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LAS REDES SOCIALES: “UN CRIADERO PARA EL VIRUS DE LA

DESINFORMACIÓN EN TIEMPOS DEL COVID-19”

Nadie niega que las redes sociales han trascendido en la historia como uno de los
medios de comunicación más efectivos en todo el mundo, dada la versatilidad que
tienen estas para acoplarse a las necesidades de los usuarios; redes como Twitter,
Facebook, Instagram, Whatsapp, entre otras, se han posicionado en lo más alto de esta
pirámide cibernética de comunicación entre personas. La manera en la que unen a las
masas a pesar de sus largas distancias vuelve a cada una de estas redes un destino casi
que obligatorio para aquellos que navegan en las vastas y extensas aguas del mar al cual
hoy conocemos como internet, o web. Sin embargo, Para nadie es un secreto que las
redes sociales del mismo modo en el que han funcionado como medios de
comunicación, han sido utilizadas para incitar a comportamientos moralmente
inadecuados, comentarios políticamente incorrectos, pequeños brotes de pornografía y
periodismo informal que en vez de brindarles una sana información, le deja a las
personas ideas inconclusas y pensamientos erróneos acerca de un contexto en específico
hacia el cual se haya direccionado dicha información.
El mundo está atravesando por una de las situaciones más catastróficas no solo en salud,
economía y política, sino también a nivel social; incluso mucho más catastrófico que la
propia segunda guerra mundial, hablamos exactamente del virus Covid-19. Mientras
médicos en todo el mundo luchan para hallarle cura a esta invisible y mortal
enfermedad, otros propagan un virus aún mucho más peligroso para los seres humanos,
estamos hablando de la desinformación; aquella que durante años nos ha acompañado,
pero que en estos tiempos se ha vuelto mucho más peligrosa debido al contexto en el
que se encuentran los seres humanos gracias a esta pandemia.
Las redes sociales se han convertido en una incubadora y en un criadero para el virus de
la desinformación, y por este mismo medio se propaga gracias a la rapidez con la que se
puede expandir y llegar a infectar a aquellas personas que carecen de un juicio propio o
de un pensamiento racional que pueda luchar como sus anticuerpos ante las esporas de
este agente infeccioso que cada vez flagela con más fuerza a la raza humana.

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