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Sebastián Mauricio Rodríguez Moreno

Cod 2018160059

LA PANDEMIA COMO MIEDO COLECTIVO ANTE LA MUERTE

Desde el 7 de marzo me encontraba en las instalaciones de Falabella lugar donde acostumbro


trabajar todos los fines de Semana aquí se comenzaba a dilucidar el carácter anormal de un nuevo
virus en cual resuena en noticias desde Enero pero noticia que no me ha afectado en modo
alguno, desde esa tarde atendiendo a la gente que concurría en el local de Titán Plaza como cajero
comencé a darme cuenta de la disminución de clientes por motivo de las noticias; básicamente lo
que relataban los medios de comunicación era que este virus denominado en ese momento como
Coronavirus proliferaba en ambientes cerrados y con presencia de muchas personas, los jefes
preocupados por la situación intentaban dar moral al equipo diciendo que momentos duros de
venta como estos ya habían ocurrido, por mi parte la gran mayoría de cajeros estudiantes como yo
debatíamos si este virus iba a afectar a Colombia y como nuestros trabajos se verían afectados por
ello. El Domingo 8 de marzo del 2020 la jornada de trabajo se convirtió en una prolongada charla
entre compañeros porque la tienda en todo el día no había presentado la afluencia de gente
normal que tenía para ser fin de semana, los jefes más desesperados que nunca no sabía que
hacer. En el trascurso de esa semana se comenzaron a contar los casos por el famosos Coronavirus
que ya se presentaba en Colombia con los primeros casos y en especial recuerdo el caso de la
joven de 19 años que provenía de Italia, fue aquí donde comenzó todo el viernes 20 de marzo de
2020 se da inicio al confinamiento preventivo impulsado por la alcaldesa de Bogotá Claudia López
este confinamiento inicial suponía no salir de casa hasta el lunes 23 de Marzo en mí hogar
acatamos pero con una mirada asombrada ante tales acontecimientos que no habían ocurrido
nunca, el Domingo 22 de Marzo fue extendido el confinamiento por órdenes del Presidente Iván
Duque mí familia y yo en este punto decidimos prepararnos para lo peor, en mí cotidianidad el
virus llego con la noticia de la muerte de una compañera de trabajo Lulu una mujer alegre y
trabajadora madre soltera quien murió por complicaciones de una neumonía severa producida por
el Covid-19 sars nueva denominación del virus dada por los científicos y la OMS, el trabajo de mí
madre se traslado a la sala de mi casa, el internet se volvió vital pero las cuentas comenzaban a
preocupar, valiéndonos de nuestra unión como familia mis padres siguieron recibiendo su salario
el cual se ha vuelto indispensable y yo como cajero fines de semana colaboro con dinero para la
alimentación y las cuentas, mi padre en este momento no esta trabajando pero la empresa de
Colchones el Dorado no decidió despedirlo al igual que mí madre y yo, mí hermano pequeño con
sus clases se ha vuelto mas ameno a mí persona con la razón de que yo soy su profesor y hermano
a demostrado madurez y calma ante un panorama adverso, diariamente en las noticias se
muestran cifras de contagio, problemáticas sociales que estaban en el telón de fondo de Colombia
y han salido a la luz como volcanes erupcionando en violencia, hambruna y dificultades, mi suegra
y mi pareja que viven en Soacha se han enfrentado a no poder trabajar, mi suegra trabaja como
informal pero ante el confinamiento y el decreto que prohíbe estas acciones han tenido que optar
por ayudas como familias en acción y ayudas comunales, es difícil pero en Soacha se presenta un
ambiente común el del rebusque diario mi familia y yo no tenemos estas dificultades pero estamos
conscientes en que si la situación no mejora cosa que va a pasar, estarían en riesgo los empleos de
mi padre y el mío, mi madre el ser asesora de servicio al cliente afortunadamente tiene empleo y
consideramos que seguirá teniéndolo pase lo que pase pero estoy hablando desde un punto de
especulaciones, el Covid cambio toda la realidad.

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