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Futurismo
La escena del funeral, una ceremonia que ilustra sin lugar a dudas al funeral de una
época anticuada que fenece. En contraste, se deja ver a niños jugando, que es una
clara alegoría de la nueva generación que está abriéndose paso.
En el discurso de Blanchett, las palabras no solo evocan a la muerte, sino que
también proclaman la ruptura con el pasado. El Dadaísmo propuso el quiebre
completo del sistema, que tendría como correlato un nuevo comienzo. El monólogo
de la actriz, que no es más que la suma de los manifiestos dadaístas, expresa la
gran premisa de este movimiento: "el sistema más aceptable es no tener ninguno".
Esta idea se ve complementada con los pensamientos de Max Ernst, que Danto
(2005) recoge en El abuso de la belleza, donde Ernst recuerda que dadá surge
como una “subversión”:
Para nosotros el dadá era, por encima de todo, una reacción moral. Nuestras
iras apuntaban a la subversión total. Una guerra terrible e inútil nos había
robado cinco años de nuestras vidas. Habíamos presentado el hundimiento
en el ridículo y la vergüenza de todo cuanto para nosotros se representaba
como justo, verdadero y bello. Mis obras de ese periodo no pretendían atraer
a la gente, sino hacerla gritar. (Danto, 2005, pp. 89-90)
El movimiento no tiene una base teórica, surge a manera de protesta hacia el
sistema y las tradiciones artísticas. Hasta la palabra dadá no significa nada. Su
primer manifiesto, escrito por Tristan Tzara en el año 1918, marcó las bases de este
movimiento. Danto (2005) dio una opinión muy elocuente acerca del arte dadá:
El arte dadá era febrilmente efímero: pósteres, sobrecubiertas de libros,
caligramas, panfletos, recitaciones. Estos objetos efímeros eran, en su
fugacidad misma, lo que Tzara celebró como “medios de combate”. (...) El
dadá me parece el paradigma de lo que yo denomino Vanguardia Intratable,
cuyos productos solo por error pueden considerarse bellos. No es ese su
objetivo, no aspiran a eso. (Danto, 2005, p. 91)
Entonces, se vuelve a la misma afirmación de que el movimiento Dadá surge solo
por ir en contra de los órdenes establecidos por el sistema, sin ánimos de ser
catalogado como arte bello, tal como lo dijo Danto.
Conclusión:
El contexto histórico en el que surgen el Dadaísmo y el Futurismo, es el periodo de
la Primera Guerra Mundial. En Experiencia y pobreza, Benjamin (1979) describe los
cambios que ha sufrido Europa luego de esta gran guerra. Los conocimientos
acumulados durante años fueron desmentidos por el planteamiento bélico. La única
verdad que queda intacta es la verdad del poder. En este contexto se abre una
nueva duda, pero en la forma de una pobreza nueva, la pobreza de la experiencia.
Sin embargo, esta pobreza no es del todo visible, porque como contracara de este
proceso surge una nueva riqueza, una riqueza de ideas desarrolladas paralelamente
al avance técnico o tecnológico.
Las rupturas con el pasado, en ambos movimientos se dan de maneras diferentes.
El Futurismo quiere dejar atrás a ese mundo anticuado para abrirle paso al nuevo
mundo de las máquinas, el mundo de la riqueza de ideas. El Dadaísmo, por su
parte, intenta romper con las antiguas reglas que el sistema insiste en mantener.
Los dadaístas, a través de sus obras, se rebelaron y protestaron contra la guerra,
mientras que los futuristas consideraban a la guerra como un medio para limpiar con
todo lo rancio e inútil del mundo.
Bibliografía