela el origen: un lejano Al fin quedaste incorporado a una comunidad,
antepasado que marchó con Cortés y casó con una entraste en el ciclo de su vivir, te hiciste uno
princesa india. Pero esa historia, de la que el abuelo de los suyos. Te dieron mujer, ella te dio hijos
presume y en el pueblo es perfectamente aceptada, (p. 167).
es rechazada por el padre ciudadano: Pero el quedar incorporado a una comunidad
También mamá decía lo de la princesa, significa también renunciar a cosas y esa renuncia
pero con una sonrisa exculpativa que parecía no es fácil. Sobre todo porque significa renunciar
defenderse de las reticencias de papá, si él a una parte de la propia identidad que no puede
estaba delante... desaparecer, que sale a la luz en los momentos
-Mi padre asegura que un antepasado más insospechados. Cuando va a buscarle su
casó con una princesa de allí. primo, recuerda:
Entonces, papá le miró severamente y
contestó, con una voz baja y extraña: Viéndole ahora, después de tanto
-Mujer, aquella gente eran caníbales tiempo, encontrabas en sus rasgos, a pesar
(p. 24). de la barba, las señales de la infancia lejana,
cuando ibais juntos a nidos y a cangrejos y
Y es esa herencia lo que le une estrechamente aprendíais entre golpes, con esfuerzo
a su primo Lupi, que se convierte en su compañero denodado, agarrándoos mutuamente del
inseparable de las andanzas infantiles, y más cinturón, las cabezas apretadas una contra
tarde comparte con él su vida de adulto en el otra y el sudor recorriendo las mejillas
pueblo. Los dos pertenecen al mismo mundo y pegadas de ambos, la zancadilla y el traspiés,
la cadrilada y la bolea, las mañas de los
aceptan esa pertenencia. Ese mestizaje es el último
alucheslp. 106).
eslabón de la cadena que se inicia con la conquista
romana. Porque además esa identificación con el otro
Tampoco hay que olvidar que de la ciudad es despierta un sentimiento de culpabilidad. La propia
de donde parten las agresiones. De la lejana Roma identidad no se puede negar, pero tampoco la del
llegan los invasores, y de otra más cercana los pueblo al que se quiere o cree pertenecer, como le
ingenieros y trabajadores que construyen la planta ocurre al mozárabe al recordar su ciudad de origen
que acabará destruyendo definitivamente el una vez trasladado a tierras cristianas:
entorno del pueblo. Es en la ciudad donde el Chino
lleva una vida vacía, ya de adulto, que le está Cierras los ojos y te parece encontrarte
allí: y en esa imaginación hay un sentimiento
destruyendo paulatinamente, y sólo se recupera
gozoso que, sin embargo, se amarga en la
cuando, tras la muerte del abuelo, regresa al sospecha de pecado y de traición. Acaso tu
pueblo a vivir en la casa. Y de la ciudad parte el pecho esconde un corazón renegado. Y esa
pleito, interpuesto por su propia familia, que le nostalgia... se ve interrumpida por la culpa,
hubiera obligado a abandonar la casa si antes no que brota en tu sentimiento como un matorral
se hubiera quemado, a pesar de que el abuelo se espinoso... (p. 82).
la había dejado a él. La ciudad es la civilización, es
Todos estos elementos van configurando la
decir, lo que no está en contacto directo con el
identidad del yo protagonista que poco a poco
mundo, lo artificial, en contraste con la visión del
adquiere un sentido en las transformaciones
mundo que tienen las gentes del caldero:
sucesivas, y sobre t o d o en esa presencia
Porque los dioses y el pueblo eran contemporánea que es la historia del Chino, que
expresión de la vida, y todo era vida y estaba resume y que explica todas las anteriores.
lleno de vida... El número de los dioses y de Y así se llega a otro de los elementos que
las diosas era infinito... Porque la vida es dios, marcan las características de esta novela: el
y es múltiple, cambiante, sucesiva. La vida es tiempo. Es éste un factor de capital importancia
todos los dioses y los dioses son infinitos en la construcción de cualquier narración, y más
(p. 190).
en la novela.
No de la ciudad, pero sí de lo que se considera
La novela recibe la consideración de arte
civilización, es de donde provienen los españoles temporal, como la música... sucesión y
que van a visitar a su paisano para reclamar su movimiento son los elementos de toda historia
ayuda cuando él ya está perfectamente integrado real y fingida, y sobre ellos se miden y se
en el poblado indio, cuando ya incluso su lengua señalan el tiempo y el espacio (Bobes, 1993,
le parece ajena después de que, tras haberse p. 166).
147

Llega a convertirse, como señala la misma autora, El abuelo y Lupi le parecen dos palurdos
en tema central de obras como las de Proust o alejados de las inquietudes intelectuales que acaba
Thomas Mann. de descubrir y que por eso le parecen lo más
i m p o r t a n t e . A los pocos días i n t e r r u m p e su
Y hay a u t o r e s , c o m o V a l l e - l n c l á n , que estancia allí, justificando su nueva actitud con los
pretenden dar una visión de varias acciones reproches acumulados por el resto de la familia.
simultáneas en el tiempo, como si estuviesen
Se ha d i s t a n c i a d o de ese m u n d o real que
paradas, para diseñar un panorama espacial
como un retablo... (Ib.). representa el pueblo. Pero en el fondo sabe que
no tenía razón.
El tratamiento del mismo aquí es diferente.
Y, sin embargo, no fui capaz de asumir
Se trata de diversas acciones que ocurren también que mi decepción estaba solamente en mí
en distintos momentos, pero que se presentan mismo, que yo era el único responsable de
como simultáneas, como intercambiables. A lo aquel sentimiento (p. 110).
largo de la historia los personajes viven situaciones
parecidas, cuya similitud sólo puede apreciarse A partir de entonces el alejamiento es casi
cuando todo el relato, y todos los relatos que lo definitivo. En medio de su vida gris en la ciudad,
constituyen, llegan a su punto final. empleado en una empresa, recibe al cabo del
El proceso que vive el Chino, el protagonista tiempo un telegrama del abuelo que dice: «He
de esa acción contemporánea al lector, es el que muerto. Ven enseguida. Tu abuelo Manuel» (p. 35).
se describe con una mayor minuciosidad. El Poco después una llamada de su hermano le
encuentro con el personaje que lo liga a su pasado, confirma la noticia. Asiste al entierro, y el contraste
el abuelo, se produce en un momento de crisis. La con la vaciedad de su vida actual le hace tomar la
llegada al pueblo es a causa de una enfermedad decisión de regresar al pueblo, a compartir con
misteriosa que temen los padres por el resultado Olvido y Lupi la casa que ha legado a los dos nietos.
de una travesura en el colegio: él y su grupo de El pueblo ya no es el de su infancia. Pero
amigos, los mosqueteros, en su afán de aventuras sólo es consciente de ello cuando, después de
se internan en una zona abandonada del mismo, perder el pleito interpuesto por la familia para
se derrumba el suelo y uno de sus compañeros revocar el testamento del abuelo, Olvido provoca
muere: el incendio de la casa y el Chino, al volver de la
ciudad y encontrar las cenizas humeantes, se da
Y me parece oír llorar de nuevo a Athos cuenta de que sólo queda el aspecto exterior de lo
y a Porthos, tan lentamente... mientras que él recordaba, que las gentes ya son otras, pues
recuerdo a la perfección aquel instante y la mayoría ha emigrado a las ciudades y sólo
vuelvo a ver los ojos inmóviles de D'Artagnan, quedan viejos y algunas familias de las de siempre.
el gesto estático de su boca entreabierta en
aquella mueca a la que sólo daba algo de Y recuerdo también, con idéntica
movilidad un insecto que recorría lentamente precisión, cómo fui descubriendo que el
su frente antes de perderse entre su pelo incendio y la ruina de la casa del abuelo
(pp. 23-24). parecían formar parte de una realidad nueva
y distinta: así, comprendí de modo paulatino
En ese momento de crisis, que no es vivido que sólo se mantenía exteriormente, en su
como tal por él, entra en contacto con un mundo aspecto más inmediato, el pueblo que yo había
que va adquiriendo, como para cualquier niño conocido en mis veranos infantiles (p. 160).
criado en la ciudad, las características de lo
De esta forma, el proceso de urbanización ha
maravilloso. La edad y el momento propician un desvirtuado un recuerdo que, al incendiarse la casa
estado de plenitud en el que todo es posible. Y las del abuelo, desaparece definitivamente. La gente
historias del abuelo (la del caldero entre otras), los ha emigrado a la ciudad y regresa en vacaciones
personajes que va conociendo allí (su primo Lupi, pero ya no vive allí. En realidad, esa forma de vida
Olvido) contribuyen a crear una identidad de la que, a la que ha intentado volver ya casi ni existe. Y de
aunque ya existente hasta cierto punto, como lo la ciudad llega la amenaza que puede acabar
demuestra su afán de aventuras con los otros d e f i n i t i v a m e n t e con ese m o d o de v i d a : la
mosqueteros, no había tenido conciencia hasta construcción de la planta. Y el Chino y Lupi
entonces. acabarán muriendo por oponerse a la misma.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo,
Esa lucha contra el cambio es el punto común
se distancia de ese mundo. El descubrimiento de con los episodios de las otras vidas que aparecen
la relación entre el abuelo y Olvido provoca que en la novela, lo que los unifica. Sólo que en esos
los padres lo alejen de él. El Chino crece, va a la casos la desaparición de una forma de vida no
universidad, y cuando lo visita tras el primer curso supone el final de nada, pero sí ahora. «La Planta
en ella no es capaz de recuperar lo que les había es el nuevo invasor; otro más y, a la vez, el último,
unido: pues la lucha contra ella es la que se lleva la vida
del Chino» (Candau, 1992, p. 89). Y el Chino es el
Yo venía cargado con un bagaje que
juzgaba maravilloso, compuesto ya no de último representante de una estirpe que acabará
experiencias reales sino de artilugios para con él. Por eso es él el que recuerda todas las otras
imaginarlas... (p. 109). vidas, y con él desaparece esa posibilidad de
148

recuerdo que ya sólo se da en el pueblo, pero que verdaderos por haberlos vivido intensamente;
con la invasión de los cambios que traerá tampoco y, desde ese punto de vista, ningún otro podía
allí será posible. El centro, el hilo conductor de todo reemplazarlos (p. 181).
es el caldero: No es posible abandonar el pueblo, pues
El caldero como objeto mágico significaría renunciar a la propia identidad. Así se
guardando siglos de historia de la ribera de ve envuelto en el intento de acabar con el invasor,
un pasado leonés, desde el del conquistador urdido por otros que también habían llegado allá
romano hasta el actual, en el que sucede la buscando un refugio, y en el que participa con
invasión de la industria energética, vista esta entusiasmo Lupi. Este entusiasmo es el que rompe
última como un elemento de distorsión de la la habitual apatía del Chino, que siempre necesita
cultura popular, rica en valores y conservada
los estímulos ajenos para actuar (del abuelo, de
durante siglos (Asís, 1990, p. 262).
Olvido, del mismo Lupi). El sentido de esa lucha
Eso es lo que significa la planta, la destrucción final queda claro en el siguiente fragmento:
de una forma de vida, simbolizada por el caldero,
La aventura es muy peligrosa...
que desaparece con el último poseedor de su
Perteneces a un comando secreto, heroico, un
secreto. No importa su existencia real o no, sobre comando en lucha contra la Planta que es el
la que el Chino se interroga continuamente, pues Gran Invasor, el Gran Conquistador. Su
como centro del mito lo fundamental no es su invasión, su conquista, es la condena a muerte
materialidad sino su significado: ser signo de la para todos vosotros, sin remedio... La lucha
pertenencia a una estirpe que arranca del guerrero contra esta Máquina era una batalla de una
moribundo vencido por los romanos. Y esa estirpe guerra mayor: la que pretendía evitar que el
planeta todo terminase convertido en
desaparecerá porque los nuevos modos de vida Máquinas y en Ciudades, unas ciudades
que trae la planta le son completamente ajenos. donde los gatos, los canarios, los geranios y
No puede producirse la adaptación a las nuevas las carpas de pecera mantendrían el
formas que trae consigo, como sí había ocurrido testimonio exclusivo de la fauna y de la flora
en los otros casos (el español con el indio, el del mundo (p. 176).
indiano con los que habían permanecido en la
patria). La batalla, pues, tiene las m i s m a s
características épicas que las otras que han
Es el final de un mundo, de ahí esa mención
aparecido anteriormente. Sólo que esta vez la
al Apocalipsis de Candau señalada arriba. Toda una
derrota significa el aniquilamiento total, ¡dea que
serie de datos contribuyen a que el lector lo perciba
refuerza la fecha de ese último día en la vida del
de ese modo. Por ejemplo, un primer atentado
Chino, el 31 de diciembre.
contra las obras, y las consecuencias que este trae
(p. 180). O las reflexiones que los cambios La aventura transcurriría en unas fiestas
originados por la planta provocan en el Chino: de Navidad, en una Nochevieja; una
Nochevieja memorable, una Nochevieja
Empecé entonces a reflexionar en mi crucial, definitiva, por ejemplo la última
futuro y a plantearme la conveniencia de Nochevieja del siglo, la última por tanto del
marchar a otro sitio, de avanzar acaso río milenio... Este amanecer será el primero del
arriba en busca de esa identidad rural que aquí año dos mil, un año verdaderamente nuevo,
se estaba arruinando. Pero mi venida al pueblo cuyo advenimiento había sido angustiosa-
del abuelo había sido, precisamente, para mente esperado, como si viniese a ser el
reencontrar unos lugares que yo creía resolvedor de todo (p. 176).

BIBLIOGRAFÍA
ASÍS GARROTE, M.a Dolores: Última hora de la novela en España, Madrid, Eudema, 1990.
BAJTIN, Mijail: Teoría y estética de la novela, Madrid, Taurus, 1991.
BOBES NAVES, M.a del Carmen: Teoría general de la novela, Madrid, Gredos, 1985.
— : La novela, Madrid, Síntesis, 1993.
CANDAU, Antonio: La obra narrativa de José María Merino, León, Diputación Provincial de León, 1992.

NOTAS
1. La primera edición se publica en Madrid, Alfaguara, 1981. Las citas que aparecen aquí se refieren a la 4.a edición, Madrid,
Alfaguara, 1990.
2. Sobre el tema del Apocalipsis, véase un poco más adelante.
149

EL TEATRO OLVIDADO DE UN DECADENTISTA


(ANTONIO DE HOYOS Y VINENT)

Maria del Carmen Alfonso García

Ciertamente, corren buenos tiempos para leer y pensar [...], y a asistir a representaciones
Antonio de Hoyos y Vinent. En fechas más o menos en que toman parte todos los grandes actores
recientes, artículos, tesis de licenciatura y tesis del mundo, puede «sentir» el teatro. Iba a decir
que apenas se le escaparía el efecto de
doctorales se han ocupado de una figura y una obra
determinadas frases y determinadas palabras
instaladas durante años en un espacio secundario sobre el público; pero, ni aun eso; leída la obra
al que, por fortuna, se va abriendo el mundo de la se «siente» la frase que a cada efecto
investigación, para acoger no sólo a los nombres corresponde l31.
mayores de nuestras letras sino a aquellos que en
su día, de un modo u otro, fueron también grandes(1). En estricto orden cronológico, la primera de
Porque conocido y famoso fue en su época las obras de teatro que Antonio de Hoyos compone
(lo que, de un modo aproximado, se corresponde es la titulada Un alto en la vida errante, comedia
con las cuatro primeras décadas del siglo) este escrita al alimón con Ramón Pérez de Ayala (4), a
marqués de Vinent, nacido en Madrid hacia 1884 quien le unía en aquel entonces una amistad de
o 1885 y muerto en esa ciudad el 11 de junio de peculiares características, conforme se deduce del
1940, que quiso ser como los antihéroes del nada benevolente retrato que el escritor asturiano
decadentismo novelesco que siempre le atrajo y diseña de su ocasional colaborador en Troteras y
que él mismo creó en sus títulos más destacados danzaderas, a través de un personaje llamado
(novelas como La vejez de Heliogábalo o El Honduras (5t.
monstruo; colecciones de cuentos y novelas cortas La verdad es que la historia de Un alto... está
como El pecado y la noche) y terminó sus días en todavía incompleta, puesto que son numerosos los
la prisión de Portier, alejado de todos y de todo, interrogantes que plantea, comenzando por el
arruinado, sordo, medio ciego, casi sin poder propio texto, hoy inencontrable. En 1964, José
moverse -él, que había disfrutado de palacios, García Mercadal decía en el prólogo al primer
viajes, lujos y exquisiteces-. volumen de las Obras Completas de Pérez de
En realidad, su memoria ha quedado unida a Ayala:
aquello que literariamente más lo identifica: los ¿Qué se hizo de un drama titulado Un alto en
relatos morbosos, a menudo de ambiente canalla la vida errante, [...], en el que, a los que lo
y nocturno, hechos de placeres transgresores, que conocieron, parecióles descubrir algo como la
marcan los límites de un universo artístico del que, intensidad y fuerza de visión realista de La
alegría que pasa, de Santiago Rusiñol? [...].
sin embargo, nuestro autor se apartó bastante en
(Qué lástima que ya n i n g u n o de los
las pocas oportunidades en que cultivó el género colaboradores de esa obra, tal vez nonata,
teatral, probable causa de que, salvo excepciones, pueda informarnos! I6>
su producción dramática no haya suscitado el
interés de los estudiosos, por más que resulte Más concreto, a u n q u e , según v e r e m o s ,
destacable que alguien como él, sordo desde la impreciso, es el dato que aporta Constantino
infancia, no se haya dejado vencer por las Suárez, quien en el espacio dedicado a Pérez de
l i m i t a c i o n e s que p u d i e r a n d e r i v a r s e de la Ayala en su Escritores y artistas asturianos, señala
enfermedad, tanto en su condición de escritor que en enero de 1905 estrenó en Oviedo «la
como de espectador siempre crítico con lo que comedia original Un alto en la vida errante» m, año
en que, de acuerdo con los datos aportados por
veía. Él mismo lo expuso en distintas ocasiones
J.J. Macklin en un artículo de 1980, vio la luz en
de esta manera:
Renacimiento Latino un texto que, a su juicio, pese
Muchas veces me tentó el teatro, ya que a figurar bajo el mismo título, teniendo en cuenta
en arte es la imitación más exacta de la vida su extensión, no ha de ser sino un fragmento o
que puede darse, [...]. Algo me detuvo, sin acaso adaptación de la obra que ahora nos ocupa
embargo, mi falta de oído. y que el investigador reproduce tras su análisis (8) .
Claro que no siendo s o r d o de
nacimiento, [...] no veo la vida como una Así las cosas, se debía c o m p r o b a r si
película muda, sino que los episodios que van efectivamente la comedia se había llevado a los
desfilando ante mí tienen su expresión en la escenarios y si coincidía con lo publicado en la
palabra l2). revista madrileña. Ambas cuestiones encontraron
De buenas a primeras parece presuntuoso que una primera solución mediante la consulta de la
una persona privada del oído hable del teatro; prensa ovetense de la época, ya que el número de
sin embargo, no es así. Una persona hecha a El Correo de Asturias correspondiente al 31 de
150

diciembre de 1904, incluía en sus paginas una nota y el público serían más exigentes; como
anunciando para ese día «el estreno de la magnífica también es evidente que si el estreno se
comedia en tres actos y un prólogo del joven verificara en otra parte que no fuera Oviedo,
literato D. Ramón Pérez de Ayala» (9), lo que, de de haber aplausos, no [hubieran sido] tan
manera general, contribuyó a despejar las dudas nutridos [...] " 2 \
sobre la representación de la obra, que sí se ¿Qué es Un alto en la vida errante? Para el
produjo pero en fecha diferente a la señalada por desconocido redactor,
Suárez, e indirectamente revelaba que el texto de
Renacimiento Latino, compuesto de una sola Es la fatalidad que se detiene un
escena, no podía identificarse con el de la obra en momento en su camino, para llenar de tristeza
su conjunto. y amargura el hogar en que reinaban el amor
Pero, como era de esperar, ésta no es la única y la alegría; es el viajero eterno, que lleva en
su desgracia la desgracia de sus amigos, que
noticia que los periódicos del momento dieron
se detiene un instante, para llevar en sus
sobre la función: El Carbayón (2 y 3 de enero de cuadros la melancolía del Otoño, y para llevar
1905), a través de una voz anónima, y El Correo de consigo las ilusiones de un hombre, hojas
Asturias (3 de enero de 1905), de la mano de secas que hizo caer a su paso, como el paso
Clotaldo, incluyeron sendas críticas que creo del Otoño hizo caer las de su jardín.
interesante comentar. Es la desgracia que pasa, después de
En principio, me parece pertinente subrayar haber descansado, dejando en el hogar que
el hecho de que en ambas reseñas se atribuye la le brindó reposo, su aliento, que envenena,
que infiltra en el corazón la duda y el
autoría únicamente a Pérez de Ayala, omitiendo
sufrimiento, y la infelicidad en dos almas " a .
cualquier referencia a Antonio de Hoyos (101. Algo
que, de forma obligada, se ha de relacionar, de un El argumento que desarrolla estas ideas
lado, con la circunstancia de que la escenificación parece girar en torno al surgimiento del amor entre
se celebra en tierras asturianas; de otro, con la fama Leonardo, artista al margen de las convenciones
de que gozan entonces ambos literatos: Ayala ha sociales, y Paz, una dama acomodada, casada con
visto editado su poemario La paz del sendero en Alberto, que posiblemente sea un antiguo amigo
ese mismo año de 1904 y es conocido por sus de Leonardo, y madre de Baby. De modo que en el
colaboraciones periodísticas, pero aún no es el hogar feliz se introduce la sombra de la duda -la
novelista que después alcanzaría justa fama murmuración social actúa de manera destacada-,
merced a las narraciones generacionales y haciendo peligrar la estabilidad de la familia. Al
p a r t i c u l a r m e n t e de las que salieron con final, tras diversos avatares entre los que no falta
posterioridad y que son fina expresión de su el reto del marido agraviado rechazado por su
particular genio creador. En cuanto a Hoyos, ha oponente, el intruso se aleja y la mujer se abraza a
dado a la imprenta Cuestión de ambiente (1903) y su esposo con la esperanza de recuperar la dicha
Mors in vita (1904), dos títulos sometidos a unas pasada a través del vínculo que los une en un hijo
especiales condiciones de difusión, que hacen de débil y enfermizo, pero dotado de una intensa
él el paradójico novelista de una aristocracia que sensibilidad.
no lee, pero estima de buen gusto darse por Ajuicio del crítico, Un alto... presenta algunos
enterada de los intentos iniciales de un muchacho errores estructurales, como el relativo al primer acto,
que, perteneciendo a la clase, ha dado muestras puesto que el prólogo ya ha planteado la acción y
de una inquietud artística que lo convierte en un hubiera podido prescindirse de él y pasar directa-
ejemplo sin correlato sobre el fondo de una nobleza mente al segundo -«lo mejor de la comedia» l u ) - y
ganada por otro t i p o de intereses y que, a ciertas equivocaciones de enfoque, del tipo de la
consecuencia de su desidia, exalta la producción que se refleja en la escena principal del acto tercero
de un joven que, heredero de la estela del padre -que interpreto hace referencia al climax- y que,
Coloma, critica acerbamente la corrupción moral desde una severa postura, es para el analista «un
de ese mismo estamento que lo propone como absurdo», pues, aunque se trate de defender «la
modelo (11>. dignidad de la mujer», «lo que nadie concebirá es
En definitiva, estamos ante dos autores que que el esposo abra a la mujer que adora la puerta
inician sus respectivas carreras literarias, por lo que para que pueda huir con el amante, antes de
no son de extrañar ese olvido, quizás involuntario, manchar su pureza con el lodo de ia culpa» (1BI.
ni t a m p o c o el t o n o entre c o m p r e n s i v o y Por ú l t i m o , el f i n a l , a u n q u e c o r r e c t o ,
paternalista que adopta el crítico de El Carbayón, vertebrado alrededor de un triste «¡quién sabe!»,
bastante más comedido en sus apreciaciones puesto en boca del marido y que se refiere al deseo
que su colega, cuando traza una semblanza de que el hijo vuelva a juntar lo que se separó,
favorecedora de la obra de un principiante que, hubiese sido de más efecto «si el -¡quién sabe!- se
pese a serlo, ha sabido dar la dirección adecuada hubiera p r o n u n c i a d o ante el n i ñ o , que se
a su esfuerzo, aunque todavía queden cosas por aproximara a sus padres hasta juntar sus cabezas
hacer: entre sus brazos de enfermo, que los besara en
la obra [...] puede calificarse de hermosa y la frente, acaso la impresión sería más honda,
bien escrita. Claro está que si el joven escritor porque la esperanza aquella se acercaba mucho
hubiera de verse un autor ya hecho, la crítica más» (1β).
151

Esto es lo que, en resumen, cabe destacar de de que la reciente enfermedad de Baby ha estado
la reseña ofrecida por El Carbayon. Pero ¿qué opinó a punto de causarle la muerte.
Clotaldo en El Correo de Asturias? Como ya Baby, en fin, es un niño singular, indirecta-
adelanté, su análisis, detallado, minucioso, resulta mente definido a través del diálogo como un ser
menos benevolente que el de su compañero, hiperestésico, quizás, al igual que Leonardo,
sin que ello s u p o n g a negar al c o n j u n t o el cansado de la vida -«Hay criaturas que parecen
reconocimiento de una labor primeriza. De manera vivir contra su gusto», dirá el pintor t201- y tal vez
que si señala aciertos (el prólogo «amable y dulce», con una inteligencia excesiva para su edad, que le
las escenas inicial y final del segundo acto -aquélla ocasiona una suerte de dolor moral.
montada sobre un diálogo «hermoso, emocionante»; Estos temas generales de la experiencia
ésta, «de gran intensidad dramática»- o la «fuerza vivencial y amorosa descienden a un nivel más
dramática» del desenlace) no deja de dar el concreto cuando Leonardo le declara a Paz su
oportuno relieve a numerosos fallos: la débil profunda admiración hacia ella, hacia lo que
construcción del personaje de Leonardo -«no es representa de nobleza y de confianza en sí misma,
un carácter... es un charlatán... [...]. Las grandes a lo que la convierte en alguien original, sin
creaciones dramáticas no hablan, obran»-, el imitación posible, y que, por eso, conoce la
«lirismo declamatorio que hace de los personajes felicidad. Tal admiración no es sino amor puro, en
seres d e s m i r r i a d o s y e n f á t i c o s » - , «el peso el que «nada hay de terrenal» (21) , que ha traspasado
abrumador de lo prosaico, de lo vulgar» que se el corazón del indiferente, comunicándole un
deja sentir en el primer y segundo actos o el sosiego hasta entonces desconocido, en virtud de
simbolismo «apriorístico» que preside la obra y una fuerza superior que los ha unido. Así, la
lleva su desarrollo por caminos alegóricos no serenidad de Paz ha entrado en contacto con la
siempre de feliz resolución (17). angustia de Leonardo y ambos han sido partícipes
Ahora bien: ¿qué transmite el fragmento de un instante trascendente, dominado por una
recogido en Renacimiento Latino? Posiblemente sensación de i n m o v i l i d a d que encuentra su
corresponda al prólogo de Un alto... -de hecho, éste correlato en las aguas del estanque. Sin embargo,
es el término que encabeza el texto-. Sin pretender Baby, que se había alejado, regresa trayendo un
alcanzar a discernir lo que se debe a Pérez de Ayala montón de hojas secas que arroja al estanque,
y lo que es aportación de Hoyos, lo cierto es que la cuyas aguas perderán el estatismo, agitándose y
escena presenta un tono decadente y modernista transfigurando la realidad, al igual que Paz, a partir
de las revelaciones de Leonardo, perderá su
que creo actualiza a partes iguales los intereses
tranquilidad, estremeciéndose como «la imagen
de los dos escritores.
de la tierra se estremece sobre el agua» (22).
En un espacio característico, un «jardín
abandonado» (18), pleno de otoñal melancolía, En opinión de Macklin, esa alteración supone
donde contrastan la negrura de los cipreses y el la muerte de un sueño articulado sobre la base de
intenso azul del agua del estanque que irisa las un « m o m e n t o fugaz, [...], p o é t i c o , lleno de
t o n a l i d a d e s ocres de las hojas muertas, se significado inefable y de extraña belleza» |23). A mi
desenvuelve el diálogo entre Leonardo y Paz y un juicio, su valor es otro: los personajes se han
niño, Baby. La conversación descansa en los comunicado en un estadio que se sitúa más allá
parlamentos cruzados de los adultos, mientras que de la simple comprensión intelectual, lo que no
Baby interviene esporádicamente. hace más que preludiar el conflicto que está en
Leonardo, poseedor de una no muy buena los cimientos de la obra, con lo que se justificarían
reputación -[mi marido] «me decía que en sociedad la i n m o v i l i d a d de la escena, acorde con su
hablaban mal de ti y que él era tu defensor», condición de pórtico, y ese final retador («Y tú...
comenta Paz (191- es también la encarnación del también te estremeces» (24|>, lleno de sugerencias
arquetípico desengaño del fin de siglo, lo que que el hispanista reconoce al afirmar que se trata
quizás explique su conducta al margen. Por eso de una «obra enigmática» (251, si bien no estamos
tiene un concepto desencantado de la vida, a la ante la comedia completa sino únicamente ante el
que una vez pudo animar el consuelo del arte y prólogo, que cumple su función, abriendo paso a
hoy está entregada a un escepticismo demoledor, diversas expectativas que el posterior desarrollo
que ha anulado los ideales y revela lo insustancial se encargará de confirmar o desmentir.
de una sociedad en la que nada ni nadie es original Acaso algunas de las características hasta aquí
y t o d o se reduce a una serie i n f i n i t a de descritas -las pretensiones simbolistas, los temas
reproducciones. Hombres y mujeres son una tan finiseculares, alejados de las inquietudes del
especie de muñecos perfectos, movidos por el público en general-, unidas a la, según quien la
resorte del debery de la sensualidad, pero sin alma, presenció, no muy afortunada ejecución de los
sin e s p í r i t u , lo que los vuelve inútiles para actores de la Compañía Salas-Tallaví (26L sean el
participar de emociones verdaderas como la motivo por el que, a pesar del cuidado escenográ-
amistad y el amor. fico que revela la circunstancia de que para el
Paz es, por el contrario, una mujer con una estreno se encargaran dos decorados al «Sr.
gran fortaleza interior, segura de sí, aparentemente Amorós» (¿Manuel Amorós?) <27) y a pesar de los
inscrita en una convencionalidad burguesa que le aplausos que el redactor de El Carbayon y Clotaldo
transmite felicidad y una actitud serena, a pesar mencionan como prueba del entusiasmo de los
152

