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Conociendo ya lo que es una empresa y los elementos que la componen podríamos pasar a
clasificarlas. Para ello podemos establecer diferentes criterios: por su forma jurídica, por el
sector de actividad, por su tamaño o volumen de producción o facturación, propiedad del
capital, ámbito en el que desarrolla su actividad, etc.
La actividad empresarial está regulada por unas normas y unas leyes (Código Civil, Código
de Comercio, Ley de Sociedades Anónimas,…) donde se regulan los distintos tipos de
empresas y donde se establecen los requisitos que deben cumplir y las características de
cada una de ellas.
Al poner en marcha una empresa habrá que elegir alguna forma jurídica, pudiendo optar por
ser empresario como persona física o como persona jurídica. La modalidad que se adopte
condicionará el número y tipo de socios que participarán, la forma y cuantía del capital
necesario, la responsabilidad que se asume, etc.
Aquí estudiaremos las principales características de las formas jurídicas más habituales que
contemplan nuestro sistema jurídico:
Ahora que ya conoces los tipos de empresas según su forma jurídica, probablemente te
estés preguntando: bueno, vale, ¿pero cuando decida formar una empresa cuál elijo? Pues
la respuesta dependerá de las características de la misma, del tipo de actividad a
desarrollar, del número de promotores, de la inversión inicial, la responsabilidad que desee
asumir frente a terceros, la fiscalidad, la normativa que la regula para la toma de decisiones,
su régimen fiscal, las obligaciones contables que requieran, etc. Con esta serie de criterios
puedes orientarte a la hora de tomar esta decisión:
● Tipo de actividad: Hay sectores empresariales como la banca o los seguros que
obligan a una forma jurídica determinada.
● Fiscalidad: Algunas formas jurídicas de empresa (como los autónomos) tributan por
el lado del IRPF, mientras que otras (algunas sociedades) tributan el Impuesto de
Sociedades.
En función del tipo de actividad que desarrollan las empresas pueden agruparse en tres
grandes grupos:
Los tres sectores económicos son importantes para el desarrollo económico de un país, y
son interdependientes, en el sentido que unos dependen de otros e interactúan entre sí.
No existe unanimidad a la hora de determinar los criterios o valores que delimitan el tamaño
de una empresa. Ello dependerá de la legislación o norma aplicable según cada caso, sin
embargo, los dos criterios generalmente aceptados son el tamaño de la plantilla y la cifra de
negocios (normativa de la Unión Europea). En la normativa española se incluye también el
criterio de la cifra contable del Balance General Anual. De esta forma podemos distinguir las
siguientes:
Categoría empresa Plantilla anual Volumen Balance
Ventas General Anual