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Caicedo, Alhena

Neochamanismos y modernidad. Lecturas sobre la emancipación


Nómadas (Col), núm. 26, 2007, pp. 114-127
Universidad Central
Bogotà, Colombia

Disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=105115241012

Nómadas (Col)
ISSN (Versión impresa): 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia

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www.redalyc.org
Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Neochamanismos
y modernidad.
Lecturas sobre la
emancipación*
nomadas@ucentral.edu.co • PÁGS.:114-127

Alhena Caicedo**
Este artículo se centra en los neochamanismos como fenómeno social emergente desde donde se están articulando
discursos y prácticas que se proponen como modelos alternativos de bienestar. A través del análisis de ciertos aspectos
fundamentales de los discursos neochamánicos, la autora propone analizar la reapropiación y resemantización de prác-
ticas terapéuticas de origen indígena a la luz de las representaciones sociales que occidente construye sobre su alteridad
y particularmente desde la antropología como resultado de estas.
Palabras clave: neochamanismos, Nueva Era, chamanismo, nuevas religiosidades, modernidad/colonialidad.

Este artigo está centralizado nos neoxamanismos como fenômeno social emergente, desde o qual estão sendo articu-
lados discursos e práticas que se propõem como modelos alternativos de bem-estar. Através da análise de certos aspectos
fundamentais dos discursos neoxamânicos, a autora propõe analisar a reapropriação e ressemantização de práticas
terapêuticas de origem indígena através das representações sociais que o ocidente constrói sobre sua alteridade e, parti-
cularmente, desde a antropologia como resultado das mesmas.
Palavras-chaves: neoxamanismos, Nova Era, xamanismo, novas religiosidades, modernidade/colonialidade.

This article is focused on neo-shamanism as an emergent social phenomenon that articulates discourses and practices
that are proposed as alternative models of wellbeing. Through the analysis of some fundamental aspects of neo-shamanic
discourses, the author proposes to analyze the re-appropriation and re-semantization of therapy practices of indigenous
origin in the light of the social representations that Western builds on its alterity and, particularly, from the anthropology
as an outcome of these.
Keywords: neo-shamanism, New Age, shamanism, new religiosities, modernity/coloniality.

ORIGINAL RECIBIDO: 28-XI-2006 – ACEPTADO:09-II-2007

* Este artículo es resultado de la investigación que la autora desarrolla desde octubre del
2004 como parte de la tesis doctoral “Los nuevos lugares del chamanismo en Colom-
bia”, financiada por la EHESS, París.
* * Antropóloga. Doctorante en Antropología social y etnología de la EHESS, París. Pro-
fesora del Programa de Antropología de la Universidad del Magdalena, Santa Marta, y
miembro del grupo de Investigación sobre Identidades Culturales del IESCO-UC,
Bogotá. E-mail: alhenauta@yahoo.com

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Hamlet le dice entonces: Hay más vía trataré de señalar algunos de El universo
cosas en la tierra y en el cielo, Horacio, los aspectos genealógicos más re- neochamánico
que las que caben en tu filosofía. Hay más
cosas en la tierra y en el cielo que las que
levantes del concepto de chama-
caben en nuestra filosofía. Y uno no puede nismo, así como su relación con El chamanismo está de moda.
descubrirlas porque nuestra cultura no las la ciencia antropológica y los gi- En años recientes vemos cómo las
acepta, o si las acepta, lo hace a título de ros que dicha relación tiene en la referencias a lo chamánico se mul-
que son ficción o cuando más, época actual. Para dar cuenta de tiplican en los estantes de las li-
ciencia ficción.
los fundamentos del neochamanis- brerías, en las salas de cine, en los
Guillermo Páramo mo como construcción ideológica, espectáculos artísticos, en las ofer-

P or lo menos desde la segunda


mitad del siglo XX han aparecido
me concentraré en dos
premisas que
tas turísticas. Algo “chamánico”
se identifica en los orígenes del
arte y desde el ecologismo se rei-
en diversos lugares del mun- vindican ciertos valores etéreos
do manifestaciones de solidaridad social asociados
de revitalización a la práctica de los chamanes.
de tradiciones y Se habla de chamanismo des-
prácticas chamá- de tendencias y campos tan
nicas de origen in- diversos como la medicina,
dígena por parte de el feminismo, la psicología
personas urbanas no transpersonal, la biología
indígenas, reconfi- y el vegetarianismo, e
guradas bajo un ideal incluso a través de él se
espiritual occidental. están promocionando
Este fenómeno comple- nuevas terapias 1 . De
jo denominado “neo- hecho, los internautas
chamanismo” (Vazeilles, pueden dar fe de un
2003; Perrin, 1995) apa- buen número de ci-
rece en los márgenes de la bersitios sobre esta
ciencia, la antropología y temática que se co-
las nuevas religiosidades necta con diferen-
reclamando un lugar propio tes ofertas y foros
desde donde se elaboran for- de discusión. Na-
mas de ver y estar en el mundo die se extraña de
que se fundan en una parti- recibir invitacio-
cular mirada sobre el ser y el nes a conferen-
mundo indígena, y se proponen 1 9 8 0. cias, seminarios
bado, tá
como alternativas al modelo c m . Gra no, Bogo y talleres sobre cha-
x 44 erica
u lo, 54 lombo Am
dominante. sin t ít
llero, te Centro
Co manismo, y no son pocos los
Caba r curiosos que hoy en día han pasa-
Luis ción de A
Colec
Más allá del debate sobre qué considero gene- do por el consultorio de algún “cha-
tan auténticas son estas manifes- rales frente a las múltiples mán”. En la actualidad, la gran
taciones con respecto a sus refe- manifestaciones neochamánicas en la cantidad de sentidos y signifi-
rentes del chamanismo tradicional, actualidad: la dicotomía enferme- cados convocados por el término
lo que equivale en últimas a posi- dad/curación y la universalidad. chamanismo lo han convertido en
cionar una noción de verdad, me Posteriormente me detendré en al- una suerte de nebulosa inasible
interesa aquí mostrar desde dón- gunos de sus postulados más relevan- que nos interroga permanente-
de se está pensando este fenóme- tes con el ánimo de dar cuenta del mente por la imagen que construi-
no en la actualidad y qué lógicas lugar desde donde se construye su mos sobre el ser y los mundos
subyacen a sus discursos. En esta ideal emancipatorio. indígenas.