espectadores, la obra no se mantuviese más que ocupaban un puesto destacado en el concierto


un mínimo tiempo en cartel -Fernández Avello escénico y la diversificación del espectáculo se
habla de tres representaciones (28)-, ya que en asociaba a nombres y locales concretos espe-
el número de aquel periódico del 3 de enero de cializados en distintos tipos de representación t34).
1905 se anunciaba que no se reanudaría la activi- De ahí que Hoyos y Vinent cambie su registro
dad en el Teatro Campoamor hasta el día de Reyes, y, pensando en la Martos como protagonista,
con el fin de tener tiempo para «montar algunas realice este drama grand guignol que José
obras estrenadas últimamente en Madrid» (29). Deleito y Piñuela definía genéricamente como
Claro está que cualquier comienzo es difícil sigue:
(en el caso de Pérez de Ayala lo fue doblemente, drama sumario, formado por un solo hecho,
ya que pocos días antes había fracasado en el que busca meramente sacudir los nervios del
mismo escenario su adaptación de La Intrusa de espectador, con un trallazo o una descarga de
Maeterlinck <30) ) y por eso Antonio de Hoyos no se electricidad. No es una reflexiva melancolía,
desanimó. Así, en los años siguientes, sin que sino una angustia fisiológica, lo que esos
pueda fijar la fecha exacta, aunque con anterioridad dramas producen; tanto más fuerte, cuanto
a 1912, realiza dos nuevos intentos: Una cosa es más corta y concentrada ,36).
el amor..., comedia en dos actos escrita en El argumento gira alrededor de Rosalía, hija
colaboración con Melchor Almagro San Martín, y de don Facundo y doña Felisa Baldón, aristócratas
Frivolidad, comedia en tres actos y cuatro cuadros, venidos a menos económicamente, que perdió a
que es probable guarde alguna relación con la su novio, Joaquín Novales, la víspera de la boda,
novela de ese título que el autor había publicado hace cinco años. Desde entonces vive obsesionada
en 1905. Dado que me ha sido imposible acceder con la ¡dea de que un fantasma lo mató y que,
a los textos, me limito a consignar su existencia, frente a lo que se ha creído, no se suicidó.
con la esperanza de que aparezcan los ejemplares En el presente, Aurora, la hermana de Rosalía,
que permitan el análisis(31>. va a casarse con Ramón, hermano de Joaquín.
El 28 de julio de 1912, Anita Martos estrena Todo el mundo, incluso Rosalía -que regresa del
en el Teatro Principal de León El Fantasma, drama sanatorio psiquiátrico en que ha estado internada-,
grand guignol en un acto, del que el propio acude a la casa solariega de los Baldón para asistir
m a r q u é s de Vinent explicaba la génesis al a la ceremonia. La protagonista, pese a su mejoría
periodista argentino Pablo Suero: y para disgusto de sus familiares, sigue aferrada a
-¿También le ha gustado a usted el teatro? sus pensamientos, que, finalmente, se revelarán
-Sí... Estrené hace muchos años... Anita ciertos cuando logra desenmascarar a Ramón,
Martos, la gran actriz, hoy profesora del quien mató a Joaquín para apoderarse de la
Conservatorio, viendo conmigo un drama cuantiosa herencia de un pariente lejano destinada
Grand Guignol, por entonces muy en boga, al segundo. Por ello, vengando a su prometido, la
me dijo: heroína disparará contra su futuro cuñado, que
-Anda, hazme uno... Voy a una tournée y te lo muere en el acto.
estreno...
El drama está integrado por diez escenas
-Con mis 22 años -prosigue Antonio- me
entusiasmé e hice El fantasma. Se estrenó. que se desarrollan en el mismo lugar («el salón
Gustó [...]<32>. de una casa de campo antigua, no excesivamente
rico, pero severo y con empaque señoril. La
Se trataba de una «función de beneficio» que h a b i t a c i ó n parece haber sido d e s t i n a d a a
el Diario de León anunciaba así: despacho; por encima de los muebles se ven
El próximo domingo celebra su función armas y arreos de caza») y en «la tarde de un día
de beneficio la simpática y elegante primera otoñal» l36).
actriz Anita Martos. De acuerdo con las exigencias del género,
El programa no puede ser más sugestivo, cada escena no hace sino ir proporcionando
pues se estrenan dos obras, una de ellas del diversos indicios que, en el desenlace, compon-
inspirado autor Jacinto Benavente, titulada
drán la solución del enigma que venía torturando
Sacrificios, y la otra original de Antonio [de]
Hoyos que lleva por título El Fantasma, en a la protagonista. Desde el comienzo, a través del
un acto estilo Grand G u i g n o l y escrita diálogo entre algunos de los invitados, se explican
expresamente para Anita Martos. los antecedentes de la historia o se van subrayando
Dadas las muchas simpatías con que d e t e r m i n a d o s aspectos que después serán
cuenta la beneficiada en León, no dudamos importantes: la herencia millonaria que Ramón
que habrá una magnífica entrada, pues son recibe por sorpresa, el suicidio de su hermano en
muchas las distinguidas familias que se han extrañas circunstancias y, por encima de todo, las
dado cita en el Teatro para la noche del
domingo ,33).
a f i r m a c i o n e s de Rosalía t o c a n t e s a haber
presenciado el asesinato de su novio, de donde se
Por lo demás, al aceptar este encargo, Hoyos hace derivar ese carácter turbador que origina sea
participa de una práctica bastante frecuente en el t o m a d a por loca en el seno de una f a m i l i a
mundo teatral de la preguerra, ya que componer bondadosa pero inconsciente, espejo de una
para un determinado actor o actriz era algo muy sociedad frivola que construye un universo huero,
habitual en una época en que los intérpretes cuyo centro radica en una religiosidad rutinaria y
153

las preocupaciones del abolengo, la riqueza o las de la escena, como el gesto delator de Ramón) y
apariencias, una atmósfera muy bien retratada por logra crear un ambiente de misterio no sólo por
el autor en algunas de sus novelas anteriores como los hechos en sí, sino por la psicología de la
Cuestión de ambiente (1903). protagonista, que, situada en los límites de lo
Y es precisamente esa condición banal de los sensible, incorpora una serie de experiencias que
demás la que confiere, por contraste, una suerte confieren el tono de necesaria inquietud en esta
de grandeza solemne a la heroína, instalada en modalidad dramática.
su propio mundo, ajena a cualquier cosa que no Hacia 1922, José García Mercadal entrevistaba
sea esclarecer la v e r d a d de lo s u c e d i d o y al marqués de Vinent, a quien formulaba esta
poseedora de una intuición que, para enfado de pregunta:
su hermana, le conduce a desconfiar de Ramón,
sin que éste, antes al contrario, haya dado motivos -¿Y no pensó nunca en escribir para el teatro?
-Escribo en este momento -contestaba el
para ello. autor- Al día siguiente, para María Guerrero, y
Desde su aislamiento, Rosalía luchará por El hijo del hombre, para Catalina Barcena, si
hacerse oír ante un coro de incrédulos, que opta se atreven en Eslava con ella (381.
por llevarle la corriente, sin participar sinceramente
de su angustia; una angustia que, sin embargo, No parece, empero, que ninguno de los dos
logra t r a n s m i t i r al espectador mediante un títulos mencionados llegase a buen puerto, por
lenguaje cargado de melancolía, expresión de un cuanto en 1936, en la ya referida conversación con
Pablo Suero, Antonio de Hoyos afirma haber
carácter que, en comunión con una clarividencia
«estado quieto» desde El Fantasma
s u g e r e n t e , acaso de raíz m a e t e r l i n c k i a n a ,
abandona el terreno de lo argumentativo para hasta que Chicote y Loreto Prado, esta
entraren contacto con el misterio de los fantasmas temporada, me dijeron: «Levántate y anda...»
y los miedos particulares que otorgan al personaje Y escribí la comedia que acabo de estrenar,
un estatuto sobrenatural, dado que su percepción con éxito que debo al cariño del público y al
arte admirable de Loreto y Chicote...I39)
traspasa los límites de la simple realidad, al sentir
opresivamente la presencia de ese espectro Esa comedia aludida es La plataforma de la
ignorado por los demás: risa, obra en tres actos estrenada el 11 de enero
-¡Escucha! Es algo horrible, atroz, más fuerte de 1936 en el Teatro Cómico de Madrid por la
que la razón humana lo que voy a decirte. Es Compañía de Loreto Prado y Enrique Chicote. Un
algo tan espantoso, tan extraordinario que nuevo encargo que, si atendemos a los comentarios
algunas veces creo que sueño, que soy víctima de Hoyos, no responde a sus aspiraciones:
de una pesadilla escalofriante, que mi razón
se columpia aún entre la realidad y la locura...<37) Pero no es éste el teatro con el que sueño...
Quisiera hacer algo que fuera violencia,
Y todo ello convenientemente acentuado por pasión, odio, rebeldía...I401
los comentarios concernientes al campo como
espacio para el horror y por la ubicación temporal Por lo que he podido apreciar. La plataforma...
en la tarde-noche de Difuntos, que da pie a la es una buena muestra del teatro comercial al uso,
utilización funcional de una leyenda, sin probable lo que quizás justifique su inmediata publicación
base tradicional, según la cual, en esa fecha, el en «La Farsa» (4,), ya que, en líneas generales, es
alma de un caballero llamado don Caín se pasea fiel al retrato que John W. Kronik traza de la especie
errante por las inmediaciones, purgando sus de la mayoría de las obras editadas en esta
desvarios terrenales. Es costumbre que los mozos colección:
del lugar salgan a cazar al fantasma, lo que la comedia tipo que se reitera [...] fue
proporciona la ocasión de que, debido a la compuesta con el propósito de agradar a los
curiosidad despertada en los forasteros y a las espectadores, de entretenerlos [...]. La lógica
numerosas ocupaciones domésticas en vísperas consecuencia de tal actitud es un teatro que
de la boda, Rosalía se quede sola y, desde la puerta rehuye lo profundo y lo intelectual a la misma
vidriera, vea llegar a Ramón, observando que éste vez que las formas experimentales; un teatro
da un rodeo para evitar pasar por el sitio en que del momento y sin mañana ,42>.
murió Joaquín, lo que confirma a la joven en sus Su argumento, bastante complejo por las
sospechas. Por eso, después de una fuerte d i s t i n t a s acciones e n t r e c r u z a d a s , a l g u n a s
discusión que marca el climax de la obra, donde mínimamente desarrolladas, presenta sus puntos
las emociones largo tiempo contenidas de la y ribetes de m o r a l i n a b u r g u e s a , c i e r t o s
protagonista alcanzan el paroxismo, la muchacha componentes de intriga policial -probable eco del
disparará sobre su futuro cuñado, usando una de éxito que en el momento obtienen las comedias
las armas colocadas en el despacho. De esta de este g é n e r o - y la censura de a c t i t u d e s
manera, al igual que los lugareños han ido a dar trasnochadas, sobre todo en lo relativo a los
caza a un espíritu, Rosalía matará al que la había matrimonios de clase.
condenado a la infelicidad.
En la «Autocrítica» que figuraba en el ABC del
En síntesis, un producto dentro de los cánones 9 de enero de 1936, explicaba Hoyos que la suya
que gradúa adecuadamente la tensión (pese a que era «una comedia sencilla, casi un juguete», cuya
algunos acontecimientos capitales ocurren fuera idea era demostrar que:
154

el exceso de confianza en nosotros mismos, Andrenio como juguete cómico cuando comentó
la vanidad, la petulancia, llevan a caer ante el Secretaria particular, de Antonio Estremera y
desdén irónico: sólo con un fuerte y claro L. Linares Becerra, y habló de «vaudevilles
apoyo sentimental podemos sostenernos (43). agravados» donde los enredos se convertían en
De ahí que La plataforma de la risa, título «embrollos» y brillaba por su ausencia «la leve
tomado de un aparato de feria muy popular en proporción de verosimilitud que puede haber en
aquel momento, enseñe, según J. Dosa, encargado un vaudeville» ,47).
de hacer la reseña del estreno en ABC, cómo Fue en esta línea en la que se colocaron, con
mayor o menor rotundidad, Morales Darías en La
la vida va lanzando de su círculo giratorio a
Época, quien escribió que «La plataforma de la risa,
los inexpertos y atrevidos, a los descentrados
o alocados que no supieron guardar el que se dice comedia, es un barullo de escenas en
equilibrio por no haber sabido armonizar sus las que se advierte [...] falta de método [...],
desmesuradas ambiciones o sueños con la ausencia de interés y, sobre todo, pesadez» l48>, y
realidad de sus verdaderas facultades o J. Ortiz Tallo en El Debate: «Un poco descuidada
méritos, o por salirse del plano social o político en la técnica, no se para mientes en procurar la
sin haber medido los riesgos de su empeño 1441. debida motivación [...]» I49). Por lo demás, creo que
Y esto fundamentalmente a través de dos las opiniones de esta índole quedaron sintetizadas
personajes: Socorrito, una muchacha que, a la en Heraldo de Madrid a través de las palabras de
muerte de su padre, ha visto menguada su fortuna A l f r e d o M u ñ i z : «la obra en sí, c o m o pieza
como consecuencia de las maquinaciones de sus dramática, carece en absoluto de consistencia, es
parientes y ahora reside con su madre, Olvido, en desvaída, inocente; poco afortunada, en suma» (60) .
un modesto «hotelito» a las afueras de Madrid, y Sin embargo, no todos los juicios fueron como
Adela, una antigua sirvienta de la casa, convertida los que anteceden, al extremo de que en ocasiones
en Adria del Tintoreto, mantenida por un protector da la impresión de que los críticos reseñan el
que la ha encumbrado a lo más alto de la escala estreno de obras diferentes. Así, frente a lo que
social. Junto a ellas, jovencitos pedantes que, hasta ahora vimos, cabe señalar que J. Dosa
bajo la máscara de un anarquismo que les es hablaba en ABC de una «comedia fina, pulcra,
absolutamente ajeno, esconden turbios negocios bienintencionada» (511 y José Ojeda, si bien con
de tráficos de drogas, chicos serios y correctos, alguna reserva, manifestaba en La Libertad: «la
s o l t e r o n a s p i n t o r e s c a s ancladas en v i e j o s comedia está muy bien planteada; luego surgen
principios, viudas al encuentro del último amor y en ella claras inexperiencias» (52).
republicanos eminentes que, en su conjunto, Pese a todo, buscando quizás el equilibrio
alumbran una galería de tipos enredados en una compensatorio, fue prácticamente unánime la
azarosa existencia, dando vueltas hasta encontrar alabanza a la labor literaria de nuestro autor. Casi
la senda a la que el destino pondrá la marca de la siempre se señalan los méritos de su producción
j u s t i c i a y la f e l i c i d a d : los c r i m i n a l e s serán novelesca, lo que, de o r d i n a r i o , da pie para
detenidos; Socorrito logrará prometerse con establecer la dignidad de estilo de La plataforma...,
Fabián, venciendo la hostilidad de Olvido, quien, pero también para exigir mayor altura a un teatro
sin recordar que ella fue también una víctima de que algunos creen que se inicia con el título que
las disposiciones paternas, quiere que su hija ahora comentamos y que, de acuerdo con Morales
se case con un joven de adecuada situación Darías, no puede depender de la más o menos
económica y social; las aristócratas arruinadas correcta interpretación de los actores:
recuperarán sus bienes y la entretenida contraerá
matrimonio con el caballero. Todo lo cual está Y menos mal que las apariciones de Loreto
Prado acaparaban la atención a modo de oasis
presidido por un tono a veces cómico, a veces
en un desierto de aburrimientos.
escéptico, pero sin mayores alarde ni complica- Con la primera actriz, Enrique Chicote,
ciones, dentro de una corrección que, conforme por el lado serio, da la medida de su gran
indicaba el autor, aspiraba a «distraer un rato, calidad de actor [...].
ahora que tanta falta nos hacen [...] las El p ú b l i c o del C ó m i c o Mega en su
distracciones» (45). devoción por Loreto a perdonarle que ampare
Creo que, en el fondo, le asistía la razón al con su influencia desdichas como ésta (...) y
así, al cobijo de tan excelente valedora, pudo
marqués de Vinent cuando, de acuerdo con lo visto,
el autor [...] ver c ó m o los espectadores
decía que La plataforma... era un «juguete». No sé juntaban las manos, al parecer en homenaje
si estaba pensando en la modalidad dramática así a su obra, pero seguro que los aplausos decían
caracterizada, pero lo cierto es que lo limitado de a Loreto: «Bueno, maja, que esto lo hacemos
sus recursos, basados de ordinario en juegos de por ti» <531.
palabras de escaso i n g e n i o |46), la dudosa
profundidad psicológica, el cúmulo de conflictos Una sola vez más volvería Hoyos a recibir la
y la flojedad dramática, así como ciertas invero- ovación de los espectadores en un día de estreno,
similitudes -por ejemplo, Fabián ignora que su si bien en unas circunstancias diferentes a las que
padre, con quien v i v e , es m u y rico, lo que acabo de mencionar y m uy vinculadas a su peculiar
solucionaría algunos de sus p r o b l e m a s - , la b i o g r a f í a . De ahí q u e , antes de reseñar lo
convierten en un producto cercano al definido por específicamente teatral, convenga aludir al hecho
155

de que en torno a 1935, Hoyos y Vinent, antiguo Reconoce no estar plenamente de acuerdo
y moderado defensor de la dictadura de Primo de con experiencias c o m o la a d a p t a c i ó n de la
Rivera desde las páginas de ABCm, ingresa, por Numancia de Cervantes realizada por Rafael
razones que aún no están claras, en las filas del Alberti y llevada a las tablas por el Teatro de Arte
Partido Sindicalista fundado por Ángel Pestaña en y Propaganda que dirigía María Teresa León.
1934, lo que hace que, en plena guerra civil, se A su j u i c i o , pese a la i n d u d a b l e c a l i d a d , el
convierta en una figura especialmente alabada en resultado final es poco «humano» ,59), siendo así
los círculos anarcosindicalistas, exaltándose la que, según dirá en otra parte, es objeto del «teatro
actitud de quien, pudiendo tenerlo todo, a todo revolucionario [...] poner a la vista del público
renuncia en aras del apoyo al pueblo español. ambientes y figuras, mostrarle el horror de ciertos
De otro lado, su fama se acrecienta también medios, [...]; descubrirle el calvario atroz de ciertas
merced a las numerosísimas ocasiones en las que vidas» (601.
colabora en El Sindicalista, órgano de la citada En resumen: «teatro revolucionario es...
agrupación política, que, tras una breve etapa romper los moldes». Ε implicándose de una forma
barcelonesa, saldrá en Madrid primero semanal y personal -«conste que sangro por la herida»-, da
a partir del comienzo de la guerra casi diariamente cuenta de un nuevo intento dramático dentro de
entre septiembre de 1935 y marzo de 1939 l55). su producción -el «arreglo» de una de sus más
Cabe m e n c i o n a r que bastantes de esos famosas novelas: El caso clínico ( 1916),61)- y de los
artículos abordan temas de índole cultural, no avatares que antes de la guerra sufrieron el texto
siendo la menor de las preocupaciones del autor y su creador hasta abandonar el proyecto:
-tampoco una preocupación de última hora- la que
Un autor famoso y aplaudido me dijo que
tiene que ver con el penoso panorama del teatro
como obra de vanguardia era perfecto. Se lo
en Madrid durante la contienda (56> . Ese interés, en llevé a Eugenia Zúffoli, que pareció
c o i n c i d e n c i a con muchas de las o p i n i o n e s entusiasmada; luego... En su construcción, en
expresadas en la época, se manifiesta tanto en lo el género de Maya, requería muchas
que hace a la chabacanería de a l g u n o s mutaciones y decoraciones, personajes...;
espectáculos, auténticos agentes «quintacolum- además, el público bien, el abono...; total,
nistas» l57 \ como a la urgencia de realizar la durmió meses. Hablé a la Ladrón de Guevara
«revolución teatral» -en su concepto, vinculada y quiso la obra; pero la tenía la Zúffoli y yo no
quería sin su aquiescencia... En fin, surgió el
movimiento y no me ocupé más(621.
¿Pudiera ser ésta la concreción de aquellos
deseos manifestados al hablar de La plataforma
de la risa y señalar que esta obra no colmaba sus
aspiraciones? Es probable; desde luego, sí parece
evidente que la adaptación de El caso clínico
hubiese supuesto un g i r o i m p o r t a n t e en la
trayectoria dramática del escritor.
Este objetivo se realizó, quizás, el día 2 de
octubre de 1938, cuando se lleva a efecto una idea
lanzada desde El Sindicalista, consistente en
rendir un homenaje a Hoyos y Vinent, en
reconocimiento a su actitud cívica y patriótica (63>,
donde se representa el que pienso es el último
trabajo del literato: La casa de los fantasmas,
«episodio dramático en un acto», puesto en
escena en la Sala Ariel, un pequeño local con
aforo para unas cuatrocientas personas instalado
en los bajos del Lope de Vega, antes Alkázar, que
ocupaba el lugar del antiguo cabaret del coliseo
y que a la sazón era el Teatro de las Escuelas
Profesionales del Sindicato Único de Espectáculos
del Centro, iniciativa muy provechosa de Valentín
s i e m p r e al r o b u s t e c i m i e n t o m o r a l de los de Pedro (64).
espectadores- que, según el criterio de Antonio de En o p i n i ó n de quien hizo la crónica del
Hoyos, ha de abarcar necesariamente la «limpieza acontecimiento en El Sindicalista, La casa... queda
y depuración de repertorio», la «multiplicación de definida como «una estampa viva de color, con
espectáculos amenos, cultos, [...]» y el «paso a ritmo de sangre», dominada por «la exaltación
valores nuevos, [el] culto a los viejos valores reales, lírica». Existen en ella «pinceladas de humorismo
[y la] devoción a los clásicos (algunos, como y brochazos de emocionante aguafuerte: el de la
Fuenteovejuna o El alcalde de Zalamea, más madre que cruza la escena desfallecida con el hijo
revolucionarios que todas las [obras] que se en brazos y soportando los latigazos de la vieja
estrenan» (58>. que la sigue» l65>.
156

Pese a la parquedad de datos, cabe imaginar hasta el juguete cómico; desde la tensión grand
que se trata de una obra de circunstancias que, guignol hasta el compromiso político.
en palabras del anónimo redactor, «fue acogida Es verdad que estas ¡deas pueden modificarse
con cálidos aplausos y Hoyos salió al palco el día en q u e , v e n c i d a s las d i f i c u l t a d e s
escénico para agradecer la e m o c i ó n que su b i b l i o g r á f i c a s que s i e m p r e a c o m p a ñ a n a la
e s t a m p a c r u d a y de c o r r e c t o e s t i l o había investigación sobre un autor menor, se logre
despertado [...]» (ββ). acceder a los textos que hoy no se consiguen y su
De esta manera, he llegado al final. A mi lectura revele la presencia de nuevos elementos
modo de ver, las conclusiones no ofrecen dudas: temáticos o técnicos. Sin embargo, mientras esto
no fue A n t o n i o de Hoyos y Vinent un drama­ no llega, este artículo ha querido atenderá la parte
t u r g o de primera línea, pero sí un aceptable m e n o s f a v o r e c i d a , por más i g n o r a d a , de la
cultivador de algunas de las corrientes teatrales p r o d u c c i ó n de un escritor q u e , a u n q u e con
más características de las etapas de preguerra y modestia, contribuyó a la vida teatral española de
guerra civil: desde las veleidades simbolistas (en los primeros cuarenta años de nuestro siglo.
su caso, en eso se quedaron probablemente) Y justo era reconocerlo.

Universidad de Oviedo

NOTAS
1. Al respecto, he tenido noticias de varias memorias de licenciatura realizadas en la Universidad de Besançon y dirigidas
por la profesora Claire-Nicolle Robin. Sé también que se está llevando a cabo una tesis doctoral, aunque desconozco los
términos exactos de la investigación, y yo misma me doctoré en 1993 con un trabajo, quesera publicado por el Departamento
de Filología Española de la Universidad de Oviedo, cuyo título era Vida y literatura de Antonio de Hoyos y Vinent. En cuanto
a los artículos, cabría citar los siguientes: Antonio Cruz Casado: «La novela erótica de Hoyos y Vinent (1885-1940)», Cuadernos
Hispanoamericanos, 426, diciembre 1985, pp. 101-106; »Aromas de nardo indiano que mata y de ovonia que enloquece.
Antonio de Hoyos y Vinent», Álbum, 30, 1991, pp. 75-83; Claire-Nicolle Robin: «El expresionismo en Hoyos y Vinent»,
Angélica, 2, 1991, pp. 107-114. (Lucena).
2. Antonio de Hoyos y Vinent: «Autocrítica: La plataforma de la risa», ABC, 9 de enero de 1936, p. 44.
3. Id., «El teatro mudo o el séptimo arte», ABC, 24 de febrero de 1927, p. 7.
4. Como recordaba Enrique Díez-Canedo, «el sistema de colaboración» fue muy habitual en el teatro español de preguerra,
lo que, a su juicio, comportaba numerosos riesgos: «La obra dramática, concebida por una mente y llevada a cabo con
libertad, viene a ser, entre colaboradores, producto frío y mecánico, en el que se podría ganar mucho si la crítica de cada uno
atenuara o avivara las aportaciones del otro. Lejos de esto, suele ser medio de trabajar más deprisa y de ejercer doble influjo
personal en la política de bastidores» (Enrique Díez-Canedo: Artículos de crítica teatral. El teatro español de 1914 a 1936,
México, Joaquín Mortiz, 1968,1, p. 35).
5. Vid. Ramón Pérez de Ayala: Troteras y danzaderas, Madrid, Castalia, 1973, p. 228. Cf. también, Andrés Amorós: Vida y
literatura en Troteras y danzaderas, Madrid, Castalia, 1973, pp. 120-121.
6. José García Mercadal: «Prólogo» a Ramón Pérez de Ayala: Obras Completas, Madrid, Aguilar, 1964,1, pp. IX-LXXV [LI]. He
podido comprobar que el texto no figura tampoco entre los fondos de la biblioteca de Ramón Pérez de Ayala, adquirida hace
un tiempo por la Consejería de Cultura del Principado de Asturias.
7. Constantino Suárez Fernández: Escritores y artistas asturianos. Indice bio-bibliográfico. Edición, adiciones y prólogo de
José María Martínez Cachero, Oviedo, Instituto de Estudios Asturianos, 1957, VI, pp. 131-164 [137].
8. Vid. J. J. Macklin: »Un alto en la vida errante: un texto olvidado de Ramón Pérez de Ayalay de Antonio de Hoyos», Boletín
del Instituto de Estudios Asturianos, 101, septiembre-diciembre 1980, pp. 525-535.
9. Anónimo: «Teatro Campoamor», El Correo de Asturias, 31 de diciembre de 1904, [s.p.].
157

