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FUNDACIÒN UNIVERSITARIA TECNOLÒGICO

COMFENALCO

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS


PROGRAMA DE PSICOLOGIA

ENSAYO

ENTREGADO A: FABIAN JOSE VERGARA

TRABAJO DE PSICOLOGIA CLINICA DINAMICA

ENTREGADO POR:
CARLOS ALBERTO MOVILLA MELENDEZ

6 SEMESTRE
SECCIÒN 1

CARTAGENA DE INDIAS
2020
EL PSICOANALISIS LACANIANO
Y LAS ESTRUCTURAS CLINICAS.

Con la aparición del psicoanálisis por parte del médico Vienés Sigmund
Freud, el mundo de la psicología cambio por completo la manera en la que
eran vistas las condiciones metales, ya no eran percibidas las enfermedades
como condiciones de carácter físico y, con la aparición de la teoría del
inconsciente, fue acuñado el término nosología, el cual aun en día se sigue
utilizando para la clasificación, identificación y descripción de las
enfermedades.

Pero no solo logró influenciar a la medicina moderna y de aquel


entonces, sino que también fue el punto de partida para el desarrollo de nuevas
teorías que veían en las nosologías freudianas la posibilidad de analizar más a
fondo las conductas y las psicopatologías en las personas y así lograr su
clasificación. Es de esta manera como Lacan desarrolla su teoría de
“estructuras clínicas”, es claro que Lacan hace un retorno a la teoría de Freud,
la cual le permitió extraer nuevas premisas acerca de la teoría existente y
avanzar en torno a las preguntas que quedaron planteadas producto de las
ultimas elaboraciones freudianas.

La psicopatología psicoanalítica, es decir, el estudio de las


enfermedades que afectan la psique de los sujetos, también se pude
denominar como el estudio de las estructuras de subjetivación o constitución
subjetiva de un ser humano.

Las estructuras clínicas permiten al psicólogo clínico, como el


psicoanalista, comprender un sin número de comportamientos que reflejan la
posición subjetiva de cada sujeto en el mundo, es decir, que permite las
relaciones de un ser humano con su trabajo, con su semejante y, en generar
con todo lo que lo rodea. Saber y entender cómo se desenvuelve un sujeto en
su mundo en una posición subjetiva, su estructura psíquica, determina también
la forma en la que será intervenido dicho sujeto y su tratamiento, si lo hay. Las
estructuras clínicas han sido divididas en tres básicamente por el psicoanálisis,
las cuales a su vez, se dividen en modalidades; estas estructuras son:
Neurosis, psicosis y perversión.

La primera estructura clínica, es decir, la neurótica, comprende la


neurosis histérica, la cual privilegia el cuerpo del sujeto como lugar de
inscripción de los síntomas, y la neurosis obsesiva, cuyos síntomas privilegian
el pensamiento como lugar de aparición. Es preciso decir que lo que
caracteriza al sujeto neurótico es que se trata de un sujeto que se hace
preguntas sobre su ser, es decir, es un sujeto de dudas, que se pregunta
además acerca de su existencia y de su deseo.

La estructura psicótica por otra parte, abarca la psicosis paranoica y la


esquizofrenia, es decir, cuando un sujeto construye un delirio de persecución
(paranoia) o cuando tiene un delirio de fragmentación del cuerpo
(esquizofrenia). En esta estructura ya no se habla de síntomas, sino más bien
de fenómenos elementales, los cuales van desde los delirios, hasta las
alucinaciones ya sean de voces o visuales y la construcción de nuevas
palabras. Una característica fundamental del psicótico, es que se trata de un
sujeto de certeza, es decir, él tiene una certeza sobre lo que le está pasando, y
esta certeza funda delirio. Para diagnosticar una estructura psicótica, el
psicoanálisis propuesto por Lacan busca, entonces, lo que se denomina antes
dicho, “fenómenos elementales”; estos fenómenos se pueden presentar antes
del desencadenamiento de una psicosis, de un delirio y es lo que se denomina
prepsicosis.

La última estructura clínica propuesta por el psicoanálisis es la


estructura perversa, esta tiene como paradigma central al sujeto fetichista,
aquel que necesita de un objeto fetiche para alcanzar la satisfacción sexual. Lo
que caracteriza a los sujetos con una estructura perversa es que él tiene una
certeza sobre su goce, es decir que él sabe muy bien cómo, dónde y con quien
alcanzar la satisfacción sexual.
La estructura perversa abarca también a las denominadas
desviaciones de la conducta sexual, como lo son la homosexualidad, la
pederastia, la pedofilia, la necrofilia, la zoofilia, como también el sadismo, el
masoquismo, la conducta exhibicionista y el voyeurismo entre otras. Conductas
que en la psiquiatría serian denominadas como parafilias.

Una vez expuestas las tres estructuras clínicas, es de suma


importancia hacer mención a las teorías de lo simbólico, lo significante, el
complejo de Edipo y de castración puesto que estos influyeron en el desarrollo
de esta teoría por parte de Lacan. Este decía que en oposición al psicótico, el
neurótico es el sujeto de “la duda” y al ser la represión el mecanismo que le es
propio, lo reprimido retorna en las formaciones del inconsciente. Precisamente,
dado que lo que se reprime son significantes, la relación de la histérica y el
obsesivo con el lenguaje es distinta y en este mismo orden de ideas, es distinta
la relación con el saber. La neurosis se expresa en el registro simbólico, donde
los conflictos psíquicos nacen de la historia infantil, en el que los compromisos
versan entre el deseo y la defensa. La relación fundamental en la neurosis está
dada con el Otro y el sujeto no quiere aceptar la perdida de objeto, por lo que
bascula entre perderlo y/o atraparlo.

El desencadenamiento psicótico para lacan, se da ante un


acontecimiento al que llamó un significante de base que provenga de una figura
que represente autoridad para el sujeto, decía que la invocación de
significantes ubicados en el otro no es recibida por el sujeto debido a que estos
significantes fueron forcluidos.

Por otra parte, lacan habla de los perversos basándose en los estudios
de Freud propuestos en su obra “tres ensayos” al hablar acerca de los niños
como “polimorfamente perversos” ya que a través de sus estudios, dedujo que
había en las pulsiones sexuales humanas, una predisposición a las
perversiones.

Es importante mencionar que las estructuras clínicas no cambian, es


decir, los neuróticos no dejan de ser neuróticos, los psicóticos no dejan de serlo
y los perversos mucho menos, pero que estas estructuras son el día a día en la
cotidianidad de los seres humanos, ya que pertenecen a las bases que
fundamentan el crecimiento y el desarrollo de cada individuo.

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