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Desde las ciencias sociales, es- jantes, este concepto se ha conver- fuente de legitimidad de sus refe-
tas manifestaciones no pasan des- tido en uno de los temas más rencias), el concepto de chama-
apercibidas. Reportadas entre otros polémicos para etnólogos y antro- nismo se popularizó y actualmente
lugares en Corea, Japón, Rusia y pólogos. Su historia como concep- es retomado por muchos actores
Europa, y con especial apogeo en to ha sido el vivo reflejo de la sociales desde diversas posturas
el continente americano, la revita- mirada occidental sobre aquellos ideológicas 2 . Es precisamente la
lización y apropiación de prácticas Otros “exóticos”, que poblaban las confirmación de este hecho lo que
y elementos originarios de tradicio- nuevas geografías colonizadas. Así, dio lugar a la noción de neochama-
nes chamánicas parece revelar un de los adoradores demoníacos que nismo o chamanismo occidental mo-
fenómeno social de envergadura registraron los cronistas, estos per- derno como fenómeno global a
mundial. Sin duda, la fascinación sonajes pasaron a encarnar a los de- partir del cual se están convocan-
occidental por la figura del chamán sadaptados y enfermos mentales do nuevas subjetividades, filoso-
proviene de larga data. Desde los que observaron los pensadores ilus- fías, éticas y estéticas de vida bajo
primeros exploradores de la tundra trados, y hoy en día asistimos a una el referente de la espiritualidad in-
siberiana –entre otras cosas, cuna época de sublimación de los mun- dígena como alternativa al mode-
del término original tungús xaman dos indígenas donde los chamanes lo hegemónico.
que llega hasta nuestros días– el se convierten en paradigma de sa-
papel del brujo, sacerdote, médico, biduría y en modelos ejemplares
místico, en las sociedades denomi- del desarrollo sostenible. A la búsqueda de
nadas “primitivas” por la ciencia, ha nuevos paradigmas de
sido un reto cognoscitivo para los La particularidad del fenómeno bienestar
occidentales. Es precisamente este actual radica justamente en que
reto el que ha llevado a la ciencia lejos de convocar una percepción Cada orden descansa sobre un desorden.
–y particularmente a la antropolo- uniforme y hegemónica, el cha- Cada cultura conjura el peligro de la
gía– a intentar dar cuenta de fenó- manismo enfrenta a las ciencias so- arbitrariedad de su propio orden.
menos extremadamente complejos ciales a un concepto de su propio Carlos Pinzón, Rosa Suárez
y heterogéneos, presentes en socie- cuño, que de repente desbordó los y Gloria Garay
dades muy diferentes y distantes, a límites del dominio disciplinar y
través de la categoría artificial de comenzó a circular sin ningún con- En la actualidad, el neocha-
chamanismo. Creado en sus orígenes trol. Aunque no se ha cortado el manismo (o mejor, los neochama-
como una herramienta analítica cordón umbilical que lo une a la nismos) representa solo una parte
para comparar realidades seme- antropología (que sigue siendo de las cientos de corrientes y mo-

Luis Caballero, sin título (ilustración para el libro “La noche oscura” de San Juan de la Cruz), litografía sobre papel, 1977.
No.34/60, 53 x 38 cm (Reg. 0797). Colección Banco de la República (detalle).

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vimientos que ponen en evidencia que hace tan resbaloso este tema es, viene simplemente a integrar todas
la crisis de la modernidad y la emer- al menos desde el punto de vista aca- aquellas cosmologías, saberes, tradi-
gencia de nuevas formas de relatar démico, la incapacidad de la ciencia ciones y prácticas desterradas por la
la relación de las personas con su occidental, como lugar de legiti- racionalidad occidental, siendo ésta
entorno: nuevas religiosidades, para mación de saberes, para nombrar su principal condición (Von Stu-
las ciencias sociales, con toda la aquello que no comprende comple- ckrad, 2003). Desde esta perspecti-
carga que el término implica. La tamente, sin impedirse juzgarlo de an- va, buscar una definición unívoca
falta de credibilidad en las institu- temano. En este sentido, creo que es resulta un despropósito. La Nueva
ciones producto de las crecientes necesario adentrarse un poco más en Era se define por negación, como un
desigualdades y exclusiones socia- la genealogía de la Nueva Era para gran saco donde todo cabe: channe-
les, la aceleración y las rutinas de entender mejor la perspectiva desde ling, vegetarianismo, feng shui, yoga,
la vida moderna que restringen los donde ha sido concebida. comunicación con espíritus y extra-
espacios vitales a la ló- terrestres, astrología,
gica de la productivi- lectura del tarot, qui-
dad y el consumo, el romancia, ayurveda,
individualismo y la etc. Una categoría tan
erosión de los lazos so- heterogénea y contra-
ciales, son sólo algu- dictoria difícilmente
nos de los factores que podría ser descrita de
estimulan la inseguri- una mejor manera
dad ontológica que vi- que la propuesta por
ve una buena parte del Françoise Champion
mundo occidental. De (1994): la nebulosa
esta forma, la búsque- místico-esotérica. La
da de nuevos espacios metáfora hace gala
vitales, de experien- de su ambigüedad, al
cias colectivas que le tiempo que ratifica la
den sentido a la exis- imposibilidad de ha-
tencia, alienta un sen- blar del fenómeno sin
timiento irrefrenable caer en el prejuicio de
por encontrar nuevos la “falsa creencia” (fal-
Luis Caballero, sin título (ilustración para el libro “La noche oscura”
paradigmas de bienes- de San Juan de la Cruz), litografía sobre papel, 1977. No.34/60, 53 x 38 cm
sa conciencia). En este
tar (Giddens, 1999; (Reg 0796). Colección Banco de la República (detalle) sentido no es extraño
Castells, 1999; Lipo- que la producción de
vetsky, 1996). Como fenómeno ideológico, la conocimiento científico sobre este
Nueva Era nace del movimiento de tema oscile claramente entre dos
Es justamente en esta perspec- la contra-cultura surgido a partir de polos: de un lado, las posturas más
tiva que el ideal espiritual, que mayo del 68. El ideal de transformar ortodoxas del objetivismo científi-
persiguen corrientes como el neo- el mundo a partir de la transforma- co que sólo reconocen el valor del
chamanismo, encuentra un sustrato ción de la propia conciencia es el análisis sociológico del fenómeno y,
pragmático en la Nueva Era. Para principio fundacional de esta pro- de otro lado, la perspectiva “inter-
el común de la gente, el neocha- puesta y el eje desde donde se irán nalista” comprometida y experiencial
manismo es, sin duda, una de las articulando, con el paso del tiem- que favorece lecturas fenomeno-
tantas corrientes Nueva Era de la po, diversos discursos y prácticas lógicas que además son consideradas
actualidad. La dificultad comienza, cuyo punto en común será recono- “pseudo-científicas” (Fericgla, 2000).
sin embargo, en el intento de defi- cerse como propuestas alternativas
nir el fenómeno de la Nueva Era, al modelo dominante. Desde las tra- Casi cuarenta años después de
como ideología, religión o como diciones mistéricas medievales has- la emergencia del movimiento de
movimiento social. En efecto, lo ta las lecturas del aura, la Nueva Era la contra-cultura, el desarrollo in-