10. La ignorancia acerca de quién era nuestro autorse manifestó incluso en los anuncios de la representación publicados en
la prensa, en los cuales se le nombraba como Antonio de Hoyos Vincent {cf. Manuel Fernández Avello: Recuerdos asturianos
de Ramón Pérez de Ayala, Oviedo, Biblioteca Popular Asturiana, 1980, p. 45).
11. A semejantes conclusiones llegaba José María Carretero, El Caballero Audaz, cuando prologaba en 1917 la novela de
Hoyos y Vinent titulada La procesión del Santo Entierro, Madrid, Hispania, [s.a.] [1917], pp. 5-15.
12. Anónimo: «De Teatros: Un alto en la vida errante», El Carbayón, 2 de enero de 1905, [s.p.].
13. Vid. nota 12.
14. Id.
15. Id.
16. Id.
17. Clotaldo: «Teatro Campoamor: Un alto en la vida errante», El Correo de Asturias, 3 de enero de 1905, [s.p.]. Mucho más
amable fue la postura de Penayani, seudónimo de Eduardo Serrano Suárez, quien en su crónica, publicada en El Heraldo de
Asturias de La Habana, se refería a las «ovaciones entusiastas [...] como premio a la obra estrenada» {cf. Manuel Fernández
Avello: Recuerdos asturianos..., p. 49).
18. Vid. J.J. Macklin: «Un alto...», p. 530.
19. Vid. nota 18, p. 532.
20. Ib., p. 531.
21. Ib., p. 534.
22. Ib., p. 535.
23. Ib., p. 529.
24. Ib., p. 535.
25. Ib., p. 529.
26. Clotaldo («Teatro Campoamor: Un alto...»), decía: «la ejecución ha sido bastante mediana; mentaré, no obstante, al
señor Tallaví, que hizo muy discretitamente su papel de Alberto, y a la Srta. Álvarez -niño Baby- a quien ya tenía ganas de
hacer justicia».
27. Así se indicaba tanto en la nota publicada en El Correo de Asturias el día 31 de diciembre de 1904, como en la segunda
parte de la crítica anónima que El Carbayón publicaba el 3 de enero de 1905.
Ocurre, sin embargo, que no he podido confirmar si se trata realmente de Manuel Amorós, el reputado pintor de decorados
discípulo de Amalio Fernández, o de otro «Sr. Amorós» relacionado con la escenografía del momento. Creo, no obstante,
que el hecho de que se llame la atención sobre el particular indica que estamos ante alguien famoso, por más que se
atribuya al artista un origen valenciano -Manuel Amorós era madrileño-, probable confusión con Antonio Amorós, destacado
pintor alicantino del momento.
28. Cf. Manuel Fernández Avello: Recuerdos asturianos..., p. 50.
29. Entre las mencionadas figuran Francfort, El Místico, La doncella de mi mujer, Al Natural, Militares y paisanos o
El Adversario.
30. Cf. Manuel Fernández Avello: Recuerdos asturianos..., pp. 41-44.
31. La anterioridad a 1912 se deduce de la relación de obras del autor, según todos los indicios cronológica, que figura en la
colección de relatos El pecado y la noche, (Madrid, Renacimiento, 1913), en la cual se mencionan los dos títulos que acabo
de citar después de Un alto... y antes del que trataré a continuación.
32. Pablo Suero: «Antonio de Hoyos y Vinent, escritor, marqués y sindicalista» en España levanta el puño, Buenos Aires,
Noticias Gráficas, [s.a.] [¿1936?], pp. 157-161 [160].
33. Diario de León, 26 de julio de 1912, p. 2. Debo el conocimiento de este texto a la amabilidad de doña Susana Vergara
Pedreira, actual redactora jefe del Diario, por quien he sabido también que el periódico no publicó ninguna crítica de la
representación.
34. Véase sobre la cuestión, Dru Dougherty y M." Francisca Vilches de Frutos: La escena madrileña entre 1918 y 1926.
Análisis y documentación, Madrid, Fundamentos, 1990, pp. 37 y ss.
35. José Deleito y Piñuela: El sentimiento de tristeza en la literatura contemporánea, Barcelona, Minerva, [s.a.] [1922], p. 398.
36. Antonio de Hoyos y Vinent: El Fantasma, Madrid, Velasco, Imp., 1913, p. 7.
37. Vid. nota 36, p. 24.
38. José Garcia Mercadal: «Las hogueras de Castilla, por Antonio de Hoyos y Vinent» en Propios y extraños, Madrid,
Espasa-Calpe, 1929, pp. 24-29 [261.
39. Pablo Suero: «Antonio de Hoyos y Vinent...», p. 160.
40. Vid. nota 39.
41. Vid. Antonio de Hoyos y Vinent: La plataforma de la risa, «La Farsa», 445, 28 de marzo de 1936.
42. John W. Kronik: «La Farsa» (1927-1936) y el teatro español de preguerra, Chapell Hill, University of North Carolina,
Department of Romance Languages, 1971, p. 22.
158

43. Antonio de Hoyos y Vinent: «Autocrítica: La plataforma de la risa», art. cit.


44. J . Dosa: «Cómico: La plataforma de la risa», ABC, 12 de enero de 1936, p. 63.
45. Vid. nota 43.
46. Oigamos un ejemplo:
«DOÑA TRÁNSITO.- Total, te pusiste a servir y...
ADRIA.- Primero entré con una señora que no lo era, pero lo parecía. Mucho respeto y mucho ringorrango y más tocada que
un piano. Luego con otra que lo era, pero no lo parecía. Decente, pero más sonada que un piano de manubrio.
DOÑA TRÁNSITO.-Todo cosa de música.
OLVIDO.- ¿Y luego?
ADRIA.- Luego entré en casa de un señor solo.
DOÑA TRÁNSITO.- Malo.
ADRIA.- [Extrañada, interpretando mal las palabras) ¡Qué había de ser malo! ¡Buenísimo!» (Antonio de Hoyos y Vinent:
La Plataforma..., p. 27).
47. Cf. Añórenlo [Eduardo Gómez de Saquero]: La Época, 24 de mayo de 1919. Cito por Dru Dougherty y M.a Francisca
Vilches de Frutos: La escena madrileña..., p. 35.
48. Morales Darías: «Cómico: Estreno de La plataforma de la risa, comedia original del marqués de Vinent», La Época,
13 de enero de 1936, p. 8.
49. J. Ortiz Tallo: «Cómico: La plataforma de la risa, de Hoyos y Vinent», El Debate, 12 de enero de 1936, p. 13.
50. Alfredo Muñiz: «Cómico: La plataforma de la risa», Heraldo de Madrid, 13 de enero de 1936, p. 8.
51. Vid. nota 44.
52. José Ojeda: «Cómico: La plataforma de la risa, comedia en tres actos, original de Antonio de Hoyos y Vinent»,
La Libertad, 12 de enero de 1936, p. 5.
53. Vid. nota 48. He de hacer constar que esta postura fue compartida por la mayoría de los críticos, quienes, con mayor
o menor énfasis, reconocieron en el buen hacer de Loreto y Chicote uno de los factores del éxito de público de la comedia.
54. Vid., por ejemplo, «El valor del tiempo y el de la oportunidad en el tiempo», ABC, 4 de enero de 1924, pp. 12-13
o «Pequeñas causas», ABC, 8 de febrero de 1924, p. 7.
55. En mi artículo «De la decadencia al anarquismo: Hoyos y Vinent en El Sindicalista (1935-1939)», Archlvum, XXXIX-XL,
1989-1990 [pero 1992], pp. 7-50, el lector encontrará un inventario de las colaboraciones del autor en este periódico.
56. En torno a los años de la Primera Guerra Mundial, Antonio de Hoyos había desarrollado una continuada labor de crítica
literaria y de espectáculos en El Día, donde ya había manifestado su interés por el estado del teatro español del momento
{cf., por ejemplo, «Comentario», 28 de enero de 1917, p. 6, acerca de la falta de autores y creaciones de valor, o «Comentario.
Los culpables», 3 de febrero de 1917, p. 6 -sobre la escasez de buenas obras dramáticas que determina el predominio del
género cómico-). Después seguiría exponiendo sus ideas en otras publicaciones como ABC (cf. «El teatro mudo...», art. cit.,
donde habla de las ansias de lucro de los empresarios y de la pereza del público como causas fundamentales del estancamiento
de la vida teatral de la época).
57. Vid. Antonio de Hoyos y Vinent: «Modos y maneras. La "quinta columna" en la calle», El Sindicalista, 17 de septiembre
de 1937, p. 4.
58. Id., «Modos y maneras. La misión del teatro en la revolución», El Sindicalista, 29 de diciembre de 1937, p. 4.
59. Vid. nota 58.
60. Antonio de Hoyos y Vinent: «Modos y maneras. La moral, el teatro, los caracteres, los fantoches y las marionetas».
El Sindicalista, 27 de abril de 1938, p. 1.
61. El caso clínico se publicó por primera vez en la colección «La Novela Corta», (3, 29 de enero de 1916) y al año siguiente,
en la serie que el propio Hoyos bautizó como «Biblioteca Llamarada. Las novelas de la pasión», apareció en la Biblioteca
Hispania con un prólogo del Dr. Simarro.
Sin duda, fue uno de los grandes éxitos del escritor y también una de sus obras más polémicas, debido, creo yo, a muchos
de los motivos que conformaban un argumento que narraba la historia de M." de las Angustias, la joven hija de un psiquiatra
que ayuda a su padre en las tareas médicas en la clínica «El Reposo», cuidando a los perturbados mentales.
El desarrollo de la trama muestra cómo la protagonista, a punto de casarse con el más aventajado de los discípulos de su
padre, es un auténtico caso clínico, con unas tendencias masoquistas que la obligan a buscar todas las noches el placer
sexual del suburbio. Al final, morirá quemada a manos de los locos, que, de esta manera, se vengan por no haberla podido
ofrecer en sacrificio en el curso de una misa negra -la liturgia exigía que la víctima fuese virgen-,
62. Vid. nota 60.
63. Cf. A n ó n i m o : «En homenaje a Hoyos y Vinent. La Medalla de Madrid para el ilustre literato», El Sindicalista,
23 de septiembre de 1938, p. 1.
64. Para más información al respecto, vid. Robert Marrast: El teatre durant la guerra civil espanyola. Assaig d'historia
i documents, Barcelona, Publicacions de l'Institut del Teatre i Edicions 62, 1978, pp. 88-89.
65. Anónimo: «El homenaje a Hoyos y Vinent. Sala Ariel. La casa de los fantasmas», El Sindicalista, 3 de octubre de 1938, p. 1-
66. Vid. nota 65.
159

JOSÉ HIERRO Y EL ARTE DE HACER POESÍA

Gordon Ε. McNeer

José Hierro es un poeta cuya distinguida No obstante, un examen detallado del poema
carrera abarca cinco décadas. Con la publicación Entonces, que inicia tanto Tierra sin nosotroscomo
de Agenda en 1991 y la subsiguiente concesión la carrera poética de Hierro, plantea una historia
del Premio Nacional de las Letras, el poeta se situó diferente. El poema empieza:
de nuevo al frente de las letras españolas.
Se ha generalizado ya el hablar de la obra de Cuando se hallaba el mundo a punto
Hierro en términos de reportaje y alucinación. de que el prodigio sucediese.
Baste recordar que la mayor parte de la crítica Cuando las horas esperaban
que unas manos las exprimiesen.
coincide en que los poemas del autor presentan al Cuando las ramas opulentas
lector a un poeta convertido en testigo (en poemas daban su sombra a nuestras frentes.
c o m o Reportaje, Réquiem, Pasaporte) o en Cuando en el mundo se morían
visionario (en poemas como Cinco cabezas). Si todos los tristes y los débiles.
bien estos términos son herramientas útiles para Cuando el soñar, el sentir hondo,
entender la poesía de Hierro, omiten, no obstante, cuando el beber ávidamente
un principio estético que ha venido siendo fuerza la luz, la brisa, el agua, el aire,
eran primero que la muerte.
motriz en su trayectoria poética desde sus inicios: Cuando las tardes solitarias,
su preocupación por la poiesiso el proceso poético. cuando los árboles más verdes,
El recorrido poético de Hierro empieza con una cuando las conchas de colores
visión del mundo basada en la poesía simbolista a nuestras madres sonrientes,
francesa del siglo XIX. Una visión reforzada, a nuestras novias de ojos grises
además, con las lecturas de los poetas españoles como la escama de los peces.
Cuando eran pena y alegría
que siguieron la tradición de esta poesía m . Si
nuestros amables timoneles
atendemos al primer cuarteto de Correspondances, y no existía otro paisaje
de Baudelaire, observaremos qué influencias que el que alzaba su luna enfrente:
ejerció este tipo de poesía sobre el joven Hierro: mundo que abría cada día
sus lejanías, frutalmente. (pp. 17-18).
La Nature est un temple où de vivants piliers
Laissent parfois sortir de confuses paroles:
L'homme y passe à travers des forêts de Aunque Entonces no intenta ser un arte poética
[symboles per se, el hecho de que abra el poemario y se
Qui l'observent avec des regards familiers, (p. 11). presente en letra cursiva invita a considerarlo como
una implícita declaración de doctrina estética.
El primer cuarteto de Correspondances, que muy Como veremos, muchos de los elementos poéticos
bien sirve como manifiesto simbolista, expresa la de este primer poema reaparecen a lo largo de
doctrina según la cual el mundo es infinitamente la trayectoria poética de Hierro con un grado
sugestivo e interactivo: la realidad y el poeta creciente de sofisticación y complejidad.
se conocen mutuamente. Lo que continúa en el
Al igual que en el poema s i m b o l i s t a
poema no es tan sólo una celebración de la riqueza
Correspondances, la naturaleza es un «prodigio»,
de esta experiencia, sino también una drama-
un milagro a punto de ocurrir. Los reiterativos
tización del papel que juega el poeta como
versos a base de eneasílabos, que traen a la
intérprete de este posible mundo. Finalmente,
memoria resonancias musicales de la Primavera
Correspondances es importante en nuestro estudio
delgada de G u i l l e n , representan un m u n d o
en torno a Hierro porque representa la doctrina
estallando con fuerza. Una vez más, el papel del
simbolista del poema como icono: la experiencia
poeta, o del p r o t a g o n i s t a del p o e m a , es el
-una vez expresada- se convierte en una entidad
de i n t é r p r e t e . C o n s i d e r e m o s este e n s u e ñ o
estética en sí misma.
interrogativo:
Verra sin nosotros, publicado en 1947, es el
primer poemario de Hierro y, como cabía esperar, (¿Eras así, tan sin palabras
son muchos los poemas en los que el poeta primaverales que te expresen?
atestigua las brutales consecuencias de la Guerra ¿Tan de elementos terrenales:
Civil española; un hecho que facilita el etiquetar la arena, piedra, hierba, nieve?
obra con el término reportajeo poesía testimonial <2) . ¿Nombres de tiempos, de lugares
160

deshojados diariamente: Es cosa de libélulas,


Piélagos, Hoces, Montes Claros de caballitos del diablo: aletean eléctricos,
octubre, enero, abril, noviembre?) (p. 18). vibran como cuerdas de una guitarra
que alguien acaba de pulsar,
La creación de un protagonista que cuestione zigzaguean como relámpagos,
la autenticidad del poema en el proceso mismo rubrican la mañana azul. (p. 15).
de creación es un rasgo peculiar en Hierro. En
la penúltima estrofa del poema, el protagonista Como primera imagen dominante del poema.
reivindica la absoluta toma de conciencia de Hierro elige a la libélula, una criatura preciosa en
su ensueño poético a la vez que cuestiona su el estado final de su metamorfosis. Decide hacer
validez: de la imagen una imagen múltiple con el fin de
enfatizar su condición de ser cambiante B).
Yo no te pinto otros colores El proceso poético, sin embargo, no atañe sólo
que los colores que tú tienes. al poema ya finalizado, que es lo que simboliza la
¿Eras así, mi paraíso, libélula. También versa sobre los cazadores de
rumor del agua cuando llueve, libélulas, los poetas; los entomólogos, los críticos;
hacha que hiere la madera, y sobre «nosotros», la audiencia a quien está
fuego que incendia la hoja verde? <p. 18). destinado el poema. La poiesis es un juego
mortalmente serio, tal y como lo evidencia el
La transición hacia la estrofa final de Entonces «grumillo de muerte» dejado en «nuestras» manos
es brusca. Hay muchos momentos fundamentales cuando entramos en contacto con el objeto de la
de esta índole en la poesía tardía de Hierro; como inspiración del poeta: «Cosa también de cazadores
cuando el protagonista, desde su presente, se de libélulas: / nos dejan en los dedos un grumillo
detiene para contemplar, atónito, el proceso de de muerte, / un residuo viscoso, una turbiedad
creación: «Yo no me acuerdo ya de aquello. / Un amarilla» (p. 15).
día tuve que perderte» (p. 18). En raras ocasiones acaece el milagro y el
De forma igualmente abrupta, el ensueño poema alcanza su madurez. Casi inmediatamente,
inicial del poema es reinsertado como leit motlvy sin embargo, el e n t o m ó l o g o inicia su «tarea
la obra alcanza su desenlace lírico: primorosa» y el poema deviene mera «apariencia
de vida», un cadáver maquillado y embalsamado:
Cuando se hallaba el mundo a punto «A veces se realiza el milagro: / el cazador cobra
de que el prodigio sucediese. su pieza intacta y viva». Comienza entonces la tarea
Cuando tenía cada instante primorosa del entomólogo:
un ritmo nuevo y diferente,
cada estación sus ubres llenas, le clava en alfiler para que muera poco a poco
rebosantes de blanca leche, (p. 18). a fin que conserve intacta su belleza,
su perfección, su apariencia de vida
Entonces es un poema que aborda la (porque de eso se trata).
Es cosa de entomólogos, es cosa de poetas,
irreparable pérdida de la inocencia j u v e n i l .
maquilladoresy embalsamadores de cadáveres, (p. 15).
Considerándolo arquetípicamente, se trata del
Paraíso Perdido, del destierro del Jardín; de un Hierro pudo haber optado por finalizar su
icono para un momento único que brilla en nuestro prólogo en este punto, dejando a todas las partes
recuerdo. El poeta dedica tan pocas energías a la implicadas -poeta, críticos y lectores- con una
descripción de la Caída y tanta pasión a la creación perspectiva inquietante del proceso poético. En vez
del ensueño poético como icono que, al igual que de ello, continúa desarrollando su imagen en torno
en el caso de «Volverán las oscuras golondrinas» a la libélula. En esta ocasión elige otro insecto, el
de Bécquer o que en las Coplas de Manrique, nos gusano de seda, primero en su estado de larva:
hallamos inmersos en un clima de consuelo en
lugar de sentir remordimiento. La musicalidad de Es cosa de gusanos de seda:
segregan tenues hilos de oro
los dos p r i m e r o s versos, r e i n t r o d u c i d o s en
con los que van edificando
la estrofa final c o m o leit motlv, c o n t r i b u y e su alcázar, cárcel, túmulo,
significativamente a lograr esa sensación cabal de su oscuridad definitiva;
bienestar. En Entonces, se v i s l u m b r a ya el se desangran en oro, resignados
nacimiento de un gran maestro en el quehacer a no ver desde fuera nunca jamás su obra
poético. [concluida, (p. 16).
Tras un cuarto de siglo de silencio, Hierro
publica Agenda, un poemario que inició en 1975. Mediante el uso de versos como: «su alcázar,
El libro viene introducido por un «Prólogo de cárcel, túmulo,» y «a no ver desde fuera nunca
libélulas y gusanos de seda». Un «Prólogo» que jamás su obra concluida», Hierro dramatiza el
supone una actualización de su concepción proceso poético considerándolo como una gloriosa
poética. Como en Entonces, Hierro pinta un mundo iniciativa condenada al fracaso, o ¿no es así?
cargado de energía, pero ahora este mundo En la siguiente estrofa, Hierro plasma el
subyace bajo la fuerza y el ímpetu del acto creativo poema en desarrollo y a su creador cual gusano
en el instante de su creación: de seda en su estado de crisálida. ¿Resucitará
161

la criatura convertida en humilde gusano o llegará Segrego seda para probar que sigo vivo,
a trascenderse y metamorfosearse en imponente para encerrar conmigo el automóvil
mariposa, rivalizando, de este modo, en belleza y no dejar jamás de oír su música
con la libélula? Vence la belleza y la mariposa nace: (yo, como Marinetti, creo ahora
que un automóvil es más bello
que la Victoria de Samotracia). (p. 17).
Un día algo despierta en el recinto silencioso
-resurrección o transfiguración-: Mientras se halla en estado de crisálida, el
ya no es el tejedor apresurado de la saliva de oro poeta-criatura se percata de que está condenado
sino una mariposa, torpe y gorda,
a ver transcurrir su vida atrapado en el interior de
que ni siquiera lo recuerda
(igual que el cuerpo no recuerda un artilugio mecánico de metal, cristal, plástico y
al alma que era suya antes de que él naciera). goma: «Pero es únicamente un artilugio mecánico /
(p. 16). -metal, cristal, plástico, goma-, / esclavo dócil que
obedecerá / mientras mi mano sea firme» (p. 18).
Este proceso de creación tendrá, sin embargo, En la última estrofa del poema, Hierro es ambas
su coste. Nos hallamos ante la visión de una cosas, su creador y su víctima. Sólo podemos
crisálida violada, de un útero abierto y vacío: «La contemplar con agrado cómo esta reencarnación
nueva criatura nace a cambio / de destruir lo que de don Quijote, a finales del siglo XX, acepta el
fue la razón de v i v i r y de m o r i r / d e alguien quefue desafío de la poiesis de nuevo, y entra en batalla
ella misma / y que es ahora nada más que un sentado en su fiel automóvil, mientras le cuenta
hueco» (p. 16). historias de libélulas y gusanos de seda:
Es en ese momento central del poema cuando
el poeta, José Hierro, se introduce a sí mismo y Entro en la seda del poema roto
observa, con detenimiento, el poema desde la donde alguien, que fui yo, murió más de una vez.
No hay nadie, nada: tan sólo un automóvil.
perspectiva de la poesía que acaba de ser Pongo el motor en marcha: le hablo de libélulas,
elaborada. Podemos imaginar su sorpresa: de gusanos de seda.
Le pregunto
Se trata ahora de un hueco donde ocurrió el qué será lo que yo quería decir, (p. 18).
[prodigio,
de una sombra en la entraña de la seda, A lo largo de su carrera, José Hierro ha estado
de una sombra y un hueco en el que suena preocupado por la naturaleza del proceso poético.
un motor de automóvil. En su obra más reciente, su preocupación por la
Escucho ese motor desesperadamente poiesis se ha visto intensificada, invitándose a sí
para saber que no soy sordo, (p. 17). mismo, a su audiencia de críticos y a su público
entusiasta, a ser testigos de su búsqueda del
La a p a r i c i ó n inesperada del «coche» «momento irrepetible». Si algo hemos aprendido
representa el tercer y último estado en el desarrollo de los versos introductorios de Agenda es que la
de la compleja imagen dominante a lo largo de la vida no tiene nada que ver con las cosas que
composición: libélula, gusano de seda, automóvil. hacemos a diario. Sino con libélulas, con libélulas
El coche es la crisálida y el poeta, la criatura que y gusanos de seda, y con aquellos de nosotros que
en su interior está desesperada por trascender su hemos aprendido a verlas claramente. Al fin y al
condición presente: cabo, «Tout le reste est littérature».

OBRAS CITADAS
BAUDELAIRE, Charles: Oeuvres complètes. Edición de Claude Pichois, Paris, Éditions Gallimard, 1975.
DARÍO, Rubén: Poesías completas, Madrid, Aguilar, 1961.
HIERRO, José: Agenda, Madrid, Ediciones Prensa de la Ciudad, 1991.
— : Poesías completas, Madrid, Ediciones Giner, 1962.
LANZ, Juan José: «Esquema biográfico» en Encuentro con José Hierro, Madrid, Ministerio de Cultura, 1992.
RIBES, Francisco (ed.): La antología consultada de la joven poesía española, Valencia, Distribuciones Mares, 1952.

NOTAS
* Leído en The Seventeenth Annual Cincinnati Conference on Romance Languages & Literatures. May 8-10, 1997.
1. Téngase en cuenta la observación de Hierro acerca de la poesía testimonial en La antología consultada de 1952: «Confieso
que detesto la torre de marfil. El poeta es obra y artífice de su tiempo. El signo del nuestro es colectivo, social.» (p. 106).
2. Repárese en la información que nos proporciona José Lanz acerca del temprano interés de Hierro por la poesía francesa:
«Lee en francés a los principales poetas simbolistas y post-simbolistas [Baudelaire, Mallarmé y Valéry], haciendo de Las
flores del mal uno de sus libros de cabecera.» (p. 24).
3. La crítica ya ha señalado la presencia de la libélula en la poesía de Bécquer y Juan Ramón Jiménez. Rubén Darío bien
podría también ser otra fértil fuente: «¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!» (p. 624).
162

EX POSTISMO MEDITATIO (UNA MEDITACIÓN DESDE EL


POSTISMO)

Amador Palacios

0. La justificación de los párrafos que siguen viene dada por mi intención de realizar una
reflexión sobre el Postismo eludiendo, en el momento de realizarla, cualquier consulta de la
bibliografía, tanto activa como pasiva, del movimiento estético que me ocupa. Por tanto, prescindo
de citas literales y transcripciones a la vista de las páginas de los libros y documentos y sólo me
atengo a mi propia memoria y a las impresiones surgidas únicamente desde mi ejercicio de
concentración ante el blanco papel, sin más apoyaturas que los recuerdos, como digo, el poso de
un humilde conocimiento y las modestas conclusiones sacadas tras la lectura de la obra postista
que conozco, las aproximaciones críticas a la misma y las conversaciones sobre el tema en que he
podido participar con tan buenos estudiosos del Postismo, casi todos amigos.
Creo que es buen quehacer que uno ande reescribiendo el fenómeno postista con asiduidad,
enmendándose una vez tras otra y colocándolo en el más justo término interpretativo que uno
pueda. A estas alturas ya hay que alertarse ante la tendencia a seguir confundiendo el Postismo
con ciertas superficialidades o espejismos que puedan dar lugar a engaños duraderos. Habrá que
ser cautelosos al analizar la llamada boutade postista, las anécdotas jocosas acontecidas en la
andadura del Postismo como parte de su decurso y el tono juguetón y cadencioso (eurítmico)
implantado en sus obras. Todo ello existe, pero sería muy lamentable tomarlo como lo primordial
de un estado pasajero que no estuviese dotado de la suficiente trascendencia. Jaume Pont, en su
tratado monumental sobre el Postismo, advierte que bajo la máscara del humor postista subyace
una tragedia auténtica. Ory, certeramente, define el movimiento postista como entidad dotada de
alegría, sí, pero comparando esta alegría con una risa que él califica de risa zen. Y la euritmia,
buen ritmo, o esa coruscancia musical que acierta a precisar Félix Casanova de Ayala, no sólo es
la estructura dominante en el planteamiento combinatorio de palabras de la creación postista;
también ésta conlleva un sentimiento liberador del léxico, que no ha de basarse tan sólo en esa
alogia sintáctica que parece ser tan característica de la pieza postista, pues se hunde, asimismo,
en una distorsión del sentido, en una imagen obtenida a través de un pensamiento desfigurado;
una euritmia o un juego instalado en las estructuras profundas del lenguaje, en el fondo de la
obra, aunque su forma pueda ser, incluso, escrupulosamente respetuosa con la norma lingüística.
La corroboración de estas suposiciones se puede hallar en el poema de Ángel Crespo Versos de la
oveja, del que recuerdo algunas estrofas:

Cuando la lana del colchón


se acuerda de su oveja,
lo mejor es dormir en las baldosas.
[...]
Suele ocurrir también, cuando ese pelo
se acuerda de aquel manso animal que tenía,
que intente devorarnos por la noche.

Ocurre, pues, que en el aniversario


de la oveja nacida entre las redes
se remueve la lana en los colchones
y muerde a las mujeres en las piernas
y a los hombres debajo de la ropa.

El Postismo, como declararon sus fundadores, no fue un invento de ellos, sino el hallazgo de
un tesoro inmemorial que logra desenterrar quien se siente capacitado para acceder a él. Por
consiguiente, pienso que es un flujo, una corriente que, estando siempre en movimiento, siempre
en posible disponibilidad, hay que saber captarla y cerciorarse de que la hemos abarcado.
163

Ser postista, más que hallarse en el uso de una locura inventada, es poseer el genio y la
pericia para poder tener puesto el «pie en la alimaña», símil con el que los postistas querían
significar, sobre todo, lo que el Postismo posee de materia nerviosa, palpitante e inaprehensible si
te descuidas en atraparla. Para sentirse postista no basta con mirar cómo esa alimaña corretea y
regodearse sólo en la visión, sino poner con tino y con delicadeza, como si se pusiese el corazón,
el pie sobre ella, contener su respiración e impregnarse de la verdad postista que brota en todo
momento. Gabino-Alejandro Carriedo ponía el pie en la alimaña, por ejemplo, cuando decía que
olfatear el ejemplar de un libro es lo primero que habría que hacer para cerciorarse de si el libro
en cuestión es bueno. Eduardo Chicharro jamás separó el pie de la alimaña al redactar su vasto y
cósmico poema Música Celestial, una unidad centrífuga y centrípeta, adensadora y dispersante,
donde, por cierto, hay poco sarcasmo, escasísima jocosidad y nulo casticismo.
Por supuesto, la lectura de esta meditación no debe servir de prólogo, para el posible lector
neófito, a la obra postista que ya tenemos impresa ni adelantarse al conocimiento de los buenos
estudios que actualmente se han divulgado sobre los testimonios, fundamentos y legitimidad del
Postismo, realizados por acreditados especialistas como Pont, Cózar, Van Hooft, Grande -por
nombrar sólo a cuatro-, autores, asimismo, de completos listados bibliográficos sobre este asunto.
Estas palabras mías en verdad digamos que pertenecen a la opinión de la calle, son simplemente
el resultado de una experiencia agradecida.

