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LA MANZANA DE LA DISCORDIA

La mitología griega contiene las bases de la cultura


occidental.
En esta ocasión contamos la leyenda de la manzana de oro.
Una manzana dorada destinada a la diosa más bella, que
generó una gran discusión entre las diosas y que además
fue el motivo original que provocó la famosa guerra de
Troya.
Se celebraban las bodas de la ninfa Tetis y el mortal
Peleo con un festejo al que estaban invitados todos los
dioses. ¿Todos? No. Al hacer la lista de invitados
alguien se olvidó de Eris, la diosa de la discordia.
Aunque dicen las malas lenguas que no se olvidaron de
invitarla, sino que no la querían en el banquete de bodas
para que no provocara ninguna discusión.
La idea de no invitar a Eris no fue muy buena porque,
invitada o no, ella estaba dispuesta a generar conflicto.
Ofendida porque no la habían invitado a la boda, cuando
todos los dioses estaban disfrutando de la comida lanzó
a la mesa del banquete una manzana dorada en la que ponía:
'para la más bella'. La manzana dorada fue a parar
alrededor de tres diosas, Atenea, Afrodita y Hera. Cada
una de ellas quería esa manzana porque cada una se creía
la más bella.
Aquella situación olía a discusión y Zeus se escaqueó de
tomar la decisión de a quién correspondía la manzana, que
era igual que decidir cuál de las tres diosas era la más
bella. Así que le pasó la patata caliente a un mortal, a
Paris Alejandro, príncipe de Troya que estaba en el monte
Ida cuidando de sus ovejas. Y allí que se plantaron las
tres diosas frente a Paris Alejandro para que resolviera
la cuestión.
- ¿A quién crees que pertenece esta manzana? -
preguntaban las tres diosas al mismo tiempo.
Paris Alejandro leyó que en la manzana dorada ponía:
'para la más bella' y supo que estaba en un problema.
Pero no había forma de zafarse y tenía que tomar una
decisión. Las tres diosas le ayudaron a decidirse con
algunas promesas de lo más jugosas.
- Si me eliges a mí - le dijo Hera, que era la diosa
madre más poderosa - te convertiré en el hombre más rico
y más poderoso.
- Si me eliges a mí - le dijo Atenea, que era la diosa
de la guerra y de la sabiduría - te haré conquistar muchos
reinos y tendrás una gran inteligencia.
- Si me eliges a mí - le dijo Afrodita, que era la diosa
del amor - tendrás a la mujer más bella del mundo.
No es que Paris Alejandro tuviera alguna duda acerca que
cuál de las tres diosas era la más bella, porque todo el
mundo sabe que no hay diosa más bella que Afrodita. Pero
temía enfadar a las otras dos diosas si no las elegía a
ellas. Menudo problema, porque solo podía elegir a una.
Finalmente Paris Alejandro decidió apostar por ser
honesto y elegir a Afrodita como la más bella porque era
eso lo que pensaba realmente. Y con la verdad se llega
siempre a todas partes. Si además le esperaba como
recompensa la bella Helena, hija de Zeus, que era la
mujer más bella del mundo. ¿Qué más podía pedir?
Así que Paris Alejandro le entregó la manzana dorada a
Afrodita y la diosa cumplió su promesa preparando el
encuentro entre París y Helena quien al instante se
enamoró de París. Ambos marcharon a Troya y se casaron.
Mientras tanto, Atenea y Hera, descontentas con la
decisión de Paris, no podían estar más enfadadas y le
dijeron que aquello no iba a quedar así. Ellas visitaron
a Eris y, con su ayuda, organizaron una guerra de todos
los griegos contra Troya. Dicen que la conocida guerra
de Troya fue causada por una mujer, debido a una discusión
y por una simple manzana. Pero eso, ya es otra historia...
ACTIVIDAD
1. EXPLICA DE QUÉ SE TRATA ESTE MITO
2. REALIZA UN GRÁFICO SOBRE ESTE MITO

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