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sospechado de la Nueva Era pone Ching o el yoga en versiones posmo- tural originario (Deleuze y Guatta-
de manifiesto tanto la apertura, cir- dernas del Prozac (2002). ri, 1974). La mercantilización del
culación y reforzamiento de nuevos Otro y el consumo de la diferencia,
discursos alternativos como la ela- El efecto de decodificación que son algunos de los efectos más com-
boración de técnicas de consumo instaura el capital lleva a los con- plejos de los sofisticados dispositi-
cada vez más sofisticadas. La glo- sumidores a resignificar y a reinter- vos de auto-reproducción del
balización económica ha permitido pretar, de acuerdo con sus propias sistema. El consumidor es libre de
poner al alcance de los consumi- elegir y recombinar lo simbóli-
dores un sin número de relatos, co de otras culturas. Los saberes
mitos y creencias que compiten cosmológicos de las culturas
con los cánones de vida estable- subalternizadas, muchos de ellos
cidos por el sistema moderno vigentes en sus contextos, son
capitalista. Retomando lo ya di- convertidos en mercancías eso-
cho por autores como Fernan- téricas. De esta forma, siguien-
do Fuenzalida (1994) y Joseph do a Pinzón, Suárez y Garay
Fericgla (2000), en la época (2005), si bien todas las cosmo-
contemporánea lo que existe en logías han sufrido de alguna ma-
el mercado es una sobreoferta nera procesos de hibridación, de
de creencias contradictorias. lo que estamos hablando aquí es
De hecho, el carácter de com- de los procesos mediante los cua-
petencia, de todas maneras, no les el capitalismo logra trans-
trasciende su condición de al- formar una cosmología en un
ternativa (así se las conoce) y saber-mercancía. Dentro de esta
quien las consume puede hacer lógica, el chamanismo de con-
uso de ellas a su antojo y en los sumo no da importancia al
grados que desee. La condición verdadero rol del chamán y lo
de dicha oferta de creencias está que se busca es solo su aspecto
en el poder del sistema para utilitario.
crear mercancías dirigidas a la
construcción “a la carta” de sub- La cuestión central radica
jetividades. La oferta se con- entonces en que la axiomática
vierte en oferta de sentidos que, del capital ha convertido la no-
puesta a disposición del consu- ción de bienestar en un asunto
midor, le permite armar y re- puramente individual. La pre-
armar como un rompecabezas misa de “cambiar la realidad
versiones de sí-mismo adapta- sólo para mí” neutraliza todo el
das al sistema. Como consumi- potencial contestatario conte-
dor, puedo entonces dedicarme nido en la propuesta contra-
a practicar el yoga, asumir una cultural.
dieta vegetariana, consultar
regularmente el I Ching o con-
sumir yajé, y sentir que he cam- La enfermedad y la
biado mi vida hasta el día que Luis Caballero, ilustración para el libro “Le chateau de hors”,
litografía sobre papel, 1979, hc, 40 x 30 (Reg 1066).
cura
desee reconfigurar el esquema Colección Banco de la República (detalle)
cotidiano por otro más sugesti- Para la mayoría de las per-
vo y tal vez, más acorde con las condiciones de existencia, elemen- sonas seguidoras del neochama-
tendencias del momento. Parafra- tos desterritorializados a los que se nismo, el sentido de esta propuesta
seando a Carlos Alberto Uribe, se ha aislado de toda relación con el está en curar el estado de enferme-
trataría de convertir el yajé, el I contexto geográfico, social y cul- dad en que se encuentra la huma-

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nidad hoy en día. Frente a la avan- La mayoría de prácticas tienen como consigo mismo, con los otros, o con
zada nihilista del paradigma cultu- finalidad alcanzar un “estado de con- el medio ambiente. Así, las concep-
ral occidental manifiesto en la caída ciencia” a través del cual la persona ciones de la enfermedad reúnen
de los grandes relatos y en el des- se convierte en el propio agente de dimensiones que dentro de la racio-
gaste de la racionalidad moderna, curación. Frente al malestar causa- nalidad occidental moderna están
estas corrientes ideológicas se apo- do por la sociedad tecno-industrial, separadas: físico/psíquico, indivi-
yan en nociones sistémicas de la la figura del chamán es el modelo duo/colectivo, social/medioam-
crisis de la modernidad, más abier- por seguir para reintegrar las dimen- biental. Desde muchos ángulos ésta
tas y complejas. La crisis, el estado siones sagradas de la realidad y los puede ser una lectura provocadora.
de emergencia generalizado, se re- niveles emocionales y no racionales Retomada por los chamanismos
produce a escala y en relación pro- del ser humano: la idea es devenir occidentales modernos, la expe-
porcional de lo macro a lo micro y chamán por sí mismo. Pero, desde riencia terapéutica se convierte en
viceversa, a la vez que revela el es- este ángulo, ¿cómo se concibe al una búsqueda de trascendencia que
tado de descomposición de todas chamán y su poder? concibe la curación como una po-
las relaciones que sustentan la uni- sibilidad de emancipación. De allí
dad, el todo. Se parte así de una La relación enfermedad/curación el giro de la dimensión terapéutica
noción sistémica de la crisis; si- como eje de la propuesta neocha- a la espiritual (Caicedo, 2004).
guiendo la idea de Guattari (1996), mánica sin duda encuentra su ori-
la crisis de las tres ecologías: la gen en la dimensión terapéutica que
ecología del medio ambiente, la se le atribuye al chamanismo3. Esta El chamanismo
ecología social y la ecología men- dimensión ha sido descrita amplia- universal
tal. Desde esta perspectiva es posi- mente en la literatura antropo-
ble comprender el hecho de que lógica, lo que ha promovido su Tal vez una de las consecuen-
muchos de los movimientos neocha- sobrestimación en relación con cias más interesantes de esta ma-
mánicos se encuentren articulados otras dimensiones también presen- deja de referencias, miradas,
generalmente con diferentes ver- tes en la mayoría de sistemas ideales, búsquedas, críticas y con-
tientes radicales del movimiento chamánicos, como la adivinación fusiones que componen la escena
ecologista a nivel mundial (Ulloa, (Hamayon, 2003). No en vano, la neochamánica en la actualidad, es
2004), con los movimientos antica- redundancia de referencias de este que hoy en día el chamanismo es
pitalistas y con otras facciones de la tipo ha terminado por saturar la concebido como una filosofía de
Nueva Era. comprensión del fenómeno, impo- vida, una cosmología, una forma
niéndole incluso su propia termino- de pensamiento, un paradigma,
De acuerdo con varios de los logía médica. Sin embargo, la una concepción del mundo enfila-
relatos de personas que se inscriben función terapéutica es sólo una en- da a combatir la concepción occi-
en este movimiento, las técnicas te- tre todas las funciones que cumple dental del mundo.
rapéuticas constituyen los nodos ri- el chamán. En términos generales,
tuales a través de los cuales se busca su papel está en la regulación de los Esta ensoñación chamanística
acceder a otras dimensiones de la desequilibrios y el mantenimiento plantea una inversión profunda
realidad que permitan la restitución de las normas adaptativas que orien- de los presupuestos más reaccio-
de una unidad primordial. Este dis- tan las relaciones con los otros (del narios de la historia que domi-
curso aparece reiteradamente en el pasado, del presente, los parientes y nan en occidente, por lo menos
caso de ceremonias ampliamente los aliados) pero también con los desde Grecia, y que postulan un
extendidas en Colombia y seguidas animales, las plantas y demás com- mundo único, coherente, orga-
por buena parte de los movimientos ponentes bióticos y abióticos del nizado formalmente y autoriza-
neochamánicos actuales: algunas ecosistema (Reichel-Dolmatoff, do por el buen juicio y la razón
tomas de enteógenos como el yajé, 1993) Desde esta perspectiva, la (James y Jiménez, 2004: 13).
el peyote y el san pedro, los inipis y enfermedad es entendida como
temascales (sweatlodge), las búsque- disfunción en las relaciones en ni- El pensamiento chamánico y el
das de visión, los mambeaderos, etc. veles diferentes: del ser humano pensamiento moderno son conside-