1. El momento histórico del Postismo hace ya medio siglo que acaeció y hasta ahora
-últimamente, por mejor decir-, mucho, o no poco, se ha hablado sobre su impronta. Así como
otros aconteceres literarios pronto se divulgaron en los manuales, al Postismo se le negó la
entrada de un modo absoluto a los libros de texto; sólo en el último decenio se le ha podido ver
referenciado en ellos, si bien tímidamente. Han sido, más que nada, las puras publicaciones
literarias, por un lado, y, por otro, algunos encuentros promovidos por entusiastas, los que han
llamado la atención sobre este movimiento singular ocurrido en la España pobrísima y difícil de
los años cuarenta.
Alrededor de las calendas de julio de MCMXCIV participé como ponente en un curso de verano
organizado por la Universidad de Castilla-La Mancha que, bajo el título Perfil y presencia del
Postismo literario, nos reunió, dentro del muy hermoso y sobrecogedor marco de la ciudad de
Cuenca, a la mitad o, como mucho, a un tercio (o a lo sumo a una cuarta parte, si ustedes quieren)
de los interesados que interpretamos asiduamente el Postismo en este país.
Mi conferencia, versando sobre la llamada Segunda Hora del Postismo, creo que fue bastante
neutra y meramente informadora de esas secuelas que devinieron tras el estricto Postismo
fundacional. La intervención de Jaume Pont, tenido como el documentalista del Postismo, fue,
además de agradable y suelta (amena), aclaradora al máximo, lo cual suele ser habitual en todas
sus interpretaciones al respecto, de los elementos cimentadores de este movimiento estético que
se tuvo como vanguardia. Rafael de Cózar desarrolló, a lo largo de unos brillantes trechos, y con
ejemplos muy escogidos y atractivísimos, las ineludibles afinidades entre la recopilación postista
propiamente dicha y las realizaciones heterodoxas que han existido en todos los tiempos y épocas
culturales de la humanidad. José Luis Calvo Carilla puso, sobre todo, en unión la narrativa del
Postismo con el espíritu experimentalista de buena parte de la restante narrativa española del
momento, y estas, a su vez, con el poderoso influjo que había donado la narrativa mundial, tanto
europea como norteamericana, surgida del periodo de entreguerras. Por fin, el afamado poeta,
narrador y articulista Luis Antonio de Villena, último ponente del curso, confesando honradamente
no ser frecuentador, con su pluma, de las esencialidades postistas, trazó, sin embargo, un justo y
muy prosódico panorama de ubicación del Postismo en la historia reciente de la poesía española,
otorgándole, con verdad, ese «estilo» o ese prestigio que quizá no tuvieron en tanto grado las
demás tendencias conniventes. Por lo demás, las dos mesas redondas programadas, moderadas
con interés por Joaquín González Cuenca, director del curso, exhibieron un carácter bastante
deslucido en líneas generales, pese a las opiniones conciliadorasde José Fernández Arroyo y al
empeño de los dos secretarios del curso, Jesús María Barrajón y Asunción Castro, por que todo
saliera bien. Esos fallos habidos en las mesas redondas y en el transcurso de los debates, pienso
que originaron confusión en los escasos y «heroicos» alumnos matriculados en el curso, que no
dijeron, tal vez temerosos o, ¡seguro!, desconcertados, «esta boca es mía».
164

2. El Postismo se gestó en experiencias íntimas, fruto de la amistad y sus potencias


exacerbadas. Primero fue el conocimiento de los dos condiscípulos aventajados de la Academia
de España en Roma: Gregorio Prieto y Eduardo Chicharro. Corría 1928 cuando, estimulados por el
deseo de realizar esas fantásticas fotografías que hoy se pueden contemplar bajo un empotro del
Museo Gregorio Prieto, en Valdepeñas, los dos salían, tan juveniles y fogosos, por la puerta de la
Academia, cámara en ristre, y Don Ramón del Valle-Inclán, que había sido o era en esos momentos
director de la mencionada institución, exclamaba: «¡Ahí van esos dos locazos!».
Tres lustros después se materializó el encuentro, ya en Madrid, y en uno de sus cafés, entre un
culto y maduro Eduardo Chicharro, casi cuarentón, y el nene intuitivo y disparatado, de unos veinte
años, Carlos Edmundo de Ory. Tuvo que ser un momento fuerte el primer contacto entre ambos,
refrendado por las palabras de Chicharro cuando refiere -no hace falta que tome literalmente la
cita, de sobra muy conocida- que se originó entre ambos un flechazo poético en el Pombo y que,
por consiguiente, fundieron inmediatamente sus órbitas. Sabemos que meses después los dos
disfrutan de unas jornadas veraniegas en Ávila, excitando sus fiebres fraternales hasta el punto de
componer al alimón, ¡en sólo unos días!, los 700 poemas que componen Las patitas de la sombra,
práctica parangonable, en esencia, a ésa de Roma que acabamos de resaltar, una en el ámbito de
lo plástico y otra en el de lo literario, pero las dos accionadas por la energía de la amistad. «Amicitia
-nos dice Cicerón- res plurimas continet» (la amistad comprende tantísimas cosas...).
Si el Postismo, por un lado, hunde sus raíces en unos elevados y fructíferos juegos amistosos,
liberales e independientes de todo dogmatismo (recordemos la encarecida defensa del juego, de
la imaginación, del juego imaginativo como punto programático primordial de los postulados
postistas), por otro, su aparición pública como una vanguardia hecha y derecha, con todos sus
requisitos y formalismos adjuntos, es incuestionable. Para Rafael de Cózar, y nosotros concordamos
con él, tres condiciones son necesarias para que exista una vanguardia, un nuevo ismo: manifiestos,
revistas y estrépito. Y el Postismo cumplió con este trámite y no sólo para salir del paso, para
cubrir el expediente, sino dando coherencia, solidez y altura a estas tres condiciones requeridas
para la formación de una vanguardia artística. Con respecto al estrépito, se hizo lo que se pudo, lo
que las intransigentes circunstancias políticas del momento permitían, lo que la astucia de los
fundadores del Postismo posibilitaba. Como la situación no daba para bromas, al percatarse las
autoridades competentes de que el Postismo llevaba adscritas ciertas sospechas por el hecho de
ser afín a los ismos europeos de vanguardia que habían flirteado con las «malditas» terminologías
del comunismo, al cabo, tras la prohibición del nombre de nuestro movimiento y una condicionada
permisividad resuelta en un corto cordel, el saldo resultó favorable a los postistas, si no en lo
tocante a una expedita divulgación de sus posturas, sí en lo concerniente a tener limpias sus
conciencias, pues, como dice Francisco Nieva, el franquismo, con su innegable cerrazón, lo que
hacía era fecundarlos, enriquecerlos inconscientemente a resultas de unos efectos secundarios y
paradójicos, no sintiéndose, en consecuencia, nuestros hombres obligados a dar las gracias al
Régimen por nada.
Pese a todo, tanto los textos de creación literaria como programáticos del Postismo
se conocieron sin tapujos, y los escasos lectores interesados de entonces pudieron comprobar
cuánta clarividencia y ecuanimidad había en la conformación del recién bautizado ismo. Al redactar
el Manifiesto del Postismo, Eduardo Chicharro, el maestro, el mago, el gran olvidado, como escribe
Fernández Arroyo en uno de los versos de su último libro, ese Chicharro impregnado de un sagaz
humanismo supo poner en claro los procesos y las esencias de un arte libre de prejuicios. Lo que
exprime este manifiesto es toda una poética universal, fuera de integrismos de escuela, fuera
de conjeturas egoístas. Su intención, entre otras, es didáctica; sus balances son mesurados y
el espíritu de su letra no se dirige contra nadie. Desde luego hay claras defensas y explícitos ataques:
dos de ellos -recordemos- al creacionismo español y al lorquismo, pero son suaves; creemos que
el primero recibió los denuestos porque a Chicharro le parecieron los planteamientos creacionistas,
y tal vez con razón, un camelo de simples juegos malabares carentes de la debida fuerza artística;
su rechazo al lorquismo viene dado por el sincero asco que el autor sentía hacia ese tópico español
habitado por majas, chulos, subdesarrollo, machunguería, patrioterismo. Pero la voz que puebla
el Manifiesto del Postismo no es violenta, ni tan siquiera radical, aunque este último término es
muy válido para otros aspectos del análisis. Hay Postismo como sinónimo de alegría, oponiéndose
al pesimismo y destructivismo del dogma surrealista o dadaísta. Hay esperanza de camaradería
en torno al Postismo, pero está ausente la perspectiva de realizar un reclutamiento forzoso de
165

postistas o una rabiosa exclusión y señalamiento de los que no lo sean. El manifiesto termina con
esta última frase que acaba admitiendo: «¡Qué solos vamos a estar, pero qué bien!». Nada de
cabreos. Y si el Postismo es revisionista y dice síes y noes, también se muestra conciliador,
lleno, incluso, de sentimientos humanitarios, cosa que no se halla en la mira del surrealismo,
aterradora en cuanto al enunciado de acto perfecto surrealista: el de salir a la calle disparando con
un revólver a la multitud, indiscriminadamente. La obra postista, ya lo dijo Chicharro, comparte
llama con el surrealismo, aspirando a una escritura o producción espontánea, surgida directamente
de los resortes del subconsciente. El Postismo, en esto, añade, o vislumbra, una pieza o puente
eficaz abogando por una selección consciente de materiales, al igual que acoge la ética, que esos
ismos franceses negaban o fingían negar, ética considerada como moral indispensable para que
la consecución del aliento e incluso respiración rítmica de cualquier obra artística sea posible.
Es más, el Postismo no abjura de la tradición, de la tradición del soneto, de la tradición del romance,
dos piezas intensa y perfectamente cultivadas en la producción postista y que no traicionaban el
vigor refrescante de su estética. Chicharro, debido a su sólida formación cultural, sabía que bajo
formas tradicionales se había creado mucha heterodoxia. Conviviendo con este respeto a la tradición
existía el llamado «enderezamiento» postista, consistente en convertir cualquier texto, por muy
insulso que fuese, en una pieza imaginativa, abierta y constantemente fecundada y dispuesta para
otro enderezamiento posible.
El Manifiesto del Postismo, en definitiva, asentó unas bases con el objetivo de que, por fin, la
utopía se realizase y saliese de las cavernas especulativas e irrealizables que habían conformado
las vanguardias antecesoras. Un barbecho fue así meticulosamente arado y abonado. Tuvo la culpa,
como siempre, la condición humana de que esta sana ambición no se llevase a cabo. El Manifiesto
del Postismo, si no se estructuró tan complejo o psicoanalítico como el del Surrealismo o el del
Dadaísmo, sí ofrecía más luz o una luz nueva de la que carecía el pensamiento de Breton o Tzara.
Pues realmente fue, más que un ismo, una declaración arquitectónica de la actitud que hay que
adoptar tras la polvareda de ismos que se iban agotando o ciertamente lo estaban ya. NO HEMOS
CREADO SINO DESCUBIERTO EL POSTISMO, nos recuerda insistentemente y en mayúsculas (así lo
hemos transcrito) Carlos Edmundo de Ory. Y también nos recuerda Ory que, más que un ismo,
Postismo es un umbral. Fue, y es, sencillamente, una verdad. Diríamos esencial si alguna verdad
no lo fuera.

3. En 1945 estallaron unas proclamas, hubo unos responsables de las mismas y unos
seguidores enardecidos que las llevaron a cabo hasta donde pudieron. Pasó el revuelo en un total
de, como mucho, cinco años, y en diez años ya no quedó ni rastro, pero el Postismo, pese al
silencio después de su trajín y a la serena reflexión que del mismo estamos haciendo hoy, no ha
caducado un ápice, porque, en realidad, aunque su apariencia se conformó, sin lugar a dudas,
como una vanguardia histórica, fue más que nada el redescubrimiento de una verdad artística que
ya existía desde los orígenes de la cultura. Ya lo hemos dicho e insistimos en ello.
Del sintagma que comprende la voz Postismo se infiere, es obvio, que Postismo es aquello
que sucede después de que el sufijo haya cumplido una función definidora en el mundo del arte.
Observamos que el término con que es bautizado el movimiento carece de lexema, o raíz, y sólo
consta de un prefijo preposicional, que indica un término, y el gastado sufijo. Ese vacío es cubierto
con ventaja por el valor semántico de esa verdad desnuda, aglutinadora y ecuménica (universal)
de la que estamos hablando.
Esta es la primera originalidad del Postismo con respecto a otros ismos portadores de lexema,
más cargados de concreción y, por lo tanto, de materialidad caducable (impresion-ismo, cub-ismo,
futur-ismo, fauv-ismo, surrea/-ismo, etc.). Por tanto, ¿es el Postismo un comodín para el pensamiento
y la praxis artística? ¿Es un principio incorruptible? Uno de sus mayores méritos, a nuestro juicio,
se establece en que aún conserva un orden vigente, perfectamente aplicable hoy, sin perder una
de sus propiedades, a cualquier intento de renovación artística que pudiera surgir; vigente y no
sólo aprovechable, como ocurre con otros movimientos estéticos prestigiosos de los cuales se
pueden emplear todavía algunas de sus enseñanzas. Seguramente que el Postismo sea una vía
más que una meta.
Si meditamos sobre el Postismo abstrayéndonos de su imagen en el tiempo como un discurso
unidireccional, despojándonos de la apabullante idea de que el tiempo es algo que siempre hace
166

cesar, c o m p r o b a r e m o s que el Postismo es un centro ambivalente; tanto se presta a la


correspondencia con el pasado como con el futuro. Es decir, si, como cabalmente afirma Ory, el
Postismo remonta a Homero, asimismo penetra en el resultado artístico que se pueda emprender
cualquier día de mañana. Por este motivo, yo mismo he escrito que el Postismo, al manifestarse
en una época, se comportó, en relación con sus efectos ulteriores, más como una bomba atómica
que de relojería, produciendo verdaderas reacciones en cadena más que una repercusión puntual.
Rafael de Cózar, en el curso conquense antes comentado, nos dio pruebas muy contundentes de
esa teoría y práctica de la creación, que los postistas llamaron Postismo y que existió netamente
en tantísimas realizaciones pretéritas, desde caligramas griegos fechados varios siglos antes de
Cristo a piezas de una apoetasía y un sentido de juego total pertenecientes a nuestra Edad Media,
a nuestro Barroco y, en definitiva, a una considerable variedad de autores de toda nuestra historia
literaria. Por eso mismo, no resulta gratuito que Ory haya deducido en más de una ocasión que
han de existir postistas funcionando en toda contemporaneidad, o que Nieva le dijera al mismo,
un cuarto de siglo después del evento del Postismo, que había conocido a gente muy joven que
seguía haciendo cosas igualitas a las que ellos hacían en ese momento de la irrupción de los
postulados, las tribunas y los textos postistas.
Los artistas de mañana podrán recrear perfectamente el Postismo sin necesidad de redactar
una constitución «neo-postista» (término que sienta tan mal a la entidad de nuestra idea) ni una
carta magna repleta de hechos, defensas y reivindicaciones; podrán seguir produciendo postismo
sin saber para nada quiénes fueron los que acuñaron este nombre y aún el nombre mismo, como
hizo postismo Cortázar sin tener idea -creo yo- de toda esta historia de Chicharro y Ory. Gómez de
la Serna sí tenía ¡dea, pero tampoco, en apariencia, les hizo caso. Y también Gómez de la Serna
estuvo tantísimamente -bajo esa forma de permanencia, parecido a Ory- en una actitud de cosas
que tiene mucho que ver con el fondo trágico del enamoramiento y la escenografía postista.
Las sustancias del Postismo son primigenias y naturales. Es como si, comparando de una
manera un poco tosca, a la Iglesia se le va el Papa, los cardenales, los obispos, el Vaticano y la
miríada de templos y parroquias y simples curas; ¿perecerá por eso el Cristianismo, su mensaje
basado en certidumbres esotéricas, aunque la época de Cristo, y el Cristo mismo, entren ya en el
terreno de la mitología? El Postismo, por tanto, en cierto modo es evangélico. Sus manifiestos y
sus textos lo son, tal una biblia. En suma, el Postismo no es más que una revelación, verbo de una
verdad artística inmarchitable.
De forma que hay Postismo como algo virginal, inalterable, imputrescible, y hay postistas en
los que han recibido un verdadero bautismo de sus aguas lustrales, fuera de contextos históricos.
Más graduación, de todos modos, han de tener unos que otros, como es lógico suponer. A pesar
del choteo que se han traído los que pasaron bajo esas aguas repitiendo alternativamente que ora
sí son postistas ora no lo son (dejemos a un lado esos filopostistas inclasificables de que trata
Carriedo), en el fondo yo creo que todos concuerdan con Ángel Crespo cuando confiesa aquello
de que el Postismo imprime carácter, y que la obra posterior de los que «perpetraron» creación
postista está marcada por ese paso artístico decisivo. Es el factor de permanente operatividad que
una periodista atribuyó a Carriedo partiendo de las fuerzas del Postismo. No se podrá entender el
Introrrealismo de Carlos Edmundo de Ory, ni sus Aerolitos, ni su Taller de Poesía Abierta, sin el
Postismo; ni el largo poema Música Celestial, de Eduardo Chicharro, cronológicamente posterior
al Postismo como lapso; ni los fragantes aforismos de Ángel Crespo; ni el teatro de Francisco
Nieva; ni, incluso, el tono utilizado por Gabino-Alejandro Carriedo al conformar su poesía cívica
en la gran moda de lo social.

No sé si todo lo dicho anteriormente está en lo cierto; yo al menos así lo siento sinceramente.


Lo que no dudo es que, siguiendo la opinión de Luis Antonio de Villena, hoy el Postismo está
considerado al menos, lo que no es poco, como un magnífico ejercicio de estilo lleno de prestigio.
Ya siento, finalmente, que hay que corregir de inmediato y recobrar a tiempo otra meditación.
Nada más.
TRANSFORMACIONES CULTURALES EN LOS TEXTOS
RIOPLATENSES: FABULACIONES EN EL RÍO DE LA PLATA

Enriqueta Morillas

Observaba Julio César González, a propósito interés las formaciones discursivas y genéricas
de la primera edición española de Descripción e que originan las primeras textualizaciones sobre
historia del Paraguay y del Río de la Plata 0I , de el i n m e n s o Sur d e s c o n o c i d o y, claro está,
Félix de Azara, la trascendencia de este texto para innominado.
el estudio científico e histórico de la región. Escrita En este sentido, el texto que analizamos
hacia 1790 para el Cabildo de la Asunción y nos sorprende gratamente: Félix de Azara no
reelaborada más tarde, vio la luz en Madrid en 1847 solamente elabora mapas trabajosamente, dada
y fue distribuida por don Agustín de Azara, la complejidad de los innumerables ríos y sus
Marqués de Nibbiano, heredero y «sobrino de don ramificaciones, con tributarios que atraviesan las
Félix, con el sólo o b j e t o de regalarla a las llanuras y bosques inmensos y múltiples. También
bibliotecas y literatos» (2). p r o c u r a o b s e r v a r y c l a s i f i c a r las especies,
La biblioteca de Mitre, una de las más nutridas fundamentalmente las aves y cuadrúpedos que
del continente en textos de tema americanista, hallaba en profusión:
pudo contar luego de infructuosas búsquedas con
No se limitó mi atención a dicho mapa, porque
un ejemplar de la Descripción... de Azara, que don hallándome en un país vastísimo, sin libros ni
Bartolomé anotó cuidadosamente. Hacia 1863 cosas capaces de distraer la ociosidad, me
e s t i m a b a e s p e c i a l m e n t e la parte histórica dediqué los veinte años de mi demora por allá
contenida en el segundo tomo: a observar los obgetos que se ofrecían a
mis ojos en aquellos ratos que lo permitían
[...] excelente historia crítica de la conquista, las comisiones del gobierno, los asuntos
población y descubrimiento del Río de la Plata. geográficos y la fatiga de viajar por despo-
Basado en los cronistas, con juicio y con blados y muchas veces sin camino. Pero como
conocimiento del país, es lo único serio y para esto estaba yo solo, y los obgetos que
digno de consultarse que hasta el presente veía eran muchos más de los que podía
se haya escrito sobre la materia, no obstante examinar, me vi precisado a preferir, después
algunos juicios ligeros o apasionados y varios de lo dicho, la descripción de los pájaros y
errores a que ha sido inducido por las cuadrúpedos quedándome pocos momentos
autoridades que ha seguido. para reflexionar sobre las tierras, piedras,
vegetales, pescados, insectos y reptiles.(51
Sospecho que esta parte del trabajo de Azara,
ha tenido entre nosotros la misma suerte que Esos objetos «que eran muchos más de los
la 1a. ed. de sus Viages, es decir, que nadie la
que podía examinar» y que constantemente «se
ha leído... Parece que el destino de este autor
fuera el decir la verdad para no ser leído de ofrecían a mis ojos», no son solamente las
nadie. Es la luz bajo el celemín (31. especies que con rigor de naturalista ha de estudiar.
Tienen interés para nosotros la compulsa de los
Este juicio no ha de variar: ha de ponderar «papeles antiguos de los archivos de las ciudades
las excelencias del texto de Azara en materia de la Asunción, Corrientes, Santa Fe, Buenos Aires
geográfica, etnológica, histórica; sus aptitudes y de los pueblos y parroquias», como también el
para el estudio de la zoología y de las razas hecho de que Azara consultase «la tradición de los
a b o r í g e n e s , l l e g a n d o a revelar un m u n d o ancianos» y el que leyese «algunas historias del
desconocido y orientando a los que continuaron país, que en bastantes cosas no estaban acordes
más tarde su tarea Ml. Juicio que posteriormente con dichos papeles originales (6i.
confirmarán Juan María Gutiérrez y Luis María Como antes había o c u r r i d o con los
Torres, considerando el iluminismo cientista que historiadores de Indias, Azara se siente compelido
orienta al texto de Azara. a dar noticias de las naciones y los indios, de su
situación y costumbres y a corregir «los yerros
LOS PAPELES ANTIGUOS, LA TRADICIÓN DE LOS y equivocaciones que han c o m e t i d o dichos
ANCIANOS, LAS HISTORIAS DEL PAÍS escritores, algunas veces por ignorancia y otras
Como nuestro propósito es examinar la con malicia».
literatura del período y, más específicamente, las Como se sabe, el Viaje al Río de la Plata, del
primeras manifestaciones literarias de y sobre la soldado raso Ulrico Schmidel, integrante de la
región del Plata, nuestra lectura está dirigida a tripulación de don Pedro de Mendoza, fue escrito
establecer no su rigor histórico, sino su aptitud originariamente en alemán. Los sucesos que
imaginística y fabuladora. También son de nuestro narran la primera fundación de Buenos Aires en
168

1540 y su posterior despoblamiento y abandono Azara refiere también las exageraciones del
por los sobrevivientes y su traslado a Asunción, bávaro: amplía el número de los enemigos y de
tienen en Schmidel a su primer relator. Los las bajas y alude a supuestas defensas indígenas
episodios que nos cuentan del hambre padecida -«[...] f o s o s , estacadas y f o r t a l e z a s » - para
por los habitantes de la casa-fuerte sitiada por los engrandecer los méritos propios:
indígenas, las luchas, expediciones por el Paraná
y los diferentes encuentros con los indios canos, Alguna vez para dar variedad a su historia,
añade que algunos indios tenían vigotes y que
constituyen la materia del primer texto conocido criaban aves y animales domésticos, faltando
sobre los orígenes históricos de la región del Plata. así en esto a la verdad que usa en lo demás
Cuando su autor regresa a su tierra natal, veinte generalmente. <11)
años después, produce la primera versión en
alemán. Con posterioridad fue traducida primero Este juicio ha de variar completamente al
al latín y luego al castellano (7). considerar los textos de otros historiadores. Los
Comentarios a los Naufragios de Alvar Núñez para
[...] historia de los hechos que había él no es sino obra «a veces tan confusa, que no se
presenciado, estropeando, corrompiendo y entiende, y otras altera y cambia los nombres».
trocando tanto los nombres de las personas, En realidad, sabemos que sólo en los primeros
ríos y lugares, que sólo las puede entender
capítulos de la redacción del libro intervino el
quien los conozca por otra parte. Su obra se
tradujo al latín y de éste al castellano sin Adelantado. El resto pertenece a la pluma de Pero
corregir la nomenclatura. Hernández, su e s c r i b i e n t e andaluz y es un
Quitado este defecto es la más esacta que panegírico y también un alegato en defensa de la
tenemos, la más puntual en las situaciones y actuación de Alvar Núñez. Influyó favorablemente
distancias de los lugares y naciones y la más en el extenso proceso que se le sustanciara.
ingenua e imparcial ,sl . Sin embargo, la sensualidad del texto no nos
deja indiferentes c o m o lectores. Frente a la
Estropear y corromper los nombres -Woonnaz
parquedad del alemán, éste ostenta imágenes
Eiresz, reiz, etc.- y también cambiarlos por otros,
f r o n d o s a s , descripciones abundantes y una
clara enunciación del proceso lingüístico del
imaginería visual que estimula las apetencias del
trasplante cultural, proceso de traducción que
lector: plumas y otros atavíos, canoas, ríos, etc.
pone al descubierto las funciones del lenguaje y
C o n s i g u e , a d e m á s , i n t e n s i f i c a r el relato al
las arbitrariedades del significante. Los signifi-
multiplicar las acciones, como en los de aventuras
cados aparecen detrás de los enigmas, resueltos
(de hecho, el relato de aventuras es uno de los
o n o . Su c o n o c i m i e n t o i m p l i c a una d i f í c i l
modelos que conforman el libro). El capítulo XIV
aproximación, otro descubrimiento. El español
merece señalarse en este sentido, pues, como lo
mechado de vocablos procedentes del alemán y
dice el narrador, el lector recibe la impresión de
de la jerga de los landsquenetes y de la marinería
que «[...] en todo este tiempo las balsas no dejaban
tiene una a p t i t u d que Azara, en efecto, no
de caminar por el río abajo, así de día como de
pondera. Es capaz de enfatizar la diferencia, pues
noche»; y como las balsas, todas las acciones se
pone en relieve precisamente la mirada que recae
repiten vertiginosamente:
sobre la alteridad americana, diseño que habrá
de seguir una buena cantidad de textos hasta [...] de ellos supo el gobernador y fue
nuestros días. certificado que los indios naturales del río
La ingenuidad e imparcialidad del autor tienen habían hecho gran junta y llamamiento por
toda la tierra, y por el río en canoas, y por la
como límite su lealtad a Irala, pues ya en el ribera del río habían salido a ellos, yendo por
tramo correspondiente a la Asunción, una vez el río abajo en sus balsas muy gran número y
despoblada, incendiada y abandonada la plaza cantidad de los indios, y con grande grita y
fuerte que fue en rigor la primitiva Buenos Aires, toque de tambores los habían acometido,
S c h m i d e l t o m a partido por el bando de los tirándoles muchas flechas y muy espesas,
comuneros. Significativamente, en el texto no se juntándose a ellos con más de doscientas
describen los acontecimientos correspondientes a canoas por los entrar y tornar las balsas, para
los matar, y que catorce días con sus noches
los dos años que mediaron entre su llegada y el no habían cesado ni poco ni mucho de los dar
arribo Alvar Núñez: el combate...!...] era tan grande la vocería y
alaridos que daban los indios, que parescía
Entonces elegimos por capitán al referido Irala, que se juntaba el cielo con la tierra [...].
hasta que el Rey mandase otra cosa; porque
siempre se había mostrado justo y benévolo, Los comentarios siguientes de Félix de Azara
especialmente con los soldados.,91
enjuician las dos Argentinas. Trata despectiva-
mente al texto de Martín del Barco Centenera:
Juntos todos en Buenos Aires, mandó el
General despachar los bergantines, y en ellos [...] Los profesores juzgarán su mérito poético;
todos los soldados: hizo quemar las demás yo en cuanto a historia considero esta obra
naves, y guardar el hierro. Navegamos otra tan escasa de conocimientos locales, y
vez el río Paraná arriba, y llegamos a la ciudad tan llena de tormentas y batallas, de cir-
de la Asunción, donde esperamos dos años cunstancias increíbles, á los que conocen a
las órdenes del Rey. M0) aquellos naturales, y de nombres y personas
169

i n v e n t a d o s por é l , que creo no se debe de por q u é los t o m a en c u e n t a e n t o n c e s , Félix de


consultar cuando pueda evitarse. Pero su Azara a d m i t e su c o n d i c i ó n d o c u m e n t a l única, pero
e m p e ñ o m a y o r es d e s a c r e d i t a r á los n o d u d a e n d e n u n c i a r s u s f a l s e d a d e s ni en
principales y a los naturales, siguiendo en esto
corregirlos:
el genio característico de todo aventurero y
nuevo poblador como él lo era.<121 Aunque yo conozca los defectos de los citados
autores he tenido que valerme de ellos, porque
Se n o s h a c e d i f í c i l n o r e p r o d u c i r e s t o s creo que no hay otros originales; pero los he
párrafos y g l o s a r l o s : las apreciaciones t i e n e n una corregido cuando he podido por los papeles
precisión e n v i d i a b l e y nos llevan d i r e c t a m e n t e al auténticos que he visto en los archivos, y por
d e s l i n d e d e lo f i c t i c i o q u e a t a ñ e a l o s d a t o s los conocimientos del país y de las costumbres
h i s t ó r i c o s c o n lo f i c c i o n a l . Los d a t o s h i s t ó r i c o s de sus naturales. En efecto, sabiendo que estas
f a l s e a d o s p u e d e n recaer en las personas o en el son en aquellos indios tan fijas e inalterables
según deduzco del cortejo de relaciones
a m b i e n t e ; en a m b o s c a s o s , s o n m a g n í f i c o s
antiguas con las del día, y no hallándose rastro
d e l a t o r e s d e la p o s i c i ó n d e l n a r r a d o r y de la ni tradición de idolatría, de comer carne
i n t e n c i ó n de escritura. Pero p o r otra parte están humana, de flechas envenenadas, ni de
esas « t o r m e n t a s y batallas», esas «circunstancias conservar en la guerra cautivos a los varones
increíbles» y los « n o m b r e s y p e r s o n a s i n v e n t a d a s adultos, quedan destruidas todas estas fábulas
por él», que parecen indicar representaciones con que algunos escritores adornan sus
historias.<151
f i c c i o n a l e s , e l a b o r a c i o n e s p r o p i a s de las
narraciones fictas.
Félix de Azara ha de c o n f i r m a r la matriz del
Este es el p u n t o en el cual la v e r d a d histórica relato de a v e n t u r a c o m o una de las i n t e g r a n t e s en
cede el paso a la f a b u l a c i ó n , y el p r o p i o Azara, la f o r m a c i ó n genérica de las c r ó n i c a s .
naturalista y a m a n t e del r i g o r del d a t o histórico
p r e c i s o , n o s i n d i c a las p u e r t a s de e n t r a d a a la
INDÍGENAS, PARDOS, CAMPESINOS, GAUDERIOS
ficción en el análisis de nuestras crónicas. Corrobora
La descripción de las t r i b u s i n d í g e n a s del Río
de este m o d o el i m p a c t o que e x p e r i m e n t a el lector
de la P l a t a e s f r a n c a m e n t e a m p l i a y rica. Son t r i b u s
de n u e s t r o s días f r e n t e a la lectura de estos relatos
cuyas c o s t u m b r e s p o d e m o s c o n o c e r en sus
de n u e s t r o s orígenes y explica en buena m e d i d a
p o r m e n o r e s . C o n s t a n t e m e n t e Azara c o n f r o n t a sus
la incitación a su n o v e l a c i ó n .
i n d a g a c i o n e s o t r a b a j o s de c a m p o c o n los datos
A l referirse a la Argentina manuscrita invalida
de los c r o n i s t a s . A s í c o n f i r m a los j u i c i o s a n t e s
el t e s t i m o n i o de Ruy Díaz de G u z m á n , al cual
sintetizados:
considera poco e s c r u p u l o s o :
De modo que me he propuesto hacer saber el
Lo dicho basta para que no lo tengamos por
número y la situación de casi todas las
escrupuloso y para que no nos cause novedad
naciones que hay y ha habido en aquel país,
si vemos que en vez de verdades cuenta
para que se puedan entender y corregir las
novelas, como son: la leona que defendió a la
relaciones antiguas. Estas, como hechas por
muger: la transmigración de los chiriguanos:
los conquistadores, multiplican el número de
el viage de Alejo García, el haber conocido a
naciones y de indios, con la ¡dea de dar
su hijo, y cuanto refiere de las alhajas de plata
esplendor a sus hazañas. Los historiadores
llevadas del Perú al Paraguay. " 3 I
que han copiado dichas relaciones, no las han
Este t e x t o , sin p a r a n g ó n para a c o m e t e r el corregido ni se han propuesto describir
aquellas naciones. La mayor parte de las
análisis m i n u c i o s o de los p r o c e d i m i e n t o s
relaciones convienen en asegurar que casi
escritúrales f i c t o s en el t e x t o de Ruy Díaz, será todas las naciones eran antropófagas y que
m a t e r i a de u n a n á l i s i s m á s d e t a l l a d o . Por el en la guerra usaban flechas envenenadas; pero
m o m e n t o , b á s t e n o s a d v e r t i r la lista de m e n t i r a s o uno y otro lo creo falso, puesto que nadie de
n o v e l a s q u e A z a r a d e n u n c i a , a m á s de o t r a s , las mismas naciones come hoy carne humana,
c o n s i s t e n t e s en a l t e r a r f e c h a s y t a m b i é n en ni conoce tal veneno, ni conserva tradición de
«[...] i n t e r c a l a r e x p e d i c i o n e s f i n g i d a s . Forja uno ni otro, no obstante estaren el pie de que
g r a n d e s batallas, ejércitos n u m e r o s o s , fortalezas, cuando se descubrió la América, y de que en
nada han alterado sus otras costumbres
f l e c h a s e n v e n e n a d a s y o t r a s cosas q u e i n v e n t a
antiguas. " 6 I
para h o n r a r a su p a d r e , a b u e l o y t í o » . I U I
Félix de Azara ha de ir aún más lejos en su En todas estas páginas investiga las creencias,
d e n u n c i a de los d a t o s falsos y las f a b u l a c i o n e s de m o d o s de a l i m e n t a c i ó n , del v e s t i d o , los rituales y
los c r o n i s t a s , i n t e r e s a d o s en p r o p o r c i o n a r a veces da i n f o r m a c i o n e s v a l i o s í s i m a s acerca del
v e r s i o n e s a su a n t o j o casi s i e m p r e en defensa de s e n t i d o de los m i s m o s . Considera n a c i ó n al g r u p o
i n t e r e s e s m a t e r i a l e s : así, ve a A l v a r Núñez é t n i c o u n i d o por i d e n t i d a d de « e s p í r i t u , f o r m a s y
«...achacándoles / a sus c o n t r a r i o s / la avaricia y costumbres, con idioma propio».
o t r o s v i c i o s q u e eran s u y o s » ; a M a r t í n del Barco D e s c r i b e a m p l i a m e n t e las d e los c h a r r ú a s ,
C e n t e n e r a , s e n c i l l a m e n t e lo ve «[...] s i g u i e n d o en p a m p a s , g u a r a n i s , g u a n a s , albaias, p a y a g u a s . Y
esto el g e n i o característico de t o d o a v e n t u r e r o y da noticias breves de o t r a s t r i b u s (yarús, b o a n e s ,
n u e v o p o b l a d o r c o m o él lo e r a » . Ruiz Díaz de chañas, minuanes, aucas, balchitas, uhiliches,
G u z m á n n o le m e r e c e o t r o j u i c i o q u e el de un telmechís, tupís, guayanas, nalicubgas, guasarapós,
m e n t i r o s o y a g r e s i v o o p o r t u n i s t a . A la p r e g u n t a g u a t o s , o r e j o n e s , etc.).
170

Los capítulos X y XI describen y también en tanto en el Río de la Plata el arribo de nuevos


narran ritos, usos y costumbres. No solamente contingentes europeos trae hombres y mujeres
se preocupa de su localización g e o g r á f i c a , que se unen, a los mestizos h i j o s de los
denominación y singularidades aspectuales, sino conquistadores. Su opinión es favorable a este
que incorpora el relato de hechos históricos mestizaje en el cual la raza europea tiende a
protagonizados por estas naciones. La admiración prevalecer, «es más inalterable que la india, pues
de Azara es advertible: los indígenas tienen buena a la larga desaparece ésta y prevalece con ventajas
contextura física, estatura y vigor. Casi siempre aquella». Pero el mestizo conserva el elemento
destaca su «estatura, armas, fuerzas y talento», lo añadido en algunas cualidades que lo mejoran. En
cual no le impide criticarlos. Sus lenguas, hábitos cambio, en Buenos Aires, no ocurre lo mismo con
guerreros, ceremonias, aparecen puntualmente la nueva raza:
considerados junto a la narración de tramos de su (...] se ha ido haciendo más europea, no se ha
historia. Guerras, alianzas, fusiones, invasiones conservado tan pura ni conseguido las
diversas son localizadas con fecha precisa. Pero ventajas dichas de ios paraguayos; los cuales,
estas observaciones históricas conviven con las en mi juicio, por esto aventajan a los de
valoraciones abundantes y con los episodios Buenos Aires en sagacidad, actividad, estatura
particulares que, como sucede con muchos de y proporciones(1βι.
nuestros cronistas, f o r m a n cuadros y hasta Se advierte claramente que Azara cree en la
adquieren tensión narrativa, generando pequeños diferencia racial, pues vincula la noción de raza con
cuentos. Véase esta comparación con los hombres la fisonomía moral de los pueblos con los cuales
europeos: convive y hacia los cuales no es indiferente. Vimos
Entre las muchas cosas comunes a todas o casi cómo al tratar de las poblaciones indígenas se
todas mis naciones hay algunas que pueden refiere a ellas como a «mis naciones de indios».
considerarse como peculiares suyas, y otras
Los conquistadores llevaron pocas o ninguna
como tomadas del hombre europeo. Las
mujer al Paraguay, y uniéndose con ellas,
primeras son las crueldades estravagantes en
resultó una multitud de mestizos a quienes la
sus grandes fiestas, en sus duelos, en poner
corte declaró por entonces españoles.
el barbote y en agrandartan enormemente sus
orejas. Ellos no dan razón ni saben el objeto Observándolos yo encuentro en general que
niel motivo de tales cosas, y yo estoy lejos de son muy astutos, sagaces, activos, de luces
adivinarlo, como que si no las hubiese visto más claras, de mayor estatura, de formas más
practicar, me parecería imposible pudiera elegantes, y aún más blancos, no sólo que los
ocurrir a nadie tales barbaridades ni aun un criollos o hijos de español y española en
motivo para hacerlas. La facilidad con que América, sino también que los españoles de
paren las indias sin mala resulta, sin que les Europa, sin que se les note indicio alguno
falte la leche y sin dejar de hacer el mismo día de que descienden de india tanto como de
lo que les corresponde: los dientes siempre español.m)
blancos y bien puestos, la plena libertad para
todo, sin conocer autoridad ni amistad Puede apreciarse aquí que la observación
particular, el dirigirse sin saber por qué por científica del ilustrado no impide el unir a ella
unas prácticas como si les fuesen innatas; el
ideología, pues ¿qué otra cosa es esta mitología
no conocer ambición, juegos, bailes, cantares,
instrumentos , músicos, la apatía con que del mestizaje sino apreciación valorativa y por lo
soportan sin quejarse la intemperie, la escasez, tanto ideología? Como sabemos, el mito de la
las enfermedades, dolores, duelos y fiestas; diferencia racial como instancia generadora de la
la igualdad de clases y no servir unos a otros; índole de los pueblos resulta, en el mejor de los
el no saber la edad que tienen ni cuidar de casos, falaz y se halla plagado de confusiones. En
lo porvenir aun para hacer provisiones; este caso, Azara aprecia la raza mestiza como
limitándose a tener para el día; el comer mucho regeneradora. Tal vez su pasión americana se
de una vez, sin avisar ni convidar a nadie,
sustente en esto, es decir en la muy española
bebiendo antes o después y nunca a media
comida, el no tener hora fija para nada...<171 esperanza de regeneración.
Campesinos: Pero es al abordar el tema del
Mestizos, pardos, mulatos: Azara denomina campesinado español d o n d e la descripción
«pardos» a los individuos resultantes de la mezcla adquiere mayor espesor y los rasgos ficcionales
racial inclusiva de blancos, indios y negros. se liberan de la observación más estrictamente
Distingue a continuación a los «mestizos», hijos científica. Resulta i m p o s i b l e glosar aquí las
de blancos e indios, y «mulatos», de negro y múltiples, sagaces y minuciosas apreciaciones
blanco. de Félix de Azara. Pero el lector actual recibe el
recuento de un rosario de costumbres y de ritos
Considera que la mezcla es la constante de la
y de comportamientos singulares narrados de
primera generación rioplatense, por la ausencia de
manera atractiva e impactante. Voy a citar a título
mujeres españolas. Pero, además, opina que hasta
de ejemplo:
el momento en que escribe su libro no han ¡do al
Paraguay h o m b r e s ni mujeres europeos, de Aunque son inclinados al juego fuerte, la
manera que los descendientes de la mezcla se embriaguez sólo se nota entre los más
unieron a su vez en las generaciones sucesivas. despreciables, a mi ver tienen mucho despejo.
171

e ingenio tan claro y sutil, que si se dedicasen en degollar reses, no ponen el reparo que en
con la aplicación y proporciones que los Europa en hacer lo mismo con los hombres, y
europeos, creo sobresaldrían mucho en las esto con frialdad y sin enfadarse. Son en
artes, ciencias y literatura. (20 ' general muy robustos, se quejan poco o nada
en los mayores dolores. Aprecian poco la vida
[...] los españoles campestres, diciendo que y se embarazan menos por la muerte. Nadie
me parecen más sencillos y dóciles que los se mezcla en disputas agenas ni pendencias,
ciudadanos y que no alimentan aquel odio ni arrestan a ningún delincuente. Miran estas
terrible que dije contra la Europa. Sus casas, cosas fríamente, y aun tienen por maldad
por lo general, son unos ranchos o chozas descubrir a los reos, y el no ocultarlos y
desparramadas por los c a m p o s , bajas y favorecerlos. l25 '
cubiertas de paja, con las paredes de palos
verticales juntos clavados en tierra, y tapados Para j u g a r a los naipes a que son m u y
sus clavos con barro. (2 " aficionados, se sientan sobre los talones,
pisando las riendas del caballo para que no
Da cuenta de las parroquias rurales, cada una se lo roben, y a veces con el cuchillo o puñal
con un maestro que enseña a leer y a escribir, las clavado a su lado o en la tierra; (...) Las
misas oídas desde lejos y sin apearse de las pulperías o tabernas que hay por los campos
cabalgaduras, la medicina librada a las recetas de son los parajes de reunión de esta gente.
los curanderos y otros practicantes improvisados No beben vino sino aguardiente; y es su
del arte de curar, problema de mayor envergadura costumbre llenar un vaso grande y convidar a
en el Paraguay. los presentes pasando de mano en mano...[...]
En cada pulpería hay una guitarra y el que la
Divide al campesinado en agricultores y
toca bebe a costa agena. Cantan yarabis o
estancieros. Los primeros en opinión de Azara «son tristes que son cantares inventados en el Perú,
mentecatos» en estos países donde los estancieros los más monótonos y siempre tristes, tratando
o pastores pueden vivir una vida holgada. Los de ingratitudes de amor y de gentes que lloran
campesinos no son únicamente de origen español, desdichas por los desiertos. l26 '
sino «de todas las castas de hombres». Describe
Azara se detiene en la importancia del caballo
sus viviendas, enseres y alimentación. Los hábitos
en la vida del campesino, puntualizando que «cuasi
campestres muestran una cultura sumamente
todo lo hacen a caballo». Elogia su portentosa
rústica y ruda. La elementalidad de sus costumbres habilidad para montar a cualquier potro y su
no carece de pintoresquismo. conocimiento de estos animales como así también
Llama nuestra atención el hecho de que los la mención de los vaquéanos, quienes son capaces
estudiosos de la literatura gauchesca no tomen de conducir al viajero al lugar que solicite «por
en cuenta los cuadros de Azara, que agregan terrenos horizontales, sin caminos, sin árboles, sin
información a los comúnmente conocidos de señales ni aguja marítima, aunque disten cincuenta
Sarmiento y de Alonso Carrió de la Vandera. y más leguas».<27)
El capítulo XV, que comentamos, lleva el título
Finalmente, nos da noticias acerca de los
«De los españoles» y merecería su reproducción
gauchoso gauderios, desclasados y malhechores,
íntegra dada su escasa o nula difusión y el hecho
fugitivos de las cárceles de España y del Brasil y
de que no se lo examine ni en las historias de la habitantes de los desiertos:
literatura ni en los estudios dedicados a la
expresión de la vida rural en el Río de la Plata. Cito Su desnudez, su barba larga, su cabello nunca
algunos párrafos: p e i n a d o y la o s c u r i d a d y p o r q u e r í a de
semblante, les hacen espantosos a la vista. Por
En las casas pastoriles es general no haber ningún motivo quieren servir a nadie, y sobre
más muebles que un barril para llevar agua, ser ladrones, roban también mujeres. Las
un cuerno para bebería, asadores de palo para llevan a los bosques y viven con ellas en una
la carne y una chocolatera para calentar el choza, alimentándose con vacas silvestres.
agua del mate. ' " ' Cuando tiene alguna necesidad o capricho el
gaucho, roba algunos caballos o vacas, las
No comen sino carne asada en un palo, y para
lleva y vende en el Brasil, de donde trae lo
esto no suelen esperar hora, ni unos a otros,
que le hace falta. I28 '
ni beben hasta haber comido. Entonces no
t e n i e n d o mesa, m a n t e l ni servilleta, se
Volvamos a nuestro punto de partida. Julio
limpiana la boca con el mango del cuchillo, y
enseguida a éste y los dedos en las botas.(23' César González anota cuidadosamente que si bien
la Descripción e Historia del Paraguay y del Río de
[...] los jornaleros y criados suelen no tener la Plata se publica por vez primera en Madrid en
camisas ni calzones, aunque no les falta nunca 1847, en edición postuma, se considera el año de
el poncho, sombreros, calzoncillos blancos y
1790 como fecha de su elaboración por el autor
el chiripá, que es un pedazo de jerga atado a
los ríñones que les llega a la rodilla. Llevan «[...] que originariamente escribió Azara para el
también botas de medio pie, sacadas de una Cabildo de la Asunción, en 1790, y luego reelaboró
pieza de la piel de las piernas de potros o a su regreso a España» (29).
terneras, sirviéndoles la corva para talón. I24> De ser esto verdad, nos preguntamos qué
Por supuesto no tienen otra instrucción que ocurrió con el texto de Azara en todos estos años
la de montar a caballo, ni sujeción ni amor anteriores a la primera edición de 1847. Pensamos
patriótico; y como se ocupan desde la infancia en el Lazarillo de ciegos caminantes de Carrió de
172

la Vandera y en el Facundo de Sarmiento. Por y las primeras noticias acerca de los gauchos o
ahora, dejamos de lado el problema de la primacía gauderios admiten una lectura no solamente desde
en el tiempo de sus observaciones sobre la vida la serie histórica, sino desde la literaria. Las
rural. En cambio, vemos la correspondencia y imágenes y los hechos reconocen la matriz del
corroboración de las noticias y la intención de relato. Se trata, pues, de narración e interpretación
escritura que los tres textos comparten: fueron de las noticias sobre el Río de la Plata que superan
producidos para impactar al lector comunicándole el dato escueto y consiguen mantener en vilo la
hábitos y costumbres casi extraordinarias. Ningún atención del lector. Podemos observar en ellas no
lector europeo interesado en el Nuevo Mundo solamente la intención de verdad comprobable de
puede o m i t i r la rareza y singularidad de las ios hechos históricos, sino también advertir los
«naciones» de Azara. ficticios y hasta los ficcionales. Las noticias de
Nos parece f r a n c a m e n t e de interés la Azara resultan, como dijimos, de su cuidadosa
incorporación de los cuadros vividos de Félix de investigación de campo, de los textos precedentes
Azara al capítulo correspondiente de la historia de y de los escuchados de viva voz en su larga estancia
nuestra literatura. La semblanza del campesinado entre las poblaciones del Río de la Plata.

Universidad Nacional del Comahue. Neuquén


(Argentina)

NOTAS
1. Félix de Azara: Descripción e historia del Paraguay y del Río de la Plata. Obra postuma de don... ¡a publica su sobrino y
heredero del señor don Agustín de Azara bajo la dirección de de D. Basilio Sebastián Castellanos de Losada, 2 tomos,
Madrid, 1847.
2. Cf. «Nota preliminar sobre Mitre y Azara», por Julio César González, Editorial Bajel, Buenos Aires, 1943.
3. Nota de Mitre incorporada al texto. Carta de Mitre al historiador chileno Diego Barcos Arana, del 20-11-1875, en Archivo
del General Mitre, t. XX, Correspondencia literaria. Cf. J.C. González, op. cit., pp. IX-XIV.
4. Ib.
5. Ib., p. 5.
6. lb.
7. Cf. Julio Caillet-Bois: «La literatura colonial» en Rafael Alberto Arrieta (dir.): Historia de la literatura argentina, Buenos
Aires, Peuser, 1958,1, núm. 16, pp. 22-24.
8. Azara, op. cit., p. 6.
9. Schmidel, Ulderico: Viaje al Rio de la Plata y Paraguay, Buenos Aires, Imprenta del Estado, 1936, cap. XXVI, p. 290.
10. Ib., cap. XXX, p. 296.
11. lb.
12. Azara, op. cit., p. 7.
13. Ib., p. 8.
14. Ib., p. 8.
15. Ib., p. 9.
16. Félix de Azara: Descripción e historia del Paraguay y del Río de la Plata, Buenos Aires, Bajel, 1943.
17. Ib., pp. 162-163.
18. Ib., pp. 192-193.
19. Ib., p. 192.
20. Ib., p. 197.
21. Ib., p. 197.
22. Ib., p. 199.
23. Ib., p. 200.
24. Ib.
25. Ib., p. 201.
26. Ib., pp. 201-202.
27. Ib.
28. Ib., p. 203.
29. Cf. la «Nota preliminar sobre Mitre y Azara», ed.cit., pp. IX-XIII.
173

LENGUA Y MITO: UN « » HACIA EL ÍDOLO

Josefina Albert

0. Toda designación lingüística implica una 0 . 1 . Rastreando en los v o c a b u l a r i o s y


multitud de sentidos, que se imponen como una diccionarios el origen e historia del término ídolo,
evidencia, como un «sentimiento de comprender» no sorprende en absoluto, aunque no tenga nada
c o m p l e t a m e n t e natural. Cada palabra es un que ver con su origen etimológico, lo que sobre
complejo de asociaciones, que dependen la su significado decía Alfonso de Palencia en 1490
mayoría de las veces, no sólo del cambio en el en su Universal Vocabulario:
conocimiento que tenemos del referente, sino
Idolus es statua fecha a forma humana y
incluso de nuestra actitud ante las cosas. Es tenida por cosa sacra cerca de la significación
evidente que nuestras esferas de pensamiento o interpretación del vocablo. Algunos dizen
ligadas a las circunstancias pueden marcar la que ¡dolo tomasse nombre de dolo que es
«dirección justa» en la evocación que despierta en engaño porque el diablo engañosamente
nosotros la palabra oída o leída. induxo quel honor deuido a dios fiziense a la
En las páginas siguientes nos proponemos criatura m .
estudiar algunos de los significados que recogen Sebastián de Covarrubias, que acierta en la
los Diccionarios de las voces ídolo y mito. Por etimología m, relaciona idolum con simulacrum e
supuesto que podemos estudiar un vocablo con ¡mago; y, por supuesto, con estatua,
exclusión total de cualquier otra relación que no
la qual se venera por semejança de algún dios
sean otras palabras que pertenezcan al sistema de
falso, como Júpiter, Mercurio, y los demás que
la lengua, pero no es el caso: estudiaremos dichos reverenciavan los gentiles, o otro demonio o
vocablos t a m b i é n en relación al objeto que criatura de la que los indios y demás bárbaros
designan o pueden designar, lo que significa reverencian y adoran, induzidos los unos y los
también que debemos estudiar el objeto en otros por el demonio. De aquí se dixo [...]
cuestión. Partimos del supuesto de que ídolos/ mito idolatría, simulacrorum, cultura, nombre
no son una especie de flatus vocis, sino palabras compuesto de [...] simulacrum et [...] cultus
que apuntan a objetos del mundo real; es decir, seu culturaa).
asociados a un ser, una noción, un acontecimiento La etimología la establece Corominas en su
o cualquier otro ente conocible. Diccionario. Se trata de una palabra tomada del
Ambos términos son utilizados en el mundo griego eidolon, 'imagen'. El grecolatino idölum
de hoy para designar cosas o personas, o también ('imagen, espectro') gozó de uso semipopular
realidades de características diferentes. Desde durante la Edad Media, como nombre de peñascos
luego, el significado etimológico de /'do/otiene que en f o r m a de ídolo o i m a g e n , en algunas
ver mucho con elementos de la antigua cultura descripciones de límites o linderos, especialmente
griega. Con mito sucede otro tanto, aunque cuando en territorio portugués.
hoy nos referimos a los «ídolos o los mitos de Pero yendo ya a los diccionarios de la Real
nuestro tiempo», esos periodos de la historia de Academia Española, el de Autoridades (1726-1739),
la h u m a n i d a d quedan bastante lejos. Los al referirse a ídolo dice lo siguiente: «Estatua de
referentes actuales de tales palabras, como es alguna falsa deidad, à quien venera la ciega
lógico, aun siendo diferentes guardan algún tipo idolatría», acepción que, con algunas variantes en
de parentesco. En efecto, el paso de las palabras su formulación, recogerán las sucesivas ediciones
griegas a las correspondientes de las lenguas del denominado DRAE. La última de ellas, la
modernas se funda en la posibilidad de existencia vigésimo primera (1992), lo define (acepción
de algún vínculo entre el pensamiento contem- primera) como: «Imagen de una deidad, adorada
poráneo y aquellos aspectos de la cultura clásica. como si fuera la divinidad misma». Es el valor que
Así, pues, el estudio consistirá en una tiene en la Biblia y, consiguientemente, en la
aproximación a la palabra y al objeto. En primer historia del pensamiento cristiano.
lugar, a c u d i r e m o s a los D i c c i o n a r i o s para Ahora bien, cuando hablamos de los «ídolos
establecer el significado y la historia de ambos de nuestro tiempo», como el poder, el dinero, el
v o c a b l o s e i n t r o d u c i r la discusión sobre la prestigio, la ciencia o cualesquiera otra cosa o
diferenciación lingüística entre ídolo y mito para persona, nos estamos refiriendo a las acepciones
relacionarlo, posteriormente, con sus respectivos que figuran en segundo y tercer lugar en la
referentes. redacción de la definición. El primer Diccionario
174

de la R.A.E., el ya mencionado de Autoridades, que el a d j e t i v o (extraordinaria) evoca un


curiosamente presenta entradas diferentes con significado de valor positivo. En efecto, lo excesivo
cambios en la tipografía (mayúsculas para la es lo que va más allá de lo lícito, lo que rebasa los
acepción etimológica y versalita, o de un cuerpo límites de lo justo, mientras que lo extraordinario
más pequeño, para las otras), según que la defina tiene que ver más con lo excepcional; es decir, que
etimológicamente o no. Así reza la acepción a la se aparta de la regla, pero sin sugerir ningún tipo
que nos referimos: «Metaphoricamente se llama de valoración. Aludiremos a estas diferencias
objeto demasiadamente amado ù la passion que semánticas, cuando analicemos el «paso» de la
arrastra algún sugéto». El jesuíta Esteban de construcción lingüística del mito al ídolo.
Terreros y Pando, en su Diccionario castellano
(1787), a juicio de Seco (1987, p. 9) la segunda obra 1. ¿Qué tiene que ver la lengua con todo esto?
cumbre lexicográfica del siglo XVIII, recoge el ¿Acaso el ídolo o el mito dependen de ella? Voy a
significado con estas palabras: «ídolo, se dice intentar probarque, en efecto, la lengua no es ajena
f i g u r a d a m e n t e del o b j e t o de una pasión en absoluto a la creación del mito. Una breve
vehemente, y también de una persona insulsa, y reflexión sobre el lenguaje me permitirá centrar y
que parece insensible». Estas acepciones coinciden establecer las posibles conexiones entre lengua,
con la del DRAEen su última edición: «Fig. Persona mito e ídolo.
o cosa excesivamente amada o admirada».
Esta última acepción de ídolo es la que 1.1. La importancia de la lengua para la
utilizaremos en el análisis lingüístico de algunos formación del ser humano es reconocida por
fenómenos de nuestro tiempo. especialistas de diversas disciplinas. Al utilizar la
El vocablo mito procede igualmente del griego lengua para comunicarnos con el exterior entran
(con el significado de «fábula, leyenda»): no en en juego todos los fenómenos de la psique y aún
vano el mito, una construcción del mundo griego, el ser humano como totalidad. La capacidad de
era considerado por Platón como una forma de abstracción y categorización, tanto del individuo
manifestar ciertas verdades y visiones, que van como de la humanidad, es condición sine qua non
más allá de la razón y de lo opinable. En Horacio para su desarrollo lingüístico e intelectual, y,
será palabra, discurso, hasta llegar a ser el precisamente, el aprendizaje de la lengua lleva
equivalente a fábula, como relato de carácter consigo la adquisición de esa capacidad. La lengua,
especial, que es la que trae el DRAE, como primera pues, es conocimiento: nuestras percepciones,
acepción, en la edición de 1992. El mito en el intuiciones y conceptos se han fundido con sus
s e n t i d o que acabamos de señalar ha sido términos y formas lingüísticas, hasta tal punto que
incorporado a la antropología occidental como un son menester grandes esfuerzos para romper el
elemento esencial de su cultura a lo largo de los vínculo entre las palabras y las cosas, como
siglos, considerándolo como una exigencia natural, sucediera antaño. Para la mente primitiva la
individual y de la sociedad. Con razón Aristóteles palabra se convertía en una fuerza natural y hasta
definía al ser humano como philomythés, es decir, sobrenatural: la palabra mágica era capaz de
«amante de los mitos». someter a la naturaleza. Pero el hombre a medida
Pero dejemos la acepción etimológica y, en que evolucionaba comenzó a ver la relación entre
correspondencia con ídolo, vayamos a las otras el lenguaje y la realidad a una luz diferente. Dice
dos, que son las que servirán a nuestro propósito. Cassirer que: «la función mágica de la palabra se
La acepción segunda reza así: «Relato o noticia eclipsó y fue reemplazada por su función
que desfigura lo que realmente es una cosa, semántica» (1975o1, p. 169, [1944]. En efecto, aquí
y le da apariencia de ser más valiosa o más radica su fuerza: ya no puede cambiar la naturaleza
atractiva», y la número 3: «Persona o cosa rodeada de las cosas, ni doblegar la voluntad de los dioses
de extraordinaria estima», acepciones que se o de los demonios, pero eso no quiere decir que
incorporan en 1992 por primera vez a la última haya perdido su poder. Ahora la palabra deviene
edición del DRAE. mágica por su s e n t i d o (el que le dan los
diccionarios o el que se le atribuye): con la palabra
0.2. Si ahora cotejamos este significado con se obra (ese es su valor y su función pragmática)
lo que dice la acepción n ú m e r o 2 de ídolo en nuestro mundo social y político. Con ella
(«Persona o cosa e x c e s i v a m e n t e amada o podemos facilitar el crecimiento del otro y también
a d m i r a d a » ) , c a p t a m o s matices s e m á n t i c o s destruirlo, de la misma manera que las palabras
diferentes entre amada (Deseo y goce del bien que usan los demás para describir nuestras
ajeno) y estimada (Aprecio de alguien o de algo), relaciones con ellos pueden fortalecer o devastar
diferencias que no resultan significativas para el nuestro ego. La palabra es inexorable.
objetivo que perseguimos. Creemos, sin embargo, La lengua, como una trama de elementos
que la distinción semántica entre las palabras intervinculados que significan, sirve para expresar
excesivamente y extraordinaria sí puede resultar también las relaciones y los procesos que se dan
p e r t i n e n t e . El s e n t i m i e n t o lingüístico de un entre las realidades. Palabras y frases son recuerdo
conocedor competente de la lengua entiende el y suscitación de los mismos; hacen surgir algo que
adverbio {excesivamente) como un modificador sólo con ellas y a través de ellas existe. La lengua,
con ciertos valores semánticos negativos, mientras como asegura Malmberg (19745, p. 116, [1966]),
175