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rados antagonistas4. Frente al dis- una nueva antropología, como lo resignificaciones hechas desde estas
ciplinamiento y la coerción biopolí- plantea Jeremy Narby, autor del nuevas corrientes ideológicas, uno
tica del sistema está la utopía de controvertido libro Le serpent cos- no puede evitar preguntarse en qué
transformación, de conexión con el mique. L’ADN et les origines du savoir medida ésta se relaciona con la pre-
universo, la libertad, la creatividad, (1995), se funda en una aproxima- tendida posición antagónica del
el retorno a lo orgánico, la esencia ción derivada de la experiencia del neochamanismo en relación con el
de lo vivo, representado en el cha- chamanismo que va más allá de la logocentrismo occidental moderno.
manismo. El chamanismo es fuente dicotomía establecida entre el ma- Siguiendo a Stuckrad, el neocha-
de emancipación, es la “experimen- terialismo occidental y la capacidad manismo “debería ser comprendi-
tación sagrada de la existencia (...) de los grupos chamánicos de rela- do como una reacción específica a
y chamán es quien vive esa expe- cionarse con los espíritus. La expe- las tendencias modernas tendientes
riencia”, dirá William Torres (James riencia como lugar privilegiado de a la exclusión o a la sublimación
y Jiménez, 2004: 147). legitimación se convierte en la de lo “sagrado” (de la manera como
prueba que reivindica el carácter se entienda). Siendo parte impor-
Pero ¿por qué para los seguido- universal del chamanismo. Desde tante de una reacción religiosa
res del neochamanismo, la poten- esta perspectiva, el chamanismo específica a la modernidad, él con-
cia trasformadora y emancipadora entendido como conciencia cha- voca conceptos filosóficos y religio-
de la experiencia vital está conte- mánica, es decir, como dimensión sos que han sido durante largo
nida en el chamanismo como sig- existencial, es a su vez asumido co- tiempo una corriente de la Geistes-
nificante? Tal vez las posibles mo explícitamente fundamental, geschichte occidental” (2003: 292
respuestas puedan ser tan insatisfac- independiente de la cultura y au- traducción mía).
torias, como desconcertante la pre- tónomo frente al contexto. Cual-
gunta. Cuando Roberte Hamayon quier persona, más allá de su Dicho de otro modo, si el cha-
(2003) afirmó que el chamanismo condición cultural puede acceder manismo como proyecto universal
es una herramienta para pensar y a este tipo de experiencia y, en esa (neochamanismo) es una reacción
apuntó a descubrir en el concepto medida, puede convertirse en la al proyecto moderno, ¿en qué me-
un espejo de las relaciones entre versión de chamán que se despren- dida la propuesta del neochama-
Occidente y su alteridad, tal vez no de de este presupuesto5. nismo se contrapone o antagoniza
había contemplado qué tan lejos se con el proyecto moderno? ¿Habla-
puede ir tras este argumento. Pero paradójicamente para mos de una reacción a la moderni-
mucha gente encontrar un chamán dad o más bien de un resultado de
Desde este punto de vista, el original es un ideal imposible. Des- ella?
carácter universal atribuido al de el medio académico muchos
chamanismo es un referente inte- antropólogos se preguntan ¿hay
resante. La idea de estar frente a un chamanes en la actualidad? ¿Los Del chamanismo como
fenómeno que a pesar de la multi- que habría, siguen siendo cha- cura y lo indígena
plicidad de sus manifestaciones manes? Los pueblos indígenas son como remedio
cuenta con características comunes vistos como pueblos aculturados,
y comparables, fue el argumento de condenados a perecer, forzados a Frente al malestar de la época
la antropología para inventar la depender del capitalismo, obligados y la situación de crisis que experi-
noción de chamanismo. Ese efecto a desplazarse y a abandonar sus tra- menta el mundo occidental moder-
de generalización terminó por di- diciones. Estos pueblos son conce- no urbano, el neochamanismo se
solverse en un sentido de universa- bidos como rezagos moribundos ofrece como alternativa de curación
lidad, y aparece ahora desde el producto del arrasamiento y la frag- y posiciona al indígena, y especial-
chamanismo occidental contrapo- mentación que ha ejercido la mente al chamán indígena, como
niéndose a la mirada antropológica modernidad en su inevitable expan- fuente de alivio o de salud. El pre-
clásica y abogando incluso por una sión 6. De esta forma, frente a la supuesto último de la propuesta
refundación de la antropología universalidad atribuida a la idea de neochamánica es devenir chamán
como disciplina. La emergencia de chamanismo, especialmente en las por sí mismo o convertirse en el pro-