es nuestro único camino hacia el conocimiento; pena molestarse en ir a votar. En el segundo, lo


ella propicia el acceso a lo real y, al mismo tiempo, suyo se contrapone a lo ajeno, que es lo nuestro
constituye un obstáculo, en tanto es capaz de (el pueblo y mi grupo político); antes de que
configurarse de manera diferente dependiendo de llegaran éstos había esperanza en el progreso
nuestra percepción de la realidad, y viceversa: (palabra mágica, por cierto), en la libertad, en el
dispone la mente y la atención para ver la realidad trabajo bien hecho en favor de la sociedad, etc.
de manera también distinta con sólo articular el Van a lo suyo. Y lo suyo, el mensaje, se carga
lenguaje de cierta forma. Es como un camino de de v a l o r e s n e g a t i v o s , p o r q u e se asocia
¡da y vuelta: de la lengua a lo extralingüístico, y repetitivamente a unos intereses contrarios al
del mundo a la lengua. No podemos salimos de pueblo y se presenta con «un grado de libertad
ella. Solamente mediante un gran esfuerzo, y muy superior en el sentido de que sus destinatarios
nunca por completo, logramos liberarnos de sus tienen el sentimiento de ser sus emisores, de
presiones, de sus convenciones; por doquier expresarse a través suyo» (Reboul, 1978, p. 179).
impone sus patrones. De ahí que lo decisivo sea Es entonces cuando, cualquier actuación personal
profundizar en el sentido radical de la expresión o grupal en defensa de lo propio y legítimo,
lingüística y descubrir el papel real que juega ésta automáticamente, se convierte en una acción
en el desarrollo de la personalidad humana y en contra el pueblo, por lo que debe ser rechazada de
las decisiones que tomamos. plano. ¿Qué ha sucedido? Sencillamente que se
En una conferencia pronunciada en 1953 en ha manipulado la fórmula lo suyo, asociando la
la Universidad de Copenhague, que trataba sobre expresión a conceptos muy concretos, resultado
la forma del contenido lingüístico como factor de una intencionada manipulación lingüística. Un
social, Louis Hjelmslev hacía un análisis semántico vocablo, cargado de una significación peculiar
intentando aplicarlo a los problemas de nuestro cuidadosamente trabajada, se o p o n e a otro
t i e m p o y constataba a la vez que la técnica vocablo cargado, a su vez, de prestigio. Son ellos
moderna pone sus recursos a disposición de los (el g r u p o político c o n t r a r i o , el c o n s i d e r a d o
gobiernos y que ningún poder puede ni quiere enemigo) frente a nosotros. Luego tu/usted no
dejar de emplearla en su lucha. Lo semántico, el puede estar con ellos: esa es la deducción que corre
significado, es precisamente lo que convierte por cuenta del oyente. El entimema funciona así:
la palabra en un potente i n s t r u m e n t o de se trata de una forma de razonamiento en el
manipulación peligrosa. Su poderse manifiesta de que no aparece expresa una de las dos rationeso
una manera privilegiada en la lengua hablada, que premisas. Es un fragmento de lenguaje social,
alcanza hoy a millones de seres sobre la tierra; los que, mediante una operación lógica, inconscien-
mensajes, la propaganda y los eslogansse lanzan temente, el destinatario lo transforma en fuerza
a las muchedumbres a golpe de bombo y platillo. persuasiva l5). El lenguaje manipulado así, en
La fuerza de éstos, en ocasiones, resulta aterradora, ocasiones, produce una fuerza perturbadora, casi
y, lo que es peor, su contenido significativo puede violenta, nutrida por la energía del silogismo, que
ser falseado, distorsionado de tal manera que puede llegar a provocar un verdadero rapto. En
resulte casi irreconocible, sin que el lector o el cierta manera, se da un dilema implícito: ellos o
oyente lo perciban. nosotros, como blanco se opone radicalmente a
negro; no existe término medio. Estas fórmulas
1.2. Un ejemplo podrá servirnos de ilustración retóricas vienen de antiguo. Recordemos que en
sobre lo que acabamos de plantear para descubrir la vida ateniense del siglo V el lenguaje se convirtió
las argucias del lenguaje. en un instrumento para propósitos definidos,
De todos es sabido que dos personas no concretos, prácticos; constituía el arma más
tienen nunca idénticas experiencias en qué poderosa en las grandes pugnas políticas. Nadie
basarse, por lo cual tampoco suscitaría en ellas podía esperar desempeñar un papel capital sin
iguales asociaciones una palabra o un enunciado. poseer este instrumento. Y debido a que revestía
Sin embargo, existen creencias generales que son una i m p o r t a n c i a vital e m p l e a r l o de manera
aprovechadas por los políticos, o por otros grupos, adecuada y mejorarlo y aguzarlo constantemente,
con la intención de manipular a la gente. La los sofistas crearon una nueva rama del
expresión cualquiertiempo pasado fue mejor, una conocimiento, la Retórica, cuya única finalidad era
creencia tan espontánea como colectiva (sobre despertar las emociones humanas pertinentes para
todo en personas de mediana edad hacia arriba), inducir a los seres humanos a realizar ciertas
puede ser aprovechada para fines no confesados. acciones. Era el arte de la persuasión, no muy
Pongamos por caso una sociedad políticamente diferente en sus estrategias que el que actualmente
corrupta, en donde la honradez y la ética brillan utilizan determinados medios de comunicación de
por su ausencia, la frase hoy cada uno va a lo suyo, masas, para convencer a los destinatarios de sus
como eslogan de propaganda política en una mensajes a que realicen lo que ellos se han
campaña electoral, tiene visos de triunfar en dos propuesto.
sentidos: para abstenerse o para votar a un El significado, las asociaciones semánticas, el
determinado partido. En el primer caso, se saca la juego de palabras, la retórica, aquí como en otras
conclusión de que todos son iguales (antes casi muchas ocasiones, juegan un papel fundamental:
estábamos mejor) y, por lo tanto, no merece la el lenguaje de la ideología no hace más que utilizar
176

las bazas estratégicas que le proporciona la lengua. existente que le sirve de lenguaje-objeto. El
Y la lengua común está indudablemente llena de sistema lingüístico del mito es lo que denomina
trampas: en el lenguaje alienta un dinamismo Roland Barthes. (1957, p. 221) un sistema semio-
soterrado de gran eficiencia que puede ser utilizado lógíco segundo: el signo del primer sistema (la
para fines ideológicos con sólo conocer ciertas lengua humana ya existente o lenguaje-objeto), que
leyes de la comunicación y de la psicología de los se construye a partir de un significante y un
hombres y las comunidades; un dinamismo que, significado, deviene significante para el segundo.
gracias al poder expresivo de los vocablos, es Por ello, en el mito se reconocen dos sistemas
capaz de orientar la mente humana en una semiológicos: la lengua-objeto, de la que se sirve
determinada dirección (e>. para construir su propio sistema, y la segunda
Hay que r e c o n o c e r l o : la s e m á n t i c a es lengua dentro de la cual se habla de la primera. De
una ciencia útil en grado eminente como aliada esta manera, la lengua-objeto representa a la vez
en la lucha contra el poder de la lengua sobre el el término final del primer sistema y el término
pensamiento. Decía Hjelmslev con mucha razón inicial del segundo: la forma o significante, que,
que «el que quiera ser dictador hará bien en por un lado se muestra vacía (el significado se
estudiar semántica» ,7>: el lenguaje constituye un evapora), no quedando más que la forma, y así se
medio muy sutil de manipular a los demás y constituye en significante mítico, y, por otro, llena,
persuadirlos de que son perfectamente libres ya que el mito para establecerse necesitará
cuando se pliegan al peor de los vasallajes: el de apoyarse parcialmente en el sentido (el mensaje
la inteligencia y el lenguaje. Por eso, no sólo los lingüístico del primer sistema) de la lengua. En todo
dictadores la necesitan para poder llevar a cabo, caso ese «sentido» queda un tanto alejado, quizás
subrepticiamente, su arte de seducción; la nece- empobrecido, pero en ningún caso ignorado
sitan también todos aquellos que consideran como totalmente, porque de él necesitará el mito para
tarea más a p r e m i a n t e la lucha contra esos nutrirse.
dictadores, surjan de donde surjan. Ahora bien, entre el sistema semiológíco de
la lengua y el denominado por Barthes sistema
2. Vayamos ahora a la construcción lingüística semiológíco segundo existen diferencias notables
del mito, referente del significado que hemos en las relaciones significante /significado: la lengua
recogido en 0.2. («Persona o cosa rodeada de se construye en la correlación del concepto con
extraordinaria estima»). Es una acepción que la imagen acústica, p r o d u c i e n d o el s i g n o
aparece a simple vista como un significado que l i n g ü í s t i c o . N i n g u n o de los tres t é r m i n o s
modifica el valor de estima (aprecio, evaluación (significante, significado y signo) tiene existencia
de las cosas y/o personas), definición que implica, propia fuera de tales relaciones. En el mito, por el
en cierta manera, una «deformación» de la realidad c o n t r a r i o , el significante y el s i g n i f i c a d o se
(persona, objeto o acción) a la que se le puede muestran a la observación directa y la relación
poner esa etiqueta lingüística. Es decir, que del posterior que se establece entre ellos «utiliza» la
referente en cuestión se da una imagen falseada, cara llena del significante, como punto de partida
sin que necesariamente, en principio, tales para «llegar» a su existencia m í t i c a . Para
palabras, deformación y falseada, deban sugerir establecerse c o m o m i t o ha d e b i d o producir
valoraciones negativas. necesariamente una deformación al abrirse fisuras
Partimos del principio de que el mito, que en la representación misma del sentido («original»).
no se define por la materia de que está construido, Esta dislocación del signo, ahora signo mítico,
ya que, en principio, cualquier objeto del mundo puede llegar, en algunos casos, a la inversión total
real puede ser mitificado arbitrariamente, es un del sentido.
sistema de comunicación, un mensaje, y como
tal se expresa a través de una lengua que, como 2 . 1 . La a c t u a l i d a d reciente me ha
veremos, reformula y transforma el orden de las p r o p o r c i o n a d o el e j e m p l o adecuado para la
cosas, haciendo variar la realidad. Recordemos construcción del mito.
que Saussure define la lengua como un sistema En las últimas semanas (cuando redacto este
de signos y que en el signo se reconocen dos artículo nos encontramos a finales de septiembre
niveles: el significante (imagen acústica) y el de 1997) la prensa se ha convertido casi en un
s i g n i f i c a d o (concepto), en cuya relación de monográfico, llenando páginas y más páginas, así
interdependencia yace la esencia de la lengua como la sucesión casi initerrumpida de los medios
m i s m a (8). El m i t o es t a m b i é n un sistema audiovisuales, sobre lo sucedido en París en el
semiológíco susceptible de ser analizado como accidente que le costó la vida a la Princesa de Gales.
un lenguaje y, por ello, en él se encuentra el El pasado día 8, exactamente dos días después del
mismo esquema tridimensional que en el sistema ostentoso ceremonial de las exequias de Diana, el
de la lengua: el significante, el significado y el corresponsal de TVE en Londres decía que «los
signo, aunque el mito constituye un sistema b r i t á n i c o s están i d o l a t r a n d o a Diana». Y la
particular, ya que se construye a partir de una Vanguardia del día 13 anunciaba, en tipografía más
cadena semiológica que existe antes que él: una que destacable, el vídeo que el susodicho periódico
lengua con diversas significaciones segundas ha elaborado sobre Lady Di con estas palabras: «DE
estructuradas sobre una lengua humana ya PRINCESA DE GALES A MITO UNIVERSAL».
777

Antes de que Diana Spencer se convirtiera en cierta compasión por su infelicidad, que, lejos
miembro de la familia real inglesa era una perfecta de empañar su imagen, en cierta manera, la
desconocida. A raíz de su matrimonio con el refuerza (una mujer tan hermosa, tan elegante y
heredero de la corona británica su imagen se ha tan rica, no merece de ninguna de las maneras
«paseado» p o r t o d o e l mundo, y bastante más con ser infeliz). Ahora el referente del nombre Diana
motivo de su divorcio del Príncipe Carlos. En una (signo lingüístico Diana3), siendo el mismo el
reflexión sosegada no podíamos imaginarquecon objeto, ha variado el contenido; no tiene los
su muerte las agencias de prensa del mundo mismos valores connotativos de antaño. Si con
entero, y los medios de comunicación en general, todo ello, Diana de Gales se ha situado como
le dedicaran atención tan dilatada en el tiempo y un personaje de gran renombre y reputación, al
en el espacio. Claro que, como casi todo, cuenta conocerse las circunstancias de su muerte, todo
con una explicación, que no justificación, de tipo se ha magnificado: su imagen aparece más
pragmático, que el lector puede adivinar, y a lo que, resplandeciente que nunca. La muerte trágica
si procede, haremos mención más adelante. de la Princesa de Gales, injustamente despojada
Situémonos ahora en el terreno de la lengua. del tratamiento de alteza, y cuando parecía que
El nombre D/ana(9), como signo lingüístico, consta por fin iba a serfeliz, es lo que ha provocado todo
de un significante (secuencia de sonidos, o imagen este revuelo informativo. Ha muerto como los
acústica según Saussure) y un significado (el grandes mitos; una muerte que, en el sentir
c o n c e p t o ) , q u e , asociados y puestos en popular, merecía menos que nadie. Los medios
funcionamiento en la comunicación, hace posible de comunicación se han encargado de silenciar
que el receptor le dé un sentido y, simultánea- cuidadosamente cualquier aspecto que pudiera
mente, remita a un referente concreto al oír dicha empañar su figura, como la famosa entrevista
secuencia de sonidos. El nombre Diana adquiere en la que confesaba haberle sido infiel a su
valores diferentes, dependiendo del momento marido.
en que se emita y de otras c i r c u n s t a n c i a s El volumen informativo desplegado a nivel
extralingüísticas. m u n d i a l , ¿está j u s t i f i c a d o s u f i c i e n t e m e n t e ?
El personaje Diana parece haber a d q u i r i d o
2.1.1. En el análisis que vamos a realizar, proporciones excesivas, traspasando todos los
distinguimos los signos lingüísticos siguientes: límites de lo ecuánime y lo sensato. El mito Diana,
Dianal (antes de que Lady Di se convirtiera en expresado lingüísticamente, se corresponde a la
Princesa de Gales), Diana 2 (ya miembro de la casa perfección con la definición del DRAEen su tercera
real inglesa) y Diana3 (después de su muerte). El acepción, como señalábamos al principio de
signo lingüístico del primer sistema semiológico este a r t í c u l o («Persona o cosa rodeada de
(Dianal), entidad concreta (como lo son los otros extraordinaria estima»). Así, cuando oímos la
d o s ) , es r e s u l t a d o de la r e l a c i ó n entre el secuencia de sonidos D-i-a-n-a (significante mítico),
significantel y un significadol (conceptol). El lo relacionamos automáticamente con un concepto
concepto funciona como un tejido transparente, (significado) para producir el signo lingüístico
que deja entrever aquello a lo que debe su Diana3, cuyo referente coincide con lo que Diana
existencia, el referente del signo, Diana, un significa hoy, es decir, un personaje realmente
personaje desconocido, que más tarde saltaría a rodeado de extraordinaria estima.
los medios de comunicación. Ahora Diana2, como
s i g n o l i n g ü í s t i c o t a m b i é n consta de un 2.1.2. Puede parecer a simple vista que el
significante2 (el signo lingüístico Dianal) y un signo lingüístico (Dianal) y el signo mítico (Diana2
nuevo significado2, cuyo referente es ahora la o DianaS), en su funcionamiento semiológico, se
Diana, Princesa de Gales y madre del futuro rey conforman punto por punto hasta llegar a coincidir
de Inglaterra. Es claro que el valor del signo exactamente en su constitución, pero ya hemos
lingüístico Diana2 difiere notablemente del de percibido que no es así. Mientras que en el
Dianal. Y como cualquier signo puede servir de sistema de la lengua, la relación significante-
significante al siguiente' 101 . Igualmente se puede significado es arbitraria; es decir, no existe ningún
p r o c e d e r con Diana3, sólo que ahora el lazo natural entre ambos niveles; en el caso del
significantes está constituido por el signo Diana2, mito no es así: la relación significante-significado
y el significado3 (concepto3) evoca un referente nunca es completamente arbitraria, ya que el
que enriquecido con todos aquellos atributos y significante mítico se presenta de una manera
cualidades personales o vinculadas a situaciones ambigua y hasta contradictoria: es a la vez sentido
como el divorcio de la Princesa, causa, según la y forma. Decíamos en 2. que el mito se nutre de
prensa, de su infelicidad matrimonial. A ello se la cara llena del significante (signo en el sistema
pueden añadir sus apariciones públicas en apoyo de la lengua), lo que significa que la palabra mítica
de d e t e r m i n a d a s i n s t i t u c i o n e s b e n é f i c a s , está formada de una materia ya trabajada (la
circunstancias que han mejorado bastante la lengua-objeto) con vistas a una comunicación
imagen pública de Lady Di. Así da comienzo un apropiada. Existe una cierta analogía entre la
proceso de idealización que alcanza a presentar forma mítica y el sentido lingüístico primigenio:
su figura rodeada de un cierto halo: es objeto de el mito ha transformado el sentido en forma (sin
admiración, al mismo tiempo que despierta una vaciarse totalmente del sentido) y para ello se ha
178

apropiado (es un hurto) del lenguaje, como dice culturales: el lenguaje es condición de la cultura,
Roland Barthes: «le mythe est toujours un vol de en el sentido de que constituye el molde en el que
langage» (1957, pp. 239-245). De ahí que el se vierten las estructuras que corresponden a la
significante del m i t o {D¡ana3) nunca podría cultura en sus distintos aspectos, y también porque
asociarse a un significado que nada tuviera que el individuo la adquiere principalmente por medio
ver con el signo del primer sistema (Dianal o del lenguaje (Lévi-Strauss, 19808, p. 63, [1958]).
Diana2), y es en este sentido en el que se puede Así, el mito, como «creación» cultural que es, se
decir que el signo que expresa el mito está o es presenta t a m b i é n c o m o un c o n f i g u r a d o r de
motivado: Diana3, como decimos, jamás podría valores <12) e impone un modelo dado, lo que
tener un referente distinto, el que apunta a la implica, en cierta manera, una renuncia a la
Princesa de Gales después de su muerte. Este libertad. El mito, ya lo hemos constatado, es un
s i g n o se ha creado para darle un s í m b o l o sistema semiológico, pero el lector no lo percibe
secundario a un complejo que ya está estructu- así: consume el mito de una manera inocente
rado por la naturaleza. porque lo ve como un sistema inductivo: la palabra
Cualquier secuencia de sonidos o de letras que mítica, definida más por su intención que por su
signifique es apta para expresar el mito; basta con letra, muestra un carácter imperativo e
crear las condiciones adecuadas para ello. En interpelante. Para el receptor consumir el mito es
principio no existe ley natural que impida que cada lo l ó g i c o , lo n a t u r a l : «là où il n'y a q u ' u n e
objeto del mundo, designado por la lengua, «peut équivalence, il [le consommateur] voit une sorte
passer d'une existence fermée, muette, à une état de procès causal: le signifiant et le signifié ont, à
o r a l , ouvert à l ' a p p r o p i a t i o n de la société» ses yeux, de rapports de nature» (Barthes, 1957,
(Barthes,1957, p. 216). Los objetos del mundo, las p. 239). El mito se impone al sujeto en la medida
ideas o las historias «reales», al «entrar» en la en que transfiere sus propios valores, que, por
lengua haciéndose lenguaje, se despojan al otra p a r t e , deben ser r e c o n o c i d o s c o m o
instante de su caparazón histórico, quedando realidades estimables y dignas de que se les
convertidos en un mero «reflejo» de lo extra- sacrifique la propia vida si ello fuera necesario
lingüístico. En esa especie de juego de prestidi- (recuérdese que Rodolfo Valentino, a raíz de su
gitación que ha trastrocado y trastornado lo real muerte, llegó a provocar el suicidio de alguna de
vaciándolo de historia, ha podido identificar el sus admiradoras).
significante mítico111' con la Opinión Común, con La segunda reflexión está en relación con las
el Sentido Común, con la Norma, haciendo de la causas de la aparición del mito en la sociedad
naturaleza cultura. Lo natural a la lengua es crear a c t u a l . Podemos a f i r m a r , en una p r i m e r a
una e s t r u c t u r a c i ó n , no dada p r e v i a m e n t e , aproximación, que el surgimiento del mito tiene
mediante la denotación (un camino de ida), mucho que ver con la imagen que cada uno posee
mientras que el signo mítico (camino de vuelta}, de sí mismo y de los demás, y una de las claves de
si se me permite expresarlo así, funciona como un nuestra cultura es, precisamente, la idea de
símbolo secundario (en el sentido peirciano del imagen, de mensaje, y de manipulación del
término), merced a los valores connotativos de que público por medio de un conocimiento de sus
se ha cargado la expresión lingüística. Por eso se motivaciones más profundasin]. Y no olvidemos
puede afirmar que el lenguaje y el mito son que la imagen tiene mucho que ver, entre otras
especies próximas, como dos brotes diferentes de cosas, con el éxito, el prestigio, el culto a la
una misma raíz. personalidad y el dinero, que son, en cierta manera,
la traducción de ese «oscuro deseo de trascender
3. También el mitoy el ídolo, como referentes los límites de la condición humana» (Eliade, 19942,
lingüísticos o signos que apuntan a realidades p. 193). Nuestra sociedad es un campo abonado y
«extralingüísticas», son especies próximas, ya que privilegiado de significaciones míticas a causa de
ambos son generados por el lenguaje. A pesar de la alienación del individuo1141. Muchos de nuestros
que la lengua puede engendrar directamente el comportamientos y modos de proceder son de
mito, y, en efecto, en muchos casos sucede así, origen mítico, y no tienen otra explicación, como
hay que decir que la mayoría de los objetos o las dicen los mitólogos, que el subconsciente humano
personas que han sufrido tal metamorfosis han donde el m i t o del o r i g e n , c o m o un «eterno
debido pasar necesariamente por el estadio retorno», se hace presente disfrazado de múltiples
precedente, es decir, el del mito. necesidades.
En páginas anteriores hemos establecido la ¿Bajo qué condiciones podemos afirmar que
relación lengua-mito; corresponde ahora buscar la el mito deviene ídolo?
que p u d i e r a e x i s t i r entre m i t o - í d o l o . Dos En primer lugar, hay que señalar que no
reflexiones nos ayudarán a clarificar el tema. todos los mitos llegan a su transformación en
ídolos: desaparecen como mitos de la misma
3.1. La primera es ésta: de lo dicho hasta este manera que habían aparecido. El paso de mito a
momento se colige que la lengua no sirve sólo para ídolo depende de múltiples factores, entre los que
comunicar, sino también para crear estereotipos^ se puede destacar su naturaleza (una persona, un
ofrecer modelos: no hay que olvidar que a partir objeto, una idea) y/o su duración. La vida de
de las lenguas naturales se conforman los sistemas determinados ídolos suele ser bastante efímera:
179

apenas si han arraigado en la sociedad cuando el producto. Se venden símbolos que funciona a
ya están en trance de desaparecer. Algunos de niveles subconscientes e inconscientes totalmente
los que perduran pasan a un estado de latencia i r r a c i o n a l e s . No c o m p r a m o s c r e m a s , sino
durante largos periodos de tiempo para volver a imágenes de la juventud, y no compramos un
emerger, aunque sólo sea para recordarlos con coche sino que compramos prestigio. De ahí la
motivo de cualquier evento o aniversario. Pudiera importancia del nombre, del envase, de la imagen
parecer que son las personas las más proclives, de la marca.
si se me permite el barbarismo, a ¡dolizarse, pero Quizás a través del eslogan es como mejor se
no tiene por qué ser así. Objetos como el dinero, ve la creación de los mitos y de los ídolos. La
el poder o el prestigio pueden llegar a esclavizar f u n c i ó n del eslogan es la de asegurar el
a una p e r s o n a y hacerlo de una manera mantenimiento de los estereotipos, adaptándolos
absolutamente subrepticia: algunos ídolos nunca a situaciones nuevas. André Gide lo definía como
dan la cara; se camuflan bajo múltiples formas, una fórmula concisa, fácil de retener en razón de
difíciles de descubrir. su brevedad y capaz de impresionar el espíritu, lo
Para el sujeto c o n s u m i d o r de m i t o s , la que está en perfecta consonancia con lo dicho más
transformación en ídolo va unida casi siempre a la arriba: el eslogan es tanto más eficaz cuanto las
desmesura en la percepción de aquellos atributos necesidades colectivas son más confusas, debido
y valores que hacen atractivo e irresistible el objeto a que, con el pretexto de clarificarlas, las orienta
mítico. En la misma medida en que se produce este hacia un fin preciso. Lo propio del eslogan es
proceso de percepción hace acto de presencia la «arrastrar» a la gente, hacerle actuar sin que pueda
necesidad de consumirlo hasta que se convierte discernir la fuerza que le empuja. No sin razón, el
en una fuerza imperiosa e irresistible. El ídolo es ministro de Propaganda e Información del lil Reich,
una adicciónytodaadicción encamina al individuo Josep Goebbels, decía que no se habla para decir
a autorrealizarse en los mitos, perdiendo así algo, sino para conseguir cierto efecto. Así es: el
parte de su propia autonomía y libertad. Tales mejor eslogan es el que deja al adversario sin
c o n d i c i o n e s p r o p i c i a n el c o m i e n z o de la respuesta. Al cerrarse la comunicación, el receptor
m e t a m o r f o s i s del mito hacia el ídolo, no tiene más elección que callarse o repetirlo.
convirtiéndose en fuente de una intoxicación El eslogan, y el mito expresado a través de él,
peligrosa desde el momento en que inmuniza como acto verbal que es, para ser más eficaz se
contra la intranquilidad (Kolakowski 1990, p. 29, alia con las funciones del lenguaje (Bühler, 1979,
[1972]). pp. 48-52, [1965]) <15>, y más frecuentemente con la
El ídolo, pues, no es sino un objeto mitificado, conativa y la expresiva. Aquélla es la que apela al
en el que las cualidades que lo hacían atrayente destinatario; lo incita a que realice o consuma lo
como tal mito, se han exagerado hasta el extremo. que se le propone; y ésta, la función emotiva, como
La f o r m u l a c i ó n lingüística de ídolo que prefiere denominarla Roman J a k o b s o n , que
acabamos de describir se conforma exactamente «apunta a una expresión directa de la actitud del
con la expresión que el DRAE recoge para la hablante ante aquello de lo que está hablando»
acepción «Fig. Persona o cosa excesivamente (Jakobson, 19812, p. 353, [1974]), por sus particulares
(la cursiva es mía) amada o admirada». Su valor características1161, resulta útil cuando el mensaje
semántico con respecto al adjetivo extraordinaria lleva una cierta carga ideológica, ya que permite
la establecíamos en el apartado 0.2. Decíamos al emisor identificarse con la ideología del receptor
allí que la definición de ídolo aporta un rasgo y manipularlo más fácilmente.
negativo con respecto a la de mito, más cercano a
un significado positivo o, en todo caso, neutro. El 4. Como conclusión, querría insistir una vez
ídolo responde siempre a un objeto que ejerce una más en la importancia del lenguaje en el seno de
fuerte fascinación sobre el sujeto que lo consume; la vida social y, muy particularmente, en esa su
exige s o m e t i m i e n t o y opera una influencia imposición de modelos de comportamiento que
irresistible sobre el ánimo de quien lo sigue. El cercenan ia libertad interior y condicionan la toma
mito, sin embargo, es objeto de admiración: causa de d e c i s i o n e s . Es preciso percatarse de la
sorpresa en los s e n t i d o s ; atrae el e s p í r i t u , existencia de determinados vocablos que ejercen
d e s l u m h r á n d o l o en cierta manera, pero sin un gran poder de seducción, hasta llegar a
esclavizarlo. El ídolo va hacia al sujeto para convertirse en una fuerza casi perturbadora
atraparlo; el mito, por el contrario, se deja atrapar para espíritus poco avezados en el juego dei
por él. lenguaje y desconocedores de las innumerables
trampas que ofrece la lengua común. El peligro
3.2. El mito, y consiguientemente el ídolo, es radica muchas veces en el contraste entre
legible bajo los enunciados anónimos de la prensa, determinados vocablos cargados de prestigio,
de la publicidad, del objeto de consumo de masas; frente a otros desprestigiados y cuidadosamente
es una determinación social. En la actualidad seleccionados al efecto. Los que manejan el
el«opio del pueblo» es la propaganda política, la lenguaje c o m o arma de c o m b a t e t r a t a n de
cultura, la economía, cuya arma más eficaz e i m p o n e r su p e n s a m i e n t o a los demás para
ilusión más insidiosa es la de persuadirnos de que p e r s u a d i r l o s a que a d o p t e n d e t e r m i n a d a s
los signos son las cosas. El significado proporciona actitudes, disminuyendo así su capacidad de
180

juicio. Para ello subrepticiamente se afanan en conceptos mediante el diálogo enriquecedor,


hacer c u a n t o les es posible por escamotear evitando de este modo la presión lingüística que
determinados conceptos, haciendo uso estra- se e j e r c e s o b r e el i n d i v i d u o i m p o n i e n d o
tégico de la lengua, lo que les permite falsificar y e x p r e s i o n e s c a r g a d a s de c o n t e n i d o sin su
alterar la verdadera condición de las cosas y de asentimiento.
los a c o n t e c i m i e n t o s , en v i t u d del p o d e r Seamos conscientes de que vivimos entre
c o m u n i c a t i v o del lenguaje. No lo o l v i d e m o s : los signos y a darnos cuenta de su naturaleza y de
cada manipulador posee su propia escritura tras su poder. Esta conciencia semiológica podrá
la cual se esconden las verdaderas intenciones. convertirse en el futuro en la propia garantía de
De ahí la n e c e s i d a d de la c l a r i f i c a c i ó n de nuestra libertad.