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pio agente de curación (Perrin, medioambiental mundial. Así, el vida. Justamente, esta esperanza de
1995). Partiendo de la idea de que impulso del progreso desarrollista en emancipación es la que enfrenta al
ya no existen verdaderos chamanes su expresión más evolucionista se ve sujeto occidental contemporáneo
o al menos no como los que hubo confrontada por la inminencia de la con su legado antropocéntrico y, más
antes, la apuesta está para cada catástrofe. El intento de desviar el allá, con el logocentrismo desde don-
quien en recobrar su chamán inte- final predestinado de la humanidad, de este último se define. Restaurar
rior, en descubrir las potencialida- recuerda con insistencia tiempos el sentido de complementariedad
des internas del individuo. En esta menos caóticos. Constata en el re- entre ser humano y naturaleza
vía se trata de un trabajo individual lato histórico la existencia de otras equivaldría, a escala, a reconquis-
de búsqueda interior. Pa- tar la unidad de la mente
radójicamente y contrario y el cuerpo, la razón y la
al chamanismo tradicio- no-razón.
nal, el neochamanismo no
parece buscar un efecto En este sentido, el
directo sobre el mundo reto estaría en pararse en
exterior. otro lugar, en reencontrar
los territorios no coloni-
Como ya se ha dicho, zados de la existencia. Se
esta búsqueda de sentido trataría de encontrar el
se reencuentra con el afuera, de restablecer la
ideal de restituir ciertos posibilidad de la exterio-
valores que han sido ro- ridad y en esa medida la
tos por la sociedad tecno- figura del chamán indíge-
industrial y que están na, dentro del imaginario
asociados con las repre- occidental, responde a
sentaciones sociales sobre esa necesidad como alte-
el ser y el mundo indíge- ridad radical. No sólo se
na. Siguiendo esta lógica, plantea entonces la ne-
la modernidad en su ine- cesidad del Otro como
luctabilidad se expande contra-referencia a la sa-
recortando los circuitos turación del Nosotros (el
de sentido que relacionan ego, la mismidad), sino
al hombre con su entor- que su condición radical
no. La amenaza de su lo ubica más allá de la
avance se acentúa con la frontera de lo conocido y
reducción de dicha rela- reconocible. La imagen
ción al manejo instru- del chamán recupera todo
mental de la naturaleza el contenido no-racional
como objeto y luego co- Luis Caballero, (ilustración para el libro “La noche oscura” de San Juan de la Cruz), que Occidente ha depo-
mo capital. Desde esta litografía sobre papel, 1977. No.34/60, 53 x 38 cm (Reg. 0802). sitado históricamente en
Colección Banco de la República
perspectiva, el objetivo su mirada de fascinación-
de restituir la relación ser humano/ formas de habitar el mundo, ante- temor sobre el indígena. El chamán
naturaleza se convierte en una ne- riores a la inevitable y avasalladora es un inefable y buena parte de las
cesidad de supervivencia (Leff, imposición de la racionalidad oc- representaciones que lo ubican
2000). La industrialización, el ideal cidental capitalista, y celebra que, como agente de curación radican
moderno del progreso y el desarro- a pesar de todo, persista aún la es- en este hecho.
llo, vigentes desde finales del XIX, peranza de encontrar vías alterna-
pasan la cuenta de cobro del calen- tivas, otras posibilidades desde Construidas desde la sobreva-
tamiento global y la emergencia donde refundar el sentido de la loración de la dimensión terapéu-

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tica de los chamanismos, estas re- e imponer los regímenes coloniales” siderar a los indios como seres
presentaciones se superponen aquí (2004: 261). “necesitados de civilización”9. Las
a una reducción de la figura del concepciones dualistas de la mo-
brujo como fetiche7. “Chamanizar” De acuerdo con las narrativas dernidad que contraponen la ra-
o el acto del poder chamánico se- de varios seguidores del neocha- cionalidad de la cultura a lo
ría, en este sentido, equivalente a manismo, la ancestralidad es un re- irracional de la naturaleza, cobran
redescubrir en sí mismo el sentido ferente temporal fundamental. Ella toda su carga simbólica al separar
de la alteridad que cura. De esta evoca el vínculo de consanguini- ambos ámbitos. La naturaleza se
forma, la necesidad de restituir la dad que nos une con un tiempo convierte en objeto de manipula-
unidad esencial de las relaciones pasado edénico ajeno a los ava- ción del ser humano a la vez que
ser humano/naturaleza y mente/ tares de la historia. Un tiempo de asume un valor genérico como
cuerpo, mantiene presente, no sin relaciones de armonía y paz entre entidad femenina frente a la cul-
nostalgia, la idea de una alteridad los seres humanos y el mundo. Esta tura asociada a lo masculino. Así,
radical que, aunque difícilmente evocación de una época a-históri- siguiendo a Ulloa, las imágenes
identificable hoy en día, es plena- ca, pero ciertamente pasada, que construye Occidente sobre los
mente reconocible en un tiempo recuerda de alguna manera la cons- indígenas americanos como nativos
ancestral. La idea de que estas tres trucción moderno/colonial del ecológicos prefigura la idea de seres
referencias, pilares centrales del mundo indígena como un tiempo más cercanos al medio natural que
neochamanismo como ideología,- lejano y antiguo, a la vez que ubi- capaces de racionalizar su particu-
sean valores asociados directa- ca a los indígenas actuales con re- lar relación con la naturaleza. De
mente al mundo indígena, abre ferencia a esa edad de oro, como esta forma, mientras un halo de
grandes interrogantes para pensar rezago nostálgico de algo que fue. reverencia mística envuelve la
el lugar desde el cual Occidente Bajo esta premisa se mantiene viva imagen del indio como sabio co-
continúa produciendo y reprodu- la negación de la simultaneidad de nocedor de los secretos del mun-
ciendo sus nociones de alteridad. su existencia en el tiempo (Cas- do natural, la otra faceta de las
tro-Gómez, 2005). De hecho, este representaciones concibe al indio
tipo de imágenes actualiza las ca- como “víctima” incapaz de valer-
El poder del silencio tegorías más básicas de negación y se por sí mismo y necesitado de
del otro sujeción de los pueblos subalter- ayuda 10. Esta misma lógica puede
nizados, al tiempo que reproduce aplicarse al ideal de reintegrar la
Retomando las ideas desarro- los criterios evolucionistas con que unidad entre la mente y el cuerpo.
lladas por Astrid Ulloa, sobre la la ciencia ha descrito estos pueblos Ambos ámbitos han sido territorios
construcción del nativo ecológico en como “primitivos”, “simples”, “sal- colonizados por la modernidad en
el imaginario occidental (2004), ve- vajes”. A su vez, estas calificaciones diferentes formas y de manera je-
mos cómo el régimen de represen- están acentuando la imagen de los rárquica. El sentido asignado al
tación hegemónico, desde donde se indios como prolongaciones de la cuerpo en el orden cultural repro-
construyen los ideales que evocan naturaleza, como seres naturales, duce la dicotomía razón/no razón
la ancestralidad, la reconexión con “nobles salvajes” o “incivilizados” y, en esa medida, le asigna al cuer-
la naturaleza y la restauración de la desprovistos de razón y cultura 8 . po un papel secundario de recep-
unidad mente/cuerpo, reproduce Las imágenes del “hombre silves- táculo de información dirigida al
estrategias coloniales de construc- tre” se construyen desde la ambi- cerebro-razón.
ción de la diferencia y de represen- güedad de las representaciones del
tación de la alteridad que ignoran indio en la mentalidad de los co- Aunque resulta trillado volver
abiertamente a los indígenas como lonizadores quienes, desde la Con- una y otra vez sobre este tipo de
actores sociales. Como bien dice quista, identificaron a los pobladores dualidades inauguradas por la mo-
Ulloa “el pensamiento occidental de estas tierras inhóspitas con el dernidad/colonialidad, creo que la
ha usado la noción de diferencia medio en el que vivían, y conforme necesidad de releer estas categorías
como un mecanismo de poder para a la percepción negativa que tenían a la luz de las imágenes de la “otre-
marcar, asignar y calificar al “otro” sobre el trópico terminaron por con- dad”, demuestra cómo el juego de

122 N ÓMADAS NO. 26. ABRIL 2007. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA


representaciones de Occidente so- que tienen que decir los indios so- por Occidente. En el caso colom-
bre los indígenas (sobra decir que bre la manera como son represen- biano, la presencia urbana de prác-
se trata de categorías entendidas tados. Independientemente de la ticas, elementos y saberes de origen
como homogeneizantes) se actua- diversidad de respuestas a esta pre- indígena como las “tomas de yajé”
liza en la actualidad en buena me- gunta desde las identidades indíge- o los “mambeaderos”, puede com-
dida a través de la revaloración de nas contemporáneas, hay que hacer prenderse desde una perspectiva
elementos, prácticas y saberes pro- visible la confrontación de estas que tenga en cuenta los procesos
pios de los pueblos indígenas en tér- posturas, las continuidades y dis- históricos en los que se inscriben las
minos de mercancía. Si bien dicha continuidades y, sobre todo, los sen- relaciones entre hegemonía y
revaloración se relaciona directa- tidos políticos implícitos. En esta subalternidad. Por lo mismo, no
mente con las luchas incansables de vía, lejos de la intención de reificar podemos desconocer el contexto
estos pueblos por su reconoci- la diferencia étnica, tal vez habría actual de dichas relaciones, así
miento, el poder semántico de la he- que proponer otros términos para como las profundas transformacio-
gemonía cultural retiene sólo el la interlocución cultural. nes de las representaciones socia-
carácter funcional ade- les sobre el indio y el
cuando esos elementos mundo indígena que
al orden. Como lo se- han tenido lugar en los
ñalan Hardt y Negri: últimos años, especial-
mente desde el campo
[...] desde la perspecti- socio-político nacio-
va cultural las diferen- nal e internacional.
cias son celebradas. Así, en estos casos, el
Como estas diferencias desplazamiento de es-
son consideradas aho- tas prácticas rituales
ra culturales y con- desde sus lugares de
tingentes en lugar de origen hacia la ciudad
biológicas y esenciales, y su apropiación en
no son vistas como in- determinados contex-
cidentes en la banda Luis Caballero, sin título (ilustración para el libro “La noche oscura” de San Juan de la Cruz), tos urbanos, no pue-
central de comuna- litografía sobre papel, 1977. No.34/60, 53 x 38 cm (Reg. 0801). den ser ni descritos ni
Colección Banco de la República (detalle)
lidad o consenso que analizados solamente
caracteriza al mecanis- como una tendencia
mo inclusivo del imperio. Son di- Historias locales importada (Caicedo, 2004).
ferencias no-conflictivas, la clase
de diferencias que podemos dejar Aunque el neochamanismo pue- En esta dirección, el carácter
de ser necesario (2000: 81). de ser leído como un fenómeno de multicultural histórico de América
carácter global, el fortalecimiento Latina abre un horizonte de análi-
La manipulación semántica del de este tipo de prácticas en Améri- sis particular a la hora de compren-
capital no está exenta de confron- ca Latina pone en evidencia parti- der la manera como se representan
taciones y creo que es en este pun- cularidades que lo diferencian de las y agencian las tradiciones indígenas,
to donde podríamos encontrar manifestaciones de estas corrientes sus saberes y prácticas. Más allá,
posibilidades-otras de pensar el fu- en los países del Norte. Confor- consideramos que cualquier refe-
turo y repensar el sentido de la madas en la interacción directa de rencia debe partir de la reflexión
diversidad cultural. El discurso neo- diversas culturas y grupos étnicos, las particular de la localidad. Así, si
chamánico tal y como lo hemos sociedades latinoamericanas han quisiéramos parafrasear a Walter
descrito aquí, se sustenta sobre el configurado versiones particulares al- Mignolo (2003), estaríamos apos-
poder del silencio del otro. La ma- rededor de las relaciones interétnicas, tando por un reconocimiento de las
yoría de aproximaciones subesti- que se presentan de manera alterna- historias locales frente al diseño glo-
man, desconocen o ignoran aquello tiva a los conocimientos construidos bal del neochamanismo.