BIBLIOGRAFÍA
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NOTAS
1. En efecto, el ¡dolus latino, según Gaffiot (1934), en Cicerón (De officiis, 3, 60) tiene el valor de fraude, engaño, y de ahí su
relación semántica con ídolo.
2. Hay que recordar que en el Tesoro de la lengua castellana, o española (1611), Covarrubias en la entrada bada dice
textualmente que «no ay lengua que no haya tenido origen de la hebrea». Como se ve, la tendencia generalizada del siglo
anterior de considerar el hebreo como lengua madre universal sigue teniendo adeptos en el siglo XVII.
3. Covarrubias, aquí como en otras muchas palabras, se explaya no sólo en la palabra ídolo, sino sobre algunos de sus
derivados, como es el caso de idolatría. La idolatría, según el autor del Tesoro de la lengua castellana, o española, hay que
situarla unos veintidós siglos antes de Cristo, cuando Nino, un personaje legendario que fue rey de Asiría, a la muerte de su
padre: «para consuelo suyo y memoria, fabricó un templo y en él puso su estatua o retrato, y reverenciavala ofreciéndole
sacrificios. Franqueó aquel lugar para asilo y refugio de culpados, y pidiendo gracia y perdón, con echarse a los pies de la
estatua quedavan libres».
181

4. La forma griega eidolon junto con ¡dem constituyen la misma dualidad, la visión y el conocimiento, que se expresaba en
indoeuropeo mediante la raíz *weid«ver para conocer». De ideTn, hermano y sinónimo del latín vidêre, deriva 'apariencia,
imagen' (idea «representación que la mente se hace de las cosas»). Por lo tanto, están emparentados ídolo con idea y con
ver. Eso es lo que explica que Coraminas / Pascual en su Diccionario crítico etimológico remitan en la entrada ídolo (dentro
del artículo IDIOMA) al artículo ver. (Consúltense, Edward A. Roberts y Bárbara Pastor, 1996. También Louis-Jean Calvet,
1996 [1993]).
5. Un estudio interesante sobre la persuasión viene en el libro de Kathleen Κ. Reardon: La persuasión en la comunicación.
Teoría y contexto (1983 [1981]). Reardon expone críticamente las principales corrientes teóricas y metodológicas del concepto
de persuasión y propone un nuevo modelo teórico sobre este concepto.
6. Véase a este respecto: Alfonso López Quintas (19802): «La manipulación del hombre a través del lenguaje» en Estrategia
del lenguaje y manipulación del hombre, donde el autor presenta una serie de esquemas de comunicación formados por
términos estratégicos sutilmente manipulados con la finalidad de prestigiar unos vocablos en detrimento de otros, según
intereses comunicativos concretos. También es útil para este propósito, e ilustrativo en otros aspectos del lenguaje, Amando
de Miguel (19943): La perversión del lenguaje.
7. Citado porMalmberg (19745, p. 121, [1966] (.Véase a este respecto en la misma obra el capítulo 6: «Lengua y pensamiento.
El poder de la lengua», pp. 117-129.
8. Recuérdese que para el autor del Cours de Linguistique général (1916) el signo lingüístico es psíquico (asociación entre
una imagen acústica y un concepto). Si bien es cierto que hablamos de unidades de la lengua, como no podía ser menos, y,
por lo tanto, como unidades abstractas, en el análisis concreto, puesta ya la lengua en funcionamiento, es decir, como
medio de comunicación, hay que situarla en el habla, donde la lengua traspasa sus propios límites.
9. Creo que no es pertinente, y en todo caso me desviaría mucho del objetivo de este artículo, entrar en la discusión
gramatical sobre si el nombre propio conviene a u n sólo ser a diferencia del nombre común que conviene a varios seres, así
como de si se trata de una simple etiqueta pegada a un referente y, consiguientemente, con el valor único de denotar, que
no de connotar. Véase a este respecto, R. Barthes: «Proust y los nombres», 1981 5 [1972],
10. Es decir, un primer signo, en cierta manera, se puede decir que ha retrocedido para transformar su sentido en nuevo
significante, y el signo resultante ha recorrido el mismo camino para engendrar un nuevo signo. Y así hasta el infinito: no se
detiene jamás, con lo que la «escritura está generalizada», como dice Roland Barthes (19942, p. 85, [1984]).
11. Bajtin, al hacer referencia en el modo de percibir la palabra en el plano literario y lingüístico general, y que viene bien
traer aquí ahora, dice lo siguiente: «La unión absoluta entre la palabra y el sentido ideológico concreto, es, sin duda alguna,
una de las características constitutivas esenciales del mito que, por una parte, determina la evolución de las representaciones
mitológicas, y, por otra, la percepción específica de las formas lingüísticas, de las significaciones y de las combinaciones
estilísticas» (1991, pp. 184-185, [1975]).
12. Los valores no siempre se corresponden con objetos y procesos de lo que pertenece a la realidad extralingüística.
Pueden consistir también, como dice Francis Bacon (1561-1626), en falsas nociones que impiden el adecuado conocimiento
de la naturaleza. El autor de Novum Organum dice que frecuentemente se rinde adoración a cuatro ídolos: los idola theatri
(ideas que se mantienen únicamente por tradición de escuela), idola fori (son los ídolos de la plaza que consisten en que el
hombre sólo cree y repite como papagayo las palabras que oye), idola specus (los ídolos de la caverna tienen que ver con
los hombres que no son capaces de ver más allá de sus ¡deas), y los idola tribus (los prejuicios que permiten que absolutamente
todo se subjetivice). (Tomado de J. HIRSCHBERGER, 19779, pp. 496-97, [1963]).
13. Un magnífico estudio sobre este tema es el libro del norteamericano Vance Packard (1975'2). El autor presenta todo un
complejo mundo de expertos en psicología y relaciones públicas, que las grandes empresas utilizan para vender más y
mejor sus productos. Estos vendedores de imágenes investigan las necesidades («La venta de ocho necesidades ocultas»
es el título del capítulo 7), los deseos, las aversiones ocultas, las frustraciones del público con vistas a echar el anzuelo en el
mejor momento. El análisis de cómo persuadir, no sólo a los compradores, sino a los ciudadanos en general, está basado en
experimentos realizados por diferentes grupos empresariales y compañías de publicidad, como es la Color Research Institute
o la Chrysler Corporation, por poner dos de los muchos casos que se recogen en el libro.
14. La alienación del individuo se manifiesta de muchas maneras. Nuestros comportamientos nos delatan, a veces, en ese
esfuerzo por superar la indiferencia del mundo (no ser reconocido, no ser parte esencial de él) mediante la apropiación
tecnológica de las cosas, que, aunque no me permita dominar el lenguaje del ser, en cambio produce en mí el sentido del
valor real. Pero luego resulta que, en lugar de que la cosa venga humanizada por mí, que soy su poseedor, vengo yo
determinado por la cosa como mía, y en la satisfacción de la posesión genero lo contrario de lo que quería alcanzar: con ella
me convierto en la suma de las cosas poseídas por mí.
15. La primera edición de la Teoría del lenguaje de Bühler en alemán es de 1934, y la primera traducción al español la hizo
Julián Marías en 1950, y la publicó la Revista de Occidente.
16. El libro de Reboul (1978 [1975]) trata sobre el poder del eslogan a través de la palabra. El autor va desgranando página
a página la función de ésta como manifestación del eslogan, que debe tener unas determinadas características para ser
eficaz. Además de hablar de diferentes tipos de eslogans (políticos, nacionalistas, pedagógicos, etc.), dedica un capítulo
muy interesante a lo que denomina «retórica de la construcción», en la que trata de las características que debe reunir para
ser eficaz. La palabra se convierte en un arma cuando se utiliza para hacer cosas, e incluso para producir algo distinto de lo
que se dice. (Reboul, p. 127). Y en ello radica uno de los aspectos del poder del eslogan, no tanto en crear necesidades
cuanto en transferirlas: proporciona un objeto para saciar una necesidad (beber, por ejemplo), gracias a otra necesidad, el
prestigio de consumir tal objeto.
182

AUTORS

JOSEFINA ALBERT GALERA. Nace en Huércal-Overa XIX, la novela de posguerra de nuestro siglo y la poesía
(Almería) en 1938. Licenciada en Filología Románica en de Jorge Guillen. Ha pronunciado diversas conferencias
la Universidad de Santiago de Compostela. Doctora en en España, la República Checa y Polonia. Especializado
Filología Románica (1982) por la Universidad de Murcia. en el estudio de la novela contemporánea, es autor de
Ejerció la docencia en Enseñanza Primaria desde 1967 una treintena de artículos sobre las literaturas española
y universitaria desde 1976. Catedrática de Escuela e hispanoamericana de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX,
Universitaria, actualmente es Profesora de la Universität así como de varios trabajos de carácter lingüístico y
fíovira i Virgili (Tarragona). Ha publicado varios trabajos reseñas en d i f e r e n t e s m e d i o s . Ha p u b l i c a d o los
sobre Semiótica y Pragmática Lingüística. Entre ellos, siguientes libros: La novela existencial española de
Estructura funcional de los Milagros de Berceo (1987), posguerra (1987), Historia de la literatura española
«El componente pragmático-lingüístico de una teoría contemporánea (1939-1990) (1992) y, como editor. El
semiótica» (1986), «El texto, lugar de encuentro de la cuento español, 1939-1980 (1989) y Relatos de Francisco
semiótica» (1991), «Retórica del personaje y sentido. Ayala (1997).
(Aplicación a un texto de Galdós)» (1990), «Semiosis
textual y superposición de mundos» (1992) y «Yerma o JOSÉ BENTO. Nace en Pardilhó (Portugal) en 1932. Ha
el juego de los contrarios: semiosis y sentido» (1995). publicado poemas en periódicos, revistas y libros que
se reúnen en el volumen Silabario (1992). O Enterro do
M.a DEL CARMEN ALFONSO GARCÍA. Nace en Luarca Senhorde Orgaz e Outros Poemas ha sido traducido al
(Asturias) en 1961. Doctora en Filología Hispánica por español por Mario Míguez (1986). Ha publicado las
la Universidad de Oviedo, fue becaria del Plan de traducciones de: las Coplas de Manrique, La Celestina
Formación del Personal Investigador entre 1985 y 1988, de Rojas, Epístola Moral a Pablo de Fernández de
y desde 1989 es Profesora Asociada adscrita al Andrada, Platero y yo de Juan Ramón Jiménez, Por
Departamento de Filología Española de esa Universidad. tierras de Portugal y de España de Unamuno, las Poesías
Explica Literatura Española Moderna y Contemporánea. Completas de Fray Luis de León y de San Juan de la
Sin excluir otros temas, como la tradición oral, su Cruz; antologías de Garcilaso, Santa Teresa de Jesús,
actividad investigadora se centra fundamentalmente en Quevedo, Bécquer, Machado, Juan Ramón Jiménez,
estos dos campos: la literatura del final del siglo XIX y Aleixandre, Lorca, Cernuda, Hernández, Gil de Biedma,
las relaciones de la mujer y la literatura, ya sea para Brines, Ramos Sucre, Vallejo y Neruda. Además de una
considerar la producción de ciertas autoras, ya para Antología da Poesía Espanhola Contemporánea,
analizar determinados personajes femeninos. Entre sus Antología da Poesía Espanhola do «Siglo de Oro» y una
artículos cabe citar: «Mujer y fin de siglo (XIX): un uso antología de Lírica Espanhola de Tipo Tradicional.
intencionado de la mitología», «Sobre novela rosa y
condición femenina en la España de posguerra», «¿Otra MARÍA TERESA BERTELLONI. Nace en Pietrasanta (Italia)
mirada sobre el mismo paisaje?», «Bárbara Jacobs: una en 1936. Licenciada en Jurisprudencia y Filosofía por la
voz de la memoria familiar», «En otro tiempo, en otro Université deglí Studide Pisa en la que se doctoró. Fue
lugar: lo exótico (y lo colonial) en La Esfera entre 1914 y profesora de Lengua y Literatura italiana en la UASD de
1918» o «Un recuerdo: Ataraxia, de Luis Portal». Santo Domingo y encargada de los asuntos culturales
Próximamente se publicará su tesis doctoral sobre la de la Embajada de Italia en la República Dominicana.
vida y la narrativa de Antonio Hoyos y Vinent. Catedrática de Filosofía y Literatura Comparada en la
Universidad de Puerto Rico en Mayagüez desde hace
ROSA AYMAMÍ. Neix a Reus el 1963. Llicenciada en más de veinte años. Miembro del Consejo consultivo
Belles Arts per la Universität de Barcelona. Actualment de la revista Folia Humanística de Barcelona y del
es professora de Dibuix d'ensenyament secundari. Consejo directivo de la Sociedad Internacional para la
Entre les sèves exposicions individuals destaquem Fenomenología y la Literatura. Ha dedicado parte de su
Austre i una altra a l'Antic Ajuntament de Tarragona. trabajo crítico al estudio de la poesía de Ángel Crespo,
CoMectivament ha participât en diverses exposicions del que es fruto su libro El mundo poético de Ángel
internacionals de gravats i mini prints. Ha exposât Crespo. Ha publicado numerosos artículos sobre los
amb el grup Stampa, a la Galería For i a l'Art Style poetas herméticos italianos, el teatro clásico griego y
Gallery de Barcelona, i a la Mostra de Mini print francés. Sus últimos trabajos comparatistas se centran
Internacional de Cadaqués. en la obra en prosa de Pirandello y Unamuno.

ÓSCAR BARRERO PÉREZ. Nace en Madrid en 1961. MARÍA ÁNGELES CAAMAÑO PIÑEIRO. Profesora Titular
Doctor en Filología Hispánica, con Mención Especial, por de Filología Francesa de la Universität Rovira i Virgili
la Universidad Autónoma de Madrid, en la que se (Tarragona). Especialista en Literatura Francesa de los
licenció con Premio Extraordinario y donde ejerce como siglos XIX y XX, y en mitocrítica. Pertenece al GRIM
Profesor Titular de Literatura Española. Ha sido miembro (Grup de Recerca sobre l'ímaginari i mitocrítica),
del Seminario de Lexicografía de la Real Academia asociado al CRI [Centre de recherche sur l'imaginaire)
Española, en el que colaboró en la redacción del de la Universidad de Grenoble (Francia). Autora de
Diccionario Histórico de la Lengua Española, y ha diversos trabajos y publicaciones sobre Chateaubriand,
formado parte de distintos grupos universitarios de Victor Hugo, Andró Breton y el surrealismo, Marguerite
investigación dedicados al estudio de la narrativa del Yourcenar, André Malraux y J.M. Le Clézio.
183

ANTONIO CARVAJAL. Nace en Albolote (Granada) en actualmente es profesor en la State University of New
1943. Doctor en Filología Románica por la Universidad York (Buffalo). Entre sus publicaciones figuran: La poesía
de Granada. Profesor del Departamento de Lingüística de Pedro Salinas, Eros y Lorca, Unamuno: El Otro y don
General y Teoría de la Literatura de la Universidad de Juan, En nombre de don Juan (Estructura de un mito
Granada. Su intensa actividad como poeta se inicia con literario), Lorca: tragedia y mito. Y, en colaboración con
Tigres en el jardín (1968) y continúa con: Serenata y Rosemary G. Féal, Painting on the Page: Interartistic
navaja (1973); Casi una fantasía (1975); Siesta en el Approaches to Modern Hispanic Text. Es también autor
mirador (1979); Sol que se alude (inédito hasta que del estudio y notas a la edición Del sentimiento trágico
aparece en Extravagante jerarquía); Sitio de ballesteros de la vida, de Miguel de U n a m u n o , así como de
(1981) y Extravagante jerarquía (1983), volumen en el numerosos artículos sobre literatura española.
que se compila su obra hasta 1981. Publica, además,
Servidumbre de paso (1982); Del idilio y sus horas (1982);
Después que me miraste (1984) y Del viento en los JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ GUTIÉRREZ. Nace en León
jazmines (1984), donde se recogen sus tres libros en 1942. Doctor en Filología Románica por la Universidad
anteriores. Le siguen Noticia de setiembre (1984); Enero de Oviedo con una tesis publicada con el título de
en las ventanas (1986); De un capricho celeste (1988); Enrique Díez-Canedo: su tiempo y su obra. Catedrático
Testimonio de invierno (1990), que recibió el Premio de en excedencia de Bachillerato y, en la actualidad,
la Crítica en 1991; Silvestre de sextinas (1992); Miradas Profesor Titular de Literatura Española en la Universität
sobre el agua (1993); las antologías: Rapsodia andalusa, Rovira i Virgili (Tarragona). Entre sus publicaciones
en italiano, (1994) y Ciudades de provincia (1995); Raso, destacan los ensayos titulados La Novela Corta galante:
Milena y Perla (1995) y, recentísimamente. Alma región Felipe Trigo y Cinco ensayos sobre Santa Teresa de
luciente (1997). Jesús, Premio Nacional de Ensayo de la Dirección
General del Libro y de la Cinematografía. De sus
ediciones, cabe citar 4 novelas eróticas de Felipe Trigo,
FERNANDO CROS. Nace en Ponce (Puerto Rico). Crítico El Lazarillo de Tormesy una Antología poética de Enrique
de arte y de literatura. Realizó estudios doctorales en Díez-Canedo. La mayoría de sus artículos versan sobre
Filosofía y Letras (UNAM). Dicta cursos en la Escuela de literatura contemporánea: «Azorín y León Felipe ante don
Bellas Artes y en la Universidad Interamericana. Curador Quijote», «Reflexiones sobre el hecho teatral en Azorín»,
del Museo de Arte Contemporáneo. Editor en México «El lugar de Díez-Canedo en medio siglo de periodismo
de la revista Torre de Papel y de las colecciones de literario español» y «El zumo a m a r g o de Azorín.
poesía: Palabra Encendida y Poesía Reunida. También Pensamiento político», entre otros significativos.
obtuvo en su país el Premio Nacional de Poesía Efraín
Huerta (1989). La Oficina del Gobernador de Puerto
Rico le o t o r g ó , en 1992, el premio de Excelencia MANUEL FUENTES. Doctor en Literatura Española.
Gubernamental en el área de edición literaria. Profesor del I.B. Martí y Franqués y Profesor Asociado
de Literatura Española de la U.R.V. Ha publicado y tiene
en prensa: «De viejas historias, inciertos mitos y antiguas
ANA MARÍA FAGUNDO. Nace en Santa Cruz de Tenerife leyendas», con el Colectivo Etcétera; «Defensa de la
en 1938, Graduada en Literatura Inglesa y Literatura palabra» en Homenaje a Joaquín Díaz; «El espejo de
Española por la Universidad Redlands (California) obsidiana: En torno a dos colaboraciones de Azorín en
en 1963. Doctora en Literatura Comparada en las la revista Escorial»; «Notas a un texto de Poeta en Nueva
especialidades de Literatura Inglesa, Norteamericana y York». Su tesis doctoral versó sobre la poesía de
Española por la Universidad de Washington desde 1967. posguerra.
Profesora de Literatura Española del siglo XX en la
Universidad de California (campus de Riverside).
Fundadora, en 1969, de la revista de poesía, narración y SALVADOR GARCÍA CASTAÑEDA. L i c e n c i a d o en
ensayo Alaluz. Ha publicado nueve poemarios: Brotes Filosofía y Letras por la Universidad de Oviedo. Doctor
(1965), Isla adentro (1969), Diario de una muerte (1970), en Lenguas y Literaturas Románicas por la Universidad
Configurado tiempo (1974), Invención de la luz (1978, de California, Berkeley. Ha sido director del Instituto
Premio Carabela de Oro 1977), Desde Chanatel, el canto Hispano-Árabe de Cultura en Baghdad, Iraq (1959-1962).
(1981, Finalista del Premio Ángaro 1980), Como quien Assistant Professor en San Francisco State University y
no dice voz alguna al viento (1984), Retornos sobre la en la Universidad de Michigan, Ann Arbor. Actualmente,
siempre ausencia (1989) y El sol, la sombra, en el instante es Catedrático de Literatura Española en The Ohio State
(1994). Su obra poética, desde Brotes hasta Retornos..., University, Columbus. Trabaja sobre temas del siglo XIX,
se recoge en un volumen titulado Obra poética 1965- especialmente sobre el periodo romántico; la obra de
1990. Aparece, también, en diversas antologías, ha sido José María de Pereda y la literatura popular (auques,
leída en numerosas universidades, estudiada en revistas pliegos de cordel). Entre sus publicaciones destacan Las
especializadas y en ponencias, y traducida a diversos ideas literarias en España entre 1840 y 1850 (1971), Don
idiomas. En prosa ha dado a la imprenta una compilación Telesforo de Trueba y Cosío (1799-1835). Su tiempo, su
de cuentos: La miríada de los sonámbulos (1994). Ha vida y su obra (1978), Miguel de los Santos Álvarez (1818-
editado varios ensayos sobre poesía, teatro y novela 1892). Romanticismo y poesía (1979), Los montañeses
española, hispanoamericana y estadounidense, así como pintados por sí mismos. Un panorama del costumbrismo
tres libros de crítica literaria: Vida y obra de Emily en Cantabria (1991), Valentín de Llanos y los orígenes
Dickinson (1973), Antología bilingüe de poesía de la novela histórica (1991); y ha realizado las siguientes
norteamericana: 7950-7980(1988) y Literatura femenina ediciones críticas: Don Juan Tenorio de José Zorrilla
de España y las Americas (1995). (1975), Los amantes de Teruel de Eugenio Hartzenbusch
(1975), Romances históricos del duque de Rivas (1987),
La venganza de Don Mendo de P. Muñoz Seca (1988)
CARLOS FEAL. Doctor en Filosofía y Letras por la y Escenas Montañesas. Tipos y paisajes en Obras
Universidad Complutense de Madrid. Fue lector de completas, I (1989) y Tipos Trashumantes. Esbozos y
español en las universidades de Lyon y Nantes, Assistant rasguños en Obras Completas, II (1989) de J . M . de
Professoren la Universidad de Michigan (Ann Arbor), y Pereda.
184

PILAR GÓMEZ BEDATE. Profesora Titular de Literatura (1972), Memorias de Deucalión (1982); sus dos novelas:
Española de la Universität Pompeu Fabra de Barcelona. Estiércol de León (1980) y Antes muerto que mudado
Ha sido Catedrática de Literatura Comparada en la (1990); y sus estudios: Poesía española contemporánea.
Universidad de Puerto Rico. Como estudiosa de poesía Estudio y antología (1966), Los derechos del hombre
ha publicado ensayos sobre diversos poetas españoles en la poesía hispánica contemporánea (1973) y Poetas
y extranjeros. Entre los primeros se cuentan Luis españoles de posguerra (1986). Posteriormente publicó
Cernuda, Jorge Guillen, Vicente Aleixandre y Juan el libro de poemas Fiesta (1995, Premio Andalucía
Ramón Jiménez, cuyas Prosas críticas (1981 ) ha editado de la Crítica) y acaban de aparecer sus poesías
(así como su Antología ¡enera! en prosa (1981), esta completas se recogen bajo el título Como llama en el
última en colaboración con Ángel Crespo). Se ha diamante (1996).
ocupado también del simbolismo francés y es autora
de una biografía y estudio sobre Mallarmé (1985), que
GORDON Ε. McNEER. Nace en EE.UU. Doctor en
incluye una amplia serie de traducciones de su poesía,
Filología Románica por Princeton University. Escribió su
Es, asimismo, autora de conocidos estudios sobre
tesis doctoral sobre la vida y obra del poeta José Luis
diversos temas literarios, y de traducciones de las obras
Hidalgo. Ha enseñado en Princeton University, University
de Boccaccio: Decamerón (1983), La elegía de Doña
of Florida, University of California y Georgia State
Fiameta (1989) y Corbacho (1989).
University. Ha escrito varios trabajos sobre literatura
española y ha participado en conferencias universitarias.
RAFAEL GUILLEN. Nacido en Granada en 1933. Su campo de investigación gira entorno a la poesía.
Formó parte del grupo «Versos al aire libre» desde su Actualmente, es Assistant Professor de español en North
comienzo en 1953 y fundó y dirigió, junto con José Georgia College & State University, donde prepara una
G. Ladrón de Guevara, la colección «Veleta al Sur». traducción al inglés de Cuaderno en Nueva Yorkde José
Obtuvo, entre otros, los premios «Leopoldo Panero» Hierro.
(1966), «Guipúzcoa» (1968), «Boscán» (1968) y «Ciudad
de Barcelona» (1969). Ha escrito y publicado una
ROSA M.a MIRÓ. Nace en Reus (Tarragona), en 1959. Es
veintena de libros siendo traducidos sus artículos y
licenciada en Filología Hispánica. Forma parte del grupo
poemas a varios idiomas. Algunos de sus libros son:
literario tarraconense «L'Espiadimonis» con el que
El Gesto (1964), Tercer Gesto (1967), Los vientos (1970),
trabaja a nivel de creación e investigación. Ha colaborado
Límites (1971), Moheda (1979), Mis amados odres
en revistas literarias y participado en los libros colectivos
viejos (1987), Poesía Completa (1988), Los estados
Versifonies (1988) y Mansardes (1997). Fue miembro
transparentes (1993).
fundador de Salina.