CAICEDO, A.: NEOCHAMANISMOS Y MODERNIDAD N ÓMADAS 123


La emergencia y el auge actual (prácticas, elementos, saberes) per- registro hegemónico y los registros
del neochamanismo no es un fe- mite visualizar nuevas versiones y subalternos desarrollan una disputa
nómeno único ni uniforme 11. De visiones de lo popular como campo constante por imponerse. Como lo
hecho, al menos en el caso co- de fuerzas en conflicto. El sujeto po- proponen Pinzón, Garay y Suárez
lombiano, pone en evidencia la pular es un sujeto multidimensional en su autoetnografía por el poder
complejidad de este tipo de mani- en el que coexisten distintos ejes de mágico y la curación (2003), el aná-
festaciones al hacer visibles nuevos referencia (Pinzón, Suárez y Garay, lisis local del uso de técnicas cha-
espacios sociales desde donde se es- 2005). Como producto de las ten- mánicas exige en este sentido la
tán construyendo lógicas alternati- siones entre diversas formas de exis- inmersión en las construcciones his-
vas para pensar, actuar y agenciar tencia y modalidades de memoria, tórico-culturales de los cuerpos y
la diversidad cultural. La sus registros de cono-
presencia de especialistas cimiento. Si bien aquí
indígenas en la práctica sólo podemos enunciarla,
de técnicas chamánicas esta dimensión resulta
en el interior de ciertos fundamental a la hora de
espacios neochamánicos, comprender tanto los es-
revela una nueva di- pacios de confrontación
mensión de visibilización entre hegemonía-subalter-
urbana de la diferencia nidades y la pluralidad de
cultural, por fuera de los registros que construyen
escenarios clásicos desde las subjetividades po-
donde habían sido visi- pulares, como para inte-
bles hasta ahora (desde las rrogar los agenciamientos
investigaciones científi- biopolíticos que atravie-
cas, médicas, botánicas, san los cuerpos.
antropológicas, y en el
marco del reconocimien-
to socio-político de parte Algunas
del Estado y sus institucio- reflexiones
nes, etc.). Este hecho con-
fronta abiertamente las Desde cierto ángulo,
representaciones sociales las lecturas del neocha-
que se construyen desde la manismo como propues-
institucionalidad: la etni- ta contra-hegemónica o
zación de la diferencia, su como reacción a la mo-
patrimonialización y con- dernidad pueden resultar
secuente momificación tramposas. A decir ver-
museográfica. Pero tam- dad, estaríamos frente
bién interroga aquellas re- una propuesta que surge
presentaciones sociales menos como reacción al
que ubican este tipo de re- Luis Caballero, ilustración para el libro “Le chateau de hors”, litografía sobre papel, proyecto moderno que
1979, 40 x 30 (Reg 1063). Colección Banco de la República
laciones con el mundo como su resultado. El
indígena como una exclu- chamanismo podría con-
sividad de la cultura popular, cate- el sujeto popular emerge como siderarse entonces como un pa-
goría que se amplía y complejiza identidad de frontera. Lejos de con- radigma de la dialéctica de la
cuando deja de ser concebida sólo cebir la hegemonía como disposi- racionalidad, de la ciencia y de la
desde el componente socioeco- ción última e inevitable, la lectura fascinación por el “otro” irracional.
nómico. En este sentido, el campo local permite reconocer aquellos es- Lo irracional, o mejor, lo no-racio-
del neochamanismo en lo local pacios intersticiales en los que el nal “como fundamento de conoci-

124 N ÓMADAS NO. 26. ABRIL 2007. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA


miento es una consecuencia necesa- culo profundizar en este tema, a mí sicologia apliacada i estudis cognitius del
antropólogo y psiquiatra Joseph Fericgla
ria de la filosofía racional”, dirá Stu- parecer, lo más interesante del fe- en Cataluña (www.etnopsico.org). Un
ckrad (2003) siguiendo a Kant. De nómeno transnacional de la Nue- espacio distinto lo constituyen las alter-
allí nace el romanticismo. va Era es que un buen número de nativas terapéuticas ligadas a tradiciones
simpatizantes de estas tendencias, chamánicas tales como el taller Yagé Te-
rapéutico (www.visionchamanica.com) y
La reveladora afirmación de ni siquiera saben que son newagers. la escuela de formación humana y pensa-
Carlos Pinzón, Rosa Suárez y Glo- miento orientado Chakra Vidya (www.
ria Garay (2003) de que la cultura La pretensión hegemónica de chamanismoancestral.org) en Colombia,
el centro de medicina tradicional
conjura permanentemente el peli- conjurar la arbitrariedad del orden wanamey en cuzco (www.wanamey.org),
gro de la arbitrariedad de su pro- nos confirma que es incompleta una el círculo chamánico de Buenos Aires
pio orden, nos devuelve al punto crítica fundada en demostrar la ena- (www.circulochamanico.com.ar) o el
de partida. El drama de la univer- jenación del sentido antes que el centro ayahuasca wasi (www.ayahuasca-
wasi.com) también en Perú quienes
salidad del proyecto moderno ma- sentido mismo. Así, más allá de si ofertan paquetes turísticos, consumo de
nifiesta los desesperados intentos de se construyen narrativas emanci- plantas sagradas y talleres, entre otros.
los individuos por redimensionar patorias desde ideologías basadas en Por otro lado encontramos más de 20000
referencias de websites sobre esta temáti-
espacios colonizados por la moder- una resignificación del chamanismo, ca, la argentina www.elvuelodelaguila.
nidad. Sin embargo, cuando la ne- el problema es cómo y por qué es- com.ar y la francesa www.terresacre.org
cesidad ontológica de encontrar un tas narrativas tienen sentido para son algunas de ellas.
espacio de exterioridad al referen- muchas personas. Esto nos confron- 2 La obra de Mircea Eliade El chamanismo
te moderno se banaliza por el efec- ta directamente con las prácticas, y las técnicas arcaicas del éxtasis (1996)
es un hito en este sentido. Este autor
to decodificante del capital y queda con formas de acción reales que parte de enunciados que presuponen un
reducido al individualismo, este cuenten con el potencial de que- compromiso ético-filosófico del chama-
parece preferir volcarse hacia la brar el fantasma de la auto-consa- nismo. Al comprenderlo como una téc-
nica arcaica del éxtasis, introduce el con-
búsqueda interior (lo autoconte- gración individualista y, sobre cepto de lo sagrado como una realidad
nido) donde la intención de trans- todo, de controvertir desde la ontológica trascendente que se puede ex-
formación puede quedar reducida reflexividad el poder del régimen perimentar, y que sólo puede ser consi-
derada como auténtica. Otra de las críti-
al simulacro, como si se tratara del de representaciones para refundar cas que se hacen a Eliade tiene que ver
cambio de perspectiva de alguien el sentido común. En esa medida, con su comprensión de la praxis cha-
que se mira en un espejo. tal vez esté redescubriendo el agua mánica como esencialmente positiva.
Esta tendencia se aleja de la realidad
tibia al decir que sólo desde la praxis etnográfica que muestra el sentido
Sin embargo, es igualmente pe- se pueden proponer otros paradig- ambivalente de los chamanes. De este
ligroso considerar el detonante mas, así como nuevos y diversos modo, le inyecta un sentido místico al
ontológico de las crisis de la mo- ideales de bienestar. concepto ordinario de chamanismo. El
caso de Carlos Castaneda parece ser más
dernidad como algo reducible a esta significativo en la difusión del chama-
misma ecuación. La pregunta se nismo occidental. Después del enorme
mantiene. En esta vía, la finalidad éxito de su primer libro publicado en
1968, este etnólogo norteamericano ha
continuará siendo la búsqueda de Citas publicado más de diez libros sobre sus
territorios donde se concentra el experiencias como aprendiz del chamán
potencial contestatario que pueda 1 La amplitud de referencias en torno al Yaqui Don Juan Matus. Castaneda desa-
chamanismo cobija diferentes campos y rrolla un discurso centrado en la idea de
confrontar el orden hegemónico. un estado que trasciende la existencia y
adquiere diferentes dimensiones de acuer-
Desde esta óptica, creo que no se- do a los intereses en cuestión. Así, en el que se sitúa más allá de los contextos
ría un terreno estéril mirar con más ámbito de la investigación en medicina y sociales. Su influencia impregna el con-
cepto de chamanismo de una referencia a
detenimiento y menos recelo algu- botánica podemos nombrar entre otras
la sabiduría universal inmanente, por
las investigaciones del médico Germán
nas de las tendencias denominadas Zuluaga sobre medicinas tradicionales in-
fuera de las realidades culturales particu-
Nueva Era. No sólo por el sentido lares (Caicedo, 2004).
dígenas en Colombia o el trabajo de la
vital que proponen para sus segui- Fundación Zio’ai en este mismo tema. 3 Retomando el concepto estructuralista
dores, sino por el tipo de prácticas Otros ejemplos son el centro médico de de la eficacia simbólica (Lévi-Strauss,
rehabilitación Takiwasi dirigido por el 1994), la cura chamánica es entendida
concretas que alienta. Aunque no doctor Jacques Mabit en Perú (www. como un trabajo de reconfiguración del
ha sido mi intención en este artí- takiwasi.com) y la Societat d’ethnop- sentido (del orden, de la cultura) que se