JOSÉ HIERRO. Nace en Madrid en 1922. Doctor honoris


causa por la Universidad Internacional Menéndez EMILI CARLES M O L I N A . L l i c e n c i a t en F i l o l o g í a
Pelayo. Entre los años 1939 y 1944 es encarcelado por Catalana. Professor de Llengua Catalana en centres
razones p o l í t i c a s . Al salir de la cárcel colabora d'ensenyament secundari. Forma part del grup literari
activamente en varias revistas literarias, entre ellas tarragoní «L'Espiadimonis» amb el quai treballa a nivell
Garcilaso, Proel y Corcel. En 1947 aparece su primer de creació i i n v e s t i g a d o . Ha publicat poèmes en
libro de poesía, Tierra sin nosotros. Le siguen varias diverses revistes literàries i ha col-laborat en eis llibres
obras más en una carrera que acaba de cumplir su poetics col-lectius Tramada (1980), Versifonies (1987)
cincuentenario: Alegría (1947), Con las piedras, con el i Mansardes (1997).
viento... (1950), Quinta del 42(1952), Estatuas yacentes
(1955), Cuánto sé de mí (1959), Poesías completas ENRIQUETA MORILLAS VENTURA. Nace en Godoy Cruz
(1962), Libro de las alucinaciones (1964), Agenda (1991 ) (Mendoza, Argentina). Licenciada en Letras Modernas
y Cuaderno de Nueva York (en ms.). Ha recibido varios por la Universidad de Nacional de Córdoba (Argentina).
premios, entre los más destacados figuran el Premio Doctora desde 1982 por la Universidad Complutense de
Adonais (1947), el Premio de la Crítica (1957 y 1964), el Madrid con la tesis La narrativa de Felisberto Hernández.
Premio March (1957), el premio Príncipe de Asturias Adscrita como colaboradora al Departamento de
(1981) y el Premio de las Letras (1990). Colaborador en Literatura H i s p a n o a m e r i c a n a de la U n i v e r s i d a d
diversos periódicos y revistas. Su obra poética ha sido Complutense. Profesora Ayudante por concurso L.R.U.
extensamente estudiada por la crítica y recogida en (1983-1986). Desde 1986, Profesora Titular de Literatura
varias antologías. H i s p a n o a m e r i c a n a en d i c h o d e p a r t a m e n t o , con
excedencia voluntaria desde 1995. Catedrática por
MANUEL MANTERO. Nace en Sevilla en 1930. Profesor concurso de Literatura Argentina en la Universidad
en las Universidades de Sevilla y Madrid. Desde 1969, Nacional de C o m a h u e . Crítica de Literatura
Full Professor en Western Michigan University. Hispanoamericana, ha colaborado con una treintena de
Desde 1973, tiene una Cátedra especial de Research estudios, publicados en revistas, actas de congresos y
Professor de Literatura Española en la Universidad de libros colectivos, sobre Felisberto Hernández, Julio
Georgia. Su tesis doctoral versó sobre el pensamiento Cortázar, Jorge Luis Borges, Juan Rulfo, Juan Carlos
filosófico del poeta Giacomo Leopardi. Premio Nacional Onetti, Ernesto Sábato, Roa Bastos, Francisco Ayala,
de Literatura, Premio Fastenrath de la Real Academia Alejo Carpentier, Cristina Peri Rossi, Daniel Moyano,
Española de la Lengua, Consultante del Comité Nobel Adolfo Bioy Casares... y la novela abolicionista, entre
de la A c a d e m i a Sueca para el Premio Nobel de otros. Asimismo, es autora de El relato fantástico en
Literatura, entre otros. Miembro de diversas instituciones España e Hispanoamérica (1991) y de la edición crítica:
españolas y americanas. Colaborador en diversos diarios Nadie encendía las lámparas de F. Hernández (1992).
y revistas. Conferenciante en Europa y América. Su Directora del Proyecto de Investigación «España y
poesía ha sido extensamente estudiada por la crítica, Argentina en sus relaciones literarias: transformaciones
recogida en numerosas antologías y traducida a varios culturales y perfil histórico», que reúne a profesores de
idiomas. Entre sus obras poéticas cabe destacar: Misa universidades argentinas y españolas (en curso de
solemne (1966), Poesía 19S8-1971. Poesía completa realización).
185

ROSA NAVARRO DURAN. Catedrática de Literatura MARINA PARTESOTTI. Nace en Buenos Aires. En la
Española de la Edad de Oro de la Universidad de actualidad está afincada en Bologna (Italia), donde
Barcelona, de cuyo Departamento de Filología Española trabaja como lectora de Lengua Castellana en la Facoltà
fue directora de 1991 a 1997. Entre sus ediciones de di Lingue e Letterature Straniere Moderne. Ha realizado
textos figuran la del anónimo Libro de suertes (1986), e s t u d i o s de crítica literaria tales c o m o Mondo
los dos diálogos de Alfonso de Valdés: Diálogo de immaginario e mondo reale nel teatro di Alejandro
Mercurio y Carón (1987) y Diálogo de las cosas acaecidas Casona; El burlador de Sevilla, di Alejandro Casona, así
en Roma (1992), La dama boba. La moza de cántaro de como trabajos de traducción entre los que destaca
Lope de Vega (1989), las Obras de Luis Carrillo y El Trovador-ll Trovatore de Antonio García Gutiérrez, de
Sotomayor (1990), la Poesía de Francisco de Aldana próxima publicación.
(1994), las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes
(1995), etc. Autora, además, de La mirada al texto.
Comentario de textos literarios (1995), ¿Por qué hay que JOAN MARIA PUJALS I VALLVÉ. Neix a Vila-seca,
leer los clásicos? (1996) y de numerosos artículos sobre Tarragona, el 1957. Conseller d'Ensenyament entre 1992
problemas textuales, tópicos y comentarios de textos i 1995, i actual Conseller de Cultura de la Generalität de
de la Edad de Oro y contemporáneos. Catalunya. Ha conreat la biografía i l'assaig de tema
historie, literari i etnografía De la seva obra cal destacar:
RICARDO NAVAS RUIZ. Doctoren Filología Moderna por Sant Bernât Calvó i el seu temps (1980), De bat a bat.
la Universidad de Salamanca. Ha sido profesor en Paisatges de Tarragona (1991), La ¡luna de Nissan (1994),
diversas u n i v e r s i d a d e s c o m o las de Salamanca, Paisatges de Tarragona. Costa Daurada (1995) i
Sao Paulo, G i n e b r a , C a l i f o r n i a , N o r t h w e s t e r n y Catalonia. Presencia de Catalunya (1995).
Massachussetts. Ha dado numerosas conferencias en
Europa y América. Autor de dos libros poéticos, Oscura
región y La noche iluminada, se ha d e d i c a d o GABRIEL ANDRÉS RENALES. Licenciado en Filología
fundamentalmente a la investigación filológica. Ha Hispánica. Profesor de Español/Lengua extranjera, y
publicado numerosos artículos en prestigiosas revistas, lector en la Universidad de Cagliari (Cerdeña). En la
varios libros y ediciones de texto, y ha colaborado en actualidad realiza estudios sobre el Siglo de Oro.
periódicos como O Estado de Sao Paulo. Destacan en De entre sus estudios p u b l i c a d o s , detacar: «Una
lingüística: Ser y estar (1963, 19883) y El subjuntivo aproximación a los libros de fiestas barrocos», «Lo
castellano (1986). A la literatura ha contribuido con straniero nella Florida del Inca Garcilaso», «Los coloquios
Literatura y compromiso (1963), El romanticismo español de Barlaimont: un género-modelo para la proyección del
(1972, 1990"), Imágenes liberales (1979), Historia y español en Europa desde el siglo XVI».
antología de la literatura hispánica en tres volúmenes
(1971-1975) y La poesía de José Zorrilla (1995). Entre
sus ediciones textuales cabe mencionar: Lanuza y Don MACIÀ RIUTORT. Neix a Petra, Mallorca, l'any 1959. Des
Alvaro del duque de Rivas (1975), Artículos políticos de de 1984 fa classes a la Universität Rovira i Virgili de
Larra (1977), El señor presidente de Asturias (1986), Tarragona, on hi ensenya Historia de la Llengua
Martín Fierro de Hernández (1983), Antología poética de Alemanya. Les sèves especialitats académiques son la
Josefa Massanés (1983) y Obras Completas de Gustavo historia de les llengües alt i b a i x - a l e m a n y a i la
Adolfo Bécquer (1995). dialectología baix-alemanya. Actualment prepara l'edició
crítica de la traducció al baix-alemany mitjà de la
AMADOR PALACIOS. Nace en Albacete en 1954. Tiene Llegenda Auria de Jaume de Vorágine.
realizados estudios de filología española. Ha publicado
varios libros, entre poesía, ensayo y traducción de SILVIA ROLLE-RISSETTO. Nace en Rosario (Argentina)
literatura en lengua portuguesa. Asiduo comentarista del en 1963. Graduada en 1987 por la Universidad Estatal
movimiento postista y colaborador en medios españoles, de California en Long Beach con tres especialidades:
portugueses, americanos y centroeuropeos. Ha sido Español, Francés e Italiano, donde recibió la Maestría
fundador, director o consejero de diversas publicaciones: en Literatura Española y Lingüística Aplicada en 1989.
La Mujer Barbuda, Barcarola, San Juan Ante-Portam- Doctorada en Literatura Española, en 1996, por la
Latinam. Ha ejercido profusamente el periodismo U n i v e r s i d a d de California en Riverside con las
literario como columnista en Diario 16, Bisagra, Lanza, especialidades: Poesía Hispánica, Literatura Española
ABC, entre otras publicaciones. Ha sido becado en varias C o n t e m p o r á n e a , Literatura de M u j e r e s y Crítica
ocasiones, en razón de su interés por la literatura Feminista. En la actualidad es profesora de Literatura
portuguesa, cumpliendo estancias, por este motivo, Hispánica y Lingüística Aplicada en la Universidad
en Portugal y el Reino Unido. Libros de poesía: Rito Estatal de California en San Marcos. Su dedicación a la
amoroso (1972), Notas cotidianas (1978), Ejercicios de poesía abarca la crítica literaria, las conferencias
versificación (1979), Billete heterónimo (1985), La cúspide especializadas, la traducción, las lecturas poéticas y la
y la sima (1987), Enemigo admirable (1994) y Exarconte propia creación. Ha publicado: La obra de Ana María
de un coro (1994). T r a d u c c i o n e s : Lembranças e Fagundo: Una poética femenino-feminista (1997) y
deslembranças de G.A. Carriedo (1988), ¿Dónde se diversos artículos: «Tras la esencialidad del ser en el decir
acumula el polvo? de Casimiro de Brito (1989), La poético de Elena Andrés» (1993), «La búsqueda de Dios
moneda perdida. (Antología) de Ledo Ivo (1990), Donde en la poesía de Olga Orozco» (1993) y «Frases evolutivas
el cuerpo acaba de Casimiro de Brito (1991), Clepsidra y vertientes temáticas en la obra de Carolina Coronado»
de Camilo Pesanha (1995) y El libro de Cesário Verde de (1998). Ha dictado conferencias sobre diversas autoras
Cosario Verde (en prensa). Otras obras: estudio y hispanas contemporáneas, así como de Sor Juana Inés
antología de Poetas toledanos vivos (1981 >; biografía de de la Cruz, y se dedica también a la traducción literaria,
Gabino-Alejandro Carriedo, su continente y su contenido sobre todo de la obra poética de Ana María Fagundo,
(1984); edición e introducción de Los últimos días de Kant publicando tanto prosa como poesía, en inglés y en
de Thomas de Quincey (1989) y el ensayo Jueves español. Desde 1996, colabora como directora adjunta
postista (1991). y coeditora de Alaluz.
186

ALEXANDER ROSELLÓ SELIMOV. Doctor en Filosofía JULIA UCEDA. Nace en Sevilla en 1925. Doctora por la
y Letras por ia Universidad de Pennsylvania (1996). Universidad Hispalense con una tesis sobre el poeta José
Profesor de Literatura Española de los siglos XVIII y XIX Luis Hidalgo. Entre 1965 y 1973 es Distinguished Visiting
en la Universidad de Delaware (Estados Unidos). Autor Professor^ Full Professor de la Michigan State University
del ensayo «La historia de dos Adanes: la estructura (Estados Unidos). Catedrática de Literatura Española de
integral de El diablo mundo» (1995). En congresos INEM y de Escuelas Universitarias. Colabora colabora en
recientes, ha presentado ponencias sobre el teatro de revistas literarias especializadas de Estados Unidos y de
Nicolás Fernández de Moratín (1995) y la novelística de España. Ha dado conferencias en España, Estados Unidos
Pedro Montengón (1996). Ha publicado varias reseñas e Irlanda. Sus poemas se han traducido al portugués y al
en revistas prestigiosas. Tiene tres artículos en prensa y inglés, y antologados y editados en diversas publicaciones
está preparando un libro sobre el arte novelístico de norteamericanas y españolas. Miembro correspondiente
Gertrudis Gómez de Avellaneda. de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Codirige
la «Colección de Poesía Esquío». Ha publicado: Mariposa
en cenizas (1959), Extraña juventud (1962, Accésit al
RUSSELL P. SEBOLD. Nacido en Dayton (Ohio, Estados Premio Adonais), Sin mucha esperanza (1966), Poemas
Unidos) en 1928. Doctor en Filosofía y Letras por la de Cherry Lane (1968), Campanas en Sansueña (1977),
Universidad de Princeton y doctor honoris causa por la Viejas voces secretas de la noche (1981), De camino de
Universidad de Alicante. Es catedrático de literatura Humo (1994). Sus poemas se encuentran editados en
española en la Universidad de Pensilvania. Fue director diversas antologías y recoge un sector amplio de su obra
de la Hispanic Review durante 29 años. Entre sus la edición titulada Poesía de Francisco Javier Peñas-
publicaciones, cuenta con rigurosas ediciones de clásicos Bermejo (1991) y The Poetry of Julia Uceda de Noël Valis
castellanos: el Fray Gerundio del P. Isla, las Visiones y la (1995). De su labor crítica, pueden citarse: José Luis
Vida de Torres Villarroel, la Numancia destruida de Hidalgo. Antología poética (1970), «Prólogo» a Réquiem
Ignacio López de Ayala, el teatro cómico de Tomás de por un campesino español (1970) y La Expresión.
Iriarte, la Poética de Luzán, una antología de crítica de Aproximaciones a la poesía de Jorge Guillen (1981), «Las
Bécquer en «El Escritor y la Crítica», las Rimas de criaturas senderianas. (Variaciones sobre una obra
Bécquery últimamente las Noches lúgubres de Cadalso. abierta)», «El rostro interior. (La imagen femenina en
En colaboración con David T. Gies, ha editado el Rubén Darío)» (1997). Ahora trabaja sobre la influencia
Suplemento IV a Historia y Crítica de la Literatura de los cuentos de hadas en la educación femenina.
Española. En colaboración con Jesús Pérez Magallón,
ha editado El hombre práctico (1680), del tercer conde
de Fernán Núñez (en prensa). Entre sus libros de crítica PIERRE L. ULLMAN. Nace en Niza. Doctor en Literatura
pueden mencionarse: El rapto de la mente. Poética y Española por la Universidad de Princeton. Profesor
poesía dieciochescas (1970, 1989), Cadalso; el primer Emérito de la Universidad de Wisconsin en Milwaukee
romántico «europeo» de España (1974), Novela y (Estados Unidos). Es autor de: Mariano de Larra and
autobiografía en la «Vida» de Torres Villarroel (1975), Spanish Political Rhetoric (1971) y A Contrapuntal
Trayectoria del romanticismo español. Desde la Method for Analyzing Spanish Literature (1988), además
Ilustración hasta Bécquer (1983), Descubrimiento y de unos cincuenta artículos sobre el Libro del buen amor,
fronteras del neoclasicismo español (1985), Bécquer en el Quijote, El caballero de Olmedo, Rojas, Zorrilla, Larra,
sus narraciones fantásticas (1989) y De ilustrados y Galdós, Clarín, Palacio Valdés, Unamuno, Juan Ramón
románticos (1992). Ha escrito capítulos para tres tomos Jiménez, Camilo José Cela y Carmen Laforet. Se le han
de la extensa Historia de la literatura española que encargado varias reseñas y traducciones de literatura
Espasa-Calpe tiene en vías de publicación. Colaborador española al esperanto, que se le han encargado. Ha
de revistas profesionales de América y Europa, así como colaborado con Papers on Language and Literature,
en el diario ABC de Madrid. Becario de prestigiosas Estudios Ibero-Americanos y Symposium como redactor
f u n d a c i o n e s c o m o la Guggenheim, la American asociado. Ha sido director estatal para Wisconsin de la
Philosophical Society y el American Council of Learned sociedad honoraria universitaria «Sigma Delta P¡» para
Societies. Ha impartido clases y conferencias en diversas estudiantes de español, la cual le concedió el ingreso
universidades españolas. Es miembro correspondiente en su Orden de los Descubridores.
de la Hispanic Society of America. Académico
correspondiente de la Real Academia Española y de la OLGA XIRINACS. Viu i treballa a Tarragona, on va néixer.
Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. Obra poética: Botons de tiges grises (1977), Clau de blau
(1978), Llençol de noces (1979), Preparo el te sota
palmeres roges (1980), Marina (Premi de la Crítica 1987),
ANTONIO FERNANDO UBACH MEDINA. Doctor por la Llavis que dansen (Premi Caries Riba 1987), Lapluja sobre
Universidad Complutense de Madrid con la tesis eis palaus (1990), La Muralla (1993). Obres en prosa:
El Regidor o el Ciudadano, de Juan Costa. Edición y Música de cambra (1982), Interior amb difunts (Premi
estudio. Profesor asociado en la Facultad de Ciencias Josep Pía 1992), Al meu cap una llosa (Premi Sant Jordi
de la Información de dicha universidad. Ha participado 1984, Premi de la Crítica 1986), La mostela africana i altres
como ponente en diversos congresos y publicado contes (1986), Zona marítima (Premi Ramon Llull 1986),
diversos trabajos: «Don Juan y la Regenta» (1990), Mar de fons (1988), Relets de morts i altres matèries
«Bibliotecas y fomento de la lectura» (1993), «El uso del (1988), Tempesta d'hivern (1990), Enterraments lleugers
refrán en la obra de Juan Costa» (1993), «El "afán" (1991), Josep Sala o l'equiiibri deis déus (1993), Cerimanía
cervantista en Juegos de la edad tardía» (1994), Teatro. privada (1993), Sense malicia (Premi Ciutat de Palma
Siglo X X (Actas de las que es coeditor, 1994), «Escenas 1994). També els llibres per a infants: Sóc un arbre I El
costumbristas del siglo XX» (1994), «Raúl Guerra árbol de mi patio (1994), Patates fregides/ Patatas fritas
Garrido. Una incursión en el problema vasco» (1995), (1994); i eis juvenile: El far del capita I El faro del capitán
«José María Merino: escenas madrileñas del siglo XX» (1994), Xocolata (1994), El meu pare és capita I Mi padre
(1995), «Reivindicación de la herencia» (1995), «La última es capitán (1995), Final d'estiu / Final de verano (1996),
novela de Leonardo Sciascia» (en prensa) y la edición Vol de dràcula / Vuelo de drácula (1996), Wendy torna a
de la obra de Juan Costa (1584): Gobierno del ciudadano. volar (1996), Suçant el melindro (1996).
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ALEXANDER ROSELLÓ SELIMOV. Doctor en Filosofía JULIA UCEDA. Nace en Sevilla en 1925. Doctora por la
y Letras por la Universidad de Pennsylvania (1996). Universidad Hispalense con una tesis sobre el poeta José
Profesor de Literatura Española de los siglos XVIII y XIX Luis Hidalgo. Entre 1965 y 1973 es Distinguished Visiting
en la Universidad de Delaware (Estados Unidos). Autor Professor y Full Professor de la Michigan State University
del ensayo «La historia de dos Adanes: la estructura (Estados Unidos). Catedrática de Literatura Española de
integral de El diablo mundo» (1995). En congresos INEM y de Escuelas Universitarias. Colabora colabora en
recientes, ha presentado ponencias sobre el teatro de revistas literarias especializadas de Estados Unidos y de
Nicolás Fernández de Moratín (1995) y la novelística de España. Ha dado conferencias en España, Estados Unidos
Pedro Montengón (1996). Ha publicado varias reseñas e Irlanda. Sus poemas se han traducido al portugués y al
en revistas prestigiosas. Tiene tres artículos en prensa y inglés, y antologados y editados en diversas publicaciones
está preparando un libro sobre el arte novelístico de norteamericanas y españolas. Miembro correspondiente
Gertrudis Gómez de Avellaneda. de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. Codirige
la «Colección de Poesía Esquío». Ha publicado: Mariposa
en cenizas (1959), Extraña juventud (1962, Accésit al
RUSSELL P. SEBOLD. Nacido en Dayton (Ohio, Estados Premio Adonais), Sin mucha esperanza (1966), Poemas
Unidos) en 1928. Doctor en Filosofía y Letras por la de Cherry Lane (1968), Campanas en Sansueña (1977),
Universidad de Princeton y doctor honoris causa por la Viejas voces secretas de la noche (1981), De camino de
Universidad de Alicante. Es catedrático de literatura Humo (1994). Sus poemas se encuentran editados en
española en la Universidad de Pensilvania. Fue director diversas antologías y recoge un sector amplio de su obra
de la Hispanic Review durante 29 años. Entre sus la edición titulada Poesía de Francisco Javier Peñas-
publicaciones, cuenta con rigurosas ediciones de clásicos Bermejo (1991) y The Poetry of Julia Ucedade Noël Valis
castellanos: el Fray Gerundio del P. Isla, las Visiones y la (1995). De su labor crítica, pueden citarse: José Luis
Vida de Torres Villarroel, la Numancia destruida de Hidalgo. Antología poética (1970), «Prólogo» a Réquiem
Ignacio López de Ayala, el teatro cómico de Tomás de por un campesino español (1970) y La Expresión.
Iriarte, la Poética de Luzán, una antología de crítica de Aproximaciones a la poesía de Jorge Guillen (1981 ), «Las
Bécquer en «El Escritor y la Crítica», las Rimas de criaturas senderianas. (Variaciones sobre una obra
Bécquery últimamente las Noches lúgubres de Cadalso. abierta)», «El rostro interior. (La imagen femenina en
En colaboración con David T. Gies, ha editado el Rubén Darío)» (1997). Ahora trabaja sobre la influencia
Suplemento IV a Historia y Crítica de la Literatura de los cuentos de hadas en la educación femenina.
Española. En colaboración con Jesús Pérez Magallón,
ha editado El hombre práctico (1680), del tercer conde
de Fernán Núñez (en prensa). Entre sus libros de crítica PIERRE L. ULLMAN. Nace en Niza. Doctor en Literatura
pueden mencionarse: El rapto de la mente. Poética y Española por la Universidad de Princeton. Profesor
poesía dieciochescas (1970, 1989), Cadalso: el primer Emérito de la Universidad de Wisconsin en Milwaukee
romántico «europeo» de España (1974), Novela y (Estados Unidos). Es autor de: Mariano de Larra and
autobiografía en la «Vida» de Torres Villarroel (1975), Spanish Political Rhetoric (1971) y A Contrapuntal
Trayectoria del romanticismo español. Desde la Method for Analyzing Spanish Literature (1988), además
Ilustración hasta Bécquer (1983), Descubrimiento y de unos cincuenta artículos sobre el Libro del buen amor,
fronteras del neoclasicismo español (1985), Bécquer en el Quijote, El caballero de Olmedo, Rojas, Zorrilla, Larra,
sus narraciones fantásticas (1989) y De ¡lustrados y Galdós, Clarín, Palacio Valdés, Unamuno, Juan Ramón
románticos (1992). Ha escrito capítulos para tres tomos Jiménez, Camilo José Cela y Carmen Laforet. Se le han
de la extensa Historia de la literatura española que encargado varias reseñas y traducciones de literatura
Espasa-Calpe tiene en vías de publicación. Colaborador española al esperanto, que se le han encargado. Ha
de revistas profesionales de América y Europa, así como colaborado con Papers on Language and Literature,
en el diario ABC de Madrid. Becario de prestigiosas Estudios Ibero-Americanosy Symposium como redactor
f u n d a c i o n e s c o m o la Guggenheim, la American asociado. Ha sido director estatal para Wisconsin de la
Philosophical Society y el American Council of Learned sociedad honoraria universitaria «Sigma Delta Pi» para
Societies. Ha impartido clases y conferencias en diversas estudiantes de español, la cual le concedió el ingreso
universidades españolas. Es miembro correspondiente en su Orden de los Descubridores.
de la Hispanic Society of America. Académico
correspondiente de la Real Academia Española y de la OLGA XIRINACS. Viu i treballa a Tarragona, on va néixer.
Real Academia de Buenas Letras de Barcelona. Obra poética: Botons de tiges grises (1977), Clau de blau
(1978), Llençol de noces (1979), Preparo el te sota
palmeres roges (1980), Marina (Premi de la Crítica 1987),
ANTONIO FERNANDO UBACH MEDINA. Doctor por la Llavis que dansen (Premi Caries Riba 1987), La pluja sobre
Universidad Complutense de Madrid con la tesis eis palaus (1990), La Muralla (1993). Obres en prosa:
El Regidor o el Ciudadano, de Juan Costa. Edición y Música de cambra (1982), Interior amb difunts (Premi
estudio. Profesor asociado en la Facultad de Ciencias Josep Pía 1992), Al meu cap una llosa (Premi Sant Jordi
de la Información de dicha universidad. Ha participado 1984, Premi de la Crítica 1986), La mostela africana ialtres
como ponente en diversos congresos y publicado contes (1986), Zona marítima (Premi Ramon Llull 1986),
diversos trabajos: «Don Juan y la Regenta» (1990), Mar de fons (1988), Relats de morts i altres matèries
«Bibliotecas y fomento de la lectura» (1993), «El uso del (1988), Tempesta d'hivern (1990), Enterrements lleugers
refrán en la obra de Juan Costa» (1993), «El " a f á n " (1991 ), Josep Sala o l'equilibri deis déus (1993), Cerimónia
cervantista en Juegos de la edad tardía» (1994), Teatro. privada (1993), Sense malicia (Premi Ciutat de Palma
Siglo XX (Actas de las que es coeditor, 1994), «Escenas 1994). També els Hibres per a infants: Sóc un arbre I El
costumbristas del siglo XX» (1994), «Raúl Guerra árbol de mi patio (1994), Patates fregides I Patatas fritas
Garrido. Una incursión en el problema vasco» (1995), (1994); i eis juvenile: El far del capita I El faro del capitán
«José María Merino: escenas madrileñas del siglo XX» (1994), Xocolata (1994), El meu pare és capita I Mi padre
(1995), «Reivindicación de la herencia» (1995), «La última es capitán (1995), Final d'estiu / Final de verano (1996),
novela de Leonardo Sciascia» (en prensa) y la edición Vol de dràcula / Vuelo de drácula (1996), Wendy torna a
de la obra de Juan Costa (1584): Gobierno del ciudadano. volar (1996), Suçant el melindro (1996).
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índex del número anterior (N. úm 10 - Novembre 1996)

PRELIMINAR. Joan Martí i Castell. Rector de la Universität Rovira i Virgili


VIDALBA (VITIS ALBA). Olga Xirinacs 3
LLEGAR HASTA ISLA NEGRA. Rafael Guillen 4
CANCIÓN ÚNICA. Rafael Inglada 6
POEMAS. José Corredor-Matheos 7
REGRET POUR LA MORT D'ÁNGEL CRESPO. Françoise González-Rousseaux 9
SONETOS. Francisco Aguilar Piñal 10
CÓMO PESCAR CON MOSCA. Stephen Clark 12
DOS POEMES. Macià Riutort 13
LA VERDAD QUE ES SILENCIO PARA SIEMPRE. Ramón García Mateos 14
DOIS POEMAS. José Bento 15
CAMINO DE TAGASTE. Manuel Fuentes 17
POEMES. Valent! Gómez i Oliver 18
POEMAS. Jesús Pérez Magallón 20
POEMA. Sara Pujol 22
POEMES. Rita Baldassarri 23
HAWORTH, AGOSTO DE 1996. Ana María Rodríguez 25
LA VIOLETA I EL PONT DE COTÓ-FLUIX. Josep Maria García 28
«NO PLANTES NINGÚN ÁRBOL ANTES QUE LA VIÑA». Joana Zaragoza Gras 33
DÉLIE: TRATAMIENTO DE CONCEPTOS Y SÍMBOLOS ERÓTICOS. M." del Carmen Fernández Díaz 37
APUNTES PARA UN ESTUDIO DE LA INTERROGATE EN GARCILASO Y QUEVEDO. María del Carmen Sigler 44
ISLAS EN EL TABLADO. Maria Grazia Profeti 51
PREDICACIÓN DIVINA, PALABRA Y TÓPICA EJEMPLAR EN LOS SIGLOS DE ORO:
MAGIS MOVENTEXEMPLA QUAM VERBA. José Aragüés Aldaz 55
SOLEDAD DE GÓNGORA Y SUEÑO DE SOR JUANA. Elias L. Rivers 69
LOA DEL AUTO A SAN HERMENEGILDO: SOR JUANA FRENTE A LA AUTORIDAD
DE LA SABIDURÍA ANTIGUA. Georgina Sabat-Rivers 76
LAS CAUSAS DE LAS ACCIONES EN EL QUIJOTE: ACCIONES FEMENINAS. Luisa López Grigera 83
AVENTURAS DE JUAN LUIS. HISTORIA DIVERTIDA QUE PUEDE SER ÚTIL (1781 )
DE DIEGO VENTURA REJÓN Y LUCAS. M. s de los Ángeles Ayala 88
POEMES D'HÖLDERLIN. Tradúcelo i notes de Macià Riutort 95
NOVELA Y EPOPEYA EN LOS BANDOS DE CASTILLA DE LÓPEZ SOLER. Russell P. Sebold 105
EL CAMBIO DE VALORIZACIÓN DEL SATANISMO EN LA COSMOVISIÓN ROMÁNTICA:
EL ESTUDIANTE DE SALAMANCA DE ESPRONCEDA. María-Paz Yáñez 116
SOBRE LAS TRAGEDIAS CLASICISTAS DE LOS ROMÁNTICOS. Ermanno Caldera 127
EL AMBIENTE TEATRAL MADRILEÑO EN LA LITERATURA COSTUMBRISTA: SOBRE PÚBLICO, LOCALES,
REPRESENTACIONES CASERAS Y ACTORES. Joaquín Alvarez Barrientos 135
VARIACIONES NARRATIVAS EN LA OBRA DE CLARÍN. Ana L. Baquero Escudero 148
EL POEMA DEL TRABAJO (1898): UN LIBRO TEMPRANO DE GREGORIO MARTÍNEZ SIERRA. Marta Palenque .... 155
ROMANTICISMO Y TRAGEDIA: AMOR DE PERDIÇAO DE CAMILO CASTELO BRANCO. M.a Rosa Álvarez Sellers. 161
«LOS MOTIVOS DE ANTEO» EN ÁNGEL CRESPO. (NOTA PRELIMINAR). Pilar Gómez Bedate 169
14 CARTAS INÉDITAS DE JORGE GUILLEN. Edición y notas de Ezequiel González Mas 174
LA POESÍA DE PEDRO RODRÍGUEZ PACHECO. Manuel Mantero 179
TODOS MIENTEN: CRÓNICA DEL DESENCANTO Y SUBLIMACIÓN DE LA DIFERENCIA. Jesús Pérez Magallón .... 183
LA HISTORIA COMO METÁFORA (TRES LECTURAS DE UNA NOVELA DE C. FUENTES). José Andrés Rivas 190
JOSÉ CORREDOR-MATHEOS, POETA CHINO Y JAPONÉS. José María Balcells 195
LA ESCRITURA EN TENSIÓN DE FRANCISCO BRINES. Armando López Castro 198
LA PERSONALIDAD CREADORA DE ANA MARÍA FAGUNDO. Francisco J. Peñas-Bermejo 213
«EL PENSAMIENTO ES UNA ENFERMEDAD SAGRADA Y LA VISTA UN ENGAÑO»:
LO SPETTACOLO DEL ROMANZO EN EL DESORDEN DE TU NOMBRE DE JUAN JOSÉ MILLAS. Giovanni Cara ... 221
A PROPÓSITO DEL RECEPTOR EN EL ARTE DE LENGUAJE: DE RETÓRICA A LITERATURA. Tomás Albaladejo .... 226
INTERPRETACIÓN Y ESTILO (A PROPÓSITO DE MICHAEL RIFFATERRE). Juan Carlos Gómez Alonso 230
LA COMUNICACIÓN LITERARIA QUE VIENE. Javier Rodríguez Pequeño 234
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