CAICEDO, A.: NEOCHAMANISMOS Y MODERNIDAD N ÓMADAS 125


lleva a cabo entre el paciente y el espe- 10 Astrid Ulloa plantea ocho referencias del position du religieux entre humanisme
cialista. Desde esta perspectiva, mien- tipo de representaciones de Occidente revisité, magique, psychologique”, en: Le
tras la enfermedad se constituiría en la sobre los nativos americanos: el “otro” défi magique. Esotérisme, occultisme,
imposibilidad de resolver conflictos es- como silvestre, hijo de la naturaleza; el spiritisme, Vol. 1, Lyon, Presses univer-
tructurales en la relación hombre-hom- “otro” como entidad femenina; el “otro” sitaires de Lyon y CREA, pp. 315-326.
bre, hombre-sociedad, hombre-medio- como patrimonio de la Humanidad; el
“otro” como mártir; el “otro” como nati- DELEUZE, Gilles y Félix Guattari, 1974, El
ambiente, el papel del especialista, en Antiedipo. Capitalismo y esquizofrenia,
este caso del chamán, consistiría en res- vo sostenible; el “otro” como necesitado
de capacitación para el manejo de recur- Barcelona, Barral.
tituir el orden gramatical del sentido
para el paciente. sos; el “otro” como premoderno y el ELIADE, Mircea, 1996 [1951], El chamanismo
“otro” como hipermoderno (2004). y las técnicas arcaicas del éxtasis, Madrid,
4 Si bien se acepta la existencia de una Fondo de Cultura Económica.
cierta racionalidad del chamanismo, las 11 Para una aproximación general al tema de
representaciones le asignan un claro la emergencia de los movimientos neo- ESCOBAR, Arturo, 2005, Más allá del tercer
sentido no-racional o contrario a la chamanicos ver Porras (2004). Referen- mundo. Globalización y diferencia, Bogo-
racionalidad. cias a caso particulares en Colombia y Brasil tá, ICANH / Universidad del Cauca.
se encuentran en Ronderos (2001),
5 Este es el caso de propuestas como la del Weiskopf (2002), Labate (2002), Labate FABIAN, Johannes, 1983, Time and the other.
etnólogo y neochamán Michael Harner, y Araujo (1999). How anthropology makes its object, New
quien a partir de la nocion de core York, Columbia University Press.
shamanism o chamanismo de base ha de- FERICGLA, Joseph M., 2000, Los chama-
sarrollado toda una escuela donde se em- nismos a revisión. De la vía del éxtasis al
plean diferentes técnicas para acceder a internet, Barcelona, Kairós.
estados de “conciencia chamánica”. El
Institute of Shamanic Studies, que dirige, Bibliografía FUENZALIDA, Fernando, 1994, Tierra bal-
incluso ofrece becas para los indígenas día. La crisis del consenso secular y el
que han perdido sus tradiciones y quie- ARANGO, Ana María y Alhena Caicedo, milenarismo en la sociedad postmoderna,
ren volver a recuperarlas. 2006, “Neochamanismos en Bogotá y sus Lima, Australis.
6 Este tipo de posturas sobre el arrasamiento alrededores. Encuentros rituales que to- GALINIER, Jacques y Antoinette Molinié,
man como referencia saberes y prácticas 2006, Les Néo-indiens. Une religion du
moderno de los indios y el final del
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chamanismo es desarrollado entre otros
americanas”, proyecto de investigación,
por Costa (2003). Bogotá, Universidad Central - IESCO. GIDDENS, Anthony, 1999, Las consecuen-
7 Para Michael Taussig, el poder mágico de cias de la modernidad, Madrid, Alianza.
BALANDIER, Georges, 1990, El desorden.
los chamanes del suroccidente colombia- La teoría del caos y las ciencias sociales, , 1999, Un mundo desbocado: los
no se desprende de la confrontación de Barcelona, Gedisa. efectos de la globalización en nuestras vi-
representaciones sociales activas en el pro- das, Madrid, Taurus.
ceso de colonización. En este contexto, el CAICEDO, Alhena, 2004, Les séances de
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